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HABIS 44 (2013) 367-383 - © UNIVERSIDAD DE SEVILLA - ISSN 0210-7694 367 COHESIÓN DISCURSIVA Y ADVERBIOS DE TIEMPO * Elena Redondo Moyano Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea [email protected] DISCOURSE COHESION AND TEMPORAL ADVERBS RESUMEN: En este trabajo se describen los usos conjuntivos de los adverbios εἶτα, ἔπειτα, πρῶτον y τέλος en el corpus de la novela griega. PALABRAS CLAVE: adverbios de tiempo, ad- verbios conjuntivos, cohesión discursiva, grama- ticalización, novela griega antigua. ABSTRACT: This work describes the conjunc- tive uses of the adverbs εἶτα, ἔπειτα, πρῶτον and τέλος in the corpus of the Greek novel. KEY WORDS: temporal adverbs, conjunctive adverbs, discourse cohesion, grammaticalization, ancient Greek novel. RECIBIDO: 28.03.2012. ACEPTADO: 24.04.2012 Dentro de la categoría de los adverbios se ha descrito recientemente un grupo que, además de desempeñar las funciones que se consideran prototípicas de esta clase de palabras (complementos de la predicación, modificadores de sintagmas, adjetivos o adverbios, usos sustantivados), pueden establecer o colaborar en el es- tablecimiento de la relación entre segmentos discursivos, participando, de esta manera, en la cohesión textual. Debido a esa característica, que los acerca a las conjunciones, tales adverbios han sido llamados “adverbios conjuntivos” 1 . En este trabajo ofrecemos la descripción del uso conjuntivo de los adverbios εἶτα y ἔπειτα, del adjetivo adverbializado (τὸ) πρῶτον, (con sus variantes (τὰ) * Este trabajo ha sido realizado dentro del Proyecto de Investigación FFI2009-13908-C03-02: “Los adverbios conjuntivos en griego tardío: un capítulo desatendido de la gramática griega”. Una primera versión fue presentada al XLI Simposio de la SEL, el 2 de febrero de 2012 en Valencia. 1 Para el repertorio y las características de estos adverbios, cf. E. Crespo, “Conjunctive Adverbs in Ancient Greek”, Early European Languages in the eyes of modern Linguistic (Brno 2009) 111-120, y “Conjunctive Adverbs: A Neglected Chapter of Greek Grammar”, A Greek man in the Iberian Street (Innsbruck 2011) 35-43.

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    COHESIN DISCURSIVA Y ADVERBIOS DE TIEMPO*

    Elena Redondo MoyanoUniversidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

    [email protected]

    DISCOURSE COHESION AND TEMPORAL ADVERBS

    RESUMEN: En este trabajo se describen los usos conjuntivos de los adverbios , , y en el corpus de la novela griega.PALABRAS CLAVE: adverbios de tiempo, ad-verbios conjuntivos, cohesin discursiva, grama-ticalizacin, novela griega antigua.

    ABSTRACT: This work describes the conjunc-tive uses of the adverbs , , and in the corpus of the Greek novel.KEY WORDS: temporal adverbs, conjunctive adverbs, discourse cohesion, grammaticalization, ancient Greek novel.

    RECIBIDO: 28.03.2012. ACEPTADO: 24.04.2012

    Dentro de la categora de los adverbios se ha descrito recientemente un grupo que, adems de desempear las funciones que se consideran prototpicas de esta clase de palabras (complementos de la predicacin, modificadores de sintagmas, adjetivos o adverbios, usos sustantivados), pueden establecer o colaborar en el es-tablecimiento de la relacin entre segmentos discursivos, participando, de esta manera, en la cohesin textual. Debido a esa caracterstica, que los acerca a las conjunciones, tales adverbios han sido llamados adverbios conjuntivos1.

    En este trabajo ofrecemos la descripcin del uso conjuntivo de los adverbios y , del adjetivo adverbializado () , (con sus variantes ()

    * Este trabajo ha sido realizado dentro del Proyecto de Investigacin FFI2009-13908-C03-02: Los adverbios conjuntivos en griego tardo: un captulo desatendido de la gramtica griega. Una primera versin fue presentada al XLI Simposio de la SEL, el 2 de febrero de 2012 en Valencia.

    1 Para el repertorio y las caractersticas de estos adverbios, cf. E. Crespo, Conjunctive Adverbs in Ancient Greek, Early European Languages in the eyes of modern Linguistic (Brno 2009) 111-120, y Conjunctive Adverbs: A Neglected Chapter of Greek Grammar, A Greek man in the Iberian Street (Innsbruck 2011) 35-43.

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    y () ) y del sustantivo adverbializado (con sus variantes y )2. Estos cuatro adverbios tienen en comn que su signifi-cado nocional indica secuencia temporal, por lo que suelen ser denominados de ordenacin3 u organizadores.

