Colón, Cristóbal - Cartas y Testamento

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BIBLIOTECA UNIVERSAL, fíOLECCION DE I.OS MEJORES AUTORES ANTIGUOS Y MODERNOS, NACIONALES Y EXTRANJEROS. TOMO LXVII. CRISTÓBAL COLON CARTAS QUE ESCINDIÓ S O D U E EL D K . 3 C L T . H l > [ I 1 Ì N T O DE A M É lì 1 C A Y TESTAMENTO QUE HIZO A SU MUERTE. MADRID. DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN calle de Lefíanitus, 2.° 1880,

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BIBLIOTECA UNIVERSAL,

fíOLECCION DE I.OS

M E J O R E S A U T O R E S ANTIGUOS Y MODERNOS,

NACIONALES Y E X T R A N J E R O S .

TOMO LXVII.

CRISTÓBAL COLON C A R T A S Q U E E S C I N D I Ó

S O D U E EL D K . 3 C L T . H l > [ I 1 Ì N T O D E A M É lì 1 C A

Y T E S T A M E N T O Q U E H I Z O A SU M U E R T E .

M A D R I D . D I R E C C I Ó N Y A D M I N I S T R A C I Ó N

calle de Lefíanitus, 2.°

1880,

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P J . i i , , l-'.'.'JJ.—M'lOíiKAFÍA Ü n i r U K N T A DU LA

B I B L I O T E C A U N I V E R S A L .

iíoal, num. 1, cuadruiilicftdo.

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CRISTÓBAL COLON

C A R T A D E L ALMIRANTE C R I S T Ó B A L C O L O N

ES C H I T A A L E H C l U I í A N o D E R A C I Ó N D E L O S

S E Ñ O R E S R E Y E ^ C A T Ó L I C O S ( ] ) .

¡Señor: Porque sé que Labréis placer de la grande victoria que nuestro Señor me La

1 Esta carta la dirigió Colon á Luis de San tange!, escribano de ración de los JLeyes Católicos. Es Le oíiciu era de la Casa l-Leal de Aragón, y equivalía al de con­tador mayor di; la. Corona de Castilla, que obtenía en­tonces Alonso de Quinlaniüa. Así que dos contadores mayu'cs, que pueden considerarse como dos ministros de .Hacienda , uno por Castilla y otro por A r a r o n , in­tervinieron en la empresa del Almirante . El mismo ¡vantange! parece que í'ué tesorero de la Casa y Corle del l íey en Cataluña el ano liTU, 3" tesorero de la Her­mandad de Castilla en unión con Erancisco l 'ineio, ju ­rado de Sevilla, que también tuvo parte cu los prima­ros uecocios de Indias.

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'! ; Kn el oriínnal esfá en n i ñ n e r n s romano? muy coní'tises; y debe decir setenta y nn dia? , como se de­muestra en una nota al iln de esta carta,

dado on mi viaje, vos escribo esta, por la cual sabréis como en veinte dias (1) pasé las Indias con la armada que. los ilusivísi­mos Rey y Reina nuestros señores me die­ron, donde yo Callé muy muclias islas j(obla­das con gente sin número, y dellas todas lie tomado posesión por sus Altezas con pre­gón y bandera Real extendida, y no me fué contradicho. A !a primera que yo fallé puse nombre San Salvador, á conmemoración de su Alta Magostad, el cual maravillosamente todo esto lia dado: los indios la llaman Gim-nn-hani. A la segunda puse nombre la isla, de Sania María ilc Concepción: ¡í la tercera Fernán di na: á la cuarta, la Isabela: á la quinta isla Juana, 6 así á cada una nom­bre nuevo. Cuando yo llegué á la .juana se­guí la costa della á poniente, y la fallé tan grande que líense que sería tierra firme la provincia de Catayo; y como no fallé así vi­llas y lugares <>n la costa de la mar, salvo pequeñas poblaciones, con la gente de las cuales non podía haber faldas, porque lue­go fuían todos, andaba yo adelante por el dicho camino, pensando de non errar gran­des ciudades é villas; y a l cabo de muchas leguas, visto que non había innovación, y que la costa me leñaba al setentrion de adon-

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de mi voluntad era contraria, porque el in­vierno era ya encarnado, yo tenía propó­sito de hacer <ié! al austro, y también el viento medio adelante, determiné de no ajrttnviar otro tiempo, y volví atrás insta un señalado ¡¡«orto «lo adonde envié dos hom­bres por la tierra pura saber si había -Rey ó grandes ciudades. Anduvieron tres jornadas y bailaron infinitas poblaciones pequeñas y prontos sin número, mas non cosa de regi-¡nient , por lo cual se v.-lvicron. Y o enten­día harto de otros iridios, <¡uc ya tenía toma­dos, como continuamente esta tierra era isla, e así seguí la costa del'a al oriente ciento y siete li'guas, fasta donde facía Un; del cual cabo había otra isla al oriente, distante des-ía diez é ocho leguas, á la cual puso luego nombre la ExpaTv.hr. y luí alií y seguí la parte del setentrion así como de la Juana al oriente ciento é «setenta y ocho grande-; leguas por vía recta dei oriente así como de la Juana, la cual y todas las otras son tortí­simas en (leuta.-sir.ilo grado, y esta en extre­mo: en ella hay muchos puertos en la costa de la mar sin comparación de otros que yo sepa en cristianos, y fritos rins y buenos y grambs ques maravilla: las tierras debas, son a tas y en ellas muy muchas sierras y montañas altísimas sin comparación de la isla de (Jchrfrey, todas fermosísimas, de mil fcehuras, y todas amlables y llenas de

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árboles de mil maneras y altas, y pavescen que llegan al ciclo; y tengo por dicho que jamás pierden la foja según lo que puedo comprender, que les vi tan verdes y tan l'er-mosos corno son por Aíayo en España. !>e-lios están floridos, dellos con fruto, y dedos n i otro término según es su calidad: y can­taba el ruiseñor y otros pájaros de mil ma­neras en o lmos de Noviembre -por alli don­de yo andaba. Tíay palmas de seis ó de ocho maneras, ques admiración verlas por la di-formidad fermosa dolías, más así como los ofc os ár' oles é fruios é yerbas: en ella hay pinares ¡í maravilla, é hay pampinas gr,in­dísimas, é hay ¡niel, é de muchas maneras de aves y frutas muy diversas. En las tier­ras hay muchas minas de metales é hay gente inestimable número. La Espahila es maravilla: las sierras y las montañas y las vegas y las campiñas y las tierras tan fermo-sas y gruesas para plantar y sembrar, para criar ganados de todas suertes, para e iilicios tic villas y lugares. Los puertos de la mar, aquí non habría creencia sin vista, y de los ríos muchos y gramos y buenas aguas: los i r á ! de los cuales traen oro. lln los árboles y frutos y yerbas hay grandes diferencias de aquellas de la .Turnia: en esta hay mucha* especies, y grandes minas de oro y de otros metales. La gente desta isla y de todas las otras que he fallado y he habido noticia, an-

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— 9 - -dan todos desnudos, hombros y mugeres, así como sus madres los paren, aunque al­gunas mujeres se cobijan un solo lugar con una foja de yerba ó una cosa de algodón que para ello hacen ellos. N.on tienen fierro ni acero: armas, ni son para ello: non por­que non sea gente bien dispuesta y de fer-mosa estatura, salvo que son muy ten.ero-sos á maravilla. Non tienen otras armas sal­vo las armas de las canas cuando están con la. .simiente, á la cual ponen al cabo un pali­llo agudo, y no osan usar de aquellas : que muchas veces me acaeció enviar á tierra dos ó tres hombres \ú alguna villa para haber falda, y salir á ellos dellos sin número, y después que los veian llegar fuian á non aguardar padre á hijo; y esto no porque á ninguno se hay» fecho nial, antes á todo ca­bo adonde yo haya estado y podido haber fabla, les he dado de todo lo que tenía así paño como otras cosas muchas, sin recibir por ello cosa alguna, mas son así temerosos sin remedio. Verdad es que después que se aseguran y pierden este miedo ellos son tan­to sin engaño y tan liberales de lo que tie­nen, que no lo creerán sino el que lo viese. Jiillos de cosa que tengan pidiéndosela ja­más dicen de nó; antes convidan á la perso­na con ello y muestran tanto amor que da­rían los corazones, y quier sea cosa de va­lor, quier sea de poco precio, luego por 'cual-

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quiera cosa de cualquiera manera que sea que seles dé por ello son contení os. Yo de­fendí que non se les diesen cosas tan ceviles como pedazos de escudillas rotas é pedazos de vidrio roto y cabo.; de agujetas: aunque cuando ellos esto podían llegar les parcsoia haber la mejor joya del mundo: que se acer­tó haber un marinero por una agujeta de. oro peso de dos castellanos y medio, y otros de otras cosas, que muy menos vahan mucho más. Va por blancas nuevas daban por ellas todo cuanto tenían aunque, fuesen dos ni tres castellanos de oro, ó una ó dos de algo-don filado. .Fasta los pedazos de los arcos rotos de las pipas tomaban y daban lo que tenían como bestias; asi que me pareció mal é yo lo defendí. Y daba yo graciosas mil co­sas buenas que yo llevaba porque tomen amor; y allende desto se í'anín cristianos, que se inclinan al amor y servicio de sus Altezas y de toda la nación castellana; é procuran de ayudar é nos dar de las cosas que tienen en abundancia (pie nos son nece­sarias y non conocían ninguna seta ni idola­tría, salvo (pío todos creen que las fuerzas y el b ; en es en el cielo; y creían muy lirme que yo con estos navios y gente venia del cielo y en tal acatamiento me reciben en todo cabo después de haber perdido el mie­do. Y esto non procedo porque sean igno­rantes, salvo de muy sotil ingenio, é hom-

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— I I — brcs que navegan todas aquellas mares, que es maravilla la buena cuenta quellos dan de lodo, salvo porque nunca vieron gente ves­tida ni semejantes navios. Y luego que lle­gue á bis Indi .s , en la primera isla (pie fa­llé, tomé por -Tuerza algunos dcllos para que deprendiesen y me diesen noticia de lo que liahia en aquellas partes; é asi lité que lue­go entendieron y nos á ellos cuando por len­guas ó señas, y estos lian aprovechado mu­idlo; hoy en dia los traigo que siempre es­tán de propósito que vengo del cielo por mu­cha conversación (pie hayan habido conmi­go, i estos eran los primeros á pronunciar­lo adonde yo llegaba, y los otros andaban corriendo de casa en casa, y á las villas cer­canas con voces altas; «Venie á ver la gen­te del cielo.:.- E asi todos, hombres como mujeres, después de haber el corazón segu­re (le nos, venieron que non qo.edaba grande ni pequeño que todos traían algo de comer y de beber, que daban con un amor maravi­lloso. Ellos tienen en todas las islas muy Hinchas canoas, de manera de fustas do re­mo: debas mayores, dellas menores y algu­nas y muchas son mayores que una fusta de diez y ocho bancos: non son tan anchas, porque son de. un solo madero; mas una Insta no terna con ellas al remo, porque van que no es cosa de creer, y con estas nave­gan todas aquellas islas, que son innúmera-

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( 1 : Estas noticias extravagantes nación ta! vez do la isnnraiiei.'i de los indios , y también de no sor Ijicn entendidos por el A lmirante y por los españoles, qno no comprendían 9 1 1 lonsua ni sus expresiones.

bles, y traen sus mercaderías. Algunas des-tas canoas he visto sesenta y ochenta hom­bres en ella, y cada una con su romo. En to­das estas islas non vide mucha diversidad de la l'echura de la gente, ni en las costum­bres, ni en la lengua, salvo que todos se en­tienden, que es cosa muy singular; para lo que espero que determinarán sus Altezas para la conversión dolías á nuestra. Pauta Fe , á la cual son muy dispuestos. Ya dije como yo habia andado ciento y siete leguas por la costa de la mar, por la derecha línea de Occidente á Oriente, por la Isla Ju tna: según el cual camino puedo decir que esta isla es mayor que Inglaterra y Escocia jun­tas: porque allende des tas ciento siete le­guas me quedan de la liarte de poniente dos provincias que yo no lie andado la una, de las cuales llaman C-lhrt'i, adonde nace la gente con co la (J ) ; las cuales provincias non p.re­den tener en longura menos de cincuenta ó sesenta, leguas, según puedo entender de es­tos indios que yo tengo, los cuales saben to­das las islas. Esta otra Española en cerco tiene más «pie la .hispana toda desde Colu­nia por costa de mar, fasta Euenterabia, en Vizcaya, pues en una cuadra anduve ciento

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— 13 — treinta y ocho grandes leguas por recta lí­nea de Occidente á Oriento. Esta es para desear é vista es para nunca dejar, en la cual, puesto que de todas tenga tomada posesión por sus Altezas, y todas sean más abasta­das de lo que y> sé y puedo decir, y to­llas las tengo por de sus Altezas cual «le ellas pueden disponer como y tan cum­plidamente como de los Reinos de Cas­tilla, en esta Española en lugar más con­venible y mejor comarca para las minas del oro y de todo trato así de la tierra firme de acá como de aquella de allá del Gran Can, adonde habrá gran trato é ganancia, lié to­mado posesión do una villa grande á la cual puse nombre la Villa (le Navidad, y en ella he fecho fuerza y fortaleza, que ya á estas horas estará del todo acabada, y he dejado ni ella gente que basta para semejante fe­cho con armas y artillerías é vituallas para más de un año, y fusta y maestro de la. mar en todas artes para facer, y grande amistad con el Bey de aquella tierra, en tanto grado que se presciaba de me llamar y tener por hermano: é aunque le mudasen la volunta'! á ofender esta gente, él ni los suyos nou sa­ben qué son armas, y andan desnudos co­mo ya he dicho é son los más temerosos que hay en el mundo. Así que solamente la gen­te que allá quedó es para destroir toda aque­lla tierra: y es isla sin peligro de sus perso-

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ñas sabiéndose regir. En todas estas islas me parece que todos los hombres son con­tentos con una mujer, y á su mayoral ó Rey dan fasta veinte. Las mujeres me parece que trabajan más que los hombres, ni he podido entender si tienen bienes propios, que me pareció ver que aquello que uno te­nia todos hacian parte, en especial de las cosas comederas. En estas islas fasta aquí no he hallado hombres mostrados como mu­chos pensaban: mas antes es toda gente de muy lindo acatamiento, ni son negros como en Guinea, salvo con sus cabellos correndios y no se crian adonde hay espoto (1) dema­siado de los rayos solares: es verdad quel sol tiene allí gran fuerza puesto ques dis­tante de la línea equinoccial veinte é seis grados: en estas islas adonde hay montañas grandes alii tenia fuerza el frió este invier­no; mas ellos lo sufren-por la costumbre é con la ayuda de las viandas, como son espe­cias muchas y muy calientes en demasía: ansi que mostruos non he aliado ni noticia salvo de una isla ques aquí en la segunda cala, entrada de las Indias, ques poblada de una gente que tienen en todas las islas por ir.uy feroces, los cuales comen carne viva. Estos tienen muchas canoas con las cuales

(1) F'qi'fo en lo antiguo era lo mismo que asador, A q u í lo usa el A lmirante por calor.

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— l ñ -corrcn todas las islas de India y roban y to­man cuanto pueden. Ellos non son más dis­formes qne los otros; salvo que tienen cos-tunibrc de traer los cabellos largos como mujeres, y usan arcos y flechas de las mis­mas armas de cañas, con un palillo al cabo por defecto de fierro que non tienen. Son feroces entre, estos otros pueblos que son en demasiado grado cobardes; mas yo no los tengo en nada mas que á los oíros. Es­tos son aquellos que trocaban las mujeres de matrimonio, ques la primera isla partien­do de España para las Indias que se falla en la cual non hay hombre ninguno. Ellas non usan ejercicio femenil, salvo arcos y íloclias, como los sobredichos de cañas, y se arman y cobijan con láminas de alambre, de que tienen mucho. Otra isla me aseguran inayor que la Española en que las personas no tienen ningún cabello. En esta hay oro sin cuento, y destas y de otras traigo con­migo indios para testimonio. En conclusión, á tablar dcsto solamente que se ha fecho este viage que fué asi de corrida, pueden ver sus Altezas que yo les daré oro cuanto hubieren menester con muy poquita ayuda que sus Altezas me darán: agora especería y algodón cuanto sus Altezas mandaren, y al-másiga cuanta mandaren cargar; 6 de la cual fasta hoy no se ha fallado salvo en Gre­cia y en la isla de X i o , y el señorío la ven-

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de como quiere, y sigualoe cuanto mandaren cargar, y esclavos cuanto mandaren cargar, é serán dé los idólatras; y creo haber falla­do ruibarbo y canela y otras mil cosas de sustancia fallaré que habrán fallado la gente que yó allá dejo, porque yo no me he dete­nido ningún cabo en cuanto el viento me haya, dado lugar de navegar, solamente en la villa de Navidad, en cuanto dejé asegurado é bien asentado. E á la verdad mucho más íicicra si los navios me sirvieran como razón demandaba. Esto es cierto, y eterno Dios nuestro Señor, el cual dá á todos aquellos que andan su camino victoria de cosas que parecen imposibles, y esta señaladamente fué la una, porque aunque de estas tierras hayan labiado otros, todo va por conjetura sin alegar do vista; salvo comprendiendo tanto (pie los oyentes los más escuchaban y juzgaban más por labia que por otra cosa del lo. Asi (pee pues nuestro Redentor dio esta victoria á nuestros ilnstrísimos Rey é Reina é á sus Reinos famosos de tan alta cosa, adonde toda la cristiandad debe tomar alegría y facer grandes fiestas, dar gracias solemnes á la Santa Trinidad con muchas oraciones solemnes por el tanto ensalzamien­to que habrán ayuntándose tantos pueblos á nuestra Santa Fé, y después por los bie­nes temporales que non solamente á la Es­paña, mas todos los cristianos tornan aqui

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— 17 — refrigerio é ganancia esto segundo ha fecho ser muy breve: fecha en la carabela sobre las Ishis de Canaria ( 1 ) quince de Febrero ile noventa y tres ( 2 ) .

•'1 La? islas que vieron el 15 de Febrero no eran la? Canaria?, sino la? Azores ó Tercera?.

- lista m i s m a c a r i a la escribió en latin y la en­vió el ILÍ¡I 15 de Marzo de l-IÍKI desde Lisboa á ] ) . Ha­lad ívaiiehez, tesorero tic los Royes Católicos. Nada contiene nuevo la versión latina , y por esto no repro­ducimos la traducción que de ella, hizo Leandro de Corzo.

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TFJ.CíR VIAJE t E CRISTÓBAL CC-LGK.

I.A H I S T O R I A D E L V U J K Q C E I , AJ .J l lHAiNTE

DON C R 1 S T O D A L C O L O N H I Z O L A T E R C E R A

V E Z Q U E V I N O A L A S I N D I A S C U A N D O

D E S C U R R I Ó L A T T E R K A F I R M E , COMO L O

K N V I Ó A L O S H E V E S D E S D E L A I S L A E S ­

P A Ñ O L A .

Serenísimos é muy altos c muy podero­sos Príncipes, Rey é Reina nuestros Seño­res: La Santa Trinidad movió á vuestras Altezas á esta empresa de las Indias, y por su infinita bondad hizo á mí mens joro de ello, al cual vine con el embajada á su Real conspetu, movido como á los más altos Príncipes de cristianos y que tanto se ejer­citaban en la fe y acrecentamiento dolía; las personas que entendieron en ello lo tu-vicion por imposible, y el caudal hacían so­bre bienes de fortuna, y allí echaron el cla­vo. Puse en esto seis ó siete años de grave pena, amostrando lo mejor que yo sabía cuanto servicio se podía hacer á nuestro Se­ñor en esto en divulgar su santo nombre y l e á tantos pueblos; lo cual todo era cosa

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de tanta excelencia y buena fama y grave memoria para grandes Príncipes: fué tam­bién necesario de hablar del temporal adon­de se les amostró el escrebir de tantos sa­bios dignos de fé, los cuales escribieron his­torias. Los cuales contaban que en estas par­tes había muchas riquezas, y asimismo fué necesario traer á esto el decir é opinión de aquellos que escribieron é situaron el mun­d o : en fin vuestras Altezas determinaron questo so pusiese en obra. Aquí mostraron el grande corazón que siempre ficieron en toda CO .JÍI grande, parque todos los que ha­bían entendido en ello y oido esta plática todos á una m-.ino lo tenían á burla, salvo dos frailes (1) que siempre fuerou constan­tes. Y o bien que 11cfase fatiga, estaba bie ¡ seguro que esto no vernía á meaos, y estoy de contiuo, porque es verdad que todo pasa­rá y no la palabra de Dios, y se co nplh-1 todo lo que dijo: el cual tan claro habló de estas tierras por la boca de Isaías en tantos lugares de su Escrintura, afirmando que de España les sería divulgado su santo nom­bre. E partí en nombre de la Santa Trini­dad, y volví muy presto con la experiencia de todo cuanto yo había dicho en la mano: tornáronme á enviar vuestras Altezas, y en

1; Fr. Juan Purez do Marchena, franciscano, guar­dián del convento de la Habida, y Fr. Diego do tía/.::, dominico, después arzobispo do Sevil la .

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poco espacio, digo no de (1) le des­cubrí por virtud divinal 333 leguas de la tierra firme, fin do Oriente, y sctcentas (2) islas de nombre (3) , allende de lo descu­bierto en el primero viaje, y lo allané la Is -la Española que boj a mas que España, en nue la gente dolía es sin cuento, y que to­dos le pagasen tributo. Nació allí mal decir y menosprecio de la empresa comenzada, en ello, porque no había yo enviado luego los navios cargados do oro, sin considerar la brevedad del tiempo, y lo otro que yo dije de tantos inconvenientes; y en esto por mis pecados ó por mi salvación creo que será, fué puesto en aborrecimiento y dado impe­dimento á cuanto yo decía y demandaba; por lo cual acordé de venir ái vuestras A l ­tezas, y maravillarme de todo, y mostrarles la razón qne en todo había, y les dije de los pueblos que yo había visto, en qué ó de qué se podrían salvar muchas ánimas, y les tru-

T: p.'nal vacío en c] original. ''1 Por sctecienh'.s. íí, En el segundo viajo no descubrió l.i tierra fir­

me , como dice , sino que creyó lo era la isla de Cuba., Que no pudo acabar de reconocer ; ni so averiguó sor isla hasta qne , por orden del rey, el comendador ma­yor Nicolás Ovando comisionó á Sebastian do Oeampo Mu-- la rodeó y reconoció toda en el año do lóOS.—Yc'a-

Herrera déc. 1. - , lib, 7, cap. l . u En el número do islas comprendió sin duda las muchas que vio a! Sur (le Cuba en el paraje que l lamó Jardín de hi Jlcina.

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j o las obligaciones de la gente de la Isla Española, de cómo se obligaban á pagar tributo ó les tenían por sus lley.es y seño­res, y les truje abastante muestra de oro, y que hay mineros y granos muy grandes, y asimismo de cobre; y les truje dV inuedia; maneras de especerías, de que sería largo de escribir, y les dije de; la gran cantidad de Brasil y otras infinitas cosas. Todo no aprovechó para con algunas personas que tenían gana y dado comienzo á mal decir del negocio, ni entrar con labia del servicio de nuestro Señor e n se salvar tantas áni­mas, ni á decir questo era grandeza de vues­tras Altezas, de la mejor calidad que hasta hoy haya usado Príncipe, por aquel ejerci­cio é gasto era para el espiritual y tempo­ral, y que no podía ser que andando el tiem­po no hubiese la España de aquí grandes provechos, pues que se veían las señales que escribieron de lo de estas partidas tan manifiestas; que también se llegaría á ver todo el otro eomplimieuto, ni á decir cosas que usaron grandes Príncipes en el mundo para crecer su fama, como de Salomón, qac envió desde llierusalem en fin de Oriento á ver el monto Sopeira, en i|tic se detuvie­ron los navios tres años, el cual tienen vues­tras Altezas agora en la Isla Española; ni de Alejandre, que envió á ver el regimien­to de la Isla de Trapobana en India, y Nc-

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(1 Estos ejemplos que pone el Almirante de la his-toiia antigua , los amplifica y comenta su historiador Casas con gran erudición y prolijidad en los capí tu ­los 128 y 129 de sn historia inédita.

ro-Cesar á ver las fuentes del Nilo (1) y la razón porque crecían en el verano, cuando las aguas son poca?, y otras muchas grande­zas que hicieron Príncipes, y que á Prínci­pes son estas cosas dadas do hacer; ni valía decir que yo nunca había leido que Prínci­pes de (.'astilla jamas liobiescn ganado tier­ra fuera della y que esta de acá es otro mundo en que se trabajaron romanos y Ale ­jandre y ."riegos, para la haber con grandes ejercicios, ni decir del presente de los Re­yes de Portugal, que tovicron corazón para sostener á Guinea, y del dcscobrir della, y que gastaron oro y gente á tanta, que quien contase toda la del Eeino se hallaría que otra tanta como la mitad son muertos en Guinea, y todavía la continuaron hasta que les salió dello lo que parece , lo cual todo comenzaron de largo tiempo, y há muy poco que les dá renta; los cuales también osaron conquistar en África, y sostener la empresa á Cepta, Tanjar y Arcilla, ó Alcázar, y de contino dar guerra á los moros, y todo esto con grande gasto, solo por hacer cosa do Príncipe, servir á Dios y acrecentar su se­ñorío.

Cuanto yo más decía tanto más se dobla-

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bn á poner esto á vituperio, amostrando en ello aborrecimiento, sin cons'derar cuánto bien pareció en todo el mundo y cuánto bien se dijo en todos los cristianos de vuestras Altezas por babor tomado esta empresa, que no b o b o grande ni pequeño que r o quisiese debo carta.. Respondiéronme vuestras Alte­zas riéndole y diciendo que yo no curase de nada porque no dallan autoridad ni creen­cia á quien les mal decía de esta empresa.

Partí en nombre de la Santísima Trini­dad, Miércoles 80 de Mayo ( í ) de ¡a Villa de San Lúcar, bien fatigado de mi viaje, que adonde esperaba descauso, cuando yo partí de estas Indias, se me dobló la pe­na (2) , y navegué á la Isla de la Madera por camino no acostumbrado, por evitar escán­dalo que pudiera tener con una armada de Francia (;•>) que me aguardaba al cabo de San Vicente, y de allí á las Islas de Cana­ria (4) de adonde, me partí con una nao y dos carabelas, y envié los otros navios á de-

1 . Del año 1-IÜS. 2 Aluile á los trabajos y dificultados que oponían

para sn habituación los que procuraban desacreditar­lo é indisponerlo con los reyes.

•'t Herrera dice 'dóe. l . : l , ¡ ib. o . " , cap. a) que era armada portuguesa,; pero Casas, cap. 130, asegura, era francesa.

:4) Herrera y D. Hernando Colon dicen que llegó ¡i la isla de Puerto-Santo el 7 de Junio ; que luego par­tió para la Madera, y de allí para, la Gomera , adonde llegó el 10, y el 21 salió ;í, la mar.

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recho camino á las Indias ;í la Isla Españo­

la (1) y yo navegué al Austro con propósito rio llegar á la línea equinoccial, y de allí se­

guir al Poivente hasta que la Isla i'lspañola me quedase al Septentrión, y llegado alas Is­

las de Cabo Verde (2) folgo nombre porque son atan secas que no vi cosa verde en ellas, y toda la ge ­ te enferma, que no osé dete­

nerme en ella, y navegué al Sudoeste 4S0 millas, qne son 120 leguas, adonde en ano­

checiendo tenía la estrella del Morte en cin­

co grados; allí me desamparó el viento y en­

tré en tanto ardor y tan grande que creí que se me quemasen los navios y la gente, que todo de un golpe vino á tan desordena­

do, que no había persona que osase descen­

der debajo d" cubierta á remediar la vasija y mantenimientos; duró esto ardor ocho días; al primer dia fué claro, y los siete dias siguientes llovió é hizo ñunblado, y con todo no fallamos remedio, cpie cierto si así

1'! Mandaban lo? tro? n a v i o ? , que el Almirante do­tacó para la lv­pañola­, Pedro 'e Arana, natural de Córdoba , hermano de la madre de T>. Hernando Co­

lon: Alonso Sánchez de Carabaial, regidor ele Hacza. y Juan Antonio Colombo, deudo del Almirante , ;i quie­

nes conocie') y trató Vr. Bartedomó de las Ca?as, se­

eun dice en el cap­ 1П0 ele su historia, Kl ­ 7 de Junio, y surgió en la isla do la Sal, y

<d 30 salió para la isla, de Santiago, desde donde se im?o en derrota el i do Julio.

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- 26 — lucra de sol como el primero, yo creo rpte no pudiera escapar en ninguna manera.

Acordóme que navegando á las ludias siempre que yo paso al Veniente de las Is­las de los Azores JUÜ leguas, allí Callo mu­dar la temporaliza, y esto es todo de Sep­tentrión en Austro , y determine que si ¡¡ nuestro Señor le piugiese de me dar viento y buen tiempo que pudiese salir de adonde estaba, de dejar de. ir más al Austro, ni volver tampoco atrás, salvo de navegar al Poniente, á tanto que ya llegase á estar con esta raya con esperanza que yo fallaría allí temperamiento, como había titilado cuando yo navegaba en el paralelo de Canaria. 11 cine si así fuese que entonces yo podía ir más al Austro, y plugo á. nuestro Señor que al cabo de estos ocho días ue me dar buen viento Levante, y yo seguí al Poniente, mas no osé declinar abajo al Austro p-jrque fa­llé grandísimo mudamiento en < 1 cielo y en las estrellas, mas non fallé mudamiento en la temperancia; así acordé de proseguir de­lante siempre justo al Poniente, en aquel derecho de la sierra Lioa, con propósito de non mudar derrota fasta adonde yo halda pensado que fallaría tierra, y allí adobar los navios y remediar si pudiese los maute-nimientos y tomar agua que no tenía: y al cabo da diez y siete dias, los cuales nuestro Señor me dio de próspero viento, Martes 31

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de Julio á medio dia nos amostró tierra (1) é yo la esperaba el Lunes antes, y que tuve aquel camino fasta entonces, que en salien­do el sol, por defecto del agua que no te­nía, determiné de andar á Jas islas de los cu Ibales, y tomé esa vuelta; y como su Alta Magostad baya siempre usado de misericor­dia conmigo, por acertamiento subió un ma-ri ero á la gavia, y vido al Poniente tres montañas juntas : dijimos la Salve Regina y otras prosas; y dimos todos machas gra­cias á nuestro Señor, y después dejé el ca­mino de Septentrión, y volví hacia la tierra, adonde yo llegué á hora de completas á un cabo á que dije do la Galea (2 ) después de haber nombrad - ¡í la isla do la Trinidad, y allí hobiera muy buen puerto si fuera fon­do, y había casas y gent •, y muy liúdas tierras, atan fermosas y verdes como las huertas de Valencia en Marzo. Pesóme cuando no pude entrar en el puerto, y corrí la costa de esta tierra do luengo fasta el po­niente, y andadas 5 leguas fallé muy buen fondo y surgí ( o ) , y en el otro dia di la

o Viola el primero un inarinr.ro de 11 uel va., cria -'te I I Q ! Almirante, une .-o llamaba ¡ouso Pero/..

2 A!ior:i se Mama ('...',, (¡uLnta, y es ei más orien­tal y meridional ilc la. isla de Trinidad de lísrloveuto, V se halla en laiirud X . l i r '.>' W , y longitud occiden­tal del mcridia no del i e,ínrvatiii'io de (Ai Uy. ~>i" VS 0 0 " .

v'v En 1." de Agosto por las inmediaciones de la punta ¡le Alcatraz . en ¡a costa. .Sur de dicha isla : su latitud 10" (V 0 0 " , y longitud f4° ü-T 00' ' ,

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vela á este camino buscando puerto pava adobar los navios y tomar agua, y remediar el trigo y los bastimentos que llevaba sola­mente. Al l í tomé una pipa de agua, y con ella anduve ansí basta llegar al cabo, y allí i'allé abrigo de Levante y buen fondo, y asi mandé surgir y adobar la vasija y tomar agua y leña, y descendir la gente á descan­sar de tanto tiempo que andaba penando.

