Consejo Parental Superdotados

SOBREDOTACIÓN

Unidad didáctica 11 Pág 193El consejo parental

MÁSTER EN INTERVENCIÓN EN DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE

UNIDAD DIDÁCTICA 11

EL consejo parental

1. OBJETIVOS

Los objetivos que se pretenden alcanzar en esta unidad son los siguientes:

Saber ofrecer el apoyo correcto y la orientación necesaria a los padres de alumnossuperdotados.

2. INFLUENCIA DE LOS PADRES EN EL DESARROLLO PSICOAFECTIVO DELOS SUPERDOTADOS

Una de las primeras reacciones que se observan, constantemente, en el trato directo conlos padres de estos alumnos superdotados y talentosos, es que, bien antes o después dehaber realizado una correcta identificación de aquel alumno y sus altas habilidades inte-lectuales, estos padres han desarrollado o acaban por desarrollar un importante cuadrode angustia.

Esta angustia se incrementa cuando, además, se añaden las múltiples problemáticas que,a lo largo de su vida, se van a presentar. Evidentemente, el maestro o profesional del temanunca pretende aumentar la angustia de los padres, pues lo se pretende es que compren-dan el verdadero significado de la superdotación, para que así puedan ayudar mejor aldesarrollo armónico de sus hijos.

Los padres tampoco deben caer en el extremo contrario, observando a su hijo como un serextraordinario, una máquina de pensar y calcular que, muchas veces, les propondrá retosinsuperables en los momentos más inoportunos del día.

No obstante, muchas veces, cualquier situación les produce un gran temor y les angustia.Siempre, en el fondo, hay un temor a no saber hacer bien las cosas en lo concerniente a laeducación de sus hijos.

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En otros casos, observamos la duda de los profesionales, la duda de que haberse equivoca-do en la identificación del niño. Duda que, muy fácilmente, se puede presentar ante unjoven rebelde, mal estudiante, que posee una dotación excepcional en las más variadasáreas del conocimiento y con un pensamiento creativo igualmente excepcional. En buenalógica, esos padres se harán la siguiente pregunta: ¿cómo puede ser mi hijo superdotado,si en cada evaluación suspende cuatro o cinco asignaturas? ¡Lo que pasa, es que mi hijo esun vago y un caradura!

Por todo esto, es muy importante que nosotros, consultores educativos, aconsejemosadecuadamente a los padres. Primero, para que puedan comprender correctamente esteconcepto multidisciplinario y, en segundo lugar, para que, con sus acciones, ayuden efi-cazmente a un desarrollo adecuado, tanto personal como académico y puedan alcanzar,felizmente, sus objetivos.

El primer objetivo que deseamos para ellos es el mismo que desean todos los padres, y ésteno es otro que el de ayudarles a ser felices; a lo cual siempre hay que añadir que les permi-tan ser niños como los demás. Los padres deben tener en cuenta, como un principio, queestos niños deben experimentar las mismas satisfacciones y penas del crecimiento.

Conviene no caer en el extremo de pensar que, al tener un niño superdotado, todo va a serfácil y, por tanto, despreocuparse de todo; ni tampoco, en el extremo de la desesperacióny la angustia permanente por temor a hacerlo todo mal. Evidentemente, no se ha depensar que vivir con un niño superdotado sea fácil. En realidad, hay que tener grandesreservas de sana vitalidad, firmeza de carácter y un buen sentido del humor.

Una de las primeras cosas que han de saber los padres, en el momento en que un Depar-tamento Psicopedagógico adecuado, o la propia escuela, ha hecho una identificacióncorrecta de la superdotación de su hijo, es que los maestros nos pondremos a trabajar porel bien de su hijo. Han de saber lo que va a costar el poder desarrollar unos adecuadosprogramas educativos por la falta de las ayudas pertinentes desde las diferentes Adminis-traciones Educativas. Para que se entienda claramente, debemos pedir a los padres que nointerfieran en la labor que vamos a iniciar por el futuro de su hijo.

¿Por qué la petición de no interferir?

Generalmente, los padres han recibido con preocupación la noticia (muchos de ellos conangustia). Como padres, deben actuar inmediatamente por el bien de su hijo. Equivoca-damente, entre otras, hay dos situaciones que se dan con una mayor frecuencia de la que

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nos podamos imaginar. En primer lugar, ir urgentemente al colegio a solicitar la acelera-ción inmediata de su hijo. En segundo lugar, exigir al alumno “excelentes” en todas lasmaterias, desde las próximas evaluaciones (lo cual transmite al niño una situación deangustia, ya que no sabe si “dará la talla” ante la exigencia de los padres). La primerasituación comporta, en muchas ocasiones, incluir en el informe: “.....siendo necesaria ha-cer una programación de adaptación curricular ajustada a sus necesidades e intereses, nodescartándose la posibilidad de hacer una aceleración”. Pues bien, estos padres interpre-tan en estas palabras la necesidad de tal aceleración y, “volando” se dirigen a la escuela aexigir tal aceleración.

Pedimos, pues, a los padres, que nos dejen trabajar en lo pedagógico, pero también queles necesitamos, con sus acciones y comprensión para que contribuyan en el desarrolloglobal armónico de sus hijos.