    La funcin conectiva que desempean algunos de estos adverbios ( y ) es bien conocida gracias a descripciones en obras generales o a estudios de corpora especficos, tanto de la poca arcaica, como clsica y helenstico-im-perial4. Este trabajo es una aportacin en la misma lnea y en l estudiamos el uso de los cuatro adverbios mencionados en un corpus tardo, el de las cinco novelas griegas conservadas completas.

    i. y

    Mediante estos adverbios el emisor sita un referente o un evento en un mo-mento posterior a otro que queda identificado contextualmente y que frecuente-mente est contenido en la informacin inmediatamente anterior:

    (1) Charito 5.1.1 , , , , . Cmo Calrroe se cas con Qureas, ... y cmo la creyeron muerta a consecuen-cia del golpe que le dio Qureas por celos de amor, y cmo, tras enterrarla con gran lujo, a continuacin, en cuanto recobr el sentido en la tumba, la sacaron de Sicilia de noche unos violadores de tumbas ... eso lo he ex-puesto en la parte precedente del libro .5

    2 Para el estudio de estos adverbios hemos usado S. Betta, E. de Carli, G. Zanetto, Lessico dei Ro-manzieri Greci. II y IV (Hildesheim-Zurich-Nueva York 1989 y 1997).

    3 Cf. NGLE =Nueva Gramtica de la Lengua Espaola (Madrid 2009) 2361.4 Usos distintos de los prototpicamente adverbiales fueron ya descritos, para y , por R.

    Khner, B. Gerth, Ausfhrliche Grammatik der griechischen Sprache (Hannover 1904) II 2 486.5 y 8 (uso apodtico) y II 2 525 (uso adversativo). Adems, los usos conectivos han sido estudiados por C. M. Sicking & M. van Ophuijsen, Two Studies in Attic Particle Usage (Leiden-New York-Koln 1993) 17-18 y E. Redondo Moyano La articulacin textual de los Progumnsmata de Nicolao de Mura, Studia Phi-lologica Valentina 7 (2004) 181; en prensa se encuentran trabajos de L. Conti, Zu Konjunktionaladver-bien im Altgriechischen: Analyse von bei Homer, de J. M. Jimnez Delgado, y en los historiadores griegos: de adverbios temporales a marcadores discursivos CFCG 2012 (en prensa), y de H. Maquieira, Los usos conjuntivos de y en los oradores y Platn. R. Fornieles ha pre-sentado la comunicacin y como adverbios conjuntivos en la tragedia griega en el XLII Simposio Internacional de la SEL, Madrid, 2013.

    5 Las ediciones que citamos son las del TLG y las traducciones estn tomadas o basadas en las de la Editorial Gredos.

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    El adverbio funciona aqu como complemento del predicado (satlite), pero, a la vez, tiene tambin una funcin demarcativa, ya que inicia la oracin supraor-dinada del participio , de manera que tiene tambin un uso apodtico6 bien recogido en LSJ ( I.3) para los dos adverbios.

    I.1.

    Sin embargo, (1) es un caso nico en las novelas. Lo habitual es que y se encuentren entre dos oraciones o segmentos discursivos de los cuales el segundo referencia un evento posterior en el plano temporal o, ms raramente, en el espacio-temporal. Este uso aparece preferentemente en contextos narrati-vos o descriptivos7; en el primer caso, la sucesin temporal de los eventos se re-fleja tambin en la organizacin discursiva (2); en el segundo, el texto se dispone siguiendo el orden en el que el emisor visualiza el objeto de su descripcin (3).

    (2) Ach. Tat. 4.10.3 , . Se presenta el mdico y dice: Ahora la prepararemos para el sueo, de manera que apacigemos la fase ms violenta de la crisis, ya que el sueo es remedio de todas las enfermedades. Y luego le procura-remos el resto del tratamiento.

    (3) Charito 1.6.3 . Iban delante del lecho en primer lugar los jinetes siracusanos, de gala ellos y sus caballos, tras ellos los ho-plitas, que llevaban las insignias de los trofeos de Hermcrates, y luego el Consejo y en medio el pueblo, todos dando escolta a Hermcrates.

    8 de (2) introduce un segundo segmento narrativo, que referencia un evento posterior al introducido por . Sin embargo, es esta la nica vez en que los adverbios y van acompaados de otro conector ()9; en todos

    6 El uso apodtico est bien descrito para algunas partculas como en J. D. Denniston, The Greek Particles (Oxford 1950) 177.

    7 La incidencia que el tipo de texto tiene en el uso de los adverbios conjuntivos ha sido puesta de re-lieve por R. Martnez Vzquez, Tipologa textual, adverbios conjuntivos y la Historia de Tucdides, Pro tantis redditur, Homenaje a Juan Gil en Sevilla (Zaragoza 2011) 81-97.

    8 La combinacin de y con es posible en textos de pocas anteriores (cf. Liddell, R. Scott, H. S. Jones, I.3): siendo prepositiva, siempre precede a . En casos como (2) y (10) afecta al sintagma siguiente.

