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14 Nursing2017 | Volumen 34 | Número 3 B.L., DE 45 AÑOS, ACUDIÓ a su médico reiriendo un “dolor de garganta intenso” desde hacía unas 3 semanas y con la sensación de “tener algo obstruido” en la parte posterior de la garganta —una sensación conocida como globo faríngeo. Durante la exploración física el médico observó una cierta hinchazón en la parte izquierda del cuello e inflamación y eritema en la amígdala ipsilateral; le recetó paracetamol e hidrocodona y lo derivó a un cirujano maxilofacial. La biopsia de la amígdala izquierda de B.L. reveló la presencia de un carcinoma epidermoide. Los cánceres de cabeza y cuello representan del 3% al 5% de todas las neoplasias malignas 1 . El carcinoma epidermoide es el más frecuente y afecta a las vías respiratorias y digestivas altas, entre ellas las amígdalas 2 . La American Cancer Society estimó que se diagnosticarían 48.330 casos nuevos de cáncer de la cavidad bucal y la bucofaringe en 2016, y los hombres tienen entre tres y cinco veces más probabilidades de sufrir estos cánceres que las mujeres 3 . En este artículo se describen las características anatomopatológicas del cáncer de amígdala, su diagnóstico y tratamiento y las observaciones relativas a la disciplina de la enfermería para la atención de los pacientes. Anatomofisiología de las estructuras sanas Las amígdalas forman parte de la faringe, constituida por el velo del paladar, la faringe, la fosa amigdalina y la base de la lengua (véase el cuadro Un vistazo desde más cerca) 4 . Dado que en esa zona no hay huesos, solo tejidos blandos y muchos ganglios linfáticos que drenan el área, la enfermedad progresa prácticamente sin obstáculos y puede extenderse rápidamente; en consecuencia, D3/S Linda Schiech, MSN, RN, AOCN Cáncer de amígdalas Lo que las enfermeras deben saber

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14 Nursing2017 | Volumen 34 | Número 3

B.L., DE 45 AÑOS, ACUDIÓ a su médico reiriendo un “dolor de garganta

intenso” desde hacía unas 3 semanas y con la sensación de “tener algo obstruido”

en la parte posterior de la garganta —una sensación conocida como globo faríngeo.

Durante la exploración física el médico observó una cierta hinchazón en la parte

izquierda del cuello e in�amación y eritema en la amígdala ipsilateral; le recetó

paracetamol e hidrocodona y lo derivó a un cirujano maxilofacial. La biopsia de la

amígdala izquierda de B.L. reveló la presencia de un carcinoma epidermoide.

Los cánceres de cabeza y cuello representan del 3% al 5% de todas las

neoplasias malignas1. El carcinoma epidermoide es el más frecuente y afecta a

las vías respiratorias y digestivas altas, entre ellas las amígdalas2. La American

Cancer Society estimó que se diagnosticarían 48.330 casos nuevos de cáncer

de la cavidad bucal y la bucofaringe en 2016, y los hombres tienen entre tres y

cinco veces más probabilidades de sufrir estos cánceres que las mujeres3.

En este artículo se describen las características anatomopatológicas del cáncer

de amígdala, su diagnóstico y tratamiento y las observaciones relativas a la

disciplina de la enfermería para la atención de los pacientes.

Anatomofisiología de las estructuras sanasLas amígdalas forman parte de la faringe, constituida por el velo del paladar,

la faringe, la fosa amigdalina y la base de la lengua (véase el cuadro Un vistazo

desde más cerca)4. Dado que en esa zona no hay huesos, solo tejidos blandos

y muchos ganglios linfáticos que drenan el área, la enfermedad progresa

prácticamente sin obstáculos y puede extenderse rápidamente; en consecuencia,

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Linda Schiech, MSN, RN, AOCN

Cáncer de amígdalas

Lo que las enfermeras deben saber

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16 Nursing2017 | Volumen 34 | Número 3

los pacientes pueden presentar un cáncer

avanzado en el momento del diagnóstico.

La mayoría de neoplasias bucofaríngeas

malignas se originan en las células

escamosas que revisten la bucofaringe.

Tradicionalmente, los factores causales más

habituales del carcinoma epidermoide de

cabeza y cuello han sido el tabaco y el alcohol

y, en épocas más recientes, la infección por el

virus del papiloma humano (VPH)2.

El consumo de alcohol y tabaco aumenta el riesgoEl tabaco fumado en cigarrillos —la forma

de administración más típica del tabaco—

contiene nicotina, que es la sustancia adictiva.

