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CONTRAMEDICINA Elementos para un prontuar io

de la medic ina actual

Revista de ciencia y tecnología

A ñ o I I I | N ° 2 4 | J u l i o 1 9 7 3 | B u e n o s A i r e s

Av. Hoque Sáenz l 'eña 825, <)" piso. Of. !>:! - Buenos Airfes 'l'cl.: 15-7175

I! Editorial: Hacia la reconstrucción

•17 Humor nuevo

4!) Juegos Matemát i cos

52 Novedades de c ienc ia y tecnología

57 Comentarios de libros

58 Libros nuevos

(¡0 Correo del lector

«4 Metegol

4 La investigación en la Facultad de Farmacia y Bioquímica M a r c e l i n o C e r e i j i d o

6 Cómo el automóvil ha cambiado nuestras vidas G a b o r S t r a s s e r

8 El lenguaje de los símbolos M a r g a r e t M e a d

12 Congreso de Medicina del Trabajo S a n t i a g o M o n t a l d o

13 Declaración de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Facultad de Ciencias Na-turales y Museo de La Plata

15 Conceptos y aplicaciones de bases de datos H u g o M . C a s t r o

17 Contramedicina 18 Los médicos descalzos de la República Popular

China V í c t o r W . S i d e l

29 Servicios de sanidad en Cuba: una evaluación inicial V i c e n t e N a v a r r o

36 La medicina del capital G i u l i o A . M a c c a c a r o

46 Un hospital que el enemigo denomina Bach Mai

M i r t h a D e r m i s a c h e

56 Foro sobre política científica

D e l a s op in iones e x p r e s a d a s en los a r t í c u l o s f i r m a d o s son r e s p o n s a b l e s exc lu s ivos sus a u t o r e s .

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Errata

E s t e recuadro se está aquerenciando de tal m a n e r a en CN que ya amenaza convert i rse en sección fi ja. He aquí los e r rores y omisiones correspondientes al N" 23:

En el cuadro de página 21, denominado T a b l a 2, la pr imera línea de c i f ras correspon-de a Argentina, la segunda a Italia v así sucesivamente. En consecuencia, la línea que dice O r i e n t a l , corresponde a Alemania.

En la página 28 se omitió mencionar el origen del t raba jo de A c k o f f . Fue traducido d e la revista I n t e r f a c e s , Vol. II , N°4, agosto 1972.

El último párrafo de la nota sobre Piet Hein, página 57, se refiere al K a l a h a , ya que ésta (si no se vuelve a equivocar el linotipista) es la correcta denominación del juego. Además se juega con :¡<¡ b o l a s , lo que hace coherente el resto de la explicación, es decir, se comienza con t res bolas en cada una de las 12 cavidades del tablero. (Kalahas excluidos).

F inalmente en página til. tercera columna, el pá r ra fo que empieza con el número 2, debió decir : "Apenas transcurridos 29 días . . ."

Ls una publicación de Editorial Ciencia Nueva S.R L Av R Saenz Peña 825. 9" P, Oí. 93, Buenos Aires, República Argentina. Tel.: 45-7175. Distribuidores: en la República Argentina Ryela S.A.I.C.I.F. y A., Paraguay 340, Capital f e d e r a l Tel .: 32-6010 al 29; en Capital Federal , Vaccaro tlnos.S.R.L., Solis 858, Capital Federal . Impreso en Delfos tfalcarce 1086, Buenos Aires. Precio del e jemplar: ley 18 188 S (i (man 600). Suscripciones: Argentina, lev 18.188 $ 70 (m'$n (.000 por doce números; Uruguay, $ 5.000; exterior, por vía ? ' ¡ , ' " " ! Y \ " $ ^ 1 5 u n u a L R e g ' s t r ° d e ' a propiedad intelectual N° 1.049.414. Hecho el depósito de ley. Derechos reservados en castel lano y cualquier otro idioma para los trabajos originales \ en castel lano para colaboraciones traducidas

D i r e c t o r Ricardo A. F e r r a r o

D i r e c t o r A d j u n t o llebe Mitlag

• A s e s o r e s Héctor Abrales Daniel Goldstein Roberto Lugo Jorge Sclivarzer

S e c r e t a r i o d e r e d a c c i ó n Horacio Speratt i

R e d a c c i ó n Katia Fischer Patr icia Walsh

D i s e ñ o g r á f i c o Isabel Carballo

D i b u j o Fernando Díaz María Angélica Peña

H u m o r .Julio Moreno Isaías Nougués Suar

Douglas Wright

S e c r e t a r í a

María Susana Abrales Rodolfo D'Amario Margar i ta Davis

( o r r e s p o n s a l e s J e r u s a l é i i : Eduardo Fischbein ¡.os A n g e l e s : •Julio Moreno M o n t e v i d e o : Juan Arturo Grompone N á p o l e s :

Esteban Levialcli P a r í s : Alai» Jauber t -Beat r iz Ottonello S a n t i a g o de Chi le : Tomás Buch Argentina:

Córdoba: Luis José Batellino Jacobo Sabulsky La Hioja; Eduardo P rado M e n d o z a : Carola Abrales Rosar io :

Marta Romano

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Hacia la reconstrucción

La ciencia y la técnica han de cumpl i r un papel c lave en la p repa rac ión y consecución del proyecto nacional que el gobierno popular d e b e r á rea l izar pa r a l og ra r los objet ivos de recons t rucc ión y li-beración nacional .

E s por ello que el p res iden te C á m p o r a en su m e n s a j e del 25 de m a y o dio al capí tulo corres-pondiente a la ciencia y la tecnología una t ras-cendencia inusi tada en nues t ro medio.

Con toda c la r idad , en ese m e n s a j e se señala que : " E s t a exigencia (la de cons t ru i r con ce le r idad el s i s tema nacional de ciencia y técnica) implica el impulso a todo aquello que pe rmi t a a l canza r un alto nivel de capac i tac ión e innovación de tecnología, po tenc ia lmente t r ans fe r ib le al á r e a industr ia l y económica. Supone, así mismo, el es t ímulo de núcleos de invest igación básica con m i r a s a la fo rmac ión de grupos de invest igación apl icada , a l t a m e n t e p ropa rados p a r a ana l iza r y o f rece r soluciones a los p rob l emas f u n d a m e n t a l e s que a fec tan a sec tores impor t an t e s del quehace r de la comunidad . Con esto que remos a f i r m a r que es erróneo p e n s a r que el país debe d e j a r de lado la invest igación bás ica y ded icar su es fuerzo a la apl icada (tecnología y de desarrol lo) , porque ello ser ía r enunc ia r consc ien temente a nues t ra vocación de Nación independiente , ya que a nadie se le e scapa que d e j a r en manos de las superpo tenc ias y de los monopolios la invest igación bás ica e s a c e p t a r una situación de p e r m a n e n t e dependencia . E n nues t ro concepto hay sólo una división de la invest igación que debe in te resa r al pa í s : aquella que t iene nivel académico y la que no lo t iene" .

E n el m i s m o m e n s a j e se puntual iza en f o r m a taxa t iva la neces idad de eludir en m a t e r i a de in-vest igación las m o d a s i m p u e s t a s por los centros mundia les m á s avanzados y de p ropende r a la or iginal idad c r eado ra p a r a enfocar y resolver los p rob lemas nacionales . Así m i s m o se a segu ra que : " L a Nación Argent ina no f inanc ia rá ni subs id ia rá a la ciencia de las g r andes potencias d i s f r a z a d a s de cient i f ic ismo internacional . E n ese t e r r eno ha llega-do la hora en que los es fuerzos de los h e r m a n o s la-t inoamer icanos , se e s t r echen y, aunándose con otros sec tores del Te rce r Mundo, produzcan planes, p r o g r a m a s e invest igaciones que cont r ibuyan a supe ra r toda índole de opresiones e in jus t ic ias . De ahora en ade lan te y desde el gobierno a nues t ro cargo se e s t i m u l a r á todos los núcleos de in-vest igación que qu ie ran l anzarse a la t a r ea de d e s e n t r a ñ a r y ha l la r solución a las g r andes pro-b lemá t i cas de la Nación. No h a b r á dist inciones ni pos tergaciones o discr iminaciones . Sólo se exigirá ciencia, pa t r io t i smo y una p rofunda toma de con-

ciencia en torno a la situación socio-político-económica que nos afl ige y rodea" .

Es tos l incamientos generales r e a f i r m a n la pro-funda convicción que el camino a una cu l tura au tónoma y popular pasa por la superación de su nivel y que es falaz la antinomia en t re c ient i f ic ismo y curander i smo, ya que es necesaria una ciencia del mayor r igor y una tecnología del más al to nive] p a r a lograr los grandes objetivos: la fel icidad del pueblo y la g randeza de la Nación.

E l discurso del general Perón del 20 de junio signi-fica una convocatoria en el cual " c a d a argent ino ha de recibir una misión en el esfuerzo de con jun to" . Esa convocator ia , que tiene re fe renc ias d i r ec t a s a los t r a b a j a d o r e s intelectuales, no puede ser desoída en un momento en que se quiere e n c a m i n a r a la pa-tr ia en el camino de su liberación.

P a r a imp lemen ta r una política científ ico-técnica de tal magn i tud es t rascendente habe r e n c a r a d o una reorganización universi tar ia que pe rmi t a conci tar esfuerzos p a r a c rea r una Univers idad nue-va, v e r d a d e r a m e n t e inserta en el quehacer ar -gentino. E s en el á rea de la ciencia y la tecnología donde la p rác t ica universi tar ia no sólo s i empre estuvo a l e j ada de los intereses nacionales sino que sufr ió espec ia lmente la destrucción y el desquicio por pa r t e de la d ic tadura mil i tar . Po r eso la reconstrucción iniciada con la resolución del rec tor Puiggrós de re incorporar a los docentes excluidos de la Univers idad desde 1955 por causas polít icas, hace e s p e r a r que el país pueda l legar a conta r en plazos breves con ins t rumentos técnicos que s i rvan con autonomía a la e m p r e s a de l iberación.

Impor t a que cuando se encare la reconst rucción de los o rgan ismos encargados de definir y or ien ta r la investigación científica y en par t icu la r el CONICET del cual depende la c a r r e r a del in-ves t igador ceintífico, r i jan de ve ras las ideas o r ien tadas a que an tes hemos hecho re fe renc ia .

Debe i rse en profundidad pa ra d e s t e r r a r el continuismo en un organismo donde la d ic tadura se ensañó entronizando a personeros d e los sec tores m á s cavernícolas e impidiendo d iscr iminaciones vergonzosas .

P o r el momento los pasos que se h a n dado en ese sentido con t ras tan con el enfoque positivo con que se han enca rado los g randes p rob lemas de la Uni-vers idad . Sólo la part icipación de todos los sec tores in teresados en el quehacer científ ico puede a s e g u r a r que los organismos rec tores de la ciencia a rgen t ina dejen de es ta r d i rec tamente en m a n o s de los r ep resen tan te s locales de los m á s de fo rman te s in tereses imper ia l i s tas , -fc

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Mesa Redonda

La investigación en la Facultad de Farmacia y Bioquímica

Exposición del Dr. Marcelino Cereijido

Este trabajo corresponde a una Mesa Redonda realizada hace poco tiempo en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Buenos Aires. Su publicación adquiere ahora especial relevancia puesto que su autor ha sido nombrado interventor en esa misma ; a ; ' u , t a í , v f c l U T Í C u l u m d e l D l - Cereijido fue publicado junto a su trabajo. ¿Que es la Biofísica?, en el número 14 de Ciencia Nueva

La Agrupación de Graduados de F a r m a c i a y Bioquímica me ha pedido que me r eñe ra a algunos aspectos de la Investigación y la Docencia que considere importan-tes para la formación de gradua-dos al servicio del país. P a r a eso es necesario plantearnos algunos aspectos del papel de la Inves-tigación y la Docencia en la Uni-versidad. En el curso de mi c a r r e r a científica debí hacer este planteo muchas veces, y como mi ca r re ra constituye un caso bastan-te común del científico medio y re-fleja los acontecimientos ocurri-dos en la Ciencia Nacional en los últimos 15 años, la usaré como introducción al problema.

Antes de recibirme comencé m ;

ca r re ra científica en el Instituto que dirigía el profesor Bernardo Houssay . Lo c ien t í f i co e s t a b a caracterizado por un intenso tra-bajo experimental . La actitud se resumía en dos f r a ses "La Verdad por la Verdad m i s m a " y i lLa Ciencia no tiene patr ia pero los científicos sí la t ienen". No había más que progresar en la ruta elegida. Los libros de Claude Bernard , Cannon y Cajal eran mo-jones de esa ruta.Todo estaba c l a ro y o rdenado h a s t a que comencé a t raba ja r con el profesor E. Braun Menéndez. El nos mostró que los ca s i l l e ros c i en t í f i cos clásicos estaban rotos, que era el momento de los esfuerzos inter-d i s c i p l i n a r i o s . D e s p u é s d e rep lan tear mis esquemas inicié mi preparación en r a m a s no bioló-

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gicas y algunos años de estadía en . el laboratorio de Biofísica de

Harvard me convencieron de que podía poner mis conocimientos al servicio del desarrollo del país. Objetivo al que por aquel entonces m u c h o s c i e n t í f i c o s a r g e n t i n o s asignaban la p r imera prioridad p a r a r e s o l v e r los p r o b l e m a s nacionales.

La Facul tad de F a r m a c i a y Bio-química con Lugones a la cabeza sobresalía como un hervidero c i en t í f i co -p ro f e s iona l d o n d e se gestaban los técnicos que necesi-taban la Salud Pública y la Industria Nacional. La labor que habían realizado en apenas un decenio, el empuje y las perspecti-vas para el futuro eran el ideal de cualquier científico joven y em-prendedor. Ingresé como profesor en el Depto. de Fisicoquímica y formamos un grupo de t raba jo que en poco tiempo alcanzó un elevado nivel docente y científico. Nues-tros libros, diseñados original-mente pa ra estudiantes argentinos en base al curso que dic tábamos se venden y se usan hoy en Lon-dres y Nueva York, en Pa r í s y Kio-to, en Moscú y Roma. Los t raba jos con que n u e s t r o s g r a d u a d o s hacían sus tesis se publ icaban luego en las mejores revis tas científicas del mundo. Los méto-dos de análisis compar t amen ta l que enseñábamos eran usados por las industr ias más avanzadas pa ra el diseño de fá rmacos .

Llegó 1966 y entre otras cosas,

nos obligó a r ep lan tea r nuestra f u n c i ó n s o c i a l . C o m e n z ó a desar ro l la rse la creencia (aún vigente en ciertos círculos) de que hasta ese momento , los científicos I se habían compor tado como un 1

conjunto de mega lómanos egoístas que enfocaban sus cerebros sobre 5 problemas de moda en otros í países. Se suponía que los pro- 1 blemas nacionales tenían una raíz f u n d a m e n t a l m e n t e t e c n o l ó g i c a pero como no es taban de moda no < habían merecido la atención de los í científicos. El objetivo fue enton- i ees buscar un problema nacional í de real envergadura que cayera 1 d i rec tamente dentro de nuestro j campo específico de t r aba jo de modo que nuestra eficiencia fuera máx ima . F o r m a m o s un equipo interdisciplinario p a r a t r a b a j a r en hidatidosis. Tres de los miembros eran graduados de esta Facul tad, dos de ellos profesores . Teníamos gran pa r t e de los apara tos y dominábamos la mayor ía de las J técnicas. La hidatidosis es taba (y f es tá) haciendo es t ragos en nuestro ganado y en nuestro pueblo. Las pérdidas que ocasiona en dinero y ! en salud son enormes . E s un típico problema nacional. Sin embargo el e q u i p o no c o n s i g u i ó a p o y o económico.Cada uno siguió t raba-jando por su lado en los temas originales donde sí contaba con apoyo. En el plano social tuvimos que plantearnos otra vez cual es el papel de la investigación y la docencia en el país.

Todo invest igador que enfoca un í

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problema nacional procede honra-damente . da un paso, pero debe tener claro que aunque a lcance los máximos logros desde el punto de vista individual ,dif íci lmente podrá colaborar con el progreso del país si no hay una política científica que los ensamble a los in tereses nacionales.

! Sin embargo es un e r ro r decir que 110 hay política Científica. Siempre hay una política. Cuando uno dice "no hay política pa ra la ciencia y la tecnología" en reali-dad está diciendo que los p lanes se cumplan tan n a t u r a l m e n t e que no necesi tan ser enunciados. Cunado los actos son espontáneos, lo coti-diano pasa a ser "apol í t ico" . Pro-d u c i r g r a d u a d o s c a p a c i t a d o s

| únicamente en algunos aspectos I t écn icos de la i n d u s t r i a f a r -

Imacéut ica o del análisis clínico es toda una política. No p reocuparse del futuro profesional y social del g raduado ,n i por las consecuencias político-económicas de las indus-trias que sirven, ni por la

[ educación de la act ividad far-| macéut ica y bioquímica a las > necesidades nacionales es también ! una política. Una política en la que l el t r aba jador científico como todo ¡ o t ro t r a b a j d o r e s t á a t r a p a d o . ; Muchas veces, cuando se lo acusa

de t r a b a j a r en " t e m a s de m o d a " se está suponiendo t ác i t amente que 1) si él quis iera podría t raba-j a r en otros t e m a s (o de otra fo rma) , y 2) que si el invest igador d e c i d i e r a c a m b i a r t e m a s nacionales éstos se solucionarían. E s a s suposiciones son fa lsas . En p r i m e r l u g a r el i n v e s t i g a d o r n e c e s i t a s u e l d o s , l a b o r a t o r i o s , equipos, bibliotecas y subsidios que, de hecho, sólo le son dados para t r a b a j a r en ciertos t emas . Es erróneo c ree r que puede t r a b a j a r sin esos e lementos y en otros temas. Un invest igador fo rmado es un profesional al que no le es f á c i l a l e j a r s e d e m a s i a d o de aquellos p rob lemas donde contará con elementos de t r a b a j o y donde puede a s e g u r a r su producción. El científico no es dueño de sus elementos de t r aba jo . No se le pue-de exigir así como así que cambie de t ema . (Quiero a c l a r a r que no m e estoy ref i r iendo a aquellos temas de aplicación bélica inme-diata o que puedan servir direc-t a m e n t e a i n t e r e s e s a n 1

t inacionales). Esa crí t ica a los i n v e s t i g a d o r e s e s h e c h a por quienes siguen teniendo en la ca-beza la idea de que el científico t r a b a j a por hobby y que puede

renunc ia r y r e t i r a r se a escribir so-bre la ciencia y el P roduc to Bruto N a c i o n a l . E n s e g u n d o l u g a r nues t ra dependencia y d e m á s pro-b lemas apa re j ados no der ivan d i r ec t amen te del t ema de t raba jo . Nuestro ve rdade ro d r a m a pro-viene de que aunque se t r a b a j a en los t e m a s que proponen los críticos de los t r a b a j a d o r e s científicos, los p r o b l e m a s n a c i o n a l e s no se solucionarían en el ámbito de nuestro e squema político actual . La desnutr ición de los niños existe independientemente de nuestro p r o f u n d o c o n o c i m i e n t o de los caminos y mecan ismos meta-bólicos. La tuberculosis de los esti-badores a que se re fe r ía recien-t e m e n t e un f u n c i o n a r i o , no depende so lamente de que la F a c u l t a d i n v e n t e un f á r m a c o eficaz, producido en base a m a -ter ias p r i m a s nacionales y bara to . Si esto ocur r ie ra alguien pasar la a g a n a r m á s dinero (vendiendo el p r o d u c t o , t e n i e n d o m e n o s ausent i smos o c a r g a s sociales) pero la salud pública no avanzar ía mucho que digamos. Más aún,

• dicho f á r m a c o solo se producir ía si alguien g a n a r a dinero con él.

E s n e c e s a r i o e n t o n c e s o t r a planificación. Una que evite esos p rob lemas . Una hecha por noso-tros.

Toda planif icación responde a un e s q u e m a s o c i o - e c o n ó m i c o . Hacer p lanes desenca jados de un proyecto nacional no tiene mayor sentido. Así y todo creo que c u a l q u i e r s i s t e m a socio-econó-mico que a los argent inos nos in terese discutir , debe defender los in tereses nacionales. ¿Qué po-demos hace r entonces en ese sentido y con ese requer imiento mín imo?

E n pleno umbra l del Siglo XXI un país sin ciencia y tecnología avanzada no es viable. A lo sumo podría ser dependiente, pero la historia está llena también de países y cu l tu ras que no pa ra ron en una dependencia sino que f u e r o n l l e v a d o s m á s a l l á : d e s a p a r e c i e r o n . P a r a s u p e r a r nuest ros p rob lemas no bas ta con un r ea r r eg lo de nombres en a lguna comisión ni con la redistr ibución de un presupues to ínfimo. Hace fa l ta mucha ciencia y técnica r ep l an t eadas sobre fundamen tos distintos. La ciencia y la tec-nología no son ent idades es tá t icas que podemos s a l v a g u a r d a r en-grosando las pa redes de nues t r a s bibliotecas, a rchivos y facul tades . Son procesos. Desde el punto de

vista nacional la producción de un anestésico o un bacter icida no es sólo un procedimiento que real iza un profesional en un labora tor io dado. E s algo que se inicia en el jardín de infantes, p a s a por la Universidad y recién entonces alguien posee el conocimiento (aunque no los medios) de pro-ducir el anestésico o el ba ter ic ida . Nuestra l ibertad depende de poder man tener y controlar e se proceso. Nuest ra falla en reconocer que es un proceso puede d a r lugar a e r rores trágicos que, desgracia-damente , no es tamos lejos de cometer . A nadie se le ocurr i r ía poner en un esquema el desarrol lo evolutivo de los argent inos y aconse jar que acor temos la niñez, la puber tad y la vejez y que a la rguemos la edad product iva . E n cambio el c a r ác t e r evolutivo del conocimiento es " d i a g r a m a -do" y "organizado" en mil es-quemas sin sentido que tiene mucho encanto entre economis tas y "polít icos". Existe por e jemplo la absurda creencia de que " se apoya m á s a las ciencias bás icas que a las ap l i cadas" . Si por e j e m p l o , en n u e s t r o p a í s el presupuesto para l as ciencias básicas fuera solo un 5 por ciento del nivel adecuado (es decir es-tuviera un 95 por ciento por deba-jo) y el de las apl icadas fue ra sólo un 1 por ciento del nivel adecuado, es falso decir que " s e apoya 5 veces m á s a las ciencias básicas, que a las ap l icadas" . Sólo se p repa ra una t rampa p a r a d a r a

las ciencias básicas un 1 por ciento y a las apl icadas un 5 por ciento de lo que necesitan y así segui r m a n t e n i e n d o a l p a í s e n l a dependencia científica tecnológica que carac ter iza la actual si-tuación. Estos a rgumentos , junto con los producto-brutistas, los p o p u l a t i o n - e x p l o s i o n i s t a s y los contaminación-ambienta l is tas no son m á s que falsos planteos. No constituyen un proyecto sino un epitafio nacional.

Creo que, a nivel de la pr ior idad cientifíco-técnica un es fuerzo m á s r a c i o n a l , s e r í a a d e c u a r l a Facul tad de F a r m a c i a y Bio-química a la formación de g radua -dos y equipos científicos interdis-ciplinarios que estén capac i t ados para el desarrollo de todos los aspectos del desarrollo integral de medicamentos y pa ra resolver los a s p e c t o s b i o q u í m i c o s f a r -macéut icos del derecho a la salud. De los g raduados así for-mados se requiere como mín imo:

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1) que determinen si los produc-tos que llegan al público son los que más convienen desde el punto de vista económico y sanitario del país.

2) que investiguen si el consumo se hace con criterio médico o si i n t e r v i e n e n t é c n i c a s d e p r o p a g a n d a s d i s e ñ a d a s p a r a sa l tear todo control racional, aún el del propio paciente.

3) que revisen constantemente la producción de los distintos componentes , vean cuáles pagan patentes ex t ran je ras (quién y a quién se pagan) , qué desarrollo de conocimiento y técnica haría falta para substituirlos pro productos locales. Es tos problemas debieran ser una fuente natural de temas de t r aba jo en la Facultad.

4) que establezcan una especie de consultorio para asesorar a las industr ias nacionales cuando los procedimientos que usan se pue-dan reemplazar por otros más avanzados .

5) que estudien qué problemas puede a c a r r e a r al país la inversión e x t r a n j e r a en i n d u s t r i a s que f u n c i o n a b a n o r i g i n a l m e n t e con capitales locales.

6) que analicen las leyes im-positivas y aduaneras , los tipos de contrato con f i rmas del exterior y todo otro elemento económico-legal que t raba la independencia de la industria nacional.

7) que vean la forma de costear la investigación y desarrollo de productos y técnicas locales con impuestos al producto importado que se t r a t a de suplantar.

8) que estudien la trayectoria de sus graduados , el mercado de tra-ba jo y las necesidades nacionales y que luego asesore al estudiante, a las comisiones de enseñanza y a sus equipos de investigación.

Espero que resulte claro que la salud del pueblo es un derecho que no debe supeditarse a productos brutos, o a discusiones de modas científicas, que se necesitan más y m e j o r e s p r o f e s i o n a l e s y cien-tíficos, que la Facultad debe p o n e r s e e n c o n d i c i o n e s de desempeñar ese papel social y que los graduados deben luchar porque as í sea .-A-

Cómo el automóvil ha cambiado nuestras vidas

La penetración tecnológica debe mirar mucho más allá del impacto inmediato que cause la aplicación de una nueva tecnología. La siguiente es una selección de los impactos que la aparición del automóvil causó en la sociedad y muest ra hasta qué punto puede influir este tipo de acciones y has ta que punto es necesario pene t ra r para ealizar un análisis prospec-t ivo ¿n e s t a m a t e r i a . G a b o r Strasser , director de planeamiento

del Columbus Laboratories , del Batelle Memorial Insti tute de Columbus, Ohio, incluye esta lista en una c o n t r i b u c i ó n al l i b ro Techno logy A s s e s s m e n t in a Dynamic Envi ronment .

Impacto del automóvil en la sociedad (1895 has ta el presente) Valores

M o v i l i d a d g e o g r á f i c a . Expansión de la l iber tad personal. Prest igio y s t a tus ma te r i a l deri-

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vado de la posesión de un : automóvil . Sobreevaluación del

automóvil como una extensión del y o ( i d e n t i f i c a c i ó n c o n l a

! máquina) , f i P r ivac ía : a is lamiento del contacto

ambienta l y humano. I Consideración de la posesión de un | automóvil como una pa r t e esencial r, de la vida normal (ar t ículos del t! hogar) . I Desarrollo del culto del automóvil I (identificación de grupos, simboli-í zado por el tipo de automóvil I poseído).

Insti tucional

Es tablec imiento de muchos prece-dentes en ma te r i a de política la-boral debidos a la act ividad de los s indicatos de la industr ia automo-triz. Es t ruc tu rac ión multidivisional y d e s c e n t r a l i z a d a d e l a s c o r -poraciones industr ia les modernas , como es evidente en toda la indus-tria automotr iz . Modernas técnicas de dirección empresa r i a . Sis tema de crédito al consumidor. Inigualado s t anda rd de vida. E m e r g e n c i a de los Es tados Unidos al m á s alto nivel mundial de poder comerc ia l y mil i tar . E x p a n s i ó n d e l a a c t i v i d a d aseguradora . Aumento del interés individual en el c rec imiento de la act ividad económica. Bases de un s i s tema oligopólico utilizado por otros sectores de la economía. Uso de ter renos pa ra autopis tas en det r imento de su uso recreat ivo o habitacional . Eros ión de t e r renos provocada por construcción de autopis tas . Contaminación de aguas (residuos aceitosos en ar royos y ríos pro-veniente del lavado de las calza-das) . Invasión publ ic i tar ia desagrada-ble y moles ta . C o n t a m i n a c i ó n del a i r e , con plomo, asbestos, HC, CO, NOx, SOx.

Demogra f í a

D e s p l a z a m i e n t o de p o b l a c i ó n hacia los suburbios. Desplazamiento hacia los lugares de implantación geográf ica de los p r i n c i p a l e s f a b r i c a n t e s n o r -teamer icanos . Desplazamiento de t r aba j ado re s de á r e a s agr íco las hacia á r e a s u rbanas . Movimiento del comercio y la industr ia hacia los suburbios. A u m e n t o d e l a m o v i l i d a d geográf ica .

