Colli El nacimiento de la filosofía 2

8/7/2019 Colli El nacimiento de la filosofa 2

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. . .e. . .CI)-1.)::0-Giorgio Co11i ~

-----------------~EL NACIMIENTO DELA FllOSOFIA


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El desafio del enIgma


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Mediante el oraculo, Apolo impone a1 hombre lamoderacion, mientras que el, por su parte, es inmo-derado; 10 exorta a controlarse, mientras que 61 semanifiesta mediante un pathos incontrolado : coneso el dios desaffa al hombre, Ie provoca, 10 instigaa desobedecerle. Semejante ambigiiedad se expresaen Ia palabra del oraculo, 1a convierta en un enigma.La pavorosa oscuridad de la respuesta indica la dife-rencia entre mundo humano y divino. Por 10 demas,ya los Upanishad indios decian : Porque a los dio-ses les gusta el enigma, y les repugna 10 que es mani-fiesto. Ya hemos mencionado el caracter terrible ycruel que la tradicion religiosa griega atribuye a Apo-10, a su acci6n hostil para con el mundo humano:en este contexto vue1ve a intervenir el aspecto enig-matico de la palabra de Apolo. Para los griegos 1aformulacion de un enigma va acompafiada de unacarga tremenda de hostilidad. Un pasaje del Prometeode Esquilo 1 0 prueba indirectamente: Te dire clara-

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mente todo 10 que quieres saber, no entrelazandoenigmas. sino con palabras claras, como deben serlas dirigidas a los amigosD.Por otra parte, el enigma tiene gran importanciaen la civilizaci6n arcaica de Grecia, sobre todo enconexi6n con los origenes de la sabiduria. tiene unaimportancia aut6noma que se sale de la esfera es-trictamente apolinea. Desde luego, la conexi6n entreadivinaci6n y enigma es primigenia, como pareceindicarlo el final del pasaje ya citado del Timeo, ycomo 10 confirma el Banquete de Plat6n: IIQuienespasan toda la vida juntos... no sabrian ni siquieraque quieren obtener el uno del otro. Nadie podracreer que se trate del contacto de los placeres amoro-sos ... el alma de ambos desea alguna otra cosa queno es capaz de expresar; de 10 que desea. .. tieneuna adivinacion, y habla mediante enigmas. Perodesde epoca antiquisima el enigma tiende a separarsede la adivinaci6n. EI ejernplo mas celebre 1 0 propor-dona el tenebroso mito tebano de la Esfinge. Tam-bien en este caso el enigma surge de la crueldad deun dios, de su malevolencia para con los hombres.La tradici6n es incierta con respecto a si fue Herao Apolo quien envi6 a Tebas la Esfinge, monstruohfbrido que simboliza la combinaci6n de una anima-lidad feroz con la vida humana. La Esfinge imponea los tebanos el desafio mortal del dios, formula elenigma sobre las tres edades del hombre. 5610quienresuelve el enigma puede salvar a la eiudad y a sfmismo: e1 eonocimiento es la instaneia ultima, res-peeto a la eual se libra la lucha suprema del hombre.El arma decisiva es la sabidurfa. Y la lucha es mor-tal: quien no resuelve el enigma es devorado 0 dego-llado por la Esfinge, quien 1 0 resuelve -s6lo a Edipocorrespondio la victoria- hace precipitarse a la Es-finge en el abismo. El testimonio mas antiguo sobreeste mito, que al mismo tiempo es el pasaje mas an-tiguo en que aparece la palabra enigma, es un frag-44

mento de Pindaro: El enigma que resuena desde lasferoces mandibulas de la virgens. En este caso eltexto sugiere inmediatamente la conexi6n entre cruel-dad y enigma y no es necesario deducirla como enel pasaje recordado del Prometeo.Todavia. en, plena epoca areaica el enigma se pre-senta algo mas separado de la esfera divina de queprocede, tiende a convertirse en objeto de una luchahumana. por la sabiduria. La fuente mas antigua enese sentido se remonta al siglo VIII 0 VII a. c.; vol-vemos a encontrarla en la obra del ge6grafo Estra-b6n, ~ue, despues de ha~r hablado de Efeso y deColofon, cuenta, a proposito del santuario de Claro,un certamen l~g~nda~~oentre sabios. Cuentan queCalcante, el adivino hijo de Anfiarao (junto con Anff-loco), Ueg6 aqui a pie a su regreso de Troya, y, por~aber encontrado cerca de Claro a un adivino supe-flor. a 61. Mopso hijo de Manto (hija de Tiresias),murio de dolor. Hesiodo elabora el mito del modo si-guiente, al hacer que Calcante haga a Mopso estapregunta : "Estoy asombrado del gran mimero defrutos que tiene esa higuera salvaje, a pesar de sertan pequefia, i,quieres decirme el mimero de loshigos?". Y Mopso respondi6: "Son diez mil en mi-~ero, su medida es un medimno, pero uno de esoshlgO~sobra y no cabe en la medida". Asi dijo y seconfirmo que era cierto el mimero de la medida, yentonces un suefio de muerte cubrio a Calcante Es-trab6n euenta despues otras versiones del episodio,entre elIas la de Ferecide, un sabio del siglo VI, conun~ fOfl.nulaci6~ diferente del enigma, y refiere elte~tlmollIo de Sofoc1es. en una tragedia perdida, se-gun el cual un oraculo habia predicho a Ca1cantequeestaba destinado a morir, cuando encontrara un adi-vino superior a 61.EI heeho de que sean dos adivinos los que se mi-dan por Lasabidurfa recuerda la matriz religiosa deienigma. inc1uso en su fase humana. Otro elemento

