Combatiente 1A DE AGOSTO 2018 · la demanda interna de los principales granos, oleaginosas y...
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Combatiente Virtual
POR LA REVOLUCIÓN MEXICANA AL SOCIALISMO Órgano Oficial de Información y Análisis del Partido Popular Socialista
y de la APN -Popular Socialista
AÑO IX. N° 151. NUEVA ÉPOCA. 1ª Quincena, de AGOSTO de 2018.
En México debe llegar la hora de ¡Al campo con derechos!
Mural de Diego Rivera.
A través de Vía Campesina nos llega la información de que está por finalizarse la Declaración de las Naciones Unidas, concerniente de los derechos de las y los campesinos, entre otras personas que laboran en zonas rurales. Existen mundialmente, un mil 200 millones de campesinos y sus familias, en su mayoría presentan visos de violaciones sistemáticas de sus derechos, en diversos tipos de formas: desalojo de sus tierras y territorios, políticas de producción y de mercado desfavorables,
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malas condiciones de trabajo, criminalización y asesinatos, entre otros; esto representa un grave problema, pues ellos son considerados la clave de coadyuvancia para que se alcance la seguridad y soberanía alimentaria, de ellos depende el derecho humano a la alimentación saludable y, un factor importante contra el cambio climático, la conservación de la biodiversidad y la revitalización de las zonas rurales.
La Declaración establecerá nuevos estándares para los derechos humanos de los
trabajadores rurales, promoviendo a la vez, la soberanía alimentaria y la implementación de
políticas socioeconómicas, para mejorar el sistema alimentario y agrícola, abriría además, el
camino para la creación de políticas públicas a favor de las y los campesinos en países, donde tales
políticas no existen y será una herramienta más, para mejorar aún las políticas ya existentes.
Las consecuencias del Tratado de Libre Comercio, (TLCAN) no favorecieron al sector
campesino en a México, ésta apertura comercial implementada por los gobiernos mexicanos a
partir de 1986, causan graves problemas en la agricultura nacional y, en general en la economía
del país, por dar un ejemplo, en 1986 el país importaba 150.7 millones en aceites y grasas
oleaginosas, pero ya en 1990 se importaron 348.3 millones en los mismos productos,
incrementándose en más del 130%. En los productos alimenticios manufacturados, se importaron
491 millones en 1986 y para 1990 esta cantidad se incrementó en más de 500% al pasar 2,679
millones de dólares. En la actualidad la dependencia de México de las importaciones para satisfacer la demanda interna de los principales granos, oleaginosas y forrajes crecieron en los últimos 20 años en productos como el arroz, el trigo y el maíz, según datos de la FAO.
En los tratados comerciales desde que estos empezaron, siempre estuvo a la vista el
proteccionismo en la agricultura de los países industrializados, convirtiéndose o formándose
monopolios y oligopolios con amplios beneficios, obtenidos a costa de la ruina de muchos
trabajadores de países subdesarrollados; los países proteccionistas impusieron políticas
arancelarias en diversos productos, sobre todo agrícolas, estas fueron aplicadas en áreas
controladas por la Comunidad Europea y los Estados Unidos.
En el caso de México, lo que se requiere hoy es modernizar realmente el campo mexicano,
pero no en detrimento de la organización ejidal, ni de la auténtica pequeña propiedad, sino
fortalecerlos proporcionando al campo, los recursos financieros, tecnológicos y de asistencia que
se le ha negado y se le ha negado para transferirlos a un sector exportador en manos de las
empresas transnacionales; se requiere privilegiar, primero los cultivos de productos estratégicos
para la alimentación al pueblo de México y, fortalecer el mercado interno, abandonando la
política negativa de invertir miles de millones de dólares en importaciones de básicos, con los
cuales se generarían empleos en su mayor parte en México.
Otra cuestión que debe tomarse en cuenta es que México a estas alturas y por razones
históricas no puede desarrollarse por la vía del capitalismo clásico, pues esta está ya cancelada.
Tampoco puede, por las mismas razones, transformarse en un país en el que impere el capitalismo
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monopolista de Estado porque, por más que se desarrollaran los monopolios nacionales, no
podrían competir con el poder de los imperialistas o extranjeros.
NOTI-BREVES.
Comunicado de la FSM sobre los 73 años desde el lanzamiento de las bombas atómicas.
El 6 de agosto 2018, setenta y tres años se cumplen desde el crimen en Hiroshima y en Nagasaki el 9 de agosto, por el
imperialismo de los EEUU, el cual en 1945 privó la vida de cientos de miles personas y miles de otros en los siguientes
años por los afectos de la radiación en el territorio.
El lanzamiento de las bombas atómicas tuvo la intención de intimidar al pueblo, de enviar un `mensaje` a la
URSS, al movimiento militante de todos los países, tuvo la intención de poner el sello de la intimidación de los EEUU a
toda la situación internacional después de la Segunda Guerra Mundial.
La posición de los EEUU y sus aliados genera nuevos riesgos para toda la región y para la humanidad entera.
Los EEUU, NATO y la Unión Europea tienen como objetivo saquear los recursos naturales de los países del Tercer
Mundo, fortaleciendo su ámbito de influencia y rastreando fronteras nuevas. Los riesgos por la Paz Mundial son graves.
Los antagonismos inter-imperialistas se agravan constantemente.
La FSM niega el derecho de los EEUU a decidir quien puede y a quien se permite tener energía nuclear. Nadie
ha autorizado a los EEUU que permite a Israel, Pakistán, Turquía o S.Korea que tengan armas nucleares mientras ellos
están mintiendo sobre otros.
La Federación Sindical Mundial (FSM), desde el primer año de su fundación el 1945, ha tenido una posición
clara contra las armas nucleares. A lo largo de sus Congresos, se han votado decisiones que demandan la abolición de
todas las armas nucleares de todos los países.
El Secretariado.
Por los derechos del campesinado venezolano
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La gran marcha campesina iniciada en Barinas y Portuguesa (Venezuela), recorrieron 400 kilómetros en tan sólo 20 días, el objetivo, entrevistarse con Nicolás Maduro Moro, para entregarle los proyectos y hacerle saber de la reivindicación del campesinado venezolano, es decir, los derechos que tiene ese sector campesino, buscando el apoyo y el bienestar de los trabajadores y trabajadoras del campo y, sobre todo, saber sobre los rubros más prioritarios del aspecto productivo para crear los insumos necesarios para la alimentación en el país. La guerra económica impulsada por la oligarquía y el imperialismo tratan de hacer mella en el campesinado con el objeto de llevarlos a la desesperación y la confrontación, empecinados están los enemigos en derrocar al gobierno bolivariano.
La marcha se realizó debido a que algunos jueces en el mismo gobierno obstruyen el avance que debe tener la reforma agraria, quitándoles sus tierras y el desalojo del que son objeto. Las y los campesinos rechazan esta impropia postura de los jueces que les ha impedido garantizar la producción de insumos alimenticios que el pueblo necesita, proclaman que ningún campesino o campesina es pobre, si tienen la manera de producir, es decir, tener los medios de producción, que en este caso es la tierra, el agua, los fertilizantes y la tecnología a su alcance.
Esta experiencia puede ser aplicable, de acuerdo a la idiosincrasia de cada nación en América Latina, la lucha puede intensificarse buscando desde luego, en su modalidad de propiedad social, de colectividad, apuntar hacia la independencia alimentaria, fortaleciendo la agroindustria nacional sin agotar los nutrientes naturales de la buena tierra, de la gran pachamama que nos da de comer.
Luis Langarica Arreola 04‐08‐2018.
SOLIDARIDAD PARA CON EL PUEBLO Y GOBIERNO DE VENEZUELA. La Coordinadora Democrática de la Ciudad de México nos solidarizamos con el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela; Nicolás Maduro Moros y condenamos enérgicamente el atentado perpetrado en su contra por la ultraderecha. En México como en América Latina existe una convicción democrática expresada en los procesos electorales como el del pasado 1° de julio en Nuestro País, modelo de expresión de la voluntad popular de nuestro pueblo, defenderemos la legalidad institucional y exigimos que sea respetada la misma con nuestros hermanos de los pueblos de Latinoamérica, repudiamos todo atentado contra los procesos democráticos legítimos y los gobiernos emanados de ello. Exigimos el esclarecimiento inmediato de estos hechos y castigo a los responsables. Repudiamos el uso de la violencia criminal contra el Gobierno de Venezuela. Reiteramos nuestra solidaridad permanente y estaremos alertas ante cualquier ataque que quieran hacer contra nuestras hermanas y hermanos de ese país digno y soberano.
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¡La violencia y el terrorismo no pasarán! Viva el gobierno legal y legítimo de la República Bolivariana de Venezuela!
Integrantes de la Alianza Nacional de Trabajadores (ANT), dirigida por el compañero Manuel Fernández Flores, presentes en el 6to. Congreso del SITTGE, Sindicato Independiente de Trabajadores y Trabajadoras del Estado, que se llevó a cabo en San Luis Potosí, México.
Indígenas mexicanos esperan que López Obrador frene abusos en sus territorios
ENTREVISTAS
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Víctor Flores García
CIUDAD DE MÉXICO (Sputnik) — Las comunidades indígenas de México esperan que el nuevo Gobierno de Andrés Manuel López Obrador frene los abusos perpetrados por megaproyectos de explotación de recursos naturales, dijo a Sputnik el coordinador del programa Territorio, Derechos y Desarrollo del centro de análisis Fundar, Edmundo del Pozo.
"El desafío de las condiciones que viven las comunidades indígenas que luchan por la defensa de sus territorios procede de un conjunto de políticas de corte neoliberal, de apertura a inversiones extranjeras, que han profundizado el modelo de extracción agresiva de sus recursos naturales", dijo el experto en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en vigor hace casi 25 años, "la ley minera de los años 1990, la reforma agraria y la reciente reforma energética, flexibilizaron el marco legal para autorizar un conjunto de actividades legales sobre el uso del territorio de las comunidades, donde se implementan 950 megaproyectos en las industrias extractivas en todo el país", dijo Del Pozo.
Los gobiernos anteriores autorizaron más de 24.700 concesiones para proyectos mineros que afectan 20 millones de hectáreas, indicó.
"Esos proyectos se implementan en gran parte del territorio de comunidades indígenas, de los cuales más del 60% son canadienses", indicó Del Pozo, autor de libros y ensayos sobre políticas públicas y filosofía del derecho.
El equipo de transición del próximo Gobierno ya tuvo acercamientos con autoridades de Canadá, sin embargo el programa de las próximas autoridades no contiene un rechazo tajante a la minería y la explotación petrolera.
No obstante, actores del próximo gabinete, como el encargado de la Comisión de Desarrollo Indígena, Adolfo Regino Montes, anunció que "se van a revisar todas las concesiones para la explotación de recursos naturales", matizó el investigador.
En efecto, Montes hizo ese anuncio y la creación del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.
"Lo que estamos viendo es un proyecto de ordenación que es una apuesta muy seria a la explotación de gas y petróleo, con la proliferación de termoeléctricas y energía hidroeléctrica", acotó el experto.
Del Pozo observa un cambio importante en ese enfoque, dado que el principal impulso no estará centrado en las inversiones extranjeras.
Al declarar la urgencia de extraer más hidrocarburos fósiles, el próximo presidente enfatiza que "el Estado asumirá la rectoría de la industria energética con el nuevo proyecto de nación", prosigue el especialista.
En la producción petrolera, las comunidades indígenas observan con satisfacción que López Obrador haya descartado claramente la tecnología de fractura hidráulica (fracking) desarrollada en el estado de Texas (sur de EEUU) para la producción de gas de esquisto (shale).
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"Nos hemos posicionado claramente junto con las comunidades en la Alianza Mexicana Contra el Fracking para que esa declaración del presidente electo se traduzca en una prohibición legal, porque actualmente la petrolera estatal Pemex ya la utiliza", dijo Del Pozo.
Por ejemplo, los grupos indígenas que protestan contra el uso de esta técnica en el central estado de San Luis Potosí, por el uso intensivo de los mantos acuíferos que implica.
Persecución de las comunidades
Por la resistencia a la explotación agresiva de los recursos naturales se cometen múltiples asesinatos y hechos de violencia contra las comunidades, perpetrados por funcionarios estatales y privados.
"En muchos lugares se ha vulnerado y criminalizado a las personas que defienden el territorio contra la visión extractivista de los recursos naturales, eso no cambiará de la noche a la mañana", apuntó Del Pozo.
El más reciente informe anual de Global Witness sobre defensores de derechos humanos indica que al menos 207 personas fueron asesinadas en el mundo por defender los derechos humanos, su tierra y el ambiente el año pasado.
"En México, la situación empeoró respecto de 2016, pasando de tres a 15 personas defensoras asesinadas durante 2017; y 13 de estas 15 personas pertenecían a comunidades indígenas que defendían sus territorios ancestrales", indica el informe.
La apuesta de las nuevas autoridades aún persiste en mantener los megaproyectos, pero con la meta de redistribuir la riqueza, abatir la desigualdad y la pobreza y proteger los derechos a la autonomía.
"No es sencillo aplicar esa visión, todavía hay que resolver el problema de la violencia, poner un alto a los conflictos en los territorios y saber de dónde saldrán los recursos necesarios para los programas sociales comprometidos en ese nuevo modelo de desarrollo", advierte Del Pozo.
El problema no es solo la promesa del respeto al Estado de derecho y de consulta a las comunidades, "un anhelo creíble del próximo presidente, sino del respeto a la autodeterminación indígena sobre los territorios, el derecho a definir su propio modelo de su desarrollo", comentó.
Por ejemplo, "podría haber conflictos en la implementación de los 25 grandes proyectos estratégicos", anunciados por López Obrador, como el gran corredor transístmico en el sur del país, que incluye un ferrocarril para conectar el Golfo de México con las costas del Pacífico.
Los pueblos indígenas quieren que se discutan otro tipo de alternativas, con proyectos de menor escala, según Del Pozo.
"La apuesta debería ser discutir un nuevo modelo con toda la sociedad civil, y no solo los 25 o 30 megaproyectos de infraestructura" que serán el eje del próximo Gobierno, recomendó.
Finalmente, Del Pozo consideró positivas algunas señales de diálogo de cara al escepticismo de movimientos indígenas rebeldes, como los zapatistas del sureño estado de Chiapas, que rechazan colaborar con el nuevo Gobierno.
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Por otra parte, la apuesta de López Obrador podría entrar en tensión con proyectos comunitarios de menor escala, cooperativos y domésticos, para construir un modelo de energías renovables más accesible.
Para ello habría que abandonar la lógica de los grandes megaproyectos y minería a cielo abierto, y renunciar a la construcción de grandes parques eólicos que han sido rechazados por las comunidades.
Las comunidades indígenas y movimientos ambientalistas presentaron a López Obrador 10 propuestas para proteger la riqueza natural de México, con un mecanismo para garantizar el abastecimiento de agua y determinar precios justos.