La nicotina no es necesariamente cancerígena,

pero muchos de los demás componentes del

tabaco se asocian claramente con la aparición

de los cánceres de cabeza y cuello. Además,

estas sustancias inhaladas a través del humo

se absorben en el torrente sanguíneo y se

diseminan por el organismo, por lo que

pueden desencadenar un cáncer de vejiga,

de riñones y de otros órganos.

Los carcinógenos de los productos del

tabaco que permanecen en contacto con

la cavidad bucal, como el tabaco de mascar o

el tabaco en polvo, e incluso las pipas

o los puros que suelen sostenerse en la

misma zona de la boca, pueden absorberse

directamente a través de la piel o de los

tejidos bucales húmedos5. Dichas sustancias

también provocan trastornos gingivales y

destrucción ósea, que derivan en la caída

de piezas dentales (véase el cuadro Los

productos del tabaco disparan el riesgo),

además de cáncer. Abstenerse de fumar

probablemente consiga reducir el riesgo,

pero no lo elimina por completo.

Se calcula que 7 de cada 10 pacientes de

cáncer bucal son consumidores excesivos

de alcohol, de acuerdo con la American

Cancer Society. El consumo simultáneo

de tabaco y alcohol produce un efecto

sinérgico que aumenta en gran medida

el riesgo de sufrir cáncer de cabeza y

cuello. Algunos estudios apuntan a que el

riesgo de las personas que fuman y beben

excesivamente aumenta hasta 100 veces

más en comparación con el de las personas

que no beben ni fuman6.

Virus del papiloma humano: otro factor causal primordialDurante las últimas décadas, el número de

personas de 60 y 70 años con antecedentes

de tabaquismo y alcoholismo ha ido

decreciendo, una tendencia que re�eja

con toda probabilidad la disminución del

hábito tabáquico en todos los grupos de

edad durante estos años. Sin embargo,

sí ha aumentado la incidencia de cáncer

de amígdalas en adultos más jóvenes (de

cuarenta o cincuenta y pocos años) sin

antecedentes de factores de riesgo asociados

al consumo de tabaco y alcohol2,4.

Cuando se analizan estos tumores se

observan resultados positivos del VPH, que

permiten suponer en estos pacientes un

factor de riesgo asociado a sus antecedentes

sexuales, que abarcan relaciones orales,

vaginales y anales tanto heterosexuales como

homosexuales2; el virus, que se aloja en la

boca y la bucofaringe, parece ser la causa.

El VPH es un oncovirus, es decir, que

provoca cáncer. El VPH es responsable de

aproximadamente el 70% de los cánceres

bucofaríngeos. Si bien se han identiicado

más de 150 tipos de VPH, los tipos 16 y

18 son los que más se asocian al cáncer

bucofaríngeo6,7.

Las personas con cáncer bucofaríngeo

positivo para el VPH suelen ser más jóvenes

y tienen menos probabilidades de fumar

y beber. Gracias a la investigación, se está

demostrando que los tumores bucofaríngeos

con VPH responden mejor al tratamiento

que los tumores sin VPH4.

Algunos pacientes maniiestan tumores

mixtos, es decir, dan positivo en las

pruebas del VPH, pero también tienen

hábitos (fumar y beber) de los que se ha

demostrado que provocan tumores sin

la presencia del VPH. Estos pacientes

habitualmente responden al tratamiento un

poco mejor que los que sufren un cáncer sin

VPH puro4. Todos los tumores de la zona de

la cabeza y el cuello deben analizarse para

detectar la presencia del VPH.

En la biología molecular de los tumores

de las amígdalas se observa una mutación de

la proteína antioncogénica p53 por causa de

factores tales como la exposición al tabaco,

que suelen asociarse a una supervivencia

global escasa; este fenómeno permite que el

tumor crezca sin resistencia alguna. Además,

la hiperexpresión del gen del receptor del

factor de crecimiento epidérmico (EGFR) se

produce en casi todos los tipos de tumores

de cabeza y cuello. Cuando el gen EGFR se

encuentra hiperexpresado, la proliferación

celular aumenta y se reduce la apoptosis

(muerte celular programada), lo que explica la

frecuencia de la recurrencia local del cáncer de

cabeza y cuello y la baja supervivencia global8.

Los productos del tabaco disparan el riesgo33

Dado que estos productos provocan millones de muertes cada año, los cánceres asociados al tabaco constituyen un problema sanitario público de grandes proporciones. Dos sustancias que contiene el tabaco, la 4-(metilnitrosamino)-1-(3-piridil)-1-butanona (NNK) y la N’-nitrosonornicotina (NNN), son conocidas por provocar mutaciones en oncogenes y en antioncogenes. La unión de la NNK y la NNN al receptor nicotínico de acetilcolina también promueve el crecimiento del tumor fomentando y desregulando la proliferación, la supervivencia, la migración y la invasión celulares. De este modo la NNK y la NNN actúan de forma sinérgica y provocan cánceres en personas que consumen productos del tabaco.

