Con nuestra voz recordamos

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Huarpe Diaguita Diaguita-calchaquí Escritos plurilingües de docentes, alumnos, miembros de pueblos originarios y hablantes de lenguas indígenas Yunem xamina cuchuch guechereyna Quilmes Con nuestra voz recordamos tenemos patria

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os Con nuestra voz creamos mundos, ideas, poesía, palabras, conocimientos. Con nuestra voz compartimos puntos de vista, celebraciones, recetas, adivinanzas, imágenes, trabajos y sentimientos. Con nuestra voz estamos presentes, ocupamos espacios, participamos de los debates y la toma de decisiones. Con nuestra voz enseñamos y aprendemos, investigamos, transmitimos saberes y maneras de ver el mundo. Con nuestra voz recordamos y reelaboramos los recuerdos en el presente, honramos a nuestros antepasados en acciones cotidianas y recuperamos su sabiduría y su lucha. Con nuestra voz cantamos alegrías y tristezas, arrullamos a los niños, hacemos coplas y festejamos el presente. Nuestra voz nos hace únicos y nos reúne con los demás. Es identidad dinámica, historia y memoria colectiva. Nuestra voz es palabra viva.

Yunem xamina cuchuch guechereyna

Quilmes

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PRESIDENTA DE LA NACIÓNDra. Cristina Fernández de Kirchner JEFE DE GABINETE DE MINISTROSDr. Aníbal Fernández MINISTRO DE EDUCACIÓNProf. Alberto E. Sileoni SECRETARIO DE EDUCACIÓNLic. Jaime Perczyk JEFE DE GABINETEA.S. Pablo Urquiza

SUBSECRETARIO DE EQUIDAD Y CALIDAD EDUCATIVALic. Gabriel Brener

DIRECTORA NACIONAL DE GESTIÓN EDUCATIVALic. Delia Méndez

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COLECCIÓN CON NUESTRA VOZ

Coordinador de la Modalidad de Educación Intercultural BilingüeOsvaldo Cipolloni

Coordinadora del Plan Nacional de Lectura Adriana Redondo

Coordinación y edición de contenidosGabriela Nacach (EIB), Paula Pérez (EIB), Jéssica Presman (PNL)Coordinación editorial: Natalia Volpe (PNL)

Diseño gráfico: Mariel Billinghurst (PNL), Juan Salvador de Tullio (PNL), Elizabeth Sánchez (PNL) Revisión: Silvia Pazos (PNL)

Revisión de texto en huarpe millcayac (Mendoza): Claudia Herrera

Ilustraciones: Cintia Verónica Candito y Emilio Moreno

Este tomo contó con el apoyo de los miembros del Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas, especialmente, Claudia Escudero, Rubén Herrera, Miguel Calderón, Carina Calivar, Emilio Moreno, Azucena Villegas, Jazmina Fuenzalida, Mario Quinteros, Mónica Palferro, Antonio Soto, Roxana Soto, Patricia Kholer y Raúl Verasay.

Agradecemos a los equipos jurisdiccionales de la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe y del Plan Nacional de Lectura. Y a todos los que sumaron esfuerzos para llevar adelante el proyecto: Paco Alanez, Hugo Arce, Mario Acho, Crispín Benítez, Bruno Di Benedetto, Silvia Calcagno, Ana Fernández Garay, Georgina Fraser, Carolina Gandulfo, Susana Gómez, Dora Machado, Juan Manuel María Ortiz, María Pia López, Patricio Pantoja, Laura Roldán, Olga Sulca, Lía Varela y Mónica Zidarich.

Los textos fueron cuidadosamente considerados. En castellano solo se ajustaron aspectos ortográficos de acuerdo a la normativa vigente. En lenguas originarias, se respetaron las distintas variedades lingüísticas y códigos de escritura propuestos por los autores.

Ministerio de Educación de la NaciónSecretaría de EducaciónPlan Nacional de LecturaPizzurno 935 (C1020ACA). Ciudad de Buenos Aires. Tel: (011) 4129-1075 / [email protected] - www.planlectura.educ.ar

República Argentina, agosto de 2015.

Argentina. Ministerio de Educación de la Nación Con nuestra voz recordamos : Escritos plurilingües de docentes, alumnos, miembros de pueblos originarios y hablantes de lenguas indígenas. - 1a ed. edición multilingüe. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Ministerio de Educación de la Nación. Plan Nacional de Lectura, 2015. 144 p. ; 25 x 19 cm. - (Con nuestra voz ; 6)

ISBN 978-950-00-1133-4

1. Cultura de los Pueblos Originarios. 2. Pluralismo. 3. Fomento de la Lectura. CDD 372.651

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Dibujo Antropológico. Madre Algarrobo. Carbonilla y tiza pastel. 54 x 80 cm. Cintia Verónica Candito (Comunidad Huarpe Guaytamari)

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Para el Ministerio de Educación de la Nación constituye un motivo de orgullo estar llegando a las escuelas de todo el país con esta colección que hemos denominado “Con nuestra voz” y que constituye un nuevo logro en la marcha emprendida hace doce años hacia la plena inclusión educativa. En esta colección se reúnen y entrelazan textos producidos por alumnos, docentes, miembros de pueblos originarios y hablantes de lenguas indígenas de nuestro país, concebidos y realizados para ser compartidos con la comunidad toda.Su lectura nos permitirá conocernos más profundamente, a la

vez que nos reconocemos como un país diverso, que recupera las voces ancestrales y las actuales, dándoles a cada una un espacio propio. La presencia de las diversas lenguas con sus variedades locales, en cada uno de los seis tomos: Estamos, Enseñamos, Compartimos, Cantamos, Creamos y Recordamos, es parte fundamental del texto polifónico que trama y sostiene nuestra identidad cultural. Esta colección se suma a los millones de libros entregados

a las escuelas en esta última década para hacer realidad el derecho a la lectura de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos de nuestro país, así como el de sus educadores de enseñar con materiales de alta calidad. Con estos libros, en suma, avanzamos un paso más, y no uno cualquiera sino uno trascendente por los valores que reivindica, hacia la democratización plena de la cultura.“Con nuestra voz” ampliará la trama tangible de la

construcción de ciudadanía que desde un lugar de respeto y valoración, las escuelas de nuestro país sostienen día a día.

Alberto SileoniMinistro de Educación de la Nación

Bienvenida a la colección

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La Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe y el Plan Nacional de Lectura confluyeron en el desarrollo de un proyecto por mucho tiempo soñado: la elaboración de una colección plurilingüe en una multiplicidad de lenguas que diera cuenta de gran parte de las voces que se hacen presentes en la Argentina de hoy. “Con nuestra voz” resume así la búsqueda, recuperación y valoración de cientos de producciones escritas por docentes, alumnos, miembros de pueblos originarios y hablantes de lenguas indígenas de diversas comunidades.Los textos reunidos aquí nos llevan de una canción a un

testimonio, de una leyenda a un relato de resistencia… También, a la posibilidad de sumergirnos en la hechura de una vasija o en el trabajo con el chaguar. Nos permiten recuperar historias ancestrales, observar el arco iris o la luna... Todos nos brindan un espacio a compartir. Esta trama de lenguas, desde las más vitales a las que están

en proceso de recuperación, es la expresión de pueblos que recogen su larga historia y la sostienen con fortaleza, que enriquecen y multiplican la identidad cultural de nuestro país. Es por ello que encaramos esta tarea desde el profundo vínculo pueblo/lengua.Los seis tomos que conforman la colección son el resultado de

un intenso intercambio sustentado en el respeto y la valoración de todas las lenguas en un plano de igualdad. El trabajo se orientó a darles visibilidad para que alumnos y docentes de escuelas primarias, secundarias e institutos de formación docente puedan aproximarse a reconocerlas en un plano próximo y cálido. También, para aportar a las comunidades educativas de las escuelas bilingües material impreso con el que fortalecer los aprendizajes de las nuevas generaciones. Agradecemos a todos aquellos que intervinieron en el proceso

de construcción de esta colección, en particular a los miembros del Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas (CEAPI),

Un trabajo conjunto

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quienes con entusiasmo y convicción aportaron a la hermosa tarea de sembrar y recoger las palabras portadoras de aquellas voces que nos permiten estar, cantar, crear, recordar, compartir, enseñar para seguir caminando.

Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe Plan Nacional de Lectura

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Diversidadde voces

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Con nuestra voz:Una creación colectiva

El origen

Memoria, verdad y justicia, demo-cratización de la palabra, pluralidad, educación inclusiva y de calidad, son expresiones de una época caracterizada por la generación de políticas públicas y educativas distintivas. En este contexto se inscribe la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe, instaurada en 2006 por la Ley de Educación Nacional 26.206 para garantizar el derecho cons-titucional de los pueblos indígenas a una educación que contribuya a preservar y fortalecer su identidad y para intervenir en los procesos históricos de domina-ción y silenciamiento que aún persisten entre lenguas y culturas.

En la Argentina existen hoy alrededor de 3000 escuelas bilingües. En ellas, estudian alumnos pertenecientes a los 32 pueblos originarios reconocidos hasta el presente, y trabajan cerca de 1800 educadores indígenas y distintas figuras docentes1 que se desempeñan en las aulas a lo largo y ancho del país.

Desde este marco institucional y junto al Plan Nacional de Lectura nace la colección Con nuestra voz, que reúne en seis tomos textos escritos y traducidos al castellano por alumnos, alumnas, docentes, miembros de pueblos origina-rios2 y hablantes de lenguas indígenas: Estamos, Creamos, Recordamos, Ense-ñamos, Compartimos y Cantamos.

Antecedentes

En 2013, una preocupación fue apare-ciendo en distintos equipos de trabajo: la mayoría de las publicaciones en lenguas originarias encontradas en organismos públicos y privados, librerías y bibliote-cas consistía en traducciones de textos escritos originalmente en castellano. Los indígenas no aparecían como autores sino, en el mejor de los casos, como traductores. Sus lenguas configuraban herramientas al servicio de la cultura he-gemónica. Esto parecía sustentar la idea de que las lenguas originarias no serían aptas para la escritura de nuevos relatos; su lugar parecía limitado al folclore y a la reproducción de esencias remotas. La autoría y la creación continuaban siendo privilegio de algunos.

Esta situación dio pie al proyecto Con nuestra voz, que avanzó hacia dos obje-tivos. El primero fue atender una nece-sidad aún vigente: si bien las lenguas y las culturas indígenas ya están presentes en las aulas como formas de acceso al conocimiento y construcción de espacios de reflexión, el material impreso en len-guas originarias es todavía insuficiente. El segundo, no menos importante, fue visibilizar la riqueza lingüística y cultural de nuestro país para fomentar una trans-formación del sentido común acerca de nuestra identidad. La incorporación de esta colección como parte del patrimonio

1 Cada provincia establece la designación y las funciones de estas figuras que comienzan a adquirir roles pedagógicos específicos. Por ejemplo: Auxiliares Docentes Indígenas (Misiones), Auxiliares Docentes Aborígenes (Chaco), Maestros Especiales de la Modalidad Aborigen y Profesores de Lengua y Cultura Indígena (Formosa), kimches y kimeltuchefes (Chubut), idóneos (Jujuy), Maestros Artesanos (Santa Fe), Docentes Auxiliares en Lengua y Cultura Aborigen (Salta), entre otros. 2 Se decidió utilizar indistintamente pueblos indígenas y pueblos originarios ya que, si bien la denominación más aceptada actualmente es la de pueblos originarios, el marco legislativo del derecho nacional e internacional legitima sus demandas en tanto miembros de pueblos indígenas.

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colectivo hará manifiesta la diversidad de nuestro contexto de pertenencia plurina-cional sudamericano.

La vitalidad de las lenguas

Al proyectar una colección de escritos en lenguas originarias de Argentina, inmediatamente surge el interrogante: ¿qué lenguas indígenas se hablan en el país? Esta pregunta es aparentemente sencilla pero su respuesta es compleja.

Las lenguas no son objetos con contor-nos definidos que podamos reconocer a primera vista sino construcciones histórico-políticas de carácter dinámico que definen la pertenencia a una comu-nidad. En la vida cotidiana, en realidad, podemos reconocer la lengua en uso: vemos cómo las personas hablan y con sus palabras trabajan, crían a sus hijos, cuentan chistes, hacen compras, viajan. Ser hablantes de una lengua nos hace miembros de una comunidad pero, ¿cómo sabemos qué lengua hablamos?

Esta definición generalmente nos la da la familia, la escuela, el grupo. No obstante, si reflexionamos sobre nuestras prácticas podremos descubrir que la mayoría habla-mos cotidianamente más de una lengua: usamos una en el circuito familiar, otra en el ámbito laboral o académico, otra con desconocidos; en otra cantamos algunas canciones o leemos carteles, tomamos tér-minos de otras. Aunque no lo percibamos inmediatamente, manejamos a diario más de una lengua, pues nuestros modos de hablar están permeados por la mezcla, el bilingüismo, los cruces.

Sin embargo, no todas las lenguas tienen las mismas oportunidades. Las lenguas originarias, particularmente, están atravesadas por siglos de persecución, discriminación y desigualdad. Pensemos

en cómo empezó todo. Antes de que esta tierra en la que vivimos fuera Argentina, de que fuera virreinato, de que llegaran los españoles, aquí vivía una multiplicidad de pueblos con diversas formas de organiza-ción, adaptación al entorno y relaciones entre sí. Hacían uso de diversas lenguas; en muchos casos, además de la suya, hablaban la de sus vecinos para poder intercambiar productos o conocimientos.

Esta diversidad cultural y lingüística fue perseguida desde la Conquista, de la mano de un proyecto de dominio que avanzó no sólo sobre el territorio, sino también sobre el cuerpo y la palabra de los pueblos originarios. En Argentina, el proceso de formación del Estado hacia fines del siglo XIX implicó que la nación debía constituirse de manera homogénea a partir de una cultura, una religión y una única lengua. Se impuso así la obligato-riedad del castellano en el uso público y en las escuelas, y se intentó instalar la idea de que solo la cultura europea era la válida. Con las campañas militares, el Estado se lanzó a la ocupación de las tierras indígenas y el sometimiento de sus habitantes. Privados de sus recursos naturales, debieron incorporarse como fuerza de trabajo en condiciones labora-les injustas y humillantes.

La escuela les hablaba en castellano, un idioma que no comprendían y que siem-pre había sido instrumento de explotación y marginación. En ese marco, la lengua propia fue, a veces, un espacio de resis-tencia y reunión con el grupo, un hogar donde descansar. Otras, fue un estigma que exponía a sus hablantes a la discrimi-nación y, por lo tanto, una huella que se deseaba borrar u ocultar. Muchos padres hicieron el enorme esfuerzo de comu-nicarse con sus hijos en castellano, una lengua ajena y difícil, para no transmitirles

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esa marca. Algunos vieron, con tristeza, cómo sus hijos rechazaban sus raíces culturales y la lengua de sus antepasados para no ser excluidos en la escuela y la so-ciedad dominante. Las situaciones fueron múltiples, y esos movimientos moldearon la realidad actual.

¿Qué ocurre cuando una lengua desa-parece? Cuando esto sucede, es porque la comunidad se desestructura y sus miembros pierden contacto, porque los hablantes mueren, o porque de a poco la lengua se deja de hablar y de enseñar a las nuevas generaciones. Se invisibiliza así el legado cultural de una singular manera de ver y decir el mundo, un conjunto de saberes construidos y transmitidos de generación en generación. Lo cierto es que, para que una lengua no muera, es necesario que haya gente que la hable y que tenga con quién hacerlo, que le permita compartir, cantar, enseñar, crear, recordar, estar.

Identidades

En las últimas décadas del siglo XX irrumpen en la escena pública identida-des fragmentadas, plurales y diversas. Los pueblos originarios redoblan su lu-cha por la visibilización y la conquista de sus derechos, y una serie de acciones legislativas los acompañan. En nuestro país, la reforma constitucional de 1994 incorpora el artículo 75, que reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas y, entre otras cosas, su derecho a una educación bilingüe e intercultural y la posesión de sus tierras.

En este nuevo marco legislativo, desde las comunidades se profundiza la bús-queda de las raíces. Muchos comienzan a hacer preguntas a sus padres y abue-los, descubren sus orígenes y buscan

aprender más sobre su identidad y su cultura. La lengua ocupa un lugar destacado en este proceso. Algunos se dedican a aprender la lengua de su comunidad, otros se acuerdan de pala-bras sueltas que decían en su familia y comienzan a reunirse para integrar esos recuerdos fragmentarios en un relato más amplio. Otros se desempeñan como docentes para enseñar en su propia len-gua y forman equipos de discusión para tomar decisiones de manera comunita-ria: qué variedad enseñar, qué alfabeto usar, cómo contar con material escrito para las clases. Revitalizar las lenguas propias resulta un imperativo.

El proyecto

En este punto de la historia surge la convocatoria que dio origen a esta colección. Se invitó a alumnos y alumnas, jóvenes y adultos de pueblos originarios y hablantes de lenguas indígenas a presen-tar sus producciones. Las coordinaciones y equipos provinciales de Educación Intercultural Bilingüe, y los referentes del Plan Nacional de Lectura con el acompañamiento del Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas (CEAPI) llegaron por distintas vías a los estableci-mientos educativos y, a través de ellos, a la comunidad en general.

Como se buscaba fomentar la plurali-dad de expresiones, no se pautó género, temática ni lengua de los trabajos. Por el contrario, se aceptaron todas las varieda-des locales, multiplicidades y mestizajes lingüísticos en tanto vehículos genuinos de expresión. Solo se pidió acompañar los textos con una versión en español, para garantizar que su sentido fuese accesible más allá de la comunidad de origen. Este aspecto de la convocatoria

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generó una serie de desafíos ya que muchos de los autores están aprendiendo a escribir en castellano y otros, si bien lo hacen con soltura en ambas lenguas, no tienen formación como traductores. Por otra parte, en muchas lenguas indígenas no hay suficientes herramientas para apoyar la tarea de la traducción. Los diccionarios, creados en gran parte por actores ajenos a las comunidades, no siempre están legitimados por los hablan-tes y, además, están atravesados por la coexistencia de diversas normas.

Para muchos autores supuso un gran esfuerzo presentar las versiones en castellano. Algunos trabajaron en grupo, debatiendo cada palabra, otros pidieron ayuda a docentes. Lo hicieron con un gran compromiso, para que sus pro-ducciones pudieran ser leídas en todo el país. Por eso, en algunos casos, los textos en castellano son versiones más sencillas que no reflejan toda la riqueza del texto original en lengua indígena, pero no por ello dejan de ser puentes hacia la pluralidad de voces, puntos de vista y matices lingüísticos.

Es necesario aclarar que los textos incluidos son solo una parte de todo lo que se escribe y se hace en las escuelas y comunidades. Probablemente, por ser la primera convocatoria de estas características y por las complejidades del proceso, hay ausencias que señalan una deuda que necesita ser reparada en trabajos futuros.

Los textos llegaron desde escuelas, talleres, encuentros, espacios individua-les. Eran escritos de alumnos y alumnas, poetas, docentes, comunidades, familias. Eran canciones, recetas, adivinanzas, cartas, textos informativos. La diversidad mostró una realidad dinámica de trabajo comunitario con las lenguas y las culturas.

Algo similar ocurrió con las adscrip-ciones étnicas. Se sostuvo un intenso proceso de consulta para respetar cada dato escrito, cada pertenencia local y co-munitaria, cada concepción de la propia identidad. Los autores establecieron su lugar de enunciación, lo que se refleja en la pluralidad de identificaciones que apa-recen en las firmas. Se habilitaron todas las formas de ser y estar en el mundo.

Organización del material

Como el desafío era trabajar sobre y con las lenguas, se decidió agrupar los es-critos en universos lingüístico-culturales. Así, en cada tomo hay textos que perte-necen a variedades de una lengua, a len-guas próximas o a pueblos relacionados lingüística, histórica o culturalmente.

En algunos casos primó el criterio lin-güístico: es el caso del tomo que reúne textos de pueblos de habla guaraní y chané; el que incluye los de los pue-blos wichi y nivaclé; el que presenta las producciones de los pueblos quechua, kolla, tonocoté y otras en quichua santia-gueño; y también el que incluye escritos de los pueblos qom, moqoit y pilagá.

El factor histórico-cultural fue el eje aglu-tinador en el caso del tomo que agrupa lo producido por miembros de los pueblos rankülche, tehuelche, mapuche, mapu-che-tehuelche, haush, selk’nam y yagan; y en el que se convoca a los pueblos huarpe, diaguita y diaguita calchaquí.

Esta organización fue definida para que alumnos y docentes pudieran navegar por los libros encontrando proximidades que motiven y profundicen el diálogo y la reflexión lingüística y cul-tural. Al mismo tiempo, se señalaron las relaciones entre volúmenes a través de notas que sugieren recorridos de lectura.

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Cada tomo asumió su propia identidad a partir de los textos que lo componían. Casi naturalmente surgieron sus títulos en torno a estos ejes de sentido, y se condensaron en una acción en tiempo presente: Estamos, Creamos, Recor-damos, Enseñamos, Compartimos y Cantamos. En el conjunto, los títulos expresan realidades dinámicas actuales compartidas por los distintos pueblos.

La incorporación de un prólogo en cada tomo permitió ofrecer una pequeña contextualización y una invitación a la lectura. Encontrar equilibrio en los pro-loguistas fue la consigna: indígenas y no indígenas que pudieran hacer un aporte a la discusión, a partir de distintos reco-rridos, perfiles y disciplinas. Pluralidad de voces una vez más. Los prólogos fueron escritos en diversas lenguas, según las posibilidades y los deseos de cada autor.

Las ilustraciones estuvieron a cargo de artistas de distintos pueblos o muy próxi-mos a ellos. Las imágenes permiten gene-rar nuevas lecturas e interpretaciones de los mundos que emergen de los escritos, desde la libertad que los óleos, acuarelas, carbonillas o pasteles nos entregan.

La edición

Una vez reunido el material, se con-vocó para que acompañara el proceso de edición a un grupo de docentes con amplia experiencia de trabajo y reflexión sobre las lenguas, que tuvo la sensibili-dad y el conocimiento necesarios para sugerir ideas respetando las distintas variedades y códigos de escritura. Esta tarea consistió, entre otras cosas, en revisar el contenido (errores de tipeo, puntuación, olvidos involuntarios, segmentación de palabras, caracteres especiales); evaluar la edición del tomo,

el orden de los textos y capítulos; agre-gar notas; proponer sugerencias a los autores e incorporar contenidos.

Este nuevo espacio de participación indígena, lejos de ser individual, generó intercambios entre educadores que enri-quecieron la colección y fortalecieron la pluralidad y la legitimidad del trabajo. To-das las observaciones fueron incorpora-das en un diálogo horizontal que mostró la necesidad de contar con herramientas y espacios plurales técnicamente sólidos para los procesos de producción editorial en lenguas originarias.

Un poco más allá

Esta obra es resultado de un intenso proceso de consulta y de decisiones compartidas que no cierran la discusión, sino que la abren en varias direcciones. Pretende ser un aporte para fomentar la escritura y la lectura y para profundizar, en el ámbito escolar y comunitario, un debate ya existente sobre cómo trabajar con las lenguas y las culturas indígenas.

Es posible que, así y todo, subsistan algunos errores. Reconocerlos ayudará a pensar futuras producciones que reto-men esta experiencia y la superen. Desde las escuelas, cada docente, cada alumno y alumna podrá comentar el material, anotarlo, intervenirlo, hacerlo suyo.

En estas páginas hablan y escriben diversas voces de todo el país. Para enriquecerlas en el diálogo, es necesa-rio que los lectores también expresen la suya. Los invitamos a recorrer la colección, a identificarse, a distanciarse, a cuestionarse, y a construir juntos una sociedad pluricultural y solidaria donde todos tengan las mismas oportunidades. Con nuestra voz expresa, precisamente, este anhelo.

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RecordamosHuarpeDiaguita Diaguita-calchaquí

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Cóndor Cardón. Grafito. 50 x 70 cm. Emilio Moreno.

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...Tus viejas manos, tejen el tiempocon hilos nuevos llenos de vida…

María Zalazar (Pueblo Huarpe)

…Y como el cauce de las acequias, esperas paciente para que te regresen lo que te pertenece…

Josefina Navarro (Pueblo Diaguita)

Una vez alguien me transmitió que las voces nunca se pierden, solo se silencian hasta cuando llega otra voz a darles vida. Ese alguien fue mi abuelo Manuel. A través del tiempo y la distancia, la historia vuelve en las nuevas

voces que cobran vida a través de estos escritos. Buscar la raíz de lo que fue siempre nos lleva a nuevos recorridos imaginarios. Los Huarpes y Diaguitas, dos pueblos silenciados en su cultura, en sus saberes, en su lengua, vuelven decididamente desde el centro de la tierra a contar sobre los recorridos que otros hicieron en esta parte de la tierra.Las referencias geográficas nos llevan a ubicar a estos pueblos

en las regiones de NOA y Cuyo de la Argentina, pero al recorrer la escritura necesariamente debemos viajar al centro, al sur, y por qué no, traspasar la cordillera andina. Eso nos habla de que no se puede encerrar en un puñado de historia a la historia misma.Surgen, entonces, voces que muestran con una absoluta claridad

la memoria del que no olvida, del que construye su identidad con las imágenes de lo vivido. Sin duda, pensé al leerlas, ¡cuánta belleza encierran estas palabras!Buscar la libertad tan ansiada, el origen de las cosas, redescubrir lo

que somos como pueblo, nos devuelve la esperanza. Más allá de las

Voces que dan vida

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certezas o dudas históricas, las voces nos muestran lo que hoy vive en nosotros. Como me contaron, como vi y como testimonié es el eje de lo

que cuentan. Y detrás de cada autor, se mezcla el valor de lo intensamente sentido. A quién o a quiénes les hablan, a quién o a quiénes escucharon para prestarles nuevamente la voz, eso solo se responde al final de este camino que invito a recorrer.

Gabriela Cruz Choquis Profesora en Letras, pertenece al pueblo diaguita-calchaquí. Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán. Hizo su recorrido como docente en distintos niveles educativos de la provincia de Tucumán. Coordinó la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe entre 2005 y 2014. Formó parte de la comisión de consulta para la elaboración de la Ley de Educación Nacional y del Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas en sus inicios. Actualmente reside en Amaicha del Valle, lugar que la vio nacer, ejerciendo como directora de un instituto de formación docente, cumpliendo su rol de madre y esposa, y su sueño de devolver a la tierra todo lo que recibió de ella.

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Cartografía de lectura

1 Hemos optado por la denominación castellano y no español para designar la lengua nacida en el reino de Castilla e impuesta en nuestras tierras por los españoles durante la Conquista. La decisión obedece a dos razones. Por un lado, la denominación español niega el hecho de que hay muchas lenguas españolas además del castellano: el catalán, el valenciano, el euskera, el gallego y el aragonés, por ejemplo, son lenguas cooficiales en distintas regiones de España. Por otro lado, la lengua castellana se ha expandido por el mundo de la mano del imperio, y es innegable que hoy en día es tan española como argentina o panameña.

