Complejo de Edipo y castracion

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texto completo de mirta greco sobre este tema de salud mental basado en los postulados de frued para los complejos de edipo y castracion en los niños

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COMPLEJO DE EDIPO. COMPLEJO DE CASTRACIONMirta Greco

Entre los aos 1895 y 1897 Freud avanzaba en la profundizacin sobre las causas de las neurosis, encontrando en los relatos de sus pacientes histricas una escena de seduccin, generalmente ejecutada por un adulto y que el nio haba vivido pasivamente. A medida que se van sucediendo los casos y sus investigaciones, esta escena, que en principio Freud supone real, va entendindola como una verdad a medias del sujeto, ya que no todas las veces haba efectivamente acontecido. Esta escena va presentndose as como una verdad del inconsciente del sujeto, constituyndose en una fantasa, designando as aquellos relatos de pacientes que no haban ocurrido en la realidad pero que por eso mismo se convertan en causa de poder patgeno.Fantasa de seduccin a la que le otorga un estatuto nuevo, el de protofantasa, acentuando de este modo su valor de idea arcaica y fundante de la estructura del sujeto.Posteriormente Freud encontrar otras dos protofantasas ms: la escena primaria y la castracin. La primera es la de la visin del coito parental y, castracin, la fantasa fundante de castigo y prdida.La presencia de las institutrices que eran las que generalmente protagonizaban activamente esa primera escena de seduccin, conduce a Freud al sentido de velamiento de otra seduccin ms importante, la seduccin de la madre y en la configuracin del complejo de Edipo encuentra que confluyen las tres protofantasas descubiertas.Dichas protofantasas ocuparn el lugar del trauma que hasta ese momento consista en los acontecimientos penosos recordados por el paciente.Esta primera teorizacin, que concibe como traumtico la seduccin proveniente de los progenitores en los primeros aos de vida, lo enfrenta a Freud con una verdad encubierta. Dichas escenas remiten a otra ms arcaica, primigenia: la indefensin producto de un nacimiento prematurizado, en tanto el humano, como nica especie incapaz de defensa y abastecimiento, apoya su imposibilidad en un vnculo que se establece primariamente con la madre. Dicha escena mtica de completud queda perdida en tanto conlleva la falta. Es all donde Freud ubica su segunda teora del trauma, entendindolo como aquella falta inaugural, a la que el Complejo de Edipo podr dar un argumento.Ms adelante retomaremos la nocin de trauma. Siguiendo ahora con nuestro desarrollo del Complejo de Edipo que Freud descubre a partir de la tragedia de Sfocles "Edipo Rey", escrita por el 430 antes de Cristo, develando el valor ancestral y estructural de esta conflictiva de la que el sujeto no puede escapar.Esta tragedia desarrolla la historia de Edipo, rey de Tebas, quien intenta librar a su ciudad de las pestes y padecimientos que la asolaban. Estas eran el producto del castigo que las divinidades le infringan.Por lo que Edipo toma a su cargo la responsabilidad de encontrar y reparar el pecado que mereca semejante castigo. El asesino de su antecesor Layo, sera su bsqueda.De esta manera arma su propia historia segn los datos que distintos personajes le van acercando y es la siguiente:Layo y Yocasta, reyes de