    9 El hecho de que sea el que vaya acompaado de otro conector coincide con la tendencia observada entre los oradores y Platn, en los que este adverbio va ms frecuentemente acompaado de

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    los dems se encuentran solos, en asndeton, a pesar de que en el segmento de in-formacin previo se encuentre tambin : cf. (4) donde se relacionan oraciones y (5) donde se relacionan segmentos informativos:

    (4) Hdl. 4.12.2 , , , . Cuando se enter (Persina) de que me dispona a regre-sar a mi pas, me relat toda tu historia, no sin antes haber recibido ga-rantas de mi silencio mediante juramento. Dijo que no se atrevera a contrselo a los sabios del pas y me suplic que preguntara a los dioses, primero, si te habas salvado cuando se te expuso, y, en segundo lugar, en qu tierras te encontrabas.

    (5) Hld. 3.5.5 y 3.5.6 . ... Pues primero se quedaron parados de repente, llenos de azoramiento. Ella le entreg la tea harto despacio, y del mismo modo l la recibi: durante un buen rato mantuvieron los ojos fijos uno en el otro, como indagando en sus recuerdos para ver si se conocan previamente y si se haban visto antes. Despus, esbozaron una sonrisa, leve y furtiva, delatada nicamente por el rayo de alegra que ilumin sus ojos. A conti-nuacin, como avergonzados por esa misma sonrisa, enrojecieron...

    Una de las causas bien establecidas para que se d el asndeton es que el segmento de informacin asindtico est introducido por un elemento anafrico, mediante el cual se hace una referencia expresa a la informacin anterior10. Eti-molgicamente y contenan ese elemento anafrico11 pero, adems, su significado nocional, la posterioridad, implicaba siempre la existencia de un tem anterior12. Puesto que estos adverbios podan garantizar la cohesin discursiva

    otros conectores que , cf. H. Maquieira, Los usos conjuntivos de y en los oradores y Pla-tn, en prensa.

    10 J. D. Denniston, The Greek Particles (Oxford 1950) xliii-xliv.11 (cf. C. J. Ruijgh, Autour du pique (Amsterdam 1971) 342 y DELG =P. Chantraine, Dic-

    tionnaire timologique de la langue Grecque (Paris1983-4) ad locum) estara formado por el locativo del tema del pronombre demostrativo *e/o + la partcula adverbial -; a su vez, , sera el resultado de la adicin de la preposicin , de donde su significado sera inmediatamente despus.

    12 Cf. una argumentacin similar para el ingls then en D. Schiffrin, Discourse Markers (Cambri-dge 1986) 246.

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    sin la presencia de un conector, fcilmente podan ser reinterpretados como mar-cadores discursivos que establecan la estructuracin de la informacin13.

    Teniendo en cuenta la etimologa de y , en series en las que se in-dican distintos grados de posterioridad, lo esperable sera que introdujera la seccin narrativa que indica una mayor posterioridad, como de hecho sucede en (5). Sin embargo, puede ser el nico en aparecer para indicar los distintos grados de posterioridad, donde podramos esperar , como en (6):

    (6) Ach. Tat. 3.15.3 y 3.15.4 Pues bien, dos de ellos traen a la joven con las dos manos atadas a la espalda... Luego (), tras verterle una li-bacin en la cabeza, le hacen dar una vuelta en torno al ara... A conti-nuacin (), a una seal convenida, todos se retiran lejos del altar... Despus (), echando mano a una espada, se la hunde por la parte del corazn...

    E, incluso, ambos adverbios aparecen en el orden contrario al esperado, como en (7):

    (7) Hld. 6.14.3 En efecto, la vieja... cav primero ( ) una hoya y luego () prendi dos piras... Despus () cogi un pastel de manteca que tena forma de hombre y tras coronarlo con laurel e hi-nojo lo ech tambin en la hoya.

    Podemos concluir, por tanto, que cuando y funcionan como orga-nizadores discursivos temporales, son sinnimos y que la funcin sintctica que realizan no puede determinarse de forma unvoca: por un lado, son complemen-tos del predicado; pero, por otro, estn situados en el primer lugar del segmento discursivo que introducen y garantizan la coherencia textual.

    I.2.

    Los usos temporales son los mayoritarios para y , ya que en las novelas son frecuentes la narracin y la descripcin. Pero estos adverbios pueden aparecer tambin en contextos expositivos, como en la siguiente carta, que Tisbe dirige a Cnemn en la novela de Heliodoro (8):

    (8) Hld. 2.10.2 .

    13 Para una definicin de los marcadores discursivos, cf. M. A. Martn Zorraquino y J. Portols, Los marcadores del discurso, en I. Bosque-V. Demonte (eds.), Gramtica descriptiva de la lengua espaola (Madrid 1999) 4086.

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    . ... A mi seor Cnemn, su enemiga y vengadora Tisbe. En primer lugar quiero darte la feliz noticia de la muerte de De-mneta, de la que yo he sido autora por ti: cmo, te lo explicar de viva voz, en el caso de que aceptes recibirme. A continuacin, quiero indi-carte que hace ahora diez das desde que estoy en la isla...