La mayoría de los textos que integran esta colección están escritos en versión bilingüe. En la página derecha figura el texto original, en la lengua originaria, y en la página izquierda, la versión en castellano propuesta por los autores.1

En las portadas interiores se incluye una breve reseña de la situación sociohistórica de cada pueblo, en la que se destacan el nivel de uso de la lengua y los diversos procesos de pérdida y revitalización lingüística. Como resultado de estos procesos, el acceso a la escritura no es igual para todas las lenguas, pueblos e individuos. Producto de la imposición del castellano y de recurrentes situaciones de violencia, individuos o pueblos enteros han dejado de hablar su lengua originaria y sus ideas se expresan hoy en castellano. Esto explica por qué algunos de los textos incluidos en esta colección solo cuentan con una versión. En esos casos aparecen dispuestos de manera transversal a lo largo de las dos páginas enfrentadas, ilustrando

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el avance del castellano sobre los espacios de otras lenguas. Invitamos a los lectores a girar el libro y pensar en el modo en que la historia torció el rumbo de estos pueblos, forzados a esconder su lengua y su identidad.Las siguientes páginas reúnen textos de muy diversa índole,

pues ponderamos la presencia de material propio escrito por miembros de pueblos originarios y hablantes de lenguas indígenas, como vía de expresión de las comunidades y herramienta de visibilización de la vitalidad de las lenguas. Se han organizado los textos alrededor de tres amplias referencias, según el uso de la palabra que predomina en cada caso. Confiamos en que dichas referencias faciliten posibles recorridos de lectura para trabajar en las aulas y generen diálogos entre las producciones de los diferentes tomos.En todos los casos, se respetaron los textos originales de los

autores y solo se ajustaron aspectos menores relacionados con la puntuación y la ortografía, de acuerdo con la normativa vigente. También se consultó a los autores acerca de la manera correcta de indicar su nombre, adscripción y comunidad de pertenencia. Esperamos que esta colección permita a los lectores apreciar

la pluralidad de voces y lenguas, que, a pesar de haber sido perseguidas y negadas, están presentes a lo largo del país.

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Textos en los que la palabra se usa principalmente como una herramienta, un recurso que permite transmitir una informa-ción o un contenido preciso. En este grupo se incluyen recetas, textos que dan información, ex-plicaciones, cartas, entre otros.

Textos en los que prima la narración de una historia que se despliega en torno a uno o varios personajes y una acción que progresa en el tiempo. Se incluyen en este grupo tanto tes-timonios históricos como relatos contados por los ancianos de la comunidad, leyendas, fábulas, cuentos creados por un autor individual, entre otros.

Textos en los que la palabra es objeto de juego y búsque-da estética. Se observa aquí un trabajo detenido sobre la forma, la musicalidad, el significado de la palabra y la expresión. En este grupo se incluyen rimas, canciones, juegos de palabras, poemas, entre otros.

Referencias para la navegación de los textos

Referencias para las notas dentro de los textos

nota de recorrido

Circuitos de lectura hacia otros textos de la colección que abordan temáticas similares desde distintas culturas.

nota de editor

Aclaraciones sobre los datos de los autores, las comunidades o las localidades, información sobre la lengua o el código de escritura y datos de contexto relevantes.

nota de autor

Comentarios y explicaciones incorporados por los autores en sus propios textos.

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Índice Huarpe Semilla / Mute

Facundo González, Ariel Jofré, Esequiel Narváez, Mario Nuevas, Iván Sánchez, Milagros Molina

Un sentimiento Huarpe María Zalazar

Huarpes ayer y hoyRubén Herrera

Cacique Huarpe / Amta-Huarpe Cynthia Días y Melisa Guevara

Raza HuarpeRosario Gaspar Zalazar

Huarpe / Huarpe María Díaz

Pia Tateta Huarpe (Abuelo Huarpe) María Zalazar

Los Huarpes Esequiel Narváez

Hunuc Huar (Dios nuestro protector)Andrea Celeste Chacón

Yo mismo / Cu Petete Claudia Herrera

Hombre / YamMaría Díaz

Historia de una mujerFernanda Silva

Poloc Yam (hombre fuerte) Brian Dylan González Beron

MemoriasGisel Palacio

Grandes luchadores Gonzalo Sánchez

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Diaguita Diaguita-calchaquí

El relato de la Pacha Relato Grupal

Ser indígena Leila Oriana Ruarte Calivar

La Pachamama Roxana Marisel Fabián

LoncoAlfredo Cabrera

La Sulema Rosana Carina Calivar

Un lugar sagrado Gloria Nancy Yapura Calisay

Mariana Belmonte

Herederos somosAlfredo Cabrera

La señalada Ariel Facundo Castillo

Expresión y sentimiento Jorge Augusto Sazo, Emilce Rosarito Armella, Antonella Melani, Antonella Armellay Brahian Apolinar Ríos.

La flor del cardón Hugo Corregidor

La llama / La ovejaProducción colectiva

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El legado de Antuel Gonzalo Alexis Tena y Marcos Héctor Edmundo Cruz

Melancolía Josefina Navarro

El quimil, testigo de un amorLeila Oriana Ruarte Calivar

Perdurarás por siempreGonzalo Alexis Tena

Don Casimiro Samuel Alejandro Puntano

Killa y PhuyuVilma Anahí González y Aldana Gisela Rodriguez

Cuntur y Yacana Roxana Marisel Fabián y Nancy Andrea Flores

Ese milagro único que sosJosefina Navarro

El amor en el tiempo de nuestros aborígenesGuadalupe Dayana Recúpero

Primero lo nuestroProducción colectiva

Recursos de interés

104

110

112

114

124

126

130

132

134

136

139

Page 32: Con nuestra voz recordamos

30

L as actuales provincias de

Mendoza, San Juan y San

Luis fueron habitadas por los

huarpes. Este y otros pueblos

indígenas, como los pehuenches,

los mapuche-pehuenches, los

diaguitas y, producto de diversas

migraciones, también los

kollas, formaron en la zona un

heterogéneo mosaico étnico que

llega al día de hoy.

El pueblo huarpe alcanzó su

máxima expansión en el siglo

XVI. A mediados del período

colonial, un siglo después y

casi doscientos años antes de la

constitución del Estado nacional,

se había considerado extinto. El

interés de las élites regionales

por obtener la propiedad de las

tierras habitadas (como ocurre

en la actualidad con los puesteros

Huarpey las presiones que ejercen sobre

ellos los terratenientes) se intentó

enmascarar en la idea de que

sus ocupantes eran “indios” y

“vagos”, incapaces de poner en

valor el recurso tierra en el marco

de una economía de mercado.

Apoyándose en el discurso

científico, los Estados –colonial

primero, republicano después–

poblaron la zona de colonos

conquistadores e inmigrantes

europeos que “blanquearon”

la región y buscaron encerrar a

los huarpes en las vitrinas de los

museos.

En la década de 1990 se produjo

un resurgimiento de la identidad

étnica huarpe a partir de prácticas

culturales, memorias familiares

y demandas territoriales. La

calma resistencia de un pueblo

Page 33: Con nuestra voz recordamos

31

olvidado se tradujo en una

aparente paradoja histórica:

si por un lado la identidad

se ocultó como mecanismo

de defensa ante la violencia

externa, por otro sobrevivió en

la transmisión oral. Aunque la

mayoría de los miembros del

pueblo huarpe –muchos de los

cuales se autoidentifican como

descendientes– hoy vive en las

ciudades, como producto de

diversos procesos migratorios, su

memoria está en el “desierto” y en

los recuerdos y relatos acerca del

modo en que vivían sus ancestros.

La Encuesta Complementaria de

Pueblos Indígenas de 2004- 2005

indicó una población aproximada

de 15.000 hogares con al menos un

huarpe en la región de Cuyo y la

provincia de Buenos Aires.

En el proceso de invisibilización, la

lengua que hablaban los huarpes

se fue perdiendo. Poco a poco

y a partir de material heredado

de la época colonial, los huarpes

se abocan a la recuperación de

dos variedades, el millcayac y el

allentiac, que fueron descritas por

el misionero Luis de Valdivia para

facilitar la imposición del evangelio.

Ante la mirada de muchos que

hoy desacreditan sus reclamos

por ausencia de “rasgos culturales

huarpes”, como si la cultura

pudiera cristalizarse en rasgos

y no en movimientos, la lengua

originaria se convierte más que

nunca en una herramienta de

reivindicación política.

Page 34: Con nuestra voz recordamos

32

Facundo González, Ariel Jofré, Esequiel Narváez, Mario Nuevas, Iván Sánchez, Milagros MolinaEscuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan

Semilla

Un horizonte lejano,nuestro padre señaló,caminos de tierra arenosa,el hombre miró.

Con lágrimas en los ojos,el extranjero obedecía,enemigo muy malo,al huarpe avergonzó.

Mirar sus hermanos,quejarse de dolor,llamar al Hunuc Huar (Dios),señalar resurrección.

Semillas de vida,el huarpe hurtó.Por montañas y ríos,en el agua avanzó.

Page 35: Con nuestra voz recordamos

33

Mute

Chaca, chi-hei,cuchuch, pia, tal-huanen,nen, cuyum,yam, put-husnen.

Althu, neu,al-hus-yac, huanen,kzat-keluanen, avak-jenet,huarpe, tuzay-huanen.

Put-huanen, pinkanta,hual-tamanen,pan-huanen, hunuc huar,tal-huanen, lau-taite-guiam.

Mute, meltequi,huarpe, kel-ua-yenen,tumta, mayú,kaha, ka.

Page 36: Con nuestra voz recordamos

34

Un árbol fuerte,la tierra engendró,hijo de madera, la madre concibió.

Pelear por tus hermanos,perseguir tu corazón.Huarpe mancebo,dueño de la tierra,ahora su vozbrilla en las estrellas.

Poesía en lengua huarpe allentiac y en castellano **

En esta colección, varios autores y autoras usan la palabra raza como parte de su lenguaje cotidiano. El uso de este término requiere una breve contextualización, ya que ha tenido diversas connotaciones a lo largo de la historia. Con la finalidad de acompañar a docentes y alumnos en la lectura y el debate, a continuación se incluyen algunas puntualizaciones. El término raza comenzó a usarse en el siglo XVI y tuvo su auge en el siglo XIX con el paradigma científico evolucionista, que adoptó categorías de la biología para clasificar los grupos humanos.Las ciencias sociales del siglo XIX llevaron la diferenciación física y morfológica al extremo y establecieron criterios supuestamente científicos para justificar la idea de que existían grupos de seres humanos superiores y grupos inferiores. Estas ideas sirvieron de sustento ideológico para la dominación y el exterminio de pueblos enteros.

Page 37: Con nuestra voz recordamos

35

Chaca, zaat, poloc,teta, ahubú-pulteanen,llahue, ege, pecne, ouocxe yatana.

Uyen-jetua-nen, pinkanta,hua-mani-puzek-hamanen, coye.huarpe, tereg,amta, teta,maan, huar,kat, ta, hokot.

A partir de la década de 1950, se ha comenzado a cuestionar el uso de este término. Por un lado, la genética humana y las nuevas corrientes antropológicas establecieron que las variaciones que existen entre las fisonomías de los seres humanos no se deben a la presencia de genes distintos. Por otro lado, la reflexión sobre el exterminio nazi, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, mostró los peligros de hablar en términos raciales acerca de la especie humana. Desde las escuelas y espacios públicos de diálogo, es necesario destacar la unidad de la especie humana y el respeto a la diversidad, que es de orden cultural e histórico.

Page 38: Con nuestra voz recordamos

36

Un

sent

imie

nto

huar

pe

El h

uarp

e m

uest

ra s

us m

anos

callo

sas

y en

dure

cida

s.M

ient

ras

cam

ina

la v

ida

con

tris

teza

va

pens

ando

qué

fue

de a

quel

los

sem

brad

osqu

e en

el t

iem

po fl

orec

ían.

Para

cal

mar

su

amar

gura

cant

ando

una

cop

la d

e am

orco

n lla

nto

en e

l cor

azón

en a

quel

la n

oche

osc

ura

revi

ve c

on e

moc

ión.

En

un p

edaz

o de

tier

raco

n pa

mpa

, car

dos

y su

rcos

que

exha

lan,

aro

ma

a yu

yos

cuan

do la

lluv

ia lo

s ri

ega.

Y e

s ra

íz d

e aq

uella

sie

mbr

aqu

e ge

rmin

a en

tre

los

junc

os.

No

ha p

erdi

do la

esp

eran

zaqu

e es

más

bie

n de

lo q

ue v

ive.

María ZalazarReferente de la Comunidad Huarpe Cacique Colchagual Sarmiento Provincia de San Juan

Page 39: Con nuestra voz recordamos

37

Es

colu

mna

de

una

estir

pem

ilena

ria

y re

spet

ada

en e

ltie

mpo

pro

long

ado

por

amor

a s

us r

aíce

s.

Est

a es

la v

ida

del h

uarp

e,pu

ra h

umild

ad y

esp

eran

za.

Con

el a

rado

y el

can

to d

e la

s av

escu

ltiva

la ti

erra

mad

redi

gnifi

cand

o su

raz

a.

Page 40: Con nuestra voz recordamos

38

Hua

rpes

aye

r y

hoy

Los

Hua

rpes

, ant

iguo

s ha

bita

ntes

de

la R

egió

n de

Cuy

o, fu

eron

y

son

el p

uebl

o or

igin

ario

más

des

taca

do d

e es

ta r

egió

n. P

oseí

an la

ca

ract

erís

tica

de s

er s

eden

tari

os y

seg

ún la

reg

ión

en la

que

hab

itaba

n te

nían

car

acte

ríst

icas

par

ticul

ares

de

asen

tam

ient

o. E

n el

llan

o, s

u co

stum

bre

de a

grup

amie

nto

era

de o

rgan

izar

se a

trav

és d

e pe

queñ

os

grup

os, a

sab

er: s

e ju

ntab

an e

n ca

serí

os d

e en

tre

30 a

40

unid

ades

ha

bita

cion

ales

con

un

jefe

que

eje

rcía

la a

utor

idad

por

sob

re e

l re

sto

de lo

s ha

bita

ntes

. Dic

ho a

grup

amie

nto

se u

nía

con

otro

s de

las

mis

mas

car

acte

ríst

icas

por

med

io d

e ca

llejo

nes

o hu

ella

s, y

de e

sta

form

a te

nían

con

exió

n co

n to

dos

sus

veci

nos.

En

caso

de

ataq

ues

exte

rnos

se

unía

n to

dos

bajo

el m

ando

de

un je

fe, e

l cua

l era

ele

gido

pa

ra e

jerc

er la

def

ensa

has

ta te

rmin

ada

la c

ontie

nda.

Lue

go d

e es

to s

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gres

aba

a la

vid

a no

rmal

.

Fren

te a

l am

bien

te n

atur

al q

ue lo

s ro

deab

a, á

rido

y s

eco,

fuer

on lo

s in

geni

eros

hid

rául

icos

más

ant

iguo

s lo

s cr

eado

res

de la

can

aliz

ació

n (a

cequ

ias)

de a

gua

por

su c

arác

ter

de a

gric

ulto

res

y po

r la

zon

a se

mid

esér

tica

en la

que

hab

itaba

n. S

e de

bía

tran

spor

tar

el a

gua

de d

eshi

elo

hast

a lo

que

hoy

es

el c

asco

ant

iguo

de

la p

rovi

ncia

de

Men

doza

, lug

ar d

onde

tení

an u

no d

e lo

s m

ayor

es a

sent

amie

ntos

. A

ctua

lmen

te la

s ac

equi

as q

ue n

os fu

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her

edad

as d

e lo

s H

uarp

es

cons

tituy

en e

l ace

rvo

cultu

ral d

e la

pro

vinc

ia d

e M

endo

za y

se

está

en

el p

roce

so d

e de

clar

arla

s pa

trim

onio

de

la h

uman

idad

.

Rubén HerreraProfesor de Historia Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas Centro Cuyano de Investigación Histórico-Social “KUNTUR” El Sauce Provincia de Mendoza

Page 41: Con nuestra voz recordamos

39

Has

ta h

ace

un ti

empo

, est

e pu

eblo

se

creí

a de

sapa

reci

do y

ext

into

, se

gún

los

cien

tífico

s, co

mo

cons

ecue

ncia

de

la c

olon

izac

ión

espa

ñola

ya

que

muc

hos

Hua

rpes

fuer

on ll

evad

os e

n en

com

iend

a a

la r

egió

n de

C

hile

com

o m

ano

de o

bra.

En

este

pun

to e

s im

port

ante

des

taca

r qu

e el

pri

mer

enc

uent

ro c

on e

l esp

añol

se

prod

uce

en la

loca

lidad

que

hoy

se

con

oce

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o U

spal

lata

, pas

o ob

ligad

o en

ese

ent

once

s ha

cia

Chi

le

y ac

tual

zon

a tu

ríst

ica

por

exce

lenc

ia d

e al

ta m

onta

ña.

Est

a te

oría

de

la d

esap

aric

ión

del p

uebl

o H

uarp

e no

es

corr

ecta

y

no e

s ac

epta

da h

oy e

n dí

a po

r m

ucho

s hi

stor

iado

res,

antr

opól

ogos

y

soci

ólog

os, d

ebid

o a

que

hay

docu

men

tos

que

corr

obor

an la

ex

iste

ncia

del

Hua

rpe

ayer

y h

oy.

Por

empe

zar,

en la

épo

ca c

olon

ial,

cons

ta q

ue e

l mis

mo

espa

ñol

deja

ba c

omo

jefe

a u

n ca

ciqu

e H

uarp

e pa

ra q

ue e

jerc

iera

just

icia

en

las

redu

ccio

nes.

Más

ade

lant

e en

el t

iem

po, e

n la

épo

ca d

e la

in

depe

nden

cia,

San

Mar

tín lo

s ut

ilizó

com

o gu

ías

baqu

eano

s pa

ra

su e

pope

ya li

bert

ador

a en

el c

ruce

de

Los

And

es y

en

la é

poca

de

orga

niza

ción

del

est

ado

arge

ntin

o fu

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cita

dos

por

Sarm

ient

o en

sus

esc

rito

s.

Act

ualm

ente

, si b

ien

por

los

proc

esos

de

acul

tura

ción

, des

cultu

raci

ón

y as

imila

ción

que

suf

rió

el P

uebl

o H

uarp

e, s

e fu

e pe

rdie

ndo

el

idio

ma

que

habl

aban

(Milc

ayac

en

Men

doza

y A

llent

iac

en S

an

Juan

), in

duci

do p

or e

l tem

or a

los

cast

igos

cor

pora

les

a lo

s qu

e er

an

som

etid

os p

or h

abla

r su

leng

ua (c

astig

os fí

sico

s, co

rtar

les

la le

ngua

, et

c.),

se s

igui

ó co

n un

pro

ceso

de

endo

cultu

raci

ón p

or p

arte

de

los

Page 42: Con nuestra voz recordamos

40

may

ores

y a

ncia

nos

Hua

rpes

med

iant

e el

cua

l lle

ga h

asta

nue

stro

s dí

as la

cos

mov

isió

n H

uarp

e. H

oy c

ada

día

más

per

sona

s se

rec

onoc

en

com

o H

uarp

es, m

ucho

s ha

n lo

grad

o la

rec

onst

rucc

ión

iden

titar

ia

y lo

grar

on c

onfo

rmar

se e

n co

mun

idad

es la

s cu

ales

son

rec

onoc

idas

po

r el

Est

ado

Nac

iona

l y P

rovi

ncia

l. H

oy e

xist

en H

uarp

es n

o so

lo e

n

toda

la r

egió

n de

Cuy

o y

del N

uevo

Cuy

o, s

ino

tam

bién

enc

ontr

amos

co

mun

idad

es H

uarp

es e

n B

ueno

s A

ires

, Neu

quén

y C

hile

, com

o pa

ra

ilust

rar

el m

ovim

ient

o m

igra

tori

o de

est

e pu

eblo

.

Est

as c

omun

idad

es s

e pr

esen

tan

com

o H

uarp

es, n

o co

mo

desc

endi

ente

s ya

que

en

su d

iscu

rso

la p

alab

ra d

esce

ndien

tes lo

s m

enos

caba

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s m

uest

ra c

omo

mes

tizad

os, c

osa

que

para

los

actu

ales

H

uarp

es e

s in

acep

tabl

e, p

ues

com

o di

cen

“se

es o

no

se e

s”, n

o se

pu

ede

desc

ende

r. C

osa

com

pren

sibl

e ya

que

la p

alab

ra d

esce

nder

se

entie

nde

com

o m

enos

cabo

hac

ia s

u id

entid

ad, f

ruto

de

tant

os a

ños

de

disc

rim

inac

ión,

situ

ació

n qu

e aú

n ho

y no

ha

desa

pare

cido

del

todo

.

En

este

pro

ceso

de

resc

ate

y vi

sibi

lizac

ión,

los

mie

mbr

os d

e la

s co

mun

idad

es e

stán

rea

lizan

do d

iver

sos

estu

dios

e in

vest

igac

ione

s. E

n lo

que

res

pect

a a

su L

engu

a, m

ucho

s lin

güis

tas,

hist

oria

dore

s y

los

mis

mos

pro

fesi

onal

es in

díge

nas

está

n ab

ocad

os a

l res

cate

del

idio

ma

a tr

avés

del

mat

eria

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lizad

o en

la é

poca

col

onia

l por

el p

adre

V

aldi

via,

ent

re o

tros

doc

umen

tos.

La

conc

epci

ón d

e la

s C

omun

idad

es

Hua

rpes

es

que

su L

engu

a no

ha

mue

rto,

no

ha d

esap

arec

ido,

com

o lo

sos

tiene

par

te d

e la

com

unid

ad c

ient

ífica

de

Men

doza

, sin

o qu

e,

com

o to

do id

iom

a, e

s di

nám

ico

y ca

mbi

ante

. El i

diom

a H

uarp

e es

po

sibl

e de

ser

rec

uper

ado

y se

est

á ac

tual

men

te e

n es

e pr

oces

o.

Page 43: Con nuestra voz recordamos

41

Es

tam

bién

impo

rtan

te e

l rev

isio

nism

o qu

e se

est

á ha

cien

do s

obre

lo

s di

chos

que

muc

hos

cien

tífico

s ha

n he

cho

hist

óric

amen

te s

obre

lo

s H

uarp

es. U

no d

e lo

s pu

ntos

, ent

re o

tros

, en

el q

ue s

e ha

trab

ajad

o es

el s

upue

sto

polit

eísm

o de

est

e pu

eblo

; com

o ta

ntos

pue

blos

or

igin

ario

s de

nues

tra

Ham

ac G

uac

Gua

c T

ina

Tao

(Aby

a Ya

la),

los

Hua

rpes

tení

an y

tien

en u

n di

os c

read

or d

e to

do e

n la

vid

a, q

ue e

s H

unuc

Hua

r. Po

r lo

cua

l se

refu

ta la

tesi

s ci

entifi

cist

a de

l pol

iteís

mo

y su

inte

nció

n de

scal

ifica

dora

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olon

izan

te h

acia

la e

spir

itual

idad

in

díge

na m

ostr

ándo

la c

omo

paga

na.

Cua

ndo

dos

cultu

ras

se r

elac

iona

n (d

e m

aner

a m

ás o

men

os v

iole

nta)

, se

pone

en

jueg

o la

iden

tidad

de

cada

un

a de

ella

s y

ambo

s gr

upos

se

ven

mod

ifica

dos

de d

iver

sas

man

eras

. D

esde

la a

ntro

polo

gía

y la

s ci

enci

as s

ocia

les,

los

conc

epto

s de

acu

ltura

ción

, de

cultu

raci

ón,

desc

ultu

raci

ón y

as

imila

ción

int

enta

ron

dar

cuen

ta d

e es

tas

rela

cion

es,

que

muc

has

vece

s de

rivan

de

proc

esos

con

flict

ivos

, es

peci

alm

ente

cua

ndo

un g

rupo

tom

a el

pod

er y

se

erig

e co

mo

dom

inan

te.

Los

térm

inos

acu

ltura

ción

y a

sim

ilaci

ón d

esig

nan

la c

ompl

eta

inco

rpor

ació

n de

los

elem

ento

s de

una

cul

tura

po

r pa

rte

de o

tra.

Los

con

cept

os d

ecul

tura

ción

y d

escu

ltura

ción

sup

onen

la d

eses

truc

tura

ción

de

una

cultu

ra.

Todo

s es

tos

térm

inos

est

án s

iend

o de

jado

s de

lado

por

pon

er e

l ace

nto

en la

pér

dida

y n

egar

la p

osib

ilida

d de

tr

ansf

orm

ació

n y

reel

abor

ació

n en

el c

onta

cto.

La e

ndoc

ultu

raci

ón e

s un

térm

ino

acuñ

ado

por M

arvi

n H

arris

en

1968

, y d

efine

una

exp

erie

ncia

de

apre

ndiz

aje

a tr

avés

de

la c

ual l

a ge

nera

ción

de

más

eda

d in

duce

a la

gen

erac

ión

más

jove

n a

adop

tar l

os m

odos

de

pens

ar

y co

mpo

rtar

se tr

adic

iona

les.

Es im

port

ante

sab

er q

ue la

s cu

ltura

s no

des

apar

ecen

, sin

o qu

e se

tran

sfor

man

en

un d

inam

ism

o co

nsta

nte.

Page 44: Con nuestra voz recordamos

42

Texto escrito en huarpe millcayac.*

Cynthia Díaz, Melisa Guevara Descendientes de Huarpe Escuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan

Cacique Huarpe

Mirar nuestros hermanos,obedecer su corazón,pelear por nuestra tierra,perseguir un futuro por amor. Con lágrimas en los ojosal enemigo miró.Llamó al Hunuc-Huar (Dios)y por sus tierras peleó.

Page 45: Con nuestra voz recordamos

43

Amta-Huarpe

Put-huanen, cuchuch, pinkanta,huanen, caye,uyen-jetua-nen, cuchuch, teta,hua-mani-puzek-hamanen, ep, tamari. Althu, neu, kzat-keluanen, put-huanen,pan-huanen, Hunuc-Huar,etan, teta, uyen-jetua-nen.

Se ha decidido incluir el término “descendiente” allí donde los autores y las autoras lo manifiestan, con el objetivo de respetar la decisión tomada a la hora de escribir y por considerar que la identidad es una construcción dinámica, relacional y cambiante.

Page 46: Con nuestra voz recordamos

44

Rosario Gaspar ZalazarEscuela Mariano Moreno Cochagual Provincia de San Juan

Raz

a hu

arpe

Viv

ir a

man

do a

la p

atri

aco

mo

sant

a de

voci

ón.

Sabe

r qu

e en

el c

oraz

ónla

llev

o m

uy a

dent

ro.

Mie

ntas

per

dure

el t

iem

pom

ás g

rand

e es

mi n

ació

n.

Hac

e si

glos

nue

stra

tier

rala

inva

dier

on e

xtra

njer

os.

Uno

s a

escl

aviz

ar v

inie

ron.

Otr

os p

or s

uert

e vi

nier

ona

trab

ajar

nue

stro

sue

lo.

Por

eso

la r

aza

huar

pequ

e es

nue

stra

com

unid

adlu

cha

con

la v

erda

dpo

r su

cul

tura

y s

u su

elo.

Page 47: Con nuestra voz recordamos

45

Page 48: Con nuestra voz recordamos
Page 49: Con nuestra voz recordamos

Espí

ritus

And

inos

. Pas

tel a

l óle

o. 5

0 cm

x 7

0 cm

. Em

ilio

Mor

eno

Page 50: Con nuestra voz recordamos

48

María DíazDescendiente Huarpe Escuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan

Huarpe

Huarpe que mira el cielocon su arco y flecha avanzóa los cerros buscandola luz de la luna.

