Cisne Negro

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JOSÉ MONZÓN MARCO (23 DE MARZO DE 2008) El cisne negro de Nassim Nicholas Taleb “El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable” editado por la Editorial Paidós Ibérica es la segunda obra traducida al castellano del profesor libanés- americano, ensayista de éxito y ex-operador bursátil Nassim Nicholas Taleb que se define a sí mismo como “empirista escéptico” es uno de esos pocos libros que una vez leídos te sientes en la obligación moral de recomendarlos vivamente amén de sugerir una profunda reflexión sobre muchos de los supuestos filosófico- matemáticos aplicados a la economía, a la concepción del riesgo y a la gestión de la incertidumbre. Si en los 80's “La Meta” de Eliyahu M. Goldratt removió nuestras viejas y anticuadas concepciones sobre la gestión y en los 90's “La Quinta Disciplina” de Peter M. Senge nos hizo reflexionar sobre la necesidad de adoptar el pensamiento sistémico para afrontar los desafíos crecientes de un mundo complejo, en la presente década la obra de Nassim N. Taleb vendrá a significar en mi opinión lo que Goldratt y Senge representaron en el mismo ámbito en el que plantea sus reflexiones el profesor Taleb: descubrir los errores en los procesos de razonamiento cuando los humanos nos enfrentamos frente a la complejidad, la incertidumbre y la aleatoriedad. Son varios los ejemplos y conceptos que nos muestra el profesor Taleb en esta obra, en la que profundiza lo avanzado en la anterior “¿Existe la suerte?: engañados por el azar” siendo su punto de arranque el problema de la inducción ejemplificado gráficamente en el caso del “pavo de Russell” (en honor a Bertrand Russell que fue quien expuso por primera vez el ejemplo, retomando el problema de la inducción que inició David Hume, si bien el maestro Russell utilizó la misma metáfora pero

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  • J O S M O N Z N M A R C O ( 2 3 D E M A R Z O D E 2 0 0 8 )

    El cisne negro de Nassim Nicholas Taleb

    El cisne negro: el impacto de lo altamente improbable editado por la Editorial

    Paids Ibrica es la segunda obra traducida al castellano del profesor libans-

    americano, ensayista de xito y ex-operador burstil Nassim Nicholas Taleb que se

    define a s mismo como empirista escptico es uno de esos pocos libros que una

    vez ledos te sientes en la obligacin moral de recomendarlos vivamente amn de

    sugerir una profunda reflexin sobre muchos de los supuestos filosfico-

    matemticos aplicados a la economa, a la concepcin del riesgo y a la gestin de la

    incertidumbre. Si en los 80's La Meta de Eliyahu M. Goldratt removi nuestras

    viejas y anticuadas concepciones sobre la gestin y en los 90's La Quinta

    Disciplina de Peter M. Senge nos hizo reflexionar sobre la necesidad de adoptar el

    pensamiento sistmico para afrontar los desafos crecientes de un mundo

    complejo, en la presente dcada la obra de Nassim N. Taleb vendr a significar en

    mi opinin lo que Goldratt y Senge representaron en el mismo mbito en el que

    plantea sus reflexiones el profesor Taleb: descubrir los errores en los procesos de

    razonamiento cuando los humanos nos enfrentamos frente a la complejidad, la

    incertidumbre y la aleatoriedad.

    Son varios los ejemplos y conceptos que nos muestra el profesor Taleb en esta obra,

    en la que profundiza lo avanzado en la anterior Existe la suerte?: engaados por

    el azar siendo su punto de arranque el problema de la induccin ejemplificado

    grficamente en el caso del pavo de Russell (en honor a Bertrand Russell que fue

    quien expuso por primera vez el ejemplo, retomando el problema de la induccin

    que inici David Hume, si bien el maestro Russell utiliz la misma metfora pero

  • con un pollo) que comprob que todas las maanas le daban de comer y tras varios

    meses de observaciones iba a concluir una ley universal (estos humanos tan

    amables me debe querer mucho, todos los das me dan de comer), cuando con la

    llegada del da de Accin de Gracias al pavo le ocurri algo inesperado (para el

    pavo, no para los amables humanos). Pues bien, nuestra manera de pensar no es

    muy diferente de la del pavo de Russell. Gran parte de la matemtica estadstica,

    el clculo de riesgos y las distribuciones de probabilidad estn atravesadas por esta