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sugiere semejante perspectiva. a saber, el co?trasteentre la trivialidad. en la forma y en el contenido, deesos enigmas y el caracter rragico de su resolucion-Analogamente, se advierte un contraste con el emg-ma de la Esfinge. por la transparencia de su resolu-ci6n. Semejantes elementos discord antes de la tradi-ci6n revelan la intervenci6n de un arbitrio divino. laintrusi6n en la estera humana de algo perturbador,inexplicable. irracional, tnigicamente absurdo.podriamos documentar ampliamente la seriedad yla importancia del enigma en aquella era arcaica : enepoca apenas mas reciente, en los siglos VI I Y VI a. C;se extiende la formulaci6n contraria del enigma. yese fen6meno coincide con la completa humanizaci6nen esa esfera. Asi, encontramos formulaciones deenigmas desde los poemas homericos Y desde Hesio-do, y despues en la epoca de los Siete Sabios -en .~aque la fama de Cle6bulo y, sobre iodo. d~ su hijaCleobuline deriva precisamente de colecclOnes deenigmas- Y en la poesia lfrica. de Te6gnides a Si-m6nides.Posteriormente, en los siglos V Y IV , todo eso vaatenuandosc gradualmente, Despues de Reraclito, encuyo pensamiento el enigma es algo central, los sa-bios pasan a centrar su atenci6n en las consecuenciasdel enigma y no en el enigma mismo. En cambio, aeso, entendido como fondo religiose. hacen referenciacon frecuencia la tragedia y la comedia. Todavia enPlat6n encontramos vestigios precisos. casi resonan-cias arcaicas. que nos permiten una reconstrucci6nmas amp1ia de ese fenomeno Segiin un pasaje delCarmides. el enigma aparece cuando el objeto delpensamiento no va expresado par e1 sonido de laspalabrasD Por tanto. presupone una condici6n mis-t ica. en que cierta experiencia resu1ta inexpresable:en tal caso el enigma es la manifestaci6n en la pa-labra de 10 divino, 10 oculto, una interioridad inefa-ble. La palabra es algo diferente de 10 que entiende46

quien habla, por 10 t ,anto, es necesariamente oscura.Otro pasaje del !~donpone en conexi6n el enigmaco~ la e~fer~ mistica y misterica : E s posible quequienes mst1tuy~ron para nosotros los misterios nof~eran hombres ignorantes, sino que realmente se hu-~I~ran expresado du~an.te mucho tiempo mediante. ~I~~S. con 10 que indicaban que quien carezca deiniciacion y no haya participado en los misterioscuando ,llegue al Hades. yacera en el fango mientr~que q_lllen,se haya purificado y se haya iniciado enlos mIster.lOs, a1 llegar alli abajo, vivira con los dio-~es. E~ectI~amente, como dicen quienes estab1ecieronos mistenos, "muchos son los que llevan el tirsopero pac os los poseidos por Dionisos" ... . Esta tilti-ma clta,. de resonancia 6rfica, parece, a su vez, laformulacion de un enigma. En esos pasajes de Pla-ton es de d~st~car la aproximaci6n del enigma a lae~fera de DiOlllSOS,mas que a la de Apolo: en cam-~10, recuerdese, a pro~sito de esto, la sugerencia que~m~s hecho m a s arnba de considerar a Apolo y aDionISOS como dos dioses fundamentalmente afines~n lugar de ~er en ellos una contraposicion de do~l~stmtos e~teticos y metaffsicos, segun la interpreta-CIon de NIetzsche.E~ otro ~aje Plat6n toea el aspecto perverso ytragico del enigma, cuando, en la Apologia de SOCra-tes. compara la acusacion lanzada por Meleto contraS6crat~s con un enigma: "lSe dara cuenta Socrates,e~ s a~lO, de que me burlo de e1 y de que me contra-digo? lO conseguire engafiarlo a el y a los otros queescuchan?" ,En efecto, me parece que se contradiceen la acusacion, como si dijera: "Socrates es culpablede no c~ee~ ,a l~s dioses, sino creer en los dioses",Y, eso ~Igruflca jugar. En esta Ultima formulaci6nenigmatica, . en que S6crates traduce la acusacion de~eleto, es l~t~resante observar la forma contradicto-ria, caractenstica, como hemos dicho, de la fase ma-dura, humana, del enigma. La contradiccion sugiere