La propuesta contempla proteger de la explotación comercial al menos el 30% de los mares mexicanos; fortalecer el ordenamiento ecológico de las áreas naturales protegidas; alcanzar una tasa cero de deforestación y reducir el 36% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y proteger el patrimonio natural de las ciudades.
También plantean que para 2024 el 35% de las energías generadas sean limpias, así como mitigar el impacto de los megaproyectos con un enfoque ambiental transversal en un sistema nacional de planeación democrática.
Esos son los dilemas del nuevo Gobierno que comenzará el 1 de diciembre, de cara a los 68 pueblos indígenas de México.
Saludo al VI Congreso del Partido de los Comunistas Mexicanos
Por José Abel Ogaz Pierce,
Srio. de Relaciones de la DN del PPS‐APN‐PS
Compañeros, Camaradas:
Traigo un saludo de la Dirección Nacional del Partido Popular Socialista, Agrupación Política
Nacional Popular Socialista, especialmente de su Secretario General, Manuel Fernández Flores al
Partido de los Comunistas de México y, en particular, a su dirigente Pavel Blanco.
1.‐ Este VI Congreso que se inaugura este día, coincide con el año del 200 Aniversario del
nacimiento de Carlos Marx (el 5 de mayo de 1818), quien junto con Federico Engels forjaron el
arma ideológica del proletariado universal para conocer y transformar el mundo, animaron la Liga
de Los Comunistas, redactaron su primer programa, El Manifiesto Comunista, crearon la Primera
Internacional de los Trabajadores, sintetizaron y divulgaron la experiencia de la Comuna de París y
fundamentaron la ciencia de la economía política desde la perspectiva del proletariado en “El
Capital. Crítica de la Economía Política”.
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2.‐ Este VI Congreso coincide también con el 124 aniversario del nacimiento del dirigente socialista
mexicano Vicente Lombardo Toledano (16/Jul/1894), que impulsó la vía de las nacionalizaciones
para desarrollar un país soberano y con una más equitativa distribución de la riqueza, que creó el
Comité de Defensa Proletaria para apoyar la vía nacional‐revolucionaria, fundó y dirigió la
Confederación de Trabajadores de América Latina para la lucha antifascista y antiimperialista en
América Latina y fue vicepresidente de la Federación Sindical Mundial de la que fue cofundador en
1945, en París, Francia.
3.‐ Estamos en una coyuntura difícil: Andrés Manuel López Obrador asumirá la presidencia en
cuatro meses, en un México con niveles altos de violencia y buscando una serie de cambios que
alivien un poco la situación de la mayoría. Se dio una participación nutrida de grandes segmentos
populares y de los militantes más responsables, que redoblaron su lucha desde distintas
posiciones.
4.‐ Pese a las diferencias respecto de la línea política de los partidos y agrupamientos que buscan
la real liberación social y no únicamente la nacional, es absolutamente posible y necesario
conseguir la unidad de acción en el combate contra el capitalismo monopolista de Estado de los
países imperialistas, especialmente del centro geopolítico de los mismos. En la lucha por los
intereses vitales de la clase trabajadora y sus objetivos históricos, se pueden minimizar las
divergencias existentes al actuar por objetivos comunes.
5.‐ Al ampliarse la base social del movimiento democrático‐patriótico actualmente en México, creo
que no existe el peligro que se diluya la unidad de las fuerzas de vanguardia del proletariado.
Ambos tipos de unidad interaccionan y pueden reforzarse mutuamente. El núcleo fundamental
debiera ser el movimiento por una sociedad sin explotación; pero esto depende que éste se gane
ese sitio con análisis certero de la realidad, así como de la actuación oportuna y eficaz, con
propuestas de avanzada que respondan a la situación concreta en cada momento del combate.
6.‐ Es necesaria la ampliación en la lucha, de los lazos y contactos entre los partidos de base
teórica marxista‐leninista, el intercambio y perfeccionamiento de información constante acerca de
los puntos de vista sobre distintos acontecimientos clave, expandir la reconsideración teórica de
los problemas y dificultades que la vida misma vaya planteando; realizar seminarios y foros de
discusión y debate conjuntos para ir precisando los programas de lucha a corto, mediano y largo
plazos, aprovechando y resumiendo la experiencia de partidos semejantes, así como de los de
carácter progresista y de los movimientos sociales con diversidad de demandas específicas pero
más detalladas sobre los sucesos que les atañan directamente.
7.‐ Hay aspectos de un programa para un futuro inmediato que preocupan: A) Llevar el combate a
la corrupción hasta sus últimas consecuencias, que sabemos es, principalmente, un efecto del
sistema de explotación del hombre por el hombre (que actúa sobre la causa que la origina,
reforzándola) y, en nuestra época, del sistema de capitalismo monopolista de Estado, donde la
mafia del poder, los capitales monopólicos, hacen uso del Comité de Administración de sus
negocios. Es fundamental llevar el pulso del proceso de combate a la misma por parte del
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gobierno encabezado por AMLO, cuidando la táctica de las fuerzas de avanzada para que, no por
querer caminar más rápido, se vayan a poner, inconscientemente, piedras mayores en el camino a
ese propósito correcto. Las formas y momentos de plantear cada paso son, aquí, determinantes.
B) Las amplias necesidades sociales insatisfechas de sectores mayoritarios del pueblo de México –
más del 80% de los pobladores tenemos alguna situación de vulnerabilidad, según el Consejo
Nacional de Evaluación de la Política Social‐ reclamarán recursos crecientes, en la que, casi
seguramente, no alcanzarán las economías logradas con el sólo combate a la corrupción, de tal
manera –frente a una de las distribuciones peores de la riqueza producida por el trabajo social del
Planeta‐ será ineludible impulsar aquella reforma fiscal que grave más a los grandes capitalistas (el
64% del excedente bruto de explotación, algo similar a la plusvalía, está en manos del capital, sólo
el 28% del nuevo valor producido anualmente va a los salarios‐ mientras que las empresas
tributan, en materia de Impuesto Sobre la Renta (ISR), sólo el 3.5% del Producto Interno Bruto. Si
las empresas que están en la economía formal (mayoritariamente grandes y algunas medianas)
obtienen el 47% del excedente bruto de explotación, con una tasa del ISR del 30%, deberían estar
pagando en Impuesto Sobre la Renta a empresas al menos el 15% del PIB. Falta pues, un largo
trecho y hay que considerar también la nueva “reaganomics” del presidente Trump, desgravando
fuertemente a las empresas situadas en el territorio de los EU. C) Un sistema de pagos en manos
en nuestro país, en sus tres cuartas partes, de la banca extranjera, genera que la creación de
dinero por la vía de cuentas de cheques, pagos electrónicos y tarjetas de débito esté fuera del
control directo del Banco Central; pudiendo hacer muy poco el Estado mexicano para canalizar ese
poder de inversión, de medios de pago y de crédito en función de lo que le interesa a la nación y al
pueblo de México. D) Ampliar la democracia directa, el referéndum y la consulta popular, a
aspectos económicos que resultan vitales para la vida de la nación, como los fiscales, monetarios y
crediticios.
En hora buena se efectúa este VI Congreso del PC de México, para profundizar en éstas y otras
preocupaciones de sectores crecientemente importantes de nuestro pueblo trabajador.
CDMx/Vier/3/Ago/2018.
Manuela D’Avila, posible candidata a vicepresidenta de Brasil
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“La gente tiene la certeza de que Lula puede cambiar el destino de nuestro país”
La dirigente comunista Manuela D’Avila reflexiona sobre la grave situación que vive
Brasil y explica su alianza con el PT. “Nuestro lugar es junto al PT construyendo una
alternativa a la crisis.”
“En Brasil tenemos un sector del Poder Judicial que está atentando contra la
democracia”, afirma D’Avila.
A pocos días de retirar su candidatura como presidenta de Brasil por el Partido Comunista (PCdB), para optar
por la vicepresidencia en alianza con el Partido de los Trabajadores (PT), Manuela D’ Ávila estuvo en Buenos
Aires. Allí participó de la presentación del libro Latinoamérica piensa de Nicolás Trotta, rector de la UMET,
junto a referentes políticos como José “Pepe” Mujica, ex presidente de Uruguay, Gerardo Pisarello,
vicealcalde de Barcelona y Felipe Solá, diputado nacional.
El PT inscribirá formalmente este miércoles 15 de agosto a Luiz Inácio Lula da Silva como
candidato a presidente y al ex alcalde de San Pablo, Fernando Haddad, como su vice. Sin embargo, si el
Tribunal Superior Electoral no acepta la postulación de Lula, quien cumple una pena de 12 años de cárcel
acusado de corrupción en la causa de Lava Jato, el PT deberá presentar un sustituto. Haddad pasaría a ser
candidato a la presidencia y D’Ávila lo acompañaría en la fórmula.
D’Ávila empezó su carrera política en el movimiento estudiantil Unión de la Juventud Socialista
(UJS), brazo del Partido Comunista de Brasil. En 2004 fue electa concejala de Porto Alegre y se convirtió así
en la más joven parlamentaria de la historia del municipio. Entre 2007 y 2015 fue diputada por Rio Grande
do Sul.
“La certeza es que un inocente, como lo es Lula, puede cambiar el destino de Brasil ante la más
grave crisis que estamos viviendo”, afirmó D´Avila, feminista de 36 años, en conversación con Página 12,
donde habló sobre los desafíos frente a las elecciones brasileñas de octubre.
–¿Cuáles son sus principales propuestas para las elecciones de octubre?
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–En los próximos días vamos a consolidar un programa común entre la candidatura de Lula y la candidatura
que teníamos con el Partido Comunista antes del domingo. Lo más importante es hacer que las elecciones
sean el espacio de debate acerca de salidas para la crisis. Lo que estamos viviendo en Brasil es un proyecto
antinacional, de destrucción del Estado y de los derechos de nuestro pueblo. Desde el gobierno de Michel
Temer han aprobado, por ejemplo, una reforma de los derechos laborales. Tenemos más de trece millones
de desempleados en el país. Ante esto algunas medidas que son prioridad para Lula y para nosotros es hacer
que el pueblo tenga créditos a través de los bancos públicos. La mitad del pueblo brasileño hoy está con el
“nombre sucio”, endeudados y con hipotecas. Cuando la gente tiene plata, consume y se fomenta el
desarrollo. Esa es una medida que propone Lula, hacer que los créditos sean más fáciles para el pueblo. Otro
eje importante será derogar la enmienda constitucional que impone que por veinte años el gobierno no
pueda tener más presupuesto para los establecimientos públicos. Son veinte años de un presupuesto
congelado. Uno sabe que cuando el gobierno pone más plata también genera mayor empleo y consumo.
Estos son dos ejes importantes para nosotros.
–¿Cómo evalúa los dos años de gobierno de Michel Temer?
–Son los peores dos años de los últimos treinta. Ellos han tenido mucha velocidad para la destrucción del
Estado brasileño y de todos los derechos que hemos conseguido. Están entregando nuestros recursos
naturales y destruyendo los derechos del pueblo, los derechos laborales, los sociales, y las universidades.
Ellos han dado un golpe y avanzaron con mucha velocidad en la destrucción del Estado. Contaron con todo
el apoyo de los medios de comunicación para que la gente no pueda reaccionar. Es parecido a lo que sucede
con Macri aquí en Argentina. Tienen un mismo proyecto. La diferencia es que Cambiemos ganó en las
elecciones.
–¿Por qué aceptó la candidatura a la vicepresidencia por el Partido de los Trabajadores?
–Hace mucho en el Partido Comunista estamos diciendo que lo más importante es ganar las elecciones y
tenemos que generar la unidad para eso. Esta es la unidad posible. Nosotros intentamos hacerla con otros
partidos, con más gente, con otros candidatos de nuestro campo. A mí me gustaría muchísimo no estar en
las elecciones y que haya otro nombre que pueda estar en mi lugar y yo estar apoyando desde la calle. Pero
fue la unidad que logramos construir. Dentro del PC nosotros discutimos esta candidatura por ocho meses y
asumimos la responsabilidad que nos toca en este momento histórico. Nuestro lugar es junto al PT
construyendo una alternativa a lo que estamos viviendo.
–¿Qué es lo que está en juego en estas elecciones?
–En Brasil, en estos días, tenemos que poner el debate en una nueva perspectiva. Tenemos que debatir
cómo garantizar la democracia que teníamos antes del golpe a Dilma Rousseff. Antes, nosotros debatimos
cómo profundizar la democracia pero en Brasil hoy tenemos que debatir cómo garantizar lo que logramos
construir desde 1989 después de que salimos de la dictadura militar. Hoy tenemos que mirar a los que
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profundizan la democracia, la experiencia que tienen en Barcelona, la experiencia del ocho de agosto de las
argentinas en la calle.
–¿Qué opina sobre la colusión entre los gobiernos de derecha con el poder mediático y judicial?
–Las derechas en América Latina siempre han hecho eso, se organizan y actúan con sus peligrosas maneras.
Lo mismo que sucede en Brasil sucede en Argentina contra el kirchnerismo y en Ecuador contra Correa. Ellos
van a hacer lo que tengan que hacer para intentar vencernos. El capitalismo no necesita más de la
democracia. En Brasil tenemos un sector del Poder Judicial que está atentando contra la democracia todo el
tiempo. Con los medios primero construyeron una versión sobre el golpe y porque había que sacar a Dilma.
Instalaron que ella creó la crisis, que ella es la crisis. Cuando lograron sacarla, empezaron a decir que había
que recortar los gastos públicos para bajar el déficit. Las medidas de ellos han agravado el déficit. Entonces
primero han creado una versión acerca de la crisis y después con la misma fuerza construyeron que la única
salida era el ajuste. Es así cómo operan. Tenemos que pensar cómo enfrentarlos. Tenemos que construir
alternativas populares, del diálogo con la gente y en la calle porque el proyecto de ellos no es un proyecto
para nuestro pueblo. Nos quieren convencer de que hay un solo camino que es el camino sin Estado, sin
políticas públicas. Ellos están haciendo todo el esfuerzo para una neocolonización, para que seamos colonias
de los países centrales. Se puede trazar un camino distinto al que ellos proponen y eso está probado.
–¿Por qué el gobierno de Lula no pudo avanzar contra esos poderes?
–Si avanzamos, y mucho. Por eso ahora la gente puede ver la fuerza que tienen las élites brasileñas y
entender contra quien luchábamos cuando hicimos todo lo que hicimos. La misma gente que efectuó el
golpe contra la presidenta Dilma, que aprobó el impeachment, estaba ahí en el Congreso mientras
gobernamos. Entonces creo que nosotros para la coyuntura y para la fuerza social que teníamos hemos
avanzado bastante. Ahora la coyuntura es otra. Con respecto a una reforma de los medios de comunicación,
hace mucho que venimos trabajando sobre eso para lograr que haya más libertad de expresión en Brasil. Los
políticos no pueden ser dueños de los medios, no se cumple ni siquiera con lo que dice la Constitución.