    manera de pensar: a mayor frecuencia de ocurrencia de un hecho menor

    sensibilidad frente a lo inesperado. De ah la metfora del cisne negro que Taleb

    toma de David Hume (empirismo) y de Karl Popper (falsacionismo): si nos

    pasamos toda la vida en el hemisferio norte pensaremos que todos los cisnes son

    blancos, sin embargo en Australia existen cisnes negros (cygnus atratus) [1]. Y es

    que un cisne negro nos parece algo imposible debido a nuestra reducida

    experiencia: un suceso altamente improbable [2].

    Qu es entonces un cisne negro segn Taleb?. El profesor Taleb lo define como

    un hecho fortuito que satisface estas tres propiedades: gran repercusin,

    probabilidades imposibles de calcular y efecto sorpresa. En primer lugar, su

    incidencia produce un efecto desproporcionadamente grande. En segundo lugar,

    tiene una pequea probabilidad pero imposible de calcular en base a la

    informacin disponible antes de ser percibido el hecho. En tercer lugar, una

    propiedad nociva del cisne negro es su efecto sorpresa: en un momento dado de

    la observacin no hay ningn elemento convincente que indique que el evento vaya

    a ser ms probable. Desde luego, estas propiedades no son ajenas a las crisis

    financieras que vivi el autor cuando se ganaba la vida como operador burstil.

    A partir de este punto el profesor Taleb nos hace un recorrido por todos y cada uno

    de los diferentes errores del razonamiento humano cuando se encuentra frente a

    los cisnes negros o sucesos improbables. No los voy a exponer todos pero s

    algunos de los que considero ms importantes, como por ejemplo la distorsin

    retrospectiva, algo para lo que los economistas e historiadores padecen bien

    dotados cuando explican las causas de una crisis econmica o una guerra mundial,

    pero son incapaces de anticiparla: los humanos somos muy buenos a la hora de

  • predecir los sucesos de modo retroactivo. Para Taleb, esta distorsin consiste en

    un sesgo que nos empuja a sobreestimar el valor de las explicaciones racionales de

    los datos a la vez que subestimamos la importancia de la aleatoriedad inexplicable

    en los datos. Para el profesor Taleb existe una base gentica y filosfica para

    entender lo mal preparados que estamos los humanos cuando nos enfrentamos a la

    incertidumbre y la aleatoriedad. Segn Taleb, la evolucin no favoreci un tipo de

    pensamiento complejo y probabilstico, antes al contrario somos muy rpidos en

    adoptar decisiones instantneas apoyados en una mnima cantidad de datos o en

    teoras superficiales y carentes de solidez, tal vez (sugiere un divertido Taleb),

    porque quienes divisaban un len y echaban a correr por presuponer que todos los

    animales salvajes siempre comen seres humanos tenan ms probabilidades de

    sobrevivir que quienes preferan poner a prueba tal hiptesis de manera

    experimental. Claro que hay leones de talante amistoso (como hay cisnes negros),

    pero es preferible ser prudente y cauteloso de antemano que sufrir ms tarde las

    consecuencias (problema de la induccin). Adems, para Taleb existe un problema

    filosfico fundamental: la platonicidad o falacia platnica. Somos hijos de la

    escuela platnica que nos anim a preferir la teora estructurada, ordinaria y

    comprensible a la desordenada y compleja realidad; por otra parte, nos inclina

    asimismo a seleccionar nicamente los hechos que encajan en nuestras teoras

    (falacia de las pruebas silenciosas) o cuando los hechos han tenido lugar, nos

    creamos historias post-hoc para que el hecho parezca tener una causa (falacia

    narrativa).