Hasta ahora, ya conocemos las causas que con mayor frecuencia provocan el fracasoescolar de los alumnos superdotados y talentosos, debido, fundamentalmente, a unosprogramas educativos que no se adaptan al superior ritmo de aprendizaje de éstos. Tam-bién conocemos las especiales características de su desarrollo afectivo-emocional, base,en muchas ocasiones, de su fracaso escolar o personal.

No obstante, en muchas ocasiones, el alumno superdotado también puede fracasar porculpa de los padres. Existe, pues, una serie de causas intrafamiliares que pueden abocar aestos niños al fracaso y que conviene que las analicemos y las comentemos. Es muy impor-tante que los padres se den cuenta, no sólo de las especiales características de sus hijos,sino también de lo que deben hacer y de aquello que no deben hacer. Las causas princi-pales serían las siguientes:

Desconocimiento de las principales características y necesidades de estosniños. Podemos comprender, por supuesto, que no todo ser humano debe saberqué es la superdotación ni conocer las necesidades de este tipo de alumnos; perocualquier padre de un chico o chica con aptitudes intelectuales excepcionalesdebe estar muy bien informado de las principales características y necesidades deestos alumnos. Como padres, es su responsabilidad.

Resentimiento y desvalorización de las excepcionales capacidades, por par-te de padres y hermanos. Sobre todo, cuando el alumno se enfrenta a la escuelao tiene problemas de fracaso o es de aquellos alumnos que pierde el tiempofrente al ordenador, y, por tanto, no cumple con aquel principio básico de que

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“primero son las obligaciones de la escuela”; es fácil que muchos padres tiendana desvalorizar las capacidades superiores del hijo.

Podría considerarse como algo normal que un hermano tuviera celos frente a lasuperioridad del hermano; pero seguro que cuesta creer que algún padre se halleresentido por la superioridad del hijo. Insistimos en que es un hecho que ocurre y,por desgracia, seguirá ocurriendo.

En este caso, estos niños, que intentan hallar la comprensión y el afecto en supropia familia; sólo encuentran incomprensión y rechazo. Por ello, será fácil quela angustia y la depresión se apoderen de ellos.

Otras veces, será la indiferencia frente a la superioridad intelectual del hijo.Tal indiferencia, que también es fácil de encontrar, conducirá a una falta impor-tante de estímulos adecuados en el marco familiar; primera situación que impedi-rá, posteriormente, alcanzar metas propuestas. Recordemos lo mucho que insis-tía Silverman en el capítulo anterior, en este sentido, refiriéndose especialmente alas niñas superdotadas.

En otras ocasiones, serán las diversas diferencias entre los distintos elementosfamiliares las que privarán al niño de experiencias intrafamiliares realmente ricasy adaptadas a sus necesidades. Sabemos que en la presentación de lasuperdotación, hay un 70% de factor genético y un 30% ambiental (aunque degran influencia). Tal situación, desde luego, no implica que todos los elementosde una misma familia posean un alto nivel intelectual. En algunas ocasiones,sucede que el niño superdotado y talentoso es un individuo inadaptado en sugrupo familiar.

Finalmente, en otras ocasiones, puede suceder todo lo contrario; aunque tam-bién de resultados nefastos para el niño. Nos referimos al posible hecho de laexplotación de las capacidades del niño, por parte de los padres. El niño,sobre todo a temprana edad, pasa a ser un juguete de exposición, obligándole aparticipar (y, muchas veces incluso a competir) en una serie de actividades en lasque poco o nada puede estar interesado de forma particular y, lo que es peor, enmuchas circunstancias, sin dejarle ser un niño, que, seguro, es lo que más desea.

Todos estos factores actuarán negativamente en contra del niño superdotado y talentoso.Este tipo de alumnos suele tener un impulso motivador fuerte, para salvar los obstáculosmás difíciles. Pero, si es en el núcleo vital de la relación familiar donde se le niega la

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oportunidad de desarrollar sus capacidades, con lo que no pueden satisfacer sus impulsosíntimos, la frustración será muy importante, repercutiendo negativamente en el futurodesarrollo de esta excepcionalidad potencial.

Por todo ello, siempre deberemos enseñar a los padres que tener un hijo superdotadopuede ser una fuente inagotable de satisfacciones; pero, para que ello sea posible ypara que este individuo pueda desarrollar todo su potencial, necesitará sentirse capaz detener éxito personal y, en principio, este éxito deberá lograrlo en el marco familiar,para que, posteriormente, lo sea escolar y social. Si siente temor o frustración en elambiente familiar, con gran facilidad se tornará un chico agresivo o deprimido.

Nuestro deber es ayudar a los padres, y por ello una de las actividades que organiza laasociación Credeyta, es la de hacer dos veces al año “una escuela de padres” en las que seintenta sintetizar, de manera global, la ayuda a unos hijos con características semejantes.

A los padres también se les debe enseñar a tener una gran paciencia con su hijo y sertolerantes, en especial, cuando se presenten las citadas crisis de angustia que con tantafrecuencia padecen. El niño debe sentirse muy amado y deseado, como los demás herma-nos. Necesita que le acaricien y abracen con una gran frecuencia. Muchos padres nosdicen que desde que su hijo era muy pequeño, se había mostrado siempre muy exigenteen este sentido. Nosotros también lo hemos constatado, frecuentemente.

