Comienzos y Finales de Algunas Novelas Interpoladas Del Quijote

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  • COMIENZOS Y FINALES DE ALGUNAS NOVELAS INTERPOLADAS DEL QUIJOTE

    O

    MARIA CATERINA RUTA UNIVERSIDAD DE PALERMO

    Con este trabajo intento aplicar a las novelas interpoladas en el Quijote las coordenadas tericas que tuve en cuenta cuando me ocup de los comienzos y finales de Las novelas ejemplares (Ruta, 2004) . ' A ellas remito en relacin a las referencias que mencionar en el desarrollo de este anlisis.

    Preciso, adems , que voy a examinar dichas narraciones sobre todo en su individualidad diegtica y slo marginalmente en su relacin con la narracin principal. He elegido tres historias que presentan caractersticas distintas y que se insertan de forma diferente en la historia de don Quijote. Se trata del "Curioso imper t inente" y "El Cau t ivo" de la Pr imera Parte de la novela y de "Las bodas de C a m a c h o " de la Segunda. Es archisabido que la pr imera es la nica novela corta que se introduce en el Quijote: de autor annimo en la ficcin, es contada en tercera persona por un narrador omnisciente que controla igualmente a los personajes y el desarrollo de la historia. La segunda es una larga narracin en primera persona hecha por Ruy Prez de Viedma que tambin pretende controlar toda la historia desde su punto de vista y no cede casi nunca la palabra a los dems personajes, ni a Zoraida que habla s iempre por su boca (Ruta, 1983 y 2000) . El cautivo entra en la compaa de los que se encuentran aquella noche en la venta de Palomeque, donde hallar un final inesperado a su larga y compleja experiencia del cautiverio. En "Las bodas de Camacho" , cuyo ttulo convencional sugiere slo parcia lmente el contenido del relato, la narracin se puede definir polifnica por una parte y dramtica por la otra, en el sentido de que en un pr imer momen to algunos personajes secundarios cuentan los precedentes que justifican la gran fiesta de bodas que tendr lugar al cabo de poco t iempo en la pequea aldea, ante los ojos del caballero y escudero, y por lo que se refiere a Sancho al alcance de su boca y de su es tmago. En cuanto a la ceremonia , los lectores la presenciamos a travs del relato del narrador Cide Hamete Benegeli que, c o m o todos sabemos , en la Segunda Parte intenta recuperar en mayor medida su funcin narrativa, evi tando que otros cuenten relatos largos sea en pr imera sea en tercera persona. Esta forma de narraciones se encuentra con frecuencia tambin en la Pr imera Parte de la obra, en la que un ejemplo significativo, en mi opinin, se puede considerar la historia de Marcela y Gr iss tomo. Esta tambin se estructura en una introduccin encomendada a diferentes voces y en la intervencin espectacular de Marcela dec lamando sus razones desde lo alto de una pea durante el momen to del entierro del j oven enamorado .

    Con respecto al comienzo de las novelas interpoladas nos enfrentamos con tres modalidades distintas. Para empezar voy a leer las primeras lneas del captulo 33 de la Primera Parte:

    ' Me disculpo por la carencia de bibliografia aduciendo la razn que he querido fijarme slo en el aspecto terico especificado y no en una confrontacin de interpretaciones crticas, que ciertamente abundan con respecto a los episodios elegidos.

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  • En Florencia, ciudad rica y famosa de Italia, en la provincia que llaman Toscana, vivan Anselmo y Lotario, dos caballeros ricos y principales, y tan amigos, que, por excelencia y antonomasia, de todos los que los conocan los dos amigos eran llamados. Eran solteros, mozos de una misma edad y de unas mismas costumbres, todo lo cual era bastante causa a que los dos con recproca amistad se correspondiesen. Bien es verdad que el Anselmo era algo ms inclinado a los pasatiempos amorosos que el Lotario, al cual llevaban tras s los de la caza; pero, cuando se ofreca, dejaba Anselmo de acudir a sus gustos, por seguir los de Lotario, y Lotario dejaba los suyos, por acudir a los de Anselmo, y desta manera, andaban tan a una sus voluntades, que no haba concertado reloj que as lo anduviese. Andaba Anselmo perdido de amores de una doncella principal y hermosa de la misma ciudad, hija de tan buenos padres y tan buena ella por s, que se determin, con el parecer de su amigo Lotario, sin el cual ninguna cosa haca, de padilla por esposa a sus padres, y as lo puso en ejecucin; y el que llev la embajada fue Lotario, y el que concluy el negocio, tan a gusto de su amigo, que en breve tiempo se vio puesto en la posesin que deseaba, y Camila tan contenta de haber alcanzado a Anselmo por esposo, que no cesaba de dar gracias al cielo, y a Lotario, por cuyo medio tanto bien le haba venido. (I , 3 3 , 411-412) 2

    Es necesario tomar en consideracin por lo menos los dos prrafos iniciales para destacar los elementos que se han indicado: la primera oracin pertenece por su estructura a los incipit convencionales, informndonos sobre el lugar donde se origina la historia y sobre los dos personajes principales, una vez ms una pareja, en este caso homognea , si se acude a la clasificacin las Ejemplares de Georges Gntert (1995). En pr imer lugar el lector se da cuenta de que se est narrando en una tercera persona que generalmente asegura un conocimiento total de los personajes y de la historia. Procediendo en la lectura, se recibe una serie de noticias que, adems de satisfacer la funcin informativa, contr ibuyen a seducir al destinatario por lo apreciable de las calidades de Anse lmo y Lotario. La funcin seductora se enriquece con los detalles que se aprenden sobre Camila , mujer, como la gran mayora de los personajes femeninos de Cervantes , de excelsas virtudes, fsicas y morales , que conquista, ella tambin, la simpata del lector y, en este caso, la de los oyentes que estn reunidos alrededor del cura. Con el contrato matrimonial entre Anse lmo y Camila la historia entra en su centro realizando la cuarta funcin, la dramtica. En cuanto al tipo de comienzo, parece respetar p lenamente el de una novela corta ya que entra en la narracin cuando los personajes ya son maduros y capaces de empezar la vida de adultos, y toma en consideracin un segmento de su existencia.

