Conspiracion Zombie

7/25/2019 Conspiracion Zombie

1/46


2/46

MARTN CAGLIANI

Traductor: o si estaba planeando algo. Fue una noche, luego del primer encuentro coales, los

Autor: Conspiracin ZombieISBN: 00000000000000000Generado con: QualityEPUB v0.24Corregido: MAESE L@C, 26/09/2011


3/46

obre esta Recopilacin de Archivos

Una ardua investigacin me ha llevado descubrir cientos de documentos de diferentes momla historia en los que se ha ocultado el Problema Zombie. Cientficos, polticos, y celebri

n escrito informes sobre brotes Z y han sido acallados en lo que he dado en llamnspiracin Zombie. He aqu esos documentos hechos pblicos por primera vez que nos permnocer a fondo por que hemos sufrido la plaga Z

RELATOS

Sherlock Holmes contra los Zombies ....................................................4Jun 20 2009

Lovecraft contra los zombies.............................................................16

Jul 11 2009

Freud y Charcot contra los zombies...................................................27Ago 09 2009

La granizada de los Muertos............................................................34Oct 12 2009

Julio Verne y Allan Quatermain contra los Zombies..............................37Nov 02 2009


4/46

herlock Holmes contra los Zombies

Relato del Dr. John Hamish Watson sobre el brote zombie de 1888 en Inglaterra. Versin orieal del Misterio del Valle Boscombe, que luego Watson modific a pedido del gobierno britnic

AutorMartn Cagliani -Ilustraciones Pedro Belushi(Basado en un cuento y personaje de Arthur Conan Doyle)

Estbamos tomando el desayuno una maana mi mujer y yo, cuando la doncella me entreegrama. Era de Sherlock Holmes y deca lo siguiente:

"Tiene un par de das libres? Acabo de recibir un telegrama del oeste, vinculado con la travalle de Boscombe. Me encantara que viniera conmigo. Tiempo y panorama perfectos. Sal

ddington a las 11.15"

Mi experiencia en la guerra de Afganistn1

tuvo, al menos, la consecuencia de convertirmejero dispuesto a partir al instante. Necesitaba pocas cosas, y sencillas, de modo que en mmpo del calculado me encontraba ya en un coche con mi valija, camino a la estacin. Sherloseaba de un lado a otro por el andn y su cuerpo pareca an ms alto y enjuto a causa de lapa de viajero y la ajustada gorra de pao.

Ha sido muy amable en venir, Watson. Para m representa una diferencia notable teuien en quien confiar. Las informaciones de las personas que viven en el lugar del hecho sieultan de escaso valor o estn influidas por consideraciones personales. Ubquese mpartimiento del r incn, mientras voy a sacar los billetes.

Estbamos los dos solos, pero Holmes ocup casi por entero el coche con una piridicos. Uno a uno fue leyndolos detenidamente, tomando de tanto en tanto apunlexionando sobre algunos detalles hasta que dejamos atrs la estacin de Reading. De prontoa pila con todos ellos y lo deposit en el portaequipajes.

Oy hablar algo del caso? me pregunt.Ni una palabra. Hace das que no leo un diar io.Acabo de echar un vistazo a los peridicos ms recientes a fin de conocer los detalles, p

nsa londinense no ha dado un relato completo. Por lo que colijo, parece ser uno de esos ncillos que resultan extremadamente difciles.

Eso suena un tanto paradjico.Pero es profundamente cier to. Casi siempre lo singular constituye una clave. Cuanto


5/46

ignificante y vulgar es un delito tanto ms difcil es resolverlo. Un hombre ha desaparatson.

Se trata de un asesinato?Ya estaba muerto.Un robo entonces.No es tan simple, ya ve. Ha desaparecido tambin el cuidador del cementer io y unos cu

uertos con l.Entonces son muchos los desaparecidos?Segn los datos que poseo, querido Watson, el caso parece ms complicado que es

plicar en pocas palabras lo que s. El valle de Boscombe es una zona campestre, no muy diRoss, en el Herefordshire. El principal terrateniente es un tal John Turner, que hizo fortu

gentina. Una de las granjas de su propiedad, la de Hatherley, la arrendaba al seor CcCarthy, quien tambin hizo algunos viajes a Argentina.

Turner particip comerciando activamente durante la Conquista de la Patagonia que rgentina desde 1879 y que ahora est terminando de pacificarse. Sepa, Watson, que muchos indgenas en esa campaa, para que los terratenientes pudiesen tener ms tierras. T

rovech la ocasin y comerci bastante para traer alimentos a los trabajadores industtnicos, y para vender suministros a las tropas. Pero ya hace seis aos que retorn. Sin em

cCarthy viaj nuevamente a la Argentina y volvi hace poco de all.Al parecer sali una maana y se dirigi a la laguna de Boscombe, un pequeo lago, for

r las aguas que se desbordan del arroyo que recorre el valle. Fue con su criado, y no volvida del paseo.

Lo ms extrao es que se dej el cuerpo en el cementerio local a pasar la noche, paerrado al da siguiente. Pero cuando las familias McCarthy y Turner llegaron all a las seisana, no slo no estaba Charles McCarthy, sino que faltaba el cuidador del cementerio, as

atro de los muertos ms r ecientes. La polica crey en un principio que el cuidador haba huidcuerpos para venderlos a algn anatomista londinense, pero al parecer los muertos no haba

ingn lado.La laguna de Boscombe est rodeada por una espesa foresta, con una franja de pasto y j

la orilla. Segn se recoge en el peridico del da de ayer, una nia de catorce aos, llatience Moran, hija del cuidador de la finca de Boscombe, se encontraba en uno de los boogiendo flores. De acuerdo con su declaracin, mientras se hallaba en ese lugar vio al

cCarthy del otro lado del lago caminar de forma espasmdica. No iba solo, sino qompaaban otros tres hombres, todos muy desaliados.

No estaba muerto? pregunt.Justamente, querido Watson. La nia vio al supuestamente fallecido McCarthy, un da de

su desaparicin, caminando por la orilla del lago como haba hecho justo el da antes de mta investigacin es como para algn cazador de fantasmas, pero la familia Turner y la del mcCarthy creen que puede estar con vida, y me han llamado a que solucione el misterio.

Fantasmas, Holmes? dije azorado.Usted sabe, Watson, que disfruto las historias sensacionalistas. Pero veremos, noms lle

regin, que todo tendr una explicacin racional. De sobra me conoce usted para creer que alando digo que confirmar o destruir la teora de los peridicos locales valindome de medioos son totalmente incapaces de emplear e inclusive de comprender. Para citar el primer ejee tengo a mano, percibo con claridad que la ventana de su dormitorio, Watson, est a su derec

Cmo diablos...?Mi querido amigo, lo conozco a usted bien. S la pulcritud militar que lo caracteriza. Us


6/46

ita todas las maanas y en esta poca lo hace a la luz del da. Pero veo que el lado izquierdoa est menos bien afeitado que el derecho, lo que significa que esa mejilla recibi menos lu

otra. Lo digo a manera de ejemplo trivial de observacin y deduccin.Y cmo nos ayudar la observacin y la deduccin a desentraar este mister

sapariciones y muertos vivos? pregunt.Ya veremos, Watson. La familia McCarthy y el mismo John Turner nos esperan en la es

Ross. Podremos interrogarlos, y descubrir el misterio con una simple serie de pregunpuestas. Para ms, Watson, mire en este peridico de aqu Busc entre la pila, se dice lica local interrog al criado, un francs llamado Bergs, que pudo escuchar las ltimas pa

muerto y lo vio morir de un ataque al corazn. Le leo: el seor McCarthy me pidi que tofrasco y que le untase entre los ojos con un trozo de carne putrefacta que haba dentro.

Holmes ri suavemente por lo bajo y se recost sobre el asiento acolchado.Pura supersticin continu. En otro lado deca que McCarthy no iba a ningn lado s

sco que haba trado de su viaje a la Patagonia. Segn pude deducir de diversos detalles esparlos peridicos londinenses y locales, el fallecido McCarthy haba vuelto de su viaje el seis deque McCarthy antes de morir le cont a su criado sobre un terremoto en el Ro de la Plata2.Un terremoto en el Ro de la Plata? Segn tengo entendido no hay ni siquiera montaa

.Usted es un hombre de mundo, Watson, pero si estuviese atento a la prensa, sabra que el

junio ocurri un terremoto, aunque no lo crea, en esa regin de Sudamrica. Y en divridicos se dice que haca slo seis das que el muerto haba retornado de Buenos Aires. Hoyjulio de 1888. Y el viaje entre Londres y Buenos Aires no suele durar ms de un mes. Todo en

Eran casi las cuatro cuando, despus de haber atravesado el ancho y resplandeciente Segamos por fin a la bonita poblacin campesina de Ross. Nos esperaba en el andn un hoco, con mirada furtiva. Su ropa color castao y polainas de cuero evidenciaban a un pobladorna, segn coment Holmes.

Era un criado de la familia McCarthy. Nos llev hasta La espera, hotel donde se nos ervado una habitacin. Luego de acomodarnos, bajamos al palier donde el criado touardaba para llevarnos al lugar de los hechos.

Pero cuando Holmes comenzaba a encender su pipa, se precipit en el hotel una de las js encantadoras que he visto en mi vida: brillantes ojos de color marrn; labios delgados;

riz fina, todo en ella mostraba que su natural reserva haba sido vencida por la agitacinocupacin.Oh! Seor Sherlock Holmes! exclam, mirndonos a uno y otro, hasta que finalme

uicin femenina dio con mi amigo. Me siento muy feliz con su llegada. Vine expresam

cirle que estoy segura de que resolver este misterio. Y sin duda descartar todas las barbarie se estn diciendo sobre la familia McCarthy, y sobre James en particular.Se trataba de la seorita Turner, quien tena una relacin con James McCarthy, hijo del q

a un muerto andante. Ante la consternacin de Holmes y ma, la joven nos relat de resurada y atolondrada todas las suposiciones que se haban hecho tan slo en el curso dego que Holmes no haba podido leer en los peridicos matutinos.

Los pocos habitantes de la regin estaban convencidos de que el fallecido McCarthy haba una especie de maldicin de su viaje por la Patagonia, y que haba lidiado con malos espmbin acusaban a James de nigromante.

Podr a ver a su padre, seorita Turner? pidi Holmes.Temo que el mdico se lo impida.


7/46

El mdico?S, no se ha enterado usted? En estos ltimos aos mi padre no se siente bien de salud

ceso lo ha quebrantado por completo. Ahora est en cama. El doctor Willows dice que su estaio pues ha quedado con los nervios destrozados. El seor McCarthy era el nico hombre de conocieron a pap en los tiempos de la Patagonia, que todava viva. Pero igualmente Jampera en el cementerio , donde ocurr i... aquello. Para que usted pueda ver todo con sus propios

Gracias, seorita Turner.Ahora tengo que irme a casa. Como le dije, mi padre est muy enfermo y me extraa c

dejo. Adis y que el Seor lo ayude en su empresa.Sali del hotel en la misma forma impulsiva con que haba entrado. Omos el ruido del

e se alejaba calle abajo.El barmetro est muy alto me dijo Holmes mientras mirbamos al criado, que ya se

esto de pie y nos observaba con paciencia. Es importante que no llueva antes de que podgar al lugar del hecho. Por otra parte, cuando se est frente a un trabajo como ste, concontrarse en las mejores condiciones, y yo no quisiera ir ahora, cansado por el largo viajabamos de hacer.