    En mi opinin uno de los argumentos ms interesantes del profesor Taleb es el que

    hace referencia al problema de la circularidad de la estadstica y el dao colateral

    que provoca la distribucin normal o de Gauss (por el nombre del matemtico

    alemn Carl Friedrich Gauss): necesitamos datos para descubrir la distribucin de

    probabilidad. Cmo sabemos si contamos con los suficientes?. Por la distribucin

    de probabilidad. Si es gaussiana, bastarn unos pocos. Cmo se sabe que es

    gaussiana?. Por los datos. Por eso necesitamos que los datos nos digan qu

    distribucin de la probabilidad debemos asumir, y que una distribucin de la

    probabilidad nos diga cuntos datos necesitamos. Esta circularidad causa graves

    problemas en la regresin, ms acuciantes cuando se aplica sin discriminacin la

  • distribucin gaussiana a todo lo que se mueve. En este punto es cuando el profesor

    Taleb nos anima con ejemplos donde es apropiado aplicar la distribucin normal y

    donde no: Mediocristn y Extremistn. Imaginemos que tenemos en un estadio de

    futbol 1.000 personas elegidas al azar reunidas dentro. Si aadimos a ellas la

    persona ms alta del mundo cambiar mucho la media de altura de las 1.001

    personas reunidas?. No, no variar apenas. Bienvenidos a Mediocristn, cuyas

    matemticas son el lgebra de la estadstica clsica y la teora de la probabilidad.

    En ese mundo las distribuciones son normales, con curvas en forma de la famosa

    campana de Gauss. Las variaciones individuales no varan mucho el promedio.

    Ahora cojamos esas mismas 1.000 personas y hagamos que entre en el estadio Bill

    Gates, supuestamente el hombre ms rico del mundo. Cambiar mucho la media

    de riqueza de los all reunidos? S, cambiar de una forma brutal al entrar Bill con

    sus ms de 50.000 millones de dlares de patrimonio. Bienvenidos a Extremistn,

    cuyas matemticas son mucho menos ortodoxas como, por ejemplo, la geometra

    fractal descubierta por el matemtico estadounidense de origen polaco-lituano

    Benot Mandelbrot. Las distribuciones siguen una ley de potencia como la de Zipf o

    la de Pareto o, ms recientemente, la Long Tail de Chris Anderson a la que hemos

    dedicado una entrada en el blog. Por supuesto no hace falta decir que los cisnes

    negros son propios de Extremistn.

    En su experiencia como operador de bolsa Taleb considera que los mercados

    financieros minusvaloran la probabilidad de los cisnes negros pues los mtodos

    generalmente aplicados por los operadores financieros son los propios de

    Mediocristn. Es ah donde Taleb apunta que se pueden obtener ganancias

    apostando a que tales sucesos extraos tan impactantes de hecho sucedern con

    mucha mayor frecuencia. No entiendo mucho de derivados financieros pero puedo

    alcanzar a comprender que si la mayora de operadores trabajan con los mismos

    mtodos y comparten las mismas concepciones de como operan los mercados

    (segn el paradigma de Mediocristn), es lgico pensar que si alguien se atreve

    utilizar otros mtodos y concepciones muy distintas (segn el paradigma de

    Extremistn) es posible que se puedan obtener ganancias importantes

    (rendimientos escalables) como los que apunta Taleb mediante la compra de

    opciones deep out-of-the-money, que son muy baratas, que ocasionan pocas

  • prdidas pero muchas veces, aunque pueden proporcionar un retorno espectacular

    si los mercados se vuelven locos (cosa que al parecer est ocurriendo mucho ms a

    menudo de lo que cabra esperar segn el paradigma de Mediocristn).

    Un apartado importante en esta obra es la fundamentada crtica hacia los modelos

    de gestin de riesgos que se usan actualmente, y que han hecho ganar a algunos

    acadmicos su Nobel de Economa (Taleb cita expresamente a Robert C. Merton y

    Myron S. Scholes, promotores del fiasco del LCTM) que excluyen precisamente los

    eventos raros que aparecen de vez en cuando en Extremistn y cuyos efectos

    econmicos pueden ser muy importantes. Estos acadmicos y muchos analistas

    cuantitativos tranquilizan a los ejecutivos de las empresas, los reguladores y los

    inversores con una ilusoria sensacin de seguridad que no tiene para nada en

    cuenta la aparicin ocasional de cisnes negros que pueden dejar arruinados a ms

    de uno. Para Taleb esta falacia de la regresin estadstica que consiste en creer

    que la probabilidad de futuros eventos es predecible examinando acontecimientos

    de eventos pasados est muy arraigada entre los actores econmicos, que tampoco

    entienden que la aleatoriedad estructurada que encontramos en los juegos de azar

    (teora de probabilidades clsica) no se parece a la aleatoriedad que encontramos

    en la vida real (falacia ldica).