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r~1.1il!I engaiiosamente un contenido, la solucion del eni~a.es decir, la culpa de SOcrates. A M~leto le sale ~lenel engafio, porque los jueces van a interpretar asi ~lenigma y a condenar a SOc~ates. en lugar de descub~lfque la contradicci6n era slmple~e.nte una cont~adlc-ci6n vacia de contenido, que 10 unico que ocurna eraque 'Meleto se contradecia. Quien ~ll:e en la t;a~padel enigma esta destinado a la perdlcl6~. Por ultI~~,quizas deban interpretarse como un enigma las Ul~l-mas palabras que S6crates pronuncia antes de monr,en el Fedon plat6nico: Debemos un gallo a Asc~e-pio, pagad la deuda, no la olvideis. Se ha eSC!ltomucho para interpretar estas ~al~bras, pero 9Ul~~Smas importante que el descubrimiento de su signifi-cado recondite sea la comprobaci6n de que entre losgriegos un contexto religioso y. so~emne va acompa-fiado con frecuencia de la aparicion de palabras os-

curas. . odDurante el siglo Iva. C, esas resonancias que t a-via el joven Platen advertia se a~agan totalmente.El enigma se usa como juego de socleda~: durante losbanquetes, 0 bien se 10emplea con los ~IDOS,para losfines de un adiestramiento elemental del IDtelect~. PeroArist6teles todavia habla de 61en context


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El pathos de 10 oculto


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Un relate antiquisimo, atestiguado por numerosasfuentes, es el documento fundamental sobre la co-nexion entre sabiduria y enigma. Se trata de unafuente de la Iiteratura biografica sobre Romero, re-producido en el siguiente fragmento de Arist6teles: .. Homero interrogo aI oraculo para saber quieneseran sus padres y cual su patria ; y e1dios respondioasi: "La isla de los es patria de tu madre, y te aco-gera cuando mueras; pero ni guardate del enigma delos hombres j6venes". No mucho despues. .. lleg6 alos. Alli, sentado en un escollo, vio a unos pescado-res que se acercaban a Ia playa y les pregunto sitenian algo. Estos, como no habian pescado nada,pero, ante la falta de pesca, se dedicaban a despio-jarse, dijeron: "Lo que hemos cogido 1 0 hemos deja-do. 10 que no hemos cogido 10 traemos", aludiendocon un enigma a que los piojos que habian cogido loshabian matado y los habian tirado, y los que no ha-bian cogido los IIevaban en la ropa. Homero, al no

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ser eapaz de resolver e1 enigma. murio de afliccion,Lo que maravilla a1 instante en este relato es elcontraste entre 1a futi1idad del eontenido del enigmay el desenlace tragico por no haberselo resuelto. Silos pescadores hubieran dirigido su expresi6n enigma-tica a un hombre cualquiera, indudablemente este nohabria muerto de afliccion, si no hubiera sabidoeaptar el significado oeulto. Pero para el sabio elenigma es un desafio mortal. Quien sobresale por elintelecto debe demostrarse invencible en las cosas delintelecto. En este marco esta claro que ha desapareci-do cualquier clase de fondo religioso: el enigma si-gue siendo un peligro extremo, pero su terreno esexclusivamente un agonismo humano. Paralelamente,la formulaci6n del enigma propuesto a Homero esc1aramente eontradictoria, es decir, que, por usar unaexpresi6n mas precisa, dos pares de determinacionescontradictorias, hemos cogido -no hemos cogidoy hemos dejado - traemos, aparecen unidos demodo inverso a como era de esperar racionalmente, esdecir, de modo inverso a la formulaci6n: Lo quehemos cogido 10 traemos, 10 que no hemos cogido 10hemos dejado. Recuerdese la definici6n aristotelica :el enigma es la formulaci6n de una imposibilidad ra-cional que, aun asf, expresa un objeto real. El sabio,que domina la razon, debe desatar ese nudo. Por eso,el enigma, cuando entra en el agonismo de 1a sabi-duria, debe revestir una forma contradictoria.EI relato sobre la muerte de Homero nos ayudaa afrontar la interpretaci6n de uno de los fragmentosmas oscuros de Heraclito, En este caso es un sabioquien alude al enigma de que ha sido vfctima otrosabio. Dice Heraclito : Con respeeto al conocimientode las cosas manifiestas los hombres se ven engafiadosde modo semejante a como le ocurri6 a Homero, quefue mas sabio que nadie en Grecia. Efectivamente,Ie engafiaron aquellos j6venes que habian aplastadopiojos. cuando Ie dijeron: "Lo que hemos visto y54