El cacique huarpe poramor a su tierra decidióla guerra, avanzó con suarco y flecha.Él muere pero la lunaguarda sus lágrimas.

Page 51: Con nuestra voz recordamos

49

Huarpe

Huarpe que mira el chizcon su por y chaluavanzó a los gualtabuscando la all de la cher. El amta huarpe tamari asu toa ha-molucheavanzó con su par y chalu.Xapteque pero la cherguarda su aith althu.

Page 52: Con nuestra voz recordamos

50

Pia

Tat

eta

Hua

rpe

(Abu

elo

Hua

rpe)

Por

ser

tan

viej

o er

es ta

n sa

bio.

Por

ser

tan

sabi

o er

es h

umild

e.Po

r se

r hu

mild

e te

dev

asta

ron.

Po

r el

des

iert

o so

lo a

nduv

iste

.Y

her

ida

tu a

lma

en la

s ca

ñada

s llo

rast

e tr

iste

co

mo

el r

ocío

sob

re la

s m

atas

.

Tu

crue

l des

tino

no te

ven

ció.

No

fue

por

mie

do q

ue te

ale

jast

e.E

n lo

s ca

min

os, m

ucho

año

rast

eal

pue

blo

amad

o qu

e en

ti c

reyó

.

En

tu c

onci

enci

a, v

ive

el r

ecue

rdo

de a

quel

la v

ida,

libr

e y

fecu

nda,

cuan

do e

n la

tier

ra s

embr

abas

sueñ

os, f

ruto

s m

adur

os d

e am

or y

luch

a.

Tus

vie

jas

man

os, t

ejen

el t

iem

poco

n hi

los

nuev

os ll

enos

de

vida

.E

s tu

cim

ient

o qu

e aú

n pe

rdur

aen

eso

s hi

jos

que

no te

olv

idan

.

María ZalazarReferente de la Comunidad Huarpe Cacique Colchagual Descendiente del pueblo Huarpe Sarmiento Provincia de San Juan

Page 53: Con nuestra voz recordamos

51

Abu

elo,

abu

elo

huar

pe, c

uánt

o ha

s su

frid

o,cu

ánto

s m

iste

rios

tu v

ida

enci

erra

.¿L

e ha

bías

con

tado

a la

mad

re T

ierr

a?Q

ue e

n es

os v

alle

s gu

arda

ste

un h

ijo,

el g

ran

teso

ro q

ue p

rese

rvas

tede

l atr

opel

lo a

l lin

aje

huar

pe.

Page 54: Con nuestra voz recordamos

52

Esequiel NarváezEscuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan

Los

Hua

rpes

Hom

bres

del

gado

s y

de p

iel o

scur

a,há

bile

s e

inge

nios

os,

supi

eron

dej

ar s

u hu

ella

,aq

uí e

n es

ta ti

erra

. C

reía

n en

muc

hos

dios

es,

en e

lem

ento

s de

la n

atur

alez

ape

ro e

l más

res

peta

do e

ra H

unuc

Hua

r,cu

yo e

spír

itu v

ivía

en

la c

ordi

llera

. V

ivía

n de

la a

gric

ultu

ra y

la g

anad

ería

,de

la c

aza

y de

la p

esca

.E

ran

buen

os r

ecol

ecto

res.

Viv

ían

bien

a s

u m

aner

a. Su

fam

ilia

era

el c

entr

ode

su

soci

edad

.T

enía

n un

a so

la e

spos

aa

la c

ual c

uida

r y

resp

etar

.

Page 55: Con nuestra voz recordamos

53

Así

fue

la v

ida

huar

pe,

llena

de

mito

s y

de le

yend

as,

la c

ual q

ueda

rá p

or s

iem

pre

en lo

s re

cuer

dos

y ra

íces

de

esta

tier

ra.

Page 56: Con nuestra voz recordamos

54

Andrea Celeste ChacónEscuela Martín Yanzón Comunidad Amada Ñerke 25 de mayo Provincia de San Juan

Hun

uc H

uar

(Dio

s nu

estr

o pr

otec

tor)

Hun

uc e

s el

Dio

s sa

grad

o de

todo

nue

stro

pue

blo

huar

pe, l

e ad

oram

os,

le o

fren

dam

os r

egal

os d

e nu

estr

a m

adre

tier

ra y

le h

abla

mos

com

o a

una

pers

ona,

por

que

es q

uien

sie

mpr

e no

s pr

oteg

ió s

egún

cue

nta

la le

yend

a.D

icen

nue

stro

s an

cian

os q

ue h

ace

muc

ho ti

empo

nue

stro

pue

blo

pade

ció

muc

ha h

ambr

e, la

s m

adre

s no

sab

ían

qué

darl

es a

sus

niñ

os, a

qui

enes

la

tris

teza

pin

tada

por

el h

ambr

e ha

bía

deja

do s

us c

arita

s m

ustia

s. L

os v

alle

s se

con

virt

iero

n en

des

iert

os, l

as n

ubes

de

polv

o in

vadi

eron

el p

aisa

je. E

n la

s ag

uas

esca

sear

on lo

s pe

ces

y en

la ti

erra

los

guan

acos

. No

habí

a hi

erba

s pa

ra c

omer

ni f

ruto

s pa

ra s

abor

ear.

Los

jóve

nes

del p

uebl

o se

fuer

on m

uy le

jos

a bu

scar

ani

mal

es p

ero

la c

aza

habí

a de

sapa

reci

do; n

o qu

edab

a na

da, s

olo

la d

eses

pera

nza

de u

n pu

eblo

qu

e se

guir

ía e

l mis

mo

cam

ino:

des

apar

ecer

, mor

ir d

e ha

mbr

e.

Est

os jó

vene

s no

se

dier

on p

or v

enci

dos,

sigu

iero

n bu

scan

do c

ómo

salv

ar

a su

pue

blo,

bus

caro

n fr

utos

del

cha

ñar,

raíc

es d

ulce

s, gr

anos

; per

o un

a ve

z m

ás la

des

espe

ranz

a se

apo

deró

de

ello

s, pu

es s

olo

halla

ron

aren

as y

gr

ande

s pa

mpa

s.

Reg

resa

ron

a su

s ca

sas

entr

iste

cido

s y

con

las

man

os v

acía

s, to

dos

men

os

uno,

por

que

hubo

uno

que

vol

vió

cant

ando

de

aleg

ría.

En

el d

esie

rto

habí

a en

cont

rado

a u

n ho

mbr

e m

uy a

ncia

no s

alid

o qu

ién

sabe

de

dónd

e, a

qui

en

los

años

le h

abía

n de

jado

la m

arca

de

su p

uebl

o.

Page 57: Con nuestra voz recordamos

55

El a

ncia

no le

hab

ía d

ado

un m

ensa

je p

ara

todo

el p

uebl

o:

“...p

ara

que

term

inen

sus

pen

as v

ayan

a c

ada

alga

rrob

o, y

allí

en

el s

uelo

enc

ontr

arán

su

alim

ento

. Son

las

vain

as q

ue s

e de

spre

nden

m

adur

as d

el á

rbol

”. D

icho

est

o, le

s di

jo q

ue m

olie

ran

los

gran

os e

n m

orte

ros

y se

para

ran

la h

arin

a de

las

chal

as.

Con

tent

os, g

rand

es y

chi

cos

fuer

on a

todo

s lo

s ár

bole

s y

enco

ntra

ron

cien

tos

y ci

ento

s de

vai

nas.

Hic

iero

n pa

nes

con

la h

arin

a y

la o

tra

part

e la

re

moj

aron

.

Cua

ndo

por

fin p

roba

ron

el n

uevo

alim

ento

, era

dul

ce c

omo

la m

iel y

de

un s

abor

úni

co e

n el

mun

do.

Fue

por

eso

que

desd

e aq

uel d

ía to

dos

los

años

la fa

mili

a de

los

huar

pes

nos

reun

imos

en

una

fiest

a y

nos

enca

min

amos

a lo

s de

sier

tos

a bu

scar

pr

ovis

ione

s pa

ra lo

s tie

mpo

s de

esc

asez

. Apr

endi

mos

a g

uard

ar a

lgar

robo

s en

troj

as p

ara

cons

erva

rlos f

resc

os, a

l igu

al q

ue la

s hor

mig

as g

uard

an su

s al

imen

tos h

asta

el p

róxi

mo

vera

no. N

unca

más

vol

vim

os a

pad

ecer

ham

bre.

Nue

stro

s an

cest

ros

crey

eron

ent

once

s qu

e aq

uel v

iejo

mis

teri

oso

fue

Hun

uc, q

ue n

os in

vitó

a c

ompa

rtir

los

done

s de

sus

árb

oles

. Es

por

eso

que

cada

día

a la

sal

ida

del s

ol le

agr

adec

emos

y le

ado

ram

os p

or s

er

nues

tro

prot

ecto

r.

Page 58: Con nuestra voz recordamos

56

Claudia HerreraOMTA Huarpe Comunidad Guaytamari Uspallata Provincia de Mendoza

Texto escrito en huarpe millcayac.*

Yo mismo

Yo mismo Guayamaahora al amanecerasí como algarroba dulcepor mis pasos camino.Vivo vida eterna¡así como aveasí como estrellavengo otra vez!Por eso buen hombre cantaral Dios de la montañamirar.

Page 59: Con nuestra voz recordamos

57

Cu Petete

Cu petete Guayama Mau pastequiva yequen Hane Gunuc yu NemMul guei apaltegueTop meltequi Yequen zequet Yequen hacotAlteta Yemeni Epi amariHuanamina chotoyanHuanamina Hunuc huarTegneguina Huanamina choto yanHuanamina Hunuc Huar

Page 60: Con nuestra voz recordamos

58

María DíazDescendiente de Huarpe Escuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan

Hombre

El hombre borrachopor amor, busca con laluz de la luna elcorazón de una mujer.

Page 61: Con nuestra voz recordamos

59

Yam

El Yamhuezep Tamaribusca con la allde la cherel caye de una axe.

Page 62: Con nuestra voz recordamos

60

His

tori

a de

una

muj

er

Hac

e m

ucho

tiem

po…

en

años

pas

ados

, uno

s he

rman

os in

mig

rant

es

viaj

aron

a la

Arg

entin

a. P

ara

salv

ar s

us v

idas

, cam

biar

on s

us n

ombr

es y

ap

ellid

os. U

no d

e es

os h

erm

anos

, lla

mad

o Ju

an B

autis

ta, c

onoc

ió a

una

jo

ven

muc

hach

a lla

mad

a C

arm

en M

aría

, hija

del

Cac

ique

del

pue

blo.

Ella

se

ena

mor

ó pr

ofun

dam

ente

del

jove

n y

a pe

sar

de q

ue e

l pad

re d

e Ju

an

Bau

tista

no

acep

taba

est

a re

laci

ón, s

e ca

saro

n. L

os e

nam

orad

os e

ran

muy

di

fere

ntes

, ten

ían

cultu

ras

y tr

adic

ione

s di

stin

tas.

Pasa

ron

los

años

y tu

vier

on h

ijos,

a lo

s qu

e lla

mar

on: P

edro

, Jua

n, P

aulo

, A

nton

ia, E

ster

, Mar

gari

ta e

Isa

bel.

Sus

hijo

s se

cri

aron

con

sus

abu

elos

, po

rque

así

lo d

ecía

su

trad

ició

n.

Juan

Bau

tista

era

agr

icul

tor,

sem

brab

a tr

igo,

exp

lota

ba ta

mbi

én e

l car

bón

y lo

ven

día

a lo

s fe

rroc

arri

les.

Car

men

Mar

ía s

ufrí

a m

ucho

, por

que

era

indi

a, h

ija d

el C

aciq

ue, y

a p

esar

de

habe

rse

casa

do c

on u

n gr

ingo

, seg

uía

sien

do in

dia.

Su

fam

ilia

se h

abía

cam

biad

o de

ape

llido

, per

o la

s bu

rlas

co

ntin

uaro

n ya

que

era

con

side

rada

poc

a co

sa p

ara

Juan

Bau

tista

. Era

una

m

ujer

de

hier

ro y

a e

lla n

o le

impo

rtab

a qu

e la

gen

te s

e bu

rlar

a o

rier

a.

Se d

edic

aba

con

afán

a la

s ta

reas

de

su c

asa.

De

mad

ruga

da o

rdeñ

aba

las

vaca

s, ve

ndía

la le

che

y lo

s qu

esill

os q

ue h

acía

con

hab

ilida

d. A

dem

ás

trab

ajab

a el

cue

ro h

acie

ndo

pello

nes,

boza

les

y ca

rpas

. Le

gust

aba

teje

r en

te

lar

fraz

adas

que

bor

daba

con

del

icad

eza.

Fab

rica

ba c

esta

s y

tinaj

as, a

llí

guar

daba

el a

gua

para

con

serv

arla

fres

ca. T

odos

est

os q

ueha

cere

s se

los

ense

ñaba

a s

us n

ieto

s.

Fernanda SilvaEscuela Agroindustrial 25 de Mayo Comunidad Sawa Encon Provincia de San Juan

Page 63: Con nuestra voz recordamos

Cua

ndo

habí

a es

case

z de

agu

a, e

lla y

Juan

Bau

tista

rea

lizab

an la

fies

ta e

n ho

nor

a Sa

n V

icen

te, p

atro

no d

e la

lluv

ia. C

on e

ntus

iasm

o ce

lebr

aban

ta

mbi

én e

l Día

de

San

Juan

; en

esta

fech

a de

jaba

n la

s tin

ajas

al s

eren

o de

la n

oche

par

a qu

e to

do s

ea b

ende

cido

al s

alir

el s

ol. O

tra

trad

ició

n en

est

e dí

a er

a ca

min

ar d

esca

lzos

por

las

bras

as y

a qu

e de

cían

que

dab

a bu

ena

suer

te.

Para

Car

men

Mar

ía e

ra le

y al

mor

zar

todo

s ju

ntos

, con

las

man

os li

mpi

as

y se

ntad

os a

la m

esa.

Se

le s

erví

a pr

imer

o al

due

ño d

e ca

sa. T

ambi

én e

ra

cost

umbr

e fa

mili

ar q

ue s

us n

ieto

s y

bisn

ieto

s lle

vara

n el

nom

bre

de s

us

abue

los.

Cas

ados

sus

hijo

s, un

o se

fue

a vi

vir

a la

s la

guna

s de

l Ros

ario

, otr

o a

la c

apita

l de

San

Juan

y a

sí fu

eron

rep

artié

ndos

e po

r el

mun

do. A

lgun

os

niet

os to

daví

a es

taba

n co

n el

la.

Un

día

Juan

Bau

tista

fue

a ve

nder

car

bón

con

su n

ieto

Ram

ón, v

iaja

ban

desd

e el

cam

po h

acia

el p

uebl

o. D

uran

te s

u au

senc

ia C

arm

en M

aría

pr

esin

tió a

lgo

mal

o. E

n es

e m

omen

to, l

a m

ula

que

tirab

a el

car

ro d

e su

es

poso

se

espa

ntó

y pe

rdió

el c

ontr

ol. E

l car

ro s

e di

o vu

elta

, Ram

ón s

altó

pe

ro Ju

an B

autis

ta fu

e ar

rast

rado

muc

hos

kiló

met

ros

y qu

edó

muy

mal

he

rido

. El n

iño

salió

llor

ando

a b

usca

r a

su a

buel

o, lo

enc

ontr

ó ce

rca

de u

n al

garr

obo

y co

rrió

des

espe

rado

a p

edir

ayu

da.

Car

men

Mar

ía e

stab

a m

uy a

sust

ada

y an

gust

iada

. Esa

mis

ma

tard

e ha

bía

llega

do u

na s

alam

andr

a a

busc

ar a

gua.

La

muj

er le

s ex

plic

ó a

sus

niet

os

que

ese

anim

alito

rep

rese

ntab

a el

esp

íritu

de

una

pers

ona.

A Ju

an B

autis

ta

lo ll

evar

on a

l pue

blo

y a

los

poco

s dí

as m

urió

.

Car

men

Mar

ía q

uedó

sol

a co

n su

s hi

jos,

sus

niet

os, s

u hi

stor

ia y

su

pasa

do.

Page 64: Con nuestra voz recordamos

62

Polo

c Ya

m (h

ombr

e fu

erte

)

Una

vez

, hab

ía v

ivid

o un

indi

o lla

mad

o Po

loc

Yam

, qu

e er

a bu

en c

azad

or, p

ero

su ta

lent

o no

lo u

saba

pa

ra b

ien

y ca

zaba

de

más

. Un

día,

caz

ando

le

apar

eció

la P

acha

mam

a y

le a

dvir

tió q

ue n

o ca

zara

de

más

, si n

o le

pon

dría

una

hor

ribl

e m

aldi

ción

. No

le h

izo

caso

y s

igui

ó ca

zand

o. A

l día

sig

uien

te v

olvi

ó a

caza

r y

apar

eció

otr

a ve

z la

Pac

ham

ama,

y le

dijo

:

–No

te d

aré

otra

opo

rtun

idad

.

Polo

c Ya

m n

o le

hiz

o ca

so y

se

conv

irtió

en

un v

ient

o se

co, á

rido

, que

arr

asab

a co

n to

do.

Brian Dylan González BeronEscuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan

Page 65: Con nuestra voz recordamos

63

En los tomos Enseñamos, Cantamos y Creamos pueden leerse textos que abordan el cuidado de la naturaleza como un elemento central de las prácticas cotidianas y los peligros a los que se exponen los hombres y las mujeres cuando transgreden esta norma.

Page 66: Con nuestra voz recordamos

64

Mem

oria

s

Ext

enso

y á

rido

era

el p

aisa

je p

or a

quel

ent

once

s, lo

rec

uerd

o co

mo

si

hubi

era

sido

aye

r; e

ra u

n dí

a ca

luro

so, d

emas

iado

, a d

ecir

ver

dad,

por

lo

que

fuim

os a

la la

guna

.

Lue

go d

e un

rat

o, v

imos

cie

rto

mov

imie

nto

raro

. Nos

otro

s ér

amos

sim

ples

ni

ños

y si

empr

e no

s pa

reci

eron

ext

raño

s lo

s co

mpo

rtam

ient

os d

e lo

s

adul

tos,

pero

vim

os q

ue s

e ac

erca

ban

los

padr

es d

e Jo

sé y

lo ll

amar

on. É

l fu

e y

part

iero

n ru

mbo

a s

u ca

sa y

no

volv

í a s

aber

de

él. A

l poc

o tie

mpo

no

s en

tera

mos

que

muc

hos

se h

abía

n m

udad

o a

la c

iuda

d, c

on e

l sue

ño d

e m

ás o

port

unid

ades

y u

na v

ida

mej

or. N

unca

los

ente

ndí,

para

mí n

o ha

bía

nada

mej

or q

ue m

i ter

rito

rio

y m

i gen

te, p

ero

cada

uno

tom

a su

cam

ino

espe

rand

o lo

mej

or p

ara

los

suyo

s.

Poco

a p

oco

los

hom

bres

bla

ncos

fuer

on a

sent

ándo

se e

n pu

eblo

s m

ás

gran

des.

Rec

uerd

o ha

ber

oído

que

hab

laba

n de

igua

ldad

, per

o lo

s añ

os

dem

ostr

aron

que

eso

no

era

cier

to, i

nclu

so e

n aq

uella

épo

ca m

ucho

s lo

not

aron

. Los

bla

ncos

bus

caba

n tr

abaj

ador

es, b

usca

ban

escl

avos

, los

ru

mor

es d

e la

s mat

anza

s via

jaba

n m

ás r

ápid

o qu

e el

vie

nto

y m

ucho

s ac

cedí

an p

or m

iedo

a p

erde

r la

vid

a.

Cad

a nu

eva

visi

ta q

ue h

acía

n se

viv

ía c

on a

ngus

tia, c

on p

ena,

éra

mos

co

nsci

ente

s de

que

pod

íam

os s

er lo

s pr

óxim

os e

n m

arch

arno

s, o

tal v

ez,

fuer

an a

mig

os n

uest

ros

los

que

se fu

eran

. Muc

hos

deci

dier

on a

band

onar

nu

estr

o te

rrito

rio

ante

s de

ser

llev

ados

por

los

blan

cos;

otr

os in

clus

o se

ol

vida

ron

de n

uest

ra le

ngua

, nue

stra

cul

tura

y b

usca

ron

pare

cers

e a

los

blan

cos

nega

ndo

su p

asad

o.

Gisel PalacioEscuela Segundino J. Navarro Santa Rosa Provincia de San Juan

Page 67: Con nuestra voz recordamos

65

Los

que

que

dába

mos

éra

mos

cad

a ve

z m

enos

. Lo

posi

tivo

fue

que

nos

hici

mos

más

uni

dos

y lo

s m

ás c

hico

s co

men

zam

os a

pre

ocup

arno

s po

r ap

rend

er s

obre

nue

stro

s an

cest

ros

porq

ue s

abía

mos

que

tení

amos

la

resp

onsa

bilid

ad d

e co

ntin

uar.

Dur

ante

muc

hos a

ños v

ivim

os a

tem

oriz

ados

. Ya

no é

ram

os ta

ntos

com

o an

tes

y er

a ne

cesa

rio p

erm

anec

er ju

ntos

, cre

cer y

pro

gres

ar c

omo

una

com

unid

ad

bien

est

able

cida

. Es a

llí q

ue c

on p

arte

de

mi c

omun

idad

com

enza

mos

a

trab

ajar

en

el c

arbó

n y

lo ll

eváb

amos

a la

ciu

dad

para

ven

der.

Un

día

empr

endi

mos

el v

iaje

par

a ve

nder

el c

arbó

n, to

mam

os lo

nec

esar

io

y pa

rtim

os a

la c

iuda

d. Y

o ap

enas

era

peq

ueño

y ll

egar

a la

ciu

dad

era

toda

esa

sen

saci

ón e

xtra

ña, m

ezcl

a de

mie

do c

on c

urio

sida

d. A

l lle

gar

vi a

tant

os d

e m

is h

erm

anos

que

hab

ían

aban

dona

do e

l ter

rito

rio,

tan

cam

biad

os, t

an c

ivili

zado

s, nu

nca

me

lo o

lvid

aré

el d

olor

que

pro

vocó

en

mí c

oraz

ón. A

sí v

i pas

ar e

l día

ven

dien

do c

on n

uest

ra c

arre

ta e

n lo

que

er

a la

pla

za m

ás im

port

ante

de

Cau

cete

. Des

pués

de

un d

ía tr

abaj

ado

y ap

reta

ndo

la n

oche

arm

amos

cam

pam

ento

con

todo

s lo

s qu

e ha

bíam

os

ido,

al s

er e

l men

or e

ra q

uien

hac

ia lo

s m

anda

dos

siem

pre.

Mi p

rim

o Pa

blo

me

pidi

ó po

r fa

vor

que

fuer

a a

com

prar

azú

car

y m

e in

dicó

que

fu

era

“a e

se lu

gar

lleno

de

vidr

ios”

, com

o m

e lo

des

crib

ió.

Cua

ndo

llegu

é, s

alud

é al

ven

dedo

r y

le h

ice

mi p

edid

o; in

med

iata

men

te

todo

s lo

s pr

esen

tes

esta

llaro

n en

ris

as p

or lo

que

hab

ía d

icho

. Me

sonr

ojé

y vo

lví t

ras

mis

pas

os. T

al p

arec

e qu

e no

era

nor

mal

que

alg

uien

pid

iera

az

úcar

en

una

farm

acia

.

Page 68: Con nuestra voz recordamos

66

Por

supu

esto

, tod

o er

a un

a br

oma

de P

ablo

par

a ha

cerm

e qu

edar

en

ridí

culo

, per

o si

de

brom

as s

e tr

ata

podr

ía c

onta

r so

bre

una

que

hice

va

rios

año

s m

ás ta

rde.

Para

ese

ent

once

s yo

ya

no e

ra u

n ni

ño, p

ero

siem

pre

me

gust

aron

las

brom

as; i

nclu

so a

l rec

orda

rlo

me

río

solo

.

Era

una

noc

he d

e pr

imav

era.

Nue

stra

s pr

imav

eras

se

cara

cter

izab

an p

or

ser

calu

rosa

s y

sole

adas

, per

o en

las

noch

es r

efre

scab

a y

aque

llos

que

no

esta

ban

acos

tum

brad

os in

clus

o de

bían

abr

igar

se.

Allá

a lo

lejo

s, en

la o

scur

a no

che

noté

una

foga

ta y

dec

idí a

cerc

arm

e po

r cu

rios

idad

. Al l

lega

r ob

serv

é a

dos

hom

bres

sen

tado

s, n

o er

an m

is

herm

anos

, no

eran

de

mi t

erri

tori

o, s

egur

amen

te s

u ho

gar

esta

ba

en la

ciu

dad.

Se m

e oc

urri

ó un

a br

oma

únic

a, v

olví

a m

i cas

a y

me

disf

racé

, me

paré

lo

s pe

los

y m

e lo

s at

é co

n un

a bo

lsa, e

nton

ces

en la

osc

urid

ad d

aba

vuel

tas

alre

dedo

r de

ello

s si

n qu

e m

e vi

eran

y e

mul

aba

esos

son

idos

tan

cara

cter

ístic

os d

e la

s án

imas

que

a m

ás d

e un

o le

eri

zan

la p

iel.

De

a po

co m

e di

cue

nta

que

su te

mor

aum

enta

ba, e

n va

no g

irab

an s

us

cabe

zas

trat

ando

de

ver

algo

; len

tam

ente

fui a

cerc

ándo

me

hast

a qu

e de

pro

nto…

¡¡za

s!! S

alté

junt

o a

ello

s ge

nerá

ndol

es u

n pá

nico

terr

ible

, ta

l fue

el s

usto

que

no

me

dier

on ti

empo

de

salu

darl

os p

orqu

e hu

yero

n de

spav

orid

os a

l gri

to d

e “u

n in

dio,

un

indi

o”.

Page 69: Con nuestra voz recordamos

67

Page 70: Con nuestra voz recordamos

68

Gonzalo SánchezEscuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan

Gra

ndes

luch

ador

es

Gra

ndes

y fu

erte

s si

n su

mir

ada

baja

r,el

los

supi

eron

el c

ómo

luch

ar.

Gra

n es

fuer

zo r

ealiz

aban

,co

n m

ucho

am

or a

l tra

baja

r. C

apac

es d

e to

do q

uere

r lo

grar

,si

n co

bard

ía lu

char

on p

or e

llo.

Inte

ligen

cia,

val

ores

, sol

idar

idad

,co

n gr

an o

rgul

lo s

upie

ron

sem

brar

. R

aíce

s de

gra

ndes

ant

años

,su

pier

on v

ivir

con

libe

rtad

.E

sper

anza

, cor

aje,

dig

nida

d,es

lo q

ue d

e el

los

perm

anec

erá.

Page 71: Con nuestra voz recordamos

69

Page 72: Con nuestra voz recordamos

70

A ntes de la conquista

española, la América

“precolombina” descubierta a los

ojos de Europa ofrecía la visión

de un conjunto heterogéneo de

universos y complejos culturales.

Quilmes, cafayates, yocaviles,

capayanes y muchos otros

compartían una lengua común:

el cacán o kakán. Los grupos de

habla aymara de la Puna y los de

lengua cacana en el actual noroeste

argentino (los diaguitas) formaron

parte de una historia milenaria

de contactos, guerras y comercio

en la que el bilingüismo era muy

común. Además de la lengua

propia, muchos hablaban también

el runasimi o lengua quechua, y

otras lenguas vecinas.