Permtanme interrumpirlos, seor Holmes dijo el criado. Pero me ordenaron qera que es de suma importancia que est hoy mismo en el lugar, sino podra ser peligroorito McCarthy lo espera.

Decidimos ir. El cementerio estaba bastante alejado del pueblo. Nos llev unos quince mgar hasta el lago, y otros quince rodearlo, ya que el cementerio estaba casi pegado a la otra camino estaba en mal estado, as que me alegr cuando por fin pudimos descender del carrua

All nos esperaba un joven bien parecido, con pesadumbre en el rostro, pero con poguida de caballero.

Seor Holmes, le agradezco muchsimo que haya venido. La polica no le presta atencceso, ya que lo han dejado en manos de Scotland Yard que est siguiendo una pista de un vencadveres en Londres.

Nos hizo rodear el edificio de entrada al cementerio, que por lo que pareca haba sido az una casa, ahora vaciada por dentro para oficiar los velorios. Atrs se extendan las tumbaden aparente. Eran muchas para ser una poblacin tan pequea. El joven James dijo que era pa regin muy antigua, y que en la plaga de 1637 haba muerto mucha gente all.

Nos mostr las cinco tumbas vacas. Todas haban sido cavadas recientemente. Se veaones abiertos, como si los hubiesen arrancado. Al parecer los otros cuatro muertos desapareban fallecido en los das anteriores, y todava no se haba rellenado las tumbas.

Holmes no pareca prestar atencin al relato, estuvo observando de cerca las cinco tumbasones.

Mire las tapas de los cajones, Watson. Estaban araados. Imagino que miliarizado con el trmino catalepsia4.

Sin duda, es cuando una persona yace sin seales de vida en su interior, como si estuverto. Holmes! Est usted diciendo que estos cinco hombres en realidad estaban vivos y f

nfundidos con muertos?Es una posible explicacin, querido Watson. Pero igualmente nos deja afuera al desapar

dador, y tampoco explica por qu estos hombres vagan por el lago y no han vuelto a casa.Seguimos explorando los alrededores. El valle de Boscombe era una regin alta,

almente el calor del verano nos estaba afectando, todos nos sentamos ya cansados. El joven

s hizo conocer que se nos esperaba a cenar en la residencia de los Turner a las 18.30, y ya era18. As que decidimos continuar las pesquisas al da siguiente.


8/46

El viaje hacia la residencia Turner fue ms corto que hasta Ross, era la casa ms cercanuna. Durante el trayecto el joven James nos confirm las suposiciones sobre la vuelta del fall

cCarthy, el relato sobre el terremoto en el Ro de la Plata y algo sobre su estada en PatagoniaEn la casa ya nos esperaba la mesa servida. En la residencia Turner slo vivan la se

rner y su padre John Turner, junto con un gran nmero de criados. El anciano Turner permala habitacin, al cuidado del doctor Willows, ya que al parecer estaba ya agonizando.

Luego de la cena, la seorita Turner, muy amable a pesar de la tristeza que se le notaba mblante, nos invit a fumar un cigarro y beber un brandi en el porche de la casa.

El sol se estaba ocultando bajo el horizonte, cuando lleg corriendo un hombre, que se del porche sin aliento. Miraba fijo al joven James.

Joven dijo, con el aire entrecortado. He visto a su padre, y a los otros... Vienenu, ser mejor que entren todos!

Crowder est usted loco? pregunt James, y asum que sera el guarda de caza del qs haba hablado. Vamos a buscarlo.

Crowder, un hombre de edad avanzada pero de gran porte, se interpuso entre la escalerven James.

Joven James, por favor, hgame caso. No sabe usted... No le recomiendo ir, eso ya... Yapadre.

Pero qu dice, hombre, no sea supersticioso qu estuvo escuchando en el... de prontohablar, y tena la mirada clavada por detrs de Crowder. Todos miramos en esa direccin.

Recortadas sobre el atardecer, se vean seis siluetas negras que caminaban de pasmdica, y con lentitud. Dos de ellas iban rezagadas, y arrastraban los pies.

Su padre me atac, y tambin el pobre y buen Smith El cuidador del cementer io. Qurderme, joven James. Ser mejor que entremos.

Holmes y yo habamos permanecido al margen hasta ese momento, cando fue clara la visios seis... no s si llamarlos hombres, ya que se notaba que la vida haba abandonado sus cuerpmisma forma en que se movan. Les costaba hacer coordinar los miembros, y parecan hac

an esfuerzo por mantener la cabeza quieta.Holmes, esos hombres parecen tener alguna extraa enfermedad.No! grit Crowder, al tiempo que se acercaba de espaldas a la puerta de la casa. L

parado, le dispar a su padre, joven James. Tres veces, y mire usted. Sigue andando.Padre dijo James, bajando la escalera del porche. Padre, qu sucede?McCarthy estaba a slo seis pasos de su hijo, un poco detrs iba el cuidador y, como si d

macin de golondrinas se tratase, seguan los otros cuatro detrs.Joven James, por favor, entre deca Crowder, casi con un hilo de voz. Levant la esc

mplaz los dos cartuchos vacos con dos nuevos, y apunt hacia la lnea de los recin llegad

James segua intentando hablar con su padre, mientras este se acercaba hacia l. Vi a Hparar su bastn. Ya en otras ocasiones haba visto de lo que era capaz con ese simple bacias a su dominio del Bartitsu5.

Finalmente McCarthy lleg junto a su hijo y estir los brazos en lo que pareca un abranos as lo interpret el joven James. Pero enseguida el padre mordi el cuello del hijo. El

gr desembarazarse de su padre, y retrocedi de golpe. Se tomaba el cuello por dondeundante sangre.

Crowder hizo fuego sobre McCarthy y lo arroj al suelo, luego dispar sobre Smith, y tamrevolc sobre la tierra. Los otros cuatro ni se inmutaron, seguan con el paso lento y convu

te nuestro asombro, los dos hombres que haban recibido disparos certeros, se levantaron coda hubiera sucedido y comenzaron a caminar nuevamente.


9/46

El joven James le gritaba a su padre, y no dejaba de tomarse la herida, que perda abunngre. Yo corr junto a l y con la ayuda de Holmes lo subimos al porche y entramos a laowder nos sigui, trab la puerta, y empez a dar rdenes a los criados para que cerrasentanas.

La seorita Turner no poda creer lo que vea y lo que escuchaba de boca de Crowder, qaba de referirse a los muertos vivos.

Todos nos tranquilizamos una vez que logr estabilizar al joven James con un buen vendasegundo descansaron los hombres de fuera, aporreando sin cesar la puerta, que por suerciza.

Holmes me ayud en un principio a curar al joven James, pero luego lo suplant la serner. l entonces se sent y encendi su pipa como si no sucediese nada alrededor. Pens y rante todo ese tiempo que habr sido casi una hora.

Una de las criadas, casi muerta temblando de miedo, nos trajo una copa de licor a cada unoQu es eso que hay all fuera, seor Holmes? pregunt la seorita Turner.Claramente, ya no es mi padre. Algo se apropi de su cuerpo dijo el joven James.No saquemos conclusiones apresuradas cuando puede hacerse un anlisis raciona

miscuir a la supersticin dijo Holmes. Lo que hay all fuera son muertos vivos, o mueltos a la vida de alguna forma. Ya lo haba notado en los cajones, donde se vean marcas de o abiertos desde dentro. Estaban araados y arrancados. Imagino, querido Watson que descarcatalepsia, ya que no creo que entre sus sntomas se encuentre el r esistir disparos de escopeta,

Para nada respond. Pero tampoco conozco razn alguna para que ningn ser vivo istir semejantes disparos sin siquiera inmutarse. Esos hombres est claramente muertos, Horo por alguna razn, algo los mantiene vivos. Es como cuando se le pasa electricidad a unae sus miembros se mueven. He realizado ese experimento cuando nio. Estos muertos recen moverse del mismo modo, como si fueran espasmos elctricos.

Puede ser alguna bacteria, Watson? dijo Holmes. Su pregunta me sorprendi, no sabdiese estar al tanto de los trabajos de Gottfried6o Pasteur7con las bacterias.

Por qu lo pregunta? Hay muchos tipos de bacterias, algunas provocan enfermedadesguna que pueda revivir a un muerto, que yo sepa.He ledo un poco sobre ciertos temas... sensacionalistas, Watson. Usted sabe cmo me di

estudio. Y hay un autor noruego, llamado Galning Forsker, que ha escrito una serie de libros os seres antiguos, los primigenios los llama l. Al perecer eran nigromantes, y podan reviviruertos. En el libro "Sobre los Primigenios" habla de algunos casos que l llama reales, de mvividos. Es en realidad una supersticin de unas tribus africanas que viven en la Hait francesa

llaman zombies. Pero yendo a los hechos que tenemos, es posible que ese trozo de trefacto que McCarthy se hizo frotar entre medio de los ojos tuviese alguna bacteria cap

ctrizar a los cuerpos, o darles una especie de vida simple?No lo s, Holmes. Ciertamente el campo de las bacterias es muy basto, y se est estudiade hoy. Segn recuerdo, ese trozo lo haba trado McCarthy desde Patagonia. Podra ser q

uellas tierras haya bacterias... extraas.Ese frasquito que haba trado de all, con eso asqueroso dentro, no dejaba de cuidar lo

uese oro dijo el joven James Pero si se le preguntaba sobre qu era, evada la cuestin.Los muertos vivos, o como Holmes los haba llamado: zombies, seguan golpeando la pu

ora tambin las cubiertas de madera de las ventanas. Holmes se puso de pie.Seor ita Turner, me gustara entrevistarme con su padre. Creo que l podr a darnos una

a qu nos estamos enfrentando. Despus de todo, l tambin estuvo en Patagonia, y McCarth a pedido suyo.


10/46

La joven tard en levantarse, mir a mi amigo con tristeza, luego dirigi una mirada lleor a James. l asinti con la cabeza, como dndole permiso de dejarlo solo.

Yo se lo cuidar, seorita Turner dije.Vi cmo Holmes suba una escalera precedido por la seorita Turner. Aprovech para rev

ven James. Su herida ya no sangraba, y vi algo de lo ms extrao. No slo ya se haba cerradoe todo en derredor tena un color grisceo. No pude evitar recordar el color de los seis zoe estaban copeando la casa. Pero, mientras tomaba los signos vitales del joven, se escuctos agudos desde el piso de arr iba.

Acud a la escalera enseguida. Mir para arriba, pero no vi nada.Qu sucede, Watson? quiso saber el joven James.No lo s respond, sin mirarlo. Holmes! Est todo bien?No termin de enunciar la pregunta cuando surgi de golpe la seorita Turner y baj corr

escalera sin dejar de gritar. La tom en brazos, e intent calmarla. El joven James acudi ensee hizo cargo de su enamorada.

La seorita Turner no paraba de gimotear, y nada responda a nuestras preguntas. Me prer Holmes, as que sub la escalera y all vi a mi amigo luchando contra uno de esos zombies.

