COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… ·...

11
por Imanol Belausteguigoitia Rius Contaré una de las experiencias más significativas de mi vida, cuando participé en una carrera de resistencia de 230 km por las costas del pacífico de la bella Costa Rica, durante febrero de 2014. Llegué a San José de Costa Rica el sábado primero de febrero, fecha inolvidable para mí por ser aniversario de mi abuelo, lo llevaba muy presente. Es curioso que los muertos nos puedan acompañar de una forma tan íntima, aún después de tantos años de su partida. Yo era un niño cuando se fue y lo sigo llevando puesto… Estaba muy nervioso, por no tener claro si tendría la fuerza para terminar. Correría por CARDI, había montado un proyecto de recaudación asociado a mi participación en el Coastal Challenge en su décima edición. Apenas un mes antes, después de una fuerte gripa, consideraba interrumpir este proyecto y renunciar a esta carrera. Hago saber a mi lector que había participado ya en tres competencias de recaudación en años anteriores para la misma organización en: a) Lapland Ultra, prueba de 100 km en el Círculo Polar Ártico, al norte de Suecia, b) Maratón de las Arenas, 250 km en el Desierto del Sahara, carrera de autosuficiencia, y c) Gigathlon, que es un pentatlón de tres días en los Alpes Suizos, competencia que me vi obligado a abandonar, con la desilusión correspondiente. Esta experiencia me alejó por dos años de carreras con motivos altruistas. Ahora estaba de vuelta. CARDI es una organización que apoya a familias de bajos recursos que viajan a la Ciudad de México por motivos de enfermedad de alguno de sus miembros. El sufrimiento de ellas es inexplicable, más aún si se considera que permanecen en las calles de la ciudad sin nadie que los socorra, cuando además tienen que ver por su familiar enfermo. ¿Debía renunciar a esta prueba que pintaba terrible, dado que no estaba en condiciones óptimas? El haber iniciado el programa de recaudación me lo impedía, pero sabía que no terminar una vez más sería muy doloroso. No quería imaginarme regresando a México con una historia que explicara los motivos de mi abandono como en el caso de mi última competencia en Suiza. Las posibilidades de volver a fracasar eran muy altas. Llegué a San José de Costa Rica. Del aeropuerto me dirigí al hotel sede de la competencia y encontré a mi amigo Ernesto, quien también se había inscrito en el evento. Inició la charla de bienvenida, que presidía mi querido amigo tico, Rodrigo Carazo, a quien conocí en el Desierto del Sahara. Se dieron detalles sobre la carrera. Estaba claro que terminar requeriría un esfuerzo sobrehumano, sin contar con COASTAL CHALLENGE 2014: una carrera en la selva de Costa Rica

Transcript of COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… ·...

Page 1: COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… · contrastar esos cuerpos esculturales de los competidores con el mío…. ETAPA I Quepos

por Imanol Belausteguigoitia Rius

Contaré una de las experiencias más significativas de mi vida, cuando participé en una carrera de resistencia de 230 km por las costas del pacífico de la bella Costa Rica, durante febrero de 2014.

Llegué a San José de Costa Rica el sábado primero de febrero, fecha inolvidable para mí por ser aniversario de mi abuelo, lo llevaba muy presente. Es curioso que los muertos nos puedan acompañar de una forma tan íntima, aún después de tantos años de su partida. Yo era un niño cuando se fue y lo sigo llevando puesto…

Estaba muy nervioso, por no tener claro si tendría la fuerza para terminar. Correría por CARDI, había montado un proyecto de recaudación asociado a mi participación en el Coastal Challenge en su décima edición. Apenas un mes antes, después de una fuerte gripa, consideraba interrumpir este proyecto y renunciar a esta carrera. Hago saber a mi lector que había participado ya en tres competencias de recaudación en años anteriores para la misma organización en: a) Lapland Ultra, prueba de 100 km en el Círculo Polar Ártico, al norte de Suecia, b) Maratón de las Arenas, 250 km en el Desierto del Sahara, carrera de autosuficiencia, y c) Gigathlon, que es un pentatlón de tres días en los Alpes Suizos, competencia que me vi obligado a abandonar, con la desilusión correspondiente. Esta experiencia me alejó por dos años de carreras con motivos altruistas. Ahora estaba de vuelta.