    Cit en otra ocasin el comienzo examinado como referencia al concepto de amistad que puede derivar de las obras de Cervantes (Ruta, 1984 y 2000 ) . 3 Ahora, basndonos en l, constatamos que Anse lmo no hace nada importante sin el consent imiento de Lotario, quien aprueba el matr imonio y es, incluso, el mediador que se interpone para obtener el consentimiento de Camila y de sus padres a las bodas . En este trance la joven novia concibe agradecimiento y afecto por el amigo de su esposo. En los dos prrafos que encabezan la narracin

    1 Cito por la cd. dirigida por Francisco Rico, 2004. 3 Recuerdo tambin Roca Massons (1997: 169-188). Cualquier estudio sobre este tema no puede prescindir del ensayo de Avalle-Arce (1975: 153-211).

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  • se ha representado, pues , la relacin de amistad y de amor que se establece entre los tres personajes. El desarrollo de la accin, como se sabe, procede de este planteamiento l levando los sent imientos de los tres a las trgicas consecuencias que la curiosidad malsana del mar ido construye con una meticulosa direccin. Por parte del amigo no falta la opor tuna prudencia, como se lee en las lneas sucesivas que completan el retrato inicial de Lotario:

    ...pero, acabadas las bodas y sosegada ya la frecuencia de las visitas y parabienes, comenz Lotario a descuidarse con cuidado de las idas en casa de Anselmo, por pare-ccrle a l (como es razn que parezca a todos los que fueren discretos) que no se han de visitar ni continuar las casas de los amigos casados de la misma manera que cuando eran solteros, porque, aunque la buena y verdadera amistad no puede ni debe de ser sospechosa en nada, con todo esto, es tan delicada la honra del casado, que parece que se puede ofender aun de los mesmos hermanos, cuanto ms de los amigos. (I, 33, 412)

    Vamos, ahora, a examinar el final de la novela. Despus de la furiosa batalla de don Quijote contra los cueros de vino, el cura vuelve a leer la l t ima parte de la historia para secundar el deseo de los presentes que han quedado fascinados por la rareza de la invencin y la habilidad de la narracin. Cados en la t rampa del enamoramiento , Camila y Lotario fingen mal soportar la respectiva presencia y la criada Leonela lleva adelante el enredo con su amante . Descubierta por Anse lmo, se defiende acusando a su duea, que, sospechando la traicin de la criada, se aleja de su casa y va a buscar a Lotario. Este para salvarla la encierra de noche en el monaster io regido por su hermana y se aleja l mismo. Al da siguiente, la ausencia de todos y las seales que Anselmo descubre, lo sumen en la desesperacin absoluta temiendo la realizacin de lo que esperaba ser una simple conjetura. Intentando llegar a la aldea donde viva el amigo, en cuya casa sola retirarse en sus orquestadas sal idas , 4 le cuentan lo que ha pasado en Florencia, recibiendo de tal manera la confirmacin de sus sospechas.

    Las palabras del informador nos llevan al comienzo de la novela en cuanto al s mbolo de la amistad que los dos personajes encarnan segn la opinin de la comunidad:

    En efeto no s puntualmente cmo pas el negocio: solo s que toda la ciudad est admirada deste suceso, porque no se poda esperar tal hecho de la mucha y familiar amistad de los dos, que dicen que era tanta, que los llamaban "los dos amigos". (I, 35, 461)

    De hecho la relacin que desde el comienzo une a los tres en nombre de la amistad se convierte en la relacin triangular que causa la tragedia. La razn de tan inesperado suceso es el "necio e impert inente deseo" que haba empujado a Anse lmo a verificar la virtud de su esposa y, por consiguiente , el vnculo de amistad que lo ataba a Lotario, deseo que est ya anunciado en el ttulo de la novela como elemento consti tutivo del peritexto (Genet te , 1987).

    En oposicin a la actitud de Anse lmo la realizacin del deseo de los amantes , ms conforme a las leyes de la naturaleza humana, podra considerarse ya un desenlace consecuente con la evolucin de la peripecia. El triunfo de los amantes , sin embargo , seguramente aceptable dentro de la tradicin de la novela corta italiana, se hubiera interpretado c o m o una " imper t inencia" absolutamente intolerable en la Espaa heredera de Felipe II, un desajuste basado en la doble traicin de la esposa respecto al marido y de Lotario respecto al amigo.