La expansión de la dominación

española que se desplegó en los

valles calchaquíes fue gradual,

Diaguita Diaguita-calchaquí

debido a la fortaleza con que

los grupos étnicos defendieron

sus territorios en las actuales

provincias de Tucumán, San

Juan, La Rioja, Santiago del

Estero, Salta y Tucumán. Las

etapas de la resistencia contra la

opresión colonial, conocidas como

“levantamientos calchaquíes”

o “guerras calchaquíes”, se

sucedieron entre los siglos XVI y

XVII. La última derrota, la más

conocida, tuvo como consecuencia

el traslado y el sojuzgamiento

de los “rebeldes” a la provincia

de Buenos Aires, donde hoy se

encuentra la localidad de Quilmes.

A este violento proceso le siguió

la conformación del Estado

nacional, que profundizó aún más

la dominación y tuvo un rol central

en la consideración social del

pueblo diaguita como extinto,

Page 73: Con nuestra voz recordamos

71

Diaguita Diaguita-calchaquí

al igual que su lengua, su identidad

y su cultura. Siglos de historia

fueron reducidos a “folclore”,

a repertorio de la cultura

tradicional argentina.

Los procesos de urbanización e

industrialización de mitad del siglo

XX hicieron que familias enteras

migraran hacia las ciudades

y pasaran a la historia bajo el

estigma de “cabecitas negras”.

El cacán o kakán, la lengua del

pueblo diaguita, se fue perdiendo

producto de la persecución y

la dispersión forzada de sus

hablantes, pero sobrevivió en los

nombres de poblados, cerros, ríos

y objetos con los que se realizan

ceremonias religiosas ancestrales.

La lucha del pueblo diaguita en

el presente sigue el curso de su

propia historia de resistencia.

De a poco, los jóvenes buscan

retazos del cacán y los ponen sobre

el papel. Con diferentes formas de

autorreconocimiento, los pueblos

diaguita, diaguita-calchaquí

y diaguita-cacán viven

mayoritariamente en Salta,

Tucumán y Jujuy, pero también

en aglomerados urbanos de otras

zonas del país.

Page 74: Con nuestra voz recordamos

72

El r

elat

o de

la P

acha

Hac

e m

ucho

s añ

os la

Pac

ha e

stab

a m

uy s

ola

en la

osc

urid

ad,

se s

entía

tris

te, n

o po

día

dar

vida

.

Se p

uso

a pe

nsar

un

pequ

eño

punt

o de

luz,

una

peq

ueña

luce

cita

que

cad

a ve

z cr

ecía

más

y m

ás, y

ya

no e

ra o

scur

o.

Mie

ntra

s la

Pac

ha m

ás a

mab

a, la

hac

ía m

ás g

rand

e, y

de

la lu

z se

form

ó el

Sol

.

Y y

a no

se

sint

ió s

ola.

La

Pach

a pu

do d

ar v

ida

al A

ire,

al A

gua,

cre

cier

on la

s pl

anta

s y

los

anim

ales

.

Al c

umpl

irse

un

año

de q

ue im

agin

ó la

pri

mer

a lu

ceci

ta, l

a Pa

cham

ama

llam

ó a

todo

s pa

ra e

l gra

n In

ti R

aym

i. Pe

ro s

entía

que

alg

o fa

ltaba

: no

hab

ía m

úsic

a.

Y ll

amó

a lo

s ho

mbr

es…

Relato grupal Alumnos de la Escuela 28 Tafí del Valle Provincia de Tucumán

Page 75: Con nuestra voz recordamos

73

Page 76: Con nuestra voz recordamos

74

Ser

indí

gena

Ten

emos

alg

o en

nue

stra

san

gre,

en

nues

tros

ras

gos,

en n

uest

ros

cuer

pos,

en n

uest

ros

cora

zone

s y

en n

uest

ras

alm

as q

ue n

os h

ace

ser

dist

into

s, pe

ro n

o en

un

mal

sen

tido.

No

som

os n

i mej

ores

ni p

eore

s, so

lo s

omos

di

fere

ntes

, y e

so a

mí,

a m

i fam

ilia

y a

todo

s qu

iene

s co

nfor

man

la

com

unid

ad in

díge

na n

os ll

ena

de o

rgul

lo. E

sto

sign

ifica

que

todo

s no

sotr

os

junt

os, l

os p

uebl

os o

rigi

nari

os, n

o im

port

a de

qué

etn

ia s

eam

os, p

odem

os

arm

ar u

n ví

ncul

o de

l cua

l apr

enda

mos

uno

s de

otr

os c

on n

uest

ra p

alab

ra,

con

la s

abid

uría

de

los

abue

los,

con

cada

exp

erie

ncia

de

vida

.

Yo d

esde

niñ

a sa

bía

que

en m

is v

enas

cor

ría

com

o m

anan

tial s

angr

e di

agui

ta p

or la

s pa

labr

as tr

ansm

itida

s po

r m

i abu

ela,

por

mi m

adre

, qu

e co

men

zaro

n co

n m

ucha

fuer

za e

n la

com

unid

ad q

ue h

ay e

n m

i pu

eblo

. Por

esa

raz

ón s

ient

o m

uy p

rofu

ndo

y m

e da

indi

gnac

ión

cuan

do

se h

abla

n o

se e

nseñ

an c

osas

bas

adas

en

la c

onqu

ista

, la

colo

niza

ción

, el

des

cubr

imie

nto,

esa

vie

ja y

tris

te h

isto

ria

que

trat

ó de

tala

r el

árb

ol

ance

stra

l, qu

e es

tá e

scri

ta e

n lo

s lib

ros

y qu

e ig

nora

la o

tra

part

e de

la

hist

oria

que

los

pueb

los

indí

gena

s es

tam

os d

ecid

idos

a e

scri

bir.

Mis

com

pañe

ros

ante

s no

sab

ían

sobr

e su

des

cend

enci

a in

díge

na.

Act

ualm

ente

alg

unos

se

reco

noce

n po

rque

ras

trea

ron

sus

raíc

es y

se

anim

an a

val

orar

su

iden

tidad

y c

ompr

ende

n po

r qu

é es

el d

ía d

el r

espe

to

a la

div

ersi

dad

cultu

ral,

y ya

no

es e

l de

la r

aza.

Se

dan

cuen

ta q

ue s

ólo

hay

una

raza

, la

hum

ana.

Aun

así

, tod

o lo

que

pas

ó, lo

que

sie

nto

y lo

que

Leila Oriana Ruarte CalivarEscuela Agrotécnica “Ejército Argentino” Comunidad Indígena Cacique Pedro Caligua Valle Fértil Provincia de San Juan

Page 77: Con nuestra voz recordamos

75

vaya

a p

asar

par

a qu

e se

res

pete

nue

stra

cul

tura

y c

osm

ovis

ión

será

par

a qu

e no

s ve

amos

todo

s co

n ot

ros

ojos

y te

rmin

emos

con

la d

iscr

imin

ació

n.

Cua

ndo

tení

a 8

años

rec

uerd

o el

sen

timie

nto

inex

plic

able

de

aleg

ría

que

sent

í cua

ndo

izé

la h

erm

osa

wip

hala

con

mi h

erm

ano

y ju

nto

a ot

ros

niño

s qu

e ta

mbi

én s

e re

cono

cían

com

o he

rman

os d

e la

com

unid

ad. A

llí, e

n el

cen

tro

de la

pla

za, l

a ba

nder

a fla

mea

ba v

igor

osa

en e

l más

til. Y

todo

co

men

zó a

tom

ar o

tro

rum

bo, a

hora

hay

más

per

sona

s in

volu

crad

as e

n el

cam

bio,

ent

iend

en y

sab

en s

obre

nos

otro

s, in

clus

o es

tán

disp

uest

os a

es

crib

ir c

on tr

azos

de

igua

ldad

los

capí

tulo

s qu

e qu

erem

os s

e co

mie

ncen

a

cont

ar.

Page 78: Con nuestra voz recordamos

76

La

Pach

amam

a

Nos

otro

s vi

vim

os e

n E

l Rin

cón

de Q

uilm

es, a

cá e

n lo

s ce

rros

de

Tuc

umán

, pe

ro la

fam

ilia

de m

i pap

á se

vin

o de

Sal

ta. U

na v

ez, m

i abu

ela

me

cont

ó có

mo

la p

asab

an h

ace

muc

ho ti

empo

, cua

ndo

ella

viv

ía c

on s

us h

ijos

(ent

re

esos

, mi p

adre

) en

aque

lla p

rovi

ncia

.

En

ese

tiem

po n

o ha

bía

muc

hos

vehí

culo

s. E

llos

tení

an u

na h

acie

nda

de

ovej

as, p

ero

en d

onde

viv

ían

tení

an q

ue p

agar

o e

ntre

gar

gran

par

te d

e lo

que

cos

echa

ban

y da

r al

guno

s de

los

anim

ales

que

los

terr

aten

ient

es

eleg

ían;

así

les

cobr

aban

por

viv

ir e

n es

as ti

erra

s. O

sea

que

ello

s no

tení

an

una

vida

tran

quila

, nad

a de

lo q

ue p

rodu

cían

lo s

entía

n co

mo

prop

io,

desp

ués

de ta

nto

trab

ajar

y c

uida

r lo

s an

imal

es, n

o le

s de

jaba

n na

da,

les

lleva

ban

casi

todo

y te

nían

que

pad

ecer

una

vid

a m

uy m

iser

able

, sin

de

scan

so. P

ara

tene

r al

guito

de

lo q

ue le

s da

ba la

mad

re ti

erra

, ten

ían

que

esco

nder

lo e

n m

edio

de

las

peña

s as

í el p

atró

n no

les

quita

ra.

Can

sada

de

esa

vida

, mi a

buel

a de

cidi

ó sa

lir d

e ah

í. U

na n

oche

mi

abue

lito

prep

aró

todo

, mi a

buel

a ca

rgó

las

guag

uas

(niñ

os) y

los

tras

tos

en u

n bu

rro,

arr

iaro

n la

hac

iend

a y

empe

zaro

n a

anda

r pa

ra a

quí,

para

el

lado

de

Tuc

umán

. Cam

inar

on m

uchí

sim

o du

rant

e se

man

as, a

lgun

as

ovej

as s

e m

urie

ron,

otr

as s

e fu

eron

per

dien

do p

or e

l cam

ino;

lleg

ó un

m

omen

to e

n el

que

ya

casi

hab

ían

perd

ido

toda

la h

acie

nda.

Cua

ndo

para

ban

lo h

acía

n po

r tr

es d

ías,

para

des

cans

ar b

ien.

Pas

ando

por

te

rrito

rio

cata

mar

queñ

o, p

arar

on a

los

pies

del

cer

ro E

l gal

án, m

uy a

lto.

Roxana Marisel Fabián Escuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán

Page 79: Con nuestra voz recordamos

77

Dic

e m

i abu

ela

que

en e

se c

erro

pas

a al

go m

uy r

aro,

par

ece

com

o qu

e se

co

rre,

ello

s ve

ían

com

o qu

e su

bía

y ba

jaba

. En

la p

unta

del

cer

ro h

ay u

na

lagu

na v

erde

muy

her

mos

a, ta

mbi

én h

ay m

uchí

sim

as v

icuñ

as, e

s un

luga

r m

uy li

ndo.

Mi a

buel

ito le

con

tó a

mi a

buel

a qu

e de

ntro

de

ese

cerr

o es

tá la

Pa

cham

ama,

que

ella

es

la d

ueña

de

todo

eso

, a m

i abu

ela

le d

iero

n ga

nas

de q

ueda

rse

ahí.

En

la ta

rde

del s

egun

do d

ía d

e la

par

ada

mi a

buel

a sa

lió a

bus

car

leña

, se

sen

tó e

n un

a qu

ebra

da y

se

qued

ó do

rmid

a de

can

sanc

io. C

uand

o se

de

sper

tó v

io u

na m

ujer

ni t

an jo

ven

ni ta

n vi

eja,

que

llev

aba

bello

s ve

stid

os

de c

olor

es b

rilla

ntes

todo

s bo

rdad

os. T

enía

dos

tren

zas

herm

osas

, est

aba

arre

glad

a co

n jo

yas

y pe

rlas

, baj

o su

bra

zo te

nía

un c

adej

o de

lana

y e

n la

man

o el

hus

o. E

stab

a hi

land

o. M

i abu

ela

se a

sust

ó (e

ra im

posi

ble

que

esa

seño

ra e

stuv

iera

en

ese

luga

r ta

n al

ejad

o), s

alió

cor

rien

do y

lleg

ó ha

sta

dond

e es

taba

n lo

s ot

ros;

jam

ás s

e ol

vida

rá d

e es

a ta

rde.

Mi a

buel

a no

s cu

enta

esa

s co

sas

para

que

con

ozca

mos

, par

a qu

e re

spet

emos

a la

mad

re ti

erra

y la

ayu

dem

os a

pre

serv

ar la

nat

ural

eza

en

este

luga

r do

nde

ello

s de

cidi

eron

que

dars

e a

vivi

r.

Page 80: Con nuestra voz recordamos

78

Lon

co

Mar

y M

ary

anay

…T

u va

lor

y en

ergí

a br

inda

n a

tu c

ultu

ra, u

na d

e la

s lu

chas

más

pre

sent

esde

las

que

tuve

sue

rte

de c

onoc

er…

AIN

QU

EO

… e

s tu

nom

bre,

Map

uche

sim

ple

y ap

acib

le, p

ero

cual

quie

ra p

uede

con

fund

irse

y

conf

undi

rte

en c

ualq

uier

a…

Pero

tú n

o er

es c

ualq

uier

a, tú

ere

s al

guie

n m

uy e

spec

ial,

y ha

sta

pode

roso

com

o lo

s m

ás b

ravo

s lo

ncos

,qu

e di

eron

sus

vid

as p

ara

no s

er c

onqu

ista

dos;

para

no

ser

olvi

dado

s y

muc

ho m

ás p

ara

no s

er d

estr

uido

s.

Cla

ro e

n el

los

te in

spir

as p

ara

hoy

dar

a lu

z nu

evam

ente

a tu

leng

ua,

esa

leng

ua q

ue c

omo

muy

poc

as q

ueda

ron

y so

brev

ivie

ron,

en e

sta

Suda

mér

ica

o m

ejor

dic

ho e

n ca

da r

incó

n de

est

e co

ntin

ente

,pa

cífic

o y

rico

… e

nseñ

ar tu

leng

ua e

s m

ucho

más

que

gan

ar u

na b

atal

la,

si n

o qu

e es

sem

brar

la s

emill

a de

esa

ans

iada

ESP

ER

AN

ZA

,qu

e po

r fin

des

pués

de

muc

hos

años

, muc

hos

sole

s, m

ucha

s lu

nas,

al fi

n pu

do v

olve

r, vo

lver

a e

scuc

har

el k

ultr

um, l

a pi

filca

y la

trut

ruca

,en

los

cam

aruc

os…

es

com

o di

ce A

INQ

UE

O, n

o es

fáci

l, ha

y qu

e es

tar

prep

arad

os,

y te

ner

todo

s lo

s el

emen

tos,

las

pers

onas

que

gui

arán

ese

ritu

al a

nces

tral

.

Alfredo CabreraComunidad Mapuche Tehuelche Newen Mulfuñ Pico Truncado Provincia de Santa Cruz

Page 81: Con nuestra voz recordamos

79

Pero

se

pued

e ha

cer…

hoy

no

som

os ta

n pe

rseg

uido

s, ha

y m

ás p

osib

ilida

des,

esta

ndo

en d

emoc

raci

a, p

ero

es v

erda

d, s

olo

que

esta

mos

vie

jos

y qu

edam

os u

nos

cuan

tos

que

habl

amos

y s

abem

os c

ómo

ser

y re

pres

enta

ra

un b

uen

map

uche

… v

olun

tad

es lo

que

le s

obra

a m

i lon

co q

ueri

do,

que

hoy

es u

n am

igo

(ana

y) y

es

una

suer

te a

pren

der

de é

l, de

sus

pal

abra

sy

hast

a de

su

form

a de

pen

sar.

El a

utor

de

este

text

o y

de “

Her

eder

os s

omos

” se

aut

orec

onoc

e co

mo

mie

mbr

o de

l pue

blo

diag

uita

-cal

chaq

uí.

Page 82: Con nuestra voz recordamos
Page 83: Con nuestra voz recordamos

Sueño de artesano. Grafito. 50 cm x 70 cm. Emilio Moreno.

Page 84: Con nuestra voz recordamos

82

La

Sule

ma

En

su p

uest

o ju

nto

al c

erro

viv

e la

Sul

ema,

mad

re d

e m

ucho

s hi

jos,

la

llam

an la

her

eder

a. L

a ca

beza

bla

nca,

los

plie

gues

en

su r

ostr

o; a

unqu

e tie

ne e

l pas

o ca

nsad

o no

le g

usta

el r

epos

o.

Ya n

o su

be e

n el

cab

allo

per

o en

señó

a s

us h

ijas

lo q

ue s

e ha

ce c

on e

l laz

o;

tam

bién

a a

rreg

lar

un c

orra

l o a

her

rar.

Con

el c

anto

del

gal

lo s

e si

ente

el g

olpe

de

la m

ano

de p

iedr

a en

el

mor

tero

o r

aspa

r en

la c

onan

a el

maí

z, la

sal

y la

alg

arro

ba m

olid

as q

ue

dan

com

ienz

o a

la fa

jina.

Dic

en q

ue la

Sul

ema

da v

uelta

s la

s pi

edra

s de

l fog

ón, a

sí p

rono

stic

a el

tiem

po. S

i llu

eve

será

ben

dici

ón, p

orqu

e el

cam

po s

erá

verd

or y

los

anim

ales

est

arán

mej

or.

Las

agu

adas

ren

acer

án y

el a

gua

pura

reg

alar

án, s

e lle

nará

n la

s re

pres

as

y el

hor

nero

con

stru

irá

su c

asa

en e

l hor

cón

añej

o de

alg

arro

bo g

ener

oso.

Con

más

de

70 a

ños,

se le

vant

a an

tes

que

el s

ol, l

echa

y la

rga

las

cabr

as,

hace

fueg

o en

el f

ogón

par

a pr

epar

ar e

l mat

e co

n ri

co s

abor

, sab

or a

yuy

o de

las

sier

ras.

Allí

en

la q

uebr

ada,

don

de la

bri

sa a

cari

cia

con

arom

as d

e es

pera

nza,

con

per

fum

e de

air

e pu

ro d

e un

a m

añan

a.

Glos

ario

Ugno

: lug

ar d

e al

tare

s o

de ju

egos

Man

agua

: trib

u di

agui

ta

Rosana Carina Calivar Docente Referente de la Comunidad Indígena Cacique Pedro Caligua Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas Valle Fértil Provincia de Tucumán

Page 85: Con nuestra voz recordamos

83

Ant

olín

fue

su p

adre

, hom

bre

de s

angr

e in

dia

que

su e

senc

ia d

ejó

y el

U

gno

de lo

s M

anag

ua c

on s

us r

etoñ

os c

reci

ó.

Des

pués

de

muc

hos

años

en

la M

esad

a iz

ó el

arc

o ir

is e

n es

e m

irad

or,

dond

e la

s pi

edra

s ha

blan

de

sus

ance

stro

s de

jand

o la

s hu

ella

s qu

e si

guen

ho

y. C

on lá

grim

as e

n su

s m

ejill

as, l

a vo

z qu

ebra

da y

muc

ho o

rgul

lo

expr

esó:

“M

i pad

re d

ijo q

ue s

omos

indi

os, y

a v

eces

sen

tí de

sazó

n,

porq

ue lo

s de

más

no

entie

nden

que

mi e

stir

pe la

sie

nto

com

o fu

ego

en m

i cor

azón

”.

Y s

e pr

egun

tará

n: s

i es

rica

la S

ulem

a, ¿

qué

fue

lo q

ue h

ered

ó?

Her

edó

su s

angr

e in

dia:

es

diag

uita

la S

ulem

a, e

lla a

ma

su ti

erra

, cul

tiva

la c

ultu

ra a

nces

tral

, rec

onoc

e co

n pa

sión

sus

raí

ces

y lu

cha

día

a dí

a pa

ra

que

la s

ocie

dad

reco

nozc

a la

pre

exis

tenc

ia é

tnic

a, lo

s de

rech

os e

iden

tidad

.

Page 86: Con nuestra voz recordamos

84

Un

luga

r sa

grad

o

Hoy

me

fui a

cam

inar

por

El R

incó

n de

Qui

lmes

, no

subí

a la

lom

a po

rque

que

ría

anda

r po

r el

río

. A la

ori

lla v

i una

pie

dra

gran

de

que

me

atra

jo, a

sí q

ue m

e ac

erqu

é a

verl

a, a

su

lado

hab

ía u

na tu

mba

hu

aque

ada

(pro

fana

da).

La

part

e de

arr

iba

de la

pie

dra

tiene

talla

das

unas

figu

ras

en fo

rma

de

víbo

ras.

Fue

emoc

iona

nte

enco

ntra

rla,

no

sabí

a qu

e ex

istía

. Ant

es d

e ba

jar

al r

ío h

abía

est

ado

en o

tra

pied

ra q

ue e

stá

al la

do d

e un

vie

jo c

amin

o. E

sa

tiene

una

víb

ora

dobl

e y

la c

onoz

co d

esde

niñ

a. E

n es

a zo

na, j

usto

sob

re e

l ce

rco

de D

on C

eles

tino

Pala

cios

, hay

otr

a pi

edra

con

víb

oras

, tod

o es

to e

n la

s in

med

iaci

ones

de

la p

rim

era

lom

a co

n la

que

uno

se

encu

entr

a cu

ando

se

sub

e al

Rin

cón,

est

á pa

ra la

man

o iz

quie

rda.

Allí

en

la c

ima

de e

sa lo

ma

mi p

adre

pre

paró

el l

ugar

par

a ha

cer

el I

nti R

aym

i de

invi

erno

.

Lo

cele

bram

os e

n do

s o

tres

opo

rtun

idad

es. E

ste

año

no s

e hi

zo. E

se lu

gar

es e

spec

ial.

Det

rás

de la

lom

a ha

y un

rin

conc

ito d

onde

seg

ún lo

s ab

uelo

s ha

bía

un c

emen

teri

o de

nue

stro

s an

cest

ros

y m

ás a

rrib

a, h

acia

el o

este

, hay

ci

ento

s de

terr

azas

don

de a

ntig

uam

ente

cul

tivab

an lo

s pr

imer

os a

buel

os.

La

Lom

a de

don

Ped

ro y

sus

alr

eded

ores

, inc

luid

a L

as P

unill

as, s

on lu

gare

s es

peci

ales

: allí

se

ven

luce

s ro

jas,

que

dice

n qu

e es

la lu

z m

ala,

tam

bién

se

ve u

na lu

z bl

anca

o c

eles

te, q

ue d

icen

que

es

la lu

z bu

ena;

des

de ti

empo

s re

mot

os s

e la

s ve

. Yo

mis

ma,

cua

ndo

fui a

dole

scen

te, h

e vi

sto

una

luz

blan

ca q

ue b

ajab

a de

Las

Pun

illas

. Se

detu

vo c

erca

de

mí,

se h

acía

gra

nde,

Gloria Nancy Yapura Profesora Escuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán

Page 87: Con nuestra voz recordamos

85

lueg

o pe

queñ

a, d

e nu

evo

crec

ía y

vol

vía

a ac

hica

rse,

así

una

y o

tra

vez

hast

a qu

e se

leva

ntó

y se

fue

al m

onte

, hac

ia e

l sur

.

Mie

ntra

s la

luz

esta

ba, m

e qu

edé

ahí,

quie

ta, m

uy q

uiet

a; c

uand

o se

fue

me

leva

nté

y co

rrí a

mi c

asa

con

el c

oraz

ón e

n la

boc

a. L

legu

é y

le c

onté

a

mis

pad

res,

que

salie

ron

a ve

rla,

per

o ya

no

esta

ba. F

ue r

eal,

yo la

vi y

no

es o

tra

cosa

que

una

luz

fatu

a, u

na lu

z bl

anca

. Sie

mpr

e m

e pr

egun

to q

sign

ificó

, por

qué

se

detu

vo e

n m

i dir

ecci

ón, q

ué q

uiso

dec

irm

e, p

or q

me

suce

dió

a m

í. A

ún n

o en

cuen

tro

resp

uest

as.

Y h

oy, r

ecor

rien

do e

sa z

ona

de la

lom

a en

cuen

tro

esta

pie

dra

con

sus

petr

oglif

os y

a s

us p

ies,

una

tum

ba p

rofa

nada

. Un

luga

r sa

grad

o pa

ra

nues

tros

anc

estr

os q

ue n

osot

ros

no s

upim

os v

alor

ar n

i cui

dar;

cuá

ntas

tu

mba

s es

tán

así e

n es

te v

alle

, ni a

ún m

uert

os p

uede

n de

scan

sar

en p

az.

Las

gen

erac

ione

s de

mis

pad

res

y de

mis

abu

elos

ent

rega

ron

sus

teso

ros

al e

xtra

njer

o, q

ue v

enía

a b

usca

r ta

n va

liosa

s pi

ezas

de

cerá

mic

as c

omo

las

urna

s fu

nera

rias

de

nues

tros

ant

iguo

s Q

uilm

es y

todo

lo q

ue a

com

paña

ba

al d

ifunt

o pa

ra c

omer

ciar

las

a lo

s m

useo

s na

cion

ales

, int

erna

cion

ales

o

a la

s co

lecc

ione

s pr

ivad

as; m

ucho

s se

llev

aron

las

cerá

mic

as y

de

spar

ram

aron

los

hues

os d

e m

is a

buel

os in

dios

com

o si

fuer

an s

impl

es

osam

enta

s. ¡C

uánt

o do

lor,

cuán

ta fa

lta d

e re

spet

o!

Ahí

me

enco

ntra

ba, m

iran

do im

pote

nte

un lu

gar

sagr

ado

que

habí

a si

do

prof

anad

o. M

ás a

llá d

e la

mat

eria

, sen

tí la

pre

senc

ia d

e la

fuer

za e

spir

itual

, de

esa

ene

rgía

cós

mic

a qu

e ha

bita

el l

ugar

. Con

mis

man

os a

cari

cié

unos

pe

queñ

os m

orte

ros,

acar

icié

los

sím

bolo

s tr

atan

do d

e ad

ivin

ar s

u m

ensa

je;

Page 88: Con nuestra voz recordamos

86

en e

sos

dibu

jos

yo v

eía

víbo

ras,

pero

tam

bién

me

repr

esen

té a

los

cerr

os,

al s

ol; m

e im

agin

é la

vid

a m

ism

a, e

mbr

olla

da. M

e fig

uré

mi p

ropi

a vi

da

con

altib

ajos

, con

nud

os, c

on a

vanc

es y

ret

roce

sos,

a ve

ces

inco

mpr

ensi

ble,

in

cier

ta, m

iste

rios

a.

Est

aba

allí,

en

el lu

gar

que

algu

na v

ez m

is a

buel

os e

ligie

ron

para

re

sgua

rdar

a s

us h

erm

anos

sin

vid

a. ¿

A la

esp

era

de q

ué?