cogido, 10 dejamos; 10 que no hemos visto ni cogido,10 traemos?. En este caso Heraclito omiti6 las premi-sas y el marco del episodio relativo a Homero, pro-bablemente porque se trataba de una tradici6n bas-tante conocida; asimismo, no menciona el hecho deque la aflicci6n de Homero ante el enigma fuera lacausa de su muerte. EI tono del fragmento es elogio-so para con Homero: el sabio derrotado en un de-safio a la inteligencia deja de ser sabio. Es de desta-car la caracterizaci6n del enigma como intento deengafiar: 10 que Heraclito considera digno de men-ci6n no es el triste fin de Homero, sino el hecho deque un presunto sabio se haya dejado engafiar, Tene-mos asi, ante todo, un testimonio antiguo que con-firma la perversidad del enigma. y en segundo lugaruna definici6n implicita del sabio, por parte de Hera-cIito, como quien no se deja engafiar,Pero en este fragmento hay algo mas que una alu-si6n a un celebre enigma de la tradici6n: Heraclitoacepta, el tambien, el terreno del enigma como ago-nismo, y lanza con sus palabras un nuevo desafio a lacapacidad de comprender de los hombres. Adoptan-do como punto de apoyo el enigma homerico, Hera-elito enuneia, a su vez, un enigma sobre el enigma. esdecir, que exige otra soluei6n, otra clave. que no con-sista en los piojos, mas profunda, mas radical. a laque pueda aludir esa misma formulaci6n de los pes-eadores. Ese es el chasco que nos ha dado el antiguosabio: el espera todavia que alguien resuelva el enig-ma, que le quite el titulo de sabio. No podemos teneresas pretensiones ; 10 iinico que podemos haeer esavanzar a tientas, en busca de alguna luz sobre losenfoques de este problema. sobre las intenciones deHeraclito, Podemos suponer, ante todo, una conexi6nentre las dos expresiones con respecto al conocimien-to de las cosas manifiestas y 1 0 que hemos visto ycogido: as! como Homero fue engafiado con res-pecto a las cosas vistas y cogidas, es decir, a los pio-

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jos, ya que no sabia de que se trataba, asi tambienlos hombres son engaiiados con respecto al conoci-miento de las cosas manifiestas. ya que no saben deque se trata. por ejemplo porque creen que son re~les.cuando, en realidad, no 10 son. En ese caso, la pfl~e-ra parte de la formulaci6n de! enigma, ~n . la amplia-cion universal de la referencIa de Heraclito, rezanaasi: Las cosas manifiestas que hemos. cogido, lasdejamos. l.Que puede significar semejante expre-si6n? Hay que tener presentes los pasa.jes de Henicl i-to que niegan cualquier c1ase de reahdad externa alos objetos del mundo sensible: pareceria que deestes se trata precisamente, cuando habla de cosasmanifiestas. Recordemos los fragment os : EI soltiene la extensi6n de un pie humane, donde pareceinevitable pensar en un rechazo de cualquier re~li-dad objetiva, en la reduccion de ese objeto a 1a SIm-ple apariencia sensorial ~ y ademas ~ Muerte es todo10 que vemos estando despiertos: En ese :aso: ((~~scosas manifiestas que hemos cogido s podna signifi-car su simple aprehensi6n sensible. aquello en queconsiste la i lusoria realidad del mundo que nos rodea,nada mas que una serie de sensaciones. Pero, l.~rque dejamos esas cosas manifiestas que hemos cogi-do? Quizas Heraclito quiera decir que las cosas ~a-nifiestas. corp6reas. nos engaiian y provocan la. ilu-si6n de existir fuera de nosotros y de ser reales, VIvas.sobre todo porque nosotros las imaginamos comopermanentes. No es que _Herac1i~ocritique, las sen-saciones. Antes bien, elogia la VIsta y el oido, pero10que condena es el hecho de transforma~ 1a aprehen-si6n sensible sensorial en algo estable, existente fuerade nosotros. Nosotros cogemos instantaneamente laexperiencia de los .~entido.s y ~e.spues la dej~~oscaer ~ si deseamos fijarla, ll lmovlhzarla, la falsifica-mos. Ese es el significado de los fragmentos Quetradicionalmente se interpretan como base de una pre-sunta doctrina del devenir propia de Heraclito. Este56