A esta punta llamé del Arenal ( ] ) , y allí se falló toda la tierra follada de unas ani­mabas que tenía la pata como de cabra Q¿), y bien que seguu parece ser allí baya mu­chas, no se vido sino una muerta, l i l día si­guiente (o ) vino de Inicia Oriente una gran­de canoa con '24 hombres, todos mancebos é muy ataviados de armas, arcos y flechas y tablachinas, y ellos, como digo, todos mancebos, de buena disposición y no ne­gros, fcalvo más blancos que otros que haya visto eu las indias, y de muy lindo gesto, y fermosos cuerpos, y los cabellos lirgos y llanos, corlados á la guisa de Castilla, y traían la cabeza atada con un pañuelo do algodón ti j ido á labores y colores, el cu;d creia yo que era almaizar. Otro de estos

'1 'Jámase ahora I'iniln </•; /coros, la más SO. ik la'isla Trinidad ; su latitud 10" 03' 3 0 " , y su longitud 55» 4 i ' 0 0 " . , ,

2 Kstas patas eran de venado, que hay rououo» por a l l í . — Casas.

3 Jueves 2 de Agosto.

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pafraeks traian ceñido é se cobijaban con ¡51 en lugar de pañetes. Cuando llegó esta canoa habló de muy l i jos , é yo ni otro nin­guno no los entendíamos, salvo que yo les mandaba hacer setas que se allegasen, y en esto se pasó más de dos horas, y si se llega­ban un poco luego se desviaban. Y o les ba­cía mostrar bacines y otras cosas que lucían para enamorarlos porque viniesen, y acabo de buen rato se allegaron más que hasta en­tonces no habían, y yo deseaba mucho ha­ber lengua, y no tenía ya cosa que me pa­reciese que era de mostrarles para que vi­niesen: salvo que hice sobir un tamborín en el castillo de popa que tañesen, é unos mancebos que danzasen, creyendo que se alegrarían á ver la fiesta; y luego que vie­ron tañer y danzar, todos dejaron los remos y echaron mano á los arcos y los eneorda-ion, y embrazó cada uno su tablachina y comenzaron á tirarnos flechas: cesó luego el tañer y danzar, y mandé luego sacar unas ballestas, y ellos dejáronme y fueron á más andar á otra carabela, y de golpe se i'ueron debajo la popa della, \ el piloto entró con ellos, y dio un sayo é un bonete á un hom-bic principal que le pareció cellos y quedó concertado que le iria hablar allí en la pla­ya, adonde ellos luego i'ueron con la canoa esperándole, y él como no quiso ir sin mi licencia, como ellos le vieron venir á la nao

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— 30 — con la barca, tornaron á entrar en la canoa é se fueron, é nunca más los vicie ni á otros de esta isla.

Guando yo llegué á esta punta del Are­nal (i), llí se hace una boca grande de dos leguas do Poniente á Levante, la Tsla de la Trinidad con la tierra do Gracia, y que para haber decntrardent.ro parapasaral Sep­tentrión había unos hileros do corrientes que atravesaban aquella boca y t aian un rugir muy grande, y creí yo que sería un arrecife de bajos é peñas, por el cual no se podria entrar dentro en ella, y detrás de esto hilero había otro y otro que todos traían un rugir grande como ola de la mar que va á romper y dar en peñas (2) . Sur­gí allí á la dicha punta del Arenal, fuera de la dicha boca (3 ) , y fallé quo venía el agua del Oriente fasta ol Poniente con tan­ta furia como hace el Guadalquivir en tiem­po de avenida, y esto de contino noche y dia, que creí que no podria volver atrás por la corriente, ni ir adelante por los bajos; y en la noche ya muy tarde, estando al bordo

(]) l 'Ma punta debió do ser la de la Trinidad.— 'Casas . )—Es la punta de teaees , la, cunl forma con la costa de tierra firme un canal do tres leguay coa di­rección do 0 . \ T 0 . - E S E .

'1 En este paraje es muy notable el escarceo de la* corrientes que tiran para el Oeste con una velocidad de dos y miidia millas por hora.

0!) En el fondeadero de Punta teaeo-e

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(1) Son sólo 13 leguas y dos tercios.

de la nao, oí un rugir muy terrible que ve­nir, de la parte del Austro hacia la nr.o, y me paré á mirar, y vi levantando la mar de i órnente á Levante, en manera de una loma tan alta como la nao, y todavía venía hacia mí poco á poco , y encima della venía un filero de corriente que venía rugiendo con muy grande estrépito con aquella furia de aquel rugir que de los otros hileros que yo dije que me parecían ondas de, mar que da­ban en peñas, que hoy en dia tengo el mie­do en el cuerpo qti» no me trabucasen la nao cuando llegasen debajo della, y pasó y llegó fasta la boca adonde allí se detuvo grande espacio. A' el otro dia siguiente en­vié las barcas á sondar y fallé en el más bajo de la boca, epue había seis ó siete bra­zas de fondo, y de contino andaban aquellos hileros unos por entrar y otros por salir, y plugo á nuestro ¡Señor de me dar buen vien­to, y atravesé por esa boca adentro, y luégo-hallé tranquilidad, y por acertamiento se sacó del agua de la mar y la hallé dulce. Navegué al Septentrión fasta una sierra muy alta, adond- serían 26 leonas ( I ) do sta punta del Arenal, y allí había dos ca­

bos de tierra muy alta, el uno de la parte del Oriente, y era de la misma Isla de la

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Trinidad (1 ) , y el otro del Occidente de la tierra que dije de Gracia ( 2 ) , y ailí hacía una boca muy angosta (?,) más que aquella de la punta del Arenal, y ahí había los misinos hileros y aquel rugir fuerte del agua como era en la punta del Arenal, y asimismo allí la mar era agua du l ce ; y fas­ta entonces yo no había habido lengua con ninguna gente de estas tierras, y lo deseaba en gran manera, y por esto navegué al luen­go de la costa de esta tierra Inicia el Po­niente, y cuanto más andaba Judiaba el.agu,t de, ¡a mar más dulce y más sabrosa, y an­dando una gran parte llegué á un lugar donde me parecían las tierras labradas (4) y surgí y envié las barcas á ti. rra, y falla'on (pie de fresco se había ido de allí gente, y fallaron todo el monte cubierto de gatos paules, volviéronse, y como ésta fuese sier­ra me pareció que más allá al Poniente las tierras eran más llanas, 3' que allí sería po­blado, y por esto sería poblado, y mandé levantar las anclas y corrí esta costa fasta el cabo de esta sierra, y allí á un rio sur­gí (5 ) , y luego vino mucha gente, y me d¡-

1- Punta ilo Peña. Ulanca. '2Punta de la Pena. .'»' línea tirando, una üe las de lirados,

i-t Las ininediaeíones de Aíacuro, en la eosta sep­tentrional occidental del Í ÍOHO de Paria, n do Tri­nidad.

o) Un rio inmediato al O. de la punta C'umanú en

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— 33 — jeron como llamaron á esta sierra Paria, y que de allí más al Poniente era más pobla­do; tomé dellos cuatro, y después navegué al i oniente, y andadas X leguas más al Po­niente alíenle una punta á que yo llamé del Aguja (1 ) : hallé unas tierras las más her­mosas del mundo, y muy pobladas: llegué allí una mañana á hora de tercia, y por ver esta verdura y esta hermosura acordé sur­gir y ver esta gente, de los cuales luego vinieron en canoas á la nao á rogarme, de partes do su ¡ l ey , que descendiese en tierra; é cuando vieron que no curé dellos vinieron á la nao infinitísimos en canoas, y muchos traían piezas de oro al pescuezo, y algunos atadas á los brazos algunas perlas: holgué mucho cuando las vi é procuré mucho de saber donde las hallaban, y ino dijeron que allí, y de la parte del Norte de aquella tierra.

Quisiera detenerme, mas estos bastimen­tos, (pie yo traía, trigo y vino é carne para esta gente que acá está se me acababan de perder, los cuales hobe allá con tanta fatiga, y por esto yo no buscaba sino á más andar á venir á poner criollos cobro, y no me dete­ner para cosa alguna: procuré de haber de aquellas perlas, y envié las barcas á tierra;

dicha costa; su latitud 1t>" 3t!', y su longitud 5-5 gra­dos fiü' 0 0 " .

'1 Ahora se llama, de Akntmzn*: su latitud 10" 27 ' , 5' su longitud .">»" v:>'.

T U M O r .rvu. 2

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esta gente es muy mucha, y (oda de muy buen parecer, de la misma color que los oíros de antes, y muy tratables; la gente nuestra que lucí á tierra les hallaron tan convenibles, y los recibieron muy honrada­mente: dicen que luego que llegaron la* barcas a tierra que vinieron dos personas principales con todo o i. pueblo, creen que el uno el ¡¡adre y el otro era su hi jo , y los llevaron á una casa muy grande hecha á des aguas, y no redonda, como tii nda de cam­po, como son estas otras, y allí tenían mu-chas sillas adonde los iicieron asentar, y otras donde ellos se asentaron; y hicieron traer pan, y de muchas maneras, irritas ó vino de muchas maneras blanco é tinto, mas no de uvas: debe él üc ser de diversas ma­neras uno de una üu'.a y olro de otra; y asi­mismo debe de ser deilo de niaiz, que es mis simiente que hace una espiga como una ma­zorca de (¡lie llevé yo allá, y hay ya mucho en Castilla, y parece que aquél que lo toar,, mejor lo traía por mayor excelencia, y i« daba en gran precio: los hombres todos es­taban juntos á un cabo de la casa, y la; mujeres en otro, l 'oeibk) on ambas las ] ar­tes gran pena porque no se ciiteiitifi.ii, elle para preguntar ;i los otros de nuestra pa­tria, y ios nuestros por saber de a suya, i después que hdbieron rescibido colación allí en casa del más viejo, los llevó el mozo á la

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3 No ora la tierra, firmo lo que dice, sino la isla de Cuba, que no nudo rodear ni reconocer de! todo, y la tuvo siempre ivjr parto del continente ó tierra firme.

suya, ó fizo otro tanto, é después se pusie­ron en las barcas é se vinieron á la nao, é yo luego levanté las anclas porque andaba mucho de priesa por remediar los manteni­mientos que se me perdían que yo había ha­bido con tanta fatiga, y también por reme­diarme á mí que había adolescido por el desvelar de los ojos, que bien (piel viaje que yo fui á descubrir la tierra firme (1) estu­viese treinta y tres dias sin concebir sueño, y estuviese tanto tiempo sin vista, non se me dañaron los ojos ni so me rompieron de sangre y con tantos dolores como agora.

Esta gente, como ya dije, son todos de muy ¡inda estatura, altos de cuerpos, é de muy lindos gestos, los cabellos muy largos é llanos, y traen las cabezas atadas con unos pañuelos labrados, como ya d i je , hermosos que parecen de lejos de seda y almaizares: otro traen ceñido más largo (pie so cobijan con él en lugar de pañetes, ansí hombres como mujeres. La color de esta gente es más blanca que otra que haya visto en las Indias; toilos traían al pescuezo y á los bra­zos ateo ¡í la guisa de estas tierras , y mu­chos traían piezas de oro bajo colgado al pescuezo. Las canoas de ellos son muy grau-

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— 36 — des y de mejor hechura que no son e.~¡ as otras, y mas livianas, y en el medio de cada una tiene un apartamiento como cámara cu que vi que andaban los principales con sns mujeres. Llamé allí á este lugar Jardín**, porque así conforman por el nombre. .Pro­curé mucho de saber donde cogían aquél oro, y todos me señalaban una tierra fron­tera dellos al Poniente, que era ; ny alta, mas no lejos, mas todos me decian que na fuese allá, porque allí cumian los hombre.*, y entendí entonces que decían que eran hombres caríbales, é que serían como les otros, y después he pensado que podría s'.-v que lo decían porque allí habría animabas. También les pregunté á donde cogían las perlas, y me señalaron también que al Po­niente, y al Norte detras de esta tierra don­de estaban. Déjelo de probar por estóca­los mantenimientos, y del mal de mis ojos, y por una nao grande (pie traigo que no is para semejante hecho.

Y como el tiempo fué breve se pasó toll­ón pregan as, y se volvieron á les naví"s, que sería hora de vísperas, como ya dije, y luego levanté las anclas y navegué al Po­niente; y así mesmo el dia siguiente fasta que me fallé que no había sinon tres brazas de fondo, con creencia que todavía esta so-ría isla, y que yo podría salir al Norte; y así visto envié una carabela sotil adelante ¡í

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1 j Ttebe sor el rio ele Paria ó el t íuarapieh: el pri­mero en latitud 10" - V , y longitud mi" -lo', y el segun­do ni latitud 10" !>'. y longitud 50" 29' . Este es el pa­raje que el Almirante l lamó O'ol/o de tan Pvrlm,

ver si había salida ó si estaba cerrado, y ansí anduvo mucho camino fasta un golfo muy grande en el cual parecía que había otros cuatro medianos, y del uno salía un rio grandísimo (1) : fallaron siempre cinco brazas de fondo y el agua muy dulce, en tanta cantidad que yo jamas bebí la pareja ciedla. Fuy yo muy descontento delia cuan­do vi que no podía salir al Norte ni po lía andar ya al Austro ni al Poniente porque yo estaba cercado por todas partes de. la tierra, y así levanté las anclas, y torné atrás para salir al Norte por la boca que yo arri­ba dije, y no pude volver per la población adonde yo había estado, por causa de las corrientes que me habían desviado dolía, y si siempre en todo cabo hallaba el agua dul­ce y clara, y que me llevaba al Oriente muy recio lacia las dos bocas que arriba, dije, y entonces conjeturé que los hilos de la cor­riente, y aquellas lomas que salían y entra­ban en estas bocas con aquel rugir tan fuer­te que era pelea del agua dulce con la sala­da. La dulce empujaba á la otra porque no entrase, y la salada porque la otra no saliese; y conjeturé que allí donde son estas dos bocas que algún tiempo sería tierra eonti-

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V, Per Tinca. ( t r a i H Í e el clin I.': .le Agosto .

nua á la Isla de la Trinidad con la tierra de Gracia, como podrán ver vuestras Alte­zas por la pintura de lo que con esta les en­vío. Salí yo por esta boca del ÍN'orto (I ! y hallé aquel agua dulce siempre vencía, y cuando pasó, quo fué con fuerza de viento, estando en una. de aquellas lomas, halló ea aquellos hilos de la parto de dentro el agua, dulce, y de ¡itera sedada.

Cuando yo navegué de Kspafia ¡í las la días fallo luego en pasando J<H> leguas á Poniente de los Azores grandísimo muda­miento en el cielo é en las estrellas, y en k temperancia del aire, y en las aguas do la mar, y en esto he tenido mucha diligencia en la experiencia.

Fallo que de Septentrión en Austro , pa­sando las dichas 10(1 leguas de las dichas islas, ipte luego en las agujas de marear quo fasta entonces nordesteaban, noroestean una cuarta de viento todo entero, y esto es en allegando allí á aquella línea, como quien traspone una cuesta,, y así mesmo fallo la mar toda llena do yerba de una calidad que parece rundios de pino y muy cargada de fruta como do iantiseo, y es tan espesa que al primer viaje pensé que era bajo, y que­daría en seco con los navios, y basta llegu' con esta raya no se talla un solo ramito; ¡a-

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По también en llegando allí á la mar muy suave y llana, y bien que ve ¡te recio nunca se levanta. Así mismo balio dentro do la dicha raya bacia l 'omento la temperancia del cielo muy suave, y no discrepa de la cantidad, qnier sea invierno, quier sea en verano. Cuando allí estoy hallo 'pie la estve­

lia del Norte escribe, un círculo el cual tie­

ne en el diámetro cinco grados, y estando las guardas en el brazo derecho, entonces está la estrella en el mas bajo, y se vá alzando ¡asta que llega al brazo izquierdo, y enton­

ces está cinco grados, y de allí se vá aba­

jando fasta llegar á volver otra vez al brazo derecho.

!*o allegué agora de hispana á la Isla de la .Madera, y de alií á Canaria , y deudo á las islas de Cabo Verde, de adonde cometí el viaje para navegar al Austro fasta deba­

jo la línea equinoeial, como ya dije: allega­

do á oslar en derecho con el paralelo que pasa por la Sierra Leoa en Guinea, fado tan grande ardor, y los rayos del sol tan ca­

lientes (pie pensaba de quemar, y bien que llovie­e y el (dolo fuese muy turbado siem­

pre que yo estaba en esta fatiga, fasta que nueslro Señor proveyó dio buen viento y á nií puso en voluntad que yo navegase al Uccidente con este e.­fuerzo, que en llegan­

do á la raya de que yo dije que allí fallaría mudamiento en ¡a temperancia. Después

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que yo ciuptuejé á estar cu derecho de esta raya luego fallé la temperancia del cielo muy suave, y cuanto mas andaba adelante mas multiplicaba; mas no hallé conforme á esto las estrellas.

Fallé allí que en anocheciendo tenía yo 1 s eslrelia del Norte alta cinco grados, y en­tonces las guardas estaban encima do la ca­beza, y después á la media noche fallaba la estrella alta 10° , y en amaneciendo que las guardas estaban en los pies ! 5.

La suavelidad de la mar fallé conforme, mas no en la yerba: en esto de la estrella del Norte tomé grande admiración, y por esto muchas noches con mucha diligencia tornaba yo á repricar la vista della con el cuadrante, y siempre fallé que caía el plo­mo y hilo á un punto.

Por cosa nueva tengo yo esto , y podrá ser que será tenida que en pioco espacio ha­ga tanta diferencia el cielo.

Y o siempre leí • ue el mundo, tierra é agua era esférico é las autoridades y expe­riencias que To l omco , y todos los otros es­cribieron do este sitio, daban é amostraban para ello así por eclipses de la luna y otras demostraciones quo hacen de Oriente fasta Occidente, como de la elevación del polo de Septentrión en Austro. Agora vi tanta dis­formidad, como ya dijo, y por esto me puse a tener esto del mundo , y fallé que no era

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rctlond" en la forma une escriben: salvo que es de la forma de una pera que sea torta muy redonda, salvo allí donde tiene el pe­zón que allí tiene más alto, ó como quien tiene una pelota muy redonda, y en lugar dolía fuese como una teta de mujer allí puesta, y quo esta parto deste pezón sea la juás alia c más propinca al c ielo , y sea de­bajo la línea equinoccial, y en esta mar Océana en fin del Oriente: llamo yo fin del Oriente, adonde acaba toda la tierra é is­las, é para esto allego todas las razones so-breescriptas de la raya (pie pasa al Occiden­te de las islas de los Azores , l o ó leguas de Septentrión de Austro , que en pasando de allí al Poniente ya van los navios alzándose Inicia el cielo suavemente, y entonces se goza de más suave temperancia y se muda del aguja de marear por causa de la suavi­dad desa cuarta de viento, y cuanto más va adelante ó alzándose más noroestea, y esta altura causa el desvariar del cíiculo que es­cribe la estrella del Norte con las guardas, y cuanto más pasare junto con la línea equi­noccial, más se subirán en alto y más dife­rencia habrá, en las dichas estrellas, y en los círculos dolías. Y Tolomeo y los otros sa­baos que escribieron de este mundo , creye­ron que era esférico, creyendo «puesto he­misferio que fuese redondo como aquel de allá donde ellos estaban, el cual tiene el

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Centro en la Isla de Arin, ques debajo la lí­nea equinoccial entre el sino Arábico y aquel de Persia, y el círculo pasa sobre el cabo de San Vicente en Portugal por el Po­niente, y pasa en Oriente por Cangara y por las Seras, en el cual hemisferio no hago yo que hay ninguna dificultad, salvo que se;; esférico redondo como ¡.líos dicen: mas este otro digo (p.ie es como sería la mitad de la pera bien redonda, la cual tuviese el pezón alto como yo dije, ó como una teta de mujer en una pelota redonda, asi ¡pro desda media parte non bobo noticia Tolomeo ni los otros que escribieron del mundo por ser muy ignoto; solamente hicieron raíz sobre el he­misferio, adonde ellos estafan ques redon­do esférico, como arriba dije. Y agora que vuestras Altezas lo lian mandado navegar y buscar y descobrir, se amuestra evidentí­s imo, porque estando yo en este viajo al Septentrión 20 grados de la línea equinoc­cial, allí era en derecho de Mfiryin, é de aquelias tierras: é allí es la gente negra é la tierra muy quemada, y después «pie fui á la--- islas de Cabo V e r d e , allí en aquella-tierras es la gente mucho más negra, y cuan­to más bajo se van al Austro tanto mí> bo an al extremo, en manera que allí cu derecho donde yo estaba, ques la Sierra Leoa, adonde se me alzaba la estrella del Norte en anocb ciend.o 5 grados, allí es la

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gente negra en extrema cantidad, y después que de allí navegue al Occidente tan extre­mos calores ; y pasada la raya de que yo dije, fallé multiplicar la temperancia, an­dando en lauta cantidad, que cuando yo llegue á la isla do la Triliiilad, adonde la estrella del Norte en anocheciendo también so me ababa ó grados, allí y en la tierra de (¡vacia hallé temperancia suavísima, y las tierras y árboles muy verdes, y tan hermo­sos & mo en Abril en las huertas de Valen­cia; y la gente de. allí de muy linda estatu­ra, y blancos más que otros que haya visto en las Judias, é los cabellos muy largóse líanos, é gente más astuta é de mayor inge­nio, é no cobardes. Entonces era el Rol en Virgen encima de nuestras cabezas é suyas, ansí <pic todo esto procede por !a suavísima temperancia que allí es, la cual procede por estar más alta en el mundo más cerca del aire que cuento; y así me afirmo quel mun­do no es csíérico salvo qno tiene esta dife­rencia (pie ya dije: la cual es en e.-to hemis­ferio adonde caen las Indias é la mar Ocea-na, y el extremo dellos es debajo la línea cquir ocia!, y ayuda mucho á esto que sea así, porque el Sol cuando Nuestro Señor lo hizo liié en el primer punto de Oriente, ó la primera luz fué aquí en Oriente, allí donde es el extremo de la altura de este mundo; y bien quel parecer de Aristóteles fuese, que

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el Polo antartico ó la tierra ques debajo del sea la más alta parte en el mundo, 3' más propincua al cielo; otros sabios le impugnan diciendo que os esta ques debajo del ártico, por las cuales razones parece (pie entendían que una parte deste mundo debía do ser más propincua y noble al ciclo que otra, y no cayeron en esto que sea debajo del cqnino-eial por la forma que yo dije, y no es mara­villa porque deste hemisferio non se hobic-se noticia cierta, salvo muy liviana y por argumento, porque nadie nunca lo ha anda­do ni enviado á buscar, hasta agora que vuestras Altezas le mandaron exporar é des­cubrir la mar y la tierra.

Fallo que de allí de estas dos bocas, las cuales como yo dije están frontero por línea de Septentrión en Austro , que haya de la una á la otra 2 0 leguas ( 1 ) , y no pudo ha­ber en ello yerro porque se midieron con cuadrante, y dcstas dos bocas de Occidente fasta el golfo que yo dije, al cual llamé de las I'erlas, que son f>8 leguas ( 2 ) de cuatro millas cada una como acostumbramos en la mar, y que de allá de este golfo corre de con tino el agua muy fuerte hacia el Orien-

II) Desdo la punta de Teacos, (pie es la N E . de la boea del S , , basta la de la Peña, ano es la occidental de la. lloea Grande en las de los Dragos, sólo hay trece leguas y dos tercios.

{2j Deben ser veintiuna leguas y un tercio.

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te; y que por esto tienen aquel combate es­tas dos bocas con la salada. En esta boca de Austro, á que yo llamé de la Sierpe (1), fa­llé en anocheciendo (pie yo tenía la estrella del Norte alta cuasi cinco grados, y en aque­lla otra del Septentrión, á que yo llamó del Drago, eran cuasi siete, y fallo quel dicho golfo de las Perlas está occidental al Occi­dente de él ( 2 ) de Tolomco cuasi 3 , 9 0 0 millas, que son cuasi 7 0 grados cquinocialcs, contando por cada uno 5fi mi­llas é dos t rcios.

La Sacra Escriptura testifica que nuestro Señor hizo al Paraíso terrenal, y en é l puso el árbol de la vida, y d e l sale una fuente de donde resultan en esic mundo cuatro rios principales: Ganges en India, Tigris y Eu­frates en ( 3 ) . los cuales apartan la tierra y hacen la Mcsopotumia y van á tener en Persia, y el Nilo que nace en Etiopia y va en la mar en Alejandría.

Y o no hallo, ni jamas he hallado escrip­tura de latinos ni de griegos que certificada­mente diga el sitio en este mundo del Pa­raíso terrenal, ni visto en ningún mapa-mun­do, salvo situado con autoridad de argumen-

(1) Llámase en el ilia Orinal del Soldado, por un is­lote con este nomUre que casi está en el medio.

2; Ksto mismo vacio en el original. Parece que falta el primer leeritiiano ó cosa que signiíiquo eso.

'."¡i Igual vacío en el original. Pareco ha de decir en /(( Turquía asiática.

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to. Algunos le ponían allí donde son las fuentes del Nilo en Etiopia; mas otros an­duvieron todas estas tierras y no hallaron conformidad dolió en la temperancia del cielo, en la altura hacia el cielo, porque se pudiese compr; hender que el era allí, ni que las aguas del diluvio hobiesen llegado allí, las cuale subieron encima etc." Algu­nos gentiles quisieron decir per argumen­tos, que él era en las Indias Fortunatas que son las Canarias etc.

San Isidro y Boda y Strabo, y el maestro de la historia escolástica, y San Ambrosio y Scoto, y todos los sanos teólogos conciertan quel Paraíso terrenal es en el Oriente etc.

Ya dije lo que yo hallaba deste hemisferio y de la hechura, y creo que si yo pasara por debajo do la línea equinocial que en lle­gando allí en esto mas alto que fallara muy mayor temperancia, y diversidad en las es­trellas y en las aguas; no porque yo crea eme allí donde es el altura del extremo sea navegable ni agua, ni que se pueda subir allá, porque creo que allí es el Paraíso ter­renal adonde no puede llegar nadie, salvo por voluntad divina; y creo que esta tierra que agora mandaron descubrir vuestras Al­tezas sea grandísima y haya otras muchas en el Austro de que jamas se hobo noticia.

Y o no tomo quel Paraíso terrenal sea en forma de montaña áspera como el escrebir

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1) Dice v e r d a d — Casas.': '2 Llámase Unra d>l Dirnjo, como á todas las <¡uo

forman las islas Chacacliacares, de Huevos y de Mo­nos, s imadas entro la punta más occidental septen­trional de la isla Trinidad , l lamada do Peña Pilanca, y la de la Peña en la costa del continente 'iuo el Al-miranto llama de (jraciu y so halla en latitud 10 gra­dos iSf 1 5 " y longitud 55° 37'.

dello nos amaestra, salvo quel sea en el colmo allí donde dije la figura del pezón de la pera, y que poco á poco andando hacia allí desde muy lejos se va subiendo á él ; y creo que nadie no podría llegar al colmo co­mo yo di je , y creo que pueda salir de allí esa agua, bien que sea lejos y venga á parar allí donde yo vengo, y faga este lago. Gran­des indicios son estos del Paraíso terrenal, norquel sitio es conforme á la opinión de estos santos é sanos teólogos, y asimismo las señales son muy conformes, que yo ja ­mas leí ni oí que tanta cantidad de agua dulce fuese así adentro é vecina con la sala­da; y en ello ayuda asimismo la suavísima temperancia, y si de allí del Paraíso no sa­le, parece aun mayor maravilla, porque no creo que se sepa en el mundo de rio tan grande y tan fondo (1) .

Después que yo salí do la Boca del Dra­gón, ques la una de las dos aquella del Sep­tentrión, á la cual así puse nombre ( 2 ) , el día siguiente, que fué día de Nuestra Seño­ra de Agosto , fallé que corría tanto la mar

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I'Pj ¡Son tan juiciosas estas observacieno-- del A l m i ­rante, enrnn conformes a ¡adoctrina de le- más céle­bres escritores, modernos de Historia natural. jtel mo­vimiento alfernati\-o del (lujo y refluio resalla el m o ­vimiento continuo del mar de Oriento á Occidente, oue en algunos parajes , como en el golfo de Paria , es sumamente violento é impetuoso; y de esto debe re­sultar que el mar vaya ganando terreno p o r la parte de Occidente perdiéndole en la de Oriente. Véanse las pruebas de la técnica do la Tierra, del conde do Buf-fon, art. 12.

al Poniente, que después de hora de misa que entré en camino, anduve fasta hora de completas 05 leguas do d millas cada una, y el viento no era demasiado, salvo muy suave; y esto ayuda el oognoscimiento que de allí yendo al Austro se vá mas alto, y andando hacia el Septentrión, como enton­ces, se vá descendiendo.

Aiuy conoscido tengo que las aguas de la mar llevan su curso de Oriento á Occiden­te con los cielos, y que allí en esla comarca cuando pasan, llevan mas veloce camino, y por esto han comido tanta parto do la tier­ra, porque por eso son acá tantas islas ( P , y ellas mismas hacen tiesto testimonio, por­que todas duna mano son largas do omen­to á Levante, y Norueste á Sueste (ptes un poco mas alto é bajo y angostas del Nor­te á Sur, y Nordeste Suduesle, que son en contrario de los otros dichos vientos, y aquí en ellas todas , naseen cosas preciosas por la. suave temperancia que les procede del

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cielo por estar hacia el mas alto del mun­do. Verdad es que parece en algunos luga­res que las aguas no hagan este curso; mas esto no es, salvo particularmente en algu­nos lugares donde alguna tierra le está al-encuentro, y hace parecer que andan diver­sos caminos.

Plinio escribe que la mar é la tierra ha­ce todo una esfera, y pone questa mar Océa-na sea la mayor cantidad del agua, y está hacia el cielo, y que la tierra sea debajo y que le sostenga, y mezclado es uno con otro cono el amago de la nuez con una tela gor­ila que vá abrazado en ello. El maestro de la historia escolástica sobre el Génesis dice que las aguas son muy pocas, que bien que cuando fueron criadas, que cobijasen toda la tierra que entonces eran vaporables en manera ec niebla, y que después que fue­ron sólidas é juntadas que ocuparon muy poco lugar, y en esto concierta Nicolao de Lira. El Aristotel dice que este mundo es pequeño y es el agua muy poca, y que fácil­mente se puede pasar de España á las In­dias, y esto confirma el .'. veruyz y lo alega el cardenal Pedro de Aliaco, autorizando es decir, y aquél de Séneca, el cual conforma con estos, diciendo que Aristóteles pudo saber muchos secretos del mundo á causa de Alejandro Magno, y Séneca á causa de César Ñero y Plinio por respecto de los ro -

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manos, los cuales todos gastaron dineros d gente, y pusieron mucha diligencia en sa­ber los secretos del mundo y darlos á en­tender á los pueblos; el cual cardenal dá á estos grande autoridad mas que á Volomeo ni á otros griegos ni árabes, y á confirma­ción de decir quel agua sea poca y quel cu­bierto del mundo della sea poco, al respecto de lo que se decía por autoridad de Tolo-meo y de sus secuaces: á esto trae una au­toridad de Jísdras del 3.° (1 ) libro suyo, adonde dice que de siete partes del mundo, las seis son descubiertas y la una es cubier­ta de agua, la cual autoridad es aprobada por Santos, los cuales dan autoridad al 3." ó 4.° libro de iisdras, ansí como es S. Agus­tín ó S. Ambrosio cu su exanieron, adonde alega allí vendrá mi hijo Jesús 6 morirá mi hijo Cristo, y dice que lísdras fué Profeta, y asimismo Zacarías, padre de S. Juan, y el brazo (2) Simón; las cuales autoridades tam­bién alega Francisco de Mairones: en cuan­to en esto del enjuto de la tierra mucho se ha experimentadlo ques mucho mas do lo quel vulgo crea; y no es maravilla, porque andando más, mas se sabe.

Torno á mi propósito de la tierra de Gra-

11 No cst;i sino en et I . " — Casas.': 1¡ V o-z dudosa en la escrilura y en el significado.

Ei mismo copiante antiguo dice que -esto está mal os-cripto.---

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(1) Esta atinada reflexión persuadió al Almirante l ú e aquélla era la tierra firme.

cía y rio y lago que allí fallé, atan grande que mas se le puede llamar mar (pao lago, porque /«170 es lugar de agua, y en seyendo grande se dice mar, como se dijo á la mar de Galilea y al mar Muerto, y digo que si no procede del Paraíso terrenal que viene este rio y procede de tierra infinita ( I ) , pues al Austro, de la cual fasta agora no se ha habido noticia, mas yo muy asentado tengo en el ánima que allí donde dije es el Paraí­so terrenal, y descanso sobre las razones y aut oridades sobrescri] .tas.