Tebas, deciden matar a su hijo como forma de escapar a los designios del orculo que profetizaba que el propio hijo malaria a su padre.El sirviente elegido para el sacrificio del nio, por piedad decide abandonarlo en lugar de matarlo y as lo deja con sus pies atados (Edipo en griego quiere decir "el de los pies hinchados").Recogido por un matrimonio, decide escapar cuando se entera de que los dioses han decretado que l, Edipo, matar a su propio padre.En esa huida tiene lugar una pelea con un grupo de hombres desconocidos, en la que sin saber de quin se trata mata a Layo.Llegado a Tebas, salva a la ciudad de la Esfinge y el pueblo lo erige en Rey, desposando a Yocasta, su propia madre.El final de la tragedia est dado por el reconocimiento de Edipo de la consumacin del asesinato a su padre y matrimonio con su madre, a pesar de sus intentos de eludir los designios del Orculo. Yocasta se ahorca y Edipo desquiciado saca los broches con que ella prenda su ropaje clavndoselos en los ojos.Sfocles parecera reproducir en su tragedia, este carcter de marca indestructible, de estructura, casi preexistiendo al sujeto, descentrndolo, cuando el sujeto Edipo por ms (que intente rebelarse a este carcter de impronta no lo logra y pasa por esos desfiladeros de rivalidad y enfrentamiento, tan persistentemente evitados. Como as tambin reproduce el lugar materno de franca seduccin.Otro movimiento importante de esta tragedia est dado por la reconstruccin de esta historia que va haciendo Edipo a lo largo de la obra, a travs de los datos que l recordaba y de los que le van agregando los que lo rodean, Tiresias, Creonte, Yocasta, un sirviente, datos que al dejar su ciudad de Corinto parecan quedar olvidados, pero desde donde, a partir de los padecimientos de sus ciudadanos, se produce el desequilibrio que lo lleva a la reconstruccin dramtica de su historia, develando aquello de lo cual no haba querido saber nada.Lacan plantea la conflictiva edpica en tres tiempos intentando no quedar atrapados por la saga griega y haciendo hincapi en la funcin paterna como soporte de ley: el primero sera el del idilio del amor de la madre y el hijo, momento de seduccin mutua, relacin de estos dos Cuerpos y erogeneizacin del cuerpo del hijo, donde el hijo funcionar como aquello que completar a la madre.En el horizonte operar un lmite, una ley, la de la neurosis de la madre, que marcar su falta, su castracin, que har que los dos no se puedan recubrir, y a la vez los relanzar en esa ilusin a la demanda Vaco, falta, se instalar como un tercer trmino, que ser ocupado por el padre, o por la razn del deseo de la madre, el falo (-) en su cara imaginaria, aquello que no se tiene y que el otro puede cubrir. el segundo tiempo es donde emerge el padre como figura capaz de llevar a cabo la funcin de corte, ya que hace tambalear la supuesta omnipotencia materna del primer tiempo, en el cual no aparece condicionada por ley ninguna. Lacan lo llama momento del padre terrible, de la doble prohibicin: a la madre, "no integrars tu producto"; al hijo, no te acostars con tu madre". Este padre, privador, omnipotente, puede evocarnos el padre que Freud describe como protopadre de la horda, en Ttem y Tab, el que impone la ley arbitraria, ley para otros que a l no lo incluye.Es el padre que ordena ms all de lo que Ordena. Esta voz que ordena se conformar en la voz del supery.