no cree que el devenir sea m a s real que el ser; creesimplemente que cualquier opinion es una enferme-dad sagrada, 0sea, que cualquier elaboraci6n de lasimpresiones sensoriales en un mundo de objetos per-manentes es ilusorio. Ya que dice por ejemplo: Noes posible entrar dos veces en el mismo rio. No exis-te un rio fuera de nosotros, sino s610 una fugaz sen-saci6n en nosotros, a la que nosotros damos el nom-bre de rio, de un mismo rio. cuando se presenta antenosotros varias veces una sensacion semejante a laprimera: pero, en todas las ocasiones, la unica cosaconcreta que existe es una sensaci6n instantanea, a laque no corresponde nada objetivo. Sobre todo, talessensaciones no documentan nada permanente, aunquesean semejantes; si queremos designar cada una deellas con el nombre de rio. podemos hacerlo, pero entodos los casos se tratara de un rio nuevo.Volvamos ahora al fragmento homerico. Si 10 quehemos dicho puede interpretar la primera parte dela formulaci6n del enigma, la segunda parte signifi-cara entonces, en la transposici6n de Heraclito, apli-cando una antitesis paralela a la del episodio deHomero: Las cosas ocultas que no hemos visto nicogido, las traemos. l.Cual puede ser la so1uci6n deesta segunda parte? Se puede intentar aclarar esa ex-presion recordando dos temas esenciales del pens a -miento de Heraclito, El primero se podria llamar elpathos de 10 oculto, es decir, la tendencia a consi-derar ~l fundamento Ultimo del mundo como algoescondido, Tal es el concepto de la divinidad en Hera-cIi~o: La unidad, la unica sabiduria, quiere y noquiere ser llamada con el nombre de Zeus. EI nom-bre de Zeus es aceptable como simbolo, como desig-naci6n human a del dios supremo, pero no es acepta-ble como designaci6n adecuada, precisamente por-que el dios supremo es algo oculto, inaccesible. Otrosdos fragmentos declaran m a s explicitamente todaviaIa superioridad de 10 oculto: A Ia naturaleza pri-

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mordial Ie gusta ocultarse, y: La armonia ocultaes mas fuerte que la manifiesta. EI segundo tema esla reivindicaci6n mistica de una preminencia de lainter ioridad sobre la ilusoria corporeidad del mundoexterior. En varios fragmentos Heraclito parece in-cluso postular el alma como principio supr~~o delmundo, y Aristoteles confirma esta interpretacion, Talparece ser la alusion del celebre ,f~agmento (~Me heindagado a mi mismos : mas explicitamente dice He-raclito : Los confines del alma no podremos encon-trarlos caminando, aunque recorramos todos los ca-minos: asi es de profunda su expresion, y ade~as:AI alma pertenece una expresion que se acrecientaa sf misma. Los dos temas antedichos parecen um -ficarse, converger en una tinica vision fundamental,por la perspectiva abismal, en la di~eccion de l~ ocul-to, en que se postula el alma. SI ahara apl~~amosesta tematica a la segunda parte de la Iormulacion delenigma homerico, parece abrirse la P?sibilidad ~euna solucion. El alma, 10 oculto, la unidad, la sabi-duria, son 10 que no vemos ni cogemos, pero llevamosdentro de nosotros. Solo la interioridad oculta. espermanente, mas aun : al manifestarse, se acrecien-ta a sf misma.Lo que acabamos de decir no solo confirma la i~-portancia generic a del enigma en aquella era arcai-ca de Grecia, y su intima conexion con la e~f~ra dela sabiduria, sino que, ademas, nos ha permitido enparticular formular algunas hipotesis e inten~ar algu-nas aclaraciones en relacion con el pensamiento deuno de los mas dificiles e inaccesibles de aquellossabios. Hemos vis to, mediante el examen detalla.d.ode un solo pasaje, que es posible proponer la unifi-caci6n de declaraciones de Heraclito aparentementedisociadas, u opuestas. No s610 eso, sino que, ade-mas, podemos trasladar otro de es.os temas ~ndamen-tales de Heraclito a la perspectiva del enigma, demodo que, al final, se prese~ta la hipotesis de que58