Plega á nuestro 8 ñor de dar mucha vi­da y salud y descanso á vuestras Altezas para que puedan proseguir esta tan noble empresa, en la cual me pasece que reseibe nuestro Señor mucho servicio, y la España crece de mucha grandeza, y todos los cris­tianos mucha consolación y placer, porque aquí se divulgará el nombro do Nuestro Se­ñor; y en todas las tierras adonde los navios de vuestras Altezas van, y en todo cabo mando 1 lantar una alta cruz, y á toda la gente que hallo notifico el estado de vues­tras Alto: as y como su asiento es en Espa­ña, y les digo de nuestra santa té todo lo que yó puedo, y do la creencia do la Santa Madre Iglesia, la cual tiene sus miembros

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en todo el mundo, y les digo la policía y no­bleza de todos los cristianos., y la fé cpie en la Santa Trinidad tienen; y plega á nuestro Señor de tirar de memoria á las personas cpie han impugnado y impugnan tan exce­lente empresa, y impiden y impidieron por­que no vaya adelanto, sin considerar cuanta honra y grandeza es del Real Estado de vuestras Altezas en todo el mundo; no sa­ben que entreponer á maldecir de esto, sal­vo que se hace gasto en ello, y porque luego no enviaron los navios cargados de oro sin considerar Ja brevedad del tiempo y tantos inconvenientes como acá se han habido; y no considerar que en ('astilla en casa do vues­tras Altezas salen cada año personas que por su merecimiento ganaron en ella mas de renta cada uno dellos más de lo ques necesario rpie se gaste en esto; ansí mesmo sin considerar que ningunos Príncipes de España jamás ganaron tierra alguna fuera dclla, salvo agora que vuestras Altezas tie­nen aeá otro mundo, do donde puede ser tan acrecentada nuestra santa fé, y de donde se podrán sacar tantos provechos, que bien que no se hayan enviado los navios cargados de-oro, so han enviado suficientes muestras de­bo y de otras cosas do valor, por donde se puede juzgar que en breve tiempo so podrá haber mucho provecho, y sin mirar el gran corazón de los Príncipes de Portugal que há

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— 53 — i: rito tiempo (pie prosiguen la empresa de (•¡niñea, y prosiguen aquella de África, adonde han gastado la mitad de la gente de su Peino, y agora está el Bey más deter­minado á ello que nunca. Nuestro Señor provea en esto como yo dije, y les ponga en memoria de considerar de iodo esto que va oscripto, que no es de mil partes la una de lo que yó podida escribir de cosas de Prín­cipes que se ocuparon á saber y conquistar y sostener.

Todo esto dijo, y no porque crea que la voluntad de vuestras Altezas sea salvo pro­seguir en ello en cuanto vivan, y tengo por muy firme lo que me respondió vuestras A l ­tezas una vez que por palabra le decia desto, no porque yó hobiese visto mudamiento nin­guno en vuestras Altezas, salvo por temor de lo que yo oia destos que yo digo, y tanto dá una gotera de agua en una piedra que le hace un agujero; y vuestras Altezas me res­pondió con aquel corazón que se sabe cu to­do el mundo que tienen, y me dijo que no curase de nada de eso, porque su voluntad era do proseguir esta empresa y sostenerla aunque no fuese sino piedras y peñas, y aquel gasto que en ello se hacia que lo tenia en nada, (pie en otras cosas no tan grandes gastaba mucho más, y que lo tenían todo por muy i ien gastado lo del pasado y lo que se gastase en adelante, porque creían que

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nuestra santa fé sería acrecentada y su real señorío ensanchado, y que no eran amigos de su lleal Estado aquellos que les malde­cían de esta empresa: y agora entre tanto que vengan á noticia de,--to destas tierras que agora nuevamente he descubierto, en que tengo asentado en el ánima que allí es el Paraíso terrenal, irá el adelantado con tres navios bien ataviados liara ello á ver más adelante, y descubrirán todo lo que par-dieren hacia aquellas partes. Entretanto yó enviaré á vuestras Altezas esta escriptura y la pintura de la ticvra, y acordarán lo rprc en ello se deba facer, y me enviarán á man­dar, y se cumplirá con ayuda do la Santa Trinidad con toda diligencia en manera que vuestras Altezas sean servidos y hayan pla­cer, Dco gracias.

La copia que ha servid de original es de letra del Obispo Fray Bartolomé de las Casas, y so halla en el archivo del Excelen­tísimo iSr. Duque del luía- tado en los dos códices descritos al lin del primer viaje. Confrontóse esta copia con igual esmero en Madrid á i . » do Marzo de ÍT 'Jl .—Martin Fernandez de Navarrefc.

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C A R T A D E L A L M I R A N T E

A L A M A ( 1 ) ( Q U E J Í A 1 U A SUK») DEL P R Í N ­

C I P E D O X J U A N , E S C R I T A T I Á C I A F I N E S

D E í J A Ñ O l ü U O .

Muy virtuosa Si-ñora: Si mi queja del mundo es mío va , su uso de maltratar es de muy au : iguo. Mil combates me ha dado, y á todos ros'stí fasta agora que D O me apro­

vechó armas ni avisos. Con crueldad me

1j Aunque Cruz do Zuñida dice que la Picina Ca­

tólica, cuando nació el príncipe D. ­Juan, nombró pit­

ra aya saya que llamaba a comunmente A m a en el cst i lo de aquel tiempo á Doña María, de < ¡ uzman, í i a de! señor ile la Alijaba, eomo lo escribe el (Jura de los Palacios: es sin embarco muy cierto que Colon dirigió e.­la carta ;i la ama ó nodriza que había sido del prín­

cipe, Doña Juana, de ¡a Torre , hermana de Pedro de Torre<, secretario de A . , y de Antonio de Torres, que fué con el Almirante al secundo viaje, y de uuien ya liemos hecho mención. Ksta ,­;euora fué muy favo­

recida de la Reina Católica , que por albalá fecho en Granada á MI de Apisto do l№ le consignó (10.000 ma­

ravedís de ración y quitación ; y á su hija Dona Isa ­

bel de A rila, ya muerta Doña. J u a n a , le mandó dar para su casamiento millón y medio de maravedís, con fecha cu Alcalá de Henares á 11 de Julio de Íñ0*i; mandando después en la, Mejorada á 10 de Junio de 100­1 librarlos donde fuesen mejor pagados en cuales­

quier rentas de los años lóOíí y 1500. El texto de esta carta so ha rectificado por el que se incluye en el Có­

dice ColomboAmerico.no, pág. 298.

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tiene echado al fondo . La esperanza de aniel que crió á todos me sostiene: su so­corro lucí siempre muy presto. Otra v e z , y no de lejos estando yo mas ba jo , me levan­tó con su brazo divino, diciendo: lio hom­bre de poca fé, levántate que yo soy, no ha­yas miedo ( 1 ) . — Y o vine con amor tan en­trañable á servir á estos Príncipes , y be servido de servicio de que jamás se oyó ni v ido .—Del nuevo ciclo y tierra que decía nuestro Señor por S. Juan en el Ap.icalipso, después de dicho por boca de Isaías, me hi­zo dello mensagero y amostró en cual parte. En rodo bobo incredulidad , y á la Reina mi Señora dio dello el espíritu de inteligencia y esfuerzo grande, y lo hizo de todo herede­ra como acara y muy amada hija. La pose­sión de todo esto fui yo á tomar en su real nombre. La ignorancia en que habían estado todos quisieron enmendallo traspasando el poco saber á tablar en inconvenientes y gas­tos. Su Alteza lo aprobaba al contrario, y io sostuvo fasta que pudo.—Siete años se pasaron en la plática y nueve ejecutando cosas muy señaladas y dignas de memoria se pasaron en este tiempo: de todo no se

'1) Esto lo refiere su hijo !>. Hernando 'cap . SI cuando el din después de Navidad de 1-tíH' se vio el A lmirante abandonado de todos, con guerra, de los in­dios y do los malos cristianos, y en tal extremo, que por huir do la muerte lo abandonó todo y tuvo que meterse en el mar en una carabela pequeña .

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fizo concepto. Llegué yo y estoy que non La nadie tan vil que no piense en ultrajarme. Por virtud se contará en el mundo á quien puede no consentillo.—Si yo robara las In­dias ó tierra que san face ( 1 ) en ello de que agora es la fabla del Altar de San Pedro, y las diera á los moros, no pudieran en la Es­paña amostrarme mayor enemiga. ¿Quién creyera tal adonde bobo siempre tanta no­b leza?—Yo mucho quisiera despedir del ne­gocio si fuera i onesto para con mi Reina: el esfuerzo de nuestro Señor y do su Alte­za fizo que yo continuase, y por aliviarle al­go de los enojos en que á causa de la muer­te estaba ( 2 ) , cometí viajo nuevo al nuevo ciclo é mundo, que fasta entonces estaba en oculto, y sino es tenido allí en estima, así como los otros de las Indias, no es maravi­lla porque salió á parecer de mi industria.— A San Pedro abrasó el Espíritu Santo y con él otros 1 2 , y todos combatieron acá y los trabajos y fatigas fueron muchas; en fin de todo llevaron la victoria.—Este viaje de Paria creí que apaciguara algo por las perlas y la fallada de oro en la Española. Las perlas mandé yo ayuntar y pescar á la

''la Ni a^í hace sentido, ni como lo trac el Códice Coloudto AiiH.rii-tuio, diciendo --que jaz liase ellas de que ,» ,tc.

Esto lo dice por la muerte del principo D o n Juan , acaecida en Salamanca el día 4 do Octubre de »¡17.

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gente con quien quedó el concierto de mi vuelta por ellas, y á mi. comprender á me­dida de fanega: si yo non lo escribí á sus Altezas fué porque así quisiera haber fe­cho del oro antes.—Esto me salió como otras cosas muchas; no las perdiera ni mi honra, si buscara yo mi bien propio y deja­ra perder la Española, ó se guardaran mis privilegios é asientos. Y otro emito digo del oro que yo tenía agora junto , que con tan­tas muertes y trabajos, por virtud uivinal he llegado á perfecto. Cuando yo fui á Pa­ria fallé cuasi la milad de la gente en la Española alzados, y me lian gutrre:;do fas­ta agora- como á moro, y les indios por otro cabo gravemente ( I ) . En esto vino Hojé­ela (2) y probó á echar el sello, y dijo que sus Aitezas lo enviaban con promesas ue dádi­vas y franquezas y p: ga: all gó gran cuadri­lla, que en toda la Española muy pocos hay sal\o vagamundos y ninguno con mujer y lijos. Este l io jeda me trabajó harto y fuete necesario de se ir, y dejó dicho (pie luego

¡1 j lespues ole haber descubierto e! Aimiraiito la isla'de Trinidad , n m e g ó por la costa de Par ia , reco­noció la isla de la .Margarita, jondeó el 2 0 de Agosto de li'.'S caire la tieaia y la í-i.-i >:¡ ñola , y enfró en el puel lo ó rio de Santo tloiningo ei aO del mismo Agos­to, l lalió alborotada la colonia, reóehaio á l íoldan, á

-quien había dejado lie juez mayor, y i n guerra y par­cialidades los españoles entre M y con los indios.

(2, Alonso de l iojeda llegó á la hispañola el ó de Setiembre de 1-198.

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— 59 — sería de vuelta con mas navios y gente, y que dejaba la Real persona de la Reina á la muerte (1) . En esto llegó Vieeinte Yañez cun cuatro carabelas: bobo alboroto y sos­pechas, nías no daño. Los indios dijeron de oirás muchas á los caníbales, y en Paria, y después una nueva de seis otras carabelas que traía un hermano del Alcalde, mas fué can m a l u r a , y esto fué y ; á la postre cuan­do ya estaba muy rota la esperanza que sus Aluzas liobiesen jamás de enviar navios á ¡as indias, ni nos esperarlos, y que vulgar­mente decían qoc su Alteza ora muerta .— Un Adrián en este tiempo probó alzarse ntra vez como de antes ( 2 ) , mas nuestro Señor no quiso que llegase á efecto su mal propósito. Yo tenía propuesto en mí de i .o tocar el cabello á nadie, y este por su in­gratitud, con lágrimas no se pudo guardar, así como yo lo tenía n m s a d j ( 3 ) . A mi her-

1) Y a so había reconciliado lloIda:i con el A h n i -ranlo y logrado é-to apaga • " ', sedición , cuando llegó Pójela haciendo ostentación de su l'avoreon el obispo Fonseea-, enemigo ib? Colon, é intento !ovant,a.r nuevos aiboi'ot os contra és, o ; pero, ¡ li ja escarmentarlo, tuvo que salir ile ia flspanola.

i- Adrián _\logiea , que había si lo do los rebeldes con lío! 11 a.

I! Preso Mogiea con otro-; rebeldes , mandó el Al mirante se procediese con ellos con arreglo á las le­yes ; ;.' á Alógica se le sentenció á horca, como princi­pa! cabeza da la e .e i jura . - ion. Así lo dice D. Hernando Colon; pero l í-'n-era a ña le que . rel imando confesar­se para dilatar el castigo, uia,n ió el A lmirante echar­le de una a!.nona abaje* on e l P u e r t o d o la Concepción.

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m a n o no hiciera menos si me quisiera matar y robar el señorío que mi R e y 6 Re ina me tenían dado en g u a r d a . — E s t e A d r i á n , se­gún se muestra, tenía enviado á ].). Fernan­do á Jaragua á allegar á algunos de sus se­cuaces , y allá b o b o debate con el A lca lde , adonde nació discordia de m u e r t e ; mas no l legó á e lecto . E l A l ca lde le prendió y á parto de su cuadril la; y el caso era que él los justic iaba sin (pie yo lo proveyere: este-vieron presos esperando carabela en (pie se fuesen : las nuevas de H o j e d a que yo dije ficierou perder la esperanza que ya no ve­n í a . — S e i s meses halda que yo estaba de -paehado para venir á sus Al tezas con las buenas nuevas del oro y luir de gobernar gente disoluta que no teme ¡í .Dios ni á su R e y ni Re ina , llena de achaques y de mali­c i a s . — A ¡a gente acabara yo de pagar con 6 0 0 . 0 0 0 maravedises: y ¡ a r a ello había cua­tro cuentos de dieze os é a lguno sin el ter­cio del o r o . — A n t e s do mi partida supliqué tantas veces á sus A l tezas que enviasen allá á mi costa á quien tuviese cargo de la just ic ia , y después que fallé alzado el Alcal­de se lo supliqué do nuevo ó por alguna gente , ó al menos algún criado con cartas, porque mi fama es tal que aunque yo faga iglesias y hospitales siempre serán dichas espeluncas para hit ones. Proveyeron ya al fin, y fué muy al contrario de lo que la ne-

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— 61 — gociacion demandaba: vaya en buena hora, pues que es á su grado. Yo estuvo allá dos años sin poder ganar una previsión de favor liara nú ni por los «pie allá fuesen ( i ) , y es­te llevó un arca liona: si pararán todas á su servicio Dios lo sabe. Ya por comienzos hay franquezas por 2 0 años, que es la edad de un hombre, y so coge el oro, que bobo per­sona de cinco marros en cuatro horas, de que oiré después mas largo.—Si pluguiese á sus Altezas de desl'acer un vulgo de los (pie. saben mis fatigas, que mayor daño me ha hecho el mal decir de las gentes que no me ha aprovechado el mucho servir y gua.dar su J «ciencia y señorío, sería limosna, é yo restituido en mi honra, é se íáblaría dello en todo el mundo, porquel negocio os de ca­lidad que cada dia ha de ser mas sonado y en alta estima. En esto vino el Comendador Bobadüla á Santo Domingo ( 2 ) , yo estaba en la Vega y el Adelantado en Jar.igua, donde este Adrián había hecho cabeza, mas ya todo era llano y la tierra rica, y cu. paz toda. El segundo dia- que llegó se crió Go-

1 \ olviú Colon (lo su segundo viaje á Cádiv: el I t de -1 unió de 1-lOii: los reyes lo recibieron con mucha satisfacción; dieron órdenes para disponer su tercer viaje ; pero el obispo l'oeseca , que le era poco afecto, retardó su cumplimiento hasta ol) de Vtayo de 1 1Í1S. Así lo dice Ortiz de Xúñiga en sus A/i^A-s- ilc .Sevilla.

Francisco de i lobadüla , comendador do la Or­den do Calatrava, llegó á .Santo Domingo á 23 de Agosto de 15(10.

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<\¡ 1-lste modo de explicarse el A lmirante indica que escribió esta caria cuando llegó preso a Cádiz- el 2ó de Noviembre de 1500, según Herrera, l lée. 1. a, l i b . - t . " , cap, 10.1

bernador y fizo oficiales y ejecuciones, y aprcgonó franquezas de oro y diezmos, y general a: ente de toda otra cosa por 20 anos, que como digo, es la edad de un hombre , y que venía para pagar á todos bien que no habían servido llenamenle basta ese dia, y publicó que amí me había de enviar en fier­ros y á mis hermanos, así como lo ha fe­cho (1 ) , y que nunca yo volvería mas allí ni otro de mi linaje, diciendo de mi mil desones-tidades y descorteses cosas. Esto todo fué el segundo dia qucl l legó , como di je , y estan­do yo lejos absenté sin saber dello ni de su venida.—Unas cartas de sus Altezas firma­das en blanco, de que él llevaba una canti­dad, hinchó y envió al Alcalde y á su com­pañía con favores y encomiendas. A mí nun­ca me envió carta ni mensagero, ni me ha dado fasta hoy. Piense vuestra merced ¿qué pensaría quien tuviera mi cargo? ¿honrar y favorecer á quien probó a robar á sus Alte­zas el señorío, y ha fecho lauto mal y daño"? ¿y arrastrar aquien con tantos peligros se lo sostuvo?—Cuando supe esLo, creí que es­to sería como lo de Hojeda , ó uno d • los otros: templóme que supe de los frailes de cierto cpie sus Altezas lo enviaban. Escre-

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— 63 — Lile yo que su venida fuese en buena hora, y que yo estaba despachado para ir á la Cor­te, y fecho almoneda de cuanto yo tenía, y que en esto do las franquezas que no se ace-li rase, ipie esto y el gobierno yo se lo daría luego tan llano como la palma, y así lo es­cribí á los religiosos, Ni él ni ellos me die­ron respuesta, antes se puso él en son de guerra, y apremiaba á cuantos allí iban que 1c jurasen por Gobernador, dijéronme (pie por 2 0 años. Luego (pie yo supo de estas franquezas pensó de adobar un yerro tan grande, y (pie él sería contento, las cuales dio sin necesidad y causa de cosa tan grue­sa y á gente vagamunda, (pie fuera dema­siado para quien trújela mujer y hijos. P u ­bliqué por palabra y p- r cartas (pie él no podía usar de sus provisiones, porque las niias eran las mas fuertes, y les mostré las franquezas que llevó Juan A g u a d o . — T o d o esto epte yo fice era por dilatar, porque sus Altezas fuesen sabidores del estado de la tierra, y bebiesen lugar de tornar ¡í mandar en ello lo que fuese su servicio. Tales fran­quezas escusado es de las apregonar en las Indias, Los vecinos que han tomado vecin­dad (s Ierro, jet (pie se les dan ¡as mejores l id ias y á poco valer valoran £ » 0 . 0 0 0 nía-raveoís al cabo de los cuatro años que la vecindad se acaba, sin que den una azadona­da en ellas. No diría yo así si k s vecinos

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fuesen casados, mas no h ay seis entre todos que no estén sobre el aviso de ayuntar lo que pudieren y se ir en buena hora. De Castilla sería bien que fuesen, y aún. saber quién y cómo, y se poblase de gente honra­da. Y o tenía asentado con estos vecinos, que pagarían el tercio del oro y los diezmos, y esto á su ruego, y lo recibieron en grande merced de sus Altezas. Ileprendiles cuando yo oí que se dejaban dello, y esperaban quel conmigo faría otro tanto, mas fué el contrario.—Indignólos contra m í , diciendo que yo les quería quitar lo que sus Altezas les daban, y trabajó de me los echir acues­tas, y lo hizo, y <pie escribiesen ¡í sus Altezas que no me enviasen mas el cargo, y así se lo suplico yo por mí y por toda cosa mía, en cuanto no haya otro pueblo, y me ordenó él con ellos pesquisas do maldades que al infierno nunca so supo de las semejantes. Al l í está nuestro Señor que escapó á Da­niel y á los tres muchachos con tanto saber y fuerza como tenía, y con tanto aparejo si le pluguiere como con su gana.—Supiera yo remediar todo e-uaj y lo otro «pie está dicho y ha pasado después que estoy en las In­dias , si me consintiera, la voluntad á procu­rar por mi bien propio y me fuera honesto. Mas el sostener de la. justicia y acrecentar el señorío do sus Altezas fasta agora, me tiene al fondo. Hoy en dia (pro se falla tan-

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— G S ­

to oro lmy división en que haya mas ganan­

cia ir robando ó ir á las minas. Por una mu­

jer también se fallan 100 castellanos como por una labranza, y es mucho en uso, y ha ya farlos mercaderes que andan buscando muchachas: de 9 á 10 son agora en precio: de todas edades ha de tener un bueno .— Digo, que en decir yo quel Comendador no podía dar franquezas, que hice yo lo quel deseaba; bien que yo á él dijese que era psra dilatar fasta que sus Altezas toviesen el aviso de la tierra y tornasen á ver y man­

dar lo que fuese su servicio. — Digo que "a fuerza del maldecir do desconcertados, me ha hecho mas daño, que mis servicios fecho provecho: mal ejemplo es por lo presento y por lo futuro. Fago juramento que cantidad de hombres han ido á las Indias que no me­

reseían el agua para con Dios y con el mun­

dü y agora vuelven allá. Enemistólos á ellos iodos conmigo, y él parece según se bobo y según sus formas, que ya 1«) venía y bien encendido, ó es que se dice que ha gastado mucho por venir á este negocio; no se dello mas de lo que ovo. Y o nunca oí que el pes­

quisidor allegase los rebeldes y los tomase por testigos contra aquel que gobierna á ellos y á otros sin fé ni dignos deba. — Si sus Altezas mandasen hacer una pesquisa general allí, vos digo yo que verían por gran maravilla como la isla no se fúñele.—Yo

ТОЛП L X V l l . 3

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creo que ,?o acordará vuestra mercad cuan­do la tormenta sin velas me echó en Lislio-na (1), que fui acu-a lo falsamente que ha­bía ido ya allá el Rey para darles lis Li­dias. Después supieron sus A I l ' U S - iS al con­trario y que todo fué con malicia. Bien que 3*0 sepa poco: no se quien me tenga por t u< torpe que yo no conozca que tinque las In­dias rueseu mias, que yo no me pudiera sos­tener siu ayuda de Príncipe. Si esto es así ¿adonde ¡urdiera yo tener mej .r arrimo y seguridad de no ser ocha lo dolías del todo qire en el Rey é Reina nuestros Señores, que de nada me han puesto en tanta honra y son los mas altos Príncipes por la mar y por la tierra del múralo? Los cuales tie­nen que- yo les haya servido, é me guardan mis privilegios y mercedlos, y si alguien me los quebranto, sus Altezas me los ae.reseien-tan con ventaja, como so vido cu lo de Juan A g u a d o , y me mandar hacer mucha honra, y como dije ya sus Alteza* rescibieron de mí -eivicios y tienen mP hijos sus criados, lo que en ninguna manera pudiera esto lle­gar con otro Príncipe, porque adonde no hay amor todo lo otro cesa. - -P i j e yo agón ansí contra un maldecir con malicia y con­tra mi voluntad, porque es cosa que ni en

/ 1 1 El 4 do Jlnrzo do 14!lü, do vuelta del primor viaje.

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— 67 — sueños debiera allegar á memoria, porque las formas y fechos del Comendador Boba-dilla, con malicia las quiere alumbrar en es­to: mas yo le faro ver con el brazo izquier­do, que su poeo saber y gran cobardía con desordenada eudieia le ha Jecho caer en e l lo . - -Ya dije como yo le escrebí y a los frailes, y luego partí así como le dije muy solo, porque toda la gente estaba con el Adelantado, y también por le quitar de sos­pecha: él cuando b su.] 1 0 echó á 1). Diego preso en una carabela cargado de fierros, y á nrí en llegando fizo otro tanto, y después al Adelantado cuando vino. JNi lo fablé mas á él ni consintió que hasta hoy nadie me halla fablado, y fago juramento cpie no pue­do pensar por qué sea yo preso . - La pri­mera diligencia que fizo fué á tomar el oro, el cual bobo sin medida ni peso, é yo absen­té dijo que (pieria él pagar dello á la gente, y según oí para sí fizo la primera parte, y envía por resgate resgatadores nuevos. Des-te oro tenía yo apartado ciertas muestras, granos muy gruesos como huevos como de ánsar, de gallinas y de pobas, y de otras mu­chas fe-churas, que algunnas personas te­man cogido en breve espacio, conque se ale­grasen sus Altezas, y por ello emprendie­sen el negocio con una. cantidad de piedras grandes llenas de oro. Este fué el primero á se dar eon malicia, porque sus Altezas no

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— e s ­tuviesen este negocio en algo fasta quel tenga fecho el nido de que se dá buena priesa. El oro que está por fu. dir mengua al fue? o: una cadcn ; (pie pecaría fasi a 20 marcos nunca se ha visto. Yo he s'do muy agraviado en esto del o r o , mas aún que de de las perlas, porque no las he traído á sus Altezas .—El Comendador en todo lo que le pareció que me dañaría luego fué puesto en obra. Y a dije, con OÜÜ.OUÜ maravedises pa­gara á todos sin robar á nadie y había mas de cuatro cuentos de diezmos y alguacilaz­go sin tocar en el oro. liizo unas larguezas que son de risa, bien que creo que cncomen-zó en sí la primera parte: allá lo sabrán sus Altezas cuando le mandaren tomar cuenta, en especial si yo estuviese á ella. El no face sino decir (¿uc se debe gran suma, y es ¡a que yo dije y no tanto. Yo he sido muy mu­cho agraviado en que se haya enviado per­quisidor sobre mí, que sepa (pro si 1¡ pes­quisa quo el enviare fuere muy grave que él quedará en el gobierno.—Pluguiera á nuestro Señor que sus Altezas le enviaran á él ó á otro, dos años há porque sé que yo fuera \a libre de escándalo y de infamia, y no se me (pillara mi honra, ni la perdiera: Dios es justo, y ha de hacer que se sepa por qué y cómo. All í me juzgan como go­bernador que lué á Cecilia ó ciudad ó villa puesta en regimiento y adonde las leyes se

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— 69 — pueden guardar por entero sin temor de que se pierda todo, y reseibo grande agravio.— Yo debo ser juzgado como capitán que fué de España á conquistar fasta las Indias á gente belicosa y mucha, y de costumbres y seta á nos muy contraria: los cuales viven por sierras y montos, sin pueblo asentado n: nosotros; y adonde por voluntad divina he puesto só el señorío del 11 cy é de la l íei-na nuestros Señores otro mundo; y por don­de la España, que era dicha, pobre, es la mas r ica .—Yo debo ser juzgado como capi­tán que de tanto tiempo fasta hoy trae las armas á cuestas sin las dejar una hora y de caballeros de conquistas y del uso, y no de letras, salvo si fuesen de griegos ó de romanos, ó de otros modernos de (pro hay tantos y tan nobles en España, ca de otra guisa rescibo grande agravio porque en las Indias no hay pueblo ni asiento. — D e l oro y perlas ya está abierta la puerta y canti-uau ile todo piedras precio-as y especería, y de otras mi! cosas se pueden esperar fir­memente; y nunca mas mal me viniese co­mo con el nombre de Nuestro Señor le da­ría el primer viaje, as- como diera la nego­ciación del Arabia feliz hasta la'Meca, como yo escribí á sus Itezas con Antonio de Tor­res en la respuesta de la repartió oo del mar c tierra con los portugueses: y después vi­niera á lo del polo ártico, así como lo dije y

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— 70 — di por escrito en el monosterio de la Mejo­rada .— Las nuevas del oro que yo dije que daría son que dia de Navidad, estando yo muy aílijido guerreado de los malos cris­tianos y de indios, ei¡ tenorios de dejar todo y escapar si pudiese la ida; me consoló Nuestro Señor uiilagrosam mtc y d i jo : es­fuerza, no desmayes ni lemas: yo procuré en lodo; los niele años del término del oro no son pasados, y en ello y en lo otro te da­ré remedio ( ] ) . — Esc dia supe que había 80 leguas de tierra, y cu t -do cabo dolías mi­nas; al parecer agora es que sea toda. una. Algunos han cogido 120 castellanos en un dia, otros 90, y se ha llegado fasta 2Ó0. De 50 fasta 70, y otros muchos de 20 fasta Ó0; es tenido por buen jornal y muchos \> con­tinuaban: el común es de 0 fasta 12, y quien de aquí abaja no es contento. Parece tam­bién que estas minas son como las otras que responden en los días no igualmente; bis mi­nas son nuevas y los cogedores. VA parece' de todos es que aun ¡ue vaya aba toda (Jas-tilla, <pie por torpe que sea la person , que no abajará de no castellano ó dos cada ha, y a g u a es esto a-í en fresco, bis verdal (pie el que tiene algún indio cojo esto , mas el negocio consiste cu el cristiano. Ved que

(1; Véase li, d-l Ahinrimi.-, ¡i.ar Llernamlo Oulou, caá. 81-

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discreción fue ele Bobadilin dar todo por ninguno y cuatro cuentos de diezmos sin causa ni ser requerido, sin primero lo notifi­car á sus Altezas; y el daño no es este solo. Yo sé que mis yevr s no lian sido con fin de facer mal, y creo que sus Altezas lo creen así como yo lo digo; y sé y T O O que usan de misericordia con quien maliciosamente los desirve. Y o creo y tengo por muy cierto que muy mej r y mas. piedad liarán conmigo que caí en ello con inocencia y forzosamente, co­mo s; brán dcsj ues por eutiro erial soy, y el su feeliura, y mirarán á mis servicios y cog-nosccrán de cada dia que son muy aventa­jados. T O M O ponían en una balanza, así co­mo ros cuenta la Santa Eseriptr.ia que será el f ice con el mal en el dia.del juicit. Si to­davía mandan que otro me juzgue, lo cual lio espero, y que sea por pesquisa de las In­dia- , liumihuente les suplico que envíen allá dos ] ersonas de conscieneia y honrados á mi costa, los cuales fallará' de ligero ago­ra que se halla el oro cinco marcos en cua­tro horas, con esto é sin ello es muy necesa­rio que lo provean.—El comendador en lle­gando á Santo Domingo se aposentó en mi casa; así como la falló así dio lodo por su­yo (V): vaya cu buena hora, quizá lo había

íl Así dice también I) . Hernando Colon en el ca­pitula 85 de la IÍ¡«!„-¡¡\ ,1,1 A!„i!mnt,:.

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m c v , v • / . T T - Í O nunca tal nsó con merca­der. De mis escripturas tonco yo mayor qne-ja que así uic las haya, tomado, que jamas se lo pudo sacar una, y aquellas que mas me habían de a¡ recechar en mi disculpa esas tenía mas ocultas. Ved qué justo y honesto pesquisidor. (Josa de cuantas él haya hecho me dicen que haya seido con término de jus­ticia, salvo abso'utameníc. Dios Nuestro Se­ñor está con sus i'norz ¡s y saber, como solía, y castiga en todo cabo, en especial la ingra­titud de injurias.

(Hállase una copia heelu por D . J . 15. Muñoz, en un tomo de su colección de m. de Indias , que existe en la bical Acade­mia de la Historia, rotulado por fuera l'ia-¡cs del Alinir. Ci-isl. Colon; y so ha corre­gido el texto por el que se, incluyó en el Códice Columba Americano, impreso en Genova en 1823, y se dice copiado en el monasterio de Santa María de las Cuevas en Sevilla.)

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C U A R T O Y Ú L T I M O V I A J E

D E C K I S T Ó l i A L C O L O N .