    En contextos expositivos, y estn situados, como en (2)-(7), en el lugar de los conectores, pero no van nunca acompaados de ninguno de ellos; introducen tambin segmentos informativos, pero no los organizan en torno al eje temporal, sino que los distinguen como secciones no iniciales de un conjunto dentro de la linealidad de la cadena discursiva; y, por ltimo, no son complemen-tos del predicado (satlites): no funcionan en el plano representativo, sino en el presentativo. Manteniendo su carcter de ordenadores de la informacin, han al-canzado, por tanto, un grado de gramaticalizacin ms alto y se acercan ms al uso de otros conectores, como las partculas o las conjunciones.

    I.3.

    Ms escasa es la presencia de y en contextos argumentativos, en los que el criterio de ordenacin es la mayor o menor relevancia de las razones que introducen. As, en la novela de Aquiles Tacio, Sstrato da dos razones por las que debe ser Clitofonte, y no l, quien sea el continuador de la narracin (9):

    (9) Ach. Tat. 8.4.4 , , , , , , , . , , . La parte que me corresponde de esta narracin es bien simple dijo: que me llamo Sstrato, procedo de Bizancio y soy to de este joven y padre de esta mu-chacha. El resto, la verdadera historia, cuntala t, Clitofonte, hijo, sin avergonzarte. Cualquier episodio doloroso que me haya acontecido no ha sido por tu culpa, sino por obra de la divinidad. Y, adems, el relato de los sucesos pasados estimula ms que apena a quien ya se libr de ellos.

    y tampoco realizan en estos contextos funcin alguna en relacin con el predicado, sino que funcionan como aditivos14 que aaden al argumento

    14 Para la definicin y caractersticas de los aditivos, cf. M. A. Martn Zorraquino y J. Portols, Los marcadores del discurso, en I. Bosque, V. Demonte (eds.), Gramtica descriptiva de la lengua espa-ola (Madrid 1999) 4093.

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    ms fuerte y situado en primer lugar (Clitofonte no es responsable de lo que le ha sucedido, sino los dioses), otro de menor peso argumentativo, en tanto que su aceptacin general no es tan segura como la del primero, y que se formula, por ello, en segundo lugar. El peso argumentativo de un razonamiento depende de la escala de valores del emisor. As en la novela de Heliodoro (10), cuando el sol-dado que haba atrapado al strapa enemigo Orondates muestra la valiosa es-pada que le ha arrebatado como botn, los que contemplan la escena consideran que tal objeto es propio de un monarca y no de un soldado raso como l. El rey vencedor Hidaspes, a quien corresponde la decisin final, expone dos argumen-tos a favor de que el soldado se quede con la espada:

    (10) Hld. 9.23.5 ; . Y qu otra cosa sera ms digna de un rey que conseguir poner de mani-fiesto que mi magnanimidad es superior a su codicia? Adems, la ley de la guerra permite al vencedor despojar al prisionero.

    Para un rey como Hidaspes, prototipo de monarca justo, lo prioritario es poner de manifiesto su superioridad moral, su magnanimidad frente a la codicia del soldado: este es el argumento que expone en primer lugar, en forma de pre-gunta retrica cuya respuesta es obvia e indiscutible; y, adems, se apoya tambin en una ley consuetudinaria, que para l tiene una relevancia secundaria y que ex-pone, por ello, en segundo lugar.

    I.4.

    Si y tienen en comn los usos que hasta ahora hemos descrito, existen tambin entre ellos notables diferencias. En primer lugar, su frecuencia de aparicin: es mucho ms numeroso que (Cf. Cuadros I y II) y apa-rece en usos ms variados, que describimos a continuacin.

    I.4.A.

    En algunos casos se utiliza para conectar sintagmas, funcionando como aditivo de posterioridad, como en (11):

    (11) Longus 2.38.3 , , Y, tras saludar primero a las Ninfas, y despus a Pan, sentados ya bajo la en-cina tocaron las zampoas.

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    I.4.B.

    En dos casos aparece combinado con otro adverbio de tiempo, , que tam-bin tiene usos conjuntivos: entre ambos sealan, por un lado, la posterioridad temporal, y, por otro, hacen referencia al segmento de informacin previo, conlle-vando la instruccin de que, solo si ese segmento se hiciera realidad, podra darse tambin el introducido por , cf. (12):

    (12) Charito 5.7.4 . Que te lea primero el acta de manumisin y que solo entonces hable de matrimonio.

    I.4.C.

    En Aquiles Tacio encontramos un uso particular de en oraciones tempo-rales introducidas por :

    (13) Ach.Tat. 3.19.2 . . , , . T sabes que soy de origen egipcio, pues te lo dije ya antes en el barco. Ahora bien, la mayor parte de mi hacienda est en los alrededores de esa aldea y tengo trato con sus jefes. Cuando naufragamos y me arro-jaron luego las olas a las costas de Egipto, fui atrapado en compaa de Stiro por los bandoleros que vigilaban por all.15

    La conjuncin temporal () indica que las dos acciones que relaciona ( naufragamos y me arrojaron) son anteriores a la supraordinada ( fui atrapado), y el adverbio coordina ambas a la vez que seala la posterioridad de con respecto a : es decir que, dentro de la anterioridad, establece grados de posterioridad entre los segmentos que relaciona.

