Ciencias Sociales · Marcelo T. de Alvear 2230 / Uriburu 950 piso 6º, 4508-3800 / Ramos Mejía...

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Marcelo T. de Alvear 2230 / Uriburu 950 piso 6º, 4508-3800 / Ramos Mejía 841, 4982-5002 / Santiago del Estero 1029, 4305 - 6087/ 6168 / www.fsoc.uba.ar / [email protected] Ciencias Sociales Ciencias Sociales Octubre de 2007 / Revista de la Facultad de Ciencias Sociales N° 68 / UBA ¿Nace una nueva derecha? ¿Nace una nueva derecha? ESCRIBEN: Nicolás Casullo, Luis Alberto Quevedo, Jorge Raúl Jorrat, Aldo Isuani, José Villarruel // TEMA ÚNICO: Sistema científico y producción de conocimiento, por Leonor Arfuch, Alicia Entel, Marta Panaia // Crisis energética: Fin de la era del petróleo barato y el dilema de los biocombustibles, por Daniel García Delgado // ENTREVISTAS: Graduados periodistas / TESIS DE DOCTORADO: El genocidio como práctica social // INSTITUCIONAL: Concursos de auxiliares, una vieja deuda próxima a saldarse / Elecciones estudiantiles / Avances de investigación / Libros de docentes DOSSIER TAPA 68.qxd 11/11/2007 15:30 PÆgina 2

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Ciencias SocialesCiencias SocialesOctubre de 2007 / Revista de la Facultad de Ciencias Sociales N° 68 / UBA

¿Nace una nueva derecha?¿Nace una nueva derecha?ESCRIBEN: Nicolás Casullo, Luis Alberto Quevedo, Jorge Raúl Jorrat, Aldo Isuani, José Villarruel // TEMA

ÚNICO: Sistema científico y producción de conocimiento, por Leonor Arfuch, Alicia Entel, Marta Panaia

// Crisis energética: Fin de la era del petróleo barato y el dilema de los biocombustibles, por Daniel

García Delgado // ENTREVISTAS: Graduados periodistas / TESIS DE DOCTORADO: El genocidio como

práctica social // INSTITUCIONAL: Concursos de auxiliares, una vieja deuda próxima a saldarse /

Elecciones estudiantiles / Avances de investigación / Libros de docentes

DOSSIER

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Crisis energética

Fin de la era del petróleo barato y el dilema de los biocombustibles 6

TEMA ÚNICO

Sistema científico y producción de conocimiento

De contradicciones y ambigüedades 10

Paradojas de la investigación 12

El trabajo científico 14

DOSSIER

¿Nace una nueva derecha? 19

Ensayo sobre derechas 20

¿Se está gestando una nueva derecha en Argentina? 24

La elección de Jefe de Gobierno 2007 27

¿Una nueva derecha o la derecha de nuevo? 30

Polifemo o los límites de la derecha nativa 32

Editorial 1

Institucional 2

Concursos de auxiliares,

una vieja deuda próxima a saldarse 3

Elecciones estudiantiles 4

Publicaciones recibidas 9

Libros de docentes 16

Entrevista a graduados periodistas 34

Tesis de doctorado: El genocidio como práctica social 38

Avances de investigación 42

sumariosumario

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AutoridadesDecanoFederico SchusterVicedecanoDamián LoretiSecretario AcadémicoJorge LuloSecretario de Gestión InstitucionalGustavo BullaSecretario de Cultura y Extensión UniversitariaJavier BráncoliSecretario de Hacienda y AdministraciónBruno OpromollaSecretario de Posgrado Pablo AlabarcesSecretario de Investigación Ricardo Sidicaro

Directores de CarrerasCiencia PolíticaJorge MayerCiencias de la ComunicaciónGuillermo MastriniRelaciones del TrabajoViviana VegaSociologíaLucas RubinichTrabajo SocialMaría Isabel Bertolotto

Directora del Instituto de Investigaciones Gino GermaniCarolina Mera

StaffEditor responsableGustavo BullaRedacción y coordinaciónMarcela Aszkenazi, Pablo Livszyc, Ramiro LehkuniecDiseño gráficoCristina Agostoni - [email protected]ónRicardo M. Rodríguez

Han colaborado en este númeroLeonor Arfuch, Nicolás Casullo, Alicia Entel, Aldo Isuani,Jorge Raúl Jorrat, Marta Panaia, Luis Alberto Quevedo yJosé Villarruel.

Agradecemos la colaboración y el asesoramiento deGuido Braslavsky, Daniel Feierstein, Julián Gorodischer yGabriel Michi.

Los artículos firmados expresan las opiniones de los autoresy no reflejan necesariamente la opinión de la Facultad deCiencias Sociales.

Contacto: [email protected] 1666-7301

VCR IMPRESORES S.A.Rivadavia 755 - PB [email protected]

EDITORIAL

Las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires arrojaron como resultado el contundente triunfo de

Mauricio Macri. ¿Se trata de un fenómeno circunstancial del peculiar electorado porteño? ¿Implica

el surgimiento de una nueva derecha que se proyecta al plano nacional? En base a estos interrogan-

tes convocamos a destacados profesores para organizar el dossier especial del número que presen-

tamos.

El Tema Único se refiere a un tema muy conversado en ámbitos privados por nuestra comunidad

pero poco discutido en el espacio público: el sistema científico y la producción de conocimiento.

Muchos de nosotros llenamos formularios, diseñamos proyectos de investigación, nos presentamos

a becas, nos categorizamos, ¿pero cuánto de esa inversión de energía redunda en la producción de

conocimiento relevante para nuestra sociedad? Tres profesoras de la casa abordan polémicamente

un debate necesario.

Las profecías sobre la extinción de las reservas petroleras en el mundo están cada vez más cerca de

concretarse, un artículo problematiza a los biocombustibles como alternativas sustentables.

Un tesista de doctorado nos relata su investigación en torno al genocidio como práctica social.

Mientras que la entrevista a nuestros graduados convocó a egresados de Comunicación que se de-

sempeñan como periodistas profesionales.

En las páginas institucionales damos cuenta de los resultados de las elecciones del claustro de estu-

diantes y pasamos revista al desarrollo de la política masiva de regularización de la planta de docen-

tes auxiliares de la Facultad. En su habitual página, el Decano reflexiona sobre aspectos de nuestra

cultura política a luz de hechos registrados con motivo de las mencionadas elecciones estudiantiles.

En la última semana de octubre, graduados y profesores estarán concluyendo el proceso de renova-

ción de autoridades en las Carreras y de la mitad del Consejo Directivo, deseamos fervientemente

que esos espacios vitales para nuestra institución se vean enriquecidos por los mejores proyectos.

Revista Ciencias Sociales 68 -UBA- octubre de 2007

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¿Qué es una universidad, qué es una facultad? Esta pregunta podrá parecer de respuesta obvia al lector o quizásugiere algún sesudo y profundo análisis que revele aspectos desconocidos de estas instituciones. Ni lo uno ni lootro. Lo que pretendemos someter a la reflexión en estas pocas líneas es la cultura política que se ha desarrollado ennuestras casas de estudio y que merece una atención especial. En las recientes elecciones estudiantiles para la reno-vación de los representantes en el Consejo Directivo y en las cinco carreras de nuestra facultad se vivieron momentosarduos y tensos. Tras una semana electoral de gran tranquilidad (pese a lo que se preveía y aun en comparación conaños anteriores), el escrutinio se vio impedido por un clima de presiones y amenazas del que participaron (de mododiverso) varias agrupaciones estudiantiles. Los que (luego se revelaría) ya sabían que perdían la elección hicierontodo lo posible para ensuciarla y denunciaron la existencia de hasta un 40% de voto en blanco involuntario paraConsejo Directivo, porque afirmaban que los votantes no se daban cuenta de incluir en el sobre la boleta correspon-diente junto con las correspondientes a las carreras. De ello se responsabilizaba al método de votación resuelto porla Junta Electoral. Digamos que cuando el escrutinio finalmente pudo realizarse (72 horas más tarde de lo previsto),con absoluta paz y tranquilidad, pudo verse que dicho voto en blanco alcanzaba un techo del 11,8%, que variaba porcarrera y que no era mayor, en cada caso, que el correspondiente a las juntas o direcciones de carrera. Es decir, setrató de un voto conciente y voluntario, cuyo sentido debe analizarse en el contexto de lo mismo que estamos aquíconsiderando. Quienes perdieron la elección (y se quedaron sin representación en el Consejo Directivo) hablaron (unavez más, como sucede en cada elección) de fraude, manipulación y cuanto sustantivo similar pueda imaginarse. Noobstante, cuando días después hubo que convalidar los resultados electorales en el Consejo Directivo y proclamar alos nuevos representantes estudiantiles, el actual consejero de la misma lista votó a favor sin objeción alguna. Laspalabras parecen resultar indiferentes y las más graves se usan ante el mínimo desacuerdo o como simple estrategiapolítica circunstancial. Si las expresiones más duras y extremas se usan con tal liviandad y en cualquier caso, ¿quéqueda para el día en que sean realmente necesarias? Es obvio que habrán perdido su valor y no podrá referirse larealidad a la que se pretenda definir.

Lo preocupante, sin embargo, y por eso la reflexión de estas líneas, es que tales actitudes no parecen ser patrimonioexclusivo de un grupo. Hablamos del intento de quienes perdieron la elección por disimular (de un modo harto exce-sivo) su derrota. Pero no menos notable es que quienes ganaron la elección (al menos el sector mayoritario de lalista ganadora) no fueron un ejemplo a seguir. Consideraron que si no respondían en los mismos términos no podríangarantizar su triunfo. Así, presionaron, "matonearon", impidieron la apertura de la Facultad el lunes (contra lo que elDecano había resuelto); en síntesis, poco colaboraron para el rápido y mejor desenlace de los acontecimientos. Lo dicho hasta aquí no engloba a todas las fuerzas políticas estudiantiles, ni mucho menos a todos los militantes. Peroel hecho de que alcance a las dos primeras fuerzas electorales resulta suficiente para llamar a la reflexión a toda lacomunidad universitaria. Sabemos lo ocurrido el año pasado en la UBA, también que estamos viviendo en nuestra uni-versidad una crisis institucional, a la que se suman los efectos de la crisis nacional de 2001. Pero ello no significa queno podamos reflexionar sobre nuestra cultura política, poner en cuestión lo que hacemos y plantear caminos para salirde las condiciones en que estamos. Una universidad es un ámbito intelectual, en ella el debate serio y reflexivo debeprimar por sobre el agravio y el insulto. Debemos pensar por qué se da la actual fragmentación de la representaciónestudiantil. Cómo puede ser que una lista con el 21% de los votos se lleve toda la representación. Por qué el votoestudiantil busca las más extrañas combinaciones en un mismo sobre. El movimiento estudiantil ha sido históricamen-te clave en la vida universitaria. En él residen fuertes expectativas de una visión dinámica y transformadora. Pero elloserá posible si los dirigentes estudiantiles se miran menos entre ellos y más a quienes quieren y deben representar. Elmovimiento estudiantil requiere de una auténtica mirada universitaria, un proyecto político y aun vinculado con expre-siones partidarias nacionales (si fuere el caso); pero no debe olvidar que se espera de él una actitud universitaria y unproyecto intelectual para nuestras instituciones. Caso contrario, el daño de la ausencia de un actor estudiantil serio yresponsable lo paga el conjunto de la Universidad. La crítica razonable y legítima a la crisis de representación en losdemás claustros (profesores y graduados) no puede impedir la consideración de la propia situación entre los estudian-tes. La Facultad de Ciencias Sociales tiene hoy condiciones institucionales y culturales para un debate en serio sobrela política universitaria. Entre todos debemos hacer lo posible por concretarlo.

Institucional

La cultura política en la Universidad

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Federico SchusterDecano

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//

Concursos de auxiliares, una vieja deuda próxima a saldarseLa gestión iniciada en 2002 tuvo entre sus principales objetivos laregularización del plantel de auxiliares docentes de toda laFacultad de Ciencias Sociales. Si bien para el EstatutoUniversitario la situación de interinato constituye una excepción,el devenir histórico fue haciendo que se convirtiera casi en lanorma, en particular para los docentes auxiliares. En consecuen-cia, a instancias de los docentes auxiliares de la Carrera deCiencias de la Comunicación se planteó el objetivo claro de iniciarun proceso de concursos que permitiera la regularización de laplanta docente a los fines de que los auxiliares pudieran demos-trar su idoneidad y resguardar su estabilidad laboral.En tal sentido, se iniciaría un largo período de debate sobre lascondiciones en las cuales los docentes se enfrentaban, en la casitotalidad de los casos, por primera vez en quince años a una ins-tancia de evaluación de antecedentes y clase de oposición. Paraello, resultó imprescindible rediscutir la reglamentación vigente.En esa dirección, se consultó a las Carreras, se realizaronInterjuntas para relevar las opiniones de los distintos claustros yse debatió hasta el cansancio en el Consejo Directivo para final-mente en el año 2003 llegar a una nueva reglamentación que, sinperder las instancias evaluatorias, contemplara, durante el perío-do de normalización, la situación excepcional de cientos de docen-tes con una labor de muchos años frente a los cursos, elaboran-do materiales didácticos, sosteniendo las cátedras, las carreras,en definitiva la Facultad misma en condiciones laborales preca-rias.A pesar del desacuerdo de unos pocos, la determinación fue firmey el camino ya estaba iniciado. Lo que siguió no fue fácil.Materializar los llamados masivos con interminables inscripcio-nes, la búsqueda de jurados y finalmente las sustanciaciones for-maron y forman parte de una ardua labor que requirió de la parti-cipación de las carreras, de nuestros profesores como jurados yde jurados externos, de la colaboración de las diversas áreas de laFacultad que aseguraron viáticos, pasajes y alojamientos para losjurados y de las múltiples tareas realizadas desde la Subsecretaríade Planificación Académica para asegurar el normal desarrollo delos concursos. Sin embargo, y pesar de las dificultades, los resultados empiezana hacerse visibles. Hoy podemos decir que tenemos 782 cargosllamados sobre un total de 1.252, de los cuales ya se sustancia-ron 453, donde el 93% regularizó sus cargos, mientras que el 7%restante quedó desierto por ausencias o por no haber merituado.A esto se suma que recientemente el Consejo Directivo aprobó unnuevo llamado de otros 135 cargos de las cinco carreras a serpublicado próximamente. Con este último llamado las carreras deCiencia Política, Trabajo Social, Sociología y Ciencias de laComunicación terminan de llamar sus materias obligatorias, res-tando sólo los cargos que hayan quedado desiertos.Esperamos el año entrante estar culminando la etapa de llamadosdando cierre al proceso de normalización. Luego quedará por

delante finalizar las sustanciaciones restantes. Sin dudas un largocamino que, no sin dificultades, habrá dado sus frutos y permiti-rá que la Facultad de Ciencias Sociales pueda decir entonces quesus docentes concursados son la regla y no la excepción.

Diego de CharrasSubsecretario de Planificación Académica

Cantidad de cargos sustanciados por Carrera

Cantidad de materias sustanciadas por Carrera

Revista Ciencias Sociales 68 -UBA- octubre de 2007

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Entre el 24 y 28 de septiembre se desarrollaron las elecciones del claustro de estudiantes para renovar la representación en el Consejo Di-rectivo, las Juntas de Carreras y el tercio de la consulta directa sobre los candidatos a Directores de Carreras.Votaron unos 17.500 estudiantes de la Facultad -incluyendo 1.300 del CBC- en un clima de total orden y normalidad. No obstante, la especulación política de algunos sectores estudiantiles y las declaraciones altisonantes publicadas -irresponsablemente- poralgunos medios de comunicación tendieron un manto de duda sobre el resultado de los comicios porque supuestamente se habría regis-trado un altísimo porcentaje de voto en blanco, "entre el 30 y el 40%" se llegó a vociferar con la misma certidumbre con que se atribuía talfenómeno a "defectos de la ingeniería electoral". Este clima de tensión generado desde el primer día de votación -el martes 25 Página/12 yase hizo eco de la gran cantidad de votos en blanco- redundó en la necesidad de postergar el escrutinio previsto para el sábado 29 de sep-tiembre hasta que las condiciones fueran las apropiadas para garantizar su normalidad. Esto recién ocurrió el martes 2 de octubre, cuandola apertura de las urnas rápidamente desmintió a los pronósticos de ola de votos en blanco por la "confusión" de los estudiantes a la horade votar -recuérdese que nos estamos refiriendo a estudiantes de la Universidad de Buenos Aires-, al comprobarse que el voto en blancoapenas superó el 11%, un guarismo relativamente alto, pero seguramente más vinculado a un fenómeno político que a la modalidad de lavotación. Por otro lado, se lo puede considerar muy bajo si se lo compara con el altísimo nivel de abstencionismo en las elecciones de losCentros de Estudiantes.A continuación los resultados registrados:

CLAUSTRO DE ESTUDIANTES (incluye votos del CBC)RENOVACIÓN CONSEJO DIRECTIVO - ELECCIONES 2007

RENOVACIÓN JUNTAS DE CARRERA – ELECCIONES 2007

Institucional

Consejo Directivo, Juntas de Carreras y candidatos a Directores

Resultados de las elecciones estudiantiles

4

CONSEJO DIRECTIVO

3- Franja Morada - Revolución Democrática8- Alternativa Académica11- Jóvenes por la Igualdad - ARI14- Prisma15- Sociales va de Frente, Dale!16- La Vallese - Movimiento de Renovación Estudiantil17- Oktubre18- Contrahegemonía en corriente J. A. Mella22- Estudiantes Humanistas68- El Viejo Topo73- Juntos por Sociales1875- Acción Universitaria del Partido SocialdemócrataVotos en blancoVotos válidos

Total

272642618

1479202436242778407649

1686845167

203817229

%

1,58%3,73%3,59%8,58%

11,75%21,03%16,12%2,36%3,77%9,79%4,90%0,97%

11,83%100%

Consej.

4

CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

3- Franja Morada - Revolución Democrática8- Alternativa Académica14- Prisma- La izquierda independiente15- Sociales va de Frente, Dale!16- La Vallese - Movimiento de Renovación Estudiantil17- Oktubre18- Contrahegemonía en corriente J. A. Mella68- Fuera de Discurso- El Viejo Topo73- Juntos por SocialesVotos en blancoVotos válidos

Total

94114731

171711101844

89314196570

6779

%

1,39%1,68%

10,78%25,33%16,37%27,20%

1,31%4,63%2,89%8,41%100%

Consej.

11 3

CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓNCandidatos a Director

A- Prof. Carlos MangoneB- Prof. María Araceli SotoC- Prof. Carlos SavranskyD- Prof. Alejandro KaufmanVotos en blancoVotos válidos

Total

225811191850936789

6952

%

32,48%16,10%26,61%13,46%11,35%

100%

La lista Nº 16 "La Vallese - Movimiento de Renovación Estudiantil"se alzó con los cuatro lugares en el Consejo Directivo porque la se-gunda fuerza no alcanzó al piso del 20% para poder acceder a la re-presentación de la minoría.

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Revista Ciencias Sociales 68 -UBA- octubre de 2007

5

16- La Vallese - Movimiento de Renovación Estudiantil17- Oktubre18- Contrahegemonía en corriente J. A. Mella68- Viejo Topo - Policrítica73- Juntos por Sociales1875- Acción Universitaria del Partido SocialdemócrataVotos en blancoVotos válidos

44130614715821827

2232631

16,76%11,63%5,59%6,01%8,29%1,03%8,48%100%

4 Votos en blancoVotos válidos

3282718

12,07%100%

SOCIOLOGÍA

14- Prisma- La izquierda independiente15- Sociales va de Frente, Dale!16- La Vallese - Movimiento de Renovación Estudiantil17- Oktubre18- Contrahegemonía en corriente J. A. Mella68- Sociólogos para qué- El Viejo Topo73- Juntos por SocialesVotos en blancoVotos válidos

Total

20068228078675

31687

2752701

%

7,40%25,25%10,37%29,10%

2,78%11,70%3,22%

10,18%100%

Consej.

1

4

SOCIOLOGÍACandidatos a Director

A- Prof. Lucas RubinichB- Prof. Daniel FeiersteinC- Prof. Christian Castillo Votos en blancoVotos válidos

Total

852481

1035393

2761

%

30,86%17,42%37,49%14,23%

100%

RELACIONES DEL TRABAJO

8- Alternativa Académica15- Sociales va de Frente, Dale!16- La Vallese - Movimiento de Renovación Estudiantil17- Oktubre73- Juntos por SocialesVotos en blancoVotos válidos

Total

185219

1509517248407

3085

%

6,00%7,10%

48,91%16,76%

8,04%13,19%

100%

Consej.

41

RELACIONES DEL TRABAJOCandidatos a Director

A- Prof. Viviana VegaVotos en blancoVotos válidos

Total

156515793144

%

49,78%50,22%

100%

TRABAJO SOCIAL

14- Prisma- La izquierda independiente15- Sociales va de Frente, Dale!16- La Vallese - Movimiento de Renovación Estudiantil17- Oktubre68- Germinal- El Viejo Topo73- Juntos por SocialesVotos en blancoVotos válidos

Total

6761

5723484627777

1664

%

4,03%3,67%

34,38%20,91%27,76%

4,63%4,63%100%

Consej.

3 11

TRABAJO SOCIALCandidatos a Director

A- Prof. María Isabel BertolottoVotos en blancoVotos válidos

Total

60210641666

%

36,13%63,87%

100%

Entre el 23 y 26 de octubre se desarrollarán las elecciones del claustro de graduados para elegir consejeros directivos, y de graduados y profesores para com-pletar las Juntas de Carreras y los dos tercios restantes de la consulta directa sobre los candidatos a Directores de Carreras. Los directores de Carreras surgen del promedio de porcentajes obtenidos en los tres claustros que están representados en las Juntas de Carreras: estudian-tes, graduados y auxiliares docentes, y profesores.

Días, horarios y lugares de votaciónGraduados: martes 23 al viernes 26 de octubre de 10 a 20 hs.Profesores: miércoles 24 al viernes 26 de octubre de 10 a 19 hs.Ciencias de la Comunicación y Ciencia Política en Ramos Mejía 841, Sociología y Relaciones del Trabajo en Marcelo T. de Alvear 2230, Trabajo Social en Santiago del Estero 1029

CIENCIA POLÍTICA

3- Franja Morada - Revolución Democrática8- Alternativa Académica13- Agrupación Consenso14- Prisma- La izquierda independiente15- Sociales va de Frente, Dale!

Total

5143682

299243

%

1,94%16,57%3,12%

11,36%9,24%

Consej.