Sin duda que saba manejar ese bastn con el Bartitsu, pero el muerto vivo segua levantndcando. Acud en su ayuda, y entre los dos pudimos encerrarlo en la habitacin. Mientrntena agarrado el picaporte luchando con la fuerza del zombie, Holmes corri un muebl

ba junto a la puerta para taparla. En poco tiempo logramos impedir el paso del zombie.Ambos nos apoyamos contra la pared del pasillo, casi sin aliento.Qu era eso, Holmes?Intuyo que esoera el mdico del seor Turner, el doctor Willows.Y el anciano?Tambin se haba convertido en zombie, pero estaba en tal mal estado que no pod

antarse del suelo. Este, por el contrario tena bastante fuerza, asumo porque acababa de morirPero y de qu pudo haber muerto?

Por lo que not, Watson, el anciano lo debe haber mordido. Asumo que al morir, el anmbin fue afectado por la bacteria que debe estar haciendo esto. El viejo Turner debe haber tontacto tambin con ese trozo de carne putrefacta, o tal vez McCarthy le haya trado un pecial para l. Al morir, se convirti en zombie como los otros seis, y se ve que mordi y madico. Que a su vez tambin se convirti en zombie.

Pero tiene que haber sido una mordida muy fuer te para matarlo, apar te tan rpido se...En ese momento record al joven James y su herida gris. Se lo cont a Holmes, y como si d

questa se tratase apenas termin el relato escuchamos otro grito de la seorita Turner. Barriendo la escalera, y la vimos en brazos del joven James, pero este ya no tena intenc

orosas para con la muchacha, sino que trataba de morderla.Antes que nosotros lleg el seor Crowder y arroj al joven James al suelo con un golpe copeta. Luego no dud un segundo en hacer fuego sobre el joven, cuya cabeza qued destrr el disparo. Al contrario que los otros zombies, este qued muerto all donde cay.

Holmes tom a la seorita Turner en brazos, mientras Crowder y yo analizbamos el cuerpven James. No haba quedado nada de la cabeza, que estaba esparcida por los sillones de la sar. Afuera los seis muertos vivos haban aumentado los golpes, como intuyendo que uno deba cado.

Al parecer lo que sea que mantiene vivos a estos muertos est en la cabeza dijo Ho

entras abrazaba a la sollozante seorita Turner.Pero si es una bacteria, Holmes, acta muy rpido, ya que este joven estaba vivo hace a


11/46

os minutos. Una mordida no puede matar a nadie en tan poco tiempo. Cunto ha pasado desd mordido por su padre? Una hora, dos?Algo as confirm mi amigo, y ayud a sentarse a la seorita Turner. Luego me mir

Watson, como en su experimento de la r ana, creo que estas bacterias tradas de la Patagonia r electricidad al cuerpo de los muertos desde el cerebro. Y sin duda son muy infecciosas, yto en el caso del mdico del seor Turner como con el joven James, una simple mordida

asionado la muerte, y luego el ser convertidos en zombies por estas bacterias.Puede ser, Holmes. Pero si es as podr amos estar ante una epidemia. Y si todos los m

mienzan a levantarse? Esto podra ser peor que la peste.Por lo pronto sabemos que destruyendo el cerebro logramos desar ticular a estos mu

vos dijo Holmes. Sugiero que subamos con armas los tres y nos ocupemos de los muvos de arriba, luego tendremos que lidiar con los de afuera.

Crowder fue en busca de ms armas, y trajo un rifle para mi amigo y un revolver para mllegaron tres sirvientes que se ocuparon de la seorita Turner. Subimos lentamente la escalerowder a la cabeza, y Holmes detrs.

El primer piso estaba oscuro. Crowder tom una lmpara de aceite de una mesa cercancendi. Me la dio a m, que no necesitaba usar ambas manos para manejar mi arma. Mientralmes corran el mueble de la puerta yo iluminaba y apuntaba.

Apenas se corri unos centmetros, asom una mano que recibi un disparo certero volver. Pero no pareci sentirlo, siquiera, a pesar de que perdi un dedo. Segua metiendnos y brazos, a medida que corran el mueble. En cuanto se vio la cabeza dispar, e hice blanna frente. El zombie se desplom como libro gordo.

Bien hecho amigo dijo Holmes, y se asom a la habitacin con el rifle delante. Vciano en el suelo, y le apunt. Pero Crowder lo detuvo.

Por favor, seor Holmes. Permtame. Serv a este hombre durante toda mi vida. Si algooderado de su cuerpo, quiero ser yo quien lo libere.

Dispar ambos cartuchos de la escopeta sobre la cabeza de su antiguo patrn, con tanto ae me hizo dudar si lo haca por fidelidad o por deprecio.

Los tres nos quedamos en silencio mirando a esos dos hombres de sociedad abatidos


12/46

rros rabiosos. Tan absorto estaba que casi salt del susto al sentir la mano de la seorita Tbre mi hombro. Me di vuelta apuntando con el arma, pero la joven slo lloraba y lloraba ain de su padre destrozado.

Terminemos con esto de una vez dije, recordando mis das de servicio militganistn.

Tom la lmpara de aceite, y encabec la columna. Nadie prest atencin a la pobre serner. Los tres hombres bajamos la escalera y nos dispusimos en derredor de la puerta de salid

Con un gesto indiqu a Crowder que abriese la puerta, mientras yo iluminaba y apuntaba.o Holmes haca lo propio con el rifle. Apenas se abri la puerta, tres de los zombi

alanzaron sobre nosotros.El difunto McCarthy se arroj sobre m, y me hizo trastabillar. Ambos camos sobre la lm

aceite. Logr correrme y ponerme de pie al instante, pero McCarthy haba cado de lleno sompara y se estaba incendiando.

No pareca darse cuenta de que el fuego lo consuma, ya que se puso de pie como sicediese, pero tan slo unos segundos despus cay desplomado como si alguien le huparado a la cabeza. Pero ciertamente yo no lo hice, y mis compaeros estaban ocuparando sobre los otros zombies.

No tuve tiempo de reflexionar sobre el asunto, ya que era obvio que mi amigo necesitauda. Un par de disparos despus, ya estaban los seis zombies muertos. Realmente muertos.

Con la ayuda de algunos sirvientes conseguimos extinguir el fuego que consuma al fcCarthy. Y todos quedamos como petrificados, respirando agitadamente, y mirando fijo lagra y chamuscada que yaca en el suelo. La seorita Turner baj lentamente la escalera, y toguimos con la mirada.

Este muri por el fuego, Holmes dije, sealando a McCarthy.Eso agrega algunos datos que confirman la teor a de la bacteria, Watson. No lo cre

gunt, pero de forma retrica ya que sigui hablando. Al parecer el fuego las mata, y por mbie McCarthy dej de estar activo, porque perdi a quienes se encargaban de mantenerlo viv

Esto es muy serio, Holmes. Tendremos que avisar al gobierno. Podra desatarse una epidien sabe cmo se esparcen esas bacterias. Tal vez podran estar sobre nosotros mismos, espeue muramos para activarnos.

Debemos par tir inmediatamente a Ross, Watson. Me dijo en confidencia. Hay que hber a la Scotland Yard lo que sucede, y lo que hay que hacer. Creo que lo mejor sera qusemos un bao profundo todos y cada uno de nosotros, y... Creo que no queda otra soluciendiar toda esta regin. La casa, el cementerio , y los campos que rodean a la laguna.

A la tarde del da siguiente Holmes entr en la habitacin del hotel con el rostro apesadumbhaba preferido no acompaar a los enviados del gobierno de su majestad para lidiar c

unto. No quera ver cmo incendiaran toda esa hermosa regin.Mi amigo me cont que haban evacuado a todos los que vivan cerca de la laguna y a unometros a la r edonda del cementerio. Todos fueron tratados como si tuviesen la peste. Aislada granja cercana, y baados como animales.

Luego se organizaron incendios controlados todo alrededor de la laguna. El valle Boscomnvirti en un infierno. Ardieron campos, montes, casas, y el cementerio.

La noche anterior nos cost convencer a los agentes de la Scotland Yard a cargo del casomuertos que ellos buscaban en Londres no se haban ido del valle, ni tampoco estaban real

uertos. Tuvieron que verlo con sus propios ojos.

Pasamos el resto de la noche y parte del da siguiente entrevistndonos con cada enviadbierno de su majestad que iba llegando a Ross. Si bien Holmes y yo gozbamos de cierto re


13/46

el mbito gubernamental, fue el hermano de mi amigo, Mycroft Holmes, quien logr convenenviados del gobierno. l dispone de una posicin nica en el servicio civil, como o

bernamental.Watson Holmes interrumpi mis pensamientos. Creo que este es el caso ms extra

mos tenido. Pudimos explicarlo racionalmente, sin duda. Pero es aceptable la explicacin? Sicterias resucitadoras vienen de Patagonia, cmo es que all en Argentina no tienen zombies

considero un hombre informado, y no he ledo nada semejante. No pudimos averiguar cnde McCarty ha encontrado ese frasco o lo que haba dentro. Ni qu era ese trozo de trefacta.

Permaneci en silencio unos segundos, yo esper, saba que faltaba su cierre.Querido Watson, si no fuese tan lejos. Le dira que para cer rar el caso tendramos que vi

enos Aires y a la Patagonia. Usted sabe, mi buen amigo, que no me gusta dejar ningnerto, y esta investigacin no ha finalizado satisfactoriamente.Tal vez ms adelante, Holmes. Tal vez.

FIN


14/46

Lovecraft contra los zombies

AutorMartn Cagliani -Ilustraciones Pedro Belushi

(Utilizando personajes y lugares ficticios de la obra de H. P. Lovecraft)Extracto del libroSobre los primigenios (1922), de Santiago Achotegui:

Hace seis aos llegu hasta la Universidad de Miskatonicbuscando el libro Otra humani noruego Galning Forsker, quien fue catedrtico de folklore e historia antigua all duciocho aos. La universidad posea el manuscrito original, con partes no incluidas en la ve

mercial. Fue esa misma institucin la que financi su expedicin de 1910 al volcn Gunung Lrante la cual desapareci este excelente cientfico. Pero esta historia no es sobre Forskerbre un caso que pude descubrir mientras exploraba la biblioteca.

Se trata de una expedicin a la Patagoniacuyos resultados fueron de vital importancia paperimentos del doctor Herbert West8, conocido como el reanimador. Pero esto ocurri mes que West comenzara sus estudios de medicina en Arkham9. Los eventos que voy a r

cedieron en la noche del seis de julio de 1888, consecuencia de la trgica Expedicintagonia de la Universidad de Miskatonic.

Sobre esta ltima, les citar un extracto del diario personal de Zavar Izgatott, en el que cforma breve el viaje hasta la zona del desastre:

Noms llegar a Buenos Aires, el 6 de abril de 1888, nos dimos cuenta lo anticuados que esestros datos y mapas de la regin. Con alegra nos enteramos que el tren ya llegaba hasta B

anca, de forma que nuestro viaje se acortara sobremanera. En esa regin se encontrartaleza Protectora Argentina10. Pudimos enterarnos en el camino que la incipiente ciudadas seiscientas casas, tena una poblacin de lo ms cosmopolita. Tambin nos cont un francjaba con nosotros, que Baha Blanca no slo era el fin del ferrocarril, sino tambin el finalilizacin.


15/46

Nuestro mapa de la regin, copiado por Forskerde un libro gals de la Universidad, data62, y al parecer haban ocurrido muchos cambios y eventos histricos en la regin. El gobal haba conquistado toda la Patagoniay se haba deshecho de los indgenas, dejando el cai desierto hasta nuestro destino. Pero esa regin estaba abandonada a la buena de Dios.