toda la sabiduria de Heraclito sea un tejido de enig-mas que aluden a una naturaleza divina insondable.Se trata del tema de la unidad de los contrarios. He-mos dicho que la unidad, el dios, 10 oculto, la sabidu-ria, son designaciones del fundamento ultimo delmundo. Tal fundamento es trascendente. Dice Hera-clito: Ningiin hombre, de entre aquellos cuyos dis-cursos he escuchado, lIega hasta el extremo de reco-nocer que la sabiduria esta separada de todas lascosas . Pero entonces el enigma, ampliado a concep-to cosmico, es la expresion de 10 oculto, del dios.Toda la muItiplicidad del mundo, su ilusoria cor-porei?ad, es u~a trama de enigmas, una aparienciadel dios, del mismo modo que las palabras del sabio,manifestaciones sensibles, que son el vestigio de 10oculto, son una trama de enigmas. Pero, como he-mos dicho, el enigma se formula contradictoriamen_teo Ahara bien, Heraclito no solo utiliza la formula-ci6n antitetica en la mayoria de sus fragmentos, sinoque sostiene que el propio mundo que nos rodea noes sino un tejido -ilusorio_ de contrarios. Todopar de contrarios es un enigma, cuya solucion es launidad, el dios que esta tras elIos. Efectivamente, di-ce Heraclito: ((El dios es dia noche, invierno verano,guerra paz, saciedad hambre.

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Misticismo y dialectica


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Si el origen de la sabiduria griega esta en la ma-nia ))1, en la exaltacion pitica, en una experiencia mis-tica y misterica i,como se explica, entonces, el pasode ese fondo religioso a la elaboracion de un pensa-mien to abstracto, racional, discursivo? Y, sin embar-go, en la fase madura de aquella era de los sa bios en-contramos una razon formada, articulada, una logicano elemental, un desarrollo te6rico de alto nivel. Loque hizo posible todo eso fue la dialectica, Evidentc-mente, con este termino no hay que entender 10 queen el inc1uimos los modernos: aqui usamos dialec-tica en eI sentido originario y propio del termino, 0sea, can el significado de arte de la discusion, de unadiscusion real. entre dos 0 mas personas vivas, nocreadas por una invencion literaria. En este sentidola dialectica es uno de los fen6menos culminantes dela cuItura griega, y uno de los mas originales. Su grandesarrollo unitario llega a su fin can Aristoteles : efec-tivamente, este, en una obra juvenil, los Topicos, exa-

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mina retrospectivamente todo el mate:ial elaboradopor ese arte, todas las vias por el segUldas, tod~s lasformas, las reglas, las destrezas, las argu~entacIOnes,los art ificios sofistas, para intentar ~ns~n~lr sobre esabase un tratado sistematico de la dIalectlca, estable-ciendo los principios generales, las normas de unadiscusion correcta, ordenando Y clasificando todo ~~ematerial, erigiendo una teoria general de la deducciondialectica.Pero, si esa es la conclusion. el e:,-amen retro,s~c-tivo, (,cual es la cumbre y cual el ongen de _la dlal~c-ti ? Cuando comparamos las argumentaclOnes dia-l~~~i~asde Platen, de Gorgias, d~ Zenon~ intentandojuzgadas segun e1 criterio del ngor Iogico Y de laexcelencia argumentativa, no .faltan razones pa,ra ,sos-tener, contra la opinion domm~nte, una supenondadde Zenon sobre Plat6n. Y" de)a~do de, lado el pro-blema de la cumbre de la dmlectlca, (,donde ,hay queb scar su origen? EI joven Aristoteles sostlene quez~non fue el inventor de la dialectic~. No obstante,si comparamos los testimonios de Zenon co": los, frag-mentos de Parmenides, su mae~tro, pare~e. me~lt~bl~d it i a en este ultimo un mismo dommlO dialecti-amllry ,co de los coneeptos mas abstr~ctos, ~e las c,at~gon~smas universales. Pero (,no se~la pO~l,ble quizas atr~-buir al propio Parmenidcs la mvenClon de un bagajeteorico tan imponente, el uso d,e l,o,sllamados ~flncl-pios aristotelicos de no contradlcClon Y del tercio e~-cluso, la introducci6n de categor~as ':Juep~rmanecer,anligadas para siempre al lenguaje fllosoflCO. no solodel ser y el no ser, sino tambien pro?able,mente dela necesidad y de la posibilidad? Seria mas naturalpensar en una rradicion dialectica ~~e. se remontea una epoca anterior incluso a Parme~ldes, que ~eorigine precisamente en aquella era arcaica de Greciade que hemos hablado. .La dialectica nace en el terre~o del ago~lsmo. Cuan-do el fondo religioso se ha a1ejado y el impulso cog-64