1

CIENCIA POLÍTICACandidatos a Director

A- Prof. Jorge MayerB- Prof. Sebastián BarbosaC- Prof. Mabel Thwaites ReyJ- Prof. José Ernesto Castillo

Total

477434

1150329

%

17,55%15,97%42,31%12,10%

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Estamos en un mundo turbulento y en transición. Porque al mismo tiempo que experimen-tamos la crisis energética nacional se tiene como trasfondo global el fin de una etapa delcombustible fósil barato y de crecimiento de la demanda energética mundial tanto prove-niente de los países desarrollados como en desarrollo. Por todo esto, hablar de la "brechaenergética" empieza a ponerse de moda en el mundo, equiparándola inclusive a la más di-fundida "brecha tecnológica".La base de la oferta energética, tanto para la producción de electricidad como para elabastecimiento de los vehículos, es el petróleo y el gas. El horizonte de su agotamiento espermanente motivo de conjeturas y de pronósticos diversos pero lo concreto e indudable,no obstante, es que este recurso se ha de agotar en algún momento (se calcula unos 40años). De allí el aumento creciente de los precios del petróleo y la importancia estratégi-ca para una economía en alto crecimiento. Como señala Aldo Ferrer: "La energía es el sos-tén del desarrollo y su dominio es un requisito del ejercicio efectivo de la soberanía, es de-cir, de la capacidad de un país de decidir su destino dentro del mundo globalizado." [1].En este nuevo contexto, en el último año emergen energías no convencionales como los bio-combustibles, dado que estos constituyen el basamento de una estrategia internacionalque servirá tanto para reemplazar la escasez de combustibles fósiles como para exportar,generando un creciente reemplazo de alimentos por combustibles. Esta opción por los bio-combustibles fue promocionada fuertemente por el presidente Bush en una reciente girapor América Latina. No obstante, tendría distintas posiciones sobre su significación.

a) La promesa de grandes negocios Este enfoque ubica al biocombustible como respuesta de reemplazo y muy conveniente pa-ra los países de la región en una orientación exportadora. Los que fomentan esta perspec-tiva son sectores que constituyen un sólido bloque social agroindustrial, conformado porlos pooles de siembras, las multinacionales que nos quieren como exportadores sólo de ali-mentos y energía, empresas petroleras y de enclaves extractivos sumamente competitivose integrados desde la producción, el transporte, la exportación y la producción de biocom-bustibles [2]. También otros países de la región han adherido cálidamente a esta perspec-tiva [3].Esta posición es asumida por la cadena agroindustrial (CAI) que considera que habría queconseguir que no se intervenga, para dejar actuar solamente a los pocos productores delárea que concentran y no redistribuyen la riqueza apuntando a un modelo productivo ex-portador generador de divisas. Así, se busca hegemonizar la opinión pública con la posiciónde la CAI, de universalizar sus intereses como válidos para el conjunto de la población.

b) La del rechazo socio-ambiental Esta posición refleja la crítica por el probable aumento en el precio de los alimentos queesto supondrá y la pérdida de seguridad alimentaria. Asimismo, señala las consecuenciasnegativas de la deforestación indiscriminada de bosques nativos, la contaminación produ-cida por el uso de agroquímicos, la erosión de suelos que traería aparejada la producciónmasiva de biocombustibles a base de soja y maíz. Con ello, se busca evitar el aumento delprecio de los alimentos básicos como el maíz y frenar la extensión ilimitada de la frontera

cultivable en deterioro de un equilibriopoblacional y ambiental. Por último, es-ta posición también critica que se pro-duzca energía para abastecer a los paí-ses desarrollados; se opone a la estrate-gia de alentar la producción de biocom-bustibles, pero sin señalar explícitamen-te cómo hacer para parar la ola de nego-cios, legislación y comunicación en favorde esa dirección.

c) En favor de una matriz energética di-versificada (MED)En esta última se señala, ni una adhesiónni rechazo total, sino la necesidad deuna apuesta a una matriz energética di-versificada (MED). El país tiene la posi-bilidad de contar con una fuente diversi-ficada de recursos energéticos. Para ellose tendría que: l) Aumentar la inversión pública y priva-da en hidrocarburos y energías clásicas.Esto tiene que ver con las acciones queya se están realizando a favor de elevarcotas de represas como Yaciretá, gene-rar nuevas represas (Corpus), y la cons-trucción de centrales eléctricas, más elGasoducto del Nordeste Argentino yobras de ampliación de la capacidad detransporte de los ductos troncales pro-venientes de Bolivia, lo que se sumaría alas plantas para procesar en la Argentinagas licuado venezolano a partir de 2009[4]. En lo nuclear, terminar con Atucha 2y generar esta energía debido a su grancapacidad de generación eléctrica. Di-versos estudios afirman que retomandolas inversiones en infraestructura en elcampo nuclear la energía producida per-mitiría ahorrar cientos de pozos de pe-tróleo anual [5]. Considerar a los biocombustibles comoun segmento de una matriz más amplia,

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Fin de la era del petróleo barato y el dilema de los biocombustiblespor Daniel García Delgado*

CRISIS ENERGÉTICA

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donde no debería hablarse tanto de reemplazar sino complementar, de utilizar algo decombustible originado en el agro para cortar los combustibles fósiles [6]. Considerandoque se podría posibilitar la producción del biodiesel a través de la soja, pero que no seríatan conveniente la de bioetanol a través del maíz, ya que, en vez de dar alimentos a perso-nas y a animales se destina a la producción de alcohol, lo que conlleva el aumento doblede su precio y rendimiento. Así, por ejemplo, el Proyecto Soros, de Venado Tuerto, es el úni-co en la producción de bioetanol para exportar a Estados Unidos.ll) Desarrollar nuevas fuentes de energías alternativas: se trata de mejorar la oferta ener-gética mediante la inversión en energías alternativas como, por ejemplo, la energía eólica,la solar, la biomasa, etcétera. Todas energías disponibles y renovables, energías limpiassin contaminación ambiental, que además de contribuir a diversificar la oferta energética,permitan el desarrollo de tecnologías con alto valor agregado y la innovación científica. La existencia de institutos como el INTI y el INTA, de una Empresa Nacional de Energía (En-arsa) cuyas presencias pueden ser decisivas en el país y en otros países de la región, cons-tituyen en esta estrategia un instrumento indispensable para la concepción de una puestaen marcha de una estrategia eficaz del desarrollo de los recursos energéticos [7].Lo que habría que evitar es que una opción tecnológica productiva tan decidida por los bio-combustibles [8] termine desplazando la inversión en energías clásicas y ductos de inte-gración regional. Se debe impulsar una mayor regulación de las petroleras y transportado-ras, el desarrollo tecnológico de otras fuentes alternativas más limpias -como la energíaeólica, la solar, el hidrógeno, capaces de dar lugar a desarrollos tecnológicos con mayorvalor agregado- e impulsar el debate sobre la inversión privada y pública, sobre la rentapetrolera. lll) Redireccionar y regular la acumulación de la CAI y los biocombustibles hacia el de-sarrollo territorial: Por un lado el auge de los biocombustibles abre oportunidades de ne-gocios para el país, pero sus beneficios no quedan mayormente en los territorios que pro-ducen esa riqueza [9]. La apuesta a una MED consiste en reorientar este proceso en función de un modelo produc-tivista, distributivo, inclusivo con sustentabilidad ambiental, y para ello, es necesario enparte reorientar la renta agraria y de los biocombustibles hacia el desarrollo territorial conmayor valor agregado. No se trata de prohibir la producción de biocombustibles, sino deexplorar nuevas fuentes alternativas que no compitan con los alimentos ni afecten al me-dio ambiente [10] y favorezcan el desarrollo regional, de establecer políticas y generarinstrumentos (bancos regionales, líneas de crédito, incentivos al sector productivo) quepermitan generar encadenamientos locales que retengan parte de la renta que genera elbiocombustible.lV) Apuntar a una mayor regulación y políticas activas sobre el sector energético: Para unaopción como la MED se requiere de una mayor presencia del Estado y una mejor calidad desu gestión de coordinación entre la macroeconomía y el Sistema Nacional de Innovación (demayor coherencia en sus objetivos). Asimismo, resolver el problema del financiamiento pa-ra el desarrollo de mediano plazo: la creación de un Banco de Desarrollo, que tenga unaorientación de financiamiento de largo plazo, de promoción pymes y de desarrollo territo-rial; una reforma impositiva progresiva que grave la concentración, la especulación y la ren-

ta financiera, y fomente la reinversión enel lugar de origen; retenciones diferen-ciales por regiones; una mejor regulaciónde los recursos naturales, formulación dela Ley de tierras poniendo retenciones di-ferenciales, para evitar erosión; replan-teo de la Ley de minería; generar culturaambiental en la población; hacer campa-ñas de uso racional, etcétera.También sería conveniente hacer efecti-vas de alguna manera las leyes actualesque tratan el tema energía, como la LeyNacional de Hidrocarburos 17.319, queseñala que el incumplimiento es causalde caducidad del contrato y razón sufi-ciente para quitar las concesiones aaquellas empresas que no han cumplidocon lo convenido, ni realizado inversio-nes. Dada la actual problemática ener-gética y la necesidad compulsiva de rea-lizar rápidas inversiones en el sector, larenta petrolera podría ser la pieza clavepara la construcción masiva de infraes-tructuras, de usinas eléctricas, en lospróximos años. Esto daría aún más valoragregado al país, sumándolo al que yatiene en sus proyectos de diversificaciónde la matriz energética.En suma, se trata de una posición distin-

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GRUPO ESCOMBROS - SUTURA

1989 - Cicatriz de 30 m. de largo en la tierra "cosida" con soga de barco

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ta -la de la MED- de la de aquella de "todo al mercado" de la CAI y la promesa de grandesnegocios asociados al biocombustible, así como de aquellas posiciones alarmistas sobre lasituación energética. Por ello, y como señalan varios autores, el desarrollo del sector de-bería concebirse, tal cual sucede en todos los países exitosos -y particularmente en la ac-tualidad en las economías emergentes de Asia- con un programa integrado tecnológico-industrial-energético. En síntesis, el fin de la era de los combustibles fósiles y la salida del dilema que presentanlos biocombustibles nos dejan tres conclusiones. Primero, que la problemática energéticano es una cuestión sólo sectorial, sino que en las actuales circunstancias se transforma enpieza central de una estrategia de desarrollo inclusivo y sustentable y de modelo de paísde mediano plazo que se quiere. Segundo, que la posición fuerte a favor de los biocombus-tibles y de la CAI lleva a una modelística de país de referencia tipo Nueva Zelanda y Aus-tralia, más neoinstitucional y con menos empleo y activismo público. Mientras que una es-trategia a favor de una matriz energética diversificada, apunta más a la modelística pro-ductivista, con modelos de referencia de países asiáticos de alto crecimiento, con apues-ta tecnológica más fuerte, inclusión social y un papel activo del Estado, también orienta-do al uso racional y sustentable del medio ambiente. Tercero, y por último, la crisis ener-gética nacional y la nueva etapa de transición que encara el mundo debería servirnos nopara achicar el sistema y frenar la expansión económica actual, ajustándolo a la actualoferta y liberalizando las tarifas, sino a la inversa, como estímulo para seguir tanto con elcrecimiento alto, para diversificar la matriz energética, como para generar un ambiciosoprograma energético-industrial-tecnológico de mediano plazo.

* Profesor de Teoría Política Contemporánea en la Carrera de Ciencia Política

[1] Aldo, Ferrer. "Energía, desarrollo, soberanía. La participación del Estado en un área clave", BAE,2 de agosto de 2007.[2] Ver Foro de empresarios sobre los biocombustibles, La Nación, 27 de junio de 2007.[3] Los acuerdos de Bush y Lula han provocado una discusión inusitada sobre los biocombustibles.Fidel Castro ha criticado el uso del etanol y del biodiesel. Para él, el etanol, sobre todo el obtenido apartir del maíz beneficia el consumo de los ricos y saca alimentos a los pobres. Lula explicitó que es-ta apuesta energética ocupa lugar central, sin embargo Brasil es un país autosuficiente en petróleoque obtiene más del 60% de su energía eléctrica de fuentes hídricas, que muy pronto será autosufi-ciente en materia de gas, y que, además, tiene programas avanzados en los dominios solar, eólico ynuclear. [4] El 19 de julio de 2007, el Gobierno Nacional anunció la construcción de cinco centrales eléctricas.El ministro de Planificación, Julio De Vido, afirmó que la adquisición de éstas implica un fuerte pro-tagonismo del Estado nacional en materia de inversiones en energía y que a partir de 2010 el Gobier-no tendrá un 54% del control de la energía (www.miplan.gov.ar). [5] Eduardo, Anguita y Alberto, Minujin. El futuro, pág. 59.[6] Ver Enrique Martínez, "ENERGÍA + MEDIO AMBIENTE + ALIMENTOS. Un humilde llamado de aten-ción", Boletín electrónico, INTI, enero de 2007 (www.inti.gov.ar). [7] Por ejemplo, la posibilidad que PDVSA de Venezuela junto con Enarsa realicen inversión en unaplanta de gas natural licuado (GNL) que permitirá sortear el impasse en que cayó el gasoducto sud-americano. [8] Ver Ley 26.093 de Biocombustibles. Régimen de Regulación y Promoción para la Producción y UsoSustentables de Biocombustibles. Sancionada el 19 de abril de 2006 y Promulgada de hecho el 12 demayo de 2006.[9] Los pooles de siembra sólo contratan servicios de transporte y compran pocos insumos a nivel lo-

cal. El resto de la cadena es extra-local y elbiodiesel se elabora mayormente en los com-plejos industriales cercanos a los puertos deultramar. No se agrega valor local y es una ri-queza que se exporta y beneficia a otros paí-ses. Y la renta de los biocombustibles se di-recciona hacia las inversiones inmobiliariasen los grandes centros urbanos o hacia espe-culaciones financieras pero no vuelve mayor-mente al sector productivo.[10] Por ejemplo, existen experiencias debiocombustible a base de colza, rosa mos-queta y residuos forestales, entre otros. ElINTA está evaluando el rendimiento de deter-minadas especies, aptas a climas áridos queno competirían con los alimentos ni afectarí-an el medio ambiente. Chubut desarrolló unatecnología que permite producir biocombus-tible a base de algas marinas.

Bibliografía- Eduardo Anguita y Alberto Minujin (2005): Elfuturo. El mundo que nos espera a los argen-tinos, Buenos Aires, Editorial Edhasa.- D. García Delgado y L. Nosetto (comp.)(2006): El desarrollo en un contexto posneoli-beral. Hacia una sociedad para todos, BuenosAires, CICCUS.- Ley 26.093 Régimen de Regulación y Promo-ción para la Producción y Uso Sustentable deBiocombustibles.- Enrique Martínez: "ENERGÍA + MEDIO AM-BIENTE + ALIMENTOS. Un humilde llamado deatención", Boletín electrónico, INTI, enero de2007 (www.inti.gov.ar).- Ministerio de Economía y Producción. Pers-pectivas de los biocombustibles en la Argen-tina y en el Brasil. Buenos Aires. Secretaria deAgricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, II-CA, Argentina, 2006.- Romano, S.D, González Suárez, E. y Laborde,M. A. Combustibles Alternativos. Buenos Ai-res, Ediciones Cooperativas, 2005. - S. D. Romano (2005): "Uso de bioetanol pa-ra la producción de Biodiesel". Jornadas Ibe-roamericanas de asimilación de tecnologíaspara la producción de bioetanol y el uso desus residuales, versión CD, Buenos Aires.

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CRISIS ENERGÉTICA

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Temaúnico

De contradicciones y ambigüedadespor Leonor Arfuch*

En un cierto sentido, el sistema científico argentino podría caracterizarse a partir de la contradicción misma que contiene, quizáinadvertidamente, la propuesta que convoca a la colaboración en este número temático: una creciente dedicación a la investiga-ción y una muy escasa provisión de recursos. Una situación de larga data que, sin embargo, no ha impedido que los científicos ysus resultados se hayan destacado, a lo largo de los años, tanto a nivel nacional como internacional y que, a juzgar por las publi-caciones, los premios, menciones y reconocimientos, la Argentina sea uno de los países con mayor producción en América Latina.El hecho de que, en sintonía con lo que sucede en el mundo globalizado, nuestro país tenga que avenirse a los estándares interna-cionales en cuanto a esa producción, signados por requisitos respecto de la acreditación de proyectos, tiempos de ejecución, ob-tención de resultados y publicación de los mismos, ha generado sin duda situaciones forzadas: el tener que dedicarse a la inves-tigación no por vocación sino por imposición –tanto curricular como remunerativa–, el encuadre formal de lo que quizá transcu-rría como una reflexión acorde con la práctica académica e intelectual pero por fuera del marco de un "proyecto acreditado", laimprovisación en cuanto a la constitución de equipos que quizá no tienen realmente ese carácter, la necesidad –y la dificultad–de estar incluido en alguno de ellos, etcétera.Tal situación, lejos de poder caracterizarse lisa y llanamente como "negativa" ofrece por el contrario aristas ambiguas: por un la-do, lo señalado más arriba, es decir, una cierta adecuación a una imposición y no una elección voluntaria, por el otro, la posibili-dad concreta de despertar y acrecentar la vocación investigativa, sobre todo en los jóvenes –importantísima, a mi juicio, para to-da dedicación docente– en marcos de contención apropiados, con becas para ello y con resultados reconocidos. La ampliación ennúmero y la profundidad del trabajo de muchos grupos en nuestro Instituto Gino Germani y en la Facultad dan prueba de ello.Esta articulación entre docencia e investigación, que no se requiere en otros países de América Latina, es quizá una de las clavesque hacen a la supervivencia –más allá de todas nuestras vicisitudes económicas y conflictos institucionales– de nuestras univer-sidades públicas –y de la UBA en particular– como centros de referencia y de excelencia en el contexto internacional. De ello danfe –entre otras cosas– la cantidad de estudiantes de países latinoamericanos –y de más allá– que pueblan actualmente nuestrascarreras de grado y posgrado.Con respecto a los posgrados, que según algunas opiniones aparecen como un mero requerimiento del "mercado", ¿por qué no ver-los también como un incentivo al desarrollo personal de nuestros graduados, como una incitación a no contentarse con el gradoalcanzado, a seguir indagando sobre los caminos –y destinos– posibles de una especialización? Y aquí por cierto hay una realidaddel mundo globalizado, que exige cada vez mayor capacitación, pero tampoco esto supone necesariamente la "fabricación" dementes dóciles y astucias competitivas –como sí exaltan ciertos bien conocidos programas televisivos– sino más bien –y hasta po-dría decirse, por el contrario– una mayor autonomía de los sujetos y una mayor posibilidad de elección dentro de ese "mercado"laboral en el que tendrán de todos modos que insertarse.

Sistema científico y producción de conocimiento

El sistema científico argentino tiene una presencia creciente en la Universidad pública, sobre todo através de la distribución de escasos subsidios, incentivos y de una engorrosa maquinaria administrativa. Confección permanente de informes de investigación, becas con topes de edad cada vez más bajos,boom de las acreditaciones posgraduales, publicación compulsiva para justificar subsidios, son sóloalgunos de los epifenómenos. ¿Cómo inciden estas transformaciones en la práctica de producción deconocimientos? ¿Qué sucede con la devolución de la producción de conocimientos a la sociedad? ¿Sepuede decir que se registra un avance significativo en estos niveles?

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Por cierto, esta dinámica de institucionalización, evaluación y acreditación desplegada en los últimos años desde normativas y re-gulaciones internacionales despierta no pocas suspicacias y es susceptible de muchas críticas. Pero allí está justamente la cues-tión: en la agudeza de la crítica sustentada, que apunte a las modalidades de su puesta en práctica, que postule una adecuacióna formas y estilos propios de cada contexto, y no una condenación "in toto" que nos dejaría por fuera de toda apreciación compa-rativa, en el reino de la improvisación o de prácticas, por el contrario, elitistas, donde sólo algunos pocos alcanzarían el estatutode la "cientificidad". En esta postura crítica cabría cuestionar el "cuantitativismo", que lleva a acumular certificados no siempre relevantes, la equipa-ración evaluativa que toma como parámetro a las ciencias "duras", dejando el pensamiento, la imaginación teórica y la honduraintelectual del lado de meras especulaciones difícilmente estimables –donde, por ejemplo, un libro de 300 páginas publicado poruna editorial especializada de primera línea puede no ser equivalente a un artículo de tres en una revista del famoso "Index"– ypor cierto –y éste es quizá el primero de los señalamientos– la relación áurea podemos decir, tomando en préstamo un conceptocaro a la arquitectura, entre los recursos asignados y los requerimientos que de ellos derivan. La mayoría de las veces los recursoscon los que contamos para la investigación –y la docencia, la actualización y la formación de posgrado– son de todo punto de vis-ta insuficientes y desproporcionados en relación con los resultados esperados, lo cual hace pensar en una especie de lógica cíni-ca, alentadora del "como si…". Al respecto, una reciente noticia sobre la asignación de recursos del Estado para la investigaciónen universidades privadas no parece demasiado estimulante para nuestra Universidad pública.Sin embargo, ello no nos exime de pretender alcanzar, en cada una de las áreas de nuestra actividad, el mejor nivel posible de ex-celencia y de compromiso. En la docencia, la investigación, la formación de grado y de posgrado, la participación en eventos, latransferencia de resultados a la sociedad y por ende, su publicación. La evaluación justa –en la inasible acepción de la "justicia"–no sólo de las altas instancias de acreditación sino también de nuestros alumnos, colegas, pares, es indisociable de nuestra prác-tica. Ella señala aciertos y desaciertos, permite ajustes, correcciones de rumbo, aperturas a nuevas concepciones y mayor sinto-nía con los cambios de la sociedad. Más allá de las críticas que puedan –y deban– realizarse, muchas veces la resistencia a la eva-luación encubre una "resistencia a la teoría", como diría el crítico Paul de Man, o una cómoda inmovilidad disciplinaria, cuandono la conservación de algún lugar conquistado por prebendas y no por merecimientos. Y en cuanto a la evaluación institucional decarreras de grado y posgrado, si bien son aplicables los mismos principios críticos, no deja de ser también un resguardo democrá-tico, que asegure el umbral necesario de calidad e impida la proliferación de ofertas, muchas de ellas costosas e injustificadas.Hablar de calidad y excelencia en la universidad, sin desmedro de su rol de alentar el pensamiento cuestionador y crítico, no im-plica obligadamente adherirse a la política de "calidad total" que reina en las empresas del mercado. En este sentido nunca parece demasiado insistir sobre la necesidad de la formación permanente, de la inquietud por seguir inda-gando, estudiando, confrontando posiciones, debatiendo en el ámbito universitario y fuera de él, de hacer pública la voz frente aacontecimientos de importancia, de no perder de vista que nuestra tarea –la de la Universidad como institución– no es la de ate-sorar saberes endogámicos sino la de intervenir con ellos –es decir, con su respaldo– en los más variados escenarios. Una arduatarea, donde muy a menudo nuestros aportes a la investigación no obtienen ni la difusión ni el empleo productivo que de ellos po-dría hacerse, tanto en las políticas de Estado como en la amplia trama de instituciones de la sociedad. Quizá ése podría ser uno delos objetivos a alcanzar en una concepción más inclusiva de la práctica: que esa inversión no sólo económica sino también exis-tencial –tiempo, energía, trabajo intelectual, afectividad, perseverancia– sea un retorno –una respuesta– a los múltiples interro-gantes de nuestro conflictivo presente.

* Profesora de la materia "Política, nueva subjetividad y discurso. Problemas teóricos y debates contemporáneos" del Área Cultu-ra de Sociología y del seminario "Identidades narrativas. Historia, experiencia, contemporaneidad" en el Instituto Gino Germani.

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Temaúnico

Paradojas de la investigaciónpor Alicia Entel*

Coincidencias. Mientras pensaba las ideas contundentes para argumentar sobre el sistema científico y la producción de conoci-mientos, de pronto, con supuestamente otra parte de mis neuronas, tal vez un poco más automatizadas, terminé de completarel formulario de mi entrañable UBACyT, comencé el ITA1 (Informe Técnico de Avance) del PICT e intenté leer el documento que ba-jé por Internet de ABEST sobre los tópicos prioritarios a financiar por la UE (Unión Europea). Mareada de siglas, a su vez, observécon espanto que mi correo electrónico estaba pletórico de preguntas de mis atribulados becarios, había pedidos de respuesta ur-gente, también, el S.O.S. casi desesperado de algún enclave de investigación para que evalúe -para ayer– varios informes, y, porsupuesto, tesis, para leer, para evaluar, para contener. Por si esto fuera poco, como IR (¿investigadora responsable?) debí apro-bar la compulsa de precios para un equipamiento y solicité rápidamente, en cartita formal, a las autoridades un mobiliario im-prescindible para el hábitat del proyecto. Continué pensando, esta vez, en la relación entre ciencia, cultura y temporalidades,pero recordé que debía cumplir con mis obligaciones de docencia, atención al equipo de cátedra, jurado de concurso al que nohabía enviado los temas y hasta se me atravesó el recuerdo de que debía dar una charla de extensión en un sindicato de grancompromiso social. Excelente. ¿Y la meditación en torno al conocimiento? ¿Y el sueño de escribir sin la coacción de formatos? ¿Y lo que quería deciren relación con las perspectivas de investigación que defiendo en mi proyecto? Por supuesto que también vinieron a la mente. Sinideas y sueños no hay proyectos. Tampoco los hay sin un mínimo de pensamiento anticipatorio, aunque, como veremos, el mun-do científico haya sido ganado por la lógica de los observables. Y más aún, en verdad, ha sido ganado por el seguimiento a cie-gas de tópicos que los grandes centros internacionales de financiamiento y sus burocracias ponen de moda.