Un vistazo desde más cerca32

Pilar posterior

Pilar anterior

Lengua

Faringe

Úvula

Velo del paladar

Bóveda del paladar

Amígdala derecha

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Mayo/Junio | Nursing2017 | 17

Diagnóstico del cáncer de amígdalasEl primer signo de cáncer de amígdala que

nota el paciente es un ganglio linfático

agrandado en el cuello, que puede ser

doloroso o no; otros síntomas y signos

son faringitis, disfagia, odinofagia,

globo faríngeo, otalgia, dolor de oídos y

hemoptisis9. Estos síntomas se relacionan

con mayor probabilidad con el tamaño

del tumor primario de la amígdala.

Algunos pacientes acuden a la consulta

por una linfoadenopatía cervical unilateral

asintomática.

Una tomografía computarizada (TC) puede

manifestar la presencia de una asimetría

amigdalina, pero es preciso hacer una biopsia

para conirmar el diagnóstico. Dado que tal

vez se necesiten biopsias de varias zonas,

muchos cirujanos preieren explorar con

anestesia y un laringoscopio para observar

diferentes puntos de posible biopsia.

Con frecuencia se utiliza la ecografía para

orientar la biopsia de los ganglios linfáticos

del cuello. La tomografía por emisión de

positrones es la mejor técnica si se aplica

conjuntamente con una TC para valorar

la afectación de los ganglios linfáticos y si

el tumor es primario o metastásico, pero

no puede aplicarse a menos que hayan

transcurrido 4 meses desde que el paciente

sufriese un traumatismo importante, como

una operación quirúrgica o una exposición

a la radiación ionizante, porque durante

ese período los tejidos afectados aparecerán

“activos” en la exploración10. Algunos

facultativos hacen una biopsia aspirativa de

un ganglio muy localizado, visible y palpable.

Un gran número de tumores de

las amígdalas no se ven en ninguna

exploración, en cuyo caso el médico puede

efectuar una exploración con anestesia,

como se ha mencionado antes, para extraer

diversas muestras biópsicas y determinar un

diagnóstico11.

El médico puede solicitar una TC o una

resonancia magnética (RM) para lograr

estadiicar el cáncer y determinar la vía de

tratamiento (véase el cuadro Estadi�cación

del cáncer bucofaríngeo). La TC, rápida y

sencilla, es una técnica útil para valorar una

posible necrosis de los ganglios linfáticos y

para identiicar una posible diseminación

extracapsular, es decir, la diseminación de la

neoplasia por fuera de la pared ganglionar; no

obstante, con esta técnica el paciente se expone

a la radiación y es necesario administrar un

contraste para ver todas las zonas11.

La RM es más útil que la TC para observar

los tejidos blandos y permite detectar la

diseminación perineural del tumor con

mucha mayor claridad que la TC —cabe

destacar que los cánceres de cabeza y

cuello suelen diseminarse por los nervios.

Sin embargo, en algunos casos no resulta

práctico o posible hacer una RM debido a

que la prolongada duración de la exploración

puede amedrentar al paciente o bien

porque tiene un dispositivo implantado,

como un marcapasos, que constituya una

contraindicación para su uso11.

Todas estas técnicas de imagen ayudan al

médico a determinar el estadio de la neoplasia

maligna en el momento del diagnóstico y

durante la evolución de la enfermedad.

Amigdalectomía radical: el pilar del tratamientoA lo largo de los años, el cáncer de amígdalas se

ha venido tratando con cirugía, radioterapia,

quimioterapia y, en años ya más recientes,

con tratamientos selectivos que interieren

en la actividad de moléculas especíicas

implicadas en la progresión del cáncer de

amígdala. Más o menos en la última década

se ha ido cambiando el rumbo hacia un

tratamiento quirúrgico menos invasivo y

centrado en preservar el órgano afectado

aplicando una combinación de radioterapia

y quimioterapia para tratar la enfermedad, si

bien la amigdalectomía radical sigue siendo

el pilar del tratamiento12,13.