En el hospedaje entramos en conversacin con un comerciante ingls de lo ms dispues

mbre era Charles McCarthy. Luego de casi una noche entera que pasamos en vela convern l, lo contratamos como gua, ya que haba participado en la Campaa del Desierto, maban all la guerra entre argentinos e indgenas.

Nos llev primero hasta una isla en medio del ro Negro llamada Choele Choel. Norioso, que en la lengua de los locales, los mapuches, significa espantajo de resaca, que ncin a las formas fantasmales que adoptan los residuos que dejan las crecidas del ro. All e

mbin Charles Darwin, en su viaje de 1833!Nos reaprovisionamos en un pequeo pueblito de la isla, y seguimos el curso de los ros

el camino ms seguro, segn McCarthy.

Nuestra idea, como lo haba planeado Forsker, era llegar hasta la zona del lago conocido huel Huap. El primer lugar a explorar, segn los estudios de Forsker, era una isla de esende crea que haba existido un punto telrico durante los tiempos de los pr imigenios. Segura habra algn resto arquitectnico de esa antigua raza.

Pero desde la llegada al lago ya no pudimos confiar en McCarthy. Descubrimos peqgaos que nos haca, y cuando entramos en contacto con indgenas de la zona a or illas del lasabamos si realizaba una buena traduccin, o si estaba planeando algo. Fue una noche, luegmer encuentro con los locales, los pehuenches, en que McCarthy nos mostr algo que un chla zona le haba dado. Segn dijo lo haba conseguido en la isla a la cual nos dirigamos. mos.

No existe ms informacin de primera mano sobre la Expedicin a la Patagonia


16/46

iversidad de Miskatonic. Lo poco que se puede saber sobre esa aventura cientfica, lo sabr los escritos de Forsker, y por los documentos que l guard en su coleccin personal. Nao se ha publicado. El extracto que acabamos de leer es una hoja arrancada que est adosadanuscrito del mismo Forsker titulado Evidencias de la Patagonia Ciudad de los Csares.

El manuscrito es muy desprolijo, seguramente notas que luego arreglara. Pero lo que se rque Forsker supona que los primigenios haban dejado una especie de altares en diversas mundo, que segn l , se superponan con puntos telricos. Como l crea que los puntos telpermanecen en un sitio fijo ms que algunos siglos, era muy complicado descubrir donde es

os altares. Justamente la meta de su vida era investigar, en cuanto documento caa en sus mansible existencia de ruinas antiqusimas en cualquier parte del mundo.

La primera prueba posible le lleg de la mano de un compatriota mo, Domingo Faurmiento11. Este argentino viaj por Estados Unidos en el ao 1847. Segn cuenta la historia,udiar el sistema educativo estadounidense. Mientras recorra Massachusetts, visit la Universkatonic. (Puede ser, esta, una explicacin de cmo lleg una copia delNecronomicna Bres).

Al parecer Sarmiento no slo se llev algunos libros de all, sino que dej otros nacin. Se trata de una coleccin de crnicas de los padres jesuitas que realizaron diversos increar misiones entre los indgenas pehuenches de la zona del lago Nahuel Huap, en Patagoni

Por estas crnicas Forsker se enter de la Ciudad errante de los Csares12. Una cendaria que fue buscada durante siglos por todo tipo de exploradores, y que al parecer aba donde se supona. Lo que llev a Forsker a suponer que se trataba de unas ruinas dmigenios relacionada con un punto telrico. Pas aos investigando y elucubrando teoras, e consigui pruebas casi fidedignas de que poda encontrar esas construcciones.

Convenci al decano de la Universidad para financiar una expedicin a la Patagonia, algle cost mucho, ya que recientemente una familia de Insmouthhaba donado mucho dinero

vestigaciones. Forsker plane detalladamente el viaje junto con Zavar Izgatott .Cabe aclarar quin era Izgatott, porque su nombre ha desaparecido de la historia.

vestigador haba llegado desde Hungra con su padre a la edad de seis aos. Al ser su padre exmanuscritos antiguos, el joven Izgatott se cri en la universidad, y termin siendo arqueledrtico de historia antigua de Miskatonic.

Junto con Forsker plane a la perfeccin todo, con viajes contratados y equipos alquiladosrsker cay enfermo. La expedicin no se poda retrasar, porque no era posible quebrampromisos, se perdera mucho dinero. As que el decano decidi enviar al bibliotecario Homitage como organizador, si bien la expedicin estara a cargo de Izgatott.

Forsker protest, pero nada pudo hacer ms que pedir que Armitage tomase nota de todo. As expertos los acompaaron seis estudiantes de folklore y geologa.

Los detalles del inicio de la expedicin ya los vimos en palabras de Izgattot, pero lo queo podemos rearmarlo a partir del manuscrito de Forsker.

Podemos conjeturar que algo sali mal, muy mal, all en las costas del lago patagnico. Lingls les mostr, era algo que haba conseguido en la isla a la que se supona deban ir. Alg

mismos indgenas haban descubierto poco tiempo atrs. Pero al parecer no quismpartirlo con los extranjeros, ni queran dejarlos ir a la isla.

Ese mismo da lleg a la zona una patrulla del ejrcito argentino. Mataron a todos, se limcribir Forsker. Asumimos que se refiere a los indgenas, ya que de eso se trataba la mempaa del Desierto, una masacre sistemtica de los indgenas de nuestro sur.

Despus de todo ese amasijo de datos desordenados, Forsker cambia por completo el esenta los eventos de la noche del seis de julio de 1888 con extremo detalle, tanto que me limi


17/46

roducir sus palabras:

El da 5 de junio recibimos un telegrama desde Buenos Aires a nombre de Howard Armiendo: Tragedia. Han muerto todos menos Izgatott y yo. Estamos volviendo en esta misma fmes ms tarde llegaron los dos a Arkham, totalmente de incgnito. Casi con vergenz

revistaron con el decano de la Universidad, y se resolvi que los resultados de la expedicntendran en secreto. Incluso desaparecieron todas las publicaciones de la Universidad que hncionado la partida.

Recin al da siguiente, en la noche del seis de julio pude hablar personalmente con elloieron llegar una nota a mis aposentos, a manos del cuidador nocturno, Phillip Misfortune. E

ca que nos encontraramos en la biblioteca. Phillip me acompa, y permaneci en la prnta, ya que no se supona que estuvisemos dando vueltas por la universidad de noche.

La iluminacin elctrica de la biblioteca era defectuosa. Sub hasta la tercera planta, a la oHoward. All vi a mis amigos demacrados. Mi querido compaero Zavar haba envejecido

os, presentaba canas en la cabellera que nunca le haba visto. Howard estaba encorvado, parechador romano derrotado a punto de recibir el golpe final.Qu ocurri? pregunt al tiempo que cerraba la puerta.Howard fue detrs del escritorio, y se dej caer sobre el asiento. Mir a Zavar, l esqu

rada. Zavar Izgatott, el que andaba siempre erguido, y miraba a los ojos de una formnotaba altura y liderazgo, ahora estaba derrotado. Misfortune, el cuidador de sesenta aoperaba abajo, tena mejor porte que l. Me entristeci, y se debi notar, por lo que dijo Howar

Forsker, ni se imagina usted lo que hemos visto apenas dijo, y pareci quedarabras. Sin saber cmo decir todo lo que guardaba dentro .Armitage, ser mejor que se lo mostremos Agreg Zavar. Antes de que el deca

cierre para siempre.Sin responder a mis ruegos de que me contaran que era lo que bamos a ver, descendimos

primera planta de la biblioteca, y all reclutamos a Misfortune, para que nos abriese el deps

ncuadernacin del stano.Sobre una de las mesas haba una pequea caja de madera. Tena manchas oscuras a

stado. Zavar se acerc y abri la tapa. Misfortune miraba desde fuera con curiosidad, asward cerr la puerta.

Esto, Forsker, no debes hablar lo con nadie Me dijo Howard. Debemos tener un pacreto sobre la expedicin y sobre esto que hemos trado. No puedes mencionarlo en tus estudi

Yo miraba la caja como perro hambriento, as que Zavar me sacudi.Galning, amigo me dijo, sin soltar mi hombro. Esto es de vital importancia. Por

die en el mundo debe conocer esto, y debemos hacer todo lo posible para que nuestros coleg

gentina tambin respeten el secreto.Qu secreto? S, juro no hablar sobre el tema. Por favor, ya cuntenme de una buena veocurrido y qu es eso.

Me acerqu a la caja. Zavar me sealaba el interior. All no vi ms que un frasco de vidro dentro. Mi amigo se coloc un guante de cuero en la mano, y tom el frasco. A la luz pud

e se trataba de un trozo de carne, tal vez carne reseca.


18/46

Qu es?

No lo sabemos respondi Howard, y habr puesto alguna mueca extraa, porque dijoe s sabemos es lo que esto hace.Levant los hombros.Colegas, por favor. As nos pasaremos toda la noche sin poder comunicarnos. Va a ser

e venzan sus reticencias y me cuenten de una vez qu ha ocurrido. Han podido llegar hasta laNo respondi Zavar, pero fue Howard quien tom la posta:Un ingls nos llev hasta la orilla del lago. Y nos mostr exactamente esto. Tena dos fr

o se lo llev consigo cuando escap. No sabemos nada de su paradero, pero suponemos...Caballeros, si no van por orden, no comprender nada. Un ingls? Qu haca all

dio de la zona hispnica?La Patagonia es cualquier cosa menos una zona con nacionalidad Sigui Howardgls nos dijo que eso que hay all dentro Seal el frasco, son muestras de trozos de carn

indgenas de la zona descubrieron en la isla... en unas ruinas.Lo saba! dije entusiasmado, en aqul momento slo pensaba en mis teor as sob

migenios.S, al parecer en la isla hay ruinas, pero no llegamos a verlas dijo, Howard, y mir a

e se haba sentado, y no apartaba la vista del suelo. Y por lo que sabemos, nadie las volvernca. Hemos pactado con la Sociedad Cientfica Argentina que sean ocultadas para siempre. Siepetirse lo que ocurr i a escala ms grande... No, sabemos qu puede ser de nuestro mundo.

Sociedad Argentina?Eso que ve all, Forsker sigui Howard, parece ser la carne de alguna cr iatura. Seg

dgenas, estaba dentro de un cofre metlico que les cost muchos das abrir.Me miraron, esperando que yo slo hiciera la asociacin. No me llev ms que al

gundos.El Ehiztari dije. Las leyendas son reales!Se confirmaba lo que yo haba podido armar a fuerza de unir detalles de mitos de diversas

mundo. Mi rompecabezas sobre los primigenios. Era la carne del terrible Ehiztari, el cazadatura que haba sido la perdicin de los primigenios, en la eterna lucha que llevaron a cabo lo

ndos, los basoan y medialdeko. En aquel momento slo quise ir a ver esas ruinas, slo pen


19/46

der confirmar mis suposiciones, poder probar al mundo que no se trataba de historias qpetan una y otra vez en la mitologa mundial en vano. Pero Howard me llev a la realidad.

Esa carne puede revivir a los muer tos, Forsker. Los convier te en muertos vivos. Mminantes. Vimos volver a la vida a los sesenta y seis pehuenches masacrados por los solgentinos.

