Como Favorecer Aprendizajes Significativas Monografia Neurociencias Natalia.amarotti
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Monografía Curso de Capacitación Docente
en Neurociencias
Alumna: Natalia Amarotti
www.asociacioneducar.com
Mail: [email protected] Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar
Cómo favorecer aprendizajes significativos
Aportes de la Neurosicoeducación al proceso de enseñanza y aprendizaje
Introducción
Una pregunta común entre los estudiantes es ¿qué es más importante, estudiar o tener buena
memoria? Esta cuestión supone considerar a la memoria como algo separado de la comprensión y
de los mecanismos del aprendizaje.
De hecho, es muy frecuente ver adultos que parecen haber olvidado gran parte de los conocimientos
que, en teoría, deberían haber aprendido a lo largo de su escolaridad. Esto aún puede sucedernos
habiendo sido muy buenos alumnos y habiendo obtenido excelentes notas en nuestros exámenes.
La pregunta de la que vamos a partir en el presente trabajo es, en consecuencia ¿Cómo lograr que
nuestros alumnos adquieran aprendizajes significativos en su escolaridad?, considerando como
“significativo” todo aquel aprendizaje que:
Produce un cambio cognitivo, ya que se pasa de una situación de no saber a saber.
Es permanente: El aprendizaje que adquirimos es a largo plazo.
Está basado en la experiencia, es decir, depende de los conocimientos previos.
Sirve para utilizar lo aprendido en nuevas situaciones, en contextos diferentes.
No obstante, si bien es común pensar que el aprendizaje significativo solo requiere de la comprensión
del contenido, aquí planteamos la hipótesis de que “La memoria es indispensable en la vida psíquica
de los individuos ya que posibilita la construcción de los sucesivos aprendizajes.”
Por ejemplo: si una persona no es capaz de recordar los nombres de todos los países de América,
tampoco será capaz de aprender cuáles son sus características geográficas.
Poder recordar la primera información es condición necesaria para poder incorporar la siguiente.
Pero para poder recordar existen algunos pasos que la mente debe realizar.
No se copia la realidad tal cual se la percibe, sino que, para instalarse en
forma permanente (memoria a largo plazo) y lograr convertirse entonces en
aprendizaje significativo, deberá recorrer una serie de fases, así como
también las propuestas de enseñanza deberán ser favorecidas por un
conjunto de factores que colaborarán con el proceso de aprendizaje de
nuestros alumnos.
La formación de redes neuronales
Las Neurociencias nos ayudan a comprender este concepto, especificando
en primer lugar que el ser humano debe ser considerado una UNIDAD
entre su CUERPO, CEREBRO Y MENTE (UCCM), sin poder dejar de lado
la gran influencia del MEDIO AMBIENTE en la conducta de un sujeto.
Las relaciones que mantienen todas estas variables entre sí pueden tener distintas causalidades. Por
ejemplo, la carencia de algún elemento importante que deba provenir del contexto, puede afectar el
adecuado funcionamiento del cuerpo de una persona y, en consecuencia, su cerebro y su mente
también pueden actuar de forma deficiente. Esto podría ocurrir en el caso de un niño que no reciba
alimentación adecuada, presentando en última instancia dificultades para concentrarse y aprender.
Asimismo, un pensamiento negativo generado en nuestra mente puede luego determinar una
emoción también negativa que, en consecuencia, movilizará un circuito hormonal que podría afectar
nuestra salud física y determinar nuestro accionar en el mundo externo. Es lo que sucede con los
estudiantes que consideran de antemano que les va a ir mal en una evaluación, por lo tanto se
angustian anticipadamente, no estudian lo suficiente y en conclusión, fracasan en sus resultados.
Si bien, como ya se dijo, es muy difícil disociar cada una de las variables intervinientes en nuestra
UCMM, a los efectos del presente trabajo, vamos a concentrarnos ahora en el modo particular en
el que funciona nuestro Cerebro. Como todos sabemos, las células que forman parte de él se
denominan “Neuronas”.
Las neuronas poseen la capacidad de conectarse unas con otras a través
del proceso de “Sinapsis”. Un estímulo que llega a una neurona es capaz
de encender a todas aquellas con las que la primera se encuentra
conectada, formando lo que se conoce como “Red hebbiana”.
Las neuronas que se encuentren asociadas tienen posibilidad de activarse muchas más veces ya que
no sólo dependen de su propia estimulación sino también de los impulsos que lleguen a cualquier
neurona que forme parte de la misma red. Este fenómeno, de suma importancia para el aprendizaje
humano, es la base de la “Neuroplasticidad cerebral”.