El Rey é la R e i n a . — D . Cristóbal Colon nuestro Almirante do las islas é tierra firmo que son en el mar Océano á la parte do las Indias: vimos vuestra letra de 2 0 de Febre­ro y las que con ellas cnviastes y los memo­riales que nos distes, y á lo que decis para este viage á que vays querriades pasar por la Española, ya os dijimos (pie porque no es razón que para esto viage á que agora vais se pierda tiempo alguno, en todo caso vais por este otro camino, (pie á la vuelta, pla­ciendo á Idos , si os pareciere que será nece­sario, podréis, volver por allí de pasada pa­ra deteneros poco , porque como vedes con­venía que vuelto vos de viage á que agora va:s seamos luego i formados de vos en per­sona de todo lo que en él ltubiéredes falla­do é fecho, para que con vuestro parecer ó consejo proveamos sobre ello lo que más cumpla á nuestro servicio; y las cosas nece­sarias del rescate de acá se proveen.

Aqui vos enviamos la instrucción de lo

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que placiendo á nuestro Señor habéis de fa­cer en este viago; y á lo que decis de Por­tugal, nos escrebimos solirello ai Rey de Portugal, nuestro hi.i'\ lo que conviene y vos enviamos aquí la carta nuestra que de­cis para su capitán, eir que le hacemos sa­ber vuestra ida hacia el Poniente, y que ha­bernos sabido su ida hacia el Levante: y si en camino os topáredos os tre eis los unos á los otros t i n o amiges, y como es rar.on de se tratar capitanes ¿ gentes de Rey entre quien hay tanto dolido, amor 6 amistad., di-ciéndole que lo mismo habernos mandado á vos , j procuraremos que' Rey -'o Portugal nuestro hijo, escriba, otra tal carta al dicho su capitán.

A lo que ¡ios s- plicai que hayamos por bien que levéis con vos este viaje á I b Fer­nando vuestro hijo, y que la ración que se le da quedo á 1). Riego vuestro hijo, á Nos place dello.

A lo que decis que quemados llevar uno ó dos que sepan arábigo paréseenos bien, con tal que por ello no os detengáis.

A lo que decis que parte de la ganancia, so dará á la gente- que vá con vos en eses navios, decimos que vayan de la manera que lian ido los otros.

Las 10.0UO piezas de moneda que decis, se acordó que no se íiciesen por este viaje fasta que más se vea.

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De la pólvora y artillería que demandáis, vos avenios mandarlo yá proveer como ve­réis.

Lo (¡ne deeis cpie no pedisteis hablar al Doctor Ángulo ó al Licenciarlo Zapata á causa de la partida, escribídnoslo larga é particularmente.

Cuanto á lo otro contenido en vuestros mi '.noriales é letras, tocante a vos y á vues­tros hij. s é hermanos, porque como vedes á causa que Nos estamos en camino y vos de partida, no se puede entender en ello fasta que nos paremos de asiento en alguna parte y si esto hobiésedes de esperar se perdería el viage que agora vais; por eso es mejor que pues de todo lo necesario para vuestro viage estáis despachado, vos partáis luego sin detenimiento alguno, y quede á vuestro hijo el cargo de solicitar lo contenido en los dichos memoriales; y tened por cierto que de vuestra prisión nos posó mucho, é bien lo vistes vos é lo conocieron todos claramen­te, pues que luego que lo supimos lo man­damos remediar, y sabéis el favor con que os habernos mandado tratar siempre, y ago­ra estamos mucho más en vos honrar ó tra­tar muy 1 ien, y bis mercedes que vos tene­mos fechas vos serán guardadas enteramen­te segund forma é tenor de nuestros privi-llejes que dolías tenéis sin ir en cosa contra ellas, y vos y vuestros hijos gozareis dellas

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como es razón; y si necesario fuere confir­marlas de nuevo las confirmaremos, y á vuestro hijo maullaremos poner en la po­sesión de todo ello, y en mus (pie esto tene­mos voluntad de vos honrar y facer merce­des, y de vuestros hijos y hermanos JN'os tornemos el cuidado que es razón, y todo esto se podrá facer yendo vos en buena ho­ra, é qucd;.ndo el cargo á vuestro hijo, co­mo está dicho, y así vos rogamos que en vuestra partida no haya dilación. De Valen­cia de la ' forre á catorce dias de Marzo de quinientos é dos años .—Yo el R e y . — Y o la Re ina .—Por mandado del l ley é de la Pe i ­na.—Miguel Pérez de Alunizan.

I N S T R U C C I Ó N

P A l l A E L A L M I R A N T E .

El Hoy é la Reina: 1). Cristóbal Colon nuestro Almirante de las islas é tierr firme quo son en el mar Océano á la parte de las Indias, lo que Dios queriendo habéis de fa­cer en el viage á que vais por nuestro man­dado, es lo siguiente.

Primeramente habéis de trabajar de facer

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vola con los navios que lleváis lo más breve-monte que podáis, pues todo lo que para vuestro despacho se babia de proveer está fecho y pagada la gente que con vos vá, porque] tiempo de agora es muy bueno pa­ra navegar, y según es largo e! viago que idos queriendo habéis de ir todo el tiempo de aquí adelante, es bien menester antes que vuelva la fortuna del invierno.

biabéis de ir vuestro viago derecho, si el tiempo no os feeiero contrario, á descubrir las islas ó tierra íirinc que son en las Indias en la parte que cabe á Nos, y si Dios plu­guiere que descubráis ó falléis las dichas is­las habéis de surgir con los navios que le­váis y entrar en las dichas islas é tierra fir­me lo más á seguridad vuestra y de la gen­te que leváis que ser pueda, y habéis de to­mar posesión por Nos ó en nuestro nombre de las dichas islas ó tierra firme que así descubriéredes, y habéis de informaros del grandor de las dichas islas, ó facer memo­ria de todas las dichas islas, y de la gente que en ellas hay y de la calidad que son, para que de todo nos traigáis entera rela­ción.

Habéis de ver en estas islas y tierra firme que descubriéredes, que oro é plata é perlas é piedras é especería é otras cosas hobiore é en rpie cantidad é como es el nascimiento de ellas, é facer de todo ello relación por

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ante nuestro escribano é oficial que Nos mandamos ir con vos para olio, pava que se­pamos de todas las cosas quen las dichas islas ó tierra firme bebiere.

Habéis de ma dar de nuestra parte que ninguna persona sea osado de rescatar con ninguna niereaduril ni otra cosa ningún oro nin pe ihs , nin piedras-, nin especería, nin otras cosas de ninguna calidad que sean, excepto que sean aqudlas que vos .••cftaliíre­des é noinbrúrede • con acuerd.. é en presen­cia del dicho nuestro cscrib no é oíiei.d, el cual ha de tomar por escrito los nombres do la- tales personas que á ello f'oeren, é obli­g a d o dellos que bien ó fielmente manifes­tarán lo (pie trajeren en presencia vuestra y de! dicho escribano ó oficial, sin cncobrir cosa alguna; conqu sean certificados, que por cualquier o >sa que encubrieren caerán en pona de perdimiento de sus bienes, é las personas á nuestra mtreed.

Todo lo que se truje.c ó bebiere de las dichas islas 6 tierra firme, así de oro, como de plata ó perlas ó piedras é especería é otras cosas se ha de entregar á francisco de Porras en presencia vuestra ó del nuestro escribano ó oficial que enviamos, el cual ha de facer libro de todo ello, é en él habéis vos de firmar é el dicho nuestro escribano é oficial é la persona que así lo rescibicre, para que por el dicho libro é relación se haga

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cargo dcllo al dicho Francisco de Porreas é Nos sepamos cuanto es.

Pe la gente que leváis habéis de dejar en squellas islas que descubriéredes la que á vos paresciere, y habéis de mirar que que­den lo mejor mantenidos de proveimientos que ser pueda é á seguridad de sus per­sonas.

Todos los capitanes é maestres é marine­ros é pilotos é gentes de armas que fueren en los dichos navios que leváis han do facer é obedescer vuestros mandamientos como si Nos ge lo mandásemos; á los cuales habéis de tratar como á personas que nos van á servir en semejante jornada, ó habéis de te­ner desde el dia que partiéredes fasta que volváis la justicia cevil ó eremina! sobrebos, á los cuales mandamos que vos obedezcan según dicho es.

Otrosí, al tiempo que, Dios queriendo, vos hobiéredes de volver, ha de venir con vos el dicho nuestro escribano é oficial, é habéis de procurar de traernos la más cum­plida ó larga ó entera relación do todo lo que descubriéredes, é de las nasciones de la-gente de las dichas islas é tierra firme que fa láredes, y no haléis de traer esclavos; joro si buenamente quisiere venir • Iguno por lengua con propósito de volver, traedle.

Asimismo por que no se puede encubrir ninguna cosa, entre la genio que trujéredes

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en los navios, de lo que no se hobiere mani­festado ni entregado, antes q « e embarquéis para eá, habéis de catar todo lo que cada uno mctmre en los dichos navios, é lia de facer el dicho nuestro escribano y oficial iii-veutaiio debo, firmado de \ uestro nombre é del suyo, porque al tiempo que de--embarca-rode;", Dios queriendo, se vea por la misma orden si traen otra cosa alguna de mas de lo que hubiere manifestado, porque si lo trujeren lo habrán perdido, y será para Nos é mas caerán en ¡a juma sobre dicha.

Lo cual todo que dicho es vos mandamos que así fagades c cumplados, seguir y por la forma é manera que aquí se contiene, sin exceder en cosa alguna debo, é si otras co­sas hubiere demás de las sobredichas que se deban proveer para lo que á nuestro servi­cio cumple, é al buen recabdo de nuestra hacienda, provecdlo como mas cumpla á nuestro servicio, cá para ello vos damos por esta nuestra instrucción poder cumplido; é mandamos á los dichos capitanes, maestres ó marineros ó pilotos y hombres de armas que fagan todo lo que conlorme á esta nues­tra ins.ruccion les mandáredes do nuestra parte, so las penas que vos le pusiéredes ó les mandáredes poner de nuestra parte, las cuales vos damos poder para las ejecutar en ellos, é en sus bienes. Fecha, en Valencia de la Torre á catorce dias del mes de Marzo de

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mil c quinientos é dos años .—Yo el R e y . — Yo la Reina. — Por mandado del Rey ó de la Reina.— Miguel Pérez de Alunizan,

b N A C A R T A D E SUS A L T E Z A S

I ' A K A K L C A P I T Á N 1)E I .A A U 31 A. D A D E L E E Y

D E P O R T I T C A L .

Nos el Rey ó la Reina de Castilla, de Leen, de Aragón, de Seeilia, de Granada etc. enviamos á saludar á vos ( I ) capitán del Serenísimo Roy de Portugal, mustio liijc: facemos vos salicr que Nos enviamos al Almirante D. Cristóbal Colon, levador tiesta, con ciertos navios donde sue­len ir, ó su ida es lacia el Poniente; y por que habernos sabido, qued dicho Rey de Por­tugal, nuestro hijo, os envía con ciertos na-v.os á la parte de Levante, ó podria ser que vos topásedes en camino, habernos mandado que al dicho Almirante D. Cristóbal Colon que si os topáredes vos tratedes los unos á los otros como amigos ó coreo capitanes ó gentes de Reys entre quien hay tanto deb-do, amor é amistad: por ende Nos vos roga-

(1) Igual vacío eu ol original.

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naos que asi lo fagáis vos de vuestra parto. De Valencia Je la Torre á catorce de Marzo de mil quinientos dos años .—Yo el l ley.— Y o la l íeiua.—Alunizan, Secretario.

Después se le envió otra tal como esta car­ta Je arriba.

Relación del viage é de la tierra agora, nue­vamente iescubierla por el Almirante I). Cristóbal Cul'jn.

Fizóse á la vela de la bahía de Cádiz coa los cuatro navios que llevó, miércoles á once dias de Mayo año de mil é quinientos é Jos años. Llevó la vía Je las Islas Je Cana­ria (1) de la Isla Jel Fierro. Mandó tomar la derrota p ira las Indias al O ueste cuarta al Sud .este; despidióse de vis a destas islas jueves á veinte é seis dias deste dicho mes.

Miércoles de maña :a, quince dias de Ju­nio, tomó tierra de una isla que se dice .1/«-lin'üio {'+•, que son aquellas las primeras is­las de las ludias; están ¿00 leguas antes de la Is a Española y en su camino: aquí pidió el Almirante parescer á los hombres de la mar, dándoles cuenta por do quiera y pulía seguir su viage: é! siguió la vía d la Isla

(1 Licuó d la Oran Canaria el 20 de Mayo. (Her­nando Colon, cap. SS.i

' 2 Isla de ¿ a n t a Lucía .

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Española; en olla se detuvo algunos dias sin surgir ni entrar en el puerto de Santo Do ­mingo, mas de cuanto mandó ir un suyo á tierra de la isla: á qué fué no se sabe; la sa­lida fué abajo de! puerto do estaba el Go­bernador.

Desla isla se despidió jueves ¡1 catorce dias de Juiio la. vía del üueste. Sábado si­guiente llegó á la vista de la Isla Jamai­ca ( ] ) , do antes había de tomar su derrota p.ara de allí ir descubrir; no paró en olla: fué cuatro dias la vía del Oueste cuarta al Su-dueste, sin fallar otra tierra: fué otros dos dias al Nornorueste, é otros dos al Norte. Domingo veinte é cuatro dias dosíc mes vie­ron tierra: estaban los navios más decaídos do lo que pensaban por las muchas corrien­tes. Fué á tomar una isla baja (12) donde to­mó su derrota para ir á decubrir. Desta isla, que ya antes era descubierta, qu? está co­marcana, con la tierra de Cuba, tomó su der­rota para ir á descubrir. Partió do aquí mérceles á veinte y siete dias dcste dicho mes; atravesó un golfo pequeño en que ha­brá poco mas de HO leguas: fué la vía del Sur cuarta al Surtíoste.

Sábado siguiente vieron tierra. Fué de una isla (3) la primera tierra que descubrió;

(1) A los Cayos de Morante . (2) Cayo Largo. '.3j Isla Guanaja.

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es pequeña, bojará 20 leguas, no tiene cosa de provecho: mostráronles á los indios oro en grano é perlas; maravilláronse de vello, é demandábanlo: es gente de guerra, son (le­cheros, son hombres do buena estatura.

Desta isla pareció otra tierra muy alta (l'i ó cercana, fué á ella por el Sur; estará dosia isla 10 leguas: de aquí se tomó un indio para levar por lengua á esta, tierra grande, é este dijo algunos nombre-; de provincias des­ta tierra: tomó puerto, al cual nombró el Almirante la Punta de Caxinas (2) : do esta punta comenzó á ir descubriendo por esta costa, y por ser los vientos contrarios andu­vo muy poco: nunca de la costa desta tierra se apartó dia, é todas las noches venía á sur­gir junto con tierra: la costa es bien teme­rosa, ó lo fizo pareseer ser aquel año muy tempestuoso, de muchas aguas ó tormenta del ciclo: iba con tino viendo la tierra, como quien jiarte de cabo de San Vicente hasia el cabo de Finistcrrc, viendo con tino la costa: l o leguas adelante, desta punta hizo tomar la posesión en un rio que salía grande de la tierra alta, é dícese el Pió de la Posesión (3\

Pasando do aquí adelante fue toda la tier­ra muy baja, de gente muy salvage, y de muy poco provecho: hizo la tierra ya casi al

,1 tai casta. (1c Trnjil lo . ( 2 ; Punía. Castilla y nucido de Trnjillo. (3) Hio Tinto.

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1 Llegó á este cabo el óia t í (le Pci iombre. ; - Costa de Mosquitos, donde surgió el 2ó de S e ­

tiembre. (hiciü ó (¡t',')iin llaioaban al oro bajo.

'1 L n los pueríos do Llewfield y San Juan de N i ­caragua.

•V Véase cómo refiere osle suceso T). Hernando Colon , que también estuvo presente, en el cap. 91 de su historia

'6 ; Labia del A lmirante y boca del Toro.

fin de la tierra baja un cabo qne fasta aquí l'ué lo peor de navegar, é púsole nombre de Cribo ríe Gracias á Dios (1) .

l'asó adelante; llegó una provincia rpie se nombra Qariruj. ti rra de muy gran altu­ra i'2\ hállase gente de muy buenas dispo­siciones, muy agudos, deseosos de ver: esfra­ilaban mucho cualquier cosa que les nnstra-l>an: aquí paiesciii entro algunos de los prin­cipales algún ijuani ( o ) ; tenía algodón teji­do; todos andan desnudos por toda la costa salvo que traen mujeres ó hombres cubier­tas sus partes secretas con unas telas que sacan debajo de las cortezas de los árboles: traen los cuerpos ó las caras todos juntados tomo los la rbericos: aquí vientos (4) puer­cos y gatos grandes monteses, ó los trajeron tí los navios: aqui so tomaron indios para lenguas, ó quedaron algo escandalizados ( o ) .

]*e aquí pasó adelante, é como iba requi­rió! do puertos ó bahías, pensando hallar el estrecho, llegó á una muy gran bahía (ti): el nombre de esta tierra se dice Ccraba-

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(1 IX I icriicOntlo Tolón ln llama Zsrahorn. 2) Laguna do Chiriqui.

''i) l í io de Veragua. D , Hernando Colon la llama Quagi.

ro (1) : aquí se falló la primera muestra de oro fino eme traía un indio una como pate­na en los pechos, ó se resgafó: aquí se tora • ron indios para informarse donde había aquel oro é donde se traía; de aquí comenzó á ir rescatando por toda la costa.

Por información de los ineios fué á otra gr¡.n bahía, que se dice Alm ana (2 ) : en por allí la tierra muy alta é fragosa, las po­blaciones j.nestas cu las montanas: húbose aquí un indio el cual dijo reno ado'ante por la costa andadura de medí día hale'a de aquello que pedíamos: es la gente por toda esta costa tan salvaje y tan sobre sí cada Señorío, que de 2 0 en 2 0 leguas no se en­tienden unos á otros.

Pasó dcsta bahía y fué á un rio que se nombra Guyija ('•'<). do salieron á ¡a ribera muchos indios armados con sus lanzas é fle­chas, é algunos dcllos con espejos do oro puestos en los pechos: es esta gente de ma­nera que después do habido nuestro resge.te luego lo aborrecían que pareseía bien tener en mas sus joyas que las nuestras: os esta tierra á la costa de ¡a mar fragosa, de arbo­ledas muy espesas; ninguna población está á la costa, salvo 2 ó •', leguas la tierra a den-

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'1 I), Hernando Colon la l lama cV./vo-o. . 2i Puerto Escribano.-*, donde entró el sábado 20 do

Noviembre.

tro é no pueden ir donde la mar á las po­blaciones por tierra, sino por lüS l'ÍOS CU SUS

canoas. De aquí pasó adelante á otra provincia

que se dice Gubrabtt (1 ) , y por entonces, á causa de no haber iierto, no se cató más de lomar un indio para lengua: pasó á la ida por toda esta e s t a de Veragua sin saber el secreto, salvo seguir adelante á descubrir mas tierra y después que de aquí pasó iba parcsci"ndo monos oro.

Fué lo ¡matrero que descubrió una tierra do ¡alió un puerto muy pequeño que puso non. ore el Puerto del Pelrcte ( 2 j , y aquí no traian los indios sino unos sarciilos do oro bajo: ya por aquí parescían muchas mues­tras de la costumbre é uso do los indios de la tierra do las perlas, y en algunas cartas de navegar de algunos de los marineros jun­taba esta tierra con la que h bía descubier­to l lo jeda y Bastidas, que es la costa de las perlas: será en suma la tierra que agora descubrió 3 50 leguas.

De aquí deste puerto dio l a vuelta á la tierra que atrás quedaba por infirmación del indio (pie traía por lengua, que adelanto, no había mas oro, sino que las minas quedaban en la tierra de Veragua: llegó al rio de Vera-

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— 88 —

Tl ta. Hernando Catan (Pee que las indios la Ila-inabau AV. /av . Kl A lmiranle la l lamó de />Vea, par­que, tendeó eerea del .uie-ves de la Epifanía, y el lií nes O de Enero de lán.'l entró en aquel rio eon dos de sus navios : los otros dos entraron al dia siguiente.

(2, E l rio de Belén.

gua, n hobo entrada pava los navios, halló­se cerca otro rio que se dice Y. n. chra (1), aquí, fizo meter los navios á mucha peligro! martes diez días de Enero do quinientos tres años entraron 1 s navios en este rio; es en la misma tierra de Veragua.

Luego se informó el Almirante del Caci­que á do estaban las minas: do muy buena voluntad lo dijo, ó así lo fizo que envió dos fijos suyos con los cris! ¡anos á que iros en­señasen las minas: mostraban mucha volun­tad á los cristianos: donde en veinte y seis días que los navios estaban dentro en este rio (2) se tlescul rieron las minas; están del puerto do nombran Sania JJaria de Belén basta ellas ocho leguas: es tierra trabajosa así de montaña como de muchos ríos, que rio hay (pro se pasa M'.i veces: hallamos ui -chas minas afondadas de los mismos indios fondura de medio estado: son muy diestros en el sacar del oro : fuimos 7o hombres á ellas, é en obra de uu tlia sacamos 2 ó o cas­tellanos sin aparejo ninguno, sino de las mismas minas cpie los indios eniair fechas: es el oro muy menudo: no volvimos mas á ellas: lo que mas se anduvo por la tierra den-

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1 Sala-e la cansa do la prisión ilei caciano y de sus lii.ios, y solrc los sucesos aue ocasionó, véanse los ca­ldudos UT, 'JS y (>'.) do la historia de i ) . .Hernando (Jo-ion.

1-ln Portoholo deló el Almirante la nave Yizcd mi roí- estar inutilizada.

•e¡ L a verdadera distancia es de 22'i leguas.

tro fueron 10 leguas: no se supo mas secreto de decir que dentro la tierra halda mayores poblaciones, y por ser genio de poca verdad no quiso el Almirante que fuese gente á vella; y como brego mandó prende]- al Caci­que do se le lizo mucho daño que le quema­ron su población, (pie era la mejor (pie ha­bía en la costa é de mejores casas, de muy buena madera, todas cubiertas de fojas do palmas, ó prendieron á sus üjos, é aquí traen algunos dellos de que quedó toda aquella, tierra escandalizada ( 1 ) , desto no se dar cuenta sino que lo mandó facer ó aun á pregonar escala franca.

ble aquí se partió porque los indios, des­pués de preso su Cacique, dieron en el real de los cristianos do mataron y íirieron mu­chos: qu dó dentro deste rio uno de los na­vios que no podia salir porque pedia mucha agua; otro quedó en oiro pueito d- la cos­ta (i') que habia recibido mas daño de la bruma é era mas vie jo : en los otros dos na­vios se vino con la gente la vuelta de la E s ­pañola que deeia (pie no había fasta ella 150 leguas (a) fué á parar tí tierra de Cuba

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mas de 100 leguas (1 ) debajo rio la Españo­la: los marineros no traian ya carta de na­vegar, que se las habia el Almirante toma­do á todos : se decían que el yerro que s¡: hizo al principio habia can-a 'o eran des­concierto en el descubrir. Vínose por ; sta costa de Cuija fasta calió do Cruz ;">0 Vguas de la Ksp; ñola, que pudiera ir muy bien ti ella, y fuera el viaje más breve y no bobie-ra el daño que lio! o por irse á la Isla Ja­maica, do estuvimos catorce meses ( 2 ) ga­nando la gente y los navio,-, sin facer ningún servicio: la causa dcsta ida á Jamaica no hay quien lo sopa i. as ¡le querello facer (,'!). Llegó á surgir á San Lúcar jueves siete de Noviembre de quinientos cuatro años.

il) Ev . o i l-~0 leguas, y eí paraje ailomlo arribó fue ¡í las ¡ s s i s s i í e a b í - al Sur <!e Cuna , que- l lamó cr. olni viaje el , / . / „ A'- / . „ , .

a [lelam ser loee meses y eineo ilia^ , pues llega ron á Puerío l!u; no el '!'•'> ile .lunin ,!e IS.Iia, y salieren para la K-paíioia el '1 óe .1 unió óe 1-"0 í.

a lé-ta relación fué chola, por Pic-.-o .le Porras; y es 1 ion sebillo que é-to y : í l bermano l - ' o im - i soo fueron los cabezas ile la rebelión coníra e! Almiranl c en .Ja­ma ica.

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1 1 E L A C I 0 N P E L A S D E R R O T A S

])E L A C O S T A D E L A T í B U B A Q U E L E J A

L E S C f l i l E l i T A ( 1 ) .

De la punta Uo Caximas, que es la pri­mera tierra en que :iú, do comenzó á des­cubrir, fasta el cabo de Grítelas á Dios, hay 80 l e í a i s : cúrrese Leste Oueste: 80 — 70.

D ¡i cabo fasta e! rio del Desastre hay 70 leguas: córrese Nordeste V.-Sudueste (Nor-teSurj : 70 - i ' )2.

Ueste rio al cabo de Boas hay doce le­gua-: córrese Nu'to-Sur: 2 1 - .10.

Desea cabo fasta. Caria,' hay 55 leguas: córrese Nordeste Sueste {N\ N. O.-S. S. I ¡ ¡ . ) ;

55 - 1 2 . De Carian fasta Abarata hay 42 le­

guas: córrese A irueste Sueste (N. N. O.-S. S. Ib : 4 2 — 4 5 .

1 I U ' Ì Ì I - H añadido l;i secunda euluinna con la dis-taucia 'jue sen ILIii nuo-dra- carina entre los puntos que se citan ; y roeí ifi .aaios entre p á r e n t e o s su a r ­rumbamiento ó dirección.

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Do Abúrenla á la lula del Escudo hay quince leauas : córrese Norueste Sueste (E . N. E.-O. S. O.): 15.

Del Escudo lasta. punta de Prados (V; 2S leguas; córrese Leste Oueste (E. N. Ji.-O. S. O.): 2S.

De Punía de Prados fasta Puerto ik Bastimento hay '¿o leguas: córrese Lcriior-tiesto Oueste Sudueste: M5—5.

De Puerto de Bastimento fasta el puerí; del Retrete, que fué la postrera escala qu: fizo de descubrir, hay 15 leguas: córrese Leste cuarta Sueste: 1 5 — 1 1 .

Relación del oro (pie se liob<> por resgatc cu toda esta costa desía tierra desea-bielda.

Son las piezas de oro resgatadas catre grandes y pequeñas 220, é pe-arou toda: nueve marcos é tres ochavas é siete tomines é un grano.

Es el guani (pie se bobo por resgatc i 2 piezas entre pequeñas é grandes: las dúri pesaron un mareo y seis onzas é tres ocha­vas é seis tomines: las dos piezas que no se pesaron son un canutillo é un espejuelo.

(1) Portobelo.

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— 93 —

Relación del oro que trajo el Adelantado de Veragua cuando trajo preso al Caci-q_ite é ciertas -piezas de guaní.

Fueron cinco espejo-! grandes de oro é otras piezas menudas que pesaron tres mar­eos ó tres onzas de oro, sin dos coronas que el Adelantado tomó por joya de capitán, é otro espejo que se dio al Almirante, que no se pesó.

l )e -guaní fueron 23 piezas (pie pesaron tres mareos.—Diego de Dorras.

Todo el resgate que de Castilla se levó así de piezas de paños ó de lienzos palome­ras de Flandes, é sobre mesas é resgate de mercería, de que en aquella tierra muy poco se gastó, todo lo entregué al Almirante, é le dio á un suyo: de todo tengo la relación para cuando me fuere demandada, é de otras Co­sas así de tiros é de jarcia é herramientas que se perdieron, á cuya culpa de todo daré entera relación.—Diego de Porras.

Quien este resgate recibió é lo gastó se dice Pedro Gentil, vecino de Palos, criado del Almirante.

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— 94 —

Relación de la yenie ó navios que llevó á descubrir el Almirante Don Cristóbal Colon.

C A R A B E L A C A P I T A N A .

Diego Ti'is:au, capitán: falleció jueves ti de Abri l de 1502.

Ambrosio Sánchez, maestre. Juan Sánchez, pil ;to mayor de la Arma-

Ja: falleció á 1 7 de .Mayo de 1504. Antón Donato, contramaestre.

Martin Dati. Bartolomé G.ireí i: falleció domingo 28 de

Mayo de 503 año-. Pero Rodríguez: falleció jueves ü de Abril

de 503 años. Juan Rodríguez. Alonso de Almagro. Pedro de Toledo. Pedro de Maya: falleció jueves ti de

Abril de 503' años. Jiian Gómez. Diego Roldan. Juan Gallego.

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— 95 —

Juan de Valencia: falleció silbado 1 3 de Enero de 504.

(!orzalo .Rodríguez: falleció martes 4 de Abril de 503.

'frisi an Perez Chinchorrero. R o d n g o Vergi.yo.

E*trttd« 'roi.

Pedro Fernandez Coronel. Francisco liuiz. Alonso de Zamora. Guillermo Ginovés. Maestre Bernal, físico.

Diego Portogalcte: falleció miércoPs á 4 de Enero de 503.

Martin Juan. Donis de G aire. Juan de Zumados. Fraec'sco de l'istrada. Anton Chavarin. Alonso, criado de Mateo Sánchez: falle­

ció jueve- 6 de Abril de 503. Grigorio S o l l - : falleció miércoles 27 de

Junio de 504. Diego ti Negro Pero Sánchez. Francisco Sánchez.

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•- Of) — Francisco do Moron. Juan de Murcia, (¡rigorio (.Jinoves. Ferrando Dávila. Monso de Leon. Jean do Miranda: falleció martes 11 de

Abril de. 50o. (Sarcia de Morales: quedó por doliente en

Cádiz; era criado del Abn ranto. J nan (barrido: falle dó á 27 de Febrera

de 50•!•. Baltasar Daragon.

Oth-lnl,^ dr. ii,,,,.

Mariin de Arriera, tonelero. Domingo Vizcaino, calafate: falleció Jee­

ves (i de Abri l de 5o : ¡ . Diego Frances, carpintero. .1 an Barba, lombardero: falleció á 2o

de Mayo de 50-L Mateo Bombardero: falleció jueves (3 de

Abril de 50:¡ . Joan de Cuellar, trompeta. (lomado de Salazar, trómpela.

C A a A i U . I . A S 1 X T I A 1 Ü 1 D i ] I ' A L O S .

Francisco de Porras, capitán. Diego de Porras, escribano 6 oficial de la

Armada.

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— 97 — Francisco Bermudez, maestre. Pero Gómez, contramaestre.

Jfa/'OLT' voh .

Rodrigo X i m o n . Francisco Domingo : falleció sábado 4 de

Febrer i de 503. .Juan de Quijo. Juan P.odriguez: falleció á ti de Abri l

de 5(13. J uan de la Feria. Juan Camaclio. .¡uan Grand. Juan l leynaltcs : falleció jueves 0 de

Abril de 503. Diego Gómez. Diego Martin. Alonso Martin.

Francisco de Farias. D¡ego Méndez. Pedro Gentil. Andrea Ginovés. J uan Jácomc. Batista Ginovcs.

T O M O u v a . i

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— 98 -

Grumete*.

Gonzalo Ramírez. Juan Bandrojin : falleció á 23 de Octu­

bre de 503. Diego X imon . Aparicio. Donis : falleció jueves 1.° de

Junio de 503. Alonso Escarraman, Francisco Marques

y Juan de Moguer llevan sueldo de dos gru­metes : el Alonso falleció martes 23 de 1'ne­ro de 504.

Alonso de Cea. Pedro de Villatoro. Ramiro Ramírez. Francisco Dávila. Diego de Mendoza. Diego Catauo.

Ojic.iahs de nao.

Bartolomé de Milan, lombardero. Juan do Noya, tonelero. Domingo Darana, calafate: falleció jue­

ves G de Abri ! de 503. Macbin, carpintero.

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— 99 —

N A V I O G A L L E G O .

Pedro de Terreros, capitán: falleció miércoles 29 de Mayo de 504.

Juan Quintero, maestre. Alonso l lamón, contramaestre: falleció

jueves ó de Abri l de 503.

Marinero*.

Rui Ferrandes. Luis Ferrandes. Gonzalo García. Pedro Mateos. Julián Martin: falleció jueves 6 de Abril

de 503. Diego Cabezudo. Diego Barranco. Diego Delgado. Rodrigalvares.

Escuderos-

Gonzalo Caniacho.

Grumetes.

Pedro de Flandcs. Bartolomé Ramírez: falleció jueves 6 de

Abril de 503.

