Consideraciones en Torno Al Silencio

download Consideraciones en Torno Al Silencio

of 8

Transcript of Consideraciones en Torno Al Silencio

  • . * (

    CONSIDERACIONES EN TORNO AL SILENCIOY LA PALABRA

    Rosa M.a Mateu SerraUNIVERSIDAD DE LLEIDA

    La primaca de la palabra como forma de comunicacin y de expresin de larealidad, obviada por la tradicin occidental, es en nuestra poca una realidadcuestionable. Cada vez van ms en aumento las reflexiones, no ya slo en elcampo de la Lingstica y la Literatura, sino en todos los planos de la realidad,sobre la capacidad de la palabra. No debemos olvidar que el lenguaje es una ar-ma de doble filo: por una parte [...] el universo lingstico nos arropa de talforma que no podemos salir de los lmites que nos impone. No lo podemos ob-servar desde el exterior porque el ms all del lenguaje es impensable;1 as es,el lenguaje es la nica forma de intentar abarcar la realidad, si abarcable, de lacual disponemos; amparndonos en la expresin de Jess Tusn, disponemosdel lujo del lenguaje; sin embargo, por otra parte, tambin el lenguaje se nospresenta como un instrumento imperfecto de escribir o escribirnos, ya que tododebe ser filtrado a travs de l.

    Qu papel ocupa en este proceso el silencio? En nuestra tradicin occiden-tal, eminentemente verbal, siempre se nos ha interiorizado la preponderancia dela palabra sobre el silencio;2 ste ltimo sera el fondo sobre el que se dibuja lafigura -la palabra.3 De un modo u otro, el silencio siempre ha sido tratado msbien de forma secundaria en nuestra sociedad,4 excepto en las parcelas excluidas

    1 Jess Tusn, El lujo del lenguaje, Barcelona: Paids Comunicacin, 1993, pg. 21.

    2 En la sociedad occidental el silencio est valorado negativamente; una muestra de ello la encon-

    tramos en la paulatina deshumanizacin del silencio y el miedo que sentimos hacia l en unmundo que prioriza la imagen, la mscara; el silencio, inversamente, alecciona al individuo aadentrarse hacia s mismo, a revolver en su intimidad, a buscar la autenticidad y, por tanto, alsentimiento de angustia.

    3 Beatriz Gallardo analiza el papel del silencio en el marco de la conversacin. La autora utiliza los

    trminos figura (conversacin), fondo (silencio) y frontera (secuencias marco: encarga-das de la apertura y cierre conversacional). Vase Anlisis conversacional y pragmtica del re-ceptor, Valencia: Ediciones Episteme,1996, pgs. 127-51.

    4 stas son las acepciones que encontramos de silencio en el DRAE en la edicin de. 1984: m.

    Abstencin de hablar; 2. fig. Falta de ruido [...]; 3. fig. Efecto de no hablar por escrito; 4. Des.Desestimacin tcita de una peticin o recurso por el mero vencimiento del plazo que la admi-nistracin pblica tiene para resolver; 5. Mus. Pausa musical. Obsrvese cmo en las tres pri-

    662

  • EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA 663

    al mundo verbal, como el mundo del arte y, en especial, el de la msica (tan cer-cano al silencio), en los que la inteligencia es capaz de sentir no verbalmente.

    En estas pginas vamos a referirnos exclusivamente a la presencia del silen-cio en el mundo de lo escrito, el silencio literario, aunque obviamente no po-dremos dejar de referirnos constantemente a ese intento del lenguaje de corres-ponderse con la realidad, sea fsica o mental. En definitiva, ser nuestro intentoreflejar cmo el silencio, en palabras de George Steiner, [...] parece, en virtudde la perspicacia de Wittgenstein, no tanto un muro como una ventana5.

    En nuestra poca, la desconfianza hacia el lenguaje se hace ms esencial enalgunos poetas, para los cuales ste quedara vinculado a la cada, a la confu-sin, ms que al entendimiento. La nostalgia de la palabra, el debate del escritorentre la palabra y el silencio, la constante insatisfaccin ante el empeo de cap-tar lo inasible, la bsqueda de la fusin del nombre con lo nombrado, son ele-mentos que se presencian en los poetas Roberto Juarroz y Alejandra Pizarnik ensu afn de escribir el silencio. Ellos nos servirn de punto de apoyo para tejeruna reflexin sobre la capacidad de la palabra, en este caso escrita -la palabraliteraria.