Economía

Elemento esencial y p r imero de la economía no r t eamer i cana en el siglo XX. Gran número de t r aba jos direc-

tamente relacionados con la indus-tria automotriz (uno de cada seis puestos de t rabajo en los Es tados Unidos). La industria automotriz como factor vital para muchas indus-trias pesadas. C r e c i m i e n t o d e l c o m e r c i o minorista, especialmente a t r avés de actividades tales como es-taciones de servicio y comodida-des turísticas. Expansión de la instalación de mansiones suburbanas. Drást ica declinación del negocio de caballos, c a r rua j e s y diligen-cias. Agotamiento de las r e s e rva s pe-troleras. E s t í m u l o a la p r o s p e c c i ó n y perforación de nuevos yacimientos petroleros y desarrollo de nuevas técnicas de refinación conducentes a la utilización de métodos m á s so-fisticados y más bara tos . Aumentos de las inversiones de-dicadas a construcción y man-tenimiento de rutas. Aumento de la recaudación f iscal p r o v e n i e n t e de la v e n t a d e automóviles y combustibles. Declinación de los f e r roca r r i l e s (tanto en transporte de pasa je ros como en carga) . Establecimiento de pau tas pa ra la circulación y comercio interior, aplicable a otros campos de activi-dad humana . La industria de construcción de autopistas y su poderosa influen-cia. *

N. del T.: En muchos casos y aun cuando no está aclarado especí-ficamente, debe tenerse en cuenta que el autor se refiere particularmente a los cambios producidos por el au tomóvi l en la soc iedad nor-teamericana. Resulta por ejemplo evidente que, en países carentes de industria automotriz, sólo son válidas a q u e l l a s a s e v e r a c i o n e s q u e

'resulten de la implantación del automóvil como máquina de transpor-te y, en cambio, se darán otras que el autor no ha considerado como el aumento de la dependencia im-perialista, el endurecimiento de la estructura exportadora de materias primas y la popularización del sistema de medidas anglosajón en países donde regía legalmente el sistema métrico decimal.

i Ambiente ¡ ; Contaminación sonora. ; Depósitos de c h a t a r r a automotriz. I Campamentos junto a las ru tas .

i J | Conducta social

jf I Cambio de las pau t a s de galanteo, ' | socialización y\educación de los ni-

f ños, en los hábitos laborales, en el j uso del t iempo l ibre y de las pau tas ! famil iares . | Creación de una ampl ia c lase me-; dia nor teamer icana y disminución > de las d i ferencias en t re c lases • sociales. | Creación de una nueva c lase de

t r a b a j a d o r e s i n d u s t r i a l e s • semiespecializados. ¡Sustitución del automóvil p a r a el : t ransporte masivo.

Rápida conversión de la al ta i capacidad industr ial de la indus-I ' t r i a a u t o m o t r i z , d u r a n t e la • Segunda Guer ra Mundial, a la pro-

• ducción de a r m a s de guer ra . Diversos impactos en el á r ea

; criminal . Acrecentamiento del tur ismo. Cambios en la educación mediante el t ranspor te en ómnibus escolares

; (predominio de la escuela general , sobre la escuela zonal de ciclo incompleto). Más rápida provisión de atención

iel médica y otros servicios de urgen-de cia. ¡ta Congestión del tránsito, r o A l r e d e d o r d e 60.000 m u e r t e s

a a n u a l e s d e b i d a s a a c c i d e n t e s automovilísticos. Aumento en la incidencia de enfer-medades resp i ra tor ias , enferme-

te) dades c a r d í a c a s y cáncer . Desplazamiento de núcleos habi-

a . tacionales urbanos m á s antiguos y al. m á s pobres debido a la construc-sri- ción de autopis tas .

7

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El lenguaje de los símbolos Margaret Mead

El libro de los símbolos de Henry Dreyfuss , Una guía autorizada de los s ímbo los g r á f i c o s in te r -nacionales, es una obra importan-te en una disciplina nueva e in-teresante . El libro lleva un prólogo de Richard Buckminster Fuller, quien califica a Dreyfuss de ' ' p r i m e r d i s eñado r en el re-f i n a m i e n t o del p r o d u c t o " y ap laude la contribución del autor " a una nueva técnica de las comunicaciones", que "c ree que s e r á el c a t a l i z a d o r de una p r e o c u p a c i ó n m u n d i a l por la evolución hacia un solo idioma".

Dreyfuss ha reunido alrededor de 5.000 símbolos gráficos organi-zados en 26 especialidades, tales c o m o h o s p e d a j e y v i a j e s , agricul tura, y arqui tectura . En hospedaje y viajes encontramos símbolos para "sa l ida" y "entra-d a " , " l avabo" y "niño perdido". Los símbolos han sido selecciona-dos sobre la base de su claridad, uso corriente o la excelencia de su presentación gráfica. P a r a que su colección se pueda utilizar inter-nacionalmente e, incidentalmente, hacer resa l ta r las limitaciones de la pa labra escrita, Dreyfuss ha añadido un índice en 18 idiomas.

Además, el manual contiene muchas observaciones especiales

Margaret Mead, antropóloga cultural y psicóloga, s e ha ocupado preferentemente en el anál is is y desarrollo de medios nuevos de comunicación.

Reproducido con permiso de la Smithsoniai Símbolos y títulos reproducidos con permiso de McGraw Hill Book Co., del libro Symbol Sourcebook by Henry Dreyfuss . c 1972 por Henry Dreyfuss.

sobre las fo rmas fundamenta les y sus posibles combinaciones, sobre la búsqueda —hasta ahora inútil— de buenos símbolos para "em-p u j a r " y " t i r a r " , sobre los avisos comerciales, sobre símbolos de brujer ía , el símbolo de la paz, el de la ecología, el del dólar, el báculo de Escolapio, el tiovivo, la svás-tica, y hasta el de OK. El libro también contiene los símbolos que usan los vagabundos y una sección muy completa acerca de los colores.

Este libro será una guía así como una advertencia, pues vi-vimos en unos tiempos en que nacen y se desenvuelven nuevas clases de lenguajes. No se t ra ta de las lenguas que hablan y escriben pueblos extraños y remotos, sino de algo que está ocurriendo en todo el mundo.

Todos vivimos ya con algunos de esos símbolos gráficos que encon-t r a m o s c a d a vez con m a y o r frecuencia: las señales de de-tenerse o continuar y de curva o cruce en las ca r re te ras ; los puntos azules o rojos que indican el agua caliente o la f r ía en los grifos; la calavera con los dos f émures cruzados que previenen veneno o peligro en las medicinas y el círculo con una cruz encima que indica una iglesia en los m a p a s oficiales.

Hay l i teralmente centenares de otros símbolos dirigidos principal-mente a los especialistas, a los c i en t í f i cos y p r o f e s i o n a l e s de muchas disciplinas. Hay s i s temas de símbolos para astrónomos, para botánicos, car tógrafos , a je-drecistas, ingenieros, fontaneros y soldadores. Hay muchos libros llenos de símbolos mil i tares y a r q u i t e c t ó n i c o s . E s t á n l o s s ímbolos que u s a n los m e -

teorólogos, los filatélicos y los coreógrafos e incluso los estudian tes que m i d e n la e s t r u c t u r a mét r ica del verso.

E l h e c h o d e q u e e s t é n a p a r e c i e n d o t a n t o s l e n g u a j e s simbólicos es indicación de la n e c e s i d a d d e u n m e d i o de ' comunicación que, aparentemen- f te, no puede sa t i s facerse con la ' pa labra escr i ta . Los símbolos, e-decir los buenos símbolos, poseen c a r a c t e r í s t i c a s ú n i c a s que no tienen las pa l ab ras : una palabra escri ta ha de ser p r imero percibi-da por el ojo, pero después de ha-bérsela visto hay que desc i f rar su mensa je . Pe ro los símbolos grá-ficos hablan d i r ec tamen te al ojo. Un buen símbolo gráf ico tiene un significado único y conciso: una flecha que señala hacia la derecha dice c l a r amen te y sin demora que hay que ir hacia la derecha; en cambio las pa l ab ra s " i r a la d e r ech a" pueden indicar direc-ción, pero también o t ras cosas.

Otra ven t a j a impor tan te de un buen símbolo sobre la palabra , es que salva la b a r r e r a del idioma. La f lecha que señala a la derecha es comprensible p a r a muchos pue-blos diferentes , cualquiera sea su idioma y cul tura y, desde luego, las pa l ab ra s no lo son. Los símbolos genera lmente ahorran espacio. Una s imple operación m a t e m á t i c a que se e jecuta con símbolos numéricos e índices ma-temáticos tales como los signos de " m á s " y de " m e n o s " , ser ía una pesadilla si se tuviera que hacei escribiendo las pa labras . Y el plano de un arqui tecto o de un i n g e n i e r o p o d r í a d i f í c i l m e n t e s u b s t i t u i r s e po r i n s t r u c c i o n e s verbales escr i tas .

La necesidad urgen te de más símbolos gráf icos y el consiguiente

a

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desarrollo desordenado de muchos s i s t e m a s s i m b ó l i c o s i n t e r e s a desde hace t iempo a los diseña-dores, ingenieros, antropólogos y otros profesionales. Los inventores sociales han t ra tado de desar ro l la r lenguajes simbólicos universales . Los exponentes m á s des tacados de esta idea son Otto Neura th y Charles K. Bliss. Neura th inventó un " l e n g u a j e p i c t ó r i c o i n t e r -nacional" l l amado Isotype, basado

p r i n c i p a l m e n t e e n i m á g e n e s estil izadas. Bliss, también aus-tríaco, pero que ahora vive en Australia, inventó la " seman-

tograf ía , una sóla escr i tura pa ra un sólo m u n d o " , un s i s tema que se b a s a en unos c i en s í m b o l o s r e l a c i o n a d o s con c i e r t a s imá -genes. Bliss y Mar ie Neura th , la esposa de Otto, han contribuido en este libro.

Me p a r e c e que estos precursores t r a t a ron de encontrar soluciones an tes de que se hubiera explorado suf ic ientemente la cuestión del desarrol lo, ensayo y educación en ma te r i a de símbolos. Hubo otros que hicieron proyectos menos ambiciosos pero de m á s porvenir .

Y el pr imero y m á s impor tan te de los pasos es coleccionar y clasi-f icar los símbolos ya existentes. Henry Dreyfuss h a escrito ese li-bro, el cual debería f o m e n t a r la atención pública sobre el papel que los símbolos gráf icos desempeñan en nuestra sociedad — y el que po-dr ían desempeñar .

He de es tar de acuerdo con H e n r y D r e y f u s s en que " e s -peremos que, con este libro como principio, unos símbolos unifor-mes sean algún día comprendidos por todos, cualquiera que sea su idioma y cu l tu ra" .

( D O * e n c e n d i d o a p a g a d o ráp ido l ento t i e m p o

calor- frío p e s a d o l i v i a n o

S í m b o l o s f u n d a m e n t a l e s : c i e r t o s s í m b o l o s s o n e s e n c i a l e s en l a s c o m u n i c a c i o n e s . A p a r e c e n y r e a p a r e c e n y s u s ign i -f i c a d o e s c o n s t a n t e . N o s f a c i l i t a n la i n t e r p r e t a c i ó n d e

v a r i a b l e c o n t i n u a m e n t e

i n s t r u c c i o n e s c o m p l i c a d a s y son f u n d a m e n t a l e s p a r a la c o m p r e n s i ó n d e todo s i s t e m a s i m b ó l i c o . Son c o m o el A B C d e los s í m b o l o s . ,

J. J J s o y a h a b a l e n t e j a a r v e j a a l t r a m u z p o r o t o

A g r i c u l t u r a : f r u t a s y v e r d u r a s . L a s p i n t u r a s e n l a s p a r e -d e s d e la c a v e r n a f u e r o n p o r a l g ú n t i e m p o s u f i c i e n t e s p a r a

e x p r e s a r i d e a s s o b r e c ó m o lograr a l i m e n t o y a l b e r g u e . L u e g o a p a r e c i e r o n l a s l e n g u a s .

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a Üí 0 s s c a b a l l o caba l lo s e m e n t a l y e g u a

A g r i c u l t u r a : ganader ía y productos l á c t e o s . A m e d i d a que el m u n d o s e h a c e m á s pequeño , el h o m b r e , a p a r e n t e m e n -

caba l lo c a s t r a d o potro potra

te, ha d e s c r i t o un c í rcu lo c o m p l e t o . . . d e los s í m b o l o s a la c o m u n i c a c i ó n verba l y a h o r a d e vue l ta a los s í m b o l o s . . .

A í a t l e t i s m o g i m n a s i a l e v a n t a m i e n t o d e p e s a s e s g r i m a r e m o b a l o n c e s t o

D e p o r t e s : Ol impíadas de 11)72. Los s í m b o l o s o f r e c e n un c u a d r o s i m p l i f i c a d o pero s u f i c i e n t e m e n t e i n f o r m a t i v o de

las d i v e r s a s a c t i v i d a d e s . Los s í m b o l o s a b s t r a c t o s r e d u c e n ios e l e m e n t o s e s e n c i a l e s a t é r m i n o s g r á f i c o s .

h ie lo d e l g a d o a d u a n a s m e c á n i c a s i l e n c i o a b r o c h a r s e el c in turó

c a m b i o de m o n e d a s e g u r o d e v ia j e i n f o r m a c i ó n

F o r m a g r á f i c a : La m a n o . El l ibro de los s í m b o l o s es una c o m p i l a c i ó n única que p e r m i t e la ident i f i cac ión d e s í m b o l o s , c o m o la m a n o , en c u a l e s q u i e r a c i r c u n s t a n c i a s .

T a m b i é n p e r m i t e al d i s e ñ a d o r f a m i l i a r i z a r s e con los u sos c o r r i e n t e s y los s i g n i f i c a d o s d e c u a l q u i e r f i g u r a .

<?• • ChO 9 • O

n , a c h 0 n e u t r o h e r m a f r o d i t a cópula , pro le m a s c u l i n a h e m b r a

B io log ía : S ímbo los arbi trar ios son los que s e inventan y m ú s i c a e s un e i e n m l o ->cí i - 4 que por c o n s i g u i e n t e s e han de a p r e n d e r l a c l a v e de sol en m á s y m e n o s S , g " ° S m a t e m a t l c o s d e

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I a X e l e c t r i c i d a d c o s m é t i c o s c u b i e r t o s

C o m e r c i o : T i e n d a s y s e r v i c i o s . Los f a b r i c a n t e s e n v í a n s u s productos a t o d o e l m u n d o y la t r a d u c c i ó n d e l a s d i v e r s a s

Y JtíL

n c r i s t a l e r í a utens i l ios d e

coc ina r o p a de n iño

i d e n t i f i c a c i o n e s e i n s t r u c c i o n e s a los i d i o m a s de los p a í s e s e x p o r t a d o r e s es c o s t o s a .

r% p—$ t©- W y Jo i iSEJ Los v a g a b u n d o s han i n v e n t a d o un s i s t e m a p e c u l i a r d e s í m b o l o s g r á f i c o s . E s i n t e r n a c i o n a l y los q u e v a g a n por el m u n d o los e n t i e n d e n . ¿ P o d r í a us t ed l e er e s t o s m e n s a j e s p in tados c o n c a l ? D i c e n , d e i z q u i e r d a a d e r e c h a : E s inúti l

s e g u i r en e s t a d i r e c c i ó n ; aquí v ive una s e ñ o r a m u y a m a -ble ; s i t r a b a j a s t e dará d e c o m e r ; podrás d o r m i r en el pa-j a r ; s i e s t á s e n f e r m o te c u i d a r á n ; ¡aquí h a y un p e r r o fe-roz!

El t i e m p o ha d e b o r r a r la r e l a c i ó n e n t r e la s v á s t i c a y el h o l o c a u s t o naz i . E s t e s í m b o l o a p a r e c í a en m ú l t i p l e s ar te -f a c t o s m u c h o a n t e s d e q u e el h o m b r e b l a n c o l l e g a r a al H e m i s f e r i o O c c i d e n t a l . ¿ L a i n v e n t a r o n los a d o r a d o r e s d e l Sol, d e r i v á n d o l a d e la i m a g e n s o l a r del c e n t r o ? ¿ E s t á r e l a c i o n a d a c o n el t r i s q u e l i ó n d e la i z q u i e r d a ? N a d i e s a b e su o r i g e n .

Una c a j a d e c a r t ó n e n v i a d a d e s d e la U n i ó n S o v i é t i c a a los E s t a d o s U n i d o s l l e v a , a d e m á s d e la d i r e c c i ó n , t r e s s í m b o l o s q u e r e p r e s e n t a n o t r a s t a n t a s i n s t r u c c i o n e s : l a s f l e c h a s s i g n i f i c a n : e s t e l a d o h a c i a a r r i b a ; u n a c o p a d e v i -drio, " f r á g i l " ; un p a r a g u a s , " m a n t é n g a s e en s e c o " . Al s u p o n e r q u e la c a j a p u e d e e n v i a r s e v í a C o n s t a n t i n o p l a , el P i r e o , G é n o v a y L i s b o a , v e m o s que d e b e r í a e x p r e s a r s e e n s e i s i d i o m a s .

D e l e s c u d o de los Médic i ' h e m o s a d o p t a d o las t r e s b o l a s d o r a d a s q u e c u e l g a n d e l a n t e de a l g u n a s c a s a s d e p r é s -t a m o s . E n el J a p ó n , el c a r á c t e r para la c a s a d e p r é s t a m o s ( i z q u i e r d a ) s e l l a m a " s i c h i " que t a m b i é n s i g n i f i c a s i e t e . P o r lo t an t o , el s i e t e e s t i l i z a d o de la d e r e c h a s i g n i f i c a c a s a de e m p e ñ o .

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Congreso de Medicina del Trabajo La opinión de Santiago Montaldo

En setiembre del año pasado, se llevó a cabo el XVII Congreso Internacional de Medicina del Trabajo que motivó el trabajo publicado en Ciencia Nueva N° 20. La trascendencia del tema nos alentó a publicar este testimonio, no por tardío menos válido.

Los t rabajos presentados en el XVII Congreso Internacional de Medic ina del T r a b a j o , s a lvo honrosas excepciones, carecieron del nivel científico que podría esperarse en un evento de esta importancia. Algunas ponencias se l i m i t a b a n a h a c e r u n a r ecop i l ac ión de d a t o s ; o t r a s llegaron a constituir un verdadero agravio a los t rabajadores , a los países marginales, a la dignidad del ser humano.

Alejandro Stordeus, un abogado argentino, hizo un planteo sin-gular. Señaló este profesional que las relaciones obrero-patrón son más difíciles y t irantes en los países de América latina, Asia y Africa que en los países anglosa-jones, atribuyendo esta situación a la mayor conciencia social y serie-dad de los obreros de estos últimos países, desconocida en los países " b á r b a r o s " . El v i e jo p l a n t e o sarmientino de la superioridad biológica de la raza anglosajona

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resurgió, en 1972 y ante un foro internacional, en la pa labra de este digno discípulo del profesor Achaval. P a r a rescatar la digni-dad nacional y profesional, para mostrar que a veces es posible li-berarse de la deformación cul-tural, habló otro argentino, mani-f e s t a n d o q u e la p r e t e n d i d a superioridad anglosajona se debía nada más que a una cuestión de economía interna de esos países que, favorecidos por su posiciór imperialista, obtenían mano de obra bara ta en los países coloniza-dos a costa de la cual podían dar a sus propios t raba jadores algunas conquistas sociales que l imitan sus l u c h a s r e i v i n d i c a t i v a s . Un ejemplo típico de esta situación se ve en Ing la te r ra : la T r a d e Union empezó a most rar su disconformi-dad con la política, económica oficial unos años después de la Segunda Guerra, prec isamente cuando I n g l a t e r r a p e r d í a su posición de po t enc i a i m p e r i a l

mundial . Resul ta as imismo evi-dente que la d i screpancia entre la T rade Union y el gobierno inglés irá en aumento .

"Génesis de la violencia en el lugar de t r a b a j o " es el título de otra ponencia debida a un argen-tino, Puglisi . Allí se sostiene que una causal de violencia es la mili-tancia política del t r aba j ado r . Es la sublimación del pensamiento li-beral-oligárquico que sostiene que el t r aba j ado r no debe ocuparse de política y que debe reduci rse a su ta rea específica de defensa del salar io; la política debe quedar r e se rvada pa ra el cenáculo de una minoría i lus t rada que es la única que tiene derecho a su ejercicio, pues así lo viene haciendo desde hace 150 años a t r avés de ilustres antepasados que llenan ahora de bustos nues t ras plazas y que a su turno l lenaron generosamente las a r ca s imper ia les con el producido de a q u e l l o s q u e " n o deben ocuparse de pol í t ica" .

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Los malos e jemplos en ma te r i a de Medicina del T r a b a j o no ter-minaron allí. E l profesor Rafae l Peña lver Ball ina, exil iado cubano y Director de Cursos de Medicina del T raba jo pa ra pos tgraduados de América Lat ina, con sede en Miami , p r e s e n t ó un t r a b a j o d e n o m i n a d o " E m p r e s a s mul -tinacionales y Medicina del Traba-j o " , c u y o c o n t e n i d o p u e d e resumirse como una apología de lo que se conoce m á s cor r ien temente como monopolios imper ia l i s tas . E l ex empleado yanqui en Cuba, actual empleado yanqui en Es ta-dos Unidos, sostiene en su t r aba jo que las e m p r e s a s mult inacionales "disminuyen la inflación de los países en donde a c t ú a n " , "expor-t an r e v o l u c i ó n t e c n o l ó g i c a " , "exportan cu l tu ra" , "equ ipa ran los salarios en todo el mundo" , " a u m e n t a n el n ive l de v ida nacional", "como no tienen limi-taciones nacionales, se instalan en las naciones donde pueden ac tua r l i b r e m e n t e " , " t i e n e n e s e n c i a transideológica, t ranspolí t ica y t ransnacional" . Deploró a d e m á s que en los países "en desar ro l lo" o

en v ías de subdesa r ro l lo , c o m o fue allí dicho, no se v ie ra de esa m a n e r a el p rob l ema y pus ie ran t r abas a la l ibre ins ta lac ión y acción de e s t a s e m p r e s a s . F u e r o n v a r i o s los p a r t i c i p a n t e s q u e contes ta ron al exi l iado cubano, mos t rando es tad í s t i cas que evi-dencian que los benef ic ios no son tales, que donde e n t r a n las em-presas mul t inac iona les a u m e n t a la mor t a l i dad , la m i se r i a , el h a m b r e , que esos pa íses rec iben las m a q u i n a r i a s obsole tas de los países de or igen y que esa obsolencia a f e c t a p r e c i a m e n t e la segur idad de los t r a b a j a d o r e s que la ope ran . No fa l tó quien recor-d a r a que P e ñ a l v e r Bal l ina fue expulsado de Cuba, a c u s a d o de se r agen te de la CIA.

Todos los pa r t i c ipan te s en el Congreso e r a n profes iona les al servicio de e m p r e s a s p r i v a d a s o de o r g a n i s m o s oficiales de Es ta -do. Es to c a r a c t e r i z a la unila-te ra l idad del enfoque sobre la Medicina del T r a b a j o que o f rece un Congreso c o m o és te . Se eviden-ció que, p a r a espec ia l i s tas de es ta ext racción, el t r a b a j o es una

mercancía y el t r aba jador es quien la posee. Esta "posesión de la mano de obra" —al decir de al-gunos ponentes— lo convierte en una máquina más que hay que cui-dar pa r a que no se de te r io re an tes de t iempo, es decir an tes de cul-minar su período productivo vital .

P a r a nosotros la Medicina del Traba jo , su método y su técnica, debe surgir de otro contexto ra-d i c a l m e n t e d i f e r e n t e . C o n s i -deramos que el t r aba jo es, luego de la procreación, la actividad c r e a d o r a m á s i m p o r t a n t e de l hombre, su prolongación vital , su elemento de comunicación con el Hombre y con la Historia a t ravés de lo que produce. Al decir esto coincidimos con la concepción Justicialista que considera t raba-jador a todo aquel que no paras i ta , al que vive de lo que produce, sea investigador, albañil , legislador, minero, estudiante, escri tor , etc. Una concepción que no acep ta la división entre homo fabe r y homo sapiens. Consideramos que el t ra-bajo no está signado por la mal-dición bíblica y que, por el con-trar io ennoblece a quien lo rea l iza .

Declaración de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata

La asociación de Docentes e Invest igadores de la Facu l t ad de Ciencias Na tu ra l e s y Museo de La P la ta (ADIM) , en su Asamblea Ext raord inar ia ce lebrada el día 24 del corriente, ha resuelto hacer público y poner en m a r c h a un plan de lucha gremial , con el fin de l o g r a r la c o n c r e c i ó n de los siguientes objet ivos:

1) La re incorporación de los docentes univers i tar ios al Es ta -

tuto del Docente , del que f u e r a n a r b i t r a r i a m e n t e e inconsul tamen-te s e p a r a d o s .

2) El r e s p e t o y cumpl imien to del contenido del E s t a t u t o del Docente pa ra todos los e d u c a d o r e s que se encuen t ren comprend idos en el mismo.

3) L a e l a b o r a c i ó n d e u n r ég imen jub i la tor io adecuado p a r a el pe r sona l docente de las Uni-ve r s idades e s t a t a l e s .

4) E l establecimiento de nuevos a c u e r d o s con O r g a n i z a c i o n e s Mutuales que reúnan condiciones de asistencia social que sean m á s efectivas y reales que las ac tua les .

5) La defensa de los postulados f u n d a m e n t a l e s de la e s c u e l a púb l i ca , r e c o n o c i e n d o q u e e s función propia e in t ransfer ib le del Estado orientar y controlar la educación de nuestro pueblo.

ADIM reso lv ió e l e v a r e s t a s inquietudes a la Mesa Coordina-

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d o r a p a r a la F e d e r a c i ó n de A s o c i a c i o n e s de D o c e n t e s e Invest igadores de la Universidad Nacional de La Pla ta , como así también a la Mesa Coordinadora s imilar que agrupa a los docentes de la Universidad Nacional de Buenos Aires, conjuntamente con l a U n i v e r s i d a d T e c n o l ó g i c a Nacional y a la Federación de Asociaciones de Docentes de la Universidad Nacional de Córdoba, solicitando las hagan suyas y se e labore un plan de lucha único para el logro de estos objetivos.

A d e m á s , l a A s a m b l e a Extraordinar ia de ADIM se mani-festó a favor de la participación de la Asociación en el seno del A c u e r d o N a c i o n a l d e Nucleamientos Docentes y que tal anhelo se pueda efectivizar a tra-vés de la Mesa Coordinadora pro Federación que funciona en el ámbi to de nuestra Universidad.

La p r imera etapa contemplada en su plan de lucha, consistirá en p resen ta r estos justos reclamos g r e m i a l e s a las a u t o r i d a d e s electas por la voluntad popular, para que éstas se aboquen a su solución, con la urgencia que el caso requiere.

ADIM aclara que, si bien el presente mecanismo implica un cambio en su accionar gremial, apoya las reclamaciones formula-das por el Acuerdo Nacional de Nucleamientos Docentes. El cese momentáneo de sus medidas de fuerza a part ir de este momento, obedece a los siguientes consi-derandos :

—El Gobie rno M i l i t a r ha demost rado a lo largo de su per-manenc ia en el poder, una total insensibilidad frente a los justos rec lamos elevados por los gremios docentes.

— E n lo que concierne a ADIM, n u e s t r a Asociación desde el momento de su constitución en el año 1971, mantiene una línea gremial coherente y ha presentado sus reivindicaciones, en re i teradas oportunidades, a las autoridades que es taban encargadas de la conducción educacional, social y económica del país y como lógica reacción, frente a la falta de solución de las mismas, asumió medidas de fuerza, coincidentes con l a s p r o g r a m a d a s por el A c u e r d o N a c i o n a l d e N u -cleamientos Docentes.

— E s utópico esperar un cambio de actitud de esas autoridades en base a su labor desarrollada v ante

la inminencia de su finalización. Por todo ello, ADIM da por

terminado sus reclamos y hace público su repudio a las autorida-des universi tarias y minister iales del Gobierno Militar instalado en el poder a par t i r del golpe de esta-do del año 1966, por su insensibili-dad e ineficacia para resolver los graves problemas que padecen los educadores estatales en todos los niveles.

F d o . E l i a s R. de la Sota ( P r e s i d e n t e ) y O s c a r G. Arrondo ( S e c r e t a r i o ) .

En el día de la fecha, se reunió la Asociación de Docentes e Inves-t i g a d o r e s de la F a c u l t a d de Ciencias Naturales y Museo de La P l a t a (ADIM) yen A s a m b l e a Ext raordinar ia (cuarto interme-dio), para t r a t a r el segundo punto del Orden del Día: Análisis de la situación universi tar ia .

Resuelve lo siguiente: 1) En un todo de acuerdo con lo

reáiel to por la Mesa Coordinadora pro Federación de Asociaciones de Docentes e Invest igadores de la U-niversidad Nacional de La Pla ta , con fecha 24 de abril, se manif ies ta por la prosecución de las activida-des docentes y adminis t ra t ivas en la Universidad, no aceptando inno-vaciones en los planos académicos

y adminis t ra t ivos , has ta tanto a suman las autor idades designa-das por el gobierno electo.

2) Crear una Comisión especial de 8 personas , en la que interven-gan miembros de la Comisión Directiva y asociados de todos los niveles (profesores, auxil iares y ayudantes a lumnos) , pa ra llevar a cabo la siguiente t a r ea :

a) Análisis crítico de la Política Educacional : origen y c o n t e n i d o de la l eg i s l ac ión vigente.

b) Análisis crítico del origen y contenido de los anteproyec-tos sobre Polít ica Universitaria existentes, f inalizados o en m a r c h a .

La Asamblea Ext raord inar ia facultó a la Comisión Directiva para que és ta designe a los in-tegrantes de este grupo de t rabajo, el que deberá expedirse en un término de 25 días, a par t i r de la fecha de su constitución.

Una vez cumplido este cometido, la Comisión Direct iva c i tará a una Asamblea Ex t rao rd ina r i a para t r a t a r la labor desar ro l lada por la Comisión e s p e c i a l . *

LA PLATA, 24 de abri l de 1973.

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Conceptos y aplicaciones de bases de datos Hugo M. Castro

Introducción Un cent ro de cómputos gene ra lmen te s i rve a

var ias á r e a s de aplicación, cada una de las cuales p l a n t e a s u s p r o p i o s r e q u e r i m i e n t o s d e procesamiento de datos.

Cada una de es tas á r e a s posee sus propios archi-vos, cuya e s t ruc tu ra es tá or ien tada a opt imizar el rendimiento de los p r o g r a m a s que los utilizan, los cuales const i tuyen un subconjunto del s i s t ema total, un subs i s tema.

Hugo M. Castro es L icenc iado en computación Ha sido docente en la F a c u l t a d de Ciencias E x a c t a s y ac tua lmente es Profesor de Ingeniería de S i s t emas en los cursos de postgrado de la Facu l tad de Ingeniería de la UBA. Es espec ia l i s ta en s i s t e m a s de una importante e m p r e s a proveedora de equipos.