en el tercer tiempo el padre aparece como permisivo ofrecindose como modelo de acceso a la mujer con la madre como prohibida, sometido l mismo a una ley que transmite, la frase podra ser: buscars a otra mujer que no sea tu madre como yo busqu la ma en otra que mi madre". Momento del que depende la declinacin del Edipo, en tanto instalacin de la ley en que se inscribe la castracin como prdida, punto de referencia imprescindible que marca el destino sexual del sujeto, sujeto en falta que escribimos con la barra que lo divide.El nombre del padre" ser el resultado de instalacin simblica del padre, producida por la metfora paterna, en tanto sta operar sustituyendo ese vaco entre la madre y l, que el deseo de la madre dejar al descubierto.En cuanto a la declinacin del Complejo de Edipo, debemos observar varios aspectos.Freud plantea la salida del Complejo de Edipo como una desaparicin tan particular que implica una recurrencia regular, pues gran parte de las pulsiones propias de esta trama edpica sucumbirn al destino de la represin, desde donde irn operando sus efectos hasta que en la pubertad y adolescencia, en las elecciones particulares de objeto, se pueda dar cuenta de ellas. Los restos no pasibles de represin sern sublimados, esto implica que se transformarn en tendencias hacia fines ms aceptados socialmente. El colegio ayudar en este derrotero proponindole a los nios alcances de crecimiento y produccin en el terreno de lo intelectual a la luz de normas y legalidades que ya estar en condiciones de observar. Este perodo es conocido con el nombre de latencia ya que la sexualidad parece dominada o dormida.En la poca de la pubertad, cuando la pulsin sexual plantea sus mayores exigencias, aquellos objetos familiares incestuosos reaparecern y se desplegarn procesos afectivos que siguen los rumbos del complejo de Edipo, procesos que en definitiva aparecern alejados de la conciencia, ya que el sujeto errata por la vida tratando de acotar a aquellos personajes, aunque sus elecciones lleven las marcas de lo parental.Freud es categrico al decir que en los neurticos este complejo no alcanzar la solucin, permaneciendo sometido el hijo al padre y la hija a la madre, de all su lugar como ncleo de las neurosis.En sntesis: el Complejo de Edipo historiza la sexualidad, es decir, la constitucin del sujeto y el objeto imposible.En esta red de relaciones vehiculizadoras de demandas y prohibiciones, el sujeto ir construyendo su ser en relacin con la terceridad que encarna el padre, con la ley, de ah su aspecto de ingreso a la cultura.El complejo de castracin acompaa los desarrollos edpicos, ya que comporta los avatares que el nio atravesar a partir de la diferencia sexual anatmica, enfrentndolo con la prdida.Freud desarrolla la primaca del falo en "La organizacin genital infantil" (1925), al descubrir que nia y nio en un principio parten de la hiptesis de la igualdad de los sexos (es decir que aunque sepan de la diferencia varn-mujer, le adjudican a los dos pene) y ante la visin del rgano genital femenino atribuirn esa diferencia a una prdida, a la castracin. El temor a padecerla como castigo a sus deseos incestuosos har sucumbir el complejo de Edipo masculino.En cuanto a la nia, ella entrar al complejo de Edipo por el complejo de castracin, es decir que aunque parte como el varn de la premisa de que todos tienen pene, y su cltoris se comporta como tal, esperando su crecimiento, cuando tal ilusin cae, esta ausencia concebida como falta es atribuida a aquella que le daba todo, su madre, volcndose al padre como bsqueda de compensacin, lo que determina su ingreso edpico.La diferencia entre nia y nio reside en que ella lo acepta como un hecho consumado y el varn teme su cumplimiento. Por lo tanto, al no existir la posibilidad de tamao peligro, la nia no sufrir la urgencia del abandono de la organizacin genital infantil ni la inflexibilidad del supery del varn.Esto no quiere decir que no atraviese la latencia pero s que su ingreso y desarrollo no implica lo abrupto y espinoso que ser para el varn. Freud recalca, adems, que la renuncia al pene es soportada bajo la ilusin de una compensacin: un nio del padre. Culminando el Edipo en el deseo de recibir un hijo del padre, deseo que, al no cumplirse, perdura en su inconsciente.El nio y el pene sern sobre los que se apoye el significante primordial, el falo. Este rgano masculino disparar el recorrido de investigacin y bsqueda que decantar en la divisin flico-castrado.Siguiendo las enseanzas freudianas, Lacan genera su propia lectura del Complejo de Edipo, y nos aparta de la trampa imaginaria de la visin de escenas donde padre y madre cuenten desde una realidad. La realidad que abordamos es la nica, la realidad psquica, deca Freud. Lacan insiste precisamente en entenderlos como funciones, combinatorias, camino simblico, nico posible de acceso a ese real ancestral en juego.Con el complejo de castracin ocurre algo similar, habiendo Freud abierto el fuego de la realidad psquica infantil y encontrando en las mismas escenas esta realidad tan peculiar de su fantasa, Lacan lo retoma en su conceptualizacin del falo. El falo es un significante, el primordial, en tanto l ser desde donde los dems adquieran un lugar. As como en Freud se esclarece por su funcin, que al no ser objeto, por lo mucho, simboliza o se apoya en cltoris o pene; en tanto que falo determina una relacin y no es una fantasa la que tendra que ver con un efecto imaginario.De estos desfiladeros y avatares podemos precisar la castracin como el modo en que el sujeto se instaura en el orden simblico y que interpretamos con Lacan Como efecto de la dependencia del sujeto al significante, y la constitucin del objeto como perdido.