    Como seala Guillermo Sucre: Hablar a partir de la conciencia que se tienedel silencio, es ya hablar de otro modo: al reconocer sus lmites, el lenguajepuede recobrar al mismo tiermpo su intensidad. No hay un lenguaje que, por supropia naturaleza, es una suerte de silencio?6 Antes de empezar a hablar delsilencio queremos hacer algunas precisiones terminolgicas sobre este concepto.Para ello nos basaremos en la distincin que hace el autor Augusto Ponzio entrelos trminos silencio y callar.7 Este autor parte de los diferentes contextosen que sita Michael Bajtin los trminos aludidos. Segn este ltimo, el silenciopodra definirse como la ausencia de sonido, por tanto entrara dentro del m-bito de estudio de la Lingstica, mientras que el acto de callar significara laausencia de palabra, perteneciendo as al acto de enunciacin y, por tanto, nosusceptible de estudio por parte de la Lingstica, sino por lo que, en trminosgenerales, se conoce con el nombre de Lingstica de la comunicacin, con to-

    rneras acepciones -y en la cuarta de forma implcita, ya que esa desestimacin tcita se produ-ce cuando no hay una manifestacin expresa, por tanto, porque no se dice algo- apreciamos laausencia de habla.

    George Steiner, Lenguaje y silencio (Ensayos sobre la literatura, el lenguaje y lo inhumano),Barcelona: Gedisa, 1990, pg. 45. Recordemos que Wittgenstein cita varias experiencias en lasque aparece lo que l denomina la esfera de lo mstico, lo inexpresable verbalmente. En estassituaciones el intento de expresin verbal conduce a la perplejidad. As la filosofa, segn esteautor, ser la encargada de poner lmites al discurso verbal (cfr. Francesc Torralba, Rostres delsilenci, Lleida: Pags Editors, 1990, pgs. 16-17).

    6 Guillermo Sucre, La metfora del silencio, en La mscara, la transparencia. Ensayos sobre

    poesa hispanoamericana, Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1985, pg. 293.7 Augusto Ponzio, El silencio y el callar. Entre signos y no signos, Actas del IV Seminario Inter-

    nacional del Instituto de Semitica Literaria y Teatral, Madrid: Visor, 1995, pgs. 21 Al.

  • 664 ROSA M.a MATEU SERRA

    das las diferencias que ello comportara.8 Consecuentemente, la violacin delsilencio por parte del sonido es mecnica y fisiolgica [...]. El callar es posiblesolamente en el mundo humano.9

    A nosotros nos interesa, pues, el callar como producto intencionado delescritor. Partiendo de este presupuesto, queremos anticipar que, aunque a lo lar-go de esta exposicin utilizaremos generalmente el trmino silencio por ser elque habitualmente se emplea para expresar la antinomia de la palabra, en reali-dad debe adquirir la significacin atribuida por Bajtin de callar, porque esaacepcin es la nica que permite explicar la ambigedad, la falta de respuesta, lapolisemia, el vaco, la angustia, etc.. que refleja la escritura potica de los auto-res que sern objeto de nuestro anlisis. El callar se produce, pues, cuando nohay intencin o hay imposibilidad de decir, no simplemente cuando no se habla.As la escritura literaria no sera ms que un espacio donde el escritor practica elcallar.10 Desde una perspectiva parecida Carlos Castilla del Pino define el si-lencio como actuacin, acogindose a una orientacin de tipo pragmtico; deeste modo el silencio sera un hacer (recordemos la expresin se ha hecho elsilencio: el silencio no es no-decir, sino callar, silenciar aquello que no sequiere, no se debe o no se puede decir.11

    Antes de entrar en la poesa de Roberto Juarroz, queremos mencionar algu-nos aspectos de la poesa de la escritora portea Alejandra Pizarnik la cual,aparte de compartir sus tendencias literarias, mantena con l una fuerte amistad.

    Pizarnik es frecuentemente identificada como la perfecta conjuncin entrepoesa y vida. Como seala Sucre y la propia autora nos haba profetizado ensus versos escogi la muerte (se suicid en 1972) por amor a la vida, escogi elsilencio definitivo por amor a la palabra.12 Como veremos que sucede con Jua-rroz, la insatisfaccin ante el lenguaje como medio de expresin de los abismosinteriores es evidente:

    Qu s yo! Faltan palabras,falta candor, falta poesacuando la sangre llora y llora!13

    Las palabras ya no sirven: No puedo hablar para nada decir. Por eso nos

    8 Cfr. Michael Bajtin Dagli apunti del 1970-71 C. Strada Janovic (trad.), Intersezioni, 1,1981.

    Cit. por A. Ponzio, art. cit., pg. 126.9 Augusto Ponzio, art. cit., pg. 35.