Es un trabajo

La tarea de investigar tiene sus reglas y normas propias y constituye un trabajo. En las universidades, luego de la creación delprograma de incentivos, gran parte del cuerpo docente entró en los sistemas de categorización; hizo, a veces, desesperados in-tentos por justificar la labor de investigación ya que implicaba un plus salarial. Todo este sistema ha tenido críticas fuertes, des-de el rechazo liso y llano hasta la demanda de que se cumpla correctamente con las cuotas de incentivos 1.Mirado este proceso desde cierta distancia, se puede decir que aumentó cuantitativamente la investigación en el ámbito univer-sitario. No estamos en condiciones de decir si también mejoró sustantivamente la calidad. De la mano de tales perspectivas y ca-tegorizaciones se pusieron en auge los posgrados. Primero fueron las maestrías y luego, los doctorados. O se es "doctor" muy jo-ven o, al parecer, la vida académica no tiene sentido. Es así como se ponen límites de edad absurdos a las becas doctorales sin"medir" –porque no se puede– el valor de la experiencia y la eficacia de la propia maduración cognitiva. Paradojal: mientras mu-chos estudios psicosociales dan cuenta de la extensión de la adolescencia y la juventud, las exigencias de tener doctoradoscuanto antes se tornan cada vez mayores. Como se suele decir, lo que en un tiempo constituía la culminación de la vida acadé-mica hoy es un rito de pasaje más para "pertenecer" y no ser excluidos de los sistemas de evaluación y promoción. Convengamos,con una mano en el corazón, que siendo evaluadores, leímos tesis de maestría y hasta de doctorado internacionales que, en otrostiempos, hubiesen constituido dignos trabajos finales de licenciatura. En este sentido, no se puede hablar de mejora en la pro-ducción de conocimientos sino de mayor segmentación del sistema.Por otra parte, eso sí, el trabajo intelectual requiere formación permanente, actualización, experimentación. Ideas y pensa-miento anticipatorio. Entiendo por tal la capacidad no innata sino aprendida y cultivada de prever y de hacer prospectiva con loselementos a disposición. Para quienes lo hemos elegido, el trabajo intelectual de investigar produce placer. A tal punto que lasrespuestas sociales a esa experiencia placentera consisten en hacer creer al investigador que, como le agrada lo que hace, notiene necesidad de cobrar por ello. Craso error en el que incurrimos con demasiada frecuencia. No me refiero al cumplimiento delas obligaciones que hacen a nuestra responsabilidad sino a la posibilidad de no sumar, al mencionado placer, la contracara delsacrificio, el voluntarismo o los dejos de lo que Theodor Adorno magistralmente evocara como "autoconservación", es decir, darde sí más de lo que el sistema (competitivo) pide, aunque luego nos honren con medallas, diplomas y premios.

¿Cómo es?

Gran parte de los centros de investigación son de elite, cerrados y bastante neuróticos. No es extraño ya que se debe cumplir conarduas condiciones de ingreso y permanencia. Todo ello inviste a la investigación de un halo de cierto misterio y secreto que se-duce, pero atenta contra lo democrático aunque los temas abordados sean de un fuerte compromiso social. Solemos conocer

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prácticas de secreto y enorme competencia junto a palabras de transformación social.En las universidades, al menos en las Humanidades, suele oponerse el trajín, circulación y bullicio de las aulas al silencio e in-trospección de los centros de investigación que suelen necesitar cierto aislamiento y comodidad para llevar a cabo sus tareas. Sinembargo, lo sabemos, no todo se realiza físicamente en dichos centros 2 (miro una vez más mi –por suerte– amplio escritorio lle-no de pilas de papeles, libros y carpetas, la computadora en permanente uso, espacio familiar y privado que aporto cotidiana-mente a la Universidad pública). Tampoco hay una apuesta fuerte a transmitir lo investigado. Existen convocatorias a congresos, encuentros, jornadas adonde seenvían miles de abstracts que suelen publicarse para el encuentro y nada más. También se producen libros y revistas, muchas ve-ces costeados por los propios integrantes de los proyectos. No existe una política amplia, coherente y democrática que ponga en consideración de la esfera pública material por demás in-teresante que se avizora entre los intersticios de los burocráticos formularios –cárcel que los contienen junto con mucha otra in-formación redundante.En la Universidad de Buenos Aires históricamente fue EUDEBA puntal en publicaciones académicas, hoy en agonía. En otros casos,los espacios de publicación resultan verdaderos ámbitos de riñas de gallos o de mercado puro. Salvo, como siempre, alguna PyMEeditora que, por entusiasmo intelectual, por intercambio o por simple gusto se encarga de difundir lo investigado. A tal punto esasí que, desde hace relativamente poco tiempo, los organismos que subsidian proyectos de montos altos han incorporado a lasrendiciones de cuentas el pago a revistas extranjeras, por reservar espacio "en revista internacional con referato".

Investigar sensibilidades

En el orden de méritos de la investigación científica aún existen las absurdas oposiciones entre las ciencias "duras" y las "blan-das" (nosotros), o bien entre lo fuerte, es decir, la cifra y lo débil, es decir, la idea. Estos enfoques –otra paradoja más– han re-crudecido en los Tiempos Contemporáneos (prefiero llamar así a lo que se denomina Posmodernidad). Digo paradójicamente por-que se valoran, al parecer, las subjetividades, las diferencias, y, al mismo tiempo, una suerte de neo-desarrollismo teñido de tec-nocracia atraviesan las formulaciones y valoraciones a la hora de evaluar una investigación.Estas consideraciones afectan especialmente al mundo de la investigación en Comunicación que trabaja con materiales tan in-tangibles como los intercambios simbólicos, las representaciones, los imaginarios colectivos y las sensibilidades populares en losmás diversos soportes.No es extraño que las industrias culturales se esfuercen tanto y den batalla por cooptarlas tal vez de modo espúreo, en tanto lainvestigación académica aún oscile entre la negación y la seducción, trate cartesianamente de encerrar lo intangible en marcosrígidos, construya grillas y finos cuestionarios, fórmulas de la tradición signocéntrica, para no correr el riesgo de que tal intangi-ble se torne "inefable", es decir, algo de lo que no se puede hablar. Resulta, por momentos, tan grande el miedo a esto último, acaer en la sustancia metafísica, que, presos del ansia de control, los investigadores llegan a olvidarse de que en Humanidades yen Ciencias Sociales dialogamos con los objetos de estudio que, en verdad, son sujetos. "De te fabula narratur", dice Agnes He-ller en relación con las Ciencias Sociales: hablan de ti, de la condición humana siempre valiosa y a la vez contingente, con sus sa-beres y sus opacidades. En Comunicación, reiteramos, por estudiar los intangibles de ninguna manera corresponde obviar las con-diciones materiales de existencia de tales producciones, sus usos mediáticos, las lógicas del poder y del consumo que consumehasta los comportamientos más honorables.Trabajo, duda, pasión y azar se suelen conjugar en la producción de conocimientos socialmente significativos. Muy poco de eso estenido en cuenta a la hora de los reconocimientos y las evaluaciones, tan poco que, de un día para otro, si tenemos la satisfac-ción de ser premiados con un subsidio, nos convertimos en un número, nuestros textos devienen una sigla, nuestros discípulos unexpediente, y, sin embargo, por los pasadizos de tanta nomenclatura abreviada, cada tanto, primaveralmente, florecen inusita-das ideas.

* Profesora de Teorías y Prácticas de la Comunicación en la Carrera de Ciencias de la Comunicación.

1. Los incentivos docentes universitarios se vienen pagando aproximadamente con 14 meses de atraso.2. En la Facultad de Ciencias Sociales se han presentado casi 200 proyectos a la última convocatoria de UBACyT.

El Instituto Gino Germani desborda y los otros enclaves recientes (Instituto de América Latina, CEPIA, etcétera) aún sufren precariedad.

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Temaúnico

El trabajo científicopor Marta Panaia*

La producción de conocimientos proviene de una organización colectiva que estructura su funcionamiento. Esta organización co-lectiva de los conocimientos científicos no es independiente de las modalidades generales de organización de las actividades pro-ductivas. Los modelos de organización nacen en un lugar y en un momento socio-histórico, en determinados grupos, y se van difundiendo conmayor o menor conflicto, aunque siempre hay centros difusores reconocidos por todos como los que dan la pauta de las líneas a se-guir. Ellos difunden con formas más o menos adaptadas y/o conflictuales y son los actores interesados los que tienden a apropiar-se de ellas. Ningún dominio de la actividad científica escapa a esta doble lógica.Así, muchas etapas marcan el modelo organizacional de la ciencia dominante en relación con las demandas de la sociedad a loscientíficos, que van del modelo artesanal a la organización por proyectos y al modelo de la economía del conocimiento.En una primera etapa, las actividades científicas tienen una fuerte homogeneidad con el modelo del artesano tradicional: el in-vestigador dotado de pocos medios técnicos concibe él mismo sus experimentos y produce sus materiales a partir de experienciasempíricas, trabajando individualmente o en pequeñas estructuras con una división del trabajo muy poco compleja. Los investiga-dores son casi trabajadores de oficio, que realizan actividades de docencia o de reflexión que los conducen a investigar. En estaetapa, la investigación académica beneficiada por los subsidios públicos está poco desarrollada en las universidades, mientras queen las sociedades del conocimiento, las universidades juegan un rol central. Ellas se encuentran, en efecto, en posición de magis-terio más que de control y de evaluación de las producciones científicas a través de comunicaciones presentadas y de publicacio-nes en sus boletines.En el modelo artesanal de organización de la ciencia, el investigador voluntariamente revisa hábitos del conocimiento erudito, quepractica de manera desinteresada –a veces por los honores– para el bien de la humanidad. Sólo rinde cuentas a sus pares y son és-tos los que definen y garantizan el valor, las reglas y las prácticas.Como se puede apreciar a pesar de la declarada universalidad del conocimiento científico y de la ciencia, así como de las diferen-cias de opinión entre los grandes pensadores, el peso dominante de la producción científica se hace en los pequeños cenáculos, engrupos muy próximos donde se construyen las reputaciones o se deshacen en manos de la intriga y la envidia. El libro, la obra o eldescubrimiento juegan un rol esencial en la circulación de los conocimientos que entre ellos se producen, y después pasa a la so-ciedad para un público más amplio.Algunos sustratos de este modelo se mantienen todavía hoy, a pesar de sus múltiples hibridaciones desde la segunda guerra mun-dial. En particular, ha sido muy persistente, y no sólo en el imaginario popular, la figura emblemática del sabio y, más reciente-mente, la de los investigadores que han vivido la edad de oro en que la ciencia pertenecía a la Ciencia y donde los burócratas y otrosni siquiera existían. En las ciencias sociales, este voluntariado pasional y vocacional es aún más fuertemente fundado y dominadopor los compromisos sociales y los contenidos ideológicos más o menos marcados.A partir de la Primera Guerra Mundial el modelo de la producción que ha impuesto ciertas características a la investigación son losavances de la física y la química, por los requerimientos de inversión de los laboratorios de trabajo y la división del trabajo nece-saria en ellos para llevar a cabo los procesos de investigación. Es así que la universidad y la industria se convierten en los lugaresprivilegiados para hacer investigación, porque requieren de los fondos públicos o de grandes inversiones privadas. Sin embargo, es recién con la Segunda Guerra Mundial, el diseño de la bomba atómica y las armas nucleares, que este modelo setransmite a toda la ciencia. Recién allí, la ciencia se establece como una actividad pública y productora de conocimientos, congrandes laboratorios y centros científicos equipados y con cuerpos científicos pertenecientes al Estado, que se asocian entre paí-ses y apelan a los financiamientos internacionales. Estos modelos de trabajo científico, que nacen en los laboratorios de la físicanuclear, luego se extienden a todo el sistema en la medida en que cada área va requiriendo mayor financiamiento. Son ejemplo deello Houssay, Leloir, Milstein y otros. En esos sectores donde predomina la experimentación y la observación, la apropiación del mo-delo industrial por los académicos es inevitable por la superioridad productiva que tiene la industria para apropiarse de sus des-cubrimientos y avances. No es tan lógico, en cambio, que este tipo de modelo de proceso de trabajo se transmita a las ciencias so-ciales y humanas, salvo por la acción de los gestores de la actividad científica, que asumen el control burocrático de los investiga-dores. En estas ciencias es posible mantener las formas de trabajo erudito, salvo en disciplinas como la arqueología, la economíay la sociología donde el trabajo de campo y el manejo de grandes bases de datos exigen financiamientos importantes y un ciertocontrol del destino y manejo estadístico de los datos.

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Este modelo de organización de la producción científica basada en pesadas estructuras burocráticas, que difunden los conoci-mientos en cascada fue fuertemente cuestionada por los aparatos empresarios porque retrasaba la llegada de las innovacionescientíficas a la producción industrial, exigiendo mecanismos de flexibilización, de generación de redes y de tramas, trabajo por pro-yectos y con asociados privados o contrapartes que permitan capitalizar los resultados rápidamente.El objetivo central de esta organización del proceso de trabajo científico es que la industria adquiera velozmente la forma de tra-bajar de la ciencia apropiándose de cada avance, casi en simultáneo con su descubrimiento, pero imponiendo al mismo tiempo unaimpronta sobre el funcionamiento institucional de los organismos científicos.Eso lleva a una valorización de los bienes inmateriales (el conocimiento) por sobre los materiales y a un privilegio de la organiza-ción en red que favorece la comunicación informática. Esto significa un cambio fundamental para la producción científica porqueen el nivel económico pasan a formar parte de la red, sin discriminar objetivos, quedando muchas veces entrampadas en finalida-des alejadas de la ciencia, y en el nivel de la producción porque al quedar integradas a la red se les exige una rápida incorporaciónde conocimientos nuevos para ser transmitidos a la producción. Así los científicos se ven muchas veces demandados por los con-sorcios públicos y privados que les exigen una producción multidisciplinar, de gran escala, más parecida a la actividad de un pe-queño empresario que a la del viejo sabio.

La evaluación

Las tensiones entre los científicos, los administradores de la ciencia y los políticos se han acentuado en los últimos años por la ac-ción combinada de la disminución de las finanzas públicas y del aumento de medios reclamados por los científicos para asegurar-se las "buenas prácticas" de investigación que exigen los avances internacionales. Mientras que para los científicos los resultadosproducidos por la investigación devienen de los desafíos crecientes que plantea la realidad, para los gestores de la ciencia y paralos políticos provienen de la necesidad de hacer visibles sus actividades para justificar su existencia.La evaluación de los resultados obtenidos ocupa de esta manera un lugar cada vez más importante y más conflictual en la vida delos científicos, por un lado, por el endurecimiento de las condiciones de distribución de los fondos, de las promociones y de los pre-mios, y por el otro, el persistente debate sobre el monto de los fondos para hacer investigación en las disciplinas llamadas "duras"y las "sociales", agregado a que las evaluaciones tienden a salir del ámbito exclusivo de la academia, para debatir su utilidad en-tre variados públicos.Estos procesos implican un cambio importante en el contexto de producción de la ciencia y la tecnología y son reemplazadas por laveracidad sin discusión de las opiniones vertidas por públicos diversos. Desde un punto de vista técnico son relevantes la concep-ción de la evaluación, su instrumentación y su inscripción en las prácticas de gestión. Desde un punto de vista conceptual, es to-davía más complejo, porque todo ejercicio de evaluación carece de significado si no es en relación con el acto de gestión en el cualse inscribe.El acto de evaluación en el dominio científico depende de dos criterios que deben ser analíticamente distinguidos aunque están li-gados orgánicamente: los investigadores y el conocimiento científico. El primero depende de la gestión que se haga de las capaci-dades de investigación y de cada profesión, que ejerce sus actividades en el marco de instituciones con reglas, más o menos forma-lizadas en un estatuto y mecanismos de premio y sanción. En el segundo depende de la gestión de producción y valorización econó-mica y social de conocimientos y de los descubrimientos que demande la sociedad. Las prácticas de evaluación tienen como finali-dad lograr cierta eficacia entre esos dos conjuntos, que tienen lógicas diferentes y dinámicas propias: las de las condiciones a reu-nir para favorecer una producción fecunda de conocimientos nuevos; la de los grupos sociales que ejercen la profesión de investigar;la de las instituciones que organizan y financian las actividades de investigación y las demandas de la sociedad en general.Esta relación compleja que plantea la investigación no ha permitido diseñar un sistema de evaluación de investigadores académi-cos capaz de encontrar caminos virtuosos para armonizar las exigencias contradictorias de esos cuatro subconjuntos y está muy li-gado a los fracasos que se han instalado entre las demandas que la sociedad hace a la ciencia y la identidad social de los investi-gadores académicos.

* Profesora de Sociología del Trabajo en la Carrera de Sociología y en la Carrera de Relaciones del Trabajo.

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Luis Aznar, Miguel De Luca (coord.)Política. Cuestiones y problemasEdición revisada y aumentada. BuenosAires, Emecé, 2007, 394 páginas.El libro se propone contribuir a la compren-sión de la política, diferenciando el sentidocomún del conocimiento científico; por eso,no sólo puede ser útil como texto de apoyopara estudiantes universitarios, sino tam-bién para quienes poseen un interés particu-lar por el estado del debate politológico ylos fenómenos políticos. Esta obra brinda unmarco de análisis preocupado por la calidaddel conocimiento, la consideración del tiem-po y del espacio, de las afinidades y de lasdiscontinuidades perceptibles por medio delanálisis comparativo, fundamental para co-nocer mejor y controlar la calidad de ese co-nocimiento, tanto diacrónico como sincróni-co, de los cambios de estilo, de imágenes,de estructuras y conductas, sorteando es-quemas y espíritus del sistema que acechanla serenidad del analista.

Diego de CharrasRedes, burbujas y promesas. Algunas reflexiones críticas acerca del proyectoSociedad de la Información y la nuevaeconomíaBuenos Aires, Prometeo Libros, Carrera deCiencias de la Comunicación - UBA, 2006,131 páginas.En los últimos 30 años, el desarrollo de in-creíbles capacidades tecnológicas para ma-nipular información, no necesariamente re-percutió en una esfera pública global másinformada, ni resolvió los desequilibrios enla producción mundial de información. La

apabullante masa informativa que circula anivel mundial no resolvió el asimétrico sen-tido de los flujos de noticias y bienes cultu-rales que se denunciaba en el informe Mac-Bride. Un tipo de concentración y homoge-neización avanzó paralela a (y fue conse-cuencia de) la concentración económica quehizo que a nivel mundial, la producción in-formativa quedara en manos de unos pocosmegagrupos multinacionales.

Rubén Dri (coord.)Símbolos y fetiches religiosos en la cons-trucción de la identidad popular. Tomo 2.Buenos Aires, Editorial Biblos, 2007, 190 páginas.Se continúa indagando aquí sobre los másimportantes símbolos religiosos de los sec-tores populares argentinos. Se trata de pe-netrar en la relación que el devoto estableceentre el sujeto y el símbolo, destacando larelación entre símbolo y fetiche. Se ofrecenaquí investigaciones sobre diversas vírgenes(Vírgen de Luján, Vírgen de Itatí, Vírgen deSan Nicolás), la Difunta Correa y Iemanjá.Este círculo de símbolos con claro predomi-nio femenino, se cierra con trabajos sobreCeferino Namuncurá, símbolo de identidaddel pueblo mapuche, y el señor de Mailín. Elpropósito es conocer qué significa el símbo-lo para los sectores populares, esto implicano partir de certezas anteriores y evitar cual-quier condenación.

Máximo EseverriEnrique Raab: claves para una biografíacrítica. Periodismo, cultura y militanciaantes del golpe

Buenos Aires, Prometeo Libros, Carrera deCiencias de la Comunicación - UBA, 2007,131 páginas.La vida de Enrique Raab tuvo lugar en unaépoca de gran ebullición cultural y política,respecto de la cual su trayectoria fue para-digmática. El presente libro busca revelaruna figura de múltiples facetas de la crea-ción política, estética y hasta de género,dado que recorrió desde la cinefilia y la críti-ca hasta el periodismo; desde la políticaclandestina de las organizaciones revolucio-narias hasta la gestión del secreto personalen la vida afectiva, y desde la alta culturahasta la cultura de masas y el progresismocrítico. Con su desaparición, hace inteligiblela desaparición de una época, y también dacuenta de lo que esa época fue. Por ello,este libro procura no sólo rememorar sinotambién recuperar el pasado en lo que tienede redentor.

Ana Lía Kornblit (coord.)Juventud y vida cotidianaBuenos Aires, Editorial Biblos, 2007, 186 páginas. Los investigadores sobre la juventud coinci-den en señalar que este período no deberíaseguir considerándose una etapa de transi-ción, en la que se prepara para la adultez.Por el contrario, la conceptualización sobrelos jóvenes debería recoger sus vivencias enrelación con el presente, más allá de un fu-turo incierto, que más bien se deslinda endistintas alternativas posibles. Existe unagran diversidad de la categoría "jóvenes" enlos estudios sobre el tema, que incluye al-ternativas de vinculación con el sistema en

Libros de nuestros docentes

Diego de Charras

Redes, burbujas y promesas. Algunas reflexiones

críticas acerca del proyecto Sociedad de la

Información y la nueva economía

Ana Lía Kornblit (coord.)

Juventud y vida cotidianaRubén Dri (coord.)

Símbolos y fetiches religiosos en la construcción

de la identidad popular. Tomo 2.

Máximo Eseverri

Enrique Raab: claves para una biografía crítica.

Periodismo, cultura y militancia antes del golpe

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Luis Aznar, Miguel De Luca (coord.)

Política. Cuestiones y problemas

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Irene Marrone, Mercedes Moyano Walter (comp.)

Persiguiendo imágenes. El noticiario argentino,

la memoria y la historia (1930-1960)

Susana Novik (dir.)

Sur-Norte. Estudios sobre la emigración reciente

de argentinos

el continuo integrados-alternativos, con suvinculación-exclusión y las diferencias sur-gidas del género y de la diversidad sexual.Este libro transita por algunos temas rela-cionados con las subculturas juveniles, y aspira a iluminar algunos aspectos de la di-versidad de las prácticas y representacionesque las conforman: el cuerpo, la iniciaciónsexual, el tiempo libre, las drogas, entreotros.

Irene Marrone, Mercedes Moyano Walter(comp.) Persiguiendo imágenes. El noticiario argentino, la memoria y la historia (1930-1960)Buenos Aires, Editores del Puerto, 2006,369 páginas.Como otros discursos sobre la "actualidad",el noticiario cinematográfico y el documen-tal institucional son espacios privilegiadosde la memoria en los que quedaron inscrip-tos los discursos sobre un mundo social.Entre 1930 y 1960, con la modernización in-dustrial, comenzó un proceso identitariocuyas imágenes quedaron registradas en laprogramación de noticiarios de gran impor-tancia como Sucesos Argentinos y Noticia-rio Panamericano. En este libro se recuperan sus eventos, es-cenarios y personajes y se analizan desdetemáticas como la inmigración, la seguridadsocial y las fiestas cívicas, o desde la pers-pectiva de algún actor o sector social comoel Estado, la Iglesia Católica, los actores ru-rales, los trabajadores, las fuerzas armadas,las mujeres o los jóvenes.

