Colegio Secundario en Paraje Santa Tecla CUE: 1801874-00 R ...

Colegio Secundario en Paraje Santa Tecla

CUE: 1801874-00 R.Nº 875/18

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CUADERNILLO de LENGUA

y LITERATURA

Profesora: Sena M. Alejandra

Alumno/a: ……………………………

CURSO: 2º Año División “A”

TURNO: Mañana

CICLO LECTIVO 2020


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QUERIDOS ESTUDIANTES:

Ustedes saben tanto como nosotros los Docentes, Directivos y

Supervisores Escolares del Nivel Secundario dependientes de la

Dirección de Nivel Secundario, que aprender es muy importante

porque es el derecho de todos.

Hoy seguimos sin asistir a la escuela para evitar enfermedades y

así cuidarnos junto a la familia.

Esta es una oportunidad para seguir con las tareas en casa y así

avanzar con muchas ganas y confianza en lograr las mejoras del

aprendizaje, usando las tecnologías y otros medios disponibles,

como herramientas positivas para apoyarnos los unos a los otros y

construir tiempos de aprendizaje significativos y creativos en

familia.


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Bibliografía consultada:

AA. VV. Lengua 2. Prácticas del Lenguaje. Mandioca. Buenos Aires.

2014

AA. VV. ACTIVADOS 2. Prácticas del Lenguaje. Puerto de Palos. Buenos

Aires. 2016

Ciclo Básico de Educación Secundaria Escuelas. LENGUA. Cuaderno de

estudio 2. Serie Horizontes. Buenos Aires. 2007

AA. VV. Lengua y literatura 2. Prácticas del Lenguaje. Avanza. Kapelusz.

Buenos Aires. 2017

AA. VV. Lengua y Literatura. Prácticas del Lenguaje. Vale Saber.

Santillana. Buenos Aires. 2018

Delgado, Myriam y otros. Aprendamos Lengua y Literatura 2.

Comunic-arte. Córdoba. 2014

Quiroga Horacio. Cuentos de amor, de locura y de muerte. C. E. C.

Buenos Aires. 2010

https://rea.ceibal.edu.uy/elp/horacio_quiroga/fuentes__licencia__cr

ditos.html

http://llevatetodo.com/actividades-para/cronica/

https://rea.ceibal.edu.uy/elp/horacio_quiroga/fuentes__licencia__crditos.html




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¿Cómo nos comunicamos?

BIBLIOGRAFÍA: AA.VV. PRÁCTICAS DEL LENGUAJE 1. MANDIOCA.2014


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ACTIVIDADES

1) Une con flechas cada elemento de la comunicación con su definición:

• Receptor Quien transmite la información

• Canal La información que se transmite

• Emisor La persona o personas que reciben el mensaje.

• Mensaje El tipo de lenguaje que se utiliza en la comunicación.

• Código El medio por el que circula el mensaje.

2) Indicar qué tipo de signo se utiliza en los siguientes ejemplos. (lingüístico no

lingüístico).

a) Un gesto de aprobación: ................................................

b) Un mensaje de móvil: .....................................................

c) Un diálogo entre dos amigos: ........................................

d) Una señal de tráfico:........................................................

e) Un silbido para llamar a alguien: ..................................

f) Un aplauso: ....................................................................

g) Una carta certificada: ....................................................

h) Una despedida: ..............................................................

3) La señora le pidió a Claudio que hablara con Rodrigo, Esteban y Andrés”. Si se

cumple lo que la señora quiere, el emisor será.

a) Rodrigo

b) La Señora

c) Esteban

d) Claudio

4) A. Observa las imágenes e indica cuáles son los elementos de la comunicación. Elige

la opción correcta.

Emisor: - Vecino- Ministerio de Deporte-

Ministerio de Salud

Mensaje: Todos tenemos que hacer algo

contra el Dengue. Conozca los síntomas-

Tratamiento.

Receptor: Los adultos- todas las personas-

los jóvenes.

Referente: Conocer los síntomas- Evitar los

criaderos- El tratamiento

Canal: Escrito- Oral- Audiovisual

Signo: Lingüístico- No lingüístico- Las dos

anteriores.