    10 W., pgs. 39, 40, 41.

    " Carlos Castilla del Pino (comp.), El silencio, Madrid: Alianza Editorial, 1992, pg. 80. Teniendoesta cuenta esta reflexin el autor distingue entre un decir hablando y un decir callando. En de-finitiva el silencio sera un acto de habla ms en la terminologa austiniana, obedeciendo a unaintencin y, por tanto, con una especial fuerza ilocutiva

    12 Cfr. Guillermo Sucre,La metfora del silencio, op. cit., pg. 316 y ss.

    13 Alejandra Pizarnik, La extraccin de la piedra de la locura. Otros poemas, Madrid: Visor, 1993,

    pg. 8. En adelante las pginas citadas pertenecen a esta edicin.

  • EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA 665

    perdemos, yo y el poema, en la tentativa intil de transcribir relaciones ardien-tes;14 la nica salida a esa bsqueda agonizante ser el silencio: Pero el silen-cio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay al-guien aqu que tiembla.15 O:

    Deseaba un silencio perfecto.Por eso hablo. 16

    Bsqueda incesante, pero desesperanzada; conocimiento perfecto de la luchaya perdida:

    En mi mirada lo he perdido todo.Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.17

    Como bien dice Assunta Polizzi el deseo de escribir poemas terriblementeexactos18 y la atraccin de dejar que el poema se escriba como quiere escri-birse coexisten en fundamental oposicin a lo largo de toda la obra de Alejan-dra Pizarnik.19 El colapso es inminente: si no nos sirven las palabras slo nosqueda el silencio, pero tampoco podemos asegurar la existencia de este ltimo:

    En esta noche, en este mundo

    y nada es promesaentre lo decibleque equivale a mentir(todo lo que se puede decir es mentira)el resto es silencioslo que el silencio no existe.20

    Julio Cortzar comentaba respecto a Tercera Poesa Vertical21 de RobertoJuarroz: He ledo en alta voz los poemas [...], y en cada caso se ha repetido esasensacin prodigiosa de entraamiento, de rapto, de acceso. Siempre he amadouna poesa que procede por inversin de signos: el uso de la ausencia en Ma-llarm, algunas anti-esencias de Macedonio, los silencios en la msica deWebern;22 creemos que estas palabras permiten un primer acercamiento a estepoeta argentino.

    14 Alejandra Pizarnik, poema Piedra fundamental de El infierno musical, op. cit., pg. 69.

    15 Caminos del espejo, de Extraccin de piedra de locura, op. cit., pg. 59.

    16 Ibid.

    17 Poema Mendiga voz de Los trabajos y las noches, op. cit., pg. 43.

    18 Vase Martha F. Moia, Some keys to Alejandra Pizarnik, Sulfur 8, 1983, pgs. 97-101.Assunta Polizzi, La palabra y el silencio: La poesa de Alejandra Pizarnik, Cincinnati Roman-

    ce Review: University of Cincinnati, Ohio, vol. XIII, 1994, pg. 111.Poema En esta noche, en este mundo, op. cit., pg. 81.Toda la obra potica de R. Juarroz lleva por ttulo genrico Poesa Vertical, slo cambia el adje-

    tivo ordinal correspondiente.Uejandra Pizarn1967, pg. 12.

    22 Alejandra Pizarnik, Entrevista con Roberto Juarroz, Zona franca, Caracas, a. 4., n. 52, dic.

  • 666 ROSA M.a MATEU SERRA

    Roberto Juarroz forma parte de ese grupo de intelectuales argentinos actua-les interesados en una poesa que es calificada como poesa pensante; as loindica Guillermo Sucre, al definirla como una poesa no hecha de conceptos, si-no de pensamiento.23 Precisamente ese intento de captar lo inaprensible debeconfigurarse en un modo diferente de concebir la escritura potica, una escrituraque ha dejado de confiar en los conceptos ordinarios del lenguaje y, por tanto,en la concepcin estructuralista del signo lingstico: ste deja de ser definidocomo una relacin entre significante/significado, el vnculo entre estos dosconstituyentes se ha perdido: ya no se trata de nombrar (un concepto por sunombre), sino que, como nos indica Thorpe Running, estamos ante un procesode desnombrar24 emparentado con el descontruccionismo de Derrida. Como diceel gran poeta recientemente fallecido Octavio Paz: las cosas se mueren paraque vivan los nombres.25 Guillermo Sucre explica perfectamente cmo antes ellenguaje se fundaba en una verdad superior: el escritor poda o no interrogarsesobre el lenguaje, pero confiaba su validez a esa garanta superior:

    Con la historia moderna, toda garanta superior desde una trascendencia desapa-rece y as el lenguaje pierde su fundamentacin. Ya Nietzsche observaba que nose puede decir esto es, sino esto significa; con lo cual no slo pona de relieve elpaso de la trascendencia o lo absoluto a la inmanencia o lo relativo, sino queadems, le daba al lenguaje una funcin central en el mundo. As, todo problema-teolgico o filosfico, pero tambin el ms cotidiano- se volva un problema lin-gstico, un problema semntico.26

    En Juarroz el lenguaje ha perdido esta validez . Como a otros poetas contempo-rneos pueden aplicrsele estas palabras de Cioran: Nos interesamos cada vezms [...] no en lo que el autor ha dicho sino en lo que hubiera querido decir, noen sus actos, sino en sus proyectos, menos en su obra real que en su obra idea-da.27 Efectivamente, Juarroz recurre a las ausencias para crear presencias:

    Desbautizar el mundo,sacrificar el nombre de las cosaspara ganar su presencia.El mundo es un llamado desnudo,una voz y no un nombre,una voz con su propio eco a cuestas.28

    23 Guillermo Sucre, op. cit.

    24 Thorpe Running, El lenguaje como tema en la poesa argentina actual, Letras, Universidad

    Catlica Argentina, n. 15-16, 1986, pgs. 150-66.25

    Octavio Paz, El mono gramtico, Barcelona: Seix Barral, Biblioteca de bolsillo, 1996, pg. 51.26

    Guillermo Sucre, Las palabras y la palabra, op. cit., pg. 222.27

    Cioran, Valryface ses idoles, cit. por Sucre, Las palabras y la palabra, op. cit., pg. 223.28

    Roberto Juarroz, Poesa Vertical (Antologa),e. de Francisco Jos Cruz Prez, Madrid: Visor,1991, pg. 125. A partir de ahora los ejemplos citados procedern de esta edicin.

  • EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA 667

    La imposibilidad del lenguaje como expresin de la realidad conduce al poeta alsilencio, pero cmo escribir el silencio? Las palabras slo pueden aproximar-nos a l a travs de su ausencia, la ausencia del lenguaje es su presencia, unamuestra ms de la constante contradiccin inmanente en el pensamiento delpoeta argentino. Las palabras han perdido su valor, el poder de la palabra se hadesvirtualizado, ya no sirve para llegar a la profundidad, a esa secreta nitidezde las cosas, en palabras de Guillermo Sucre. Octavio Paz a menudo ha refle-xionado sobre este poder de la escritura y el desprestigio de la palabra:

    Las relaciones entre la retrica y la moral son inquietantes: es turbadora la faci-lidad con que el lenguaje se tuerce y no lo es menos que nuestro espritu aceptetan dcilmente esos juegos perversos. Deberamos someter el lenguaje a un rgi-men de pan y agua, si queremos que no se corrompa y nos corrompa.29

    Significado y significante son ya elementos que caminan por separado; ms queidentificar, las palabras contradicen; la relacin entre el mundo y el lenguaje seconvierte en un fenmeno irnico. Las palabras ya no nombran algo externo aellas, pueden sugerir, aludir, insinuar, pero no transmitir algo diferente de susignificante. Esa desconfianza en la palabra est presente en Juarroz en versoscomo los siguientes:

    Crear algunas palabras para no decir,tan slo para contemplarlascomo si fueran rostrosde recin nacidas criaturas del abismo.30

    La reflexin sobre el proceso creativo y la nulidad de la palabra es un motivoincesantemente repetido:

    Una palabra es todo el lenguaje,pero es tambin la fundacinde todas las transgresiones del lenguaje,la base donde se afirma siempre un antilenguaje.Una palabra es todava el hombre.Dos palabras son ya el abismo.Una palabra puede abrir una puerta.Dos palabras la borran.31