La Neuroplasticidad indica que los circuitos neuronales pueden ir variando de tamaño a lo largo del
tiempo: cuanto más se utilice uno de ellos, más grande se volverá (a esto se lo conoce con el nombre
de “Potenciación a largo plazo”) y, por el contrario, cuanto menos se utilice, irá perdiendo con el
tiempo sus células componentes, pudiendo incluso llegar a desaparecer (esto se denomina
“Depresión a largo plazo”). Esto determina los dos tipos de Neuroplasticidad existentes: positiva y
negativa respectivamente. La potenciación a largo plazo es uno de los mecanismos cerebrales más
influyentes en el aprendizaje y la memoria de un sujeto, funciones altamente relacionadas entre sí. La
base del aprendizaje se encuentra por lo tanto en la capacidad de armar redes y vincular la
información nueva con los conocimientos previos del sujeto en pos de favorecer su adecuada
integración a la red hebbiana.
Este concepto es clave para comprender lo que sucede en nuestro cerebro cuando aprendemos: al
aprender, constituimos o ampliamos nuestras redes neuronales. Pero hay que tener en cuenta que
la cantidad de neuronas tiende a mantenerse estable o bien a decrecer con el paso del tiempo. Por
lo tanto, para formar una nueva red hebbiana o ampliar una ya existente, se van a tomar neuronas
que se encuentren en zonas cercanas y que formen parte de circuitos que no estén siendo tan
utilizados. A este fenómeno se lo conoce como “Robo hebbiano” y es el responsable de la capacidad
permanente de adaptación a situaciones nuevas o estímulos ambientales, así como de las diferentes
habilidades que posee cada uno de nosotros.
Relacionado a esto hay otra idea importante que se debe resaltar respecto al funcionamiento de las
neuronas: estas células se activan cuando se enfrentan a estímulos novedosos o cambiantes, siendo
menor su respuesta cuando se enfrentan con estímulos constantes o repetitivos, facilitando así la
capacidad de supervivencia del ser humano. Por eso, los órganos de la percepción filtran la
información que puede llegar al cerebro, focalizando la atención sólo en información útil para la
supervivencia y dejando de lado todos los estímulos que no sean relevantes para su futuro.
Esto explicaría por qué nuestros alumnos comprenden mucho más los temas que les transmitimos
de manera original o novedosa y a los cuales consideran útiles para su vida, en vez de aquellos
contenidos que se transmiten utilizando recursos tradicionales y repetitivos y a los cuales no les
encuentran interés.
Factores que posibilitan el aprendizaje
En consecuencia, hay tres elementos principales, a los cuales se los llama RAD, que favorecen el
aprendizaje de nuevos contenidos:
“R” proviene de Sistema Activador Reticular Ascendente (SARA)
“A” corresponde a Amígdala
“D” a Dopamina
Como se dijo anteriormente, hay áreas funcionales que protegen a nuestro cerebro de una
sobrecarga de información y llevan a qué sólo ingrese en él aquella información que resulta positiva
para su supervivencia.
La información que nuestro cerebro recibe como estímulo sensorial debe pasar primero por un
sistema de activación de la atención ubicado en la parte baja del cerebro (tronco encefálico) que se
denomina “SARA”. De allí, los estímulos se dirigen al tálamo, donde se integran. Si el SARA se activa
a favor de lo que se desea enseñar, la información entrante pasa del tálamo a zonas más elevadas
del cerebro.
Luego de atravesar el SARA, pasará por el núcleo
emocional del cerebro, denominado sistema
límbico; en especial por la amígdala y el
hipocampo, en donde se le dará significado
emocional a la información para ser reconocido
y codificado en áreas y finalmente almacenado en la memoria a largo plazo en caso de que la
información se haya asociado a una emoción positiva. Si la información es desconocida o poco
significativa o bien genera amenazas de miedo, presión, sobre-exigencia, confusión, acoso o malestar
para nuestro cerebro, se activará la amígdala, quien pondrá al cerebro en modo “supervivencia” y
hará que la información no pase a las llamadas áreas corticales superiores que son fundamentales
para la adquisición de los aprendizajes. En este caso se desvía la información sensorial a los centros
automáticos, dando respuestas de lucha o fuga.