Un paciente con un tumor de tamaño T2

o levemente mayor con biopsia positiva en

los ganglios linfáticos necesitará con mucha

más probabilidad una amigdalectomía

radical que abarque algunas porciones de

la pared faríngea y del velo del paladar

para asegurarse de que los márgenes no

presenten afectación tumoral. En una

amigdalectomía radical transoral, los

cirujanos no pueden ver adecuadamente la

zona afectada; incluso con anestesia general,

por muy relajada que esté la boca del

Estadificación del cáncer bucofaríngeo29,30,31

El sistema de estadificación TNM, creado por la American Joint Committee on Cancer y la Unión Internacional de Control del Cáncer, describe la extensión del tumor (T), el grado de diseminación a los ganglios linfáticos (N) y la presencia de metástasis a distancia (M). En los siguientes puntos se describen las categorías pertinentes para la estadificación de un tumor primario en la bucofaringe. En cada elemento (T, N, M) se asigna una letra y un número, como por ejemplo T2 N2b M0.

Tumor (T)

T1 Tumor primario de aprox. 2 cm o menos

T2 Tumor primario de 2 cm a 4 cm

T3Tumor primario mayor de 4 cm en su máxima dimensión o que se extienda hasta la superficie lingual de la epiglotis

T4aTumor que invade la laringe, el músculo extrínseco de la lengua, el músculo pterigoideo interno, la bóveda del paladar o la mandíbula

T4bTumor que invade el músculo pterigoideo externo, las apófisis pterigoides, la nasofaringe lateral o la base del cráneo, o que atrapa la arteria carótida

Ganglios (N)

N1 Metástasis en un solo ganglio linfático ipsilateral de 3 cm o menos

N2Metástasis en un solo ganglio mayor de 3 cm, pero de un máximo de 6 cm, o en varios ganglios ipsilaterales, ninguna mayor de 6 cm, o en ganglios linfáticos bilaterales o contralaterales, ninguna mayor de 6 cm

N2 (a)Metástasis en un solo ganglio ipsilateral mayor de 3 cm, pero de un máximo de 6 cm

N2 (b) Metástasis en varios ganglios ipsilaterales, ninguna mayor de 6 cm

N2 (c)Metástasis en ganglios linfáticos bilaterales o contralaterales, ninguna mayor de 6 cm

N3 Metástasis en un ganglio de más de 6 cm en su máxima dimensión

Metástasis a distancia (M)

M0 Sin metástasis a distancia

M1 Con metástasis a distancia

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18 Nursing2017 | Volumen 34 | Número 3

paciente, no se abre lo suiciente como para

poder acceder a todo el campo quirúrgico y

verlo en su totalidad.

Antiguamente se hacía una amigdalectomía

radical a través de una mandibulotomía o

una faringotomía lateral, aunque ambas

pueden conllevar riesgos importantes14.

Por ejemplo, la mandibulotomía deja una

cicatriz facial visible y puede causar daños

permanentes en los nervios. Asimismo, la

faringotomía lateral puede dañar los nervios

y los principales vasos sanguíneos del cuello,

y el riesgo de formación de una fístula en la

cavidad bucal también es signiicativo12. Por

causa de estos riesgos e inconvenientes, en el

pasado muchos pacientes eran reacios a que

les practicaran una amigdalectomía radical

quirúrgica.

Por suerte, la cirugía transoral robótica

(TORS, transoral robotic surgery) y la

microcirugía transoral láser (TLS, transoral

laser microsurgery) son métodos más

modernos que mejoran el desenlace de los

tumores en estadios iniciales sin los efectos

negativos asociados a la amigdalectomía

radical. Con la ayuda de un robot, los

cirujanos que ejecutan la TORS emplean un

procedimiento quirúrgico de mínimo acceso

en zonas recónditas de la cabeza y el cuello, y

esta técnica ofrece una visión tridimensional

del campo quirúrgico mucho más precisa

que con un laringoscopio13,15. Las últimas

investigaciones apuntan a que la TORS en

solitario resulta extremadamente eicaz para

los tumores en estadios iniciales13.

La TLS, un método endoscópico con láser

que apenas se utiliza, puede aplicarse en los

cánceres incipientes; tiene menos reacciones

adversas y permite conservar mejor la

función de deglución en comparación con la

amigdalectomía radical, aunque los resultados

globales pueden no ser igual de buenos16.

Más datos sobre la TORSLa introducción de la TORS en las

amigdalectomías radicales ha facilitado a

los pacientes escoger con comodidad un

tratamiento quirúrgico para el cáncer; no

solo proporciona al cirujano más visibilidad,

ya que la ampliica y la muestra en tres

dimensiones, sino que también le permite

operar cánceres más extendidos con

excelentes resultados gracias a que puede

alcanzar a ver hasta la base de la lengua para

comprobar la extensión de la neoplasia12.

