Comprensión de Miranda

download Comprensión de Miranda

of 168

Transcript of Comprensión de Miranda

Comprensin de MirandaAlfonso Rumazo Gonzlez

BIBLIOTECA AYACUCHO es una de las experiencias editoriales ms importantes de la cultura latinoamericana. Creada en 1974 como homenaje a la batalla que en 1824 signific la emancipacin poltica de nuestra Amrica, ha estado desde su nacimiento promoviendo la necesidad de establecer una relacin dinmica y constante entre lo contemporneo y el pasado americano, a fin de revalorarlo crticamente con la perspectiva de nuestros das. Esta es la coleccin popular o de bolsillo de Biblioteca Ayacucho. Se dedica a editar versiones abreviadas o antolgicas de los autores publicados en la Coleccin Clsica. Sigue el rastro del dinmico gnero de la crnica que narra las maravillas del mundo americano y tambin da cabida a la reflexin crtica y esttica. Toda esta coleccin complementa y redondea los asuntos abordados por las otras de Biblioteca Ayacucho. Los volmenes llevan presentaciones ensaysticas con caractersticas que los hacen accesibles al pblico mayoritario.

Comprensin de MirandaColeccin Claves de Amrica

Comprensin de MirandaAlfonso Rumazo Gonzlez36Seleccin

Lupe RumazoPresentacin

David Chacn Rodrguez

Lupe Rumazo Fundacin Biblioteca Ayacucho, 2008 Coleccin Claves de Amrica, No 36 Hecho Depsito de Ley Depsito Legal FALTA ISBN 978-980-276-470-9 Apartado Postal 14413 Caracas 1010 - Venezuela www.bibliotecayacucho.gob.veEdicin: ngela Chataing Nieves Correccin: Marijos Prez Lezama y Waldo Bastas Concepto grco de coleccin: Blanca Strepponi Actualizacin grca de coleccin: Pedro Mancilla Diagramacin: Ediplus produccin Impreso en Venezuela / Printed in Venezuela

PRESENTACIN

MIRANDA EN LA VIDA DE ALFONSO RUMAZO GONZLEZ

POCAS TAREAS son ms gratas y nobles que honrar a quien honor merece. Hacerlo nos hace ms justos, ms sabios y ms humanos. Qu es al n y al cabo la sabidura, sino la capacidad de reconocer lo que es cierto? Mi contacto con el doctor Alfonso Rumazo Gonzlez nace cuando an estaba realizando mis estudios primarios. Husmeando la biblioteca de mi padre, encontr un libro que deca: Manuela Senz, la Libertadora del Libertador. Aquella tarde pas revista a la interesante obra, emocionado por conocer a esa mujer excepcional, que un da lo dej todo por seguir los latidos de su corazn, de su amor por Simn Bolvar, y que pudiendo tener bienes, rechaza la fortuna que como heredera le dejara su esposo, el mdico ingls James Thorne, y en medio de una gran pobreza, se fue a morir, con dignidad, en Paita, un pueblito pesquero al norte del Per. Preri vivir de la preparacin de dulces y pastas; del tejido de encajes; de bordados, de lo que le ensearon su madre y las monjas que la criaron. Con razn el general OLeary, en carta que enva a un amigo, dijo que: ella era el ser ms desinteresado que he conocido. Aos ms tarde, volv a retomar la obra y consegu en el prlogo a la novena edicin que don Alfonso seala ciertas ideas y conceptos que le han servido para realizar su ingente trabajo:

BIBLIOTECA AYACUCHO

VII

Al estudiar una vida trascendente, como la de Manuela Senz, importa la bsqueda de lo medular; las pequeeces, los detalles, tal o cual episodio, interesan menos. Qu fue lo signicativo y denidor en Manuela Senz? Su gran patriotismo activo: condecorada, por l, como Caballeresa del Sol, por San Martn; salvadora, por l, de la vida de Bolvar, en los intentos de asesinato del 10 de agosto y 25 de septiembre de 1828, en Bogot; por l, guardiana del archivo secreto del Libertador. Su poder personal le llev a hacerse temible en Bogot, Lima y Quito; las autoridades la vigilaron y persiguieron. Fue, en sntesis, digna de Bolvar; la conserv a su lado hasta el nal.1

Despus inuido por Henri Pirenne dice que:La cualidad dominante de un historiador es poder captar lo vital esencial. Manuela Senz es un personaje histrico; por lo mismo, hay que seguirla punto por punto inmersa en la historia; hay que verla, adems en su proceso dialctico y dentro del conocido paralelogramo de Engels. Manuela, ante una sociedad colonial decadente y corrupta; ante el proceso de emancipacin y de creacin de repblicas; Manuela en la trascendencia y deniendo valerosamente su personal libertad.2

Interesado en conocer su mtodo de trabajo encontr que con lucidez autocrtica, en el prlogo antes mencionado, l mismo se encargaba de denirlo en unas agudas palabras con que coment su obra:El personaje histrico es referencia y un efecto superlativo de la realidad. En la indagacin histrica hay dos elementos tesis de Henri Pirenne [Marrou] en su libro El conocimiento histrico [Connaissance1. Alfonso Rumazo Gonzlez, Manuela Senz. La Libertadora del Libertador, 9a ed. revisada, Madrid, Edt. Mediterrneo, 1979, pp. 239-241. 2. Ibid.

VIII

COMPRENSIN DE MIRANDA

historique]: el documento, que es una parte, y la otra, el criterio para valorar y relacionar ese documento, que a veces no es aprovechable sino en parte. El criterio es lo que se aade al dato, al documento. El criterio, de por s, es una totalidad, una estructura compleja; psicolgica, sociolgica, losca; mensura las varias estructuras macro y microestructuras; ve la oposicin entre infra y superestructuras, y se interesa ms por los elementos diferenciales que por los comunes de la evolucin de las estructuras. As determinados documentos tendrn prelacin sobre otros: tal es el caso del documento Boussingault sobre el documento Caicedo, el documento Boussingault y la alegacin de los beaticadores de la historia; el documento-testimonio de poca, con un espacio temporal que le es propio y al cual se debe lealtad, y el muy posterior, apenas si expurgador de un dato y dentro de un contexto dimensional que le es ajeno. Siguiendo a Marc Bloch [1886-1944], Henri Pirenne, Lucien Febvre [1878-1956] y otros, queda constante que en todo hecho histrico, slo la mirada y el pensamiento del narrador son capaces de signicar, de develar lo que ha ocurrido en realidad. Roland Barthes estatuye esta conclusin: El signo de la historia es en adelante, no tanto lo real como lo inteligible. Es lo lgico, as, hay una gran mensura de autenticidad! Los acarreadores de datos, que dijera Benjamn Carrin, ya no cuentan, si no vierten sobre todo eso las potentes luces de la deduccin y de la comprensin.3

Es all donde l expresa, de la manera llana y elegante que siempre caracteriz a su prosa, su concepcin acerca de lo que es una biografa. Como se puede ver, es a travs de la forma de ser de esta insigne mujer que nos ensea que el amor a la verdad es el ms noble de todos los amores; de este modo fue que entr a formar parte de

3. Ibid.BIBLIOTECA AYACUCHO

IX

sus discpulos. Quedando as para m unidas la gura de Manuela Senz con la de don Alfonso, quien saba mostrar caminos para transitar por nuestra rica historia. Escribir era para l servir y esclarecer, era fomentar el conocimiento que acerque espiritualmente a los hombres, trasmitiendo por todos los pueblos las conquistas materiales y espirituales; o dicho de otra manera, la concepcin de una funcin unicadora guiada por una voluntad de concordia, comprensin e intercambio. Su obra es una constante invitacin a orientar al hombre en el respeto que se debe a s mismo, a la familia, a la sociedad, a la patria, a la especie humana y a la naturaleza. Para entender al hombre exploraba y escudriaba su vida, registraba las aventuras de su espritu y las de sus pasiones, hacindonos partcipes de su inmensa curiosidad y de cuanto grande o pequeo se encontraba en el mundo. En una entrevista que le hicieron con motivo de la aparicin de su libro Simn Rodrguez, Maestro de Amrica, al explicar las razones de su trabajo, declara:La eleccin que un escritor hace de sus temas no es ni gratuita ni arbitraria; conduce al encuentro de la propia identidad. En ellas he hallado ciertos procesos profundos que me pertenecen: la existencia como proyecto constante, como trascendencia; el encuentro insoslayable del hombre en la historia, puesto que somos seres histricos y no ahistricos: la pasin dentro del vigor nietzscheano; la forja de una estructura mediante canalizacin de informaciones, y tantas cosas ms. Hay que advertir, desde luego, y para evitar suspicacias poco inteligentes, que nadie es nunca ningn otro ser, ni siguiera su apariencia. Heidegger dej grabado este principio: Soy lo que digo. Antes de l, Brentano ya nos haba demostrado que toda conciencia es intencional. El que habla por medio de la escritura va diciendo lo que es y muestra,

X

COMPRENSIN DE MIRANDA

adems, la intencionalidad de su propia conciencia. Toda conducta, todo hacer, son signicantes, como lo demostr Freud.4

Al ser consultado si la biografa puede ser considerada como gnero, expres:Como toda creacin, es un sistema que responde a determinadas relaciones internas, en tal sentido, ofrece un mundo diferenciado. Hace una trabazn interna de historia y lenguaje, y se complementa con sociologa, estudios de procesos polticos y econmicos, psicologa y necesarios trazos de lo decorativo. Forma con todo eso, un conglomerado literario, portador adems de relato, ensayo, losofa. Su inters est en lo vital profundo que lleva en s.

Cuando se reere a la razn de ser de la biografa como un culto por lo heroico para perpetuar modelos, aclara aunque de manera algo extensa, lo que me hace recurrir a la trascripcin ntegra del fragmento que a mi parecer no tiene desperdicio:Creo que entender la biografa como culto por lo heroico, o como proyeccin sobre una pantalla de personajes arquetpicos o modelos sera partir de una concepcin individualista de la historia, a lo Carlyle o a lo Emerson [Ralph Waldo Emerson, 1803-1882]. Esta antigualla ya no la acepta ningn bigrafo moderno que conozca de las teoras actuales de la historia, los procesos sociolgicos, las relaciones hombre-poltica y hombre-economa. Si la biografa busca las guras que transitan por lo alto, es porque con ellas plasma mejor esa totalidad de que le he hablado.54. Entrevista a Alfonso Rumazo Gonzlez con motivo de la aparicin de su libro Simn Rodrguez. Maestro de Amrica, Obra de Alfonso Rumazo Gonzlez, Caracas, Presidencia de la Repblica Bolivariana de Venezuela, 2000, p. 85. 5. Ibid., p. 86.BIBLIOTECA AYACUCHO

XI

Y luego concluye:Adems y lo subrayo con lnea intensa el hombre grande es por tanto una sntesis de un desenvolvimiento histrico importante, como una preguracin de lo que vendr despus. Posee y muestra una conciencia colectiva, y aun mucho ms que una conciencia colectiva. Se congura en tal ser lo que podra llamarse un lapso histrico con eternidad. La biografa quiere jar y grabar esas vidas-resumen, que son a la vez vidas-causa, por la parte de enrumbamiento que tuvieron en los sucesos, frecuentemente en forma de estricta creatividad. Y aqu voy a citar a Marx, para tranquilidad de muchos. Marx dice que los hombres hacen la historia, pero con condiciones que les son dadas. Vale decir que toman y condensan lo recibido y en ese campo siembran la dinamia de su originalidad; hacen historia. En la biografa de un personaje eminente, dir Sartre, se vincula la historia singular con la historia de la humanidad, un conjunto se traba con una serie de conjuntos, no slo en sentido diacrnico sino tambin en lo sincrnico. De aqu emerge una conclusin importante: no quienquiera es biograable; no cualquiera, no un cualquiera, por excelencia de tipo individual que le quieran encontrar sus interesados devotos. Avergese antes si ha hecho o no historia, o historia vlida.6

Al inquirirle qu es para l la historia, revela:en el sentido vital, no el acadmico, es la cuenta razonada de las luchas vlidas del hombre en el ayer. Esto es lo que yo destaco al escribir historia: el ser como accin, el ser que se trasciende. Luchas por las ideas, la poltica, la economa, la ciencia, la losofa y los credos. Pero no todo aquello por lo cual el hombre dinamiza su vida est destinado a permanencia, sino slo lo fundamental, lo sobresaliente, lo de anclaje inoxidable. Plasmando esas excelencias6. Ibid., pp. 86-87.