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LOS SIGNOS LINGÜÍSTICOS

COPIAR Y RESOLVER

1. BUSQUEN AL MENOS 3 SEÑALES VERBALES Y 3

NO VERBALES. CÓPIENLAS Y ESCRIBAN SUS

SIGNIFICADOS.

2. REALIZA 3 CARTELES QUE PERMITAN

IDENTIFICAR LOS LUGARES MÁS IMPORTANTES

DE TU COMUNIDAD. YA SEA EN FORMA VERBAL O

NO VERBAL.

SIGNOS

LINGÜÍSTICOS O VERBALES IDIOMA: ESPAÑOL, INGLÉS, GUARANÍ, ETC

NO LINGÜÍSTICOS- NO VERBALES GESTOS SONIDOS IMÁGENES COLORES


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Lengua y literatura y F E y C

Curso: 2º Año

Alumno:

El apólogo. Valor y disvalor

Para pensar:

Todos observamos a nuestro alrededor y vemos un mundo en el que las personas no siempre

obran como consideramos correcto: hay injusticias, abusos, de poder, arrogancia, incapacidad

para ver la realidad.

a. Nombrar algunos hechos de la actualidad donde se observan estas formas de actuar.

b. ¿Crees que esto favorece la convivencia en la sociedad?

Muchos son los medios con los que la humanidad trató y trata de dar cuenta de estas

situaciones; uno de ellos es la Literatura.

Actividad:

Lee atentamente el siguiente texto de El conde Lucanor y el recuadro. Luego responde las

consignas.

a. ¿Quiénes son los que se encuentran dialogando? Caracteriza a cada uno.

b. Elige la opción correcta.

El conde se dirige a Patronio para:

Comentarle acerca de un negocio que le habían propuesto.

Contarle sobre el viaje que emprenderá

Proponerle emprender un negocio juntos.

c. Patronio comenta al conde acerca de lo que oía: “que el prudente se atiene a las

realidades y desdeña las fantasías…”

Busca el significado de:

prudente: ……………………………………………………………………………………..

desdeñar:……………………………………………………………………………………….

d. ¿Cuál es la historia que le cuenta?

e. ¿Qué mensaje te deja la historia


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Título: TRABAJANDO EN VALORES ACTIVIDAD:

1- Instrucciones. - Lee el siguiente cuento y contesta las preguntas que se te presentan al final.

“La Sopa de Piedra”

Cuento anónimo europeo

A un poblado habitado por gente buena pero muy pobre, llegaron dos huérfanos a pedir ayuda. En la primera casa a la que tocaron, la señora que abrió les dijo: “Lo siento, pero no tengo nada que darles; ni siquiera sé qué les voy a dar de comer a mis hijos. ¿Por qué no van a la siguiente casa? Tal vez tengan algo que darles”.

Los mismo les ocurrió en varias casas, hasta que llegaron a una donde la señora los miró por unos segundos y en seguida dijo entusiasmada: “Yo les voy a hacer una rica sopa de piedra; vayan con mis hijos al río y escojan las piedras más redonditas y bonitas que encuentren”. A pesar de que les pareció muy extraña una sopa de piedra, confiaron en la señora e hicieron lo que les indicó. Mientras los niños se alejaban, la señora preparó en el centro del poblado una hoguera en la que colocó un gran cazo con agua.

Con gran escándalo, recibió a los niños y puso las piedras en el agua ya que hervía; metió su cucharón, lo sacó y puso un poco de agua en su mano. “Mmm..., ¡qué rica me está quedando esta sopa de piedra! –Dijo, elevando considerablemente el volumen de su voz-. Bueno, si tuviera una pizquita de sal, tal vez me quedaría mejor”.

Los vecinos empezaron a curiosear: algunos espiaron por una rendija de la puerta y otros por las ventanas. Cuando uno de ellos escuchó lo de la sal, dijo: “Una pizquita sal si tengo; se la llevó, a ver qué pasa, a ver si es cierto que está haciendo una sopa de piedra”. La señora recibió gustosa la sal y la puso en el agua hirviendo. Metió su cucharón otra vez, volvió a probar y dijo en voz alta: “Gracias, verdaderamente mi sopa se mejoró con tu sal, claro que si tuviera un jitomate lo molía y se lo echaba a mi sopa de piedra”.