Dado que los subs is temas por lo genera l se cortiunican ent re sí ciertos datos, y que cada uno de ellos está es t ruc turado sin tener en cuenta a los demás , hab rá que rea l izar ta reas adicionales de extracción, ordenamiento o intercalación de da tos pa ra permi t i r e fec t ivamente el in te rcambio de información.

Po r otro lado, cada uno de los subs i s t emas t end rá información que a p a r e c e r á repetida en algún otro. No es r a r o que estos datos repetidos se encuen t ren en d i ferentes niveles de actualización. Además , si se ag regan datos de distinto tipo al s i s t ema , o se cambia el fo rma to de los mismos, o se incorpora un nuevo subs i s tema, a menudo esto desencadena una ser ie de modif icaciones que pueden a lcanzar incluso a p r o g r a m a s que no tienen nada que ver con aque l en que se produjo el cambio. Como consecuencia de todo ello, a medida que el centro de cómputos c rece , la t a rea de manten imiento de las apl icaciones exis tentes se vuelve m á s y m á s pesada .

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Se han hecho varios intentos pa ra resolver esta dificultad, pero todos ellos se han basado en técnicas convencionales y su f racaso se ha debido a que no a tacan el problema fundamenta l .

El Concepto de Bases y de Datos

En el enfoque convencional un p rog rama hace uso de la información en forma de registros. Exis te una correspondencia entre el formato del registro, tal como está grabado en el dispositivo externo, y el de la zona de memoria en que el p rog rama espera recibirlo,o desde la cual lo va a g raba r . La en t rada y salida se realiza por registros, es decir que cada lectura o grabación provoca el desplazamiento de un regis tro completo (o en general un número en-tero de ellos de acuerdo al factor de bloque utiliza-do).

Sin embargo, el p rograma no procesa todos los datos a la vez sino que lo hace en una cier ta secuencia. Inclusive es posible que el hal lar valores preestablecidos en determinados campos, con-dicione el proceso de los datos siguientes. Podemos ver entonces que no es necesario disponer de toda la información del registro al mismo tiempo, aunque con la tecnología disponible hasta ahora esa e ra la única solución razonable.

De lo anterior se infiere que el registro es una unidad demasiado grande como pa ra poder mane-jar la ef icazmente. Por eso surgió la idea de f o r m a r segmentos con los datos que se van a utilizar en paralelo, es decir aquellos que se van a procesar cualquiera sea el valor contenido en ellos. Dichos segmentos, por lo explicado anter iormente , van a gua rda r entre si una relación de tipo jerárquico, de modo que los datos más significativos van a aparece r en los segmentos de nivel m á s alto.

De la misma mane ra que un conjunto de registros consti tuye un archivo, un conjunto de es t ruc tu ras je rá rquicas de segmentos consti tuye una base de datos. Obsérvese que si bien todos los registros de un archivo tienen el mismo formato, una base de datos comprende segmentos de distintos formatos .

Uso de una Base de Datos Traba jando con una base de datos el p rogramador

puede real izar operaciones de en t rada y salida a nivel de segmento. Típicamente ha rá uso de operaciones tales como buscar un segmento deter-minado, especificando sus caracter ís t icas , buscar el segmento siguiente al último encontrado, ag rega r un segmento, el iminarlo o reemplazar lo por otro.

En una base de datos cada í tem de información a p a r e c e una sola vez, independientemente de cuántos p rogramas hagan uso de él. Dado que dichos p rogramas van a competir por el uso de la m i s m a información, el manejo de ésta debe reali-zarse en forma central izada. Es to quiere decir que tanto la definición de los segmentos, y de los datos que comprenden, como el acceso a los mismos debe hace r se a nivel de s is tema. En otras pa labras , los datos se convierten en un recurso m á s entre los que el s i s tema adminis tra . Como consecuencia habrá una disociación entre la organización de los archi-vos y la organización de los datos, o por lo menos g u a r d a r á n entre sí una relación que no n e c e s a r i a m e n t e d e b e s e r conoc ida po r el

s

programador . El acceso a los datos es una carac-teríst ica del proceso a que se los somete y no de los datos en sí.

Puede ocurr i r que un p r o g r a m a necesi te utilizar sólo pa r t e de los segmentos que componen una base de datos. P a r a ello hab rá que ident i f icar los seg-mentos a los que dicho p r o g r a m a tendrá acceso. Dicho de otro modo, se debe indicar cómo " v e " ei p rog rama a las bases de datos de las que hace uso. Las operaciones tales como " b u s c a r el segmento s iguiente" se van a rea l izar teniendo en cuenta sólo los segmentos "v is ib les" de la base de datos.

Es ta carac te r í s t ica es la que pe rmi t e que, si la base de datos recibe el ag regado de nuevos tipos de segmentos, los p r o g r a m a s exis tentes no resul ten afectados por el cambio.

También es posible que un p r o g r a m a necesite hacer uso de una es t ruc tu ra de segmentos que no sea la de ninguna de las bases de datos existentes, ya sea porque utilice segmentos de dis t intas bases de .datos o porque necesite disponer los segmentos de una base de datos en un orden j e rá rqu ico distinto.

La es t ruc tura mencionada const i tuye también una base de datos y el s i s tema la t r a t a r á como tal, sólo que cuando se opere sobre la m i s m a los datos sé obtendrán en rea l idad de las bases de datos de las c u a l e s p r o v i e n e n los s e g m e n t o s u t i l i z a d o s . Obsérvese que és te es un medio de evi ta r la duplicación de información, a t r ibuto esencial del concepto de base de datos.

Las Bases de Datos y el Centro de Cómputos

No es necesar io que una organización cuente con una sola base de datos ; De hecho puede habe r m á s de una, en una cant idad que va a depender de la na-turaleza de los requer imientos de p rocesamien to de datos que tenga la organización y de la relación que exista ent re esos datos. E s factible, y a menudo deseable, comenzar con bases de da tos sencillas a las que se incorporará información a medida que se esté p r epa rado pa ra ello.

Ya hémos dicho que al conver t i r se los datos en un recurso del s i s tema, se los debe controlar en fo rma centra l izada. Esto lleva a la creación de una nueva función dentro del centro de cómputos : el adminis-trador de datos. Sus funciones comprenden la responsabil idad sobré el diseño, la generación y el mantenimiento de las bases de datos, de modo que cada aplicación utilice en f o r m a adecuada la infor-mación que le compete . También debe rá proveer los medios pa ra la reconstrucción de las bases de datos en caso necesario, como así t ambién l levar un ca-tálogo de los p r o g r a m a s exis tentes y las bases de datos sobre las que ac túa cada uno.

Conclusión

El concepto de base de datos s ignfica un avance impor tan te en lo que se re f ie re al m a n e j o de datos y al mantenimiento de p r o g r a m a s . L a s dis t intas ímplementaciones de dicho concepto es tán todavía en desarrollo, pero aún hoy en día t ienen mucho que ofrecer . Po r las ca rac te r í s t i cas que hemos esbozado no es difícil predecir que el concepto de base de da-tos e j e r ce r á una poderosa influencia en todo el campo del procesamiento de datos.

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CONTRAMEDICINA El derecho al t r a b a j o , el derecho a la salud y el

derecho a la educación es tán en la base de toda sociedad jus ta . En nues t ro país estos derechos han sido t rad ic iona lmentc menoscabados y es bien sabi-do que, por e jemplo, la salud es cons iderada como una mercanc ía , dado que tiene salud el que la puede pagar . Alrededor de esta concepción es tán es t ruc-turadas tanto la atención t o m o la enseñanza médica . En estos momentos en que se comienza la reconstrucción nacional y se quiere hacer lo sobre nuevas bases de justicia y equidad, cons ide ramos impor tan te apor t a r desde CIENCIA NUEVA ma-teriales. que es t imulen la discusión a c e r c a de la práct ica y la enseñanza de la medic ina .

No c reemos que sea copiando modelos puestos en marcha en otros países que reso lveremos nuest ros

problemas , pero teniendo en cuenta que con tamos con muchos medios para e n c a r a r nues t r a s soluciones, consideramos útil el conocimiento de o t ras experiencias y es por esto que incluimos en esta selección un art ículo sobre la medicina en Cuba, y otro sobre la medicina en China, apa rec idos en una de las más prestigiosas revis tas m é d i c a s internacionales, The New England Jou rna l of Medicine.

Por últ imo reproducimos parc ia lmente un t r a b a j o de Giulio A. Maccaro, que sirve de prólogo al l ibro "La medicine du cap i t a l " de J . C. Polack, que consti tuye un original análisis marx i s t a sobre las cuestiones de salud.

Daniel J . Goldstein

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Los médicos descalzos de la República Popular China

Víctor W. Sidel

La población rural de China, que comprende el 80 por ciento de sus habi-tantes, estuvo atendida en el pasado por un número excesivamente reducido de personal sanitario. Los servicios médicos rurales fueron ampliados masivamente como resultado de la Gran Revolución Cultural Proletaria iniciada en 1965. Como parte de esta expansión, los trabajadores agrícolas son entrenados para satisfacer las necesidades rurales de saneamiento ambiental, educación sanitaria, inmuni-zación, primeros auxilios y algunos as-pectos de la asistencia inicial y la recuperación de convalecientes. En la

actualidad habría más de un millón de los llamados "médicos descalzos". Su período de adiestramiento formal es breve y se enfatiza la formación en la tarea misma. Es análoga la función sanitaria de los "médicos obreros" enlas fábricas de China, y los "médicos Guardias Rojos", que son amas de casa alistadas como ayudantes de los médicos en los puestos sanitarios de las barriadas urbanas. El desarrollo de estas categorías de trabaja-dores y su entrenamiento ilustra algunos de los principios en los cuales se basan los actuales servicios de salud pública en China.

La oportunidad de reunir el mater ia l de1 este ar-tículo surgió como resultado de la invitación cursa-da por la Asociación Médica China a mi esposa y a mí para pasar , en calidad de huésDedes un mes en la República Popular China (a la que nos re-fer i remos en este t r aba jo como RPC, o s implemente China). En el curso de nuestra visita, durante los meses de se t iembre y octubre de 1971, estuvimos una semana en Shangai, la mayor ciudad china, 10 días en Pekín, la capital y segunda ciudad en importancia y varios días en dos ciudades más pequeñas, Cantón (Kuangchow) y Hangchow. Visitamos comunas y sus respectivos equipos y br igadas productivas. Pudimos discutir los problemas del servicio sani-tario en China con los funcionarios de la Asociación Médica China, con autoridades y profesores de cinco escuelas de medica», locales y con los profesores de'1

los médicos descalzos y de otros t r aba jadores sani-tar ios semejantes . Más importantes aún fueron las numerosas oportunidades de hablar y observar d i rec tamente a los médicos descalzos y sus auxiliares.

Cualquier visita de este tipo su f re limitaciones de tiempo, logísticas y problemas de subjetividad y competencia. Un mes es demasiado corto pa ra estudiar casi cualquier aspecto de una cultura ex t ran je ra , sin hablar de tópicos tan vastos como los que nosotros intentamos analizar.

Desde el punto de vista logístico, el visitante en un país como China depende de sus anfi tr iones y —pese a haber sido casi s iempre satisfechos nuestros pe-didos para visitar el tipo de instituciones y comuni-

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dades que deseábamos conocer— nues t r a s inves-tigaciones estuvieron l imi tadas a las instalaciones y personal especia lmente escogido p a r a nosotros por nuestros huéspedes. Mi propia e s f e r a de competen-cia, que incluye estudios ace rca del personal sani-tarig no médico en países como la Unión Soviética y Gran Bre taña , reg i s t raba pocos an teceden tes sobre China y casi ningún conocimiento de su idioma Aunque hice todos los esfuerzos posibles pa ra ser objetivo, mi prejuicio de que hay mucho que me-jorar en el s i s tema nor t eamer i cano de salud pública —y en la sociedad no r t eamer i cana en general— me llevó inevi tablemente a m i r a r con amis toso interés un s i s tema de servicios sociales y san i ta r ios que ha exper imentado un progreso casi increíble en 22 años. F ina lmente , mi información previa sobre el tema era escasa , tanto por la fa l ta de t iempo (la invitación llegó con sólo dos s e m a n a s de antelación a nuestro ar r ibo a China) como por la escasez de buenas publicaciones occidentales sobre la me-dicina en la RPC.

Alcances de este artículo

El objeto de este ar t ículo es el médico descalzo dé las á r e a s ru ra les chinas, el equivalente médico obrero de las fábr icas y el médico Guardia Rojo de las ciudades. P a r a c i ta r d i r e c t a m e n t e la definición dada por los propios chinos: "U n médico descalzo es u n ' campesino que ha recibido ad ies t ramiento médico básico y br inda atención médica sin abandonar el t r a b a j o 'productivo. Recibe ese nombre porque en el sur los campes inos t r a b a j a n

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descalzos en los a r r o z a l e s " . El té rmino médico descalzo (en chino chi j iao

yisheng) pierde mucho en su t raducción. E n verdad , ocurrió que todo médico descalzo con el que ha-blamos usaba zapatos ; la pa l ab ra chij iao, que pue-de t r aduc i r se como "desca lzo" , es u sada pa ra enfat izar el hecho de que r e a l m e n t e es un cam-pesino (lo cual no es d e g r a d a n t e en China) m á s que para r e fe r i r se a su hábi to de calzado. El lector no debe confundi rse por la t raducción de la pa l ab ra china yisheng como " m é d i c o " , acepción que tiene e fec t ivamente en otros contextos. Los funcionar ios chinos no confunden a los chi j iao yisheng con los médicos convencionales , pero los incluyen en las es tadís t icas como campes inos m á s que como personal sani tar io . Sus pacientes pa r ecen igual-mente comprende r la d i ferencia y se re f ie ren a su médico descalzo como tongzhi ( c a m a r a d a ) más .que como yusheng. E n una pa l ab ra , los cua t ro c a r a c -teres chinos combinados que nosotros (y ellos) tra-ducimos como médico descalzo tiene connotaciones que se p ierden en una t raducción l i teral .

El medico obrero es un t r a b a j a d o r de f áb r i ca con en t renamien to s imi la r al del médico descalzo; también él br inda atención médica en su lugar de t r aba jo y en es t recha conjunción con sus labores . El médico Guard ia Rojo es g e n e r a l m e n t e un a m a de casa con menor en t r enamien to f o r m a l que el médico descalzo o su equivalente obre ro ; és tas se desempeñan como ef icientes as i s ten tes médicos en los cent ros u rbanos de salud.

Recursos humanos para la salud

E n el momento de la victoria de las f u e r z a s de Mao sobre el Kuomintang en 1949 ( l l amada "Liberac ión" en la RPC) , China tenia uno de los servicios sani tar ios m á s deficientes del mundo. A pesar de —o como sugieren los chinos, quizás a cau-sa de— los esfuerzos de agrupaciones y médicos misioneros, laicos o religiosos, pocos profes ionales de la "medic ina occidental" se ha l laban e je rc iendo en China. Las estadís t icas chinas e s t iman en 40.000 los médicos existentes en 1950. E s t e n ú m e r o e ra g rose ramen te inadecuado para a tender la población de 540 millones de habi tantes de entonces, incluso en el caso de que los médicos hubiesen es tado rac iona lmente distribuidos, pero el p roblema se a g r a v a b a por el hecho de que es t aban casi en su to-talidad concentrados en las grandes c iudades. P o r lo tanto, el único personal médico a l que tenía ac-ceso la g ran mayor ía de los campesinos y la po-blación u rbana de escasos recursos e ra aquel que p rac t i caba la medicina china tradicional. Se supone que en 1949 la medicina china era p r a c t i c a d a por varios cientos de miles de personas cuyo g rado de preparac ión va r i aba dentro de una extensa g a m a que iba desde los inexpertos improvisados has ta los1

dotados de un considerable baga je de conocimientos y experiencia en el t ra tamiento de las e n f e r m e d a -des.

E n el intento de resolver el p rob lema de la atención médica después de la Liberación, una de

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las p r i m e r a s medidas tomadas en la RPC fue la de e n f a t i z a r n o t a b l e m e n t e el e n t r e n a m i e n t o del personal médico. Es te ent renamiento siguió en gran medida modelos occidentales, pa r t i cu la rmente el soviético. Por otra parte , no existen datos accesibles precisos acerca del número total de médicos educados en medicina occidental que se han forma-do desde la Liberación, o de su número total en la ac tual idad. Una evaluación nor teamer icana ser ia e s t imaba que en 1966 esta c i f ra e ra de 150.000, es decir que se había dado un incremento de 110.000 médicos (casi el 300 por ciento) en menos de 20 años. Aunque otras estimaciones dan c i f ras menores, en el me jo r de los casos se llegaría a un médico poi-cada 5.000 habitantes, una relación todavía enor-m e m e n t e inadecuada —sobre la base de los modelos occidentales— para cubrir las necesidades de una población de 750 a 800 millones de personas.

Duran te el mismo período se realizaron esfuerzos, usando nuevamente el modelo soviético, pa ra en-t renar un gran número de personal médico " m e d i o " o "secundar io" . P a r a 1967 se ha es t imado que existían 172.000 asistentes médicos (aparen temente comparab les con los feldshers soviéticos) 186.000 e n f e r m e r a s , 42.000 p a r t e r a s y 100.000 f a r -macéut icos . Sin embargo, este nuevo personal

capaci tado, así como los recién formados médicos educados en medicina occidental, se hal laban concentrados aparen temente en las á reas urbanas . De ahí que se procurara también in tegrar p lenamente a los médicos tradicionales chinos al s is tema asistencial.

Los intentos por incrementar la promoción de personal médico "occidenta l" y combinar la me-dicina de Occidente con la medicina tradicional, no lograron sin embargo cubr i r las necesidades de la población rural . En 1965, justo antes del comienzo de la " G r a n Revolución Cultural P ro l e t a r i a " , el presi-dente Mao impart ió una directiva tan bien conocida en toda China que se la cita s implemente por la fecha en que se anunció: la directiva del 26 de junio. " E n salud y t raba jo médico, poner el acento en las á reas ru ra l e s " . Esta consigna dio lugar a un im-por tan te cambio en la mane ra en la cual el personal médico encaró los problemas de la salud en el campo. Antes de considerar este t ema es importan-te, sin embargo , comprender algunos aspectos de la vida ru r a l en China.

China rural

China es todavía una nación predominantemente rura l . Se nos dijo que de sus 750 a 800 millones de habi tan tes (casi la cuar ta par te de la población mundia l ) alrededor del 80 por ciento vive en el campo. E n los Estados Unidos, por el contrario, con una superficie terri torial comparab le a la de China, hay solamente 210 millones de habi tantes y sólo el 27 por ciento vive en lo que la Oficina de Censos ha de-finido en 1970 como " á r e a s ru ra l e s" .

Antes de la Liberación, la insuficiencia de recursos en relación a la enorme población de las á reas ru ra les chinas, se hallaba a d e m á s a g r a v a d a por el cruel y despótico s is tema feudal de los se-ñores de la t ierra y de la guerra , quienes despojaban a los campesinos de sus ingresos, su al imento y a menudo de sus vidas. Uno de los pr imeros actos del Ejérc i to de Liberación Popular en las á r ea s libera-das fue t ransfer i r la t ierra de los señores feudales a

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los campesinos que t r a b a j a b a n y vivían en ella. Duran te la década del 50 se f o r m a r o n grupos de p r o p i e d a d de c a r á c t e r c o l e c t i v o , l l a m a d o s "coopera t ivas" . Hacia los úl t imos años de esa década y comienzos de la del 60 m u c h a s de las g r an j a s chinas fueon conver t idas en c o m u n a s con posesión colectiva de la t ie r ra (excepto p a r a las pe-queñas parce las p r ivadas des t inadas al consumo famil iar ) y de los ins t rumentos de l abranza . Las comunas son unidades políticas dentro .de la estruc-tura jurisdiccional china, con su propia j e f a tu r a y funciones específicas. Como entidad política, la comuna tiene su propio gobierno interno y se subdi-vide en br igadas de producción. Las b r igadas se di-viden a su vez en equipos product ivos que son las unidades de t r aba jo m á s pequeñas .

Pese a este progreso, las á r e a s ru ra l e s no avanzaron al mismo r i tmo que las u rbanas . Siguiendo pautas soviéticas, desde 1949 a 1965 se hi-zo hincapié en la industrial ización u rbana . Se dieron incentivos mate r ia les a quellos que p rodu j e r an más o quienes hicieran un me jo r t r aba jo . En consecuencia, una g ran diferencia se fue esta-b l e c i e n d o e n t r e l o s e m -presar ios y técnicos, me jo r pagados , y los t r aba ja -dores de las fábr icas . Se desarrol ló a d e m á s una élite empresar ia l . Según lo ven hoy los chinos, surgió un. grupo cada vez mayor de gente que no comprendía bien los objetivos por los cuales hab ía luchado la revolución, que no tenía recuerdos del " a m a r g o pasado" o de la Larga Marcha y que hab ían perdido el espíri tu de lucha que llevó a la Liberación en 1949. Como resultado, se nos dijo, la élite dir igente perdió contacto con el pueblo al que se suponía debía s e r v i r ; f a v o r e c i ó la i n d u s t r i a l i z a c i ó n u r b a n a oponiéndose al for ta lecimiento de las á r e a s rura les y olvidó el sentido del t r aba jo físico y de la confianza en si mismo.

La educación médica fue espec ia lmente cr i t icada durante la revolución Cultural por u s a r el "deca-dente s i s tema y los métodos ant icuados copiados de los países capi ta l is tas y revis ionis tas" . E n un análisis del Comité Revolucionario del P r i m e r Colegio Médico de Shangai , se sostuvo que la educación médica había fo rmado ;

...los l lamados "doctores de p r i m e r a c lase" , quienes es taban divorciados de la política proletar ia , divorciados de los obreros , cam-pesinos y soldados y divorciados de la prác-tica; a r i s tóc ra tas intelectuales burgureses que pasaban por sobre el t r a b a j o del pueblo y que no pensaban m á s que en la f a m a personal , la r iqueza y la posición. Fue ron ignorados los 500 millones de campes inos y se sirvió sólo a las ciudades. . .

Ba jo la dominación de intelectuales bur-gueses, los es tudiantes concent ra ron toda su energía en " e n f e r m e d a d e s r a r a s y casos di-f íc i les" , olvidando las e n f e r m e d a d e s que m á s comúnmente a fec tan al pueblo t r a b a j a d o r . P a r a hacer un diagnóstico clínico se hac ían invar iab lemente los t res anál is is de rut ina , sangre , orina y m a t e r i a fecal . De este modo el paciente s i empre tenía una abu l tada cuenta por anál is is de labora tor io . , Además se prescr ibía innecesa r i amen te una eno rme cant idad de antibióticos. E n cuanto al campo, al no contar con instalaciones de laboratorio, los doctores así fo rmados podía so lamente

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explicar el m e c a n i s m o de la e n f e r m e d a d y los principios del t r a t amien to al pac ien te y hace r muy poco más . . .

Surgimiento del médico descalzo

Con la a tención méd ica en el c a m p o todavía re-t r a sada con respecto a la u rbana , en los úl t imos años de la década del 50, se iniciaron los esfuerzos pa ra a d i e s t r a r en las á r e a s ru r a l e s personal nat ivo que pudiera cont inuar produciendo en la agr icu l tu ra al t iempo que par t i c ipaba del t r a b a j o sani tar io . P o r e jemplo, en 1958, los médicos de Shanghai se or-ganizaron p a r a ir a las á r e a s r u r a l e s "donde en colaboración con las cl ínicas de las comunas populares , ins t ruyeron a t r avés de la p rác t i ca y breves lecciones teór icas , a g r an n ú m e r o de t r aba-jadores sani ta r ios que no se desvincularon de la producción. L a s c i f r a s correspondientes a junio de 1960 indican que había m á s de 3.900 de estos t r aba-jadores sani ta r ios distr ibuidos en m á s de 2.500 br igadas product ivas de los 10 dis t r i tos b a j o la jurisdicción munic ipa l de Shanga i " .

Duran t e el período comprendido en t r e 1961 y 1965 hubo a p a r e n t e m e n t e una reducción del adies-t ramien to y del n ú m e r o de ta les t r a b a j a d o r e s sani-tarios. Se publicó un informe, c r i t icado aho ra como " r e v i s i o n i s t a " , " c o n t r a - r e v o l u c i o n a r i o " y "mal ic ioso" , que condenaba la labor de los t r aba-jadores sani ta r ios en las b r igadas de producción y

suger ía que ser ía me jo r que ellos a b a n d o n a r a n su act ividad médica y continuaran real izando exclusi-v a m e n t e su t r aba jo agrícola. Los 3.900 t r a b a j a d o r e s sani tar ios en los distri tos de Shangai quedaron re-ducidos a algo m á s de 300.

En los meses inmedia tamente an te r io res a la Revolución Cultural, el en t renamiento de personal sani tar io ru r a l fue apa ren temente react ivado, de m a n e r a que pa ra el momento en que el p res iden te Mao dio a conocer su consigna del 26 de junio, el número de t r aba j ado re s sanitarios en las b r igadas product ivas de los distritos de Shanghai había aumen tado a m á s de 2.300. El en t renamien to de los médicos descalzos comenzó r ea lmen te en 1965. Refir iéndonos s i empre a los distri tos de Shangai como ejemplo, en 1968 había 4.500 m é d . descal-zos, los que a su vez entrenaron a 29.000 < mpesinos en otro tipo de t r a b a j o sanitario p a r a les equipos productivos. Cada una de las 2.500 b r igadas pro-duct ivas de Shangai tenía, como promedio , poco menos de dos médicos descalzos hac ia 1968 y el número pa rece haber aumentado no to r iamente desde entonces. Se a f i r m a que ac tua lmen te hay m á s de un millón de médicos descalzos en todo el pa ís .

Status y salario del médico descalzo

No debe olvidarse que el médico descalzo es an tes que nada un campes ino y ocupa por lo menos la mi-tad de su t iempo realizando labores agr íco las . E n

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épocas de s iembra o de cosecha casi todo el t iempo lo dedica al t rabajo de la t ierra . Por otro lado, durante los períodos en que las necesidades del tra-ba jo agrícola son menores, el médico descalzo de-dica una par te considerablemente mayor de su tiempo a cubrir los requerimientos sani tar ios de su equipo productivo, par t icu larmente en las á reas de saneamiento ambiental y medicina preventiva.

El médico descalzo es considerado por su comunidad, y es probable que él mismo se considere así, como un campesino que cumple algunas tareas médicas m á s que como un t r aba jador de la salud que desempeña ciertas labores agrícolas. En este hecho, así como en la duración de sus estudios médicos y ciertos aspectos del t raba jo asistencia, residen las diferencias entre el médico descalzo y el feldsher rural soviético. El feldshgr es un t raba ja -dor sani tar io en práctica rural . Como resultado de esto, se siente menospreciado si se lo requiere para t a reas no médicas, Esta interpretación fue efecti-vamente presentada en 1968 por la publicación sa-tírica soviética "Krokodil", en un artículo titulado "Cor tar heno es nuestro interés pr incipal" . En el mismo se les sugiere a los feldsher cor tar par te del heno destinado a al imentar sus propios caballos, una ta rea que éstos consideran tanto una pérdida de su t iempo como un desperdicio de sus conocimientos médicos, indigno de ellos (aunque esto últ imo no se a f i rme explíci tamente en el ar-tículo).

E l médico descalzo percibe el ingreso regular de un t r a b a j a d o r agrícola, pese a ocupar g ran par te de su tiempo realizando ta reas médicás. El ingreso de los t r aba j ado re s comunales depende del ingreso to-tal de la comuna y del punta je que acumulen por su t raba jo . E l médico descalzo, nos dijeron, obtiene "puntos de t r aba jo" realizando ta reas médicas del mismo modo que si hubiera efectuado labores agrícolas por un período similar . El salario del médico descalzo, en tanto que es considerado un t r a b a j a d o r agrícola, es inferior al de los médicos de la comuna. También supimos, por ejemplo, que los médicos recién graduados ganan ac tua lmente alrededor de 600 yuan (unos 240 dólares) por año, mien t ras que los campesimos, incluidos los médicos descalzos de la comuna, perciben anua lmente 300 yuan (unos 120 dólares).

Trabajo del médico descalzo

Los deberes del médico descalzo, tal cual nos fueron descriptos, var ían de región en región, de comuna en comuna, e incluso entre una br igada y otra dentro de la misma comuna, pero desarrol lan muchas act ividades genéricas. Los médicos des-calzos son por lo general responsables del saneamiento ambiental , educación sani tar ia , in-munización, primeros auxilios, y de ciertos aspectos de la atención médica pr imar ia y control de con-valecientes.

E n el campo del saneamiento ambiental , el médico descalzo es responsable, además , de ta reas como la adecuada recolección, t ra tamiento, al-m a c e n a j e y uso de los excrementos humanos como fert i l izantes. Es tas ta reas son usualmente ejecuta-das por los " t r a b a j a d l e s sani tar ios" a quienes el médico descalzo ha entrenado, pero éste último inspecciona regularmente el t r aba jo de aquellos. Los médicos descalzos se encargan también de

dirigir las c a m p a ñ a s contra p lagas como las moscas, cuca rachas , pulgas y babosas y ellos, o los " t r aba j ado re s sani tar ios" , visitan per iódicamente las viviendas de los miembros de la comuna para fumigar las .

Como pa r t e de la educación san i ta r ia , los médicos descalzos tienen la responsabi l idad de enseñar higiene a los res tan tes miembros de la comuna. Se .presta especial atención a la educación de las par te ras ace rca del uso de métodos anticonceptivos. Si una m u j e r queda encinta la p a r t e r a se encarga de asesorar la sobre el embarazo y el cuidado del recién nacido.