–¿Qué piensa de la causa contra Lula?
–La gente en Brasil tiene una certeza y es que Lula está preso porque él va a vencer en las elecciones. La
gente sabe que han hecho un proceso judicial y han puesto a nuestro mejor presidente en la cárcel porque
en las encuestas no logran vencerlo. La certeza es que un inocente puede cambiar el destino de Brasil ante
la más grave crisis que estamos viviendo. A Lula no le perdonan haber sacado a la gente a la calle, que el
pueblo tenga plata, que los hijos de las empleadas que están en las casas puedan ir a las Universidades. No
le perdonan que el pueblo exista. Nuestro pueblo nunca ha tenido universidad y ahora sí. Nunca ha tenido
plata para gastar en los restaurantes y en los shoppings y ahora sí. Eso es lo que no han perdonado a Lula.
–¿Qué puede aportar como militante del PCdB al PT?
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–El PT tiene al líder más grande del Brasil. Sería muy pretencioso de mi parte querer agregarle algo a Lula,
sin embargo sí creo que mi candidatura ilustra el deseo de las mujeres por no quedar afuera de la política.
Creo que es importante también nosotras, las mujeres de izquierda, tengamos el derecho a ocupar nuestro
espacio. Entonces no es sólo lo que los comunistas le agregan al PT, sino también lo que nosotras las
mujeres y la juventud tenemos para decir. Nosotros tenemos que dar el debate de las desigualdades
estructurales, por ejemplo, la región del sur es más rica que la del nordeste y hay diferencias no solo
económicas sino de raza y género. Entonces creo que estos son los debates que se vienen ahora, además
tenemos que poner en claro que la gente en la calle y que la gente participando es imprescindible para los
cambios que se vienen.
–¿Recuerda cómo era Brasil antes de Lula?
–Sí, yo estaba en el movimiento estudiantil. Hace 20 años que soy del Partido Comunista. Me acuerdo muy
bien porque eran luchas muy similares a las luchas que trazamos ahora, que eran contra la privatización,
contra el ALCA, contra el Plan Colombia, contra las bases militares de nuestro continente. Eran luchas
similares, me acuerdo mucho y tengo un honor muy grande de mirar al país antes y después y ver que esas
luchas son posibles. Si fue posible hace 15 años, es posible que lo hagamos otra vez. Lula acercó a la gente a
la política como no lo habían hecho antes.
–¿Cómo ve a Latinoamérica y al campo popular?
–Yo creo que estamos más fuertes. Cada día tenemos más personas que se están dando cuenta de las cosas.
Tengo una expectativa muy grande en el pueblo. Tengo esperanza con nuestro proyecto. Hace quince años
empezamos a vencer en algunas elecciones, estos son los cambios que hoy podemos ver en México con la
victoria de Andrés Manuel López Obrador. Allí y en los gobiernos que persisten en Uruguay y Bolivia
podemos ver lo que hemos construido para profundizar la democracia. Hace cuatro años en nuestra región
estaban Cristina, Lula, Dilma, Rafael, Evo y Pepe, imaginando un continente integral con la gente en el centro
del proceso político, en estas elecciones nosotros queremos volver a construir ese camino.
–¿Siempre fue feminista?
–No, fui militante por muchos años creyendo que eso no era un tema muy central, sino que los temas
económicos eran los importantes y el feminismo era un tema más periférico. Hace catorce años que tengo
mandatos parlamentarios. La vida me fue poniendo en contacto con la agenda y creo que eso fue
cambiando mi forma de comprender la desigualdad en Brasil, el tema de dónde están las trabajadoras, los
trabajadores y las diferencias que existen. Con el tiempo la vida me fue demostrando que estaba
equivocada. Muchas veces el ser mujer me perjudicó en la política, siempre lo leí en clave feminista pero
hace poco tiempo que tenemos espacio para hablarlo entre las mujeres y reconocernos entre nosotras.
Hace doce años cuando fui la parlamentaria más joven y más votada del país, la gente decía que yo era una
mujer hermosa y yo contestaba que no, que estaba en la lucha, que estaba con los estudiantes y ellos me
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contestaban: “¡Ay, que aburrida que sos! ¿por qué no aceptas que sos hermosa?”; pero yo les decía que no
es que acepto o no acepto es que la discusión es otra. La realidad cambió y hoy tenemos más espacios para
hablar. Las mujeres hemos creado el espacio, entre nosotras y para la sociedad.
–¿Qué expectativas tiene del movimiento feminista?
–Las mejores porque creo que cada vez más las mujeres feministas tienen conciencia que el problema no es
solo el hecho de que seamos mujeres sino que hay una sociedad que oprime a un conjunto de personas
especialmente las mujeres, negras y pobres. Cada vez más personas saben que con el debate no alcanza sino
que hay que hacer reformas profundas. Además las políticas regresivas del gobierno de Michel Temer son
mucho más severas con las mujeres, ellas son las más desempleadas. Y las medidas de este gobierno llevan
a que el desempleo en las mujeres sea irreversible, porque si los hijos no pueden ir a la escuela, las madres
tienen que quedarse cuidándolos sin poder salir de sus casas y sin poder estar en la vida pública.
Entrevista: Sofía Solari.
Nicaragua
Nicaragua y la correlación de fuerzas
Marco A. Gandásegui h.
La situación de Nicaragua es complicada por los intereses de clase que están en juego. Es aún más complicada por la falta de información.
¿Qué sabemos?
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Nicaragua es, en gran parte, un país de producción agropecuaria.
Sobre la base de esta realidad, a lo largo del siglo XIX, se estructuró y creció una clase con tendencias oligarcas que se apoderó de las instituciones de gobierno (políticas, militares, ideológicas). La combinación de la propiedad de la tierra y el control de los aparatos de gobierno parecieron darle a la oligarquía una posición inexpugnable.
Al mismo tiempo, creció una masa de trabajadores sin tierra que fue migrando a las ciudades a ocupar empleos de servicios. En el campo la población no recibía servicios públicos y en las ciudades lograba tener acceso a un mínimo de educación y servicios de salud.
La debilidad económica del país no lograba generar un excedente que llegara en forma significativa a sectores diferenciados (transitorios). Es decir, a una clase obrera, a profesionales, técnicos y educadores (la llamada clase media o sociedad civil). Tampoco le daba a la oligarquía la solvencia económica para neutralizar a los sectores inconformes y rebeldes. El control político lo ejercía un 'clan', el ejército lo manejaba una familia y los aparatos ideológicos (Iglesia, educación, medios de comunicación) estaban en pocas manos.
Sobre esta base, los movimientos sociales sólo podían ser neutralizados mediante la represión violenta. Las pugnas familiares entre conservadores y liberales eran interrumpidas, en el siglo XX, por insurrecciones como el alzamiento del Ejército de Hombres Libres, liderado por Sandino, y una generación más tarde por el FSLN, fundado por Carlos Fonseca.
La oligarquía requería el apoyo político y militar de la potencia norteamericana para enfrentar a los campesinos y trabajadores. En la década de 1970 el FSLN, compuesto por jóvenes guerrilleros (entre 16 y 25 años de edad) del campo y de la ciudad logró romper la pasividad de la población y quiebra la unidad interna de la oligarquía.
El triunfo del FSLN en 1979 fue gracias a las tácticas militares de sus columnas, pero aún más por la estrategia política de sus tres mandos. Por un lado, los gobernantes se relajaron, dentro de la Iglesia surgieron voces contestatarias y en EEUU se cansaron de seguir apoyando la ineptitud de 'nuestro hijo de puta'.
En la década de 1980 EEUU decidió poner fin al diálogo con los jóvenes sandinistas y desataron una contra‐ofensiva que utilizó a los países vecinos como cohortes. Agotados, los sandinistas entregaron el poder político en 1990 a las corrientes neoliberales, entre los cuales había muchos que habían simpatizado con los sandinistas durante la gesta revolucionaria e, incluso, durante los diez años de gobierno. A pesar del apoyo de EEUU ‐ o quizás por eso mismo ‐ los tres gobiernos neo‐liberales ‐ resultaron desastrosos. Los niveles de vida cayeron y, peor aún, el pueblo sintió que quienes gobernaban eran más de la vieja oligarquía.
El FSLN regresó al poder en 2007 con Daniel Ortega (comandante revolucionario de la vieja guardia) a la cabeza. Puso en efecto una política bicéfala para evitar los supuestos errores del pasado. Por un lado, con apoyo externo (que no incluía a EEUU) armó un programa económico 'asistencialista' que mejoró los niveles de vida de los nicaragüenses. Por el otro, puso en marcha un plan político de alianzas con sectores importantes de la vieja oligarquía y de la Iglesia.
En pocos años, Nicaragua logró consolidar la paz social en las comunidades del país y callar a la oposición oligarca. Incluso, EEUU se sintió complacida con el comportamiento del antiguo enemigo sandinista logrando que se subordinara a las políticas neoliberales de las agencias financieras. Se sentía
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incómodo, sin embargo, con los saludos fraternales del gobierno sandinista hacia cubanos, venezolanos e, incluso, ecuatorianos y bolivianos.
EEUU mantenía relaciones con los empresarios y la Iglesia, incursionaba con programas dentro del Ejército y desarrollaba programas de indoctrinación entre los jóvenes conservadores y las universidades. Anualmente el Congreso aprobaba subvenciones millonarias para mantener su influencia en los sectores que no se consideraban sandinistas. Incluso, coqueteaba con los sandinistas que se habían separado de la corriente que encabezaba Ortega.
El 16 de abril de 2018 se produce una protesta de los jubilados quienes veían como un decreto presidencial les cortaba un porcentaje de sus pensiones. En forma desordenada gremios empresariales, Iglesia católica y jóvenes conservadores reaccionan defendiendo los jubilados y atacando la legitimidad del gobierno. Ortega supuso que la embestida sería muy corta, pero se encontró con la sorpresa que a pesar de la desorganización de la oposición, cuenta con recursos externos para movilizar gente en el país.
Después de tres meses de enfrentamientos la balanza se inclina a favor del gobierno de Ortega y las organizaciones populares del FSLN. En esta coyuntura Washington se pronunció oficialmente a través de un comunicado de la Casa Blanca: EEUU apoya a los sectores de la oligarquía junto con la juventud conservadora y les asigna nuevos fondos para seguir desestabilizando al gobierno del FSLN. Acusa a los sandinistas de reprimir a los grupos financiados por EEUU. Decide aplicar sanciones contra funcionarios del gobierno. La táctica es una copia de sus políticas aplicadas en Venezuela, Libia y Siria (incluso Ucrania).
Hasta este momento se observa que el FSLN está intacto. Su base social en el campo y en las ciudades ha soportado la embestida de la oligarquía. El futuro está en manos de ese pueblo que luchó por el ideario de Sandino. Ortega le toca probar su capacidad como dirigente de un pueblo que está en lucha.
Un comentario adicional: He leído los comentarios de muchos amigos de la Revolución sandinista de la década de 1970 que quieren regresar a la gloria de los combates de Masaya y tantas otras.
Sugiero que se informen sobre lo que ha pasado en los últimos 40 años. Si echan de menos a los comandantes guerrilleros, recuerden que es el pueblo sandinista que está luchando en todo el país por Nicaragua y las futuras generaciones de ese país heroico. El nicaragüense no quiere la guerra, quiere una Nicaragua libre de oligarcas y lacayos de senadores norteamericanos
9 de agosto de 2018
‐ Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA)
http://marcogandasegui2017.blogspot.com/
www.salacela.net
https://www.alainet.org/es/articulo/194611
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Hostilidades interminables: predicen una nueva guerra en Oriente Medio, ahora por el agua
ORIENTE MEDIO
CC BY 3.0 / BERTRAMZ / EUPHRAT AT ZALABIYEH, NEAR HALABIYEH, SYRIA
Turquía e Irak: ¿petróleo a cambio de agua?
Las complejas relaciones entre los países de Oriente Medio allanaron el camino para un nuevo conflicto militar por el agua entre Turquía, Irak y Siria, opina el experto sirio en recursos hídricos internacionales, Nabil Samman, en su artículo para el periódico árabe Asharq Al‐Awsat.
"Cuando cese el sonido de rifles y tambores de guerra en la región, este será reemplazado por conflictos en las cuencas del Éufrates y el Tigris. La disputa sirio‐turco‐iraquí sobre las aguas de los dos ríos tomará un giro internacional y el agua se convertirá en un arma política", advierte el autor.
Hace varios años, la sequía y una política errónea de las autoridades provocaron unas protestas en el este de Siria, en el valle del Éufrates, que en 2011 dieron lugar a manifestaciones nacionales contra el Gobierno central. Los disturbios apoyados por ciertos países, como Turquía y los Estados árabes del Golfo Pérsico, llevaron a una guerra civil que convirtió la infraestructura del agua en ruinas.
Al otro lado de la frontera, en el oeste de Irak, varios años de guerra y disturbios, seguidos por una invasión de las tropas estadounidenses en 2003, también tuvieron unas consecuencias drásticas para la infraestructura hídrica del país.
En cuanto a Turquía, el país otomano logró mantener el control sobre el agua de la región.
El Gobierno central de Irak, al igual que el de Siria, va recuperando el control del territorio. Mientras que estos países se están moviendo lentamente hacia la restauración de la vida normal, Turquía está promoviendo su ambicioso proyecto de Anatolia Suroriental que prevé la construcción de 22 represas y 19
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plantas de energía que reducirían casi a la mitad el volumen de agua que entra en los países ubicados más abajo en los principales ríos de la región, es decir, en Siria e Irak.
Los problemas asociados con el agua fueron acumulándose en los países vecinos durante décadas, pero las discrepancias políticas han reducido a cero todos los intentos de alcanzar un acuerdo por medio de negociaciones. Las disputas sobre la cantidad de agua que llega a Siria se complican por los desacuerdos entre este país y Turquía respecto a la guerra siria.
La ausencia de una "estrategia agrícola sirio‐irakí" permitió que Turquía mantuviera el control de los ríos en la región, opina Nabil Samman.
Según el analista, Ankara compara su derecho al agua de los ríos Éufrates y Tigris con el derecho de los países petroleros a controlar su crudo. Los ve como dos ríos transfronterizos que fluyen desde su país, y por lo tanto, cree tener derecho a controlar la cantidad de agua que llega a sus vecinos.
Actualmente, la probabilidad de una guerra por agua es muy pequeña, opina el columnista del diario Expert Online, Serguéi Manukov. Pero tan pronto como la vida en Irak y Siria comience a volver a una relativa normalidad, retornarán los problemas económicos y sociales, incluyendo la escasez de agua.
"Teniendo en cuenta que los chiíes están al poder tanto en Damasco como en Bagdad, no les va a ser difícil ponerse de acuerdo sobre una alianza contra la Turquía suní e intentar quitarle su control exclusivo de las aguas de los ríos Tigris y Éufrates", concluye el periodista.