Susana Novik (dir.) Sur-Norte. Estudios sobre la emigraciónreciente de argentinosBuenos Aires, Catálogos-Instituto de Investi-gaciones Gino Germani, UBA, 2007, 365 páginas.El libro reúne investigaciones elaboradas apartir de diferentes perspectivas (cuantitati-vas y cualitativas), que además aplican unadoble mirada: desde el país de orígen y el derecepción. Se actualizan conocimientosacerca de quiénes emigran, por qué causa,cuál es el contexto de expulsión, haciadónde se dirigen, qué características poseeel proceso de integración en la nueva socie-dad, cuál es el rol de las redes sociales, quéactividades grupales se proponen y cómolas desarrollan, cuál es su inserción en elmercado de trabajo, cuál es el peso de lasrelaciones afectivas y de lo económico enlas decisiones, el desarraigo, el retorno, elvínculo con el Estado, etcétera. Varios mitosacerca de los argentinos en el exterior hancomenzado a derribarse, fantasías en rela-ción al nivel educativo o relativas a la califi-cación de la mano de obra.

Marta Panaia (coord.) Transformaciones territoriales y producti-vas en el mercado de trabajo LitoralImpresiones Buenos Aires, 2007, 431 páginas.Así como antes de la creación del mercadocomún, las vinculaciones terrestres con lospaíses limítrofes eran escasas, desde su cre-ación se planearon grandes obras de infraes-tructura de vinculación entre los países delCono Sur, muchas de las cuales no supera-ron la etapa del proyecto. Esto se debió en

parte a las distintas fases económicas en quese encontraba cada uno de los países de laregión y a las dificultades de construcción deun proyecto político integrador, más allá dela intensificación del comercio interregional.Pero también se debió, por lo menos para elcaso argentino, a las dificultades de financia-miento de grandes obras, a una política fiscaldeficitaria y regresiva y al mantenimiento depolíticas implícitas de mantenimiento de lasdesigualdades regionales en los mercadosde trabajo del interior.

Shila VilkerTruculencia. La prensa policial popular entre el terrorismo de estado y la inseguridadBuenos Aires, Prometeo Libros, Carrera deCiencias de la Comunicación - UBA. 2007,119 páginas. Este libro comenzó a escribirse en plenatransición democrática, cuando los kioscosrebosaban de revistas policiales; cuando lossectores populares urbanos y suburbanosllenaban sus relatos con la truculencia de laprensa sensacionalista, en una época de fa-miliaridad y fascinación por los cadáveressanguinolentos y los rostros lombrosianos.La vieja leyenda urbana del crimen, de laque este trabajo intenta dar cuenta, se hadesvanecido. En su lugar, hoy, el crimensólo es comprendido al interior de unanueva lógica, la de la inseguridad. Entre unay otra, entre la tradicional leyenda urbanadel crimen y la aparición de la nueva sensi-bilidad en torno al delito, emerge este libroque data de los primeros desplazamientos yla transformación de las preocupaciones al-rededor de la cuestión criminal.

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Marta Panaia (coord.)

Transformaciones territoriales y productivas

en el mercado de trabajo Litoral

Shila Vilker

Truculencia. La prensa policial popular entre

el terrorismo de estado y la inseguridad

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El arrasador triunfo de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos

Aires hace que varios analistas vean configurarse un nuevo

escenario político en la Argentina, más a tono con lo que ocu-

rre en sociedades industrializadas, con una fuerza de centroiz-

quierda liderada por el actual Presidente y una fuerza de cen-

troderecha que se unificaría detrás de la nueva figura política.

¿Se trata realmente de un nuevo fenómeno político? ¿Excede el

marco porteño? ¿Incorpora nuevos temas a la agenda política

de la derecha argentina?

DOSSIER19

¿Nace una nuevaderecha?DOSS

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DOSSIER

1. Los conceptos deambulan en elmagma del propio mercado nacional yglobal de capitales, de medios técni-cos y de representantes virtuales antepúblicos entre post, trans, antipolíticoso melancolizados. Hay una condicióntodavía inabordable en el acontecerdel presente histórico. Decir derecha,reacción, dominio cínico, hegemonis-mo ideológico, capacidad bestial deactuación económica del sistema pla-netarizado, significa en cada cuerposocial una herida sin fondo enmudeci-da en realidad por la propia postraciónhiperinformativa y la inescrupulosi-dad política. Pero aquellos mismos términos, en elcampo de las explicaciones de ideas,cada vez retienen menos significado silo pensamos en tanto programa, doc-trina, partido o proyecto a la viejausanza. No remiten a las referenciasespecíficas que se suponen discutir.Decir derecha es un estado del mundohoy. Es una dimensión de exceso inmedible(en relación al viejo sueño moderno decontrarrestar tal estado cambiando lahistoria) de injusticia, irracionalidad,violencia, belicismo, exterminio yabismo entre ricos y desheredados, yasin gran necesidad de ningún Pinochetque rememore a Hitler. La derecha, co-mo inmensa campana cultural de untiempo, desde sus neo-mitologías ciu-dadanas es hoy dueña pletórica delsentido común de una época para de-cirle, a los restos de las pequeñas, me-dianas o azoradas izquierdas, cuálesson sus lugares permitidos, sus progra-máticas máximas aceptadas, sus dosisde sensibilidad humana oportuna deaportar frente a ciertos problemas.La derecha resulta propietaria ideoló-gica para activar o invitar, a sus pro-pios gabinetes parisinos, también aaquel intelecto de sinistra domestica-do en el reino de la libre individuali-dad, de la seguridad, de la clasificato-ria cultural de habitantes, de "la cali-dad institucional", de la "moral fiscali-zadora". Mundo de ex-izquierda con-

vertido en "centro" de las mismas de-rechas, recuperado para las adecuacio-nes republicanas al mercado y contralas corporaciones sindicales, el "clien-telismo", contra los reclamos calleje-ros, las protestas "caotizadoras" queno respetan "el derecho del otro", elEstado "gastador" y el pendencieropopulismo latinoamericano en sus di-versos matices.La época intelectual parecería, en surumor diario mediático, haber renun-ciado a lo medular de una concienciamodernizadora de la historia que habíaplanteado la emancipación de todos loshombres: ahora trabaja en cambio deinsecticida con respecto a esa historiade ideas y valores. La crónica actual hadejado de ser, provisionalmente o no,el lugar de la liberación social de lo hu-mano que desde el siglo XVIII la sig-nificó a la manera de su columna ver-tebral. El hoy es pura sobrevivenciacomo escándalo que no avergüenza.Desde distintas posiciones políticas seacuerda, en el mundo, por un ordenmás o menos duro, por la seguridadextrema de los poseedores de capital,por las murallas nacionales que de-fienden del otro social y cultural, porlo carcelario salvador contra las in-mensas huestes delictivas urbanas, porlas invasiones armadas territorialesdemocratizadoras, por las programáti-cas racistas de expatriaciones, por losmundos concentracionarios al bordede las ciudades, por las recetas de"aguantar" las penurias en la edad delas "obligaciones" por sobre los dere-chos, por las Plataformas Políticas dePolicías (PPP) como el único meolloestatal a discutir, según las derechas,para una represión preventiva perma-nente, o para la neo-utopía de un guar-dia armado en cada puerta de casa.

2. Las nuevas ideo-lógicas del libera-lismo del consenso "entre todos", delas "alegre alternancia cada cuatroaños entre derechas e izquierdas" paraLatinoamérica, de las recetas de unanueva clase gerencial con capacidad

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tecnocrática de gestión, la de ver tododesde los diagramas de míticas "insti-tuciones" sustituyendo biografías eidentidades sociales, políticas y cultu-rales, este repertorio oferta la posibili-dad de comprar un "todo" político yasin adversarios sociales ciertos. Per-mite teorizar periodística o académi-camente un conjunto ya negociado enotra parte: el mercado celestial. Queda entonces un paquete de supues-tos ciudadanos "iguales" ante la ley yel orden. Un diseño de república don-de lo que obstruye despertenece, esdes-calificado: aparece como "el mal"de una fragua o historia política satur-niana que no debe formar parte de lasmodalidades de pensar y hacer. El ex-cluído necesita convertirse también enin-pensable, en desaparecido política-mente de la puesta en escena.Sobrevive entonces, a la vista, sólo unartefacto "institucional" donde todo esequivalente a todo, fetichistamentetranquilizado, aunque siempre amena-zado de alteración o provocaciones in-deseables, "clientelísticas": esa gentepoco decorosa que vende en cuota vo-to su ciudadanía. En ese paisaje lasdistintas derechas diseminadas llaman"al diálogo" para sustituir a las políti-cas del conflicto ríspido. Todo es dia-logable en la presente historia, desdeel momento que se especifica en el su-mario lo que ya no será parte de nin-gún diálogo o querella desde los abso-lutos de época instituidos: poner en te-la de juicio el statu quo, el sistemaproductivo, el modelo democrático.En cambio la idea de otra democraciasocial, de un Estado de masas, pasó aser museo amedrentador, pasado tor-mentoso, historia equívoca: imagina-rios que rompen cualquier lógica de"diálogo".Todo pasó a ser dialogable para la de-recha, cuando las cosas trascendentesa discutir quedaron fuera de discusión.Ese es el diálogo democrático: elmundo como derecha. El filósofo Jac-ques Rancière analiza el estado actualde la política en relación a democra-

cias paralizadas frente al mercado:"cuando el partido de los ricos y el delos pobres dicen aparentemente lomismo -modernización- cuando se di-ce que no queda más que escoger laimagen publicitaria mejor diseñada enrelación a una empresa que es casi lamisma, lo que se manifiesta patente-mente no es el consenso, sino la ex-clusión. El reunir para excluir (…) loque aparece dominando la escena noes lo que se esperaba -el triunfo de lamodernidad sin prejuicio- sino el re-torno de lo más arcaico, lo que prece-de a todo juicio, el odio desnudo haciaal otro".Odio social disfrazado de nueva moralcívica. Odio maquillado, que desde ellenguaje del orden inquisidor, la priva-tización de la política, el individualis-mo, la modernización ciudadana naif,la represión preventiva y un cualun-quismo periodístico parapolicíaco ensus recetarios -el modelo de la repú-blica liberal tardomoderna- permiteentonces excluir, ilegitimar, destituir(odiar sin culpa, odiar con o sin con-ciencia, odiar desde una "neoinocen-cia" política, odiar racistamente) loque debería ser admitido en cambiocomo un enfrentamiento democráticoreal de intereses nacionales y de clasesdecididamente contrapuestos en un es-cenario histórico de permanentes liti-gios sociales.

3. Las derechas vuelven a posicionar-se sin una decisiva identidad organiza-tiva: se instauran por debajo de losmundos simbólicos, administradosahora por un gran partido mediáticoque le sigue sustrayendo diariamente ala política lo medular de su autonomíay de sus identidades cuasi canceladas. Desde la lógica mediática la políticadevino un género en sí mismo, institu-yente de equivalencias noticiosas ad-ministradas. Todo nace, se encuentra,llega al público y concluye en el factorset, repetición, acumulado, lenguajede cámaras rectoras, primeros planos.Construcción cotidiana de "un dato"

-obligado a espectáculo- que admiteescasa deriva, cualquier exabrupto, re-ferencia impactante, lágrima, rosario,también alguna cita de Marx, armadoy edición. El set hermana a la prole política, laindiferencia, la serializa, crea un si-mulacro de actores "reunidos en pan-talla", un todos somos lo mismo conMirtha Legrand. Un clan, un club, unelenco que actúa ya bajo logos televi-sivos a la manera de un gran hermanosegmentado donde en la marquesinase anuncia a Cecilia Pando y a untrotskista obedientes a los bloques de15 minutos. La política mediática cor-dializa, obliga al ritual de "pares", creasus prototipos, tiene siempre su cas-ting ya producido En el aire, a la polí-tica no se la interpela políticamente, esapenas una configuración virtual del"referente", la operatoria de un génerodonde las teorías que hablan de la des-politización final se confirman de ma-nera casi obscena en su nitidez, en lapérdida consumada de una racionali-dad hilvanante de los problemas. Nun-ca se habla ni se pregunta -sin estri-dencias ni denuncia ni fondo de notaroja- sobre lo que sucede realmentecon la escena histórica, ni se aporta ala imprescindible sabiduría sobre untiempo nacional complejo. La televi-sión pensada para la gente, celebra yratifica que el espectador es "lo quequedó" dentro mismo del espectáculo:el resto flotante de una historia otrorasocial, de intereses en lucha que ape-llidó al siglo XX: hoy es una audien-cia que cierra un círculo sin fondo.

4. En la primera oración del libro deNicholas Fraser, periodista inglés queestudia las nuevas derechas en Europaen Las nuevas voces del odio como lollamó, se lee: "conocí el verdaderorostro del fascismo por primera vez enla Argentina, a mediados de los 70',cuando pasé un tiempo en Buenos Ai-res". El cronista narra las calles de-siertas de la metrópoli en 1977 que pa-recía "un fragmento de la Europa de-

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cadente", parte de la saga literaria delas ciudades muertas. Cuenta el temoren todos los rostros por "la dictaduramilitar fascista", la memoria sobre losasesinatos de la guerrilla, relatos his-tóricos escuchados "donde los gau-chos en armas exterminaron a los in-dios", memorias sobre el viejo "fascis-mo" de Perón inspirado en Mussolini,y "ahora desde 1976 un fascismo dic-tatorial que parecía haber impregnadoa toda la sociedad".El autor se pregunta entonces "si Ar-gentina alguna vez podría volver a al-go parecido a la normalidad", mientrasuna mujer llorando le habla de su hijodesaparecido. Nicholas Fraser cuentasu propio secuestro en Buenos Aires.Cómo un grupo operativo de tres hom-bres lo levantó en un auto negro: "ves-tían trajes viejos y brillantes, olían acigarrillos americanos, se escuchabauna onda corta, hasta que me dejaronabandonado en un descampado". Con-fiesa, "mis amigos me dijeron que es-taba loco de seguir ahí, en esa ciudad". Luego y desde esta experiencia porte-ña, Fraser comenzó a pensar y proyec-tar lo que sería su libro de 350 páginassobre el neofascismo. "Deseé averi-guar en qué momento una sociedadcomo la Argentina alcanzaba la cerra-zón de destruirse a sí misma", y qué"mecanismos ponía en marcha" paraeso, a partir de preguntas tales como"por qué la gente se sentía atraída porel odio", si "se podía hablar de una so-ciedad fascista", si "el fascismo podíaregresar bajo disfraces diferentes".Con respecto al "fascismo" que evocala lectura Fraser sobre Argentina, elperiodista apunta tres planos interro-gativos interesantes de advertir sobrela crepuscular ciudad del Plata. Sepregunta por el cómo de un regreso fu-turo a la normalidad, para una socie-dad que, en cambio, normalizaba singran esfuerzo la excepcionalidad dic-tatorial en su peor baño de sangre de lahistoria. A su vez el autor intuyó ne-blinosamente un mecanismo de fascis-tización en realidad puesto en marcha

por el propio grueso del cuerpo socialcon su conformismo. Una sociedadque parecía contaminar, "pregnar"desde ella misma un tiempo aciago.Finalmente señala los "disfraces" dis-cursivos sociales (no sólo de la Junta)que encubrían esa atroz política de ex-clusión social en su ejercicio máximo:la desaparición y muerte serial (quecasi alcanza al mismo narrador). Fraser detecta una sociedad que lega-liza mundos simbólicos en su mayordestemplanza, en su lógica de rechazoextremo del victimado, en su indife-rencia a la política, en su democraciacadaverizada y sustituida sin grandesmelancolías. Una ciudad "decadente"dice el periodista. Desratizada de va-lores, entrada en su propia luz morte-cina. Fraser no sabe a cuáles de los an-tecedentes argentinos atribuirlo. DecíaWalter Benjamin que el forastero queviene de lejos suele traer los relatosverdaderos. En este caso el clima es-pectral de los días de la dictadura ex-ponen un tiempo siniestro no sólo enlas miles de muertes, sino en esa po-blación que no interfiere con ningunaotra política la secuencia criminal.Puede decirse que había sido bien"educada" en la antipolítica, en el des-compromiso con el régimen de parti-dos, en el rechazo blanco y racista a lopopular, en los beneficios espiritualesde un país sin políticos ("corruptos"),sin "peligro de caos social" y con unademocracia necesitada de "juzgamien-to moral" a cargo de los poderes reales(ejército, empresariado, iglesia). Le-mas enarbolados reiteradamente encada uno de los golpes militares desde1930 donde siempre "se iban todos".Salmos que alcanzan su apoteosis en1976 con la llegada de Videla y Martí-nez de Hoz. La narración de Fraser habla más biende una sociedad que interiorizó y socia-lizó en gran medida la pedagogía delopresor. En este caso lo segregado porun liberalismo histórico, reactivo frentea los dos grandes aluviones de turbas(inmigración del 900, peronismo de los

40), y que desde 1930 se constituyó co-mo partido cívico militar garante de"su" república democrática, guardiapretoriana que administraba la admi-sión o rechazo de lo subalterno, bajo ló-gica exclusora, proscriptora, fraudulen-ta, encarceladora y fusiladora.5. Se decía con cierto sentido metafó-rico que la derecha es hoy el estadodel mundo. No por ausencias de mira-das críticas actuantes ni de proyectosde intenciones contrarrestantes al or-den dado. América Latina es hoy uncampo de complejas y contradictoriasrebeldías a las directrices despóticasde los organismos financieros mundia-les: sojuzgamientos (desde un tipo deglobalización) avalados en cambio porla mayor parte del pensamiento social-demócrata. Precisamente, tal vez en la dimensiónideológica y política donde se eviden-cia de manera más palpable esta dere-chización de las circunstancias sea enlos nuevos rostros del progresismoadocenado. De un liberalismo "pro-gresista" que legitima intelectualmen-te como nadie -en nombre de una abs-tracta institucionalidad por encima delos contenidos concretos y horizontesde las políticas- la permanente despo-litización de lo social abierto. Esamisma despolitización, como vigamaestra, que pretende en términosepocales en las últimas décadas unneo-liberalismo de mercado a rajata-bla, triunfante en muchas de sus bata-llas culturales.Frente a espacios de la nueva derecha,que se reabren como por ejemplo conel triunfo electoral de Sarkozy enFrancia, anota el pensador Alain Ba-diou, que tales hechos "simbolizan laposibilidad que se presenta a intelec-tuales y filósofos de ser ahora reaccio-narios clásicos 'sin vacilaciones nimurmullos' como dice el reglamentomilitar. Están incluidos en esa adhe-sión el trato corrupto con ricos y po-derosos y la xenofobia antipopular", adiferencia de "antes, cuando un inte-lectual era de derecha pero tenía sus

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complejos". Es interesante esta opinión del filóso-fo, ligando el mundo de pensamientoy de compromiso con las ideologías depoder, a un tema tan vigente en losuniversos del establishment como elde la "corrupción" política en demo-cracia. Habría una corrupción políticaintelectual -omitida de las agendas detemas según Badiou- que sería la deuna producción cultural que pasó a ali-nearse con "los ricos y poderosos" ba-jo la lógica de un mercado directrizcon alta capacidad disolvente, recicla-dora y convocante "de todos".Sin duda "la corrupción" como clavedominante que un neoprogresismo de-nuncista (desde una opaca e indicerni-ble moral de negocio) propone paraalimentar un sentido común antipolíti-co generalizado, en realidad es temasobre todo de un andamiaje cultural deépoca que activó el neoliberalismo ylos grandes y pequeños voceros delmercado y las finanzas, más allá de lacorrupción sin duda cierta que aflige amuchos elencos políticos en el capita-lismo globalizado en cuanto a com-pra-venta de gobiernos. Resultan dis-positivos ideológicos que buscan ha-cer retroceder al máximo el valor de lapolítica en sí -en tanto mundo de con-tenidos e intereses expresos- frente alas pulcras apetencias "a-políticas" y"a-corruptas" de un mercado "sin ban-derías" al que solo basta con gerenciarinstitucionalmente. La derecha construye permanentemen-te en la actualidad progresismos camu-flados de neto corte cualunquistas-an-tipolíticos, o eticistas post-sociales. Lohace a partir de una moral mediática,reactiva, profundamente desprogramá-tica, que edifica sus discursos sobreuna confusa grieta del "fin de las ideo-logías", del "fin de las derechas e iz-quierdas", de un mundo dividido entresupuestos negocios capitalistas "ho-nestos" y "corruptos", y sobre un fon-do historiográfico de escarmiento don-de se asimila en una sola bolsa de ga-tos "nazismo y stalinismo" para saldar

publicitariamente una compleja y dra-mática crónica del siglo XX y una dis-cusión siempre pendiente sobre lo de-mocrático. Grieta que instauró comoavanzada cultural pletórica la llamadarevolución neoliberal conservadoradesde 1980 hasta el presente, a partirde sus interpretaciones sobre los decli-ves del Estado social, la puesta encuestión de la prioridad del interés ge-neral como constitutivo de la política,y el fin de la voluntad colectiva escla-recida como sentido de la historia. Aeste proceso de aguda derechizaciónde paradigmas en constante crecimien-to apunta Badiou, al referirse a la co-rrupción de un nuevo campo intelec-tual, vocero de los ricos y poderosos.En este sentido el avance manifiestode un mundo que parece haber queda-do inerme y a la derecha de sí mismo,no se da únicamente por los nuevosuniversos carnívoros de un entramadodominante que siempre expuso durasexigencias como amo de la sociedad,sino por la capacidad de esa derechaahora para desintegrar, trasvestir y re-armar posiciones opositoras. Paraalentar pseudos progresismos de corteantipopular, un universo intelectual-docto-especialista posicionado comogenerador decisivo de autoridad en laopinión pública sobre sociedades cadavez más culturalizadas. Es también eneste territorio de cooptaciones en elplano de las ideas desde donde la de-recha hoy en Occidente aporta a unaeficaz administración de lo social so-bre un terreno yermo producto de laprofunda y drástica crisis histórica enla que penetró desde hace décadas laexperiencia política y teórica de las iz-quierdas que alentaban una sociedadpostcapitalista, y no pudieron todavíadar cuenta de los esperpentos totalita-rios generados.

* Profesor de Principales Corrientes delPensamiento Contemporáneo y de Histo-ria del arte en la Carrera de Ciencias dela Comunicación. Director de la Maestríade Comunicación y Cultura.

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En los últimos tiempos, y sobre todocomo efecto de algunos triunfos elec-torales conservadores (donde el deMauricio Macri en la Capital es el másimportante) se ha comenzado a debatirsi en Argentina se está gestando unanueva derecha con capacidad electoraly pensamiento innovador en el terrenode las ideas políticas. Este interrogan-te apunta a pensar si la próxima etapaque se abre en nuestro país tendrá lacapacidad de introducir nuevos pará-metros en la construcción de un dis-curso político alternativo al discursodominante (ligado especialmente a latradición peronista).El tema nos lleva de manera inevitablea vincular la situación local con unaserie de debates que se vienen dandotanto en Europa como en Estados Uni-dos referidos a la aparición de unanueva derecha que aspira a construirun polo hegemónico de la política denuestro tiempo. La cuestión puede re-montarse al efecto político e ideológi-co que produjo hace algunas décadasla aparición del reaganismo en Esta-dos Unidos y el thatcherismo en Euro-pa, que sin lugar a dudas tuvo prolon-gaciones diversas y complejas que, sinembargo, merecerían un análisis másdetallado en cada país o región.En los Estados Unidos la historia ya eslarga y podemos decir que desde hacemuchos años los republicanos vienenpropiciando un pensamiento neo-con-servador muy agresivo y han logradoimponer una agenda política (tantodoméstica como internacional) en ma-teria de seguridad internacional, de lasnuevas antinomias ideológicas (luegode la caída de la Unión Soviética) y laconformación de un poder mundialque no sólo redefine la posición geo-política de Occidente sino que propo-ne además un nuevo mundo de valoresligado a las tradiciones religiosas ymorales, el lugar de la institución fa-miliar, el rechazo a la nueva revolu-ción sexual y a la constelación posmo-derna de ideas que no tienen capaci-dad de producir cohesión social.