Necesit unos segundos para asimilar lo que me acababa de decir. Yo haba entrevisto endas, que las guerras entre los basoan y los medialdeko se haban peleado con tctic

cromancia. As haban convocado por error al Ehiztari, quien reanimaba los cuerpos muert vctimas, para que lo ayudaran en su cacera. Pero l cazaba tanto a basoan como a mediald

dos los primigenios. Pero una cosa era verlo en las leyendas, y otra que mis amigos lo hubvido.

Tenemos que probar esto dije, tomando el frasco, podramos comprobar todo lo qdicho en leyendas sobre los primigenios!

Est loco! dijo Howard e intent arrebatarme el frasco, pero yo lo esquiv. Forskero en su lugar. Usted no ha visto lo que le hace a los hombres.

Pero podramos probarlo en algn animal, en una rata o un gato.Forsker, deje eso ah segua repitiendo Armitage.Galning, por favor, deja eso en la caja para que podamos seguir hablando me dijo Za

mpo que se pona de pie.Vamos, me van a decir que no tienen curiosidad sobre cmo acta este compu

dramos probar lo avanzada que estaba la ciencia hace millones de aos, cuando los primigndaban nuestro planeta.

No necesitamos pruebas! grit Armitage, lo vimos con nuestros ojos, Forsker. De, por... por... agg.

Howard se tom el brazo izquierdo, y le costaba respirar. Dej el frasco en la mesa, y llegempo con Zavar para atajarlo antes que cayera al suelo.Howard, qu pasa?

El corazn... lleg a decir.Phillip! grit Zavar, y el cuidador entr como tromba, seguramente curioso por sabe

aba sucediendo con tantos gritos.Levantamos a Armitage entre los tres y lo recostamos en una de las mesas de encuadern

ro noms apoyarlo salieron unos extraos ruidos de su boca, y dej de respirar. Intentnimarlo movindolo, y con golpes en el rosto, pero nada. Yo no tuve problema en apoyja sobre su pecho. Estaba en silencio, inactivo. Howard Armitage haba muerto de un ataq

razn, y todo haba sido mi culpa.Est muerto? pregunt Misfor tune. Tanto Zavar como yo asentimos con la cabeza.

Me sent en una silla cercana. No poda creer lo que haba hecho por pecar de sobre entusivar no despegaba los ojos de Howard, con el rostro entre triste y sorprendido.Qu vamos a hacer, llamo a un mdico? dijo el cuidador.Zavar me mir, y luego a Misfor tune. Comprend que quera decir algo que el cuidador no

uchar.Philip, puede esperarnos afuera unos minutos? le ped. El cuidador, que se haba quit

rro, retrocedi marcha atrs hasta salir de la habitacin. Cerr la puerta tras l.Galning... esto es terrible.Lo s, era un buen hombre. Fue todo mi culpa. No tendr problema en admitirlo, si...

No me interrumpi, no comprendes. Tengo miedo. Hay que atarlo.Para qu?


20/46

Zavar me tom por los hombros y me sacudi.Galning, no entiendes todava por lo que hemos pasado. Esto es un desastre. Puede se

emos infectados. Los cientficos argentinos creen que... Esto... Podramos tener encima lo que ese Ehiztari haya esparcido. Esa carne me solt y seal el frasco. Galningmprendes?

Estamos hablando de bacterias, Zavar? Crees que se trata de una enfermedad?Los cientficos argentinos le han dado una explicacin cientfica y racional al problem

n alejado de la magia de las leyendas, de la necromancia. Es pura ciencia, Galning. Y dgenas no se han podido sacar de encima esta enfermedad, entonces como s que nosotrosemos?

Pero, por lo que entend slo afecta a los muertos.Ambos clavamos la mirada en el cuerpo sin vida de Armitage.Lo llamo a Philip dijo Zavar. Debemos asegurar a Howard, por las dudas que v

spertar.Qu sucedera si despertase? Cmo desper taron esos indgenas?No quieres saberlo, Galning.Vamos! Ya tuvimos suficiente oscurantismo, por culpa de esto es que me he

usiasmado y he causado la muerte de Howard. Ya dime lo que ha sucedido.No se despiertan como seres humanos. Apenas si parecen conservar un atisbo de vida,

sbo es slo la sensacin de hambre. Se volvieron canbales, atacaban a los soldados! Hubcer una gran hoguera con todos ellos, y con los soldados muertos. Slo el fuego o un disparbeza los mataba para siempre.

Tienen que ser bacterias que trabajan en el cerebro.Philip! grit mi amigo. El cuidador entr, tena el rostro blanco. Algo haba escuchad

da. Aydanos a... a cubrir al doctor Armitage.Permanec a un lado de la puerta mientras Philip buscaba una lona fuera. Cuando entr, Za

ud a desplegar la lona, que solt una gran polvareda. Entre la nube de tierra vi cmo los o

mitage se abran, y su rostro se giraba mirando la mano del cuidador que se acercaba a l conta de la lona. Mi boca no obedeci, permanec duro sin poder hacer nada. El terror se oderado de m.

Vi cmo el que haba sido uno de los hombres ms sabios de la nacin, estiraba su curda de forma salvaje la mano de Misfortune. Tan fuerte que a pesar de que el cuidador la

seguida, un trozo de carne qued entre los dientes del cadver de Armitage, quien lo masg.

Galning! Aydame! grit Zavar. Philip daba alar idos de dolor y se haba replegado cpared cercana a la puerta.

Logr destrabarme y corr a tomar la lona, pero no pudimos sujetar a Howard que, a pear muerto, segua teniendo fuerza. Vi cmo Zavar desesperaba mirando para todos scando algo con qu atacar a Armitage. Yo no supe que hacer, y me replegu junto a Philip.

Armitaje pareca tener ojos slo para el cuidador, miraba fijo su mano. No coordinaba biembros, por lo que cay al suelo al intentar bajar de la mesa. Aprovech para patearlo, per

atrapa la pierna, as que me alej y el cadver viviente se levant de a poco. Zavar estabaa punta del cuarto, buscando algo.

Philip no dejaba de gritar, pero estaba petrificado al lado mo. El muerto vivo estaba apes pasos nuestro, y los sorte de una forma espasmdica que nos aterroriz ms todava. Cam

n la boca abierta, gimiendo. Estir los brazos intentando tomarnos, y all fue que junt fuerr a la otra punta del cuarto. Philip no hizo a tiempo y lo que haba sido Howard lo atrap


21/46

rdi el cuello repetidas veces. Luego de la ltima, sali un chorro de sangre por un costadoca del gran bibliotecario.

Entonces vi que Zavar cruz corriendo el cuarto, pens que huira por la puerta que estaba canbal, pero llevaba una larga cuchilla de encuadernador en las manos, que incrust en el cArmitage casi hasta la altura de los ojos.

Yo junt valor, y tom al muerto vivo de la ropa y lo revol contra el suelo. Pareca eonizando. Zavar retir la cuchilla con dificultad, y la volvi a incrustar en el crneo, esta vertndolo a la mitad. Armitage dej de moverse.

Tanto Zavar y yo estbamos tan absortos con el espectculo de un muerto muriendo por sez, que nos olvidamos de Philip. Cuando lo record vi que estaba en el suelo, desangrndosemvil.

Nos acercamos y notamos que el pobre cuidador haba muerto. Sin siquiera meditarlo, m la cuchilla de la cabeza de Armitage, y la clav por tres veces en el calvo crneo de sfortune. No pude evitar reflexionar sobre lo acorde de su apellido, cuando slo una desgba hecho que este pobre hombre estuviese aqu, y no en la garita que deba al patio iversidad.

Mi amigo luca como un soldado que ha pasado das enteros en el campo de batalla. La lujulejaba en sus ojos, que no parecan mirar a nada, sino hacia dentro.

Qu vamos a hacer, Zavar?No me respondi. Solt la cuchilla, todava clavada en el crneo del cuidador. Se mi

nos ensangrentadas, y retrocedi dos pasos. Negaba con la cabeza, pero nada deca.Zavar, tenemos que hacer algo. Llamar a la polica, al decano, a alguien.Mi amigo continuaba mirando fijo al cuidador, mientras negaba con la cabeza. Me acerqu

cud por los hombros.Esto... Galning. Es un desastre dijo. Yo... pasamos por el cementer io de camino

u, mira si... estas bacterias o enfermedad o lo que sea, no sabemos cmo acta. Y si se levmuertos? dijo al tiempo que me miraba fijo a los ojos.

Creo que debemos llamar al decano.Zavar asinti.Entre los dos apilamos los dos cuerpos junto a una de las mesas. Tomamos el juego de lla

ilip, y cerramos el cuarto de encuadernacin. Acordamos en que Zavar esperar a en la puertalioteca mientras yo iba a buscar al decano. Pero cuando volvimos, l ya no estaba. Nunc

lv a ver a mi amigo Zavar Izgatott.El decano no pareci horrorizarse al ver a los dos cuerpos, incluso retir la cuchilla del c

Misfor tune sin mostrar asco.Hoy me lleg un telegrama dijo mientras depositaba la cuchilla ensangrentada sobr

sa. Es de la Sociedad Cientfica Argentina. Debe haberles costado una fortuna, ya que soginas con instrucciones para lidiar con quienes estuvieron en la expedicin, y con lo que han la Patagonia.

Me mir fijo, me tom por un hombro y me sac de la habitacin. Luego cerr con llave.Aqu no ha pasado nada, Forsker. Jams podr hablar de esto en ni en pblico, ni en pr

ntendi? yo asent. No s si se da cuenta que la humanidad entera podra perecer si estEhiztari se esparce. Al parecer es una enfermedad infecciosa. Y hay que lidiar como con la

beremos quemar todo, y nosotros mismos quemar nuestras ropas, y darnos un bao profro me refiero a bien profundo. Debo verlo con mis propios ojos, Forsker.

Y Zavar?Yo me encargar de buscar lo y limpiar lo. No se preocupe, usted vuelva a sus primigen


22/46

vdese de lo que ha sucedido hoy aqu.Asent. Pero como el lector se habr dado cuenta, no cumpl mi promesa y lo he dejad

crito. No lo har pblico nunca, pero un da alguien llegar hasta aqu buscando respuespero que las encuentre.

As termina todo. No escribi nunca nada ms sobre el tema, y en sus libros ni sinciona a la Patagonia. Mis averiguaciones sobre el papel de la Sociedad Cientfica Argen

bre la malhadada Expedicin a la Patagonia sern material de otro captulo. El nico cabo svar Izgatott, no creo que lo haya sido por mucho tiempo. No se supo nunca nada de l, pero cecedentes del Decano de la Universidad de Miskatonic, no dudo que lo haya encontr

enciado para siempre.El cementerio de Arkham fue totalmente removido en ese ao de 1888, segn pude descub

re los pacientes del Asilo mental de la ciudad, ese ao entr uno sin nombre. Muri pocos spus, y su cuerpo fue donado a la Universidad de Miskatonic para experimentos. Sin dudaber sido el pobre Izgatott. Sobre el Decano mucho no puedo decir, ni siquiera su nombre, p manos son largas y fuertes, no es hombre con el que uno pueda meterse, por ms que

uerto ya hace dieciocho aos.

FIN


23/46

reud y Charcot contra los zombies

AutorMartn Cagliani-IlustracionesPedro Belushi(En base a textos de Sigmund Freud)

Todos los derechos reservados.