En este sentido, hay que tener en cuenta que cuando la amígdala está altamente activada como
respuesta a una situación de estrés, habrá una disminución en la actividad de los centros cerebrales
superiores, impidiendo la entrada de la información a la corteza pensante y, en consecuencia, a la
memoria a largo plazo. Esto puede suceder, por ejemplo, cuando el alumno se frustra debido a que
el vocabulario complejo de lo que está leyendo no le permite comprender el tema o bien se aburre
por tener que realizar actividades repetitivas frente a un mismo contenido.
Por el contrario, la información que pasa a través de la amígdala y es asociada a una emoción positiva
tendrá más posibilidades de ser almacenada en la memoria a largo plazo del alumno. Junto a la
amígdala está el hipocampo, quien es el encargado de que la nueva información sensorial se ligue a
los conocimientos previos y a las memorias de experiencias anteriores.
En consecuencia, el objetivo de una enseñanza exitosa es controlar el flujo de información que logra
acceder a los lóbulos prefrontales del cerebro, donde se van a armar las redes neuronales cognitivas
superiores que favorecerán el aprendizaje. Para esto, es necesario que el docente logre llamar la
atención de sus alumnos incorporando estímulos sorpresivos y novedosos para sus sentidos, como
pueden ser: variaciones en los cambios de voz,
volumen, ritmo, cambios visuales en colores,
movimientos, variaciones en tamaños, realización
de juegos y dinámicas novedosas entre los alumnos,
ejercicios de relajación antes de comenzar la clase,
actividades de producción artística,
dramatizaciones de situaciones estudiadas,
inclusión del humor en las explicaciones,
recompensas a través de distintos métodos a los
alumnos que se esfuerzan, relacionar el tema con intereses personales de los alumnos, o con
cuestiones de la vida cotidiana; y cualquier tipo de cambio que haga que la información llame la
atención de los estudiantes. Todo esto, sumado a la capacidad de empatía que muestre el docente y
su motivación respecto al tema a enseñar, así como al orden y limpieza que presente el aula, hará que
se active lo que se conoce como “fuerza placer” en los alumnos, permitiendo que la información logre
atravesar el SARA.
Por lo tanto, como docente, se puede controlar a dónde va dirigido el foco de atención de los
alumnos incorporando a las clases la novedad a partir del aprendizaje multisensorial, la atención
motivada por el deseo de un logro y la creatividad en las actividades de aprendizaje.
Finalmente, el tercer factor que actúa posibilitando los aprendizajes es la “D” de Dopamina, lo cual
constituye un neurotransmisor (proteína del cerebro) que cuando es secretado por el cerebro ante
una experiencia agradable, permite la construcción de una fuerte memoria de la misma, por lo cual,
posteriormente se secretará dopamina ante la expectativa de una próxima experiencia agradable que
inicialmente favoreció su secreción. De esta manera, si un docente incluye en sus clases actividades
altas en placer, estará favoreciendo la secreción de dopamina en el cerebro de sus alumnos en
anticipación a la experiencia positiva. Las actividades de clase que pueden favorecer este ciclo
anticipatorio de producción de dopamina son, por ejemplo: relación del tema con intereses
personales, juegos, humor, novedad, música, contacto social adecuado entre docente y alumnos,
recompensa del logro, incorporar el movimiento físico a la clase, entre otros.
Conclusiones
A medida que pasa el tiempo, las personas comienzan su educación formal cada vez más jóvenes y la
continúan a lo largo de muchos años de sus vidas. De esta manera, colaboran con el desarrollo y
cuidado de su cerebro y, a su vez, se forman como ciudadanos libres, dado que la mejor forma de
luchar contra la exclusión social es el acceso de todos a la educación. En consecuencia, sería ideal
que, como docentes, ayudemos a que esa educación mejore día a día, implementando estrategias
que no permitan que los aprendizajes adquiridos por nuestros alumnos sean olvidados por tan solo
llegar a sus memorias de trabajo o de corto plazo, sino que, por el contrario, puedan convertir sus
recuerdos escolares en aprendizajes significativos para toda su vida.
Bibliografía
Apuntes del curso de Capacitación docente en Neurociencias, Asociación Educar, 2015.
Ballester, Antoni; “El aprendizaje significativo en la práctica”, España, 2002. Bossellini – Orsini; “Psicología. Una introducción.”; AZ Editora, Buenos Aires, 2009.
Freire, Paulo, “Pedagogía del oprimido”, 2a. ed. Siglo XXI, México, 2005.