XII

COMPRENSIN DE MIRANDA

aparecen los hombres-eje, abridores de rutas, sacricados; hombres, insisto, que no son fenmenos estelares, sino algo mucho ms complejo. Amrica los dio con extraordinaria capacidad de grandeza, en su magna pelea por la libertad, al producirse el real nacimiento del Nuevo Mundo, correlativo al Re-Nacimiento del viejo. Porque es entonces, en el siglo diecinueve, cuando realmente nace Amrica, y no antes; nace a la adultez responsable. Yo me he dedicado a estudiar esos hombres; he visto la historia grande nuestra, a travs de ellos. No termino mi respuesta sin dejar constante esta anotacin magnca de Garca Bacca: Hacer historia dice es ponerse a que hagan acto de presencia las cosas: hombres, productos, ideas, instituciones. (En funciones de prisma del Universo y de s mismo. Por el hombre pasa como en un prisma toda la realidad del Universo, pero tambin la de l mismo). La biografa trae presencia; es historia fundamentalmente vital.7

Su obra, indisolublemente unida en una de las ms armoniosas y ejemplares conjunciones de arte y sabidura, de gracia y pensamiento, de humanismo y noble humanidad, que puede hoy complacer y orientar a quien en cualquier latitud del mundo, sienta la imperiosa necesidad de emprender una intrpida aventura del pensamiento. En ella, los adjetivos trascienden porque estn llenos de sustancia conceptual. Por eso, es decisivo ejemplo de lo perfecto y perdurable. Al acercarnos a don Alfonso observamos que estamos ante un hombre de realizaciones excepcionales, de valores y enseanzas. En l se entrelazan y complementan la instruccin fresca y la aventura intrpida del pensamiento. Por eso su obra, concebida para prestar un servicio, es perdurable y decisivo ejemplo que7. Ibid., p. 89.BIBLIOTECA AYACUCHO

XIII

muestra cmo en las cimas de la expresin literaria, el pensamiento y la accin se confunden en una sntesis que es prueba y condicin de lo perdurable. Para denir, en este caso, al hombre y al escritor, hay una frase que posee ya categora de proverbio: Alfonso Rumazo Gonzlez, el bigrafo de Amrica. As deberamos hablar de l. Su inuencia va ms all de la literatura. Sin proponrselo, con su ejemplo y na erudicin nos trasmiti algo de lo mucho que l saba, nos ense que cada quien debe trabajar al mximo en sus especialidades haciendo lo que hace lo mejor posible. Todo sera distinto si acogiramos esta norma tan simple como difcilmente realizable. l predic con su ejemplo y los resultados estn a la vista. Estableci niveles de excelencia y disciplina de los que todo escritor tiene algo que aprender, cambiando las virtudes del guerrero por las de la convivencia y la sabidura, ideal muy semejante a los conceptos de la Grecia clsica. Rumazo Gonzlez no llama a la destruccin de un orden, sino se empea en preservar y renovar la herencia cultural y hacer una base sobre la cual pueda edicarse un proyecto de porvenir, reejando as su ser, su naturaleza. En este justo sentido su obra es universal, porque esencialmente es un mundo de inagotables perspectivas sobre el panorama de la vida. En una alocucin8 pronunciada en la Academia Nacional de la Historia, el 18 de marzo de 1993, nos llama la atencin acerca de su presencia, de sus posibilidades histricas, de sus puntos de vista, del drama intelectual, intensamente vivido que lleva su obra,

8. Alocucin en la Academia Nacional de la Historia. En el acto conmemorativo de los 90 aos de Alfonso Rumazo Gonzlez, Boletn de la Academia Nacional de la Historia (Caracas) No 303 (1993), pp. 5-10.

XIV

COMPRENSIN DE MIRANDA

la anima y la caracteriza con ardor y fulgor. Su manera de ser, de ver, de apreciar y sentir las cosas. Expone tambin, que naci en Latacunga, el jueves 12 de marzo de 1903. A los diecisiete meses perdi a su madre muri de ebre puerperal cuando naci su hermano Jos y poco tiempo despus fallece su padre. Sus primeros estudios los realiza en el Colegio La Salle de su ciudad natal, luego contina en el Seminario menor de San Luis, en Quito. En 1912 conoce al historiador y arzobispo ecuatoriano Federico Gonzlez Surez (1844-1917), amigo de su padre, y este encuentro es relatado por l en el libro indito Fijaciones:Tendra yo unos nueve aos. Fui llevado a presencia del superilustre prelado. Arzobispo de Quito. Estaba junto a una cmoda, sentado, y tena un libro. T eres hijo de Jos y ya sabes leer, me dijo. Lee esto, y me dio una pgina del libro que estaba leyendo. Yo tom el libro, que era uno de historia y le de corrido. No se lee as, me dijo. Tom l el libro y lo ley. Ley la primera lnea y exclam: lo dems ya lo sabemos. Salta a otro prrafo. En adelante leer y he ledo como me ense el gran prelado, y salimos, pensando yo en la leccin que me haban dado.9

Como recibi una educacin muy deciente y con mentalidad anticuada, se vio forzado a reeducarse mediante mltiples lecturas y para descubrir y orientar su vocacin, decidi viajar para nutrirse del mundo, almacenar experiencias, palpar las realidades descritas o sugeridas por los libros y enriquecer la imaginacin, que es el mayor poder del hombre. Era un intento de responder al famoso Quo Vadis? o adnde ir, qu hacer, qu rumbo tomar?9. Citado por Lupe Rumazo Cobo, Cronologa. Vida y obra de Alfonso Rumazo Gonzlez, Simn Rodrguez, Maestro de Amrica, Alfonso Rumazo Gonzlez, Caracas, Biblioteca Ayacucho (Coleccin Clsica, 224), 2005, pp. 324-325.BIBLIOTECA AYACUCHO

XV

Al regresar va a Quito con un derrotero claro: escribir, publicar, difundir ideas, estudiar vidas de muy alta calidad y los hechos de esas vidas; comprender tanto el pasado como el presente en su pluridimensin, tratando de avizorar al par las oscuridades del porvenir. Desde ese momento sigui lo sealado por el periodista, ensayista y poeta Jos Luis Zorrilla de San Martn: Velar se debe la vida de tal suerte, que viva quede en la muerte; hay que alargarla mediante los hijos de la carne, y por medio de los hijos del espritu: los libros, las obras de arte, los hallazgos de la ciencia y de la tcnica. Como l era del pensamiento de que el hombre deba de tener una compaera para la lucha y no para luchar con ella, el 31 de diciembre de 1932 contrajo matrimonio con la compositora y concertista de piano y violn Ins Cobo Donoso, mujer magnca, na e inteligente, dada a la lectura como l. De esta unin nacieron dos nias: Lupe y Dinorah. Despus de 42 aos de feliz unin fallece de un paro cardaco doa Ins10 el 19 de noviembre de 1974, por lo que la existencia de don Alfonso se condens en tres palabras: trabajo, lucha e inconformidad, adoptando el consejo de Emerson: Quien quiere ser hombre, debe ser inconforme. En 1930 adquiri con su hermano Jos la imprenta editora Bolvar y fundaron la Biblioteca Ecuador, dedicada a promocionar a escritores inditos o poco conocidos. En 1953 llega a Venezuela invitado por el doctor Vicente Lecuna para incorporarse al equipo

10. Actualmente, el Instituto Superior de Msica de Pujil lleva su nombre. Sobre tan insigne mujer, su hija, Lupe, hace una novela que titula Carta larga sin nal, antielega con un prlogo de Benjamn Carrin, Madrid, Edit. Mediterrneo, 1978.

XVI

COMPRENSIN DE MIRANDA

profesoral de la Universidad Central de Venezuela. All la Historia se convirti en su devenir vital. Inuenciado por la advertencia de Henri Pirenne: Como soy historiador, debo captar lo vivo de manera preferente, decidi retomar su tarea biogrca y con fervor objetivado vitaliz las existencias de los prceres fundamentales de la creacin de la emancipacin hispanoamericana, el magno momento de nuestra historia, comenzando por el primero, Francisco de Miranda, hasta el ltimo de manera cronolgica, Jos Mart. Los otros fueron Manuela Senz, Simn Bolvar, Antonio Jos de Sucre, Jos de San Martn, Daniel Florencio OLeary y Simn Rodrguez. Al igual que Simn Rodrguez, quien en su obra Luces y virtudes sociales, incorpora un Galeato, Prlogo o Proemio, don Alfonso, antecede a su biografa Miranda, Protolder de la independencia americana (biografa), un Galeato con el n de esclarecer a los informados, trece anotaciones donde resume, como una gua, los temas ms importantes de su visin sobre Miranda; a mi modesto parecer, los puntos ms resaltantes son: No juzga la vida de Miranda por el nal; ve la totalidad y considera cosa pobre la teora de la buena o mala suerte. Rechaza el calicativo de Precursor, que disminuye y amputa todo lo coherente de su vida y de su obra. Comprendi Miranda el momento histrico de Amrica Latina antes que todos; invent y cre la Revolucin, enrumbndola reciamente durante treinta aos. A la hora de la guerra, entr directamente en ella; comand las tropas de su patria, Venezuela, con el grado de Generalsimo; cay prisionero y muri en la crcel del enemigo. Fue, as, un Protolder, un lder primero, de preeminencia. No admite el libro la anotacin de que en Miranda hubiese habido un Don Juan o un Casanova. Tal aserto contradira los muchos es-

BIBLIOTECA AYACUCHO

XVII

tudios sobre el donjuanismo. A pesar de que conoci ntimamente a muchas mujeres, no hubo en l insatisfaccin acezante, ni enga nunca: dos caractersticas del donjuanismo. Carlos Pi Sunyer escribe: Lo que busca Miranda en el sexo femenino es la mujer indiferenciada. Es la llamada del impulso vivo; la atraccin de la mujer genrica como instrumento de la satisfaccin del deseo. Desconoci Miranda el amor profundo y nico. Dej dos hijos habidos en su ama de llaves inglesa. Tuvo conciencia histrica desde el principio. A los veinte aos comenz su Diario, que continu escribindolo durante cuatro dcadas. Hizo de su propia existencia una gran historia, e historia que se escribe. .. Viaj por Europa durante cinco aos, para estudiar personalmente los diferentes sistemas polticos. Necesitaba crear algo nuevo, para la Amrica nueva. Admir la Revolucin Francesa y la sirvi como general, en 1792; la detest luego, al ver que caa en poder de los jacobinos. Y ms, cuando asumi el poder Napolen. Entiende el libro que el nombre de Colombia dado por Miranda a la Amrica y el de Colombeia a su diario corresponden a un redescubrimiento del Nuevo Mundo, para la libertad. Hay un nexo simblico en ms de un aspecto con Cristbal Coln, gura de su mayor admiracin. Se mantuvo el prcer en las altas esferas sociales, como centros de poder de los cuales poda valerse. Si su sentido revolucionario iba dirigido a la Amrica Latina toda, sus empeos requeran ayuda poltica y econmica, sobre todo de la clase europea dominante. Hubo all un impulso inteligente, destinado a concreciones magnas. La hazaa de la empresa libertadora de 1806 en las Antillas se la considera en el libro como la apertura de fuego en la lucha por la independencia; los abri Miranda en persona. No se juzga este acto heroico por el resultado; se la calica de el gran reto inicial. XVIIICOMPRENSIN DE MIRANDA