La inmunización consti tuye una responsabil idad importante del médico descalzo, pero también ésta es realizada a menudo por los " t r a b a j a d o r e s sani tar ios" . Por e jemplo en el cent ro de salud de la br igada productiva de Mai Chia Wu, per-teneciente a la Comuna Popular del Lago Occiden-tal, ce rcana a Hangchow, uno de los dos médicos descalzos, l lamado Mai Jenchai , nos mos t ró los registros detal lados de vacunación correspondien-tes a cada uno de los niños de las 251 famil ias comprendidas en la br igada. Se vacunaba contra la difteria, la tos convulsa, el tétano, ía poliomielitis, la meningitis meningococcica, el s a r ampión y la en-cefalitis japonesa B.

El médico descalzo es por lo genera l fáci lmente asequible en caso de emergencia , ya que a menudo t r aba ja junto a sus pacientes en el c ampo y vive entre ellos. Se lo considera capac i tado p a r a efectuar pr imeros auxilios y t r a t a r e n f e r m e d a d e s menores y comunes. P o r ejemplo, el c a m a r a d a Mai nos dijo que él a t iende resfr íos, bronquitis, desórdenes gastrointest inales, sa rampión v her idas leves: las complicaciones menos f recuentes son der ivadas al centro de salud de la comuna. El t r a b a j a d o r sani-tario puede apl icar venda jes en lesiones leves y dar medicación pa ra dolores de cabeza, res f r íos y fie-bre.

En 1968 la revista China's Medicine consignó: Al cabo de más de dos años de prác t ica , el

médico descalzo ha hecho notables progresos en su preparación. Todos ellos pueden pres-cribir a l rededor de 100 p r epa rados me-dicinales y diagnosticar y curar , ce rca de 100 dolencias comunes de f recuen te apar ic ión en el campo.

P rac t i can la acupuntura en m á s de 100 puntos del cuerpo humano. Pueden c u r a r (sic) enfe rmedades tan ser ias , aunque comunes en las á r ea s rurales , como el sa rampión , la neumonía y la pleuresía. Algunos de ellos han mostrado mayor habil idad en el t r a b a j o práctico que ciertos médicos de la clínica comunal, los cuales son egresados de escuelas de medicina pero ca recen de exper iencia .

En sus publicaciones los chinos comparan f recuen temente la preparac ión de los médicos descalzos con aquella de los médicos de formación universi tar ia , los que "ponen la teoría por encima de la p r ác t i ca " .

La pa r t e ra de la br igada br inda atención prenata l y atiende el par to. E n las comunas vis i tadas por nosotros esta función era desempeñada invaria-blemente por una m u j e r y tenía un ad ies t ramiento y un status s imi lar al del médico descalzo. P a r a las muje res que ya han estado e m b a r a z a d a s , los con-

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troles p r e n a t a l e s mensua les comienzan en t re el 5o

mes (en una comuna ce r cana a Pekín) y el 7o mes (en una comuna c e r c a n a a Shanghai ) y son efec-tuados dos veces en el 8o mes y s e m a n a l m e n t e en el 9o mes . P a r a las p r imer izas , los controles comienzan an t e s y son m á s f recuentes . Es tos in-cluyen control de la presión sanguínea , anál is is de orina, auscul tac ión del r i tmo card íaco fe ta l y de-terminación de la posición del feto. Ya sea en el 5o

mes (comuna de Pekín) o en el 8o m e s (comuna de Shangai) la m u j e r se l imita al t r a b a j o liviano. Los par tos sin complicaciones se a t ienden en la propia casa de la paciente . Como promedio anual , una o dos m u j e r e s de cada br igada tienen un par to difícil o complicaciones que requieren su atención en el hospital de la comuna .

El contenido del male t ín del médico descalzo nos da otra idea de la na tura leza de su t r a b a j o . Contiene med icamentos que van de las h ie rbas t radicionales a las d rogas de l ibre adminis t rac ión , como asp i r inas y antiácidos, y a las que requieren un control m á s r iguroso como la penicilina y c lo rp romac ina . E l malet ín t amb ién contiene ar t ículos como alcohol, violeta genc iana , vendas , fórceps, j e r ingas , termó-met ros clínicos y a g u j a s pa ra acupun tu ra . Un cui-dadoso anál is is de su botiquín, l levado a cabo con los médicos descalzos, demos t ró que éstos poseen conocimientos no tab lemente deta l lados a c e r c a de la na tura leza de los med icamen tos b a j o su control, incluyendo las indicaciones y cont ra indicaciones de ,los mi smos y posibles efectos secundar ios . L a m e n t a b l e m e n t e fueron escasas las opor tunidades

de observar , du ran te un tiempo prolongado, las act iv idades del médico descalzo y es, por lo tanto, imposible fo rmula r comentarios ace rca de la " c a l i d a d " de la atención que br inda. No obstante, nues t ras observaciones sugieren que es te servicio es de fácil acceso y apropiado p a r a resolver los p rob lemas que les competen y que se e fec túan las consul tas y derivaciones pert inentes en los casos' clínicos que requieren mayor especialización.

Es quizás m á s significativo el impor tan te papel que tiene el médico descalzo en la defensa del paciente . Po r ejemplo, se cuenta la historia de un médico descalzo que llevó urgentemente a l hospital del distr i to a un campesino para ser sometido a tra-tamiento. La atención en el hospital fue d e m o r a d a mien t r a s se tenía al paciente con un t e r m ó m e t r o en la boca "du ran t e una hora y tres minu tos" . Con la ayuda del médico descalzo, la deficiente atención del personal hospitalario fue denunciada an te las autor idades del establecimiento. E n otro ejemplo, apor tado por Horn, se re la ta la paté t ica his tor ia de Loto F r a g a n t e , "una enana de poco más de cua t ro pies de a l t u r a " y su esposo, el Viejo Han. Loto F r a g a n t e había sido una mendiga du ran te cas i toda su juventud, antes de la Liberación, y su p a d r e ha-bía sido apaleado has ta la muer te por los japoneses . Cuando f ina lmente quedó encinta, el médico al que consultó le aconsejó la interrupción del e m b a r a z o debido a su pequeña y deformada pelvis; pero su médico descalzo, sabiendo como vecino cuanto s ignif icar ía un hijo pa ra Loto y Han, exigió consi-de ra r la posibilidad de una operación ce sá r ea y la plena discusión de esta al ternat iva y sus r iesgos con la pa r e j a . La historia tiene, apa ren t emen te , es-pecial significación en China, donde la ab ie r t a discusión de las opciones t e rapéu t icas con el p a c i e n t e — p a r t i c u l a r m e n t e el p a c i e n t e c a m -pesino— es un fenómeno re la t ivamente nuevo y donde los campesinos conservan vestigios de una profunda, y quizá his tór icamente jus t i f i cada , des-confianza hacia los médicos fo rmados al estilo occidental . E l médico descalzo puede no es t a r descalzo ni ser médico, pero sus compañeros de t r a b a j o lo conocen bien y confían en él.

Adiestramiento del médico descalzo

Así como la mayor par te del t r a b a j o del médico descalzo pa rece va r i a r de una a o t ra región, así var ían las pau tas de su educación. El p r o g r a m a m á s f r ecuen te pa rece ser un período f o r m a l de en t renamien to de t res meses, ya sea en el hospital del distr i to o de. la comuna, seguido por una ex-periencia superv isada de t r aba jo práct ico de duración var iable . E n las exigencias de t r a b a j o de la China ac tua l pa rece haber un ra sgo común y es que se da poca importancia al tipo de adies-t ramien to recibido y a su duración específ ica y menos aún a la posesión de cer t i f icados y títulos, valorándose, en cambio, la capac idad que pueda d e m o s t r a r el candidato en una situación pa r t i cu la r de t r aba jo .

E l período de adies t ramiento de t r e s meses , según nos di jeron, se r e p a r t e equi ta t ivamente en t re el t r aba jo práct ico y el teórico. Horn descr ibe el

contenido pormenorizado del plan de estudios correspondiente a 1965, en los comienzos del p r o g r a m a que dio origen a los médicos descalzos:

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Duran te las dos p r imeras semanas estudia-ban Anatomía y Fisiología, disecaban cerdos y seguían las lecturas i lustradas con diaposi-tivas y modelos auxiliares. T ras esta intro-d u c c i ó n e s t u d i a b a n e l e m e n t o s ele bac-teriología y patología por las m a ñ a n a s y me-dicina clínica e higiene por las tardes. Aprendían a identificar gérmenes en aguas contaminadas y a reconocer huevos de parási tos en los excrementos. Aprendían a hacer potable el agua, como t ra ta r el conteni-do de las letrinas para utilizarlo como fertili-zante, como esterilizar agu jas y jer ingas y como apl icar inyecciones. Aprendían el proceso de propagación de las en fe rmedades infecciosas y su diagnóstico. Acompañaban a sus profesores en las visitas , médicas que éstos realizaban, aprendían a usar el estetos-copio, a confeccionar una historia clínica, a diagnosticar dolencias comunes y de tec tar los s ín tomas de enfermedades más graves . Examinaban a los pacientes que acudían a la clínica y discutían con el médico de turno sus hallazgos. Su aprendizaje se restr ingía a unas pocas e n f e r m e d a d e s f r e n c u e n t e s en el vecindario y al uso y dosificación de unas c u a n t a s d r o g a s . M e m o r i z a b a n c i n c u e n t a puntos de acupuntura y los complejos sin-tomáticos que éstos controlan, y pract icaban la técnica de la acupuntura . Cada estudiante recibía un bien ilustrado libro escrito es-p e c i a l m e n t e p a r a m é d i c o s c a m p e s i n o s . Es tudiaban mucho y con entusiasmo. A al tas horas de la noche, se leían unos a otros a la incierta luz de las l ámpara s de aceite, dis-cutían problemas y no vacilaban en consultar a sus profesores con los cuales convivían como iguales y con quienes compar t ían las ta reas domést icas cotidianas, además de cuidar a los pacientes.

No había entre estos estudiantes calificaciones ni competencia , tal como ocurre en China con respecto a la educación de los médicos convencionales. Cada uno de ellos está allí para llegar a ser un médico descalzo y es su ta rea ayudar a los compañeros que tienen dificultades para aprender las técnicas y t e m a s impartidos. En todo caso, dado que cada médico descalzo vuelve a t r a b a j a r en su respectivo equipo de producción, parecen ser pocas las venta -j a s de acumula r puntaje académico. El impulso de aprender deriva, m á s ' q u e de las calificaciones o estímulos de ese tipo, del hecho de que los propios es tudiantes han comprendido que serán responsa-bles de la salud de sus compañeros de t r aba jo una vez que regresen a la comuna. Se consideró que una pa r t e muy importante del adies t ramiento debía sel-la continuación del t r aba jo conjunto del médico descalzo con los médicos del hospital y del centro de salud de la comuna. Los médicos urbanos han cumplido, desde la Revolución Cultural, turnos de servicio en las áreas rurales durante los cuales atienden enfermos y son a su vez " reeducados" ace rca de los problemas de los campesinos al t iempo que ayudan a la formación de los médicos descalzos. La naturaleza de este perfeccionamiento var ía de una comuna a otra y puede ocupar al médico descalzo desde un día al mes, hasta uno por s e m a n a en el centro sanitario.

Como e jemplo concreto de este s is tema, podemos

ci tar a los t r aba jadores sanitarios ele la Brigada de Producción de Sing Sing, consti tuida por 1850 personas, e integrada a la Comuna de Maehiao (Puente del Caballo) en las a f u e r a s 'de'Shangai. P a r a la atención de sus miembros la b r igada cuenta con cuat ro médicos descalzos y una p a r t e r a .

Ho Shi-chang, el mayor de los médicos descalzos, tiene ahora 28 años de edad. Su educación anter ior consistía en seis años de escuela p r imar i a que completó a los 13 años. En 1964, a la edad de 21 años, recibió tres meses de ad ies t ramien to médico im-partido por los médicos del hospital del distrito. Estos e ran 13 y tenían a su cargo una c lase de 274 estudiantes. Después de este período de t res meses hizo su práct ica en el hospital de la comuna al que concurre ac tua lmente un día por s e m a n a pa ra proseguir su formación.

El segundo médico descalzo, Chang Dao-jing, 24 años, se educó como tal en 1965, cuando tenía 18 años, en el hospital de la comuna . Chow Sing, el tercero, tiene ac tua lmente 22 años y recibió "tres meses de adies t ramiento a la edad de 19 (en 1969) también en el hospital comunal . Su clase, com-puesta por 60 alumnos, fue instruida por médicos convencionales y médicos descalzos. La mi tad del adies t ramiento consistió en c lases teór icas y la otra mitad en t r aba jo práctico. Lo mismo que Ho, asis te una vez por semana al hospital y al centro de salud de la comuna, donde ocupa media jo rnada asistien-do a clase y el resto del dia a tendiendo pacientes bajo la superivisión de un médico. El cuar to , Hao Wu-shio es una muchacha de 21 años que cursó su adies t ramiento en el mismo hospital cuando tenía 18.

La pa r t e r a de la br igada, Kao Ning-shin, tiene 31 años y se p reparó en 1966, a la edad de 26, en un curso del hospital del distrito de t res meses de duración. Atiende como promedio dos o t res par tos por mes, y concurre una vez cada t re inta días al hospital del distrito para seguir capaci tándose .

E¡ m é d i c o o b r e r o

El médico obrero es el equivalente del médico descalzo en las fábr icas . Así como p a r a el reclutamiento del médico descalzo un campes ino es escogido por sus compañeros de t r aba jo , un médico obrero es seleccionado en t re los t r a b a j a d o r e s de la fábrica pa ra cumplir su función. Su período de adies t ramiento dura un mes y en él se da m á s im-portancia a la práct ica . Liu Chung-sun, de 28 a-ños, y médico obrero de un es tablecimiento manufac tu re ro de Pekín es un ejemplo. Dos años a t rás , y después de diez años de t r a b a j o en la lábrica, realizó un mes de ad ies t ramiento . Desde entonces ha continuado su formación en la clínica de su fábr ica una vez cada quince días. El m i smo dice que cuando su plan de producción lo permi te , per-manece hasta una semana entera en la clínica. E n esas oportunidades es asesorado en t a r e a s tales como apl icar inyecciones subcutáneas , in t ramus-culares y endovenosas.

En su taller es responsable de unas 40 personas, pero sólo e.s requerido una o dos veces por s emana para intervenir d i rec tamente en algún problema de atención médica . Su labor san i ta r ia se r e p a r t e en t re la medicina preventiva y la higiene. Po r ejemplo, ensena a sus compañeros a reconocer opor-tunamente en fe rmedades como la hipertensión y la

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hepati t is . P a r a p reven i r es ta ú l t ima dolencia recomienda a los obreros l ava r se las manos an tes de las comidas y después de u sa r el baño. También los ins t ruye a c e r c a de los p r imeros s ín tomas de la mi sma , como el cambio de color de las deposiciones.

E n t r e las med idas p revent ivas a su cargo, debe a segu ra r s e de que las vacunas rec ib idas por sus compañeros es tán ac tua l izadas y t r a t a r de ev i ta r la propagación de infecciones.

Las dolencias leves son gene ra lmen te a tend idas en la m i s m a fábr ica median te la acupun tu ra . Así se t ra tan el r e s f r ío común, los dolores de cabeza ,

to rceduras del tobillo y gastroenteri t is . E l m i s m o nos contó que el t ra tamiento por la acupuntura es efectivo pa ra los dolores de cabeza en cerca del 80 por ciento de los casos, obteniéndose la me jo r í a en dos minutos, y que p a r a cefaleas tr iviales cons idera m á s efect iva esta técnica que la adminis t rac ión de aspir ina .

E l c a m a r a d a Liu nos comentó que había c ier tos s ín tomas sobre los cuales no era consul tado por sus pacientes , pero que éstos discutían en t re ellos o comunicaban d i rec tamente al centro de salud. Ante un s ín toma como la dismenorrea, por e jemplo, las

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muje re s genera lmente in tercambian información y una puede pedir entonces al médico obrero deter-minado medicamento que le ha sido recomendado por alguna de sus compañeras . Los medicamentos que hallamos en el gabinete del c a m a r a d a Liu e ran del mismo tipo que los encontrados en el malet ín del médico descalzo y como su colega campesino, éste poseía un admirable conocimiento acerca de la na-turaleza de esas drogas, sus indicaciones y con-traindicaciones, y los efectos secundarios que de-bían ser vigilados.

E l m é d i c o de g u a r d i a r o j o

El médico Guardia Rojo es, a su vez, el equi-valente del médico descalzo en los puestos sani-tarios barr iales y los dispensarios de las vencinda-des. Generalmente se t ra ta de urt a m a de casa que ha recibido adiestramiento durante unos 10 días y ha mi sma . Todos los médicos Guardias Rojos viven en el vecindario atendido por su dispensario, genera lmente a no más de 3 cuadras del local sani-tario.

E l énfasis puesto en el período de 10 días de adies t ramiento tiende a disipar en las a m a s de casa los temores de que no puedan aprender a real izar labores médicas. Esto se logra instándolas a recordar el " a m a r g o pasado" y lo mucho que se ha avanzado desde entonces y brindándoles la opor-tunidad de compar t i r sus sensaciones de inseguri-dad, de modo que cada una comprobará que no sólo ella se siente incapaci tada. Después de los 10 días de a d i e s t r a m i e n t o , los m é d i c o s G u a r d i a s R o j o s prosiguen su capacitación t r aba jando junto al médico asignado al centro de salud. Dia r iamente ambos dedican un momento al análisis de su activi-dad diaria y a la discusión de las obras del presi-dente Mao y de las posibilidades de apl icar és tas al propio t rabajo . Los médicos Guardias Rojos de los 23 dispensarios supervisados por un centro sani tar io de distrito de Pekín se reúnen todos los viernes pa ra in tercambiar experiencias y efectuar lecturas conjuntas .

La prevención de enfermedades constituye la t a rea principal de los médicos Guardias Rojos. Son responsables de las vacunas que adminis t ran en el vecindario tanto en el centro sani tar io como en la casa de los propios pacientes. Llevan un regis tro detallado de la vacunas recibidas por cada niño que habita en su zona de influencia, así como estadís-ticas de los índices globales de inmunización. E n un centro de salud de Pekín, por ejemplo, conocimos los índices de vacunación contra el sa rampión (97,5 por ciento), la poliomielitis (100 por ciento), la di-f ter ia , la tos convulsa y el tétano (100 por ciento), la encefalit is japonesa B (94,1 por ciento), la meningi-tis meningococcica (97,0 por ciento), la tuberculosis (BCG) (98,1 por ciento) y la viruela (80,9 por ciento). Se nos explicó que el re la t ivamente ba jo índice de vacunación contra la viruela se debe a que han llegado a la conclusión, al igual que nosotros, que el riesgo de la vacuna común contra la viruela es tanto o mayor que su beneficio; si existe la m á s leve contraindicación contra la vacuna, por e jemplo un eczema, ésta no se adminis t ra . Se nos mos t ra ron gráficos y datos que indicaban una abrup ta dis-minución en las tasas de poliomielitis, s a rampión y o t ras enfermedades infecciosas como resul tado de las campañas de vacunación.

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Otra t a rea impor tan te de los médicos Guard ias Rojos es la difusión de información sobre métodos de control de la natal idad. E n un dispensar io bar r ia l en Hangchow puede verse un gráf ico f i jado en la pared que mues t r a en fo rma estadís t ica los di-ferentes tipos de anticonceptivos usados por cada m u j e r en el á rea cubier ta por dicha estación, m e s a mes . Estos datos son recopilados por los médicos Guard ias Rojos en ent revis tas mensua les con cada m u j e r de la zona. Como resul tado de este esfuerzo intensivo, el índice de na ta l idad en este distrito de Hangchow es de 6 nacimientos anua les por cada 1.000 habi tantes . E n la ciudad de Shangai el índice es de 6 a 7 nacimientos por mil habi tantes .

L a s l e c c i o n e s q u e d e b e n s e r a p r e n d i d a s

La experiencia china de los médicos descalzos y otros t r aba j ado re s de la salud combinan —en mi opinión— un buen número de lecciones pa ra noso-tros.

D e s c e n t r a l i z a d o s

E s esta una de las m á s impres ionantes reali-zaciones del s i s tema chino. A di ferencia de lo que ocurre en la Unión Soviética por e jemplo, donde a lo largo de su vasto terr i torio —la sexta p a r t e de la superficie ter res t re— se aplican los mismos planes de estudio, exámenes y no rmas de t r a b a j o pa ra los feldshers y d e m á s personal sani tar io , en China cada á rea geográf ica desarrol la modelos par t i cu la res pa ra sa t i s facer sus propias necesidades. E l modelo chino se a s e m e j a notablemente en algunos aspectos a lo real izado con distintos métodos y por d iversas instituciones de Es tados Unidos en la formación del "as i s ten te méd ico" (y, as imismo, del "asoc iado médico" , la "p rac t i can t e de e n f e r m á r í a " y el lla-m a d o " M e d e x " ) . Sin embargo , existe el problema de como lograr un equilibrio ent re , por un lado, las rígidas no rmas nacionales —que faci l i tan la mo-

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vilidad geográf ica a los t r a b a j a d o r e s y contr ibuyen a ga ran t i za r la cal idad en cier tos aspec tos de su act ividad, pero que, al mismo t iempo, pueden conducir a de sa ju s t e s en t re la capac idad del personal y las neces idades locales, sen tando así pau tas improduct ivas— y, por otro, la descentral i -zación total —que for ta lece la iniciat iva local, la "conf ianza en sí m i s m o " y la exper imentac ión y puede l levar a m e j o r a r el ad ies t r amien to y el t ra-bajo prác t ico necesar io pa ra la solución de pro-blemas locales, pero que a la vez, puede impedi r la movil idad geográf ica , mot ivar el uso ineficaz de los escasos recursos con que se cuenta y disminuir la calidad de la a tención san i ta r ia .

La satisfacción del trabajo

Debido en p a r t e a la carenc ia de medios, cada t r a b a j a d o r san i ta r io chino ha sido en t renado sólo lo suficiente como p a r a s abe r hacer su t r a b a j o es-pecífico. Como resul tado de esta política, p a r e c e haber menos abu r r imien to (y por lo tanto un m e j o r rendimiento) del que se comprueba cuando los t ra-ba jadores sani ta r ios real izan t a r e a s p a r a las que se hallan sobreen t renados ; por o t ra pa r t e , la el iminación de los incentivos m a t e r i a l e s (el sa lar io) y la desapar ic ión de la re t icencia p a r a admi t i r que se es p a r t e de un equipo, reduce la tendencia de la gente a rea l izar t r a b a j o s que podría rea l izar personal m á s cal i f icado. E n los Es t ados Unidos, por ejemplo, muchos médicos rea l izan t a r e a s que po-dr ían se r e f ec tuadas en fo rma tanto o m á s compe-tente, por personal menos p r epa rado . Además , en Es tados Unidos, en comparac ión con lo que secede en otros países , se prac t ica i nnecesa r i amen te la cirugía en muchos casos, o bien és ta es tá a ca rgo de los médicos con menor exper iencia p rác t i ca aún cuando se dispone de personal m á s capac i tado .

Organización

El médico descalzo y sus equivalentes u rbanos tienen sentido ún icamen te en un s i s t ema de salud pública e s t ruc tu rado , en el cual puedan rea l iza rse

f recuentes reuniones de consulta médica y sean posibles una capaci tación intensiva de los médicos, una buena comunicación, eficientes mecan i smos de control de calidad y existan asegurados s i s t emas de der ivación de pacientes . En amplios sectores de los Es tados Unidos muchos de estos requer imientos no pueden cumpl i rse .

Reclutamiento

Los chinos se preocupan por rec lu ta r sus cuadros de sanidad ent re la gente de las á r e a s donde una vez formados r e g r e s a r á n a servir. Es t a política presenta un cont ras te total, por e jemplo, con nues t ras no rmas de selección pa ra las escuelas de medic ina .En 1968, el 20 por ciento de los es tudiantes nor teamer icanos de medicina procedían del 2 por ciento de las famil ias con ingresos de 25.000 o m á s dólares anuales y sólo el 9 por ciento provenía del 25 por ciento de las fami l ias con ingresos de 5.000 dólares anuales o menos. Además, el 18 por ciento de esos estudiantes e r a oriundo de comunidades con menos de 5.000 personas, en las cuales habi ta el 40 por ciento de nues t ra población y el 43 por ciento provenía de comunidades de 100.000 o m á s personas , en las que se concentra el 29 por ciento de los habi-tantes del país. En los Estados Unidos se r eg i s t r an a d e m á s discr iminaciones sexuales (en China m á s del 50 por ciento de los estudiantes de medicina son m u j e r e s ) racia les y étnicas. Tampoco t enemos en Es tados Unidos la oportunidad de a scender a ni-veles super iores en las profesiones v inculadas a la salud, mien t r a s que en China el médico descalzo o la e n f e r m e r a , tienen a menudo la m á s alta pr ior idad pa ra ingresa r a las escuelas de medic ina .

Adiestramiento

Los chinos tienen mucho que enseñarnos sobre instrucción médica , su extensión, su contenido y su campo de acción. Han realizado un esfuerzo cons-ciente p a r a reducir su duración y r e fo rza r la prác-tica en relación con la teoría, e l iminando las reDe-ticiones y lo superfluo. No se enfat izan los pa t rones académicos y de especialización; el ideal hac ia el que t r a b a j a n corresponde a los médicos que at ienden en el campo a los campesinos y en las c iudades a obreros enfermos . La educación r egu la r es vista como el comienzo, más que como un fin, de un en t renamien to que se prolonga du ran te toda la vida.

Llegar a ser un médico descalzo en China (o cualquier otro tipo de t raba jador sani tar io) es visto menos como un medio de inc rementa r la grat i -ficación del a sp i ran te —ya sea en té rminos de la realización académica o científica, la g ra t i tud del paciente o las recompensas mater ia les— que como una oportunidad de servir a la propia comunidad y a la sociedad.

La f r a s e vista por doquier, Wei renmin fuwu, "Servid al pueblo", apa ren temente no es leída en China como un cliché vacío. Representa un principio en torno al cual se organiza todo t r aba jo , y es-pec ia lmente el t r aba jo médico. C o n t r a r i a m e n t e a c ie r tas opiniones vigentes en los E s t a d o s Unidos, ha r í amos bien en pensar en términos s imi la res ace rca de nuestra asistencia médica y de todos los servicios dest inados al pueb lo .*

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Servicios de Sanidad en Cuba:

una evaluación inicial

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Vicente Navarro

El desarrollo alcanzado en los últimos diez años por los servicios de sanidad en Cuba, refleja la intención de reducir al máximo las desigualdades existentes entre clases sociales, entre centros urbanos y áreas rurales y entre distintas regiones. La amplitud de los servicios de salud pública alcanza a toda la población merced a la redistribución de los antiguos y actuales recursos sanitarios y a las fuertes inversiones realizadas en el sector que han dado priori-dad a las zonas empobrecidas y rurales del país y a la formación de personal médico.

Muy pocos sucesos con temporáneos han pro-vocado deba tes m á s encendidos en Amér i ca lat ina que la revolución cubana . Cualquiera sea el punto de vista personal , exis te un general izado consenso con respecto a que, al menos en el c a m p o de la educación y la salud pública, la exper iencia cubana es notable por su ambición, interés y real izaciones. Por e jemplo J u a n de Onis, del "New York T i m e s " y J e r o m e Levinson que e ra funcionar io de la U.S.A.I.D. al in ic iarse la Alianza p a r a el Progreso , e v a l u a r o n r e c i e n t e m e n t e e s e p r o g r a m a p a r a América lat ina l legando a la s iguiente con-clusión: sub rayando que las impres iones ver t idas son exc lus ivamente mías . No pre tendo que mis observaciones r ep resen ten la rea l idad , sino que re-flejen p r e c i s a men te la impres ión que tuve de esa real idad du ran t e el t iempo que p e r m a n e c í en Cuba como asesor , profesor , observador y es tudioso!

Cuba cuenta con una población que supe ra los ocho millones de habi tantes , el 73 por ciento de los cuales es de r aza b lanca , de origen español , y el 27 por ciento de r aza negra , la mayor í a de origen af r icano occidental . E n 1968 la tasa de nac imientos tue de 27,3 por mil y la de defunciones de 10 por mil con una población joven m a y o r que la de Es t ados unidos: el 36 por ciento de la población cubana y el 27 por ciento de la n o r t e a m e r i c a n a cuenta con menos de 15 años de edad y sólo el 4 por ciento en Cuba cont ra el 9 por ciento en los Es t ados Unidos es mayor de 65 años.

P a r a los propósitos de planif icación san i t a r i a

quizás sea tan ilustrativo como la distr ibución demográ f i ca por edades, la comparac ión de la densidad poblacional de ambos pa íses : con 381 personas por ki lómetro cuadrado de t i e r ra cult iva-ble, Cuba se encuent ra entre las naciones de m a y o r densidad demográf ica , mientras que Es tados Uni-dos, con 102 personas, se encuentra en t re los países de menor densidad de población de las t r es Amér icas (Norte, Central y Sur) . P u e d e dec i rse que Cuba es un país re la t ivamente pequeño con una a l ta densidad demográf ica que cuenta con un buen s is tema de c a r r e t e r a s y comunicaciones.