Anteriormente, los cirujanos efectuaban

la operación por fases: primero se hacía

la TORS y, 1 o 2 semanas más tarde, la

linfadenectomía cervical. Se creía que la

operación por fases disminuía el riesgo

de aparición de fístulas faringocutáneas

(formación de una fístula entre la faringe

y el cuello) y también el edema cervical

que puede obstruir las vías respiratorias

y derivar en una traqueotomía12, pero a

medida que la TORS se va instaurando

como tratamiento de referencia para

esta enfermedad, los cirujanos se han

ido percatando de que pueden acabar la

linfadenectomía cervical justo después de

la TORS con complicaciones mínimas en

la mayor parte de los casos. Sin embargo,

aquellos pacientes que se sometan a una

linfadenectomía cervical en el nivel Ib,

que abarca los ganglios linfáticos del

triángulo submandibular, pueden escoger

un procedimiento por fases a criterio

del cirujano, dado que estos ganglios se

encuentran justo debajo de la mandíbula

ipsilateral y pueden estar demasiado cerca

del lecho quirúrgico primario17 (véase el

cuadro Ganglios linfáticos de la cabeza y el

cuello).

Posibles complicaciones postoperatoriasEl riesgo de hemorragia tras una

amigdalectomía radical con TORS ronda

el 7%12. Es preciso evitar la arteria carótida

y las venas yugulares interna y externa,

ubicadas en las proximidades, pero justo

en el campo quirúrgico suelen encontrarse

la rama amigdalina de la arteria palatina

menor y una rama amigdalina de las arterias

linguales dorsales. Los vasos sanguíneos

de 1 mm de tamaño o más deben graparse

y dividirse para prevenir una hemorragia

postoperatoria12, y normalmente los

pacientes permanecen en observación en

el hospital durante 2 o 3 días hasta que

desaparezca el riesgo de hemorragia.

Otra posible reacción adversa es la formación

de una fístula faringocutánea, que puede

producirse durante la operación, sobre todo

cuando se ejecutan linfoadenopatías cervicales

en ciertos niveles de forma simultánea; suele

corregirse con un cierre por primera intención

en el momento de la operación. La formación

de una fístula postoperatoria ocurre en entre

el 1% y el 4% de los pacientes, que pueden

necesitar un taponamiento de la herida y

proilaxis antibiótica12.

Otro de los grandes problemas

postoperatorios es el dolor, porque el área

amigdalina y la faringe están ampliamente

inervados por los ramos de los nervios

trigémino y glosofaríngeo, que la convierten

en una zona especialmente sensible18.

Los pacientes producen y tragan saliva

continuamente, movimientos que pueden

ser intensamente dolorosos. Pueden verse

obligados a recibir una nutrición enteral

(NE) durante los días que se prolongue el

dolor, y también está indicado administrar

analgesia controlada por el paciente.

Los investigadores han intentado aplicar

diferentes métodos quirúrgicos para reducir

el dolor postoperatorio, como evitar la

electrodisección con electrocauterización.

No obstante, hacer una disección roma en

su lugar lleva mucho más tiempo y provoca

una hemorragia más profusa en la zona.

En algunos estudios se ha destacado que

los antin�amatorios no esteroideos (AINE)

mitigan adecuadamente el dolor en algunos de

estos pacientes, aunque muchos cirujanos son

renuentes a aumentar el riesgo de hemorragia,

una posible reacción adversa de los AINE19.

Otra de las complicaciones que pueden

aparecer es la aspiración, en especial si el

cirujano reseca una gran cantidad de tejido

faríngeo20. Con la ayuda de la foniatría,

los pacientes pueden compensar este

defecto aprendiendo técnicas especíicas,

por ejemplo girar la cabeza hacia la zona

afectada para cerrar la zona que ha quedado

abierta. Si un paciente no logra tragar los

líquidos aceptablemente para alimentarse,

ya sea por un dolor intenso o por un defecto

quirúrgico, probablemente necesite NE

durante algo más de tiempo.

Será necesario contemplar la posibilidad

de aplicar una reconstrucción quirúrgica en

caso de que el defecto en la faringe sea lo

suicientemente grande como para exponer

otras estructuras que se encuentran por debajo,

un procedimiento que puede efectuarse

durante la TORS, aunque es complicado

de hacer con el robot y resulta más fácil si

se lleva a cabo una operación quirúrgica

abierta (cirugía tradicional con incisión). Los

músculos que se utilizarán en la reconstrucción

pueden obtenerse del antebrazo radial o del

muslo anterolateral21. La recuperación toma

mucho más tiempo y los pacientes pueden

presentar una disfagia importante debido a la

desinervación de los músculos de la zona.