Otro vecino que escuchó esto, recordó que en su cocina tenía un jitomate pequeño y se lo llevó. La señora hizo lo mismo que con la sal y dijo: “Si al menos tuviera un pedazo de cebolla”. Luego repitió la operación diciendo: “Si tuviera una papita, una zanahoria…” de manera que al final quedó una sopa verdadera y ese día no sólo comieron los huerfanitos y los hijos de la señora, sino todos los habitantes del pueblo.

¿Cuál es el mensaje del cuento?

¿Cuáles son las habilidades sociales que tenía la señora que hacía la sopa?


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¿Qué valores pueden rastrearse en este cuento?

¿Cómo se fortalece la democracia con acciones como las que ocurrieron?

2- Trabajamos el lenguaje: Reemplaza las siguientes palabras por otras palabras

o frase de significado parecido según el sentido del texto.

*Habitaba *Huérfanos *Escándalo *Hoguera


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¿Alguna vez leyeron un cuento que les haya resultado creíble porque se parecía a la

realidad que conocen? ¿Lo recuerdan? ¿Pueden narrárselo a los compañeros?


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Lectura

B. La víbora verde

-¡Señor…! ¡Señor…! En el mistol del cuadro de alfalfa hay una víbora. ¡Es una víbora verde!

Este último dato me lo daba el chico de la casa, mientras procuraba alcanzarme en la

rápida carrera que inicié al oír sus primeras palabras.

El lugar indicado estaba cerca y no tardé en dos minutos en llegar al pie del árbol.

-¡Esta rama estaba reciencito! –jadeó mi informante.

-¿Dónde…? – No podía ubicar a la serpiente en el gran mistol.

-¡Allí…! ¡Allí…!

Logré verla cuando se deslizaba suavemente por uno de los gajos más altos.

Era un hermoso ejemplar de Chlorosomabaroni, de más de dos metros. El verde claro de

la serpiente se confundía notablemente con el color de las ramas y de las hojas. Con su elegante

deslizarse parecía nadar entre el follaje. En ese momento adelantaba su esbelto cuello y se

destacaban contra el cielo su fina cabeza y el hocico, prolongado en forma de trompita

respingada.

Es esta una culebra muy agresiva y su captura, dificultosa por la velocidad con que se

desplaza entre las plantas por su condición arborícola; pero no había que apurarse, el suelo era

limpio y no había ningún árbol cercano al cual pasar el ofidio.

Subí por grueso tronco del mistol que se bifurcaba a unos tres metros, en gruesas ramas,

y comencé la cacería armado de una vara.

La serpiente inició la huida, escabulléndose entre las hojas; desde abajo me guiaban en la

persecución. Quería obligarla a bajar o hacerla caer con un golpe de mi vara, pues en tierra es

menos ágil.

Yo me le acercaba procurando colocarla a mi alcance. Ella se deslizaba hábilmente de un

gajo a otro en lo más alto del árbol.

La persecución se prolongaba y aunque varias veces la tuve a tiro, ella era más rápida y

eludía velozmente mis ataques. El tener que cuidarme de no caer entorpecía mis movimientos;

ya había dado dos o tres resbalones. A veces la culebra se quedaba quieta y me dejaba acercar,

mirándome con sus ojillos de pupila circular; yo lanzaba el golpe y cuando creía haberla

alcanzado aparecía ella, socarrona, en alguna rama alejada.

Lo inútil de mis esfuerzos comenzó a impacientarme. Parecía, a veces que la serpiente se

burlaba de mí. Algunas risitas pequeñas de los mirones aumentaban mi irritación. Hacía calor,

transpiraba abundantemente. Me quité la camisa y el pañuelo del cuello y los arrojé al suelo.

La cosa iba para largo y mi impaciencia crecía.

Luego de una serie de ataques infructuosos de mi parte, eludidos por elegantes quites de

la serpiente, en una magnífica estirada, en la que pareció volar, alcanzó los gajos de la otra rama,

dejándome sin chance.

Tuve que descender, rezongando, hasta la bifurcación del tronco para alcanzar el sector

en el que se deslizaba ahora la culebra.

La perdí de vista. Desde abajo no lograban ubicarla. Comenzaba a subir por la otra rama

cuando, al apoyarme en un gajo, la serpiente que estaba oculta entre las hojas, en un rápido

ataque me asestó un furioso picotazo en la mano. No pude evitar un brusco movimiento de

sorpresa y me desarbolé, dando con mi humanidad en el suelo.

