Cómo (no) vemos cine (por Cristián Favre)

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Francia se alarmó por sus cifras del 2014 y su promedio era de tres entradas por habitante, que es un número que triplica al nuestro para el mismo año. Y muchos otros países europeos vienen acusando lo mismo, es decir que parece una realidad global que la gente vaya cada vez menos al cine. Personalmente, mis condicionamientos domésticos me hacen entrar en las peores estadísticas: no veo una película en el cine hace bastante. Tarantino, que ya no es muy provocador ni con lo que hace ni con lo que dice, por estos días ha declarado que la digitalización fue el principio del fin del cine, algo parecido a lo que ya había dicho Godard en los 80’ pero sin victimizar al cine, sino notando precozmente que algo estaba agotado en su forma(to). Lo que quería hacer en estas líneas, (algo más) simplemente, es repasar cuál es el recorrido que hago a la hora de “elegir” las películas que veo y compararlo con los hábitos anteriores. Basta para esto con empezar por recordar que como aficionado al cine que empezó a ver en cantidad con la consolidación del VHS, esta historia se remonta hacia 1988-89 en que Rosario tenía un par de epicentros en el rubro: en primer lugar Videoteca (su local de la calle Cochabamba), y en segundo lugar algunos ciclos de cine, sobre todo los de Emilio Toibero. Y con esto caigo en la cuenta de que en esta ciudad, en la que muchos estrenos siempre llegaron tarde –en el mejor de los casos–, el cine hace rato que no estaba en el cine. Lo que elegía ver por esos años era entonces la resultante de links verbales entre otros aficionados, la revista El Amante con sus dossiers sobre cine de autor y, sobre todo, el producto de las charlas in situ con los empleados de Videoteca. Así que, en gran medida, las apasionadas pro-críticas de Gustavo Galuppo mientras acomodaba cajas en las bateas de videos y la curiosidad (esto no ha menguado) me hicieron descubrir a la Nouvelle Vague, a Bresson, a Antonioni, Buñuel, Ford, Passolini, Ferreri, Kazan, Cassavettes, Scorsese, Wilder, Kubrick, De Palma, Hitchcock… Pero también a muchos grandes cineastas más contemporáneos a esa época que una que otra vez también podían verse en los cines, como Greenaway, Lynch, Ferrara, Herzog, Kurosawa, Wenders, Jarmusch, Cronemberg, Coen, Kieslowski, Panahi, Kiarostami, Sokurov… En el medio quedaban además muchos pero muchos títulos que se asociaban de una u otra forma a esta ruta mayor. Aunque estos otros afluentes, digamos menos míticos, que iban y venían también gracias al google de El Amante-Videoteca en los 90’, eran tanto o más ricos. Ahí estaban películas de Carax, Egoyan, (Bigas) Luna, Solondz, Clark, Kar-wai, Loach, Hartley, Ripstein, Craven, Erice, Carpenter, Champion, Burton, Medem, Rudolph, Frears, Sautet, Farrelly, Guédiguian, Rodríguez, Leigh, Van Sant e incluso del comienzo del Nuevo Cine Argentino. Hay que decir que la base de este dispositivo de selección no cambió demasiado: el método sigue siendo la inquietud y el gusto que se va desarrollando, sumado a un sistema de indagación que separe de la maraña de posibilidades las películas interesantes para bajar de la red, en este caso. Parece ahora haber algo más de azar (no estoy tan seguro) y algo menos de ritual (eso sí). Los gurúes de consulta más o menos regular son hoy los repasos de festivales que se hacen en blogs especializados (el de Quintín y el de Porta Fouz, por ejemplo), lo que deja free la revista El Amante –que pasó al formato on line con suscripción paga desde hace un par de años–, y, fundamentalmente, los comentarios de bajadores compulsivos (algunos de ellos anónimos*) y algunas relaciones y datos que a veces faltan y permite hacer la base de IMDB. Da la impresión frecuentemente de que la elección es más por “tips” que por “opiniones críticas”, en parte porque las opciones son tanto más multiplicadas que las películas no alcanzan a ser vistas antes de ser comentadas: más vale hay una circulación de potencialmente bajables. Entre las ofertas de esta era (se puede decir que es largamente una década) hay, también, una “liga mayor” de películas de autor que pertenecerían –es discutible, pero creo que aceptable– a un cine más perdurable o trascendental, o que, por alguna razón, están más cerca del viejo paradigma (de selección): ejemplos, pelis de Ming-liang, Guerin, Miike, Ozon, Garrel, Dardenne, Haneke, Linklater, Anderson, Kauirismaki, Reichardt, Dennis, Dumont, Sorrentino, Weerasethakul… Pero lo más inabarcable es el número en las “ligas menores”. No hay reglas de agrupamiento y las ramificaciones geométricas o exponenciales de películas y directores se vuelven reticulares porque en definitiva mimetizan esto del link del link del link. Sería hasta bastante imposible hacer una lista de destacados. Lo ilustro con un par de hallazgos del año pasado o de éste mismo, para mostrar los tipos de caminos que se dan: 1. Me comentan que hay una película interesante escrita y actuada por una chica, estilo y autoreferencialidad que recuerdan a Miranda July, (difícil) género de comedia de tono medio, cine independiente americano. La película se llama Tiny furniture. Después de verla curioseo algo de su casting en IMDB donde aparece asociada a otra comedia que comparte algunos actores: Sleepwalk with me. Cuando veo los créditos de ésta última, hay más de una razón para emparentarlas, porque en este caso el actor principal también es el director. La busco y la bajo. La verdad es que resultan muy frescas las dos... No hay cosas nuevas para ver de ninguno aun: Lena Dunham y Mike Birbiglia, que deberían poder repetir sendos buenos resultados. 