A continuacin se presenta un escrito indito deSigmund Freudsobre una investigacin lleabo porJean-Martin Charcotcon zombies. La fecha que figura al final del documento, dicie1888, seguramente fue cuando fue escrito, peroel evento no puede haber ocurrido antes de juao, ya que aqu se habla del brote zombie del 12 de julio de 1888 en Inglaterra, relatad

hn Watson,y se menciona el anterior de Estados Unidos relatado porGalning Forsker:

En la estacin de Pars me esperaba un enviado de Charcot. Pareca de unos veintitantosnque mostraba una pelada incipiente. Se present como doctor Julio Del Cueto, de Espaaranjero bajo el ala del maestro Charcot.

Camino al castillo de Charcot intent obtener algo de informacin extra de mi gua, pestro lo haba instruido para que no me diese informacin alguna. l mismo quera presentaro tan extrao de histeria que me haba relatado en la carta.

Durante los meses que pas estudiando con l en la Salptrire 13, hace dos aos, no me pae Charcot fuera uno de esos a quienes asombra ms lo raro que lo ordinario, y toda su orientpiritual me llev en aquel momento a conjeturar que l no descansa hasta haber descrito de mrrecta, y clasificado, cada fenmeno de que se ocupa.

El caso por el que me haba convocado, era extrao, como l mismo lo describi, y sina importante, al grado de que me haba enviado hasta el dinero para viajar de Viena a Pars.

El carruaje nos dej justo en la entrada de la magnfica mansin de Charcot. Verla meenos recuerdos de aquellos tiempos de estudiante, cuando pude visitarla en una velada de socu sera lo que me tena preparado Charcot, que lo haca citarme en su casa y no en el hospita

Del Cueto me llev por los corredores vacos hasta el estudio de Charcot, pero l no estaborr con la mirada, lo recordaba ms amplio, o sera que ahora mi casa era un poco ms g

e ese estudio. Mientras admiraba una extensa coleccin de libros de enorme tamao, enestro Charcot.

Estaba igual que como lo guardaba en mi memoria, slo que ahora tena unos 60 aos. E

mbre alto. Medio encorvado, pero vivaz, alegre. Segua con ese vigor fsico y lozana de es


24/46

e lo caracterizaban. Tampoco lo haba abandonado la larga melena sujeta detrs de las oora totalmente cana. Iba perfectamente rasurado.

Freud, amigo fiel. Le agradezco mucho que haya acudido a mi llamado con tanta premudijo con esos labios carnosos y esas facciones tan expresivas. Nos estrechamos las mano

rza.Admito, Charcot, que lo que ms me apresur fue la curiosidad, que me carcome desd

su carta hace dos semanas. Cunteme qu tiene de extraordinario este caso del que me habpond en un francs oxidado.Ms que contar, se lo voy a mostrar Freud. Sgame dijo Charcot, pero se detuvo

dia vuelta. Qu modales los mos, imagino que ya se habrn presentado Seal a mi gl Cueto es un neurlogo excelente para su edad, hace algunos meses que est trabajando coneste proyecto secreto. Lo conoc gracias a un intercambio de cartas de lo ms extrao que ya

ntando junto con los pormenores del caso.Inclin mi cabeza hacia Del Cueto en signo de apreciacin, y l me devolvi el gesto. Char

camin nuevamente, y nosotros lo seguimos. Me hizo acordar los tiempos en que paseaba trasHpital de la Salptrire.

Freud, la mxima satisfaccin que un hombre puede tener es ver algo nuevo, ocernirlo como nuevo. Lo que tenemos aqu es algo extrasimo que podra traer consecuereblemente benficas para el ser humano, como tambin terriblemente nefastas.

Descendimos unas escaleras y entramos en un amplio stano, poco iluminado, y totalmerso en un olor ptrido que bien podra ser de varias ratas muertas.

Ya ve usted me dijo apuntando hacia delante con la mano.Frente a nosotros haba tres mujeres. Dos de edad avanzada en muy mal estado, y una terce

mal, de unos veinte aos. Parecan adormiladas, los ojos cerrados. Estaban inmovilizadazos y piernas por anillas de cobre contra un fondo de madera. A cada lado de sus cabezas haan imn. Los rostros casi no se podan ver, ya que tenan la boca cubierta por una ancha faero.

Acrquese, Freud me dijo el maestro.Las mujeres estaran a unos seis pasos de nosotros, hice tres y los retroced enseguida del

s tres mujeres despertaron de su letargo y se movilizaron como si estuviesen posedas, ado de histeria increble.

Qu caso de histeria es este, Charcot?Antes de contarle lo que pude descubrir hasta ahora, me gustara escuchar su opinin so

co que vio.Volv a pasear la vista por las mujeres, que ahora me miraban con ojos vidriosos como qu

sado mucho hambre y observa una suculenta comida a travs de una vidriera.

Veo que son muy agresivas, y que las est tratando con metaloterapia y magnetoterapia, ra anestesiarlas, imagino. Por eso ese estado letrgico. La agresividad e hiperactividad se potar con cocana. Yo mismo inger un poco antes de venir, para calmar mis nervios. Son pacapljicas? Sonmbulas?

Cerca respondi Charcot. El problema aqu, Freud , es que todo en estas mujereuerto a excepcin del cerebro.

Un caso de anestesia histrica general? Ser a una cataplexia, entonces.No... estn literalmente muertas, Freud. No corre sangre por su cuerpo, ni hay clulas

lo el cerebro se mantiene activo, al menos hasta que se descompone por completo.

Me qued perplejo. Mire con detenimiento a las supuestas muertas vivas. Si no fuese pan los ojos abiertos y se movan, bien podran pasar por cadveres. En dos de ellas se notab


25/46

nos de una descomposicin avanzada, ya la piel cuarteada y con coloracin verdosa. Y etrefacto que inundaba la habitacin era seal de que las bacterias ya haban comenzado a habajo. Pero una de las mujeres, la ms joven pareca lozana.

Charcot no era un hombre bromista, ni que gustase de tomarle el pero a la gente, pero... ldeca era extrao por dems.Estn realmente muertas? Indagu.Tcnicamente s, Freud. El corazn ha dejado de funcionar. Aquellas dos murieron hac

mana, y esta hace dos das. Yo mismo las vi morir en el Hospital. Pero luego las traje aqu,t con aquello que ve all seal un frasco de vidrio Y volvieron a la vida, o a algo para vida.

Charcot, qu es eso? Ha encontrado la forma de engaar a la muerte? La vida eterna?Nada de eso, Freud. Es lo que tratamos de elucidar aqu. Cmo puede ser que esto s

mpoco es la fuente de la vida eterna, ya que como ve estas mujeres son altamente agresivasnen ms nocin de la realidad que un letrgico o un sonmbulo. Parecen hipnotizadas, no?

Asent.Hace unos meses me trajeron a un hombre en este mismo estado. Tard en darme cuen

realidad estaba muerto. Lo estudi a fondo. Pero el problema es que como las clulas de su cn dejado de estar vivas, en l se generan todos los procesos de descomposicin de un cadminan echndose a perder en un par de semanas. Lo extrao es que por lo general, en un carmal, lo primero que se lica es el cerebro, en slo algunos das. Pero en este caso es lo ltimscomponerse. Por alguna razn el cerebro sigue vivo, y mientras puede comunicarse a trav

nervios con el resto del cuerpo, lo sigue haciendo hasta que las conexiones nerviosasintegrndose.

Hizo una pausa, tomndose el labio inferior, como sola hacer en sus magnficas conferencFreud. Como le dije, esto lo puedo perpetuar, lo puedo reproducir en diferentes cadver

e me hizo pensar que estamos ante algn tipo de histeria parecida a la catapleja. Eerexitabilidad neuromuscular.

Pero en un muerto?Hace poco, gracias a Del Cueto Lo mir y el hombre sali de entre las sombras

r un estudio escrito por el doctor Watson, de Londres. En l se hablaba de bacterias que manvo el tejido muerto. Segn sus suposiciones lo hacan emitiendo descargas elcperceptibles. Lo que yo creo es que esas bacterias, si es que existen, lo que hacen es actuar soebro como los microbios de la rabia que ha descubierto el gran Pasteur. Pero estas bactere hacen es sumir al cerebro en una hipnosis que modifica el tejido. Generan un desorden fscerebro capaz de fomentar una histeria ms all de la muerte.

Pero usted ya ha ledo a Bernheim dije, y segn l todos los fenmenos del hipno

nen un mismo origen, la sugestin. Son un fenmeno psquico, no tienen como base alteractejido vivo sino que slo estn en nuestra mente.S, Freud. Acepto algunos de los postulados de Bernheim. Pero deje que le cuente un poc

los experimentos que he realizado hasta ahora.Era difcil concentrarse en lo que deca el maestro, ya que si bien las dos mujeres ms acha

ban cerrados los ojos, la ms joven no dejaba de mirarme. Pareca de facciones hispanazcla rabe, con esa larga y tupida cabellera negra que pareca ms viva que su duea.

Cuando le el artculo de Watson, intent probarlo. Sigui Charcot. Corr electricida cuerpos, y logr darles ms vitalidad. Incluso con cobre e imanes. Pero slo puedo exci

ebro. Si usted lo ve, es todo igual que un letrgico. Son insensibles, y esa laxitud... Ya nnmenos psquicos, sino que tratamos con la parte ms elemental del sistema nervioso, la m


26/46

pinal, reducida por aislamiento hipntico al mecanismo bsico del reflejo. O se tratncionamiento automtico de una parte del encfalo, que ya fue estudiado por psicloilogos y ha recibido el nombre de automatismo cerebral o cerebracin inconsciente.

Pero, Charcot. Estamos hablando de gente muerta. En qu se relaciona con la sugestirnheim?

La gente no quiere morir, Freud. Cada persona que muere, sufre una fuer te sugumtica. En la vida comn, esa sugestin no sirve de nada. Pero de algn modo, la sugestinjuncin con estas bacterias afectan al cerebro, y lo reviven en una hipnosis severa. La agreso se da hacia personas vivas, entre los muertos vivos no se agreden.

Usted quiere decir que nos agreden porque estamos vivos?Algo as.Pens unos segundos, sintiendo la presin de los grandes ojos vivos de Charcot y los

uertos de la joven morocha. Mi intento de hacerme famoso con la cocana haba falladodramos tener algo que nos dara fama mundial.

Charcot, esto que tiene aqu puede ser muy grande. No pudo devolver a estos muertos vestado de vigilia? Siempre permanecen en ese estado letrgico de hipnosis?

S. No vuelven, y es slo el cerebro el que permanece vivo. Incluso... Lo mir a Del Ellos, los muer tos vivos, buscan tambin cerebros, vivos, o sea vivos de verdad. Por

resividad, quieren atacar a los vivos y comerles el cerebro.Mi expresin de asco y perplejidad debe haber sido marcada, porque tanto Charcot com

eto sonrieron al verme. Del Cueto tom la palabra.Con el maestro hemos experimentado, incluso, con la idea del fluido universal magnt

esmer, pero nos inclinamos por una bacteria que pueda causar esto. Incluso el gran descubride la hipnosis es un sueo lcido, el abate Fara14, deca que una extraccin de sangre impodra volver sonmbulo, o sea hipnotizado, a cualquiera. O sea que esas bacterias pueden lleusar este estado letrgico.

Mir a Charcot y este asinti, aprobando lo dicho por su discpulo.