La energía y los zapatos de Discépolo
Gerardo Honty
Hace ya casi un siglo, en el sur de América los hermanos Discépolo dedicaron buena parte de su obra a un asunto central para el debate energético actual: los límites éticos de la ambición.
El mundo invierte actualmente 1,8 billones de dólares (USD 1.800.000.000.000) cada año en nueva producción de energía según el reporte World Energy Investment 2016 de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). A pesar de ello, más de mil millones de personas aún no cuentan con electricidad en sus hogares y casi tres mil millones (el 40% de la población mundial) depende de la leña y el estiércol para cocinar. Según la AIE 2,8 millones de personas pobres mueren prematuramente cada año solo por efecto de la contaminación doméstica que produce este tipo de cocción. Más preocupante aún es que, aunque el volumen de inversión en el futuro se mantendrá, esta situación permanecerá casi incambiada para el año 2030 según su informe de prospectiva World Energy Outlook 2017.
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Es que la inequidad energética es una más de las varias caras de la injusticia social. De acuerdo a la base de datos del Banco Mundial, el promedio mundial de consumo de electricidad es de 3.000 kWh por persona y por año. Pero en el mundo “desarrollado” (los países miembros de la OECD) el promedio anual por persona es de 8.000 kWh, mientras que los países menos desarrollados (según la definición de Naciones Unidas) este promedio es de 200 kWh. Esta inequidad sin dudas debe ser superada, al igual que todas las varias injusticias del mundo. El problema es el cómo. No sólo cómo se va a cambiar esto, sino en qué dirección. Está claro que todos deberíamos tener la posibilidad de acceder al mismo nivel de consumo energético. La pregunta es ¿cuál es ese “mismo”? ¿Los 200 kWh de los más pobres, los 8.000 kW de los más ricos, o los 13.000 kWh de América del Norte?
En las primeras décadas del siglo pasado vivieron en Buenos Aires un par de escritores fenomenales: los hermanos Discépolo. Enrique Santos, el menor, es el más mundialmente conocido por sus memorables tangos, como “Cambalche” o “El Choclo” entre tantos otros. El hermano mayor, Armando, es menos conocido pero fue uno de los dramaturgos más importantes del teatro rioplatense. Entre una veintena de obras teatrales que escribió, está “Relojero”, donde como en tantas otras, relata las peripecias de personajes que se debaten entre la ética y la ambición en una sociedad inmersa en la debacle posterior a la crisis de 1929.
En medio de una de las tantas discusiones que se daban en una familia donde la crisis de valores iba a lomos de la crisis económica, Andrés, hijo mayor de Daniel el relojero, le dice a su padre: “Si tenés solamente dos pares de zapatos, ya alguien anda descalzo por vos; (…) Eso de ‘no arrebaten que hay pa todos’ es la mentira más ingeniosa que inventaron los comilones”i.Traigo a este genial dramaturgo y a su obra a colación, porque en el debate sobre la equidad energética se oculta un problema sustancial: no hay “pa todos”.
En los más importantes foros internacionales donde se debaten estos temas, como la Convención de Cambio Climático, los países en desarrollo denuncian –y no sin razón– la desigualdad que, en temas como la energía, existe entre los países más ricos y los no tanto. En lo que se equivocan es en el asunto central: su reclamo es por el “derecho al desarrollo” más que por la equidad.
Lo que los gobiernos de los países en desarrollo pretenden no es distribuir más equitativamente la energía, sino alcanzar los mismos niveles de consumo energético que los países más ricos. Esto es acceder a los 8.000 kWh de los países desarrollados. Lo que parece no percibirse en esta reivindicación es que si todos accediéramos a estos niveles de consumo la producción de energía global debería aumentarse en un 260%.
Cómo ya se ha argumentado en artículos anteriores aquí en ALAI, esto es imposible, ya sea por la escasez de combustibles fósilesii, por el cambio climáticoiii, o por los límites de las energías renovablesiv. No alcanzan los recursos planetarios para alimentar esta ambición. No hay tantos pares de zapatos disponibles.
El petróleo convencional ha alcanzado su pico máximo de extracción en 2006 y desde entonces estamos cubriendo la brecha con hidrocarburo no convencional, un combustible que es más costoso de extraer y que, más temprano que tarde, hará inviable su uso. Pero aún si pudiéramos explotarlo a base de subsidios, el Acuerdo de París solo nos permite consumir un tercio de las reservas fósiles conocidas. De manera que, o por costo o por clima, será inviable aumentar la dosis de petróleo a la economía.
Las energías renovables también tienen sus límites, porque si bien estas formas de energía son eventualmente inagotables, los dispositivos necesarios para su aprovechamiento requieren de unos materiales que no son renovables. Solo para poner un par de ejemplos: los vehículos eléctricos pretenden ser un sustituto plausible de los actuales automóviles a combustión. La fábrica Tesla inaugurará en 2020 una fábrica para producir medio millón de estos nuevos vehículos. Pero “para producir 500.000 vehículos al año,
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básicamente necesitamos absorber toda la producción de litio del mundo”, dijo su CEO, Elon Musk (BBC 20/4/16).
ejemplo: los aerogeneradores que producen electricidad requieren de una cantidad importante de minerales y tierras raras calificadas “en estado crítico” en razón de su escasez. Entre ellas el Neodimio y el Disprosio han preocupado al Departamento de Estado de los Estados Unidos en un documento llamado “Critical Material Strategy”, donde alerta sobre la imposibilidad de suplir de estos materiales en el futuro.
Las advertencias sobre estos límites son múltiples y basta buscar con un poco de interés en los informes de las agencias internacionales de investigación para comprender que aumentar un 260% la producción de energía es una idea absurdav.
¿Por qué entonces se insiste con la ilusión de que todos algún día llegaremos a ser tan ricos energéticamente como los desarrollados? ¿Será porque es más fácil manipular a los pueblos con la ilusión de la futura opulencia en lugar de la más genuina perspectiva de austeridad? ¿Será porque nos hemos creído el vano y repetido salmo sobre la inteligencia humana capaz de salvar todos los límites planetarios?
Estoy tentado a pensar que en la vieja batalla discepoliana entre la ambición y los valores terminó ganando la ambición. Que ya no nos importa el costo social o ambiental que haya que pagar para alcanzar la “calidad de vida” de los ricos. Cómo decía el otro Discépolo, el menor, en el tango Qué vachaché: “el verdadero amor se ahogó en la sopa, la panza es reina y el dinero es Dios”.
‐ Gerardo Honty es analista de CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social).
i Armando Discépolo. Relojero. Editorial Universitaria de Buenos Aires Buenos Aires, 1965. p 102
iihttps://www.alainet.org/es/articulo/184307
iiihttps://www.alainet.org/es/articulo/189085
ivhttps://www.alainet.org/es/articulo/189693
v Un análisis más detallado puede verse en http://energiasur.com/el‐limite‐de‐las‐energias‐renovables
https://www.alainet.org/es/articulo/194471
Declaración Política del Partido Comunista de Venezuela: Marcha Admirable reclama revisión urgente del sistema agroalimentario
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Resumen Latinoamericano, agosto 2018.
Declaración Política Ante la grave crisis que vive el modelo rentista Venezolano que agudiza cada vez más las contradicciones de clases en el campo, los campesinos organizados emprenden “LA MARCHA ADMIRABLE” desde Guanare Estado Portuguesa a partir del 12 de julio con destino a Miraflores, para colocar al relieve la necesidad de la revisión estructural del SISTEMA AGROALIMENTARIO VENEZOLANO, corregir en lo inmediato las desviaciones y prácticas políticas demagógicas burocráticas y corruptas para convertirlas en procesos de gestión múltiples donde participen los campesinos, trabajadores y el poder popular (comunas, consejos comunales) y afianzar el compromiso con el proceso Bolivariano y la Soberanía de la Patria ante los ataques del Imperialismo. El carácter capitalista de la agricultura El carácter capitalista de la agricultura ocurre simultáneamente con la formación de los monopolios agroindustriales y la organización de los monopolios de comercialización de los productos agropecuarios. Los primeros ejercen dominio sobre la agricultura, mientras que los segundos, además de ser los principales agentes en encarecer los productos agropecuarios, transfieren parte de las ganancias, que lógicamente deberían ser de los productores a otras capas de la burguesía, en este caso concreto a la comercial. Hoy continúan predominando las relaciones de producción capitalista en la producción de cereales, caña de azúcar, frutas, hortalizas, granjas avícolas, ganado porcino y ganado vacuno. Hoy persisten los sistemas agroindustriales y de monocultivo intensivo como es el caso de cereales (maíz, arroz y sorgo), caña de azúcar y soya, que están directamente asociados a las relaciones de producción capitalista dentro del sector primario; que se apropia de todo el esfuerzo logístico, financiero, subsidios e insumos del Estado y sigue siendo un reducido grupo agroindustrial que concentra la mayor capacidad de procesamiento y controla la comercialización de productos procesados. El modelo agrícola en Venezuela es altamente dependiente de insumos exógenos, en la mayoría de los casos importados y de allí que la agricultura del país es en alto grado dependiente, poco productiva y poco sostenible, principalmente en lo que se refiere a los cultivos cerealeros agroindustriales.
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Cambiar este patrón implica reorientar la producción del componente energético de la dieta hacia otros rubros y formas de producir, que prioricen productos con un mayor potencial agroecológico, mayor producción y menor dependencia de agroinsumos. Concentración de la tenencia de las tierras Muy a pesar de la lucha contra el latifundio y el rescate de tierras realizado por el INTI, 251.369 familias, que representan el 78% de los productores, ocupan unidades de producción menores a las 50 Ha; mientras que 2.973 familias, que representan sólo el 0,92%, ocupan extensiones mayores a las 1000 y más de 5.000 Ha. La ganadería vacuna en nuestro país, es el sector que está más vinculado con el monopolio de la tierra. En el sector pecuario, mientras 122.028 familias (71,4% de los productores) explotan para la producción bovina unidades de producción menores a las 100 Ha; 3.128 familias (que representan sólo 1,83% de los productores) lo hacen en unidades de producción mayores a las 1.000 y más de 5.000 Ha; en los que continúan predominando formas de atraso en la producción, como la ganadería extensiva. El monopolio de las tierras persiste con el reforzamiento de las relaciones capitalista en el campo. Sicariato en el campo Los pequeños, medianos productores y el sector campesino continúan con grandes esfuerzos en la producción de subsistencia, sometidos a amenazas por las bandas criminales y paramilitares que operan en los sectores rurales, que han llevado al asesinato de más de 300 dirigentes campesinos y hasta el momento no hay respuesta por parte de los tribunales competentes, pero también sometidos a las arremetidas del propio Estado que mediante acciones amparadas en decretos regionales y decisiones Judiciales han desalojado a los campesinos que vienen trabajando y produciendo principalmente en los Estados: Apure, Barinas, Cojedes, Portuguesa y Yaracuy. Investigación a fondo contra la corrupción En general, la estructura orgánico ‐funcional del Estado sigue estando fundamentalmente orientada a responder a los intereses de la burguesía comercial importadora, cuya relación e intervención no sólo impacta tremendamente todos los ámbitos y niveles del aparato institucional, sino que tiene en éste la principal fuente de sus ingresos y acumulación de capitales, asociada a la corrupción y la cultura política clientelar. La investigación a fondo contra la corrupción está pendiente en los casos de la Corporación Venezolana de Alimentos (CVAL), Agroflora, Agropatria, Pescalva, los pivotes de riego y el Fondo Nacional Bufalino (FONABU), por ejemplo. Errores en las asesorías internacionales Se incluyen aquí numerosos casos de errores con asesoría internacional. Entre estos, el Centro de Mejoramiento Ganadero Luiz Carlos Prestes, en el estado Anzoátegui; el Central Azucarero Ezequiel Zamora, en el estado Barinas; las casas de cultivos protegidos, la producción de soya en
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las sabanas orientales, el matadero industrial y la planta de lácteos en el estado Apure, los silos de arroz y maíz, ubicados en El Sombrero y Calabozo, respectivamente, en el estado Guárico, son ejemplos, que comprometen las capacidades agrícolas del país. Visión Propositiva Agraria del Partido Comunista de Venezuela Los componentes del sistema agroalimentario venezolano, en la perspectiva del proceso de liberación nacional, deben estar completamente articulados e integrados, alineados en sus objetivos de soberanía alimentaria a través de los distintos planes, previstos para cada sector, en el Plan de la Patria, y en este ámbito, bajo la dirección del gobierno bolivariano a través del MPPAT. En consecuencia, un nuevo esquema socio‐productivo agrícola, de carácter eco‐productivo socialista, debe estar determinado por la propiedad colectiva sobre los medios fundamentales de producción, la planificación de los procesos productivos y sus realizaciones económicas, la retribución económica de acuerdo con la capacidad y el trabajo invertido en la producción y por un alto nivel de intensificación de la agricultura, que privilegie el fomento de pasturas y el manejo de la ganadería, sin agrotóxicos, como primer paso hacia una agricultura vegetal libre de agrotóxicos. Esto además de otórgarle carácter agroecológico, reduce los costos de producción y elimina la dependencia de las transnacionales agroindustriales. Hoy se imponen decisiones obligantes, de carácter geoestratégicas, en virtud de las amenazas imperialistas y las realidades económicas internacionales. En esta perspectiva, el MPPAT debe trazar los lineamientos para promover la diversificación espacial de la producción al incorporar cultivos como raíces y tubérculos, leguminosas, pastos, sorgo, arroz, frutales, plátano, plantaciones forestales, cucurbitáceas, moringa, morera, plantas halófilas (Batis marítima, Salicornia), estevia, quinua, bledo, además de planes de lagunas comunitarias para acuicultura, estimulo de la apicultura y la ganadería de pequeños animales (caprinos, ovinos, cunícola, pato real y especies autóctonas como el chigüire, y la iguana); entre otras especies capaces de suministrar proteínas, aminoácidos y otros elementos esenciales. Esta concepción y adecuación de los sistemas agroproductivos‐ alimentarios permite que dirijamos la producción agrícola hacia las demandas nutricionales de la población, en función de satisfacer los requerimientos de la sociedad y no hacia las exigencias del “mercado”. En otras palabras, estos lineamientos permiten orientar la producción agrícola hacia las necesidades reales de los venezolanos y no en función de la prioridad de las demandas agroindustriales. Las políticas públicas del MPPAT deben orientarse a fomentar formas de producción diversificada de alimentos, como reservas estratégicas, sin agrotóxicos, que reconozcan el trabajo, los servicios ecosistémicos de estas formas de producción, dignifique a los hombres y las mujeres del medio rural; y contribuyan a reducir las diferencias entre la ciudad y el campo. Estas políticas públicas deben orientarse en las regiones con mayor número de unidades de producción menor a 5 Ha se incluyen los estados: Lara, Portuguesa, Mérida, Trujillo, Táchira, Barinas, Yaracuy y Zulia. No es suficiente organizar eficientemente al sistema agroalimentario venezolano, lo cual es un objetivo mediato de extraordinaria importancia nacional; sino que necesitamos construir las bases para transformarlo en medio de una situación país compleja, que impone miradas de largo plazo en los objetivos estratégicos: garantizar la soberanía y la seguridad alimentaria, romper la
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dependencia tecnológica, superar los modelos agrícolas que tributan al gran capital agroindustrial, reducir progresivamente las diferencias entre la ciudad y el campo, impulsar una agricultura agroecológica altamente intensiva, que preserve los bienes comunes de aguas y suelos, y triplique la producción y los rendimientos, una agricultura que empodere a los sectores más pobres del campo y los arme con conocimiento y tecnologías que tributen en la formación de una nueva conciencia para disputarle a la burguesía agro importadora su dominio en el sistema alimentario venezolano. Caracas, julio 2018 CONFRONTAR, DESLINDAR Y ACUMULAR PARA AVANZAR CORRIENTE CLASISTA CAMPESINA “NICOMEDES ABREU” PARTIDO COMUNISTA DE VENEZUELA Fuente: Tribuna popular
La supervivencia de los más ricos: Los opulentos se confabulan para dejarnos atrás
Resumen Latinoamericano /
Douglas Rushkoff, Future Human
El año pasado me invitaron a un complejo privado de superlujo para pronunciar una conferencia magistral ante lo que yo suponía que sería en torno a una centena de gerentes de bancos de inversión. La cantidad que me ofrecieron en pago era, con diferencia, la mayor suma que jamás me habían pagado por una charla (más o menos la mitad de mi salario anual como profesor universitario). Querían saber mi opinión sobre “el futuro de la tecnología”.