Cuba es un país subdesarrollado, con el 41 por ciento de su fuerza de t raba jo ocupada en la agr icu l tura , el 18 por ciento en la industr ia y el r es tan te 41 por ciento en servicios, como hace diez años. La economía se basa pr inc ipa lmente en la producción de azúcar y caña de azúcar . Se a f i r m a que no existe el desempleo y los obse rvadores locales o ex t ran je ros , independientemente de su coloración política, coinciden en que Cuba a t r a v i e s a por una g r a v e escasez de mano de obra , pa r t i cu la r -men te en el sector agrícola. La inexistencia de

^ desempleo br inda a los t r aba jadores un sent imiento de .seguridad que es r áp idamente de tec tado por un visi tante. Se m e ofrecieron ot ras dos explicacio-nes pa ra esta impresión de seguridad laboral nota-da por mi. Una de ellas es la ley del " sa la r io his-tórico", por la cual todo sueldo puede se r so l amen te aumen tado y nunca reducido (excepto p a r a los

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nombramientos políticos;. Si el Dr. Gutiérrez, por e jemplo , recibe un sueldo anual de 12.000 dólares du ran te un periodo de máx ima productividad, nunca percibirá una ci f ra inferior. Es ta legislación, m á s el hecho de que nadie puede ser despedido de su puesto sin el consentimiento de los sindicatos, convier te el t rabajo de cada uno en una actividad muy segura . Imagino que llegado a este punto m á s de un lector puede haber reaccionado como lo hice yo en un comienzo y preguntarse , por ejemplo, qué efectos puede tener esta seguridad en la pro-ductividad. No obtuve una respuesta, sat isfactor ia a este interrogante y debo suponer que la gran impor-tancia que se da ac tualmente en Cuba a los incenti-vos mora les tiende a reemplazar el re la t ivamente escaso valor de los estímulos mater ia les .

Los servicios sanitarios en Cuba

Las instalaciones sani tar ias cubanas son propie-dad del gobierno y su personal es pagado de acuerdo a una escala salarial basada en el tipo' de profesión, la experiencia y preparación. Los servicios provis-tos, sean curativos o preventivos, de saneamiento ambien ta l o de atención personal, médicos o sociales, asi como las recetas prescr iptas , son p rác t i camente gratuitos.

Los servicios cubanos de salud pública es tán organizados adminis t ra t ivamente en siete provin-cias san i ta r ias con ap rox imadamente un millón y cuar to de personas cada una. Es t a s siete provin-cias corresponden a las seis repart iciones políticas del país , hallándose dividida la mayor de és tas —la provincia de Oriente— en dos provincias sani ta r ias debido a su población de casi t res millones de habi-tantes . Cada provincia está además dividida en va r i a s regiones (con aprox imadamente 250 mil personas cada una de ellas), cada región en distin-tas á r e a s (con cerca de 30.000 personas cada una) y cada á r e a en sectores (con 3.000 ó 5.000 personas cada uno). Exceptuando las á reas , todas es tas di-visiones corresponden a las repart iciones políticas y adminis t ra t ivas del país. El á rea , de cualquier m a n e r a , es una unidad adminis t ra t iva exclusiva de los servicios de sanidad. No hace mucho se esta-bleció en la provincia de Oriente una unidad admi-nis t ra t iva similar pa r a el s is tema educativo, l l amada distrito, que funciona en coordinación con las á r e a s del s is tema sanitario.

A todos los niveles, de provincia, región, á rea o sector , los servicios de salud se ag rupan en t re sí según el tipo de atención que br indan: p r imar ia o genera l a nivel de á rea y sector, secundar ia o de especialidad á nivel regional,- y terc iar ia o de m á x i m a e s p e c i a l i d a d ( c i r u g í a p l á s t i c a , por e jemplo) en el nivel provincial.

Los diversos tipos de instalaciones se ag rupan en t res niveles (Figura 1): centros hospitalarios pro-vinciales, que suminis t ran atención terciar ia o de m á x i m a especialidad a una población compuesta por aprox imadamente un millón de personas ; cen t ros hospitalarios regionales, que brindan servicios asistenciáles secundarios o de especiali-dad a unas 250.000 personas; y centros de salud ( t ambién l l amados policlínicos) a nivel de á rea , que proporcionan atención pr imar ia o general , con el

apoyo de los servicios terciario, secundar io y am-bulatorio a una población que oscila en t re las 25.000 y 30.000 personas . Cada centro de salud cuenta con var ias unidades sector iales que proveen algunos servicios pr imar ios de apoyo a 3.000 ó 5.000 personas.

Mediante la derivación de casos se es tab lece entre estos niveles un f lujo continuo de pacientes que par te de la per i fer ia (las á r ea s ) hacia el centro (la provincia) y otro f lujo igua lmente sostenido de asesores y recursos auxi l iares desde el centro hacia la per i fer ia . De esta m a n e r a se hal lan regionaliza-dos los t res niveles de atención a fin de proporcionar a las comunidades una asis tencia completa . Dentro de este -esquema, asis tencia in tegral significa coordinar la medicina prevent iva con la cura t iva , el saneamiento ambien ta l con la a tención personal y los servicios médicos con los sociales, a nivel de á rea , región o provincia.

Cuba se ha ace rcado m á s a algunos objetivos de la Alianza pa ra el P rogreso que la mayor ía de los miembros de esa Alianza. E n el campo de la educación y la salud ningún país la t inoamericano ha llevado a cabo planes de a lcance nacional tan ambiciosos como los cubanos. La economía centra l izada y planif icada de la isla ha hecho m á s por in tegrar los sec tores u rbanos y rura les —mediante una política de distr ibución de la renta nacional— que las economías de mercado de los res tan tes países la t inoamer icanos .

¿Cüáles han sido las ca rac te r í s t i cas del desarrollo a lcanzado por los servicios sani tar ios cubanos en la últ ima década? P a r a comprender lo real izado en ese campó, debe se r entendida p rev iamen te la " ra ison cPetre" (1) que de te rmina esas carac ter í s -ticas (por e jemplo: el esfuerzo por igua lar la distri-bución de recursos pa ra la salud, reduciendo al mínimo las d r a m á t i c a s des igualdades en t re clases sociales y en t re á r e a s u r b a n a s y rura les , que exist ían antes de 1958).

El cumpl imiento de este objetivo ha dado lugar a que en el desarrol lo a lcanzado por los servicios s a n i t a r i o s c u b a n o s , a p a r e z c a n c a r a c t e r í s t i c a s s imilares a las que p resen tan procesos parecidos de otros países (Gran Bre t aña y Suecia, por e jemplo) . Otras ca rac te r í s t i cas son, no obstante , propias de Cuba.

En p r imer lugar , los servicios hospitalarios fueron central izados después de 1968 siguiendo un modelo regional definido que ag rupó los diversos tipos de servicios de acuerdo con el nivel de la atención br indada (secundar ia o t e rc ia r ia ) . E l principal motivo de esta central ización p a r e c e ha-ber sido el interés en l levar al m á x i m o la eficiencia del s i s tema en su conjunto y en evi ta r la duplicación de los servicios. E s t a central ización significó la c lausura de pequeñas unidades hospi ta lar ias ur-banas que es taban duplicando servicios asisten-ciales y e ran admin i s t r adas inef icazmente . De este modo, pese a haberse reducido el total de hospitales existentes de 339 en 1958, a 219 en 1969, la capacidad promedio de los hospitales aumen tó en el mismo período de 83 a 181 c a m a s .

S imul táneamente con el c i e r r e de los pequeños hospitales urbanos se dio comienzo a un ambicioso

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programa de construcción de centros asistenciales por el cual se ampl ia r ían las instalaciones existen-tes y se edif icar ían nuevas unidades, par t icular-mente en las á r ea s rura les y en las m á s necesi tadas. Del total de 41.027 c a m a s de hospital existentes en 1969, el 63 por ciento había sido incorporado al sistema sani tar io en la década que va de 1958 a 1968. Del total citado, el 72,4 por ciento corresponde a camas des t inadas a casos generales (19,7 por ciento a clínica médica ; 17,2 por ciento a cirguía; 22,2 por ciento a pediatr ía y 13,3 por ciento a obstetricia y ginecología) y el 27,6 res tan te a c a m a s pa ra es-pecialidades (psiquiatr ía, tuberculosis, cáncer y otras) .

En segundo término se llevó a cabo un proceso de igualación en el que se dio prioridad a las á r ea s rurales y a las indigentes. En 1959, por ejemplo, la

ciudad de La Habana, con sólo el 22 por ciento de la población, contaba con el 54,7 por ciento del total de camas disponibles mientras que la Provincia de Oriente (una de las m á s pobres de Cuba) en la que se concentra el 35 por ciento de la población, dis-ponía solamente del 15,5 por ciento del total de camas . Sin embargo, diez años más tarde y como resultado de la equiparación efectuada en la distri-bución de recursos, la cifra de c a m a s correspon-diente a La Habana había disminuido al 40 por-ciento del total mientras que la de Oriente se había elevado al 23 por ciento. De esta mane ra , a pesar de que subsistían diferencias regionales, se hizo un gran esfuerzo para disminuirlas declinando, en consecuencia, la proporción de camas por 1.000 ha-bitantes en La Habana de 14: 1.000 en 1958 a 12: 1.000 en 1969 y elevándose en todas las demás provincias, par t icularmente en las más pobres (por ejemplo,

UNIDAD SECTORIAL 3.000 PERSONAS

250 .000 PERSONAS

1.000.000 DE PERSONAS

I Ki . 1 E s t r u c t u r a d e los s e r v i c i o s s a n i t a r i o s

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Camaguey, de 2.4: 1.000 pasó a 5.5: 1.000 y Oriente de 1.6: 1.000 a 3.7 por 1.000 duran te esos diez años).

Estos cambios son apenas un ejemplo de cómo funcionaba el plan de igualación, por el cual el 47,4 por ciento de las nuevas c a m a s de hospital correspondieron a la provincia de Oriente y una ci-f ré muy inferior a La Habana (la tasa de crecimiento en la construcción de hospitales duran te los diez años señalados fue de sólo un 8 por ciento en La Habana comparado con el 184 por ciento alcanzado en Camaguey y el 147 por ciento en Oriente).

Otro de los objetivos de la política de igualación fue incrementa r el número de centros sanitarios en á reas en las que previamente éstos fa l taban. En consecuencia, más de la mitad de los 236 nuevos centros de asistencia médica fueron construidos, en á reas rurales en las que no existía ninguno antes de 1958.

En forma similar a lo hecho con relación a los centros hospitalarios se hizo un relevamiento de las necesidades de médicos. De hecho, siguiendo méto-dos s imilares a los aplicados en Gran Bretaña después de 1948 se abrieron oportunidades de tra-bajo pa ra los médicos en las á reas que carecían de personal clínico y se cer ra ron las posibilidades de t r a b a j a r en zonas con exceso de estos profesionales. Como resultado de esta política, la c i f ra de médicos en la capital se redujo del 65 por ciento del total nacional regis t rado en 1958, al 55 por ciento en 1965 y al 42 por ciento en 1971, al t iempo que se elevaba proporcionalmente su número en las zonas rurales . La región de Cuba con menos médicos por- número de habi tantes presenta una tasa de 1 cada 3.000.

En tercer término se reorientó todo el s is tema de salud pública desplazando el énfasis de los hospi-tales a la comunidad. Habiendo heredado una t remenda escasez de recursos sanitarios (tanto de instalaciones como de personal calificado) el go-bierno decidió central izar lo poco que tenía en los centros provinciales pr imero y en los centros regionales a continuación. Pa ra l e l amen te a la centralización de la atención hospitalaria (cuidado del paciente horizontal) en los niveles provincial y regional, se efectuó una descentralización de la asistencia ambulator ia (atención al paciente ver-tical ) desde los depar tamentos de consulta externa hacia los policlinicos, al t iempo que se creaba un gran número de estos centros pa ra ofrecer atención médica a todas las comunidades del país.

El éxito de estos esfuerzos se ref le ja en que, en 1964, el 32 por ciento de todas las consultas efectua-das se dirigieron a los policlinicos, y en 1965 la cifra había aumentado al 65 por ciento. Aunque estos centros de asistencia parecen operar todavía como anexos a los hospitales, es probable que se desarrollen como entidades autónomas para fun-cionar como unidades básicas dentro ' del sector sani tar io en su conjunto, ya que se continúa asig-nándoles nuevas instalaciones a medida que prosigue su expansión. Es te tipo de renovación pa rece ser la política decidida por el Ministerio de Salud.

En cuarto lugar, y muy probablemente en es-t recha relación con la implementación de los p rog ramas señalados, hubo por pa r t e de la po-blación un aumento generalizado en la utilización de los servicios sanitarios jun tamente con el proceso de igualación regional. E n efecto, el índice anual de

d ías-cama por cada 100 habi tan tes creció de 82 en 1964 a 92,6 en 1969 (la tasa m á s a l ta de América latina) y el número de pac ientes in ternados por cada 100' aumentó de 10, en 1964, a 12 en 1969.

La c i f ra correspondiente a las consultas efectua-das en la sección ambula to r i a pasó de 2,01 (por cada 100 habi tantes) en 1963, a 4,06 en 1969, habiéndose anotado el m a y o r incremento en las consultas de niños menores de un año, que pasa ron de 4,7 (por cada 100) en 1967, a 6,8 en 1969. También aquí, los mayores aumentos correspondieron a las regiones m á s pobres como Camaguey y Oriente, donde al-canzaron el 185 por ciento en t re 1963 y 1969, con-t ras tando con La Habana , donde la tasa de in-c remento fue del 83 por ciento du ran te el mismo período.

El Ministerio de Salud de Cuba decidió no reemplazar de sus puestos de los policlinicos a los médicos genera les que habían sido fo rmados antes de 1958. E s in te resante obse rvar que las razones expuestas pa ra dividir la a tención pr imar ia de acuerdo a especial idades responden p r imeramente a la intención de in tegra r los servicios primarios con los servicios p a r a la atención secundaria y terciar ia y la consulta ambula to r i a con la asisten-cia hospitalaria . En efecto, una carac te r í s t ica del s is tema cubano es que todos los médicos asignados a los policlinicos también t r a b a j a n en el hospital, sea éste regional o provincial y, a la inversa , todos los médicos de hospital deben t r a b a j a r además en los dispensarios. Una vez m á s , la política del Ministerio de Salud es que la mayor í a de los médicos deben compar t i r su t iempo en t re los hos-pitales y los policlinicos." De hecho, casi todos los clínicos incorporados a los. hospitales, a nivel pro-vincial o regional, deben cumpl i r t res turnos semanales , de cua t ro horas de duración cada uno, en los policlinicos (genera lmente en el mismo) . Los jefes de depa r t amen tos hospitalarios, por su parte, cumplen dos turnos por s e m a n a , uno de los cuales debe dedicarse a lg as is tencia prevent iva (por ejemplo, servicio de san idad escolar , p rog ramas de protección integral de la salud, o medic ina laboral). Hay, pues, en Cuba una cont inuidad en la atención, en la que el mismo médico sigue t ra tando a un paciente, independientemente de su condición de horizontal o vert ical .

La f igura 2 mues t r a un o r g a n i g r a m a del personal de un policlínico con sus d i fe rentes equipos: clínico, de salud pública, de medicina social, de medio ambien te e higiene.

Mi experiencia como vis i tante de diversos policlinicos, ru ra l e s y urbanos , m e pe rmi t e concluir que se r e c u r r e en g ran medida a las en fe rmeras y pa r t i cu la rmente a las as is tentes-de en fe rmer í a y al personal auxil iar . Las e n f e r m e r a s es tán agrupadas según su especial idad (asis tencia pediátr ica, de adultos, cuidado de la salud pública o de la comuni-dad) y t r a b a j a n dent ro de los d i fe rentes grupos y equipos antes mencionados que se m u e s t r a n en la figura 2. Las e n f e r m e r a s a s ignadas al cuidado de adultos y de niños t r a b a j a n full- t ime en los policlinicos como as is ten tes de los médicos. Al parecer es tas e n f e r m e r a s tienen m a y o r responsa-bilidad clínica que sus equivalentes en los Estados Unidos y Gran Bre taña , ya que, por ejemplo, adminis t ran no rma lmen te inyecciones intravenosas y hacen consultas a domicilio (los médicos no hacen

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F

2 — E Q U I P O CLINICO

;¡— Grupo de obste lras v g inecólogos (OJBS) GIN)

Grupo d e medicina interna (Med. Int.)

Grupo pediátr ico

Grupo : odontológico

1—Obstctras g inecólogos

Internistas

E n f e r m e r a s (Med. Int.)

E n f e r m e r a s (pediátr icas)

E n f e r m e r a s auxi l iares (OBSj GIN)

E n f e r m e r a s Ped ia tras

E n f e r m e r a s (OBSjGIN)

Odontólogo o as i s tente de odontología

auxi l iares (Med, Int.)

E n f e r m e r a s auxi l iares (pediátr icas)

ft— Equipo de servic ios médicos y sociales

Trabajador(es ) soc ia l (es )

<!—Equipo de salud pública

Enfermera (Salud pública)

7— Servicio (le sanea ni iento a m Iiienta t

Sanitario técnico auxil iar

K—Trabajador(es) de la comunidad

Jf— Enfermera auxiliar <salud pública)

l()--Sauitario técnico asistente

F I G . 2 D i a g r a m a m o d e l o del p e r s o n a l d e un p o l i c l í n i c o .

I)e p r ó x i m a i n t e g r a c i ó n c o n el e q u i p o c l í n i c o .

esto ú l t imo) . Las e n f e r m e r a s adse r ip t a s a los equipos de salud pública o comuni ta r i a , cuya labor-es s imi lar a la que real izan las e n f e r m e r a s de salud pública en los Es t ados Unidos y Gran Bre t aña , t ra-ba j an en f o r m a m á s independiente . E n t r e sus t a r e a s se incluye la apl icación de vacunas , la educación san i ta r ia y el control de todos los niños y m u j e r e s e m b a r a z a d a s de la comunidad.

La función de la t r a b a j a d o r a social consiste en p res ta r ayuda a los pacientes , guiándolos en el uso de los servicios sociales y de rehabi l i tación. Los técnicos san i ta r ios auxi l iares , superv isados por el di rector del policlínico y por el j e fe regional de los servicios de sa lud ambien ta l (que es un técnico en san idad) , son responsables de inspeccionar los servicios de control del medio ambien te (abas-tecimiento de agua potable, s i s t ema de alcan-taril lado, e tc) . Puede ser impor tan te s u b r a y a r que el número de e n f e r m e r a s p r á c t i c a m e n t e se duplicó en una década , pasando de 2.500 en 1958 a 4.373 en 1968 y que mucho personal auxi l iar p a r a el cual no exist ían p r o g r a m a s de enseñanza an tes de 1958, f ue fo rmado pos te r io rmen te : en t re 1959 y 1968 se gra-duaron 7.660 e n f e r m e r a s auxi l iares , 796 técnicos radiólogos, 1.755 labora tor i s tas , 931 técnicos sani-tarios auxi l ia res y 346 as is tentes de odontología. Los curanderos , por o t ra pa r t e , fueron in tegrados a los servicios de san idad y ac tua lmen te f o r m a n pa r t e del personal del Ministerio de Salud. Luego de un cursillo de dos m e s e s de durac ión t r a b a j a n como profesores de los as is tentes sani ta r ios en las unida-des sec tor ia les de los policlínicos.

Situación del personal médico Una descripción de lp realizado por Cuba en el

campo de la salud resul tar ía incompleta si no se i lus t rara el desarrol lo de los recursos en m a t e r i a de médicos. Po r un lado, Cuba debe ser el único país que en el lapso de sólo tres años perdió la m i t a d de sus médicos: emigra ron 3.000 de los 6.300 médicos que había en 1958. La razón dada p a r a es te éxodo es que la mayor ía de los médicos f o r m a d o s an t e s de 1958 per tenec ían a las clases media al ta y a l t a del país. E n la medida en que sus privilegios de c lase fueron siendo redefinidos, estos médicos se sint ieron cada vez m á s a tacados y abandonaron el pa ís dir igiéndose en su mayor ía hacia los E s t a d o s Uni-dos. La respues ta de las autor idades cubanas a este éxodo consistió en producir y r e t ene r tantos médicos c o m o f u e r a pos ib l e , c o n c e d i é n d o l e s a l g u n a s p re r roga t ivas y haciéndolos par t ic ipar a c t i v a m e n t e en la adopción de decisiones y planif icación del s i s tema de salud cuyo esquema básico había sido t razado por el gobierno.

En cuanto al p r imer aspecto de la r e spues ta oficial, la producción mas iva de médicos, Cuba invirtió recursos humanos en abundanc ia a f in de resolver el problema del éxodo. D e este modo, en 1971, el 30 por ciento del total de a lumnos universi-tarios es tudiaba medicina, siendo la m i t a d de ese es tudiantado femenino. Sólo en 1972, cuando el número de médicos superaba los 7.200 se f i jó una cuota pa ra el estudiantado de medic ina que correspondió al 20 por ciento de la población uni-

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vers i ta r ia , uha cuota que, en mi opinión, todavía puede ser excesivamente al ta en un país que necesita urgentemente de veterinarios, arqui tectos y sani tar is tas .

El cambio en la proporción de hombres y m u j e r e s en el es tudiantado de medicina, carac ter izado por un impor tante aumento de la part icipación femenina (pasó del 10 por ciento en 1958 al 50 por ciento en 1971) es, en pr imer término, resul tado de la política de volver gratui ta la educación (incluida la univers i tar ia) y del activo reclutamiento de cua-dros p a r a la medicina independientemente del sexo. Muje res de c lase , media que antes de 1958 se hubieran inclinado a fo rmarse como enfe rmeras , hoy pueden convert irse en médicas . El interés por las escuelas de medicina t ra jo problemas para las escuelas de enfermer ía . En efecto, hay ahora muchos más aspirantes para ingresar en las es-cuelas de medicina que para las de enfermer ía .

Pa ra l e l amen te a la mayor producción de médicos se produjo un cambio en la formación profesional con el establecimiento de un año de internado suplementar io luego de los cinco años de c a r r e r a ,

I (antes de ingresar a la escuela de medicina el es-tudiante cursa siete años de educación p r imar ia , t res del ciclo secundario y tres de bachillerato) a los que se sumaron dos años de servicio médico rura l obligatorio, con la práct ica real izada en hospitales o

i dispensar ios rura les (o en ambos) . Se organizaron t ambién residencias, (42 cargos en total) de dos a cua t ro años de duración, dest inadas a p r e p a r a r a los médicos que luego optar ían por t i tularse en alguna

j especial idad. ' Es impor tante subrayar el hecho de que sólo el 10

por ciento de los alumnos más des tacados de cada f c lase puede ser elegido para las cuat ro res idencias

de salud pública: epidemiología,nutrición, medicina i ambien ta l y administración de servicios sani tar ios .

Es t e orden de prioridades despier ta envidiosas comparac iones en los visitantes que t r a b a j a n en organismos de salud pública o en adminis t ración

' san i ta r ia , en cuyos países no se ha dado sino muy ' rec ien temente alguna importancia a esos campos. « También es interesante des tacar que los internos

y residentes, así como los estudiantes de medicina que cur san los últimos años de la ca r r e ra , deben

\ cumpl i r tres turnos semanales de cua t ro horas de duración en el policlínico (s iempre el mismo) lo cual

\ br inda a los alumnos internos y residentes la m á s i ampl ia experiencia de contacto directo con la po-f blación que he podido aprec ia r en planes de estudios ; académicos con los cuales estoy famil iar izado. Sin ' embargo , a pesar de este impor tante contacto, me

pa rece que la gran impor tanc ia dada a la orien-tación hospitalaria de las residencias (el 80 por

, ciento de los médicos, después de cumplir sus 2 años I de servicio médico rura l , cumple residencias que

son de marcada orientación hospitalar ia) puede gene ra r conflictos con la política que enfat iza la atención ambulator ia o comuni tar ia .

t Al mismo tiempo que aumentaba la producción de médicos, la profesión como tal e ra in tegrada al proceso de planeamiento y adopción de decisiones en desarrollo dentro del sector de la sanidad, a t ra-vés de las comisiones de planificación organizadas por el ministerio y de las oficinas regionales y pro-vinciales. Aunque teór icamente sólo p res taban asesor ía , es tas comisiones in tegradas por médicos

tenían en la prác t ica un papel decisivo en la f i jación de n o r m a s y reg las dentro del s i s t ema sani tar io . E s t r u c t u r a d a s por especia l idades (pedia t r ía , psi- i quiatr ía y obstetr icia en t re o t ras) las comisiones de j planificación p r e p a r a n las normas , r eg las y estra- 1 tegias pa ra la atención médica (por e jemplo ¡ cuando, cómo, dónde y por quién debía ser prevista l la atención prena ta l en diversos tipos de embarazo ) .

Las normas , reg las y es t ra teg ias p r e p a r a d a s pol-las comisiones de planif icación regionales, provin-ciales y nacionales son rev i sadas cada t res años y ap robadas por un congreso nacional en el que están r ep resen tadas las comisiones según la especial idad. Sus recomendaciones son por lo genera l acep tadas '! por el m á x i m o cuerpo político en el sector de la salud, el Comité Ejecut ivo del Ministerio de Salud.

Es in teresante seña la r que en otros países en los que es tán ocurr iendo profundas t rans formaciones , «j han sido propues tas o es tablec idas comisiones j asesoras s imilares , aunque ba jo diversos nombres , cuyo objetivo principal ha sido da r a la profesión médica un sentido y una sensación de par t ic ipación en las decisiones. ¡ j

Basándose en las normas , r eg las y es t ra teg ias p r e p a r a d a s por las c i tadas comisiones de plani-ficación, la Oficina de P laneamien to y Evaluación ¡ del Ministerio de Salud confecciona los planes de j salud de Cuba.

Es evidente que la fase p repa ra to r i a de los planes para el s i s tema sani tar io se halla muy centra l izada y que los médicos tienen g ran par t ic ipación en la m i s m a . No obstante, la implementac ión de esos planes se ha descentra l izado t ambién en un grado impor tante . Como pr incipales pa r t i c ipan tes en la realización de esos planes f iguran las organi-zaciones de m a s a s , cua t ro de las cuales se des tacan por la act ividad que despl iegan en ese sentido: los Comités de Defensa de la Revolución, la Federac ión de Mujeres Cubanas, la Asociación de Pequeños Agricultores y los s indicatos. Es tos organismos eligen sus r ep resen tan tes a nivel nacional , provin-cial, regional y locál. Es tos r ep re sen tan t e s ac túan en las comisiones populares de salud, dependientes del minis ter io y son responsables a nivel local de movilizar a la población p a r a que tome pa r t e de las c a m p a ñ a s de salud pública.

Dentro de esta movilización, las dis t intas organi-zaciones de m a s a s cumplen t a r e a s d iversas . Los Comités de Defensa de la Revolución, por ejemplo, j de los cuales existe uno por c u a d r a y que cuentan con t res millones de afil iados, t ienen den t ro de las comisiones populares de salud, la responsabi l idad específica de movil izar a la población en c a m p a ñ a s como el manten imien to de los servicios de agua po-table y los de a lcantar i l lado. La Federac ión de Muje res Cubanas, por su par te , es responsable del funcionamiento de una vas t í s ima red de casas-cuna y ja rd ines de infantes .

Asistí en var ios distri tos a reuniones, no ensaya-das p rev iamente , de las comisiones populares de salud y los t e m a s t ra tados y las resoluciones adoptadas —por e jemplo, la p reparac ión de una lista de pasos a seguir en el caso de un paciente que ha sufr ido de te rminado tipo de a taques— parec ían r e f l e j a r u n a a c t i v a p a r t i c i p a c i ó n de e s t a s comisiones de implementac ión de los planes sani tar ios nacionales. E l g rado de éxito alcanzado por es te tipo de movilizaciones puede consta tarse ,

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por e jemplo , en el in forme de la " P a n Amer i can Health Organiza t ion" (Organización P a n a m e r i c a n a de Salud) de 1969, donde se cuenta cómo t res millones de niños fueron vacunados cont ra la poliomielitis en apenas 72 horas .

Desde luego, no hay una c l a ra división en t re el t r a b a j o de quienes p r e p a r a n los p lanes y aquellos que se ocupan de apl icar los y las re lac iones en t re uno y otro grupo no son s i empre fáci les . De cuando en cuando su rgen conflictos, como el re la t ivo a la iniciativa de pe rmi t i r a las m a d r e s vivir en el hospital m i e n t r a s dura la in ternación de sus hijos. Al inic iarse la exper iencia , médicos y e n f e r m e r a s se opusieron t enazmen te a la m i s m a , a legando que la presencia de la m a d r e s ignif icar ía una moles t ia m á s que una ayuda en las condiciones hospi ta lar ias . Sin e m b a r g o , en respues ta a la d e m a n d a pública t ransmi t ida por las organizaciones de m a s a s la medida se adoptó en los hospitales. La iniciat iva resultó, por lo d e m á s , muy popular y, en t re sus consecuencias posit ivas, se cuenta la reducción del t iempo de in ternación de los niños en el hospital y un ahorro cons iderab les de horas de e n f e r m e r a s .

P a r a r e s u m i r , p a r e c e ser que en Cuba los médicos por lo gene ra l a se so ran y deciden las pr ior idades dentro del sec tor de sanidad, pero que el control y autor idad f inales corresponden a los órganos políticos y a las organizaciones de m a s a s . E s t a mo-dal idad puede expl icar por qué cuando surge un conflicto en el á r e a de san idad , el m i s m o es resuel to por el a p a r a t o político (p r inc ipa lmente del nivel centra l ) y la solución concuerda con las preferen-cias públ icas .

