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Capítulo 10 Consecuencias psicoemocionales de los malos en la infancia Manuel Vilariño Vázquez. E-mail: [email protected] Unidad de Psicología Forense. Universidad de Santiago de Compostela. Susana Sousa. Facultad de Psicología. Univetsidade Lusófona do Porto (Oporto-Portugal). taiia Mohamed-Mohand. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Universidad de Granada. 1. Introducción El maltrato infantil puede definirse de acuerdo con Rosa-Alcázar, Sánchez-Meca y López-Soler (2010) como: Cualquier daño físico o psicológico que es infringido de forma voluntaria a un niño y que ocurre como resultado de acciones físicas, sexuales o emocionales, bien como emisión u omisión de conductas que perjudiquen el desarrollo físico y emocional satisfactorio del menor (p.627) Los menores representan un sector poblacional altamente vulnerable al maltrato, dentro y fuera de la familia, al contar con un reducido repertorio de estrategias y recursos para defenderse de este tipo de prácticas abusivas, lo que los coloca en una evidente circunstancia de indefensión. Afortunadamente, la mayor parte de los Estados occidentales y los organismos internaciones han ido desarrollando derechos y leyes con el fin de erradicar esta aberración humana, y que -115-

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Capítulo 10

Consecuencias psicoemocionalesde los malos en la infancia

Manuel Vilariño Vázquez.E-mail: [email protected]

Unidad de Psicología Forense. Universidad de Santiago de Compostela.

Susana Sousa.Facultad de Psicología. Univetsidade Lusófona do Porto (Oporto-Portugal).

taiia Mohamed-Mohand.Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación.

Universidad de Granada.

1. IntroducciónEl maltrato infantil puede definirse de acuerdo con Rosa-Alcázar,Sánchez-Meca y López-Soler (2010) como: Cualquier daño físico opsicológico que es infringido de forma voluntaria a un niño y que ocurrecomo resultado de acciones físicas, sexuales o emocionales, bien comoemisión u omisión de conductas que perjudiquen el desarrollo físico yemocional satisfactorio del menor (p.627)

Los menores representan un sector poblacional altamentevulnerable al maltrato, dentro y fuera de la familia, al contar con unreducido repertorio de estrategias y recursos para defenderse de este tipode prácticas abusivas, lo que los coloca en una evidente circunstanciade indefensión. Afortunadamente, la mayor parte de los Estadosoccidentales y los organismos internaciones han ido desarrollandoderechos y leyes con el fin de erradicar esta aberración humana, y que

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han culminado en una irrefutable mejora d l 01\ J

menor. Aún así, continúan detectándose y denunci ndos nlas sociedades más avanzadas; y en muchos de los países en vI s dedesarrollo, La situación es verdaderamente sangrante, otorgándose aLmenor eL roL de un mero aduLto en diminuto.

Diferentes investigaciones encuentran que eL maLtrato acarreadaños sobre La salud mentaL de la víctima (p.e., ALarcón, Araújo, Godoyy Vera, 2010; Heirnl, Shugart, Craighead y Nemeroff, 2010; MueLa, Torresy Balluerka, 2012; Stirling, Amaya-Jackson y Amaya-Jackson, 2008).En esta línea, se ha registrado la presencia de problemas conductuales,académicos y reLacionales, deterioro de la autoestima, depresión,ansiedad, alteraciones alimentarias, adicciones, estrés postraumático,etc. Además, el maltrato infantil puede manifestarse tanto en efectosinmediatos o concurrentes con eL maltrato. como en consecuencias alargo plazo.

Ante este estado de La literatura nos hemos planteado desarrollarun estudio en el que contrastar eLestado clínico de menores víctimas demalos tratos y menores que no han sido victimizados, en dos pruebaspsicométricas que evalúan depresión y ansiedad. En consecuencia,hemos comparado los resultados obtenidos a través del CDI y el CMAS-Rpara conocer si existen diferencias entre ambos tipos de participantes.Asimismo, conociendo la posibilidad de que estas variables pudiesenestar mediadas por eL factor género, hemos procedido a estudiar supotencial influencia.