Nunca me ha gustado disertar sobre el futuro. El turno de preguntas y respuestas suele acabar como un juego de salón en el que se me pide la opinión sobre las últimas tendencias tecnológicas como si se trataran de indicadores de cotizaciones bursátiles para potenciales inversores: blockchain, impresiones en 3D, CRISPR, etc. El público pocas veces está interesado en aprender sobre estas nuevas tecnologías o su impacto potencial; lo único que desean es saber si deben invertir en ellas o no. Pero el dinero es poderoso caballero, así que acepté dar la charla.
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A mi llegada me condujeron a una sala donde supuse que debía esperar. Pero en lugar de colocarme un micrófono o llevarme hasta el escenario, me sentaron en una simple mesa circular mientras iba llegando mi público: cinco tipos superricos –todos hombres– pertenecientes al nivel más elevado del mundo de las finanzas especulativas. Tras una pequeña conversación intrascendente, me di cuenta de que no tenían el menor interés en la información que había preparado sobre el futuro de la tecnología. Estaban ahí con sus propias preguntas.
Comenzaron de una manera bastante inofensiva. ¿Ethereum o bitcoin? ¿Es la informática cuántica algo real? Poco a poco, pero con firmeza, se fueron aproximando a los temas que en verdad les interesaban.
¿Qué región se verá menos afectada por la crisis climática que se avecina, Nueva Zelanda o Alaska? ¿Es cierto que Google está habilitando un lugar para alojar el cerebro de Ray Kurzweil? En caso afirmativo, ¿su conciencia seguirá activa durante la transición, o morirá para luego renacer como alguien completamente nuevo? Para acabar, el director general de una correduría de bolsa explicó que estaba terminando de construir su propio búnker subterráneo y preguntó: “¿Cómo puedo mantener la autoridad sobre mi personal de seguridad después del suceso?”
El “Suceso”. Ese fue el eufemismo que utilizaron para referirse al colapso medioambiental, los disturbios sociales, la explosión nuclear, el virus incontrolable o el hacker de [la serie] Mr. Robot que hace caer todo el sistema.
Esta fue la única pregunta a la que dedicamos en resto de la hora. Sabían que necesitarían guardias armados para proteger sus recintos de la muchedumbre enfurecida. ¿Pero de qué modo remunerarían a sus guardianes cuando el dinero no valiera nada? ¿Que impediría que los guardianes escogieran a su propio líder? Los multimillonarios pensaban en el uso de cerraduras de combinación cuyo código solo conocieran ellos para proteger sus reservas de comida. U obligar a los guardias a llevar algún tipo de collares disciplinarios a cambio de su supervivencia. O quizás diseñar robots que ejercieran las funciones de guardianes y trabajadores, si dicha tecnología podía desarrollarse a tiempo.
Eso es lo que me chocó: para esos caballeros, esto era una conversación sobre el futuro de la tecnología. Siguiendo el ejemplo de Elon Musk, que pretende colonizar Marte, Peter Thiel y su proyecto parar revertir el proceso de envejecimiento, o Sam Altman y Ray Kurzweil que pretenden subir sus cerebros a superordenadores, estos tipos se estaban preparando para un futuro digital que tenía mucho menos que ver con la construcción de un mundo mejor que con trascender por completo la condición humana y aislarse del peligro actual y muy real de cambio climático, aumento del nivel del mar, migraciones masivas, pandemias globales, pánico nativista y agotamiento de los recursos. Para ellos, el futuro de la tecnología solo tiene importancia si les ayuda a una cosa: huir.
* * *
Las valoraciones exageradamente optimistas sobre el papel de la tecnología en la mejora de la sociedad humana no tienen nada de malo. Pero la corriente actual que contempla una utopía poshumana es otra cosa. Tiene menos que ver con la transformación de la humanidad en una nueva forma de ser que con la búsqueda de trascender todo lo que es humano: el cuerpo, la interdependencia, la compasión, la vulnerabilidad y la complejidad. Los filósofos de la tecnología llevan años señalándolo: en la actualidad, la visión transhumanista reduce de un modo demasiado simplista toda la realidad a los datos, hasta llegar a la conclusión de que “los humanos no son más que objetos procesadores de información”.
Supone la reducción de la evolución humana a un videojuego en el que alguien gana cuando encuentra la puerta de salida y luego permite que algunos de sus mejores amigos le acompañen en el viaje.
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¿Serán Musk, Bezos, Thiel… Zuckerberg? Estos multimillonarios son los presuntos ganadores de la economía digital, el mismo panorama de “supervivencia de los más fuertes” que alimenta la mayor parte de sus movimientos especulativos.
Es evidente que no siempre fue así. Hubo un momento, a comienzos de los años noventa, en el que el futuro digital parecía estar abierto a nuestra innovación. La tecnología se estaba convirtiendo en un área de juegos para la contracultura, que veía en ella la oportunidad de crear un futuro más inclusivo, distribuido y favorable al ser humano. Pero los intereses empresariales establecidos solo consideraban su nuevo potencial extractivo, y demasiados tecnólogos se vieron seducidos por el unicornio de la oferta pública de venta de los nuevos activos financieros. Los valores de futuro digitales se veían como el mercado de futuros del algodón: algo sobre lo que hacer previsiones y apuestas. Así que prácticamente cada discurso, cada artículo, cada estudio o cada documentación técnica se consideraba relevante solo sí señalaba a un indicador bursátil. El futuro dejó de ser algo que creamos mediante nuestras elecciones cotidianas o nuestra esperanza en la humanidad para convertirse un escenario predestinado sobre el que apostamos con nuestro capital de riesgo, pero al que llegamos de forma pasiva.
Esto liberaba a todo el mundo de las implicaciones morales de las actividades en las que estuviera envuelto. El objetivo del desarrollo tecnológico dejó de ser la prosperidad colectiva y se convirtió en la supervivencia personal. Y lo que es peor: llamar la atención sobre esto suponía, tal y como experimenté yo mismo, declararse involuntariamente enemigo del mercado o un cascarrabias contrario a la tecnología.
Así que en lugar de considerar la ética implícita en empobrecer y explotar a la mayoría en nombre de una minoría, la mayor parte de los académicos, periodistas y escritores de ciencia ficción se dedicaron a descifrar enigmas mucho más abstractos y rocambolescos: ¿Es correcto que un agente de bolsa utilice drogas inteligentes? ¿Deberíamos colocar implantes a los niños para que aprendan idiomas extranjeros? ¿Queremos que los vehículos inteligentes prioricen la vida de los peatones sobre la de sus pasajeros? ¿Debería la democracia ser la forma de gobierno de las primeras colonias marcianas? ¿Los cambios en el ADN socaban la identidad personal? ¿Deberían tener derechos los robots?
Aunque plantearse ese tipo de cuestiones pueda resultar un entretenimiento filosófico, supone un pobre sustituto de los auténticos dilemas morales relacionados con el desarrollo tecnológico desenfrenado en nombre del capitalismo corporativo. Las plataformas digitales han convertido lo que ya era un mercado explotador y extractivo (pensemos en Walmart) en algo aun más deshumanizador (pensemos en Amazon). La mayoría de nosotros nos dimos cuenta de estos inconvenientes al presenciar la automatización y precarización del empleo y el declive del comercio local.
Pero las consecuencias más devastadoras del capitalismo digital desenfrenado se las llevan el medio ambiente y los pobres globales. Algunos de nuestros ordenadores y smartphones se fabrican utilizando redes de mano de obra esclava. Estas prácticas están tan profundamente arraigadas que una compañía llamada Fairphone, creada desde abajo para fabricar y comercializar teléfonos móviles éticos, llegó a la conclusión de que su objetivo era imposible. Su fundador ahora califica con tristeza su producto como “un teléfono más ético”.
Mientras tanto, la minería de metales raros y la eliminación de nuestros dispositivos ultra‐digitales fuera de uso destruyen hábitats humanos, reemplazándolos por vertederos tóxicos, en los que familias de campesinos rebuscan para vender a los fabricantes los materiales que pueden reutilizarse.
Esta externalización de la pobreza que queda “fuera de la vista y fuera de la mente” no desaparece simplemente por habernos cubierto los ojos con gafas de realidad virtual y estar inmersos en una realidad alternativa. Cuanto más ignoremos las repercusiones sociales, económicas y medioambientales, mayor será
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el problema. Esto, a su vez, motiva más aislamiento y retraimiento y una fantasía apocalíptica aún mayor, además de tecnologías y planes de negocio cada vez más descabellados. El ciclo se retroalimenta.
Cuanto más nos identificamos con esta visión del mundo, más consideramos a los seres humanos como el problema y a la tecnología como la solución. La esencia del ser humano se considera no tanto un rasgo como un virus. Por muy sesgadas que sean, las tecnologías se consideran neutrales. Cualquier mala conducta que induzcan en nosotros no es sino un reflejo de nuestra esencia corrupta. Es como si la culpa de todos nuestros problemas estuviera en algún tipo de salvajismo humano. Igual que la ineficacia del mercado local del taxi puede “resolverse” con una aplicación que lleve a la ruina a los taxistas, las molestas inconsistencias de la psique humana pueden corregirse con una actualización digital o genética.
Según la más reciente ortodoxia tecnosolucionista, el futuro de la humanidad alcanzará su clímax cuando colguemos nuestra conciencia en un ordenador o, aún mejor, cuando aceptemos que la propia tecnología es nuestro sucesor evolutivo. Como si fuéramos miembros de una secta gnóstica, estamos deseosos de entrar en la próxima fase trascendente de nuestra evolución abandonando nuestros cuerpos y dejándolos atrás junto con nuestros pecados y problemas.
El cine y la televisión representan estas fantasías para nosotros. Las pelis de zombis pintan un escenario postapocalíptico en el que las personas no son mejores que los muertos vivientes, y parecen saberlo. Lo peor es que estas ficciones invitan al espectador a imaginar el futuro como una batalla entre los humanos que quedan, en la que unos pierden y otros ganan, en la que la supervivencia de un grupo depende de la desaparición de otro. Incluso la serie de TV Westworld –basada en una novela de ciencia ficción en la que se pierde el control de los robots– terminaba su segunda temporada con la gran revelación: los seres humanos somos más simples y predecibles que la inteligencia artificial que creamos. Los robots se dan cuenta de que cada uno de nosotros puede reducirse a unas pocas líneas de código, y de que somos incapaces de tomar decisiones deliberadas. ¡Demonios! ¡Hasta los robots de esa serie quieren escapar de los confines de su cuerpo y pasar el resto de sus días en una simulación virtual!
La gimnasia mental que requiere tan profundo cambio de papeles entre los humanos y las máquinas se basa en presuponer que los humanos son una porquería. Hace falta cambiarlos o distanciarse de ellos, para siempre.
Y así llegamos hasta esos multimillonarios de la tecnología lanzando vehículos eléctricos al espacio, como si eso simbolizara algo más que su poder para promocionar su negocio. Y si un puñado de personas logra alcanzar la velocidad de escape y, de alguna manera, consigue sobrevivir dentro de una burbuja en Marte –a pesar de nuestra incapacidad de mantener una burbuja así ni siquiera en la Tierra, en cualquiera de los dos multimillonarios experimentos Biosphere–, el resultado no será tanto una continuación de la diáspora humana como un bote salvavidas para la élite.
* * *
Cuando los inversores de riesgo me preguntaron cuál era la mejor manera de mantener su autoridad sobre los servicios de seguridad tras “el suceso”, les sugerí que lo mejor que podían hacer era tratar bien a esas personas desde ya. Deberían relacionarse con el personal de seguridad como si fueran miembros de su propia familia. Y cuanto más puedan generalizar esta ética inclusiva al resto de sus prácticas empresariales, la gestión de la cadena de suministro, las iniciativas de sostenibilidad, y la distribución de la riqueza, menos probabilidades habrá de que llegue a producirse un “suceso”. Toda esta brujería tecnológica podría orientarse desde el momento presente hacia otros intereses menos románticos pero más colectivos.
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Mi optimismo les hizo mucha gracia, pero no terminaron de creérselo. No les interesaba saber cómo evitar la calamidad; estaban convencidos de que ya habíamos llegado demasiado lejos. A pesar de todo su poder y riqueza, no creían poder influir en el futuro. Se limitaban a aceptar el escenario futuro más sombrío y a poner todo el dinero y la tecnología posible para aislarse, sobre todo si no pueden conseguir una plaza en el cohete a Marte.
Afortunadamente, todos aquellos que carecemos de los fondos necesarios para renegar de nuestra humanidad contamos con opciones mucho mejores a nuestro alcance. No necesitamos utilizar la tecnología de manera tan antisocial y atomizadora. Podemos convertirnos en los consumidores con el perfil que nuestros dispositivos móviles y nuestras plataformas quieren que seamos, o podemos recordar que los humanos verdaderamente evolucionados no avanzan solos.
La esencia del ser humano no está en la huida o la supervivencia individual. Es un trabajo de equipo. El futuro de la humanidad, cualquiera que sea, nos afectará a todos.