Sentirse amado también exigirá de sus padres un “diálogo constante”. Reconocemos quemuchos padres deben acabar agotados, mucho antes de que el pequeño muestre el míni-mo síntoma de agotamiento. Sobre todo las madres, que son quienes, por regla general,conviven más horas con sus hijos, a lo que se añade las horas del trabajo de la casa. En eseaspecto, debemos considerar al niño superdotado como un “chupóptero” de su madre.Le necesitan constantemente, hacen que viva permanentemente por y para ellos y, no esde extrañar oír a muchas madres decir que su hijo la trata como una esclava. Esta especialrelación “madre-hijo superdotado” queda excelentemente reflejada en el libro de AliceMiller titulado “El drama del niño dotado”, edición ya agotada, aunque durante un tiem-po se vendió una versión en castellano. También se refleja excelentemente en la películadirigida por Jodie Foster, titulada “El pequeño Tate”.

Sabemos siempre del generoso esfuerzo de las madres, no siempre reconocido, pero que,en el caso de un hijo superdotado, aún hay mayor exigencia. Pensamos que debemosquedarnos con la siguiente afirmación: Si hay, en verdad, un auténtico deseo de ayudar a

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un hijo superdotado y talentoso, la generosidad en el esfuerzo obligará a los padres a sermuy pacientes.

Parte importante de este necesario diálogo ha de servir para ayudarles en lo referente a sudesarrollo emocional, dado que, sobre todo, las disincronías internas les originarán inse-guridad y pueden crearles unas perspectivas de desarrollo que sólo se podrán consolidara través de este diálogo constructivo con los padres.

Por otro lado, los padres deben pensar que, a su hijo, muchas de sus ideas pueden pare-cerles extrañas y, a veces, son motivo de preocupación. Generalmente, los objetivos de suhijo, les parecerán imposibles o irrealizables. Dada la extrema sensibilidad de estos niños,no es correcto decirles, de buenas a primeras, que olviden estos ideales utópicos. Pense-mos que, en ocasiones, no podemos saber lo que su mente creativa ha sido capaz depensar o realizar. Un consejo, ya dado en el listado del maestro, es creer en sus ideales,apoyarles y, si es realmente necesario, reconducirlos hábilmente. Si, por cualquier motivo,hubieran instantes de duda, es importante acudir al consejero educativo.

Por otro lado, los padres también han de ayudarle a desarrollar su propia escala de priori-dades, y, sirviéndoles de guía, ayudarles, poco a poco a ir descubriendo o señalando cuá-les son sus objetivos más importantes.

Es importantísimo que los padres sepan que estos niños sufren y se preocupan muchopor todo aquello que acontece en el mundo. Sufren mucho por las noticias que hablande hambre y de guerra. Muchos de estos alumnos no quieren ver las noticias de televisiónporque saben que tales noticias les van a herir profundamente en sus sentimientos. Aveces, su desarrollo afectivo-emocional aún va más lejos: sabedores de que van a dar talesnoticias, se las apañan para apagar la tele con cualquier excusa o cambian de canal paraque sus padres no se vean también heridos al ver aquellas noticias. Todo ello, como sepuede deducir, va a enfadar al padre cuando ve que, con cualquier excusa, se apaga latelevisión o se cambia de canal, posiblemente en el único momento del día en que puedemirar la televisión. Los padres, por tanto, deben conocer de tales sentimientos, es necesa-rio que hablen con sus hijos, dialogando acerca de los desequilibrios sociales y de laabsurdidad de las guerras. Les harán que se sientan muy reconfortados.

Los maestros y psicólogos deben aconsejar a los padres en tal sentido, lo mismo que, enocasiones y debido a su extrema sensibilidad, deben evitarse ciertos sarcasmos, con lo quepodrían desmoralizarse con gran facilidad. Este aspecto como pedagogos también ha deconsiderarse muy seriamente en la escuela.

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Siempre nos ha gustado poner a los educadores el siguiente ejemplo, en el cual la disincroníainterna, el perfeccionismo y la extrema sensibilidad se conjugan en un pequeño superdotadode 5 años de edad.

Ejemplo: este pequeño genial se había interesado precozmente por el juego del ajedrez y,un día, le había pedido a su padre que le enseñara a jugar. El padre, dando respuesta alfuerte interés de su hijo por aprender, así lo hizo. Como el niño era tan excepcional, en unos10 minutos había aprendido lo que otros requieren unas dos horas. Desde aquel momento,se sentía la persona más feliz del mundo y con deseo de transmitir a sus compañeros susconocimientos. Pocas semanas más tarde, la casualidad hizo que su maestra propusiera alniño que enseñara a sus compañeros a jugar. Ahí empezaba el drama de nuestro pequeñogenio, dado que, a la media hora, se consideraba un tonto y un inútil. ¿Motivo? Había queser un gran tonto para no saber enseñar a sus compañeros aquello que su padre le habíaenseñado a él en 10 minutos. Pensemos que estamos hablando de un niño de 5 añossuperdotado pero que, desde luego, no lo sabe y, sobre todo, lo que no sabe es que suscompañeros no están capacitados para aprender como él a jugar al ajedrez en 10 minutos.Resultado de la situación: soy un gran tonto, inútil y me siento fracasado.