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— 100 — Anton Quintero. Bartolomé Balza. Gonzalo Flamenco. Pedro Barranco. -luán Galdi l : falleció '.) de Setiembre

de ó 04. Alonso Peñac. Esteban Mateos, page. Diego de Santander. García Polanco. Juan García. Francisco de Medina: huyó en la Españo­

la, no se supo más de él. Juan de San Martin.

N.YVlO V I Z C A Í N O .

Bartolomé de Fresco , Ginovés, Capitan. Juan ! crez, maestre, falleció sábado 7

de Octubre de 503. Martin de Fuentcrabia, contramaestre:

falleció á 17 de Setiembre de 502.

Marinera*.

Pedro de Ledesma. Juan Ferro. Juan Moreno. San Juan. Gonzalo Diaz. Gonzalo Gallego: huyó en la Isla Espa­

ñola, y dijeron que había fallecido.

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101 — Alonso de la Calle: falleció marteS/Qa'dé^:

Fray Alejandre en lugar de Escudero. Juan Fasau, Ginovés.

Miguel de Lariaga: falleció sábado 17 do Setiembre de 502.

Andrés do Sevilla. Luis de Vargas. Batista Ginovés. Francisco de Levanto. Francisco de Córdoba, entró en lugar de

un escudero, criado del Almirante, que se quedó en Sevilla. Se huyó en la Española á la ida, y está allá.

Pedro de Montesel. Rodrigo de Escobar. Domingo do líarbasta ó Narbasta: falleció

martes 20 de Marzo de 50-1. Pascual de Ausurraga. Cheneco ó Circule >, page. Mareo Surjano, falleció miércoles 11 de

Setiembre de 504 años.

Mayo de 503. Lope de Pego.

t inuit'Ac*.

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— 102 — La carabela Capitana se fletó á razón de

9 , 0 0 0 maradís cada mes. La carabela Santiago so fletó á razón de

1 0 , 0 0 0 maravedís cada mes. E l navio Gallego á razón de S,33-'! ma­

ravedís. La carabela Vizcaína á 7 , 0 0 0 maravedís

por cada tries. Ficiér une a la vela del rio de Sevilla

miércoles á 3 d'as del mes de Abril de 5 0 2 años.

Comenzó á ganar la carabela Capitana donde 3 de Abri l de 5 0 2 años. Zabordóse en Jamaica por mandado del Almirante sá­bado á ] 2 de Agosto de 5 0 3 años.

Comenzó á ganar sueldo la carabela que se decía Santiago deudo 3 dias de Abril dio 5 0 2 años. Zabordóse en Jamaica domingo á 23 de Julio de 5 0 3 años.

Comenzó á ganar sueldo el navio Gallego dende miércoles 3 dias de Abril de 5 0 2 años; qm.-dó este navio en Veragua que lo dejaba el Almirante con la gente para for­taleza: sirvió fasta sábado 15 de Abril de 5 0 3 años que lo desamparó la gente.

Comenzó á ganar sueldo la carabela Viz­caína dende miércoles 3 de Abril de 5(i2 años. Cómpresela el Almirante al maesire por precio de 40,000 maravedís para enviar á la Española; fué la venta miércoles 15 dias de Febrero de 5 0 3 años.

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— 103 -

Llegó el Almirante á surgir de vuelta de su viage al puesto de San Lucar jueves á 7 días de Noviembre de 504 aDos.—Diego de Porras.

Don Tomás González, del Consejo de S. M. , canónigo de la Santa Iglesia de Plaseueia, académico correspondiente de la Historia, y comisionado regio para el reconocimiento y arreglo dei Archivo general de Simancas, certifico que esta copia está conforme con su original que se conserva en el mencionado A r e h i . o , y lo firmo en él á 20 de Enero de 1821. — Tomás González.

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C A R T A C j ' l E E S C R I B I Ó R O f l C R I S T Ó B A L C O L O N .

V U t F . Y Y Ar .MUSA.NTK P E L A S I N D I A S , Á

I.OS C R I S T I A N Í S I M O S Y J I O Y P O D E R O S O S

R E Y Y R K I X A H E E S P A Ñ A , N U E S T R O S S E -

Ñ O R L S , EN Q U E LES N O T I F I C A C C A N T O L E

IIA A C O N T E C I D O E N SU" V I A J E ; Y L A S

T I E R R A S , P R O V I N C I A S , C Í I T D A D E S , R Í O S Y

O T R A S C O S A S M A R A Y I L L O S A S , Y D O N D E

H A Y M I N A S D E ORO E N M U C H A C A N T I ­

D A D , Y O T R A S C O S A S D E G R A N R I Q U E Z A

V V A L O R .

Serenísimos y muy altos y poderosos Príncipes .Rey y l i e iua , nuestros Señores: De Cádiz pasé á Canaria en cuatro dias, y donde á las Ind'as en diez y seis dias, don­de escribía. Ali intención era dar pri-a á mi viaje en cuanto yo tenía los uav'os buenos, la gente y los bastimentos, y opte mi der­rota era en la Isla de Jamaica; y en la- Is ­la Dominica escribí esto: basta allí trujo el tiempo á pedir por la boca. Esa noche ipte allí entré fué con tormenta, 3- grande, y me persiguió después siempre. Cuando

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— 106 —

llegué sobre la Española invié el envoltorio de cartas, y á pedir por merced un navio por mis dineros, porque otro que yo lleva­ba era ¡navegable y no sufría velas. Las cartas tomaron, y sabrán si se las dieron la respuesta. Para mí fué mandarme de liarte de abí, que yo no pasase ni llegase á la tier­ra: cayó el corazón á la gente que iba con­migo, por temor do los llevar yo lejos, di­ciendo que si algún caso de peligro les vi­niese que no serían remediados allí, antes le sería fecha alguna grande afrenta. Tam­bién á quien plugo dijo que el Comendador había de proveer las tierras (pie yo ganase. La tormenta era terrible, y en aquella no­che me desmembró los navios: á cada uno llevó por su cabo sin esperanzas, salvo de muerte: cada uno de ellos tenía por cierto que los otros eran perdidos. ¿Quién nasció, sin quitar á Job , que no muriera desespe­rado? que ]>or mi salvación y de mi íijo, hermano y amigos me fuese en tal tiempo defendida la tierra y los puertos que yo, por la voluntad de Dios , gané á España su­dando sangre? — K tomo á los navios que así me había ¡levado la tormenta y dejado á mí solo. Depáremelos nuestro Señor cuand» le plugo. El navio Sospechoso había echa­do á la mar , por escape r, fasta la isola la Gallega; perdió la barca, y todos gran par­te de los bastimentos: en el que yo iba,

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abalnmado á maravilla, nuestro Señor le salvó que no hubo daño de una paja. En el Sospechoso iba mi hermano; y é l , después de Dios , fué su remedio. E con esta tor­menta, así á gaias, me llegué á Jamaica: allí se mudó de mar alta en calmería y gran­de corriente, y me llevó fasta el Jar/fin ele la Ittiva sin ver tierra. De allí cuando pu­de, navegué á la tierra firme, adonde me salió el viento y corriente terrible al opósi­to : combatí con ellos sesenta dias, y en fin no le pude ganar mas de 70 leguas. — En todo este tiempo no entré en puerto, ni pu­de, ni me dejó tormenta del c ielo , agua y trombones y relámpagos de continuo, que parecía el fin del mundo. Llegué al cabo de Gracias á Dios, y de allí me dio nues'ro Señor próspero el viento y corriente. Esto fué á 1 2 de Setiembre. Ochenta y ocho dias había que no me había dejado espantable tormenta, á tanto que no vide el sol ni es­trellas por mar; que á los navios tenía yo abiertos, á las velas rotas, y perdidas anclas y jarcia, cables, con las barcas y muchos bastimentos, la gente muy enferma, y todos contritos, y muchos con promesa de reli­gión, y no ninguno sin otros votos y rome­rías. .Muchas veces habían llegado a s e con­fesar los unos á los otros. Otras tormentas se han visto, mas no durar tanto ni con tan­to espanto. Muchos esmorecieron, harto y

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— 108 — hartas veces, que teníamos por esforzados. El dolor del lijo que yo tenía allí me arran­caba el ánima, y mas por verle de tan nue­va edad do 1:: años en tanta fatiga, y du­rar en ello tanto: nuestro Señor le dio tal esfuerzo que él avivaba á los otros, y en las obras hacía él como si hullera navegado ochenta años, y él me consolaba. Y o había adoleseido y llegado ¡'artas veces á la m i u r -te. De una camarilla, que, yo mandé facer sobro cubierta, mandaba la vía. ¡Mi hermano estaba en el peor navio y mas peligroso. Gran dolor era el mío , y mayor porque lo truje contra su grado; porque, por mi dicha, poco me han aprovechado veinte año-- de servicio que yo he servido con tantos traba­jos y peligros, que boy día no tengo en (Jas-tilla una teja; si quiero comer o dormir no tengo, salvo al mesón ó taberna, y las mas de las veces frita para pagar el-escote. Otra lástima me arrancaba el corazón por las es­paldas, y era de D . Diego mi h i j o , que yo dejé en España tau huérfano y desposesio­nado de mi honra y hacienda; bien que te­nía por cierto que allá como justos y agra­decidos Príncipes le restituirían con acros-centamiento en todo. — Llegué á tierra de Caria}/, adonde me detuve á remediar los navios y bastimentos, y dar aliento á la gen­te, que venía muy enferma. Y o que , como dijo había llegado muchas veces á la muer-

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to., allí supo do las minas del oro de la pro­vincia de Ciamba, que yo buscaba. Dos in­dios me llevaron á (Jarambaru, adonde la gente a da desnuda y al cuello un espejo de oro, mas no le querían vendar ni dar á trueque. Nombráronme muchos lugares en la costa de la mar, adonde decía que había oro y minas; el postrero era Veragua, y le­jos de allí obra de 25 leguas; partí con in­tención do los tentar á todos , y llegado ya ei medio supe que había minas á dos jorna­das de andadura: acordé de enviarlas á ver víspera dio San o imon y -Judas, que había de ser la partida: en esa noche so levantó tanta mar y viento, que fué necesario de correr hacia adonde él quiso; y el indio adalid de las minas siempre conmigo .—En to los estos lugares, adonde yo había esta­do, fallé verdad todo lo que yo había oido: esto me certificó que es así de la provincia de Ciguare, que según ellos, es descrita nueve jornadas de andadura por tierra al Poniente: allí dicen que hay infinito o ro , y que traen corales en las cabezas, manillas á los pies y á los brazos del lo , y bien gordas; y del, sillas, arcas y mesas las guarnecen y enterran. También dijeron que las mujeres de allí '.raían collares colgados de la cabeza á las espaldas. En esto que yo digo, la gen­te toda de estos lugares conciertan en ello, y dicen tanto que yo sería contento con el

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(1) Cuino Colon creía ser aquel el continente de Asia , juzgaba estar allí el rio Canees, a 10 jornadas de Cieuare.

d i e z m o . También t o d o s cor;Oeieron la pi­mienta. En Gigitare usan tratar en ferias y mercaderías: esta gente así lo cuentan, y m e amostraban del modo y forma que tie­nen en la barata. Otrosí, dicen que las naos traen bombardas, arcos y flechas, espadas y corazas, y andan vestidos, y en la tierra hay caballos, y usan la guerra, y traen ri­cas vestiduras, y tienen buenas cosas. Tam­bién dicen que la mar boxa á Cignare, y de allí á 10 j omadas es el rio de Gan­guea ( l ) . Parece que estas tierras están con Yeratfita, como Tortosa con Fucnterrabía, ó Pisa cen Venecia. Cuando yo p a r t í de Caramharu y llegué á esos lugares cpio di­j e , fallé la gente en aquel mismo uso, salvo que los espejos del o r o : quien los tenía los daba por tres cascabeles do gabilan por el u n o , bien que pesaron 1 0 ó 15 ducados do peso. En todos sus usos son como los de la Espaf:o ! a. El oro cogen con otras artes, bien que todos son nada con los de los cristianos. Esto que yo he dicho es l o que oyó. Lo que yo sé es que el aiio d é 9 4 navegué en 2 4 " al Poniente en término de nueve horas, y no pudo haber yerro porque hubo eclipses: el s o l estaba en Libra y la luna en Ariete. También esto que yo supe por palabra ha-

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bialo yo sabido largo por escrito. Tolomeo creyó de haber bien remedado á Marino, y ahora de falla sil escritura bien propincua al cierto. Tolomeo asienta Gaiujara á 12 li­nea; lejos de su Occidente, que él asentó sobre el cabo de. San Vicente en Portugal dos grados y un tercio. Mariuo en 15 lineas constituyó la tierra é términos. 3íariuo en Etiopia escribe al Indo la linea equinoccial mas de 2 1 ° , y ahora que los portugueses le navegan le fallan cierto. Tolomeo diz que la tierra mas austral es el plazo primero, y (pie no abaja mas de 15° y un tercio. E el mundo es poco: el enjuto de ello es seis par­tes, la séptima solamente cubierta de agua: la experiencia ya está vista, y la escribí por otras Jotras y con adornamiento de ¡a Sacra l'lsciáptura, con el sitio del Paraíso terre­nal, que la santa Iglesia aprueba: digo que el mundo no es tan grande como dice el vulgo, y que un grado de la equinoccial es­tá 56 millas y dos tercios: pero esto se tocará con el dedo. Dejo esto, por cuanto no es mi propósito de fablar en aquella materia, sal­vo de dar cuenta de mi duro y trabajoso viaje, bien que él sea el mas noble y prove­choso .—Digo que víspera de San Simón y Judas corrí donde el viento me llevaba, sin poder resistirle. En un puerto excusé diez dias de gran fortuna de la mar y del cielo: allí acordé de uo volver atrás á las minas,

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y déjelas ya por ganadas. Partí, por seguir mi viage, lloviendo: llegué á puerto de Bas­timentos, adonde entré y no de grado: la tormenta y gran corriente me entró allí ca­torce dias; y después partí, y no con Imen tiempo. Guando yo hube andado 15 leguas forzosamente, me reposó atrás el v cuto y corriente con furia: volviendo yó al puerto do donde habia salido fallé en el camino al Jlelrcte, adonde n;e retrajo con harto peli­gro y enojo, y bien fatigado yo y los navios y la gente: . 'etúveme allí quince dias, q.;e así lo quiso el cruel tiempo; y cuando creí de haber acalcólo me fallé de comienzo: allí mudé de sentencia do volver á las minas, y hacer algo fasta que me viniese tiempo para mi viage y marear; y llegado con 4 leguas revino la tormenta, y me Ibtigó tanto á tan­to que ya no sabía, de mi parte. Allí se me refrescó del mal la llaga: nueve dias an­duvo perdido sin esperanza de vida: (.jos nunca vieron :a mar tan alta, fea y bocha espuma. .151 viento no ora para ir adelante, ni daba lugar para correr Inicia, algún cabo. Al l í me detenia en aquella mar fecha san­gre, herbiendo como caldera por gran fue­go. El cielo jamas fué visto tan espantos»: un día con la noche ardió como forno; y así echaba la llama, con los rayos, que cada vez miraba yo si me habia llevado los mas-teles y velas; venían con tanta furia espan-

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tafles qi!' todos creíamos que me liaMan de tundir los navios. En todo este tiempo jamas cesó agua del ciclo, y no para decir que llu­via, salvo que rosengundaba otro diluvio. La gente cataba ya tan molida que des aban la muerte para salir de tantos martirios. Los navios ya habían perdido dos veces las barcas, anclas, cuerdas, y estaban, abiertos, sin velas. _ Cuando plugo á nuestro Señor valví á Viicrh ("'Va-ve), adonde reparé lo mo­jar que pude. Volví otra, vez hacia Xerotji'n para mi via.ee, aunque yo no estuviera para ello. Todav'u era el viento y corrientes con­trarios. Llegué casi adonde antes, y allí me salió otra vez el viento y corrientes al en­cuentro, y volví otra vez al puerto, que no osé esperar la oposición de Saturno con ma­ro i tan desbaratados en costa brava, porque las mas de las veces trac tempestad ó fuer­te tiempo. Esto fué dia do Navidad en lio-ras de misa. Vo 'v í otra vez adonde yo In ­fla salido con harta, f ¡liga; y pasado afionue­vo torné á la -porüa, que aunque me hiciera buen tiempo para mi viaee, ya onia los na­vios ¡navega' les, y la gente muerta y enfer­ma. Día de la Epifanía llegué ¡i Vcra¡/U:':, ya sin aliento: allí me deparó nuestro Señar-un rio y seguro puerto, bien que á la entra­da no tenia salvo 10 palmos de fondo: me-time en él con pena, y el dia siguiente re­cordó la fortuna: si me falla fuera, no pu-

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diera entrar á causa del banco. Llovió sin cesar fasta 14 de Febrero, que nunca hubo lugar de entrar en la tierra, ni de me re­mediar en nada; y estando ya seguro á 21 de Enero, de improviso vino el rio muy alto y fuente; quebráronme las amarras y ¡tro-eses (1) , y hubo de llevar los navios, y cierto los vi en mayor peligro que nunca. Remedió nuestro Señor, como siempre hizo. No se si hubo otro con mas martirios. A 6 de Fe­brero, lloviendo, invié 70 hombres la ti m adentro; y á las 5 leguas fallaron muchas minas; los indios que iban con ellos los lle­varon á un cerro muy alto, y de allí les mostraron hacia toda parte cuanto los ojos alcanzaban, diciendo que en toda parte ha­bía oro, y que hacia el Poniente llegaban las minas 2 0 jornadas, y nombraban las villas y lugares, y adonde habia de ello mas ú meims. Después supe yó que el Quibittn que habia dado estos indios, les habia mandado que fuesen á mostrar las minas lejos y de otro su contrario; y que adentro d su pue­blo cogían, cuando él (pieria, un hombre en diez dias una mozada de oro; los indios sus criados y testigos de esto traigo conmigo. Adonde él tiene el pueblo llegan las barcas. Volvió mi hermano cou esa gente, y todos

(1 Ttcbe decir í>/-oí.s-e.v ó p>-oi::e«. l 'roiz es la piedra ú otra cesa, tirme en tierra donde se amarran las em­barcaciones. Hoy se l lama nonni.

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— US -con oro que habían cogido en cuatro lloras cue fue allá á la estada. La calidad, es gran­de, porque ninguno de estos jamás habia visto minas, y los mas oro. Los mas eran gente de la mar, y casi todos grumetes. Yo tenia mucho aparejo para edificar y muchos bastimentos. Asente pueblo, y di muchas dádivas al Quihian, que así llaman al Señor de la tierra; y bien sabia que no habia de durar la concordia: ellos muy rústicos y nuestra gente muy importunos, y me apo­sesionaba en su término: después que él vi­da las cosas fechas y el tráfago tan vivo acordó de, las quemar y matarnos á todos: nmy al revés salió su propósito: quedó pre­so él, mujeres y fijos y criados; bien q;:e su prisión duró poco: el (•¿iiHiicín se í'uyó á un hotebre honrado, á quien se habia entrega­do con guarda, de hombres; é los hijos se fueron á un maestre do navio, á quien se dieron en él á lmtn recaudo. En Enero se habia cerrado la boca del rio. En Abril los navios estaban todos comidos de broma, y no los podia sostener sobre agua, l'hi es­te tiempo hizo el rio una canal, por donde saqué tres dellos vacíos con gran pena. Las barcas volvieron adentro por la sal y agua. La mar se puso alta y fea, y no les dejó sa­lir fuera: los indios fueron muchos y juntos y las combatieron, y en fin los mataron. Mi hermano y la otra gente toda estaban en

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un navio que quedó adentro: yo muy solo de fuera en tan brava costa, con fuerte fie­bre, en tanta fatiga: la esperanza do esca­par era muerta: subí así trabajando lo nnb a t o , llamando á voz temerosa, llorando y muy a; risa, los une. siros de la guerra .),> vue-tras Abozas , ¡i todosaCjjaijj'o -íes/viento.-, por socorro; mas nunca mo re-q»on Meron. Cansado, me dormecí gimiendo: rrna voz muy piado.-a oí, diciendo: « ; ( ) estulto y tar­ado á creer y á servir á tu Dios, Dios de to­ados! ¿Que hizo él mas por óioysésó por Da-»vid su siervo? Desque naciste, siempre ¡i: » íuvo de tí » m y grainde cargo. Cuando te vi­sito en edad de que é: fué contento, mura vi­c iosamente hizo sonar tu nombre en la tier-i-ra. Las Indias, que son parto del mund", atan ricas, te las d i o por tuyas: tú las repar-aíiste adonde te plugo, y te d i o poder para a.'jlo. De los ata ionios de la. mar océano, >.que estallan cerrados con cadenas tan fuer-ates, le dio las llaves; y fuiste obedecí.!" > en tantas tierras, y de los cristianos cobraí-vto t n honrada fama. ¿Qué hizo el mas alto apocólo ile [sra-1 citando le sacó de .Egipto? »¿Xi 'por David, que. de pastor hizo iíey e.s í.budeti? Tórnate á él, y conoce ya tu yerro: xsu misericordia es infinita: tu vejez no iai-a pedirá á toda casa grande: muchas here a-rdes tiene él grandísimas. Abrahan pasaba »de cien años cuando engendró á Isac, ¿ni

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— 117 — »Sara ora moza? -Tu llamas por socorro in­c ierto : respondo, ¿quien te lia afligido tanto y tantas veces, Dios ó el mundo? JJOS privi­legios y promesas que da Dios, no las que­branta, ni dice después do haber r.eibido •ei servicio, que su intención no <T.I e ta, y /que. so cutiendo do otra manera, ni da mar-ílirios por dar color á la fuerza: id vé al ; i e rJe la letra: todo lo que él promete cumple : con acresccntainiento: ¿esto es uso? Dicho tengo lo que tu Criador ha fecho por ti y

»hace con todos. Ahora medio muestra el ga­lardón de estos afanos y peligros que has ¿pasado sirviendo á otros.> YTo así amorteci­do oí todo; mas no tuve yo respuc-ta ¡í pa­labras tan ciertas, salvo llorar por mis yer­ros. Acabó él do fabhir, quien quiera que fuese, diciendo: eNo tenias, confia: todas ¡•tribulaciones están escritas en piedra mar-smol, y Tío sin causa..»

Levántenle cuando pude; y al cabo de, nueve (ibas hizo bonanza, mas no para sacar navios del rio. Kceogí la gente que estaba en tierra, y todo el rest . «pie pude, por «pie no bastaban para quedar y para navegar los na-.ios. Quedara yo á sostener el pueblo con todo-, si vuestras Altezas supieran de ello. El temor que nunca aportarían allí na­vios me determinó á esto, y la cuenta que cuando se haya de proveer de socorro se proveerá de todo. Partí en nombre de la

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Santísima Trinidad, la noche de Pascua, coa los navios podridos, abrumados, todos fe­chos agujeros. Al l í en Belén dejé uno, y hartan cosas. En Belpuerio hice otro tanto. No i; c quedaron salvo dos en el estado de los otros, y sin barcas y bastimentos, por haber de pasar 7 , 0 0 0 millas de mar y de agua, ó morir en la vía con fijo y hermano y tanta gente. Respondan ahora los que sue­len tachar y reprender, diciendo allá de en salvo: ¿porqué no haciádes esto allí'? Los quisiera yo en esta jornada. Y o bien creo que otra de otro saber los guarda: á nuestra fé es ninguna.—Llegué á 13 de Mayo en la pr- vincia de Muyo, que parte con aquella del (Jalayo ( 1 ) , y de allí partí para la Espa­ñola: navegué dos dias con buen tiempo,; ' despeo s fué contrario. El canino que yo lle­vaba (-ra para desechar tanto número (1c islas. por no me embarazar en los bajos dolías. La mar brava me hizo fuerza, y huí» Y'dvc-r atrás sin velas: surgí á una isla adon­de de golpe perdí tres andas, y á la media noche, (|ue parecía que el mundo se ensol­vía, se rompieron las amarras al otro navio, y vino sobre mi, (pie fué maravilla como no nos acabamos de se hacer rajas: el ancla, de forma que me quedó, fué ella después (le

- p Asi lo dice Mareo Polo en el cap. 05 de su vía-j e , y do allí tomó Colon probablemente esta noticia, creyendo era aquél el continente de la Asia.

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l j Viruta jiunteea, !o mismo que vienta rseow, ó el que sopla por la proa ó de la parte adoudo debo díri-ííirso la dorroía.

nuestro Señor , quien me sostuvo. A l cabo de seis dias, que ya era bonanza, volví á mi camino: así ya perdido del todo de apare­jos y con los navios horadados de gusanos was que un panal de abejas, y la gente tan acobardada y perdida, pasó algo adelante do donde yo había llegado donantes: allí m e torné á reposar atrás la fortuna: paró en la misma isla en mas seguro puerto: al cabo de uclio dias torné á la vía y llegué á Jamaica en fin d" -Junio, siempre con vientos pun­teros ( 1 ) , y los navios en peor estado: con tres bombas, tinas y calderas no podían con .oda la gente vencer el agua que entraba en el navio, ni para este mal de broma hay otra cura. Cometí el camino para me acer­car á lo mas cerca de la Española, que son 28 leguas; y no quisiera haber comenzado. Kl otro navio corrió á buscar puono casi anegado. Yo porfié la vuelta de la mar con tormenta. MI navio se me anegó, que mila­grosamente .me trujo nuestro Señor á tier­ra. ¿Quién creyera lo que yo aquí escribo". Digo ipie de cien partes no ho dicho la una en esta letra. Los que fueron con el A lmi ­rante lo atestigüen. Si place á vuestras A l ­tezas de me hacer merced de socorro uu na­vio que paso de 6 4 , con 2 0 0 quintales de

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bizcocho y algnn otro bastimento, abastará para me llevar á mí y á esta genio á ¡•Ispaíu de la Española, lín Jamaica ya dije que itj hay 2.S h " l i a s á la Española. No fuera ye bien que ins navios estuvieran para ello. Y: dije que me fué mandado de parte .­'o vir.< tras .Vilezas que no llegase á allá. Si es­, mandar ha aprovechado, Dios lo sabe. E­a carta invio por vía y mano do indios: ennrk maravilla será si allá l lega.— De mi via» digo: ipte fueron 150 personas conmigo, o: que hay barios suficientes para piloto? v grandes marineros: ninguno puede dar ri­zón cierta por donde fui yo ni vine: la гам es muy presta. Y o partí do sobre el puen; del Brasil : en la Española no me dejó ¡a tormenta ir al camino que yo quería: fie por fuerza correr adonde el viento qtiis­, En ese dia caí yo muy enfermo: ningm» bebía navegado hacia aquella parte: ce úo. viento y mar deudo a ciertos dias, y se lita­

do la tormenta en calmería y grandes cor­

riente.­!. Fui á aportar á una isla que se ­lio do las Bucos, y de allí á tierra firme. Nin­

guno puede dar cuenta verdadera de e­ti porque no hay razón que abaste; porque lu­

ir con corriente sin ver tierra tanto núiueo d ­ dias. Seguí la costa de la tierra firme: e.­ta so asentó con compás y arte. Ninga¡>* hay que diga debajo cuál parte del ciclo • euáudo yo partí de ella para venir á la Li

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paíiola. Los pilotos creían venir á parar á la ¡da de Sanct-Joan; y i'uc en tierra de Man-70, 400 leguas más al .Poniente do adonde decían. Respondan, si salten, adonde es el sitio de Veragua. Digo que no pueden dar otra razón ni cuenta, salvo que fueron á unas tierras adonde hay mucho oro , y cor fincarle; mas para volver á ella el camino tiene ignoto, sería necesario para ir á ola. descubrirla como de ¡'rimero. Una cuenta hay y razón de astroVeda, y cierta: rprien la entiende e»fo le basta. A visión proi'eiica se asemeja esto. Las naos de las indias, sino navegan salvo á popa, no es por ja mala fe-chura, ni per ser fuertes; las grandes cor­rientes que allí vienen, juntamente con el viento hacen que nadie porfíe con bolina, porque un dia perderían lo que hubiesen ga­nado en siete; ni saco carabela aunque sea latina portuguesa. Esta razón hace que no naveguen, salvo con colla, y por esperarle se detienen á las veces seis y cebo meses en puerto; ni es maravilla, jures que en España mucha:; veces acaece otro tanto.—Iva fronte de que escribe Papa Pió ( i ) , según el sitio y sefaas, se ha hadado, mas no los eabaüc.-, pretales y frenos de oro , ni es maravilla, porque ahí las tierras de la costa de ¡a mar

<1 l'ío It , (¡ao publicó uu libro cuyo (Ítalo c.= :

rimitu lU-ni.-i-iplin. fllossi .i

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no requieren, salvo pescadores, ni yo me de­tuve porque andedla á prisa. En Cariay, ¡r en esas tierras de su comarca, son grande? feeliiceros y muy medrosos. Dieran el mun­do porque no me detuviera allí una hora. Cuando llegué allí luego me inviaron do-muchachas muy ataviadas: la mas vieja no sería de once años y la otra de siete; am­bas con tanta desenvoltura qne no serían más unas putas: traían polvos do hechizos escondidos; en llegando las mandé adornar de nuestras cosas y las invié luego á tierra: allí vide una sepultura en el monte, grande como una casa y labrada, y el cuerpo des­cubierto y mirando en ella. De otras artes me dijeron y mas excelentes. Animabas me­nudas y grandes hay hartas y muy diversas de las nuestras. Dos puertos hube yo en presente, y un perro de Irlanda no osaba es­perarlos. Un ballestero había herí.lo una animaba, que se parece á gato paúl, salvo que es mucho mas grande, y el rostro (le hombro: teníalo atravesado con una saeta desde los pechos á la cola, y poique era fe­roz le hubo de cortar un brazo y una pier­na: el puerco en viéndolo se lo encrespó y se. fué huyendo: yo cuando esto vi mandé echarle hegare. (pie así se llama adonde es­taba: en llegando á él, así estando á la muer­te y la saeta siempre en el cuerpo, le echó la cola por el hocico y se la amarró muy

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fuerte, y con la mano que le quedaba le arrebató por el copete como á enemigo. E l auto tan nuevo y hermosa montería me hizo escribir esto. De muchas maneras de ani­mabas se hubo, mas todas mueren de bar­ra. Galliuas muy grandes y la pluma como lana vide hartas. Leones , ciervos, corzos otro tanto, y así aves. Cuando yo andaba per aquella mar en fatiga en algunos se ilu­so heregía que estábamos enfechizados, que hoy dia están cu ello. Otra gente fallé que comían hombres: la desformidad de su ges­to lo dice. All í dicen que hay grandes mine­ros de cobre: hachas de ello, otras cosas la­bradas, fundidas, soldadas hube, y fraguas con todo su aparejo de platero y los crisoles. Allí van vestidos; y en aquella provincia vide sábanas grandes de algodón, labradas de muy sotiles laboro*; otras pintadas muy sutilmente á colores con pinceles. Dicen que en la tierra adentro hacia el Gutayo las hay tejidas de oro. 'e todas estas tierras y de loque hay en ellas, fulla de lengua, no se saben tan presto. Los pueblos , bien que sean espesos, cada uno tiene diferenciada lengua, y es en tanto que no se entienden los unos con los otros, más que nos con los de Arabia. Y o creo que esto sea en esta gente salvage de 1 costa do la mar, mas no en la tierra dentro.—Cuando yo descubrí las ludias dije que eran el mayor señorío rico

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— 124 — que hay en el mundo. Y o dije del oro, per­las , piedras preciosas, especerías, con le; tratos y ferias, y porque no pareció todo tan presto fui escandalizado. Este castigo rae hace agora que no diga salvo lo que yo oigo de los naturales de la tierra. De una oso de­cir, porque hay tantos testigos, y es q e yo vide eu esta tierra de Ve¡valta mayor señal do oro en dos dias primeros que en la E • paíiola en cuatro años, y que las tierras de la comarca no pueden ser mas í'ermosas ni mas labradas, ni la gente mas cobarde, y buen puerto, y fermoso n o , y defc-nsible a.l mundo. Todo esto es seguridad de los cris­tianos y certeza de señorío, con grande es­peranza de la honra y acreseentamiento Je la religión cristiana; y el camino ailí será tan breve corno á la Española; porque ha de-ser con viento. Tan señores son vuestra.» Altezas do esto como de Jorez ó Toledo: sus navios que fueren allí van á su casa. De alií sacarán oro: en otras tierras, para haber de lo que hay en ellas, conviene que se lo lle­ven, ó se volverán vacíos, y en la tierra es necesario que lien sus personas de un salve ge. - Del ota o que yo dejo de decir, ya o i ge por qué me encerré: no digo así, ni que y» me afirme en el tres doblo en todo lo que yo haya jamás dicho ni escrito, y que yo esto á la fuente, geno-,eses, venecianos y toda gen­te que tenga perlas, piedras preciosas y otra?