Douglas Rushkoff es autor del libro Team Human, de próxima publicación, y del podcast TeamHuman.fm
Fuente: Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo
Venezuela y los orígenes de la violencia política en América Latina
Resumen Latinoamericano*.
Por Lautaro Rivara
Una reflexión sobre el intento de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro, la creciente paramilitarización de la política y los orígenes y los alcances de la violencia en América Latina y el Caribe.
Más de 300 líderes y lideresas asesinadas en Colombia desde la firma de los acuerdos de paz en La Habana. La prisión política de Lula da Silva, y las posibilidades abiertas de una próxima elección asentada en mecanismos proscriptivos (un auténtico deja vú para todos los argentinos memoriosos que recuerdan los tiempos de la Resistencia Peronista). Los aceitados engranajes del law fare, con un envalentonado partido judicial que tras tumbar a Dilma Rousseff en Brasil, procura acorralar a las figuras de CFK en Argentina, Mauricio Funes en El Salvador, Rafael Correa en Ecuador y a otras referencias populares. La impune sucesión
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de golpes de estado en lo que va del siglo: Haití en 2004, Honduras en 2009, Paraguay en 2012, Brasil en 2015. Las razzias perpetradas en Bolivia por la oligarquía blanca y el intento separatista de los estados ricos de la llamada “media luna” en el marco de los debates constituyentes en el año 2008. El genocidio a cuentagotas por parte de los narco‐estados o de opacas fuerzas paramilitares en países como México, Colombia o El Salvador, sintetizados en el pavoroso hallazgo de una fosa común donde quiera que se cave un pozo. La creciente militarización interna, con la ocupación experimental de Río de Janeiro en Brasil, la militarización de la Araucanía chilena en la guerra sucia contra los mapuches, o con el reciente cambio de la doctrina militar en la Argentina. La militarización a escala continental, a través de los nuevos convenios de cooperación militar amparados en la presunta lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, la reactivación del Comando Sur y la Cuarta Flota, la proyección de nuevas bases yankis en la región y el ingreso de Colombia a la OTAN. Los asesinatos dolorosos de emblemáticos líderes indígenas, negros y populares como Berta Cáceres en Honduras, Marielle Franco en Brasil, o Robert Serra en Venezuela.
Y ahora, tras el repertorio combinado y extenso de agresiones contra la Venezuela bolivariana (golpe de estado, paro petrolero, guerra económica, guarimbas, etc) la tentativa flagrante, torpe, desesperada, de asesinar al presidente de la república y principal líder popular de toda la región. El fallido intento de magnicidio contra Nicolás Maduro se dio a través de cargas explosivas alojadas en dos drones que reventaron cerca de la tarima donde se encontraba el presidente y la plana mayor de las fuerzas armadas, en el marco del 81 aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana. No se trató ni de los “ruidos” de los que habló la CNN, esa oficina de prensa de la CIA, ni del “autoatentado” o “explosión aislada” que mencionó la Associated Press en sus maniobras distractivas.
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Pero esto pretende ser más que un recuento de injusticias y calamidades. Se trata, más bien, de numerosos síntomas del desplazamiento hacia nuevas formas de la confrontación política en América Latina y el Caribe. Desplazamiento inducido, unilateralmente, por las burguesías locales y trasnacionales y las fuerzas imperialistas. Y eso que estamos hablando sólo de lo acontecido en esta tibia “primavera democrática” que atravesó nuestro continente en las últimas décadas (ocioso sería recordar el crudo invierno de la Operación Cóndor y el tendal de asesinados y desaparecidos por las contrainsurgencias). Hablamos, en fin, del estrechamiento creciente de la vía pacífica y político‐electoral para la resolución de nuestras batallas. Ya en un texto sobre los acuerdos de paz de Colombia y el despunte de la violencia paramilitar en Venezuela, señalamos la paradoja de que el primer día de paz en un país pudiera coincidir con el inicio de la guerra en el otro. Hoy, un poco más pesimistas, sólo vemos a vemos el afianzamiento de la guerra como tendencia irrefrenable en varios países.
El marxista italiano Antonio Gramsci, en su formulación clásica de los momentos por los que atraviesa indefectiblemente la lucha política en el proceso de alza de las luchas populares, demarcó tres estaciones: un momento corporativo, un momento político, y un momento militar (o más precisamente político‐militar). Sin embargo, el análisis de Gramsci partía de suponer que el arribo al resolutorio momento militar se vinculaba al alza de la lucha de masas y a la respuesta reactiva de clases dominantes que veían su hegemonía amenazada. En esta hora de Nuestra América, paradójicamente, es la radicalización endógena de las burguesías vernáculas y trasnacionales las que induce este arribo forzoso a un momento genéricamente militar, en el que coinciden dos procesos simultáneos: la judicialización y la paramilitarización de la política. Lo que no caiga a tierra con el martillo judicial, será golpeado con el garrote militar (siempre amparados claro, por la cobertura propicia de las cada vez más concentradas corporaciones mediáticas). Por su parte, las clases populares y sus instrumentos políticos procuran, acertadamente, reencauzar pacíficamente la lucha política, rechazando las provocaciones y porfiando en la vía democrático‐electoral. Pero, como se sabe, hacen falta dos para jugar al ajedrez, y nadie seguirá jugando con las piezas desparramadas por el suelo.
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A estos fenómenos se asocia también la emergencia a nivel global de una nueva derecha ultraconservadora, fascista, xenófoba y misógina que disputa la hegemonía a las fracciones burguesas neoliberales‐globalistas. Sus exponentes han dejado ya de ser figuras residuales de la política latinoamericana y hoy tienen incluso buenas o moderadas proyecciones electorales (Bolsonaro en Brasil, Kast en Chile, Trujillo en República Dominicana, etc). El declive global de la hegemonía estadounidense y el completo reordenamiento de la geopolítica planetaria con el desplazamiento hacia el “oriente” de los mayores flujos de mercancías y capitales, no hará más que reforzar las líneas de acción político‐militares de Estados Unidos en nuestra región, como contrapeso a la merma de su capacidad de influencia económica y diplomática. No hay ni recursos ni voluntades concertadas para la correa larga de las políticas del buen vecino o para las “Alianzas para el Progreso”. Para algunos, sin duda, ha sonado nuevamente la hora de la espada.
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Sabemos que la historia está hecha de tendencias y estructuras, pero también de hechos de singular significación e importancia que actúan como lo que el marxista argentino Hernández Arregui llamó “fulminantes históricos”. Ayer pudo acontecer uno de esos hechos fulminantes que disparan la historia para adelante. Ayer, de concretarse el intento de magnicidio contra Nicolás Maduro, todo pudo haber cambiado, catapultándonos a un nuevo estadío de la lucha política en Nuestra América. Recordemos, por ejemplo, las secuelas aún presentes del asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, que rompió para siempre la historia colombiana y sumió a la nación en uno de los conflictos armados más extensos del mundo. Un magnicidio es un crimen contra un pueblo, porque un líder popular es siempre una síntesis nacional y una aglomeración de anhelos. ¿Cuáles no serían los ánimos, ciertamente soliviantados, del populoso oeste caraqueño en estos momentos? Los venezolanos, pueblo bravo de bravos antecesores, ciertamente estaría volcado a las calles, enfurecido, y sordo a la cautela y las razones del estratega. Y la derecha, siempre gananciosa con el río revuelto, estaría aprovechando la confusión para desatar la anhelada guerra civil que no lograron imponer durante las últimas guarimbas. Muchas veces se ha comparado a Venezuela con el hostigamiento sufrido por el Chile de Salvador Allende. Haríamos bien de volver la mirada hacia Siria y a los demás países de Medio Oriente para atisbar la solución al “problema venezolano” buscada por el imperialismo y sus socios consulares.
Cuando dentro de cinco, diez o quince años, los sesudos intelectuales del establishment actualicen sus teorías del enemigo interno o de los “dos demonios”, y condenen enérgica y republicanamente la violencia desatada de las clases populares, será conveniente recordar esta breve síntesis de los acontecimientos. La violencia política, reactiva, de menor escala y diferida en el tiempo de las clases populares, será el saldo ineludible si no logramos revertir el progresivo angostamiento de las salidas democráticas. Pero no debemos hacernos grandes ilusiones. Si hemos de confiar en los lúcidos análisis de Gramsci y en la lectura de los ciclos históricos en América Latina y el Caribe, sabremos que, ya sea por el alza de la lucha de masas, o bien por la radicalización desesperada de las fuerzas conservadoras, el momento militar seguirá siendo una estación ineludible de la lucha política. Sería ingenuo, o más bien suicida, no tener eso en nuestro horizonte de hipótesis y posibilidades.
Pero, cuando el día de mañana alguien pregunte con ingenuidad o mala fe ¿quién empezó la violencia?, recordemos la zaga de los acontecimientos que nos llevan por el despeñadero de la guerra sin cuartel. Debemos ser conscientes de que vivimos en un momento histórico en el que la mercantilización de todas las esferas de la vida ha llegado hasta el colmo de mercantilizar la misma muerte, y de que las guerras civiles y el paramilitarismo con las condiciones de acumulación de sectores importantes de las clases dominantes. Ojalá todos tengamos la templanza de Maduro en los momentos decisivos, quién se mantuvo firme y sereno en el momento en que peligró su vida. Aún en medio de las tempestades, necesitaremos de esa calma para volver a encauzar por la vía menos dolorosa nuestros anhelos de justicia, paz, soberanía y socialismo.
Fuente: batallaideas
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Nicaragua: la mano oscura en el fracasado golpe
Vicky Peláez
El golpe de Estado revestido de protesta violenta que se inició en Nicaragua hace más de 100 días y que sumergió a todo el país en la inseguridad no ha logrado aniquilar al sandinismo.
"Tenemos intereses bien definidos
y especiales para mantener el orden
y un buen gobierno en Nicaragua"
(Calvin Coolidge, 11 de enero 1927)
Muchos de estos estudiantes son integrantes del Movimiento Cívico de Juventudes (MCJ) creado y financiado por el Instituto Democrático Nacional (NDI) de Estados Unidos, cuyo presidente es Madeleine Albright, la exsecretaria de Estado.
El país ha empezado una lenta recuperación de la tragedia impuesta por los golpistas que ha dejado más de 260 muertos, cientos de heridos, hospitales, instituciones públicas, alcaldías y municipios quemados y escuelas, dependencias universitarias y estaciones de radio sandinistas destruidas. Sin embargo, el pueblo ansioso de paz no respaldó a los golpistas en su intento de regresar a Nicaragua a su pasado de injusticia y pobreza y dio su apoyo al Gobierno sandinista elegido con el 72 por ciento de su voto.
© AFP 2018 / RODRIGO ARANGUA Guarimbas nicaragüenses quieren golpe a Daniel Ortega
Cada intento de golpe de Estado en cualquier país del mundo nunca ha sido una acción espontánea en el transcurso de la historia de la humanidad, sino la realización de un proyecto elaborado con anticipación. Así sucedió hace más de 100 días en Nicaragua cuando grupos de estudiantes nicaragüenses salieron a las calles para protestar, según los medios de comunicación globalizados, contra la 'dictadura' de Daniel Ortega.
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© AP PHOTO / POOL Madeleine Albright (izda.), secretaria de Estado de EEUU entre 1997 y 2001 (archivo)
Fue ella quien en 1993 justificó en una entrevista la muerte de 500.000 niños en Irak por las sanciones impuestas por EEUU, como "un mal necesario" y que era "un precio que valía la pena de pagar" según declaró entonces. El NDI empezó a trabajar con los jóvenes nicaragüenses en 2015 con el apoyo financiero de USAid, la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y Freedom House. Su propósito era preparar futuros líderes para imponer el modelo neoliberal de desarrollo elaborado en Norteamérica e implantar la ideología norteamericana en Nicaragua. Es decir, crear sus servidores incondicionales que terminarían con el populismo y el nacionalismo en el país. La NED, la NDI, el USAid y Freedom House han estado haciendo la misma labor en Venezuela y Bolivia, países considerados junto con Cuba y Nicaragua como 'piedras en el zapato estadounidense'.
El propósito de toda esta red subversiva de las mencionadas organizaciones norteamericanas ha sido la creación de organizaciones y movimientos para el derrocamiento del Gobierno de Daniel Ortega. Solamente la USAid aportó más de 5 millones de dólares para la "capacitación de la sociedad civil y las organizaciones de los medios de comunicación" (Aram Aharonian, Digital Question, 26‐07‐18). Una significativa parte del aporte total de 10 millones de dólares de esta red de organizaciones e instituciones norteamericanas para la subversión fue entregada al Movimiento Cívico de Juventudes (MCJ), a base del cual se formó el Movimiento Estudiantil 19 de Abril (M‐19), de tendencia radical. El resto del dinero fue repartido entre el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) y los medios de comunicación que en un 95 por ciento han sido afines a la oposición estando en manos privadas.
Como lo escribió el periodista Aram Aharonian, Nicaragua desde el 18 de abril pasado se convirtió en "rehén de una realidad falseada y ficticia que mueve el terrorismo mediático de esta guerra de cuarta generación, al ritmo de las redes sociales, donde la realidad virtual se impone sobre la realidad real, donde, incluso, la masa de gente autoconvocada, genuina y respetuosa de la paz se moviliza por la democracia y es convertida en carne de cañón, en 'daño colateral' para lograr el objetivo final: salir del Gobierno constitucional, cueste lo que cueste". (Fakenews de Cuarta Generación). La prensa globalizada describió, según el académico estadounidense Benjamin Waddell, director de la Escuela de Capacitación Internacional en Nicaragua, "la rápida escalada de disturbios civiles como una explosión espontánea de descontento colectivo, desencadenado por los cambios del Gobierno al sistema de seguridad social". (Global Americans, junio 27, 2018).
Lo que Waddell llama "insurrección cívica" de carácter espontáneo en realidad es un levantamiento de estudiantes que fue preparado por la red de las organizaciones e instituciones norteamericanas con mucha anticipación y como lo reconoce este profesor, "la participación de la NED en nutrir a los grupos de la sociedad civil de Nicaragua arroja luz sobre el poder del financiamiento transnacional para influir en los resultados políticos en el siglo XXI". Lo que se buscaba para la "insurrección" era el pretexto que apareció con la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta institución y las empresas privadas más solventes nacionales insistieron en la necesidad de elevar la edad de jubilación y de privatizar las clínicas de salud.
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© AP PHOTO / ANTHONY VAZQUEZ Un México sin privilegios: las claves del Plan de Austeridad Republicana de AMLO
El Gobierno de Ortega se opuso a este proyecto del FMI tan bien conocido en todos los países del mundo, incluyendo en Rusia y, por el contrario, impuso una reforma que aumentaba el aporte patronal del 19 por ciento al Fondo de Pensiones al 22,5 por ciento, mientras que los aportes de los trabajadores se incrementaban en el 0,75 por ciento y las deducciones de las pensiones pasaban al cinco por ciento para los gastos de salud.