Observaciones relativas a la enfermería postoperatoriaTras la amigdalectomía radical, un elemento

importante de la atención de enfermería

es vigilar la aparición de una posible

hemorragia. Hay que mantener la cabecera

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Mayo/Junio | Nursing2017 | 19

de la cama elevada como mínimo 30 grados.

Debe mantenerse el ayuno completo tal

como se ha prescrito o hasta que un foniatra

examine al paciente para garantizar que

pueda tragar con seguridad.

Con toda probabilidad, el enfermo quedará

ingresado para que se le trate el dolor y para

permanecer en observación durante al menos

4 días para detectar signos de hemorragia,

si bien algunos pacientes necesitan hasta

10 días antes de recibir el alta. Para disminuir

las posibilidades de que se presente una

hemorragia diferida, se le da el alta al

paciente con una dieta líquida absoluta con

complementos alimenticios que le proporcione

la mayor parte de la nutrición que necesite.

Además, la enfermera tiene que vigilar

si se produce una aspiración cuando el

paciente bebe. Disponga el equipo de

aspiración mecánica para poder acceder a

él inmediatamente en caso de hemorragia

o aspiración. Debe poder accederse con

facilidad a un carrito de reanimación y

una bandeja de traqueotomía desde la

habitación del paciente.

La enfermera tiene que vigilar para

detectar síntomas y signos de una fístula

cutánea, como la dehiscencia de la sutura

de la incisión del cuello o un cambio de la

coloración o de la cantidad del drenaje de la

incisión cervical; si observa estos fenómenos,

ha de notiicarlos inmediatamente al cirujano

para que examine y trate al paciente. Puede

que el paciente necesite más operaciones

para cerrar la zona y muy probablemente

tenga que recibir antibióticos para evitar una

infección en la zona.

Asimismo, la enfermera deberá intervenir

en varias ocasiones para impedir la

aparición de posibles complicaciones por

la inmovilidad, como la neumonía y la

tromboembolia venosa. Es preciso levantar

al paciente de la cama y que camine lo

antes posible, y animarle a toser y a respirar

profundamente mientras detecta posibles

signos de hemorragia de esfuerzo.

El tiempo de recuperación depende de la

extensión de la operación quirúrgica y de

diversos factores que guardan relación con

el paciente. El dolor suele ser el síntoma

que deine la rapidez de la recuperación.

La enfermera tiene que estar preparada

para administrar suicientes analgésicos

como para aliviar el dolor de modo que

el paciente pueda caminar y empezar a

comer en cuanto sea posible. Si un paciente

no puede recibir una nutrición suiciente

por vía oral debido al dolor, tendrá que

colocársele una sonda de gastrotomía

percutánea para las tomas de alimento y tal

vez requiera rehabilitación para tragar.

Radioterapia: eficacia demostradaLos cánceres de cabeza y cuello responden

bien a la radioterapia; antes de que apareciese

la cirugía robótica, la radioterapia se utilizaba

con frecuencia como tratamiento de elección

para el cáncer de amígdalas incipiente4. Los

cánceres de cabeza y cuello, junto con el

cáncer de próstata, fueron de los primeros en

ser tratados con radioterapia de intensidad

modulada (RTIM). Con este tratamiento

se dirigen las dosis de radiación máximas

directamente hacia el tumor, reduciendo al

mínimo la irradiación de los tejidos sanos

circundantes. Aunque la investigación sigue

su curso, en algunos estudios se da a entender

que la RTIM causa menos reacciones adversas

que la radioterapia convencional4,22.

Si el paciente tiene ganglios linfáticos

cervicales afectados, suele aplicarse una

radioterapia posquirúrgica. Se tratará la zona

del foco primario (la amígdala) y del cuello

del lado del que se haya extirpado el ganglio

linfático afectado. Además del número y el

tamaño de los ganglios linfáticos afectados,

los efectos adversos que deben tenerse en

cuenta tras la radioterapia postoperatoria

son la invasión perineural y la diseminación

extracapsular (por fuera del ganglio linfático)22.

Algunos investigadores están estudiando

dosis de radiación menores para los tumores

bucofaríngeos con positivo para el VPH.

Como estos pacientes suelen ser más jóvenes

y tienen una esperanza de vida mayor, los

médicos considerarán la posibilidad de aplicar

protocolos de desintensiicación para restringir

su exposición a la radiación. Los protocolos

de tratamiento que se están investigando

abarcan una quimioterapia combinada con

la radioterapia, la reducción de las dosis

de radiación y la reducción de las dosis

postoperatorias de radioterapia o quimioterapia.

Aun así, los pacientes con tumores sin infección

por el VPH tal vez necesiten una intensiicación

de la radioterapia22.