En esta historia, fue muy importante elimpulso neo-conservador que se con-solidó en la década de los noventa ba-jo el patrocinio intelectual de IrvingKristol en torno a la revista Commen-tary (y sobre todo luego de la apari-ción en 1995 de su libro Neoconserva-tism: The Autobiography of an Idea).Allí nacieron los "neocons", un térmi-no que designa a esta corriente de per-sonajes que si bien tuvieron acceso alpoder en la época de Ronald Reagan,en realidad ingresaron al gobierno delos Estados Unidos por la puerta gran-de cuando fueron convocados porGeorge W. Bush.En Europa el tema tampoco es recien-te pero tiene otra historia y otras ba-ses. Un momento importante lo cons-tituyó el triunfo del Partido Popular enEspaña en las elecciones de 1996 y elprimer gobierno de José María Aznar,que propició la plena integración deEspaña en la estructura militar de laOTAN y a la Unión Europea así comouna posición dura con el terrorismo dela ETA. En aquel momento, España sereposiciona en el plano internacional ycomienza poco a poco a desmantelarlas bases del Estado de bienestar conel que el PSOE había gobernado du-rante muchos años.Por su parte, Silvio Berlusconi impusoen Italia (especialmente en su gobier-no 2001-2006) un nuevo estilo políti-co que pretendía dejar atrás la tradi-ción política social-demócrata y co-munista que marcaron a ese país du-rante toda la posguerra, al tiempo quepracticó una alineación de Italia conEE.UU. que no se había conocido has-ta entonces. Su discurso ideológicoconservador fue siempre más pragmá-tico y empresarial que doctrinario, pe-ro su alianza (siempre conflictiva) conla poderosa Liga del Norte le aportóun ingrediente ideológico más consis-tente con la nueva derecha europea.Berlusconi intentó convertir a Italia enun aliado incondicional a las políticasde EE.UU. en la región y en el mundo.En un discurso ante empresarios en

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Wall Street, Berlusconi expresó la ad-miración de los italianos por el mode-lo de vida americana y dijo que "Italiaes el país más americano de Europa yen el que hay menor envidia, ya que alos empresarios de éxito se les miracon simpatía y admiración, mientrasque desde el resto de Europa se hacecon sospecha". El presidente italianoestaba produciendo no sólo un alinea-miento económico, militar y políticocon EE.UU. sino que también estabaanunciando su propósito de propiciarun cambio cultural que impulsara unnuevo espíritu capitalista en Europa.Finalmente, y sólo por hacer un pe-queñísimo recorrido en el mapa políti-co europeo, el triunfo de Nicolás Sar-kozy en Francia luego de las recienteselecciones de este año 2007 (y la con-secuente derrota del debilitado socia-lismo francés) marcaron otro hito enesta corriente de pensamiento de lanueva derecha que combina rasgos dela tradición liberal con un pensamien-to más conservador que el que conoci-mos en Europa luego de la SegundaGuerra Mundial. La "agenda Sarkozy"durante su campaña estuvo centradaen estos pilares: revalorizar el trabajo,el orden, la moral, el respeto a la auto-ridad, la nación y la identidad nacio-nal. Es decir, combina temas económi-cos (que proponen profundizar algu-nas reformas necesarias para mejorarsu desempeño como país capitalista enel contexto europeo), con temas inter-nacionales (alineamiento con EE.UU.,retorno a Europa, dos años después desu rotundo "no" al proyecto de Consti-tución continental en un referéndum)hasta los temas sociales y políticos li-gados a la política con los inmigrantesabordado como políticas de identidad.Ahora bien, podríamos preguntarnosentonces ¿en qué consiste este nuevopensamiento de la derecha sobre lapolítica y los valores con los que debemoverse Occidente ante el nuevo de-safío mundial? Este modelo ha sidodefinido por Emmanuel Rodríguez eHibai Arbide (en su artículo “¿Nueva

Derecha? O la reivindicación del po-pulismo frente a la izquierda”) comola convergencia de una serie de con-ceptos que funcionan como articula-dores de este pensamiento: radicalidady moralismo, populismo y nueva inte-ligencia comunicativa.El diagnóstico de esta nueva derechaeuropea, señalan Rodríguez y Arbide,sólo puede recetar una permanentecontrarrevolución que trate de restau-rar un orden dañado y corrompido (elque se deduce de las crisis derivadasde la reestructuración capitalista de lasúltimas décadas), que naturalmenteexige medidas drásticas como la gue-rra (contra el terrorismo, desde luego,pero también contra la delincuencia, ladroga o cualquier elemento suscepti-ble de convertirse en "enemigo inter-no") y la autodefensa preventiva (quesupone la ruptura de los viejos órde-nes jurídicos garantistas y el adveni-miento de la policía y las medidas deexcepción como norma de gobierno).Contra el pensamiento posmoderno, lanueva derecha pone énfasis en valoressustantivos, fuertemente morales, ensociedades erosionadas en parte por lapropia política desarrollada bajo suscriterios (el neoliberalismo).En Europa, consideran Rodríguez yArbide, la nueva derecha expresa unavoluntad hegemónica que se manifies-ta fundamentalmente en relación y encontra de las derechas clásicas, pormedio del desmarque de la extremaderecha de corte netamente fascista yde la democracia cristiana, a quienesacusa de ser, respectivamente, extre-mista o pusilánime. El caso de NicolásSarkozy en Francia ha estado clara-mente en ese camino: mantuvo unfuerte debate electoral tanto con el so-cialismo de Ségolène Royal como conel derechista Le Pen.Frente a este panorama internacional,¿podemos afirmar que existe algo si-milar en Argentina? O dicho de otromodo, ¿existe un campo de innova-ción de la derecha más allá de su ima-gen tradicional que la ubica como

conservadora en lo político y liberalen lo económico?; ¿se registra en eldiscurso de los nuevos líderes de laderecha (especialmente en MauricioMacri) un mundo de ideas o de valo-res que podamos considerar como unpensamiento de nueva derecha?Mi hipótesis es que la respuesta mássimple a todos estos interrogantes es:no. Si tomamos como ejemplo el posi-cionamiento ideológico y político deMauricio Macri durante la últimacampaña electoral (donde finalmentegana la Jefatura de Gobierno de laCiudad de Buenos Aires), resulta muydifícil extraer de allí un núcleo de ide-as o conceptos que puedan señalarsecomo un pensamiento novedoso en lapolítica argentina. Más bien la campa-ña mostró a un Macri que dejó de ladobuena parte de los conceptos "fuertes"que utilizó en el año 2003 (cuandocompitió por primera vez) como, porejemplo, la idea de que no se comba-tía bien a la delincuencia porque ennuestro país habían ganado las "teorí-as garantistas y abolicionistas" del de-recho que impedían un efectivo accio-nar en la represión del delito. En eseaño también criticó duramente a loscartoneros de las grandes ciudadesque cometían el delito de robar la ba-sura: "es tan delito robar basura comorobarle a un señor en la esquina", dijoen aquella oportunidad.En la contienda electoral del año2007, Mauricio Macri no solamenteno profundizó un nuevo discurso dederecha en Argentina, sino que másbien realizó dos operaciones conver-gentes que desdibujaron su perfil ide-ológico: por un lado, municipalizó sudiscurso (centró su campaña en losproblemas concretos de los vecinos ybuscó tener un contacto más personalcon el habitante de la ciudad) y, porotro lado, vació de contenido políticocualquier debate sobre el futuro go-bierno ("los problemas de la ciudad nose solucionan con ideología"), trasla-dando las diferencias de perspectivasy enfoques sobre el rol del Estado en

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materia de salud, educación, transpor-te, planificación urbana, etc., en unproblema de "eficiencia y capacidadde gestión".Y en el terreno más conflictivo, el dela seguridad, que había despertadotantos entredichos en las elecciones de2003 o 2005 (y que se mantenía en2007 el tope de las preocupaciones delos porteños), se apartó de las defini-ciones próximas a la "tolerancia míni-ma con los delincuentes" -como lo ex-presara dos años antes- para ubicar eltema de la seguridad en el terreno dela inclusión social.De esta forma, Mauricio Macri, que acomienzos del año 2007 se perfiló co-mo un posible líder nacional opository capaz de alinear tras de sí un amplioespectro liberal-conservador (que in-corporaba a López Murphy, Blum-berg, Sobisch o a Miguel Ángel Tomay Ramón Puerta) se posicionó comoun candidato a Jefe de Gobierno de laCiudad de Buenos Aires, sin encarnarun discurso ideológico de bordes biendefinidos, con una enorme ambigüe-dad en sus críticas al presidente Kirch-ner, que se separó de Sobisch en elmomento del crimen del maestro Car-los Fuentealba en Neuquén y que lo-gró posicionarse como "el cambio"que la ciudad necesitaba, sin rozarninguno de los temas conflictivos quepudieran dañar su imagen de buen ge-rente/administrador para Buenos Ai-res.Finalmente, creo que no es posible en-contrar en la Argentina de hoy un tipode pensamiento que pueda relacionar-se con aquellas corrientes europeas onorteamericanas que algunos autoreshan catalogado como la nueva dere-cha. Los temas centrales que allí semanejan (alineamiento junto aEE.UU. frente al terrorismo islámico,el control de la emigración, la recupe-ración moral de la sociedad, una agen-da de seguridad hemisférica, el regre-so del nacionalismo como una políticade identidad, etc.) no son temas quepodamos identificar hoy en un discur-so articulado y con capacidad política

para aspirar a la pretensión de volver-se un discurso hegemónico. La dere-cha en Argentina (que más bien pujapor ser ubicada en el centro) sigue te-niendo el mismo marco conceptual(bastante pobre, a mi modo de ver)con el que ingresó a la democracia en1983 y que sólo se aggiornó con el au-ge del neo-liberalismo de los años no-venta.

* Profesor de Sociología Política enla Carrera de Sociología.

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Las discusiones que rodearon al am-plio triunfo de Mauricio Macri busca-ron asociar este resultado a ciertas ten-dencias observadas en países centralescomo Francia, donde una especie de"nueva derecha" estaría afirmándose1.Lejos de esta visión internacionalista,una mirada más local señalaba un in-tento del electorado porteño de limitarlo que se percibía como tendencias auna concentración autoritaria -antide-mocrática- de poder, a partir de apoyaruna fuerza que definirían como libe-

ral-republicana, percepción apoyadapor la presencia de Michetti en estafórmula. Por supuesto, estaban tam-bién los que directamente veían a Ma-cri como la encarnación de "la" dere-cha.Nuestra tendencia a apoyar las discu-siones en datos atendibles limita losalcances de entrar en tales debates, te-ñidos de resonancias partidistas. Másbien, nuestro interés se centrará en ex-plorar en qué medida, más allá de lavictoria amplia y generalizada de Ma-cri, se puede detectar una pauta de vo-to de clase, identificada por nosotrosen los estudios de elecciones en la ciu-dad de Buenos Aires a lo largo deltiempo. Y, de forma muy tentativa,comparar la infuencia del voto de cla-se en competencia con la tradiciónelectoral2.En las elecciones del 3 de junio se en-frentaron tres grandes coaliciones departidos: 1) Alianza Propuesta Repu-blicana, encabezada por Mauricio Ma-cri; 2) Alianza Frente para la Victoria(con el apoyo presidencial, que lleva-ba a Filmus como candidato a Jefe deGobierno y, por último, 3) la suma dela Alianza Frente Más Buenos Aires yla Alianza Coalición Cívica (apoyadapor el ARI), que llevaban a Telerman(actual jefe de gobierno) como candi-dato.El porcentaje de votantes es el más ba-jo de todo el período que arranca en1983. Entre la primera y la segundavueltas el porcentaje de votantes bajóalgo más de un 2% entre los varones ymuy poco menos entre las mujeres. Almismo tiempo, el porcentaje de votosblancos y nulos casi se duplicó, quizácomo síntoma de que los votantes porTelerman, enajenados por el enfrenta-miento con Filmus, decidieron en cier-ta medida no concurrir a votar; lo mis-

mo vale para la izquierda agrupada3. En la segunda vuelta, las otras fuerzasque no entraron a esta segunda instan-cia se sumaron casi por igual a Macriy Filmus en valores absolutos (Macriaumenta unos 209.000 votos, Filmusunos 231.000), aunque en términos re-lativos (lo que obtienen en segundavuelta como porcentaje de lo que yatenían en la primera) crece más Fil-mus (56%, frente a un 26% de Macri).Si se considera lo que crecieron en re-lación a lo que podían haber crecido(lo que podían haber crecido se obtie-ne restando al 100% el porcentaje quecada uno sacó en la primera vuelta),crece más Macri. Este último todavíapodía crecer un 56% en la primeravuelta y aumentó un 13% en la segun-da, lo que implica un 23% de lo quepodía crecer (13/56). Filmus podíacrecer todavía un 77% para llegar al100% en la primera vuelta y aumentaun 14% en la segunda, cerca de un18% de su crecimiento posible(14/77).Si bien el triunfo de Macri se dio en

todas las secciones de la Capital, his-toria que se repite para el caso de fuer-zas de signo opuesto que en determi-nados momentos prevalecen en la ciu-dad, esa unanimidad no borra ni ate-núa las pautas o tendencias de un votode clase. Las mismas se reflejan no só-lo en los valores de correlación sino,en forma más inmediata, en las rele-vantes diferencias de porcentajes devotos que alcanzan las fuerzas políti-cas en secciones más y menos acomo-dadas, en ambas vueltas. Desarrollamos a continuación el análi-sis de las correlaciones entre ocupa-ción y voto4, respetando los subgru-pos de las dos fuerzas opuestas a Ma-cri para aprovechar al máximo la ri-queza de la información disponible.

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1. La propia candidata triunfante a vicejefa de gobierno, Gabriela Michetti, declaraba: "... diría sin problemas que somos de centro derecha si al centro dere-cha se lo considerara más moderno y democrático como se lo considera en otros países del mundo" (Página/12, domingo 15 de abril, 2007, pág. 6). Hayque agregar que Michetti dijo en TV tiempo antes que la mejor aproximación era la de asimilar su fuerza política al desarrollismo de Frondizi.

2. Esta nota es resumen y adaptación de un capítulo de un libro conjunto con Darío Canton: Elecciones en la ciudad. Tomo III (1983-2007), en prensa.3. Otras estimaciones nuestras indicarían que disminuyó fuertemente la presencia de los trabajadores manuales entre los votantes de esta elección.4. Las ocupaciones fueron categorizadas a partir del padrón electoral de 2006; los porcentajes de votos se calculan sobre total de votantes, no de votos po-

sitivos.5. Abreviaturas: OBNOCAL (Obreros No Calificados), OBCALIF (Obreros Calificados), CPROPIA (Cuenta Propia o Trabajadores Cuenta Propia), COMERC (Co-

merciantes), EMPLEAD (Empleados), ESTJOVEN (Estudiante Joven: de 18 a 29 años), ESTMAYOR (Estudiante Mayor: de 30 años y más) y PROFEMP (Pro-fesionales y Empresarios).

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DOSSIER

El Cuadro 1 -resultados para varones-indicaría que los perfiles tradicionalesde clase del voto se mantienen. Lo quese percibe como centro derecha (Ma-cri) muestra correlaciones positivascon los sectores altos (y medio-altos),negativas con el resto. La otra cara esexhibida por el candidato oficialista,que se supone expresaba al "peronis-mo". Esto último es apenas menosmarcado en la lista que respondía aIbarra. Salvo la correlación con los es-tudiantes jóvenes, el perfil de la listamás propia de Telerman exhibe la mis-ma pauta que la lista de Ibarra. Encambio, la lista de Telerman vinculadaa Carrió muestra, con valores bastantemás bajos -pero significativos- un per-fil socio-espacial similar al del voto aMacri. Independientemente de la mag-nitud de la victoria del PRO, no sedesdibujan los perfiles diferencialesde clase tradicionalmente observadosen el voto de la Capital. En la segundavuelta la pauta dicotómica es másmarcada, sugiriendo apoyos de traba-jadores manuales y empleados a Fil-mus, rechazos a Macri, mientras queel nivel medio-alto (Estudiantes ma-yores de 30 años y Profesionales yEmpresarios) apoyaría a Macri y re-chazaría a Filmus6.Una aclaración sobre este punto. He-mos señalado repetidamente que estascorrelaciones con datos agregados sóloindican el crecimiento (o caída) del

porcentaje de votos por un partido a lolargo de los circuitos o secciones, a me-dida que crece (o cae) el porcentaje depresencia de una determinada ocupa-ción (o clase). Las correlaciones nega-tivas del voto al PRO con la presenciade trabajadores manuales o empleadosimplican que el voto por esta fuerza de-crece a medida que aumenta el porcen-taje de tales ocupaciones al pasar de uncircuito (o sección) a otro. Lo contrariovale para los coeficientes de correla-ción exhibidos por el voto a Filmus.Así, para explorar algo más este pun-to, hemos realizado una estimacióndel porcentaje de trabajadores manua-les que apoyaron a las tres fuerzasprincipales en la primera vuelta (segúnpropuesta de método y software deKing7). Atento a la mejor definiciónde las ocupaciones del padrón mascu-lino, nos hemos valido de ellas. Losresultados son los siguientes:Cuando se considera el voto femenino(resultados no presentados aquí), lapauta de varones en general se mantie-ne, aunque ahora los técnicos -que en

el caso de varones mostraban correla-ción cero con Macri-, exhiben una co-rrelación positiva significativa (paralas mujeres los técnicos incluyen a lasmaestras). Si bien las categorías deservicio doméstico y quehaceres do-mésticos no son claras en su posiciónsocio-espacial la primera, en su espe-cificación la segunda, se vinculan po-sitivamente a Filmus (en particularFilmus-Kirchner en primera vuelta) ynegativamente a Macri, en la primeray segunda vuelta. La diferencia encon-trada entre los varones para cada unade las vertientes de Telerman se repiteacá aunque en forma más marcada.La relación de los partidos entre sí(Cuadro 2) muestra que la "izquierda"coincide con las dos vertientes de Fil-mus y con la de Telerman propio, asícomo con los votos en blanco y nulos.Aunque haya diferencias en los valo-res, en la mayoría de los casos son sig-nificativos al 1%. Ese perfil no guardarelación con la vertiente ARI de Teler-man y es negativo con Macri en ambasvueltas.

OBNOCAL OBCALIF CPROPIA TECNICOS COMERC EMPLEAD ESTJOVEN ESTMAYOR PROFEMP

Izquierda .12 .16* .37** .19** .05 .47** .02 -.26** -.65**

FILMUS-KIRCHNER .57** .56** .64** -.01 .08 .67** -.17* -.68** -.77**

FILMUS-IBARRA .28** .38** .59** -.01 .02 .49** .24** -.46** -.72**

MACRI -.35** -.38** -.58** -.01 -.12 -.57** -.10 .53** .79**

TELERMAN-ARI -.11 -.27** -.24** .07 .21** -.22** -.02 .16* .20**

TELERMAN .26** .27** .38** -.17* .13 .32** .19** -.38** -.48**

BLAN-NULOS -.00 .14* .26** -.01 .13 .21** .21** -.15* -.40**

MACRI 2ª Vuelta -.41** -.44** -.64** .03 -.08 -.61** -.09 .59** .83**

FILMUS 2ª Vuelta .51** .53** .70** -.07 .06 .67** .04 -.68** -.85**

BLAN-NUL 2ª V. -.49** -.36** -.14* .24** .10 -.13 .36** .36** -.13

Referencia:* p < 0,05; ** p < 0,01

Cuadro 1. Correlaciones por circuito (209) entre ocupación5 y voto en 1ª y 2ª vuelta. Jefe de Gobierno 2007. Varones.

6. Esta nota no puede hacer justicia a la complejidad de la discusión del tema del voto de clase. Unasíntesis puede verse en J. R. Jorrat y L. R. Acosta (2003): "¿Ha muerto el voto de clase? Las elec-ciones porteñas del siglo XX" en Desarrollo Económico, 48, 168.

7. Gary King (1997): A Solution to the Ecological Inference Problem, Princeton, Princeton UniversityPress.

Candidato 1ª Vuelta: Apoyo Trabajadores Manuales

Apoyo resto de las ocupaciones

Mauricio Macri 6% 48% Daniel Filmus (total) 63% 19% Jorge Telerman (total) 25% 19%

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Mientras todos los partidos exhibencorrelaciones negativas con Macri enla segunda vuelta, el voto a Telermansegún lista apoyada por el ARI mues-tra correlación cero, lo que hace sos-pechar que este sector es el que podríadar cuenta en parte del crecimiento deMacri.Al comparar los resultados del año2007 con los de las elecciones inme-diatas anteriores para Jefe de Gobier-no y con la presidencial en 2003 (re-sultados no presentados aquí) se veque en la mayoría de los casos hay unaclara continuidad del voto por los dis-tintos sectores partidarios. Así, el votodel Macri ganador en la segunda vuel-ta de 2007 correlaciona en forma muypositiva tanto consigo mismo en laprimera vuelta como con su voto en elaño 2000 y con idéntica fuerza con elvoto para presidente de LópezMurphy. En forma más atenuada, conel voto por dos de los candidatos pre-sidenciales peronistas en G 2003 (Ro-dríguez Saá y Menem).Las dos caras del voto por Filmus secomportan parecidamente en la prime-ra vuelta, con valores que se acentúanen la segunda. De los componentes delvoto Telerman, el que llamamos "pro-pio" se parece mucho a las dos ver-tientes de Filmus, aunque con valoresmás bajos. La fracción que viene delARI es muy distinta de las demás. Enla mayoría de los casos sus correla-ciones no son significativas y registra

sólo dos "rechazos", con valores másbien bajos: hacia Macri 2003 en la pri-mera vuelta y con Menem en la presi-dencial de 2003. Si el ejercicio lo repetimos ampliandoel marco temporal para cubrir los añosque comienzan con la vuelta de la de-mocracia en 1983, se apoya fuerte-mente lo ya visto.

En cuanto al voto femenino, no surgentendencias que permitan detectar unclaro apoyo a Macri por parte del votode la primera vuelta. Las correlacionesson negativas con las variantes de Fil-mus y Telerman (aunque Telerman-ARI exhibe un valor mucho más ba-jo), al igual que con otros partidos y laizquierda. Lo que hace pensar que sucrecimiento surge de apoyos variados,que no se traducen en coeficientes decorrelación relevantes. La ausencia decorrelación de votos blancos y nulossugeriría que las mujeres que votaronde esa forma en la primera vuelta sehabrían inclinado por Macri en la se-gunda.Cuando se realizan ecuaciones de re-gresión por pasos para varones (nopresentadas aquí), que eligen las va-riables que entran significativamente,tomando clase social (ocupación) yvoto presidencial en 2003 como varia-bles independientes, el voto anteriorentra primero (por ejemplo, LópezMurphy en el caso de Macri, relegan-do a Profesionales y Empresarios). Es-

to puede ser sugerente de un predomi-nio de la tradición electoral sobre laclase social cuando compiten entre sípara dar cuenta del voto a jefe de go-bierno en 2007. Aunque ciertos pro-blemas metodológicos (alta correla-ción entre López Murphy 2003 y Pro-fesionales y empresarios) pueden con-taminar estos resultados.Para concluir: las pautas tradicionalesde un voto de clase parecen sostener-se, lo que, desde la perspectiva históri-ca de asociar la clase obrera al voto deizquierda o laborista y las clases me-dias a fuerzas de centro-derecha, ubi-caría a Macri en esta última corriente.Lo que no implica hablar de un "deter-minismo de clase" en la política. Ni decaracterizar necesariamente a unafuerza por su base de clase.