En Miranda no hubo un perdedor, sino un constante ganador: logr en pleno, con otros muchos y con el pueblo, que la Amrica se levantase en revolucin. Y lo consigui como los titanes, con su personal sacricio.11

Como los relatos hechos por don Alfonso constituyen una fuente inagotable de ejemplar objetividad y erudicin, desde ahora, nos limitaremos a comentar las partes que hemos considerado de mayor importancia para facilitar su contexto y comprensin. En su artculo Presencia de Miranda, don Alfonso nos describe los estudios de Miranda en la Universidad de Caracas. All maniesta:Curs all lo que hoy denominaramos un bachillerato muy esquemtico, reducido a tres aos de latn, losofa escolstica, retrica latina, algo de geografa y de matemticas. No se estudiaba castellano. No se present luego a ninguna de las facultades mayores. Literatura latina y moral cristiana fue, en suma, lo recibido. Poco saber, pero con l, como en todos los centros regidos por sacerdotes entonces, una potente inyeccin de curiosidad para los otros saberes.12

En referencia a este punto vale la pena recordar que el perodo de formacin de Miranda comienza el domingo, 10 de enero de 1762, cuando a la edad de doce aos se matricula en la Universidad. En esa poca aparece en la lista de los estudios de latinidad en las clases preparatorias de menores en el Colegio y Real Universidad de Santa Rosa de Lima, de la Real y Ponticia Universidad de

11. Galeato (trece anotaciones para los informados), Miranda. Protolder de la independencia americana (Biografa), Caracas, Ediciones de la Presidencia de la Repblica, 2007, pp. 5-6. 12. A. Rumazo Gonzlez, Presencia de Miranda, p. 9 de esta edicin.BIBLIOTECA AYACUCHO

XIX

Caracas, regentada por el doctor Antonio de Monserratte, en ella el profesor expona los tres libros de gramtica de Elio Antonio de Nebrija. Una vez aprobado este curso y cumplido con los discriminativos requisitos de presentar los llamados testimonios de Vita et Moribus, es decir, una relacin detallada de vida y buenas costumbres, la cual iba acompaada de los siguientes documentos: la legitimidad de su nacimiento, limpieza de sangre (de toda mala raza), de que padres y abuelos eran notoriamente blancos, de que jams haba mala nota de su persona y de no haber sido llevado ni l ni sus familiares al Santo Ocio (Inquisicin), ni haber tenido ninguna nota pblica inmoral, el joven Francisco ingresa a estudiar el curso de Mayores y Retrica donde completaba el cuarto y quinto libro de Nebrija y los versos de Virgilio y Cicern. Luego don Alfonso agrega:Iba Miranda nalizando sus estudios, cuando se le present un problema grave, de resquemor tnico o clasista, al ser nombrado su padre comandante de la Compaa de Blancos Isleos de Caracas, un nuevo cuerpo militar creado por el Gobernador, general Jos Solano.13

Como este famoso pleito del padre de Miranda con los mantuanos de Caracas, signic tanto en su vida, creo necesario ampliar los detalles para una mejor comprensin. La querella que se suscita con los mantuanos se llamaban as, a los descendientes de los conquistadores o hidalgos de reconocida prosapia y calidad criollos se inicia el sbado 22 de abril de 1769, cuando el gobernador y capitn general don Jos Solano y Bote le concede el retiro a don Sebastin de Miranda14 manteniendo13. Ibid. 14. Sebastin de Miranda haba sido nombrado el lunes 17 de diciembre de 1764.

XX

COMPRENSIN DE MIRANDA

los privilegios de su rango como capitn de Leva y Reclutas de la Sexta compaa de Fusileros en el nuevo batalln de milicias de la referida provincia, formado por algunos comerciantes canarios radicados en la ciudad de Caracas. En la Silueta15 que don Alfonso hace sobre Francisco de Miranda nos ensea cmo su gura colosal se abre paso ante las dicultades y los hechos pormenores de su accin los describe en un diario ntimo, que bautiza con el nombre de Colombeia (63 tomos), para demostrar su admiracin por Cristbal Coln. Lo inicia desde su salida de Caracas. En l expone con rasgos de recio escritor, todas sus ideas, observaciones e impresiones personales de todo lo que observa, visita y experimenta, as como las ms diversas y detalladas relaciones de los pases que visit. Don Alfonso es el primero en valorar y darle su justa dimensin a la famosa y discutida carta de los mantuanos de Caracas, en el ensayo Carta de los mantuanos discutida en Colombeia II16. El domingo 24 de febrero de 1782 Miranda recibe una misiva que en nombre de todos los venezolanos le envan Juan Vicente Bolvar, Martn de Tovar y el marqus de Mijares, estimulndolo a invadir a Venezuela en favor de su independencia. Esta carta es conocida con el nombre de Carta de los mantuanos. Como las rmas estn tachadas, varios autores, entre ellos Augusto Mijares, Josena Rodrguez Alonso, Jos Luis Salcedo Bastardo y Alfredo Boulton, consideran esta carta apcrifa. Sin embargo, en su archivo, Miranda se reere a ella en dos ocasiones, con lo cual se evidencia la validez de este documento. La primera en la memoria que dirige a William Pitt el 18 de marzo de 1799 donde declara que en 1782 recibi proposiciones revolucionarias de coloniales hispanoameri15. Vanse pp. 3-6 de esta edicin. 16. Vanse pp. 87-90 de esta edicin.BIBLIOTECA AYACUCHO

XXI

canos. Y en una copia de esa misma memoria arma que desde el ao 1782 tuvo instrucciones para solicitar auxilio de Inglaterra con el n de conseguir la independencia absoluta de su tierra natal17. Existen adems dos cartas de su cuado Francisco Antonio Arrieta donde insta a Miranda para que dirija una rebelin contra la Pennsula. Una es del 25 de febrero y la otra del 16 de junio de 178218. En la conferencia titulada Presencia de Miranda don Alfonso reere que al retornar a Londres, conferencia una y otra vez con el primer ministro britnico William Pitt, hijo. Son los momentos en que estalla la Revolucin Francesa de 1789. En el ensayo La hazaa de Miranda en el Caribe. (Nueva interpretacin)19, se reere al abate Viscardo, quien haba escrito una Carta dirigida a los espaoles americanos donde expone de manera breve y concisa la necesidad de lograr la independencia de Amrica haciendo una relacin de las injusticias cometidas por el gobierno espaol, incluyendo todas las quejas y demandas de los americanos, igualmente rechaza el monopolio comercial y el aislamiento a que Espaa ha sometido a Amrica. sta sera un instrumento vital para Miranda en su propaganda pro independentista. Cuando Miranda invade las costas de Venezuela en 1806, la llev consigo y la reparti junto con su proclama. De esta manera, Miranda se convierte en el absoluto protagonista de la actividad propagandstica en favor de la independencia hispanoamericana.

17. William Spence Robertson, La vida de Miranda, 2a ed., traduccin de Julio E. Payr, edicin revisada y compulsada por Pedro Grases, Caracas, Banco Industrial de Venezuela, 1982, pp. 28 y 31. 18. Colombeia, doc. 514, pp. 533-534. 19. Vanse pp. 41-74 de esta edicin.

XXII

COMPRENSIN DE MIRANDA

Presencia de Miranda20 desarrolla ampliamente el tema de los libros de Miranda, quien desde muy joven manifest un sentimiento muy especial por la lectura. Su mundo era el mundo de los libros. Al igual que otros personajes de la Ilustracin europea, su meta era la dedicacin intelectual como nica va para la comprensin del mundo, por eso estudi idiomas, viaj por casi todo el orbe, ley sobre todos los temas de actualidad de su tiempo y acumul una de las mejores bibliotecas del planeta, formada aproximadamente por 6.000 volmenes. Como colofn es justo y notorio reconocer la excepcional y rigurosa manera que tena don Alfonso de plasmar con toda seriedad sus escritos. De acuerdo a su clsica formacin, en ellos segua con toda precisin este famoso pensamiento de Polibio:Es natural a un hombre de bien ser amigo de sus amigos y de su patria; debe tambin compartir con los amigos el odio a los enemigos y el amor a los amigos, pero cuando se reviste del carcter de historiador, debe despojarse de todas estas pasiones y, con mucha frecuencia nos tocar alabar a los enemigos y exornarles con los mximos elogios, cuando sus acciones as lo requieran, y muchas veces tambin reprochar y vituperar sin comedimiento a los ms amigos, cuando sus faltas de conducta as lo exijan. As como a los seres vivientes se les priva del sentido de la vista, quedando totalmente intiles, del mismo modo queda la historia si se le quita la verdad, resultando ser un relato sin valor. Por lo cual el historiador no debe, pues, dudar en reprender a los amigos ni en elogiar a los enemigos. Ni debe temer, tampoco, de encomiar ahora y censurar despus a los mismos, ya que es imposible que aquellos que se mueven en empresas acierten siempre, ni es tampoco verosmil que yerren continuamente.20. Vanse pp. 7-28 de esta edicin.BIBLIOTECA AYACUCHO

XXIII

Y as, separndose de aquellos que han tratado las cosas adaptndose a las circunstancias, en las obras histricas debemos prescindir de los protagonistas, y debemos adaptar las armaciones y los juicios que sean precisos slo a los hechos, como acontecieron.21

Como podemos observar, don Alfonso fue un preclaro humanista moderno en quien la sabidura y la disciplina se transforman en un ncleo de ideas y actitudes.David R. Chacn Rodrguez

21. The Histories of Polybius, libro primero, captulo 14, prrafos 4, 5 y 6. Traduccin de W.R. Paton en seis vols., The Loeb Classical Library. Harvard University Press, 1922-1927.

XXIV

COMPRENSIN DE MIRANDA

NOTA A LA PRESENTE EDICIN

Los diecinueve documentos seleccionados por Lupe Rumazo exponen una ajustada valoracin en la sntesis de la indagacin histrica de un personaje como Miranda. Las fuentes de los textos seleccionados corresponden a un compendio de conferencias, ponencias, ensayos y artculos del doctor Alfonso Rumazo Gonzlez, publicados en un perodo de treinta y un aos; todas ellas provienen del archivo privado del doctor Rumazo Gonzlez, inclusive los dos artculos periodsticos Una carta de Miranda produjo las Juntas Patriticas y El gran Miranda muri ignorado, de los cuales no se posee la fecha de publicacin en los originales.B.A.

