Cinco Poesías Gauchescas

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Cinco poesías gauchescas Caballito campero de Omar Facelli Caballito campero que retoza en los campos relinchando de gozo como un himno triunfal. Corriendo sus impulsos como el ave salvaje que veloz y altanero por los campos se va. Sos de raza indomable que puebla la llanura aguantando el chubasco con tu fuerza genial. De los bravos guerreros que nos dio tu hermosura del glorioso caballo rey de la libertad. El Pampero acaricia del frescor tu negrura siendo como los vientos difícil de alcanzar. Tu pisada valiente es brutal y segura que hasta el piso retumba cuando te ve pasar. ------------------------------------------------------------------------------ ---------------------- El gaucho de José Pedroni Quisiera haber vivido mucho tiempo antes, en nuestra hora prima, en nuestro día madre, sólo para conocerte, gaucho que cantabas con toda la sangre, con todos los pájaros libres en la boca, como ya no canta nadie, nadie en el mundo, nadie, nadie. Quisiera haber vivido en tu primer instante, antes de la entrega de la pampa, antes del encierro de los árboles. Haber vivido en el alto mediodía de tu lance. Haber corrido tu mañana, desandado tu tarde, ambulado tu ocaso tras la voz del caracol del mate. Río blando de boca, para orillar, errante, y un puñal en el cielo, hecho de estrellas, cada noche, al echarme. Un puñal, una cruz, donde pensar en alguien. Quisiera haber vivido en tu día grande, el del rastreo de la libertad, la selva por delante.

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Cinco poesas gauchescas

Cinco poesas gauchescas

Caballito camperode Omar Facelli

Caballito camperoque retoza en los camposrelinchando de gozocomo un himno triunfal.Corriendo sus impulsoscomo el ave salvajeque veloz y altaneropor los campos se va.

Sos de raza indomableque puebla la llanuraaguantando el chubascocon tu fuerza genial.De los bravos guerrerosque nos dio tu hermosuradel glorioso caballorey de la libertad.

El Pampero acariciadel frescor tu negrurasiendo como los vientosdifcil de alcanzar.Tu pisada valientees brutal y seguraque hasta el piso retumbacuando te ve pasar.

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El gauchode Jos Pedroni

Quisiera haber vivido mucho tiempo antes,en nuestra hora prima, en nuestro da madre,slo para conocerte,gaucho que cantabas con toda la sangre,con todos los pjaros libres en la boca,como ya no canta nadie,nadie en el mundo, nadie, nadie.Quisiera haber vivido en tu primer instante,antes de la entrega de la pampa,antes del encierro de los rboles.Haber vivido en el alto medioda de tu lance.Haber corrido tu maana, desandado tu tarde,ambulado tu ocaso tras la voz del caracol del mate.Ro blando de boca, para orillar, errante,y un pual en el cielo, hecho de estrellas,cada noche, al echarme.Un pual, una cruz, donde pensar en alguien.Quisiera haber vivido en tu da grande,el del rastreo de la libertad, la selva por delante.Ma tu doma; mo tu duelo salvaje;mo tu odo en la tierra;mos tus ojos en las altas aves.Haber tenido tu pulso para la sed, para el hambre.En la boca sin miedo, ante el desierto,tu grito penetrante.Quisiera haber estado en todas las pulperasjunto a la guitarra amante- voz, cintura y entrega de mujer entraable-;en todas las pulperas, slo para esperarte;slo para abrirte cancha;slo para gritar qu cante!, slo para orte cantar;slo para verte ir, libre, a cualquier parte:la luna en tus virolas; en tu cuchillo el sol que nace;en tu pauelo al cuello, enjugada, la sangre.Ma tu luz en la cara; ma tu esgrima en el aire;mo tu numen; mo tu arte.Antes del encierro de la aguada, donde,entre junco y ave,alguna vez te proyect el ocaso, montado y con amante.Antes del alambre con uas, desgarrador de carnes.Yo no tendra ahora este dolor cobarde.Dormiramos juntos, bajo la tierra madre.Gaucho!Gaucho que ests en todas partes, en la tierra,en los rboles, en toda pisada de caballo,en todo vuelo de ave...Gaucho de la Cruz del Sur, sobre la pampa grande!Las piernas entre ramas, los ojos anhelantes,desmontados andamos de tu coraje,sin cuchillo, sin lazo, por amarillas calles.Viento ladrn de libertad y honra metido en los trigales.Dnde la voz que diga "Por aqu!" en nuestra amarga tarde;dnde la voz de valeroso rumbo que nos enanquey el ala del sombrero otra vez nos levante?Fuerza que se ha alejado de nosotros,por el maana, hgase!.Vnganos otra vez, Oh gaucho!, tu coraje.Vnganos tu conciencia del deber. Vnganos tu arranque.Tu cuchillo de fuego. Tu altivez. Tu donaire.Tu canto de jilguero. Tu baile.Tu corazn de nio. Tu ngel.Vnganos sobre el campo, por el aire!.