* Profesor Titular Interino para diri-gir el Centro de Estudios de OpiniónPública (CEDOP-UBA), con asientoen el Instituto Germani.

Cuadro 2. Correlaciones por circuito (209) del voto de los partidos entre sí. Elecciones de Jefe de Gobierno 2007, ambasvueltas. Varones.

Izquierda BLANCO FILMUS-K FILMUS-IB MACRI TELER-ARI TELERMAN MACRI 2ª FILMUS 2ª

BLANCO-NUL .42**

FILMUS-KIRCH. .64** .39**

FILMUS-IBAR. .67** .46** .58**

MACRI -.83** -.55** -.81** -.85**

TELERM-ARI .07 .03 .09 -.17* -.13

TELERMAN .35** .25** .31** .49** -.59** -.14*

MACRI- 2ª Vuel. -.82** -.51** -.83** -.86** .99** -.05 -.57**

FILMUS- 2ª Vuel. .76** .46** .86** .85** -.95** .02 .57** -.99**

BLAN-NUL-2ª V. .60** .51** .14* .37** .47** .21** .19** .41** .27**

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DOSSIER

El triunfo arrasador en primera y se-gunda vueltas de Macri en las eleccio-nes para jefe de gobierno porteño en2007 ha estimulado la percepción deque una nueva y potente derecha daaviso de presente y no tardará en des-plegarse por la geografía nacional. Deesta forma, la remozada derecha ayu-daría a configurar un nuevo escenariopolítico bipolar que incluiría ademásuna "centro-izquierda" nucleada entorno al actual gobierno. El siglo XXI,entonces, llevaría a cabo el entierro dela estructura política del siglo anteriory nos brindaría un bipolarismo políti-co último modelo. Reflexionemos so-bre estas divagaciones.Nos acostumbramos a pensar que elbipartidismo dominó la política argen-tina durante el siglo XX. Pero en ver-dad esto se aplica sólo a su primeramitad cuando conservadores y radica-les fueron las fuerzas dominantes. Laidea de bipartidismo continuó vigenteluego de la irrupción del peronismocon una nueva díada señoreando en lasegunda mitad de aquel siglo: radica-les y peronistas. Y entonces, ¿la dere-cha conservadora se esfumó de la po-lítica? ¿Se camufló en los dos partidosmayoritarios? No fue así; en realidadel tripartidismo fue la regla en la se-gunda posguerra.El primer término de esta tríada fueronaquellos conservadores que perdieroncon la ley Sáenz Peña, la posibilidadde ganar elecciones. A partir de allí,usaron el aparato militar como su or-ganización partidaria fundamental yjunto a una variedad de pequeños par-tidos combinaron el golpe militar, laproscripción y el fraude como instru-mentos para acceder al gobierno. Estaderecha solo tuvo en la etapa mene-mista la invitación a gobernar a travésdel voto y produjo las transformacio-nes que conocemos.El peronismo fue el segundo actor dela política de posguerra. Significó ori-ginariamente la valorización de secto-res populares y junto a los sectoresmedios derrumbaron cada uno de los

gobiernos de la derecha argentina. Así,el peronismo fue causa fundamentalde un proceso de democratización so-cial sin precedentes en América Lati-na. Por otra parte, adquirió un prag-matismo que le permitió dar volanta-zos a derecha e izquierda e incorporócomo rasgos centrales una naturalezacorporativa y clientelista junto a lamisma baja preocupación por el respe-to de reglas de juego, que eran patri-monio de la derecha conservadora. El tercer actor, el radicalismo nacidodel combate a la estrechez política dela sociedad oligárquica expresó, juntoal socialismo, a las clases sociales has-ta allí marginadas de la vida política.La defensa del Estado de derecho fuesu principal virtud. Pero al surgimien-to del peronismo fue perdiendo su ca-rácter de "causa de los desposeídos"para ir adoptando un perfil de partidoliberal crecientemente contagiado porlos vicios clientelares del peronismo ysembrando dudas sobre su capacidadde gobernar la Argentina.Los partidos restantes, pequeños, sur-gidos en esta segunda mitad del siglosean de la variante ideológica que fue-ren, no lograron prosperar y muchos,ni siquiera sobrevivir.La Gran Crisis del siglo XXI sacudióbrutalmente al sistema político peroaún no están definidos sus rasgos defi-nitivos y por lo tanto no es fácil seña-lar cuáles son las novedades si es queellas existen. Algunas características del actual go-bierno estimulan a pensar que desde elvientre del antiguo peronismo estásurgiendo la construcción de una nue-va centro-izquierda que incorpora sec-tores de radicales, socialistas y anti-guos frepasistas. La política de dere-chos humanos y los conflictos conciertos sectores empresarios son seña-les de esta novedad. Una interpreta-ción alternativa, sin embargo, es quela cancha rayada por el neoliberalismoen los noventa continúa intacta en tér-minos de exclusión, concentración dela riqueza e incapacidad del Estado

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para fiscalizar y brindar servicios. Porello más que ante una nueva centro iz-quierda podría interpretarse que nosencontramos con un peronismo que,aun con desprendimientos y crisis deidentidad, mantiene sus rasgos autori-tarios, su estilo clientelar, su baja pre-ocupación por la calidad institucionaly su falta de aversión a las prácticascorruptas. Los nuevos socios, por otraparte, no serían otra cosa que frutos dela cooptación. La novedad de la derecha también esdudosa; históricamente débil en su ca-pacidad de atraer el voto, puede gene-rar la sensación que resucita y que tie-ne perspectivas auspiciosas despuésdel triunfo de su candidato en la ciu-dad de Buenos Aires. No obstante, só-lo el futuro dirá si va en camino de seruna parte relevante y estable del arcopolítico o constituye sólo uno más delos múltiples ensayos políticos acaba-dos en fracasos electorales o desapari-ción política. Por lo pronto, tendrá quepasar el examen de la práctica guber-namental en una ciudad compleja co-mo es Buenos Aires. Además, su ape-lación a la "capacidad de gestión", a la"nueva política" y la prioridad de unaseguridad concebida en términos re-presivos (el tema del Orden), no tie-nen demasiada novedad y son elemen-tos reiterados en el vocabulario de laderecha argentina. Si en medio de una situación que losconservadores no tenían desde co-mienzos del siglo XX, el gobierno deMenem, reelecto en 1995 con la mitadde los votos, con apoyo del empresa-riado nacional, los organismos inter-nacionales y los gobiernos más pode-rosos de la Tierra no fue capaz de es-tructurar una nueva derecha, y comen-zó a experimentar derrotas electoralesa partir de 1997, la tarea para Mauri-cio Macri no va a ser precisamente fá-cil, y no debe descartarse que como laUCEDE o Alianza para la República,su partido acabe en el museo de la po-lítica argentina.De esta manera, derecha adjetivada

como nueva y peronismo reconcep-tualizado como centro-izquierda noson a mi juicio la novedad del nuevoescenario político en formación. Qui-zá la novedad descanse en la fragmen-tación y desaparición del radicalismoy sus desprendimientos (Ari y Recre-ar).Ahora bien, es también posible que unsector importante de la sociedad en-cuentre dificultades para expresarse através de esta derecha y del peronis-mo. Es lo que podríamos llamar el ar-co social-democrático republicano.Me refiero a quienes propugnan cali-dad democrática y políticas públicasredistributivas y que incluye a socia-listas, radicales, frepasistas o aristasdispersos en decenas de fragmentos,muchas veces incoherentes en opcio-nes y alianzas electorales. Incluyetambién a sectores próximos al actualgobierno. En otras palabras, están sinrepresentación quienes tienen buen re-cuerdo de los efectos perversos de losgobiernos de derecha y no toleran elamoralismo y autoritarismo propio delestilo peronista. Por ello quizás la victoria de la coali-ción conducida por el socialismo enSanta Fe pueda suministrar un modeloalternativo y termine constituyendo laverdadera novedad de la política ar-gentina.

* Profesor de Sociología Política enla Carrera de Sociología.

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DOSSIER

Mientras subsisten bolsones de ideo-logías y prácticas terroristas, tras elprimer aniversario de la desapariciónde Julio López, el principal testigo deuna de las causas a los represores de laúltima dictadura, la persistencia deuna ultraderecha que aún intenta la víaparlamentaria a pesar de los procesosque se le han iniciado por crímenes delesa humanidad, conforma un primernúcleo del régimen político de la Ar-gentina que persiste luego de la crisisde 2001. Crisis en que la movilizaciónde las clases medias y de los sectoresurbanos pauperizados o arrojados ha-cia los límites de la miseria dieron portierra con la última experiencia de una

coalición política: la Alianza, una con-junción de peronistas, radicales y res-tos de antiguos partidos, cuya breveoportunidad fincaba mucho menos ensus virtudes y mucho más en su decla-rado propósito de erradicar al mene-mismo. En la subasta política del finde siglo XX, estos actores políticos nolograban advertir hasta qué grado esemismo neoliberalismo subsistiría en laelección de la tecnocracia de turno yen los responsables de la política eco-nómica, el caso de la convertibilidadde los años 1990. Otro tanto ocurríacon el antiguo terrorismo de Estadoque ya no persiste como un sistema degobierno sino como una expresiónideológica (y práctica), individual o degrupo, que aún no se ha desarticuladopero que, por ello mismo, permite des-tacar los diversos obstáculos y resis-tencias institucionales para juzgar laexperiencia del genocidio en la Argen-tina. El otro núcleo que hunde su origen enun lejano pasado lo conforma el neoli-beralismo "actual" que intenta atenuarsu natural beligerancia para formaruna suerte de nueva derecha que no estal. Las lecciones que arroja la historiade Polifemo, "el de las muchas pala-bras", el cíclope hijo de Poseidón y dela ninfa Toosa, la hermana de las tresGorgonas, el gigante de un solo ojo,devorador de hombres pero débil fren-te a la astucia de Ulises, permite invo-car una fisonomía de la ceguera de es-ta derecha incapaz de percibir el hori-zonte a causa de sus convicciones pró-ximas a un fundamentalismo econó-mico-social o a un pensamiento de or-den religioso (recuérdense aquí laslecciones de Albert Hirshman). Al compás de la formación de un nue-vo régimen político en que ya no exis-te un sistema de partidos sino que, porel contrario, domina la fragmentación-en algunos casos la multiplicación delas facciones-, las antiguas expresio-nes nacionales han declinado haciaformas no orgánicas aunque adecua-das a coyunturas políticas particulares.

Afirmadas en liderazgos personalesantes que en estructuras instituciona-les, sus formas de organización son te-rritoriales, es decir, los espacios pro-vinciales y locales. Tras la crisis de di-ciembre de 2001 en que la poblaciónintentó expresar una democracia di-recta mediante las Asambleas Barria-les que muy pronto se extinguieron, seacentuó la ausencia de rumbos que sehabían cristalizado en otras experien-cias históricas, v.g., durante el breveperíodo de gobierno del segundo pero-nismo de los años 1970. La compara-ción no es ociosa pues en ambas co-yunturas se asiste a una demanda poracrecentar la participación ciudadanaen la elección de la orientación políti-ca y social. En el pasado, los deseoscolectivos de una multitudinaria mani-festación que recorría un lejano cami-no al encuentro con un líder (des)co-nocido en 1973, muy pronto, se tradu-cirían en la firmeza de las expectativasque se disolvían en la ambigüedad desus contrastes y oposiciones, en esevaivén entre la negación cultural delas evidencias del presente y la reali-dad de las promesas "incumplidas".En síntesis, del fracaso de las interpe-laciones al orden existente que brota-ban del sencillo barrio o de los dilata-dos escenarios de las grandes concen-traciones urbanas. Una acción siste-mática ejercida por el terror de Estadono lograría anular, más tarde, la "for-ma" partido como modelo de la repre-sentación política sino tan sólo sus-penderla en el tiempo. Hoy, el abismo con ese pasado es evi-dente pues de inmediato se compruebacómo los partidos fueron sepultadosen beneficio de fragmentos que se dis-persan y se (re)unifican entre sí. Si lacrisis del radicalismo en 1989 habíasido el preanuncio de otra mucho másdilatada, aquella de un partido conser-vador populista de origen neoliberaldurante los noventa, la solución de laAlianza no hizo sino desnudar la debi-lidad de las coaliciones políticas. Enlas elecciones de 1999 obtuvo el

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33,5% de votos sobre el total del pa-drón, en tanto el Partido Justicialista el27,30%, demostrando que no sóloexistía una crisis de los partidos y lascoaliciones, sino del mismo sistemapolítico donde la participación electo-ral no alcanzaba al 75% del padrónmientras que el 15% elegía el votoblanco o anulado. La época de los par-tidos hegemónicos había desaparecidopara dar paso a los acuerdos coyuntu-rales. Esta conclusión se adecua a laactual estrategia desplegada por el go-bierno nacional quien ha desarrolladouna extensa como profunda coopta-ción (incorporación) de la oposiciónen una versión mucho más próxima aun débil desarrollismo que no se com-padece con el peronismo histórico fa-vorable a la redistribución del ingresonacional. Analizando "las mercancíaspolíticas" que convergen en las presi-denciales de octubre de 2007, se ad-vierte cómo y en qué profundidad sub-sisten los antiguos funcionarios y latecnocracia nacional o provincial quese renuevan en todas las nuevas "ofer-tas" políticas reiterando su condiciónde "mercancía." En la edición de Ámbito Financierodel 5 de abril de 2002 se reproducía unartículo del entonces presidente delCEMA, Carlos Alfredo Rodríguez,quien afirmaba que "la derecha hoyexiste como un nicho electoral al quemuchos aspiran ocupar para luego po-der negociar algunas migajas de podercon los partidos tradicionales. Conti-nuamos con la misma metodologíaque dio lugar a la debacle actual: seelige primero el líder según las en-cuestas (…) La ideología de derecha yla ética capitalista deben tener una re-presentación legitimada dentro del es-pectro político de la nueva Argentina.Más aún, aspiro a que todas las mayo-rías políticas acepten de buen gradolas reglas básicas del capitalismo y dela economía de mercado y que se dife-rencien en temas tales como la progre-sividad de los impuestos, la composi-ción del gasto social o el financia-

miento de la educación superior." Ladistancia entre la derecha "real" y la"ideal" era el núcleo de aquella notaque, a la distancia, percibía el predo-minio del "candidato" por sobre cual-quier otra condición del individualis-mo político que, ahora, ha evoluciona-do hasta concluir en la autoproclama-ción de los aspirantes. En tanto desaparecieron los partidosnacionales, subsisten estructuras sóloterritoriales que se reproducen conotras de similar estatuto. Es el caso deesas bases territoriales de una derechaque alcanza un caudal de votos similara un plebiscito en la antigua CapitalFederal con un homogéneo triunfo entodos los distritos. Si en el pasado eraposible vincular circunscripciones apartidos políticos, el ejemplo del míti-co triunfo de Alfredo Palacios en LaBoca en 1904, hacia el 2007 la futurapareja gobernante de Propuesta Repu-blicana, Mauricio Macri y GabrielaMichetti, dominan el escenario clásicodel disenso respecto de los gobiernosnacionales en la Ciudad Autónoma deBuenos Aires. El ex ministro RicardoLópez Murphy, antiguo economista deFIEL, dirige Recrear. En su breve es-tadía en el palacio de Hacienda, del 4al 19 de marzo de 2001, diseñó unplan de ajuste fiscal que incluía soste-ner el régimen de convertibilidadpues, según sus palabras, su abandono"sería un error de proporciones impen-sables en la Argentina", y una drásticareducción del gasto público que afec-taban al presupuesto universitario y alas provincias, la reforma del Estadoeliminando el 30% del empleo públiconacional, la flexibilización laboral y laprivatización de los escasos activosque poseía el Estado: AFJP-Nación,Casa de la Moneda, Lotería Nacional. Estos dos líderes, Mauricio Macri yRicardo López Murphy, se completancon un tercer referente: Jorge Sobischlimitado o condicionado por la críticasituación política y social de la socie-dad neuquina. La expansión territorialde esta derecha abunda en afirmacio-

nes abstractas, reducidas a mero "sig-no", mensajes o acciones materialesque representan o sustituyen al pre-sente en el futuro -"va a estar buenoBuenos Aires"-, meras fantasías cuyocontenido es pura imagen publicitariaque transmite un diseño, una retóricapor donde se escabullen otras conclu-siones, entre ellas la ausencia de me-diaciones y, por consiguiente, la yux-taposición de lo público y lo privado,v.g., del jefe de gobierno y el empre-sario, del poder político y el espaciocorporativo, de las adhesiones deporti-vas ("Que el equipo de fútbol más po-pular de la Argentina sea admirado enel mundo") con aspiraciones educati-vas cuyo contenido es desconocido("Que los chicos tengan 180 días declase"), del efecto multiplicador de lasobras públicas reducidas a caminos ycarreteras ("Asfaltar toda la Argentinay que con esa sola idea todos tengantrabajo"). Frases ambiguas, afirmacio-nes generales, interpelaciones sensi-bles, marketing. En suma, una derechaaún más ramplona que sus anteceden-tes inmediatos, aquellos neoliberalespopulistas que traficaban con los re-cursos del Estado durante una de lamás agudas fases de la transnacionali-zación del poder político en la décadade 1990.

* Profesor de Historia Social Argenti-na en la Carrera de Sociología.

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TESIS DE DOCTORADO: EL GENOCIDIO COMO PRÁCTICA SOCIAL

Ciencias Sociales – El título de la tesis nos pareció muy provocativo: "El genocidio como práctica social". ¿La apuesta esno ubicar al genocidio en el lugar de la excepción? Daniel Feierstein – Básicamente sí, es instalar al genocidio en su carácter constituyente y funcional en relación con lamodernidad. Esta es la idea de concebirlo como práctica social. Es racional, tiene sus objetivos, tiene sus modalidades,conforma una tecnología de poder y, por lo tanto, hay consecuencias políticas que se derivan de ello: que cualquier con-frontación con esta práctica no puede basarse en una cuestión de condena abstracta sino en un análisis de sus efectos.CS – ¿De qué otras maneras de pensar al concepto de genocidio intentás deslindarlo?DF – Pretendo apartarme de la perspectiva que lo concibe como una irrupción esporádica de la irracionalidad o de la bar-barie dentro de la continuidad de un progreso moderno. Esa es la mirada más banal, pero en muchos casos fue la hege-mónica. El predominio de esa perspectiva trivial hizo que el genocidio ni siquiera se haya llegado a constituir como uncampo de estudios propio, por lo menos en nuestro país, y diría que tampoco en Latinoamérica. Luego, trato de delimi-tar las características que han asumido los procesos de aniquilamiento de masas de población en la modernidad frentea las características que tenían esos procesos antes de la modernidad. Este corte define el objeto de estudio, porque losprocesos de aniquilamiento que tenían que ver con lógicas antiguas o medievales son distintos al genocidio moderno,que exige un análisis y una tipología particular de sus procedimientos específicos como tecnología de poder. En este úl-timo caso, el objeto de estudio queda delimitado por las distintas variantes en las que el aniquilamiento de masas depoblación se articula con un modo de ejercicio del poder y con un modo de transformar las relaciones sociales. CS – Entonces, ¿cómo se debe formular la pregunta en torno al concepto de genocidio para orientar el análisis?

DF – Al ser el genocidio una tecnología de poder, las preguntas serían: ¿qué tipo de transformaciones sociales produce?¿Cómo operan esas transformaciones en el tiempo? Una de las ideas que recorre toda la tesis es que el genocidio no cul-mina con el aniquilamiento material, sino que continúa en los modos en que ese aniquilamiento es procesado en la me-moria, en las representaciones, en las modalidades de construir las imágenes de esa experiencia. CS – Tu trabajo se nutre de aportes del derecho, la filosofía y las ciencias sociales. ¿Cómo se complementan estos trescampos?DF – Creo que cualquier fenómeno social debe ser analizado desde una mirada transdisciplinaria, pero en este caso eraabsolutamente necesario por varios motivos. El primero es que el concepto de genocidio surge como un concepto jurídi-co. Se puede sin duda hacer un análisis sociológico, pero sin ignorar su historia y su aplicación como concepto jurídico,

Daniel Feierstein es Licenciado en Sociología y Doctor en Ciencias Sociales por la Uni-versidad de Buenos Aires. Es Profesor Titular de la Asignatura "Análisis de las prácticassociales genocidas" en la Facultad de Ciencias Sociales de UBA y Profesor Titular Regu-lar de la asignatura "Sociología de los procesos de segregación y exclusión" en la Univer-sidad Nacional de Tres de Febrero. También se desempeña como Director del Centro deEstudios sobre Genocidio y de la Maestría en Diversidad Cultural en la Universidad Na-cional de Tres de Febrero.Es Experto Independiente por Naciones Unidas para la elaboración de las Bases de unPlan Nacional de DD.HH. argentino. Y primer miembro latinoamericano del AdvisoryCouncil de IAGS (International Association of Genocide Studies), 2007-2009.Entre sus últimos libros se encuentran: Genocidio como práctica social. Entre el nazismoy la experiencia argentina (Buenos Aires, FCE, 2007) y la compilación Genocidio. La ad-ministración de la muerte en la modernidad (Buenos Aires, Eduntref, 2005).