Qui

zás,

ese

luga

r er

a la

pue

rta

para

pas

ar a

la o

tra

vida

, a la

vid

a es

piri

tual

. Un

luga

r sa

grad

o, u

na p

uert

a al

más

allá

, a lo

ete

rno,

a lo

infin

ito, e

s un

luga

r he

rmos

o. S

enta

da, m

e ap

oyé

en la

pie

dra

y ce

rré

los

ojos

, pen

sé e

n m

i vi

da, e

n to

dos

los

confl

icto

s qu

e te

ngo

con

mis

am

ores

inal

canz

able

s, en

el

valo

r de

est

ar v

iva,

esc

uché

a lo

s vi

ento

s y

sent

í com

o di

alog

aban

; por

que

no h

ay u

n so

lo v

ient

o, n

o.

Hab

ía u

no q

ue b

ajab

a de

l cer

ro y

silb

aba

de u

na m

aner

a, o

tro

que

rom

pía

su la

men

to e

ntre

los

alga

rrob

os d

el r

ío y

des

pués

la p

eque

ña b

risa

que

pa

saba

a m

i lad

o si

n to

carm

e po

rque

me

prot

egía

esa

roc

a m

adre

, por

que

esa

pied

ra e

norm

e es

par

te d

e m

i mad

re ti

erra

. Tam

bién

esc

uché

com

o si

lbab

an lo

s pá

jaro

s, m

e se

ntí v

olar

, fel

iz d

e es

tar

allí,

viv

a; c

uand

o ab

rí lo

s oj

os m

e di

o ta

nta

aleg

ría

ver

los c

erro

s y e

l cie

lo h

erm

oso

que

tene

mos

aqu

í. E

ra c

asi l

a or

ació

n, m

e le

vant

é, a

brac

é es

a pi

edra

y le

di d

os b

esos

, apo

yé m

i ca

ra e

n su

car

a y

volv

í a a

cari

ciar

la, s

entí

tan

cerc

a a

mi m

adre

tier

ra.

Muc

has

vece

s si

ento

la n

eces

idad

de

acar

icia

r a

mi P

acha

mam

a, e

nton

ces

abra

zo u

n al

garr

obo

o un

a gr

an p

iedr

a, s

é qu

e el

la e

stá

ahí y

me

sien

to

mej

or, s

é qu

e el

la e

stá

conm

igo.

Page 89: Con nuestra voz recordamos

87

Page 90: Con nuestra voz recordamos

88

Cal

isay

Una

tard

e, C

alis

ay r

ecor

ría

los

cam

inos

de

pied

ra p

ensa

ndo

por

qué

su p

adre

le h

abía

pue

sto

ese

nom

bre.

Él e

ra u

n m

ucha

cho

tem

eros

o y

su n

ombr

e si

gnifi

caba

“hi

jo d

el v

alie

nte”

. Con

side

raba

que

no

habí

a he

reda

do n

ada

del v

alor

de

su p

adre

com

o pa

ra ll

evar

ese

gra

n no

mbr

e.

Cad

a ve

z qu

e ve

ía a

su

padr

e en

fren

tar

pelig

ros

y si

tuac

ione

s di

fícile

s, se

rep

etía

a s

í mis

mo:

“¿P

or q

ué n

o so

y ta

n va

lient

e co

mo

mi p

adre

, si

me

llam

o C

alis

ay?”

Con

el t

iem

po s

u pa

dre

enve

jeci

ó y

un d

ía e

nfer

muy

gra

vem

ente

. A

l ver

lo a

sí, C

alis

ay d

eses

peró

sin

sab

er q

ué h

acer

. Dol

ient

e, s

u pa

dre

le

indi

có q

ue s

alie

ra a

bus

car

unas

esp

inas

cur

ativ

as.

Cal

isay

se

inte

rnó

en e

l mon

te, y

de

tant

o bu

scar

y b

usca

r lo

que

ne

cesi

taba

su

padr

e, s

e al

ejó

dem

asia

do d

e su

cas

a ha

sta

que

se d

io c

uent

a de

que

est

aba

perd

ido.

En

su le

cho,

el p

adre

fue

busc

ando

la m

aner

a de

re

cupe

rars

e, p

asó

la n

oche

y e

l jov

en n

o re

gres

ó. A

la m

añan

a si

guie

nte,

el

anc

iano

se

sint

ió u

n po

co m

ejor

, per

o la

aus

enci

a de

l hijo

lo ll

enab

a de

an

gust

ia. C

onva

leci

ente

, se

arro

pó y

sal

ió e

n bu

sca

de C

alis

ay.

Cam

inab

a y

sus

fuer

zas

lo d

erru

mba

ban

así q

ue s

e se

ntab

a a

desc

ansa

r;

andu

vo to

da la

mañ

ana

hast

a qu

e el

sol

com

enzó

a a

pret

ar. S

edie

nto

llegó

ha

sta

un lu

gar

en e

l que

est

aban

tira

das

las

ropa

s de

Cal

isay

, per

o él

no

esta

ba p

or n

ingu

na p

arte

. En

med

io d

e es

e de

sier

to s

ólo

habí

a un

a pl

anta

qu

e nu

nca

en s

u vi

da h

abía

vis

to.

Mariana BelmonteEscuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán

Page 91: Con nuestra voz recordamos

89

El v

erde

inte

nso

de e

sa p

lant

a de

scon

ocid

a lle

nó d

e es

pera

nzas

al

anci

ano.

Atr

aído

por

sus

gra

ndes

esp

inas

, se

acer

có y

se

dejó

hin

car

por

ella

s. D

e su

inte

rior

com

enzó

a b

rota

r ag

ua, e

l anc

iano

ext

endi

ó su

s m

anos

, las

car

gó d

e ag

ua y

beb

ió y

ent

once

s co

mpr

endi

ó to

do. E

l agu

a er

an la

s lá

grim

as d

e C

alis

ay, c

uyo

llant

o ha

bía

conm

ovid

o la

s en

trañ

as

de la

mad

re ti

erra

, que

, api

adán

dose

de

él, l

o co

nvir

tió e

n un

a pl

anta

lle

na d

e es

pina

s cu

rativ

as p

ara

salv

ar a

su

padr

e.

El a

ncia

no s

e cu

ró y

se

enca

rgó

de c

onta

r es

ta h

isto

ria

de C

alis

ay, t

an

valie

nte

com

o su

pad

re. D

esde

ent

once

s, es

te v

alle

se

pobl

ó de

esa

bel

la

plan

ta: e

l car

dón.

En el capítulo Guaraní correntino del tomo Cantamos de esta colección, “Ceibo” narra el origen de esta flor, símbolo nacional.

Page 92: Con nuestra voz recordamos

90

Her

eder

os s

omos

Cam

ino

por

el d

estin

o qu

e se

ñala

ron,

mis

abu

elos

, mis

anc

estr

os y

los

sabi

os d

e es

ta ti

erra

,po

r lo

s se

nder

os q

ue n

o m

ient

en, l

a ex

iste

ncia

de lo

s lla

mad

os r

ebel

des.

En

otra

épo

ca r

ecor

dar

los

mis

mos

suf

rim

ient

os,

los

igua

les

inhu

man

os c

onqu

ista

dore

s.E

s qu

izás

por

est

a ra

zón

que

en a

lgún

mom

ento

tuve

que

cru

zar

EL

CO

LO

RA

DO

,pa

ra s

aber

un

poco

más

de

hist

oria

, la

más

rea

l,

la q

ue n

unca

me

ense

ñaro

nen

la e

scue

la, n

i siq

uier

a en

la u

nive

rsid

ad…

Neg

ados

, per

segu

idos

y c

asi e

xtin

guid

os a

lo la

rgo

y

a lo

anc

ho d

e nu

estr

o te

rrito

rio.

Don

de a

ntes

no

se p

onía

n ba

rrer

as n

i lím

ites

con

tris

teza

s ho

y to

do e

stá

cerc

ado

y so

n pr

ivad

os (p

rohi

bido

s).C

laro

, acá

tam

bién

los

calla

ron,

los

arri

ncon

aron

haci

a la

s m

onta

ñas

dond

e vi

ve e

l frí

o, e

l vie

nto

y

la n

ieve

de

vez

en c

uand

o.C

uand

o lle

ga e

l inv

iern

o… c

uánt

a lu

cha,

cuá

nto

valo

r,

¡QU

É R

ESI

STE

NC

IA!

Alfredo CabreraComunidad Mapuche Tehuelche Nehuen Mulfuñ Pico Truncado Provincia de Santa Cruz

Page 93: Con nuestra voz recordamos

91

Pero

hoy

ya

la lu

cha

es o

tra,

sab

emos

que

no

deja

de

ser

inju

sta,

más

hem

os id

o ap

rend

iend

o a

cuid

ar y

con

serv

ar d

e al

gún

mod

onu

estr

a cu

ltura

y e

sa c

onse

rvac

ión,

hac

e qu

e ho

y nu

estr

osni

ños

y jó

vene

s pu

edan

sab

er q

ue la

exi

sten

cia

de n

osot

ros

no e

s hi

stor

ia s

olam

ente

sin

o es

una

rea

lidad

.H

oy d

e nu

evo

nos

mir

amos

a lo

s oj

os

y no

pod

emos

ocu

ltar

nues

tros

orí

gene

s, pe

rdim

osal

guna

s co

sas

segu

ro…

Per

o, e

s nu

estr

a m

isió

n, m

ejor

ar, r

ecup

erar

ese

luga

r ar

ranc

ado

por

las

fuer

zas

y as

enta

r un

a ve

z

m

ás n

uest

ra v

igen

cia…

¡HE

RE

DE

RO

S SO

MO

S!

Page 94: Con nuestra voz recordamos

92

La

seña

lada

Con

mi a

buel

o L

ucin

do te

nem

os la

cos

tum

bre

de ir

en

novi

embr

e a

la

seña

lada

de

Don

Mar

tín C

ondo

rí. É

l viv

e en

El A

rbol

ar, 7

kiló

met

ros

para

arr

iba

de C

olal

ao, p

ero

tiene

los

anim

ales

en

el c

erro

, don

de le

dic

en

El C

orra

lito.

El a

ño p

asad

o no

s ju

ntam

os a

l alb

a en

la c

asa

de D

on D

anie

l Tat

a C

ondo

rí y

des

de a

hí p

artim

os p

ara

busc

ar a

Don

Mar

tín. C

erca

de

El

Arb

olar

enc

ontr

amos

dos

chi

vos

mue

rtos

y, p

or lo

que

se

veía

, los

hab

ía

agar

rado

el l

eón

–así

se

le ll

ama

acá

en T

ucum

án a

l pum

a de

l mon

te.

Cua

ndo

llega

mos

a la

cas

a de

Don

Mar

tín, s

u se

ñora

nos

dijo

que

hab

ía

que

espe

rarl

o po

rque

hab

ía s

alid

o te

mpr

ano

a bu

scar

al l

eón

que

se

anda

ba v

olte

ando

la h

acie

nda.

Nos

con

vida

ron

mat

e co

cido

con

pan

ca

sero

has

ta q

ue e

stuv

o de

vue

lta D

on M

artín

, ven

ía e

noja

do p

orqu

e le

ha

bía

perd

ido

el r

astr

o al

león

. Nos

alis

tam

os y

par

timos

, en

el c

amin

o se

fuer

on s

uman

do o

tros

pai

sano

s, ér

amos

com

o ve

inte

.

Lle

gam

os a

la c

ima

com

o a

las

diez

de

la n

oche

; allí

aca

mpa

mos

en

el

pues

to d

e D

on M

artín

. Es

una

casa

baj

ita y

larg

a, h

echa

con

ado

bes

y pi

edra

s, el

tech

o es

de

paja

, tie

ne u

na s

ola

puer

ta y

un

vent

anuc

o al

to.

Ade

ntro

es

un s

olo

espa

cio

con

dos

catr

es d

e tie

ntos

, una

mes

a y

un

par

de s

illas

de

cuer

o; e

l pue

sto

sólo

sir

ve p

ara

pasa

r la

noc

he. E

stab

a lim

pito

así

que

ahí

nom

ás p

usim

os lo

s pe

lero

s y

los

ponc

hos

en e

l sue

lo

y no

s tir

amos

a d

orm

ir.

Ariel Facundo CastilloEscuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán

Page 95: Con nuestra voz recordamos

93

Bie

n te

mpr

anito

, a e

so d

e la

s ci

nco

de la

mad

ruga

da, n

os a

com

odam

os

para

arr

iar

los

anim

ales

; com

o yo

soy

muy

cha

ngo

toda

vía,

sie

mpr

e an

do

cerc

a de

mi a

buel

o. S

e se

para

n en

gru

pos

y em

piez

an a

gri

tar,

los

anim

ales

and

an e

ntre

vera

dos,

uno

s se

ocu

pan

de ju

ntar

las

vaca

s y

los

toro

s, o

tros

los

novi

llos

y lo

s te

rner

itos

y lo

s úl

timos

van

sep

aran

do

las

llam

as.

Los

van

arr

iand

o ha

cia

el c

orra

l que

est

á en

un

llano

, es

bien

gra

nde,

co

mo

de 2

0 m

etro

s a

la r

edon

da, p

irca

do c

on p

iedr

a a

la a

ltura

de

un

met

ro. C

uand

o es

tuvi

eron

todo

s lo

s an

imal

es a

dent

ro, u

na v

aca

enfu

reci

da

arm

ó un

gra

n al

boro

to, s

e fu

e a

aste

ar a

uno

de

los

hom

bres

que

and

aba

a pi

e, to

dos

le g

rita

ron,

él p

egó

una

corr

ida

y sa

ltó s

obre

la p

irca

: así

se

libró

de

la fu

ria

de la

vac

a; y

o es

taba

con

otr

os c

hang

os a

poya

dos

en la

pir

ca d

el

lado

de

afue

ra. D

on M

artín

ord

enó

a lo

s jin

etes

que

la a

taje

n y

la p

iale

n pa

ra a

tarl

a af

uera

. Cua

ndo

la p

illar

on, l

a va

ca q

uiso

ast

ear

al e

nlaz

ador

pe

ro é

l la

esqu

ivó,

el a

nim

al c

orri

ó ha

cia

un á

rbol

, ent

once

s él

la e

mbr

amó

pero

la v

aca

cort

ó el

lazo

y s

e di

spar

ó. D

os s

e su

bier

on a

los

caba

llos

y la

per

sigu

iero

n ha

sta

que

se p

erdi

eron

de

vist

a, a

l rat

o vo

lvie

ron

con

la

notic

ia d

e qu

e la

vac

a se

hab

ía d

espe

ñado

. Con

todo

ese

lío

la se

ñala

da

se ib

a po

ster

gand

o. Y

o co

rrí a

ver

la v

aca,

ya

esta

ba m

uert

a. B

ajar

on u

nos

cuan

tos y

ahí

se p

usie

ron

a cu

erea

rla, l

a de

spos

taro

n pa

ra d

espu

és su

birla

ya

carn

eada

. Mie

ntra

s tan

to y

a se

hac

ía la

seña

lada

.

En

el c

orra

l, D

on M

artín

se

ocup

aba

de s

epar

ar s

us a

nim

ales

. Cua

ndo

qued

aron

sól

o lo

s de

él,

cerr

aron

el c

orra

l y a

rrin

cona

ron

a lo

s va

cuno

s pa

ra ir

hac

iénd

olos

pas

ar d

e a

uno

al c

entr

o. A

med

ida

que

la v

aca

va

Page 96: Con nuestra voz recordamos

94

pasa

ndo,

la p

illan

con

el l

azo

hast

a vo

ltear

la, e

nton

ces

la a

garr

an y

le

cort

an u

n pe

dazo

de

orej

a fo

rman

do la

señ

al d

el d

ueño

. Cua

ndo

la v

aca

bala

es

el m

omen

to d

e da

rle

un v

aso

de v

ino,

dic

en q

ue e

lla lo

pid

e pa

ra

apla

car

el d

olor

. Des

pués

le c

orta

n la

col

a pa

ra d

istin

guir

la y

sab

er q

ue y

a ha

sid

o se

ñala

da; e

l gru

po q

ue v

acun

a va

hac

iend

o lo

mis

mo.

A a

lgun

as le

s as

ierr

an la

s as

tas

porq

ue e

s pe

ligro

so c

uand

o qu

edan

sol

as a

hí e

n el

cer

ro

y se

pon

en a

loqu

ear,

se la

stim

an e

ntre

ella

s y

pued

en ll

egar

a m

orir.

A lo

s te

rner

itos

les

colo

can

una

flor

de la

na d

e co

lore

s qu

e so

n pr

epar

adas

por

lo

s du

eños

par

a ir

dife

renc

iánd

olos

. Hac

en e

so p

orqu

e el

los

no ti

enen

larg

a la

col

a.

Des

pués

pas

an la

s va

cas

y lo

s to

ros

que

van

a se

r m

arca

dos.

A lo

s an

imal

es

gran

des

le a

sien

tan

la m

arca

del

due

ño e

n la

s an

cas,

a lo

s no

villo

s le

s po

nen

“la

mar

ca d

e fu

ego”

, que

es

más

chi

ca y

cal

enta

da e

n un

fueg

o co

n le

ñas

gran

de q

ue s

e ha

ce a

fuer

a de

l cor

ral;

esa

mar

ca v

a en

el c

uello

o

en la

car

a.

Para

el ú

ltim

o de

jan

las c

apad

as. E

mpi

ezan

con

los t

oros

gra

ndes

, des

pués

lo

s te

rner

os d

e añ

o y

med

io, l

os c

apan

par

a ev

itar

que

mat

en a

los

tern

eros

chi

cos.

Sie

mpr

e de

jan

sin

capa

r al

toro

más

lind

o, q

ue e

s el

co

rpul

ento

y tr

anqu

ilo.

Mie

ntra

s ta

nto

la v

aca

del p

eñas

co y

a es

taba

sie

ndo

asad

a, a

dem

ás

carn

earo

n do

s lla

mas

, la

gent

e ib

a co

mie

ndo,

par

a es

tas

ocas

ione

s no

fa

lta e

l can

tor

y el

cop

lero

, uno

con

la g

uita

rra

y el

otr

o co

n la

caj

a, q

ue

ento

nan

con

un m

iste

la y

un

pate

ro.

Page 97: Con nuestra voz recordamos

95

Cua

ndo

se te

rmin

a la

faen

a de

ntro

del

cor

ral,

hace

n un

hue

co e

n el

ce

ntro

, le

abre

n la

boc

a a

la m

adre

tier

ra, e

nton

ces

entr

an to

dos

al c

orra

l y

empi

ezan

a h

acer

la o

fren

da c

on h

ojas

de

coca

, vin

o, p

rend

en c

igar

ros,

colo

can

los t

rozo

s de

orej

as. M

ient

ras e

stá

sona

ndo

la c

aja

van

pidi

endo

que

se

hag

a gr

ande

la h

acie

nda,

que

se v

ayan

los l

eone

s, qu

e no

hay

a pe

leas

. D

espu

és se

abr

e la

tran

quer

a y

los a

nim

ales

van

salie

ndo

para

el c

erro

.

Lis

ta la

tare

a, s

e vu

elve

al p

uest

o, s

e pa

sa la

noc

he y

al o

tro

día

se e

mpi

eza

a ba

jar

al p

uebl

o co

n la

ale

gría

de

la c

opla

:

Dam

e tu

man

o vi

dita

yy

no m

e la

des c

on ri

gor.

Yo te

dar

é la

mía

con

cinco

ded

os d

e am

or.

Otros textos de esta colección abordan trabajos comunitarios: “La señalada”, en el capítulo Kolla/Quechua del tomo Compartimos; “La tinaja” y “Proceso del chaguar” en el capítulo Wichi de Creamos; y “Pedir permiso al dueño del monte” en el capítulo Moqoit de Enseñamos.

Page 98: Con nuestra voz recordamos

96

Jorge Augusto Sazo, Emilce Rosarito Armella, Antonella Melani, Antonella Armella, Brahian Apolinar RíosEscuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán

Exp

resi

ón y

sen

timie

nto

(cop

las)

Des

de e

l val

le e

stoy

lleg

ando

con

mi c

ajita

cha

yera

,de

lo m

ás a

lto d

el c

erro

veng

o a

flam

ear

mi b

ande

ra.

Ven

go a

com

part

ir m

i can

toco

n es

ta g

ente

que

rida

.So

mos

de

la m

ism

a ra

zahe

renc

ia e

n m

uert

e y

en v

ida.

Tra

igo

un c

ardó

n de

mi p

ago

de m

i cul

tura

y v

ida.

Tod

o es

o no

s qu

itaro

n,ve

ngo

a ca

lmar

mis

her

idas

.

Sus

espi

nas

sim

boliz

anel

sud

or d

e aq

uella

luch

a,su

col

or v

erde

refl

eja

arom

a de

gen

te d

ucha

.

Page 99: Con nuestra voz recordamos

97

La

víbo

ra s

e ar

rast

raen

méd

anos

y ja

rilla

les,

desd

e Q

uilm

es n

os s

acar

ona

azot

es y

a c

adill

ales

.

Som

os d

e la

sec

unda

ria

escu

ela

bien

tucu

man

ade

Col

alao

del

Val

leba

gaje

de

vida

hum

ana.

Nue

stra

Señ

ora

del R

osar

iono

mbr

e qu

e lle

va m

i esc

uela

,gu

íano

s po

r el

bue

n ca

min

o,ca

lem

os h

onda

su

huel

la.

Ya n

os e

stam

os d

espi

dien

do.

Un

abra

zo le

s de

jam

os.

Qué

lind

o ca

lor

hum

ano,

vive

ncia

s lin

das

nos

lleva

mos

.

UN

AB

RA

ZO

LE

S D

EJA

MO

SPA

CH

AM

AM

A, P

AC

HA

MA

MA

.M

AD

RE

DE

NU

EST

RO

S A

NC

EST

RO

S,H

IJO

S Q

UE

CL

AM

AN

PO

R S

U M

AM

A.

Otras coplas pueden leerse en el capítulo Kolla/Quechua del tomo Compartimos de esta colección.

Page 100: Con nuestra voz recordamos

98

La

flor

del c

ardó

n

Hac

e m

ucho

tiem

po e

n un

a tr

ibu

nóm

ade

viví

a un

a w

ayna

llam

ada

Sam

i, qu

e a

pesa

r de

que

en

leng

ua q

uech

ua s

igni

fica

“fel

iz, d

icho

sa”,

el

la p

asab

a la

vid

a m

uy tr

iste

men

te y

endo

de

un lu

gar

a ot

ro ju

nto

a la

ge

nte

de s

u pu

eblo

, pad

ecie

ndo

el fr

ío o

el c

alor

, sie

mpr

e a

la in

tem

peri

e en

tre

los

past

os d

el c

erro

o e

n lo

s de

scam

pado

s de

l val

le, d

onde

pud

iera

n al

imen

tars

e lo

s an

imal

es c

on lo

s qu

e el

los

subs

istía

n.

Un

día

llega

ron

hast

a el

siti

o do

nde

se h

abía

ase

ntad

o un

a tr

ibu

ya

sede

ntar

ia. L

os r

ecié

n lle

gado

s fu

eron

rec

ibid

os c

on m

ucha

hos

pita

lidad

y

fuer

on in

vita

dos

a qu

edar

se e

l tie

mpo

que

qui

sier

an.

Ese

pue

blo

se h

abía

form

ado

a la

ver

a de

un

arro

yo d

e fr

esca

agu

a cr

ista

lina.

Cua

ndo

Sam

i moj

ó su

s pi

es c

ansa

dos

en e

l níti

do c

urso

de

agua

, su

alm

a se

llen

ó de

fres

cura

, cer

ró lo

s oj

os y

em

pezó

a g

irar

con

los

braz

os a

bier

tos

reci

bien

do e

l air

e qu

e ba

jaba

del

cer

ro. D

etrá

s de

un

viej

o al

garr

obo,

Way

llu m

irab

a la

esc

ena

com

o sa

lida

de u

n su

eño.

Atr

aído

po

r la

bel

leza

de

Sam

i se

acer

có h

asta

toca

r su

s m

anos

, ella

sin

tió e

l en

cant

ador

aro

ma

de la

s flo

res

del a

lgar

robo

y d

ejan

do d

e gi

rar,

abri

ó su

s oj

os. L

as m

irad

as lo

dije

ron

todo

: el a

mor

nac

ió e

ntre

ello

s.

Los

nóm

ades

pas

aron

var

ias

luna

s ju

nto

al p

uebl

o de

Way

llu. S

ami i

ba

todo

s lo

s dí

as a

lava

r su

s pr

enda

s a

la o

rilla

del

río

y é

l pas

aba

por

ahí u

n pa

r de

vec

es m

ient

ras

traj

inab

a su

s ta

reas

del

sem

brad

ío. U

na ta

rde,

el

muc

hach

o se

ace

rcó

mie

ntra

s el

la e

stab

a ag

acha

da r

efre

gand

o su

s ro

pas

y

Hugo Corregidor Escuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán

Page 101: Con nuestra voz recordamos

99

ador

nó la

larg

a ca

belle

ra d

e el

la c

on u

na b

rilla

nte

flor

amar

illa.

Way

llu s

e so

rpre

ndió

al v

er lo

s ve

stid

os ll

evad

os p

or la

cor

rien

te d

el a

gua

mie

ntra

s Sa

mi h

uía

com

o es

pant

ada

por

un r

ayo.

Al o

tro

día

la jo

ven

enco

ntró

al i

ndie

cito

y le

con

tó q

ue h

abía

rea

ccio

nado

as

í por

que

su p

adre

no

quer

ía q

ue lo

vie

ra p

orqu

e er

a un

ext

raño

, un

hom

bre

de o

tra

trib

u; e

lla le

hab

ía p

rom

etid

o qu

e no

lo v

ería

más

, aun

que

en r

ealid

ad n

o er

a lo

que

sen

tía. D

espu

és d

e co

nver

sar

y co

nfes

arse

mut

uo

amor

, que

daro

n en

ver

se a

esc

ondi

das.

Ese

día

a la

tard

e, c

uand

o el

vie

nto

empe

zaba

a s

opla

r so

bre

el v

alle

, los

vene

s se

enc

ontr

aron

en

un s

ende

ro q

ue ll

evab

a ha

cia

arri

ba. E

l pad

re

de e

lla n

o le

per

día

pisa

da, a

sí q

ue s

e di

o cu

enta

de

todo

, por

eso

sig

uió

a la

wai

na. L

os e

nam

orad

os c

amin

aban

y c

harl

aban

muy

ent

rete

nido

s si

n ad

vert

ir q

ue lo

s se

guía

n, ll

egar

on h

asta

una

eno

rme

pied

ra y

allí

se

detu

vier

on, é

l tom

ó el

ros

tro

de la

jove

n y

le d

io u

n be

so. E

l vie

jo n

ómad

e,

ardi

endo

de

rabi

a an

te e

l eng

año

de s

u hi

ja, n

o du

dó n

i un

inst

ante

, pr

epar

ó su

arc

o y

apun

tó s

u fil

osa

flech

a. S

ami e

scuc

hó e

l sig

iloso

dis

paro

, qu

e co

nocí

a m

uy b

ien

y co

mo

desp

erta

ndo

de u

n du

lce

sueñ

o ab

rió

los

ojos

y a

braz

ó co

n fu

erza

s a

su a

mad

o. E

n el

cen

tro

mis

mo

de s

u co

razó

n qu

edó

incr

usta

da la

agu

da fl

echa

. Sam

i yac

ía ll

ena

de te

rnur

a en

med

io

de la

s to

scas

esp

inas

de

los

pequ

eños

cac

tus

que

cubr

ían

el s

uelo

, a s

u la

do

el c

uerp

o de

Way

llu s

e ib

a en

un

hilo

de

sang

re. E

l vie

jo v

io la

esc

ena

y co

rrió

a le

vant

ar a

la d

esdi

chad

a hi

ja, n

ada

podí

a ha

cer,

enlo

quec

ido

bajó

co

rrie

ndo

hast

a el

val

le e

n bu

sca

de a

yuda

.

