Comunicación el texto-narrativo_no_literario I

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El texto narrativo no literario 1

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El texto narrativono literario

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Definición

Narrar es presentar una serie de acontecimientos dentro de una línea de tiempo, es decir, unos detrás de otros.

Una narración puede tener un orden de presentación cualquiera, pero los acontecimientos deben poder ser restituidos a un orden cronológico, imprescindible para su comprensión.

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La narración no literaria

• Una narración no necesariamente es literaria. Adquiere esta condición cuando la ficción se instala en ella.

• Puede formar parte de un texto de otro carácter. En un informe, por ejemplo, puede haber una secuencia narrativa.

• Requiere la presencia de personajes, que son los que conducen la acción. Estos pueden ser de diversa naturaleza: personas, animales, objetos, etc.

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Los acontecimientos

Los acontecimientos pueden ser realistas o fantásticos. Existe la posibilidad de que sean alegóricos –como también pueden serlo los personajes–, pero la narrativa moderna no suele adoptar esta posibilidad.

La narración tiene siempre un narrador. El narrador puede ser de primera o tercera persona. Eventualmente, de segunda, aunque, propiamente, en este caso es una primera persona que no se identifica y apela a un personaje.

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El narrador

El narrador es el que establece la verdad interna de la narración. Si un narrador contiene otro narrador, este último está supeditado al primero. Si dos personajes discrepan en relación con la realidad interna, es el narrador el que dirime.

El narrador, en cualquiera de las personas, debe considerar estos elementos: amplitud y perspectiva.

La amplitud se refiere a aquello que sabe el narrador. Si sabe mucho, es omnisciente; si sabe poco, es objetivo.

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Función del narrador

El narrador en primera persona tiene una amplitud limitada, salvo en lo que respecta a su realidad interna. El narrador omnisciente, en cambio, posee una gran amplitud.

Hay que tener en cuenta que la amplitud está en relación con la credibilidad que provoca la narración. Normalmente –no siempre–, a mayor amplitud, menor credibilidad.

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Función del narrador

La narrativa moderna combina estas posibilidades y trabaja con narradores que, siendo de tercera persona, son, sin embargo, limitados. O combina diversos tipos de narrador.

En algunos de estos casos –cuando se fragmenta la descripción o la narración propiamente dicha–, el narrador comunica de manera muy verosímil, pues su mirada equivale a la de un primer plano o plano de detalle.

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Función del narrador

La perspectiva es la posición desde donde el narrador cuenta. Se refiere tanto a lo físico como a lo ideológico. El narrador es como una cámara: está en alguna posición.

Normalmente, la narrativa moderna emplea diversas perspectivas, pues así dinamiza la acción y la vuelve más verosímil. Este tipo de manejo tiene semejanza con el montaje cinematográfico.

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Frase narrativa y frase no narrativa

La frase narrativa es la que crea realidad. Se puede definir como aquella que es de sujeto concreto y alcance individual.

El sujeto concreto es aquel que se encuentra en la narración. Gramaticalmente, puede ser singular o plural. Ejemplos: “Ana vivía con su anciano padre”. “Los estudiantes corrieron despavoridos”.

El alcance individual se refiere a que aquello que se predica del sujeto sólo tiene validez para él.

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La frase no narrativa

La frase no narrativa es la de sujeto abstracto y alcance universal.

Sujeto abstracto es aquel que se proyecta más allá de la narración. Ejemplo: “La juventud idealiza la realidad”. “La humanidad está condenada al fracaso” (No se refiere únicamente a los personajes del relato, sino que comprende también a los seres que están fuera de él).

El alcance universal se refiere a que aquello que se predica del sujeto tiene validez para todos los sujetos como él.

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La frase no narrativa

La frase no narrativa rompe la ilusión narrativa, pues, al salirse del dominio del narrador, le permite al lector discutir las afirmaciones de aquel.

Mientras el narrador use frases narrativas, su veracidad no puede ser cuestionada.

Cuando las frases no narrativas son dichas por los personajes, pierden su carácter de tales, pues se limitan a ser opiniones particulares de un individuo que está dentro del mundo narrado.