CARDI es una organización que apoya a familias de bajos recursos que viajan a la Ciudad de México por motivos de enfermedad de alguno de sus miembros. El sufrimiento de ellas es inexplicable, más aún si se considera que permanecen en las calles de la ciudad sin nadie que los socorra, cuando además tienen que ver por su familiar enfermo.

¿Debía renunciar a esta prueba que pintaba terrible, dado que no estaba en condiciones óptimas? El haber iniciado el programa de recaudación me lo impedía, pero sabía que no terminar una vez más sería muy doloroso. No quería imaginarme regresando a México con una historia que explicara los motivos de mi abandono como en el caso de mi última competencia en Suiza. Las posibilidades de volver a fracasar eran muy altas.

Llegué a San José de Costa Rica. Del aeropuerto me dirigí al hotel sede de la competencia y encontré a mi amigo Ernesto, quien también se había inscrito en el evento. Inició la charla de bienvenida, que p r e s i d í a m i querido amigo tico, Rodrigo Carazo, a quien conocí en el Desierto del Sahara. Se dieron detalles sobre la carrera. Estaba claro que terminar requeriría un esfuerzo sobrehumano, sin contar con

COASTAL CHALLENGE 2014: una carrera en la selva de Costa Rica

Page 2: COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… · contrastar esos cuerpos esculturales de los competidores con el mío…. ETAPA I Quepos

eventualidades como enfermedades, accidentes, desgarres o ataques de animales. ¿Qué hacía yo entre atletas extremos de élite? Me sentía completamente fuera de lugar, no podía dejar de contrastar esos cuerpos esculturales de los competidores con el mío….

ETAPA I Quepos – Rafiki

Al día siguiente salimos a las cuatro de la mañana rumbo a Quepos, donde llegamos cuatro horas después. Realizamos todos los preparativos para la carrera que iniciaría a las nueve de la mañana. Caminamos

dos km hasta una playa desierta, se dio la salida y comencé mi carrera.

Desde el inicio de la competencia, el calor y la

humedad eran casi insoportables, imaginaba lo que nos esperaba. Días antes había consultado en el Weather Channel las condiciones

meteorológicas y para ese día se pronosticaban cielos seminublados y temperaturas en los 20 grados. ¡Qué lejos de estas predicciones! La temperatura subió a 41 grados con una humedad cercana a 100 %.

Antes de recorrer tres km ya me había equivocado de camino con Joe, canadiense, quien me participaba una historia dramática sobre su hija, de cómo venció a un tumor cerebral. Tal historia nos desconcentró de nuestro objetivo y perdimos las marcas que nos indicaban el camino. Nos desviamos cerca de un km, pero obtuvimos una gran enseñanza: por interesante que sea una charla, no se puede perder la concentración, cualquier distracción puede ser muy costosa.

La belleza y exuberancia de aquel lugar era notable. Todo, desde la playa desierta donde iniciamos, subiendo por las montañas en la selva, los ríos que cruzábamos, era maravilloso. Se trataba de un domingo de elecciones presidenciales , pasamos por pequeñas poblaciones rurales y vimos las casillas instaladas en escuelas y otros centros comunitarios y, fuimos testigos de la

Ruta: 36 km

Ascenso Acumulado: 850 m

Participantes del Coastal Challenge 2014 a una hora de la salida.

Page 3: COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… · contrastar esos cuerpos esculturales de los competidores con el mío…. ETAPA I Quepos

t r a n q u i l i d a d e n proceso de votación. Pasaban camionetas d e l t r i b u n a l electoral, y de los partidos políticos. T a m b i é n n o s topamos con algunas familias que aprovechaban el domingo para un día de campo.

Llegué finalmente al campamento, meta de la primera etapa, en poco menos de siete horas, muy satisfecho y muy cansado, después de un sprint para ganarle a Ramón y a Diego, argentino y uruguayo respectivamente. Tan pronto como llegué me sentí un idiota por querer entrar antes que ellos, sentimiento que contrastaba con el de satisfacción en las innumerables veces que rebasaba a unos metros de la meta. Estaba claro que algo cambiaba dentro de mí en esta prueba, comenzaba a pensar que ya no competiría más con nadie, me enfocaría en disfrutar y llegar a la meta, que no era un logro menor. Estaba preocupado porque supuse que esta primera etapa sería sencilla y en verdad fue extenuante, lo que vendría después sería mucho peor.