    "Creyle Anselmo, y [...] determin de hacer ausencia de su casa por ocho dias, yndose a la de un amigo suyo, que estaba cu una aldea no lejos de la ciudad..." (I, 33, 430),

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  • Intentando, una vez ms , conciliar la literatura con la realidad, Cervantes aade el l t imo prrafo, adecundose a las convenciones de su t i empo . 5

    Dicho prrafo, conclusivo de una narracin, que no ha ahorrado sutiles detalles y largos razonamientos , pinta con breves lneas la suerte de los tres personajes:

    Hasta aqu escribi Anselmo, por donde se ech de ver que en aquel punto, sin poder acabar la razn, se le acab la vida. Otro da dio aviso su amigo a los parientes de Anselmo de su muerte, los cuales ya saban su desgracia, y el monesterio donde Camila estaba casi en el trmino de acompaar a su esposo en aquel forzoso viaje, no por las nuevas del muerto esposo, mas por las que supo del ausente amigo. Dcese que, aunque se vio viuda, no quiso salir del monesterio, ni menos hacer profesin de monja, hasta que no de all a muchos das, le vinieron nuevas que Lotario haba muerto en una batalla que en aquel tiempo dio monsiur de Lautrec al Gran Capitn Gonzalo Fernndez de Crdoba en el reino de aples, donde haba ido a parar el tarde arrepentido amigo; lo cual sabido por Camila, hizo profesin y acab en breves das la vida a las rigurosas manos de tristezas y melancolas. Este fue el fin que tuvieron todos, nacido de un tan desatinado principio. (I, 35, 462-463)

    Se pone fin, de esta forma, a tres vidas cuya feliz condicin del comienzo haba hecho esperar un itinerario existencial regular y sosegado, segn las buenas reglas que r igen el orden de las familias bienaventuradas si bien, muchas veces, bajo el manto de la hipocresa. N o se deja n inguna posibil idad de rescate a los tres personajes, vct imas de la impert inente curiosidad de Anse lmo, que quiso probar lo que aquel orden prohiba. Tanto Anse lmo c o m o Camila mueren de melancola , vencidos por la melancol a ertica, segn lo que sugiere su actitud en los l t imos momentos de sus respectivas vidas y c o m o se puede verificar en las lneas arriba c i t adas . 6

    El mi smo narrador en la l t ima frase, "Este fue el fin que tuvieron todos, nacido de un tan desat inado pr incipio" , utiliza la palabra 'pr incipio ' que se puede interpretar, en este caso, en su doble sentido de "norma que rige el pensamiento o la conduc ta" , 7 y esto se refiere a Anse lmo, y de inicio de alguna accin que se relaciona con su ' f in ' , su explicit, just i f icando de esta forma a los tericos que sostienen que algunos detalles de una narracin se comprenden si se los mira retrospect ivamente desde el final (Brook, 1984). Esta conclusin, adems , se emparenta con los finales sentenciosos de algunas novelas ejemplares, subrayando un intento didctico que pertenece especialmente a las historias con final d ramt ico . 8

    Pasando al comienzo del captulo I, 39, "Donde el cautivo cuenta su vida y suceso", leernos algo que nos suena familiar: "En un lugar de las Montaas de Len tuvo principio mi linaje...", que reproduce de forma paralela el incipit de la novela "En un lugar de la Mancha. . ." , como se ha subrayado varias veces (Selig, 1971). Sin embargo hay que notar que la indeterminacin del dato inicial, por supuesto bastante frecuente en los cuentos y patraas,

    5 Debo esta integracin de mi texto original a Augustin Redondo, quien me la sugiri despus de escuchar la lectura de este trabajo. Aprovecho la ocasin para expresarle mi agradecimiento por todo lo que he aprendido de sus magistrales investigaciones y por la benevolencia que siempre me ha demostrado. 6 Redondo, (1998 y 1997: 121-146). Para la evolucin del concepto de 'melancola', vase Gambin (2005). 7 Diccionario Real Academia Espaola (1992), v. 'principio', o 0 Vanse El celoso extremeo. El Licenciado Vidriera y El casamiento engaoso (Cervantes, 2001).

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  • pone en relacin la historia de don Quijote con la del cautivo que, sin duda alguna, es en buena medida el alter ego de Cervantes. Nos p reguntamos si se trata de pura casual idad o si el parec ido ocul ta a lguna intencin escondida. De hecho , si se mira el comienzo anterior, "En Florencia, ciudad rica y famosa de Italia, en la provincia que l laman Toscana. . ." , se nota que los tres incipit empiezan con el m i s m o complemen to de lugar precedido por la preposic in ' e n ' , pero con la diferencia de que en el "Cur ioso imper t inen te" se dan todas las indicaciones necesar ias , mientras que en las otras dos todo queda bastante genr ico , mantenindose el tono de los cuentos de magia. Pero esto se refiere slo a los pr imeros sintagmas del per iodo inicial, para verificar las caracterst icas susodichas del incipit t enemos que cont inuar la lectura:

    En un lugar de las montaas de Len tuvo principio mi linaje, con quien fue ms agradecida y liberal la naturaleza que la fortuna, aunque en la estrecheza de aquellos pueblos todava alcanzaba mi padre fama de rico, y verdaderamente lo fuera si as se diera maa a conservar su hacienda como se la daba en gastalla; y la condicin que tena de ser liberal y gastador le procedi de haber sido soldado los aos de su juventud, que es escuela la soldadesca donde el mezquino se hace franco, y el franco, prdigo, y si algunos soldados se hallan miserables, son como monstruos, que se ven raras veces. Pasaba mi padre los trminos de la liberalidad y rayaba en los de ser prdigo, cosa que no le es de ningn provecho al hombre casado y que tiene hijos que le han de suceder en el nombre y en el ser. Los que mi padre tena eran tres, todos varones y todos de edad de poder elegir estado. Viendo, pues, mi padre que, segn l deca, no poda irse a la mano contra su condicin, quiso privarse del instrumento y causa que le haca gastador y dadivoso, que fue privarse de la hacienda, sin la cual el mismo Alejandro pareciera estrecho. (I, 39, 493)