2. Método

2.1. ParticipantesParticiparon en eL estudio un total de 70 menores, con un rango queoscilaba entre Los 10 y 14 años y una media de 12,03 (5x=1,3). 35 deellos habían sufrido algún tipo de maLtrato dentro deL ámbito familiar,motivo por eL cuaL fueron retirados de sus hogares e internados enun centro para menores. Su edad fLuctuaba entre los 10 y los 14años (M=12,05; SX=1,26). Atendiendo al género, 23 eran de sexomascuLino y 12 del femenino. Los otros 25 no habían sido objeto

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d m ltr 0, o H 11 n d d ntre los 10 y los 14 años (M=12;Sx-1,37). En r l ci6n con el sexo, la muestra se componía de 15hombres y 20 mujeres.

2.2. Diseño y ProcedimientoLa metodoLogía empLeada fue de tipo cuasi-experimental.Concretamente, se ideó un diseño de medida deL estado clínico (eneste caso: depresión y ansiedad) a través de dos pruebas psicométricas,con el objetivo de contrastar La salubridad mental de dos grupos departicipantes, unos víctimas de maLtrato y otros que no habían sidovictimizados.

Las evaluaciones de Las víctimas de malos tratos fueronrecabadas en la consulta de Psicología deL PIAC (Projecto Integradode Apoio á Comunidade) de Matosinhos (Portugal). La participación delos menores fue voluntaria, contándose, asimismo, con La autorizacióndel Centro y eL consentimiento de los representantes Legales de Losjóvenes.

En el caso de la muestra de menores no sometidos a malostratos, Las evaluaciones se llevaron a cabo con alumnos de un coLegiode PenafieL (Portugal). De idéntica forma que en eL caso anterior, Laparticipación fue voluntaria. y se contaba con La autorización delcentro educativo y de Los representantes legaLes de Los evaluados.

En ambos casos, para La apLicación de las pruebas psicométricasse siguieron las instrucciones recogidas en los respectivos manuales,y durante la administración estaba presente un profesionaL a fin degarantizar su correcta implementación. El tiempo de aplicación de losinstrumentos demoraba aproximadamente 35 minutos.

2.3. Instrumentos de medidaComo instrumentos de medida tomamos el Cuestionario de DepresiónInfantil (COI) y La EscaLa de Ansiedad Manifiesta en Niños (CMAS-R).

ELCDI se dirige a evaluar síntomas depresivos en menores. Suaplicación puede ser individuaL o colectiva, y presenta una duración

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aproximada entre 10 y 25 minutos. Evalúa d Il l'Autoestima Negativa, ofreciendo una puntuación total dque será con la que tomaremos en este estudio.

ypl n,

El CMAS-R es un instrumento de autoinforme elaborado con elobjetivo de evaluar la ansiedad en niños y adolescentes. La aplicaciónpuede ser tanto individual como colectiva, y presenta un tiempo deaplicación próximo a los 15 minutos. Ofrece un índice de ansiedadtotal que fue el utilizado en nuestro trabajo.

3. ResuLtados

3.1. AnáLisis de LaDepresión

Para el análisis se ejecutó un diseño factorial completo 2 (género:masculino vs. femenino) x 2 (condición: malos tratos vs. no malostratos) cuyos resultados mostraron un efecto significativo, F(1,66)=34,245; p<O,OOl, para el factor condición y para la interacciónde los factores género y condición, F(1,66)=5,792; p<O,05. Por elcontrario, no se encontraron diferencias significativas en depresiónpara el factor género, F (1,66)=1,143; ns. Estos resultados indicanque los menores víctimas de malos tratos presentan puntuaciones máselevadas en depresión que aquellos que no los han padecido (ver Tabla1). Por su parte, en lo tocante a la interacción, los resultados muestranque las niñas que no han sido objeto de malos tratos presentan unosniveles de depresión inferiores a los de los niños. Por el contrario, enla condición de malos tratos los resultados se invierten, esto es, lasniñas ofrecen puntuaciones superiores a la de los niños en esta mismavariable. Los resultados obtenidos parecen sugerir que las niñas encondiciones de normalidad, en lo tocante a la depresión, presentanuna mayor salubridad mental que la de los niños. No obstante, secaracterizan por una mayor vulnerabilidad al mal trato, de modo quecuando son victimizadas la tendencia se invierte y sus niveles dedepresión pasan a superar a los de los varones, incrementándose ladiferencia existente entre ambos grupos en relación con la observadaen la condición de no malos tratos.