Comentario final sobre la experiencia cubana

De acuerdo a mis observaciones, Cuba pa rece es ta r en t r egada a la ta rea de ap l icar el principio de igualación social y regional .en la pres tación de los servicios de sanidad. El proyecto de igualar esos servicios ha sido posible sólo a costa de im-pres ionantes inversiones económicas y políticas en el sector de la salud, inversiones és tas que no s i empre se real izaron en f o r m a equi l ibrada . Independientemente de cuán ba lanceado haya sido este desarrol lo, el hecho es que en la ac tua l idad Cuba br inda asis tencia sani tar ia a la g ran mayor ía de su población y ha reducido al máx imo las no-torias des igualdades con que se b r indaba la aten-ción médica a las distintas clases sociales, a las di-ve r sa s regiones y a las á reas ru ra l e s en re lación con los centros urbanos , antes de 1958. De hecho, la experiencia cubana desvirtúa la difundida c reenc ia de que en los países subdesarrol lados no es posible b r indar asistencia sani tar ia a toda la población de-bido a la escasez de recursos. Cuba empero , es un país en vías de desarrollo que a t r av iesa por e t a p a s difíciles de su evolución y que, no obstante , p rovee atención médica a la casi totalidad de sus habi tan-tes. Y a la luz de lo realizado por Cuba en el á r e a de la salud, puede p resumi r se que la insufiencia de los servicios sani tar ios en muchos pa íses sub-desarrol lados es debida no tanto a la s i empre presente escasez de recursos del sector sino a la distribución que se hace de los medios nuevos y vie-jos con que se cuenta , en ése y en otros r u b r o s . - *

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medicina del capital Giulio A. Maccacaro

En una carta dirigida al Presidente del Colegio Médico de Milán, el autor hace un cues-tioñamiento profundo de la medicina, tal como se la enseña y ejerce en la sociedad capitalista.

Señor Pres idente del Colegio de Médicos de la provincia y de la ciudad de Milán

El 25 de sept iembre pasado mien t ras yo escribía el prólogo de La medicina del capital , usted m e enviaba la siguiente nota:

"Con motivo de informaciones que le conciernen, le rogamos presentarse ante la sede de este Colegio el miércoles 4 de octubre a las 11,30 horas , a fin de ser atendido por el Pres idente o uno de sus delega-dos" .

No tenía muchas dudas con respecto a las inten-ciones indagatorias de su invitación, pero no cometí el e r ro r de in te r rogarme en cuanto al objeto de la ent revis ta . Pues, corno usted comprenderá , yo no soy ni Joseph K. ni tampoco un ag r imensor : no po-d ré buscar j a m á s mi culpabilidad ni mi salvación ent re los pisapapeles y los ceniceros de su escri-torio.

Sin embargo, el 4 de octubre me presenté pun-tua lmente ante su imponente presencia y escuchó-los cargos que se me imputaban con toda atención, como uested puede a tes t iguar , y con la crueldad que yo ahora confieso. En efecto, a medida que usted m e iba leyendo, como si fueran cargos, pa lab ras y p a s a j e s de un t raba jo mío, presentado hace poco en P e r u s a , donde fui invitado por el Instituto Italiano de Medicina Social, sobre el t ema Información médica y participación, me resul taban claros y conmovedores su cansancio y la inutiliddad del mismo, expresado por las a r r u g a s de su f ren te cada vez m á s profundas, la ligera re f racc ión del sudor sobre su labio, el t ras tabi l lar de las pa lab ras y lo accidental de las pausas ; sus capacidades , visi-b lemente tesoneras, de entender y de querer , descubrían juntas su éxito desigual.

En el eco de esa dicción vaci lante m e resul taba difícil reconocer, y no s iempre la reconocí,, la voz — sin embargo familiar— de mis opiniones expresadas en un debate público sobre el poder y la servidum-

Giul io A . M a c c a c a r o d i r i g e la c o l e c c i ó n La M e d i c i n a y e l P o d e r q u e edi ta en Italia Fe l t r ine l l i . E l p r e s e n t e t r a b a j o s e i n c l u y e e n el libro de J e a n - C l a u d e P o l a c k . L a M e d i c i n a d e l Capi ta l .

bre de la medicina en la sociedad del capi ta l , sobre las deformaciones que producen ambos en el ejercicio de la medicina y en la relación médico -paciente, sobre las per t inentes responsabi l idades y complicidades de la información san i t a r i a .

Señor Pres idente , yo podría haber lo ayudado a comprender , pero no lo hice: hubiera sido como con tamina r la c lar idad de una s i tuación e j emp la r . Le hubiera dado un poco de t ranqui l idad, pero le habr ía quitado un poco de a l taner ía , necesa r i a pa ra poder dec i rme —un poco m á s adelante— que usted consideraba la posibilidad de a p l i c a r m e sanciones disciplinarias. Ahora usted se da rá cuenta por qué, al l e v a n t a r m e y rechaza r l e cualquier contestación a protes tas no fo rmuladas según el r i tual , tanto p a r a el presente como pa ra el futuro, m e r e t i r é intentan-do así evi tarnos la engañosa tentación de un acer-camiento.

Sin embargo , creo que su iniciat iva supe ra desde ya la i r re levancia —tenga a bien creerlo— de nues t ras personas . L a s invest igaciones rea l izadas rec ien temente y las noticias recogidas por otros es tán de acuerdo en seña lar le a usted como el p r imer Pres iden te de un Colegio de Médicos —al menos duran te la época post-fascista— que se considera apto pa ra indagar las opiniones emi t idas por un médico que es a su vez docente, du ran te un deba te científico y político. Y de poder hacer lo en nombre y en defensa de una así l l amada "d ignidad profes ional" que na se s iente nunca manc i l l ada ni ofendida por la venal idad y la violencia, por el servi l ismo y la prevar icac ión de alguno de sus miembros , sino por el diagnóstico de estos ma le s y por la investigación de sus causas .

Es te diagnóstico y es ta investigación, que pene-t ran p ro fundamen te en la mat r i z social y política a par t i r de la cual se expresa la medic ina como sis-t ema , son las ra íces que permi ten el c rec imien to del libro de Jean-Claude Polack. Usted m e in te r rumpió justo en el momento en que es taba escr ibiendo el prólogo de este libro.

Yo quer ía p re sen ta r el libro de Po lack dándole una ubicación cul tural indicando una guía de lec tura y sugir iendo los cr i ter ios p a r a su uso. E s p a r a esto que s i rve un prólogo, sobre todo si se t r a t a de textos difíciles.

Y por cierto que La medicina del capi ta l no s i empre es fácil. Es to es debido al esfuerzo, que tiene muchos an tecedentes pero ninguno igual a

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éste, de golpear con un anál is is coheren te —que usa los ins t rumentos del e s t ruc tu ra l i smo según una metodología marx i s ta—, la mult ipl ic idad del sis-t ema médico.

Señor P r e s iden t e la b reve página in t e r rumpida grac ias a su i n t e rvenc ión—¡desag radab le pero muy instintiva! — se hubiera t r a n s f o r m a d o en esto: en el prólogo de un prólogo. Un t r a b a j o que, dent ro de mi fal ta de modes t ia , cons ideraba inútil. P e r o ahora , después de haber lo conocido, sé que aún el prefac io de un título puede se r útil.

Señor P res iden te , el niño que nace hoy en día en un país con un elevado desarrol lo indust r ia l posee una perspec t iva de vida media de a l r ededor de los setenta años, m i e n t r a s que a pa r t i r de los g r e c o r r o m a m o s has ta el siglo XVIII inclusive, este período de vida no excedía los t re inta años. Hoy en día exis te la m i s m a di ferencia en t r e los niños que nacen en nuestros países y los nacidos en naciones subdesar ro l ladas . Se ver i f ica , por lo tanto, en el t iempo y en el espacio que la t r ans fo rmac ión indus-trial ha a u m e n t a d o la vida del hombre . E s t e tipo de informaciones es objeto de divulgación cons tan te e inclusive docente : todo el mundo las conoce y es probable que usted también . P e r o no se enseña ni se divulga, y por lo tanto no se sabe , que la vida media no se d i fe renc iaba según las c lases sociales has ta los comienzos de la revolución indus t r ia l ; es con ella que la m u e r t e y la e n f e r m e d a d a p r e n d e n a dis-c r imina r —cada vez con m a y o r a tención y severi-dad— dent ro de una m i s m a colectividad, en t re r icos y pobres, en t re la c lase del capi ta l y la del t r aba jo . Es ta tesis está d e m o s t r a d a por una g r an cant idad de estudios real izados (1) estudisos cuya notoriedad r a r a vez sobrepasa la comunidad c e r r a d a de científicos y espec ia l i s tas : uno v i v e / s e e n f e r m a y mue re según su clase, como sobre la t rág ica cubier ta del Ti tanic. (2) N a t u r a l m e n t e señor Pres i -dente r e c o r d a m o s aquí el t rágico fin del t rasa t lán-tico a pureba de hundimientos que sólo como una fábula que, sin e m b a r g o , se puede ap l ica r perfec-tamente a todas las sociedades o rdenadas por clases.

En cambio , puede se rv i r como e jemplo , en t r e los muchos posibles y p robab lemen te el p r imero presentado como estudio científico en una revis ta tan responsable como es el Amer ican Journa l of Public Health (3), la tabla que descr ibe la mortal i -dad de acuerdo a los ingresos en Prov icende , Rhode Island en 1965:

Las c i f r a s hab lan r e a l m e n t e por si m i s m a s , pero por si usted f u e r a reac io a en tender las , quiero se-ñalarle, a d e m á s , de la d r a m á t i c a d i ferencia en t r e la tasa genera l de mor ta l idad de los t i tu lares con réditos imponibles (10,8 muer tos cada 1.000 vivos) y los sin rédi tos imponibles (24,8 mue r to s cada 1.000 vivos), la d i ferencia e span tosamen te s ignif icat iva entre los dos grupos en la edad de m a y o r rendimien-to de t r aba jo , o sea en t re los 30 y los 59 años, con relación de 10,36 mue r to s "no imponib les" " con t r a 1,00 mue r to " impon ib l e " en t re los 40 y los 49 años.

P rov idence : no es m á s que una en t r e las t an t a s c iudades de los Es t ados Unidos. Es toy de acuerdo , pero yo podr ía c i ta r le da tos ac tua les y c o m p a r a b l e s obtenidos por Rownt ree (4) de la c iudad de York en

Ing la te r ra , por Collins (5) de Copenhague en D i n a m a r c a , p o r otros autores(6) de ot ras c iudades y otros pa íses : todos na r ran la m i s m a historia ver ídica que se repi te en los decenios s iguientes y empeora en los últimos.

El 1865 no es m á s que un año en t re tantos, del siglo pasado; pero quisiera recordar le que en ese año B i smarck y Napoleón III se encont ra ron en Biarr i tz , Lincoln fue muerto en Washington, Proudhon publicó La capacidad política de la c lase obrera . E n ese mismo año en Ingla te r ra s e obtuvo la ref inación electrolít ica del cobre, en Alemania el proceso Siemens-Mart in pa ra la producción del acero y en F r a n c i a se fabr icaba el p r imer fusi l a repetición. F u e en ese mismo año, mien t r a s apa rec ía y se hacía famosa de inmediato la obra de Calude Berna rd La introducción al estudio de la medicina exper imental , que P a s t e u r iniciaba sus investigaciones sobre el origen microbiano de las en fe rmedades y Mendel comunicaba sus p r i m e r a s observaciones sobre la herencia de los c a r a c t e r e s , se es tablecían así las bases pa ra la de terminación genética, la t ransmis ión infecciosa y la pa togénes is bioquímica como ideas germina les (luego idola mis t i f icadoras) de la medicina m o d e r n a y cien-tífica. Como es na tura l , la t r ama de la polít ica, la ciencia y la medicina aparec ía aún como casua l , pero la lectura de cronologías pa ra l e l a s m á s anal í t icas y crí t icas, most rar ía la neces idad y el designio de esta t r a m a que puede ser definida, por lo tanto, como histórica.

En cuanto a este libro, voy a p rocu ra r que usted lea al menos el título. En consecuencia. . .

E n consecuencia, decir medicina del cap i ta l es da r mucho m á s que una indicación h is tór ica o sociológica: es proporcionar el r esu l t ado de un anális is político según el cual la dirección del capi-tal, en las sociedades donde rige s u p r e m a , se s ien te obligada por la necesidad de a f i r m a r s e y por el control de sus contradicciones, a a sumi r la gestión total del s i s tema médico en todas sus p a r t e s y sus relaciones. E n dichas-sociedades, la medic ina en cualquiera de sus ámbitos , ya sea en el cient íf ico o en el asis tencial , en la práct ica pr ivada tanto como en la pública, en las au las univers i ta r ias como en las sa las de hospitales, per tenece s i empre al capi ta l , en el sentido de que es funcional para sus neces idades de conservación y de desarrrol lo, aun a t r avés de las fo rmas y las rea l idades del acto as is tencia .

Las sociedades a las que nos es tamos re f i r iendo son las que nacieron de revoluciones b u r g u e s a s ; nadie piensa negar le a la burguesía —a su desaf ío ant iobscurant i s ta y antiautori tar io, a su empeño en el t r iunfo de la razón y la democracia— el rol his-tórico que en su momento fue au t én t i camen te re-volucionario aunque l iberador a medias .

Es t a p r i m e r a contradicción, ¿debo pedir le per-miso p a r a decir algo tan e lementa l? , nac ía del hecho que la burguesía , habiendo tomado concien-cia de sí m i s m a como clase, se subje t ivo como a f i r m a d o r a de esa redención social que objeti-v a m e n t e se ap re s t aba a negar sin p iedad.

Ninguno de sus inventos fue más i m p o r t a n t e que el del s i s t ema capi ta l is ta : fundado ev iden t emen te sobre la producción social y la apropiación p r ivada de bienes como condición necesar ia p a r a la repro-ducción y el aumento del capital m i s m o a t r a v é s de la expropiación de la plusvalía que el capi ta l i s ta — al cual le es tá permi t ido re tener el beneficio— ope ra

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sobre el t r aba jador que debe necesa r i amente venderle su fuerza de t r aba jo ; es así que este úl t imo se t r ans fo rma en antagonista histórico del p r imero y la historia es la historia de sus luchas.

E s t á claro entonces, aunque muy simplificado, que el capital está interesado en consumir y conservar la disponibilidad de fuerza de t raba jo , o sea en conservarla en cuanto debe utilizarla, de m a n e r a y en medida tal que rinda al máximo, op-timizando la diferencia ent re el costo de conser-vación y el beneficio del consumo. A la medicina se le pide que ayude a resolver, dentro de la racionali-dad científica, esta nueva y fundamenta l contra-dicción. El s is tema capitalista debe asumir la gestión de todas las fases de la medicina, o sea la gestión del médico además de la del enfermo, de la enfermedad además de la de la institución, de la enseñanza además de la de la profesión, de la pro-ducción del fá rmaco además de la de su demanda , etc.

La medicina se t rans forma en científica cuando y en cuanto el poder se hace burgués. La nueva clase dir igente no usó ni hubiera podido usa r la ciencia del poder que se había empeñado en destruir —ninguna ciencia, tanto ahora como en el pasado, tiene alter-nat ivas distintas de las del poder que la determina— y fundó y desarrolló por sí misma una nueva ciencia y una medicina nueva (científica).

Marchando hacia la conquista de la natura leza y la explotación del hombre, esta úl t ima necesar ia para la pr imera y a m b a s necesar ias pa ra la acumulación del capital, la burguesía confi rma una nueva inteligencia de la enfe rmedad , sustrayéndola de las influencias as t ra les , exorcisándola con las invasiones diabólicas y a r rancándola f inalmente de la metaf ís ica del mal . P a r a que la fuerza de t r aba jo del hombre sea el f lujo indispensable y regulable de al imentación del capital variable, es necesario que tanto la enfermedad como la salud, sean anal izadas por una razón científica que a f i r m e ca-tegóricamente su natural idad física, asegure su re-ducción a hechos controlables y establezca la dis-ciplina formulando leyes.

La nueva medicina esclarecida da a toda la cul-tura (no sólo a la científica) (7), de los decenios siguientes y hasta nuestros días, dos modelos s u m a m e n t e p r o d u c t i v o s y a p r o v e c h a b l e s : el hombre como caso par t icular de la naturaleza y la natura leza como antagonista general del hombre .

La contradicción que contempla la doble neceisdad de los dos modelos, está resuelta de acuerdo con la teoría de Darwin, de la competencia como ley económica de la natura leza y como ley na tura l de la economía.

Del pr imer modelo se ex t rae rá , como subespecie médica, esa cosificación del hombre que es la necesidad lógica y práct ica de su uso científico (en apar iencia de un uso humano de la ciencia) corr iente y coherente desde el lugar de producción hasta la sala médica de experimentación. (8)

En cuanto al segundo modelo, toda imputación casua l —la enfermedad que se central iza en el indi-viduo a causa del ambiente socio-físico nocivo que lo rodea y que es oprimido a su vez por las im-posiciones del s is tema productivo— es cen t r i fugada al exter ior del s is tema mismo, hacia un "a l lá l e jos" natura l donde anidan y germinan , los oscuros enemigos de la salud, sólo ex te rminables por la

T a s a d e m o r t a l i d a d p o r 1000

( P r o v i d e n c e , 1805)

Edad Con réditos Sin réditos Muertos "s in imponibles imponibles réd i tos" por

cada mue r to "con réd i to"

0-1 93,4 189.8 2.03 1-4 40.3 66.6 1.65 5-9 15.9 15.7 0.99

10-19 3.0 8.2 2.73 20-29 6.0 11.8 1.97 30-39 4.5 15.5 3.44 40-49 1.4 14.5 10.36 50-59 8.6 25.1 2.92 60-69 15.1 39.5 2.62 70-Más allá 32.9 138.5 4.21 de todas

4.21

las edades 10.8 24.8 2.30

Calculado al neto de la diferencia numérica entre la po-blación de los "sin réditos" (44.080) y los "con réditos" (10.515).

ciencia; esa ciencia, se entiende. El paludismo deja de ser la consecuencia de una

insalubridad secular pa ra conver t i r se en el resulta-do de la inyección anofélica de P lasmodium, la tuberculosis pulmonar no es m á s el producto de las carenc ias y de ans ias sino del Mycobacter ium tubercolosis, el a t aque ca rd íaco no es m á s el resul tado de emociones dolorosas sino que se pro-duce por la oclusión a te romatosa de una a r te r ia coronar ia . Esto es válido también p a r a o t ras verda-des numerosas , inf in i tamente reducibles .

La nueva ciencia queda así esc larec ida y la nueva medicina se fortif ica con esta ve rdad . E l l a s lanzan su desafío victorioso no sólo contra los v i rus infec-ciosos, las pestes epidémicas , los f lagelos caren-ciales, sino también contra toda esa patología que es d e s o r d e n n a t u r a l , c a l a m i t o s o e i m p r e v i s i b l e , i r racional e incontrolable, o sea una a m e n a z a oculta y pendiente sobre cada proyecto del capi ta l al que le hace fa l ta el t r aba jo del hombre : es decir , su posi-bilidad de existencia y su capac idad de producir pero sobre todo, la p rogramac ión de su existencia pa ra producir .

Es ta es la meta y el l ímite de la ciencia médica c a p i t a l i s t a ^ ) Cfr. G.A. Maccaca ro , Prólogo de la edición i tal iana de M.H. Pappwor th , Cavias humanas , Feltrinell i , Milán 197 nacida de una clase por su voluntad de hegemonía y de un s i s t ema por su necesidad de desarrol lo. El hecho de reconocerlo —¿usted sigue mi razonamiento , señor Pres iden-te?— no significa desconocerle a dicha ciencia la objetividad estadís t ica de sus éxitos, el posible uso de sus significados. Po r el contrar io , significa comprender co r r ec t amen te su génesis y su desarrollo, su hipótesis y su de terminación, la lógica y la contradicción, p a r a poder l legar f ina lmente a comprender la crisis .

A esta comprensión tiende, con sostenido empeño, este l ibro de Polack .

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Señor P re s iden te : Un po rcen ta j e de la población, posiblemente m á s de la mitad, 110 t iene acceso a ningún tipo de as is tencia médica y pa ra la mayor par te de los otros, la atención disponible no es adecuada a sus necesidades . Es una t r i s te ironía que los más bri l lantes éxitos de las ciencias b iomédicas 110 a lcancen a p royec ta r sus efectos donde m á s se los necesi ta . Una gran cant idad de gente m u e r e por en fe rmedades que se pueden preveni r y c u r a r o so-brevive disminuida física y ps íqu icamente por ca rece r de las m á s e lementa les f o r m a s de ayuda por pa r t e de la medicina moderna .

E s t a s pa l ab ra s no m e per tenecen y por lo tanto escapan a su investigación, pero espero que no a su consideración pues es tán f i r m a d a s por un estudioso nor teamer icano de la Rockefel ler Foundat ion . (<)) En cambio , las que sigen se las debemos a un conocido profesor de H a r v a r d (Massachuse t t s ) :

La ciencia moderna ha aprendido a modif icar el curso de las en fe rmedades , a l iv iar los dolores, cu ra r s ín tomas graves , prevenir la invalidez, ev i ta r muer t e s p r e m a t u r a s . . . F á r m a c o s mi lagrosos como la penicilina der ro tan e n f e r m e d a d e s ta les como la pulmonía, que unos veinte años a t r á s m a t a b a a una cuar ta p a r t e de los enfe rmos . Como resul tado, ha disminuido la mor ta l idad infantil y se ha a l a rgado la vida media . Son muchos los que han escapado de una e n f e r m e d a d crónica como la tuberculosis . La profi laxis ya ha permi t ido controlar a lgunas g raves e n f e r m e d a d e s mor ta les como la tos convulsa, la poliomielit is, la d i f te r ia y el t ifus. Pero , como les voy a d e m o s t r a r , desde hace veinte años nues t ra salud no ha conocido m á s progresos y esto coincide, ex t r añamen te , con una enorme expansión de los p r o g r a m a s de invest igaciones c ient í f icas en el campo de la medicina. . .

Es ta e n o r m e expansión junto con el de ter ioro del campo sani tar io , const i tuyen la p a r a d o j a de la me-dicina moderna ( lo.

A su vez uno de los m á s i lustres estudiosos de las ciencias méd ica s que tiene la Univers idad de Londres y del Reino Unido, expone de la s iguiente mane ra sus ref lexiones a l a r m a n t e s (11):

Si du ran t e los próximos veinte años 110 se l levaran a cabo m á s invest igaciones, o sea si hubiera una pausa en las m i s m a s , la aplicación de lo ya conoci-do, de lo ya descubier to , producir ía una di fusa me-joría de la salud mundial . . . Como pres idente de la Comisión Consultiva p a r a la invest igación médica de la Organización Mundial de la Salud, miro es-peranzado los nuevos progresos científ icos que nos esperan, pero a veces me pregunto si la g r an canti-dad de dinero que se gas ta ac tua lmente , en muchos países, pa r a invest igaciones, no producir ía un progreso m á s rápido y evidente en la salud de la humanidad , si se lo uti l izara p a r a ap l icar lo ya conocido.

Señor Pres iden te , ¿puede usted imag ina r una declaración m á s explíci ta de una cr is is tan profun-da? Yo no.

Creo que es ta crisis, par t iendo de las p r e m i s a s que hemos fo rmulado —aunque ba s t an t e inadecua-damente— es no sólo plausible sino previsible. Hemos visto que la medic ina cient íf ica, igual que la ciencia de corto a lcance , ha sido la expres ión de la burguesía por neces idad del capi tal , en n o m b r e del progreso. P e r o todos los progresos de la civilización, o, en o t ras pa l ab ra s todo inc remento de las fuerzas

product ivas sociales.. . que resul ten de la ciencia. . . enriquecen al capital y no al obrero, no hacen más que ag igan ta r el dominio sobre el t r a b a j o , in-c r emen tan la productividad del capi ta l . . . Y el capi-tal no es más que la contradicción en m a r c h a : por un lado apela a todas las fuerzas de la ciencia y de la na tura leza , como así también a las de las com-binaciones sociales y de las relaciones sociales . Por otro lado quiere medir las g igantescas fue rzas sociales así creadas . . . y encer ra r l a s den t ro de los l ímites necesar ios pa ra conservar como valor, el valor ya creado. (12)

Las tendencias de la ciencia médica moderna — que por otra par te se reconocen fác i lmen te en la evolución de las disciplinas y en los p r o g r a m a s de enseñanza médica— no podían m á s que e n t r a r en crisis cuando hubieran llegado a chocar , como ha sucedido hoy en día, con dos nuevas rea l idades nac idas del fondo mismo de su contradicción. El c rec imiento político de la clase obre ra const i tuye la p r i m e r a real idad.

La segunda real idad es la que su rge en el inter ior de la medicina misma. La lucha cont ra las enfer-m e d a d e s infecciosas y en un sentido m á s amplio, f is iógenas, necesar ia pa ra üna gestión controlable de la r e se rva y de la reproducción de la fue rza de t r a b a j o pero usada aún, como ya se ha dicho, como envol tura patogenética, de la f ranquic ia concedida a la nocividad de la producción ha mot ivado su desapar ic ión.

Por ahora es suficiente a c l a r a r que la desapar ic ión de una enfermedad vista como ex-presión de la "contradicción hombre -na tu ra l eza" , ha puesto en descubierto a la e n f e r m e d a d degenera t iva y substancia lmente an t ropógena , que es a su vez, expresión de esa "contradicc ión hom-bre -hombre" de donde nace la suer te del cap i ta l y a la cual no podría sobrevivir.

Ahora bien, si habiendo recorr ido al mi togra f í a del gé rmen y de los genes, de la toxina y del v i rus como s ín tomas secundarios, de fáci l invest igación, de una advers idad irresponsable que no tolera la i n v e s t i g a c i ó n , la " c i e n c i a m é d i c a " p o d í a p roc l amarse y vivirse como favor del hombre , por la inmacu lada concepción del bien progres ivo; a par t i r del momento en que se impone la rea l idad a b r u m a d o r a de una patología que nace de la or-ganización del t raba jo , de la expropiación del " t i empo vivo", del empobrecimiento de la convi-

vencia , de la alienación del cuerpo, de la descom-posición social, de la aglomeración u rb an a , de la expoliación ambienta l , en suma de todo lo que sea fo rma , acto y ma te r i a de la explotación del h o m b r e por el hombre , la "ciencia m é d i c a " m i s m a está obligada a p roc l amar se y a vivir como a favor d e algunos hombres . No se le concede n iás ni neutra l i -dad ni su ilusión: por lo tanto tampoco la inocencia. O s u f r e la condena e terna con el capi ta l o se sa lva con el t r aba jo .

Es t e es el sentido que tiene su cr is is que, si se expresa como la imputación del s i s t ema , puede f e r m e n t a r en sus protagonistas ba jo f o r m a de toma de conciencia, s iempre y cuando no se d e s a n i m e m o r a l m e n t e pero se enriquezca pol í t icamente . Esto, señor Pres iden te de médicos, sin duda , me-jores, significa reconocer y elegir la propia ubicación de clase.

Señor Pres idente , ahora quiero seña la r l e la di-visión por clases de la patología que e m b i s t e al

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hombre de hoy y de aquí. Yo le había dicho que las grandes enfe rmedades

infecciosas y paras i tar ias habían sido ya elimina-das y es cierto: pero es cierto solamente para al-gunos países de la t ierra y dentro de sus límites, no s iempre en todas las zonas y a veces, en es tas zonas no pa ra toda la población. Por cuestiones de espacio no puedo dar más que un e jemplo: elijo el paludismo, no por ser el caso más dramát ico sino por lo claro y bien documentado. (14)

De los 2.736 millones de seres que habitan la T i e n a a fines de 1968, casi dos tercios, o sea 1 733

en zonas de origen malárico. ' De estos 1./33 millones, sólo 651 , poco m á s de un

tercio (!) vivían en zonas donde se había er radicado el paludismo. Esto esplica cómo es posible, aunque resulte repugnante, que una enfermedad tan conoci-da hace mucho tiempo y contra la que se posee todo un sis tema de prevención y de curación, haya sido contraída anualmente durante la década del 60 por entre . 100 a 250 millones de personas con una mortal idad de 1 a 2 millones por año. Ahora bien, si observamos no solamente cuantos muer tos hubo ni cuando murieron, sino cómo y dónde murieron, vemos con nitidez topográfica que los países colonialistas se han liberado del paludismo y se lo han dejado a los países explotados y desangra-dos por ellos.

No, señor Presidente, no me diga que esta ex-plicación es tendenciosa. Le traigo como tes-timonios de la verdad a Bélgica y el Congo. El largo y cruel mart ir io impuesto pr imero sobre el segundo por sus ansias de riqueza, es conocido mundialmente . Es sabido también que en todo el

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terr i torio del Congo el paludismo es todavía una en fe rmedad endémica mien t ras que en Bélgica es desconocida. Usted obje ta rá sin duda, que los belgas no tienen la culpa de que su país esté en Europa septentr ional y el Congo en Africa subtropical . Al contrario, la culpa la tienen j u s t a m e n t e los belgas quiero decir el capital colonialista de Bruse las y sus alrededores , pues pr imero demos t ra ron que el paludismo podía ser e r rad icado también del Congo independientemente de su latitud y luego l imitaron dicha demostración a las zonas c i rcunscr ip tas a los habi tantes de raza blanca. ¿Ha notado usted cómo el bisturí del capital , con la segur idad de un c i ru jano separa en la carne de la humanidad , seleccionando a quienes pueden mor i r y aquellos a quien les está permitido sa lvarse , para proporcionar le sus ser-vicios y sus riquezas? ¿Se ha dado cuenta también que en escala continental, la crisis de la medicina se hace cada vez más intensa? Desde hace cinco años la lucha en el mundo contra el paludismo no ha teni-do más éxitos; por el contrar io, en los países donde se secaron los terrenos malár icos y donde sobrevi-ven la explotación, la miser ia y la indigencia, han vuelto a apa rece r los focos endémicos. Es t e es el comentar io al respecto ele una de las revis tas medicas inglesas de mayor prestigio:

Aún cuando la aplicación f i rme de los conocimientos científicos pueda reducir la distancia entre !a salud y la enfe rmedad , el e jemplo del paludismo demust ra qué difícil resul ta usar con eficacia los recursos de la técnica cuando las con-diciones sociales y ambienta les es tán por deba jo de ciertos niveles. (15)

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w

Está claro, por lo tanto, que cuando los países del imper ia l i smo capi ta l i s ta y sus insti tuciones bené-ficas, envían c a r g a m e n t o s de especia l is tas y naves llenas de remedios a los países donde imponen aún reg ímenes y gobiernos que garant izan su dócil explotación, saben pe r fec t amen te que la p r imera operación s i rve solamente pa ra encubr i r la segunda. E s por eso que lo hacen y es por eso que el médico que par t ic ipa en esta acción, debe elegir entre con t radec i r se a si mismo o cont radeci r al s i s tema, es decir debe a f ron t a r su crisis .