    I.4.D.

    En una ocasin funciona como conjuncin discontinua o correlativa16, en una construccin paralela a otra con , un adverbio que tambin tiene usos con-juntivos17 y es frecuente para expresar la discontinuidad:

    15 Cf. tambin Ach.Tat. 2.23.2.2 y Hld. 9.1.2.3, donde el adverbio une dos oraciones de participio.16 Para los usos correlativos, cf. NGLE 2410.17 Cf. el estudio de E. Ruiz Yamuza, El adverbio como marcador discursivo, Emerita (en prensa).

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    (14) Longo, 1.13.6 ... , , , , , La verdad es que la mucha-cha no saba qu le pasaba... Una desazn continua se haba apoderado de su alma, los ojos no la obedecan, murmuraba a cada instante Dafnis. No reparaba en la comida, de noche no dorma, el ganado tena desaten-dido. Tan pronta estaba a la risa como al llanto. Lo mismo dormitaba que se alzaba de un brinco.

    I.4.E.

    y pueden establecer, tanto en Homero, como en el griego poste-rior, relaciones inferenciales. Es un sentido bien recogido en los lxicos18, donde tambin se deja constancia de que es especialmente frecuente en oraciones inte-rrogativas, en las que se expresa sorpresa, indignacin, sarcasmo y otros matices semejantes. En la novela el sentido inferencial solo se encuentra con y siem-pre en oraciones interrogativas, como (15).

    (15) Ach. Tat. 2.22.1 ; . Va y le dice un mos-quito presumido al len: Con que crees que reinas sobre m igual que sobre los otros animales? Sin embargo, t no eres ms bello que yo ni ms valiente y corpulento.

    En el contexto anterior se ha contado, con la habitual funcin de exempla que tienen las fbulas y relatos mticos en la novela, lo desgraciado que se siente el len, que se considera superior a todos los animales, salvo al gallo, al que teme. Luego el elefante se ha quejado del dao que le puede causar un mosquito. Este ltimo, envalentonado por el miedo del elefante, se dirige al len con las palabras que hemos citado, en las expresa una inferencia extrada por l del contexto (que el len es superior a l), a la vez que mediante la forma interrogativa, por un lado, la cuestiona, y por otro, la condena.

    (16) Ach. Tat. 6.21.2 . , . , . , . , .

    18 DELG (sens logique) y H. G. Liddell, R. Scott, H. S. Jones, A Greek-English Lexicon (Oxford 1940) (II, consecuence); cf. tambin el estudio de J. M. Jimnez Delgado, Adverbios temporales como conectores con valor consecutivo en griego antiguo (en prensa).

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    . , ; Hazle caso a Sstenes dijo Leucipa, pues te aconseja bien. Prepara los tormen-tos! Que traigan la rueda!: aqu tienes mis brazos, para que tiren de ellos. Traigan tambin ltigos!: aqu est mi espalda, que la azoten! Traigan el fuego!: aqu est mi cuerpo, que lo abrasen! Venga el hierro tambin!: he aqu mi cuello, que lo corten! Contemplad una pugna jams vista!: una mujer sola que se enfrenta a todos los suplicios y de todas las pruebas sale victoriosa. Y luego llamas seductor a Clitofonte, t, un adltero?

    Leucipa y Clitofonte son la pareja de enamorados que protagonizan la novela de Aquiles Tacio. Clitofonte, cuando cree que Leucipa ha muerto, accede al cor-tejo de una viuda rica, Melite, y habita en su casa. Pero reaparece el marido su-puestamente fallecido de sta, Tersandro, y acusa a Clitofonte de haber cometido adulterio. A su vez, Tersandro se enamora de Leucipa, que aparece como esclava en una finca de su propiedad. La joven, cuando va a ser torturada por negarse a acceder a los deseos amorosos de Tersandro, le dirige las palabras citadas. introduce una inferencia que Leucipa extrae de la situacin en que se ve inmersa, con la cual condena claramente la actitud de Tersandro.

    (17) Hld. 10.23.2 . ; Entonces, mi rey vol-vi a decir el introductor, el primero que debe entrar es Meroebo, el hijo de tu hermano, que acaba de llegar y est esperando a la puerta del re-cinto hasta que sea anunciada su presencia. As que, ser estpido e in-sensato exclam Hidaspes, no me lo has mencionado en cuanto lleg, sabiendo que el que aguarda no es un simple embajador sino un rey, y que es adems el hijo de mi hermano, muerto recientemente, a quien he insta-lado en el trono de aqul y a quien considero como a un hijo?

    Este tipo de inferencias se caracterizan porque el emisor introduce, mediante la pregunta retrica encabezada por , una conclusin19 extrada de las pala-bras o las acciones del interlocutor o de la situacin, y porque esa conclusin con-tiene una clara condena o reproche.