Bibliografa

Freud, S.: "La disolucin del Complejo de Edipo", en Obras Completas. La organizacin genital infantil", en Obras Completas. La significacin del falo, en Obras Completas.

Trauma

En el ao 1920 Freud escribe su "Ms all del principio del placer" trabajo central dentro de su obra ya que produce un giro interesante, pues sin desechar ninguno de los alcances obtenidos hasta ese momento, sin embargo se reubicarn a partir de su descubrimiento de lo que luego Lacan teorizar como Real.Este ms all que postula a partir de que el principio del placer le resulta insuficiente para explicar la tendencia del sujeto al sufrimiento, al dolor, al autocastigo, al sadismo vuelto hacia la propia persona o sea el masoquismo, en tanto insistencia de la repeticin de lo displacentero.Su interrogacin comienza a desplegarse a partir de la observacin de su nieto de ao y medio, l que ante cada partida de la madre repite a modo de juego una actividad que consiste en lanzar un hilo con un carretel atado a la punta fuera de la cuna, volviendo luego a atraerlo hacia s, acompaando estos movimientos con unos sonidos homlogos al aqu-all del alemn fort-da.Otro suceso que lo interroga es la neurosis traumtica que, por la primera guerra recientemente acontecida, haba dejado como uno de sus dolorosos saldos este padecimiento donde noche a noche el sujeto reeditaba en sus sueos escenas de guerra como estampidos o estallidos de bombas de los que despertaba sobresalta do.En estos dos casos Freud se preguntaba a qu responda esta obsesin a la repeticin de escenas penosas para el sujeto, ya que el placer no da cuenta del recupero ejercido en esas insistencias y, en cuanto a la neurosis de guerra, qu tramitaban estos sueos o si desmentan su formulacin del sueo como realizacin de deseo.As descubre ese centro de desconocimiento: ombligo del sueo anterior o ms all del principio del placer, desde donde acta silenciosamente la pulsin de muerte. Quedando el trauma localizado en ese ms all de la escena traumtica de su primera teorizacin del trauma, podramos decir: lo que esa escena no pudo tramitar o significatizar corresponder a ese ms all.Retomemos el juego del fort-da, el nio enfrentado con el vaco que provoca la partida de la madre, jugar a ir ms all de su cuna mediante el carretel en un ni tan lejos ni tan cerca, ni tan propio ni tan ajeno. Juego germen cie lo simblico, ya que en este arribo a la metfora el sujeto adviene en estas reactualizaciones de las dos divisiones que sufre: la del significante y la prdida del objeto.Lacan bautizar "real" a este imposible de significar, desde donde la pulsin cie muerte disparar la compulsin a la repeticin, la que funcionar desde sus dos caras: tyche y automaton.Automaton la cara de la insistencia, del volver que dispara el principio del placer, volver sobre las huellas, marcas significantes que por tal responden a una estructura, tienen un lmite, su combinatoria no es infinita. De la "compulsin a la repeticin" freudiana, el automaton sera la compulsin.A partir de este lmite irrumpe ese mas all; la tyche, el azar, lo real propiamente dicho, en tanto el encuentro impulsado por automaton, implica que siempre es fallido.Este encuentro fallido propio de lo real tiene su fundamento en la esquizia o divisin del sujeto.El punto de partida de esta esquizia lo encontramos en una primera resistencia del sujeto, que no implica un yo formado sino que acta como una resistencia del discurso, que la ubicamos a modo de caracterizacin en los monlogos infantiles que acompaan a todo juego o casi se instalan como juego al fin, donde el nio aparece tomado por estas repeticiones de sonido, y trata de resolver una sintaxis que se le vuelve dificultosa, conformando de esta manera el lecho de lo inconsciente.El Fundamento de la repeticin es esta esquizia del sujeto con respecto al encuentro (fallado, de lo real), lo que lo lleva a la complicidad de la pulsin, ya que es en ese lugar de falta de significante donde aparecer el objeto de la pulsin.Este objeto funcionar como causa de que ese gran Otro, tesoro de los significantes, se relance en la instalacin de otra cadena de significantes. Cadena que funciona como soporte donde el deseo inconsciente se desplaza, el que nos podr acercar a ese ms all generador del objeto causa, ms all del principio del placer, de lo simblico.La compulsin a la repeticin parte de ese ms all que localizamos en ese terreno de lo real, intento imposible del encuentro con el objeto, retomando a las huellas (automaton) que decantarn su imposibilidad en juego, resto, tyche, encuentro imposible.Este reencuentro con el objeto, bsqueda o intento de la pulsin de muerte, responde a esta cara imposible del inconsciente, cara real, terreno del goce imposible. Y ah es la figura de la madre, en el lugar del das ding, de la "Cosa" freudiana, la que aspirar desde ese ms all de lo significatizable.Digamos que el significante, como el placer, tiene un lmite; el goce seria como ese y placer todo, su colmo, del que no se puede hablar y es imposible.El sujeto en el derrotero edpico, como lo vimos anteriormente, advendr enfrentando primeramente el deseo de la madre como sin ley, caprichoso, ya que no sabe a qu se dirige hasta que aparece el padre. Al metaforizar el Nombre del Padre el deseo de la madre, se ordenar la escena a partir dela funcin flica, entonces, a partir del goce flico, goce simblico o delimitado podr el sujeto acotar el puro goce del primer momento, ese goce que lo llevara a la muerte.Podemos concluir que el mito del Edipo i y nos relata los juegos del deseo en el advenimiento del sujeto. Sujeto que volver en estas huellas (repeticin), en el intento de una recuperacin imposible (trauma), que a la vez le ofrecer la posibilidad de andar a travs de la metfora en la bsqueda de nuevos sentidos (donde el ordenador ser el falo).

Bibliografa

Freud, S.: Mas all del principio del placer, en Obras Completas.Lacan, J.: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis. Seminario 11.Miller, J. A.: Teora de los goces. Clnica del Supery.