Ya lo he dicho, señor Pres idente , que el paludismo no es m á s que un e jemplo de la verdad , en t re muchos posibles; verdad que sigue siendo la mi sma hoy que hace un siglo: la medicina del capital mane ja las e n f e r m e d a d e s según sus propios in-tereses, haciéndolas reca.er según las es tadís t icas en escala internacional , desde los países que deten-tan el dominio imperial is ta , sobre aquellos que lo padecen; lo m i s m o sucede en los d i fe rentes países: desde las c lases dominantes sobre las dominadas .

Si aún le quedara alguna duda, lea con atención el pá r ra fo que le t ranscr ibo a continuación, de la segunda declaración de La Habana (4 de febrero de 1962):

En este eontinenete (América latina) de casi -00 millones de seres humanos, fo rmado en sus dos tercios por indios, mestizos y negros, mueren de hambre , por en fe rmedades curables y de senilidad precoz, a l rededor de cuat ro personas por minuto, ,">.ó0() por día, t millones por año, 10 millones en cinco años. Es t a s muer t e s podrían evi ta rse fáci lmente , ¡tero siguen sucediendo. Dos tercios de la población la t inoamer icana tiene una vida corta y la viven ba jo una cons tan te a m e n a z a de muer te . Es ta s vidas ofrecidas en sacrif icio corresponden en 15 años al doble de muer tos du ran t e la guer ra de I !í 14, y esto continúa.. . Mient ras tanto un tor rente in interrum-pido de dinero fluye desde América latina hacia los l istados Unidos: 4.(100 dólares por minuto, 5 millones por día, 2.000 millones por año, 10.000 millones cada 5 años; por cada 1.000 dólares que se van nos queda un muer to ; 1.000 dólares por cada muerto cua t ro veces por minuto.

Desg rac i adamen te , cuando el horror de este tipo de s i s tema fue ext i rpado de la isla de Cuba, cuando llegó el día de la l iberación del colonialismo capi-talista que man ten ía oprimidos, tanto al hombre como al médico, despojando a uno de su vida y al otro de sus funciones, ese día en C u b a se hal laban un p o c o m á s del 50 por ciento de los médicos, todos los d e m á s h a b í a n huido junto con l o s ricos, l o s es-peculadores y los opresores de jando al pueblo solo con sus en fe rmedades (l(i) pa ra d e s e m b a r c a r en las c o s t a s d e l capital . Señor Pres idente , puede ser que esto t a m b i é n lo a y u d e a e n t e n d e r el t í t u l o d e e s t e li-b r o .

Sin emba rgo , es posible que para Ud, sea m á s útil de ja r de lado este flagelo mundial : el pa ludismo y el d r ama sani tar io de un continente subdesar ro l lado como el de Sud América , para concen t ra r se mejor en la patología de los países desarrol lados y próx-peros que han conocido el desarrol lo industrial , la revolución burguesa y el triunfo del capi tal .

Me voy a l imi tar ahora a l l amar su atención sobre las e n f e r m e d a d e s menta les y el cáncer .

En cuanto a las p r i m e r a s me remito n a t u r a l m e n t e a l a investigación, muy famosa pero no única, sobro las re laciones exis tentes entre las c lases sociales y

las en fe rmedades mentales (17) y de la que he copiado, para su comodidad, una pequeña tabla re-veladora.

¡ase soc ia l ( d e s d e i a V) y d i s t r i b u c i ó n d e los . ic ientes y de ios no p a c i e n t e s p s i q u i á t r i c o s en

pob lac ión

Pacientes

t 1.0

1! 7.0

III 13.7 IV 40.1 V 38.2

100.0

No Pacientes

3.0 8.4

20.4 49.8 18.4

100.0

El comentar io de los autores es el s iguiente: Al mirar los porcenta jes nos damos cuenta que la clase I (que es la privilegiada, social y económicamente) tiene un núinero de pacientes igual a un tercio de lo que se podría suponer si la relación entre los enfer-mos de la clase I y la población de enfermos men-tales fuera igual a la relación entre los individuos de la clase I y la población en general . Asimismo las clases II, III y IV muest ran porcenta jes más bajos en la columna cpie se refiere a los pacientes . Por otra par te , el porcenta je ele pacientes de la c lase V (la menos favorecida en su aspecto socio-econó-mico) es superior al doble del porcen ta je de los individuos que pertenecen a la clase V con respecto a toda la población, listo nos dice que nues t ra hipótesis, según la cual el per tenecer a una clase social de te rminada es un factor condicionante pa ra que haya pacientes psiquiátricos, es tá fundada so-bre hechos. (í 8)

Análisis posteriores y más detal lados que han tomado en cuenta factores como : edad, sexo, raza , religión y estado civil, han demostrado, aún m á s c la ramente , "que el mayor o menor número de bis en fe rmedades mentales curadas está re lacionado es t rechamente con la clase social". (19)

Con respecto al cáncer , señor Pres idente , le sugiero un libro: Estudios estadísticos sobre las causas de las neoplasias malignas (20) que posee una enorme riqueza de ciatos y de anál is is que consultan los estudiosos de todo el mundo. E n el p r imer volumen, de más de quinientas páginas , desfi lan a t ravés de sus cuarenta capítulos, las di-ferentes var iedades y ubicaciones d e los t umores : desde el cáncer de labios al de pulmones, de la laringe al intestino, del estómago al útero, etc. E n la página 64, a propósito de los t umores de los p r imeros t ramos del apara to digestivo (labios, lengua, far inge y laringe) encont ramos por p r i m e r a vez esta breve f r a se como comentar io de una tabla colmada de datos: "es evidente que el c ánce r ele estos sec tores estudiados, es de mayor f recuenc ia en las ciases más pobres que en las m á s r i c a s " . Ahora bien, Señor Presidente, esta f r a s e volvemos a

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encontrar , con r a r a s excepciones, en todo el volumen, capítiulo t ras capítulo, de lugar en lugar , de tumor e n tumor, como una denuncia re i te rada que a pesar de la asepsia del lenguaje científico, no por eso resul ta menos a m a r g a y c lamorosa . Igual que las lúgubres campanadas que sonaron 16 veces sin se r escuchadas , desde el campanar io de Cirié (21) anunciando la muer te de otro obrero por cáncer de vejiga, producto de colorantes anilínicos usados pa ra que proesperara y aumen ta ra el capital de una industria piamontesa.

Señor Pres idente , usted me quiere l levar a la pa-tología cardiovascular , al infarto de los dirigentes, a la t rombosis arterioesclerótica del presidente. Doy fe que ésto es verdad et pour cause. Según mis propios cálculos, la probabilidad de mori r en el hundimiento de su propio yacht es de 1,73 millones de veces mayor para el dueño de una industria me-diana que pa ra su obrero. Desde este punto de vista, reconozco que la clase de los t r aba j ado re s está incomparab lemente mejor que la del capital . Pe ro al mismo tiempo quiero señalar le la existencia de estudios sobre la patología cardiovascular , que t ras tocan la tesis de Osler de 1910 y de otros con-temporáneos que a f i rmaron que a lgunas enferme-dades del corazón y de los vasos sanguíneos son una t r is te prer rogat iva de las clases privi legiadas por el dinero. El estudio más reciente que yo conozco so-b re este t ema y que analiza c r í t i camente muchos otros, llega a la siguiente conclusión:

Tanto si se refieren a las enfe rmedades cardio-vasculares , como a las enfermedades del s is tema circulatorio, a las enfermedades del corazón, a las en fe rmedades arterioescleróticas y degenera t ivas , al infarto cardíaco, los datos no conf i rman las tan aceptadas generalizaciones de Osler. (22)

Pe ro en o t ra ocasión, si es que habrá otra ocasión, le expl icaré como, aun cuando esto no fue ra cierto, la teoría de Osler no tiene sentido pues la verdad es que quien muere antes de envejecer tiene menos probabi l idades de contraer enfe rmedades seniles. Con este fin y reduciendo nuestro horizonte geográf ico a los límites nacionales, quiero seña lar le este pá r r a fo de un t raba jo de Berlinguer (23):

Si bien las regiones económicamente a t r a s a d a s t ienen un mayor índice de morta l idad infantil, esa tendencia se invierte en la edad laboral y el período de vida disminuye en función de la industrialización. Se producen más ba jas entre los obreros. El fenó-mento que más l lama la atención es el aumento de accidentes de t r aba jo y de las " en fe rmedades pro-fes ionales" reconocidas legalmente, pero que no represe tan más de una sola pa r t e de la patología unida al t r aba jo . Durante los veinte años entre 1946 y 1966 se han verificado en Italia 22.860.964 casos de accidentes y de enfermedades profesionales con 82.557 muer tos y 966.880 inválidos. Casi un millón de inválidos, o sea, el doble de los causados en Italia por las dos guerras mundiales, que fueron cerca de medio millón. Mientras que el término medio de los accidentes y de las enfermedades profesionales, en el período que va de 1946 HASTA 19T>6, ha sido un poco superior a 1 millón de casos por año, duran te el período comprendido entre 1967 y 1969 la cifra ha aumentado a más allá de 1,5 millón de casos anuales y en 197o llega aprox imadamente a 1.650.000 casos. Ya que duran te estos años no fia habido un aumento de la ocupación industrial, es tas c i f ras representan un índice c laro de aumento de explotación en las

fábricas y la menor posibilidad de renovar la capacidad de t r a b a j o ma lg as t ad a .

Señor Pres iden te , p a r a su estudio voy a incluir este dato local en t re las es tadís t icas nacionales no desment idas (24), En Turín, p robab lemente la ciudad i ta l iana m á s inf i l t rada y poseída por el capital monopolizador, todos los días, hay, término medio, t re in ta accidentes de t r a b a j o con pérdidas ana tómicas : una fa lange, un dedo, una mano. . . (25)

Ahora bien, si usted, puede imag ina r y to lerar durante b reves minutos, es ta imagen de ca rne sanguinolenta y suf r ien te de todos los días, que posee una f recuencia y una regula r idad ta les que se t r ans fo rma en una carac te r í s t i ca específ ica de un cierto tipo de producción, usted podrá tener una | p r imera y e lementa l intuición de lo que se ent iende ' por "apropiac ión del cuerpo por el cap i t a l " . (

¿Es necesar io que le diga que dicha apropiación ¡ —que no es so lamente del cuerpo y no sucede ( solamente en la fábr ica— a l a rga cada vez m á s sus ; tentáculos por todos lados, en todo momento y en to- J das las f o r m a s de vida individual y colectiva? <

Además, ¿es necesar io que us ted 'me repi ta que la g patología no es propiedad absoluta del capi tal jj cuando es evidente que todo el capital es patógeno y sigue siéndolo en todos lados donde llega a su i dominio y su implementación? (26) ¡,

Señor Pres idente , mi único deseo es que usted é reconozca lo que es obvio: o sea que las gananc ias c del capi ta l poseen las dimensiones del t iempo y del ¡j dinero y que és tas se t r an s fo rman en coordenadas p de juicio pa ra de te rmina r "el va ler la p e n a " de la p vuelta a la normal idad y pa ra "el valer la f u e r z a " u de reducción a la conformidad. c

Una prueba m á s de esto es la select ividad usada p para e n t r e g a r el pasapor te pa ra el reino de " las p e n f e r m e d a d e s " a las f o r m a s morbosas que tienen di un mayor y m á s inmediato m a r g e n de recuperación U] de fuerza de t r a b a j o ( en fe rmedades agudas , es- p pecíficas, s in tomát icas , t r aumá t i ca s , etc .) y se le m niega a o t ras como: e n f e r m e d a d e s crónicas , f}(

handicaps físicos, deformaciones psíquicas, ettc. definidas en cambio como " e s t a d o s " o " t i pos" y que instituciones médicas y sus adminis t rac iones , cara-tularán como excluidas i r r emed iab lemen te .

A veces, señor Pres idente , dicha exclusión se • produce por sí m i s m a y recibe atención médica, d l

aunque sea en fo rma pós tuma. e i

En es te momento , estoy leyendo un t r a b a j o dé dos e l

colegas: el profesor Virginio P o r t a y el doctor Qiórgio Calderini (27) del sec tor neuro-psiquiátrico VI

del hospital "Ca G r a n d a " . Sus investigaciones e r

médico-sociales sobre las t en ta t ivas de suicidio (TS) V1

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en nues t ra c iudad, es tán precedidos por unos apuntes , de los que he elegido és te :

De un cier to modo, Milán está en la vanguard ia del p rogreso económico y socio-cultural i tal iano. . . Con respec to a la época en la que tuvieron lugar nues t ras invest igaciones, se t r a t a del período de mayor expansión económica, del así l l amado boom industr ial . . . O sea , el período d u r a n t e el cual el capital indust r ia l del norte de I tal ia ha drenado, por sus neces idades de fue rza - t r aba jo , una g r an corr iente mig ra to r i a proveniente del sur , sin habe r p r e p a r a d o de a n t e m a n o las >_ondiciones p a r a reci-birla, con excepción de algún t r a b a j o en una obra o f ren te a una máqu ina . La relación en t re suicidio e inmigración ha sido j u s t a m e n t e uno de los pro-b lemas es tudiados por Po r t a y Calderini . Voy a t ranscr ib i r t ex tua lmen te sus p a l a b r a s :

" . . . con respec to a la inmigración. . . los p r imeros t iempos después de l legar a Milán son los que conducen m á s fác i lmente a la depresión e inclusive a la p ro tes ta , los dos grandes inductores a las ten-ta t ivas de suicidio de los inmigran tes . . . De estos datos su rge que después de un año de su l legada a Milán, a l r ededor de una m u j e r cada 90 inmigran tes y un h o m b r e cada 200, ha rán una tenta t iva de suici-dio ... Las m u j e r e s meridionales se ca rac te r i zan por su ba jo nivel socio-cultural: con f recuencia son ana l f abe ta s o i le t radas , viven en habi taciones 110 des t inadas a ser hab i tadas , como depósitos, sótanos, etc., su t i empo de res idencia en Milán ha sido b reve y es tán desocupadas o t r a b a j a n en t a r e a s no especial izadas . . . P a r e c e ser que es és te el grupo donde se mani f i e s ta con mayor intensidad el t r a u m a inmigrator io , s ímbolo de f rus t rac ión y desadap-tación económica, social y cul tural . . . Debemos ag rega r que la m u j e r meridional no encuent ra en el alcohol una solución p a r a sus f rus t rac iones ; por el contrario, p a r a el inmigran te h o m b r e es una solución, pero la emplea en fo rma bas tan te mo-derada . (28)

Me gus t a r í a que usted fue ra un campes ino meri -dional que hubiera sobrevivido a la mor tadi l idad infantil en su t i e r ra na ta l pa r a t e r m i n a r perdiendo en el Norte , a lgunos años de su vida adul ta como peón u obrero . Un h o m b r e que haya aprendido que a lgunas e n f e r m e d a d e s son pa ra sus hijos pero "no para los hijos de sus pa t rones . Un h o m b r e que haya perdido dos dedos ba jo una prensa o se haya ganado un cánce r de vej iga . Un hombre que tenga que es-cuchar todos los días , la tos de su vecino producida por los sil icones o ve r la mueca de dolor producida por una ú lcera . . . Un hombre como éste si no se ha dedicado al alcohol y su m u j e r no se ha a r r o j a d o por una ven tana , podrá expl icar le m e j o r que yo, señor Pres iden te , de que m a n e r a la medicina del capi ta l m a n e j a las e n f e r m e d a d e s del hombre en su bene-ficio.

N a t u r a l m e n t e la medicina del capi ta l no podría dirigir las en f e rmedades , si no di r ig iera t ambién al enfermo, al médico y a la relación exis tente en t re ellos, de acue rdo a una coherente lógica de clase.

Voy a tocar a p e n a s el t ema de las f o r m a s m á s v i ru lentas y evidentes de esa dirección, que a p a r e c e en todos los diarios y semanar ios , pues ambos vnmos en este mdio, los dos conocemos por igual,

aun cuando tengamos opiniones dis t intas al respec-to.

En el centro de esta ciudad tan orgullosa, su presencia i r r i t an te está l imitada topográ f icamente (no sólo ahí) por cuat ro calles que conf iguran su pe r ímet ro ; es el Policlínico de Milán, se lo considera como una "ve rgüenza civil" (29) por su decadencia , su miser ia y la cant idad de gente amontonada por todos lados. Alrededor de este "hosp i t a l " p a r a los pobres d e s a m p a r a d o s con o sin mutua les , se ap iñan como una "corona d o r a d a " casas de reposo o clí-nicas p r ivadas pulcras y confortables que of recen una excelente atención a los pudientes. Es to s dos mundos sani tar ios concéntricos, pero en rea l idad muy a le jados , parecen estar separados sólo por la dis tancia en t re las dos veredas . En rea l idad , no tienen nada en común: ni la pr ivacy del en fe rmo, protegida p a r a unos y negada a los otros, ni la visita de los fami l ia res , abier ta para unos y res t r ingida pa ra los otros, ni el ambiente ag radab le y decorado de unos y aus te ro de los otros, ni la disponibilidad de personal , que pa ra éstos abunda y escasea p a r a los otros, ni la atención del médico ad persona que es un deber bien retr ibuido .por un lado y vir tud excep-cional y muy a labada por el otro.

Es t a pa rado ja nos remi te a o t ra y con esto se resuelve el d i l ema: esos dos mundos, que no t ienen bases comunes, se repar ten las c imas , esos uni-versos tan disonantes, tienen un único d i rec to r de orques ta ; esa distancia, pequeña pe ro inalcanzable , es a t r a v e s a d a d ia r iamente por una pe r sona : el clínico famoso.

Y es j u s t amen te él, reconocido a c a d é m i c a y socia lmente como el mayor exponente d e la autori-dad en diagnósticos y poder terapéutico, es él, que consigue r e a f i r m a r la unidad del mando en la ubicuidad de la presencia ubi P e t r u s ibi Eccles ia , como así también pa ra el capital, señor P res iden te .

Pe ro no me sobreentienda una vez m á s : ni a mí ni a este modesto esfuerzo nos importa , en lo m á s mínimo, la dimensión venal del asunto. No in teresan las gananc ias sino el papel del clínico. E s necesar io a c l a r a r que se lo l lama, en el mundo de la medic ina de la c lase dominante , por su supuesta doct r ina y prác t ica , sus conocimientos y exper iencia que, como ha ré r e sa l t a r nuevamente, los ha tomado y los toma d i a r i amen te de otro mundo: el mundo d e la clase suba l te rna .

Aquí se e labora la ciencia médica , se es tudia ro-b re el enfermo, se hacen experimentos clínicos, se a p r u e b a n nuevos métodos quirúrgicos; al lá, en la vereda de enfrente , se espera la l legada y la o f renda del f ru to de ese t raba jo . _ E 1 hospital es la sede de un contra to tác i to ; la burguesía acepta la ta rea de cuidar a los pobres y estos internados ofrecen sus cuerpos y sus vidas para los exper imentos terapéuticos, los métodos de observación y de t ra tamiento, de donde los ricos volverán a s aca r venta jas . (30)

El clínico es un escribano vigilante del tácito contra to y el e jecutor escrupuloso de ese legado. Creyéndose amo, s i rve a su pa t rón dos veces : la p r imera , cuando se inclina ante la c lase del cap i ta l y a g r a v a su poder sobre la clase t r a b a j a d o r a ; la segunda, cuando —no importa si a s ab i endas o n o -impone al enfe rmo la máx ima e indecl inable exigencia del s i s t ema: hacer del hombre una cosa, de su salud una mercader ía , de su vida un bien utili-zable pa ra la producción de bienes de consumo.

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Hacer del hombre una cosa, cosiñcar lo: -yo sos-tengo que esta es la ta rea aceptada y l levada a la prác t ica por la medicina del capital , el tipo de me-dicina que le ha permitido a usted ser Pres iden te del Colegio de Médicos de la provincia y ciudad de Milán.

P a r a acen tua r esta situación la medicina del capi tal ha inventado su último truco: una medicina profética que se hace pasa r por medicina preventi-va. El diagnóstico precoz, el chek-up, los screenings de laboratorio, los tests mult i facét icos: todas estas cosas que, gracias a una propaganda estentórea real izada por el ba t tage conjunto de la medicina y la industria y que llega inclusive has ta la clase t raba-jadora , son totalmente ineficaces e inoportunas pa ra velar por la salud (31); no hace m á s que asumir , dentro de la presunta e i rreal izada función de búsqueda de la enfermedad , te negación de la m i s m a en un mayor nivel de racionalización y adminis t ración. Sus funciones reales son las de servi r de tranquilizante social, llevado a cabo con dépis tage de algún enfermo rea lmente "orgán ico" (cáncer , diabetes, etc., cuyo destino seguirá , por desgrac ia , inalterado) pa ra poder dar , an te los demás , la falsa seguridad necesar ia para prolongar en el t iémpo su posible explotación.

Señor Pres idente , la verdadera medicina pre-ventiva, la única que tiene un sentido real , no es aquella que nos propone el capital , sino aquella a la cual el capi ta l se opone. Es la medicina que busca las c a u s a s patógenas y las elimina en vez de que-da r se en los efectos y disfrazarlos ba jo el art if icio de su reconocimiento precoz. Pe ro si las causas están en la fo rma de producción, en la adminis t ración social, en el r i tmo forzado de vida que el capital ha impuesto e impone o sea, si el capital es —que sin duda lo es— patógeno en sí mismo, ¿podrá la me-dicina luchar contra el capital y a favor del hombre , esa medicina que es la mediadora de su poder sobre los hombres?

Por otro lado, yo he admitido que esta medicina no se limita a excluir ni a negar al enfe rmo; a veces lo cura , y por lo tanto, se sienta al lado de su c a m a y está al fin "de su pa r t e " . No es cierto, señor Presi-dente. Al negar esto no quiero poner en duda la cer teza subjet iva que puede tener el médico, consi-derado en forma aislada, de su papel filantrópico, vivido con dedicación y grat i f icado por el reconocimiento de su obra. Lo que quiero decir es otra cosa muy diferente. E s que pa ra la medicina del capi tal , la administración de la atención dis-pensada a l t raba jador , es dirigida a conservar le la identidad que le atr ibuye el s i s tema de producción. La " c o s a " que no funciona bien debe ser r e p a r a d a y devuelta a sus funciones. Esto es obvio. Lo m á s impor tan te , aun cuando menos obvio, es que duran te el proceso la " c o s a " no vuelva a t ransfor-m a r s e en hombre y que como tal haga imposible su ulterior reintegración, aún cuando se lo haya p reparado . En consecuencia debe ser mantenido en su estado, bajo una vigilancia a tenta y continua, durante todo el proceso sanitario, amenazado por el peligro de que la " c o s a " tome conciencia de su si-tuación, que la enfermedad sé t r ans fo rme en acusación y de que el capital mismo sea el imputa-do.

Desde el punto de vista del diagnóstico, cu ra r q u e r r á deci r entonces reducir al en fe rmo a su en fe rmedad , la enfermedad a su localización orgá-

nica, el ó rgano en fe rmo al daño objei . >le, el daño a una m a r c a , y la m a r c a a su medida . Luego, desde el punto de vista terapéutico, deberá r e c o r r e r el camino inverso: la corrección de la m a r c a disfra-zada como eliminación del daño, el silencio del órgano como der ro ta de la en fe rmedad , la desapar ic ión de la e n f e r m e d a d como devolución de la salud.

Es una re lación de este tipo que c rea a l rededor del enfermo, la cer teza de su soledad, en cuya consigna objetiva se renueva y se conf i rma .

En esta soledad, donde su historia se pierde en la anamnés i s , su subjet iv idad puede ser r echazada por los anál is is e inclusive su individualidad es tá des-personal izada duran te la en fe rmedad , se le enseña a vivir como " c a s o " o sea , a a l ienarse todavía como "cosa" .

El está solo con su miedo y su esperanza , su dolor y su " m e j o r í a " ; tanto m á s solo cuanto m á s atendi-do, en apar ienc ia , pero usado de hecho; p a r a que el no descubra que su e n f e r m e d a d no es m á s que su historia y que la historia no es de las cosas sino de los hombres y que la historia de los hombres es la de sus luchas de c lase y que sólo con la victoria de su clase, él y sus compañeros podrán sa lva r se y es ta r sanos.

Mi gran esperanza es que otro médico lea estas líneas y que lo ayuden a reconocer el pel igro que corre, a r e c h a z a r su condena y a a f r o n t a r su crisis.

No impor ta donde esté su lugar de t r a b a j o —én una clínica univers i tar ia , en un hospital de provin-cia, en un bar r io obrero, en un medio rura l— la me-dicina del capi ta l lo va a a lcanzar , pues lo necesita.

'No debe d a r s e cuenta que su voluntad de c u r a r al enfe rmo se des t ruye al devolverlo a las causas de su en fe rmedad , que su deseo de preveni r la enferme-dad llega a su fin con la previsión de un suf r imiento que seguirá existiendo y que su propósito de ayudar en el sufr imiento, se a p a g a al c a l m a r su protesta .

La suya, es por lo tanto, una si tuación de crisis igual que la del en fe rmo, con quien c o m p a r t e la condena y la salvación. La única salvación del

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1 daño desde r e r el áisfra-io del d, la ión de

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médico se encuen t ra en el e n f e r m o que le pide se r salvado.

Conseguirá s a lva r se sólo cuando ap renda , de corazón, a a s u m i r su defensa , a e s t a r a su lado en la lucha por los derechos de su sa lud y de su vida, cuando pueda r e h a c e r con él una ciencia a su medi-da y una medic ina a su servicio, cuando apoye a las

c lases explotadas contra las c lases dir igentes y al t r aba jo contra el capital .

La medic ina del capital habrá de jado de exist ir el día que los médicos comprendan la profunda politi-zación y la potencialidad l iberadora de su t r aba jo .

Y junto con ella, de ja rá de existir t ambién , un Colegio de Médicos corno éste, un Pres iden te como usted y el recuerdo de a m b o s . *

Notas (1) E n c o n t r a m o s una buena descripción de los hechos en A. Antonovsky, Social c la s s , l i fe expec tancy and overal l mortal i-ty, Milgank Memorial Fund Quarterly; vol. XLV, 1967, pág inas 31-73.

(2) "... P o d e m o s i lustrar nuestra a f i rmac ión recordando lo que sucedió cuando un transat lánt ico de lujo, el Titanio, a prueba de hundimientos , chocó contra un iceberg durante su viaje inaugural en 1912. E n esa catás trofe , la c l a s e social de cada pasa jero fue uno de los fac tores que determinaron quienes iban a morir a h o g a d o s y quienes iban a sobrevivir . La lista of ic ial de las v í c t i m a s demostró , que sobre un total de 143 pasajeros de pr imera c lase , sólo murieron cuatro de los •cuales tres habían e leg ido vo luntar iamente quedarse a bordo). Entre las p a s a j e r a s de segunda c lase , las v i c t imas fueron 15 sobre un total de 93 y en tercera murieron 81 m u j e r e s sobre un total de 179. Los p a s a j e r o s de tercera c la se recibieron la orden de quedarse bajo cubierta y en a lgunos c a s o s es ta orden se hizo cumplir bajo a m e n a z a a r m a d a " . (W. Lord. A. night to r e m e m b e r , H. Holt and Co. New Yor, 1955, pág. 107 c i tado por A. B. Hol l ingshead y F.C. Redl ich, Clases soc ia les y en ferme-dades m e n t a l e s , Einaudi , Turín, 1965, pág. 12).

(3) C. V. Chapín, Deaths a m o n g taxpayers and non-tax-payers, I n c o m e Tax, Prov idence , 1865, en A m e r i c a n Journal of Publica Health.

(4) S. B. R o w n u e e , P o v e r t y and P r o g r e s s : a second social survey of York, Longmans , Green and Co, Londres, 1941.

(5) S.D. Collins E c o n o m i c Status and Ilealth, U.S. Government Printign Off ice , Washington, 1927.

(6) Cfr. A. Antonovsky, op. cit.

(7) Por e jemplo , s o l a m e n t e en el c a m p o literario, la deuda de E. Zola con C. Bernard e s a p e n a s una de las pocas reconocidas , entre las m u c h a s contraídas .

(8) Cfr. G.A. M a c c a c a r o , Prólogo de la edición ital iana de M.H.

(9) J. Bryant , Health and the deve loping world, Comel l Uni-versity P r e s , I thaca, 1969.

(10) D . ü . Kutstein, The co in ingrevo lut ion in medice ine , M.I.T. Press C a m b r i d g e 1967.

(11) M. R o s e n h e i m , Health in te world of tomorrow, en The Lancet, 19 pág. 821.

(12) K. M a r x Introducción General a la crít ica de la economía política, La Nuova Italia. R o m a 1969-70 pág. 593 (Siglo XXI)

(13) E. Schiavuta, Investigación científ ica y desarrol lo capi-talista en Contropiano, 1970 pág. 285.