Me incorporé dolorido, y me arranqué blasfemando los dientes de la serpiente que tenía

incrustados en la mano, entre las expresiones de alarma de los peones que vinieron a

socorrerme.


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Contesté de la mala manera a quienes buenamente me advertían de lo peligroso de la

mordedura (en realidad, no los perdonaba que hubieran presenciado el soberano porrazo), y

agarrando un grueso garrote que encontré a mano, subí nuevamente al árbol.

Aquello no fue una cacería, sino una persecución ensañada. No era el naturalista en

procura de una pieza para sus colecciones, sino un hombre encolerizado que procuraba matar

a su antagonista.

La “serpiente esbelta”, el “hermoso ejemplar” era ahora la “víbora”, la “culebra

traicionera, inmunda y asquerosa”.

Subía sin reparar las ramas y las espinas; me arañaba y rasgaba la ropa; pero continuaba

ascendiendo y lanzaba furiosos garrotazos en cuanto creía tenerla a tiro. La serpiente eludía

serenamente mis ataques. Aquello era la lucha entre la inteligencia y la fuerza bruta. Algunas

ramas crujían a mi peso; pero yo continuaba sin preocuparme de ello, aunque ya pisaba gajos

delgados.

Al fin cuando intentaba la serpiente pasar de una rama a la otra y cuando su cuerpo se

destacó contra el cielo, le arrojé violentamente el garrote, que la alcanzó por el medio y la

arrastró, cayendo al suelo. A duras penas me sostuve antes de acompañarla en la caída.

Regresé a la casa, sudoroso, arañado, la ropa inutilizada; pero satisfecho. Una vez más

había triunfado la fuerza bruta.

Comprensión de texto

I.

a. ¿Cuál es el hecho principal en esta historia?

b. ¿Por qué el protagonista quiere atrapar a la víbora?

c. ¿Por qué no le resulta fácil? ¿Qué hace para lograrlo?

d. ¿En qué momento cambia la visión que el protagonista tiene de la víbora? ¿Por qué

se produce ese cambio?

e. En la lucha entre el hombre y el animal. ¿Quién representa habitualmente a la

inteligencia y quien, a la fuerza bruta? ¿Es así en este cuento? ¿Qué significa entonces

el comentario final?

f. ¿Qué tipo de cuento es? Encierra la opción correcta

MARAVILLOSO FANTÁSTICO REALISTA POLICIAL

II. Determina si los siguientes enunciados que se presentan a continuación son verdaderos

o falsos.

El narrador de la historia no participa de los hechos.

El protagonista está furioso porque no puede atrapar a la víbora.

El primero en ver la víbora es un peón.

Los hechos transcurren en un día de mucho calor.

La víbora es más inteligente que el protagonista.

El protagonista se avergüenza frente a los demás por no poder atrapar a la víbora.

III. Semántica léxica (significado de las palabras)

a. ¿Por qué palabra reemplazarías las palabras destacadas?

i. “…esbelto cuello…”

elegante extravagante duro rugoso


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ii. “…me arranqué blasfemando los dientes de la serpiente…”

Gritando luchando maldiciendo transpirando

iii. “… persecución ensañada…”