ETAPA II Rafiki - Dominical

Salimos a las cinco y media de la mañana. Esto implicó despertar poco antes de las cuatro para realizar todos los preparativos: levantar el campamento, desarmar la t i e n d a d e c a m p a ñ a q u e compartíamos Ernesto y yo, preparar las bolsas de alimentos, sales,

c o m p l e m e n t o s , bebidas y demás elementos para esta etapa, desayunar y algo trascendente p a r a e s t a s ocasiones: i r a l baño. El despertar

era de tensión, aún mayor por los gritos de uno de los organizadores, que tenía como objetivo que saliéramos exactamente a la hora prevista: “Racers, twenty minutes… racers, ten minutes, Racers ... five minutes… era desquiciante.

Saliendo de Rafiki, iniciamos un ascenso pronunciado por una de las montañas de la llamada fila costera. No dejaba de desear que pronto terminara la cuesta para seguir por la cresta de la montaña. Seguimos por la corona de la fila, pudiendo observar la hermosura del valle de Savegre y la cordillera de Talamanca. Pensé que jamás había visto algo más bello, serían las siete de la mañana y los colores eran vivos, del azul al naranja, cambiaban a cada minuto. Disfrutaba enormemente por la belleza del paisaje y compañía de otros competidores, con quienes, cuando el terreno lo permitía,

i n t e r c a m b i a b a i m p r e s i o n e s . Comenzamos a bajar, finalmente llegaba tan ansiado descenso, que resul tó una pesadi l la , por lo complicado del terreno, pedregoso e irregular debido al suelo arcilloso pisado por el ganado. Además estaba

cubierto de hierba por lo que al pisar, no se sabía su profundidad. Esta situación hacía complejo, peligroso y lento cada paso. Cualquier descuido podía costar al menos una torcedura de

Ruta: 39 km

Ascenso acumulado: 2250 m

Ernesto y otros competidores a minutos de comenzar la prueba

Page 4: COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… · contrastar esos cuerpos esculturales de los competidores con el mío…. ETAPA I Quepos

tobillo, suficiente para abandonar. Aprendí en esta mañana que no todas las subidas son malas, ni todas las bajadas buenas. Al terminar el descenso, llegando a un arrollo, descansé unos minutos, para llegar después a un punto de control. Estos se sitúan, según la complejidad del recorrido entre 7 y 15 km. En ellos es posible comer algunas frutas, tomar líquidos y cargar lo necesario para continuar. Además suele estar algún voluntario médico o paramédico quien puede asistir. En punto de control me topé con Luciano, un paramédico extraordinario, con quien conviví hasta el final de la carrera. Curó mis primeras ampollas y lo hizo tan bien que no me enteré de ellas hasta terminar la etapa.

En los últimos kilómetros, conocí a Yvonne, norteamericana, quien había rescatado una de mis botellas de agua perdidas en un camino. Le di las gracias, sin saber que en días siguientes sería una compañera esencial. Junto con algunos voluntarios, pasamos momentos extraordinarios, nos compramos provisiones en una pequeña tienda en el camino, y apareció un chico con un balón de fútbol, jugamos dominadas, cabecitas y comprobé mi intuición del día anterior: terminaría disfrutando cada paso aunque supusiera una pérdida de tiempo en mi récord.

Llegamos a la meta en Dominical, pequeña población costera, en un campamento sobre una playa maravillosa. Aunque destrozado,

e s t a b a m u y alegre hasta que me enteré que m i a m i g o

E r n e s t o había

abandonado.