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"Lo central del genocidio es que toda la sociedad ha sido transformada

pero no puede tomar conciencia de dicha transformación"

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porque tiene importantes consecuencias en este plano. El concepto de genocidio es muy interesante porque rompe conmuchos de los principios del derecho clásico en tanto es la única figura legal que refiere su lógica a grupos en lugar dehacerlo con individuos. Y esto es una conmoción para el derecho. El derecho clásico codifica las prácticas de individuos,tanto realizando como sufriendo las consecuencias de los delitos. La figura de genocidio es tremendamente subversivaen este sentido, porque es una especie de irrupción de la sociología en el derecho. Esto lo vuelve un concepto problemá-tico, y por eso originó tanta discusión en la comisión de las Naciones Unidas y posteriormente, entre los penalistas. Porotro lado, estoy convencido de que tiene que haber un diálogo permanente entre la sociología y la historia, a punto talque no es posible hacer sociología sin un profundo basamento histórico. Los sociólogos necesitamos el trabajo de los his-toriadores, y cuando este aporte no se produce la sociología se empobrece muchísimo. En tercer plano, todas estas dis-cusiones, que son discusiones políticas, terminan reutilizando y reestructurando categorías de la filosofía, porque éstaes la fuente a la que tenemos que recurrir para llegar al origen de ciertas explicaciones.CS – ¿Deberíamos dejar de pensar el genocidio como excepcionalidad?DF – Dada la profusión de procesos genocidas no hablaría de excepcionalidad. Sí de peculiaridad, porque no es el únicomodo en que se opera una transformación de las relaciones sociales. Otro ejemplo de transformación sería el caso de lasrevoluciones. ¿En qué sentido es peculiar el genocidio? En la tesis trato de dar cuenta de que hay modos de modificaciónde las relaciones sociales que son muy difíciles de producir si no es a partir de las maneras en que opera el terror que ge-nera el asesinato colectivo. Entonces, para avanzar en contra de la idea banal que reduce al genocidio a un hecho ex-cepcional es necesario que la mirada no esté sólo puesta en las víctimas directas, los sujetos que son aniquilados. Es ne-cesario pensar al genocidio, en cambio, como una práctica social que opera sobre el conjunto de la población, porque sies una tecnología de poder su funcionamiento no está dirigido sólo a las víctimas sino fundamentalmente al conjunto.CS – ¿La peculiaridad a la que te referís está en el carácter radical de la transformación de las relaciones sociales?DF – Exacto, porque otras transformaciones, como aquellas que se produjeron en torno a la resolución de los nudos decontradicciones en la modernidad alrededor de la idea de igualdad o de soberanía, se pueden llegar a resolver con cons-trucciones más ideológicas, vinculadas por ejemplo al racismo. Ahora bien, la historia muestra que en gran medida el ti-po de transformación social que implica quebrar las relaciones de autonomía de colectivos sociales no pudo llevarse acabo sólo con la construcción de un marco ideológico. Y en esos casos se recurrió al asesinato colectivo como modo deimpactar en la subjetividad. Me parece entonces que la palabra "radical" es correcta para caracterizar a la transforma-ción de las relaciones sociales a la que apunta el genocidio.CS – ¿El genocidio opera entonces desarticulando las relaciones de autonomía?DF – Uno de los elementos centrales de las prácticas sociales genocidas es quebrar las relaciones de autonomía que ha-bía desarrollado la modernidad al subvertir a todo ese aparato heterónomo que implicaba la iglesia católica medieval,como modo de regulación del orden del mundo y de la propia conciencia. Este desarrollo de la autonomía no ha podidoser encauzado. El terror que se impone en el genocidio conduce al aislamiento de los individuos a través de la delación,porque cada individuo entra en un vínculo que se vuelve unidireccional con el poder que lo interpela, uno a uno, y de esemodo queda quebrada la posibilidad de la autonomía, en tanto la autonomía –esto lo recupero de los trabajos de Pia-get– se construye en la relación con el par. Si no hay paridad o cooperación, no hay autonomía posible. Y el terror quegenera el genocidio conduce a la desaparición de la posibilidad de pensar una relación de paridad.CS – Resulta interesante en tu planteo que la sociedad civil en su conjunto no queda ajena al genocidio.DF – Eso es fundamental, porque la ajenidad en relación con el conjunto es un modo de representar el genocidio que haatravesado a todos los procesos históricos y también a gran parte de las víctimas. Hay que deshacer la dualidad entreapropiación y ajenización de la experiencia genocida, en donde dicha experiencia aparece apropiada por las víctimas di-rectas, el grupo de familiares, amigos y personas cercanas a quienes fueron aniquilados, y como una experiencia ajenapara el resto de la sociedad, que no se siente interpelada. Porque lo central del genocidio es que toda la sociedad sufrelas consecuencias, ha sido transformada por esa lógica, pero no puede tomar conciencia de dicha transformación. Hayque repensar, entonces, estos procesos de apropiación y ajenización e intentar transformar la manera en que se vive esaexperiencia.CS – ¿Cómo ubicás estos procesos de apropiación y ajenización en relación con el genocidio de nuestro país?DF – Es muy claro que aún hoy, incluso con posterioridad a la crisis que ha sufrido la perspectiva de los dos demonios, sesigue considerando que el genocidio sería un problema particular de las organizaciones de familiares de las víctimas yde los organismos de derechos humanos. Esta manera de representar la experiencia vivida está presente en los debates,por ejemplo, sobre qué hacer con los centros clandestinos de detención o cómo retomar la memoria, si como un museo osi distanciado del discurso museístico. Y las discusiones que deberían interpelar al conjunto de la sociedad, aun en los

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campos más interesantes a nivel intelectual, parecerían circunscribirse y conformar un problema específico de los orga-nismos de derechos humanos, y en particular de los familiares de las víctimas. Podríamos hablar incluso de un procesode desaparición simbólica porque nunca se incluyen en estos organismos –por lo menos hasta los últimos cinco años– alos organismos de ex detenidos desaparecidos, quienes son sobrevivientes de esa experiencia, pero que no ven legitima-da su voz porque no aparecen como actor. Son re-desaparecidos, porque parecería que las víctimas son sólo las vícti-mas que ya no están. Y entonces aquellos que están se vuelven invisibles. CS – Hay otra perspectiva que ubica el análisis de este proceso genocida en ciertas características de los militares. ¿Có-mo se relaciona con la perspectiva que recién comentabas?DF – También conduce a un modo de ajenizar la experiencia, y es la contracara del análisis anterior. De un lado, la ex-periencia le pertenece sólo a las víctimas, y del otro la experiencia le pertenece sólo a los perpetradores directos, a losque bajo esa perspectiva se demoniza. Se construyen así modos de representación sedantes, en el sentido en que tran-quilizan a la conciencia, y permiten que la experiencia parezca ajena para continuar la vida como si este proceso no hu-biera existido. Es mucho más complejo para la generación que lo vivió e incluso para la generación de los hijos pensarcuántas de sus prácticas sociales fueron transformadas por los efectos genocidas. Avanzar en una revisión de esta ín-dole sería una experiencia interesante en la construcción de la identidad colectiva, pero creo que hoy estamos lejos deeste punto.CS – ¿Según tu criterio, entonces, la representación que predomina en torno al genocidio en nuestro país es la de ajeni-dad?DF – Creo que sí. Hubo una hegemonía de la teoría de la guerra sucia durante la dictadura y de la teoría de los dos de-monios hasta mediados, o incluso fines, de los años noventa. Esta última entró en crisis y aún no fue reemplazada porotra representación hegemónica. La crisis es sin duda una oportunidad para que surja otro modo de representar las prác-ticas sociales genocidas, pero todavía no se advierte que haya un cuestionamiento en cuanto a la ajenidad con que sevive esa experiencia. Es decir, pese a que se cuestiona la teoría de los dos demonios, a veces se la cuestiona desde unateoría muy similar que es una suerte de teoría de un solo demonio. Eso conserva el mismo modelo de explicación, queconduce a desprenderse de la experiencia, al entender el proceso como producto de los perpetradores.CS – ¿Se borran las huellas políticas de lo que implicó como práctica social?DF – Se borran las huellas en dos niveles: qué implicó como práctica social y qué consecuencias dejó. La pregunta que nose piensa es cuánto de eso opera hoy.CS – En las conclusiones de la tesis destacás la dimensión ética en el análisis del genocidio. ¿Qué intentás recuperar des-de esa perspectiva?DF – Intento recuperar el humanismo. Creo que no se puede pensar la política desgajada de la ética. El análisis de lasprácticas sociales y las tecnologías de poder, de construcción y destrucción de relaciones sociales, no puede desgajar-se de las implicaciones subjetivas. Y esto se vincula a una mirada ética.CS – Hay un debate que recuperás entre lo narrable y lo inenarrable de la experiencia del genocidio, ¿cuál es tu posición?DF –Este debate cobró más relevancia en la experiencia del nazismo y no fue muy desarrollado en el caso argentino. Latesis de algunos autores ha sido que la magnitud de los hechos los haría irrepresentables e inenarrables. Aun cuando es-ta afirmación tiene en algún punto elementos filosóficos interesantes, en otro punto es una banalidad, en el sentido enque en ningún evento la representación del mismo es la realidad: cuando nos acercamos a la realidad social, siempre nosacercamos con herramientas conceptuales. Siempre hay una distancia entre la representación y la realidad.CS –Pero hay una dimensión del horror, si podemos decir así, que estas experiencias conllevan. ¿Los autores que hablande inenarrabilidad no hacen referencia a esa dimensión?DF –Los autores ubican lo inenarrable en el punto en donde esta experiencia excedería la capacidad humana de repre-sentación y aquí está mi desacuerdo. Yo creo que si algo puede ser realizado por los seres humanos, no excede la capa-cidad humana de representación. Por eso creo que la inenarrabilidad, en todo caso, es similar a la de cualquier otro he-cho social, cuyo límite está dado por el proceso de representación en cuanto tal.CS –La noción de genocidio la distinguís de la noción de totalitarismo, por un lado, y de guerra, por otro. ¿Cuáles son lasdiferencias?DF –Son dos cuestiones distintas. En el caso del concepto de guerra hay algunos autores que plantean la necesidad dedelimitar estas dos prácticas que tienen muchos puntos de articulación, pero también características distintas. Son dis-tintos tipos de confrontación: el objetivo de la guerra es el desarme material y moral del enemigo, el objetivo del geno-cidio, en cambio, es la reorganización y reformulación de las relaciones sociales en el conjunto de la sociedad dondeopera esa práctica. Ahora bien, muchas veces los genocidios están articulados con procesos militares, son simultáneos

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o sucesivos a guerras nacionales o guerras civiles. El caso del concepto de totalitarismo es distinto porque apunto a unadeslegitimación del concepto, porque según mi criterio es más lo que ha oscurecido este concepto que lo que ha apor-tado a las ciencias sociales. El concepto de totalitarismo iguala el modo de ejercicio del poder en experiencias que tie-nen características muy distintas. Y en la medida en que son más las características diferentes que las que tienen en co-mún, este concepto conduce a confundir aquellos procesos que se pretende analizar.CS – También suelen aparecer en los análisis de los procesos de genocidio conceptos tales como "inocencia" o "vícti-mas". ¿Te parece que hay que recurrir a estos conceptos?DF – El concepto de víctima hay que problematizarlo. ¿De quién estamos hablando cuando hablamos de víctimas? ¿Cuá-les son los niveles de victimización? Sícreo, en cambio, que hay que desterrar delos análisis la noción de inocencia. En nin-gún proceso genocida hay víctimas ino-centes si por inocente se entiende a aquelque no hizo nada para ser aniquilado, por-que éste no es el punto central de lasprácticas genocidas. Hay un problema se-rio cuando la mirada se centra en los erro-res del genocidio y no, en cambio, en susobjetivos. Algo de esto se puede observartanto en la elección de Ana Frank como fi-gura emblemática de las víctimas del na-zismo, como en la figura de los jóvenes dela noche de los lápices en relación con elgenocidio argentino, porque en ambos ca-sos se elige aquello que es marginal paratratar de explicar lo central de los procesos genocidas. Así se produce un desplazamiento que confunde el eje de causa-lidad de las prácticas genocidas. Hay que pensar a los procesos genocidas en relación con aquello que se proponen des-truir, y no con aquello que destruyen por error o marginalmente. Porque si nuestra condena moral a los procesos geno-cidas está basada en los errores cometidos, de algún modo estaríamos legitimando su lógica operatoria. Es como si enese caso dijésemos: está bien el aniquilamiento que se llevó a cabo, apenas habría que cuestionar que llegó a algunaspersonas a las que no tendría que haber llegado. Este discurso, además de políticamente inútil es éticamente peligroso.CS – Para concluir, ¿cuál ha sido la mirada predominante sobre estos procesos y cuál sería a tu criterio una mirada crí-tica de los mismos?DF – Creo que la dimensión simbólica del genocidio, que es la que da cuenta de las representaciones que operan despuésdel fenómeno, no fue tomada en cuenta en los análisis y esa dimensión es, sin embargo, tan relevante como el hecho ma-terial mismo. Si el objetivo del genocidio es destruir relaciones sociales, entonces requiere que los sujetos no se relacio-nen de la misma manera en que lo hacían. Eso no se produce solamente porque faltan personas. Porque si la gente se re-lacionaba de un modo determinado, aunque hayan matado a diez mil, veinte mil, treinta mil o un millón, la gente no vaa dejar de relacionarse de ese modo solamente por esa ausencia, sino que lo que opera en la transformación de las re-laciones es el modo en que esos asesinatos son representados en la subjetividad. Ahí es donde se clausuran relacionessociales, pero eso no es ya el campo de lo material sino el campo de lo simbólico. Es el campo que ha sido descuidado,como si la lucha contra los procesos genocidas se pudiera dar sólo a través de conocerlos, lo que ha constituido el ba-samento de discursos que han impulsado consignas tales como "conozcamos lo que ocurrió para que nunca más se repi-ta". Sin embargo, no hay que perder de vista que el conocimiento en sí mismo no es algo que altere los modos de repre-sentación. Las preguntas centrales, en todo caso, son: ¿conocer de qué manera?, ¿de qué modo representarse las expe-riencias genocidas?, ¿cuáles son los modos de representación funcionales a los efectos genocidas? El aniquilamiento sedesarrolla en el ámbito de lo material, pero si ese aniquilamiento no se procesa simbólicamente de determinada mane-ra, sus efectos no se desarrollan. Y hay modos de representación tan funcionales a los efectos del genocidio como la ne-gación. No es sólo porque nos faltan determinadas personas que se transforman las relaciones sociales sino por las ma-neras en que se procesa que dichas personas ya no estén más entre nosotros.

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Avances de investigación

n la vida cotidiana las operacionesestéticas se dan de hecho; las acciones

se ejecutan. En otros territorios, el de loshechos artísticos, en algunas de sus mani-festaciones, una buena parte se consti-tuye como predicación. En estas predica-ciones se revela la condición misma de loartístico.Nada parecido ocurre en los fenómenosestéticos en la cotidianeidad: peor omejor, con más o menos información, conmás o menos compromiso, con más omenos miedo, con más o menos riesgo, conmás o menos recursos, en la vida cotidianalos operadores hacen, componen, recua-dran y encuadran, resaltan u ocultan, dis-tribuyen, ordenan y jerarquizan los espa-cios, las formas, los colores.Eligen o descartan, se resignan o seleccio-nan orgullosamente, descubren, juegan afavor o en contra con lo que tienen y loponen en escena...

1. En el interior de las viviendasSe trata de un listado de operacionesbásicas encontradas en la disposición delos objetos y la puesta de la mesa en unaserie de viviendas documentadas. En los espacios de la cotidianeidad con-viven distintos tipos de objetos. Se pre-sentan aquellos que parecen ofrecermenos problemas porque son artefactoscon intención estética: cuadros, escultu-ras, objetos decorativos en los que sufuncionalidad está llevada a cero. Ocu-pan en esos espacios el lugar nítido de sufunción estética. Están allí para ser con-templados sin que se solape en ellos otrafunción.Otros son artefactos funcionales a losque se suma una función estética: los

objetos de diseño (tan caros a nuestroestilo de época).Otros son artefactos sin función estéticaintencional, pero que los operadoresponen en juego de manera estética. El juego entre producción y reconoci-miento es diferente en cada caso.En el primer caso, los operadores cuel-gan, ubican, colocan, componen, ilumi-nan; es decir, activan en el sentido plan-teado por Nelson Goodman. Hacen jugar aesas "obras" en la sintaxis general delespacio, de las formas, de los colores, delas texturas que lo conforman. Activan enel sentido de favorecer o no algo que losobjetos traen como condición inherente asu existencia.En el segundo caso, los operadores sedesdoblan: por un lado, la selección deesos artefactos está vinculada al uso(valor funcional: un cuchillo debe cortar,una cafetera debe hacer café, un manteldebe cubrir) pero, y al mismo tiempo,algunas de estas especies de objetos lle-van de manera ostensible su condición(muestra en el sentido de Goodman,también) de ser objetos estéticos. Losoperadores pueden resaltar ambosaspectos o sólo alguno de ellos.En el tercer caso, los operadores seleccio-nan esos objetos por su función y le crean-o podrían hacerlo- una función estéticaque los objetos no llevaban de maneraprotagónica. Un objeto "diseñado" enun-cia su condición de manera fuerte.Podemos vincular esta enunciaciónopaca -muestra que es un objeto dise-ñado, muestra que tiene las dos funcio-nes- con la definición de Goodman:muestra unos atributos -de los que esmuestra- y no otros.

2. En los medios gráficos2.1. Permanencia y cambio en la disposi-ción de los objetos: una sintaxis que per-maneceComo resultado de la comparación entrelas observaciones realizadas en los hoga-res relevados y las iniciales realizadas enlos medios gráficos sobre revistas domini-cales, suplementos de arquitectura yrevistas de decoración, observamos lapersistencia en ambos de una cierta fijeza(estabilidad) en la disposición de ciertoscomponentes: la mesa y las sillas a sualrededor para indicar el espacio de lacomida; los sillones y alguna mesa acce-soria para el estar; algún objeto decora-tivo sobre las mesas.Esta sintaxis configura una indicialidad(se puede comparar con lo profílmico ocon el efecto enunciativo de la naturalezamuerta) en las dos direcciones tempora-les: la del rastro (aún tibio) de quien lopuso allí, y, al mismo tiempo, el anunciode lo que sucederá, del lugar que ocupa-rán algunos cuerpos, del probable inter-cambio en un tiempo más o menos cer-cano. Ubicado en el presente nos conduceal pasado y al futuro: hacia el pasado,evocando la acción de poner, ordenar,disponer, arreglar, y hacia el futuro, ladisposición misma prevé lo que va a suce-der ("comer, beber, hablar").En las secciones y revistas especializadaseste efecto de indicialidad se suaviza enfavor de un resultado más icónico. Si la sintaxis elemental permanece, nospreguntamos entonces acerca de los ras-gos que determinan el movimiento, eldinamismo, el paso del tiempo, la inciden-cia de la moda. Si la permanencia, en unsentido macro, de la disposición de esos

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Performance y vida cotidiana

Proyecto UBACyT S802Cátedra: Semiótica de los Géneros Contemporáneos, con aporte del Área de Crítica de Artes del IUNA.Directora: Marita SotoIntegrantes: M. Ahualli, F. Baeza, H. Brignardello, V. Bonafede, C. Ferreiroa, M. Giraldez, L. Gall, R. Gómez, S. Hernández,P. Magariños, R. Martínez Mendoza, V. Miguel, A. Pérez Rial, J. L. Petris, I. Sarubbi, C. Sluga, V. Solazzi, R. Soto, J. Steim-berg, M. Turquet, G. Varela, R. Varnerin, M. ZelcerAsistente del proyecto: Verónica Arce Contacto: [email protected]

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muebles y objetos se extiende en eltiempo, en qué elementos o conjunto deellos se manifiesta el cambio. Es decir,desde dónde debemos mirar para visuali-zar sus modificaciones en diacronía.

2.2 Entre el escenario y el catálogoCuando los medios gráficos se ocupan delas prácticas estéticas específicamente(revistas o secciones especializadas dedecoración) algunos rasgos acentúan eltratamiento del material visual como una"puesta en escena": la ausencia de acto-res, el carácter de espacio no habitado, enel que no sucede nada, marcan sólo sudisponibilidad para que algo suceda, a laespera de un posible habitante o de unaprobable situación cotidiana. El efecto resultante es el del entrecruza-miento entre la soledad de un escenariovacío y la enumeración y yuxtaposición deun catálogo. La tensión entre "el haberpuesto allí", "el haber preparado eseespacio y esos objetos" -enunciación pre-sente también en otros géneros que tra-bajan a partir de la preparación de laescena- y el carácter institucional delmuestrario, con sus resignaciones deatmósfera y habitabilidad, va constru-yendo la enunciación de un arquitectosimple, o la de un decorador didáctico, sintecnicismos ni complejidades. Esa tensión es también la tensión entre elcarácter indicial (inidicialidad sólo haciael pasado) de la puesta y la preservaciónicónica del muestrario.De esta manera, los objetos, sujetos a lapose, se transforman en "protocolares",sólo manifiestan la carencia de algún ras-tro de uso, de identidad o de evocación.

3. Hipótesis provisorias3.1 Sobre la oposición estatismo/movili-dad en la información estéticaEl espacio que los medios gráficos generan-en su carácter masivo, sin pretensionesde segmentaciones sofisticadas-, cuandohablan específicamente del campo esté-tico, es un espacio quieto, de poco juego,en el que se manifiesta una debilidad. Si locomparamos con lo que ocurre en otrosterritorios mediáticos, por ejemplo en elcampo de la crítica de arte -pensándolo

en oposición a la crítica de medios-,observamos que la palabra de los mediossobre ellos mismos se presenta suelta,abierta, juguetona mientras que, cuandose trata de las "artes" en el sentido gene-ral del término, la palabra de los mediosse rigidiza, se acartona.Cuando se trata de informar, describir,mostrar ciertos componentes de las esté-ticas de la cotidianeidad, los objetos enpose parecen haber sido extraídos de unatemporalidad posible, para transformarlaen una improbable. Su funcionamiento separece a aquellas revistas de moda en lasque las escenas construidas no parecenestar situadas espacial ni temporalmente. En cambio, cuando la publicidad se hacecargo de esos mismos objetos, o cuandoen una nota periodística los recrea comoparte de una ambientación, aparecen losusos, las situaciones, los actores (muchomenos pose, aunque sea pose comparati-vamente con otras producciones). Enton-ces algo parece suceder y podemos intuirel tiempo transcurrido.Por lo tanto, en el campo de la informa-ción estética que los medios gráficostransmiten se presentaría un juego ten-sionado (si se comprueba la hipótesis)entre una comunicación estética de pocoriesgo, lavada, temerosa, y una metaco-municación arriesgada y dinámica. cs

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Avances de investigación

os propusimos repensar la cuestión delcastigo, particularmente el legal, ya

que ello remite a aspectos esenciales de larelación entre el Estado y la sociedad, yrevela aspectos de la siempre latente ten-sión-confrontación entre sistema penal yderechos humanos.Privilegiamos el análisis de la cárcel y lasprácticas carcelarias en la Argentina en elsiglo XXI, que evidenció un irrefutable cre-cimiento de la población alojada en susdependencias. La inflación del sistemapenal nos convocó a desplazarnos a la es-fera legislativa en la que buscamos iden-tificar, describir y analizar las modifica-ciones producidas en el contexto legislati-vo desde el año 2000 a la actualidad, co-mo así también describir los efectos e im-pactos que las modificaciones introduci-das han tenido sobre el sistema penal, y enparticular, la cuestión carcelaria, tantoen su incremento exponencial como en lassingularidades que contempla un modelode incapacitación y neutralización de laspersonas encarceladas, vinculado a pro-cesos de exclusión social, analizando losindicadores que dan cuenta del abandonodel modelo resocializador y reeducativoidentificado con proyectos socio-políticosde inclusión social propios de las décadasprevias a la irrupción del modelo neolibe-ral de los '80.Así, se ha realizado un exhaustivo releva-miento de las sucesivas reformas que su-friera el Código Penal en el período 2000-2005, como las reformas de "forma" queacompañaron en el Código de Procedi-mientos en Materia Penal. Con una finali-dad heurística, clasificamos las dimensio-nes a relevar, según:

Las modificaciones de fondo alCódigo Penal que han recalificado e intro-ducido tipos delictuales a la vez que hanmodificado las escalas penales, aumen-tando los montos de las condenas comoconsecuencia de las modificaciones intro-ducidas en los cómputos de las penas enlos delitos concursados.

Sanción de leyes que restringen lasexcarcelaciones e impiden las salidasanticipadas prevista en la propia ley deejecución penitenciaria (ley 24460/96), yagravan las condiciones de los reinciden-tes.

Sanción de la ley 25948/04 modifi-catoria de la ley 24660/96. A modo deejemplo podemos mencionar el agregadodel art. 56 bis en el cual se enumeran losdelitos por los cuales el condenado notendrá acceso a los beneficios comprendi-dos en las modalidades básicas de la eje-cución de la pena: homicidio agravado(art. 80 inc. 7 del Código Penal), delitoscontra la integridad sexual en los queresulte la muerte de la víctima (art. 124del Código Penal), privación ilegal de lalibertad coactiva cuando se causareintencionalmente la muerte de la personaofendida (art. 142 bis del Código Penal),homicidio en ocasión de robo (art. 165 delCódigo Penal), secuestro extorsivo si secausare intencionalmente la muerte de lavíctima (art. 170 del Código Penal).