    19 Para la clasificacin de las oraciones consecutivas en griego atendiendo a parmetros semnticos, sintcticos y referenciales, cf. E. Ruiz Yamuza, Los matices de la consecuencia: ejemplificacin con , en A. Cabedo, P. Nebot (eds.), Lingstica XL. El lingista del siglo XXI (Madrid 2012) 225-233.

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    I.5.

    Mayoritariamente y funcionan como marcadores discursivos que introducen nuevos segmentos de informacin organizados en una secuencia (es-pacio)temporal. Con bastante menor frecuencia establecen relaciones inferencia-les o funcionan como ordenadores textuales y marcas de adicin de un nuevo segmento informativo. Solo en una ocasin funcionan como apodticos. El deta-lle de su uso se puede apreciar en los siguientes cuadros, en los que se recogen:

    (A) sus usos como adverbios de la predicacin; (B) sus usos como adverbios de la predicacin y marca de la adicin de sintagmas;

    (C) sus usos como adverbios de la predicacin y marca de la adicin de ora-ciones y segmentos discursivos siguiendo el criterio temporal;

    (D) sus usos como ordenadores y como aditivos; (E) sus usos inferenciales.

    Cuadro I Charito Ach. Tat. Longus Hld. Totales(A) 1 0 0 0 1(B) 0 3 2 0 5(C) 33 18 11 11 72(D) 0 1 0 1 2(E) 0 4 1 2 7

    Totales 34 26 14 14 88

    Cuadro II Charito Ach. Tat. Longus Hld. Totales

    (A) 0 0 0 0 0(B) 0 0 0 0 0(C) 5 2 5 8 20

    (C) + 0 1 0 0 1(D) 0 3 0 2 5(E) 0 0 0 0 0

    Totales 5 6 5 10 26

    ii.

    La forma adverbializada , y sus variantes y , funcio-nan como complemento del predicado solo en Heliodoro y en escasas ocasiones; adems, en todas ellas el adverbio inicia, a la vez, la oracin supraordinada, des-pus de una o varias subordinadas (uso apodtico), cf. (18).

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    (18) Hld. 4.1.1 . Pues bien, una vez concluidas con gran esplendor las restantes pruebas: los torneos de ca-rreras, los abrazos de la lucha, los compases con los brazos, propios del pugilato, por ltimo /a continuacin el heraldo pregon: Que compa-rezcan los participantes en la carrera con armas.

    II.1.

    Lo ms frecuente es que , adems de funcionar como adverbio de la pre-dicacin, acompae a otros conectores, como (19), (20) y (21), caracte-rizando el segmento coordinado por ellos como el ltimo de una serie temporal.

    (19) Xen. Eph. 3.2.4 . Y recorrimos las primeras etapas del amor: besos, caricias y muchas lgrimas por mi parte y finalmente pudimos, escogiendo la ocasin opor-tuna, estar a solas uno con el otro, lo que no era sospechoso dada nues-tra igual edad.

    (20) Hld. 9.11.3 . Los de Siene, con las primeras luces del da, notaron su fuga, primero al no ver cada uno en su casa a los persas que tenan albergados, luego al reunirse y hablar unos con otros, y finalmente, cuando descubrieron la pasarela.

    (21) Hld 5.32.5 ... . . Disparaba, en efecto, no con-tra uno de los dos partidos en lucha, sino contra el primero que vea ... Hasta que solo qued Tegenes en lid singular con Peloro, un hombre su-mamente valeroso y curtido en innumerables muertes. Nada poda ayudar el arco de Cariclea; el deshonor, si le defenda, sera imborrable, y esto le angustiaba; tema adems errar el blanco, porque estaban enzarzados en lucha cuerpo a cuerpo. Pero finalmente no pudo resistir Peloro.

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    COHESIN DISCURSIVA Y ADVERBIOS DE TIEMPO

    En contextos similares, tambin es posible encontrar en solitario (22). El asndeton es posible puesto que el sentido nocional de este adverbio supone, como suceda con y , que hay otros elementos anteriores en la secuen-cia que l marca.

    (22) Xen. Eph. 1.5.9 . . Cayeron, pues, ambos enfermos y llegaron a estar muy graves, esperndose su muerte de un momento a otro y sin que pudiesen decir cul era su desdicha. Y finalmente sus padres enviaron a preguntar al orculo del dios la causa de la enfermedad y su remedio.

    II.2.

    Solo en unas pocas ocasiones no indica organizacin cronolgica de lo referenciado, sino que seala, junto a y , el segmento informativo con el que finaliza una unidad de sentido, a la vez que lo caracteriza como el caso extremo de una escala implcita, cf. (23) y (24).

    (23) Hld. 2.28.1 . . Y es que no hay nada que atraiga tanto a los griegos como or cualquier relato con Egipto como tema. En fin, una vez lleg a preguntarme uno de los ms cultivados por las fuentes del Nilo y por su naturaleza especfica, que le hace ser distinto de los dems ros, es decir, por qu es el nico que tiene las crecidas en verano.