BIBLIOTECA AYACUCHO

XXV

Comprensin de Miranda

SILUETA DE FRANCISCO DE MIRANDA

FRANCISCO DE MIRANDA fue el primero en descifrar y compren-

der el momento histrico de su tiempo. El primero en darse cuenta de que haba llegado la hora exacta para la emancipacin iberoamericana. sta, su originalidad, y sta su jerarqua entre los hombres. No se detuvo en su descubrimiento; del hallazgo pas valerosamente a la accin, volvindose el eje y centro del magno empeo; sbese su ejecutor y echa todo su torrente vital en esa forja ingente, larga, difcil. Persistir en ella, irreductible, durante treinta aos! En el Levntate y anda! con que sacude a los americanos hay urgencia, fervor, llamarada, invencibilidad. La grandeza de aquella irrupcin gigante y tenaz excit virulentas oposiciones; y la Espaa monrquica de entonces le odi y persigui infatigablemente por espacio de tres dcadas, hasta atraparlo mediante un traidor; cay el hroe, cuando ya el incendio de la revolucin libertaria por l provocado habase extendido a todo punto. Emerge Francisco de Miranda con la marca de lo ocenico. En su ir entero nada es en l pequeo, ni quieto, ni sin dignidad. Lo colosal y lo titnico irn mostrndose en su existencia poco a poco, hasta que llegue el heroico nal que Walt Whitman deni como un morir avanzando. Por ocenico, hcese Capitn de su propio navo; sale de los puertos y arriba a playas y radas; y, celoso de lo suyo, ja hechos y pormenores en sus sesenta y tres grandes cuadernos3

BIBLIOTECA AYACUCHO

de bitcora que l llamar Colombeia, un diario de muchos aos y un archivo ingente adicional. A los veinte, muy joven, vibrante y ambicioso, se embarca en La Guaira y, esbelto junto al mascarn de proa, abre rumbo hacia el mundo, viajero por la mar Atlntica. A los treinta y siete das de navegacin, el puerto de partida en su patria Venezuela parece unirse al otro puerto, a Cdiz, en Espaa. Unirse, dice el destino: Miranda morir en Cdiz, cuarenta y cinco aos despus; la salida y la llegada nal se han juntado! De un puerto al otro puerto y, entre los dos, una vida tensa, agnica, creadora. Despus del primer arribo a Cdiz, vendrn otros puertos de trnsito, en larga lista de nombres sucesivos: Melilla, en el norte africano, donde combatir contra los moros; Pensacola, en la Florida, lugar de enfrentamiento con los ingleses, en pro de la independencia de los Estados Unidos; Gibraltar, sitio de excepcional mdula creativa: all ingresar a la francmasonera. Luego, La Habana, en Cuba, que ser el lugar en el cual, valerosamente, decididamente, romper con Espaa para siempre. La Habana seala el portentoso viraje, necesario para el cumplimiento de su destino. De Cuba navega, arrebatado ya en preguraciones, hacia el puerto de Nueva York, donde emerger, por vez primera, el proyecto que ha estado formndosele en la conciencia, de emancipar el Nuevo Mundo ibrico. All, a orillas del ocano, se plasma un Francisco de Miranda revolucionario, agitador de libertades para todo un continente. Ah comienza un futuro grande. No intuye el rebelde lo que cuesta actuar apoyndose en aquello que se cree que podr ser realizado, o sea, la ingente hazaa que signica mover algo desde un plano solamente entrevisto. Tiene la plenitud de los treinta y tres aos. Ms tarde, cuando el plan emancipador haya adquirido vitalizacin voceadora potente, instalar en otro puerto, en Londres, el centro de su magna red conspirativa, y la manejar con la pericia de4COMPRENSIN DE MIRANDA

quien halla en el tinglado un instrumento familiar, un arma conocida. Y, cuando no encuentre el apoyo solicitado ni en Inglaterra ni en Francia, se dirigir por cuenta propia, para tomarlos, a los puertos venezolanos de Ocumare y de La Vela de Coro. Siempre el ocano, siempre los puertos! En este navegador perpetuo rige un nico rumbo, un norte de brjula precisa; pero su ir jams aparece rectilneo. Hombre hbil, de adaptacin y sagacidad, zigzaguea y da vueltas; hace que su oleaje suba o baje, estalle en tormenta o vaya en lenta serenidad. No se detiene nunca; detenerse es retroceder o perecer: obra an al nal, en la Carraca de Cdiz, donde organiza una evasin que no puede cumplirse por la fatal interferencia de una enfermedad grave que lo echa al sepulcro. Esa ocenica actividad se ensancha y graba a lo largo de una vida extraordinariamente prdiga en sucesos, pasiones, aventuras, entrevistas, viajes, peligros, xitos y crceles. Le aman u odian; no produce indiferencia; le persiguen, temen, admiran, quisieran endiosarle o destruirle. Navegante del Nuevo Mundo, orienta su nave en busca del vellocino de oro que le obsesiona. Le acompaarn casi todos los esforzados varones que plasmaron luego la liberacin americana: Bolvar, San Martn, OHiggins, Alvear, Artigas, Monteagudo, Gual, Rivadavia, Montfar, Rocafuerte, Servando Teresa de Mier, Nario. Las cartas de navegacin jarn cada hecho y cada nombre-actor; en distribucin continental de actividades, las pequeas y secretas embarcaciones denominadas logias masnicas irn haciendo la mltiple apertura. Miranda es ocenico en la misma medida en que Simn Bolvar, el continuador y vencedor nal, es hombre de tierra. Los ideales de este caminante que no navegante se concretan en las creaciones de la Gran Colombia, de la Federacin de Repblicas, de los proyectos unionistas del Congreso Anctinico de Panam. HablaBIBLIOTECA AYACUCHO

5

luminosamente en Angostura, corazn del trpico; dicta el proyecto de Constitucin de Colombia en el interior de una piragua que cabriolea entre bosques y pantanos; prepara la Carta Fundamental para Bolivia en la incitante quinta de La Magdalena, cerca de Lima. Alcanza su apoteosis al pie del Chimborazo o en la cima del Potos. Todo, todo en tierra rme! Si Miranda otea horizontes con su catalejo, Bolvar en contraste va paso sobre paso en su caballo: as seguir por espacio de catorce aos de incansable esfuerzo fsico, aun a pesar de la tuberculosis de su ltimo lapso vital. Cuando l, un caraqueo, el ms joven, intenta operar desde el mar sus dos expediciones de Los Cayos, slo parece un utilizador de recursos meramente auxiliares. Cuando el otro caraqueo, el ms viejo hay ms de treinta aos de distancia en la edad de los dos, acta en tierra, triunfa en Valmy y en Amberes, al servicio de la Revolucin Francesa; pero, ofuscado por esta brillantsima experiencia, se obnubila en Venezuela, en tierra, donde los hechos fatales le compelen a la capitulacin de San Mateo, en 1812. Vencido, piensa en el mar: por l ir a la Nueva Granada, para proseguir la guerra desde all; pero le atajar el destino, y los espaoles le mandarn prisionero, por el ocano tan suyo, tan mirandino, a la crcel gaditana y a la muerte. Bolvar es un Argos de cien ojos que todo lo mira simultneamente. Miranda, un Polifemo, cuyo nico ojo se ja slo en un objetivo trascendente: la emancipacin americana. No lo lograr l, sino Argos. El cclope mirandino perder su ojo solitario, por golpe de un Ulises pigmeo, perverso y torpe: el traidor Casas, en La Guaira. Al caer Miranda, Bolvar tomar el mando y har la independencia de Amrica. Pero, agnico en San Pedro Alejandrino y tenso an por las ingratitudes, exclamar: He arado en el mar. El arado de la tierra se fundi a esa hora con el agua inmensa del ocano. Miranda y Bolvar vinieron a ser, as, para la historia grande, una unidad excelsa e inmutable.6COMPRENSIN DE MIRANDA

PRESENCIA DE MIRANDA*

RECORDEMOS brevemente la grave escena nal, en La Vela, hace

173 aos. Presenciemos el pequeo Consejo de Guerra, la maana del 13 de agosto de 1806. Asisten a l cuatro jefes: el general Miranda, Campbell, Cagehall y Rouvray. Con autoridad y con tristeza, el jefe expedicionario condensa as la situacin:el pueblo ha huido de Coro no todos, porque se le ha dicho que vena el gran hereje; el obispo de Mrida, Hernndez Milans, que anda por ah en visita pastoral, le ha calicado al lder de monstruo, ateo, insensato, nuevo Belial, y ha decretado excomunin a cuantos se le acerquen; su cabeza ha sido puesta a precio; la proclama mirandina a los habitantes, jada en las puertas de los templos y edicios pblicos, la destruyeron con ira unos cuantos mozalbetes; la primera Bandera de la libertad, izada en el viejo torren, solitaria e indefensa, soporta con orgullo la morticante lluvia de esa maana; se acercan ya las tropas realistas, reforzadas, y no llegan los auxilios ingleses; adems, no se consigue agua dulce para la expedicin. Hay que irse, en derrota! A las diez se embarcaron todos; a las 12 partieron rumbo a Aruba; all aguardarn contingentes, que no llegarn nunca.

* Conferencia dictada en la Universidad Experimental Francisco de Miranda, de Coro, el viernes 27 de abril de 1979.BIBLIOTECA AYACUCHO

7

De este Francisco de Miranda, el inmenso, el titnico, que estuvo aqu hace ya tanto tiempo; de este esforzado Quijote que camin por estas calles, donde le hablaron pocos, donde le corroy la soledad, forzados los acontecimientos por la frula espaola desptica; de este varn sper-revolucionario, desaante y tenaz, vamos a hablar hoy, al menos en los rasgos esenciales de su ser y de su hazaa. Es extraordinario honor para ustedes llevar, en esta Universidad Nacional Experimental, el nombre del gigante forjador de la rebelda emancipadora. Muy pocas veces se encuentra, en la historia de los grandes, una trayectoria vital tan bien dirigida y de tan certera lgica, como la de Miranda. Pareciera que hubiese sido trazada anticipadamente, de principio a n, forzndole incluso al Destino a intervenir de manera evidente y perentoria. No se tuerce el rumbo por nada, y el colosal empeo de incendiar un Continente, contra Espaa, se cumple con estricta precisin. Slo que al nal aparecer, la expiacin de la grandeza, que seal Jos Enrique Rod. No se es extraordinario impunemente! El proceso entero de ese ir puede sealarse as: El hombre que se educa y va formndose; el hombre que se perfecciona y que, descubierta la meta superior, encuentra los rumbos necesarios; el hombre que se echa a operar ese derrotero, y que lo hace por espacio de treinta aos, con dinamia tenaz y absorbente; por ltimo, el hombre que entrega la tea revolucionaria al otro lder olmpico, a Bolvar, que ha de ser el realizador en pleno, el vencedor. Los eximios de la historia a veces llegan; otras, no. S alcanzaron su hito magno Bolvar, Sucre, Bello, Jurez, Washington. En cambio, Miranda no lleg, como no arribaron a su nal previsto Alejandro Magno, Moiss, San Martn, Artigas, Morelos, Simn Rodrguez, Rivadavia, Napolen. Para estos detenidos en la ruta,

8

COMPRENSIN DE MIRANDA

escribi hace mil aos el poeta rabe Haz: Tu grandeza est en que no puedes entrar. Estudi Miranda en la Universidad de Caracas. Curs all lo que hoy denominaramos un bachillerato muy esquemtico, reducido a tres aos de latn, losofa escolstica, retrica latina, algo de geografa y de matemticas. No se estudiaba castellano. No se present luego a ninguna de las facultades mayores. Literatura latina y moral cristiana fue, en suma, lo recibido all. Poco saber, pero con l, como en todos los centros regidos por sacerdotes entonces, una potente inyeccin de curiosidad para los otros saberes. Se enseaba a estudiar, y lo que importa es llevar dentro esa necesidad de aprender, de captar. La universidad inculc esta norma a cuantos pasaron por ella, en Caracas; sus bachilleres, sus graduados, fueron despus el valioso elemento civil, tan determinante en la independencia como el militar. Aquella poderosa inquietud intelectual se enderezaba luego y enriqueca en los muchos mbitos de la autodidaxia. Iba Miranda nalizando sus estudios cuando se le present un problema grave, de resquemor tnico o clasista, al ser nombrado su padre comandante de la Compaa de Blancos Isleos de Caracas, un nuevo cuerpo militar creado por el gobernador, general Jos Solano. Los mantuanos caraqueos sintironse ofendidos por haberse otorgado el honor a un isleo; haba discriminacin entre criollos de origen peninsular y espaoles de Canarias. El rey Carlos III sentenci a favor del padre de Miranda; pero a ste, que quera ser militar, se le cerraron las puertas en Caracas, en cuyo ejrcito estaban los enemigos de su padre. Intervino as el destino en esta vida, forzndole al joven estudiante a viajar a Espaa, donde poda aprovechar el apoyo del rey. Al viajar en el buque, inicia su Diario, que lo llevar, aunque no con estricta hilacin, la mayor parte de su vida. Dejar, entreBIBLIOTECA AYACUCHO