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Tabla 1. M( I l' ticondición.

pl ;ón y ansiedad en función de la

Variable Mno malos tratos Mmatos tratos

Depresión 8,517

11,167

17,728

17,143Ansiedad

Tabla 2. Medias de depresión y ansiedad en función del género.

Variable Mmasculino

Depresión 12,245

12,701

14,00

15,608Ansiedad

3.2. Análisis de LaAnsiedadHemos ejecutado el mismo diseño factorial que en el apartado anterior,pero en este caso para la variable ansiedad. Éste ha arrojado unosresultados que evidencian un efecto significativo, F(1,66)=21,274;p<O,OOl, para el factor condición y, para el factor género, F(1,66)=5,033;p<O,05, así como para la interacción de ambos factores, F(1,66)=7,893;p-eü.O'l , De este modo, como podemos comprobar en la Tabla 1, losmenores que han estado expuestos a malos tratos presentan una mayorsintomatología ansiosa que aquellos que nunca han sido víctimasde este ti po de violencia. Por otro lado, también hemos detectadodiferencias significativas en función del género. Por consiguiente, lasniñas ofrecen una mayor puntuación en ansiedad que los niños (verTabla 2). Finalmente, en relación con la interacción de los factores,se ha detectado que las niñas que no han sido objeto de malos tratosmuestran puntuaciones en ansiedad inferiores a las presentadas por losniños. Sin embargo, los resultados se invierten para la condición demalos tratos, de tal forma que en este caso las niñas ofrecen una mayorpuntuación. Los resultados obtenidos sugieren una interpretaciónsimilar a la expuesta para la variable depresión. En consecuencia, encondiciones de normalidad los niveles de ansiedad de las niñas serían

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infereriores. No obstante, su vulnerabilidad l m ltr to m yor quela de los niños, de modo que al padecer este tipo de violencia suspuntuaciones en ansiedad son superiores y, además, las diferenciasentre ambos grupos pasan a ser más acusadas que las encontradas enla condición de ausencia de malos tratos.

4. DiscusiónAntes de proceder con la presentación de las conclusiones que sepueden extraer de los resultados obtenidos en este trabajo, entendemosnecesario referir una serie de limitaciones que hemos detectado.Primera, el tamaño de la muestra es reducido lo que puede condicionarlos resultados obtenidos en las diferentes escalas. Segunda, en esteestudio hemos tomado la variable maltrato familiar de un modogenérico agrupando bajo la misma diferentes formas de violencia(violencia física, violencia psicológicajemocinal, violencia sexual ynegligencia). Aunque en la mayoría de los menores participantes dentrode la condición de violencia se producía un tipo de agresión mixto,es posible que la forma adoptada por el maltrato haya determinadode manera diferencial el grado de afectación psicológica y, por ende,haya condicionado la puntuación obtenida en las diferentes escalas deevaluación. Asimismo, no se ha considerado la intensidad y frecuenciadel maltrato, factores que posiblemente también estén mediando elgrado de afectación psicológica. Como tercera limitación y de modosemejante al caso anterior, en esta investigación no hemos controladootra serie de factores diferentes del maltrato familiar que puedenestar influyendo en las puntaciones obtenidas en las pruebas. Así, esfactible que otras variables tales como el internamiento en un centroestén influyendo los resultados hallados.