    Para Taleb, siguiendo la obra de los psiclogos israeles fundadores de la Teora de

    la Prospeccin (antecedente de la llamada Neuroeconoma), Amos Tversky y el

    premio Nobel de Economa, Daniel Kahneman, los seres humanos somos mucho

    mejores haciendo cosas que comprendiendo nuestro entorno. Pero no lo sabemos

    [3]. Vivimos con la ilusin del orden, creyendo que la planificacin y la previsin

    son posibles. Nos perturba tanto lo aleatorio que creemos disciplinas que intentan

    dar sentido al pasado, pero en ltima instancia, no conseguimos entenderlo, al

    igual que solemos fallar prediciendo el futuro. Por razones prcticas, resulta que los

    seres humanos preferimos funcionar con previsiones y predicciones, aunque casi

    siempre se revelan equivocadas. Para Taleb, los humanos creemos que la

    innovacin se puede planificar, sin embargo las innovaciones importantes suelen

    ser descubiertas por accidente (serendipidad), pero no se reconoce as cuando

    escribimos la historia. Las tecnologas que dominan el mundo actual (como

  • Internet, el ordenador personal y el lser) no se utilizan en la forma prevista por los

    que las inventaron y una parte considerable de los descubrimientos mdicos no

    estn planificados en los proyectos de investigacin oficiales sino que surgen por

    puro azar.

    Lejos de ofrecer recetas matemticas para calcular la probabilidad de los sucesos

    raros (cisnes negros) para protegernos frente a la incertidumbre, lo que nos aporta

    el profesor Taleb es una buena dosis de sentido comn: nunca llegaremos a

    conocer lo desconocido ya que, por definicin, es desconocido. Sin embargo,

    siempre podemos imaginar cmo podra afectarnos. Es decir, las probabilidades

    de los cisnes negros no son computables, pero s podemos tener una idea muy clara

    de sus consecuencias. Esta es una idea-fuerza para la gestin de la incertidumbre:

    para tomar una decisin tenemos que centrarnos en las consecuencias (que

    podemos conocer) ms que en la probabilidad. Estar preparado ante la aparicin

    de los cisnes negros es ms importante que dedicarle tiempo y esfuerzo a calcular

    la probabilidad de su ocurrencia. Resumiendo: para que no nos ocurra lo que al

    pavo de Russell hay que estar preparado para lo inesperado (que a diferencia de

    los pavos, s podemos imaginar) pero sin preocuparnos de cundo ocurrir.

    Por ltimo pero no menos importante, Taleb nos recuerda las aportaciones del

    economista estadounidense y Premio Nobel de Economa, Robert Lucas

    (expectativas racionales) y en particular su famosa crtica (crtica de Lucas) a los

    modelos economtricos al uso en poltica econmica. En sntesis, la crtica de

    Lucas viene a decir que si la gente es racional, entonces su racionalidad les hara

    descubrir patrones predecibles del pasado y adaptarse, de forma que la

    informacin pasada sera totalmente intil para predecir el futuro. Es decir, al

    intentar modelizar sistemas econmicos basados en bsqueda de patrones en series

    temporales, hay que tener presente que la racionalidad y capacidad de decisin de

    las personas que antes han tenido acceso a la informacin puede alterar la serie

    temporal posterior, haciendo desaparecer el patrn de comportamiento. En

    resumen, una vez detectado un patrn de comportamiento (en mercados, sistemas

    sociales, hbitos de consumo, etc.), la propia racionalidad y decisin colectiva de

    las personas cancela el patrn (generalmente anticipndose al patrn).