Usted sabe dije, que yo me inclino por que la hipnosis es nicamente un estado psqque afecte de forma fsica a ninguna parte del cuerpo. Pero creo que usted ha encon

almente la prueba que necesitaba para contradecir los postulados de Bernheim. Aunque en reestamos seguros de que esto sea una hipnosis, tal vez esas bacterias actan de otro modo.

g a ver a las bacterias?No respondi Charcot, con sequedad. Hemos estado llevando a cabo este estudio

s profundo secreto con Del Cueto, nadie puede enterarse de esto, Freud.Pero podr amos ir a ver al gran Pasteur, que si bien ya est retirado, su sabidur a es inm

n respecto a los microbios. Si descubri una vacuna contra la rabia, podr descubrir cmo re

e estado letrgico o hipntico de sus muertos vivos, Charcot. Esto podra...No podemos, Freud. No puedo decidir sobre esto. El experimento me ha sido encargad

uien, quien me trajo los primeros casos, y me pidi secreto absoluto.En ese momento se escucharon pasos por la escalera que conduca al stano. Entr un ho

bigote largo y barba bien cuidada. Tendra unos sesenta aos, como Charcot.Quin es este hombre? dijo el recin llegado, sealndome.Charcot se adelant y apoy una mano sobre mi hombro.Este hombre es Sigmund Freud.El recin llegado pareci tranquilizarse. Luego me enter que haba ledo mi estudio so

cana, y le haba ayudado a dejar su adiccin a la morfina.Charcot, esto tiene que terminar ya dijo el hombre. Fui elegido concejal de Ami


27/46

neo tener ahora una vida tranquila, preocupndome nicamente por mi ciudad. Quiero queperimentos se terminen, y yo sea desvinculado por completo de ellos. No voy a ver arruinarera literaria y poltica por esto seal a las mujeres.

Charcot me mir .Freud, este hombre es...No, nada de nombres dijo. Sac un revlver del bolsillo de su casaca y acto segui

erc a las muertas vivas y les dio un tiro en la cabeza a cada una. Las mujeres parecieron r segunda vez. El hombre de bigote volvi a guardar el arma, y mir a Charcot directo a los o

La Sociedad Cientfica Argentina me ha enviado un telegrama, Charcot. Aqu lo tiene reg en mano. Son una serie de medidas que hay que tomar para que esta maldicin d

uertos vivos no se expanda. Demandaron que terminemos de inmediato con los experimentos.De todo lo que sucedi despus no debera escribir nada, ni tampoco lo que ya he escrit

dieron que guardase secreto total. Pero esto debe saberse.El hombre que no quera ser nombrado era nada menos que Julio Verne, el gran escritor

jes extraordinarios. No pude saber cmo, ni cundo, pero l fue quien haba descubierto la aesa carne putrefacta que haba dentro del frasco de vidrio. Acudi a Charcot para que lo ayud

volverle la vitalidad y le quitase la agresividad a su sobrino, que haba cado en ese estado.

No pude saber qu tena que ver la Sociedad Cientfica Argentina en todo esto, ni el conttelegrama, ni tampoco por qu ellos podan hacer demandas al gran Charcot y a uno d

critores ms famosos del mundo. Pero me di cuenta que de esto no podra sacar nada, ni famnocimientos. Esa sociedad argentina me haba quitado todo de cuajo.

Eso no fue lo peor, ya que me obligaron a baarme desnudo all mismo en el stano, y ieron ellos tres tambin. Luego llevaron los cuerpos de las tres mujeres a una caldera que ha

ndo del stano. Del Cueto, tuvo que limpiar todo el stano siguiendo los procedimiispticos de Lister15, con cido fnico.

Charcot me pidi y Verne me orden, que no hablase con nadie, ni escribiese sobre este

que no llegu a comprende su magnitud hasta que, ya de vuelta en mi hogar, unos pocogo del suceso, me lleg una carta con membrete de la Sociedad Cientfica Argentina.

Iba escrita en perfecto alemn, y estaba firmada por El Gestor de la SCA. En ella me conuchos pormenores sobre los orgenes de esto que Charcot haba estado investigando. Provenatagonia, y no se saba a ciencia cierta qu era. Por eso la sociedad argentina, al parecer, etando de investigarlo a travs de diferentes sabios mundiales. Charcot no haba aportadoeresante, segn me decan, por lo cual haban cerrado su investigacin.

Me decan que volveran a contactarse conmigo, pero hasta la fecha no he recibido nada des que un pedido imperioso de silencio. Tampoco creo que vuelvan a contactarse. Sin em

iero dejar constancia de esto que he vivido, y se lo envo a usted Fliess porque es mi personfianza en este momento. Sinceramente temo que algo pueda llegar a ocurrirme por lo que


28/46

eriguar que ocurri en Londres con Sherlock Holmes y en Arkham, en la Universidskatonic. Sinceramente suyo, Freud.

Diciembre,

FIN


29/46

La granizada de los Muertos

AutorMartn Cagliani -Ilustraciones Pedro Belushi(Utilizando personajes ficticios de la obra de Arthur Conan Doyle)

Todos los derechos reservados.

Relato perteneciente al arthivo deDr. John Hamish Watson, fue fechado en 1888, sin exac

ro seguramente relata una conversacin ocurrida poco despus del brote zombie de Boscombe,etaa.

Sherlock Holmes se entusiasmaba especialmente cuando le llegaba un paquete del extralan llegarle de los lugares ms distantes y extraos. A veces una pipa para su coleccin, ot

mple peridico de la localidad ms disparatada. Por eso no me asombr que pasara gran parteana estudiando una pila de peridicos que, segn me dijo, le haba sido enviado desde la Ind

Me sobresalt cuando por fin me dirigi la palabra, yo estaba inmerso en la relectura nza de la muerte, de Ambrose Bierce16.

Es sorprendente, querido Watson, cmo un simple hecho cotidiano puede volravilloso y hasta fantstico cuando cae en manos de los periodistas dijo mi amigo Holmear de mirar un grueso tomo del que pasaba hojas casi sin leerlas desde haca ms de qnutos.

A qu hecho se refiere, Holmes?Por ejemplo Me mir fijo, y dibuj crculos con las manos. Un hombre cruza un c

ra saludar a su esposa, y jams llega al otro lado. Su amigo Bierce lo convierte en un cbrenatural. Un periodista, en una catstrofe. Pero ambos se inventan una historia para expliccho cotidiano teido de extraeza.

Lo sigo.Usted sabe, querido amigo, que me gusta que me enven peridicos de los lugare

tantes, y por suerte tengo algunos conocidos en el puerto que me procuran material parao pasatiempo. Hoy me acaba de llegar una pila de peridicos de la India. De diversas ciud

ro sin duda el ms interesante es el de la ciudad de Bareilly, a orillas del rio Ramgangaentan, querido Watson, que el da 30 de julio ha ocurrido una granizada tan potente que ha ma

cisis personas. Pero no se sobresalte, ya que eso no es lo sorprendente, sino que dicen que


30/46

cina ciudad de Moradabad 17, a unas treinta millas, el mismo granizo asesin a doscientas trsonas.

Eso ms que sorprendente, parece casi increble. Usted presume invencin de parriodista?

Me huele a algo oculto, Watson. Pero no por simple intuicin, ya que dentro de la pridicos he encontrado otro de una ciudad ms distante, que se refiere al mismo hecho, sla vez por boca de un supuesto testigo que pas por Moradabad dos das despus de la graniza

Y qu dice ese testigo?

Se lo voy a leer textualmente, Watson. Usted me dir luego qu opina antes de que yo le dnclusiones, que seguramente estarn apoyadas por su opinin previa.Dej el libro que tena entre manos, y tom un peridico muy amplio y amarillento.Cito: El seor Saccai Bayavaha, mercader de variedades, estuvo en el lugar de la traged

s despus. Vio con sus propios ojos el desastre, y lo que vio fueron cuerpos destrozados por os. Nios, mujeres, ancianos. Brazos y piernas separadas del cuerpo, con trozos faltantes co

biesen sido mordidos. Todos con las cabezas despedazadas y a veces directamente decapitagn dice ms adelante, al parecer tal magnitud de heridas no se vio en Bareilly, donde los dieertos pasaron a ese estado por algn golpe muy fuerte en la cabeza. En Moradabad doscinta personas fueron masacradas por una tormenta. El broche de oro es que al da siguiente f

dos cremados por orden de la polica.Holmes, dej el peridico sobre su escritor io y me mir fijo mientras encenda la pipa.Realmente me resulta increble semejante cuadro, Holmes.Hay suficientes testigos como para descar tar un invento de los periodistas agreg, y

a bocanada de humo.Siendo as, mi duda es sobre la magnitud del destrozo. La fuerza de la gravedad puede

ragos sobre el dbil y suave cuerpo humano, pero no al grado de desmembrar y decapitante, o arrancarles trozos de carne.

Note, querido Watson, el detalle de que todas las cabezas presentaban lacerac

portantes. Asent con la cabeza para darle la razn, y dejarlo que siguiese con el hinsamiento. Usted sabe lo interesantes que me resultan los hechos que se presentan brenaturales, pero a veces sin que se los muestre como tales, lo parecen. En este caso, un sanizo, por ms grande y fuerte que fuese, no puede hacer semejante cantidad de destrozos. La bra acudido a cubrirse. Est en la naturaleza de todo ser vivo el querer mantener esa vida.

Se puso de pie y fue hasta mi escritorio, tom un documento que haba terminado de esca poco tiempo. Lo mir apenas, y luego vir hacia m con una sonrisa llena de astucia infan

Algn da deberemos retomar esta investigacin, Watson. Creo que hoy hemos encontraralelo, y no creo que sea nico. Lo que ocurri en Moradabad es un brote similar al de Bosco

lo que en el nuestro los muertos vivos eran apenas seis, y aqu doscientos treinta. No se olvidcorona ocult el brote de Boscombe, y la limpieza a la que se someti la regin, con un pcusas absurdas en los peridicos. Al parecer hicieron lo mismo en la colonia de la Inditagonia y Buenos Aires nos siguen esperando, Watson.

Habra que empezar a planear el viaje, Holmes.

FIN


31/46

ulio Verne y Allan Quatermain contra losZombies

AutorMartn CaglianiIlustraciones Pedro Belushi

(Utilizando personajes ficticios de la obra de H. Rider Haggard)Todos los derechos reservados.

Relato escrito porAllan Quatermainque nunca fue publicado a pedido de Julio Verne. See fue escrito en marzo de 1888 y que la expedicin parti el seis de enero de ese ao. Quatermacuenta cuentos profesional, que si bien suele relatar sus propias aventuras, nunca se sabe c

y de cierto, y cuanto es ficcin, pero en vista a otros archivos de la Conspiracin de 1888, no pque se haya permitido muchas libertades literarias en la narracin de esta desgarradora aven

Como en todos mis relatos me disculpo por lo burdo de mi modo de escribir. La nica ee puedo presentar es que estoy ms acostumbrado a manejar un rifle que una pluma, y qedo aspirar a los altos vuelos y adornos literarios que observo en las novelas. Dice un rkuana que "una lanza afilada no necesita brillo", y basndome en el mismo argumento, me atrperar que una historia verdica, por muy extraa que sea, no necesite el adorno de las abras.

Fue curiosa la forma en que Julio Verne y yo nos conocimos. El encuentro ocurri dos m

es de que partisemos hacia la Patagonia. Estaba yo en Pars dando una conferencia en la Sonaise d'exploration sobre mi expedicin a las Minas del Rey Salomn sin saber que elritor Julio Verne estaba entre mis oyentes.