Page 102: Con nuestra voz recordamos

100

No

tard

aron

muc

ho e

n lle

gar

los

amig

os p

ero

por

más

que

bus

caro

n, n

o pu

dier

on e

ncon

trar

los

cuer

pos

de lo

s am

ados

. A la

ori

lla d

e la

pie

dra

habí

a un

a pl

anta

sem

ejan

te a

l cac

tus

pero

con

más

cue

rpo,

tení

a la

al

tura

de

un jo

ven

y un

o de

los

braz

os e

stab

a co

rona

do d

e un

a be

lla fl

or

amar

illa.

Tod

os q

ueda

ron

impr

esio

nado

s pu

es n

unca

hab

ían

vist

o un

a pl

anta

tan

herm

osa

y ta

n lle

na d

e es

pina

s. L

os a

buel

os e

mpe

zaro

n a

deci

r qu

e se

trat

aba

de u

n nu

evo

ser

naci

do d

e lo

s in

diec

itos

que

mur

iero

n un

idos

por

el a

mor

.

Des

de e

nton

ces

el c

ardó

n se

ext

endi

ó po

r to

do e

l val

le c

alch

aquí

y c

ada

prim

aver

a re

nace

el c

olor

en

med

io d

e la

s pie

dras

cua

ndo

se v

e co

rona

do

de fl

ores

am

arill

as q

ue si

mbo

lizan

la u

nión

ent

re a

quel

los v

iejo

s pue

blos

de

l pas

ado.

Page 103: Con nuestra voz recordamos

101

En m

ucho

s te

xtos

de

este

tom

o, lo

s au

tore

s y

las

auto

ras

usan

las

pala

bras

trib

u e

indi

os c

omo

part

e de

su

leng

uaje

cot

idia

no.

El u

so d

e es

tos

térm

inos

req

uier

e un

a br

eve

cont

extu

aliz

ació

n, y

a qu

e ha

n te

nido

di

vers

as c

onno

taci

ones

a lo

larg

o de

la h

isto

ria. C

on la

fina

lidad

de

acom

paña

r a

doce

ntes

y a

lum

nos

en la

le

ctur

a y

el d

ebat

e, a

con

tinua

ción

se

incl

uyen

alg

unas

pun

tual

izac

ione

s.A

ntes

de

la i

mpo

sici

ón d

el o

rden

adm

inis

trat

ivo

lega

l de

l Es

tado

nac

iona

l, ex

istía

n di

vers

as f

orm

as d

e or

gani

zaci

ón s

ocio

-pol

ítica

ent

re lo

s pu

eblo

s or

igin

ario

s de

Am

éric

a. P

or e

jem

plo,

los

pueb

los

del G

ran

Cha

co fo

rmab

an b

anda

s (g

rupo

s co

nstit

uido

s pr

imar

iam

ente

sob

re la

bas

e de

l par

ente

sco

y la

afin

idad

) y

trib

us (

grup

os d

e ba

ndas

a m

enud

o id

entifi

cada

s co

n un

nom

bre

com

ún y

aso

ciad

as p

or m

atrim

onio

e

inte

rcam

bios

); e

n el

sur

exi

stía

n co

nfed

erac

ione

s, p

arci

alid

ades

ind

ígen

as,

soci

edad

es s

egm

enta

les

e in

clus

o pu

eblo

s qu

e co

men

zaba

n a

defin

irse

com

o na

cion

es.

Muc

has

de e

stas

for

mas

de

orga

niza

ción

sub

sist

en,

reco

nfigu

rada

s, p

ero

la id

ea d

e “t

ribu”

se

fijó

en la

s re

pres

enta

cion

es s

ocia

les

com

o un

est

igm

a, p

rodu

cto

de u

n di

scur

so p

olíti

co q

ue n

egó,

junt

o co

n la

des

ig-

naci

ón g

enér

ica

de “

indi

os”,

la s

ober

anía

de

los

pueb

los

orig

inar

ios.

Con

res

pect

o a

la p

alab

ra in

dio,

si b

ien

es d

e us

o co

mún

en

los

ámbi

tos

cien

tífico

y c

otid

iano

, es

nece

sario

re

cord

ar q

ue c

onlle

va u

na m

arca

pey

orat

iva

ya q

ue fu

e la

des

igna

ción

con

que

los

conq

uist

ador

es e

spañ

o-le

s ig

uala

ron

a lo

s di

vers

os p

uebl

os o

rigin

ario

s de

Am

éric

a.Ta

l com

o oc

urre

en

este

text

o, m

ucho

s m

iem

bros

de

pueb

los

orig

inar

ios

reto

man

est

os té

rmin

os p

ara

usar

-lo

s co

mo

part

e de

la lu

cha

por l

a re

ivin

dica

ción

de

sus

dere

chos

y la

dec

onst

rucc

ión

de la

dis

crim

inac

ión

de

la c

ual f

uero

n ob

jeto

.

Page 104: Con nuestra voz recordamos

102

La

llam

a

La

llam

a es

un

anim

al d

omés

tico,

qu

e vi

ve e

n el

cer

ro, c

amin

a de

spac

io y

der

echa

bus

cand

o pa

sto.

El p

elo

es s

edos

o y

de c

olor

neg

ro,

mar

rón,

bla

nco

y be

ige.

Tie

ne u

n co

gote

(cue

llo) l

argo

, par

a m

irar

lejo

s y

pode

r co

mer

alg

unas

ho

jas

de á

rbol

es.

Le

gust

a ir

al c

iéna

ga, p

ara

tom

ar

agua

y c

omer

el p

asto

ver

de q

ue

está

en

la o

rilla

.

CandelaEscuela primaria 213 Cacique Martin Iquin Quilmes Provincia de Tucumán

Page 105: Con nuestra voz recordamos

103

LucasEscuela primaria 213 Cacique Martin Iquin Quilmes Provincia de Tucumán

La

ovej

a

La

ovej

a es

un

anim

al. T

iene

cua

tro

pata

s.E

l cue

rpo

es o

vala

do c

on la

na e

nrul

ada

y so

stie

ne s

u ca

beza

red

onda

.E

n el

lom

o es

tá e

l esp

inaz

o.D

e su

cue

rpo

se a

garr

a la

col

a.E

n la

cab

eza

tiene

dos

ojo

s, bo

ca,

dos

orej

as y

res

pira

por

la n

ariz

.Su

lana

es

espo

njos

a, a

lgun

as d

e co

lor

blan

co, n

egro

, mar

rón

o ca

ri (b

lanc

o y

negr

o).

Su la

na e

stá

suci

a, ti

ene

tierr

a, e

spin

as,

palit

os, h

ojita

s po

rque

ella

and

a po

r el

ca

mpo

com

iend

o pa

sto

y to

man

do a

gua

del r

ío.

Las

ove

jas

que

tiene

n be

bé p

uede

n te

ner

uno

o do

s co

rder

itos.

La

ovej

a no

s da

lech

e qu

e no

s al

imen

ta,

lana

que

nos

abr

iga

y ca

rne

para

la c

omid

a.

Esto

s te

xtos

form

an p

arte

de

una

prod

ucci

ón m

ás a

mpl

ia ju

nto

con

“Prim

ero

lo n

uest

ro”,

de

la p

ágin

a 13

6.

Page 106: Con nuestra voz recordamos

104

El l

egad

o de

Ant

uel

Hac

e m

ucho

tiem

po, e

n un

rem

oto

pueb

lo q

ue s

e ad

entr

aba

en lo

s m

ajes

tuos

os v

alle

s ca

lcha

quíe

s, va

lles

de e

ntra

ñabl

es y

adm

irab

les

mito

s, le

yend

as, a

vent

uras

y d

esve

ntur

as d

e un

sin

fín d

e pe

rson

ajes

, nac

e es

te m

itoló

gico

o ta

l vez

his

tóri

co r

elat

o qu

e va

mos

a d

ar a

con

ocer

: el

nac

imie

nto

de lo

s ca

ctus

, con

ocid

os e

n nu

estr

a zo

na a

ndin

a co

mo

card

ones

. Que

no

fuer

on o

tros

sin

o lo

s br

avos

gue

rrer

os d

e un

pue

blo

sufr

ido

que

quis

o pe

rdur

ar e

n el

tiem

po p

ara

ver

a su

s ho

mbr

es p

rogr

esar

, pe

ro n

o pu

do v

er m

ás a

llá d

e su

pre

sent

e y

no a

divi

nó lo

que

el f

utur

o le

dep

arab

a.

Ant

uel,

un n

iño

de la

trib

u Pi

chao

, úni

co h

ijo d

e sa

ngre

pur

a de

l gra

n ca

ciqu

e R

aiqu

én y

por

lo ta

nto

únic

o he

rede

ro a

l tro

no, a

dmir

ado

por

su

dest

reza

par

a la

caz

a, p

or la

man

era

con

la q

ue m

anej

aba

las b

olea

dora

s, he

chas

de

cuer

o fin

o tr

abaj

ado,

en

el q

ue a

taba

tres

pie

dras

red

onda

s la

nzad

as c

on u

na p

reci

sión

just

a, e

ra c

apaz

de

mat

ar a

cua

lqui

er fi

era

que

en su

cam

ino

se c

ruza

ra. E

l arc

o y

la fl

echa

era

n ar

mas

en

las q

ue A

ntue

l co

nfiab

a pl

enam

ente

, por

lo q

ue su

pun

terí

a er

a al

go d

e te

mer

, en

eso

nunc

a ha

bía

falla

do.

Con

tan

sólo

14

años

ya

salía

a c

azar

, sie

ndo

así q

ue u

na ta

rde,

pe

rsig

uien

do u

na v

izca

cha

trav

iesa

que

no

se d

ejab

a at

rapa

r, no

se

dio

cuen

ta q

ue la

s pi

edra

s so

bre

las

que

cam

inab

a po

co a

poc

o se

fuer

on

conv

irtie

ndo

en a

rena

esp

esa

y fin

ita. S

in a

dver

tir e

se c

ambi

o, p

rosi

guió

co

n la

caz

a de

aqu

el a

nim

alito

vel

oz y

píc

aro.

Así

and

uvo

hast

a to

pars

e

Gonzalo Alexis Tena y Marcos Héctor Edmundo Cruz Escuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán

Page 107: Con nuestra voz recordamos

105

con

el a

lba.

Rec

ién

ento

nces

pud

o ap

reci

ar q

ue s

e en

cont

raba

sol

o, le

jos

de s

u qu

erid

a tr

ibu,

mie

ntra

s la

viz

cach

a se

per

dió

entr

e lo

s ca

sial

es,

advi

rtie

ndo

que

se e

ncon

trab

a en

la p

laya

, don

de h

oy s

e le

llam

a ci

énag

a.

Día

s en

tero

s pe

rman

eció

per

dido

, cam

inan

do e

n la

nat

ural

eza,

sin

ru

mbo

fijo

. Ago

tado

de

sed,

a r

astr

as s

e de

jó c

aer

sin

ning

una

espe

ranz

a de

seg

uir.

En

eso,

una

jove

n de

her

mos

os c

abel

los

y pr

ecio

sa fi

gura

ap

arec

ió e

ntre

los

casi

ales

car

gand

o co

n ta

l des

trez

a, s

obre

su

cabe

za, u

na

olla

ado

rnad

a co

n co

lori

dos

dibu

jos.

De

su in

teri

or s

alpi

caba

agu

a, u

n ag

ua li

mpi

a, la

más

pur

a de

todo

el v

alle

, tra

ída

de lo

s m

anan

tiale

s qu

e br

otan

al p

ie, d

el h

oy d

enom

inad

o ce

rro

El C

ajón

. Al v

er a

l muc

hach

o ag

oniz

ando

, sup

lican

do a

gua,

no

dudó

en

ayud

arlo

, sos

teni

éndo

lo

sobr

e su

s pi

erna

s cu

bier

tas

por

una

túni

ca d

e hi

lo te

jido

a m

ano,

que

le

com

enza

ba e

n el

cue

llo y

term

inab

a m

ás a

bajo

de

las

rodi

llas.

Ant

uel

qued

ó pa

smad

o an

te la

apa

rici

ón d

e aq

uella

jove

n ra

dian

te; a

sí, p

erpl

ejo,

m

udo,

ano

nada

do, s

olo

atin

aba

a be

ber

el a

gua

que

la jo

ven

de e

ntre

sus

m

anos

le d

aba.

Ant

e ta

l enc

anto

de

muj

er, e

l muc

hach

o se

dej

ó ca

er e

n su

s br

azos

, se

desm

ayó.

Al d

espe

rtar

, se

enco

ntró

con

un

pais

aje

com

plet

amen

te d

ifere

nte

al

habi

tual

. Dam

aris,

que

así

se

llam

aba

la jo

ven,

se

habí

a to

mad

o el

trab

ajo

y la

mol

estia

de

lleva

rlo

hast

a su

trib

u pa

ra a

tend

er la

s he

rida

s. C

laro

es

tá q

ue, p

or e

sta

acci

ón, s

u pa

dre

y ca

ciqu

e K

antu

r T

úpac

no

esta

ba d

e ac

uerd

o, p

ero

era

de ta

l for

ma

que

amab

a a

su h

ija q

ue to

do lo

que

hac

ía

la n

iña,

él l

o ac

epta

ba. C

on e

sta

suer

te c

orri

ó A

ntue

l, el

de

ser

lleva

do p

or

la m

ism

ísim

a hi

ja d

el c

aciq

ue a

una

trib

u ex

trañ

a qu

e se

hac

ía ll

amar

los

Page 108: Con nuestra voz recordamos

106

Am

aich

as. P

ero

esa

suer

te ll

egar

ía a

su

final

cua

ndo

el c

onse

jo d

e an

cian

os

se e

nter

ó qu

e A

ntue

l era

de

la tr

ibu

con

la q

ue e

stab

an e

n gu

erra

.

Al d

escu

brir

lo, o

rden

aron

la m

ás c

ruel

de

las

mue

rtes

, que

con

sist

ía e

n qu

emar

lo c

on g

rasa

de

vicu

ña y

pon

erlo

al s

ol fr

ente

a to

da la

trib

u. P

ero

eso

no o

curr

iría

. Dam

aris

cor

rió

dese

sper

adam

ente

a b

usca

r a

Ant

uel y

, al

enco

ntra

rlo,

le c

ontó

lo q

ue p

lane

aban

hac

er c

on é

l, po

r el

hec

ho d

e se

r el

hi

jo d

el c

aciq

ue d

e la

trib

u en

emig

a. A

l ter

min

ar d

e co

ntar

le to

do lo

que

le

espe

raba

dec

idie

ron

huir

junt

os a

don

de n

adie

les

impi

dier

a vi

vir

su a

mor

. A

sí lo

hic

iero

n.

Can

sado

s de

tant

o an

dar,

enco

ntra

ron

un s

itio

herm

oso,

ver

de y

con

ab

unda

nte

agua

, el l

ugar

indi

cado

com

o pa

ra fo

rmar

una

gra

n fa

mili

a.

Lo

llam

aron

Kilm

es, q

ue e

n su

leng

ua s

igni

fica

“ent

re c

erro

s”. E

se lu

gar

es h

oy p

ara

noso

tros

la C

iuda

d Sa

grad

a de

los

Qui

lmes

, con

ocid

a co

mo

Rui

nas.

En

ese

antig

uo ti

empo

, Ant

uel y

Dam

aris

rec

orri

eron

los

cerr

os,

cién

agas

, mon

tes

y la

s he

rmos

as b

anda

s de

l río

Yoc

avil,

hoy

con

ocid

o co

mo

el S

anta

Mar

ía, e

n es

e lu

gar

en d

onde

no

exis

tía la

cod

icia

, en

dond

e la

Pac

ham

ama

les

brin

daba

todo

lo q

ue p

reci

saba

n, d

onde

todo

era

paz

.

Muc

hos

años

viv

iero

n en

ese

par

aíso

. Tuv

iero

n ve

intid

ós h

ijos,

de lo

s cu

ales

nue

ve fu

eron

muj

eres

. Los

nie

tos

fuer

on d

esce

ndie

ntes

de

sang

re

pura

de

Dam

aris,

hija

del

gra

n ca

ciqu

e K

antu

r T

upac

, señ

or d

e la

gra

n la

nza

de o

ro, y

de

Ant

uel,

hijo

del

gra

n ca

ciqu

e R

aiqu

én, s

eñor

del

arc

o y

flech

as d

e pl

ata.

Así

pas

aron

sus

día

s vi

endo

cre

cer

a su

s ni

etos

, bis

niet

os y

ta

tara

niet

os. D

amar

is m

urió

a lo

s no

vent

a y

nuev

e añ

os, A

ntue

l fal

leci

ó de

pe

na a

l año

sig

uien

te, a

los

cien

to u

n añ

os. A

ntes

de

mor

ir n

ombr

ó co

mo

Page 109: Con nuestra voz recordamos

107

caci

que

a su

pri

mog

énito

Wai

pho,

a q

uien

le d

ejó

su b

astó

n de

oro

, en

cuyo

m

ango

est

aba

talla

da la

cab

eza

de u

n có

ndor

, que

sim

boliz

aba

el m

ando

.

Wai

pho

gobe

rnó

vein

te a

ños

en a

bsol

uta

arm

onía

, dej

ando

com

o su

ceso

r de

l tro

no a

su

hijo

may

or C

alim

ay. D

e pr

onto

, una

tard

e de

l año

165

7, s

e di

visó

a lo

lejo

s un

res

plan

dor

que

inqu

ietó

a to

dos;

a lo

s tr

es d

ías

llega

ron

ello

s, lo

s cr

istia

nos,

los

espa

ñole

s, lo

s qu

e no

s ar

reba

tarí

an n

uest

ra ti

erra

. L

as tr

ibus

vec

inas

fuer

on c

ayen

do u

nas

tras

otr

as: l

os T

olom

bone

s, lo

s C

olal

ao, l

os P

icha

o, lo

s T

alap

azo,

los

Aca

liane

s. L

os p

ocos

que

pud

iero

n hu

ir s

e re

fugi

aron

con

los

Kilm

es. C

ada

trib

u de

las

men

cion

adas

fuer

on

dobl

egad

as p

or lo

s cr

istia

nos.

A s

u pa

so d

estr

ucto

r, lo

s es

paño

les

se c

onfia

ban

dici

endo

: “vo

sotr

os,

indi

os b

árba

ros

e in

útile

s no

nos

gan

arán

con

sus

arq

uito

s de

pal

os y

no

pen

séis

en

huir,

la d

erro

ta s

erá

inm

edia

ta”.

Nun

ca im

agin

aron

que

se

enc

ontr

aría

n co

n tr

ibus

gue

rrer

as, b

ende

cida

s y

deno

min

adas

por

la

mis

mís

ima

Pach

amam

a, c

omo

los

Anj

uana

, los

de

gran

est

atur

a y

físic

o ad

mir

able

. Est

a er

a la

trib

u de

los

más

fuer

tes

y de

spia

dado

s gu

erre

ros

de

todo

el v

alle

. Cua

ndo

los

cris

tiano

s lle

garo

n a

este

luga

r se

enc

ontr

aron

co

n el

cur

aca

May

kén

y un

eno

rme

desp

laza

mie

nto

de s

u gr

an fa

mili

a de

gue

rrer

os, d

e lo

s cu

ales

sól

o tr

esci

ento

s ho

mbr

es fu

eron

a la

luch

a,

mie

ntra

s el

ene

mig

o lo

s su

pera

ba s

iete

vec

es. L

os a

ncia

nos,

muj

eres

y

niño

s se

dir

igie

ron

a re

fugi

arse

en

la g

ran

ciud

ad d

e lo

s K

ilmes

. La

luch

a du

ro c

uatr

o dí

as. L

os c

onqu

ista

dore

s, al

ver

tant

as b

ajas

, dud

aban

de

su v

icto

ria

ante

est

os fe

roce

s gu

erre

ros

a lo

s qu

e cr

eían

“co

mo

salid

os

del m

ism

o in

fiern

o”, p

or s

u br

avur

a y

dest

reza

en

la lu

cha.

Dec

ían

esto

Page 110: Con nuestra voz recordamos

108

porq

ue a

l dis

para

rles

con

sus

pal

os d

e hi

erro

y a

l ver

con

sus

pro

pios

ojo

s al

in

dio

abat

ido,

est

e re

tom

aba

fuer

zas,

se p

arab

a y

nuev

amen

te s

e ad

entr

aba

en c

omba

te p

onié

ndos

ele

enci

ma,

sin

atin

ar e

l esp

añol

a b

land

ir su

sabl

e.

En

la ú

ltim

a no

che

esto

s dur

os g

uerr

eros

, ya

agot

ados

des

pués

de

habe

r di

ezm

ado

signi

ficat

ivam

ente

a lo

s con

quist

ador

es y

est

os a

ello

s, ta

ntos

día

s co

ntem

plad

os e

n ta

n du

ra b

atal

la, e

stos

val

ient

es a

njua

neño

s cer

raro

n su

s oj

os e

ncom

endá

ndos

e ha

cia

su g

ran

mad

re, l

a Pa

cham

ama.

Un

guer

rero

de

la tr

ibu

Anj

uana

logr

ó es

capa

r po

r lo

s ce

rros

y ll

egó

hast

a lo

s K

ilmes

. Allí

pus

o en

prá

ctic

a to

do lo

que

apr

endi

ó en

su

mag

nífic

a tr

ibu

y pu

do e

nseñ

ar to

dos

sus

cono

cim

ient

os s

obre

el a

rte

de la

gue

rra.

Pa

saro

n añ

os d

e su

lleg

ada

a lo

s K

ilmes

cua

ndo

los

conq

uist

ador

es,

desp

ués

de r

eagr

upar

se y

rec

ibir

ref

uerz

os, e

mpr

endi

eron

la m

arch

a ha

cia

la c

iuda

d fu

ndad

a po

r A

ntue

l y D

amar

is, c

omen

zand

o as

í la

gran

re

sist

enci

a de

los

Kilm

es. C

alim

ay p

uso

toda

su h

abili

dad

en la

luch

a pa

ra o

rgan

izar

a lo

s mile

s que

que

daro

n co

n él

ent

re r

efug

iado

s, m

ujer

es

y gu

erre

ros,

todo

s disp

uest

os a

mor

ir p

or d

efen

der

lo q

ue le

s per

tene

cía

y to

mar

ven

ganz

a po

r lo

que

le h

icie

ron

a la

s ant

igua

s tri

bus.

Est

e en

fren

tam

ient

o du

ró m

ucho

s año

s, pa

sand

o al

man

do d

ifere

ntes

cac

ique

s y

hast

a el

pro

pio

falso

inca

, que

eng

añó

a lo

s Kilm

es y

des

cubi

erto

huy

ó de

in

dios

y c

rist

iano

s yén

dose

hac

ia e

l nor

te.

Baj

o el

man

do a

Mar

tin I

quín

, los

Kilm

es e

mpe

zaro

n a

debi

litar

se. D

ía

tras

día

mor

ían

de h

ambr

e y

de s

ed, a

l ver

se s

itiad

os a

lgun

os s

e su

icid

aban

ar

rojá

ndos

e al

vac

ío d

esde

las

peña

s m

ás a

ltas,

no p

odía

n so

sten

er la

s lu

chas

y m

ucho

s ca

yero

n en

las

bata

llas.

En

1666

cua

ndo

term

inó

toda

Page 111: Con nuestra voz recordamos

109

esta

mas

acre

, los

esp

añol

es to

mar

on a

los

caut

ivos

y s

e m

arch

aron

lle

vánd

olos

a ti

erra

s ex

trañ

as. E

ntre

ello

s se

llev

aron

a I

quín

, el g

ran

caci

que.

La

Pach

amam

a, a

l ver

su

tierr

a, q

ue u

na v

ez e

stuv

o cu

bier

ta

de r

isas

y c

anto

s, ho

y de

sola

da y

cub

iert

a de

cad

áver

es, e

ntri

stec

ió ta

nto

que

el s

ol n

o sa

lió p

or c

inco

día

s. E

n la

mañ

ana

del s

exto

día

los

anci

anos

y

niño

s ba

jaro

n de

la m

onta

ña c

on e

l alb

a, c

uida

ndo

de n

o de

jars

e ve

r po

r te

mor

a lo

s co

nqui

stad

ores

, per

o ya

no

habí

a na

da. C

uand

o el

sol

co

men

zó a

abr

azar

los

con

su m

anto

tibi

o vi

eron

con

aso

mbr

o un

as

extr

añas

pla

ntas

, tod

as c

ubie

rtas

de

espi

nas.

La

llam

aron

car

dón,

un

rega

lo d

e la

mad

re ti

erra

, que

, al v

er ta

nta

tris

teza

en

su v

alle

des

olad

o y

rega

do c

on la

san

gre

de s

us h

ijos

mue

rtos

en

bata

lla, c

reó

esta

s pl

anta

s es

pinu

das

para

que

nad

ie la

s pu

eda

toca

r. A

sí v

igila

n et

erna

men

te s

u va

lle. E

lla, l

a Pa

cham

ama,

ubi

cada

en

esto

s m

ajes

tuos

os c

erro

s, co

bija

a s

u qu

erid

a y

antig

ua c

omun

idad

sep

ulta

da b

ajo

su ti

erra

.

Por

siem

pre,

el c

ardó

n se

guir

á vi

gila

ndo

la ti

erra

que

un

día

nos

arre

bata

ron

pero

que

term

inar

emos

de

recu

pera

r, pu

es s

e ru

mor

ea q

ue

hoy

en d

ía lo

s de

scen

dien

tes

de e

stos

bra

vos

guer

rero

s aú

n se

enc

uent

ran

en A

njua

na e

sper

ando

el l

lam

ado

de la

mad

re ti

erra

.

Page 112: Con nuestra voz recordamos

110

Mel

anco

lía

La

nost

algi

a re

volo

tea

en c

ada

rinc

ón d

e m

ico

raza

y a

bor

boto

nes

me

inva

den

los

soni

dos

de tu

voz

cal

chaq

uí y

me

sien

topr

isio

nera

de

mis

rem

embr

anza

s.E

n se

ndas

osc

uras

tu r

ecue

rdo

me

ilum

ina

o ci

ega

a la

rea

lidad

.A

vec

es tu

son

risa

es

mi c

able

a ti

erra

en

días

atr

opel

lado

spo

r la

muc

hedu

mbr

e y

la r

igur

osid

ad.

A v

eces

el v

ient

o m

e tr

ae u

na c

aric

ia c

on tu

s m

anos

can

sina

s

por

labr

ar la

tier

ra.

A v

eces

la s

alid

a de

Int

i irr

umpe

en

mi a

lma

y

añor

o m

i sol

Am

pim

peño

.Y

la ll

uvia

me

trae

el r

umor

de

las

aceq

uias

que

me

espe

ran

impa

cien

tes

para

junt

ar e

l agu

a cr

ista

lina

de la

ver

tient

e ju

nto

a lo

s ál

amos

.A

vec

es la

s pa

labr

as a

shic

a, c

huy,

tuy

son

un te

soro

en u

na p

rovi

ncia

leja

na.