    En este largo prrafo, que exhibe sin vacilacin la pr imera persona de la voz narrativa, se dan las informaciones relativas al padre de Ruy Prez como cabeza de una familia del interior de Castilla medianamente prspera, cuya liberalidad, sin embargo , no resulta ser un buen ejemplo para los tres hijos, l legados ya al momen to de elegir su futuro. N o faltan, en este punto , referencias intrigantes sobre el m i smo padre y los hijos varones que empujan a continuar leyendo para conocer las consecuencias de esta premisa. L lama la atencin en este inicio el per iodo siguiente:

    ...y la condicin que tena de ser liberal y gastador le procedi de haber sido soldado los aos de su joventud, que es escuela la soldadesca donde el mezquino se hace franco, y el franco, prdigo, y si algunos soldados se hallan miserables, son como monstruos, que se ven raras veces.

    Es una curiosa presentacin de la vida del soldado que no tiene correspondencia con el sucesivo itinerario que recorre Ruy Prez y que tampoco encuentra una correspondencia en la vida del mi smo Cervantes . M e pregunto, entonces, si con esta intrusin el escritor alcala-no quiere establecer una diferencia entre los soldados comunes , que solo buscan un trabajo, y los que se dist inguen por su conducta valiente y leal, como los mismos Miguel y Ruy Prez - ' m o n s t r u o s ' en la opinin del nar rador- . Este lt imo, adems , muest ra su generosidad decidiendo, de inmediato, renunciar a dos tercios de su caudal para permit ir una mayor seguridad econmica al padre. Pero es necesario esperar el final para encontrar, si la hay, una respuesta a este interrogante.

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  • El padre, sin embargo , en el prrafo siguiente, an ms largo que el pr imero, revela prudencia y discrecin, impensables respecto a su conducta pasada, y se separa de los hijos, l ibres, ahora, de elegir su estado. En sntesis en estas lneas se han recibido muchas noticias sobre el prdigo padre y muy escasas con relacin a los tres jvenes que se asoman a la condicin de adultos; la tensin del incipit se coloca entre los dos polos de la ' sa turac in ' y la ' rarefaccin ' informativas, es t imulando al lector para saber ms de una historia cuya funcin dramtica todava no ha empezado . Sin embargo, tomando en consideracin el desenlace de la historia, veremos que algn pequeo detalle del inicio se recupera en los acontecimientos conclusivos de la narracin.

    Recordando la sentencia tradicional "Iglesia, o mar, o casa real" , el padre les indica sucesivamente los caminos que los tres varones pueden seguir; de hecho cada uno elige una carrera distinta, el mayor opta por la vida soldadesca, el segundo por el comercio y el menor se va a estudiar a Salamanca. La larga narracin de Ruy Prez desvela todos los aspectos de la vida militar, con sus ventajas, pocas, y sus inconvenientes, muchos y prejuiciosos. La conducta heroica del cautivo es premiada en resumidas cuentas, demost rando un op t imismo que no s iempre Cervantes pone de manifiesto con respecto a su glorioso p a s a d o . 9 El final de la historia en cierta medida abandona las referencias a la realidad histrica para recuperar un tono fabulstico en el que todas las desgracias se solucionan dejando triunfar el bien y la felicidad. El m i s m o cura sucesivamente comenta haber odo ". . .un caso que [...] a no contrmelo un hombre tan verdadero como l, lo tuviera por conseja de aquellas que las viejas cuentan el invierno al fuego." (I, 42 , 544).

    El caut ivo cierra su cuento informando sobre lo que haba acontecido en el intervalo de t iempo entre su llegada a la tierra espaola y la parada en la venta:

    Seis das estuvimos en Vlcz, al cabo de los cuales el renegado, hecha su informacin de cuanto le convena, se fue a la ciudad de Granada a reducirse por medio de la Santa Inquisicin al gremio santsimo de la Iglesia. Los dems cristianos libertados se fueron cada uno donde mejor le pareci. Solos quedamos Zoraida y yo, con solos los escudos que la cortesa del francs le dio a Zoraida, de los cuales compr este animal en que ella viene, y, sirvindola yo hasta agora de padre y escudero, y no de esposo, vamos con intencin de ver si mi padre es vivo, o si alguno de mis hermanos ha tenido ms prspera vcnira que la ma, puesto que, por haberme hecho el cielo compaero de Zoraida me parece que ninguna otra suerte me pudiera venir, por buena que fuera, que ms la estimara. La paciencia con que Zoraida lleva las incomodidades que la pobreza trae consigo y el deseo que muestra tener de verse ya cristiana es tanto y tal, que me admira y me mueve a servirla todo el tiempo de mi vida, puesto que el gusto que tengo de verme suyo y de que ella sea ma me lo turba y deshace no saber si hallar en mi tierra algn rincn donde recogella y si habrn hecho el tiempo y la muerte tal mudanza en la hacienda y vida de mi padre y hermanos, que apenas halle quien me conozca, si ellos faltan. (1,41, 538-539)

    De hecho se cierran solo los episodios vinculados a la prisin en Argel, el ex-caut ivo y Zoraida salen salvos de la dura experiencia de la fuga, pero en cuanto a su futuro solo pueden formular conjeturas confiando en la mejor solucin. La conducta de Ruy Prez, sin

    Tenemos que recordar tambin la conducta valiosa del Licenciado Vidriera en la ltima etapa de su vida.