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cosas de valor, todos las llevan hasta el cabo del mundo para las trocar, convertir cu oro: el oro es excelentísimo: del oro se hace te­

soro, y con él , quien lo t iene, hace cuanto quiere en el mundo, y llega ú que hecha las ánimas al paraíso (1 ) . Los Señores de aque­

llas tierras de la comarcado Vcrcii/lia cuan­

do mueren eulierran el o) o que tienen con el cuerpo, así lo dicen: á Salomón llevaron de un camino (ilifl quintales de oro, allende lo que llevaron los mercaderes y marineros, y allende lo que se pagó en Arabia. De es­

te oro (izo 200 lanzas y 300 escudos, y íizo el tablado que habia de estar arriba dolías de oro y adornado de piedras preciosas, y ¡izo otras muchas cosas de oro, y vasos mu­

chos y muy grandes y ¡icos de piedras pre­

ciosas, dosef'o en su coróuica AntífjuitaUbuH lo escribe. En el Paralipómcnon y en el li­

b­o de los reyes se cuenta de esto. Joseí'o

1,' Colon, tan reliaioso y versado en las Sae;radas escrituras, n'ú.­o manifestar aijiií, no <ino las rioiuaais Р И Г si , S i 11 < I ­ Е Ю C! ouen n.­­. do ella.­, disi i­ibiiyénd"ia.s •и limosnas para soenrer la.­ necesidades del prójimo,

I A tu ii.puo T ­ ОЕ- s pías , y ejerciendu de este mudo ana c­.o­idad discreta y prudente, redime lus pecados des­

peo­ de las denlas diligencias prescritas p.>r la reü ilion. Л­i dc'.e entenderse c­te ]>asa.ie, enyo sentido coníWma enn innchos de las Sa.eradas i,et)­as, y en es­

po ­ial con los si.aaüen res : l'.l, Г „ К , . / , ' , Е / a <,mrt< / / A . / ­ " / , / ji:i\:ííl j,ive<i''¡, <t íni i! i,iniliri: ilii*' / - ( " C E , din, n r.í rit,,m

," '• Пат. 'tolj., VI , S.¡ Bcitt'H </!'/' iütr/I f'l/t .;ll¡t/ Г <</'-

ii'im ' : j,iii'.p::rim; in (tic i,i"ln /гУ'сгеЛе' tl'./it /Jo/iünif:. (Salmo -10.)

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— 126 — quiere que este oro se hobiese en la Áurea: si así fuese digo que aquellas minas de la Áurea son unas y se convienen con estas de Veragua, que como yo dije arriba se alar­ga al Poniente 20 jornadas, y sou en una distancia lejos del polo y do la línea. Salo­món compró todo aquello, oro , piedras y plata, é allí le pueden mandar á coger si les aplace. David en su testamento dejó :¡.OO0 quintales de oro de las ludias á Salomón para ayuda de edificar el templo, y según Josefo era el tiestas mismas tierras. íiieru-salem y el monte Sion ha de ser reedificado por mano de cristianos: quien ha de ser, Dios por boca del Profeta, en el décimo cuar­to salmo lo dice. MI Abatí Joaquín dijo que esto habia de salir de España. San Geróni­mo á la santa mujer le mostró el camino para olio. El Emperador dol Catayo ha dias que mandó sabios que le enseñen cu la fé de Cristo. ¿Quien será que se í'rezca á es­to? Si nuestro Señor me lleva á España, yo me obligo de llevarle, con el nombre de D ios , en salvo.—Esta gente que vino con­migo han ¡rasado increi'dcs peligros y tra­bajos. Suplico á V. A . , porque son pobre-, (pie les mande pagar luego, y les haga mer­cedes á cada uno según la calidad de la per­sona, que les certifico que á mi creer les traen las mejores nuevas que nunca fueron á Es­paña. El oro que tiene el Quibia», de Ver-

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agua y los otros de la comarca, bien que según información él sea mucho, no me pá­reselo bien ni servicio de vuestras Altezas de se lo tomar por via de robo: la buen or­den evitará escándalo y mala fama, y hará que todo ello venga al tesoro, que no quede un grano. Con un mes de buen tiempo yo acabara todo mi viaje : por falta de los na­vios no i orfié á esperarle para tornar á ello, y liara toda cosa de su servicio espero en aquel que me hizo, y estaré bueno. Y o creo que V . A . se acordará (pie yo quería man­dar hacer los navios de nueva manera: la brevedad del tiempo no dio lugar á elio, y cierto ya había caído en lo que cumplía.— Yo tengo en mas esta negociación y minas con esta escala y señorío, que todo lo otro que está hecho en las Indias. No es este íijo para dar á criar á madrastra. De la Española, de Paria y de las otras tierras no rae acuerdo de ellas, que yo no llore: creía yo que el ejemplo dellas hobiese de ser por estotras al contrario: ellas están boca á yu­so, bien que no mueren: la enfermedad es incurable, ó muy larga: quien las llegó á esto venga agora con el remedio si puede ó sabe: al descomponer cada uno es maestro. Las gracias y acrcsccntamiento siempre fué uso de las dar á quien puso su cuerpo á pe­ligro. No es razón que quien ha sido tan contrario á esta negociación le goce ni sus

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hijos. Los que so fueron do las Indias fu-yendo los trabajos y diciendo nial dellas y de m í , volvieron con cargos: asi se ordena­ba agora en Veragua: malo ejemplo, y sin provecho del negocio y para la justicia del mundo: este temor con otros casos harto.* que yo veía claro, me hizo suplicar á V . A. antes que yo viniese á descubrir esas isbas y tierra firme, que me las dejasen gobernar en su bical nombro: pingóles: Aré por privi­legio y asiento, y con sello y jttram mío , y me intitularon de Viso Jley y Almirante y Gobernador general de todo ; y aseñalaron el término sobre las islas do lo's Azores 10o leguas; y aquellas del Cabo Verde por línea que pasa do polo á polo , y desro y de todo que mas se descubriese, y me dieron poder largo: la escritura á mas largamente lo dice. — E l otro negocio famosísimo está con los brazos abiertos llamando: extrange.o lia sido fasta agora. Sic ,c años estuve en su Rea! corte, que á cuantos se f-tbló de osla empresa todos á una dijeron que era burla: agora finta los sastres suplican por descu­brir. Es de eioer que van á saltear, y se les otorga, que cobran con mucho perjiveio de mi honra y lauto daño del negocio. Bueno ; s de dar á .Dios lo suyo y aceptar lo que le pertenece, basta es justa sentencia, y de jus­to. Las tierras que acá obedecen á V . A. son mas que todas las otras de cristianos

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— 129 — y ricas. Después que y o , por voluntad di­vina , las hubo puestas debajo de su Real y alto señorío y en filo para haber gran­dísima renta, de improviso, esperando na­vios para venir á su alto conspecto con vic­toria y grandes nuevas del oro , muy segu­ro y alegre, fui preso y echado con dos hermanos en un navio , cargados de fierros, deslindo en cuerpo, con muy mal tratamien­to, sin ser llamado ni vencido por justicia: ¿quien creerá que un pobre extrangero se hobiese de alzar en tal lugar contra V. A . sin causa, ni sin brazo de otro Príncipe, y estando solo entre, sus vasallos y naturales, y teniendo todos mis lijos en su Real corte? Yo vine á servir de 2S años ( 1 ) , y agora no tengo cabello cu mi persona que no sea cano y el cuerpo enfermo, y gastado cuanto me quedó de aquellos, y mu fué tomado y vendido, y á mis hermanos fasta el sayo, sin ser oido ni visto, con gran deshonor rnio. lis de creer que esto no se hizo por su Real mandado. La restitución de mi honra y da­ñes, y el castigo cu quien lo fizo, fará sonar

1 En eslo hay equivocación , come ya la advirlió el Sr. Itossi. .Meamos historiadores suponen que Colon murió de sesenta años en el de ISOd, y ñor eonsiauicn-te mu-ió en 1-1-10. Su hijo 1). Hernando asegura que vino a Castilla desde Portugal al lin del año 1-W. El Cura ó'- los Palacios, que le trató) y conoció, dice que linu-iói M „ , , . / i ; , de edad de setenta años, ñoco más (i niénos. t-isto parece lo más probable , como lo Manifestaremos en otro lugar.

'rosto I . X V I I . 5

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su Peal nobleza; y otro tanto en quien me rolió las perlas, y do quien lia fecho daño en ese almirantado. Grandísima virtud, fa­ma ecn ejemplo será si hacen esto, y que­dara á la España gloriosa, memoria con la de vuestras Altezas de agradecidos y justos Príncipes. La intención tan sana que yo siempre tuve al servicio de vuestras Alte­zas, y la afrenta tan desigual, no da lugar al ánima que calle, bien que yo quiera: su­plico á vuestras Altezas me perdonen.—Yo estoy tan perdido como dije: yo he llorado fasta aquí á otros: haya misericordia agora el cielo y llore por mi la tierra. En el tem­poral no tengo solamente una blanca para el oferta: en el espiritual he parado aquí en las Indias do la forme, que está dicho: ais­lado en esta pena, enfermo, aguardando ca­da dia por la muerte, y cercado de un cuen­to de salvajes y llenos de crueldad y enemi­gos nuestros, y tan apartado do los Santa* Sacramentos de la Santa íglesí ', que se ol­vidará desta ánima si se aparta acá del cuerpo. Lloro por mi quien tiene earidatl, verdad y justicia. Y o no vine esto viage á navegar por ganar honra ni hacienda: estoc; cierto porque estaba ya la esperanza de to do en ella muerta. Yo vine á V. A . con sa na intención y buen zelo, y no miento. Su plico humildemente á V . A . que si ái Dio: place de me sacar de aquí, cpie haya po:

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bien mi ida á liorna y otras romerías. Cuya vida y alto estado la Santa Trinidad guar­de y acresciente. Fecha en las Indias en la Isla de Jamaica á 7 de Julio de 1 5 0 3 años.

CARTAS H-L / .LIuRAÜTE ION CR¡ETCbAL CCLOH

Á l- 'RAY D . ( ¡ A S P A R , M O N J E D E L A C A R T U J A

D E L A S C U E V A S D E S E V I L L A .

(En el sobre dice: Al Reverendo y muy devoto Padre Fray D. Gas-par.—De San Lúcar.J

l ícvereudo y muy devoto Padre: Si el de­seo de saber de vos me fatiga ansí andando á allá á donde voy, cómo hará aquí? Reci­biré gran pena. — Las cesas de mi despacho me han cargado tanto que he dejado el res­to; y esto por hacer todo más despacio. El Señor Adelantado ya partió con los navios para despalmar en la Puebla Vieja. Mi par­tida será en nombre de la Santa. Tri liclad el miércoles en la mañana ( 1 ) . — A la vuelta verá V . 1!. á I ) . Diego y le emperna bien en lo de mi memorial que yó le dejo, del cual querría yó que tuviésedes un traslado. Allá van por mi arquita para algunas escritu-

'b¡ Ksta salida debía ser para Cádiz, de dondo dio la vela el miércoles 11 de M a y o de 1502.

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ras. - La carta escribiré tío mi mano.— Don Diego c la traerá con mis encomiendas; á esos devotos religiosos me encomiendo, en especial al Reverendo Padre Prior, «p.ie voy muy suyo v deseoso tic servirle.—Fecha á 4 de Abril . '

Para lo que V . R . mandare

y. S. A . S.

X . M. Y. X r o . F E R K X S .

(En el sobre dice: Al revé, ciclo ¡j muy devoto Padre P). Gasjiar, en las Cuevas de Sevilla.)

Reverendo y muy devoto Padre: El ven­daval me detuvo en Calis fasta que los Mo­ros cercaron á Arcila, y con él salí al socor­ro, y fui al puerto. Después me d i o Nuestro Señor también tiempo que vino aquí en cua­tro días ( 1 ) . — A g o r a será mi viage en nom­bre de la Santa Trinidad, y espero deba ia victoria. -- A coérdese V. R. de escribir á menudo á D. Diego, y acuerde á Micer Eran-cisco de Rivarol el negocio de Roma que non le escribo por la pr isa .—Al Padre Prior y á todos esos devotos religiosos me enco-

1) Veaso el cap. SS do la Jlitiori". d>:t' Ahitirimk. escrita por su hijo i ) . Hernando.

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nriendo.— Todos acá estamos buenos á Dios Nuestro Señor gracias.— Fecha en Gran Canaria... (Está roto y comido el papel; y no se puede leer lo demás de la lecha) (1 ) .

Faia lo que V . IÍ. mandare S.

S. A . S. X . M. Y .

X r o . F e i í j í n s .

(En el sobre dice: Al Recavado y muy dcvolo Padre Fray 1). Gaspar, e n las Cue­ras de Sevilla.)

Uevereudo y muy devoto Padre: Si mi viage lucra tan apropiado á la salud de mi persona y descanso de mi casa, como ¡'mues­tra que haya de ser acresceutamiento de la Corona Eeal del Rey c do la .Reina nris Se­ñores, j o esperaría do vivir mas de cien gi-bileos. El tiempo no da lugar que yó escri­ba mas largo. To espero que el portador sea persona, de casa, que os dirá por palabra mas (pro non se pueda decir cu mil papeles. También suplirá D. Diego . — A l Padre Prior y á todos los religiosos pido por mer­ced (pie se acuerden de mí cu todas sus ora­ciones.—Fecha en la Isla de Janahica -á 7 de Julio de lot>3.

(1 (..'"Ion lle.eó ¡i ta Cran Canaria el ~'D Ue M a y o iie i.'Oa , y eont inuó desde allí na yia.io el - o ; j ior con­siguiente, la techa debo s e r de unos de estos dias.

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— 134 — Para lo que V . R . mandare

S. S. A . S.

X . M. y . X P O . F B H B S S .

(En el sobre dice: Al Reverendo y muí/ devoto Padre Fray P). Gaspar, en las Cuevas.)

Reverendo y muy devoto Padre: Diego Méndez es venido de la corte. D. Diego queda bueno. El Se. Adelantado y D. Fer­nando non eran llegados: yo os enviare allá con las nuevas de todo. Yo non soy ya que diga á mi deseo de veros, y comunicar algo que non es de \4n lula. Las escrituras que tenéis quemadas ver; y esos privilegios quer­ría mandar hacer una caja do c u'eha. enfor-rada de cera. Pídeos por merced que si el Donato, aquel hombre honrado bobiere d-t venir acá, que con el me enviéis to lo , ó con A n Irca, hermano de .1 uan Antonio porta­dor desía. — De mi mal ada dia estoy me­jor gracias á Nmstro Sudor. Al Padre Prior en su merced me encomiendo, y de to los esos Religiosos. —Pecha hoy sábado 4 de Enero (1) .

(1, Correspondo »1 año 1505.

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— 135 —

A lo que V . R. mandare S.

S. A . S. X . M. Y .

X r o . F E R E ? ; S .

C A R T A S D E D . C R I S T Ó B A L C O L O N Á Sb" 1 U J O I ) . D I E G O .

(En el sobre dice: A mi muy caro fijo D. Diego Colon)

Muy caro lijo: Recibí tu carta con el correo. Fecistes bien de quedar allá á reme­diar algo y á entender ya en nuestros nego­cios. El Sr Obispo de Falencia, siempre desque yo vine á Castilla me ha favorecido y deseado mi honra ( 1 ) . Agora es de le su­plicar que ¡es plcga de entender en el reme­dio de tantos agravios mios; y que el asien­to y cartas de merced que sus Altezas me hicieron, que las manden cumplir y satisfa­cer tantos daños: y sea cierto que si esto hacen sus Altezas que les multiplicará la hacienda y grandeza en increíble grado. Y no lo parezca que 40.000 pesos ele oro sean salvo representación, que se podia haber muy mayor cantidad, si Satanás no lo es­torbara en me empedir mi disiño: porque

*11 Fray 1). Piego de Deza , dominico, después, ar­zobispo de Sevilla. Yéasu á Ortiz de Zimiga en sus Anales, año P'tUó, o;!.

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— 136 —

cuando yo fui sacado de las Indias tenia en tilo para dar suma de oro incomparable á 40.000 pesos .—Yo fago juramento, y esto sea para tí solo, que de la* mercales que sus Altezas me tienen fechas, en mi parte me a'eauza el daño lo cuentos cada año, y que jamas se pueden rehacer. Ved qué par­te será ó es la que toca í sus Altezas, y no lo sienten. Y o escribo á su merced, y me trabajaré de partir para allá. La llegada y el resto es en las nomos do nuestro Señor. Su misericordia es infinita.—Lo que se haz y está para hacer, diz San Agostan, (pie ya está hecho antes de la creación del mundo. — Y o escribo también á estotros señores que dice la carta de .Diego Méndez. En su merced me encomiendo con las nuevas de mi vida, como dije arriba; que cierto estoy con gran temor, porq e el frió tiene tanta inimistad con esta mi enfermedad que habré de quedar en el camino.

Pingóme muidlo do oir tu carta, y de 1-qnc el 11 cy nuestro Señor dijo: jtor el cti.a! le besarais las .Reales manos. Es cierto que yo be servido á sus Altezas con tanta d i l i ­gencia y amor como y mas que por ganar e l paraíso; y si en algo ha habido falta habrá sido por el imposible, ó por no alcanzar ni saber y fuerzas mas adelante. Dios ntieure Señor en tal caso no quier do las personas salvo ia voluntad.

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— 137 — Y o llevé de aquí dos hermanos, que se di­

cen Porras, á ruego d : l Si'. Tesorero Mora­les. El uno fué por capitán y el otro por contador, ambos sin habilidad destos car­gos: é yo con atrevimiento de suplir por ellos, por amor de quien me los d i o . Allá se tornaron mas vanos do lo que eran. Mucha« civilidades les re-levé que no hiciera á un pariente; y que eran tales que merecían otro castigo que reprensión de boca. En fin lle­garon á tanto ¡que aunque yo quisiera non p e d i a ese-usar de non Hogar á lo que fué. Las pesquisas liaran íé si yo miento. Alzáronse en la Isla de .lanahica, de que fui yo tan maravillado, como si los rayos del sol causa­ran tinieblas. Y o oslaba á la muerte y me martirizaron cinco meses con tanta crueldad sin causa. En fin yo los tuve á todos presos, y luego los di por libres, salvo al capitán que yo traía á sus Altezas preso.

Una suplicación que me hicieron con ju­ramento que con esta te envió te dirá larg > de>io, bien que las pesquisas son las que ta­llan largo, las cuales y el escribano vienen en otro navio que yo espero de dia en día. Este preso prendió el gobernador en Santo Jcoiningo. Su cortesía le eonstringió á facer esto. Yo tenia en mi instrucción un capítu­lo en que sus Altezas me mandaban que to­dos me obedeciesen, y que tuviese yo la justi­cia civil y criminal sobre estos todos que fue-

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— 138 —

ron conmigo: mas no aprovechó con este, el cual dijo que non se entendía en su tónu:-no. Envióle acá á estos señores que tienen cargo do las Indias M U pesquisa ni proceso ni escrito. Ellos non le recibieron y se van sueltos.—Non me maravillo si nuestro fie-ñor castiga. Ellos fueron allá e ¡n sus bar­bas de poca vergüenza. Itebeldaría tal n i traición tan cruel se oyó nunca .—Yo osero-bí tiesto á sus Altezas con la otra carta, y que non ora razón (pie consintiesen os tu agravio. También cscrobí al Sr. 'Tesorero que le pedia por merced (pie no diese sen­tencia en palabras que estos le dijesen fasta oirine. Agora será bien que se lo aeoerda-de nuevo. -Non se como osan de ir delante ded con ta! impresa. A ro lo escribo á ól otra vez, y le envió el traslado del juramento co­mo á ti fago, y otro tanto al doctor Ángulo y licenciado Zapata. En su merced de todos me encomienda, con aviso que mi partida para allá será breve.

Folgara yo en ver carta de sus Altezas, y saber (pie mandan. Débcslo de procurar si viéredes el remedio. También de me enco­mendar al Sr. Obispo y á Joan López con la memoria de mi enfermedad y del galar­dón de mis servicios.

Estas cartas que v m con esta debes de leer por te conformar con la tabla de ellos.

A Diego Méndez agradezco su carta; non

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— 139 — lo escribo porque sabrá de ti todo, y por mi nial que me causa.

Carbajal y Jerónimo eu tal tiempo estu­vieran bien en la corte, y í'ablar en nuestro provecho con estos señores y con el secreta­rio.—recba en Sevilla á 21 de Noviem-b r c ( 1 ) .

Tu padre, que te ama mas que así

S. S. A . S.

X . M. Y. X r o . FEUENS.

(Sigue (Te htra del Almirante también.)

Yo torné á escribir á sus Altezas, supli­cándoles que mandasen á proveer de la pa­ga desta gente que fueron conmigo, porque son pobres y anda en tres años que dejaron sus casas. Fas nuevas que les traen son mas que grandes. Filos lian pasado infinitos pe­ligros y trabajos. Y o non quise robar la tier­ra por non escandalizarla; porque la razón quiere que se pueblo, y entonces se habrá todo el oro á la mano sin escándalo. Fabla dello al secretario y al Sr. Obispo y á Juan López, y á quien viéredes que' conviene.

(1) Corresponde al año de 1501, y así las demás hasta Enero y Pobrero de 1505,

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— 140 —

'1 Asi parece quo dice- ol origrinal, quo está rate­en estas dos sílabas.

(En el sobre dice: A mi muy caro fijo Don Diego Colon. —En la Corle.)

Muy c ro f i o : rocebí tus cartas de 15 de este. Después te escrebí que son ocho dias con un correo, y á otros hartos, y las cartas te envié abiertas para que las viésedes, y vistas las diésedes cerradas.—Bien que es­ta mi enfermedad me tribuía tanto, todavía aderezo mi ida .—Mucho quisiera la respues­ta á sus Altezas, y (pie la procurárades; y también epte proveyeran á la paga desta gente pobre que han pasado increíbles tra­bajos y les traigo tan altas nuevas, de que deben dar infinitas gracias á Dios nuestro Señor, y estar dolías tan alegres. Si yo mien­to (1 ) , el l 'aralipomenon y el libro de los Re­yes y Josepho de Anliquifalibus. con otros artos, dirán lo que tiesto saben. Y o espero en nuestro Señor de partir esta semana que viene. Ni por esto debes di jar de escribir mas amerindo.— De (,'arbajal y de (.Jerónimo no he sabido. Si ahí están dales mis enco­miendas. ''11 tiempo es tal quo ambos de­bieran estar en la corte, si la enfermedad non los estorba .—A Diego Méndez da mis encomiendas: creo yo que valdrá tanto su verdad y diligencia como las mentiras de

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— 141 —

los Porras. El portador dcsta es Martin de Gamboa, y con el escribo á Juan López y envió creencia .—Ved la carta, y después se le vuelva. Si me escribes vayan las cartas á Luis de Soria, porque me las envié al cami­no donde yo fuere: porque si voy en andas será oreo por la plata (1) .—Nuestro Señor te baya en su santa guardia.— Tu tío lia estado muy malo y está de las quijadas y de los dientes.—Fecha en Sevilla á 2S de Noviembre.

Tu padre que te ama mas que á sí. S.

S. A . S. X . M. y .

X P O . FEUKNS.

(En el sobre dice: A mi muy caro é ama­do fijo D. Diego Colon.)

.Muy caro fijo: Después que recebí tu car­ta de 15 de Noviembre nunca mas he sabi­do de ti. Quisiera que me eseribiéredos muy amemido. Cada hora «pusiera ver tus letras. La razón te debe decir (pie no tengo ahora otro descanso. Muchos correos vienen cada día, y las nuevas acá son tantas y tales que se me encrespan los cabellos todos de las oir tan al revés de lo que mi ánima desea.

1; Llámase así la calzada ó camino remano que va desde Monda á Salamanca.

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— 142 - -

Plega á la Santa Trinidad de dar salud á la Peina nuestra Señora, porque con ella se asiente lo que ya va levantado.— Otro cor­reo te envié el Jueves hizo ocho dias: ya d é l o estar en camino de venir acá. Con él te oscrebí que mi partida era cierta, y la espe­ranza según la experiencia de la llegada allá muy al contrario; porque este mi mal es tan malo, y el frió tanto conforme á me lo fa­vorecer, que non podía errar de quedar cu alguna venta. Las andas y todo fué presto. El tiempo tan descomunal cpue parecía á todos que era imposible á poder salir con lo que comenzaba: y que mejor era curarme y procurar por la salud que poner en aventura tan c nocida la persona. - Con estas cartas te dije lo que agora digo , que fué bien mi­rado a te quedar allá en tal tiempo, y epie era razón comenzar á entender en los nego­cios; y la razón ayuda mucho á esto. Páre­teme (¡ue se debe sacar en buena letra aquel capítulo de aquella carta que sus Altezas me escribieron á donde dicen que compli-rán conmigo, y te pornán en la posesión de todo, y dásela con otro escrito que diga de mi eníermedad y como es imposible rpio yo pueda agora ir á besar sus Peales pies y manos; y que las Indias se pierden y están con el fuego de mil partes; y como yo non he recibido ni recibo nada de la renta que en ellas he: ni nadie osa de aceptar de re-

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querir allá nada; y que vivo de emprestado. Unos dineros que allá Lobo , allí los gasté en traer esa gente que fué conmigo acá á sus casas: porque fuera gran cargo de con­ciencia á los dejar y desampararlos. A l se­ñor Obispo de Falencia es de dar parte des-to con de la tanta confianza que en su mer­ced tengo, y ansí al Sr. Camarero.—Creía yo (¡vii- Carvajal y Gerónimo en tal sazón estarían ahí.—Nuestro Señor es aquel que está, y que lo aviará como sabe que nos con. iene.

Carvajal llegó ayer aquí: yo le quise en­viar luego con esta misma orden: escusóse-me mucho diciendo que su mujer está á la muerte. Veré que vaya porque él mucho sabe destos negocios.—También trabajaré que vayan tu hermano y tu t ; o á besar las manos á sus Altezas, y les dar cuenta del viaje, si mis cartas non abastan. F e tu her­mano baz mucha cuenta: el ti ne buen na­tural, y ya deja las mocedades: diez herma­nos no te serian demasiados: nunca yo fallé mayor amigo á diestro y siniestro que mis hermanos.

Es de trabajar en haber la gobernación de las Indias, y después el despacho do la renta. Allá te dejé un memorial que electa lo que me pertenece dellas. Lo que despa­charon á Carvajal es nada, y en nada se ha tornado. Quien quiere lleva mcrcaderias, y

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ansí el ochavo es nada: porque sin contri­buir en el puedo yo enviará mercadear sin tener cuenta ni compañía con nadie. Harto dijo yo esto en tiempo pasado que la con­tribución del ochavo vernia á, nada: el ocha­vo y el resto me pertenece por la razón de la merced que sus Altezas me hicieron, co­mo te dejé aclarado en el libro de mis pri­vilegios, y ansi el tercio y diezmo: del cual diezmo no recibo salvo el diezmo de lo (que sus Altezas reciben, y ha de ser de todo el oro y otras cosas que se fallan y so adquie­ren por cualquiera forma, que se adentro esc Almirantado, y el diezmo de todas las mercadurías eme van y vienen de allá, sa­cando las costas.— Ya dije que en el libro de los privilegios está bien aclarada la razón de esto y del resto; con del juzgado aqui en Sevilla de las Indias, es de trabajar (pie sus Altezas respondan á mi carta, y que manden á pagar esta gente. — Con Martin de Gamboa habrá cuatro dias que yo les torné á escrebir. y verdades la carta de Juan López con la tuya.

A c á se diz que se ordena de enviar á fa­cer tres ó cuatro Obispos de las Indias, y que el Sr. Obispo de Valencia está, remiti­do esto. Después de me encomendado en su merced dile que creo que será servido de sus Altezas que yo fable con el primero que concluya esto.

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A Diego Méndez da mis encomiendas, y vea esta. Mi mal no consiente que escriba salvo de noche, porque el dia me priva la fuerza de las manos.

Y o creo que esta carta llevará un hijo de Francisco Vínolo: hacole buen allegamiento, porque haz por mí todo lo que puede con buen amor y larga voluntad alegre. — La carabela que quebró el mástil en saliendo de Santo Domingo es llegada al Algarbe: en esta vienen las pesquisas de los Forras. —(Josas tan feas con crueldad cruda tal, jamás fué visto. Si sus Altezas no los cas­tigan, no so quien sea osado ir fuera en su servicio con gente.

Hoy es lunes.—Trabajaré que ¡«arlan ma­ñana tu tio y fu hermano. Acoerdate de me cscrebir muy amenudo, y Diego Méndez muy largo. — Cada dia hay aquí de allá men­sajeros.—Nuestro Señor te baya en su san­ta guardia. Fecha en Sevilla J.o de Di­ciembre.

'I'u padre que te ama como á sí.

S. • s . a', s.

N . M . Y . X i ' o . FKÜENS.

(En el sobre dice: A mi muí/ raro fijo D. Diego Colon.—En la Corle.)

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MEMORIAL DE LETRA. D3L ALMIRANTE.

Memorial para tí mi muy caro fijo Don Diego de ¡o que al presente me ocorr que se ha de hacer. — L o princ'pal es de enco­mendar afectuosamente con mucha devo­ción el ánima do la Reina nuestra Señora á Dios. Su vida siempre fué católica y santa y pronta á todas las cosas de su santo servi-

Muy caro fijo: Ante ayer te eserebí eon persona de Francisco Pmelo largo, y con es­ta va un memorial bien complido. Muy ma­ravillado estoy de non ver carta tuya ni de otro. Esa maravilla tienen todos los qu-* me conocen. Todos acá tienen cartas, é yo á quien mas cumplida, non las veo. Era de tener sobre ello gran cuidado. El memorial que arriba dije abasta, y por esto non me alargo mas en esta. T u hermano y tu tío y Carvajal van allá: dellos sabrás lo que aquí falta.—Nuestro Señor te haya en su santa guarda. —Fecha en Sevilla á 3 de Diciem­bre.

T u padre que te ama mas que á sí.

S. S. A . S.

X . M. Y . X P O . F E K F . N S .

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— 147 -c-io; y i-or esto se debe creer que está en su satda gloria, y fuera del deseo deste áspero y fatigoso a.undo. Después es de en todo y por todo de se desvelar y esforzar en el ser­vicio del Rey nuestro Señor, y trabajar ele le quitar de eno jos .—Su Alteza es la cabe­za de la cristiandad: ved el proverbio cpie diz: cuando la cabeza duele, todos los miem­bros duelen. Ansí que todos los buenos cris­tianos deben suplicar por su larga vida y salud, y los que somos obligados á le servil-mas que otros debemos ayudar á esto con grande estudio y diligencia.—Esta razón me movió agora con mi fuerte mal á te es­cribir esto que aquí escribo, porque su Alte­za lo provea como fuere su servicio; y por mayor cumplimiento envió allá á tu herma­no, que 1 ien que el sea niño en días, no es ansi en el entendimiento, y envió á tu tio y Carvajal, porque si este mi escribir non abasta, qu • todos con tí juntamente pro­veáis con palabra, por manera que su Alte­za reciba servicio.

A mi veer nada tiene tanta necesidad de se proveer y remediar como las Indias. Allá debe agora de tener su Alteza mas de 4 0 ó 5 0 . 0 0 0 pesos de oro. Conoscí quel Gober­nador, cuando yo estaba allá, non tenia mu­cha gana de los enviar. - También en la otra gente se cree que habrá otros 1 5 0 . 0 0 0 pesos, y las minas en gran vigor 6 fuerza,

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— 148 — La gente qne allá es los mas son de conran y do poco saber, y que poco estiman los ca­sos. El Gobernador es de todos muy mal quisto. Es de temer cpic esta gente non to­me algún revés. Si esto seguiese, lo que Dios no quiera, seria después malo de adobar, y también si de acá ó de otras partes con la gran fama del oro se pusiese á usar sobre ell'-s do justicia. Mi parecer os que su Alte­za debe de proveer esto apriesa y de perso­na á quien duela con ) 50 ó 200 personas con buen atavio, fasta que lo asiente bien sin sospecha. Lo cual puede ser en menos de tres meses, y que se provea de baojr allá dos otras fuerzas.—El oro que allá está es grande a entura, porque es ligero con poca gente de sefíorearl •,—Digo que acá se diz un refrán que al caballo la vista de su due­ño le engorda. Acá y adonde quiera, fasta que el espíritu se aparte de este cuerpo ser­viré á su Alteza con gozo.