Cuidadosa enfurecida apresurada habitual

A la deriva de Horacio Quiroga

El hombre pisó algo blanduzco y, enseguida, sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante y, al volverse con un juramento, vio una yararacusú que, arrollada sobre sí misma, esperaba otro ataque. El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre se engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral, pero el machete cayó de plano, dislocándole las vértebras. El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre y, durante un instante, contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas y comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente, se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho. El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que, como relámpagos, habían irradiado desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una metálica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo juramento. Llegó por fin al rancho y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos puntitos violeta desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. Quiso llamar a su mujer y la voz se quemó en un ronco arrastre de garganta reseca. La sed lo devoraba. –¡Dorotea! –alcanzó a lanzar en un estertor–. ¡Dame caña! Su mujer corrió con un vaso lleno, que el hombre sorbió en tres tragos. –¡Te pedí caña, no agua! –rugió–. ¡Dame caña! –Pero es caña, Paulino –protestó la mujer, espantada. –No, me diste agua. ¡Quiero caña, te digo! La mujer corrió otra vez y volvió con la damajuana. El hombre tragó uno tras otros dos vasos, pero no sintió nada en la garganta. –Bueno, esto se pone feo –murmuró entonces, mirando su pie lívido y ya con lustre gangrenoso. Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una monstruosa morcilla. Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos y llegaban ahora a la ingle. La atroz sequedad de garganta, que el aliento parecía caldear más, aumentaba a la par. Cuando pretendió incorporarse, un fulminante vómito lo mantuvo medio minuto con la frente apoyada en la rueda de palo. Pero el hombre no quería morir y, descendiendo hasta la costa, subió a su canoa. Sentóse en la popa y comenzó a palear hasta el centro del Paraná. Allí, la corriente del río lo llevaría antes de cinco horas a Tacurú-Pucú. El hombre, con sombría energía, pudo efectivamente llegar hasta el medio del río; pero allí sus manos dormidas dejaron caer la pala en la canoa y, tras un nuevo vómito –de sangre esta vez–, dirigió una mirada al sol, que ya trasponía el monte. La pierna entera, hasta medio muslo, ya era un bloque deforme y durísimo que reventaba la ropa. El hombre cortó la ligadura y abrió el pantalón con su cuchillo: el bajo vientre desbordó hinchado, con grandes manchas lívidas y terriblemente dolorosas. El hombre pensó que no podría jamás llegar solo a Tacurú-Pucú y se decidió a pedir ayuda a su compadre Alves, aunque hacía mucho tiempo que estaban disgustados.


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La corriente del río se precipitaba ahora hacia la costa brasileña y pudo fácilmente atracar. Se arrastró por la picada cuesta arriba, pero a los veinte metros, exhausto, quedó tendido de pecho. –¡Alves! –gritó con cuanta fuerza pudo, y prestó oído en vano–. ¡Compadre Álvez! ¡No me niegue este favor! –clamó de nuevo alzando la cabeza del suelo. El hombre tuvo aún valor para llegar hasta su canoa, y la corriente, cogiéndola de nuevo, la llevó velozmente a la deriva. El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa olla, cuyas paredes altas de cien metros encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas, bordeadas de negros bloques de basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, atrás, siempre la eterna muralla lúgubre en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El paisaje es agresivo y reina en él un silencio de muerte. Al atardecer, sin embargo, su belleza sombría y calma cobra una majestad única. El sol había caído ya cuando el hombre, semitendido en el fondo de la canoa, tuvo un violento escalofrío. Y de pronto, con asombro, enderezó pesadamente la cabeza: se sentía mejor. La pierna le dolía apenas, la sed disminuía y su pecho, libre ya, se abría en lenta inspiración. El veneno comenzaba a irse, no había duda, y aunque no tenía fuerzas para mover la mano, contaba con la caída del rocío para reponerse del todo. Calculó que antes de tres horas estaría en Tacurú-Pucú. El bienestar avanzaba y, con él, una somnolencia llena de recuerdos. No sentía ya nada ni en la pierna ni en el vientre. ¿Viviría aún su compadre Gaona en Tucurú-Pucú? ¿Acaso vería también a su ex patrón, míster Dougald, y al recibidor del obraje? ¿Llegaría pronto? El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro y el río se había coloreado también. Desde la costa paraguaya, ya entenebrecida, el monte dejaba caer sobre el río su frescura crepuscular en penetrantes efluvios de azahar y miel silvestre. Una pareja de guacamayos cruzó muy alto y en silencio hacia el Paraguay. Allá bajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un remolino. El hombre que iba en ella se sentía cada vez mejor y pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado sin ver a su ex patrón Dougald. ¿Tres años? Tal vez no, no tanto. ¿Dos años y nueves meses acaso? ¿Ocho meses y medio? Eso sí, seguramente. De pronto, sintió que estaba helado hasta el pecho. ¿Qué sería? Al recibidor de madera de míster Dougald, Lorenzo Cubilla, lo había conocido en Puerto Esperanza un Viernes Santo. ¿Viernes...? Sí. O un Jueves... El hombre estiró lentamente los dedos de la mano. –Un Jueves... Y cesó de respirar.

