Para contrarrestar sus dos principales hándicaps (inexperiencia de Gobierno y falta de estructura), Ciudadanos maneja muy bien los tiempos en la presentación de sus propuestas sobre educación, eco-nómicas, institucionales… “Dan la sensa-ción de que tienen ideas”, señala un ana-lista político. Su mensaje de regeneración política se impone a la falta de experien-cia, según los testimonios que recoge Me-troscopia. La imagen de Albert Rivera pesa más que la carencia de estructura del partido, constata la misma firma. No en vano es el único líder valorado positiva-mente, incluso por los seguidores de PP y PSOE. Ni siquiera parece que los atentados yihadistas hayan dirigido la posición de los electores hacia los partidos más experi-mentados. “No está claro que haya habido un efecto”, afirma Ferrándiz.

El problema para las aspiraciones de Ciudadanos es que “la realidad es la que es. Están a ocho-diez puntos de distancia del PP. A día de hoy, no suena creíble que pue-dan ganar las elecciones”, estima un ana-lista. Parece que Rivera se precipita mos-trándose como futuro presidente. Otra cosa es qué ocurre si se sitúa como la llave de la gobernabilidad. “Si el PP gana por diez puntos, no hay nada que decir. Si vence por cinco y obtiene alrededor de 130 escaños, pueden dejarle que gobierne en minoría y votar en contra de lo que no les parezca bien”, señala Ricardo Martín, analista polí-tico. También podría producirse una legis-latura corta: “Apoyar al PP durante dos años y luego tomar ellos el poder”, estima Fe-rrándiz.

Se produciría entonces una situación parecida a la que ocurre en la comunidad de Madrid. El PP tiene el mando en teoría, pero se ve obligado a aplicar medidas que le impone Ciudadanos. Por ejemplo, la pa-ralización de la privatización de la gestión sanitaria.

A lo mejor no. En Metroscopia, una de las principales empresas de encuestas del país, hacen sondeos todos los días. Y esto es lo que constatan: “Parece claro que va a ganar el PP, pero cada día vence uno. Los tres pri-meros están prácticamente empatados”, señala José Pablo Ferrándiz, investigador principal de la firma.

Los electores cada vez se deciden más tarde. En esta ocasión lo llevarán al extremo. “Hay un 25% de votantes que llamamos de-cididos indecisos: personas que han decidi-do que van a votar pero aún no saben a quién. La mayoría de ellos se ubica en el centro izquierda”, señala Ferrándiz. Por eso en esta ocasión van a ser tan importantes la campaña y los debates electorales. Ahí se la juega especialmente Pedro Sánchez. “Ma-riano Rajoy puede negarse a aparecer am-parándose en su papel de presidente del Gobierno, pero el líder socialista no. Puede ganar mucho si sale bien parado. Si es de-rrotado, subirán los emergentes”, estima Ferrándiz.

Rivera debe de estar frotándose las ma-nos ante la posibilidad de competir con Sánchez y vencerle. Parece que Ciudadanos ya no va a quitar más votantes al PP, pero podría restarle al PSOE y a Podemos. Esta versión española del sueño americano se-guramente suena bien en su cabeza. Al lí-der de Ciudadanos le gustaría ser demó-crata estadounidense, y emplea una ima-gen y una comunicación parecida a la po-lítica de aquel país. Pero habrá que ver si consigue su objetivo. Mientras asciende, va eliminando rivales de su discurso. Podemos no aparece: lo desprecia. Eso desquicia a Pablo Iglesias, que ha dicho estar “harto de los Ken y las Barbies de la política” y ha comparado a Rivera con el Aznar de las Azores. Frente a los partidos tradicionales, Rivera dice situarse frente a lo vacío (PSOE) y lo caduco (PP).

Ciudadanos tiene buena imagen y tra-ta de transmitir ilusión. Un cambio mo-derado frente al destrozo que propone Podemos. Y ha ido consiguiendo algunos logros. Su electorado se ha abierto del mundo urbano al rural, y ya no es un par-tido al que solo votan los jóvenes: los mayores de 55 años, nicho importante del PP, empiezan también a ver a Rivera con buenos ojos.

A FONDO A FONDO

Albert Rivera sueña con recuperar la confianza en la política, pero no acaba de convencer a una mayoría de españoles. Inexperiencia en el Gobierno y falta de estructura parecen ser las principales rémoras. ¿Triunfará la ilusión o se convertirá en decepción?