Y s

iem

pre

mi c

oraz

ón g

alop

a en

bus

ca d

e m

is r

aíce

s qu

e cu

al

aren

a en

tre

los

dedo

s se

esf

uma

velo

zmen

te.

Josefina NavarroInstituto Provincial de Educación Superior “Paulo Freire” Comuna Amaicha del Valle Ampimpa (Tucumán) Rio Grande Provincia de Tierra del Fuego

Page 113: Con nuestra voz recordamos

111

Sinf

onía

que

acun

as n

uest

ras

vida

s,ri

sueñ

a m

elod

ía q

ueam

ortig

uas

los

dolo

res

del a

lma.

Ere

s el

liger

oca

nto

que

infu

nde

amor

y e

sper

anza

y c

ual

rúst

ico

imán

nos

man

tiene

s un

idos

en lo

s m

omen

tos

que

nues

tras

vid

as tr

asta

billa

n.

Page 114: Con nuestra voz recordamos

112

El q

uim

il, te

stig

o de

un

amor

Hac

e m

ucho

s añ

os v

ivió

una

indi

a di

agui

ta ll

amad

a M

iski

, la

jove

n m

ás

herm

osa

de la

trib

u cu

yo a

sent

amie

nto

esta

ba e

n el

fért

il va

lle, j

unto

a

taja

mar

. Ella

tení

a el

pel

o ne

gro

com

o la

noc

he s

in lu

na y

larg

o ha

sta

la

cint

ura,

ojo

s gr

ande

s m

arro

nes

de u

n br

illo

que

resp

land

ecía

com

o ra

yito

de

sol

, su

sonr

isa

era

com

o un

sua

ve c

apul

lo d

e flo

r.

La

amab

ilida

d y

bond

ad d

e la

her

mos

a in

dia

caut

ivab

a a

muc

hos

de lo

s ho

mbr

es d

e la

trib

u, e

n es

peci

al la

del

gua

po h

ijo d

el c

aciq

ue C

aliu

a,

que

al ig

ual q

ue e

lla te

nía

buen

os s

entim

ient

os y

res

pira

ban

la m

ism

a fr

agan

cia

de a

mor

.

Con

el t

iem

po ll

egó

la h

ora

de s

u co

mpr

omis

o, p

ero

se v

io e

ntor

peci

do

al ll

egar

al l

ugar

los

conq

uist

ador

es, q

ue c

on e

l afá

n de

hac

er s

u vo

lunt

ad

usar

on la

s ar

mas

par

a so

met

er o

mat

ar. M

ucha

s pe

rson

as d

e la

trib

u su

frie

ron

la c

ruel

dad.

Des

pués

de

tant

a sa

ngre

der

ram

ada,

los

indi

os q

ue

qued

aban

tení

an s

ed d

e ve

ngan

za. C

on r

abia

en

su m

irad

a po

r la

pér

dida

de

las

pers

onas

am

adas

, com

enza

ron

a pl

anea

r la

est

rate

gia

que

a lo

s cu

lpla

bles

les

harí

a pa

gar,

por

la m

uert

e de

l Cac

ique

y ta

ntas

más

.

Al s

alir

del

terr

itori

o en

bus

ca d

e lo

s bl

anco

s, fu

eron

em

bosc

ados

, dan

do

su v

ida

en la

luch

a, d

efen

dién

dose

con

su

flech

a y

tang

ol. A

llí ju

nto

al a

ngo

enro

jeci

da, d

espl

omad

o ca

yó s

u pu

ro y

gra

n am

or, q

ue fu

e ap

agan

do s

u vi

da c

omo

luci

érna

ga e

ntre

sus

bra

zos.

Glos

ario

Quim

il: c

actu

sM

iski

: dul

ceCa

liua:

ape

llido

indí

gena

Tang

ol: a

rco

Ango

: agu

aCo

lcol

: búh

oCh

oya:

ave

de

rapi

ñaEn

sim

ajos

: cab

ezas

mal

asCh

icas

, mis

tole

s, p

iqui

llín,

ta

ku y

paaj

: veg

etal

es

de la

zona

Puqu

i: ca

ctác

eoPe

nepu

qui:

espi

na d

e ca

ctác

eoSu

pca:

luga

r sag

rado

Gast

a: p

uebl

o

Leila Oriana Ruarte CalivarEscuela Agrotécnica Ejército Argentino Comunidad Indígena Cacique Pedro Caligua Valle Fértil Provincia de San Juan

Page 115: Con nuestra voz recordamos

113

En

un m

omen

to s

in d

arse

cue

nta

dos

hom

bres

la v

iero

n co

mo

un c

olco

l co

n lo

s oj

os g

rand

es. H

ambr

ient

os c

omo

choy

a, la

per

sigu

iero

n; M

iski

, de

sesp

erad

a co

n la

san

gre

de s

u am

ado

en la

s m

anos

, cor

ría

haci

a la

qu

ebra

da e

ntre

chi

cas,

mis

tole

s y

piqu

illín

, tak

u y

paaj

. La

jove

n lle

a un

luga

r, el

bos

quec

ito d

e lo

s pu

qui,

dond

e le

pid

ió a

los

dios

es q

ue la

pr

oteg

iera

n de

los

ensi

maj

os. P

or g

raci

a de

la p

acha

mam

a co

men

zó a

ga

ruar

cre

cién

dole

s a

esas

pla

ntas

innu

mer

able

s pe

nepu

qui,

que

serí

an

la p

rote

cció

n de

la b

ella

indi

a cu

yo c

oraz

ón s

e en

tris

teci

ó, a

sí lo

s as

esin

os

no p

odrí

an e

ntra

r po

rque

se

pinc

harí

an. D

esde

aqu

el d

ía e

se lu

gar

se

conv

irtió

en

un s

upca

que

cob

ija a

la jo

ven

enam

orad

a.

Pasa

ron

los

años

. Ella

sie

mpr

e lu

chó

para

que

nin

gún

extr

año

irru

mpi

era

en e

l gas

ta d

onde

hab

itan,

ni l

es h

aga

daño

en

hono

r a

sus

ance

stro

s y

a es

e am

or.

Cad

a es

pina

rep

rese

nta

el s

ufri

mie

nto

de lo

s in

díge

nas

por

man

tene

r vi

va

su lu

cha;

por

las c

elda

s del

cac

tus c

orre

el a

gua

com

o po

r nu

estr

as v

enas

cor

re

la sa

ngre

fuer

te d

e la

etn

ia d

iagu

ita; l

a pr

ecio

sa fl

or b

lanc

a qu

e pr

esag

ia la

llu

via

es la

esp

eran

za d

e un

mun

do m

ás ju

sto

para

todo

s los

her

man

os.

Page 116: Con nuestra voz recordamos

114

Perd

urar

ás p

or s

iem

pre

En

un ti

empo

muy

leja

no e

xist

ió u

n ho

mbr

e lla

mad

o C

untu

rck,

* el

gue

rrer

o m

ás g

rand

e qu

e ja

más

hay

a ex

istid

o en

tre

nues

tros

dia

guita

s or

igin

ario

s. Pe

rten

ecía

a la

trib

u T

alac

ota,

** u

n pu

eblo

hum

ilde

que

no

tom

aba

part

e en

las

guer

ras

que

esta

ban

lleva

ndo

a ca

bo o

tros

pue

blos

con

ho

mbr

es d

e pi

el b

lanc

a qu

e ha

bían

ven

ido

desd

e le

jos

y qu

e aú

n no

hab

ían

llega

do a

los

espl

endo

roso

s va

lles

del r

ío Y

ocav

il.**

* A C

untu

rck

lo s

oste

nía

un s

olo

pens

amie

nto:

esp

erab

a qu

e su

nom

bre

perd

urar

a co

n el

pas

ar e

l tie

mpo

, que

que

dara

en

la h

isto

ria,

que

su

lega

do p

erm

anec

iera

inta

cto

en

la m

emor

ia d

e su

pue

blo.

Tod

o ha

bía

sido

paz

en

esto

s va

lles,

hast

a qu

e ap

arec

iero

n el

los…

mal

dito

el

día

en

el q

ue d

ecid

iero

n po

ner

un p

ie e

n es

ta r

egió

n, e

n es

e tie

mpo

lleg

ó la

ani

quila

ción

a e

stas

tier

ras,

la p

eor

de la

s ba

rbar

ies:

el e

spañ

ol. É

l, co

n su

s fie

ras

de c

uatr

o pa

tas

arra

sand

o co

n to

do.

En

el a

ire

de lo

s va

lles

se s

entía

ese

olo

r a

mie

do, a

ince

rtid

umbr

e so

bre

lo q

ue n

os d

epar

aría

el d

estin

o. E

l esp

añol

era

bue

no y

tena

z en

la lu

cha

cuer

po a

cue

rpo,

nue

stro

s gu

erre

ros

no te

nían

nad

a qu

e en

vidi

ar. E

l pr

oble

ma

era

llega

r a

la lu

cha

en s

í, ya

que

ello

s po

rtab

an u

nos

palo

s de

mad

eras

con

junt

as a

una

cla

se d

e hi

erro

s br

illan

tes,

que

en u

n ab

rir

y ce

rrar

de

ojos

dab

an u

n es

talli

do y

seg

undo

des

pués

caí

a un

her

man

o de

svan

ecid

o si

n sa

ber

qué

fue

lo q

ue s

uced

ía. P

ensá

bam

os q

ue s

e tr

atab

a de

alg

ún ti

po d

e ch

aman

ería

del

esp

añol

.

Gonzalo Alexis TenaEscuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán

Page 117: Con nuestra voz recordamos

115

Así

dio

com

ienz

o la

exp

ansió

n de

l esp

añol

en

esto

s val

les,

se d

espl

azar

on

desd

e el

nor

te h

acia

el s

ur p

or la

s tri

bus v

ecin

as. L

os h

erm

anos

que

se

podí

an e

scap

ar d

e es

ta m

asac

re se

ref

ugia

ron

en la

Ciu

dad

Sagr

ada

de lo

s K

ilmes

. Así

esa

trib

u se

fue

fort

alec

iend

o pa

ra la

res

isten

cia

y se

vol

vió

una

base

impe

netr

able

par

a lo

s esp

añol

es d

uran

te 1

30 a

ños.

La

trib

u T

alac

ota,

situ

ada

apen

as u

n tr

amo

al n

orte

de

los

Kilm

es, a

ún

no h

abía

sid

o ex

term

inad

a po

r lo

s ex

tran

jero

s. N

o er

a fá

cil d

ivis

arla

ya

que

a si

mpl

e vi

sta

no e

ra p

osib

le s

aber

que

en

ese

luga

r aú

n qu

edab

a un

a ci

udad

ela

ocul

ta tr

as la

s pe

ñas

y lo

s ce

rros

.

Cun

turc

k er

a co

nsci

ente

de

la g

uerr

a qu

e se

est

aba

lleva

ndo

a ca

bo e

n la

Ciu

dad

Sagr

ada.

Tra

s pe

nsar

, dec

idió

par

tir h

acia

lo p

rofu

ndo

de lo

s ce

rros

en

busc

a de

la s

abid

uría

de

su m

adre

Pac

ha p

ara

pedi

rle

su m

ás

sabi

o co

nsej

o. D

e es

a m

aner

a se

fue

alej

ando

de

su tr

ibu,

cam

inó

y ca

min

ó po

r un

os s

ende

ros

estr

echa

men

te a

ngos

tos.

Tra

s m

ucho

and

ar s

e to

pó d

e fr

ente

con

una

cue

va, d

ecid

ió a

dent

rars

e en

ella

y a

vanz

ó al

tant

eo y

a qu

e no

pod

ía v

er n

ada.

De

pron

to, u

n re

spla

ndor

rad

iant

e lo

ceg

ó y

así l

e ha

bló:

“hi

jo m

ío, s

é

N

ombr

e fic

ticio

.

Nom

bre

fictic

io.

Nom

bre

orig

inal

del

río

San

ta M

aría

, que

se

extie

nde

a lo

larg

o de

l Val

le C

alch

aquí

.

* ** ***

Page 118: Con nuestra voz recordamos

116

muy

bie

n lo

que

est

ás b

usca

ndo,

aun

así

esc

ucha

ré la

raz

ón p

or la

que

has

ve

nido

a m

i enc

uent

ro”.

Con

las

man

os s

obre

la ti

erra

Cun

turc

k co

ntes

tó: “

mad

re, e

res

cono

cedo

ra

de lo

que

le e

stán

hac

iend

o a

tus

hijo

s, a

tus

tierr

as, s

abes

de

la g

uerr

a qu

e se

est

á lle

vand

o a

cabo

, nec

esito

sab

er q

ué e

s lo

que

deb

o ha

cer,

¿me

uno

en g

uerr

a co

n m

is o

tros

her

man

os o

per

man

ezco

al l

ado

de m

i tri

bu?”

.

Una

pot

ente

voz

le d

ijo: “

hijo

, no

te m

artir

ices

por

lo q

ue a

tus

herm

anos

le

s su

cede

. Una

vid

a m

ejor

les

espe

ra, h

ay q

ue d

ejar

que

el d

estin

o flu

ya,

la p

érdi

da e

s el

mej

or p

aso

para

enc

ontr

ar a

lgo

mej

or. L

a co

dici

a de

los

blan

cos

los

lleva

rá a

su

perd

ició

n. H

oy p

odrá

n di

sfru

tar

de s

u tr

iunf

o, p

ero,

hi

jo m

ío, c

alm

a, s

us e

sfue

rzos

de

acab

ar c

on lo

s ho

mbr

es d

e es

tos

pueb

los

será

n en

van

o, p

orqu

e pa

ra e

so ti

enen

que

em

peza

r po

r m

í, po

r la

s ra

íces

. A

grad

ece

que

son

igno

rant

es, n

o tie

nen

cono

cim

ient

o de

mi e

xist

enci

a y

eso

para

nos

otro

s es

una

luz

de e

sper

anza

”.

Sabi

endo

de

la o

bses

ión

de C

untu

rck

sobr

e su

des

eo d

e se

r re

cord

ado,

la

mad

re ti

erra

con

tinuó

su

rela

to: “

si d

ecid

es e

scon

dert

e co

n tu

trib

u,

no s

erás

tom

ado

com

o un

cob

arde

, ser

á un

a de

cisi

ón in

telig

ente

par

a pr

eser

var

a tu

gen

te y

ust

edes

ser

án e

l pue

blo

del m

añan

a; s

i te

qued

as,

ante

tant

o su

frim

ient

o en

cont

rará

s pa

z, c

onse

guir

ás u

na m

ujer

a q

uien

am

ar y

con

ella

form

arás

una

fam

ilia

de m

ucho

s hi

jos

que

te a

mar

án.

Al m

orir

te, e

llos

te r

ecor

dará

n po

r lo

que

fuis

te. L

os h

ijos

de tu

s hi

jos

sólo

rec

orda

rán

tu n

ombr

e, p

ero

cuan

do lo

s hi

jos

de tu

s hi

jos

mue

ran,

tu

nom

bre

se p

erde

rá. S

i mar

chas

a la

gue

rra

con

tus

herm

anos

, la

eter

nida

d se

rá tu

ya, t

u no

mbr

e y

tus

acto

s vi

virá

n po

r si

empr

e, lo

s de

scen

dien

tes

Page 119: Con nuestra voz recordamos

117

com

enta

rán

tus

hist

oria

s, lo

s sa

bios

esc

ribi

rán

sobr

e tu

vid

a, d

uran

te

años

se

habl

ará

de ti

y tu

s vi

ctor

ias

te in

mor

taliz

arán

por

muc

hos

sigl

os;

el m

undo

sab

rá q

uién

has

sid

o, r

ecor

dará

n tu

nom

bre,

com

o oc

urri

con

Cal

chaq

uí. P

ero,

muc

hach

o, tu

triu

nfo

tam

bién

suf

rirá

una

der

rota

, po

rque

si d

ecid

es m

arch

ar, y

a nu

nca

volv

erás

a T

alac

ota,

pue

s tu

glo

ria

esta

rá li

gada

a tu

mue

rte.

La

deci

sión

est

á en

tu c

oraz

ón”.

El r

espl

ando

r se

dis

ipó

y C

untu

rck

se e

ncon

tró

fuer

a de

la c

ueva

, ent

once

s se

enc

amin

ó ha

cia

su tr

ibu.

Al s

igui

ente

día

, el j

oven

par

tió h

acia

la g

uerr

a ac

ompa

ñado

de

trei

nta

de lo

s m

ás v

alie

ntes

gue

rrer

os. M

ient

ras

cam

inab

an p

or lo

s es

carp

ados

se

nder

os, v

alle

aba

jo lo

grar

on d

ivis

ar u

na c

arav

ana

de e

spañ

oles

que

se

prep

arab

a pa

ra a

taca

r la

Ciu

dad

Sagr

ada

de lo

s K

ilmes

. Fue

ent

once

s cu

ando

Cun

turc

k hi

zo e

go y

dem

ostr

ó po

r qu

é se

gan

ó la

fam

a de

l mej

or

guer

rero

de

todo

s lo

s tie

mpo

s, ba

jo la

mir

ada

de lo

s de

sola

dos

herm

anos

qu

e de

sde

el A

lto d

el R

ey o

bser

vaba

n a

los

tala

cota

s de

sple

gar

toda

la

habi

lidad

en

luch

a, lo

s K

ilmes

se

sint

iero

n a

salv

o, p

uest

o qu

e el

mej

or

guer

rero

est

aba

al la

do d

e el

los.

Cua

ndo

acab

aron

con

ese

gru

po d

e es

paño

les

se e

scuc

haba

: “¡¡C

untu

rck,

Cun

turc

k, C

untu

rck!

!”. E

ran

los

herm

anos

que

des

de lo

alto

gri

taba

n co

n al

egrí

a su

nom

bre.

Los

Kilm

es y

el g

ran

caci

que

Iquí

n, a

com

paña

do d

e C

alch

aquí

, que

ya

se

habí

a un

ido

a el

los,

lo r

ecib

iero

n co

n lo

s br

azos

abi

erto

s ya

que

Cun

turc

k tr

aía

cons

igo

una

luz

de e

sper

anza

par

a m

ujer

es y

niñ

os, l

e da

ba m

ás

cora

je a

sus

her

man

os p

ara

ir a

la g

uerr

a. U

nido

s fu

eron

pas

ando

los

días

, la

s se

man

as, l

os m

eses

y lo

s añ

os.

Page 120: Con nuestra voz recordamos

118

La

fam

a de

est

e gr

an g

uerr

ero

com

enzó

a d

espa

rram

arse

por

toda

la

reg

ión.

Ado

nde

quie

ra q

ue fu

ese

era

nom

brad

o y

resp

etad

o. S

e m

urm

urab

a qu

e er

a de

scen

dien

te d

el g

ran

Pach

amac

, alg

unos

dec

ían

que

no e

ra m

orta

l. E

l ind

ómito

gue

rrer

o no

dec

ayó

en n

ingu

na b

atal

la,

la g

ente

que

vio

est

o co

ntab

a co

n ad

mir

ació

n su

s os

adía

s, ja

más

hab

ían

sido

test

igos

de

tam

añas

haz

añas

, era

un

priv

ilegi

o, u

n ho

nor

pode

r ir

a la

lu

cha

junt

o a

él.

Cun

turc

k ag

rega

ba a

su

lista

inco

ntab

les

vict

oria

s co

ntra

los

espa

ñole

s ha

sta

que

una

tard

e, q

ue n

o se

ría

una

tard

e cu

alqu

iera

, Cun

turc

k y

sus

valie

ntes

inva

dier

on e

l fue

rte

de lo

s es

paño

les

para

deb

ilita

r su

s de

fens

as

pero

no

espe

raba

n en

cont

rars

e co

n un

a so

rpre

sa: u

na h

erm

ana

esta

ba

caut

iva

de lo

s es

paño

les.

Su n

ombr

e er

a D

ilma,

de

la tr

ibu

Pich

ao, h

ija d

el

caci

que

Wal

imai

. Por

su

belle

za e

ra m

uy c

onoc

ida

en la

zon

a.

Tod

os p

ensa

ban

que

habí

a su

frid

o la

mal

a su

erte

de

su tr

ibu,

que

hab

ía

sido

ext

erm

inad

a. N

o se

sab

e po

r qu

é m

otiv

o el

la s

obre

vivi

ó, s

e di

ce q

ue

el je

fe d

e lo

s es

paño

les

plan

eaba

tene

rla

com

o es

clav

a y

abus

ar d

e su

pr

ivile

gio.

Al v

erla

, Cun

turc

k su

po d

e qu

ién

se tr

atab

a. H

abía

esc

ucha

do

rum

ores

sob

re s

u be

lleza

, las

leng

uas

no s

e ha

bían

equ

ivoc

ado.

La

perf

ecci

ón d

e la

nat

ural

eza

se m

anife

stab

a ab

solu

tam

ente

en

ella

, era

pr

ecio

sa. E

ntre

sol

lozo

s de

ale

gría

, la

jove

n fu

e lib

erad

a y

tras

lada

da h

acia

la

Ciu

dad

Sagr

ada.

Page 121: Con nuestra voz recordamos

119

Cun

turc

k qu

edó

pren

dado

del

cor

azón

de

Dilm

a de

sde

el p

rim

er

mom

ento

. A p

esar

de

la a

dver

sida

d de

las

circ

unst

anci

as q

ue v

ivía

el

pueb

lo, l

os jó

vene

s se

ena

mor

aron

per

dida

men

te. U

na ta

rde,

sin

med

iar

pala

bras

, la

llevó

con

el b

razo

enc

aden

ado

a su

cin

tura

.**** T

endi

dos

al p

ie

de lo

s ce

rros

, ace

ptan

do c

omo

únic

o te

stig

o a

su P

acha

mam

a, a

saltó

la

intim

idad

y la

tern

ura

para

am

ar s

in m

ás r

azon

es q

ue e

l am

or, s

e be

saro

n si

n de

cirs

e un

a pa

labr

a, fu

eron

cóm

plic

es c

alla

dos

del a

mor

y s

us m

anos

te

mbl

oros

as s

e qu

emar

on s

educ

idas

por

el f

uego

de

su p

iel.**

***

Cie

go d

e am

or, C

untu

rck

deci

dió

darl

e la

esp

alda

a s

us h

erm

anos

y a

la

guer

ra, a

rreg

ló p

artir

con

Dilm

a y

sus

trei

nta

fiele

s gu

erre

ros

de r

egre

so

a T

alac

ota.

Su

com

anda

nte

y am

igo

Tal

apaz

o no

est

aba

tota

lmen

te d

e ac

uerd

o co

n la

dec

isió

n, é

l que

ría

segu

ir a

niqu

iland

o es

paño

les

pero

sen

tía

felic

idad

por

su

líder

y e

stab

a di

spue

sto

a se

guir

lo. M

as la

sue

rte

quis

o qu

e po

r la

mañ

ana,

cua

ndo

Cun

turc

k da

ba s

us ú

ltim

as v

uelta

s en

las

mon

taña

s de

alr

eded

or c

on s

u am

ada,

los

espa

ñole

s, se

dien

tos

de s

angr

e po

r el

at

revi

mie

nto

de lo

s “s

alva

jes”

que

ata

caro

n el

fuer

te, a

rrem

etie

ran

dand

o ot

ro g

olpe

a la

Ciu

dad

Sagr

ada.

Tal

apaz

o, d

esafi

ando

las

órde

nes

de

Cun

turc

k, d

ecid

ió r

espo

nder

al a

taqu

e y

con

sus

valie

ntes

die

ron

com

ienz

o a

la b

atal

la c

uerp

o a

cuer

po. M

ató

a va

rios

esp

añol

es h

asta

topa

rse

de

Par

afra

sean

do “

Am

or s

alva

je”

del C

haqu

eño

Pal

avec

ino.

Par

afra

sean

do “

Am

or s

alva

je”

del C

haqu

eño

Pal

avec

ino.

****

***

Page 122: Con nuestra voz recordamos

120

fren

te c

on u

no d

e lo

s je

fes.

Su a

rmad

ura

brill

aba,

dej

ándo

lo e

ncan

dila

do.

Nin

guno

de

los

dos

afloj

aba

en la

luch

a, h

asta

que

la e

spad

a ro

zó e

l cu

ello

del

indi

o va

lero

so y

est

o fu

e su

ficie

nte

para

cor

tarl

e el

trag

ader

o,

cayó

ren

dido

sin

res

pira

r. A

l ver

lo e

n el

sue

lo, y

a m

uert

o, s

us h

erm

anos

qu

edar

on ll

enos

de

terr

or y

huy

eron

; se

esco

ndie

ron

detr

ás d

e lo

s pu

cará

s m

ient

ras

que

los

dem

ás, d

esde

lo a

lto, r

eple

gaba

n a

los

espa

ñole

s la

nzán

dole

s fle

chas

y o

blig

ándo

los

a hu

ir. C

untu

rck

no h

abía

tom

ado

part

e en

la b

atal

la. C

uand

o se

ent

eró

de lo

suc

edid

o, la

bro

nca

y la

sed

de

veng

anza

env

olvi

eron

su

espí

ritu

.

A la

mañ

ana

sigu

ient

e, c

on u

n gr

an d

espl

azam

ient

o de

sol

dado

s, lo

s es

paño

les

inva

dier

on n

ueva

men

te la

Ciu

dad

Sagr

ada,

los

puca

rás

fuer

on

atac

ados

de

sorp

resa

. Cun

turc

k hi

zo lo

que

más

pud

o. C

uand

o vi

o qu

e la

luch

a er

a en

van

o co

rrió

en

busc

a de

Dilm

a, p

ero

ya e

l cap

itán

de lo

s es

paño

les

se le

hab

ía a

dela

ntad

o.

Suje

tand

o a

Dilm

a de

los

cabe

llos

le d

ijo: “

por

vues

tro

rom

ance

con

ese

in

fiel q

ue c

reéi

s el

mej

or g

uerr

ero,

mi v

icto

ria

corr

ió e

l rie

sgo

de n

o se

r co

mpl

eta,

aho

ra tu

ser

est

á co

ntam

inad

o de

su

olor

, ya

de n

ada

me

sirv

es”,

y

dese

nvai

nand

o su

ace

ro d

ijo: “

roga

dle

a vu

estr

os d

iose

s pa

ra q

ue tu

m

uert

e se

a la

últi

ma

y to

do tu

pue

blo

se r

inda

baj

o nu

estr

o yu

go”.

Agi

tado

lleg

ó C

untu

rck

y lo

gró

arre

met

er c

ontr

a el

cri

stia

no li

bera

ndo

a su

pre

nda

quer

ida.

Se

abra

zaro

n co

n de

sesp

erac

ión,

per

o sú

bita

men

te

Page 123: Con nuestra voz recordamos

121

algo

los

sepa

ró. C

untu

rck

sint

ió c

orre

r po

r su

pie

l un

frío

pen

etra

nte.

Un

disp

aro

lo h

abía

atr

aves

ado,

cay

ó en

los

braz

os d

e su

am

ada

y ag

oniz

ante

le

dijo

: “fu

iste

mi p

az e

n tie

mpo

s de

luch

a”.

En

eso

el g

ring

o se

leva

ntó

con

la in

tenc

ión

de m

atar

a D

ilma.

Con

su

últim

o al

ient

o, e

l gue

rrer

o se

aba

lanz

ó co

ntra

el e

spañ

ol y

junt

os e

mpe

zaro

n a

desp

eñar

se d

esde

las

altu

ras.