ETAPA III Dominical – Playa Ballena

En el papel, se trataba de la etapa más exigente, así que en teoría si lograba terminar, t e n d r í a b u e n a s posibilidades de llegar a completar la prueba. Iniciamos con un tramo p l ano de t r e s km y desembocamos en el río Baru. Seguimos siete interminables km río arriba a lo largo de él. Una bestialidad; corrimos y c a m i n a m o s s o b r e piedras y arena, nadando en ocasiones, para llegar finalmente al punto de control. Mis pies estaban destrozados. Una de las grandes dificultades del Coastal Challenge es que una buena parte se corre con los pies mojados, ya que se cruzan muchos ríos, esteros y arroyos

durante el recorrido. En esta ocasión no cruzábamos, sino que seguíamos el cauce de un río, hasta la bellísima catarata llamada Nauyaca. Tan pronto como llegué a ella, aprecié una persona sobre una camilla. Se trataba de mi querido amigo Rodrigo Carazo, organizador del

Ruta: 48 km

Ascenso acumulado: 2450 m

Luciano, el niño e Imanol, jugando “cabecitas”.

Page 5: COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… · contrastar esos cuerpos esculturales de los competidores con el mío…. ETAPA I Quepos

evento, con quien previamente había compartido momentos felicísimos y divertidos, cuando competimos en el Desierto del Sahara. Ya estando en esa competencia, él me había hablado de su carrera: “El Coastal Challenge es más difícil que el Maratón de las Arenas”, yo pensaba que exageraba, pues en aquél entonces suponía que no habría una competencia más exigente que la que la que realizábamos esos días. Estaba frente a mí muy mal herido. Había intentado cruzar la cascada cayendo desde seis metros sobre las piedras . Afortunadamente no cayó al agua después del golpe donde seguramente se hubiera ahogado. Algunos voluntarios que estaban en el lugar lo rescataron. Cuando yo lo vi, ya lo habían estabilizado, pero seguía con mucho dolor aún después de dos dosis de morfina. Hablé con él, estaba tranquilo y hasta cierto punto contento de poder mover las piernas. Pregunté a los voluntarios sobre la forma de ayudar, sabiendo que poco podría hacer por Rodrigo. Me quité los tenis intentando sacar todas las piedras en ellos y, una vez amarrados, me volví a acercar a Rodrigo. Volvimos a platicar, e insistí en ayudar. Ya lo llevaban en ascenso, después me enteré que lo subieron por un camino de un kilómetro muy empinado y peligroso hasta donde lo esperaba la ambulancia. Recuerdo como llegaban cada vez más voluntarios bajando a toda velocidad por donde yo subía continuando mi camino. Todos preguntaban por Rodrigo y al hacerlo, pude ver en sus caras la preocupación y el amor por su amigo. La solidaridad y la compasión se hacían presentes en esta carrera.

Rodrigo tuvo múltiples fracturas de esternón, muñeca, y la más peligrosa, de tres vértebras. Los médicos no se explican cómo es que no quedó paralítico. Hasta ahora que escribo, ya lo han operado varias veces, espera recuperarse pronto para volver a su vida normal, que para muchos no lo es, dado lo extremo de ella. Nunca podré olvidar el momento en que me animaba a

continuar mi camino cuando él sufría tirado en la camilla: “Déle Imanol, déle”, eran sus palabras de aliento que me vuelven a conmover cuando las recuerdo.

Llegué al siguiente punto de c o n t r o l , e x t e n u a d o , desmoralizado y preocupado por Rodrigo. Había realizado un ascenso de 800 m desde el

accidente y los voluntarios que v e í a m o s n o s i n d i c a b a n q u e n o n o s preocupáramos por la descalificación. Explico, querido lector, que en estas pruebas hay un límite de tiempo para llegar a los puntos de control y, una barredora va descalificando a los corredores más rezagados. En este punto me encontré con otro de los organizadores que me decía que no podríamos continuar por seguridad, porque era predecible que pasaríamos de noche por algunas partes peligrosas. Recién acababa de cumplirse el límite de tiempo, yo argumenté que si habíamos llegado tarde se debía a equivocadas indicaciones de los voluntarios y que me dejaran al menos intentar llegar al siguiente punto de control al tiempo especificado. Finalmente accedió y se me permitió continuar al siguiente punto de control con la advertencia de que si no llegaba

Rodrigo

Page 6: COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… · contrastar esos cuerpos esculturales de los competidores con el mío…. ETAPA I Quepos

a tiempo sería excluido de la prueba. Dos corredores que estaban en mi misma situación aprovecharon mi “vehemente discurso”, y continuamos juntos, uno de ellos John, norteamericano no pudo sostener el paso y fue descalificado y mi amiga Yvonne y yo continuamos para llegar al siguiente punto de control antes del tiempo requerido.