9

pginas de diario y pginas de archivo, sesenta y tres volmenes, que nos parecen ahora una prodigiosa enciclopedia de saberes y de sucesos. En Madrid, la capital del reino, qu hace este joven de veintin aos, alto y arrogante, distinguido y apasionado, seguro adems de lo que se ha propuesto ntimamente? l mismo le informar al rey ms tarde: Pas a Europa con el designio y vocacin de servir a V.M. en el ejrcito. Para este efecto j mi residencia en Madrid, y con sumo ardor me apliqu al estudio previo de las matemticas, principalmente en el ramo conducente al arte militar; de las lenguas vivientes de la Europa, etc., buscando y haciendo venir de pases extranjeros maestros y libros, los mejores y ms adecuados para el asunto, en lo cual se expendi considerable parte de mi patrimonio. Su ingreso al ejrcito se efectu mediante compra del grado de capitn, en 8.000 pesos. Hay que advertirlo: Miranda nunca fue soldado ni subocial, o sea, que dentro del ejrcito jams se vio en contacto de camaradera con el elemento popular, de tropa. Toda su existencia discurrir entre personas de muy encumbrada categora; a veces, de eximia altura, como emperadores, reyes, presidentes, prncipes, duques, marqueses, congresistas y jefes de ejrcitos; artistas eminentes, escritores de muy signicativa creatividad, sabios y poetas de la calidad de Klostop. Cuando su proceso le fuerce a trabajar con el pueblo, en Venezuela, fracasar, por desconocimiento! En Madrid aparece el cataltico: un profesor de francs de apellido La Planche, a muy poco ir se vuelve el personaje que ha de modicar profundamente el pensamiento mirandino, que hasta ese momento no tena otra raz que la universitaria de Caracas. Este maestro de francs, con el que realiza una gira por varias ciudades espaolas, le proporciona muchos de los libros prohibidos por la Inquisicin y por el gobierno espaol. Recibe, as, los tomos de10COMPRENSIN DE MIRANDA

la Enciclopedia, y los volmenes de Voltaire, Rousseau, Montesquieu, Diderot, Raynal, Helvetius, DAlembert. La mentalidad del caraqueo empieza a evolucionar, mediante esos admirables corrosivos que poco a poco liberarn su espritu. Pocas veces se hallar en la historia de la cultura un caso ms denidor que ste, de lo que signican los libros para el hombre. Bolvar, Simn Rodrguez, Rivadavia, Unnue, sern en nuestra Amrica otra muestra de la capacidad reenrutadora que tienen las pginas escritas. Por de pronto, frmase en el yo profundo de Miranda un sedimento de rebelda, que signicar contratiempos a muy corto plazo. Toda idea nueva es un reactivo, a veces muy enrgico. Militarmente le movilizan al norte africano, a la ciudad espaola de Melilla, sitiada por el sultn de Marruecos. Acta, y demuestra que sabe ya magncamente su funcin castrense; escribe extensamente en su Diario pginas especiales sobre las peripecias de este sitio, que termin en victoria espaola. Vuelto a Cdiz, recibe invitacin a Gibraltar, posesin britnica. All, probablemente, fue invitado a ingresar a la francmasonera, entidad que en el futuro le ser inmensamente til. En esta pequea ciudad conoci al ingls Turnbull, cuya amistad, tal vez tambin masnica, le signicar proteccin econmica hasta el nal. En Madrid le confan la jefatura de una escolta para la reina madre, de Portugal, que est de regreso a su pas. Cumplida la misin, cometen con l injusticias; se indigna, protesta; ordenan un arresto en su casa, que durar siete meses! Cunto, cunto no debi de leer y estudiar durante este forzado encierro! Le trasladan luego a la guarnicin de Cdiz, y de all, casi inmediatamente, le remiten a La Habana, en Cuba. Vuelve a la Amrica, su Amrica! No retornar a Espaa sino preso, vencido, para morir! Su nuevo jefe, Juan Manuel Cagigal, es tambin americano, de Cuba. Se entienden y se engendra en ellos una amistad para siemBIBLIOTECA AYACUCHO

11

pre. Miranda tuvo siempre numerosos amigos sinceros, durables, porque saba dar a la amistad la mensura de cabal importancia, como ella lo exige. Participa en otro sitio: el de Pensacola, en la Florida, en los Estados Unidos. Una nueva experiencia militar sobre la cual tambin escribi muchas pginas en su Diario. Ah, aunque episdicamente, participa en la guerra de independencia de los Estados Unidos. Cagigal, su jefe, ascindele a teniente coronel, por su brillante actuacin. Los ociales espaoles empiezan a envidiarle. Haba una discriminacin entre los militares de Espaa y los de las colonias americanas; a stos, se les subestima. Como consecuencia de Pensacola, Cagigal ordnale trasladarse a Jamaica, para un canje de prisioneros espaoles e ingleses; al mismo tiempo, deber cumplir una misin militar secreta. A su regreso, se encuentra con una gigantesca intriga: se le acusa de que al general Campbell, derrotado en Pensacola, se le ha permitido ver y visitar una de las fortalezas de La Habana, cuando pas hacia Inglaterra. Todo falso. Miranda ni siquiera estuvo en la ciudad aquel da. Pero la acusacin fue enviada directamente a Madrid. El general Cagigal se mortica gravemente, y hace la defensa de su subalterno, intilmente. El rey ordena la prisin inmediata del acusado y su remisin a Espaa, para un juicio por traicin. Cagigal, entonces, el noble Cagigal, ampara a su protegido y le ayuda a evadirse, rumbo a los Estados Unidos. Detrs del rey actuaba la Inquisicin, cuya opinin ocial haba sido la de que Miranda deba ser encarcelado y sus bienes conscados, previa la revisin de todos sus libros y papeles. (Debe anotarse que la sentencia de los tribunales espaoles, declaratoria de la total inocencia de Miranda, tard diecisis aos! Coincidi esa sentencia con los gloriosos triunfos del general caraqueo en Valmy y en Amberes, como comandante de ejrcitos de la Revolucin Francesa!).12COMPRENSIN DE MIRANDA

Fuga oportuna, certera, la de Miranda. Su arribo a los Estados Unidos se realiza en un ao extraordinario: 1783. Es el del nacimiento de Bolvar; el del tratado de Versalles, en el cual Inglaterra reconoce la independencia norteamericana; y el de la liberacin del hombre que ya no ser nunca un teniente coronel espaol, sino un general en brava pelea contra Espaa. El viraje ha sido radical y denitivo. Ms tarde, renunciar a la nacionalidad hispana, ocialmente, en documento de altivez inmensa. Penetra a su nueva ptica, cargado de ambicin y de cultura. En Filadela le trata al ex presidente Jorge Washington, el libertador, quien le invita a su mesa varias veces. Por las cartas de recomendacin, especialmente de Cagigal y de los masones, se le atiende y se le distingue; hasta le otorgan prstamos de importancia. Y en la ciudad de Nueva York, poco lapso despus de su arribo, nace al n el nuevo Miranda, el Miranda grande. Sol que rompe en aurora, que alcanzar el cenit y se hundir en ocaso. Tiene 34 aos. Simn Rodrguez escribir: Los bienhechores de la humanidad no nacen cuando empiezan a ver la luz, sino cuando comienzan ellos a alumbrar. Se inicia muy tarde? No! Jos de San Martn tambin abandonar al ejrcito espaol y se incorporar a la lucha rioplatense por la emancipacin, a esa misma edad, que es una plenitud del hombre. Cmo se efecta aquel nacer? Entra en amistad con el coronel Henri Knox y el coronel Alexander Hamilton y, reunidos los tres en varias sesiones, el caraqueo les expone, por vez primera, su plan de libertar la Amrica. Le cont el propio Miranda al diputado girondino Armand Gensonn, en Pars, ocho aos ms tarde: Fue en Nueva York, en 1784 le deca que tom forma el actual proyecto de independencia y libertad, concerniente a todo el continente americano, contando con la colaboracin de Inglaterra, tanto ms interesada cuanto que Espaa misma haba dado el ejemplo, forzndola a reconocer la independencia de sus coloniasBIBLIOTECA AYACUCHO

13

en ese mismo continente. Poco despus, en Boston, se dio forma concreta a esos planes. Desde un punto de vista ideolgico, as, empieza Miranda a ser libertador. El romanticismo no haba hecho explosin todava en el mundo; de otro modo, habrase producido el juramento mirandino, par del otro, posterior, en el Monte Sacro. Pero se lleg hasta la redaccin de un cdigo secreto para las comunicaciones. Desde entonces, y por espacio de treinta muy largos aos, ser Miranda el predicador y el organizador de su magno proyecto; el incitador y el revolucionario invencible por coherente, poderoso por capacidad de penetracin. Simultneamente, el gobierno espaol inicia all, en los Estados Unidos, una vigilancia y una persecucin de indeciente actividad contra el teniente coronel suramericano, a quien considera traidor. El ministro en Londres tiene ya instrucciones para solicitar la extradicin del prfugo, apenas llegue a esa capital. Los ingleses se negarn a acceder a esa requisitoria. Al contrario, cuando arrib a Londres, despus de ao y medio de permanencia en los Estados Unidos, la prensa britnica le salud como el campen de la libertad de las colonias hispnicas en Amrica. Los ingleses propiciaban la emancipacin hispanoamericana, porque Espaa haba participado en la independencia norteamericana, contra Inglaterra. Al fondo haba un sentido de revancha. Con el lbaro de campen de la libertad americana, inicia Miranda un recorrido de cuatro aos por las naciones europeas, dndose a conocer de todos, conndose a todos con sus proyectos, siempre en las esferas altas, las nicas que podan comprenderle en aquellos tiempos de tan gigantesco analfabetismo en el mundo. Pasa por Holanda, Alemania y Prusia; Austria, Hungra e Italia habla ya el italiano, y entra en Turqua. En Grecia practic el griego, que haba venido estudiando (se conservan sus anotaciones sobre los textos de los griegos clsicos, escritos en idioma griego). En14COMPRENSIN DE MIRANDA