Jordi Benítez

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La ilusión del cambio

Los sondeos de Metroscopia reflejan igualdad entre PP, PSOE y Ciudadanos

De izquierda a derecha, en primera línea, Inés Arrimadas, Albert Rivera y Luis Garicano.

H ay quien ve la historia de Ciudadanos como una pre-ciosa trayectoria de éxito. Un par tido que surge el

cuarto en las encuestas, rebasa al terce-ro (Podemos), empata y a veces gana al segundo (PSOE) y podría plantarse a es-casa distancia del PP a dos semanas de las elecciones. ¿Demasiado bonito para ser verdad?

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La incógnita es cómo estará la situa-ción cuando acaben las elecciones. “La campaña se va a hacer muy larga para Ciu-dadanos y Podemos, y muy corta para PP y PSOE”, estima Ricardo Martín. Los partidos tradicionales necesitarían más tiempo para explicar bien sus propuestas y ganarse al electorado; los nuevos se ven obligados a aparecer mucho en los medios, y eso pue-de llevarles a cometer errores. “Por ejemplo, la propuesta de Rivera sobre que el presi-dente del Gobierno debería cobrar 300.000 euros al año. Más de uno habrá dicho que después de esa afirmación no le vota”, se-ñala Martín.

Esa obligada presencia se junta con que no todos los portavoces son del mismo ni-vel. La oratoria de Albert Rivera, Luis Gari-cano o Inés Arrimadas está considerable-mente por encima de caras de segunda lí-nea que aparecen en las tertulias televisi-vas. “Se ve que no conocen los temas en profundidad, que no se explican con orden y que son excesivamente académicos, que no tienen los pies en la tierra”, explica un analista.

Dentro de esa reforma se incluyen as-pectos que le diferencian del Partido Po-pular, como la supresión del Senado o de determinadas diputaciones y ayuntamien-tos, cuya capilaridad es vista como irrenun-ciable en el partido de Rajoy.

Rivera ve de distinto modo también otros ámbitos, como la enseñanza diferenciada. Él no la financiaría, pero el PP tiene muchos vo-tantes que son defensores de ese tipo de educación, que cuenta con resultados cien-tíficos de éxito más que demostrados en Es-paña y en el mundo (ochenta de las cien mejores escuelas de Reino Unido educa a niñas y niños por separado, por ejemplo).

Como es de esperar antes de unas elec-ciones, Ciudadanos no se moja en muchos aspectos. Juega a una indefinición que espera que no le reste votos. Pero también se van viendo posturas divergentes con el PSOE: una actitud más extrema frente a inmigración o una visión socialdemócrata de la economía más moderna que la del partido liderado por Pedro Sánchez, por ejemplo.

A FONDO

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Configurar el equipo no está siendo tarea fácil para Ciudadanos. De hecho, frente a la política de fichajes de otras formaciones como Podemos, llama la atención que las listas de Albert Rivera estén llenas de des-conocidos. Es un hecho que algunos piensan que le pasará factura en las elecciones. Si no conoces al cabeza de lista, no le votas.

El partido está evolucionando en algunos aspectos. Frente al marco de cambio de políti-cas y de políticos en el que se había movido su discurso, se ha incorporado el cambio de siste-ma con sus treinta propuestas de reforma cons-titucional. “Parece coherente con su estrategia. Frente al inmovilismo de Rajoy, ellos proponen cambios”, estima Martín.

La campaña se le puede hacer larga: hablar todos los días facilita los errores

Rivera ha conseguido llegar a votantes mayores de 55 años, algo que no ha logrado Podemos. El PP es muy fuerte en ese segmento.

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La formación de Rivera espera que los jóvenes le den un buen resultado en las elecciones, aunque la clave de su futuro será que ese apoyo no sea algo momentá-neo: que esos jóvenes le voten también cuando sean mayores. También está por ver que lo nuevo sea necesariamente mejor que lo que hay. Y que realmente haya una demanda de una segunda transición, espe-cialmente cuando muchos de esos jóvenes que supuestamente van a votarles no co-nocieron la primera. Como ven, muchas incógnitas por resolver a la espera de una de las elecciones más inciertas de los últi-mos años. La ilusión volverá a la política si se demuestra en hechos concretos de me-jora para los ciudadanos. Si no es así, segui-remos como siempre.