noscitivo ya no necesita el estfmulo de un desafio deldios, cuando una porfia entre hombres ya no requiereque estes sean adivinos, entonees aparece un agonis-mo exclusivamente humano. Un hombre desafia a otrohombre a que Ie responda con relacion a un conte-nido eognoscitivo cualquiera: discutiendo sobre esarespuesta se vera cual de los dos hombres posee unconocimiento mas fuerte. A partir de los Topicos deAristoteles, se puede reconstruir un esquema generalde la marcha de una discusion, que puede variar in-finitamente en su desarrollo efectivo. El interrogadorpropone una pregunta en forma alternativa, es decir,presentando las dos opciones de una contradiccion.El interrogado hace suya una de las dos opciones, esdecir, que afirma con su respuesta que esa es la ver-dadera, elige. Esa respuesta inieial se llama tesis dela discusion : la funcion del interrogador es demos-trar, deducir, la proporcion que contradice la tesis.De ese modo consigue la victoria, porque, al probarque es verdadera la proposicion que contradice latesis, demuestra al mismo tiempo la falsedad de esta,es decir. que refuta la afirmacion del adversario, quese habia expresado en la respuesta inicial. Asf, pues,para alcanzar la victoria, hay que desarrollar la de-mostracion, pero esta no es enunciada unilateralmen-te por el interrogador, sino que se articula a traves deuna serie larga y compleja de preguntas, cuyas res-puestas constituyen los eslabones particulares de lademostraci6n. La relacion unitaria entre dichas res-puestas debe constituir precisamente el hila continuode la deducci6n, aI termino del cual , como conclusion,se encuentra la proposicion quecontradice la tesis.No es necesario que el interrogado se de cuenta deque la serie de sus respuestas constituye una conexiondemostrativa. Al contrario, el interrogador intentaimpedir que quede claro el propos ito de su argumen-tacion. Por eso, la sucesion de las preguntas muchasveces no sigue el hila de la argumentacion, y a veces

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intervienen tambien demostraciones secundarias y au-xiliares, Lo importante es que la respuesta particu-lar sea en cada caso la asercion de determinada pro-posicion, que el interrogador presenta como pregun-tao AI final todas las respuestas seran otras tantasafirmaciones del interrogado : si su conexi on refutala tesis, es decir, la respuesta inicial del interrogado,a traves de los diferentes eslabones de la argumenta-cion, el mismo habra refutado su tesis inicial. En ladialectica no son necesarios jueces que decidan quienes el veneedor: la victoria del interrogador es conse-cuencia de la propia discusion, ya que es el interro-gado quien primero afirma la tesis y despues la re-futa. En cambio, se produce la victoria del interroga-do, cuando consigue impedir la refutacion de latesis.Esa practica de la discusion fue la euna de la raz6nen general, de la disciplina logica, de cualquier refi-namiento discursivo. Efectivamente. como nos ensefiaArist6teles. demostrar determinada proposicion signi-fica encontrar un medio, es decir, un concepto, ununiversal, tal. que se pueda unir a cada uno de losdos terminos de la proposicion, de modo que de esasconexiones se pueda deducir la propia proposicion,o sea. demostrarla. Y, como ese medio es mas abs-tracto que el tema de la proposicion que hay que de-mostrar, la discusion, como busqueda de medios, esuna biisqueda de universales cada vez mas abstractos.ya que el medio que demuestra la proposicion dadanecesitara, a su vez, ser demostrado. Asi, la dialecti-ca ha sido la disciplina que ha permitido distinguirlas abstracciones mas evanescentes pensadas por elhombre: la famosa tabla de las categorias aristote-licas es un fruto final de la dialectica, pero el uso dedichas categorias estaba vivo y puede documentarseen la esfera dialectica mucho antes de Aristoteles. Lomismo puede decirse de los principios formales querigen el desarrollo correcto de una discusion, comen-66

zando pOTel principio del tercio excluso, que regulala formulaci6n de la tesis y su refutacion ~ y tambiende las normas de la deducci6n y de las relaciones re -ciprocas entre los diferentes terminos que en ella apa-recen, material de estudio y de aplicacion del quesurgira la silogistica aristotelica,Ahora se nos presenta la posibilidad de intentaruna explicacion con respecto al oscuro problema del

fondo religioso de la adivinaci6n y del enigma en laprimera epoca de Ia dialectica, Ya de 10 que hemosdicho se desprende un punto de encuentro entre los~os fenomenos, es decir, la esfera del agonismo rela-tIVOal conocimiento y a la sabidurfa. Efectivamente.~l enigma, al humanizarse, reviste una figura agonfs-tica y, por otra parte, la dialectica surge del agonismo.Pero, examinando detalladamente el analisis de losdos fenomenos, examinando los testimonios mas anti-guos a proposito de ellos, y comparando la termino-logia usada en los dos casos, hay razones para su-poner una relaci6n mas intrinseca, un nexo de conti-nuidad entre ellos. En esta perspectiva el enigma apa-rece como el fondo tenebroso, la matriz de la dialec-tica. En esto la terminologta es decisiva, El nombrecon el que las fuentes designan e1 enigma espr6-~lema, ~ue originariamente y en los tragicos signi-fica obstaculo, algo que se proyecta hacia adelante. Y,de h~cho, el enigma es una prueba, un desafio al queel dios expone al hombre. Pero el mismo terminoproblema sigue vivo y ocupando una posicion cen-tral en el lenguaje dialectico, hasta el punto de queen los Topicos de Aristoteles significa formulaciond,e una investigacion, con 10 que design a la formula-cion de la pregunta dialectica que da inicio a la dis-cusion. Y no se trata s6lo de una identidad del ter-mino: el enigma es la intrusion de la actividad hostildel dios en la esfera humana, su desaffo, de iguaJmodo que la pregunta inicial del interrogador es laapertura del desafio dialectico, la provocacion a la