Llegamos nuevamente a playas paradisíacas, cruzamos esteros asegurándonos que no hubiera cocodrilos a nuestro paso y llegamos a la meta en Playa Ballena de noche, bajo una lluvia torrencial que duró casi dos horas. Al llegar al campamento me percaté que mi mochila estaba empapada y ya no volvería a usar ropa seca hasta el final de la competencia. El campamento había sido parcialmente arrasado por el agua, y yo tenía la esperanza de que la etapa del día siguiente fuera suspendida por estos problemas. Además iniciaríamos con un ascenso brutal y el terreno estaría sumamente resbaladizo y la humedad a tope. Esta etapa me había acabado,

incluso anímicamente y no imaginaba cómo podría levantarme al día siguiente. No se suspendería la etapa. ¿Lograría levantarme?

Etapa IV Coronado - Sierpe

Al igual que en las etapas a n t e r i o r e s , n o s despertamos poco antes de las 4 am. Estaba molido, p e r o d e t e r m i n a d o a concluir esta etapa. ¡Cómo m e a c o r d é d e l o s Alcohólicos Anónimos! …sólo por hoy…

Tuve cita con los médicos a las cinco de la mañana para curar mis ampollas. Las heridas eran mucho más severas de lo que pensaba y sólo pudieron realizar un trabajo parcial por falta de tiempo, ya que el autobús estaba a punto de dejarme. Los gritos de “Racers: three minutes…Racers: one minute…” me estaban desquiciando. Salimos en autobús rumbo a las faldas de las montañas de Coronado para realizar una etapa muy complicada, aún más por la lluvia del día anterior. Yo terminaría mis curaciones a unos minutos de iniciar la prueba. Se nos había comentado que seguramente en este día se produciría el mayor número de abandonos, por ser el ascenso y descenso muy técnicos y peligrosos, además del cansancio y lesiones acumuladas de etapas anteriores.

Recuerdo lo tupido de la selva durante el ascenso, algunas de las marcas estaban a menos de cinco metros para poder seguir el camino.

Ruta: 40 km

Ascenso acumulado: 2950 m

Page 7: COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… · contrastar esos cuerpos esculturales de los competidores con el mío…. ETAPA I Quepos

Yvonne y yo, que decidimos hacer equipo, corrimos prácticamente todos los caminos en los que se podía correr, principalmente los planos, con la idea de dejar lo más atrás posible a la

barredora. Terminé esta etapa muy feliz ya que aparentemente ya había pasado lo peor. No contaba c o n q u e m i s p i e s empeorarían y que esto sería una gran amenaza para continuar. Estaba d e s t r o z a d o , p e r o e l s en t imien to de l og ro

compartido con otros y la belleza del lugar compensaban ampliamente. Habíamos llegado a Sierpe, un lugar maravilloso, donde se ubica una de las zonas más grandes y hermosas de manglares en el mundo.

Etapa VSierpe – Bahía Drake

Salimos en autobuses antes de la primera luz de la mañana. Este despertar fue particularmente tenso. El cansancio ya hacía mella en nosotros y el hartazgo de escuchar: “Racers: twenty, ten, five, three,…minutes”, era insoportable. Me percaté de que otros sentían lo mismo cuando oí a un e s p a ñ o l g r i t a r desesperado an te l a

amenaza de perder el autobús: “¡Racers tu puta madre!” Los pocos hispanohablantes que oímos esta expresión no parábamos de reír.

Subimos a los autobuses para llegar a un costado del río Sierpe. Lo cruzaríamos en panga para iniciar desde la otra orilla. Al subirme en ella, el dolor de las ampollas era insoportable. ¿Cómo haría para recorrer los 48 complicados kilómetros de esta etapa? Me quité los tenis, descubrí una nueva ampolla muy turgente que me molestaba mucho, ya no había tiempo para pedir ayuda, ya que la prueba comenzaría en menos de dos minutos. Tampoco había tiempo para desinfectar, por lo que simplemente tomé uno de los seguros con que estaba sujeto mi número a la camisa y la perforé. Inmediatamente sentí alivio y con ánimo de alcanzar la meta. ”Sólo por hoy, ….sólo por hoy”, pensaba.