2. Me recomiendan una película nueva de un director chileno, Sebastián Silva, se llama Magic magic. Leo, a partir de la recomendación, unas notas sobre su director que efectivamente cuentan que pasó de filmar en Chile algunos años a ser producido en Estados Unidos (por el joven actor y ahora productor Michael Cera) y elogiado en el Sundance. Bajo La nana, de su etapa chilena. Muy buena. Y después sigo con las recientes, Crystal fairy y Magic magic, que fueron realizadas casi juntas. Logradas, inquietantes como La nana –que pone la vara bastante alta–. El sustrato de todas parece ser el suspenso sutil y las tensiones interpersonales, aunque sea puesto en envases distintos: social, road movie, terror sicológico. Crystal Fairy me pareció más atractiva que el otro experimento de este nuevo período de Silva. En alguna parte de su par de legendarios textos sobre el tema, Deleuze explica que el buen cine viene a devolvernos la posibilidad de creer en el mundo. No me quedan dudas acerca de las facilidades enormes que hay hoy de ver cine. Sí en cambio me hace ruido (nunca mejor eufemismo, porque se trata de un efecto del aumento de escala) el hecho que con las nuevas costumbres parece perderse –evanecerse sería la palabra justa– cierto trazo histórico-estético: las fuentes… De cualquier manera siempre podrán rastrearse y aparecerán, brillando en la pantalla, aquellas imágenes a 24 fotogramas por segundo que nos hagan sentir ése mundo. EL CINE SEGÚN HITCHCOK de FRANÇOISE TRUFFAUT (Alianza Editorial, 1966) Un fan y el objeto de su fanatismo. El crítico de Cahiers du Cinéma devenido en director de cine y terrible infante de la Nouvelle Vague realiza entrevistas al maestro sobre su cine en el año 1962. Uno, el origen; el otro, su interpretación. La disección de un destino. HISTORIA(S) DEL CINE de JEAN-LUC GODARD (Caja Negra Editora, 2008) En 1978 JLG comenzó a pergeñar un material audiovisual basado en conferencias que se transformó en un documental muy personal sobre cine, difundido a finales de los 80’ y comercializado luego en formato digital. En 1998 se editó en francés un libro en cuatro volúmenes (Histoire(s) du cinéma) a partir de ese documental homónimo, que compendía el texto completo del film (el relato en off del mismo Godard, constituido por frases de su autoría y citas), que da forma a un ensayo más poético que histórico y que, como el propio documental, es fiel al método godariano -que es un género en sí mismo- de usar al cine para hablar del cine y viceversa: hacer cine hablando de cine. En el libro, traducido y editado en Argentina con diez años de retraso, aparecen las piezas-personajes claves de esta(s) Historia(s), incluida la historia de su autor: Hitchcock y Rosselini, Ozu y Dreyer, la posguerra italiana, y también pensadores como Deleuze o Sartre y fragmentos de poesías de Rilke o textos de Borges... Todo un ejercicio de poesía dadaísta contando al cine con igual potencia que las imágenes. CONQUISTA DE LO INÚTIL de WERNER HERZOG (Entropía, 2008/ Ed. Orig. 2004) Los diarios de un lunático sobre cómo llevar a cabo aquello que no se puede evitar dejar de pensar y lograrlo; y a la manera propia. El brillante, tozudo y querible genio de Werner da cuenta del día a día acerca de la tarea de trasladar un barco (sí, un barco) a través de la selva amazónica para hacer una película. El triunfo de una voluntad se podría decir. Nada más y nada menos. RECOMENDACIONES ARTIFAKT: LIBROS DE CINE PARA LEER (Y SENTIR) Más recomendaciones y textos en www.issuu.com/artifakt_txts Te estamos esperando en www.facebook.com/artifakt.fiesta *Hago aquí un reconocimiento al sitio de un entusiasta y generoso cinéfilo que, hoy por hoy, me provee de muchísima información de novedades y de links para bajar películas seleccionadas la mayoría de las veces con finísimo gusto: http://200peliculas.tumblr.com/ NO VAMOS A PROFUNDIZAR EN LA DISCUSIÓN ACERCA DE SI SÓLO ES CINE LO QUE SE VE EN SALAS Y EN 35MM, QUE ES TODO UN TEMA Y HAY YA RÍOS DE TINTA (Y ROLLOS DE FILM TAMBIÉN) PARA EL DEBATE. SÍ ES OPORTUNO DECIR QUE AUNQUE EL INCAA FESTEJE RECORDS DE ESPECTADORES EN PELÍCULAS NACIONALES -POR CIERTO EN LAS MENOS INTERESANTES- EL NÚMERO DE ENTRADAS CORTADAS ES MENOR AÑO A AÑO. CÓMO VEMOS CINE HOY (NO) POR CRISTIÁN FAVRE