    El significante est solo. Thorpe Running se refiere a esta manera de concebir lapalabra con el nombre de palabra potica explosiva32 para encarnar ese tipo

    29 Octavio Paz, op. cit., pg. 25 .

    30 Rober to Juarroz, op. cit., pg. 121.

    31 Id. pg. 144.

    32 Vid. su artculo La potica explosiva de Roberto Juarroz, Revista Iberoamericana, Pittsburgh,

    1983, 49: 125, pgs. 853-866. El crtico utiliza este trmino porque, segn l, Juarroz desea en-contrar una palabra que pueda contener la expresin del sen>, pero con el signo desposedo de

  • 668 ROSA M.a MATEU SERRA

    de poemas que derivan en una reflexin constante sobre los lmites de la poesa.La nica forma de poder decir algo es el silencio:

    Los nombres no designan a las cosas:las envuelven, las sofocan.33

    O en los siguientes versos donde se vierte explcitamente este deseo de dejarhablar al silencio:

    No prestar atencin a las palabras,salvo a aqullas que transportansu propia carga de silencio.34

    La mayor parte de la crtica seala como elementos clave de la poesa del autorargentino la bsqueda de un centro y la necesidad de repeticin, este ltimoelemento constantemente presente en la forma de expresin potica del autorcomo proceso de bsqueda de este punto. Pero ese lugar es inalcanzable porque,como en Derrida, el centro no es un punto. As lo explica Thorpe Running:Cada palabra o smbolo, al repetirse, pertenece luego a una estructura cambia-da que tiene un nuevo - o desplazado- centro, y a causa de esa nueva base llegaa ser un elemento diferente.35 Cada palabra, al ser emitida, difiere de la ante-rior. Cada momento es nico, irrepetible; una misma palabra, cmo puede refe-rir lo constantemente cambiante, los momentos irrepetibles? Slo cabe el escep-ticismo ante el lenguaje. Como dice Octavio Paz necesitaramos de un lenguajeque no fuese lenguaje, es decir, que perdiera su esencia, remitindonos una yotra vez a esa idea expresada ms arriba: [...] Cada una de estas realidades esnica y para decirla realmente necesitaramos un lenguaje compuesto exclusi-vamente de nombre propios e irrepetibles, un lenguaje que no fuese lenguaje: eldoble del mundo y no su traduccin ni su smbolo36. Ya que la bsqueda deese centro es imposible, la ambigedad y la contradiccin aparecen constante-mente buceando entre los versos de Juarroz:

    Toda palabra es una duda,todo silencio es otra duda.Sin embargo,el enlace de ambasnos permite respirar.37

    su significado (la palabra de no comunicacin de la que hablaba Octavio Paz). En una entre-vista a Juarroz realizada por Alejandra Pizarnik la autora repite unas palabras antes escritas poreste: Vivo el poema como una explosin de ser por debajo del lenguaje. Descubro aqu cuatroelementos bsicos: explosin, ser, lenguaje y debajo, en art. cit., pg. 10.

    33 Roberto Juarroz, op. cit., pg. 229.

    34 W., pg . 217 .

    35 Thorpe Running, La potica explosiva de Roberto Juarroz, pg. 856.

    36 Octavio Paz, op. cit., pg. 24.

    37 Roberto Juarroz, op. cit., pg. 261.

  • EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA 669

    Visto todo ello, no sorprende el ttulo genrico de toda su poesa, Poesa Verti-cal, aludiendo a esa bsqueda de profundidad, de abismamiento, de captacinde lo esencial; ello explica tambin que los poemas slo vayan numerados, sinttulo, como si formaran parte de una prolongada meditacin dividida en peque-os momentos:

    He llegado a mis inseguridades definitivas.Aqu comienza el territoriodonde es posible quemar todos los finalesy crear el propio abismo,para desaparecer dentro.38

    Esta dificultad de adecuacin de palabra y pensamiento todava se hace mspatente cuando la palabra parece no slo desligada de la realidad, sino inclusode aquel que la emite o interpreta:

    Porque no somos nosotros los que miramos las palabras:son ellas las que nos miran a nosotrosy quiz tambin ms all de nosotros,parpadeando con un ritmo secreto y solitario.39

    38 Id., pg. 127.

    39 Id., pg. 124.