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emulaci6n. Ademas de eso, se ha dicho varias vecesque la formulaci6n del enigma. en la mayoria de loscasos, es contradictoria, de igual forma que la for-mulaci6n de la pregunta dialectica propone explfci-tamente las dos opciones de una contradicci6n. EstaUltima identidad formal es completamente sorpren-dente (recuerdese el enigma homerico de Heraclito) eimpone casi la convicci6n de un estrecbo parentescoentre enigma y dialectica.El uso de varies otros terminos confirma esta te-sis. El verbo proballeins, que en el siglo v signifi-caba proponer un enigmas, Plat6n 10 usa altemativa-mente en e1 sentido enigmatico (en un pasaje delCarmides el verbo va unido explicitamente al terminoenigma Ill. y dice: Arrojar bacia adelante un enig-ma) y en el sentido dialectico, 10 que atestigua unaunidad de fondo entre las dos esferas: unas vecessignifica todavia proponer un enigma y otras veces,en cambio, proponer una pregunta dialectica, Re-cordemos tambien, como usados bien en sentido dia-lectico bien en sentido enigmatico, los terminos in-terrogacion, apona, investigacions, pregunta du-dosas.Por consiguiente, el misticismo y el raeionalismono fueron al parecer algo antitetico en Grecia: masque nada, habria que entenderlos como dos fases su-cesivas de un fen6meno fundamental. La dialecticainterviene, cuando Ja vision del mundo del griego sevuelve mas apacible. El fondo escabroso del enigma,la crueldad del dios bacia el hombre van atenuandose,quedan sustituidos por un agonismo exclusivamentehumano. Quien responde a la pregunta dialectica yano se encuentra en un extravio tragico : si resulta ven-cido, no perdera la vida, como Ie habia ocurrido aHomero. Ademas, su respuesta al problema nodecide inmediatamente su suerte, para bien 0 paramal. EI interrogado resuelve la alternativa con su te-sis. afirmando algo que se pondra a prueba, pero que68

por el momenta se acepta como verdadero. Quiendebia responder al enigma tenia dos opciones: 0callaba, y quedaba derrotado al instante, 0 se equivo-caba, y la sentencia procedia del dios 0 del adivino.En cambio, en la discusion e1 interrogado puede de-fender su tesis. Pero, por regia general, eso no le ser-vira de mucho. El perfecto dialectico 10 encama elinterrogador : este formula las preguntas, guia ladiscusi6n disimu1ando sus trampas fatales para e1 ad-versario, a traves de los largos rodeos de la argumen-taci6n, las peticiones de asentimiento sobre cuestio-nes indiscutibles y aparentemente inofensivas, que,en cambio, resultaran ser esenciales para el desarrollode Ja refutaci6n. Recuerdese el caracter de Apolocomo dios que hiere de lejos, cuya acci6n hostiles diferida: eso 10 encarna de forma tipica el interro-gador dialectico, que, sabiendo que va a veneer. seentretiene, saborea de antemano la victoria, interpo-niendo las tramas errabundas de su argumentacion.Desde este punto de vista, en 1a esfera dialectica siguehabiendo un fondo religioso : Ja crueldad directa dela Esfinge se convierte en este caso en crueldad me-diata, disfrazada, disimulada, pero en ese sentido m a sapolinea incluso. Hay casi un caracter ritual en elmarco del encuentro dialectico, que por 10 general sedesarrolla frente a un publico si1encioso. AI final. elque responde debe rendirse, si se respetan las reglas,como todos esperan que debe sucumbir, como parala celebracion de un sacrificio. Por 10 demas, inclusopodemos no estar del todo seguros de que en la dia-lectica el riesgo sea mortal. Para un antiguo, 1a hu-millacion de 1a derrota era intolerable. Si Cesar hu-biera resultado vencido rotundamente en la batalla,no habria sobrevivido. Y quizas Parmenides, Zen6n,Gorgias, no resultaron vencidos nunca en una discu-si6n publica, en una autentica lucha.

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