Derogación de leyes garantistaspara personas privadas de libertad, ejem-plo cabal la derogación de la conocidacomo "Ley 2x1", por la ley 25430/01 que

suprimió el art. 7 de la ley 24390 que regu-la la prisión preventiva.

Modificación de los códigos proce-sales, que inciden en la aplicación indis-criminada de prisiones preventivas y res-tricciones a las excarcelaciones.

1. Dimensión legislativa de la penalidad

El relevamiento fue sistematizado en uninforme que operó como insumo para elanálisis de la variación de la poblacióncarcelaria alojada en dependencias delServicio Penitenciario Federal. Las conclu-siones más destacadas dan cuenta que:

las modificaciones que más incidie-ron en la inflación de la población carce-laria, fueron las vinculadas a la Parte Ge-neral del Código Penal, y no a la parte es-pecial;

pese a que públicamente empeza-ron a tener visibilidad estas reformas apartir del "evento Blumberg" del año 2004,las mismas venían produciéndose en for-ma sistemática y sostenida desde el 2000;

estas reformas no se evidenciaronen términos de impacto en las prácticasjudiciales, más allá de algunos casos par-ticulares, lo que impone una reflexión másprofunda sobre el vínculo entre reformaslegislativas y prácticas judiciales;

la misma dinámica de "emergencia"de sanción de modificaciones a partir delas demandas públicas de "ley y orden" noprodujo todos los efectos esperados, de-biendo en algunos casos, como el dictadode prisiones preventivas, revisar la legis-lación (el ejemplo más ilustrativo es laprovincia de Buenos Aires);

como consecuencia del proceso de

Sistema Penal del Siglo XXI en Argentina: Cambios en los discursos y las prácticas carcelarias

UBACyT S832 (2006-2009)Directora: Silvia GuemuremanCodirectora: Alcira DaroquiIntegrantes: Marta Del Río, Nicolás Maggio (Becario UBACyT), Karen Joroslinky (Becaria Conicet), Gabriela Spatari, GeraldineCamjalli, María del Rosario Boully, Julia Pasin, Dense FridmanContacto: [email protected]

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marchas y contramarchas, se formaroncomisiones en el Ministerio de Justiciatendientes a la Reforma integral del Códi-go Penal;

dichos proyectos expresan la ten-sión latente entre la máxima idea resocia-lizadora, la pragmática idea de neutrali-zación, la sensibilidad al respecto de lostratados internacionales (la Argentinaadhirió al Protocolo Facultativo a la Con-vención contra la Tortura y Otros Tratos oPenas Crueles, Inhumanos o Degradantes,que debería haber entrado a regir a partirdel año 2006), y la necesidad de atenderdemandas de gobernabilidad y sensibili-dad ciudadana ante el delito y la inseguri-dad;

las tensiones y dualidades que con-tienen los proyectos de Reforma del Códi-go Penal impiden avanzar en alguna direc-cionalidad, detectándose asimismo, unafalta de decisión política en su implemen-tación.

2. Dimensión cuantitativa de la poblacióncarcelaria

Conforme a los objetivos previstos, se rea-lizó la aproximación cuantitativa de la po-blación carcelaria en la Argentina en losúltimos años, construyendo una serie dia-crónica desde 1997 hasta 2004, de evolu-ción de la población alojada, según condi-ción legal, regímenes penitenciarios, re-glamentos carcelarios y programas de tra-tamiento y su correspondencia o disiden-cia con lo expresado en la legislación deEjecución Penal para condenados como locontemplado en el Reglamento Generalpara Procesados. Previamente, se buscócomponer el escenario internacional sobrela población carcelaria, construyéndoseregistros comparados desde 1992 a 2004,de distintos países cotejando sus tasas deencarcelamiento y su variación a lo largodel período. Se revisaron todas las fuentesde datos disponibles para construir unmapa detallado sobre la situación carce-laria del país, llegando a las siguientesconclusiones:

La población penitenciaria nacionaldel país registra un total de 54.472 perso-nas presas para finales de 2004.

Esta cifra da cuenta de una tasa deencarcelamiento de 140 presos cada100.000 habitantes, lo que supone un va-riación porcentual positiva del 122,2% enrelación a 1992. Esta tasa convierte a laArgentina en el segundo lugar en AméricaLatina, sólo superada por Brasil.

En el ranking mundial elaborado porWorld Prison Population Brief (Internatio-nal Centre for Prison Studies, Kings Colle-ge, London), la Argentina se ubicaba en ellugar 88.

Si se añade la población alojada encomisarías y "otros centros de detención"(10.879 personas para el 2004), la pobla-ción detenida alcanza las 65.351 perso-nas, elevando la tasa de encarcelamientoa 171.

La información de la que se disponeen forma centralizada es incompleta, yaque se basa en el Censo Penitenciario Na-cional.

Dicho Censo proporciona informa-ción cuantitativa confiable (poblaciónalojada según sexo y condición legal porUnidad penitenciaria), y una gran canti-dad de información cuya veracidad des-cansa en la propia declaración de los pre-sos (tiempo de detención, delito que dioorigen a la acción penal; estado de la cau-sa, monto de la condena, apremios y ma-los tratos, etcétera).

Es necesario componer esa infor-mación con otras fuentes, a saber: res-pecto a la población alojada en depen-dencias federales (es el SPF el principalreferente). En los partes que confeccionade rutina, se puede acceder a la informa-ción básica sobre sexo y franja etaria de lapoblación (mayores varones, jóvenesadultos, mujeres) y condición legal (pro-cesados y condenados), pero no a la des-agregación de la causa de detención y elmonto de la condena. Para el resto de lasdependencias, es necesario recurrir a losServicios Penitenciarios Provinciales. Ennuestra investigación seleccionamos pro-vincias para realizar seguimientos especí-ficos: Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Neu-quén, Salta y Tierra del Fuego.

La población del SPF parece mostraruna tasa de aumento inferior, pero estaimpresión debe ser relativizada, ya que en

dicha tasa consideran la población de to-do el país, y no solamente la población dela Ciudad de Buenos Aires; además, haypoblación detenida por delitos federalesalojada en dependencias provinciales, yque no aparece contabilizada como po-blación federal.

Ha ocasionado muchos problemasla categoría de detención transitoria, o enCentros de Detención no federales, quecontienen una importante proporción delos nuevos ingresantes.

Podemos afirmar que la proporciónde procesados y condenados cambió a fa-vor de los primeros, detectándose en elcaso de las mujeres, por ejemplo, un au-mento que ubica en 70% a la poblaciónprocesada, implicando eso una desmejorarespecto a la medición del año 2004.

Para poner en correspondencia lasvariables de aumento de la población car-celaria y modificaciones legislativas, ycotejar cambios en las penas -de haberesto acontecido- fue necesario confec-cionar otros dispositivos metodológicos yadministrar la medición de los mismosapelando al Convenio entre el Instituto Gi-no Germani y la Procuración Penitenciaria.

Con los relevamientos en marcha,se espera poder "medir", en grupos másacotados, el impacto y los efectos de lasmodificaciones legislativas en la esferacarcelaria.

A menos de un año de desarrollo del pro-yecto, podríamos afirmar que hemos dadocumplimiento a los objetivos de la primeraetapa, de carácter cuantitativo y de loca-lización y estamos preparando la siguien-te etapa de investigación sobre terreno.

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ace más de un año comenzamos a ma-terializar la investigación "Comunidad

y derecho a la tierra: órdenes jurídicos yprocesos culturales silenciados". Nos con-formamos como un grupo de personas pro-venientes de diferentes disciplinas (socio-logía, antropología, ciencia política, filo-sofía, derecho y ciencias de la comunica-ción), una pluralidad de perspectivas quedescentra la univocidad de las interpreta-ciones.La investigación se propuso comprenderlos "procesos culturales silenciados" (Bi-daseca, 2006). Es decir, aquellos mecanis-mos históricos de exclusión culturales, ins-titucionales, económicos y políticos -for-males e informales- de colonas y colonos,campesinas, campesinos y pueblos origi-narios sobre el derecho a la tierra/territo-rio. El horizonte es interpretar los sentidosde justicia que construyen los "sujetos"(siempre entrecomillado en tanto pueden,si nos permiten el neologismo, "dessuje-tarse"), en situaciones específicas.En el contexto del neoliberalismo y las pro-fundas transformaciones de la década de1990 que visibilizaron procesos de concen-tración, exclusión de alrededor del 20% depequeña/os y mediana/os productores ysituaciones de tenencia precaria de la tie-rra1 , aparece un "discurso del derecho",situándolos como sujetos legítimos del re-clamo frente al de los empresarios.Particularmente proyectamos estudiar losprocesos subterráneos que podían explicar(si aún es posible) la perplejidad que des-encadenan la venta de un pueblo rural, y latransformación de sus pobladores e insti-

tuciones en objetos de subasta pública. Comenzamos por el lote El Ceibal de 10 milhectáreas poseídas ancestralmente por2.500 pobladores, ubicado en San José delBoquerón, al norte de Santiago del Estero.En junio de 2005, a raíz de la quiebra del exBanco Platense, que poseía los títulos depropiedad sobre el lote, el mismo fue a re-mate público. Al tiempo que se logró sus-pender el remate, se iniciaron trámites demensuras para obtener los títulos de pro-piedad en el juicio de prescripción adqui-sitiva. Nos hallamos frente a un caso en elque los campesinos están hoy peleandopor ser introducidos dentro de la lógica ju-dicial, legitimando estos discursos de ver-dad incuestionables y reproduciendo laautoridad del saber jurídico. Posteriormente nos sumergimos en la his-tórica localidad de Bigand, al sur de SantaFe en el conflicto de un campo de 3.500hectáreas trabajadas por 28 familias decolonos desde hace más de 75 años. Enabril de 2004 la muerte de la última here-dera del terrateniente Víctor Bigand, due-ño de los campos, invade de perplejidad alos arrendatarios frente al respeto de losusos y costumbres, por parte del consorcioque administra el campo, de renovar loscontratos a los sucesores. Ante algunassituaciones jurídicas de desalojo, estu-diamos las cambiantes formas de domina-ción sedimentadas en la relación terrate-niente-arrendatario, así como el pluralis-mo jurídico entendido como dos órdenesque coexisten.Simultáneamente nos adentramos en loscasos de conflicto en Tilcara, Jujuy, ex

post fact de la Declaración de la Quebradade Humahuaca como "Patrimonio Culturaly Natural de la Humanidad" por la UNESCOen julio de 2003. Los humahuaqueños de-nuncian procesos de cercamientos y des-alojos de sus tierras a familias y comuni-dades enteras que no poseen escrituras; laespeculativa venta y compra de tierras porparte de inversores para desarrollar me-gaproyectos turísticos y sus actitudes ra-cistas. Nos encaminamos a interpretar si-tuaciones de "neocolonialismo" que el di-lema que la dialéctica derechos universa-les/locales-comunitarios depara para loshabitantes locales: cómo ellos podrían se-guir gozando de sus "derechos" a los sitiosde herencia que pertenecen simultánea-mente a toda la humanidad, según sususos y costumbres.En la búsqueda de lecturas que nos permi-tiera iluminar estas situaciones en que losparadigmas conocidos, se tornan limitan-tes, nos refugiamos en los Subaltern Stu-dies, estudios postcoloniales, la filosofíapolítica de Rancière, teoría feminista,pluralismo jurídico y pensamiento del girodes-colonial.Desde la mirada de la interculturalidad yel pluralismo jurídico, con el propósito deestablecer un diálogo entre distintas con-cepciones de justicia, derechos, comuni-dad, identidades, territorios, estallabanlas falsas dicotomías entre derechos co-lectivos/derechos individuales y derechopositivo/derecho consuetudinario. Perotambién consideramos necesario criticarposturas románticas acerca del pluralismojurídico.

Comunidad y derecho a la tierra: órdenes jurídicos y procesos culturales silenciados

Proyecto UBACyT S825Directora: Karina BidasecaIntegrantes: Marcos Andreini, Natalia Borghini, Florencia Gómez, Leopoldo Guerrero, Iván Jaramillo, Daniela Mariotti,Facundo Millán, María José Nacci, Ana Rosan, Lucila Salleras, Agustín Scarpelli, Clara Vallejos, Ana Mariel Weinstock.Contacto: [email protected]

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Orientada/os por el desafío de llevar ade-lante un proceso colectivo de escritura, enuna de las ponencias2 problematizamos elconcepto de derechos humanos desde laperspectiva teórica de Rancière y Fou-cault. Nos cuestionamos qué dispositivosde saber-poder se constituyen por detrásde todo ordenamiento jurídico que incluyepartes que no estaban siendo tenidas encuenta. Cómo puede el orden funcional in-corporar sujetos, licuando de esta formapotenciales conflictos políticos a travésde la idea de consenso. Posteriormente abordamos cómo los dis-positivos jurídicos concretos performabanlas voces de los sujetos. Nos sentimos in-terpelada/os por Spivak con su pregunta:"¿Puede hablar el sujeto subalterno?". Surespuesta nos mostró la imposibilidad ra-dical de responder afirmativamente. Nonos hablaba de la mudez de los "sujetos",sino del silenciamiento al no ser escucha-da/os, ni validados sus discursos por lasinstituciones. Cómo dar cuenta de las "vo-ces bajas" (Guha, 2002) de los actores y/osilenciadas por el sistema judicial libe-ral/occidental que desde un lugar de po-der, patriarcal y etnocéntrico invisibiliza ydesestima la práctica de otras formas dederechos, de usos y costumbres. La apues-ta era "recuperar" esas voces que en ElCeibal hablaban en susurros frente a la vozalta del juez y del Defensor del Pueblo, queactuaba como representante, desde tresflujos: la desterritorizalición de la tie-rra/mercancía, del derecho y la represen-tación. Desterritorializada/os nosotra/os mis-ma/os, a más de mil kilómetros de distan-cia física y cognitiva, para mucha/os estaera la primera experiencia de trabajo decampo. El después nos obliga a reterrito-rializarnos, a adecuar nuestra forma dever, de posicionarnos. Nuestros trabajos posteriores intentarondar cuenta de los cambios que se produje-ron en nuestros análisis. Nos sentimos ins-pirados a construir un relato que fuera unentramado de voces, una polifonía que ar-

ticulara nuestras propias voces con lasvoces altas, bajas, inaudibles de campesi-nas y campesinos. Nació así lo que llama-mos una etnografía dialógica y colectiva,influenciados por la teoría literaria baj-tiana3 .Este relato que presentamos pretendecontinuarse en la inclusión de nuevos ca-sos que abriremos para seguir pensandoen los espectros que se irradian al atrave-sar el cuerpo complejo de lo social.

1. Consideramos tenencia precaria de la tierraa aquellas explotaciones sin límites definidossumadas a aquellas con límites definidos, conrégimen de la tierra de contrato accidental,ocupación y otros regímenes.2. Bidaseca, K., Borghini, N., Gómez, F.,Guerrero, L. Jaramillo, I., Mariotti, D., Millán,F., Murrone, D., Scarpelli, A. y Vallejos, C.:"Derechos humanos y procesos de subjetiva-ción. Debate en torno al derecho a la tierra encomunidades campesinas e indígenas enSantiago del Estero y Jujuy." Ponencia presen-tada al I Congreso Argentino-Latinoamericanode Derechos Humanos, Rosario, 11, 12 y 13 deabril 2007.3. Bidaseca, K.; Borghini, N.; Gómez, F.;Guerrero, L.; Jaramillo. I.; Millán, F.; Scarpelli,A. y Vallejos, C. (2007) "Sujetos performados.Las voces bajas de las campesinas y campesi-nos frente al orden judicial". Ponencia presen-tada a las V Jornadas de Etnografía y MétodosCualitativos, IDES, Buenos Aires. Y de los mis-mos autores: "(Con)fundidos en una etnogra-fía dialógica y colectiva". Ponencia enviada al50º Congreso de Sociología de la Universidadde Buenos Aires.

Bibliografía-Bajtín, M. (2005): Estética de la creación ver-bal, Buenos Aires, Siglo XXI Editores. -Bidaseca, K. (2006): Disputas culturales y po-líticas en torno a la/s campesina/os sin tierraen Argentina. Ponencia Asociación Latinoame-ricana De Sociología Rural. VII Congreso Lati-noamericano de Sociología Rural, Ecuador.-Bidaseca, K., Borghini, N., Gómez, F., Guerrero,L. Jaramillo, I., Mariotti, D., Millán, F., Murrone,D., Scarpelli, A. y Vallejos, C. (2007c): La singu-laridad silenciada como parte. Ponencia pre-sentada a las Jornadas del Pre Alas, Buenos Ai-res, 23 y 24 de mayo.

-Bidaseca, K.; Borghini, N.; Gómez, F.; Guerrero,L.; Jaramillo. I.; Millán, F.; Scarpelli, A. y Valle-jos, C. (2007): "Comunidad y derecho a la tie-rra: órdenes jurídicos y procesos culturales si-lenciados", en revista e-l@tina, Nº 19, Vol. 5,abril-junio, Udishal, Facultad de Ciencias So-ciales, Universidad de Buenos Aires. Tambiénen http://www.iigg/fsoc.uba.ar/elatina.htm. Bourdieu, P. (1993): Cosas dichas, Barcelona,Gedisa.-Foucault, M. (1990): El pensamiento del afue-ra, Valencia, Ed. Pre-textos.-Guha, R. (2002): Las voces de la historia yotros estudios subalternos, Barcelona, Crítica.Kymlicka, W. (1996): Ciudadanía multicultural.Una teoría liberal de los derechos de las mino-rías, Barcelona, Paidós.-Rancière, J. (2004): "Who is the subject of theRighs of Man? The South Atlantic Quarterly 103.Rivera, S. (2004): "La noción de "derecho" o lasparadojas de la modernidad postcolonial: indí-genas y mujeres en Bolivia" en revista AportesAndinos, Nº 11, Bolivia. -Santos, B. y Villegas, M. (2001): El caleidosco-pio de las justicias en Colombia. Análisis socio-jurídico, Bogotá, Siglo del Hombre Editores.-Spivak, G. (1999): "¿Puede hablar el sujetosubalterno?", en revista Orbis Tertius Nº 6, año 6

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Avances de investigación

Política pública y social orientada a la infancia entre los años 1943 y 1955

Proyecto UBACyT S820

Directora: María Felicitas Elías

Integrantes: Graciela Nicolini, Luz Bruno, Soraya Giráldez, Evelina Simonotto y Cecilia Testa

l proyecto despliega como cuestión elcampo de la niñez y la familia desde la

perspectiva de la política pública y social enla Argentina entre 1943 y 1955. Sobre estasdimensiones incorpora la formación y el que-hacer del Trabajo Social en el período citado.Busca conocer y elaborar características,efectos e implicancias del cambio consis-tente en considerar a la infancia como sujetode privilegios para el tramo 1943-1955, ypara identificar las prácticas profesionalesdel trabajo social en el período señalado yrecuperar el sentido de las políticas públicasy sociales a través de su ejecución por asis-tentes sociales con sus implicancias y conse-cuencias.El acento está puesto en las políticas públi-cas y sociales, la práctica y la formación enTrabajo Social y la niñez, porque de diversasfuentes y estudios consultados sabemos quela vinculación histórica "Trabajo Social(asistencia social)-atención a la infancia"es un campo fértil para profundizar el estudiode las políticas públicas y sociales y a la vezproducir análisis sobre el Estado de Bienestaren Argentina. Consideramos en esta investi-gación el período previo a su instauración, apartir de la noción procesual en la definicióny construcción de políticas.En el desarrollo de la investigación detecta-mos condicionamientos y propuestas de lascorrientes higienistas. La perspectiva euge-nésica será indagada en particular dado elmatiz que la misma presentó en la Argentina.También nos abocaremos a identificar lostrazos liberales, del catolicismo social y gru-pos socialistas en torno a la infancia objetodel control social, porque entendemos queprevio a la complejización del Estado ini-ciada en 1930 se desarrollaron diferentes,sucesivas, complementarias y superpuestasiniciativas orientadas a la niñez y la familiapor parte de estos actores y grupos. Lasacciones desarrolladas asociadas a la crea-ción de instituciones, búsqueda y formaciónde personal capacitado para atender la eje-cución y evaluación de programas impuso

ciertas modalidades de intervención quepueden o no haberse continuado a través delas distintas esferas de la burocracia estataly privada más allá de 1946. Nos referimostanto a la caracterización del objeto de laspolíticas y programas ("la infancia abando-nada y delincuente-niñez privilegiada")como a las modalidades de ejecución y alpersonal técnico-profesional requerido –enese momento– para el desarrollo de estasacciones.Este pasaje de configuración de la niñezsupone no sólo decisiones políticas sino unaorganización institucional, articulación dediferentes actores y de profesionales queejecuten con metodologías específicas lasnuevas consideraciones, por lo que indaga-remos la formación académico-profesionalpara conocer e identificar este aspecto.En lo que hace a la perspectiva institucionaltambién es escasa. Lo es en cuanto a progra-mas sociales, indagación y producción deconocimiento, respecto de la acción, tantode las políticas universales y de organizacio-nes paraestatales específicas en infancia-familia-trabajo social, como en el caso de laFundación Eva Perón. Las producciones deFerioli, Pitchel, Borroni y Vacca aportan unaperspectiva general y de raigambre periodís-tica.Son reconocidos los saldos de bienestar parael período 1943-1955. El análisis del distri-bucionismo estatal da cuenta de una lógicade construcción político-social que, por loindagado, incluyó iniciativas del cristianismosocial, sumado a las producciones que remi-ten a los discursos oficiales de época. Peronos interesa particularizar y comparar lascaracterísticas de las instituciones estatalesorientadas a la atención de la niñez preexis-tentes a 1945 y aquellas creadas durante elperíodo. También, indagar acerca de losantecedentes, las implicancias y las conse-cuencias de las distintas políticas implemen-tadas desde el Estado entre 1943 y 1955 enrelación con la salud de los niños y niñas. Laexplicitación de las políticas urbanas y habi-

tacionales del período de referencia y suanálisis para identificar las compatibilidadescon el bienestar de la familia y la niñez, comoasí también las políticas de vivienda son otroaspecto del entretejido de política pública deindagación. La exploración de la perspectivaestatal y social en relación a las asignacionesfamiliares en relación con el niño y su perma-nencia en el ámbito familiar completan elproyecto en desarrollo.La metodología a emplear consiste en unproceso hermenéutico dialógico, desde laperspectiva de las ciencias sociales que tomacomo objeto de análisis las políticas públicasgeneradas a partir de 1943 en la Argentinaorientadas a la infancia y familia, como asítambién la práctica académica y profesionalde la asistencia social de la época. Se rele-vará y analizará material bibliográfico deimportancia sobre el período en tratamiento,atendiendo especialmente a documentosoficiales sobre programas y políticas deinfancia y familia producidos entre 1943 y1955.Se estudiarán fuentes documentales de insti-tuciones de beneficencia de la Capital, Patro-nato de la Infancia, Fundación Eva Perón,Secretaría de Trabajo, Ministerio de Salud yVivienda, ámbitos gubernamentales de bie-nestar social y de la seguridad social. Se ana-lizarán planes de estudio y documentaciónque den cuenta de la capacitación impartidaen instituciones –tanto públicas como priva-das– de formación para trabajadores socia-les. Se pretende entrevistar a partícipes ysujetos de la tarea social y de la acción polí-tica, desarrollada por las instituciones delperíodo. Se rastrearán informes sociales uotra documentación que den cuenta de laintervención de los trabajadores sociales res-pecto de niños y niñas y en el abordaje fami-liar. Con este relevamiento, sistematización yanálisis pretendemos echar luz sobre un perí-odo rico para las políticas sociales, el Tra-bajo Social y la niñez a fin de contribuir a lasnuevas perspectivas de políticas públicas ysociales incluyentes.

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