Haba terminado la exposicin, y me logr librarme de los curiosos que me llenaguntas. Caminaba cojeando ms que de costumbre, ya que cuando me pongo nervioso la hduele ms que nunca. Pero cuando levant la vista, vena hacia m un hombre que tam

eaba, estara cercano a los sesenta aos, como yo, y llevaba una barba prolijamente cortadmo la ma que llevo descuidada.

Lo vi con intenciones de hacerme preguntas, pero yo no poda ms de dolor, as que slo qntarme, y le dije en un mal francs, mientras sealaba mi pierna:

Cuando se han matado sesenta y cinco leones en el transcurso de una vida, como es mi


32/46

triste que el len nmero sesenta y seis te mastique la pierna como si se tratara de un troaco.

Logr sacarle una sonrisa, pero no entendi la indirecta, sigui caminando a mi guramente a la vista de otros pareceramos veteranos de guerra, los dos arrastrando la pego me enter que su herida era de bala, y nada menos que producto del disparo de un sobrito loco.

Luego de las presentaciones de rigor, Verne cor t por lo sano como lanza zul.Seor Quatermain, le voy a ser sincero. Conoca su expedicin de antes, ya que mi edito

z descanse, me facilit una copia de su libro, que estn por salir a la venta en francs, as qne aqu a conocer su aventura, sino a invitarlo a participar en otra.

Me sorprend, ya que en el estado que me encontraba ese da no pens que nadie me viese posible aventurero, y para ser sinceros, Verne no pareca poder caminar ms de veinte metr

dir una mula a gritos.Me cont que haba pasado muy malos momentos familiares, y que su carr era de escritor

peligro por haber perdido recientemente a su editor de toda la vida, y tambin a su madre. Pera partir a comprobar unos datos que le haban llegado sobre una ciudad fabulosa tagonia. Quera comprobar en el terreno esa historia, para utilizarla en una novela que emando.

Pero no le alcanzaba con los relatos de capitanes y exploradores, como se haba manejadoora, sino que esta vez necesitaba viajar en persona. Como lo haba hecho siete aos antes ado velero Saint Michel.

No le cost mucho convencerme, a pesar de que ya con dinero no se me poda comprar, pumerables riquezas que descubr en las Minas del Rey Salomn. Pero lo que Verne quera bla ciudad inmortal, la ciudad eterna, la ciudad errante de oro y plata de los Csares.A pesar de que mi vida transcurri en el continente negro de frica, algo conoca sob

endas de Amrica. Sin duda que descubrir esa mtica ciudad que innumerables exploraban buscado por toda la Patagonia, me traera ms fama todava que las Minas del Rey Salom

Verne tena datos fidedignos de que en un lago llamado Nahuel Huapi unos indios locales hscubierto una entrada secreta que daba a unas ruinas. El informante era un ex chamn mavenido en explorador del ejrcito argentino, y que haba perdido a toda su familia en las guernquista. Con l deberamos encontrarnos en Carmen de Patagones, la ciudad en el confn civiArgentina, la ciudad que abra las puertas a la enigmtica Patagonia.

Partimos slo Verne y yo, acompaados por mi fiel Jikile, el criado zul que me ompaando desde haca algunos aos. Sin olvidarnos de los tres rifles Winchester, mi fusizar elefantes y una colt 45 para cada uno. Jikile, insisti en llevar su lanza ceremonial.

El viaje desde Francia dur dos meses. Hicimos escala en Ro de Janeiro y en Buenos

ra terminar el recorrido marino en Carmen de Patagones. Ciudad ubicada a orillas del ro Neos veinte kilmetros de la desembocadura de este ro en el ocano Atlntico.No puedo decir que haya disfrutado de ese viaje en velero, ya que fue una tortura. Verne ca

iti palabra en los dos meses, y Jikile habl el equivalente a veinte personas. Siempre burlndfndose de Verne, de los franceses, de m, de los ingleses, de los brasileos, de los argentin

ien pudiese decir algo. Obviamente, siempre en su lengua zul, como para que slo yo derir sus diatribas.

Con Verne nos costaba comunicarnos, ya que su ingls era casi ininteligible, y mi francs dcho que desear, pero si yo hablaba en ingls, el me entenda bien, y yo lo entenda cuando

ca en su propia lengua. As que para el da en que llegamos a las costas de la Patagonia, elchel era una Babel andante, cada uno hablando en un idioma diferente. Lindo espect


33/46

bremos dado cuando nos presentamos en el nico hotel del pueblo que se haca llamar ciudadSegn me pude enterar, Carmen de Patagones haba sido fundada ms de cien aos atrs, pe

reca haber crecido mucho desde entonces. Es que hasta haca apenas algunos aos, haba sidanzada de la civilizacin dentro de un territorio hostl. Porque antes slo se poda llegar a la cr mar, ya que estaba separada por cientos de kilmetros de la poblacin argentina ms cero en los ltimos diez aos, el gobierno argentino haba conquistado toda esa vasta requilando a las poblaciones indgenas de la zona.

Verne no estaba muy informado sobre la geografa de la zona. Sus lecturas tenan veinte aigedad, y tan slo en el transcurso de los ltimos cuatro aos el mapa por completo

mbiado.l vena preparado para lidiar con los indgenas de la regin, y ahora resultaba que no ha

o. Segn decan los soldados con los que pudimos conversar, o mejor dicho, con los que Vnversaba en su oxidado espaol, nos contaron que para llegar al lago Nahuel Huapi, deberguir el curso del ro Negro, que en algn momento se encontrara con el Limai, y este nos llesta el lago.

Antes estaba cubierto de indgenas hostiles, pero ahora ya no quedaba nadie, el camino honado de fuertes militares. Incluso casi a or illas del lago haba uno, que no se saba bien si sivo y si ya haba sido abandonado, ante la virtual desaparicin de los indgenas de la regin.

Tuvimos que esperar seis das a que el gua e informante de Verne volviese de un viaje quecho a un fuerte cercano. Alquilamos una pequea habitacin para Verne y para m, y Jikile del establo con los caballos y mulas que ya habamos comprado para la expedicin.

Una noche, mientras yo intentaba conciliar el sueo frente a los ruidosos ronquidos de Vermbre entr en la habitacin. Me puse de pie de un salto, con mi colt 45 ya en mano apuntandbeza.

Quieto o tus sesos decorarn la pared le dije en ingls, sin esperar que entendiese mucLa luz de la luna se colaba por la ventana, y me dej ver al intruso. Una cicatriz le cruz

tro desde la frente hasta la barbilla, anulndole el ojo izquierdo en el camino, que brillaba bmuerto. El otro ojo estaba fijo sobre m. Dijo algo que asum que era en espaol, as que desprne.

Es nuestro gua me dijo. Lo reconozco por la cicatriz. Mi informante Vazquez, scribi bien.

Baj mi arma, y los escuch hablar, comprendiendo a medias. Algunas palabras del espaorecidas al francs, pero cuando uno crea estar comprendiendo algo, se daba cuenta que no endido nada.

Se llama Lampu, y es mitad mapuche mitad tehuelche me explic Verne a la m

uiente, mientras desayunbamos. Los soldados argentinos le dicen Huedhued, que significamapuche. Vazquez me lo describi en cartas como un hombre callado, taciturno pero quechsimo de las dos culturas a las que pertenece. Es l quien estuvo en la isla a la que debem

gn parece estuvo con la expedicin final que ech a todos los mapuches que vivan ecanas del lago Nahuel Huapi. Ahora apenas si viven dos familias de indgenas colaboracion

. Dice que en esa ltima expedicin unos soldados quisieron ir a la isla, ya que tiene una ca, donde queran izar la bandera argentina. Los indios la llamabanPu fcha huapi, que siga de los viejos. Pero estos soldados la apodaron isla General Villegas, en honor al comandancampaa contra los indios.

Verne detuvo su relato para liquidar su te. No pude dejar de notar la forma en que suba y bbigote cuando saboreaba el lquido. El hombre pareca estar viviendo su vida por primera ve


34/46

pacin con que me relataba lo que le haba contado ese mapuche. Pero los tuertos siempron desconfianza. Una leyenda africana dice que pueden estar en los dos mundos a la vez, vivo estn en el mundo real, y con el otro miran al mundo de los muertos.El tema es que Lampu los acompa a estos soldados, que armaron un bote y fueron a

ria en la isla retom Verne. Y mientras ellos se divertan izando la bandera, l descubeva que lleva a la ciudad inmortal o como l la llama a la morada de los antiguos.

Que vendr a a ser la que nosotros buscamos, no?S, s. Esta ciudad es la que ha generado tantas leyendas en esta zona. En los mitos la

mar la Ciudad encantada de los Csares o a veces Eleln. Pero yo creo que tiene ms que veleyendas sobre los Primigenios.Primigenios?Un sabio noruego, Galning Forsker, investig mucho sobre estos Primigenios, que

ron una raza de seres anteriores a la humanidad. Vivieron en nuestro mundo hace muchos mios, pero algo se los llevo, los persigui hasta que los mat a todos. Slo quedan sus rsperdigadas por el mundo, supuestamente, pero nadie pudo encontrar ni una sola de ellas. Foentura algunas posibles locaciones en su libro, y la Patagonia es una de ellas.

Permita que lo interrumpa, Verne. Le pregunt por los Primigenios, porque me sonabmbre. Se lo escuch a Madame Blavatky.

Blavatsky? La fundadora de la Sociedad Teosfica? dijo Verne, y su rostro evidencile gustaba mucho.La misma. Me vino a ver cuando estuve en Londres. Me llen a preguntas sobre las Min

y Salomn, y me cont muchas histor ias, algunas las cre, otras no tanto.No hay que creerle nada. Se lo ha inventado todo, con ese libroIsis sin velo, ha lleva

udio de los antiguos a la caricatura.Pero mencion a los Primigenios...En qu contexto? pregunt Verne, ya con tono de exasperado.Me cont que estaba preparando un libro, que se basaba ampliamente en elLibro de Dzya

iguo manuscrito, del que slo hay un ejemplar en el Tbet. Segn ella slo existi una rentica, que sera la raz de todas las religiones actuales, y de todos los mitos. Sera el orig

do el saber humano, y se debera a una civilizacin anterior a la humanidad. Ella se refiri aiguos como los Primigenios. EseLibro de Dzyan, sera lo nico que qued de ellos. Escrito eeccin de hojas de palma, resistente al agua, el fuego y el aire.Puro sinsentido, esa mujer es una mentirosa patolgica, si hasta dice comunicarse con g

distancia por medio del pensamiento. Absurdo.No insist. Minutos ms tarde vi por la ventana a nuestro gua, parado en medio de la ca

rra. Fui a buscar a Jikile, mientras Verne conversaba con Lampu. Se nos unieron poco ms tar

Jikile no paraba de quejarse de la falsedad de Verne al haberlo hecho dormir en el estago defender la igualdad de los pueblos. Pero yo le aclar que haba dormido all por decisigui protestando igual contra Verne, cambiando las razones cada tanto, no se call ni siqando Verne lleg, ya que me hablaba en zul.

Pasadas las nueve de la maana comenzamos la segunda parte de nuestro viaje. Tenamoshocientos kilmetros por delante

Conspiracion Zombie

Documents

Transcript of Conspiracion Zombie