Todo lo que viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas;

porque en el Sheol, adonde vas no hay obra (actividad), ni trabajo

(propósito) ni ciencia (conocimiento) ni sabiduría

Eclesiastés 9:10

¿Qué es la vida? La vida somos nosotros viviendo o existiendo. Nosotros diferimos del acero y de las columnas inanimadas, porque somos seres en movimiento. La vida es un conjunto de reacciones químicas.

La vida no te está esperando en ninguna parte, sino que te está sucediendo ahora. La vida no es una tecnología ni una ciencia, es una arte. La vida esta para nosotros, y nosotros estamos para la vida. Es una relación mutua, una depende de la otra.

La vida nuestra es como un potrillo salvaje que hay que domarlo con las riendas puestas, pero la pregunta es ¿En dónde están las riendas de tu vida? ¿Quién tiene esas riendas que dirije tu vida? Me dirás que las riendas de tu vida están en las manos de Dios ¡Excelente! Esa es la idea, pero Dios te ha dado las dos correas que tienen las riendas del caballo (vida).

Tu vida está en singular pero las riendas están en plural. Se denomina “riendas” a las dos correas que el jinete rinde, sujeta y maneja. Las riendas sirven para gobernar las guías en los tiros de los caballos.

La primera correa de la rienda de tu vida es el liderato tu fe. Liderar tu fe es hacerte responsable de tu vida y esa responsabilidad se da al tomar las decisiones de fe. Las decisiones de fe son las que definen lo que quieres para tu vida. Tu fe te dice dónde estás y a dónde quieres llegar.

Con la fe puedes llegar a dónde quieras; porque la fe te fue dada para movilizarte, ¿Por qué la fe es un movimiento? Porque es una decisión. Si no decides no hay fe, lo que tienes es una presunción. La presunción es una ficción de la fe. La presunción es la causa y el efecto de presumir.

Muchos dicen: Yo tengo una tremenda fe ¡Eso es presunción!. Son otros los que damos testimonio de tu fe sólo cuando vemos tu acción. La fe no sienta en el sofá a presumir o a conjeturar. La fe nunca vive sentada, al contrario vive de pie, porque fe es creer y creer es crear.

Creer es crear. Al creer afirmas y al crear construyes. Al creer decretas y al crear edificas. La fe llega a tu boca para que hagas afirmaciones de fe y para que hagas decretos de alcance.

Y la fe llega a tus manos para que las utilices para crear resultados.

Cuando Jesús dijo: Al que cree todo le es posible fijate que al creer le añadió el posible, posible que viene de poder, de capacidad y de posibilidad.

La fe centra su atención en lo que queremos porque obtenemos aquello en lo que nos enfocamos. Si te enfocas en las carencias de las cosas, obtendrás una mayor carencia o necesidad.

¿Qué es la fe? Es un pensamiento de certeza sobre el significado de algo. La fe es una realidad pensada. La fe busca al objeto y lo hace suyo.

Nunca sueltes las riendas del liderato de tu fe. Eres el jinete de tu propia fe. Cuando eres líder de tu fe, siempre buscas el bienestar tuyo y de los demás. Haz historia por medio del liderazgo de tu fe. Por el liderato de su fue Noé preparó un arca sin antes venirse el diluvio de agua.

Por la fe Abraham salió a un lugar sin saber a dónde iba. Por la fe Sara siendo estéril, recibió la fuerza para concebir a su primogénito. Todos hicieron historia por medio de la rienda de su liderazgo de fe.

La segunda correa de la rienda de tu vida es gobernarse asimismo.

¿Cuál es el mejor gobierno? El que enseña a gobernarnos a nosotros mismos. El propósito de gobernarse asimismo es llevar una vida sin disfraces.

Gobernarnos a nosotros mismos significa civilizarnos y ¿Qué tenemos que civilizar? Hay que civilizar lo negativo de nuestras palabras y lo oscuro de nuestras acciones “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7).

El dominio propio es nuestro gobierno interior. Si aprendemos a gobernarnos a nosotros mismos, no necesitaríamos que nadie nos gobierne o controle.

¿Qué es nuestro gobierno? Es un asunto de autonomía y autocontrol. A la autonomía se le llama “gobernarse a sí mismo” y al autocontrol se le llama “dominio propio”.

La autonomía es el auto gobierno o la capacidad de tomar decisiones sin intervención ajena, es decir por propia voluntad y sin imposiciones externas. El autocontrol es la habilidad de controlar las propias emociones, comportamientos y deseos.

¿De dónde viene el auto control? De un verdadero gobierno de sí mismo, es decir, de una decisión consciente, deliberada y libremente aceptada.

Algo es autónomo cuando nace de uno mismo y algo es de dominio propio cuando lo puedo controlar y consolidar.

¿Qué sucede cuando nos enojamos? Somos caballo loco y desbocado. El enojo es un estado emocional que varía en intensidad. Varía desde una irritación leve hasta una furia e ira salvaje.

Como otras emociones, está acompañada de cambios psicológicos y biológicos. Cuando usted se enoja, su frecuencia cardíaca y presión arterial se elevan y lo mismo sucede con su nivel de hormonas de energía, adrenalina y noradrenalina.

El enojo puede ser causado por sucesos externos o internos. Usted puede enojarse con una persona específica (como un compañero de trabajo o supervisor) o por algo ocurrido (embotellamiento de tránsito, un vuelo cancelado), o su enojo puede ser causado por estar preocupado o taciturno debido a sus problemas personales.

Los recuerdos de hechos traumáticos o endurecedores también pueden despertar sentimientos de enojo.

El objetivo del manejo de la ira es reducir sus sentimientos emocionales y controlar esas reacciones ¿Se puede? Claro que si, es un asunto de disciplina.

¿Cómo tomar las riendas de nuestra vida? Tomando en la mano derecha la rienda de la fe y en la izquierda la rienda de gobernarse asimismo. Así es como se maneja la vida. Si sueltas una rienda, te desequilibras.

Tomar las riendas de nuestra vida es tomar la ley de la armonía, porque ésta permite el funcionamiento coordinado de nuestra vida.

Cuando tomas las riendas ¿Para qué las tomas? Para halar el caballo, para ponerlo en plena acción, para arrancar y después que va en movimiento lo puedas con las riendas controlar. ¿Por qué hay jóvenes y personas que la vida se le va para un lado o la llevan al revés? Porque soltaron o la correa del liderato de su fe o la correa del auto gobernarse asimismo y le permitieron que un vicio, un grupo nocivo los gobernara a ellos

Tus riendas son metas. Muchos dicen, esto se me salió de la mano, y te pregunto ¿Quién soltó la correa de esa mano? Algo que se puede soltar a su vez se puede volver a retomar. ¡No hay excusa!

Observa en que edad llevas tu vida. No importan los años, lo que importan son las riendas. Tú puedes terminar muy bien el curso de tus años, si mantiene correctamente agarradas las correas porque tú eres el único jinete que después de Dios, impulsa su vida.

¿A qué te invitan las riendas? Hacia adelante.

No es de los ligeros la carrera ni la guerra de los fuertes, sino de las riendas que son las capacidades que Dios ha puesto en tus manos para que tu vida sea de éxito y de bendición.