Rusia, la zarina Catalina II otrgale el grado de coronel de los ejrcitos rusos, a n de protegerlo de la persecucin espaola, y hasta le regala diez mil ducados, al nal de una permanencia de mes y medio en aquella nacin. Visita luego a Suecia, Noruega, Dinamarca, Blgica, Suiza. Para terminar el fecundo recorrido, penetra en Francia con nombre falso, porque all estaban apostados los peores espas de la persecucin. En suma, quince pases recorridos pausadamente, tomando nexo con los gobernantes y los varones prominentes; estudiando museos, catedrales, bibliotecas, monumentos; estudiando prisiones y analizando costumbres; entendindose con la poltica, la milicia, el arte, el muy intenso vivir social. Curioso de densas insatisfacciones, parece anhelar absorberlo todo y saberlo todo; su pasin de cultura se desborda; adquiere libros y obras de arte, opina, discute, anota en su Diario minuciosamente, ama y se aventura. Vive anchamente, y peligrosamente. Con su auta, interpreta al Mozart de La auta mgica, prodigio de la creacin europea de aquellos aos. Las recomendaciones le llevan a las ms elegantes salas y a los tronos; cuando puede, visita las logias masnicas, y lo deja constante en su Diario. Como consecuencia, se vuelve el americano ms culto de su tiempo. Ha habido impactos inolvidables en esta gira. El encuentro con el general Lafayette, en Berln; la visita al inmenso msico Haydn; la revisin de los manuscritos de Petrarca y Maquiavelo, su amoro con Catalina de Rusia. En Hamburgo conoci al poeta Klostop, cuya Mesada haba ledo; en Ferney deambula meditativamente en la residencia de Voltaire, muerto haca pocos aos; estudia a Rousseau y a Calvino en los sitios de sus residencias. En Bordeaux dialoga detenidamente con el abate Raynal, cuya obra haba sido quemada en Pars por impa. Sale de Francia siete semanas antes de la toma de la Bastilla. Mariano Picn Salas, al cabo de analizar esta vida de movilidad perpetua, como el ocano, dir que Miranda fueBIBLIOTECA AYACUCHO

15

el primer criollo de dimensin histrica mundial. No hubo quien no supiese, de cuantos trat, que estaba comenzando la insurreccin americana, en la teora de su ardiente lder. Al retornar a Londres, conferencia una y otra vez con el primer ministro britnico, William Pitt, hijo. Son los momentos en que estalla la Revolucin Francesa de 1789. El ministro escucha con suma atencin y evidente inters los planteamientos mirandinos: con la liberacin de las colonias espaolas, la beneciada sera Inglaterra que, por su apoyo, recibira trato comercial especial. Miranda sabe que a los ingleses hay que hablarles en lenguaje de negocio. Pero hay un obstculo: la Gran Bretaa no est en guerra, sino en paz, con el gobierno de Espaa, despus del tratado de Versalles; requirese esperar hasta que ese entendimiento se rompa. Y est, en efecto, a punto de destruirse, por causa de unos barcos balleneros. Miranda se entusiasma. Por desgracia, el incidente termina en arreglo amistoso. El caraqueo exclama entonces, desalentado e iracundo: He sido vencido por un tratado de comercio con Espaa!. Lo comercial, antes que lo ideal; antes que lo supremo del hombre, que es la libertad!. Qu hacer? No derrotarse! Trasldase a Francia. Tal vez esa nacin, acabada de volverse repblica, otorgue apoyo a los propsitos mirandinos! Es recibido por el alcalde de Pars, por los ministros. Todos hcenle ver que, ante todo, Francia est en peligro; la revolucin ha signicado una muy fuerte reaccin de las naciones europeas, monrquicas y conservadoras, que condenan la revolucin y estn dispuestas a la guerra en grande para aplastar la revolucin. Lo tradicional quiere dominar; es dragn que quiere aplastar y pulverizar la naciente estatuilla. Tal vez ms tarde sera posible la ayuda... A Miranda, a quien se le conoce bien, considranle apto para cooperar en la defensa del hecho revolucionario, y el alcalde de Pars le convence para que acepte la incorporacin a los ejrci16COMPRENSIN DE MIRANDA

tos franceses con el grado de mariscal. Acepta, y entra a la guerra, a las rdenes del general Dumouriez, comandante del ejrcito del norte. Se da la batalla de Valmy, donde el Mariscal venezolano se desempea con tal prepotencia y xito, que le ascienden a teniente general, en la jerarqua militar francesa. Al mes siguiente, dirige la toma de Amberes, como comandante directo de esa accin. Viene el acto consagratorio cuatro dcadas ms tarde, cuando el rey de Francia Luis Felipe ordene que el nombre de Miranda se grabe en el Arco de Triunfo de Pars, donde vienen mirndolo y admirndolo las generaciones. Ningn americano alcanz ese honor! Despus de Amberes, el general Dumouriez dirige otras acciones militares, que terminan en derrota. Este general achcale a Miranda el fracaso. La Convencin de Pars ordena la prisin del ocial caraqueo; el acusador es el clebre Marat. Slo un mes dura el encierro. Miranda asume personalmente su defensa ante el tribunal, y lo efecta con tanta solidez de argumentacin, y con tanta elocuencia sabia, que, el tribunal le absuelve. El pueblo le saca de la crcel al hroe, en hombros! Uno de los jurados haba razonado as: Yo he podido reconocer en Miranda al lsofo ms esclarecido, al amigo ms sincero de la revolucin. Si la repblica hubiese tenido slo generales iguales a Miranda, los dspotas no existiran. Pero la revolucin, toda revolucin, signica crisis, conicto: tremenda dinmica de fuerzas en choque. Quince das despus, los girondinos el partido poltico de Miranda son derrotados en la Convencin, y triunfan los jacobinos, vengativos, duros, implacables. El general venezolano cae preso. Empieza el imperio de Robespierre, quien desata el largo lapso del terror. Ya el rey Luis XVI haba sido guillotinado; ahora perecern decapitados Marat, Mara Antonieta, Alejandro de Beauharnais, marido de Josena, con quien se casar Napolen; Armando de Coustine, marido de Delna, con quien Miranda llegar a una aventura amorosa espectacular.BIBLIOTECA AYACUCHO

17

La prisin del vencedor en Valmy dur un ao y medio; se le sindicaba de agente del gobierno espaol! Para mentir o calumniar, hay que ser inteligente, y dar cuando menos con lo verosmil! Vea diariamente el encarcelado cmo iban sacando a los destinados a la guillotina. Este padecimiento, hora sobre hora, signicaba que la vida dependa de un instante; todos los ah aherrojados estaban en idntica situacin y tal vez no forj dentro el sentido de solidaridad de que habla Camus en La peste. Un da, se le orden presentarse al tribunal en fecha ja: el 12 Termidor, o sea el 30 de julio de aquel 1804, para escuchar la sentencia de muerte. Interviene entonces el destino: tres das antes, cae Robespierre (a quien guillotinan) y se salva el prisionero. Retinenle, a l y a muchos, varios meses todava. Ya libre, publica un folleto titulado Opinin del general Miranda sobre la situacin actual de Francia y los remedios convenientes a sus males. Por entonces, y como nica vez, se encuentran Napolen y Miranda en casa de la duquesa de Abrantes. Napolen tiene 26 aos y ya es clebre por la toma de Toulon. Y dice de Miranda slo estas palabras: Ese hombre tiene el fuego sagrado en las venas. Diez aos ms tarde, cuando ya Napolen sea emperador, Miranda hablar contra l y le dir a Cochrane que haba que salvar la Amrica del peligro de soportar el deshonroso yugo de Francia. Tambin Bolvar y Simn Rodrguez sern enrgicos condenadores del dspota francs! La poltica interna francesa vulvese oscura, compleja. Se estructura el Gobierno del Directorio, del que emana la orden de expulsin de Miranda; sospechan de l, por espaol. Se esconde, porque aguarda emisarios procedentes de Madrid, donde se han reunido en conferencia, muy discretamente llevada, 18 delegados enviados, concretamente, de Caracas, Mxico, Quito, Santiago de Chile, Bogot, Potos, Guayaquil, La Habana y Lima, para coordi18COMPRENSIN DE MIRANDA

nar una accin poltica revolucionaria en el lapso prximo. Entre ellos estuvo Manuel Gual, el de la conspiracin con Espaa y Picornell. Dos de ellos: Jos del Pozo y Manuel Jos de Salas, ex jesuita, arriban a Pars para presentarle al lder una informacin completa. Juntos los tres redactan un documento que se conoce en la historia como el Pacto de Pars. En este texto hay que estudiarle a Miranda tanto o ms que en su Diario y su correspondencia. Aparece ah el iluminado, el poderoso planicador de la independencia continental. Habla como estadista; es el militante visionario que, acuciado por el entusiasmo, plantea y calcula todo. Cree, con estricta certeza, que el pueblo americano quiere inmediatamente la independencia. Eso constituye uno de sus fatales espejismos. Supone que la ayuda inglesa, en alianza con la norteamericana, sern sucientes. Y hasta seala las fuerzas expedicionarias indispensables: 27 naves de lnea, 8.000 hombres de infantera y 2.000 de caballera. Describe un programa completo de actividades gubernativas, tocantes con la agricultura, la minera, el consumo de productos; hace comparaciones con lo que posee Espaa en tropas y rentas, buques y defensas. Propone, antes que nadie en la historia americana, la apertura de dos canales: el de Panam y el de Nicaragua. Y le ofrece a Inglaterra la oportunidad de esas obras y la consiguiente participacin en la explotacin. Los diecisis artculos de este documento constituyen una de las honras fundamentales de este anticipador de grandes acontecimientos. Parten a Londres Del Pozo y De Salas, para preparar una entrevista con el primer ministro Pitt; viaja luego el propio Miranda. Lleva dos argumentos bsicos: el texto del Pacto de Pars y sus 16 artculos, y la noticia de la conspiracin de Picornell, Gual y Espaa. Escchale Pitt verdaderamente interesado. La isla de Trinidad, que Inglaterra ha tomado para s, podra servir de excelenteBIBLIOTECA AYACUCHO

19

punto de apoyo para una invasin. Presenta datos estadsticos, ms supuestos que reales, del nmero de habitantes de Amrica, de la productividad y de las importaciones; habla de una compensacin de treinta millones de libras a Inglaterra por su cooperacin. Parece hombre febricitante, que ve las innitas alternancias de un propsito magno. Desarrolla iniciativas que fortalecen su hazaa. Una de ellas, la de ms enraizada signicacin, es la fundacin de la logia Gran Reunin Americana de los Caballeros Racionales, destinada a agrupar a los dirigentes de la revolucin. Se ha discutido si aquella fue o no una entidad masnica. Lo fue, segn los libros de historia de la francmasonera; sus ritos y la discrecin se practicaron con rigidez all y en las otras que luego fueron creadas, en Amrica. Probablemente, Miranda estableci nexo estrecho, inicialmente, con la logia de Cdiz, que funcionaba desde atrs, dependiente de la Gran Logia de Londres. En esta de Cdiz se inici Simn Bolvar. La cooperacin de la masonera a la independencia americana ha de calicarse de extraordinaria y constante: viajaban los dirigentes masones de un lugar a otro, portaban mensajes y consignas; valindose del secreto obligatorio en su entidad, conspiraban sin ser descubiertos. Todos cuantos llegaron a la capital britnica, procedentes de Amrica, ingresaron a la hermandad. Miranda rega el secreto tinglado con excepcional ecacia y muy calculada prudencia. OHiggins, el libertador de Chile, volvise la persona de mayor signicacin en las labores masnicas; antes de partir de Londres a su patria, recibi del caraqueo un documento de recomendaciones, que se conserva y que fue conocido en muchas ciudades americanas. El gabinete britnico no se decida a actuar. Mandle entonces el lder de la insurreccin al cubano Pedro Caro, para que laborase activamente en la isla de Trinidad. Llegado all, tuvo que ser vigilado porque buscaba relaciones con personas espaolas;20COMPRENSIN DE MIRANDA

viaj entonces a Hamburgo, donde vendi todos los documentos al ministro de Espaa en esa ciudad. Un traidor! Simultneamente, aparece otro traidor: el francs Duprou, que haba actuado de secretario del Acta de Pars. Vendi lo que tena y lo que rob, a la legacin espaola en Viena. La traicin, debemos recordarlo aqu, fue considerada por el Dante, en la Divina comedia, como la culpa ms grave entre todas; a los condenados por ella les asigna el ltimo crculo del inerno, junto a las hogueras de Satans. Cmo poda triunfar nunca en Amrica, con sus planes, el gran caraqueo, si todos sus documentos estaban en manos del enemigo? Hubo algo ms: al escribirle a su amigo el coronel Hamilton, uno de los estructuradores de la aplicacin real de las concepciones mirandinas en Nueva York y Boston, encontr que el condente ya no crea en su amigo venezolano. Obsesivo, inatajable, Miranda contina planeando: El primer ataque se lanzara contra Chagres, con soldados norteamericanos. Podra hacerse un amago sobre Caracas, que es la provincia ms descontenta de Amrica. Una vez dueos del virreinato de la Nueva Granada, sera necesario hacer circular por el pas una proclama, explicando a los habitantes el objeto de las operaciones e invitndolos a unirse cuanto antes a los invasores. Luego expresaba, en evidente alusin a la masonera: Hay esperanzas de que los agentes diseminados por el extenso territorio habrn llevado las cosas a tal punto que, en cuanto aparezca una fuerza armada, el pueblo se alzar en masa para reunirse a ella. Miranda, un imaginativo poderoso, enorme en sus ideaciones, nunca percibi la parte deleznable que haba en ellas. Exista en Amrica evidente descontento, pero no una voluntad inmediata de insurreccin. El historiador Parra Prez dice: Hasta 1820 subrayo el ao la opinin general y popular en Venezuela fue hostil a la independencia. Ampla Miranda los connes de su credo activo: despus de la capitulacin de CartaBIBLIOTECA AYACUCHO