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El Gauchode Carlos A. Caggiani

Sencillo y trabajador honesto y hombre sinceroes de las pampas pionero el que a la tierra cultivaes en la paz y en la guerra valiente a carta cabaly es el amigo leal que por otro da la vida!Hace su casa de barro con empeo y con esmerocomo copiando al hornero cuando construye su nidoenamorado perdido es poeta y payadorcuando le canta al amor o a algo que se ha querido!Es el amo de las pampas y de las verdes llanurascon su modesta cultura siempre en sus versos expresaamor y delicadeza dedicando a la mujertodo aquello que haga ver su bondad o su belleza!Es criollo galardn de la celeste banderay por la patria pelea con amor y con destrezallevando con entereza dentro de su coraznla honesta resolucin de libertad y de pureza!Es el apuesto exponente de otra generacinque con su dedicacin y probada valenta.nos ha ayudado en la vida a entender la honestidady que siempre la verdad triunfa sobre la mentira!Gaucho bueno. campesino perdido en el universoyo te dedico estos versos que llevo en mi corazncomo una retribucin por tu lucha y tu lealtadque nos dieron libertad y apoyaron tu razn!

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El Gauchode Julio Migno

Al gaucho debemos disculpa y agradecimiento.Agradecimiento por la patria que nos dio,por el suelo que pisamos,por el aire que respiramos,por el smbolo que es divisa y pabelln,por el himno de la triple libertad cantadapor voces argentinas;gracias por su desinteresado sacrificioporque sus huesos y los del caballito criollodispersos estn en tierras que redimi.La mesnada gloriosa, acaudillada por el grande,cay desde la cumbre andina como un torrente;nada la detena porque cerrado el puodonde se desbordaba la sementera libertaria,a cada golpe de su corvo,brillaba una estrella para enriquecer nuestra historia.Le debemos disculpa porque el gaucho no cay por el progreso,ni por el alambrado,ni por el hombre rubio que vino tras l, no.El gaucho cay desde el mismo momento de nuestra ingratitud,sumada al denuesto y la negacin.Lo ignoramos y lo olvidamos,que son maneras de consumar infamias.All est en Martn Fierro como alegato y demostracin.A la manera de los gamonalestena el recato pudoroso de su valor y generosidad,que desbordados de su continenteenriquecan al beneficiario.Su caballo, de su mismo origen bereber y rabe,tena predileccin especial por el centauro.El caballo sabe la carga que llevay le molestan los cobardes.Cuando el gaucho caa enhorquetado en su corcel compaeroste demostraba su alegra bebiendo los vientos,afiebrando la pupila, ensanchando su pechopara la embestida corajuda.Naci de la lujuria desatada del conquistadory hered su valenta.La matriz india ignoraba el engendro del gigantey de la aleacin salvajesali hirviendo el prototipo vivo de la raza,orgulloso de su china, de su tierra,de su flete y su guitarra.No debe mirarse una cordillera lupa en manopara regocijarse como pigmeo que encontr una grietaen la ptrea contextura del mamut.Su guitarra, que acariciaba con la mano tendida al decir de Schianca,porque el dolor de la tarea rural se lo exiga,sin floreos ni maestras, era su compaera en soledad.Hijo del dolor, creado para la distancia,vino para cumplir su misin: darnos la patria.Por eso, como dice Lugones,una tarde que vena parpadeando como el ala de la torcazaensill su caballo,estrib y sali al tranco sin volver la cabezapara que no se dijera que se fue de miedo.Habl como argentinoy ahora callo como en la inscripcin de trascoro catedralicio.

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El Gauchode Jorge Luis Borges

Hijo de algn confn de la llanuraAbierta, elemental, casi secreta,Tiraba el firme lazo que sujetaAl firme toro de cerviz oscura.

Se bati con el indio y con el godo,Muri en reyertas de baraja y taba;Dio su vida a la patria, que ignoraba,Y as perdiendo, fue perdiendo todo.

Hoy es polvo de tiempo y de planeta;Nombres no quedan, pero el nombre dura.Fue tantos otros y hoy es una quietaPieza que mueve la literatura.

Fue el matrero, el sargento y la partida.Fue el que cruz la heroica cordillera.Fue soldado de Urquiza o de Rivera,Lo mismo da. Fue el que mat a Laprida.

Dios le quedaba lejos. ProfesaronLa antigua fe del hierro y del coraje,Que no consiente splicas ni gaje.Por esa fe murieron y mataron.

En los azares de la montoneraMuri por el color de una divisa;Fue el que no pidi nada, ni siquieraLa gloria, que es estrpito y ceniza.

Fue el hombre gris que, oscuro en la pausadaPenumbra del galpn, suea y matea,Mientras en el oriente ya clareaLa luz de la desierta madrugada.

Nunca dijo: soy gaucho. Fue su suerteNo imaginar la suerte de los otros.No menos ignorante que nosotros,No menos solitario, entr en la muerte.