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  • embargo, ha desment ido las consideraciones hechas respecto a la vida de los soldados, poniendo de relieve en posit ivo la cara opuesta de la corrupcin y la fanfarronera. En cuanto a la narracin de tipo autobiogrfico, tiene que interrumpirse en el presente de la venta, este lugar mgico donde todo se resuelve. A partir de este momento , como haba suger ido Gins de Pasamonte con respecto a los relatos en pr imera p e r s o n a , 1 0 la narracin slo puede avanzar de manera directa, en presencia de don Quijote y de los huspedes , todos muy interesados en seguir lo que acontece ante sus ojos.

    Pero antes de seguir adelante, quiero resaltar que al final de su exposicin el narrador, introduciendo por boca de Fernando reflexiones de tipo metanarrat ivo, se detiene nuevamente sobre las caractersticas, d igamos literarias, del relato del cautivo: una vez ms se subrayan la originalidad del su je to ' 1 y la manera de contar y se aade la alusin a la ret icencia del mi smo narrador, imitando el j uego de decir y ocultar la verdad, tan caracterstico entre Cide Hamete y el segundo autor de la narracin principal:

    No tengo ms, seores, que deciros de mi historia; la cual, si es agradable y peregrina, jzguenlo vuestros buenos entendimientos, que de m s decir que quisiera habrosla contado ms brevemente, puesto que el temor de enfadaros ms de cuatro circunstancias me ha quitado de la lengua. (I, 41, 539)

    La llegada del oidor pone en agitacin a Ruy Prez, suscitando en l "barruntos de que aqul era su h e r m a n o " (I, 42 , 542) y todos los asistentes dan lugar a una conversacin que ayude a aclarar las sospechas del leons. En realidad se trata del l icenciado Juan Prez de Viedma, originario de un lugar de las montaas de Len, en viaje hacia la Audiencia de Mjico. Durante la cena, alrededor de la mesa, el cura con la habil idad retrica que le proporcionan sus estudios y prcticas eclesisticos, cuenta de forma aproximativa la historia del he rmano capitn, p rovocando el conmovido reconocimiento del juez: es tamos presenciando a una verdadera anagnrisis , esta vez respecto a un hombre y no a una hermoss ima moza , segn las convenciones de las propias consejas recordadas por el cura. Acen tuando el tono fabulstico, se nos comunica que el hermano menor "... est en el Pir, tan rico, que con lo que ha enviado a mi padre y a m ha satisfecho bien la parte que l se llev, y aun dado a las manos de mi padre con que poder hartar su liberalidad natural . . ." (I, 42 : 545). Nos acercamos a los prrafos que finalmente se pueden considerar conclusivos de esta largusima narracin que de todo tiene:

    Acudi el capitn a abrazar a su hermano, y l le puso ambas manos en los pechos, por mirarle algo ms apartado; mas, cuando le acab de conocer, le abraz tan estrechamente, derramando tan tiernas lgrimas de contento, que los ms de los que presentes estaban le hubieron de acompaar en ellas. Las palabras que entrambos hermanos se dijeron, los sentimientos que mostraron, apenas creo que pueden pensarse, cuanto ms escribirse. All en breves razones, se dieron cuenta de sus sucesos, all mostraron puesta en su punto la buena amistad de dos hermanos, all abraz el oidor a Zoraida, all la ofreci su hacienda, all hizo que la abrazase su hija, all la cristiana hermosa y la mora hermossima renovaron las lgrimas de todos.

    l 0 V a s c I , 2 2 , 265-266.

    ' ' Dir el cura poco despus resumiendo al oidor la historia del cautivo: "Desde all vino a Argel, donde s que le sucedi uno de los ms cstraos casos que en el mundo han sucedido." (1, 42, 544)

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  • Alli don Quijote estaba atento, sin hablar palabra, considerando estos tan estraos sucesos, atribuyndolos todos a quimeras de la andante caballera. All concertaron que el capitn y Zoraida se volviesen con su hermano a Sevilla y avisasen a su padre de su hallazgo y libertad, para que, como pudiese, viniese a hallarse en las bodas y bautismo de Zoraida, por no le ser al oidor posible dejar el camino que llevaba, a causa de tener nuevas que de all a un mes parta la flota de Sevilla a la Nueva Espaa y furale de grande incomodidad perder el viaje. En resolucin, todos quedaron contentos y alegres del buen suceso del cautivo; y, como ya la noche iba casi en las dos partes de su jornada, acordaron de recogerse y reposar lo que de ella les quedaba. (I, 42, 546-547)

    Con el reconocimiento de los personajes implicados en la historia de Ruy Prez se atan los cabos que haban quedado sueltos en el incipit: reaparecen los otros hermanos , se conoce el des t ino del padre , se d i spone el ingreso de Zora ida en la cr is t iandad y en la sociedad e spao la , el n u e v o e l e m e n t o que la na r rac in ha a a d i d o a la c i r cuns t anc ia inicial y que jus t i f i ca el la rgo cau t ive r io en Argel en opos ic in a la l iber tad que la m i s m a cr ist iandad hab a c o n q u i s t a d o en L e p a n t e El c rcu lo se c ie r ra r e c u p e r a n d o el o rden c o n s t i tu ido en re lac in con los dos p r inc ip ios que se hab an pues to en ev idenc ia , el cr is t ian i s m o de Eu ropa y el b ien de la l iber tad. La for tuna de los t res V iedma , que de r iva de la exce s iva l ibera l idad de su pad re , se ha conve r t i do en p r o s p e r i d a d y x i to soc ia l , incluso permit iendo a los hermanos colmar, a su vez, las necesidades del padre. La prodigalidad acompaada por la clarividencia ha generado el bien de todos, pero cada uno ha tenido que experimentar su propio destino para llegar a la conclusin de esta etapa de su vida.