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¿Cómo llegar hacia la gema tan buscada y abrir los ojos a otras miradas, aprendiendo y descubriéndo(se)? En el nuevo Artifakt Txt, Cristián Favre, nos cuenta acerca de los trayectos que tomó para hacerse de una pasión, El cine. Un bello texto de carácter personal que da testimonio de los caminos impulsados por la curiosidad en una era "pre-internet". Un texto que bordea el "revisionismo" se podría decir a esta altura de la instancia tecnológica. Revivilo a su paso y utilizalo para abrir el tuyo. También te dejamos recomendaciones de libros que tiene al cine como materia y forma.

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Francia se alarmó por sus cifras del 2014 y su promedio era de tres entradas por habitante, que es un número que triplica al nuestro para el mismo año. Y muchos otros países europeos vienen acusando lo mismo, es decir que parece una realidad global que la gente vaya cada vez menos al cine. Personalmente, mis condicionamientos domésticos me hacen entrar en las peores estadísticas: no veo una película en el cine hace bastante. Tarantino, que ya no es muy provocador ni con lo que hace ni con lo que dice, por estos días ha declarado que la digitalización fue el principio del fin del cine, algo parecido a lo que ya había dicho Godard en los 80’ pero sin victimizar al cine, sino notando precozmente que algo estaba agotado en su forma(to).Lo que quería hacer en estas líneas, (algo más) simplemente, es repasar cuál es el recorrido que hago a la hora de “elegir” las películas que veo y compararlo con los hábitos anteriores. Basta para esto con empezar por recordar que como aficionado al cine que empezó a ver en cantidad con la consolidación del VHS, esta historia se remonta hacia 1988-89 en que Rosario tenía un par de epicentros en el rubro: en primer lugar Videoteca (su local de la calle Cochabamba), y en segundo lugar algunos ciclos de cine, sobre todo los de Emilio Toibero. Y con esto caigo en la cuenta de que en esta ciudad, en la que muchos estrenos siempre llegaron tarde –en el mejor de los casos–, el cine hace rato que no estaba en el cine. Lo que elegía ver por esos años era entonces la resultante de links verbales entre otros aficionados, la revista El Amante con sus dossiers sobre cine de autor y, sobre todo, el producto de las charlas in situ con los empleados de Videoteca. Así que, en gran medida, las apasionadas pro-críticas de Gustavo Galuppo mientras acomodaba cajas en las bateas de videos y la curiosidad (esto no ha menguado) me hicieron descubrir a la Nouvelle Vague, a Bresson, a Antonioni, Buñuel, Ford, Passolini, Ferreri, Kazan, Cassavettes, Scorsese, Wilder, Kubrick, De Palma, Hitchcock… Pero también a muchos grandes cineastas más contemporáneos a esa época que una que otra vez también podían verse en los cines, como Greenaway, Lynch, Ferrara, Herzog, Kurosawa, Wenders, Jarmusch, Cronemberg, Coen, Kieslowski, Panahi, Kiarostami, Sokurov… En el medio quedaban además muchos pero muchos títulos que se asociaban de una u otra forma a esta ruta mayor. Aunque estos otros afluentes, digamos menos míticos, que iban y venían también gracias al google de El Amante-Videoteca en los 90’, eran tanto o más ricos. Ahí estaban películas de Carax, Egoyan, (Bigas) Luna, Solondz, Clark, Kar-wai, Loach, Hartley, Ripstein, Craven, Erice, Carpenter, Champion, Burton, Medem, Rudolph, Frears, Sautet, Farrelly, Guédiguian, Rodríguez, Leigh, Van Sant e incluso del comienzo del Nuevo Cine Argentino.Hay que decir que la base de este dispositivo de selección no cambió demasiado: el método sigue siendo la inquietud y el gusto que se va desarrollando, sumado a un sistema de indagación que separe de la maraña de posibilidades las películas interesantes para bajar de la red, en este caso. Parece ahora haber algo más de azar (no estoy tan seguro) y algo menos de ritual (eso sí). Los gurúes de consulta más o menos regular son hoy los repasos de festivales que se hacen en blogs especializados (el de Quintín y el de Porta Fouz, por ejemplo), lo que deja free la revista El Amante –que pasó al formato on line con suscripción paga desde hace un par de años–, y, fundamentalmente, los comentarios de bajadores compulsivos