¿El cerebro que necesita España?Luis Garicano es la cara económica de Ciuda-danos. Sus principales propuestas tratan de mejorar nuestro mercado de trabajo, que con-sidera el de peor funcionamiento del mundo. En este marco sitúa el contrato único indefinido. Afirma que acabaría con la dualidad de emplea-dos eventuales y jóvenes, que cambian de con-trato con una frecuencia mayor a la deseable. Este contrato llevaría aparejado un despido gradual de entre 12 y 33 días.

La otra medida estrella es un complemento salarial garantizado. Se financiaría vía impues-tos, y tendría por objeto compensar a las rentas más desfavorecidas. La idea es bajar el IRPF un 3% de media a todos los cotizantes, de modo que se incremente la recaudación. El comple-mento se incrementaría al ritmo del aumento de salario y tendría como consecuencias posi-tivas la salida de la pobreza (7 millones de es-pañoles no llega al salario mínimo anual), la aproximación a un salario digno y el florecimien-to de dinero de la economía sumergida. La idea no tiene nada que ver con la subida del salario mínimo. Garicano cree que perjudicaría la crea-ción de empleo.

Este profesor de la London School of Economics tiene un buen número adicional de medidas en la cabeza. Confía en financiarlas con 10.000 millones de euros adicionales que espera recau-

dar a partes iguales de la reducción de la Ad-ministración Pública (supresión del Senado y de diputaciones, fusión de ayuntamientos…) y de la eliminación de agujeros y deducciones del Impuesto de Sociedades.

¿Cómo lo ven los expertos? El economista Da-niel Lacalle estima que Ciudadanos tiene un programa socialdemócrata con cabeza: “No parten de un planteamiento del privilegio buró-crata, del abuso del Estado, sino de garantizar el sostenimiento de bienes y servicios públicos.

En esa línea, se puede decir que es interesante”. Sin embargo, reconoce que hay cuestiones con las que está “en completo desacuerdo, como el complemento salarial garantizado o el contrato único, pero hay otras cosas que son de lógica”.

Juan Ramón Rallo coincide con Lacalle al situar a Ciudadanos en la órbita socialdemócrata. “Sus propuestas son trabajadas. Hay una visión de país, inspirada en los países nórdicos. Intentan buscar una coherencia interna en las medidas”, dice.

Al mismo tiempo, estima que “pecan de refor-mismo ingenuo”. Rallo cree que hay mecanismos del Estado difícilmente salvables. El propio Jordi Sevilla intentó con el PSOE una reforma de la Administración Pública que no lo salió. “No se han enfrentado a gobernar. Siendo un partido

nuevo, parecen poder impulsar muchas más medidas de las que posteriormente podrían im-pulsar, especialmente si gobiernan en coalición”.

En cualquier caso, en su opinión, “está bien que un partido tenga esta visión, la defienda y criti-que a quienes no la tengan. Si los propios par-tidos se reprimen de plantear las reformas que ellos mismos piensan que son convenientes, ni siquiera van a poder salir adelante en un futuro”.

Luis Garicano, responsable de Economía.

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Noviembre2015

Octubre2014

Agosto2014

EleccionesGenerales

2011

Resu

ltado

REA

L 201

1

Estimaciónnoviembre

2015

30,932,3

44,6

28,7

10,7

13,8

6,9

0

4,9 5,2

20,7

26,2

27,7 27,7

25,2

2019,2

23,5

20,9 20,2

22,5 22,121,9

18,6

18,4

5,6 5,044,1

13,5

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24,5

2323

22,521,5 21,5

15

5,6% 5,6%

16%

18,1

23,1

23,5 23,524,6

23,4 23,423,5%

18,6

14,1

22,5%

21%

16,1%

6,3%

17%

71% 67% 70% 70% 73% 72%

PARTICIPACIÓN ESTIMADA

72% 75% 74% 72% 72% 72% 73% 77% 77%

5%

19,418,3

12,2

6,5

27,728,2

3,85,3

8,1

5,6

31,732,2

PSOEPP Podemos IUCiudadanos

Evolución de la estimación de resultado electoral(en porcentajes sobre voto válido. Fuente: Metroscopia)