Aquella tarde, nuestro pequeño protagonista salió del colegio con muy mala cara y sólosu madre sería capaz de pensar que algo importante le estaba pasando; pero, en estecaso, el niño no dijo nada, puesto que no quería que nadie de su familia se avergonzase deél. En consecuencia, la madre pronto dejó de preguntarle y el niño se puso a merendarmientras miraba la televisión como cada día. Para acabar de rematar el asunto (y de ahí laimportancia de evitar comentarios o ciertos sarcasmos), al día siguiente, nuestro pequeñofue al colegio aún preguntándose por lo gran tonto que era. La maestra salió del aula,indicando a los niños que se portaran bien, que cuando volviera los quería ver trabajandoy en silencio. Esta es aquella situación óptima en la que todos los alumnos aprovechanpara armar un gran revuelo en la clase (excepto nuestro amigo superdotado), y así pasó.Cuando volvió la maestra, y se encontró el aula “patas arriba”, gritó: ¡Es que parecéistontos!

De esta expresión de la maestra, en el grupo aula se puede establecer tres tipos diferentesde reacción: pasotismo total en la mayoría de la clase, pues están acostumbrados a estasreacciones de la maestra; algún que otro tipo de niño que no sabe de qué va, dado quepuede estar por debajo del nivel medio de inteligencia; y, finalmente, la de nuestro amigosuperdotado, que pensó lo siguiente: ¡es verdad que soy tonto, hasta la maestra lo sabe ypor eso “me” lo ha dicho!, con lo cual, nuestro amigo acabó de desmoronarse.

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Esta hipotética historia tal vez te parezca divertida, pero podría ser cierta, pues la sensibi-lidad de estos niños es terriblemente aguda. No lo dudéis.

Otro asunto que debemos tratar con los padres es que éstos traten de darle al alumno lasoportunidades necesarias para poder desarrollar su fuente inagotable de curiosidad. Comoya hemos aprendido, estos niños tienen una gran energía, gran parte de la cual la dirigen ensaciar su curiosidad. Nadie duda que puede llegar a ser molesto este exceso de energía paraaquellos que rodean al niño, por ello, también en este aspecto debemos seguir insistiendo alos padres en su generosidad de esfuerzo. Los padres deben saber, por parte de losorientadores, que ayudarles en este sentido les permitirá un desarrollo más equilibrado.

En otras ocasiones, podemos oír a los padres quejarse de la falta de sueño de sus hijos, pero,como es un hecho que ya hemos, estudiado en el tema correspondiente a la neurología dela superdotación no vamos a insistir mucho. Muchas veces, la queja se concreta en la impo-sibilidad de que su hijo vaya pronto a la cama y, si lo consiguen, se queda leyendo hasta muytarde. Estos niños, cuando algo les interesa, se concentran fuertemente. En estos momen-tos, el tiempo no cuenta para ellos. Los padres deben comprender que, en los momentos delectura nocturna (a pesar de que, según ellos, duerman pocas horas) o en otros momentosque estén concentrados en otra actividad, no es bueno interrumpirles. Si se les perturbademasiado, frecuentemente, se inquietarán y podrían deprimirse.

Como en muchas cosas de la vida, conviene buscar un equilibrio adecuado. En cualquiercaso, no debemos permitir que el alumno superdotado domine la vida familiar, sobre todosi hay más hermanos. Los padres deben hacerle ver que cada miembro de la familia poseecualidades diferentes, cualidades que deben ser valoradas y respetadas.

Respecto a los estudios, los padres deben ser un constante estímulo, aunque como nosrecuerdan diversos autores, estos niños también se cansan (pese a que es difícil que loquieran reconocer), nunca se les debe presionar en exceso.

El hogar forma parte del enriquecimiento de estos alumnos. No podemos descargar todasu educación en los centros escolares. Por parte de los padres, requieren de nuevas expe-riencias (es bueno acudir a museos, etc.), ideas, mejorar su vocabulario para que su inte-ligencia se vaya nutriendo, etc. Es bueno contar en casa con un buen diccionario enciclo-pédico y se les debe estimular a que, por sí mismos, aprendan su uso.

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Los padres también deben vigilar el ambiente de amistades que sus hijos eligen. Hay queestar pendientes de ello, ya que, como hemos comprobado en diversas fases de este cur-so, hablamos constantemente de sus necesidades en el contacto social. Los padres debencomprender el sufrimiento de sus hijos cuando apenas tienen amistades, en aquellosmomentos en los que toman conciencia de sus diferencias con los demás y se sientenseparados de sus compañeros. Los educadores y consejeros de estos niños debemos com-prender y hacer comprender a sus padres, que estos niños pueden llegar a sentirse fraca-sados socialmente y a confundir la popularidad con la amistad, lo cual les convierte enmuy vulnerables a las presiones de los grupos. Por tanto, con el único objetivo de seraceptado por sus compañeros, quizá siga por el camino fácil que le marcan unos maloscompañeros y dejarse guiar por su mal comportamiento social. Otras veces, acaban sien-do el “payaso” del grupo. Por consiguiente, deberá recomendarse a los padres que fo-menten con sus hijos el contacto social, para que logren un buen grado de aceptación eintegración social.

