Commodity culture vs Gift Economy

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Commodity Culture & Gift Economy

Uno de los aspectos más fascinantes de la nueva economía 2.0 es la convivencia de dos

mundos paralelos a los que la Convergenge Culture Consotium de MIT que lidera el

visionario Henry Jenkins ha acordado llamar Commodity Culture y Gift Economy.

Como consultores en redes sociales, trabajamos los ambientes Social Media de distintas

empresas y constantemente traducimos las estrategias comerciales, de marketing y de

relaciones públicas de nuestros clientes, llevándolas desde el primer ambiente, la

Commodity Culture, donde operan tradicionalmente estas empresas, hacia el segundo

ambiente, la Gift Economy, donde buscan influenciar a sus consumidores en los nuevos

ambientes sociales o web 2.0.

Cualquier empresa que tenga interés en contar con una presencia web 2.0, realmente

productiva, eficiente y efectiva debe entender en profundidad cómo funcionan ambos

modelos. Les presentamos entonces esta tabla que compara ambos mundos:

En la Commodity Culture en la que operan las empresas rige un modelo productivo y

comercial muy anclado aún a la revolución industrial mientras que en la Gift Economy,nos

regimos más por aspectos sociales como la reciprocidad, el status o la reputación.

En la Commodity Culture los bienes tiene valor monetario, en la Gift Economy los bienes

tienen valor sentimental: no se trata de lo que cueste un bien, sino de lo que signifique para

nosotros. Para que los objetos mediáticos transiten de la “Commodity Culture” en la que

son producidos hacia la “Gift Economy” en la que circulan y son consumidos deben

atravesar un punto en el que su valor intrínseco (representado por un precio) se transforme

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en inapreciable (priceless), donde la inversión económica se transforme en inversión

sentimental.

El secreto está en cómo hacer convivir ambos ambientes en un perfecto equilibrio donde las

empresas logren sus métricas comerciales o de relaciones públicas, mientras se transforman

en love marks y por otro lado, los consumidores disfruten de experiencias envolventes,

emocionales, conversacionales y de esta interacción dinámica ambos se enriquezcan: Las

marcas conozcan así profundamente a sus consumidores y de este modo mejoren de forma

constante la calidad de sus productos y servicios… y por su lado los consumidores tengan

la capacidad de dictar hacia donde quieren que vayan sus marcas, productos y servicios

mientras se divierten y colaboran haciéndolo.

Se dice que en las redes sociales no se vende: se influencia; pero se puede llegar a

influenciar tanto a nuestra comunidad, a posicionar tan bien un producto o un servicio, a

transformar a una marca en un “love mark” que la venta se dé de forma casi natural.

Además, apenas estamos viviendo los albores de la revolución Social Media… Lo mejor

está aún por venir.