    Pa semos , ahora , a la tercera his tor ia que queda por examinar . En el cap tu lo 19 de la Segunda Parte don Quijote y Sancho , a le jndose de la casa de don Diego de Mi randa , se encuent ran " . . .con dos c o m o clr igos o c o m o es tudiantes y con dos labradores que sobre cua t ro bes t i a s asna les ven an c a b a l l e r o s . " (II, 19, 8 5 2 ) . 1 2 H a b i n d o s e c o n o c i d o , dec i den con t inua r el viaje j u n t o s ; en segu ida los dos e s tud i an t e s , m s adve r t idos que los l ab radores , en t i enden " la flaqueza del ce l eb ro de don Q u i j o t e " y lo invi tan a asis t i r a " . . .una de las mejores bodas y ms r icas que has ta el da de hoy se hab rn c e l e b r a d o en la M a n c h a , ni en o t ras m u c h a s l eguas a la r e d o n d a " (1, 39 , 853) . La e x a g e r a c i n de es te exo rd io p ro s igue en la def in ic in de los nov io s , dos l ab radores que son " l , el m s r ico de toda esta t ierra ; y el la , la ms h e r m o s a que han v is to los h o m b r e s " . De m a n e r a q u e en la a ldea por a n t o n o m a s i a los l l aman a C a m a c h o 'e l r i c o ' y a Qui te r i a ' l a h e r m o s a ' . En esta fase de la na r rac in es el bach i l l e r quien t oma la pa labra y cuen ta e s tos pre l i mina re s a los dos m a n c h e g o s , i n t en t ando r ep roduc i r en su expos i c in la op in in del p u e b l o en re lac in a lo que se ref iere a los tres j v e n e s . A p r e n d e m o s a c o n t i n u a c i n que Qui te r i a es :

    ...de edad de diez y ocho aos, y l de veinte y dos, ambos para en uno, aunque algunos curiosos que tienen de memoria los linajes de todo el mundo quieren decir que el de la hermosa Quiteria se aventaja al de Camacho; pero ya no se mira en esto, que las riquezas son poderosas de soldar muchas quiebras. (II, 19, 854)

    * l El texto sigue diciendo: "Y as estudiantes como labradores cayeron en la misma admiracin en que caan todos aquellos que la vez primera vean a don Quijote, y moran por saber que hombre fuese aquel tan fuera del uso de los otros hombres." (II, 39, 853). Los cuatros viajeros se encuentran en una condicin parecida a la de don Diego de Miranda, que tampoco haba mostrado conocer la historia del caballero manchego.

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  • Tambin el e s tud ian te demues t r a aficin a las sen tenc ias en una c o n v e r s a c i n en la que Sancho suel ta tan tos p roverb ios que merece un ser io r e p r o c h e po r par te de su a m o , pero al j o v e n viajero le gus tan igua lmen te las m u r m u r a c i o n e s de la gen te , c o m o se c o m prueba en la in s inuac in de una sospechosa a scendenc i a conve r sa del r ico labrador . La conve r sac in con t ina e n u m e r a n d o todos los festejos que se es tn p r e p a r a n d o pa ra la boda del da s igu ien te . El bachi l le r se reve la perp le jo sobre la c o n d u c t a del e n a m o r a d o r e c h a z a d o por los pad res de la donce l l a en p ro de la r iqueza del o t r o 1 3 y por fin presenta al infeliz Basil io, quien resulta correspondido en su sent imiento por Quiteria:

    Es este Basilio un zagal vecino del mesmo lugar de Quiteria, el cual tena su casa pared y medio de la de los padres de Quiteria, de donde tom ocasin el amor de renovar al mundo los ya olvidados amores de Pramo y Tisbe; porque Basilio se enamor de Quiteria desde sus tiernos y primeros aos, y ella fue correspondiendo a su deseo con mil honestos favores, tanto, que se contaban por entretenimiento en el pueblo los amores de los dos nios Basilio y Quiteria. Fue creciendo la edad, y acord el padre de Quiteria de estorbar a Basilio la ordinaria entrada que en su casa tena; y por quitarse de andar receloso y lleno de sospechas, orden de casar a su hija con el rico Camacho, no parecindole ser bien casarla con Basilio, quc.no tena tantos bienes de fortuna como de naturaleza. Pues, si va a decir las verdades sin invidia, l es el ms gil mancebo que conocemos, gran tirador de barra, luchador estremado y gran jugador de pelota; corre como un gamo, salta ms que una cabra, y birla a los bolos como por encantamento; canta como una calandria, y toca una guitarra, que la hace hablar, y, sobre todo, juega una espada como el ms pintado. (II, 19, 854-855)