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La ilusión narrativa

La ilusión narrativa es atributo de la narrativa literaria, pues se produce cuando el lector abandona su criterio habitual de verdad, es decir, acepta la ficción. En la narración no literaria –la que se halla, por ejemplo, en un artículo periodístico–, el lector no abandona su criterio habitual de verdad.

La ilusión narrativa es comparada a una esfera frágil en la que ingresa voluntariamente el lector. Puede romperse también por incoherencias en el mundo narrativo o por problemas de lenguaje.

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Determine la naturaleza del texto, el tipo de frase y el tema:

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Hitler vive en Uruguay. Sí. En esta república oriental de Sudamérica viven Hitler Aguirre y Hitler da Silva. Viven Hitler Pereira y Hitler Edén Gayoso. Vive hasta un Hitler de los Santos. Y aunque en la guía telefónica del país solo aparecen seis ciudadanos llamados así, es difícil saber cuántos otros no tienen teléfono o cuántos prefieren figurar con nombres distintos para evitar que los califiquen o que se burlen de ellos. Llamarse como se apellidó el mayor genocida del siglo XX, o sea Hitler, ¿no es acaso una razón para vivir avergonzado?

Un día en la frontera entre Jordania e Irak un soldado le preguntó a Mario Vargas Llosa si él era el Premio Nobel de Literatura. Era 2003, hacía más de cuarenta grados de calor, y el escritor viajaba en un vehículo sin aire acondicionado. Lo acompañaba su hija, la fotógrafa Morgana Vargas Llosa, quien lo secundaba en la aventura de hacer un reportaje sobre el país de Sadam Hussein, entonces en guerra con los Estados Unidos. “Papá, cállate o te mato”, le dijo ella. “Tú eres el Nobel por el día de hoy”. Al falso Nobel y a su acompañante se les concedió el privilegio de pasar a una sala donde había un ventilador. “Un ventilador —diría él años después— me salvó del infarto”. Ser el Premio Nobel de Literatura tuvo allí  el mismo efecto que un salvoconducto humanitario.

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El sitio no calzaba con la descripción de la mítica Vilcabamba, el último refugio de los incas, que el explorador había venido a buscar al Perú. Antes de marcharse de allí, sin adivinar aún la naturaleza de su descubrimiento, Bingham trazó un boceto impreciso del Templo de las Tres Ventanas —dibujó cuatro—, notó una inscripción en una de las paredes del templo y la apuntó en su diario. Alguien había escrito un nombre y una fecha en uno de los muros de roca porosa nueve años atrás. Un día después de haber llegado a la ciudadela, el 25 de julio de 1911, Bingham escribió en su diario «Agustín Lizárraga es el descubridor de Machu Picchu». Sin razón aparente, un año después, mandó a borrar la inscripción de esa piedra. En 1922, en su libro Inca Land, lo vuelve a citar. Pero más de tres décadas después, en su libro Lost City of the Incas, omite su nombre. Mientras él pasaría a la historia como el gran descubridor de Machu Picchu, del fantasma que había escrito su nombre en el Templo de las Tres Ventanas no se sabría casi nada. Hasta el día en que pusimos un aviso en un periódico. La historia de Macchu Picchu, como vemos, aún tiene mucho por revelar.

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En resumen:

El texto narrativo presenta una serie de acontecimientos dentro de una línea de tiempo, uno detrás de otros.

Una narración no necesariamente es literaria. La narración literaria alberga en sí la ficción. En un informe puede haber, por ejemplo, una

secuencia narrativa. Sin personajes ni narrador existe la narración. Los personajes actúan u operan dentro de la

narración. Toda narración posee un narrador.

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En resumen:

La amplitud se refiere a aquello que sabe el narrador. Si sabe mucho es un narrador omnisciente; si sabe poco es un narrador objetivo.

El narrador en primera persona tiene una amplitud limitada.

El narrador omnisciente posee una gran amplitud. La amplitud está en relación con la credibilidad

que provoca la narración. A mayor amplitud, menor credibilidad.

La frase narrativa crea realidad.

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