Otras veces, lo que nos comentan los padres es que el comportamiento de su hijo en casadifiere mucho del comportamiento en la escuela. Es muy importante averiguar las causasque provocan este diferente comportamiento, sobre todo si la causa está en la excesivapresión desde el hogar. Los padres no deben interrogarles en demasía acerca de lo quehacen en la escuela, ni hacer comentarios intrigantes sobre lo adecuado o inadecuadoacerca de su rendimiento académico.

3. CONOCIMIENTO DE LOS PADRES ACERCA DE LAHIPEREXCITABILIDAD EMOCIONAL

Ya hemos aprendido, en la unidad didáctica correspondiente, de qué trata lahiperexcitabilidad emocional de los niños superdotados y talentosos. Hemos visto tam-bién, en líneas anteriores, que muchas de las acciones a corregir en la actuación intrafamiliarse han basado precisamente en esta hipersensibilidad emocional. Vamos a insistir un pocomás en nuestra función de consejeros para los padres de estos niños.

Los padres de los alumnos superdotados y talentosos deben tener en cuenta (y los educa-dores también) el intenso sufrimiento y su conflicto interior, que se debe a las caracte-rísticas de la denominada de hiperexcitabilidad emocional. Recordemos que tales caracte-rísticas eran: sensibilidad, intensibilidad, perfeccionismo interno, autocrítica, senti-mientos de inferioridad y de inadecuación. Como consejeros, debemos hacer compren-

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der a los padres que tal sufrimiento existe y que estos chicos y chicas van a desarrollarsecon este sufrimiento interno; lo mismo que deben aprender a darse cuenta que esto nosignifica ningún perfeccionamiento en aquellos asuntos que puedan ser consideradoscomo algo banal o rutinario. El alumno superdotado y talentoso puede olvidarse muybien de guardar adecuadamente la ropa cada mañana, lo mismo que olvidarse “casual-mente” cada día el libro de aquella asignatura de la que tiene un examen al día siguiente.Insistirle en estas “cosas”, no les va a causar mayor desazón, ni les ayuda a liberar susufrimiento interno.

Los padres, según indican Silverman y Colangelo, debéis permitirles sentir su propio sufri-miento. Deben aprender a crecer con este sufrimiento, a su vez, sentirlo crecer en su interior,sin vergüenza. Comprender a sus hijos significa, para los padres de estos niños, comprenderque ellos padecen y suspiran por lo que anhelan o lo que verdaderamente son.

Dadas estas características de conflicto interno, es comprensible que generen en los pa-dres, confusión y preocupación. El error como padres, estaría en decirles que es ahí dondetienen algo incorrecto. Lo ideal es hacerles crecer aprendiendo de forma individual en loque creen y poder confrontar las dos partes de sí mismos.

Para que se entiendan mejor todas estas afirmaciones, recordemos una pregunta que conmucha frecuencia nos hacen padres y maestros: ¿cómo pueden sentirse inferiores, unosjóvenes claramente superiores a sus compañeros?, y recordemos siempre esta respuesta:“Sus modelos de comparación no son los mismos que los del maestro o los de suspadres”. Ellos comparan lo que son con el modelo idealizado que tienen con lo que debe-rían ser. Aquí es donde los padres deberían darse cuenta de su sufrimiento, dado quefácilmente se dan cuenta de que se ven incapaces de llegar y se quedan muy lejos de susideales.

Vamos a analizar los factores que determinan este enorme distanciamiento ante sus ideales:

En primer lugar, su gran capacidad de abstracción, que es un factor inherente a supropia superioridad intelectual, junto al, ya comentado varias veces perfeccionismointerno.

Aquellos factores que podemos analizar mediante nuestra permanente conviven-cia con ellos:

Ni los padres, ni los maestros suelen creer, en un principio en sus ideales.

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Inadecuación global de los sistemas educativos.

Consejo terapéutico, muchas veces equivocado, diciéndoles precisamen-te que son ellos los que tienen la razón.

Dar, por parte de los padres, una mayor importancia y preferencia a losresultados académicos.

Incomprensión desde todos los puntos de vista (tanto por parte propia,como por parte de los padres), al concepto de la superdotación.

Sentimientos de impotencia por parte de padres y maestros. En otrosmuchos casos, presuponer que la propia superioridad intelectual les va apermitir salir, por sí mismos, de sus conflictos.

También los padres (y los propios alumnos) deben saber que ellos tienen unos derechos.Evidentemente hay un derecho fundamental: el de recibir una educación adecuada a suscapacidades y necesidades individuales. Tal derecho, como se habrá comprendido, es eleje central de la educación de los alumnos superdotados y talentosos. Ahora queremoshablar de otra lista importante de derechos que conviene trabajar con los adolescentessuperdotados y talentosos. Es una lista recogida de Richard Lange, uno de los más impor-tantes consejeros de estos alumnos. Veamos esta lista:

Tengo derecho a seguir mis propios valores y normas.

Tengo derecho a reconocer y aceptar mi sistema de valores como apropiado.

Tengo derecho a decir NO a alguna cosa, cuando creo que todavía no estoy pre-parado, es insegura (peligrosa) o va en contra de mis valores.

Tengo derecho a la dignidad y al respeto.

Tengo derecho a tomar decisiones.