No hay que olvidar que el gobierno sandinista otorgó a los nicaragüenses derecho a múltiples estudios y tratamientos médicos no sólo en el país sino en el extranjero en los casos necesarios.
La indignación de los empresarios exagerada por los medios de comunicación no se dejó esperar y de esta forma apareció el 'pretexto' tan anhelado por la oposición y sus auspiciadores norteamericanos para iniciar la 'insurrección'. El intento de Ortega de derogar el decreto cuatro días después ya no pudo detener la revuelta. El primer día de protestas, el 18 de abril pasado, el hombre más rico del país y uno de los más influyentes en Centroamérica, según la revista Forbes, Piero Coen apareció en la Universidad Politécnica de Managua y llamó a los estudiantes a protestar ofreciéndoles todo su apoyo financiero y jurídico. La familia Chamorro, dueña del periódico más influyente en Nicaragua, La Prensa, y del Confidencial también dio su aporte financiero a la oposición sublevada y de allí podemos darnos cuenta de dónde los estudiantes radicales del M‐19 obtuvieron armas (entre ellas pistolas, ametralladoras MP5 que usan las fuerzas especiales de EEUU) para poder atacar a la policía, balear sedes gubernamentales y ocasionar la muerte de sandinistas, policías y transeúntes.
A principios de junio pasado varios militantes del M‐19 y del Movimiento Renovador Sandinista (MRS) fueron a Washington para recibir instrucciones, dinero y el apoyo logístico. Los senadores Ted Cruz, Marco Rubio, la representante Ileana Ros‐Lehtinen y varios altos funcionarios del Departamento de Estado, de acuerdo al director de USAid, Mark Green, aseguraron "apoyar a aquellos que defienden las cosas en las que debemos creer". Después de este encuentro, uno de los líderes estudiantiles, Harley Morales, declaró al periódico El Faro que poderosos intereses extranjeros sobre los estudiantes manifestantes son cada vez más estrictos. "Todos los movimientos ahora tienen asesores. Motores y agitadores, hijos de políticos y empresarios… Tienen una línea política muy clara".
© REUTERS / OSWALDO RIVAS Protestas en Nicaragua
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Los militantes del MRS, muchos de los cuales abandonaron el sandinismo y se aliaron con la oligarquía nacional participando activamente en la sublevación, solicitaron a gritos una intervención armada estadounidense, pues se dieron cuenta de no tener el apoyo del pueblo y de que el golpe que tanto anhelaban fracasó rotundamente y su causa estaba perdida. Lo trágico de este golpe fue que los intentos siniestros del Movimiento Renovador Sandinista fueron apoyados por destacados intelectuales del sandinismo que lucharon contra el régimen de Somoza tales como Sergio Ramírez y Gioconda Belli. Llamándose izquierdistas se aliaron con los golpistas pronorteamericanos en contra del Gobierno sandinista.
© REUTERS / OSWALDO RIVAS "Nicaragua necesita cambios en sistema de pensiones para asegurar su viabilidad"
La reconocida periodista argentina Stella Calloni, que en los años 1980 trabajó en la Agencia Nueva Nicaragua (ANN), exhortó a estos intelectuales A separarse de "lo que pasó con los grupos armados", añadiendo: "Yo creo que hay un solo camino: la verdad y la decencia. ¡Basta! Basta de sembrar confusión entre nuestros pueblos en momentos tan difíciles. O se está contra el Imperio o se está con el Imperio, aquí no hay otra cosa en el medio… los que se digan de izquierda no sean aliados del Imperio porque no son de izquierda" (¿Qué es la violencia política para algunos intelectuales? 23‐07‐18).
Este intento de golpe no solamente fue apoyado por varios movimientos que se autoproclamaban izquierdistas, sino también por muchos sacerdotes y obispos católicos nicaragüenses arengando a la rebelión desde sus púlpitos. Los obispos Silvio Báez, Abelardo Mata y Rolando Álvarez eran parte del liderazgo del fallido golpe. El obispo Abelardo Mata había amenazado inclusive de muerte al presidente Daniel Ortega y a su familia. Extrañamente el papa Francisco, descansando en sus aposentos, no se ha enterado de nada, teniendo un casi perfecto servicio de inteligencia del Vaticano. ¿Entonces de qué diálogo nacional con la participación de la Iglesia católica se puede hablar?
Ni los norteamericanos, ni los obispos, ni los estudiantes 'rebeldes', ni los oligarcas pueden determinar el destino de Nicaragua. Solamente el pueblo es responsable del pasado, presente y el futuro de su país. El 19 de julio, este pueblo participó masivamente en el 39 aniversario del triunfo de la revolución sandinista dando un claro mensaje a los golpistas y sus auspiciadores norteamericanos. Dijo alguna vez el Héroe nacional de Nicaragua, Augusto Sandino (1895‐1934), que "Este movimiento es nacional y antiimperialista. Mantenemos la bandera de la libertad para Nicaragua y para toda Hispanoamérica".
¿Un barril de crudo a 100 dólares?: La antesala de otra recesión mundial
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Resumen Latinoamericano /
Diego Herranz, Kaos en la red
El petróleo se ha instalado en torno a los 80 dólares. Y podría alcanzar la cifra de los tres dígitos a medio plazo. Una combinación de crecimiento de demanda global de energía, restricciones productivas en la OPEP y tensiones geopolíticas, en especial, hacia Irán, siembran el temor a que el crudo, si toca los 100 dólares de cotización, desencadene una nueva recesión en EEUU, y en el mundo.
No resulta descabellado. La escalada de precios del petróleo ha antecedido a cinco de las seis últimas recesiones de la economía estadounidense. Y 2018 está asumiendo el protagonismo de un cambio de tendencia. Al alza. De un nuevo boom de oro negro que devuelve a los mercados y a los Estados ‐productores o crudo‐dependientes, que fían sus presupuestos anuales a un costo o recaudación determinado‐, a un escenario más similar al de los años previos a 2014 ‐ejercicio en el que el petróleo comenzó un descenso histórico que llevó al Brent, de referencia en Europa, a cotizar a 27,67 dólares el barril, en enero de 2016, el valor más bajo desde 2003‐, en los que los contratos de futuros transitaban con comodidad por cifras de tres dígitos.
En la actualidad, cotiza en torno a los 78 dólares, cerca de la frontera que Arabia Saudí, primer productor mundial y auténtico rector de los designios de la OPEP, ha establecido como adecuados, en 2018, según sus intereses. Una cota excelente para sanear sus desequilibradas arcas públicas por efecto del alto costo de la guerra en Yemen y de unos ingresos petrolíferos holgadamente por debajo de los 60 dólares en el último trienio. Pero, ¿qué consecuencias tendría un barril a 100 dólares? Y, sobre todo, ¿qué circunstancias se han combinado para que el barril tenga a tiro esta emblemática cotización, que ha elevado en más de un 50% su valor desde comienzos de año?
“Existe una acumulación de factores, todos alineados en la misma dirección”, dice el equipo de economistas de UBS, el banco de inversión suizo. “Desde un aumento de la demanda de energía mundial, hasta la renovada política de restricciones de cuotas productivas en la OPEP pasando por una escalada de las tensiones geopolíticas, en especial hacia Irán, que llevan aparejadas una seria amenaza de sanciones económicas” al régimen de Teherán. Efectivamente, “el petróleo se podría poner en 100 dólares a lo largo de este ejercicio”, advierten. Con réplicas inmediatas en las economías. “Las señales de una posible contracción del PIB en EEUU son elocuentes”, afirma el responsable de análisis de UBS, Arend Kapetyn, en una nota dirigida a sus inversores.
Aunque también se apreciará un impacto sobre la inflación. No tanto en la mayor economía del planeta, debido al encarecimiento del precio del dinero, sino en la esfera de los mercados emergentes, reacios a seguir la estela de la Reserva Federal americana y asolados por las restricciones en los circuitos de acceso al crédito internacional por las subidas de tipos en EEUU, sus elevadas tasas de endeudamiento soberanos y de sus empresas y bancos y por la reanimación del dólar.
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Esta pinza ‐recesión más inflación‐ afecta, en cualquier caso, a la coyuntura estadounidense. “Hay que tomárselo en serio” porque todo repunte más o menos brusco del crudo “acarrea una serie de riesgos” y conviene recordar que “cinco de las seis últimas recesiones en EEUU han venido precedidas de un escenario energético como el actual”, aclara Kapetyn. Y la escalada actual es, ni más ni menos, que la decimoprimera de mayor intensidad en los últimos 70 años, después de que el pasado 17 de mayo superara los 80 dólares.
Extracción de Petróleo
Un sónar peligroso
Este salto “es todavía de menor trascendencia que otros que antecedieron a recesiones en EEUU pero si el precio se mueve hacia los 100 dólares el panorama cambiará sin remedio”. Entonces ‐explican en UBS‐ se restaría alrededor de 100.000 millones a la economía global, dejando el PIB del planeta en un crecimiento del 3,8% ‐cualquier crecimiento inferior al 3% se considera como contracción global‐, mientras que los precios mundiales se situarían por encima del 4%, lo que obligaría a bancos centrales de las potencias emergentes (e industrializadas, en especial, al área del euro y Reino Unido) a mover ficha al alza. Otro retardo de actividad.
“Es un sónar peligroso para la gestión de los riesgos futuros, porque las perspectivas no son halagüeñas”
Desde Goldman Sachs también observan estos riesgos. “Es un sónar peligroso para la gestión de los riesgos futuros, porque las perspectivas no son halagüeñas”. Aunque, de momento, los flujos de inversión “permanezcan más complacientes que preocupados”, pese a que el Brent ha subido un 52% desde que, a finales del pasado año, la OPEP se inclinara por las tesis de Riad y redujera, de forma más agresiva de lo esperado, sus cuotas productivas. Hasta alcanzar los 82,5 dólares. También juega un rol notable la crisis nuclear iraní derivada de la ruptura del tratado por parte de la Casa Blanca. A lo que hay que añadir el incremento de la demanda de crudo que “podría enfrentarse a problemas de entrega por la carencia de petróleo en el mercado” y la fatiga que está empezando a demostrar el actual ciclo de negocio, que nació débil y con rastro sinuoso por emerger de la mayor crisis financiera desde 1929, afirman en el banco de inversión americano.
Citigroup acaba de elevar en 10 dólares, hasta los 75, el precio medio del barril para el conjunto de 2018, lo que lleva implícito que, en algún momento del año, traspasará los 100 dólares.
“Por favor, pare esto; de otra forma, el crudo se encarecerá mucho más”. Esta ha sido la réplica del gobernador de Irán en la OPEP, Houssein Kazempour Ardebili, al presidente de EEUU por su tweet en el que acusa al cártel petrolífero de “hacer muy poco” para estabilizar el precio del oro negro y “todo lo posible” por encarecer los combustibles en EEUU.
A pesar de que Arabia Saudí ha afirmado a Washington que impulsará la producción, en Goldman Sachs alertan de que esta posibilidad baja enteros ante los riesgos de suministro de Venezuela e Irán, bajo sanciones de la Administración Trump. “Está usted martilleando a la OPEP y desacreditando la soberanía de sus socios”, critica Kazempour, quien dijo que en el cártel “esperan una actitud más conciliadora y cordial”
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por parte del actual inquilino de la Casa Blanca, que también les emplazó a “reducir los precios de inmediato”.
Más contundente han sido los jerarcas de la Guardia Revolucionaria iraní, al advertir que cualquier maniobra de Washington para exigir cambios en la política de la OPEP traería el cierre del Estrecho de Ormuz, por donde pasa la mayor concentración de petroleros del mundo para cargar el 30% de los flujos petrolíferos que movilizan los mercados y cuyo peaje está en poder de Teherán. Tampoco ayuda a las pretensiones de Washington los problemas de abastecimiento, en este caso tecnológicos para extraer crudo, de Libia ‐país miembro del cártel, pero exento del último acuerdo junto a Nigeria‐ y Canadá. Ni el aumento de tarifas comerciales de EEUU a China, el primer comprador de petróleo del mundo, que podría mermar su dinamismo y, con él, el del conjunto del PIB global.
Extracción de crudo Brent
Réplica amenazante de la OPEP
“La OPEP nunca ha definido el precio del crudo en los últimos 30 años”, espeta Kazempour. Falacia que, sin embargo, le dio pie para concluir con un duro mensaje a Trump: “Usted impone sanciones a grandes productores, fundadores de la OPEP, y todavía nos interpela para que bajemos precios”, se preguntó. “¿Desde cuándo ha empezado a trasladarnos órdenes?”.
En este complejo panorama, sólo Rusia parece dispuesto a elevar sus cuotas de mercado. Además del consejo de la Agencia Internacional de la Energía de que Arabia Saudí y los emiratos del Golfo Pérsico cubran la retirada de 1,5 millones de barriles diarios que Irán y Venezuela pretenden poner en marcha en 2019. El mercado del crudo es especialmente vulnerable a la evolución de precios de los contratos de futuros a seis meses.
El ‘fracking’ ha dado margen político a la Casa Blanca para interceder en el precio del crudo, pero los ataques reiterados de Trump a la OPEP pueden llevar a Irán a cerrar el Estrecho de Ormuz.
También a los inventarios acumulados de EEUU. Es decir, a la capacidad y el volumen de almacenamiento de crudo por parte del mayor mercado del mundo, y que, pese a subir en 833.000 barriles en las últimas semanas, siguen por debajo de las estimaciones, de 1,25 millones, que los analistas juzgan idóneo para revertir el rally alcista del crudo. Sin tocar sus reservas estratégicas ‐Trump baraja permitir labores de exploración en el Refugio Nacional de Vida Salvaje del Ártico que, junto a las reservas de 11.800 millones de barriles de Alaska, añadiría más capacidad productiva a EEUU‐ y sin elevar el poder extractivo de su industria del fracking, a la que están plenamente dedicada firmas petroleras del país que han vuelto a ejercer su capacidad de lobby en la Casa Blanca con la actual Administración.
La que también se denomina shale revolution ha permitido a EEUU ser el primer productor de crudo y convertirse en exportador neto de petróleo, con más de 2 millones de barriles diarios, según la capacidad extractiva semanal de un método especialmente dañino al medio ambiente. Trump y los jerarcas del sector petrolífero aseguran que, con el fracking, la caída de actividad del PIB de EEUU, con un barril a 100 euros, sería de cuatro décimas. La estimación que antes se calculaba para el petróleo a 75 dólares.