  • En mi opinin, las ideas del profesor Taleb deben ser muy tenidas en cuenta por los

    que nos dedicamos al oficio de comprender, modelizar e implementar sistemas

    humanos complejos, para incorporar a los modelos las aportaciones de pensadores

    como Lorenz (teora del caos), Mandelbrot (fractales), Kahneman (teora de la

    prospeccin), Lucas (crtica de Lucas), etc. y evitar en lo posible los sesgos propios

    de la matemtica de Mediocristn en el diseo de modelos, y, por supuesto, todos

    aquellos que nos hemos atrevido a desarrollar modelos matemticos de previsin

    (forecasting) para que en mayor o menor medida evitemos la presuncin de

    fiabilidad, pues nadie conoce el futuro.

    Desde un punto de vista sistmico y, aunque el autor no menciona expresamente,

    en las dos obras que he podido leer he percibido una cierta familiaridad con la

    Ciberntica de segundo orden de Heinz von Foerster, pues en repetidas ocasiones

    Taleb utiliza la observacin de segundo orden a modo de mtodo para ejemplificar

    ciertos patrones de conducta de determinados personajes (operadores de bolsa

    como el propio Taleb) ante situaciones donde la aleatoriedad y la incertidumbre

    ponen a prueba estrategias y concepciones periclitadas para un mundo

    imprevisible. Tal vez en este punto Taleb no se atreve a ir ms all, incluyendo la

    idea de circularidad y autorreferencia y es donde encuentro una mayor carencia

    en su obra, que a modo de crtica concluyo, es decir: Taleb no incorpora a su

    discurso la idea de que la aleatoridad e incertidumbre de los mercados financieros

    pudieran no ser ajenos a la propia conducta de los actores que luego sufren las

    consecuencias. El xito de su obra es haber conseguido un certero anlisis de los

    errores en los que incurrimos los humanos cuando nos enfrentamos a situaciones

    aleatorias e imprevisibles, ms echo en falta una reflexin de cmo los humanos

    generamos esas mismas situaciones aleatorias, y en concreto en el campo de las

    crisis financieras.

    La frase: Mi principal aficin es provocar a aquella gente que se toma demasiado

    en serio a s misma y la calidad de sus conocimientos y a aquellos que no tienen

    las agallas para decir a veces no lo s.

  • Como pueden observar, genio y figura. Autor y obra altamente recomendables.

    [1] De la observacin de un sinnmero de cisnes blancos no se podr inferir que

    todos los cisnes son blancos, sin embargo, ver un solo cisne negro ser suficiente

    para refutar semejante conclusin. David Hume (1711-1776), filsofo ingls.

    [2] A principios del siglo XVIII, los colonos ingleses que volvieron de Australia

    trajeron consigo, en las panzas de sus barcos, un cargamento de cisnes negros. Los

    cisnes negros son originales de la isla austral y hasta ese momento, se pensaba que

    todos los cisnes eran blancos, porque eran blancos todos los que se conocan. La

    intrahistoria de esta historia es que este hecho supuso una conmocin en la

    sociedad inglesa. Aunque nos pueda parecer algo ingenuo a los habitantes del siglo

    XXI, lo cierto es que la aparicin de una especie de cisnes de un color distinto al

    que estaban acostumbrados a ver, supuso para los habitantes de la poca una

    fuente de debate y de polmica.

    [3] Los neurolgos saben que nuestro cerebro est programado para tener el

    control de todo lo que sucede. Sin embargo, lo cierto es que nuestro cerebro est

    literalmente a oscuras, escondido bajo la cavidad craneal, y el nico contacto que

    tiene del exterior es a travs de rganos imperfectos, bien sea la vista, el tacto, el

    sentido olfativo o el gusto. Y puesto que nuestro cerebro est programado para

    controlarlo todo y debido a lo imperfecto de las percepciones que llegan a l,

    elucubra lo que puede, creando modelos abstractos de la realidad, que a veces no

    tienen porqu coincidir con la realidad misma. En pocas palabras, la explicacin

    podra ser que no estamos preparados fisiolgicamente para los hechos

    imprevisibles. Y sin embargo, los hechos imprevisibles existen.