Tengo derecho a determinar y respetar mis propias prioridades.

Tengo derecho a que mis necesidades y deseos sean respetados por los demás.

Tengo derecho a cortar (finalizar, irme de, etc.) conversaciones con gente que mehace sentir mal y humillado.

Tengo derecho a NO hacerme responsable por la conducta, acciones, sentimien-tos o problemas que sean de otro.

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Tengo derecho a equivocarme y a NO ser perfecto. Este es un punto importantede partida, en el cual debemos enseñar al alumno a aprender de sus errores y a lahumildad de confesar tal imperfección.

Tengo derecho a esperar honestidad por parte de los demás.

Tengo derecho a todo lo que son mis sentimientos.

Tengo derecho a enfadarme con aquellas personas a las que quiero.

Tengo derecho a ser únicamente yo, sin sentir que NO soy suficientemente bueno.

Tengo derecho a sentirme asustado y poder decir: “tengo miedo”.

Tengo derecho a experimentar y posteriormente dejar ir el miedo, la culpabilidady la vergüenza.

Tengo derecho a tomar decisiones basadas en mis sentimientos, mi juicio o cual-quier razón que escoja.

Tengo derecho a cambiar de opinión en cualquier momento.

Tengo derecho a ser feliz.

Tengo derecho a la estabilidad.

Tengo derecho a mi propio espacio personal y necesidades del tiempo.

No necesito sonreír cuando estoy triste o llorando.

Está bien ser relajado, juguetón o frívolo.

Tengo derecho a ser flexible y encontrarme a gusto siéndolo.

Tengo derecho a cambiar y crecer.

Tengo derecho a improvisar habilidades comunicativas, de modo que pueda sercomprendido.

Tengo derecho a hacer amigos y encontrarme a gusto rodeado de gente.

Tengo derecho a estar en un ambiente que no sea insultante.

Puedo ser más sano que aquellos que me rodean.

Tengo derecho a afligirme por causa de pérdidas actuales o aquéllas que seanamenazantes.

Puedo cuidar de mí mismo, no importa lo que pase.

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Tengo derecho a confiar en otros que merecen mi confianza.

Tengo derecho a decir a los otros si creo que te están manipulando o siendoirónicos contigo.

No necesito ser admirado, por todos, por lo que estoy haciendo.

Todos los padres y educadores deben tener en cuenta este listado y, junto a sus hijos,poder tratarlo en un ambiente de distensión y compañerismo.

Hemos de procurar (y sabemos lo difícil que es, en cualquier contexto) que los padreslleven un tipo de educación muy positiva. Como sabemos muy bien, nos hallamos en untipo de educación en la que constantemente se oyen frases como éstas:

¡Niño, no toques esto! ¡Niño no hagas aquello! ¡Por favor, no molestes más a....!y, tal vez, una de las peores...¡Niño, estáte quieto de una vez!

Sabemos que es muy difícil llegar a decir, por ejemplo: “hijo, ¿te parece bien que hagamosesto los dos juntos? O bien ¿niño qué opinas de esto que estoy haciendo? Pero, en nuestropapel de educadores y orientadores, debemos intentar que los padres nos comprendan.

Pasemos pues a esta lista. Son unas sugerencias válidas para todos los padres, sean sushijos o no superdotados, pero creemos que vale la pena que siempre se tengan en cuenta:

Los hijos necesitan amor, pero control; atención, pero disciplina, autodependenciay responsabilidad.

La concordancia entre los sistemas de valores de los padres es muy importante.No debe haber, por lo menos, grandes desacuerdos sobre los sistemas de valoresentre ellos. Siempre decimos que delante de un hijo no se puede descalificar alcónyuge. Pueden, y han de haber, desde luego, ciertas discrepancias, pero, insis-timos, nunca delante del hijo. Delante del hijo hay que confirmar lo que hayadicho el otro cónyuge, y si se está en desacuerdo, cuando el hijo duerme o sale decasa se discutirá adecuadamente la situación y si se llega a un acuerdo diferenteal mostrado ante el hijo, ambos, conjuntamente, han de ser capaces de rectificardelante de él. El niño es lo suficientemente listo como para analizar pronto taldesacuerdo (por ejemplo, si es bueno o no comer dulces a cierta hora) y actuarárápidamente de la forma que mejor satisfaga sus intereses.

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Debe haber involucraciones de los padres en demanda de tareas tempranas, talescomo entrenarlos para actuar por sí mismos, contar, decir las horas, usar correc-tamente el vocabulario y la pronunciación, desenvolverse en el vecindario, hacercompras, ser responsables, etc.

Conceder responsabilidades a los hijos es de vital importancia. ¡Nunca piensesque tu hijo es irresponsable! Él es inteligente y se dará cuenta de lo que piensa supadre: “mi padre, dice que soy irresponsable, pues muy bien, seguiré siéndolo”.Es muy fácil no admitir responsabilidades (recordemos el síndrome de Peter Pan).

Enfatizar la expresión verbal, la lectura, el discutir ideas entre todos, etc. La poe-sía y la música pueden ser, también, elementos a enfatizar. También se debe enfa-tizar la consecución de una buena actuación académica, lo cual no quiere decirque se deba sea exigir buenas notas (situación que, recordemos, no se deberáexigir nunca y menos a un niño superdotado).