(algunos de ellos anónimos*) y algunas relaciones y datos que a veces faltan y permite hacer la base de IMDB. Da la impresión frecuentemente de que la elección es más por “tips” que por “opiniones críticas”, en parte porque las opciones son tanto más multiplicadas que las películas no alcanzan a ser vistas antes de ser comentadas: más vale hay una circulación de potencialmente bajables. Entre las ofertas de esta era (se puede decir que es largamente una década) hay, también, una “liga mayor” de películas de autor que pertenecerían –es discutible, pero creo que aceptable– a un cine más perdurable o trascendental, o que, por alguna razón, están más cerca del viejo paradigma (de selección): ejemplos, pelis de Ming-liang, Guerin, Miike, Ozon, Garrel, Dardenne, Haneke, Linklater, Anderson, Kauirismaki, Reichardt, Dennis, Dumont, Sorrentino, Weerasethakul…Pero lo más inabarcable es el número en las “ligas menores”. No hay reglas de agrupamiento y las ramificaciones geométricas o exponenciales de películas y directores se vuelven reticulares porque en definitiva mimetizan esto del link del link del link. Sería hasta bastante imposible hacer una lista de destacados. Lo ilustro con un par de hallazgos del año pasado o de éste mismo, para mostrar los tipos de caminos que se dan: 1. Me comentan que hay una película interesante escrita y actuada por una chica, estilo y autoreferencialidad que recuerdan a Miranda July, (difícil) género de comedia de tono medio, cine independiente americano. La película se llama Tiny furniture. Después de verla curioseo algo de su casting en IMDB donde aparece asociada a otra comedia que comparte algunos actores: Sleepwalk with me. Cuando veo los créditos de ésta última, hay más de una razón para emparentarlas, porque en este caso el actor principal también es el director. La busco y la bajo. La verdad es que resultan muy frescas las dos... No hay cosas nuevas para ver de ninguno aun: Lena Dunham y Mike Birbiglia, que deberían poder repetir sendos buenos resultados. 2. Me recomiendan una película nueva de un director chileno, Sebastián Silva, se llama Magic magic. Leo, a partir de la recomendación, unas notas sobre su director que efectivamente cuentan que pasó de filmar en Chile algunos años a ser producido en Estados Unidos (por el joven actor y ahora productor Michael Cera) y elogiado en el Sundance. Bajo La nana, de su etapa chilena. Muy buena. Y después sigo con las recientes, Crystal fairy y Magic magic, que fueron realizadas casi juntas. Logradas, inquietantes como La nana –que pone la vara bastante alta–. El sustrato de todas parece ser el suspenso sutil y las tensiones interpersonales, aunque sea puesto en envases distintos: social, road movie, terror sicológico. Crystal Fairy me pareció más atractiva que el otro experimento de este nuevo período de Silva.En alguna parte de su par de legendarios textos sobre el tema, Deleuze explica que el buen cine viene a devolvernos la posibilidad de creer en el mundo. No me quedan dudas acerca de las facilidades enormes que hay hoy de ver cine. Sí en cambio me hace ruido (nunca mejor eufemismo, porque se trata de un efecto del aumento de escala) el hecho que con las nuevas costumbres parece perderse –evanecerse sería la palabra justa– cierto trazo histórico-estético: las fuentes… De cualquier manera siempre podrán rastrearse y aparecerán, brillando en la pantalla, aquellas imágenes a 24 fotogramas por segundo que nos hagan sentir ése mundo.