Arriba dije que su Alteza, es la cabeza de los cristianos, y es de necesidad que se ocu­pe y entienda en conservarlos y las tierras. A esta causa dicoir la gente que non puede ansi proveer de buen gobierno á todas es­tas Indias, y que se pierden y no dan el fru­to ni le crian como la razón quiere. A mi veer seria su servicio que de algo desto se des­cuidase con alguno á quien doliese el mal tratamiento dellas.

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— 149 —

Y o oserebí á su Alteza, luego que aquí lie;- i i c una carta bien larga, llena, de nece­sidades que requieren el remedio cierto, presto y de brazo sano. Ninguna respuesta ni provisión sobre ello lio visto, l inos navios detiene en San Lúcar el t i empo .—Yo he dicho á estos señores de la contratación que los deben mandar á detener fasta que el Iv y nuestro Señor provea en ellos, ó de presente con gente ó de escrito. Muy necesario es desto, y sé lo quo digo, y es necesidad que se mande en todos los puertos, y se mire con diligencia que non vaya rllá nadie sin licen­cia. Ara dije que hay mucho oro cogido en casas de paja sin fortaleza, y en la tierra-hartos desconcertados, y la enemistad deste que gobierna, y el poco castigo que se hace y se ha fecho en quien cometió manipodios y salió con su traición favorecido. — Si su Alteza acoerda de proveer algo debe de ser luego, porrino estos navios no reciban agra­vio.— Y o be oido que están para elegir tres Obispos para enviar á la Española. — Si pla­ce á su Alteza de me oir antes que esto con­cluya, que diré con que Dios nuestro Señor sea bien servido y su Alteza, y contento.

(Por debajo del final de este memorial es­tá escrito laminen de letra del Almirante lo

- que siijuc.) Y o ' m e he detenido en el proveer do la

Española.

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— 150 —

(En el sobre dice: A mi mity caro fijo D. Diego Colon.—En la Corte.)

Muy caro fijo: H o y son ocho dias que partió de aquí tu lio y tu hermano y Car­vajal juntos para besar las Reales manos de su Alteza y le dar cuenta del viaje, y tam-bitn para te ayudar á negociar lo que allá lucre menester.

I ) . Fernando llevó do aquí 150 ducados á su albedrio: él habrá de gastar dellos: lo eme él tuviere te los dará. Tandeen lleva una caria de ico de dineros para eses mer­caderes. V e d que es mucho menester de poner buena guardia en ellos que allá hobe yo enojo con ere Gobernador, porque todos me decían que yó tenia allí 11 ó 12.000 castellanos y non hobe sino cuatro.—El se quería meter en cartas conmigo de cresas á cpre non soy obligado, y yó con la confianza de la promesa de su Alteza, que me man­darían restituir todo, acordé do dejar esas cuentas con esperanza de se las tomar á él. Ansí que bien que tenga allá dineros, non ha nadie, por su soberbia, que so los ose re­quer ir .—Yo bien sé que después de yo par­tido rpue él había recibido mas de 5.000 castellanos.—Si pos : blc fuese de haber una carta de buena tinta de su Alteza para él, en que le mandase con la persona tpie yo envia­ré con mi poder, que luego sin dilación en­vié los dineros y cuenta cumplida de todo

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— 151 —

lo quo á mi pertenece, seria bueno; porque do otra guisa non dará ni á Miguel Diaz ni Velazquez nada, ni le osan ellos tablar so­lamente en ello.—Carvajal muy bien sabrá como esto lia de ser: vea él esta. Los 150 ducados que te envió Luis de Soria, cuando yo vine, están pagados á su voluntad.

Con 1). Fernando te escribí largo, y en­vié un memorial. Agora que mas he pensa­do digo, que pues que sus Altezas al tiempo de mi partida dijeron por su firma y por palabra que me darían todo lo «pie por mis privilegios me pertenece, que so debe dejar de requerir e' memorial del tercio, ó del diezmo y ochavo, salvo sacar el capítulo de su carta á donde me cscri sen esto que dije, y requerir todo lo que me pertenece como lo tienes por escrito en el libro de b-s pri­vilegios, en el cual va también aclarado la razón porque yo he de haber el tercio, ochavo y diezme; porque después habrá siempre lugar de abajar á lo que la persona quisiese; pues sus Altezas dicen en su carta que me quieren dar todo lo rpte me perte­nece.—Carvajal muy bien me entenderá si veo esta carta, y e alquier otro, que harto va clara. También yo escribo á su Alteza, y cu fin le acuerdo qoe debe proveer luego las Indias, porque aquella gente no se alte­rase, y le acuerdo la pronies i que arriba di­je .—Debiadcs de ver la carta.

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Con esta te envió otra carta de fee para los dichos mercaderes .—Ya dije la razón (pro hay para templar el gas to .—A tu tio tien el acatamiento que es razón, y á tu hermano allega como debe hacer el herma­no mayor al menor; tu no tienes otro, y loa­do nuestro Seí.or, este es tal que bien te es menester. El ha salido y sale de muy buen saber. A Carvajal honra y á Gerónimo y á Diego Méndez; á todos da mis encomiendas: yo non les escribo que no hay que, y este port' dor va de priesa. Acá mucho si 1 suena que la Reina, que Dios tiene, ha dejado que yo sea restituido en la posesión de las In­dias.—En llegando el escribano de la Ar ­mada te enviaré las posquisas y original do la escritura de los Porras .—De tu tio y her­mano non be habido nueva, después (pie partieron.—Jais aguas han sido tantas acá que el rio entró en la cibdad.

Si Agostin Italian y Francisco de (íri-maido no te quisieren dar los dineros que hobiéredes menester, búsquense allí otros que los den; «pie yo, en llegando acá tu fir­ma, yo los pagaré tedo lo que hobiéredes recibido, á la niesma. hora; que acá non hay agora persona con quien yo te pueda en­viar moneda.—Focha hoy viernes Di de Di­ciembre de 1 5 0 4 .

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Tu padre que te ama mas que á sí.

S. ¡3. A . S.

X . M. Y . X r o . FKHENR.

(En el sobro dice: el mi muy caro jijo D. Diego Colon.—En la Corle.)

Muy caro fijo: El Sr. Adelantado y tu hermano y Carvajal partieron hoy son diez y seis dias, para allá. Nunca mas mo han escrito. 1). Fernando llevaba lóO ducados. El habrá do gastar lo que hobiero menes­ter, y lleva una carta para los mercaderes que te provean de dineros. — Otra te envié después con feo de Micer Francisco de Fvi-barol, con Zamora correo, y dije que si peo­na carta te habían proveído q. o no usásedos de la de Francisc > líibarol; ansí como ago­ra di . o de otra carta ((¡re te envió con esta de Mieer Francisco Doria, la cual te envió á mayor abundancia, porque non falto (pie tu non seas proveído. — Ya dije como es ne­cesario de poner buen reeabdo en les dine­ros fasta (pie sus Altezas nos den ley y asiento. También te di e (pie yo he gastado para traer esta gente á Castilla 1 . 2 0 0 cas­tellanos, los cuales me debe su .'vileza la mayor parte dedos, y por esta le eserebí que me mandase á tomar la cuenta.

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iO.. Cénzalo Camaeho, míe t'ud (lo eseudero en el navio G'uUeun, que mandaba Pedro do 'Perreros.

A c á , si posible fuese, querría cada dia cartas. De Diego Méndez rae quejo si non lo haz y de Gerónimo, y después de los otros cuando allá regaren. Es de trabajar de saber si la lleina, rpie Dios tiene, dejó dicho algo en su testamento de mi, y es de dar priesa al Sr. (.'hispo de falencia, el que fué causa que sus Altezas bebiesen las In­dia-, y (pro yo quedase en Castilla, que yá estaba yo de camino para fuera: y ansí al Sr. Camarero de su Alteza.

Si vieoe á caso á fablar en descargo, es de trabajar que vean la escritura que está en el libro de los privilegios, la cual atnues-tra la razón porque se me debe el tercio, ochavo y diezmo, como por otra te dije.

Yo be escrito al Santo Padre de mi viage porque se (pujaba de. mi porque no le escri­bía. El traslado de la carta te envió. Quer­ría que lo viese el i !ey nvie.-tro Señor ó el Sr. Obispo de Falencia, primero que yo en­vié a carta por evitar testimonios falsos.

(.'amacho ( ! ) me ha «levantado mil testi­monios. A mi posar lo mand- baaprender .— El está en la Iglesia: (íiz que pasado h i fies­ta irá allá si pudiere . - - -Yo si le debo amucs-tre por donde; que fago juramento que yo non lo sé, ni es verdad.— Si sin importunar

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se hobicsc licencia de andar en muía ( 1 ) , yo trabajaría de partir para allá pasado Enero, y ansí lo haré sin ella: por ende non se deje de dar prisa porque las Indias non se pierdan, como hacen. Nuestro Señor te haya en su guardia.—Fecha hoy 21 de Di ­ciembre.

Tu padre que te ama mas cpie á sí.

S. S. A . S.

X . M. Y . X r o . FJÍHENS.

(̂ 1 las espaldas de la carta está escrito lo siguiente también de letra del Almi­rante.)

(Estos) diezmos que me dan non os el diezmo que me fué prometido: los privile­gios lo dicen: y bien ansí se me debe el diez­mo de la ganancia que se trae de mercadu­rías y de todas otras cosas, de que no reci­bo nada.— Carvajal bien me entiende. — También se acoerde Carvajal de haber car­ta de su A b e z a para el Gobernador que luego envié las cuentas y los dineros que allá tengo sin dilación, y seria para esto bueno que fuese á esto un repostero de su

1 Obtuvo esta licencia del rey en 23 de Febrero de lorio.

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•— I5G —

Alteza, porque deben de ser buena suma para m i . — Y o trabajaré con estos señores de la contratación que también envión á decir al Gobernador que envié esta mi parte con el oro de su Alteza. — Ni por esto se deje de remediar allá estotro.—Digo que allá deben de pasar á mi creer de 7 ó 8.000 posos que se habrán recibido después que yo partí, sin los otros que no me dieron.

( ihi el sobro dice: Jl mi muy caro jijo D. Diego Colon.—En la Corle.)

Muy caro l i jo : Con D. Fernando te escribí largo, el cual partió para allá, hoy son veintitrés dias, con el Sr. Adelantado y con Carvajal, de los cuales non he después sabido nada. Después boy non diez y seis dias te escribí con Zamora el torreo , y te envié una carta de lee para esos mercaderes <[ue te diesen los dineros que les pidiese les con lee de Francisco lubarol; y después eon otro corra), habrá ocho dias, eon otra le de Francisco Doria., listas van. dirigidas ;l Can­taleen y Agustín Italian para que te las don, y con elias va un tras!.ido de una car­ta que escribo al Santo Padre de las cosas de las Indias, porque non se me quejo mas de mí. fisto traslado envió para que le vea su Alteza, ó el Sr. Obispo de Falencia por evitar testimonios falsos .—La paga desta geute que fué conmigo ha tardado .—Acá

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(1) H a b í a ido do módico ó físico en la carabela Cu-pitaña.

los lie proveído de lo que he podido.—Ellos son pobres, y liíin de ir á ganar su vida: acor­daron de ir allá: acá se les lia dicho que le l'arán el favor que sea posible, y ansí es ra­zón; bien que entrellos hay que mas meres-cian castigo que mercedes. Esto se diz por los alzados. — Y o le oí una carta para el se­ñor Obispo de Falencia; vedla y véala tu tio y hermano y Carvajal, que si fuere menes­ter que estos que van hayan de dar peti­ción á su Alteza que della le saquen, y ayú­dale todo lo que pudicredes (pie es razón, y obra de misericordia, porque jamas nadie ganó dineros con tantos peligros y penas y que haya fecho tan grandes servicios como estos. Allá diz Camacho y Maestre lier-nal (J) que quieren j r : dos criaturas por quien Dios haz pocos milagros: ellos mas van, si lacren, para dañar que non á hacer bien. Poco pueden, porque la verdad siem­pre vence, como hizo de ia Española, que rebeldes üeieron con sus falsos testimonios que non se hobiese fasta agora provecho deba. Este Maestre Ijerna! se diz que fué el comienzo de la traición: fué preso y acu­sado de muchos casos , (pie por cada uno dcllos merecía ser fecho cuartos. A ruego de tu tio y de otros fué perdonado, con tan-

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158 — to que por la mas pequeña palabra que mas fablase contra mí y mi estado que non le valga el perdón y se d por condenado: el traslado te envío eon esta. — De Camaeho te enviaré una carta justicia: ha mas de ocho dias que non sale de la Iglesia por los desvarios y testimonios falsos de su lengua él tiene un testamento de Terreros ( l ) , ' y otros parientes dests Terreros tienen otro mas fresco que niquila el primero: dígolo por la herencia; é yo f'oi rogado que acuda al postrero en manera que Camaeho habr í de restituir lo que ya ha recetado.—Yo mandaré sacar una carta de justicia, y le en­viaré, porque creo que sea obra de misericor­dia á castigarle; porque es tan disoluto de su lengua que alguien le ha de castigar sin vara, y no será tan sin consciencia y mas daño de su persona. Diego Méndez mu;,' bien conoscc á Maestre Dental y sus obras. El Gobernador le quería prender en la espa­ñola, y le dejo á mi cansa. Diz que allá ma­tó dos hombres con medecinas por veng t u ­za de menos de tres -Tabas.—La licencia, de la nuda si sin trabajo se puede haber, f li­garía dolía y de una buena muía. Con todos consulta tus negocios, y diles que non les escribo particularmente por la gran pena

(X) Podro do Terrero*, capitán del navio Gnlhat,, había muerto durante el viaje el dia. de Mayo de lóO-J. Camaeho iba de escudero en el mismo navio,

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— 159 — que llevo en la péndula. Non digo que lla­gan ellos ansí, salvo que cada uno me es­criba, y muy á menudo, que gran pesar ten­go que todo el mundo tiene cada dia cartas de allá, yo nada de tantos como allí estáis. Al Sr. Adelantad.) en su merced me enco­miendo, y mis encomiendas da á tu berma-no y á los otros todos .—Fecha en Sevilla á 29 de Diciembre.

Tu padre (pie te ama mas que á sí.

S. S. A . S.

X . M. Y . X P O . FKRKNS.

(Sii/iie ile lelra del Almirante.)

Todav'a digo qv.e sí nuestros negocios han de ser librados por via do conscieneia (pie es de amostrar el capítulo de la que sus Abozas n e escribieron cuando partí en que dicen que te mandarán á poner en posesión; y después es de mostrar la escritura que está en el libro de los privilegios, la cual .'.muestra por razón y justicia como es mió el tercio, el ochavo y el diezmo. Fe aquí siempre habrá lugar de abajar.

(En el sobre dice: A mi muy ra) o Jijo I). JJicyo Colon.)

Muy caro fijo: Con un correo que lia de

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llegar allá hoy te escrebí largo, y te envié una carta para el Sr. Camarero. Quisiera enviar en ella*un traslado de aquel capítulo de la carta do sus Altezas, en .pie dicen que te mandarán á poner en la posesión, y se me olvidó acá.—Zamora ol correo vino. Y í tu carta y de tu vio y hermano y de Carvajal con mucho placer por haber llegado buenos, quo yo estalla do ello en grande congoja. Diego Méndez partirá do aquí á tros ó cua­tro dias con la libranza despachada.: él lle­vará larga relación de todo, y escribiré al Sr. Juan Yelasqucs. Yo deseo de su amistad y servic io .—Yo creo que él sea caballero de mucha honra.—Si el Sr. Obispo de Falen­cia ( I ) es venido ó viene, dile cuanto me ha placido desu prosperidad y que si yo voy allá, que he de posar con'sumercod aunque él non quiera, V «pie habernos de volver al primero amor fraterno, y que non le pederá negar porque mi servicio le fará que sea ansí.—La caita did Santo Fadi'e dije (pee era para (pie su merced lo viese si allí estaba, y el señor arzobispo de Sevilla ( 2 ) q s ce l bíey non terna

1 11. -luán de Fonseea , tino finí arcediano y (loan (lo Sevi l la , Y suecdyanioníe obispo .le ü a d a i o z y <le l'drdobrí, ele ,i , . ,„l„ lio'. Ira -hi lado ¡í la silla de Falen­cia. , i!o la que nenó p r i s o - ¡ n u en su nombre por ba­ilarse alísenle en blandos ii- Alonso de t'onscca á li de l-inero de lollo. /S'ilra ¡'•dnitiivi 'le le .Alonso Fer­nandez de .Madrid. M. S. en la .Academia Fspañota.

S, I ) . Fray Juego de íteza que , siendo obispo de Palencia, lo presentaron los reyes para el arzobispado

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— 161 — lugar para e l lo .—Ya te dije eme el pedir á su Iteza es que eompla lo cpie me mandó á cscrebir de la posesión y del resto que me fué prometido: y dije que era de amostrar ese capítulo de la carta, y dije que non se debe dilatar, y (pie esto conviene por infini­tos respetos.—Crea su Alteza ¡pie cuanto me diere que ha de ser ciento por uno el aerescentamiento de su alto señorío y ren­ta; y que non tiene comparación lo fecho con lo que está por hacer .—El enviar Obis­po á la Española se debe dilatar fasta ta­blar yó á su Alteza; non sea como del otro que se ¡dense adobar é se trastorne.—Acá han fecho unos fríos y hacen que me han fatigado harto y, fatigan. En merced del se-fair Adelantado me encogiendo. A ti y á tu hermano guarde y bendiga Nuestro Señor. A Carvajal y á (Jerónimo dad mis enco­miendas. Diego .Méndez allá llevará el cos­tal l leno.—Del negocio que tu eseribistes, oreo que sea muy hacedero.—Los navios de las ludias no han llegado de Lisboa. Mucho oro trujieron, y ninguno para (mi). Tan grande burla no se vido, cpre yo dejé 0 0 . 0 0 0 pesos fundidos. No debe su Alteza dejar

de Sevilla en léO-l, cuyas bulas lleg-aron el 21 de D i ­ciembre de este año, y se le dio la posesión muy á principio de lodo, aaiifiue su entrada pública no fué basta el dia 21 de Octubre. —(Ortiz de Z ú ñ i g a , Antit., libros 12 y la . )

T O M O L X Y I 1 . ü

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perder (d'-sfo'i fan grande nogoeio. conio 11 az. Agora euvia a! ( l n l i o r n a O n r prò vision Ircs-ea: non so su!>rc quo. .1 V lalii ' erpero cada dia oarlas. Mira M U O L . N solve ol gastar, ifnv ansi oonvieno.— l 'odia ¡5 iS do l'inoro.

T u padre one io ama mas quo a si S.

8. A . S. X ri . Y .

Xi>«. Ei-;in:.\s. ( E H eì sol ire diee: A mi in ni/ raro Jijn

I). JJìeflo Colon.— EH la Coiic.)

Airi;," caro lijo: IHi-go .Menile/ partici de a e i n i hines e de es-te mes. ])espue< do par-tido falde eoo Americo Viepueliy. porfador desta, ci oual va alla ilamade soìire eosas de U A V O G A O I O N HI sii llip're divi» desco lì" H i t

liaeer pina :•; os muejio liomliro de Inoli: la Fortuna le ha side contraria (anno a otros muclios: sus traoajos no le li.m ai m u d i t i -do tanto (anno ia razen requie-re (1) . Ed va por mio y en mudai desco de lincei' COMI que redonde a mi ini n, si a sus manos esla.

1 Americo Ve.o.ueio, llorei 11 : n , vino desilo Lolvo a! . - e n icio ce Iv-eaiia , y so c e al cecili e n Se-villa, lòi-( ii! imi.. Oi I c.ici .-e-:., n e - raet il , . e i-n! recò a lcs l ie l i " i!c !a ce i io -eT , ! :a y mollica . c i c a e;s ice acuii.-ei -11 t ji.l e c e e ! .'. I e ira ni e i a ca.-.i. de .imoi ili l'ardi , e-nierciaoto tam'-ien i!nr.-u( in, y ci li.iì.er emendili" orni omo pai-ano su,\o en ai-iiiamenlos ;v iirovisiones para bis ìndias . Asi lo diee Muiio/, en el libro 7.", in­edito aiin, do sa 11 Ihtinti.i {/. / JS tu cu Mitiidn.

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— 163 —

Yo non sel de ncá en que yo le em ponga que ami aproveche, ponine non so quo soa lo lino allá lo quieren. ••!! va. d ч entunado do ìiae­­r nor mi l'odo lo á ó! que inoro posible. Ved ala en < ¡ U ' : o c l e apro\ eelnir, y i ra­

bí, ¡ad p ­r ; e b , . p í o ,'d Ь liar.­'i iodo y iabla­

râ, y lo formi 'so . . W H ; У sea todo seereta­

n i . e o e porque eoo se ! i e a .¡­'i si».<ceidw. Y o , todo lo quo S " . e s " a hoeido ib eir quo toque á oslo, .­.e lo be dich", y onforuiadli ile la jiaga one á mi s,. li­ ieebo v se haz .— Ksta carta s e i pira e! Sr. Adelanta io t a i i i ' - m i i , o o l ' q i i o od vea e l i qué pue io a oro ­.'cella •­, y le . ¡ V Í . ­ U dello.­ —( 'rea su Aboza que s u s na­

vios l imiMii i l ) le. mejor d­.­ las Indias y mas rico; y si queda aleo para sabor mas de lo .belio, yo lo >at isi'aré a I t a pur palabra, por­

que .­s imp...­¡Me ¡í lo decir p u r escrito. N nos­

tro Señor le baya, eo su santa guardia. — Pe­

cha en Sevilla ¡'r ~> de Febrero. Tu padre еще te ama mas que á sí

s . S. Л. s . X . M. Y

X i ' o . F k ü k x s . l'in el sobre dice (de maim did Almi­

rante 4: .1 mi m mi cirro jijo J). Dici/o Co­

lmi. ­ En. In Cortei \i ).

' i , , t . ' ­ la es la u n i r a . ­ . . . ­ ta м а е u n es I n d a i lo l e i l ­ o ' lei A l l a n ­ ; , n i . . . ; i e\i ­e I n­'o m d e l s e t . r e , a l l l e t i n u a у tir­

a i a , . ( l ie h i z o . l e l e t r a in i m p e l i l a .

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— 164 — Muy caro fijo: El licenciado de Cea es

persona á quien yo deseo honrar. El tiene á cargo dos hombres, sobre los cuales la justicia tiene proceso, como se paresce por esta información que aquí en esta va. Ten forma que Diego Méndez ponga esta dicha petición con las otras en la Semana Santa que se dá á su Alteza de perdón: y si saliese despachada, bien; y si no ved, otra forma porque so despacito.—Nuestro Seño]' te ha­ya en su santa guarda. Fecha en Sevilla á 25 de ] lebrero de 15U5.—Con Amcrieo Vcspuchy te escrebí: procura que te envié la carta, salvo si ya la hobiste.

(Lo que sigue es de mano del Almi­rante. )

A lo que—tu padre

X P O . FIÍEH.NS.

I N S T I T U C I Ó N D E L M A Y O R A Z G O .

En el nombre de la Santísima Trinidad, el cual me puso en memoria, y después ilegú á perfecta inteligencia que podria navegaré ir á las Indi ,s desde España, pasando el mar Océano al Poniente, y ansí lo notifiqué al Rey D. Fernando y á la Reina Doña Isa­bel nuestros Señores, y les plugo de me dar aviamiento y aparejo de gente y navios, y

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de me hacer su Almirante en el dicho mar Océano, allende de una raya imaginaria que mandaron señalar sobre las Islas de Cabo Verde, y aquellas de los Azores, cien leguas que pasa de Polo á Polo, que donde en ade­lante al Poniente ñicsc su Almirante, y que en la tierra firme é islas que yo ¡aliase y descubriese, y donde en ¡ idelante, que des-tas tierras fuese yo su Visorey y Goberna­dor, y sucediese en les dichos oficios mi hijo mayor, y así de grado en grado para siem­pre jamás, é yo hubiese el diezmo de todo lo que en el dicho Almirantazgo so fallase é hobiese é rentase, y así mismo la octava parte de las tierras, y todas las otras cosas, é el salario que es razón llevar por los ofi­cios de Almirante, Visorey y Gobernador, y con todos los otros derechos pertenecien­tes á los dichos oficios, ansí como todo mas largamente se contiene en esie mi privile­gio y capitulación que sus Altezas tengo.

E plugo á Nuestro Señor Todopoderoso que en el año de noventa y dos descubriese la tierra firmo de 'as Indias y muchas islas, entre las cuales es la .Española, que los lu­dios della llaman A y t e y los Monicongos de Oipango. Después volví á Castilla á SS . A A . y me tornaron á recibir á la empresa é á poblar é descubrir mas, y ansí me dio Nues­tro Señor vitoria, con que conquisté é fice tributaria á la gente de la Española, la cual

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— 166 — boja seiscientas leguas, y descubrí muchas islas á los Caníbales, y setecientas al Po­niente do la Española, en i re las cuales es aquella de Jamaica, á I J U C Nos llamamos do Santiago, ó treseient s 6 treinta é tres le­guas de tierra firme de la jiaríe del Austro al Poniente, allende de cicoío y siete de la parte del Setentrioü, que tenia descubierto al primor viage con muchas islas, como mas largo se verá por luis estaturas y memorias y cartas de navegar. E porque esperamos en aquel alto Idos (pie s baya de haber antes de grande tiempo buena ó grande renta en las dichas islas y tierna ¡irme, de la cual por la razón sobredicha me pertenece el dicho diezmo y ochavo y salarios y derechos sobre­dichos: y porque smees mortales, y es bien que cada uno ordene y deje declarado á sus herederos y sucesores lo (pie ha de haber é bebiere, é por esto me pareció bien de com­poner desta ochava parte de tierras y oficios é renta un Mayorazgo, así como aquí abajo diré.

Primeramente (pie haya de suceder ái mí I ) . Piego, mi hijo, y si del dispusiere Nues­tro Señor antes ¡pie él bebiese hijos, (pie en­de suceda 1). Fernando, mi hijo, y si del dis­pusiere ÍNucsiro Señor sin quehoi-iese hijo, ó yo hubiese otro hijo, que suceda ].>. Parto-lomé, mi hermano, y donde su hijo mayor, y si del di-pusiere Nuestro Señor sin lien--

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doro que suceda D. Diego, mi hermano, siendo casado ó jaira poder casar, ó que su­ceda á él su hijo mayor, é así de grado en grado perpeluamont • para siempre jaméis, comenzando en i ) . Diego, mi hijo, y suce­diendo sus hijos, de uno en otro perpetua­mente, ó falleciendo el hijo suyo suceda D. Fernando, mi hijo, como dicho es, y así su hijo, y prosigan de hijo en hijo para siem­pre éi y les sobredichos D . Bartolomé, si á él ¡legare e á D. Diego, mis hermanos. Y si á Nuestro Señor pluguiese <pie después do haber pasado algún tiempo este Mayorazgo en uno de los dichos sucesores, viniese á pre.-cribir herederos hombros legítimos, ha­ya el dicho Mayorazgo y Je suceda y herede el pariente mas llegado á la )>crsona que he­redad" lo tenia, en cuyo poder prescribió, siendo hombre legítimo que se llamo y se baya siempre llamado de su padre é antece­sores, llamados de los de Colon. El cual Ma­yorazgo en ninguna manera lo herede mujer ninguna, salvo, si aquí ni en otro cabo del mundo no se fallase hombre de mi linage verdadero que se bebiese Harnéelo y llamase él y sus ar.tecexu'es de Colon. Y si esto acaeseiere (lo ({tío Dios no quiera) que en tal caso ¡o haya la mujer mas llegada en deudo y en sangre legitimad la persona que así había logrado el dicho Mayorazgo; y esto será con las condiciones que aquí abajo diré,

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las cuales ?c entienda que son ansí por don Diego, mi hijo, como por cada uno de los so­bredichos, ó por ipiien sucediere, cada uno dellos, las cuales cumplirán, y no cumplién­dolas, que en tal caso sea privado del dicho Mayorazgo, y lo haya el pariente mas lle­gado á la tal persona, en cuyo poder halda ¡'rescrito, por no haber cumplido lo que aquí diré: el cual así también le cobrarán si él no cumpliere estas dichas condiciones que aquí abajodiré , é también será privado do­lió, y lo haya otra persona mas llegada á mi linage, guardando las dichas condiciones que así duraren perpetuo, y será en la Jornia sobre escrita en perpetuo. La cual pona no se entienda en cosas de menudencias que se podrían inventar por pleitos, salvo por cosa gruesa que toque á la honra de Dios y de mí y de mi liuagc, como es cumplir libre­mente lo que yo dejo ordenado, cumplida­mente como digo, lo cual todo encomiendo á la justicia, y suplico al Santo Ladre que agora es, y que sucederá en la Santa Igle­sia agora, ó cuando acaesciere que este mi compromiso y testamento haya de menester para se cumplir de su santa ordenación é mandamientos, que en virtud ds obediencia y so pena de excomunión papal lo mande: y que en ninguna manera jamás se disforme; y así mismo lo suplico al Rey y á la Reina nuestros Señores, y al Príncipe D . Juan, su

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— j 69 — primogénito nuestro Señor, y á los que le sucedieren ñor los servicios que yo les he fecho: é por ser justo que les i lega, y no consientan ni consienta que se disforme este mi compromiso de May. raxgo é de Testa­mento, salvo que quede y esté así, y por la guisa y forma que yo le ordené ¡ t a r a s i enrec jamás, porque sea servicio de Dios Todopo­deroso y raiz y pié de mi linage y memoria de los servicios que á sus Altezas he fecho, que siendo yo nacido en Genova les vine á servir aquí en Castilla, y les descubrí al Po­niente de tierra firme las Indias y las dichas islas sobredichas. Así que suplico á sus Al ­tezas (pie sin ¡ileito, ni demanda, ni dilación, manden sumariamente que este mi Privile­gio y Testamento valga y se cumpla, así co­mo en él fuere y es contenido; y asimismo lo suplico á los Grandes Señores de los Pied­nos de su Alteza, y á los del su Consejo y á todos los otros que tienen ó tuvieren ca'-to de justicia ó de regimiento, que les plega de no consentir que esta mi ordenación é tes­tamento sea sin vigor y virtud, y se cumpla como está ordenado por mí, así por ser muy justo que persona de título é quo ha servido á su I!ey é ludirá é al Peino, que valga todo lo que ordenare y dejare por testamento ó compromiso é Mayorazgo é heredad, é no se le quebrante en cosa alguna ni en parte ni en todo.

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— 170 —

Primeramente traerá D . Diego, mi hijo, y todos Jos que de mí sucedieren y descen­dieren, y así mis hermanos D . Bartolomé y D . Diego mis aianas, que yo dejaré después de mis dias, sin entreverar mas ninguna co­sa que ellas, y sellará e< u ol sollo dolías.— D. i ' i ego , mi hijo, ó cualquier otro que he­redare este .Mayorazgo, des)ates de haber heredado y estado en ¡aisesion de ello, firmo de mi Urina, la cual acora acostumbro, que es,una X . con una S. encima y una 31. con una A. romana encima, y encima dolía una 8. y d e n ates una Y griega con una 8, cn-«'«•••• con ,-us ra.-, as y virgulas, como yo ago­ra higo; y se parecerá por mis iirmas, de las cuales se llalla: án muchas, y por tata pare­cerá.

Y no escribirá sino ¿7 Aliuiranlr puesto que otros tuelos el Hoy le diese ei ganase: esto se cote-nde en la lirma- y no en su di-tado que podrá escribir todos.su títulos co­mo le pluguiere; solamente en la firma es­cribirá c; Alniiraníe.

Habrá ol dicho ! ) . Diego , ó cualquier otro que heredare este Mnyorazao, mis oli­ólos de Almirante del mar Uc .auo , que es de la parto del l/onieute de una raya que mandó asentar imaginaria su A.toza á cien leguas sobre b s islas de los Azores, y otro tanto sobro las de Cabo Verde, la cual par­te do Polo á Po lo , allende de la cual man-

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daron é me hicieron su Almirante en la mar, con todas 1 s preeminencias que tiene el Almirante 1). Tleorique en el Almiran­tazgo de Castilla, ó me lucieron su Visorey o (¡ol'Crnadnr jier]ict.no para siempre jamás, y en tedas las islas y tierra tirme, descu­idarlas y por descubrir, para mí y para mis herederos, come mas largo parece por mis privilegies, les cuales tongo y por mis ca-pítados, como arriba dije.

