¡Conócelos de cerca! Animales de México

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¡ Conócelos de cerca! Animales de México Rebeca Orozco Lucho Rodríguez

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Autor: Rebeca Orozco Ilustrador: Lucho Rodríguez México tiene un gran número de especies animales. Este libro ofrece breves historias de la vida de veinticinco personajes de nuestra fauna, como el jaguar o el hipocampo, presentados como seres que sufren, gozan y luchan por su sobrevivencia. El joven lector se acercará a ellos con curiosidad y respeto. ISBN 978-968-7381-81-7

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¡Conócelos de cerca! Animales de México

Rebeca OrozcoLucho Rodríguez

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Primera edición: 2004

D.R. © Rebeca OrozcoD.R. © Lucho Rodríguez

D.R. © Ediciones Tecolote, S.A. de C.V.Gob. José Ceballos 10Col. San Miguel Chapultepec11850, México, D.F.tel/fax (55) 5272 8139 / [email protected]

Coordinación editorial: Mónica BergnaDiseño: Tullia BassaniInvestigación: Mónica BergnaAsesoría: Bióloga Ariadna Rangel NegrínCorrección: Patricia Rubio OrnelasNuestro agradecimiento a Andrés Stebelski por su valiosa ayuda

ISBN 968-7381-81-7

Impreso en México • Printed in Mexico

¡Conócelos de cerca! Animales de México se terminó de imprimir en el mes de junio de 2004 en los talleres de Offset Rebosán. Se tiraron 2000 ejemplares.

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¡Conócelos de cerca! Animales de México

¿Has perdido alguna vez una pieza de un rompecabezas? El hueco se ve desastroso y la escena no tiene armonía. La falta de esa pieza minúscula hace que el conjunto carezca de sentido. Lo mismo sucede cuando una es-pecie animal se extingue. Cada animal que te mira con ojos cautelosos, que levanta las orejas o que aletea, es una pieza clave dentro de la naturaleza. Si alguno falta, el entorno sufre su ausencia.

México es uno de los países con mayor número de especies animales y vegetales en el mundo. Y es que nuestro país está rodeadode mares y costas, y en él existe una fantástica variedad de ecosistemas, des-de humedales hasta desiertos. Sin embargo, muchas de sus especies se encuentran en peligro de extinción y en la mayoría de los casos el hombre es el responsable.

A través de este libro conocerás la vida secreta de veinticinco integrantes de la fauna mexicana. Sabrás dónde habitan, cómo cazan y se defienden, y la manera en que cuidan a sus crías. Algunos de estos animales sólo existen aquí, como por ejemplo el perrito de las praderas o el ajolote. Mu-chos, como el puma, el puerco espín o el cocodrilo, también se encuentran en otras regiones. Otras especies, como la mariposa monarca, sólo nos visitan durante el invierno. Ojalá que cuando leas estas historias, te sientas muy cerca de los animales. Tan cerca, que los admires y que luches siempre por protegerlos.

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MAR

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CO

STAS

HIPOCAMPO

Hipocampo y su pareja eligieron un arrecife poblado de algas y corales, enros-caron su cola en la vegetaciónacuática y se quedaron a vivir allí.

A pesar de los peligros del mar, Hipocampo confiaba en sus poderes defensivos. Era campeón de camuflaje: para confundiral enemigo, cambiaba de color con facilidad, desde el amarillo hasta el negro. Además,sus ojos eran capaces de mirar en diferentes direcciones al mismo tiempo; por ejemplo,con el derecho podía percibir una morenay con el izquierdo, un ejército de peces damisela.

Aunque el rostro de Hipocampo era semejante al de un pequeño caballo, su cuerpohabía sido creado para vivir dentro del océano: tenía una trompa para succionar el plancton, una aleta y una cola prensil que le servía para sujetarse de las algas del fondo. Sin embargo, Estrella de Mar juraba y perjuraba que algún día Hipocampo saldría galopando hacia la playa y se perdería entre la selva.

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MARES Y C

OSTAS

MANATÍHIPOCAMPO

Dicen que hace miles de años el antepasado de Manatívivió sobre la tierra, pero una tarde el movimiento majestuoso de las olas lo atrajo de tal manera que se sumergió en el mar. Pronto se adaptó a vivir en la orilla: su cuerpo se alargócomo el de una sirena, aprendió a moverse dentro del aguay a utilizar su cola como aleta.

Ahí, entre el agua y el aire, formó colonias con otros manatíes que lo siguieron. Se apareó y tuvo un hijo al que enseñó a subira la superficie para respirar, mientras la madre lo abrazabay lo alimentaba con leche. Luego, cuando la cría creció, lo enseñó

a pastar, a arrancar las algas que encontraba a su paso y a engullirlas con voracidad. Sólo una cosa le preocupabaal pequeño: el alimento que masticaba contenía tanta arenaque le desgastaba los dientes hasta hacerlos desaparecer.¿Con qué masticaría después? Manatí lo tranquilizó, al decirle que todos los de su especie contaban con unos dientes de reserva ubicados en un lugar secreto: la parte posterior de la mandíbula.