    (24) Hld. 4.14.2 ; Cmo no voy a estar as? Mi hija tan querida est a punto de irse a la otra vida, antes que contraer matrimonio, como t pretendes, si hay que prestar alguna atencin a los sueos; y me refiero en concreto al que he tenido esta noche, que me ha llenado de espanto.

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    ELENA REDONDO MOYANO

    En l me ha parecido ver un guila, que escapaba de las manos de Apolo, caa de repente volando sobre m y me arrebataba a mi hijita ay! de mis brazos, llevndosela al ltimo confn de la tierra, a un lugar lleno de fan-tasmas sombros y tenebrosos. Y, como remate, ni siquiera poda saber qu haba hecho de ella, porque haba puesto por medio una distancia in-finita para evitar que mi mirada acompaara el recorrido de su vuelo.

    II.3.

    funciona en la novela griega ya como apodtico, ya como marcador discursivo, introduciendo segmentos informativos en los que funciona como or-denador en torno al parmetro del tiempo, o bien como ordenador discursivo de cierre con un matiz escalar. Si en estas caractersticas coincide, salvo matices propios de su sentido nocional, con los usos de y , se diferencia de ellos en que suele aparecer con mucha ms frecuencia acompaando a otros co-nectores y, por tanto, presenta un grado de gramaticalizacin inferior al suyo. En el cuadro III, resumimos sus usos.

    Cuadro III

    CharitoXen. Eph.

    Ach. Tat.

    Longus Hld. Totales

    (A) 0 0 0 0 6 6(B) 0 0 0 0 0 0

    (C) solo o + , , 0 9 5 0 23 37(D) + , 0 0 0 0 3 3

    Totales 0 9 5 0 32 46

    * Para el sentido de (A), (B), etc., cf. 377.

    iii.

    A diferencia de , y , las formas adverbializadas () , () , () , funcionan, sobre todo, como complementos del predi-cado (satlites)20, como en (12).

    III.1.

    Cuando funcionan como organizadores discursivos segn el parmetro del tiempo en contextos narrativos o descriptivos, a diferencia de y , van siempre acompaados de la partcula , que constitua el procedimiento discur-sivo ms generalizado para sealar un segmento informativo como primero de

    20 () tiene esta funcin 110 veces; () , 62 y () ) 9.

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    COHESIN DISCURSIVA Y ADVERBIOS DE TIEMPO

    una secuencia21. Se produce, por tanto, un fenmeno de acumulacin del sentido nocional de con el discursivo de , formando ambos una combinacin que se encuentra cuando el adverbio asume alguna funcin relacional. En ella, marca al segmento informativo como primero de la secuencia, mientras que crea la expectacin de otro u otros, que estn introducidos por , con el que frecuentemente se establece una anttesis como en (25), o por otros adverbios temporales, como (4) o (5). puede, a su vez, acompaar a otros conectores, como , , , con la funcin de sealar la ordenacin de los segmentos discursivos que estn bajo el dominio del conector: cf. (5).

    (25) Charito 1.3.3 . Qu-reas, al estar ya su padre mejor, se apresur a volver con su mujer, y al ver la multitud ante sus puertas, al principio se asombr, pero en cuanto co-noci la causa se precipit dentro fuera de s.22

    Con esta funcin, solo en un caso no est acompaado de (26), pero es un uso particular, en el que no se introduce una informacin nueva, sino que se repite la que acaba de ser expresada: el asndeton, la ausencia del habitual , parece ms bien un recurso estilstico para abreviar y resaltar lo ms posi-ble la repeticin.

    (26) Charito 6.1.3 , l la salv de los piratas cuando iba a ser asesinada; dio un talento como precio de su salvacin. Primero la salv, despus se cas con ella.

    III.2.

    En otras ocasiones funciona como organizador discursivo, en contextos expositivos (8) y argumentativos; en estos ltimos, la razn aportada en primer lugar es tambin la de mayor peso argumentativo, como en (27).

    (27) Charito 5.7.5 .

    21 Cf. J. D. Denniston, The Greek Particles (Oxford 1950) 369ss.22 Como se puede observar, en este contexto es tambin apodtico. Pero, dado que no tiene

    ninguna referencia anafrica y que va acompaado de que establece una correlacin con el segmento discursivo posterior (que va introducido por , ka o y ), tratamos estos usos (Charito 1.3.3, 2.7.5, 2.10.3, 3.2.1, 3.3.14, 3.4.4, 7.5.2, 8.5.13 (en este caso sin ); Xen. Eph. 1.1.3, 1.15.2, 3.2.8, 4.5.2, 5.1.7, 5.4.5, 5.8.1; Longus 4.15.2; Hld. 1.5.4, 2.21.3, 2.20.5), tambin como relacionales o del grupo (C). Solo cuando es apodtico sin seriacin (Charito 7.3.6) lo hemos contado entre los adverbios (B).