    El a t l t i co y f a sc inador Bas i l io p o s e e m u c h a s c u a l i d a d e s p o s i t i v a s , q u e el a m o y el e s c u d e r o d e f i e n d e n con v e h e m e n c i a , p e r o de es ta i n t e r v e n c i n de r iva la t i r ada de don Qu i jo t e sob re el d e r e c h o de los p a d r e s a e leg i r los e s p o s o s de sus h i jos y sob re las dif icu l t ades q u e p r e s u p o n e la v ida m a t r i m o n i a l . En r e s u m i d a s c u e n t a s el c o m i e n z o del e p i s o d i o de " L a s b o d a s de C a m a c h o " t i ene el ca rc t e r f r agmen ta r i o y m u l t i p r o s p c t i -co q u e le conf i e re su i n se r c in en la c o n v e r s a c i n de va r ios p e r s o n a j e s , s e g n u n a de las m o d a l i d a d e s na r r a t i va s p r iv i l eg i adas por C e r v a n t e s . En su c o n j u n t o resu l t a b a s t a n te d e t a l l a d o t an to al a n u n c i a r los festejos de las b o d a s c o m o en la p r e s e n t a c i n de los p r o t a g o n i s t a s , en e spec i a l de los v a r o n e s , p o r q u e a Q u i t e r i a de m o m e n t o se le da p o c a luz. Es t n p l e n a m e n t e a l c a n z a d a s , en c a m b i o , las func iones s e d u c t o r a y d r a m t i c a por el in t e rs y la e x p e c t a t i v a q u e se han c r e a d o sob re la c o n d u c t a de los t res j v e n e s y de Bas i l io en par t icu la r .

    D e s p u s de la e s c a r a m u z a en t re los dos e s t u d i a n t e s , q u e p r o p o r c i o n a a S a n c h o la o p o r t u n i d a d de s egu i r con sus s e n t e n c i a s , se cede la v o z a C i d e H a m e t e q u e , s u p e r a d a la n o c h e al a ire l i b re , d e s c r i b e el e s p e c t c u l o de las g r a n d i o s a s c o m i d a s q u e los coc i ne ros e s t n p r e p a r a n d o y de los var ios g r u p o s de d a n z a d o r e s que van l l e g a n d o , inc luy e n d o a los q u e ac tua r n en la ' d a n z a h a b l a d a ' " A m o r e In t e r s " , q u e p r o p o n e de

    1 3 "...pero ninguna de las cosas referidas ni otras muchas que he dejado de referir, ha de hacer ms memorables estas bodas, sino las que imagino que har en ellas el despechado Basilio." (1, 19, 854). Ntese que otra vez se alude a las reticencias de los narradores.

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  • fo rma a l eg r i ca uno de los nudos del problema tratado en el e p i s o d i o . 1 4 Con este intermedio se ha preparado una atmsfera adecuadamente teatral para que se produzca el golpe de efecto final.

    Esta vez lo que acon tece es igua lmen te so rp renden te para los des t ina ta r ios in ternos al texto y para los lec tores , s i endo ste uno de los casos de la S e g u n d a Parte en el que C ide H a m e t e vo lun t a r i amen te man t i ene al lector a oscuras de lo que en la f iccin se est t r a m a n d o . El p royec to que se va a real izar lo conocen s o l a m e n t e los dos e n a m o r a d o s , los as i s ten tes a la e scena y el lector lo ignoran.

    El d r ama t i smo de la accin que se desarrol la ante a m b o s es sabido, pero cabe sealar que est re lac ionado no tab lemente con la manera de contar una vez ms f ragmentar ia y a veces ret icente del narrador rabe: invir t iendo el aire de fiesta y alegra que haba carac ter izado los prepara t ivos de la ce remonia nupcial , ahora se s imulan un suicidio y un desposorio in articulo mortis, al que la he rmosa Quiter ia cons iente p iadosa . Pero, descubier ta la t rampa, todos nos d a m o s cuenta de que en una c i rcuns tancia real cons iguen triunfar la ' indus t r i a ' de Basi l io y la constancia y fidelidad de los dos enamorados . Es un final que mezc la la real idad y la fbula, dejando que los sent imientos se impongan sobre el inters, que hasta los dos tercios de la narracin haba parec ido ganar la batalla. En los largos prrafos conc lus ivos , sin embargo , se in t roducen e lementos que c laramente se refieren al c o m i e n z o del episodio y que dan un sent ido, tambin en este caso , a detalles que podran parecer superf luos. Para interrumpir la posible pelea entre los bandos que defienden respec t ivamente a C a m a c h o y Basi l io , don Quijote , pon indose al lado del ' i ndus t r io so ' labrador, in terviene a grandes voces jus t i f icando el engao de los enamorados , cons t ru ido para afirmar su amor, y la p romesa pronunc iada entre el los, vagamente a ludida en los prrafos iniciales:

    Teneos, seores, teneos, que no es razn tomis venganza de los agravios que el amor nos hace, y advertid que el amor y la guerra son una misma cosa, y as como en la guerra es cosa lcita y acostumbrada usar de ardides y estratagemas para vencer al enemigo, as en las contiendas y competencias amorosas se tienen por buenos los embustes y maraas que se hacen para conseguir el fin que se desea, como no sean en menoscabo y deshonra de la cosa amada. Quiteria era de Basilio, y Basilio de Quiteria, por justa y favorable disposicin de los ciclos. Camacho es rico y podr comprar su gusto cuando, donde y como quisiere. Basilio no tiene ms desta oveja, y no se la ha de quitar alguno, por poderoso que sea, que a los dos que Dios junta no podr separar el hombre, y el que lo intentare, primero ha de pasar por la punta desta lanza. Y en esto la blandi tan fuerte y tan diestramente, que puso pavor en todos los que no le conocan. Y tan intensamente se fij en la imaginacin de Camacho el desdn de Quiteria, que se la borr de la memoria en un instante, y as tuvieron lugar con l las persuasiones del cura, que era varn prudente y bien intencionado, con las