Las reacciones adversas a la radioterapia

de cabeza y cuello pueden clasiicarse en

agudas y crónicas. Las agudas comprenden

Ganglios linfáticos de la cabeza y el cuello34

Preauricular

Retroauricular

Submentoniano

Cervical posterior

Supraclavicular

Submental

Submandibular

Cadena cervical profunda

Amigdalino

Occipital

Drenaje linfático externo

Drenaje linfático interno (procedente de la boca y la garganta)

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20 Nursing2017 | Volumen 34 | Número 3

úlceras en la boca que pueden extenderse

por el interior del esófago en algunos

pacientes, causándoles disfagia y dolor. Los

pacientes pueden tener que alimentarse

por NE para evitar la deshidratación, la

desnutrición y el adelgazamiento22; algunos

maniiestan eritema, irritación y escozor,

que deben atajarse con un tratamiento

cutáneo emoliente.

La reacción adversa crónica más común

a la radioterapia de cabeza y cuello es la

xerostomía, porque la radiación destruye las

glándulas salivales22. Los pacientes pueden

usar varias ayudas, como preparados de

saliva artiicial, pero solo alivian de forma

transitoria.

Otras posibles complicaciones crónicas son:

Hipotiroidismo, que puede no

manifestarse en varios años. Se corrige

con hormonas tiroideas sintéticas y un

seguimiento por parte del endocrinólogo.

Friabilidad cutánea y muscular en las

zonas irradiadas, que pueden provocar

directamente una hemorragia.

Osteorradionecrosis mandibular, que tuvo

lugar en pacientes que recibieron radiación

directamente en la mandíbula22.

Observaciones relativas a la enfermería tras la radioterapiaLa atención de enfermería del paciente al

que se le realiza radioterapia de la cabeza

y el cuello abarca las curas cutáneas y la

consulta con enfermeras especializadas en

la cura y prevención de escaras y heridas

crónicas, así como supervisar estrictamente

y anotar la ingesta oral y pesar al paciente

cada día para determinar si necesita NE.

Es preciso informar al paciente sobre las

posibles complicaciones crónicas tras la

radioterapia de cabeza y cuello y sobre la

forma de detectarlas.

Tratamientos sistémicosLos tratamientos sistémicos para los

cánceres bucofaríngeos incluyen la

quimioterapia y el tratamiento selectivo.

La quimioterapia citotóxica convencional

destruye las células que se dividen

rápidamente. El tratamiento farmacológico

selectivo, también llamado medicina de

precisión, está diseñado para centrarse

selectivamente en dianas moleculares

especíicas implicadas en el crecimiento

y la progresión de un tumor individual.

Los tratamientos selectivos causan menos

reacciones adversas porque la probabilidad

de que dañen tejidos sanos es menor23.

La quimioterapia y los fármacos selectivos

raramente se usan como monoterapia de

primera línea para el cáncer de amígdalas,

aunque el tratamiento sistémico puede

combinarse con la radioterapia como

tratamiento principal. La mayoría de

tratamientos sistémicos se administran en

régimen ambulatorio.

Las pautas quimioterápicas que contienen

cisplatino, un alquilante, se emplean

habitualmente junto con la radioterapia para

tratar el cáncer de amígdala24. Si bien estas

pautas se pueden administrar en régimen

ambulatorio, exigen una hidratación

intravenosa para evitar la nefrotoxicidad

asociada al cisplatino. Los profesionales

de enfermería deben supervisar la urea, el

ácido úrico sérico y las concentraciones de

creatinina para detectar una reducción del

aclaramiento de la creatinina25.

Las dosis altas de cisplatino pueden

provocar náuseas y vómitos, por lo que

deben administrarse antieméticos de acción

prolongada según lo prescrito; también

pueden inducir reacciones adversas auditivas,

de modo que hay que vigilar la aparición de

acúfenos y de una posible hipoacusia.

El cisplatino puede sustituirse por

carboplatino en los pacientes que ya

tienen alteraciones de la función renal24;

este último provoca menos vómitos y

nefrotoxicidad, pero más mielodepresión.

Es necesario hacer un seguimiento de los

pacientes para buscar signos de anemia,

hemorragia, infección, trombocitopenia,

neutrocitopenia y leucocitopenia.