H. Quiroga (1917), “A la deriva”, en Cuentos de amor, de locura y de muerte, Buenos Aires,

Losada, 1993. LEER Y ESCRIBIR

Leer “A la deriva” de Horacio Quiroga

Actividades

1. Pregunta de Selección Múltiple

¿Cómo es el narrador de esta historia?

Es el protagonista

Es externo a la historia- Omnisciente


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Testigo

2. Completa los espacios en blanco con la respuesta a las preguntas realizadas.

¿Cómo se llama el hombre?

¿Y la mujer?

Yarará

Bothrops alternatus (nombre científico) es una especie de serpiente venenosa que se habita en el sudeste de Brasil, Paraguay, Uruguay y norte de Argentina; mide aproximadamente un metro y medio de largo.

"Personaje es todo aquél ser que realiza una acción".

3. En base a esta premisa, analiza cuáles son los personajes del cuento "A la deriva" La víbora Paulino El compadre Álvez

4. Ordena cuáles son los síntomas que experimenta Paulino según orden de aparición. Deberás indicarlo con un número al inicio de cada uno.

Sequedad de garganta y sed

Dolor agudo

Pérdida del sentido del gusto

Fulgurantes puntadas

Vómito

5. ¿Cuál considerarías tú que es el tema central del cuento?

La relación del hombre con su compadre Álvez.

La lucha del hombre por sobrevivir.

La vida en la selva.


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6. La lucha de este hombre por sobrevivir lo lleva a:

Llamar a un médico.

Subir a su canoa con el fin de trasladarse al pueblo más cercano.

7. Tacurú Pucu es un pueblo ubicado en Paraguay, a kilómetros de Ciudad del Este, cercano al río Paraná. Ubicar en el mapa cuál habrá sido el recorrido del hombre para llegar a Ciudad del Este.

Paulino finalmente se salva.

Verdadero Falso

8. Es testigo de los acontecimientos, participa en la historia. Subrayar cuáles

de las siguientes palabras y construcciones del cuento pueden asociarse

con la muerte (consulten el diccionario si no conocen algún término):

Fúnebremente – frescura – lustre gangrenoso – veloz ojeada – lúgubre – remolino –

majestad – manchas lívidas – obraje – tiempo justo – pantalla de oro – fulminante

vómito.

9. Marcar con lápiz de color, en el texto, por lo menos, dos expresiones que remitan a la

transformación corporal provocada por la mordedura de la víbora.

10. ¿Cuál es la primera referencia acerca del lugar donde habita “el hombre”? Subrayarla en el

cuento.


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11. En el momento en que Paulino queda a la deriva, solo en el Paraná, comienza en el relato

una descripción del paisaje. Una descripción es una representación a través de palabras, en la

que se dan detalles de aquello que se representa.

Podríamos dividir la descripción del paisaje en dos momentos.

A continuación, se presentan varios enunciados descriptivos de ambos; organízalos colocando

el número 1 para el primero y el 2 para el segundo, según creas que describe un cambio en la

descripción del paisaje.

Rellenar huecos

"El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cie

n metros, encajonan fúnebremente el río".

"...la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita

en incesantes borbollones de agua fangosa".

"El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río

se había coloreado también..."

"El paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte".

"...el monte dejaba caer sobre el río su frescura crepuscular..."

12. Hemos visto que existe una descripción del paisaje, del río Paraná, que podríamos dividir

en dos momentos. En ellos, el paisaje se describe de dos formas distinta. En la primera el

paisaje es frío, fúnebre, oscuro; en la segunda es cálido, colorido y en él se da la presencia de

dos guacamayos que cruzan el río.

Indica a cuál de las descripciones corresponden cada una de las siguientes imágenes.


13. Las siguientes citas se refieren a acciones de A la deriva. Subrayar las que hacen progresar

la narración, es decir, que la “disparan”, la hacen avanzar y la cierran.



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a) El hombre pisó algo blanduzco.

b)...dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente…

c)… el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras [a la víbora]

.d) Llegó, por fin, al rancho…

e) Movía la pierna con dificultad.

f) La carne desbordaba como una monstruosa morcilla.

g)…el hombre [...] subió a su canoa [...y] pudo efectivamente llegar hasta el medio del río…

h)…hacía mucho tiempo que [su compadre Alves y él] estaban disgustados.

i)… el hombre [...] tuvo un violento escalofrío.

j) El veneno comenzaba a irse, no había duda.

k) El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río se había coloreado también.

l) Y cesó de respirar.