EL CINE SEGÚN HITCHCOK de FRANÇOISE TRUFFAUT

(Alianza Editorial, 1966)Un fan y el objeto de su fanatismo. El crítico de Cahiers du Cinéma devenido en director de cine y terrible infante de la Nouvelle Vague realiza entrevistas al maestro sobre su cine en el año 1962. Uno, el origen; el otro, su interpretación. La disección de un destino.

HISTORIA(S) DEL CINE de JEAN-LUC GODARD (Caja Negra Editora, 2008)En 1978 JLG comenzó a pergeñar un material audiovisual basado en conferencias que se transformó en un documental muy personal sobre cine, difundido a finales de los 80’ y comercializado luego en formato digital. En 1998 se editó en francés un libro en cuatro volúmenes (Histoire(s) du cinéma) a partir de ese documental homónimo, que compendía el texto completo del film (el relato en off del mismo Godard, constituido por frases de su autoría y citas), que da forma a un ensayo más poético que histórico y que, como el propio documental, es fiel al

método godariano -que es un género en sí mismo- de usar al cine para hablar del cine y viceversa: hacer cine hablando de cine. En el libro, traducido y editado en Argentina con diez años de retraso, aparecen las piezas-personajes claves de esta(s) Historia(s), incluida la historia de su autor: Hitchcock y Rosselini, Ozu y Dreyer, la posguerra italiana, y también pensadores como Deleuze o Sartre y fragmentos de poesías de Rilke o textos de Borges... Todo un ejercicio de poesía dadaísta contando al cine con igual potencia que las imágenes.

CONQUISTA DE LO INÚTIL de WERNER HERZOG (Entropía, 2008/ Ed. Orig. 2004)Los diarios de un lunático sobre cómo llevar a cabo aquello que no se puede evitar dejar de pensar y lograrlo; y a la manera propia. El brillante, tozudo y querible genio de Werner da cuenta del día a día acerca de la tarea de trasladar un barco (sí, un barco) a través de la selva amazónica para hacer una película. El triunfo de una voluntad se podría decir. Nada más y nada menos.

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*Hago aquí un reconocimiento al sitio de un entusiasta y generoso cinéfilo que, hoy por hoy, me provee de muchísima información

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NO VAMOS A PROFUNDIZAR EN LA DISCUSIÓN

ACERCA DE SI SÓLO ES CINE LO QUE SE VE

EN SALAS Y EN 35MM, QUE ES TODO UN TEMA

Y HAY YA RÍOS DE TINTA (Y ROLLOS DE FILM TAMBIÉN)

PARA EL DEBATE. SÍ ES OPORTUNO DECIR QUE AUNQUE

EL INCAA FESTEJE RECORDS DE ESPECTADORES

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MENOS INTERESANTES- EL NÚMERO DE

ENTRADAS CORTADAS ES MENOR AÑO A AÑO.

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