No

pudo

hac

er n

ada

la in

diec

ita, s

u am

ado

vola

ba p

or lo

s ai

res

llevá

ndos

e to

do s

u am

or y

su

valo

r.

Cua

ndo

la c

alm

a re

gres

ó y

los

espa

ñole

s em

pren

dier

on la

ret

irad

a, to

dos

los

herm

anos

baj

aron

a r

ecup

erar

el c

uerp

o de

l gue

rrer

o pe

ro n

ada

enco

ntra

ron,

sól

o el

cap

itán

yací

a en

med

io d

el p

edre

gal.

En

las

cum

bres

se

pud

o di

visa

r la

maj

estu

osa

pres

enci

a de

un

ave

nunc

a vi

sta

que

pare

cía

vigi

lar

la F

orta

leza

de

los

Kilm

es. M

ucho

s di

jero

n qu

e es

e en

orm

e pá

jaro

er

a C

untu

rck,

que

la m

adre

Pac

ha h

abía

que

rido

pre

serv

arlo

par

a si

empr

e co

nvir

tiénd

olo

en u

n av

e de

alto

vue

lo, fi

el a

una

sol

a am

ada,

vig

ilant

e in

cans

able

de

los

cerr

os, e

norm

e co

mo

el g

uerr

ero,

per

dura

ndo

para

si

empr

e, ta

l com

o él

lo h

abía

soñ

ado;

en

su h

onor

los

herm

anos

Kilm

es

lo ll

amar

on: C

ÓN

DO

R.

Page 124: Con nuestra voz recordamos
Page 125: Con nuestra voz recordamos

Madre Pachamama. Grafito. 50 cm x 70 cm. Emilio Moreno.

Page 126: Con nuestra voz recordamos

124

Don

Cas

imir

o

Cue

nta

la le

yend

a qu

e en

los

inm

enso

s ca

mpo

s de

los

Qui

lmes

viv

ía

don

Cas

imir

o, u

n ho

mbr

e m

uy s

olita

rio

que

habi

taba

sol

o en

su

ranc

ho c

onst

ruid

o co

n pi

edra

y c

ardo

nes

seco

s. E

ra u

n ho

mbr

e m

uy

trab

ajad

or q

ue c

ultiv

aba

sus

tierr

as, c

uida

ba s

us a

nim

ales

, per

o te

nía

un a

fán

muy

gra

nde:

col

ecci

onar

las

piel

es d

e lo

s zo

rros

.

Tod

as la

s ta

rdes

sal

ía p

or e

l cam

po a

pon

er tr

ampa

s de

dis

tinta

s m

aner

as p

ara

pode

r co

nseg

uir

que

caig

an lo

s zo

rros

y a

sí s

e ap

oder

aba

de s

us p

iele

s.

Dic

en q

ue e

n su

ran

cho

tení

a pi

eles

por

todo

s la

dos,

piel

es g

rand

es y

ch

icas

con

el b

rilla

nte

pelo

del

zor

ro. S

iem

pre

esta

ba a

l pen

dien

te d

e la

s pi

eles

, las

pon

ía a

l sol

has

ta q

ue q

ueda

ban

com

plet

amen

te s

ecas

. D

espu

és la

s ut

iliza

ba c

omo

ador

nos

y al

guna

s ve

ces

conf

ecci

onab

a ro

pas

para

cub

rir

su c

uerp

o.

Una

fría

tard

e de

invi

erno

sal

ió d

e su

ran

cho

en b

usca

de

nuev

os

anim

ales

par

a ca

zar.

De

tant

o ca

min

ar, e

mpe

zó a

sen

tirse

muy

ca

nsad

o, s

e le

hiz

o la

noc

he e

n el

mon

te o

scur

o y

sin

luna

. Asu

stad

o,

se d

io a

cam

inar

sin

rum

bo, a

torm

enta

do p

or la

s ra

mas

esp

inud

as

que

le r

obar

on s

u cu

chill

o en

vain

ado,

se

sint

ió im

pote

nte

en m

edio

de

la m

ás n

egra

osc

urid

ad.

Samuel Alejandro Puntano Escuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán

Page 127: Con nuestra voz recordamos

125

De

repe

nte

escu

chó

un s

ilbid

o qu

e lo

dej

ó at

urdi

do. C

on e

l cor

rer

de

los

min

utos

se

dio

cuen

ta d

e qu

e er

a el

vie

nto,

per

o su

mie

do le

hac

ía

pens

ar q

ue a

lgo

mal

o ib

a a

ocur

rir;

par

aliz

ado,

inte

ntab

a ve

r a

su

alre

dedo

r pe

ro s

us o

jos

no s

alía

n de

las

som

bras

.

De

pron

to, u

n ru

gido

lo fu

e ro

dean

do. R

ecié

n ad

virt

ió q

ue y

a no

co

ntab

a co

n su

cuc

hillo

. En

torn

o su

yo e

mpe

zaro

n a

aulla

r zo

rros

ha

mbr

ient

os y,

arr

imán

dose

le u

n ce

nten

ar d

e el

los,

atac

aron

con

furi

a a

don

Cas

imir

o.

Muc

hos

cree

n qu

e do

n C

asim

iro

vive

en

la p

iel d

e lo

s zo

rros

com

o ca

stig

o po

r el

dañ

o qu

e él

hiz

o a

tant

os z

orro

s de

est

e va

lle.

Page 128: Con nuestra voz recordamos

126

Kill

a y

Phuy

u

Una

noc

he, m

ient

ras

Kill

a (a

sí ll

amab

an a

la lu

na n

uest

ros

padr

es

orig

inar

ios)

reco

rría

e il

umin

aba

con

su b

rillo

la fa

z de

la ti

erra

, se

preg

unta

ba q

ué h

abrí

a al

lá a

bajo

y c

omo

su in

trig

a er

a gr

ande

dec

idió

pa

rtir

a c

onoc

er e

l mun

do. P

ara

eso

invi

tó a

su

amig

a Ph

uyu,

una

nub

e.

La

luna

, muy

ent

usia

smad

a le

dijo

: –¡

Baj

emos

a la

tier

ra!

Phuy

u le

con

test

ó:

–¿N

o te

par

ece

que

todo

s se

dar

án c

uent

a de

tu a

usen

cia?

Pero

Kill

a ya

hab

ía p

ensa

do e

n es

o, e

nton

ces

agre

gó:

–Lla

ma

a to

das

tus

herm

anas

par

a qu

e cu

bran

mi l

ugar

y a

sí n

adie

so

spec

hará

.

Phuy

u ac

cedi

ó al

ped

ido

de s

u am

iga.

A m

edid

a qu

e se

ace

rcab

an a

la ti

erra

, se

dier

on c

uent

a de

que

deb

ían

cam

biar

la fi

gura

par

a pa

sar

desa

perc

ibid

as, a

sí q

ue r

ecur

rier

on a

las

arte

s m

ágic

as y

se

conv

irtie

ron

en d

os h

erm

osas

jóve

nes

de la

rgos

cab

ello

s se

doso

s de

l col

or d

e la

tier

ra.

Cua

ndo

llega

ron

se p

osar

on e

n el

pas

to d

e un

gra

ndio

so ja

rdín

púb

lico.

L

a ge

nte

pase

aba

y se

div

ertía

en

plen

o co

ntac

to c

on la

nat

ural

eza;

a

las

reci

én ll

egad

as e

se p

aisa

je la

s de

jó d

eslu

mbr

adas

. Ani

mad

as p

or e

l bu

llici

o de

los

niño

s qu

e co

rría

n, K

illa

y Ph

uyu

juga

ron

a la

s es

cond

idas

en

med

io d

e la

s or

quíd

eas.

Se s

intie

ron

felic

es c

omo

nunc

a. M

ient

ras

ella

s

Vilma Anahí González y Aldana Gisela Rodriguez Escuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán

Page 129: Con nuestra voz recordamos

127

se e

ntre

tení

an, a

lgui

en la

s ob

serv

aba

desd

e un

os á

rbol

es q

ue e

stab

an a

un

lado

de

la fu

ente

de

agua

. Adv

irtie

ron

esa

pres

enci

a m

iste

rios

a, c

reye

ron

que

esta

ban

en p

elig

ro d

e se

r de

scub

iert

as, a

sí q

ue d

ecid

iero

n pa

rtir.

Ya

habí

a am

anec

ido.

Kill

a m

iró

haci

a at

rás

y de

scub

rió

que

no il

umin

aba,

ha

bía

perd

ido

su b

rillo

. Se

qued

ó pa

raliz

ada.

Phu

yu e

mpu

jó a

su

amig

a pa

ra s

egui

r el

asc

enso

a lo

s ci

elos

.

Kill

a se

ubi

có e

n su

siti

o y

su a

mig

a re

volo

teab

a po

r to

dos

lado

s lle

na d

e pr

eocu

paci

ón p

ues

por

prim

era

vez

veía

a K

illa

muy

pál

ida,

sin

nad

a de

br

illo.

Sob

resa

ltada

, Kill

a le

pid

ió a

la n

ube

que

regr

esar

an a

la ti

erra

en

bus

ca d

el r

espl

ando

r pe

rdid

o, p

ero

esta

est

aba

ater

rada

y n

o qu

ería

at

raer

la fu

ria

de I

nti,

el s

ol, q

ue s

i lle

gaba

a d

escu

brir

la a

vent

ura

se

sent

iría

trai

cion

ado.

Sola

y a

sust

ada,

Kill

a re

gres

ó a

la ti

erra

nue

vam

ente

con

su

form

a hu

man

a. D

eses

pera

da, r

ecor

rió

el p

arqu

e, s

e m

etió

en

la fu

ente

de

agua

, sa

cudi

ó ca

da á

rbol

, sop

ló s

obre

las

flore

s, se

tend

ió e

n el

pas

to, e

scar

en la

are

na, p

ero

en n

ingu

na p

arte

enc

ontr

ó ra

stro

s de

su

ador

ado

brill

o.

Tap

ando

su

rost

ro c

on la

s m

anos

cay

ó en

llan

to.

Un

muc

hach

o ha

bía

esta

do to

do e

l tie

mpo

obs

ervá

ndol

a si

n qu

e el

la s

e di

era

cuen

ta. C

uand

o la

vio

arr

odill

ada,

llor

ando

, se

acer

có a

con

sola

rla.

K

illa

se e

stre

mec

ió. N

unca

hab

ía e

stad

o ta

n ce

rca

de u

n ho

mbr

e. S

e av

ergo

nzab

a de

que

la v

iera

llor

ar. E

l jov

en te

nía

los

cabe

llos

del c

olor

del

or

o y

su p

iel e

ra ta

n cl

ara

que

pare

cía

resp

land

ecer

, su

voz

tení

a el

tim

bre

del a

cero

, sus

man

os p

arec

ían

tene

r un

a so

lidez

des

com

unal

. Kill

a es

taba

im

pres

iona

da p

or ta

mañ

a pr

esen

cia,

que

así

le h

abló

:

Page 130: Con nuestra voz recordamos

128

–¿Q

ué b

usca

s co

n ta

nta

dese

sper

ació

n?

Tím

idam

ente

, ella

le d

ijo:

–Alg

o m

uy v

alio

so p

ara

mí,

pero

no

podr

ás c

ompr

ende

r. –V

eo q

ue e

stás

des

espe

rada

. Pue

do a

yuda

rte,

mi n

ombr

e es

Int

i, y

aunq

ue n

o pa

rezc

a so

y m

uy p

oder

oso

y pu

edes

con

fiar

en m

í– d

ijo é

l.

Kill

a no

sal

ía d

e su

aso

mbr

o, n

o po

día

ser

el I

nti q

ue e

lla c

onoc

ía, p

ues

no e

ra h

uman

o, a

dem

ás ¿

qué

harí

a el

dio

s so

l en

la ti

erra

? M

iró

al c

ielo

y

vio

a Ph

uyu

y su

s he

rman

as c

ubri

endo

todo

el e

spac

io. E

l sol

no

asom

aba.

B

ajó

la m

irad

a y

en lo

s oj

os d

el m

ucha

cho

vio

el b

rillo

del

sol

.

No

com

pren

día

nada

, per

o se

sin

tió ta

n pr

oteg

ida

que

deci

dió

cont

arle

la

ver

dad.

Cua

ndo

term

inó

de h

abla

r en

tre

sollo

zos,

él la

tran

quili

dici

endo

: –E

stoy

muy

sor

pren

dido

, cre

o qu

e ha

s ac

tuad

o lle

vada

por

la c

urio

sida

d y

eso

pare

ce s

er e

l mot

ivo

de tu

tris

teza

; no

te a

torm

ente

s, ha

y al

go m

ás

impo

rtan

te q

ue n

eces

itas

sabe

r: K

illa,

no

tiene

s br

illo

prop

io, s

oy y

o qu

ien

te h

ace

brill

ar, n

unca

per

dist

e na

da, s

olo

te d

ejas

te ll

evar

por

est

e m

undo

, don

de h

abita

n se

res

mar

avill

osos

que

dis

frut

an d

e la

bel

leza

de

la n

atur

alez

a. N

o llo

res

más

, tam

bién

yo

bajo

de

vez

en c

uand

o a

juga

r en

med

io d

e la

gen

te p

ara

disf

ruta

r de

la h

uman

idad

. Mie

ntra

s Ph

uyu

o su

s he

rman

as e

stén

rod

eand

o a

cual

quie

ra d

e lo

s do

s, tú

no

tend

rás

brill

o.

Kill

a se

sin

tió o

fend

ida,

¿có

mo

podí

a de

cirl

e qu

e el

la n

o te

nía

brill

o?

Com

o un

a es

trel

la fu

gaz

se e

levó

por

los

aire

s y

en u

n in

stan

te d

esap

arec

ió;

Inti

qued

ó pr

eocu

pado

e h

izo

lo m

ism

o pa

ra r

egre

sar

al c

ielo

.

Page 131: Con nuestra voz recordamos

129

Kill

a lle

gó d

evas

tada

. No

para

ba d

e gi

rar

en b

usca

de

su p

ropi

o br

illo.

Al

no e

ncon

trar

lo, l

e pi

dió

a Ph

uyu

y a

sus

herm

anas

que

se

desp

laza

ran

un

poco

. Ella

s le

con

test

aron

que

deb

ían

espe

rar

la o

rden

de

Inti.

La

luna

les

cont

ó lo

que

él l

e ha

bía

dich

o. E

llas

tam

poco

cre

yero

n pe

ro p

ara

calm

ar a

la

am

iga

deci

dier

on c

orre

rse,

filtr

aron

los

rayo

s de

l sol

y r

epen

tinam

ente

K

illa

se il

umin

ó co

mo

las

lám

para

s de

la fu

ente

de

agua

. Tod

as q

ueda

ron

sorp

rend

idas

, nun

ca s

e ha

bían

dad

o cu

enta

de

la g

ran

verd

ad d

e In

ti,

esta

ban

tan

acos

tum

brad

as q

ue ja

más

not

aron

que

era

así

.

Des

de e

nton

ces

la lu

na n

o ha

ce m

ás q

ue s

onro

jars

e fr

ente

al s

ol. É

l, m

uy

caba

llero

, le

guiñ

a un

ojo

y le

reg

ala

una

cálid

a so

nris

a, la

mis

ma

que

Kill

a no

s br

inda

por

las

noch

es c

uand

o Ph

uyu

no s

e cr

uza

fren

te a

ella

.

Page 132: Con nuestra voz recordamos

130

Cun

tur

y Ya

cana

Hac

e m

uchí

sim

os a

ños,

en u

n lu

gar

que

actu

alm

ente

es

cono

cido

com

o R

uina

s de

Qui

lmes

, viv

ía ju

nto

a su

mad

re u

n m

ucha

cho

llam

ado

Cun

tur;

el

la e

ra d

oña

Yaca

na. T

odos

lo a

dmir

aban

por

que

desd

e pe

queñ

o si

empr

e ay

udab

a a

su m

adre

en

toda

s la

s ta

reas

des

tinad

as a

las

muj

eres

, si

n de

scui

dar

las

que

le c

orre

spon

dían

a é

l.

Una

mañ

ana,

muy

tem

pran

o, e

l chi

co fu

e a

deja

r el

reb

año

de v

icuñ

as

al c

ampo

, des

de a

llí s

ubió

al c

erro

más

alto

, que

hoy

es

cono

cido

com

o “A

lto d

el R

ey”,

des

de d

onde

vig

ilaba

sus

ani

mal

es y

tam

bién

est

aba

aten

to

mir

ando

hac

ia e

l val

le p

ara

aler

tar

a su

ald

ea s

obre

los

pelig

ros;

lleg

ó la

ta

rde,

se

sint

ió ta

n ca

nsad

o qu

e se

aco

stó

a de

scan

sar

sobr

e un

a pi

edra

.C

uand

o se

des

pert

ó ya

era

muy

tard

e, a

lzó

sus

cosa

s y,

a p

esar

de

la h

ora,

de

cidi

ó ju

ntar

el r

ebañ

o de

vic

uñas

. Bus

có y

no

logr

ó en

cont

rar

ni a

una

; as

í, se

fue

haci

endo

la n

oche

. Baj

o la

luz

de la

luna

sig

uió

busc

ando

has

ta

que

llegó

el a

man

ecer

sin

logr

ar e

ncon

trar

uno

sól

o de

sus

ani

mal

es.

Ent

once

s, m

uy p

reoc

upad

o, s

e en

cam

inó

hast

a la

ald

ea.

Cua

ndo

llegó

a s

u ra

ncho

llam

ó a

su a

ncia

na m

adre

Yac

ana,

per

o es

ta

nunc

a le

res

pond

ió. A

fligi

do la

bus

có h

asta

hal

larl

a tir

ada

a la

ori

lla d

el

fueg

o, la

leva

ntó

y en

tonc

es s

e di

o cu

enta

que

est

aba

sin

vida

. Ella

hab

ía

mue

rto

de p

reoc

upac

ión

porq

ue s

u hi

jo n

o re

gres

aba.

Lle

no d

e do

lor,

entr

egó

a la

tier

ra e

l frá

gil c

uerp

o de

Yac

ana.

Cun

tur

alzó

la b

lanc

a m

anta

Roxana Marisel Fabián y Nancy Andrea FloresEscuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán

Page 133: Con nuestra voz recordamos

131

de s

u m

adre

, tej

ida

con

lana

de

vicu

ña, s

e la

pus

o en

el c

uello

, reg

resó

al

cerr

o y

desd

e al

lí, m

uy tr

iste

, se

puso

a v

igila

r la

ald

ea.

La

noch

e lle

gó y

una

eno

rme

tris

teza

se

apod

eró

del p

obre

muc

hach

o,

ento

nces

com

enzó

a ll

orar

des

cons

olad

amen

te. A

sí s

e fu

e qu

edan

do

dorm

ido.

En

su s

ueño

era

un

ave

negr

a co

n el

cue

llo b

lanc

o, e

rgui

da s

obre

un

a pe

ña e

n lo

alto

de

la m

onta

ña.

Cua

ndo

Cun

tur

desp

ertó

se

dio

cuen

ta q

ue s

u cu

erpo

est

aba

cubi

erto

de

plu

mas

com

o en

su

sueñ

o. S

e ha

bía

conv

ertid

o en

esa

ave

que

hoy

co

noce

mos

com

o el

ND

OR

, con

su

cogo

te b

lanc

o, c

omo

la m

anta

te

jida

por

Yaca

na, y

tal c

omo

lo h

acía

Cun

tur,

siem

pre

se lo

enc

uent

ra

en lo

más

alto

de

los

cerr

os, p

rote

gién

dolo

s co

n su

maj

estu

oso

vuel

o co

mo

una

enor

me

som

bra.

Page 134: Con nuestra voz recordamos

132

Ese

mila

gro

únic

o qu

e so

s C

on tu

mir

ada

llena

de

tern

ura,

con

tu r

ostr

o co

rroí

do p

or e

l tie

mpo

que

enm

arca

tu e

xper

ienc

ia v

ital,

tus

man

os c

omo

pasa

s de

tern

ura

que

espe

ran

ejas

una

car

icia

,tu

caj

a qu

e gr

ita d

esde

las

entr

añas

tu s

entir

por

la M

adre

Tie

rra.

Tus

pie

s de

jan

huel

las

que

tras

pasa

n el

tiem

po

y

las

gene

raci

ones

.T

u ed

ad b

lanq

ueci

na s

e ha

ce n

otar

mas

tu a

lma

es

jovi

al y

mir

a co

n oj

os d

e ni

ños

el m

undo

;es

e qu

e no

te c

ompr

ende

, el q

ue q

uier

e ha

cert

e

hom

ogén

eo, m

as tu

esp

íritu

da

bata

llas

pues

sus

ala

s aú

n so

n fu

erte

s y

aunq

ue te

qui

taro

n

tus

dere

chos

, tus

tier

ras

no p

udie

ron

arra

sar

con

el a

mor

por

tus

trad

icio

nes,

tu g

ente

,

tu v

alle

.E

res

un te

soro

que

junt

o al

cón

dor

prot

ege

tus

tierr

as

y

junt

o a

la c

aja

cant

as tu

s pe

nas.

Y c

omo

el c

auce

de

las

aceq

uias

esp

eras

pac

ient

e

para

que

te r

egre

sen

lo q

ue te

per

tene

ce.

Josefina NavarroInstituto Provincial de Educación Superior “Paulo Freire” Comuna Amaicha del Valle Ampimpa (Tucumán) Rio Grande Provincia de Tierra del Fuego

Page 135: Con nuestra voz recordamos

133

Page 136: Con nuestra voz recordamos

134

El a

mor

en

el ti

empo

de

nues

tros

abo

ríge

nes

Hac

e m

ucho

tiem

po lo

s in

dios

War

pes

viví

an e

n el

sur

de

nues

tra

cord

iller

a de

los

And

es. A

llí n

acie

ron

las

hija

s de

l cac

i-qu

e G

uand

enez

. Des

afor

tuna

dam

ente

su

muj

er m

urió

en

el

part

o de

una

de

sus

hija

s, er

a M

inué

. La

otra

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Guadalupe Dayana RecúperoNúcleo 2 “Los Pueblos Originarios” Unidad Educativa 3º A y 18 Educación Permanente de Jóvenes y Adultos Ciudad de La Rioja Provincia de La Rioja

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135

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136

Los niños comparan las lanas. Manipularon lana de oveja, ahora…

A tejer… la lana está lista.

En la casa de doña María, se esquiló, el vellón estaba húmedo y…

Primero lo nuestro

Producción colectivaEscuela 213 Cacique Martin Iquin Quilmes Provincia de Tucumán

¡Qué suave es la lana de la llama!

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Luego armamos las madejas y las lavamos.

Este ovillo es mío.

Está muy sucio.

Chicos, no lavemos el vellón, para poder hilar mejor. ¡Acuérdense!

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136

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137

Pero a estos vellones los tiñeron.

La señora Claudia superpone lanas de distintos colores para armar flores.

La señora Mariela usa los hilos de lana para tejer en el telar.

Voy a hacer para todas mis ovejas y cabras.

Este ovillo es mío.

Con mi abuela hacemos muchas para enflorar a los animales.

Qué lindos colores.

Ya tengo tres florcitas.

137

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138

Luego comienzo a tejer la trama.

Los niños observaron, escucharon y ahora a practicar tejido en los bastidores.

Arriba, abajo... Mi tejido estámuy lindo.

Paso los hilos para armar la urdimbre. ¿Ves?

138

Page 141: Con nuestra voz recordamos

139

Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas. www.ceapi.info.

Educar. Ministerio de Educación de la Nación. El pueblo diaguita. Disponible en: www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=14720 [consultado el 19/7/2015].

Escolar, Diego (2007). Los dones étnicos de la Nación. Identidades huarpe y modos de producción de soberanía en Argentina. Buenos Aires: Prometeo.

Lazzari, Axel. Historia y reemergencias de los pueblos indígenas. Ministerio de Educación de la Nación. Explora, Ciencias Sociales. Canal Encuentro. Disponible en: escritorioalumnos.educ.ar/datos/reemergencia_pueblos_indigenas.html [consultado el 19/7/2015].

Ministerio de Educación de la Nación. Atlas de los Pueblos Indígenas. Mapa Educativo Nacional. Disponible en: www.mapaeducativo.edu.ar/pueblos_indigenas/

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Restrepo, Eduardo (2007). “Identidades: planteamientos teóricos y sugerencias metodológicas para su estudio”. Revista Jangwapana, 5: 24-35. Disponible en: ram-wan.net/restrepo/documentos/identidades-jangwa%20pana.pdf [consultado el 19/7/2015].

Sousa Santos, Boaventura (2010). “Introducción”. En Epistemologías del Sur. México: Siglo XXI. Disponible en: boaventuradesousasantos.pt/media/INTRODUCCION_BSS.pdf [consultado el 19/7/2015].

Recursosde interés

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Sulca, Olga L. (2014). Propuesta pedagógica para alumnos y alumnas del primer y segundo ciclo del Nivel Primario: “Efeméride. 19 de abril: Día americano del indio”. Propuesta Pedagógica para la Modalidad Educación Intercultural Bilingüe. Ministerio de Educación. Provincia de Tucumán.

Sulca, Olga y Gerónimo Delfín (2014). Nuestro Tucma.Tucumán: Editorial de la Universidad Nacional de Tucumán.

Unicef (2010). Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina. Tomo I disponible en: www.proeibandes.org/atlas/tomo_1.pdf; Tomo II disponible en: www.unicef.org/honduras/tomo_2_atlas.pdf. [consultados el 19/7/2015].

Audiovisuales

Pueblos Originarios. Canal Encuentro. Ministerio de Educación de la Nación. Disponible en: pueblosoriginarios.encuentro.gov.ar [consultado el 19/7/2015].

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Ejemplar de distribución gratuita. Prohibida su venta.

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PRESIDENTA DE LA NACIÓNDra. Cristina Fernández de Kirchner JEFE DE GABINETE DE MINISTROSDr. Aníbal Fernández MINISTRO DE EDUCACIÓNProf. Alberto E. Sileoni SECRETARIO DE EDUCACIÓNLic. Jaime Perczyk JEFE DE GABINETEA.S. Pablo Urquiza

SUBSECRETARIO DE EQUIDAD Y CALIDAD EDUCATIVALic. Gabriel Brener

DIRECTORA NACIONAL DE GESTIÓN EDUCATIVALic. Delia Méndez

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HuarpeDiaguita Diaguita-calchaquí

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os Con nuestra voz creamos mundos, ideas, poesía, palabras, conocimientos. Con nuestra voz compartimos puntos de vista, celebraciones, recetas, adivinanzas, imágenes, trabajos y sentimientos. Con nuestra voz estamos presentes, ocupamos espacios, participamos de los debates y la toma de decisiones. Con nuestra voz enseñamos y aprendemos, investigamos, transmitimos saberes y maneras de ver el mundo. Con nuestra voz recordamos y reelaboramos los recuerdos en el presente, honramos a nuestros antepasados en acciones cotidianas y recuperamos su sabiduría y su lucha. Con nuestra voz cantamos alegrías y tristezas, arrullamos a los niños, hacemos coplas y festejamos el presente. Nuestra voz nos hace únicos y nos reúne con los demás. Es identidad dinámica, historia y memoria colectiva. Nuestra voz es palabra viva.

Yunem xamina cuchuch guechereyna

Quilmes

Con nuestra voz recordamos

tenemospatria