LECTURA DE LA NOVELA

El jefe de la manada Inés Garland

a. Antes de la lectura

Observar la tapa y responder. 1. ¿Qué edades suponen que tienen los chicos? ¿Dónde están? ¿Qué están haciendo? 2. Hojear el libro y detenerse solo en las ilustraciones. Mirarlas con atención. ¿Qué clases de animales se reiteran? 3. Relacionar el título del libro con las imágenes. Completar la frase: “El jefe de la manada narra la historia de ……………………………………………………………………”. b. Leer la contratapa. 4. ¿Quiénes son los protagonistas de esta historia? 5. ¿Qué situación deben resolver? 6. ¿Qué suponen que esconde el chico de negro?

7¿Qué es la telepatía? ¿Y los sueños premonitorios?

c. Después de la lectura

Elegir una de las siguientes tarjetas para trabajar y presentar a tus compañeros.

Tarjeta 1 "Collage"

Presentá el título y a su autor. Elegí por lo menos dos palabras que evoquen el contenido del libro. Buscá una imagen que las representen


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Presentalas indicando una relación con el contenido del libro que leíste.

Tarjeta 2 "Los personajes"

Presentá el título y a su autor. Elaborá una sopa de letras donde estén escondidos los nombres de todos los

personajes de la historia. En las referencias indicá características de cada uno.

Tarjeta 3 "Avisos clasificados"

Presentá el título y a su autor. En los diarios vemos con frecuencia avisos donde la gente ofrece en venta o

canje cosas, por dinero o por otro objeto. Inventá dos avisos con algunos de los temas o personajes que presenta el libro.

Tarjeta 4 "Las miradas"

Presentá el título y a su autor. Busca imágenes que representen los espacios de la novela. Arma un collage

Tarjeta 5: "De oído."

Presentá el título y a su autor. Buscá sonidos o efectos que expresen el estilo del libro que leíste. Por ejemplo: suspenso, terror, humor. Incorporalo a las imágenes que más te gusten.

Tarjeta 6 "Las 5 preguntas"

Presentá el título y a su autor. Esta consigna consiste en elaborar un texto basándote en lo que leíste en el

libro a partir de estas cinco preguntas: ¿Quién/es? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Dónde? ¿A quiénes conoció/eron?

Tarjeta 7 "El personaje"

Presentá el título y a su autor: Pensá en el personaje/s principal/es de tu historia. Describí:

o Tiene/n miedo cuando.. o Se alegra/n cuando...


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o A veces quiere... o No le gusta cuando.. o Lo que más quiere/n.. o Está contento/a cuando está con…


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Leer atentamente la siguiente crónica:


Actividades

1. ¿Qué características hacen que el tema tratado por esta crónica sea un hecho noticioso? 2. Identifica los componentes de la crónica (estructura). ¿Falta algún elemento? ¿cuál? 3. Aplica el esquema de las 6 W para poder interpretar el texto. 4. Indica a quiénes pertenecen los siguientes testimonios.

“para evitar la psicosis entre los agentes por miedo a la sugestión…” ……………………… “Estuvimos desde el domingo asustándonos por los ruidos en el techo, unos gritos en el fondo, ventanas que se abrían solas hasta que mi compañero vio un enano debajo de la morera”…………………

5. Señala en el texto las descripciones que aparecen.

6. ¿En qué persona gramatical está escrita? Da ejemplos.


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A seguir trabajando

El Mundo | Cultura

Roban otro cuadro del autor de El grito La policía sueca informó hoy que otro cuadro del pintor noruego Edvard Munch había sido robado. Así, la obra se suma a El grito y Madonna, que desaparecieron en 2004.

Un cuadro –del que no trascendió el título, pero sí que estaría valuado en 108.000 euros– fue robado anoche en una residencia de campo en las afueras de Hoerby, al sur de Suecia. El vigilante de la propiedad fue el primero en llegar al lugar después de que saltara la alarma poco antes de la medianoche, según el diario sueco Sydsvenskan.