Todos los días que pasé en la selva fueron especiales, pero este más por la increíble belleza de sus lugares, particularmente en la zona de manglares, por el íntimo contacto que tuve con corredores, pobladores y voluntarios, y por la gran exigencia que supuso este camino. Inició la carrera por un ascenso prolongado de unos 12 km. Este tramo se hizo lento debido a mis ampollas, que me obligaban a detenerme para a tenderlas en cada punto de control . Acompañado de algunos corredores y voluntarios, disfrutábamos de un paseo

Ascenso acumulado: 1450 mM

angl

ares

cer

cano

s a

Eset

ro G

uerr

a

Yvon

ne e

Iman

ol

RUTA: 48 KM

Page 8: COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… · contrastar esos cuerpos esculturales de los competidores con el mío…. ETAPA I Quepos

maravilloso, sin prisa, cuidando solamente el tiempo para no ser descalificados. Corríamos lo necesario para evitar a la barredora. En el último punto de control, en una p e q u e ñ a e s c u e l a e n u n a minúscula población llamada Estero Guerra, un extraordinario paramédico que llamábamos ” Coco”, me curó mágicamente mis pies. Sin él difícilmente hubiera podido terminar. ¡Cómo hay gente buena! Coco había sido el primer paramédico que atendió a Rodrigo durante su a c c i d e n t e . P o s t e r i o r m e n t e Rodrigo me confesaba que durante la subida hacia la ambulancia, Coco nunca soltó su camilla, a lo largo de la hora que tardaron en llevarlo. Coco siempre disimuló, no quería l levarse crédi to a lguno por la ayuda proporcionada: en este mundo nos acompañan muchos ángeles que no saben que lo son. Este es el caso de Coco y de muchos de los voluntarios en esta carrera, al igual que muchísima gente buena con quienes nos topamos todos los días. ¡Qué lecciones recibí ese día!

Cruzábamos un río por una brecha cuando una camioneta se acercó para informarnos que desafortunadamente seríamos descalificados ya que la noche se aproximaba y que muy peligroso continuar por la selva. En ese momento sentí pánico, no por los peligros de la selva, sino de imaginarme que me impidieran continuar. Pedí a Eduardo el conductor que se llevara mi mochila para correr más rápido y mi amiga Yvonne cedió su mochila a Keven, uno de los voluntarios que nos acompañaban, para correr lo más rápido posible y evitar la descalificación. Yo corría al

lado de otro voluntario, Mauricio, psicólogo e investigador además de extraordinario atleta y persona, amante de la naturaleza. Me compartía

su agua de la misma boquilla, “esto no lo hago ni con mi esposa”, decía. Salimos a tiempo de la selva, seguimos c o r r i e n d o p o r c a m i n o s vecinales y cruzamos la meta de la penúltima etapa. Ya no era novedad, una vez más, d e s t r o z a d o s , a u n q u e i n m e n s a m e n t e f e l i c e s .

Habíamos llegado a uno de los parques nacionales más hermosos

del mundo, el Corcovado, en la Bahía Drake. Sólo faltaba la última etapa, sin límite de tiempo. Desde ahora ya había decidido disfrutarla al máximo, aunque ello supusiera ir despacio y llegar en el último lugar.

Etapa VI Circuito por el Corcovado

P o d í a m o s e s t a r tranquilos, no habría presión de tiempo, por ello dec id imos mi amiga Yvonne y yo caminar durante todo el trayecto y parar en diversos lugares p a r a t o m a r f o t o s , sumergirnos en las aguas o simplemente para hablar con los pobladores del lugar. El recorrido fue p rec ioso , en t r e r ío s , cascadas, playas desiertas, selva, puentes colgantes, encontrando todo tipo de animales maravillosos: guacamayas, una gran

De forma radical, John intenta acabar con las ampollas de Imanol.