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    ELENA REDONDO MOYANO

    . . . . Sabe, oh seor, que no le he faltado a Dionisio ni como marido ni como amo. En efecto, de entrada me acusa, no de un adulterio consumado, sino de un intento de adul-terio, y no pudiendo hablarte de hechos, nos lee vanas cartas. Pero las leyes castigan acciones. Presentas una carta, y yo puedo decir: No la he escrito yo. Esa letra no es de mi mano. A Calrroe es Qureas quien la busca. Jzgale entonces a l de adulterio.

    Dentro del discurso que el strapa Mitrdates pronuncia ante la corte persa para defenderse de la acusacin de adulterio, el argumento introducido por queda sealizado como primero de otros, pero tambin como el ms relevante de entre ellos23: se niega que la acusacin pueda ser de adulterio, ya que, con la prueba que se presenta sera, en todo caso, un intento de adulterio.

    III.3.

    tiene un uso bastante diferente del de , y . Para co-menzar, tiene un amplio uso como complemento del predicado (satlite), del que carecen los dems. Adems, no tiene ninguna referencia anafrica en su sentido nocional y siempre que tiene algn uso relacional va acompaado de la partcula , de manera que es la combinacin de ambos la que funciona como marca de ordenacin secuencial. presenta, por tanto, un grado de gramaticaliza-cin ms bajo que los anteriores adverbios.

    Cuadro IV() / ()

    / () )*Charito

    Xen. Eph.

    Ach. Tat. Longus Hld. Totales

    (A) 28/1/0 1/3/0 18/3/0 8/0/0 18/16/11 73/23/11(B) + () 0/0/0 0/0/0 4/0/0 0/0/0 0/1/0 4/1/0

    (C) + (, , )

    18/0/0 2/18/0 5/2/0 4/2/0 1/15/3 30/37/3

    (D) + (, )

    2/0/0 0/0/0 1/0/0 0/0/0 0/1/0 3/1/0

    Totales 48/1/0 3/21/0 28/5/0 12/2/0 19/33/14 110/62/14

    * Presentamos tres cifras, correspondientes a las 3 formas con usos adverbiales: la primera para () , la segunda para () y la tercera para () . Para el sentido de (A), (B), etc., cf. 377.

    23 De entrada tiene tambin en espaol funciones de organizador, cf. NGLE 2361.

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    COHESIN DISCURSIVA Y ADVERBIOS DE TIEMPO

    iv. recapitUlacin

    Estos cuatro adverbios, cuyo significado nocional indica ordenacin tempo-ral, se presentan en el corpus de la novela con distintos grados de gramaticali-zacin: funciona sobre todo como adverbio del predicado, y, en menor medida, y siempre acompaado del , funciona como conjuntivo. fun-ciona o como apodtico o como conjuntivo, siendo este su uso ms frecuente, en el que suele ir acompaado de otros conectores. Por ltimo, y son muy escasamente apodticos y mayoritariamente funcionan como conjuntivos, estando solo una vez acompaados de otro conector ().

    Estos adverbios no tienen en la novela un uso abundante, con excepcin de (cf. Cuadros I-IV). Alguno de ellos presenta un claro descenso con res-pecto a pocas anteriores: si en Homero es la nica forma que se docu-menta, desde el siglo VII a.e. encontramos tambin , que durante los siglos VI, V y IV a.e. va ganando terreno paulatinamente, aunque sigue siendo mayoritario; en cambio, en la novela esta situacin se ha invertido y es el que presenta no solo ms usos, sino tambin mayor variedad funcional24. Esto no obstante, el uso de en las distintas novelas, va disminuyendo en las ms tar-das. Por otro lado, el descenso se aprecia tambin en la reduccin de las funcio-nes conectivas que estos adverbios pueden realizar: no aparece ya como consecutivo en la novela, y tanto como no son nunca en ella con-traargumentativos, una funcin con la que se encuentran en los oradores y en Platn25. En general no se observa, por tanto, que el uso conjuntivo de estos ad-verbios sea un procedimiento en alza para el establecimiento de la coherencia textual, sino que conserva la limitada frecuencia de aparicin que es tambin ha-bitual en los textos que le sirven como modelo (Homero y el tico clsico) e, in-cluso, la reduce26.

    24 En los historiadores no aparece en Herdoto, slo 3 veces en Jenofonte (HG y An.) y 17 en Po-libio, frente a, respectivamente, 86, 127, 63 y 64 , cf. Jimnez Delgado: y en los histo-riadores griegos: de adverbios temporales a marcadores discursivos, en prensa.

    25 Cf. H. Maquieira, Los usos conjuntivos de y en los oradores y Platn, en prensa.26 Cf. L. Conti, Zu Konjunktionaladverbien im Altgriechischen: Analyse von bei Homer,

    J. M. Jimnez Delgado, y en los historiadores griegos: de adverbios temporales a marcado-res discursivos, y H. Maquieira, Los usos conjuntivos de y en los oradores y Platn, todos ellos en prensa.