No es la primera vez que las obras de Munch son robadas. En 2004, unos ladrones se hicieron con las dos obras más conocidas del autor expresionista –El Grito, de 1893 y Madonna, de 1893-94– que fueron sustraídas a plena luz del día del Munch Musset de Oslo. Diez años antes, otra versión de El Grito fue robada de la Galería Nacional de Oslo y fue recuperada un par de meses después.

Fuente: http://www.clarin.com/diario/2006/05/24/um/m-01201651.htm

a. Coloca V o F según la información del texto. Corrige los enunciados

incorrectos.

El hecho a informar es la presentación de una obra de Munch.


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El hecho ocurrió durante la noche en un pueblo de Suecia.

En la crónica se describe cómo sucedió.

En la crónica señalan que el valor de la obra accesible para todos.

En la crónica aparecen testimonios sobre el hecho.

No se explicita el porqué del hecho.

b. Indica la fecha de los robos de las obras de Edvard Munch.

…….. Los ladrones si hicieron con las dos obras más conocidas.

…….. Otra versión del grito fue robada de la Galería nacional de Oslo.

…….. Un cuadro fue robado en una residencia de campo en las afueras de

Hoerby, al sur de Suecia.

c. Observa y elige dos de los siguientes cuadros para incluir como

paratexto a la crónica leída. Escribe un epígrafe para cada uno.


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Es hora de leer para escribir!!!!

MARGARITAS

Fredric Brown

El doctor Michaelson estaba enseñando a su mujer, cuyo nombre era señora Michaelson, su

combinación de laboratorio e invernadero. Era la primera vez que ella iba allí en muchos meses y se

había añadido un poco más de equipamiento.

– ¿Entonces hablabas en serio, John, – le preguntó ella finalmente, – cuando me dijiste que estabas

experimentando en la comunicación con rosas? Creí que estabas bromeando.

– No del todo, – dijo el doctor Michaelson. – Al contrario de lo que cree la gente, las rosas tienen un

cierto grado de inteligencia.

– ¡Pero seguramente no pueden hablar!

– No como hablamos nosotros. Pero contrariamente a lo que la gente piensa, se comunican.

Telepáticamente, eso sí, y en imágenes pensadas más que las palabras.

– Entre ellas quizás, pero seguramente…

– Contrariamente a lo que la gente piensa, querida, incluso la comunicación humano-floral es

posible, aunque hasta ahora sólo he podido establecer comunicación en una dirección. Es decir,

puedo captar sus pensamientos, pero no enviarles mensajes desde mi mente a la suya.

– Pero… ¿cómo funciona, John?

– Contrariamente a lo que la gente piensa, – dijo su marido, – los pensamientos, tanto humanos

como florales, son ondas electromagnéticas que pueden ser… Espera, será más fácil si te lo muestro,

cariño.

Llamó a su ayudante que estaba trabajando al otro lado de la habitación:

– Señorita Wilson, ¿podría traer el comunicador?

La señorita Wilson trajo el comunicador. Era una cinta para la cabeza de la que salía un cable que

llegaba a una barra delgada con un asa aislada. El doctor Michaelson puso la cinta alrededor de la

cabeza de su esposa y la barra en su mano.

– Es muy simple de usar, – le dijo. – Sujeta la barra cerca de la rosa y actuará como una antena que

recogerá sus pensamientos. Y así veras, que contrariamente a lo que la gente piensa…

Pero la señora Michaelson no estaba escuchando a su marido. Estaba sujetando la barra cerca de

un macizo de margaritas en el alféizar. Después de un momento soltó la barra y cogió un pequeño

revolver de su bolso. Disparó primero a su marido y después a su ayudante, la señorita Wilson.

Contrariamente a lo que la gente piensa, las margaritas hablan.

FIN


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Actividades:

1- Según el doctor Michaelson, ¿cómo se comunican las rosas?

2- ¿La comunicación humano-floral es posible? ¿Cómo funciona?

3- ¿Por qué la señora Michaelson toma la decisión de matar al marido y a su ayudante?

4- Elabora una crónica que cuente lo sucedido con el señor y la señora Michaelson. Puedes

incluir algún testimonio. Y no olvides utilizar un paratexto adecuado.

5- Una vez realizada la Crónica, responde las seis preguntas básicas. (¿Qué pasó? ¿Cuándo pasó?

¿Dónde paso? ¿Quién participó? ¿Cómo pasó? ¿Por qué pasó?)


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Armar el rompecabezas


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