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Por si fuera poco, hay un indicador, la curva de rentabilidad del bono americano que, aunque se ha estabilizado en las últimas fechas, deja una incógnita mayúscula por despejar. Este barómetro determina el diferencial de beneficios entre el bono estadounidense a dos y diez años. Cualquier caída a posiciones negativas (o próximas a ello) anticipa una contracción del PIB. En la actualidad, se encuentra en cuatro puntos básicos, después de subir en los últimos meses y dejar atrás las alarmas surgidas en 2014, cuando se situó por debajo de los dos puntos. En buena medida, por la política restrictiva de la Fed. Pero los nervios de los inversores no se han calmado. Y con razón. Porque la Reserva Federal tendrá que manejar un aspecto clave a la hora de determinar futuras subidas de tipos en un indicador que ya no navega con el salvavidas de los estímulos monetarios de los últimos años. De ahí que bancos de inversión como Bernstein convengan en que el ciclo de negocios actual en EEUU toque a su fin. Ni siquiera la rebaja fiscal a empresas y consumidores de Trump parece que servirá para espolear la demanda interna (gasto de consumo de familias y de inversión de empresas) porque las expectativas son de guardar la ropa. Dada la volatilidad de los mercados bursátiles y la debilidad financiera de los grandes mercados emergentes. Y ya se sabe en los círculos inversores que cuando EEUU estornuda, Europa y Japón se resfrían.
Indicadores apócrifos en EEUU
La capacidad financiera de consumidores y empresas estadounidenses no auguran un colchón suficiente como para afrontar otro escenario de crisis, a pesar de la doble rebaja fiscal de Trump.
Dentro de un ambiente que recuerda a 2007, preludio de la crisis. Con datos que preludian una compleja salida para la sociedad americana. The Washington Post alertaba recientemente de ello. Son los barómetros apócrifos, explicaba. Un 45% de los estadounidenses en edad adulta carece de un colchón financiero suficiente para permitirse un gasto inesperado de 400 dólares, que les puede llegar de forma súbita, pero también habitual: por ejemplo, una factura médica de urgencia o la avería de su coche. Una segunda alerta es que el 43% de sus hogares no pueden permitirse un modo de vida básico; es decir, que casi la mitad de las familias de la gran potencia mundial no pueden afrontar los gastos aparejados a la vivienda, comida, escolarización infantil, transporte, sanidad o conexión a Internet. El tercer factor es que, durante el pasado año, más de uno de cada cuatro estadounidenses no acudió a recibir asistencia sanitaria porque no se lo podía permitir. El cuarto y último índice de que la microeconomía no ha seguido la estela de las grandes cifras coyunturales es que un 22% de ellos no tienen capacidad financiera para pagar todas las facturas a final de mes y, asociado a este indicador, que sólo el 38% de los trabajadores en activo piensa que sus ahorros para la jubilación, en un país sin pensiones públicas, están en el camino correcto para sus necesidades una vez pasen a la edad de retiro.
EEUU. Trump, actualidad, imagen e historia del imperio en sus venenos
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Por Ramón Pedregal Casanova,
Resumen Latinoamericano, 13 de agosto de 2018.‐
Después de contemplar en su sitio las diferencias entre las áreas de poder en EEUU, a las espaldas de
Trump se alinean los fabricantes y sus fábricas y laboratorios de venenos, plagas y explosivos, armas
biológicas, de virus, atómicas, armas de destrucción masiva. Es la historia moderna del imperialismo.
Las experiencias anteriores se han ido sumando para fortalecer al régimen que se sitúa al margen de
todos los Acuerdos y Tratados internacionales, de Derechos igualitarios y de Paz. Para sostener tal fin
ha dispuesto bases militares por 134 países, prisiones secretas e ilegales, bloqueos económicos,
bloqueos alimenticios y medicinales, golpes de Estado, magnicidios, invasiones militares, guerras con
ejércitos mercenarios, guerras con ejércitos de composición multinacional, presiones políticas, multas,
sanciones y castigos sofisticados, … siempre en el propósito de establecer la sumisión a su poder, la
desigualdad y la ruina de la mayoría. Son bien conocidos los casos de aplastamientos en Latinoamérica,
pero debemos tener presente la resistencia antiimperialista de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, y
en el límite vemos a Brasil, México, Argentina, …
Si miramos a Oriente Medio vemos en qué ha convertido a Libia, qué hizo con Iraq, qué ha
pretendido con Siria, qué hace con Yemen, qué quiere de Palestina,… y en el límite resisten los
gobiernos antiimperialistas de Siria, de Yemen, las organizaciones de extracción popular, todos
procurando la unidad y llamando a la unidad de sus pueblos y de todos los pueblos contra el enemigo
común.
A las espaldas de Trump se alinean los fabricantes y sus fábricas y laboratorios de venenos
plagas y explosivos, armas biológicas, de virus, atómicas, armas de destrucción masiva. Es la historia
moderna del imperialismo.
Los días 6 y 9 de Agosto se han cumplido 73 años del ataque con bombas atómicas del imperio
naciente estadounidense contra el imperio nipón en sus ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Con
semejante acto el régimen yanqui advertía a los pueblos del mundo de su disposición para establecer y
hacer duradera su dominación.
Hoy, en la era del gerente Trump, el emporio armamentístico imperial ha dispuesto que su
otro encargado, Mike Pence, anuncie su preparación “con todo” ha reafirmado Trump, para la guerra
en el espacio y su dominio del mismo. Igual que lo que nos rodea en éste mundo, también el espacio ha
sido declarado por el secretario de defensa James Mattis, “de interés nacional”. Trump ha explicado el
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concepto “interés nacional” de la siguiente forma: “(interés nacional quiere decir) el dominio
estadounidense del espacio”. Ténganlo presente, “interés nacional” es el interés por el dominio. La
bomba atómica les dio “el dominio”. El régimen que no firma tratados de paz, viene a decir que le
queda por dominar más espacios con las armas.
Aunque a semejantes componentes del aparato mortífero y a sus esbirros les duela saberlo, a
90 millas de su costa Cuba resiste independiente.
Pongamos atención a algunos datos aclaratorios sobre la naturaleza del monstruo.
1861‐1865, Guerra de Secesión norteamericana, entre los dos bandos causaron casi 500.000
muertos. Se calcula que 330.000 murieron a causa del empleo por los de la Unión, de la chinche
arlequín para arruinar las plantaciones. Derrotar causando hambrunas. Los del Sur emplearon
masivamente a los mosquitos que transmitían la malaria. Derrotar causando enfermedad.
Si hasta entonces en las guerras se utilizaban avispas, pulgas, piojos, garrapatas, mosquitos, …
como armas de transmisión de enfermedades y destrucción de cosechas, fue la guerra norteamericana
la primera de la era moderna en el uso de trasmisión de enfermedades a los humanos y a los medios
agrícolas para acabar con el enemigo.
El régimen estadounidense tiene una parte de su cimentación en la matanza de sus
poblaciones mediante la síntesis de las experiencias anteriores a la modernidad. Como la fuerza
imperial radica en la aplicación de la violencia, sus practicantes han buscado durante un tiempo la
manera de justificarla, ahora les da igual que su mentira quede al descubierto, por un lado disponen
del ejército periodístico y por otro buscan integrar en la vida común sus crímenes como parte de la
convivencia.
Pero hay algo que todavía mantienen en la oscuridad, es el arma de destrucción masiva que
resulta más barata de producir.
Entre los muchos Acuerdos, Tratados y Convenciones internacionales que no ha firmado, y los
que ha firmado ha roto, es de señalar el Convenio Internacional contra el uso de Armas Biológicas.
George Bush se negó a aceptarlo declarando que “pondría en riesgo la seguridad nacional y la
información comercial confidencial”. Para el conglomerado armamentístico todo obedece a “la
seguridad nacional”. El complejo industrial militar, la mayor industria de EEUU, está permanentemente
produciendo desestabilización en el mundo por su “seguridad nacional”, no la seguridad de los
restantes países. 7.000 millones de personas en el objetivo de un régimen comandado por los
productores del armamento capaz de matarnos a todos.
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Se habla de las bombas nucleares y no se quita el velo que oculta el arma biológica, química,
de capacidad mortal muy superior. El régimen estadounidense mediante agencias, ONGs y otros
cuerpos de guerra con apariencia civil, creadas ex profeso, acusa de su empleo a quien quiere derrotar,
cuando es ese régimen el que históricamente las ha empleado, es bien conocido el uso que hizo del
agente naranja en Vietnam, donde aún persisten sus efectos.
No podemos esperar ningún compromiso de paz de EEUU, cuando para la seguridad de la clase
imperial no firma los Convenios de la Biodiversidad, de las minas terrestres, y de la No Proliferación
Nuclear, entre otros muchos.
De entre los casos recientes de mentira militar con fines agresivos destaca la propagada para
lanzarse a la guerra contra Iraq. Acusaron a éste país de poseer armas de destrucción masiva, y
apuntaron hacia Iraq declarándolo una amenaza para “la seguridad…”. La ONU negó esa acusación,
pero “la seguridad nacional” de EEUU requería la destrucción de un país emergente y no sumiso en
Oriente Medio, además de impedir un opositor a Israel, su otro yo, la división de los países de la zona,
la apropiación del petróleo, y otros objetivos geoestratégicos. Otra guerra con la misma declaración
argumental ha sido la emprendida contra Siria: dividir al país, robar el petróleo sirio, abrirse camino a
Irán, generar un nuevo conflicto en busca de cerrar el círculo que rodee a Rusia y China, potencias que
no le obedecen. Esa es la política de “seguridad nacional”.
El conocimiento de las actividades que el régimen imperial desarrolla en las bases militares que
ha establecido en 134 países, ha puesto de relieve, o destaca, que en todas ellas ha creado
laboratorios‐fábricas de experimentación y generación de armamento biológico y químico. Los
laboratorios‐fábricas más conocidas debido a sus experimentos se encuentran, en África, en Egipto y
Kenia; en Asia: Indonesia y Tailandia; en Sudamérica: Perú y Brasil; en Europa: Ucrania, Georgia, y más
allá en Kazajistán. En todos éstos países ha habido fugas, escapes o pruebas, dejando al descubierto lo
que se iba conociendo, y que han dado como resultado un número de muertos que no se ha podido
determinar por el silencio que el imperio ha impuesto.
Las denuncias de tales actividades han venido de científicos que han participado en el
descubrimiento de las armas de destrucción masiva. El núcleo principal de investigación de armas
químicas y biológicas lo tienen instalado en Fort Detrick, en el Estado de Maryland, donde entre otros
agentes de guerra sintetizan la aflotoxina, sustancia proteínica que daña el hígado y produce cáncer, el
virus ébola, y la toxina botulínica, el producto más venenoso que se conoce, a lo que hay que añadir la
creación del VIH sida, según la declaración de Milton William Cooper, Alto Oficial de la Inteligencia
Naval Militar de EEUU.
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El caso de Cuba merece una atención especial, pues el régimen imperial, ahora representado
por Trump, ha empleado sistemáticamente durante decenas de años el armamento biológico‐químico
para rendir a la Revolución matando su agricultura, acabando con la vida de sus ganaderías y con la
vida de las personas. Recojo algunos datos esclarecedores:
En el documento secreto estadounidense “Proyecto Cuba” se enumeraban 32 tareas
criminales a realizar, al conjunto le dieron el nombre de “Operación Mangosta”, entre esas tareas se
encuentra la acción a llevar a cabo por la CIA de atacar con productos químicos y biológicos las
cosechas agrícolas de las que se alimentaba la población cubana. En otro de los objetivos se proyectaba
la forma de envenenar químicamente a los trabajadores azucareros cuando se empleasen en la
recogida de la caña. Además extendieron el dengue, enfermedad que afectaba de forma hemorrágica
irreversible al ganado porcino. La sendodermatosis modular bovina, la brucelosis del ganado, el carbón
y la roya de la caña, la sigatoka negra con la que atacaron los campos de plátanos, le siguió una
enfermedad que mataba a las abejas, la acarosis, el mono azul del tabaco, la roya del café, el new
castle y la bronquitis infecciosa de las aves de corral, la conjuntivitis hemorrágica, la disentería, el
dengue serotipo c2, que mató a 158 personas, de las que 101 eran niños. En los años 90 del pasado
siglo el imperio ahogó con todas sus fuerzas de bloqueo a Cuba en busca de la rendición por hambre y
causó la neuropatía. Junto a todo esto el gobierno del imperio empleó mercenarios para introducir el
virus de la tristeza del cítrico, pero se capturó a tiempo a quien se encargaba de su distribución. Otros
consiguieron afectar las plantaciones del café con la broca del cafeto, …
El general estadounidense que dirigía la “Operación Mangosta”, Edward Lausdale, en el
documento ordenaba a la CIA “desplegar el bajo mundo cubano contra Castro, fracturar el régimen
desde adentro, sabotear la economía, subvertir a la policía secreta, destruir las cosechas con armas
biológicas o químicas, y cambiar el régimen antes de las próximas elecciones al Congreso en Noviembre
de 1962”.
Tras numerosas denuncias el presidente Fidel Castro declaró en el V Congreso del Partido
Comunista: “ … ellos inventaron todo: como contaminar el azúcar que iba en los transportes de los
barcos, cómo afectar el comercio, cómo afectar todo.”
En 1961, con Kennedy, empieza la guerra biológica contra Cuba. El mercenario Eduardo
Arocena reconoció ante la Corte Federal de Nueva York haber introducido el Dengue. En diferentes
actas del Congreso de EEUU de los meses de Noviembre y Diciembre de 1969 se plasman las
intervenciones que van a realizar desde el Sub Comité de Seguridad Nacional y Desarrollo científico del
Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. El Washington Post en 1977 publica las
declaraciones de un agente de la CIA sobre el ataque biológico que realizó contra Cuba. Los
descubrimientos de los criminales se suceden.
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Los medios que Cuba ha empleado para defenderse han partido de los revolucionarios en
todos los ámbitos de la sociedad. A los crímenes de Lesa Humanidad cometidos por el régimen de los
hipermillonarios estadounidenses y su complejo militar‐industrial, los protege el escudo del silencio, la
tergiversación y la normalización de su poderoso ejército informativo. No hay más que ver qué
acusación sostiene por los más de 650 intentos de magnicidio en grado de frustración en la persona del
Presidente Fidel Castro, muchos de ellos mediante venenos químicos y biológicos.
Consiguieron envenenar al presidente del Congo, Patricio Lumumba.
Cada regente ha buscado agredir de manera nueva‐vieja a Cuba, y así hemos llegado hasta
nuestros días en los que no han podido impedir que el pueblo cubano se pronuncie por medio de
135.000 asambleas realizadas en todas las comunidades y centros de trabajo. El pueblo cubano, como
agente político principal, aun en las circunstancias actuales, está elaborando su nueva Constitución
porque es libre. Los imperialistas son libres de beberse, respirar y comerse sus armas químicas,
biológicas, y todos los venenos de sus laboratorios.
A las espaldas de Trump se alinean los fabricantes y sus fábricas y laboratorios de venenos,
plagas y explosivos, armas biológicas, de virus, atómicas, armas de destrucción masiva. Es la historia
moderna del imperialismo. Las experiencias anteriores se han ido sumando para fortalecer al régimen
que se sitúa al margen de todos los Acuerdos y Tratados internacionales, de Derechos igualitarios y de
Paz.
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