Ruta: 24 km

Ascenso ACUMULADO: 450 m

Page 9: COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… · contrastar esos cuerpos esculturales de los competidores con el mío…. ETAPA I Quepos

diversidad de monos, cocodrilos e infinidad de ríos de hormigas con sus cargamentos. Como en la etapa anterior, íbamos acompañados de voluntarios, en una especie de día de campo, sin presión. Nunca en mi vida deportiva había estado tan satisfecho con un rendimiento tan pobre, y a la vez tan despreocupado por bajar mis tiempos o ascender lugares. En el deporte siempre fui competitivo, estaba acostumbrado a ganar y a hacer mi mayor esfuerzo. Ahora rompía un paradigma de una vida, descubría una forma diferente de competir: se trataba de vivir los momentos más intensos, de disfrutar más que cualquiera este recorrido, en eso seguro que me estaba llevando el primer lugar. Gozaba a cada paso, aunque debido a las ampollas y una inflamación en el tendón de Aquiles también sufría. Consideraba que el esfuerzo brutal ya lo había realizado en los días anteriores, ahora se trataba de disfrutar al máximo.

Llegamos los voluntarios, Yvonne y yo en bola a la meta. La recepción era concurrida y escandalosa. Varios atletas y acompañantes rodeaban la meta aplaudiendo y gritando palabras de apoyo. El recibir calurosamente a los últimos lugares suele ser una tradición en algunas pruebas de ultradistancia, como en el Ironman en que he participado cuatro veces. Yo

mismo he aplaudido a esos últimos lugares, por el esfuerzo invertido en tantas horas de competencia. Normalmente son los más viejos, o personas con menor capacidad física. En esta ocasión me tocaba a mí, ¿afectaba a mi ego un reconocimiento por ser el último? Claro que no, me parecía maravillosa esta recepción, creo que bien merecida. Después de tantos años me había llegado la hora. Ser el último en llegar a la meta. Es irónico, pero posiblemente no haya cruzado una meta siendo primer lugar con tanta alegría como ahora que era el ú l t i m o . ¿Conformismo? ¿Falta d e e s p í r i t u ? N o . Simplemente llegaba a la línea final en el momento adecuado, ni antes ni después, justo a tiempo. Choqué mis manos con quienes se agolpaban en la meta, giré, salté. Me pareció oír un leve biiiiiiip, señal que el chip de uno de mis tenis había sido reconocido en la última línea de meta. Todo había terminado.

Mi medalla estaba sobre una mesa y yo debía recogerla, la tomé y la coloqué sobre mi cuello, a la vez que pensaba que lo adecuado hubiera sido que alguien me la colgara. Con ganas de cambiar esta escena, me acerqué a una pequeña niña morena, nativa de esa región de unos seis años, que estaba a unos metros de la meta. Me quité la medalla, se la puse y ella me preguntó: ¿me la regalas? Hubiera querido hacerlo y hoy pienso que posiblemente eso era lo mejor. Le explique que no se la podía regalar pero que me encantaría que ahora ella me la pusiera. Ella accedió, tomó la medalla, la retiró de su cuellito

Imanol, G

reivin (voluntario) e Yvonne

Page 10: COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… · contrastar esos cuerpos esculturales de los competidores con el mío…. ETAPA I Quepos

moreno, pasó la cinta por mi cabeza inclinada y la hizo descansar sobre mi cuello, y cuando la medalla tocó mi pecho se dio la vuelta. Había dado unos cuantos pasos, cuando retándola le pregunté: “¿y mi beso?” …sin decir una palabra

se dio la media vuelta, me dio un beso en la mejilla, que guardaré por toda mi vida y se fue… ahora sí que tenía un delicioso sabor a victoria. Llegaba el final feliz.

Sorpresivamente, en la entrega de premios en esa t a rde a l o s a t l e t a s destacados, recibimos

Yvonne y yo un reconocimiento muy especial a sugerencia de los voluntarios que habían testificado las innumerables complicaciones que enfrentamos. Se trataba del Premio a la Determinación representado por una pequeña máscara de jaguar tallada sobre madera, ambos recibimos una. Chris, maravilloso voluntario norteamericano quien propuso al comité este reconocimiento, me hizo saber que para él, más que determinación se trataba un “premio al corazón”. Creo que tiene razón, si alguna parte mía debía recibir el premio en esta carrera,

precisamente era el corazón. En este preciso instante que escribo estas letras descubro u n a s i n t o n í a e x t r a o r d i n a r i a … ¡ Q u é justicia! El reconocimiento más hermoso, el sugerido p o r l o s i n f a t i g a b l e s voluntarios era para CARDI ( c o r a z ó n ) , r a z ó n

fundamental de mi carrera en el Coastal Challenge.