21

gena dice ser conveniente despachar naves de lnea y fragatas a Buenos Aires, con el n de alejar las fuerzas espaolas de esa puerta importante, desde la cual por tierra podran atacar a Chile y aun al Per. Las naves britnicas podran realizar un crucero entre Acapulco y Lima. Mientras acta as el rebelde, en Francia ha empezado a crecer desmesurada y aceleradamente el futuro coloso inapelable: Napolen, que realizaba ya sus brillantes campaas de Italia, Egipto y Siria. Al ao siguiente, 1799, dar el golpe de Estado del 18 brumario, y se tomar el poder de Francia. De ah en adelante, y por espacio de 12 aos, ser el dspota de casi toda Europa. No, de toda Europa: se exceptuarn los ingleses, en cuyas islas nunca pudo desembarcar. Los ingleses pelearn contra l, golpeando en todos los puntos, militares, martimos, diplomticos, rmando alianzas, apoyando conspiraciones. Entonces, cmo podan, en forma alguna, atender los propsitos mirandinos? Hay que enjuiciar directamente el fracaso mirandino en Inglaterra, situndolo en el plano napolenico. Miranda y Napolen estn ntimamente relacionados en la historia. Miranda caer prisionero de los espaoles en 1812; Napolen ser derrotado en 1813, por la alianza de los Estados europeos, despus de la batalla de Leipzig, y enviado preso a la isla de Elba. Miranda ser encerrado en la Carraca de Cdiz en 1814; Napolen quedar derrotado denitivamente en Waterloo, en 1815. El destino acta contra ambos, y los destruye. Las gestiones mirandinas ante los Estados Unidos, y concretamente ante el presidente Adams, se vuelven intiles, inoperantes tambin. Adams ni le contesta. Abatido, inagotable en los recursos, viaja a Francia; este pas y los Estados Unidos han rmado un tratado de amistad; podra hallarse ah una va. Pero apenas arriba a Pars, el implacable Fouch le vigila y le apresa, por intrigas del gobierno espaol, dice la vctima; a los 6 das, se le expulsa de22COMPRENSIN DE MIRANDA

Francia, de la Francia por la cual combati; de la Francia que ha dejado de ser libre. Retorna a Londres, para reajustar sus recios empeos. Jams se vio un hombre ms tenaz. El primer ministro Pitt ha dimitido. El nuevo jefe del Gabinete, Addington, recibe este plan de Miranda: Reunir un cuerpo de ejrcito en Curazao, con pertrecho y 10 banderas, cuyos colores sern rojo, amarillo y azul, en tres zonas. Desembarcar en Coro y llegar hasta Caracas con tropas aumentadas por contingentes de nativos partidarios de la independencia. Pueden y deben ser sealados dos hechos: la bandera de Venezuela fue inventada por Miranda el 25 de mayo de 1801, cinco aos antes de ser izada en el viejo torren de La Vela; y desde su creacin, fue destinada precisamente a un desembarco junto a Coro. Estas sucesivas, inagotables presiones, quedaron de pronto estranguladas. Por causa de Napolen, se rm en Amiens un tratado entre Francia, Espaa, Holanda e Inglaterra. Entendimiento entre Inglaterra y Espaa, y adems, Francia? Por lgica, era ya imposible que Inglaterra apoyase ninguna accin contra Espaa en sus colonias americanas. La exclamacin de Miranda, en carta a Vansitart, fue sta: El sorpresivo acontecimiento que acaba de producirse me ha sumido en un espantoso estado de desolacin e incertidumbre. No dura el tratado de Amiens. Pero, al deshacerse, Espaa se sita en neutralidad, y las otras naciones signatarias se comprometen a respetar esa actitud. An ms: Napolen, o sea Francia, le vende a los Estados Unidos el territorio de la Luisiana, en 15 millones de dlares. Con este dinero, Napolen estructura y equipa una gran ota destinada a invadir a Inglaterra. La amenaza, muy grave, fuerza a la concentracin de todas las energas de la nacin britnica, para la defensa. Cae el Gabinete de Addington, y vuelve Pitt al poder. Le aconseja a Miranda mucha paciencia; Qu consejo para un impaciente! Napolen se corona emperador!.BIBLIOTECA AYACUCHO

23

Tiene el general caraqueo una piel sin aberturas para el vencimiento. Asume una posicin radical, y se traslada a los Estados Unidos, en busca del apoyo que no le da Inglaterra. Cuenta con muchos amigos all, especialmente con el general Knox. Mientras iba navegando, y soando, se produce en ese mismo mar, al sur de Cdiz, muy lejos, la batalla de Trafalgar (31 de octubre de 1805). El almirante Nelson y su ota britnica destrozaron ah las otas de Espaa y Francia unidas. Hay que subrayar muy claramente: aquella batalla deni para siempre la suerte del Imperio espaol. En efecto, al quedarse Espaa sin armada, las colonias hispanoamericanas entraron prcticamente a la capacidad de sublevarse con mayor entusiasmo, ya que el rgimen espaol no tendra en qu movilizar grandes contingentes destinados a aplastar a los revolucionarios. Slo diez aos ms tarde, pudo destinar a Venezuela y Nueva Granada los 10.000 de Morillo; la recuperacin haba sido muy lenta. Despus de Trafalgar, parecen ms hacederos los proyectos mirandinos. Esta vez operar por propia cuenta, valerosamente, retadoramente. Alguna ayuda le proporcionan los norteamericanos, y puede equipar, con voluntarios, el buque Leander y dos goletas, Baco y Abeja. Con ellos se sita al frente de la costa de Ocumare, donde los buques espaoles, oportunamente avisados, rechazan al Leander y se apoderan de las dos goletas. Este fracaso y el de Coro, poco despus, estn ms que conocidos y sabidos por todos ustedes. A nes del ao siguiente, retorna Miranda a Londres. Y ve, sin asombro quizs y sin desconcierto, que los ejrcitos napolenicos han irrumpido en Espaa. La automtica posicin inglesa es expresada por el rey al Parlamento en estos trminos: La nacin espaola, que actualmente lucha contra la tirana y la usurpacin de parte de Francia, no puede ser considerada enemiga de la Gran24COMPRENSIN DE MIRANDA

Bretaa, sino reconocida por Su Majestad como su amiga y aliada natural. De la ira, pas Miranda directamente a la accin. Capt genialmente la ocasin histrica que se le presentaba a la Amrica, y, sin titubeo ni pausa, dirigi a todos los cabildos americanos la celebrrima circular que, en su parte medular, deca:Suplico a V.S.S., muy de veras, que reunindose en un cuerpo municipal representativo, tomen a su cargo el Gobierno de esa provincia y que, enviando sin dilacin a esta capital personas autorizadas y capaces de manejar asuntos de tanta entidad, veamos con este Gobierno lo que convenga hacerse para la seguridad y futura suerte del Nuevo Mundo... Las Juntas actuales de Oviedo, Sevilla, Madrid, etc., tienen muy poca compatibilidad con los intereses y autoridad de nuestras provincias de Amrica... Srvanse V.S.S. enviar copia de este aviso a las dems provincias.

Haba en ello una suprema lgica: era la hora exacta para la sublevacin general, porque el enemigo estaba dbil. Quin, sino el inexperto, ataca cuando el enemigo mustrase poderoso? La estrategia y la tctica militar, bien sabidas por el caraqueo, le ensearon a ver o a producir el debilitamiento del adversario. Napolen, al invadir a Espaa, pens en las colonias hispanas de Amrica, y mand inmediatamente emisarios para que noticasen que el nuevo rey era Jos Bonaparte. De Caracas, los enviados tuvieron que salir en huida. Amrica le rechaz a Napolen. En consecuencia de la incitacin mirandina, aparecieron en toda Hispanoamrica las Juntas de Gobierno, que sern la va directa a la emancipacin. Se estructuraron en este orden cronolgico: Montevideo, Mxico, Charcas, La Paz, Quito, Caracas el 19 de abril, Buenos Aires, Bogot, Santiago de Chile, Asuncin del

BIBLIOTECA AYACUCHO

25

Paraguay, Guatemala y Santo Domingo. Miranda el inmenso fue escuchado. No haba labrado en el mar ni en el desierto. Los aos 1809 y 1810 generan una simultaneidad de actos emancipadores, que no hubiesen tenido esa frrea interrelacin de no operar el tinglado gigante de Miranda. Su gran fervor de lder y adoctrinador y enrumbador, llvanle en Londres a publicar los cinco nmeros de El Colombiano, que no dej de aparecer sino cuando se tuvieron ya las noticias de la constitucin de las Juntas. El verbo agitador hallbase fecundando! Venezuela mand a la capital britnica los delegados que sugera la circular mirandina. Luis Lpez Mndez, Simn Bolvar y Andrs Bello se entendieron con el gobierno britnico, sin xito. Pero Bolvar le convenci a Miranda de que deba trasladarse a Venezuela, para alumbrar a los rebeldes, asesorarlos, comandarlos llegada la hora de hacerlo. Integrar la Asamblea Constituyente; rmar el Acta de Independencia del 5 de julio de 1811, jando al pie sus objeciones. Luego, dirigir tropas bisoas; vencer con ellas, luego ser derrotado. Cuando encuentre que no tiene, segn su criterio evidentemente europeo, sucientes elementos para la continuacin de la guerra, sobre todo despus de la cada de Puerto Cabello, que guardaba un importante arsenal, rmar la capitulacin, previo el apoyo para ello del gobierno de Caracas. Autorizaron la capitulacin Francisco Espejo, Juan Germn Roscio, Antonio Fernndez de Len, Francisco Pal y Jos Sata y Busy. Aquel acto no fue una rendicin incondicional, sino condicionada en documento que el general Monteverde no respet. Quera Miranda luego, segn atestiguacin de Pedro Gual que lo vio en La Guaira, trasladarse a la Nueva Granada. All deca tengo amigos como Antonio Nario; con lo que all organicemos, volveremos a Caracas.... La misma tesis de Bolvar, ms tarde, en la Campaa Admirable y, luego, en la ruta hacia Boyac.26COMPRENSIN DE MIRANDA