Evitar la rutina en la vida familiar. Mantener una vida familiar saludable es indis-pensable para que el niño viva en un ambiente sano y de tranquilidad.

Hay que enseñar a los hijos a manejar libros y enciclopedias. Es importante que setengan en casa, al tiempo que también se les enseña como acudir a las bibliote-cas. El principal objetivo es que se valgan por sí solos para saber hacer investiga-ciones sugestivas.

Los padres deben llevar a sus hijos a los museos, galerías de arte, lugares históri-cos, para que puedan ampliar adecuadamente sus aprendizajes.

Los padres no se deben callar ante un niño que hace constantemente preguntas,ni regañarlo porque puedan parecer impropias o incluso prohibidas. Siempre hayque tratar de dar respuestas satisfactorias para el niño. Cuando los padres consi-deren que no pueden o no saben responderle, hay que saber dirigir a su hijo haciauna fuente adecuada de información que les conteste adecuadamente. Al niñonunca le convencerán las medias explicaciones, hay que saber saturarlo de infor-mación, pues, para eso va a preguntar.

Hay que saber distinguir entre “empujar” y “estimular” intelectualmente. Paraque se entienda bien, por ejemplo, debe evitarse empujar a un niño a leer oexhibirlo públicamente. Se debe ampliar o estimular su mente a través de expe-riencias adecuadas, por medio de libros, diversiones, etc.

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El niño tiene, habitualmente, un amplio y versátil abanico de intereses, pero pue-de ser menos capaz de concentrarse en un área por largo tiempo. Se deben esti-mular sus “hobbies” para que se perfeccionen en ellos.

No se deben reprimir sus actitudes directas, indirectas o no habladas, las fanta-sías, los amigos imaginarios o sus juegos inusuales. En lugar de reírse de él, hayque reír con él y seguir el tema.

Los padres deben evitar sobreestructurar la vida de los hijos y permitirles libertad;sobre todo en cosas no importantes, para que asuman responsabilidades y seden cuenta de sus actuaciones. Los padres no deben presumir ni abusar de suautoridad, excepto en casos de crisis.

Los niños son impacientes con los convencionalismos. Se les debe hablar seria yfrancamente sobre la importancia de éstos.

Los padres deben hablar con sus hijos acerca de cosas o situaciones en las cualeshaya que respetar unas reglas disciplinarias. Los niños superdotados y talentosostienen muy desarrollado el sentido del deber y siempre van a preferir el argumen-to racionalizado.

Estimular sus habilidades con clases privadas, hacerles formar parte de algúnclub o grupo social. Hay que concederles oportunidades para que viajen solos ovisiten a sus amigos. De aquellos temas por los que demuestra un gran interés,hay que hablarles siempre como a un adulto.

Los padres deben hacer que mejoren su sentido del “buen gusto” en los mediosde comunicación: televisión, radio, cine, teatro, lecturas, etc. Deben aprender adiscutir sobre las bases del buen gusto y aprender a darles experiencias con nue-vas formas de expresión a través de las artes.

Los padres deben tomarse el tiempo necesario con sus hijos superdotados ytalentosos. Saber escuchar a los hijos es de una enorme trascendencia. Cuandoun niño solicita algo hay que saber atenderle lo más pronto posible (y cuanto máspequeño es el niño, aún más). No vale excusarse diciendo que estamos cansadoso que queremos leer el periódico, por ejemplo. Posteriormente, hay que saberdiscutir con ellos y exponer los diferentes puntos de vista con razonamiento.

Obviamente, los padres deben ser, para cualquier niño, un modelo de buenosejemplos, ya que todos sabemos que los hijos harán muchas cosas basándose en

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estos buenos ejemplos. Además, es bueno presentarles figuras sobresalientes opersonajes valiosos de ambos sexos.

Los padres deben trabajar para poder tener una mejor comprensión del “rol” delos niños superdotados y talentosos en la sociedad. Será siempre importante quelos padres participen en una planificación comunitaria.

4. LA COLABORACIÓN DE LAS FAMILIAS EN EL CONTEXTO ACADÉMICO

No debemos terminar este tema sin resaltar la importancia de la colaboración de las fami-lias en la programación que se hace en las escuelas, para lo cual es importante que seconozca y se sepa dar un grupo de orientaciones prácticas.

En principio es importante la función de los padres como primeros identificadores de lasuperdotación de sus hijos. Es bueno, en todos los sentidos, que los padres (y el profesio-nal, en el plano educacional) que se encuentren ante un niño que muestre tener varias delas siguientes características, sospechen que se pueden encontrar ante un niñosuperdotado y talentoso:

Alumno con mucha imaginación y creatividad.

Manifiesta mucha riqueza de ideas.

Aprende rápidamente y con facilidad.

Tiene gran capacidad de abstracción.

Muestra una enorme curiosidad por un amplio espectro de temas, formulandonumerosas preguntas que, en ocasiones, sorprende por su contenido.

Presenta gran habilidad para organizar datos.

Formula problemas espontáneamente.

Tiene una gran habilidad para la transferencia de ideas en diferentes contextos.