¿Casualidad? Lo dudo…. cuando se pone el corazón, todo se alinea. ¿Qué piensas tú?

Mike(primer lugar general) e Imanol, mostrando sus premios.

Dedico este escrito a todos los incansables voluntarios, principalmente de CARDI y del Coastal Challenge, por su gran corazón y desinteresado esfuerzo en beneficio de quienes lo necesitan.

Chris

Page 11: COASTAL CHALLENGE 2014departamentodeadministracion.itam.mx/sites/default/files/devblogita… · contrastar esos cuerpos esculturales de los competidores con el mío…. ETAPA I Quepos

Comparto algunos de mis aprendizajes en esta aventura, con la esperanza de que sean útiles para otros:

1 El gozo no necesariamente implica la ausencia de suf r imiento . Se puede suf r i r y gozar simultáneamente. (En nuestra cotidianidad intentamos evitar el sufrimiento, aceptarlo podría ser un buen paso para vivir con mayor plenitud)

2 Después de lo difícil, puede venir lo imposible. De todos modos lo puedo lograr si me lo propongo.

3 No todas las subidas son difíciles ni las bajadas fáciles, así que disfrutaré la subida sin desear que llegue pronto la bajada.

4 Los mayores miedos no provienen de las amenazas del entorno, sino de los que crea mi mente.

5 Como en la canción, lo importante no es llegar primero sino saber llegar (“El Rey” de José Alfredo Jiménez).

6 La satisfacción de realizar un esfuerzo es mayor cuando sé que mi trabajo beneficia a quienes lo necesitan.

7 Cuando las cosas van mal, pueden ponerse peor. Aún así tengo la fuerza de salir adelante.

8 Aunque no pueda dar un paso más, siempre existirá un impulso que me hará continuar. Ahí está, es cuestión de encontrarlo

9 El mañana traerá sus propios problemas, por lo que viviré plena y responsablemente en el presente....¡Sólo por hoy!...

10 Lo mejor del camino son las personas. Compartiré con ellas, sin reservarme la experiencia sólo para mí.

11 La selva es hostil y a la vez hermosa. ¿Es más hermosa que hostil? La respuesta depende de mí, no de la selva.

12 ¡Qué refrescante es darme un chapuzón en un río cuando me asfixio de calor y de sed! Por eso, ¡seré río para otros!

13 Cuando llego a la meta que he deseado tanto tiempo, puedo darme cuenta de que más valió la pena el recorrido que alcanzar la meta. Por ello, siempre disfrutaré del camino.

14 Los accidentes suceden, vivir es peligroso. Tendré cuidado, pero no viviré con temor a la muerte sino con amor a la vida.

15 Los mejores premios no los reciben los primeros lugares, sino los que llegan cuando deben llegar, ni antes ni después, a su tiempo. (Mi abuelo decía: “como las estrellas, sin prisa ni pausa”, ahora entiendo mejor su frase)

16 Yo no sé si terminaré con bien, si lograré mi objetivo. Lo que sí sé es que dejaré el alma para lograrlo y por ello ya soy un ganador.

17 Aún el más débil, el que más ayuda necesita, puede inspirar y dar fuerza a otros. Por ello, aún en momentos de debilidad, no me preguntaré lo que pueden hacer por mí, sino lo que puedo hacer por otros.

18 Nuestro éxito es más que mi éxito. Por ello, no correré sólo.

19 No traicionaré a mi naturaleza y procuraré seguir haciendo locuras que permitan construir un mundo mejor, desoyendo el llamado a la sensatez….este es uno de mis pensamientos más razonables…

20 Dios tiene un plan para mí. Seguramente quiere que recorra con plenitud mi camino, lo disfrute y llegue a mi meta. Seré consecuente con su proyecto.

Seguramente con el tiempo descubra algunos aprendizajes más de esta aventura; gracias querido lector, por dedicarme generosamente tu tiempo.

Imanol