Las pautas que contienen cetuximab, un

anticuerpo monoclonal selectivo contra

el EGFR, son tratamientos especíicos que

pueden asociarse con la quimioterapia para

tratar el cáncer de amígdalas4. Los pacientes

han de recibir un tratamiento previo con

difenhidramina, corticoesteroides y un

antihistamínico H2 como famotidina o

ranitidina antes de la administración de

cetuximab para evitar reacciones adversas

a la infusión. Las enfermeras deben vigilar

a los pacientes para ver si maniiestan

reacciones a la infusión, hipotensión,

disnea, hipomagnesemia, erupción

acneiforme e infecciones cutáneas, así como

arritmias4,26. Para tratar los problemas de

piel y de las uñas de las manos, enseñe al

paciente a usar cremas emolientes para

mantener la zona húmeda y no lociones,

Cribado y prevención2,35

El dentista o el higienista bucal pueden hacer un cribado del cáncer oral durante las revisiones dentales bianuales. La lengua se envuelve con gasa, se extrae y se retira a cada uno de los lados para explorar toda la cavidad bucal, como se muestra en la foto.

El médico de atención primaria también debe sospechar si el paciente tiene factores de riesgo y si presenta los síntomas y signos asociados al cáncer bucofaríngeo.

La prevención inicial del cáncer de amígdala pasa por eliminar factores de riesgo como fumar tabaco (o cualquier tipo de exposición al tabaco) y beber alcohol; otro paso importante es vacunar contra el VPH.

Los antecedentes sexuales influyen en la probabilidad de que un paciente sufra un cáncer de cabeza y cuello asociado al VPH. La educación sexual de los pacientes para que eviten las relaciones de riesgo y que sigan las recomendaciones sexuales seguras pueden ayudarlos a reducir este riesgo.

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Mayo/Junio | Nursing2017 | 21

ya que estas provocan más sequedad por

contener alcohol. Indíqueles que deben

restringir su exposición al sol durante

el tratamiento y notiicar todo síntoma

respiratorio que aparezca o que empeore.

Los taxanos paclitaxel y docetaxel son

antimitóticos (inhibidores de la mitosis

celular) que a veces se utilizaban para tratar

los cánceres de cabeza y cuello24. Teniendo

en cuenta el riesgo de aparición de reacciones

de hipersensibilidad graves que abarcan

hasta la anailaxia, los pacientes que vayan a

recibir estos medicamentos también toman

un tratamiento previo con corticoesteroides,

difenhidramina y un antihistamínico H2.

Otras reacciones adversas son las náuseas, la

mielodepresión y la neuropatía periférica27.

Debe enseñarse a los pacientes a que

notiiquen toda diicultad respiratoria o

infección, o un posible entumecimiento,

hormigueo o escozor en las manos o

los pies. En la pauta terapéutica puede

emplearse cualquiera de los taxanos de forma

simultánea con el cisplatino.

Observaciones relativas a la enfermería sobre los tratamientos sistémicosEn la atención de un paciente que está

recibiendo una quimioterapia o un

tratamiento selectivo, la enfermera debe

tener conocimientos de estos medicamentos

y estar adecuadamente formada para

administrarlos con inocuidad28. También

tiene que saber las reacciones adversas

asociadas a cada fármaco y supervisar

correctamente al paciente. Ha de explicar

a los pacientes las posibles reacciones

adversas y los aspectos que deben notiicar

al médico de forma inmediata.

Estudio de caso: un buen pronósticoB.L. recibió un diagnóstico de T2 (tumor

mayor de 2 cm, pero de no más de 4 cm

en su mayor dimensión), N2 (metástasis

en un solo ganglio ipsilateral mayor de

3 cm pero de un máximo de 6 cm en

su mayor dimensión). Se sometió a una

amigdalectomía radical mediante TORS con

una linfadenectomía unilateral izquierda.

La muestra biópsica y el informe de

histopatología quirúrgica revelaron que

el cáncer daba positivo para el VPH. Tras

la disección se detectó el tumor en un

solo ganglio, de 5 cm de tamaño. No se

observó invasión perineural en la muestra

ni diseminación extracapsular en el ganglio.

El médico le recomendó una radioterapia

postoperatoria desintensiicada dado su

pronóstico favorable.

B.L. seguirá teniendo visitas de

seguimiento con el oncólogo y realizándose

TC con periodicidad para detectar una

posible recurrencia local cada 6 meses

durante el primer año, con exploraciones

clínicas cada 3 meses. Luego se le

practicarán exploraciones clínicas y TC

cada 6 meses durante 1 o 2 años, y después

exploraciones anuales a menos que cambie

su estado de manera que necesite un

seguimiento más estrecho. ■

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Linda Schiech es enfermera clínica especialista en el Fox Chase Cancer Center de Filadelfia, Pensilvania. La autora y los organizadores declaran que no tienen ningún posible conflicto de interés, ni económico ni de otro tipo.