Si los padres reconocen estas características o el profesional las detecta en el aula, esimportante establecer una comunicación entre ambos. Será un primer paso, ya que sehabrá detectado un alumno posiblemente superdotado, al que conviene identificar ade-cuadamente por un grupo de especialistas que, a través de pruebas igualmente adecua-das, confirme estas observaciones iniciales.

SOBREDOTACIÓN



A partir de que estas pruebas hayan corroborado las observaciones iniciales, es el momen-to de plantearse cuáles son las necesidades de este niño, cómo podemos ayudarle y dón-de debemos acudir. Y, este paso previo, no lo olvidemos, se debe dar siempre que seaposible, conjuntamente entre padres y tutores (u otro tipo de persona que intervenga enla educación del alumno).

Un niño con altas capacidades tiene unas características especiales, pero estas caracterís-ticas varían en cada individuo. Por consiguiente, cada niño presenta, según sus caracterís-ticas cognitivas, emocionales y sociales, unas necesidades únicas que requieren una res-puesta individualizada en los ámbitos donde éste se desarrolla. Trataremos de proporcio-nar al niño los medios educativos adecuados a través de distintas actuaciones educativas(enriquecimiento, aceleración, agrupamiento, etc.). Pero, por encima de todo, deberemosponer los medios existentes a nuestro alcance para que en el ámbito familiar encuentretodo el apoyo necesario y, así, poder desarrollar al máximo sus capacidades.

De ahí que se deba aconsejar que, en el ámbito familiar:

Se fomente su participación en actividades diversas (educativas, deportivas, lúdicas,etc.) de acuerdo con sus intereses. Pero nunca se deberá agobiar al niño con unexceso de actividades que ocupen gran parte de su tiempo libre, impidiendo sudesarrollo social “normal”.

Se proporcionen materiales sobre las áreas de interés que, en muchos casos pue-den no corresponder con las áreas de interés de sus iguales en edad cronológica.Pero siempre procuraremos que se relacione con niños de su edad y tenga amigosentre ellos. De esta forma, evitaremos que el resto de los niños le rechacen y él seaísle.

Se fomente su autoestima; sin embargo pondrán los medios que tengan a sualcance para evitar que se considere “raro” o perteneciente a una elite superior alos otros niños. Hay que evitar etiquetas como “genio” o “superdotado” ya que,en ocasiones, estos términos se confunden con el de “precoz” y pueden conducira un sentimiento de fracaso

Deben ser conscientes de su necesidad e intentarán satisfacerla. Los padres nun-ca deben olvidar que el niño superdotado o con talentos específicos es, sobretodo, un niño y como tal debe desarrollar social y emocionalmente.

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Deben estimularle para que pregunte aquello sobre lo que tiene curiosidad. Sinembargo, lo harán siempre fomentando su autonomía, tratando de que, poco apoco, aprenda dónde debe acudir para encontrar respuestas por sí solo.

Deben colaborar en la realización de las tareas propuestas por el Centro educativoo en las que el niño realice por propia iniciativa, animándole y apoyándole, perosin ser excesivamente exigentes y esperar que sea el mejor en todo.

Para terminar, es muy importante que los padres comprendan que no están solos, existendiferentes profesionales que van a velar por el mejor desarrollo de su hijo. Los padres hande saber que cuentan con la ayuda de:

El Centro educativo, a través de los profesores y los psicólogos, intentando darrespuesta educativa eficaz en las materias necesarias. Sabemos que, actualmen-te, la falta de maestros especializados es una dificultad, pero que quienes estándía a día con su hijo lo hacen lo mejor posible.

Los Servicios de Orientación o Equipos de Asesoramiento Psicopedagógico (Epaen Cataluña), que son los que deberán aportar información individualizada sobrelas características cognitivas, sociales y emocionales de cada individuo, sugirien-do las medidas de actuación adecuadas a cada caso.

Distintas asociaciones de ámbito nacional e internacional, que con su amplia experienciaen el tema ponen a su alcance diversas actividades y la posibilidad de relacionarse conotras familias.

5. RESUMEN

Los padres suelen sentir una preocupación importante y una sensación de angustia alsaber que su hijo es superdotado, de ahí que los consultores educativos debamos sabercómo aconsejarles correctamente.

Los padres deben entender que sus hijos deben ser felices y vivir como niños que son. Lospadres no debieran interferir en las labores de los educadores y evitar, así, la presión sobreel niño. El fracaso escolar puede deberse también por culpa de los padres (desconoci-miento de las características y necesidades del niño superdotado, resentimiento, por par-te de padres y hermanos, de las excepcionales capacidades, indiferencia frente a la supe-rioridad intelectual del hijo, explotación de las capacidades del niño, etc.).

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A los padres se les debe insistir en que tengan mucha paciencia, sean muy tolerantes ydialoguen con el niño. Deben ser conscientes del sufrimiento interno del superdotado.

Los padres deben: dar mucho amor a su hijo, intentar equilibrar los sistemas de valores,involucrarse en la demanda de tareas tempranas del niño, cederle responsabilidades, fo-mentar la expresión verbal y la lectura, proponerles visitas culturales, evitar la rutina en elnúcleo familiar, contestar a su preguntas, respetar sus fantasías así como las reglas que elniño respeta, estimular sus habilidades y, ante todo, saber escucharles.

Consejo Parental Superdotados

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