Conocí a Carlos Durante Un Viaje a Barcelona

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Bonita historia que te hace pensar

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Conoc a Carlos durante un viaje a Barcelona.Yo tena la costumbre de tatuarme en cada pas que visitabay l un pequea tienda de tatuajes en la misma calle del estudio que haba alquilado a travs de Airbnb.Su local, un austero habitculo con un mostrador, un silln y decenas de fotografas en la pared, estaba en Sants, lejos de los habituales circuitos tursticos de la ciudad. Quiz por ello Carlosme mir sorprendido cuando entr por la puerta. Pareca el tpico local de barrio poco habituado a las caras nuevas.Al darnos los buenos das nos notamos nuestros perspectivos acentos. Me cont que era de Buenos Aires, y que llevaba siete aos en Espaa.Le cont el tatuaje que tena pensado: la salamandra del Parque Gell en la parte posterior de mi hombro derecho. Mientras le daba los detalles sobre los colores,not que Carlos estaba incmodo. Pens que quiz se deba a que se haba dado cuenta de que yo era chileno.Entonces me mir a los ojos.Lo siento, perono puedo hacerte el tatuajeme dijo.

Me qued helado durante unos segundos, repasando mentalmente los motivos por los que podra haberse sentido ofendido.Cmo dices? le dije con la boca pequea.Mira,para tener un recuerdo de Barcelona no te hace falta un tatuaje. Mejor vas y te compras una postal insisti.Me cabre. Quin era ese tipo para decidir cmo yo deba o no recordar mis viajes? Estaba acostumbrado a la gente que te juzga por llevar tatuajes, peronunca hubiese esperado sentirme juzgado por alguien que los haca.Quise saber ms.Pero,cul es exactamente el problema?No haces tatuajes de atracciones tursticas de la ciudad? No haces tatuajes relacionado con viajes? Cmo va exactamente? pregunt.No, no es eso. Pero solo hago tatuajes que realmente significan algo para la persona.Para que te haga un tatuaje primero tienes que hacerme llorarme dijo.En ese momento no saba si me estaba vacilando o si directamente era un gilipollas.Como si me hubiese ledo el pensamiento, empez a explicarse sin que se lo hubiese pedido.

Me dijo que estabaen contra de la idea materialista del tatuaje. Que ya haba demasiados coleccionistas de tatuajes, gente que se comportaba como si fueran marchantes de arte, acumulando tatuajes sin que realmente significasen nada para ellos.He hecho centenares de tatuajes a lo largo de mi vida. Y me he dado cuenta de quesi no me implico emocionalmente no soy capaz de dar el cien por cien. Y cuando eso ocurre siento como si estafara al cliente. Es como un adolescente que canta blues, sabes? Hay algo que no cuadra.Sal de la tienda sin saber muy bien qu pensar. No saba si estaba ante alguien genuinamente romntico o si todo eso no era ms que una rabieta para no admitir que los tatuajes ya no eran un signo de rebelda, sino un complemento de moda ms. De alguien desconcertado por el hecho de que tener la piel cubierta de tinta ya no implicase ser distinto, sino ser normal.Estaba acostumbrado a que te juzguen por llevar tatuajes, pero no esperaba sentirme juzgado por alguien que los hacaEstaba cabreado. Ese tipo al que acaba de conocer me haba hecho sentir culpable,como si no mereciera llevar tatuajes.Pas todo el da mirndome los tatuajes, casi todos ellos fruto de arrebatos irreflexivos y caprichos estticos. Y cada vez que los vea,resonaban en mi cabeza las historias que me haba contado Carlos....la de la madre que se haba tatuado las manos del hijo que haba perdido por culpa de un cncer...la del hijo que se haba tatuado la ltima frase de la carta que le haba mandado su padre cuando estaba de campamentos das antes de morir...la de la pareja que se haba tatuado el electrocardiograma de su beb tras pasar un mes en la incubadora...

Y yo me miraba el barco mal dibujado que llevaba en el antebrazo derecho, o el skyline de Nueva York que me haba hecho en el pie izquierdo, o la fecha de mi nacimiento en nmeros romanos en el dedo meique, o el nombre de Taylor Swift en tipografa carcelaria que me haba hecho en el muslo tras perder una apuesta... yme senta la persona ms frvola del mundo.Se me estaban pasando las ganas de hacerme un tatuaje en Barcelona.Esa noche, antes de ducharme, me mir desnudo en el espejo del bao. Contemplando mis tatuajes empec a rememorar el periodo de mi vida en el que me haba hecho cada uno de ellos. Recordaba exactamente dnde estaba, a qu ola el local y quin era la primera persona a la que se lo haba enseado. Y me di cuenta de que, aunque esos tatuajes quiz no respondan a motivaciones elevadas ni tenan significados profundos, servan para recordarme a m mismo todas las personas distintas que haba sido a lo largo de mi vida.Puede que mis tatuajes no tuvieran mucha historia detrs, pero explicaban la ma.Mis tatuajes servan para recordarme todas las personas distintas que haba sido a lo largo de mi vidaLa maana siguiente volv a pasar por delante del local de Carlos. Al ver que estaba vaco, entr. Quera contarle por qu crea que mis tatuajes eran importantes a pesar de que a l no le hiciesen llorar. Perocuando le plante mis reflexiones de la noche anterior su respuesta volvi a ser punzante.Que t hayas encontrado la manera de justificarte no significa que tus motivos sean los adecuados contest.Le dije que su actitud no era ms que una forma de elitismo. Que no poda pretender que las nicas personas que pudiesen hacerse tatuajes fuesen aquellas que haban vivido acontecimientos traumticos, que haban perdido a seres queridos o que quisiesen demostrar su compromiso amoroso. Le dije algo as como que era un dictador emocional.Lejos de enfadarse,me contest con su habitual tono pausado.

Hace ocho aos, mi mujer estaba llevando a nuestros dos hijos al parvulario cuando una furgoneta de reparto perdi el control e invadi la acera.Los dos nios murieron al instante, y mi mujer falleci nueve horas ms tarde en el hospital. Pas meses sin prcticamente poder salir de casa, al borde del suicidio...Vaya, lo siento muchsimo dije con la voz ahogada.Una de las pocas cosas que me motivaba era poder hacerme un tatuaje conmemorativo para recordarlas.Pero entonces me di cuenta de que ya tena el 80% de mi cuerpo totalmente cubierto de tinta, y que los nicos lugares que quedaban libres eran indignos de las personas que ms haba querido. Todos esos tatuajes que en su momento me haban parecido una buena idea, ahora no eran ms que un estorbo, peso muerto. Fue entonces cuando decid marcharme de mi pas y no volver a hacer un tatuaje sin un motivo de peso detrs dijo mirando al suelo.Le dije que era un dictador emocional. Luego escuch su historia y tuve que quedarme calladoMe qued sin palabras. Ese tipo al que yo acusaba de arrogante y egostame acababa de regalar unas de las lecciones vitales ms importantes que recordaba. Desde ese da procuro no llenar mi vida con nada que no sea absolutamente imprescindible, ya sean personas, pensamientos o emociones. La nica manera de dejar espacio para aquello que realmente importa es evitar que tu mente se llene de ruido.Porqueuna cosa es que tus tatuajes no tengan propsito, y otra que sea tu vida la que no lo tenga.

El ruido en la piel