    Sobre la complejidad de los problemas que se evidencian en una atenta lectura de este episodio, vase el trabajo de Bulgin (1983). Bulgin estima excesivamente sencilla la conclusin de John Sinnigcn que el mensaje de la historia se resuelva en el triunfo del matrimonio de amor (Sinnigcn, 1969) y, por medio del anlisis de todos los elementos que integran la historia, sin excluir la repetida alusin al mito de Piramo e Tisbc, concluye que la interferencia de diversas perspectivas no determina un neto prevalecer del amor sobre el inters. Por consiguiente no se puede afirmar que el personaje de Basilio es presentado de manera decididamente ms favorable que el de Camacho.

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  • cuales qued Camacho y los de su parcialidad pacficos y sosegados, en seal de lo cual volvieron las espadas a sus lugares, culpando ms a la facilidad de Quiteria que a la industria de Basilio, haciendo discurso Camacho que si Quiteria quera bien a Basilio doncella, tambin le quisiera casada, y que deba de dar gracias al ciclo ms por habrsela quitado que por habrsela dado. Consolado, pues, y pacfico Camacho y los de su mesnada, todos los de la de Basilio se sosegaron, y el rico Camacho, por mostrar que no senta la burla ni la estimaba en nada, quiso que las fiestas pasasen adelante como si realmente se desposara; pero no quisieron asistir a ellas Basilio ni su esposa ni secuaces, y, as, se fueron a la aldea de Basilio, que tambin los pobres virtuosos y discretos tienen quien los siga, honre y ampare como los ricos tienen quien los lisonjee y acompae. (II, 22, 880-882)

    C o n esta in tervencin del cabal lero, como ocurre en varios m o m e n t o s de la novela , Cervan tes olvida haber defendido poco antes el de recho de los padres a organizar el futuro mat r imonia l de los hijos y, en muchas de sus nar rac iones , el respeto formal de las normas t r ident inas , aprobando la eleccin de los dos m o z o s , que se han casado p rove dos slo de su a m o r . 1 5 En cuanto a C a m a c h o , subraya las m u c h a s pos ib i l idades que la r iqueza le ofrece para conquis tar un gnero distinto de felicidad. La narracin a lcanza otra vez un tono sen tenc ioso que se mant iene en la conc lus in a la que llega el r ico pas tor sobre la conducta de Quiter ia , segn reza el texto: " . . .hac iendo discurso C a m a c h o que si Qui ter ia quer a bien a Basi l io doncel la , tambin le quis iera casada, y que deba de dar gracias al cielo ms por habrse la qui tado que por habrse la dado" . Cervantes no omi te sealar cierta desenvol tura de la novia , gracias a la que , sin embargo , se ha cer rado una his tor ia de amor e m p e z a d a cuando los dos enamorados eran n ios , hac iendo triunfar la na tura leza y la espontane idad sobre el inters. La c i rcunstancia inicial se ha inver t ido l l evando a buen fin los indicios d i seminados en sus prrafos; el hecho de en t remezc la r la his tor ia de Quiter ia con los acontec imientos del relato pr incipal ha con l levado , sin embargo , a lgunas var iac iones en la manera de hi lvanar la narracin a travs de la inserc in de d i logos y discursos . Lo que se acenta par t icu larmente es el tono d idct ico , c o m o consecuenc ia de la actitud de don Quijote y Sancho, que en la Segunda Parte de la nove la enr iquecen cont i nuamen te sus conversac iones con proverb ios , sentencias , consejos etc.

    Pero con el cont inuo cambio de perspectivas Cervantes consigue dar mayor salida a la inclinacin a la ambigedad que los relatos monocordes y autoritarios del " C u r i o s o " y del "Cau t ivo" haban condic ionado fuertemente. En conclusin, no se puede negar que en cada ep isodio el tablean final recupera y rene los e lementos del tablean inicial , cua lquiera que sea la forma en la que se le han comunicado al lector, ya es t rechamente v incu lados en los pr imeros prrafos ya di luidos en el curso de la narracin, ac larando en el desen lace lo que antes hab a pod ido parecer intil u oscuro . Tambin respec to a Cervan tes p o d e m o s afirmar que, c o m o reza la m x i m a por todos conocidas , en una nar rac in suya "Tout se tient", cual quier e l emento del relato cont r ibuye a preparar el desen lace conf luyendo con m a y o r o menor evidencia hacia el cierre de la per ipecia .

    En cuanto a las relaciones que se establecen entre los episodios y el 'marco ' de la historia principal, contada por Cide Hamete, en este caso slo he podido resaltar el aspecto metanarrativo por

    A este propsito vase Redondo (1991) y su interpretacin pardica del episodio.

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  • los muchos comentarios tericos que acompaan las distintas narraciones. stos tienen evidentes analogas con las actitudes del narrador rabe, del traductor del manuscrito y del segundo autor, manteniendo una continuidad tcnica con la historia de la pareja protagonista, aun cuando se tiene la impresin de que stas se colocan bastante alejadas del hilo narrativo pr incipal .

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