ítem: ipte el dicho I ) . Diego , ó cualquier otro que heredare el dicho Mayorazgo, re­partirá la renta que á nuestro Señor plu­guiere de le dar en esta manera so la dicha pena._

.Primeramente, dará todo lo que este Ma­yorazgo rentare agora y siempre, ó del ó por él se bebiere é recaudare, la cuarta parte (aula ata"), á 1). Partolomé Colon, Adelan­tado de 'as indias, mi hermano, y esto fas­ta ipie él haya do su renta un cuento de maravedís para .-u mantenimiento y trabajo (pie ha tenido y tiene de servir en este Ma­yorazgo, el cual dicho cuento llevará, como dicho es , cada año, si la dicha cuarta parte tanto montare, si él no tuviere otra cosa; mas teniendo algo, ó todo de renta, que donde en adelante no lleve el dicho cuento ni parca dello, salvo que desde agora habrá en la dicha cuarta liarte fasta la dicha cuan­tía de un cuento, si allí llegare, y tanto que

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— 172 — él haya ele renta fuera desta cuarta parte cualquier suma de maravedís de renta co­nocida de bienes que pudiera arrendar ó oficios p e r p t u o s , se le descontará la dicha cantidad que así habrá de renta, ó podría haber de los dichos sus bienes ó oficios per­petuos, é del dicho un cuento será reserva­do cualquier dote ó casamiento, que con la mujer con quien él casare hornero: ansí que todo lo que él hobiere con la dicha su mu­jer no se entenderá que por ello se le haya de descontar nada del dicho cuento, salvo de lo que él ganare ó hobiere, allende del dicho casamiento de su mujer , y después que plega á Dios (pie él ó sus herederos, ó quien del descendiere, haya un cuento de renta de bienes y oficios, si los quisiere ar­rendar, como dicho es no habrá él ni sus herederos mas de la cuarta parto del dicho Mayorazgo nada, y lo habrá el dicho D. Die­go, ó quien heredare.

í tem: habrá de la dicha renta del dicho Mayorazgo, ó de otra cuarta parte dolía, D . Fernando, mi hijo, un cuento cada, año, si la dicha cuarta parte tanto montare, fas­ta que él haya dos cuentos de renta por la misma guisa y manera que está dicho de D . Bartolomé, mi hermano, él y sus here­deros, así como D. Bartolomé mi hermano y los herederos del cual así habrán el dicho un cuento, ó la parte que faltare para ello.

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— m — í tem: el dicho D. Diego y D . Bartolomé

ordenarán que haya de la renta del dicho Mayorazgo, D . Diego mi hermano, tanto de­do con que se pueda mantener honestamen­te, como mi hermano que es, al cual no de­jo cesa limitada porque él quiere ser de la Iglesia, y le darán lo que fuere razón, y es­to soa do montón mayor , antes que se dé nada á D. Fernando, mi h i j o , ni á D . Bar ­tolomé mi hermano, ó á sus herederos, y tandeen según la cantidad que rentare di­cho Mayorazgo; y si en esto hobic.se discor­dia, que en tal caso se remita á dos parien­tes nuestros, ó á otras personas de bien, que ellos tomen la tina y él tomo la otra, y si no se pudiesen concertar, que los dichos dos compromisarios escojan otra persona de bien que no sea sospechosa á ninguna de las partes.

Ttem: que toda esta renta que yo mando dar á D. Bartolomé y á D . Fernando y á D. Diego mi hermano, la hayan y les sea dada, como arriba dije, con tanto que sean leales y fieles á D . Diego, mi hijo, ó á quien heredare, ellos y sus herederos; y si se fa-1 aso que fuesen contra él en cosa que toque y sea contra su honra y contra acrecenta­miento de mi linage ó del dicho Mayorazgo, en dicho ó en fecho, por lo cual pareciese y fuese escándalo y abatimiento de mi lina-ge y menoscabo del dio 1 ' '» Mayorazgo ó cual-

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quiera dcllos, que i fie mi haya (leude en adelante cosa alguna: asi que siempre sean fieles tí D. Diego ó á quien heredare.

í tem: Porque en el principio que yo or­dené este -Mayorazgo tenia pensado de dis­tribuir, y (pie D. Diego , mi hi jo , ó cual­quier otra persona que le heredase, distri­buyan del la déchoa partí- de la reñía en (be/.mo y conmemoración del Eterno Dios Todopoderoso en personas necesitadas, pa­ra esto agora digo (pie por ir y pura que vaya adelanie mi intención: y para que su A b a Magostad me ayudo sí mí y á los que esto heredaren acá ó en el otro mundo, que todavía se haya de pagar el dicho diezmo en esta manera.

Drimerameníe, de la cuarta parte de la renta deste JMayori.zjro, de la cual yo orde­no y mando que so dé y haya D. .Bar­tolomé hasta tener un cuento de renta, que se entienda que en esto cuento va id dicho diezmo de toda la rema del di­cho Mayorazgo, y (pie asi como creciere lar. uta del dicho D. Bartolomé, mi herma­no, porque se haya de descontar do la ren­ta do la cuarta parte del .Mayorazgo algo ó todo, quo se vea y cuente toda la renta so­bredicha para saber cuanto monta el diez­mo dello, y la parte quo noeabicre ó sobrare á lo que hobiere de haber el dicho D . Bar­tolomé para el cuento, que esta parte la

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huyan las p e r s o n a s d e m i l i n a g e en d e s c u e n ­to de l d i c h o d i e z m o , los <pie m a s n e c e s i t a ­d o s l i iereí ] y m a s mei ies t -T lo h o b i e r e n , mi­r a n d o do ¡a dar á p e r s o n a q u e n o t o n g a c i n c u e n t a mit m a r a v e d í s d e r e n t a , y si el (pe - n i i t i i o s t u v i e s e l l e g a r e hasra e u a e ü a d o eiio-e.oiiia m i l m a r a v e d ' s , h a y a la. par te e l ipie p a r c - h - r o á la< d o s p e r s o n a s , q u e s o b r e os : o ; : . ¡ ¡u c b g : . - r o , con ib J Sierro ó e o n quien le ; re .dare : así ( [ i i e s » e n r i e n d a , orre e l e i l ' ü i . o o l i o m a n d o d a r á Ib B a r i o i o m é s o n , y csi >•!.•.•» mi t ra la d i cha p a r t e s o b r e d i c h a d e i l ie /ano de d i c h o M a y o r a z g o , y q u e t o d a la r e i n a d e l M a y c r a / .To q u i e r o é t e n g o o r -d e m e i o q u e se . l i s i r i b u y a e-n los p a r i e n t e s mío» m a s l ie .':<•[<is al d i c h o .d V ' i ' a z . i f O , y q u e mas neo e- itados ¡ io-r-en, y d e s p u é s q u o el d i c h o ;>, i b i r i o l o m é tuv i -re su r e n t a un c u e n t o , y q u e no se le d e b a liada de la d i ­cha d i a r i a o a r i e , e n t o n c e s y a n l e s se verá y vea el b i c h o i-.b l . b e g o , mi h i j o , o la p e r ­sona q u e t u v i e r e el d i c h o M a y o r a / . e o , c o n las o t n s l í o s p e r s o n a s q u e a q u í d i ré la c u e n ­ta c u ¡ai m a n e r a , q u e i o d a v i a el d r e z m o d e toda es ta re ina se dé y h a y a n las p e r s o n a s d e mi lina .'O mas n e c e s i t a d a s q u e e s t u v i e ­ren a q u í ó c e c u a l q u i e r o tra parte del i n u n ­d o , ¡i d o n d e los env íen á b u s c a r c o n d i l i g e n ­c ia , •' sea 'do la d i c h a c u a r t a p a r t e , d e la cua l el d i c h o Ib B a r t o l o m é lia d e h a b e r el c u e n t o : l os c u a l e s y o c u e n t o y d o y en d e s -

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cuento de ld i cho diezmo, con razón de cuen­ta, que así el diezmo sobredicho mas mon­tare, que también esta demasía salga de la cuarta parte y la hayan los mas necesita­dos, como ya dije, y si no bastare, que lo haya D . Bartolomé basta que de suyo vaya saliendo, y dejando el dicho un cuento en parte ó en todo.

í tem: que el dicho D . Diego, mi hijo, ó la persona que heredare tomen dos perso­nas de mi linage, los mas llegados y perso­nas de ánima y autoridad, los cuales verán la dicha renta y la cuenta dolía, todo con diligencia, y farán pagar el dicho diezmo de la dicha cuarta parte de «pie se dá el di­cho cuento á I ) . .Bartolomé, á los mas nece­sitados do mi linage que estuvieren aquí ó en cualquiera otra parte: y pesquisarán de los haber con mucha diligencia, y sobre car­go de sus ánimas. Y porque podría ser que el dicho D . Diego, ó la persona que hereda­se, no querrán por algún respeto que releva­ría al bien suyo 6 honra é sostenimiento del dicho Mayorazgo, que no se supiese entera­mente la renta dolió: yo le mando á él 'que todavía le dé la dicha renta sobre cargo de su ánima, y á ellos les mando sobre cargo de sus conciencias y de sus ánimas, que n« lo denuncien ni publiquen, salvo cuando fuere la voluntad del dicho D. Diego, ó de Ja persona que heredare, solamente procu-

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re que e] dicho diezmo sea pagado en la forma Htm arriba dije.

í tem: porque no haya diferencias en el elegir destos dos parientes mas llegados que han de estar con J). Diego, ó con la perso­na que heredare, digo que luego yo elijo á D. Bartolomé, mi hermano, por la una, y á P . remando , mi hijo, per la otra, y ellos luego que comenzaren á entrar en esto sean obligados de nombrar otras dos perso­nas, y sean los mas llegados á mi iinage y de mayor confianza, y ellos elegirán otros dios al tiempo que hubieren de comenzar á entender en este fecho. Y así irá de unos en otros con mucha diligencia, así en esto como en todo lo otro de gobierno, é bien é honra y servicio de Dios y del dicho -Mayo­razgo para siempre jamas.

í tem: mando al dicho D . Diego, mi hijo, ó á la persona que heredare el dicho Mayo­razgo que tenga y sostenga, siempre en la ciudad de Genova una persona de nuestro linage que tinga allí casa é mujer, é le or­dene renta con que pineda vivir honestamen­te, como persona tan llegada á nuestro li­nage, y haga pié y raíz eir la dicha ciudad como natural deba , porque podrá haber de la dicha ciudad ayuda é favor en las cosas del menester suyo, pues que della salí y en cila nací.

Ítem: que el dicho D. Diego, ó quien he-

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r e d a r e el d i c h o M a y o r a z g o , e n v i é p o r v i a d e c a m b i o s , ó p o r c u a l q u i e r a m a n e r a q u e él p u d i e r e , todo» ol d i n e r o de la renta q u e él a h o r r a r e d e i d i c h o M a y o r a z g o , y h a c a c o m ­

p r a r d e e l los en su n o m b r e ó de O Í ¡ iered ­

r o , u n a s c o m p r a s a q u e d i c e n l.otjns. q u e t i e n e el o l i c io do S a n d o r g e , ' o s с ales a g o r a r e n t a n seis p o r c m e t o , y son di ía ­n­s ¡ n u y s e g u r o s , y es to Sea p o r lo ore \ o diré a ip i í .

. н о ш : p o r q u e á р с г . ч ж а d o o s l a d o y d e renta c o n v i e n e p o r serv i r ;í i d e s , y ¡,.jr l een d e su h o n r a , q u e s e . q a c c i b a r„• lunr­.v o o r sí y se p o d e r vaha­ con s i l h a c i e n d a , ahí cu S a n d o r g e está c u a l q u i e r d i n e r o muy e o g u ­

r o , y * iéliüVa os c i u d a d n o b l e \ oboaisia p o r la m a r ; y p o r q u e al t i e m p o q o • y o m e m o v í j a r a ir a d e s e l l o ir he­ l o e b s i b ! c o n i n t e n c i ó n ile , ­apl icar al t ' c y y ;'; ;a b o i n a n u e s t r o s Si ñ o r e s , q u e o la r. ü:i q .e s u s A l t e z a s d e las India, ; imPiesc q u e se d e t e r ­

m i n a s e d e la g a s t a r en la c o n q u i s t a d e d e ­

r u s a l e n , y m­i se lo s u p l i q u é ; y si lo h a c e n sea en buen p i l o t o , y si n o q u e ludav ia esté el d i c h o I ) . i b a g o ó la p e r s o n a q u e h e r e d a ­

r e d e s l e p r o p ó s i t o de a;, untar e! illas d i n e r o q u o puub­iv. para ir c o n el l í e y n u e s t r o S o ­

í ior , si l u c r e á . i í ­ rusaicu á le c o n q u i s t a r ó ir Solo con e¡ m a s p o d e r q u e t u v i e r e : q u e p l a c e r á n u e s t r o S e ñ o r q u e si esta i n t e n c i ó n t i e n e ó U n i e r e , q u e le dará, él tal a d e r e z o q u e lo p o d r á h a c e r , y l o h a g a ; y si n o tu­

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v i c i o pava conquistar todo , lo darán á lo menos para parto dedo; y así que ayunte y haga MI caudal de su tesoro en los lugares do San Jorge de Genova, y allí multiplique l'asta que él traiga tanra cantidad que le pa­rezca y sepa que podrá hacer alguna buena obra en esto de Jerusalen, que creo que después que el l íey y la bieina nuestros Se­ñores, y sus Sucesores, vieren que en esto se determinan, que se moverán á lo hacer sus Altezas, ó le darán el ayuda y adeiezo como á criado é vasallo que lo hará en su nombre.

Ítem: Yo mando á 11. Diego mi hijo y á todos los que de mí descendieren, en especial á la persona que heredare este .Mayorazgo, el cual es como dije el diezmo de todo lo que en las Indias se hallare y hubiere, é la octa­va parte do otro cabo de las tierras y renta, lo cual todo con mis dt rechos de mis ofi­cios de Almirante y Yisorey y Gobernador es mas de veinte y cinco por ciento, digo; que toda la renta deslo, y Jas personas y cuanto poder tuvieren obliguen y pongan en sostener y servir ái sus .Altezas ó á sus Here­deros bien y belmente, hasta perder y gastar las vidas y haciendas por sus Altezas, porque sus Altezas me dieron comienzo á haber y poder conquistar y alcanzar después de Dios nuestro Señor, este Mayorazgo, bien que yo les vine á convidar con esta empresa en sus

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— ISO — Reinos, y estuvieron mucho tiempo que no me dieron aderezo para la poner en obra; bien que desto no es de maravillar, porque esta empresa era ignota á todo el mundo, y no habia quien lo creyese, por lo cual les soy en muy mayor cargo, y porque después siempre me han hecho muchas mercedes y acrecentado.

í tem: mando ai dicho D. Riego, ó á quien poseyere el dicho .Mayorazgo, que si en la iglesia de Dios, por nuestros pecados, na­ciera alguna cisma, ó que por (irania algu­na persona, de cualquier grado ó estado que sea ó fuere, le quisiere desposeer de su hon­ra ó bienes, que so la pena sobredicha se pon­ga á los ¡des del Santo Padre, salvo si fuese herético (lo que Dios no quiera) la persona ó personas se determinen é pongan por obra de le servir con toda su fuerza é renta y hacienda, y en querer librar el dicho cis­ma , é defender que no sea despojada la

, Iglesia de su honra y bienes. í tem: mando al dicho D . Diego, ó ai quien

poseyere el dicho Mayorazgo, que procure y trabaje siempre por la honra y bien y acrecentamiento de la ciu 'ad de Genova, y ponga todas sus fuerzas y bienes en defender y aumentar el bien é honra de la república dolía, noyendo contra el servicio déla Iglesia de Dios y alto Estado del Rey ó de la R e ' -na nuestros Señores, é de sus Sucesores.

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í tem: que el dicho D. Diego, ó la perso­na que heredare ó estuviere en poso-ion del dicho Mayorazgo, que de la cuarta parte que yo dije arriba do que se ha de distri­buir el diezmo de toda la renta, que al tiem­po que ].). .Bartolomé* y sus herederos tuvie­ren ahorrados los dos cuentos ó parte de-llos, y que se hubiere de distribuir algo del diezmo en nuestros parientes, que él y las dos personas que con él fueren nuestros pa­rientes, deban distribuir y gastar este diez­me en casar mozas de nuestro linage que lo bebieren menester, y hacer cuanto favor pudieren.

Ttem: que al tiempo que se hallare en disposición, que mande hacer una Iglesia, que se intitule .Santa María do la Concep­ción, en la Isla Española en el lugar mas idóneo y tenga un hospital el mejor ordena­do que se pueda, así como hay otros en Castilla y en Italia, y se ordene una capilla en que se digan misas por mi ánima y de nuestros antecesores y sucesores con mucha devoción: que placerá á nuestro Señor de nos dar tanta renta, que todo se podrá cum­plir lo que arriba dije.

í tem: mando al dicho D . Diego, mi hijo ó á quien heredare el dicho Mayorazgo, tra­baje de mantener y sostener en la Isla Es­pañola cuatro buenos maestros en la santa teología, con intención y estudio de trabajar

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y ordenar que se trabaje oe convertir á no -si. ra sania le Indos estos pueblos de las Indias, y cuando phtgiere ¡i nuestro .Señor que la renta del dicho .Mayorazgo sea creci­da, que así crezca de maestros y personas devet as, y trabaje para tornar e s t a s y ntes eristi.n.nas. y para esteno haya doae- o gas­tar i e o o lo que fuere menester; y cu con-l U e m o i ' a c l o t ] ¡ie lo oue yo divo, y le lodo lo sobrescrito hará un bulto piedra mármol en la dicha 1-doria de la. ( 'omvpoior. en e' lugar mas púi.dico, porque traiga de conti­nuo memoria esto que yo digo al dicho don D i e g o , y á indas bis otras personas que le vieren, en el cual bulto estará un letrero que dirá est o .

Ítem: mando ái D. Diego , mi hijo, y á quien heredare el dicho Mayorazgo, que cada vez y. cuantas veces se bebiere de confesar, (pie primero muestre este compromiso, ó el traslado del. ¡í su confesor, y le niegue que le lea todo, porque tenga razón de ¡o exami­nar sobre ei cumplimiento del, y sea causa de mucho bien y descanso de su ánima.— »J ueves en veinte y dos do Febrero de mil cuatro cientos noventa y ocho.

S. S. A . S. X . M. Y .

El. A l - J I I H A N T E .

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— 183 —

T E S T A M E N T O Y C O D I O I L I O

D E L A L M I R A N T E i). C l t l S T Ó U A I . C O L O N ,

O T O R O A U O E N Y A L L A P O L l l l Á DI BZ Y

NUEVE DK 31 A Y O .DLL A S O MLL Q U I N I E N ­

T O S S K I S .

(Testimonio aufvrUatlo en el Arch. del D. tic ]ei'(t()!t'i.)

En la noble v i l l a do \ alladolid, ;í diez y

nueve dias de! mes de .Mayo, año del Nuci-U i i e n t u de Nuestro Salvador Jesucristo de mi! ó i j i d i d e n i o s é a c ; s , p o r aule m í Podro de l i inojodo. K.-U'IUÍIIO de Cámara de sus A hozas ,v íaser' .hai i o de pro'-, nn-ia e n ¡:¡ su ( . 'or le e Chancilleria, e su Escribano é No­tario ¡ a í l i l r e o en l eca s las sus l i e m o s y Se­ñ o r í o s ; é de l e s u s t i g n . - de yuso c.-crHos: el

Sr. 1¡ . (.'risro ai Colon, Aindrante, é Viso-rey é Gobernador g e n e : ai de las islas é íier-ra-iirme de ¡ a s Indias deseubiería.s é por deseubrir (jee dijo que era: estando eni'er-íuu de su e m a n o , dijo, q u e por cuanto é l

t e n i a f e c h o a i ! .ta a t a t ü e i l t o pe í ' ante E - c r i b a -

no púb ico, ijuéi agora ; criticaba é re láf ica

el difluí testamento, é lo aprobaba é aprobó por bueno, é si necesario era lo otorgaba 6 otorgó de nuevo. E agora añadiendo é l di­cho su testamento, é l tenia escrito de su

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mano é letra un escrito que ante mí el di­cho Escribano mostró ó presentó, que dijo que estaba escrito de su mano é letra, é firmado do su nombre, cjuél otorgaba é otor­gó todo lo contenido en el dicho escrito, pot­ante mí el dicho Escribano, según é por la via é forma que en el dicho escrito se con­tenía, ó todas las mandas en él contenidas pura que se cumplan, é valgan por su últi­ma é postrio era voluntad. E para cumplir el dicho su testamento que él teína y tiene hecho é otorgado, y todo lo en el contenido, cada una cosa é parte dolió, nombraba, é nombró por sus testamentarios é cumplido­res de su ánima al Sr. D . Diego Colon, su hijo, é á D . Bartolomé Colon, su hermano, é á Juan de Corras, Tesorero de Vizcaya, para que ellos todos tres cumplan su testa­mento, é todo lo en él contenido é en él di­cho escrito, é todas las mandas é legatos é obsequias en él contenidas. Cara lo cual di­j o que daba, oió todo su poder bastante, é que otorgaba é otorgó ante mí el dicho Es­cribano todo lo contenido en el dicho escri­to; é á los presentes dijo que rogaba é rogó que dolió fuesen testigos. Testigos que fue­ron presentes, llamados y rogados á todo lo que dicho es de suso, el Bachiller Andrés Mirueña é Gaspar de la Misericordia, veci­nos dcsta dicha villa de Valladolid, é Bar­tolomé de Fresco ó Alvaro Pérez, é duan

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— 185 — Despinosa é Andrea é Hernando de Var ­gas, ó Francisco Manuel ó Fernán Martínez, criados del dicho Sr. Almirante. Su tenor de la cual dicha escritura, que estaba escri­ta de letra é mano del dicho Almirante, é firmada de su nombre, (le verbo mi vcrbum, es este que so sigue:

Cuando partí de España el año de qui­nientos ó dos yo fice una ordenanza é ma­yorazgo de mis bienes, ó de lo que entonces me pareció que cumplía á mi ánima é al servicio de Dios eterno, ó honra mía é do mis sucesores: la cual escritura dejó en el monestorio de las Cuevas eir Sevilla, á Frey D. (¡aspar con otras mis escrituras ó mis privilegios, ó cartas que tengo del Ucy 6 de la lleina, nuestros Señores. L a cual orde­nanza apruebo é continuo por esta, la cual yo escribo á mayor cumplimiento ó declara­ción de mi intención. La cual mando que se cumpla ansí como aquí declaro é se contiene, que lo que se cumpliera por esta, no so faga nada por la otra, porque no sea dos veces.

« Y o constituí á mi caro hijo D. Diego por mi heredero de todos mis bienes é < fi-cios que tengo de juro y heredad, de que hice en el Mayorazgo, y non habiendo el fi­jo heredero varón que herede mi hijo don Fernando por la misma guisa, é non habien­do él fijo varón heredero, que herede 1). Bar­tolomé mi hermano por la misma guisa, é

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pnv la misma guisa si no tuviere hijo lie.ro-ih'To vo'ooi, (pie heredo otro mi hermano; inte se entienda así, do uno á otro ol parien­te mas Herrado á mi línea y esto sea ¡aira siempre l'l no herede mujer, salvo si no fal­tase no so fallar hombre, ó si esto acaeseie-se sea la mujer mas allegada ;í mi línea.»

id mando al dicho 1). Ciego, mi hijo, ó á (pilen heredare, -pie no piense ni presuma de amenguar el dicho Mayorazgo, salvo acre-e-entallo ó ponello: os do saber (pie la renta (pie i'l hubiere sirva con su persona y esta­llo al ¡íoy ó la Reina nie-stros Señores ó al aerc.secnf amiento do la. Religión Cristiana.

El Rey é la Reina nuestros Señores, cuando yo les serví con las Indias; ,hg„ ser­ví, oe.e parece ipie yo por la voluntad de. d o s _\iio-¡,o Señor se. las di como cosa (pie era mia, pea- ! do decir, porque importuné á SS. A A. por ellas, las cuales eran igno-t; s ('• abscondiíto ol camino á cuantos se fa­lcó dolías, o ¡rara las ir ;í descubrir allende d poner <d aviso y mi persona. SS. A A . no gastaron ni quisieron gustar para ello, salvo un cuento de marave lis, é á mí fué necesa­rio do gastar o! rosto: ansí plugo ;í SS. A A . . que yo hubiese en mi pa te de las dichas ludias ; Isb.s é tiorrabirme, que son al Po­niente de una raya que mandaron marcar so' re. la-s Islas de los Azores y aquellas del Cabo Verde , cien leguas, la cual pasa de

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— 187 — Polo á Polo;"que yo hubiese en mi parte o l tcreio y el ochavo de todo, 6 mas el diezmo de lo que está cu ellas, como nías largo se amucsrra por los dichos mis privilegios ó Carlas do merced,^

Porque l'a.-ta aaora no se ha habido renta de las ¡bobas ludias, porque yo pueda Hipar-tir dolía, lo que dolía aquí abajo diré, é se es­pera en la Mi.-oricordia de N- estro Señor que so haya de haber bien grande; mi inten­ción seria y es, que D . Fernando, mi hijo, bebiese dolía un cuento y medio en cada un año, é D . Bartolomé, mi hermano, cierno y cincuenta mil mara-vcdis, é 1). Diego, mi her­mano, cien mil maravedís, porque es de la Iglesia. ?das esto no lo puedo decir deter­minadamente, porque basta agora non hé habido ni hay renta conocida, como di­cho es.

Digo, por mayor declaración de lo suso­dicho, que mi voluntad es que el dicho don Diego, mi hijo, haya el dicho Mayorazgo con todos mis bienes é oficios, como é por la guisa quo dicho es, é que yo los tengo. «E digo que toda la renta que él tuviere por razón de la dicha herencia, que baga él diez partos dedla cada un ano, é que la una parte deslas diez, las reparta entre nuestros pa­rientes, b-s que parecieren haberlo mas me­nester.» é personas necesitadas, y en otras obras ]>ias. E después tiestas nueve partes

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— 188 — tome las dos dellas é las reparta en trein­ta y cinco partes, é dellas haya D . Fernan­do, mi hijo, las veintisiete é IX Bartolomé haya las cinco é D. Diego, mi hermano, las tres. E porque, como arriba dije, mi deseo seria que D. Fernando, mi hijo, hubiese un cuento y medio é D . Bartolomé ciento y cin­cuenta mil maravedís é D. Diego ciento; é no se como esto haya de ser, porque fasta agora la dicha renta del dicho Mayorazgo no está sabida ni tiene númer >; digo que se siga esta orden que arriba dije fasta que placerá á nuestro Señor que las dichas dus partes de ¡as dichas nueve abastarán y lle­garán á tanto acrecentamiento que en ellas habrá el dicho un cuento y medio para don Fernando é ciento y cincuenta mil para don Bartolomé é cien mil para D. Diego. E cuan­do placerá á Dios que esto sea ó que si las di­chas dos partes, se entienda de las nueve sobredichas, llegaren contia de un cuento é setecientos é cincuenta mil maravedís, que toda la demasía sea é la haya D. Diego, mi hi jo , ó quien heredare; é digo é ruego al dicho Don Diego, mi hijo, ó á quien heredare, que si la renta desto dicho Ma­yorazgo ereci'-re mucho, que me hará pla­cer acrecentar á D. Fernando, é a mis her­manos la parte que aquí va dicha.

Digo (pie esta parte que yo mando dar á D. Fernando, mi hijo, «que yo fago della

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— 189 — Mayorazgo en él, é que le suceda su hijo mayor, y ansí de uno en otro perpetuamen­te, sin (pie la pueda vender ni trocar ni dar ni cnagenar por ninguna manera, é sea pol­la guisa y manera que está diciio en el otro Mayorazgo (pie yo lie fecho en I ) . Diego, mi hi jo .»

Digo á D . Diego, mi hijo, é mando que tanto que él tenga renta del dicho Mayo­razgo y herencia, (pie pueda sostener en una Capilla, que se haya de facer, tres Capella­nes que digan cada dia tros Misas, una á honra de la Santa Trinidad, é otra á la Concepción de Nuestra Señora, é la otra por ánima de todos los fieles difuntos, é por mi ánima é de mi padre é madre 6 mujer. JS que si su facultad a.¡aislare que haga la di­cha Capilla honrosa, y la acreciente las ora­ciones é preces por el honor de la Santa Trinidad, é si esto puede ser en la Isla Es­pañola que Dios me d i o milagrosamente, holgaría que fuese allí donde yo la invoqué, que es en la Vega que se dice de la Con­cepción.

Digo y mando á .1). Diego, mi hijo, ó á quien heredare, (pie pague todas las deudas «pie dejo aquí en un memorial, por la forma que allí dice, é mas tas otras que justamen­te parecerá que yo deba. E le mando (pie haya encomendada á .Beatriz Enriquez, lita­dle de D . Fernando, mi hijo, que la provea

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que pueda vivir honestamente, como perso­na á quien yo soy en tanto cargo. Y esto so llaga por mi descargo de la conciencia, por­que esto pesa mucho para mi ánima. La ra­zón dedo non es licito d la escrehir aquí, hecha á -.•uimicineo de Agosto de mil y qui­nientos y cima) ano.: s'ürue <'¡tnsl(> ]yrr< iv;. Testigos que la ron presentes é vieron fa­cer é oí-.¡-gal- todio lo susodicho al de-ho He-ñor Almirante, según ¡i como dicho es de suso: los dichos üachil l r de aíirueña, (¡ras­par de la Misericordia, vecinos de la dicha villa de Val: , dolia, é Bartolomé ¡le Fraseo é Alvar i'ei'cz •: de.au .1 'ua-pinosa é Andrea é Fe muido de Vargas é Francisco 3l.-l.uel é Fernán -Martinez, criados ¡le! dicho ¡ • S e ñ o r Almirante. E yo el dicho Pedro de .Hinojo-do, .Escribano é Notario público susodicho, en uno con ios dichos testigos, á todo lo su­sodicho, presente fui. E por ende fice aquí este mi signo á tal: Kn testimonio de ver­dad. - P e d r o de Hinojcdo, Escribano.

A. continuación del Codicibo de mano propia del Almirante, había una memoria ó apuntación, también de su mano, del tenor siguiente:

Polución <lc ciertas personas á quien yo quiero que se den de mis bienes lo conteni­do en este memorial, sin que so le quite m-

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sa alguna dello. — líasele do dar en tal for­ma i|ue no sepa quien se las manda dar.

1'rinio! anioni e á los herederos do (.Jeró­nimo del .Puerto, padre de Benito del Puer­to, Chancellcr en Genova, veinte ducados ó su valor.

A Antonio V a z o . nr rcader Ginovós que solia vivir en Lisiara, dos mil ó quinientos reales de .Portugal, que son siete ducados poco mas, á razón de trescientos é setenta y cinco reales el ducado.

A un judio que inoraba á la puerta de la judería en Lisboa, ó á quien mandare un Sacerdote, el valor de medio inarco de fiata.

A los ¡u rederos de Luis Centurión Mseo-to, mercader Cinoves treinta mil reales de .Portugal, de les cuales vale un ducado tres­cientos ochenta y cinco redes , que son se­tenta y cinco ducado^ poco mas ó menos.

A esos mismos herederos y á los herede­ros do Paulo de Negro, (i ,noves, cien duca­dos I'I su valor, iiaii do ser la mitad á los unos heio ¡oros y la otra á los otaos.

A Papi ista Lspíndoin, ó á sus herederos, si es muerto, veinte ducados. l'Iste Ibipíis-la Pspímlula es yerno del sobredicho Luis Centurión, ora liij . de rVii'vr .Nicolao Lspín­boia de j j o c o b de J í o i i c o , y p o r sena- el fué estante en Lisboa el año do mil cuatro­cientos ochenta y dos.

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La cual dicha memoria é descargo sobre­dicho, yo el escribano doy le que estaba es-cripta de la letra propia del dicho testamen­to del dicho Y). Cristóbal, en le de lo cual lo firmé de mi nombre .—Pedro de Azeoytia. — ( E s t á firmada.)

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