No se hace necesario repetir aqu lo que sucedi en La Guaira la noche del 30 de julio de 1812. All, como en Puerto Cabello con Bolvar, hubo un traidor: Manuel Mara Casas, comandante de armas de la plaza. En su casa durmi Miranda; en ella fue entregado el noble husped a sus apresadores, de cuyas manos pas a la de los espaoles. Bolvar y los otros, jams le hubiesen sacricado entregndole a Cervriz; habran preferido fusilarlo, como pens el propio Bolvar en un momento de suma exaltacin. Cervriz lleg a La Guaira especialmente mandado por Monteverde, a apoderarse de Miranda, en entendimiento con Casas. Con grillos le encerraron en el castillo de San Carlos, con el agua hasta los tobillos; ms tarde trasladronle al castillo de Puerto Cabello, donde Vinoni le traicion a Bolvar; y de all, a la Carraca de Cdiz, para donde parti en diciembre de 1813. Las autoridades espaolas le dieron trato decente al prisionero durante dos aos y medio, porque l se pagaba su comida y atenciones, servido por su delsimo criado Pedro Jos Morn. Los masones de Inglaterra no le abandonaron a su glorioso hermano: envibanle dinero, por conductos secretos; y hasta le proporcionaron las mil libras que se requeran para comprar guardas, para la evasin. Todo estaba muy cuidadosamente planeado: la evasin deba efectuarse en marzo; pero el prcer cay gravemente enfermo y no pudo huir. Haba otra razn para el buen trato en la Carraca: en Amrica, y especialmente en Venezuela, ya muy poco o nada signicaba el lder. Otros haban tomado su puesto! La muerte le sobrevino el da aniversario de la toma de la Bastilla, el 14 de julio, fecha que mundialmente signica Da de la Libertad. El destino le premi a Miranda en el ltimo momento, al cerrarse el inmenso drama de sus hazaas. Fue un hombre de accin, en el trmino ms absoluto del vocablo. Se igual a los ms grandes de su tiempo. Vigorosamente asi con los puos laBIBLIOTECA AYACUCHO

27

suerte de un continente y la forz a enrutarse hacia la independencia. Asumi una dimensin de cclope. Yo no le llamo a Francisco de Miranda, el Precursor. Los precursores se anticipan, anuncian, preparan; no est en ellos lo grande, sino en el que vendr. Miranda no anunci nada, sino que trabaj por lo que haba pensado; fue el organizador y realizador de su propio plan. Incendi la Amrica y, al nal, l mismo, en persona, entr en la guerra que haba preconizado. Cay en lucha; no en anuncio, no en previsin. Fue el ms grande revolucionario de Hispanoamrica en el siglo XVIII, y su prometeico mpetu desemboc en el sacricio a comienzos del XIX. Su gloria, cabalgante en aquellas dos centurias, se extiende hoy hacia una perennidad inalterable.

28

COMPRENSIN DE MIRANDA

EL SENTIDO INICIAL DE LA EMANCIPACIN*

LA EMANCIPACIN latinoamericana tuvo primero una teora, creada por Francisco de Miranda varios aos antes de la guerra de liberacin. Constaba esa teora de dos partes: la estrictamente militar, fundamentada en la ayuda de Inglaterra y los Estados Unidos, en apoyo de las sublevaciones regionales; y la poltico-administrativa. El postulado de la independencia en s era una especie de artculo de fe para muchos, despus del ejemplo norteamericano. Cuando desembarc Miranda en Carolina del Norte, en 1783, huyendo de Espaa, que por intrigas y calumnias quera encarcelarlo a los diecisis aos la Corte de Madrid le declar inocente, tuvo una preocupacin fundamental: conocer los lugares en que se haban dado las batallas, ahora que todo estaba muy fresco (el ltimo contingente britnico haba salido del pas slo dos meses atrs); esperaba especialmente tratar a los hombres que actuaron en la magna hazaa. Podra decirse que arrib con una nica palabra grande dentro del espritu: Independencia! La norteamericana, y slo ella, por el momento.

* Ponencia presentada en el Simposio sobre Sentido y proyeccin de la gesta de la emancipacin en Amrica Latina, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 25 al 29 de octubre de 1982.BIBLIOTECA AYACUCHO

29

Logr numerosas amistades muy pronto, por las cartas de recomendacin dadas por el general Cagigal en La Habana; conoci personalmente al hroe mayor, el general George Washington, quien le invit a su mesa todos los das de la estada del prcer en Filadela; trat al general francs La Fayette, en Boston; la mayora de los capitanes de la lucha contra Inglaterra fueron sus amigos. Entre los muchos altos ociales, hubo dos con quienes entr en muy rme nexo: el general Henry Knox y el coronel Alexander Hamilton. Ambos escucharon las amplias exposiciones mirandinas sobre la posibilidad de la emancipacin latinoamericana; las oyeron y las respaldaron con entusiasmo. Era que, antes de ir a los Estados Unidos, Miranda no haba pensado en esa emancipacin? Evidentemente, la verdad no era sa. La idea estaba en el ambiente de la mayora de las gentes pensantes; se consideraba obvio que la liberacin norteamericana incitara a la del resto del continente. La originalidad de Miranda no poda estar en eso; con Knox y Hamilton no hablaron nicamente de eso, vago en cierto modo aunque lgico. Fueron ms all: se preguntaron quin iba a encabezar y a dirigir esa revolucin gigante; cul iba a sacricarse en esa empresa de titanes. Haba un nico posible: Miranda! En Nueva York naci, as, el Miranda verdadero, el que iba a organizar la revuelta continental contra Espaa y quizs contra Portugal; el que se volvera el lder de la rebelda americana. Los ociales norteamericanos le asesoraron militarmente, le orientaron, hicironle ver a este suramericano de treinta y cuatro aos la magnitud del empeo y le mostraron cunto haba costado realizarlo en los Estados Unidos. Miranda, valeroso, acept la difcil hazaa y se sinti jefe y ordenador de ella. Framente escribi en su Diario: Fue en la ciudad de Nueva York, en 1784, donde se form el proyecto actual de la independencia y la libertad de todo el continente americano, con la cooperacin de la Inglaterra, tanto30COMPRENSIN DE MIRANDA

ms interesada cuanto que la Espaa haba dado ya el ejemplo, forzndola a reconocer la independencia de las colonias del propio continente. Se form el proyecto, dice, pero hay que entender el resto: ese proyecto tena ya una cabeza dirigente y responsable, que no eran ni Knox ni Hamilton; stos, al solidarizarse con la idea, haban entregado sus conocimientos militares, nada ms. Miranda asumi la trascendencia entera de lo que se proyectaba. Despus de este plan inicial, de este nacer para algo nuevo en la historia, Miranda recorri Europa por lapso de cuatro aos. Necesitaba, segn propio testimonio, completar sus conocimientos humansticos, estudiar idiomas, escuchar la opinin de muchos en diferentes pases sobre el proyecto de emancipacin americana; quera, sobre todo, analizar las varias formas de gobierno, las diferentes frmulas polticas, las estructuras administrativas, militares, sociales y hasta estticas, a n de extractar algo adecuado a la Amrica Latina. Claro aparece que estaba operando de una manera idealista, terica. De su Amrica mestiza, de donde haba salido a los veinte aos, no conoca, adems de Caracas, sino parte de Cuba y Jamaica; no tuvo el amplio contacto directo que caba con el lar inmenso al que quera libertar. Al buscar la teora, actuaba sabiamente; la teora es anterior al hecho de una revolucin verdadera. Al nal de su amplia gira, que le llev hasta la corte de Catalina de Rusia vio todos los pases de Europa, presentle al Gobierno ingls un plan severamente concertado, minuciosamente previsor y rebosante en armaciones certeras, destinado a iniciar y llevar a fragua y xito la emancipacin americana. En esas pginas consta el sentido inicial, dado por l, de la independencia. Sentido de unidad y sentido de cooperacin; las dos cosas simultneamente. Este proyecto ser ampliamente complementado y perfeccionado, seis aos ms tarde; lo defender con pacientsima insistencia por espaBIBLIOTECA AYACUCHO

31

cio de casi una dcada. La invencibilidad fundada en la paciencia es tan valiosa como la expresada en potencialidad de ataque. Salcedo Bastardo condensa el pensamiento planicador mirandino as:El plan militar tiene previstos los itinerarios para los distintos destacamentos que ayudarn en la limpieza de Amrica. Para esta primera fase del movimiento, piensa en una organizacin insurgente con un jefe, hatunapa, cuya autoridad durar hasta la formacin del Gobierno Federal, y dos magistrados, curacas, para ejecutar las leyes. Habr tambin una Corte Marcial y un Tribunal de Polica Militar. Los sacerdotes sern regidos por un vicario general y habr tolerancia de cultos... Una vez conseguida la autonoma, se establecer un grande y poderoso Imperio Federado, cuya capital ser la ciudad de Colombia, a fundarse en el centro de Amrica (se apunta a Panam)... En su rgimen mixto monrquico-republicano, el Ejecutivo sera encabezado por dos incas, nombrados por el Concilio o Congreso colombiano. Uno de ellos permanecera siempre en Colombia, mientras el otro recorrera el dilatado territorio. Como rganos de los Incas y nombrados por ellos, habra dos cuestores o administradores del Tesoro; dos ediles, para las obras pblicas; y seis censores, para la vigilancia de las costumbres... El Poder Legislativo constara de dos Cmaras; una de caciques vitalicios, y otra de comunes, elegidos por el voto popular. Del pueblo emanaran tambin los Cabildos y las Asambleas Provinciales, Amautas.1

Casi estamos en las zonas de la fantasa, con estos nombres de origen inca, que no traen otro propsito que el de mostrar una presencia y una raz estrictamente americanas.

1. Jos Luis Salcedo Bastardo, Historia fundamental de Venezuela, Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1972.

32

COMPRENSIN DE MIRANDA

Tal fue, en sntesis, el sentido inicial de la gesta emancipadora: un sentido poltico-administrativo de varias inspiraciones, incluso la inglesa; se advierten muchos aspectos ilusorios. Debe pensarse detenidamente en la teora del apoyo o cooperacin de la Gran Bretaa, preconizado por Miranda de modo enftico y persistente. Tena dos razones para ello: ante todo, la consideracin de la potencialidad internacional de ese Imperio, que vena dominando en todas partes por su podero martimo. Si se quera eliminarle a Espaa, tambin potente, era indispensable una potencia mayor: la de la hazaa de Trafalgar! Adems, la segunda razn la emancipacin de los Estados Unidos constitua antecedente muy vlido; se la haba logrado mediante la sublevacin de los norteamericanos, ms la ayuda ecaz de Francia y Espaa. Washington slo, no habra obtenido el feliz desenlace sino muy difcilmente y tal vez a ms largo plazo. Para pagar la ayuda britnica, Miranda pens en concesiones especialmente aduaneras, a favor de un pas de comerciantes. Los ingleses no dieron la cooperacin que, con insistencia de aos, les solicit Miranda. Se ha hablado del carcter titubeante del ministro Pitt, de los mtodos britnicos excesivamente interesados, y de otros factores que explicaran la negativa. Parece ms acertado pensar en que, desde la aparicin de Napolen Bonaparte, el gobierno ingls se vio forzado a vigilar muy cuidadosamente su poltica internacional, visto que el podero y la ambicin crecientes del corso constituan amenaza para todos, en Europa. El Emperador necesitaba, muy singularmente, el dominio de Inglaterra para la estructuracin plena del vasto imperio por l proyectado. Por la constante presencia de este peligro, era difcil que el rgimen britnico pudiera considerar con real seriedad los planteamientos mirandinos; la guerra contra Napolen eliminaba la posibilidad de otras guerras, y ms, una muy lejana, del otro lado del AtlnticoBIBLIOTECA AYACUCHO

33

(ya en el desarrollo de la guerra, la cooper