Con estas limitaciones en mente, podemos extraer las siguientesconclusiones:

a. Los menores víctimas de maltrato familiar presentan unamayor puntación en depresión, medida a través del CDI, quelos no victimizados. Además, estos resultados se producenen ambos géneros, esto es, independientemente del génerola puntuación en depresión es mayor para los participantes

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victimizados. Por otro lado, se ha observado un efectosignificativo para la interacción de los factores género ycondición. De este modo, en condiciones de normalidad,esto es, dentro de la muestra de menores que no han sufridomalos tratos, son los varones los que ofrecen una puntuaciónmayor; mientras que dentro de la muestra de participantesmaltratados, la tendencia se invierte.

b. Para la ansiedad, medida a través del CMAS-R, las puntuacionesobtenidas siguen una dinámica similar a la observada endepresión. Nuevamente, se detectan diferencias significativasentre los menores victimizados y los no victimizados, siendolos primeros los que ofrecen puntuaciones más elevadas.Además, esto es así independientemente del género de losparticipantes, es decir, tanto los niños como las niñas quehan sufrido malos tratos se caracterizan por puntuacionessuperiores en ansiedad. Sin embargo, contrariamente a losucedido con la depresión, en este caso se ha verificado unefecto significativo para el factor género sobre la ansiedad.Así, se ha observado que las niñas presentan mayores nivelesde ansiedad que los niños. Por otro lado, se halla un efectosignificativo para la interacción de los factores género ycondición. De nuevo, observamos que dentro de la condiciónde no malos tratos son los varones quienes puntúan máselevado, mientras que los resultados se inviertes dentro de lamuestra victimizada, de tal modo que las niñas refieren unapuntuación superior.

c. Aunque no resulta posible concluir que la presencia del maltratofamiliar sea la causa de las diferencias encontradas en elestado clínico entre ambos grupos (malos tratos vs. no malostratos) debido a las limitaciones previamente presentadas, esfactible que este factor contribuya a la afectación psicológicade los menores victimizados y explique, por lo menos enparte, las diferencias significativas encontradas entre ambaspoblaciones en las variables Ansiedad y Depresión

d. Nuestros resultados parecen arrojar que en condicionesde normalidad (no malos tratos) las niñas presentan una

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saLubridad mentaL Ligeramente sup riotpor Lo menos, en Lo referido a Las variabL sque presentan una puntuación inferior a La de Los varones. Demanera contraria, cuando son sometidas a maLos tratos estosresuLtados se invierten, Las niñas puntúan de manera máseLevada en Las dos escaLas y, además, Las diferencias entreambos grupos se incrementan en reLación con La condición denormaLidad. Entendemos que estos resuLtados sugieren queLas niñas presentan una mayor vuLnerabilidad psicoLógica queLos varones ante un efecto vitaL estresante como eL maLtratofamiliar de cara a padecer una mayor sintomatoLogía clínica.

En definitiva, se observa que Los menores que padecen estetipo deLictivo presentan un grado de sintomatoLogía ansioso-depresivasuperior a La pobLación normal. Además, Los resuLtados parecen indicaren Las niñas una vuLnerabilidad superior a La hora de desarrollarsintomatoLogía psicoLógica en reLación con Los varones cuando sonsometidas a maLos tratos; mientras que en condiciones de normaLidadparecen presentar una mayor saLubridad mental.

Referir, por último, que entendemos necesario continuar coneL desarrollo y La apLicación de programas comunitarios dirigidos aLa prevención primaria de esta Lacra con eL objetivo de reducir Lavictimización deL que representa uno de Los sectores más indefensos deLa sociedad. Asimismo, se antoja necesaria La eLaboración y La puestaen marcha de intervenciones clínicas con fines curativos, encaminadasa atajar en La medida de Lo posibLe Los daños psíquicos que puedanoriginarse una vez eL menor resuLta victimizado.

Referencias bibliográficasALarcón, L. c.. Araújo, A. P., Godoy Díaz,A. P., y Vera M. E. (2010).

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