Dichosos, padre e hijo masticaron las algasque encontraron dentro del agua.

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TIBURÓN LIMÓNM

ARES

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Tiburón Limón llegó a la costa luciendo los tonos luminosos de su espalda. Al verlo arribar, veloz y rudo como una locomo-tora, los habitantes del mar huyeron despavoridos.

Como Tiburón Limón estaba hambriento, se abalanzó sobre una colonia de moluscos. Luego engulló un plato de agujas, tortugas, atunes y camarones. Insatisfecho, buscó algo más.Un olor a sangre lo inquietó: un pez espada de doscientos kilos

había mordido el anzuelo proveniente de un barco pesquero y se agitaba desesperado. Tiburón Limón aprovechó la ocasión. Con furia, abrió sus terribles mandíbulas y le clavó los dientesal moribundo. Después de rasgarlo, perforarlo y triturarlo, su estómago quedó repleto.

Avanzó contento. Su sonrisa mostraba cinco hilerasde dientes afilados y deslumbrantes.

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MARES Y C

OSTAS

TORTUGA LAÚDTras un prolongado esfuerzo, Tortuga Laúdemergió del mar. Tenía los ojos llenos de lágrimas, y por eso Gaviota imaginó que sufría penas de amor. Pesada y lenta, la hembra caminó con su caparazón de cuero para depositar sus huevos dentro de la arena.

De pronto un hombre se acercó e intentó robarle su carga. Ante la amenaza,Tortuga Laúd permaneció inmóvil, indefensa. Por fortuna un vigilante costero acudió en su ayuda y después de una fatigosa persecución capturó al depredador.

A salvo, dando pasos breves, Tortuga Laúd seleccionó el lugar donde fabricaría su nido. Cavó un agujero en forma de cántaro, se acomodó sobre él y puso decenas de huevos. Eran de color blanco y de figura casi esférica. Cubrió el nido con arena y regresó al mar sobre sus propias huellas.

Sesenta días y sesenta noches tardarían en nacer las pequeñas. Frágiles, con caparazón blando y un sin fin de escamas, abandonarían el nidoy se internarían en el mar para iniciar una nueva vida.

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HU

MED

ALES

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LAG

OS

Ajolote vivía en un canal cubierto de lirios acuáticos. Su mayor deseo era llegar a convertirse en salamandra, no como sus padres y abue-los que siempre fueron ajolotes. Aborrecía su figura, odiaba sus ojos pequeñísimos y su piel transparente. ¿Era un gusano?, ¿un lagarto?, ¿una larva insignificante?

Desilusionado de sí mismo, cavó un túnel y se escondió dentro. Allí, se alimentó de lombrices, renacuajos y pequeños crustáceos.Un día, aburrido de su triste existencia, se puso a dormir. Soñó entonces que una terrible sequía asolaba el canal.

AJOLOTE

Muchos anfibios sucumbían a la ausencia de agua, pero no él, su cuerpo comenzaba a cambiar: sus branquias rosadas desaparecían y su piel se pintaba de un azul luminoso con elegantes franjas negras. Estaba sucediendo el milagro de la metamorfosis. ¡Al fin se transformaba en una majestuosa salamandra!

Ajolote despertó, su desilusión fue grande. Seguía siendo el anfibio de siempre, él sabía que sólo uno entre mil ajolotes correría con esa suerte.

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HU

MED

ALES, RÍOS Y LAG

OS

COCODRILO DE RÍO

La hembra Cocodrilo dio leves patadas sobre la arena en busca de una respuesta. Semanas antes había enterrado sus huevos en ese sitio y ahora esperaba ansiosa escuchar las voces de sus cria-turas. ¿Había llegado la hora del nacimiento? Insistió dando una serie de golpecitos sobre el suelo. Fue inútil: el silencio se había adueñado de la ribera. Durante varios días regresó al lugar. Aunque la arena era muy extensa, siempre localizaba, al igual que un pirata, el sitio exacto donde había enterrado su tesoro. Por fin llegó el día esperado. La hembra Cocodrilo palmeó sobre la tierra

y un concierto de chillidos agudos y lastimeros se escuchó bajo la arena. Emocionada, desenterró a sus crías y, a pesar de la fiereza que la caracterizaba, las miró con ternura, como si llevara siglos conociéndolas. Se alegró. Desde de ese momento las enseñaría a reptar,caminar, correr y nadar. A tomar baños de sol, cazary a tragarse su presa entera. A habituarse a su corteza áspera,seca y verdusca, y también, en las noches más serenas,a recordar aquellos tiempos legendarios cuando los cocodrilos eran criaturas de piel dorada y luminosa.