(14) Official records of the world health organizat ion, número 177, 1969, y Chronicle of the world health organizat ion, vol XXIII, 1969 pág. 513.

(15) Editorial de The Lancet, 21 de Marzo de 1970, pág. 598.

(16) M. Gaglio, Medicina y Ganancia Editorial Sapero, Milán 1971.

(17) A. B. Holl ingshead y F.C. Redlich, op. cit. pág. 205.

(18) A. B. Holl ingshead y F.C. Redlich, op. cit. pág. 206.

(19) A.B. Holl ingshead y F.C. Redlcih op. cit. pág. 215.

(20) J. C l e m m e s e n , Statistical Studies in Aetiology of Malig-nan! Neoplasin, Munksgaard, Copenhague, 1904.

(21) 11 Manif iesto 22 de junio de 1972, pág. 3.

(22) A. Antonovsky, Social c lass and the major card iovascu lar d i seases , Journal of Chronic Diseases , vol XXI, 1968, pgs . 65-106.

(23) G. Bowlinguer. Medicina del trabajo, en La salud en la fábrica. Edic iones Italia U.R.S.S. Roma, 1972, pág. 32.

(24) En II Giorno, del 10 de abril de 1969, en la pág. 4 dice que el m i s m o pres idente del Inail ha declarado a la agenc ia Italia que, el f e n ó m e n o (un mil lón y medio de c a s o s en un año, un muerto por cada hora laboral, un herido cada s e i s segundos) adquiere las d imens iones de una guerra.

.(25) H. Terzian, comunicac ión personal.

(26) Si no está vonencido (y aun si lo e s tá ) lea uno de los me-jores libros de 1972: D. Pacino, La confusión eco lóg ica . Einaudi , Turín.

(27) V. Porta y G. Calderini, Investigación médico-soc ia l de la tentativa de suicidio, en Suicidio e intento d e suicidio en Ital ia , Giufl'ré, Milán 1967.

(28) V. Porta y Calderini, op. cit. pags. 221 y 254.

(29) M. Cervi, Invest igación sobre los hospitales , en el Corriere della sera, enero- marzo 1969.

(30) Es te libro, pág. 7.

(31) G. A. Maccacaro, Problemas de la medic ina prevent iva , en "A.B.c .d .e ." vol. VI, 1971, pág. 259.

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Un hospital que el enemigo denomina Bach Mai

El 2 de enero, un vocero del Pentágono confirmó que "algún daño limitado había sido causado accidentalmente a un hospital que el enemigo denomina Bach Mai". Un decano asociado de la Yale U n i v e r s i t y D i v i n i t y Schoo l declaró, al regresar de Hanoi, que "De acuerdo a los standards que conozco, el hospital fue destruido" (A. Ripley, New York Times, miercoles 3 de enero de 197:¡, página .1). El profesor de ra-diología d e H a r v a r d Medical School, doctor Morris Simón, esta-ba en Hanoi en 1972 y visitó el Bach Mai: su descripción del hospital apareció en una carta que envió al Boston Globe, 5 de enero de 1973, página 15.

"Visité el Hospital Bach Mai de Hanoi el 9 de octubre de 1972 como integrante de una comisión inves-tigadora médica norteamericana a Vietnam del Norte. Es el hospital escuela m á s grande de Vietnam, con una capacidad de 1150 camas, c o m p a r a b l e en t a m a ñ o y en f u n c i o n e s a l M a s s a c h u s e t t s General Hospital. Consiste en una serie de edificios de tres o cuatro pisos, interconectados, que ocupan una vasta area, separados uno de otros por jardines y prados. Se t ra ta de un hito geográfico muy bien definido y perfectamente conocido, fácilmente discernible desde el aire o desde tierra. Fundado en 1934, representa un triunfo de la medicina vietnamita, ya que alcanzó las dimensiones actuales partiendo de un hospital de 150 camas heredado de los

f ranceses en 1954. Sus pacientes y sus médicos son enteramente ci-viles. Sirve como centro de re-ferencia para los casos complica-dos de todo el país. Como los hospitales escuelas de los Estados Unidos , e s t á subd iv id ido de acuerdo a especialidades médicas y tipos de enfermedad.

"Tiene 350 camas para medicina interna, 100 camas para enferme-dades infecciosas y 60 c a m a s para psiquiatría.

La sección quirúrgica incluye divisiones de neorocirugía, cirugía ortopédica y cirugía abdominal. Visitamos también un ala pediá-t r ica con 110 c a m a s . E x i s t e también un servicio de obstetricia muy concurrido.

"El hospital esta dedicado a me-dicina interna, investigación y enseñanza. Su personal incluye mas de 100 personas con de-dicación exclusiva, entre ellos muchos de los profesores e inves-t i gado re s de la E s c u e l a de Medicina. La mayoría de éstos ha-bían sido formados en Hanoi durante los últimos 25 años. Alre-dedor de 800 estudiantes y residen-tes t r aba ja en el hospital en cualquier época del año. El hospi-tal tiene también laboratorios de investigación básica, siendo es-pecialmente notables los de hema-tología y los de cardiopat ías congénitas.

"Después de hablar con un grupo de profesionales sobre pro-blemas médicos en general y de su i m p r e s i o n a n t e é x i t o en la eliminación de enfermedades que

antes plagaban al país, el doctor Nguyen Dai, director asociado del hospital y vicepresidente de la Asociación Médica Vietnamita, y el doctor Dang Van Chung, Pro-fesor de Medicina y jefe de car-diología, nos llevaron a recorrer la totalidad del hospital. Desde un punto de vista puramente pro-fesional y científico, estos médicos y su hospital constituían un espec-táculo impresionante. A pesar de las obvias dificultades c readas por una guerra prolongada y la falta de recursos tecnológicos, moder-nos, habían conseguido un nivel muy alto de asistencia. No solo estaban al tanto y familiarizados con los últimos conceptos de la medicina,sino que se most raban ans io sos por d i s c u t i r nuevos métodos terapéuticos.Lo m á s no-table es que no cen t raban su in-terés en la medicina de guerra.Los p a c i e n t e s c o n e n f e r m e d a d e s crónicas y problema de rehabili-tación habian sido evacuados al campo de modo que el hospital concentraba casos con enferme-d a d e s a g u d a s y d e r á p i d a e v o l u c i ó n , i n c l u y e n d o el t r a -tamiento de civiles heridos de guerra .Las c a m a s pediátr icas en p a r t i c u l a r c o n -tenian muchos chicos heridos por bombas, algunos por perdigones cúbicos de 5 mil ímetros de ar is tas diseminados por todo el cuerpo, a pesar de nuest ras declaraciones de que no se es taban usando a rmas . antipersonal. Nosotros pudimos examinar esos pacientes y vimos sus r a d i o g r a f í a s " . *

46 f

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Humor nuevo

Julio Moreno

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2—

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La división de los rectángulos

Juegos matemáticos Manuel Risueño

En el Metegol N° 17, apa rec ido en el número an te r io r de CIENCIA NUEVA, se expuso un p rob lema basado en la división " p r i m a r i a " de los rec tángulos . P a r a def inir la , se señaló que la m a y o r í a de los lo-tes de t e r reno t ienen f o r m a rec-tangular y se subdividen en por-ciones menores , t ambién rec tan-gulares. Si un rec tángulo se divide en dos, a l ve r un croquis del terreno, no c a b r á duda que sólo hubo una división, pero si se le di-vide en t res , lo que puede hace r se de dos f o r m a s e s e n c i a l m e n t e , distintas (ver la f igura 1) ; es im-posible s a b e r si p r i m e r o el lote se dividió en sólo dos pa r t e s y luego una de és tas se subdivió, o si toda la división en t res p a r t e s se hizo en una sola vez. P o r eso a la división en dos p a r t e s se le l l ama " p r i m a r i a " y a la división en t res no.

En el c i tado Metegol se señaló también que no hab ía división pr imaria de un rec tángulo en t res , cuatro o seis pa r t e s , pero sí en cualquier o t ro n ú m e r o y se pidió dar las d imensiones e x a c t a s de las divisiones p r i m a r i a s de un cua-drado con los lados iguales a la unidad, cuando és te es subdividido en 5, 7 u 8 p a r t e s iguales .

La división p r i m a r i a en cinco partes es sólo posible en la f o r m a indicada en la f i gu ra 2; si se desea que las cinco p a r t e s sean iguales, el cuadrado cen t ra l d e b e r á tener una superf ic ie igual a 1 / 5 (puesto que al lote or ig inal se le supone un cuadrado con lados igua les , a la unidad, o sea , con una superf ic ie de i ) ; si l l a m a m o s x a su lado,

tenemos x2 = 1 / 5 y x = V 1/5. Es fácil de t e rmina r que los cua t ro rec tángulos debe rán tener lados iguales a

(5 + V 5)/10 y a (5 - V 5V10. El producto de es tas dos c i f ras ,

equivalente al á r e a de cada rec-tángulo, da 1 /5 y su s u m a da 1, como corresponde.

P a r a la subdivisión p r i m a r i a en siete pa r tes hay dos posibilidades, indicadas en la f igura 3. Es relati-v a m e n t e fáci l demos t r a r que los siete rectángulos de la p r imera subdivisión indicada no pueden ser todos iguales. E n la segunda subdivis ión ,s i . tomamos ai = x , se obtiene de inmediato, ya que todos los r e c t á n g u l o s d e b e n t e n e r superf ic ie 1/7, que bx = l ' / t x j

suces ivamen te se obtendrá

a 2 = 1 — x, ba

b3 = 1 - ba = 1

6 — 7 x 7 ( 1 - x )

1 - x 7(1 - x)

a 3 6 - 7x

b 4 = 1 b x = 1

7x - 1

7x a.t

7x x

a5 — at — a* -- x —

7x — 1 x

7x — 1 ~

x(7x - 2)

7x - 1 7x —- 1

7x(7x - 2)

h _ h u _ I * ' 1

b<¡ - b4 — b.T — — — 7x

7X _ 1 (7x — 1) (7x - 3)

7x(7x — 2) 7x (7x — 2)

x (7x — 2)

(7x — 1 ) (7x — 3)

Pero como a3 + a4 + a 0 = 1,

se obtiene la ecuación

aQ

+ 6 — 7 x 7x-

+

+ x (7x — 2)

(7x — 1) (7x — 3)

7(1 — x) ' 1

que ordenada y s impl i f icada , nos da la ecuación.

196x8 — 294x2 + 128x — 15 = 0. Es ta cúbica tiene t res r a i c e s

reales 1 x = 1/2, x = (7 — V I»)/14 y|x =• (7 + "V 19)/14. De e s t a s t r es ra íces la p r i m e r a d e b e d e s e -c h a r s e porque lleva a

a* =• a2 y bi = b2 y la división no sería • p r i m a r i a , y la segunda también, porque l leva a un valor negativo pa ra be. E n consecuencia, sólo la t e rce ra ra íz lleva a la solución del p rob lema , esquemat izada en la f igura 4. E s t a , solución se debe a l m a t e m á t i c o polaco Dr. J . Mikusinski.

Finalmente , pa r a la subdivisión p r imar i a en ocho p a r t e s , hay cua-tro soluciones posibles (ve r la f igura 5), pero sólo la p r i m e r a y la úl t ima pueden tener los ocho rectángulos de igual super f ic ie . Cálculos s imi lares a los indicados pa ra el caso de la división en s iete par tes , pero mucho m á s s imples ,

49

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± ( 7 + ^ 9 ) 4 - Í P - / Í 9 ) 4

i (7-/19^

± (7 + / 1 9 )

Kigura I

) - L ( / Í 9 + 1) 15

l o T*

l |

s <

< i

Figura 4

i (8+/Ü")

A 21

¿ (8 - / Í9 )

Figura 2

b i b .

Figura ;¡

Figura 5

llevan a las dos soluciones indica-das en la figura 6.

Probar que no hay divisiones pr imar ias en 3 y en 4 partes es sumamente fácil; probar que no la hay en 6 par tes requiere buenas técnicas de análisis combinatorio y entendemos que la pr imera demostración fue dada por un pro-fesor polaco, el Dr. Ryll-Nard-zewski. Quien experimente con di-visiones en más de 8 partes, verá que el número de diseños posibles crece rápidamente, lo que permite i n t u i t i v a m e n t e a s e g u r a r que s i e m p r e e x i s t e n d i v i s i o n e s pr imar ias en un número de partes superior a 6. Es fácil idear un p r o c e d i m i e n t o e m p í r i c o p a r a pasa r de una división en n partes a una división en n + 1 partes. Recuérdese, eso sí, que no basta con subdividir en dos un rectán-

gulo de la solución para n par tes , porque en tal caso la división en n + 1 partes resultante, evidentemente no sería pr imar ia .

Todo este problema y las re-flexiones que anteceden están tomados de un libro del profesor Hugo Steinhaus (1), más conocido por su magnífica obra "Mathema-tical Snapshots" (2). Ambos tra-bajos del Dr. Steinhaus son de muy interesante lectura para todos los que se interesen por las ma temá-ticas y no se limitan, ni mucho menos, a su aspecto recreat ivo.

Resulta interesante relacionar este problema con el de las pare-des sólidas a que nos refer imos en el pr imer artículo de esta serie (3). Allí hablábamos de "la-drillos" que tenían la forma ma-temática de un dominó, es decir, que eran rectángulos de un largo

igual al doble de su ancho y tra-tábamos de fo rmar paredes "sóli-das" , es decir, en que no hubiera una línea recta que a t r avesa ra la pared de borde a borde, lo que po-día considerarse una debilidad. Análogamente, si en la división de un terreno rec tangular en lotes también rectangulares , hubiere una línea recta que fuera de un borde al otro, resul tar ía evidente que no puede t r a t a r se de una di-(1) One hundred problems in e lementary mathemat i c s . Bas i c Books, N e w York, 1964. (2) La segunda edición fue publicada por Oxford Univers i ty Pres s , N e w York, en 1950; la tercera, rev i sada y aumentada, por la m i s m a f i rma en 1960. P a r a dar una idea del a l c a n c e de la ampl iac ión, se-ña lamos que mientras la segunda edición tenía 293 notas bibl iográf icas , la nueva tiene 364. (3) CIENCIA N U E V A , N° 1, pp. 20-23..

50

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8

3-V3"

3 l / T 6

3-/3"

_L 4

3 - /3* 8

6 - ^ 6 " 10

1 2 _ /3"

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1 2

3+yT 6

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/z 4

T

3-/3" 6

6 - / 6 " 20

4 - t f T 8

24 24

10 j £ 1 0

6 - # 12

4 - / 6 * 10

6 ^ 6 " 20

12

12

Figura (i

visión p r i m a r i a del rec tángulo , por cuanto a a m b o s lados de es ta línea r e c t a q u e d a r í a n dos rec tán-gulos y se p r e s e n t a r í a , por lo tanto, la d u d a si no hubo p r imero una división en es tos dos rec tán-gulos y sólo pos t e r i o rmen te se hubiera l legado a la división que se considera .

Una ref lex ión nos convencerá , sin emba rgo , q u e allí t e rmina la s eme janza e n t r e p a r e d e s sól idas y r e c t á n g u l o s d i v i d i d o s p r i -m a r i a m e n t e . La neces idad de que todos los r ec tángu los tengan una proporc ión f i j a e n t r e sus lados (2 a 1) en el c a s o de las pa r edes sólidas, obl iga a colocar en al-gunos l u g a r e s un p a r de estos rec tángulos , f o r m a n d o un cuad ra -do, con lo cual n u e v a m e n t e de ja de t r a t a r s e de una división pri-mar ia , ya que e s t e c u a d r a d o ha surgido de una división an te r io r y luego h a b e r s e subdividido.

Eleusis La regla u t i l izada en el juego de

Eleusis dado c o m o e j e m p l o en el número an t e r i o r , es la s iguiente: "Debe j u g a r s e t rébol o d i a m a n t e si la c a r t a supe r io r de la pila es p a r ; corazón o pique, si es i m p a r " . Pueden f o r m u l a r s e o t r a s reg las : varios co r r e sponsa l e s y en t re ellos, el señor F e d e r i c o F ink , de Buenos Aires, sug i r i e ron la s iguiente: "Debe j u g a r s e una c a r t a que di-f ie ra en va lor d e la super io r de la

p i l a " . Si bien es ta r eg l a es co r r ec t a en el e j emplo , no jus t i f i ca por qué las c a r t a s e s t án en un orden mucho m á s es t r ic to , como es el exp re sado por la p r i m e r a r eg la ; en la p r á c t i c a sólo ser ía posible si los jugadores , t r a t a n d o de seguir dicha p r i m e r a r eg l a , no hubieran, por casua l idad , j ugado ninguna c a r t a de igual valor que lá p receden te . Cuando se juegue Eleusis en la p r á c t i c a , las c a r t a s r e chazadas dan una g r a n ayuda pa ra decidir en t r e dos hipótes is posibles.

P e r o una regla suge r ida por el Sr. Gr iscom, de Nueva York , y a lgunas o t r a s aná logas , d ieron origen a una ref lexión m u y in-te resan te de Mar t in G a r d n e r . Es t a regla se r e f e r í a so l amen te a l valor de las c a r t a s , a sumiendo q u e el a s , como super ior al rey , t iene un valor de 14 y que no se podía consi-d e r a r que el dos seguía nue-v a m e n t e a l as . La r eg la e r a la s iguiente: " D e b e j u g a r s e una c a r t a que d i f iera en va lor de la super ior d e la pi la , pe ro si s e continúa en el m i s m o o rden ascen-dente o descenden te de la j u g a d a an ter ior , la d i f e renc ia e n t r e la nueva c a r t a y la an te r io r , d e b e se r m a y o r que en t re és ta y la prece-dente ; si no f u e r a posible u n a di-fe renc ia m a y o r , és ta debe tener e x a c t a m e n t e un va lo r de 1" . La regla es c o r r e c t a , pero compl ica-da, y con un a g r e g a d o p a r a t o m a r en cuenta un caso espec ia l .

Al respec to c o m e n t a G a r d n e r :

" E s i m p o r t a n t e d a r s e c u e n t a que c u a n d o se r ea l i za una inves-t i g a c i ó n c i e n t í f i c a s e p u e d e n f o r m u l a r m u c h a s hipótes is p a r a e x p l i c a r un c o n j u n t o d e f enómenos y e s t a s r e g l a s s i e m p r e pueden " p a r c h a r s e " , por a s í dec i r lo , p a r a h a c e r e n c a j a r un n u e v o f e n ó m e n o que las c o n t r a d i c e en su f o r m a p r i m i t i v a . P o r e j e m p l o , suponiendo que f u e r a c o r r e c t a la r eg l a de G r i s c o m y a lgu ien j u g a r a el 8 de d i a m a n t e s s o b r e el 8 de t rébol ( juego p e r m i t i d o con la r e g l a c o r r e c t a d a d a al comienzo) , s i e m p r e se podr ía s a l v a r la r eg la d ic iendo que el 8 d e d i a m a n t e s es una c a r t a excepc iona l que se p u e d e j u g a r en todo m o m e n t o . M u c h a s h ipótes i s c i en t í f i ca s (por e j e m p l o , del mode lo to lomeico del un ive r so ) han s ido e l a b o r a d a s h a s t a u n g r a d o i n c r e í b l e d e compl i cac ión p a r a a c o m o d a r nue-vos hechos moles tos , a n t e s de ce-d e r su l u g a r a una h ipótes is m u c h o m á s s i m p l e " .

Y G a r d n e r t e r m i n a con es t a s e n s a t a o b s e r v a c i ó n : "Todo es to o r ig ina dos p r o f u n d a s p r e g u n t a s e n la f i losofía de la c i enc i a : ¿ P o r qué es la h ipó tes i s m á s s i m p l e la m e j o r ? ¿Cómo p u e d e de-f i n i r s e " s i m p l i c i d a d " ?

A " p e s a r de l a s ev iden t e s vin-cu lac iones de un j u e g o de c a r t a s c o m o E leus i s con los m é t o d o s c ien t í f i cos , e s t a m o s s e g u r o s que pocos l ec to res h a b r á n p e n s a d o que podr í a l l evar los a p r e g u n t a s de t a n v a s t a t r a scendenc ia . - í r

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Novedades de ciencia y tecnología

1 Sistema de Pavimento móvil

La f i rma británica Dunlop tiene entre manos el perfeccionamiento de un sistema de pavimento móvil que puede acelerar y facilitar considerablemente el transporte de personas en centros de ciudades y zonas urbanas densamente po-bladas. Conocido como Speedway, el sistema puede trasladar hasta alrededor de 30.000 personas por hora sobre distancias medias de 2 a 3 kilómetros, con estaciones intermedias a intervalos de 300 metros.

Basado sobre el sistema Star-glide de la misma compañía, que está en servicio efectivo desde hace más de 8 años, el Speedway se ha convertido ya en una posi-bilidad práct ica gracias al diseño, el perfeccionamiento y la cons-trucción de un prototipo en escala r e a l d e l e q u i p o a c e l e r a d o r denominado Integrator. Se t rata de un c o m p o n e n t e c a p a z de acelerar a los pasajeros que viajan de pie, desde 3 hasta 15 kilómetros por hora sin causarles molestia alguna. Gracias al Integrator, los pasa je ros pasan a una pla taforma de ba ja velocidad, que es acelera-da, sobre corta distancia, hasta la misma velocidad que desarrolla el s i s tema transportador principal.

Una aplicación práctica del Speedway podría consistir en dos s i s t e m a s t r a n s p o r t a d o r e s (uno para cada dirección), totalmente

protegidos contra la intemperie, dotados de calefacción y ven-tilación y montados estructural-mente sobre columnas por encima del nivel de la calle. Los puntos de entrada y salida podrían estar al término de escaleras mecánicas que subirían y bajar ían desde y hasta la calle, con boleterías y puntos de acceso al Speedway. Es-te permitiría construir también calles peatonales, libres de tránsi-to, o conexiones entre complejos de aeropuertos, estaciones ferro-viarias, grandes centros comer-ciales, playas de estacionamiento de varios pisos y bloques de oficinas.

2 Ciudades: Nuevos yacimientos

La Oficina de Investigaciones Geológicas y Mineras (B.R.G.M.) continúa los estudios part iculares sobre los p r o c e d i m i e n t o s q u e p e r m i t a n v o l v e r a e m p l e a r íntegramente los componentes de los residuos urbanos.

Al desarrollar una unidad piloto de tratamiento de estos residuos, el B.R.G.M. responde a un doble deseo:

—proteger el medio ambiente recuperando los desechos de todas clases, cuya descomposición o d i spers ión cons t i t uyen f u e n t e s importantes de polución;

—volver a utilizar y dar valor a estos residuos.

Los resultados obtenidos en el l a b o r a t o r i o de O r l é a n s de l B.R.G.M. permiten yá considerar la explotación industrial del proce-dimiento. En efecto, el t ratamien-to de los residuos debe permitir recuperar , en forma de polvo o de lingotes, metales tan diversos como el hierro, el aluminio o el co-bre, t r ans fo rmar c ier tas escorias

en mater ia les de construcción o en mater ia les aislantes, y f inalmente e l i m i n a r en g r a n p a r t e los desechos de zonas muy urbaniza-das.

Es te aspecto de los t raba jos de laboratorio ab re nuevas perspec-tivas entre las cuales la más in-teresante consiste en considerar las grandes ciudades como nuevos yacimientos mineros.

Los t r a b a j o s a c t u a l e s de l B.R.G.M. se ref ieren al estudio de las posibilidades ofrecidas por las basuras domésticas incineradas en la fábr ica de Ivry, en el suburbio sur de Par í s , que t ra ta cada año 600.000 toneladas de resi-duos y suminis t ra 170.000 tonela-das de escoria y 30.000 toneladas de cenizas.

3 Ensayo de un propulsor eléctrico para satélites

Después de cuatro años de es-t u d i o s , e l C . N . E . S . ( C e n t r o Nacional de Estudios Espaciales) ,

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acaba de e n c a r g a r a la O.N.E.R.A. (Oficina Nacional de Estudios e Investigaciones Aeronáut icas) y al L .E.P. (Labora tor io de Electró-nica y de Fís ica Aplicada) , la realización y los p r imeros ensayos de envejec imiento de una " m a -que ta" (una especie de prototipo en t ie r ra ) de un propulsor iónico completo.

Se t r a t a de un propulsor eléc-trico con ionización de cesio por contacto, solución que el C.N.E.S. había en principio escogido en 1966 para el control de alt i tud de los futuros sa té l i tes nacionales (de 100 a 200 kg) , pero que sigue siendo aprovechable en la ac tual idad pa ra sa té l i tes m á s impor tan tes (de 400 a 800 kg) . E s t e tipo de propulsor t iene la v e n t a j a de que, con una potencia igual, es mucho menos pesado que un s i s tema de control de al t i tud a la h idrac ina . Además , el propulsor a contacto con tamina menos el satél i te que el p r o p u l s o r a b o m b a r d e o , cuyo rendimiento es menor .

4

foil) convencional y as imismo con el vehículo sobre colchón de aire, tipo hovercraf t .

El Hidróptero está pensado, en una p r imera e tapa , como vehículo de comunicación ráp ida : servicio d e g u a r d a c o s t a s , s a l v a t a j e y c o r r e o . P e r o la e x p e r i e n c i a acumulada has ta la fecha permi te prever que, en un plazo relati-v a m e n t e c o r t o , v e r s i o n e s de mayor t amaño y potencia podrán ser util izadas pa ra el t ranspor te de pasa je ros y ca rga sobre distancias cortas .

Hidróptero: con las alas bajo el agua

El Hidroptero H-890 de la Société Aerospat ia le , de F r a n c i a , es el m á s avanzado de los prototipos de naves de a l ta velocidad con sus-tentación a l a r . P e s a 3,7 toneladas y es impulsado por dos motores de turbina de gas Tu rbomeca Mar-boré VI; su velocidad opera t iva es de 90 k i lómetros por hora .

El Hidróptero, que en flotación normal opera como un c a t a m a r á n de dos cascos , ta l como lo mues t r a la fotograf ía , en sustentación a la r apoya sobre t res pa t a s ver t icales que s epa ran los cascos de la superf icie del agua , manteniendo las a las por deba jo de la super-ficie. E s t e s i s tema le pe rmi t e na-vegar sin dificultad, aún en m a r gruesa y es te es el m á s impor tan te adelanto que of rece en com-paración con sus congéneres de p r i m e r a generac ión , como podría ser cons iderado el a l i scafo (hidro-

5 Una vacuna contra la gripe

Bajo la dirección del profesor Claude Hannoun, un equipo de i n v e s t i g a d o r e s d e l I n s t i t u t o P a s t e u r a c a b a de poner a punto una vacuna revolucionaria contra la gripe, la cual pe rmi t i rá pro-teger , de modo eficaz y duran te cinco años, a todas las personas vacunadas , cualquiera que fue re la fo rma viral de es ta enfermedad.

E l v i r u s g r i p a l , s a b i d o es , p resenta en efecto una part iculari-dad : se modifica sin cesar , cambia de ca rac te r í s t i cas , de personali-dad renovándose comple tamente

cada diez o quince años, lo que hacía que, hasta la fecha , todas las vacunas eran más o menos poco eficaces. Dicho de otro modo, una vacuna preparada a par t i r de un caldo de cultivo v i ra l de te rminado no tiene p rác t i camente ningún po-der activo cuando se comercial iza . En efecto, tiene un re t raso de un año respecto a la epidemia .

Tal es la razón por la que el pro-fesor Hannoun y su equipo es-t imaron que tenía que t r a t a r de preverse las epidemias fu tu ras , dentro de lo posible en es ta m a -teria; concre tamente p r e p a r a r , con antelación, las cepas de las fu turas epidemias. E s a s cepas virales, se cultivaron pues "in vi-t ro" en los laboratorios del Insti-tuto Pasteur , en condiciones ex-perimentales. Como lo subrayó el profesor Hannoun, el virus fué aislado y puesto en presencia de anticuerpos. Esta clase de ex-perimentaciones permit ió lograr c e p a s que , en p r i m e r l u g a r , parecían idénticas a las de las epi-demias más recientes y, ul terior-mente, a las cepas epidémicas actuales. De tal modo, que los i n v e s t i g a d o r e s d e l I n s t i t u t o Pas teur pudieron prever los virus que están en actividad has ta ese período. Consecuencia inmedia ta : la vacuna p reparada a par t i r de esos tipos de virus se rán e f icaces contra las epidemias de gr ipe hasta 1973.

El profesor Hannoun se a tuvo a ac la ra r que esa vacuna , en el plano técnico, se había me jo rado notablemente, adquiriendo un gra -do de pureza notable. Lo que p e r m i t e i n y e c t a r dos i s m á s fuer tes y, por consiguiente, m á s eficaces.

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6 Mano artificial programada

Una f i rma británica, proveedora de ext remidades art if iciales para el Servicio Nacional de Sanidad está poniendo a punto una mano y b r a z o e l é c t r i c o s que p o d r í a n usarse como ayuda a los incapaci-tados o p a r a realizar ta reas indus-tr iales sencillas. En la fotografía, el proyect is ta , Mr. D. W. Collins (izquierda) y un técnico t r aba jan en el apa ra to y el minicomputador asociado.

E l c o m p u t a d o r p u e d e s e r p rogramado con los cinco mo-vimientos básicos de la extremi-dad pa ra actuar como autómata repit iendo indefinidamente un proceso. Los movimientos, que también sirven para un minusváli-do, es tán contenidos en una serie de p r o g r a m a s que pueden ser in ter rumpidos o reanudados por un m ú s c u l o que a c c i o n a un microinterruDtor.

El brazo, accionado eléctrica o n e u m á t i c a m e n t e , h a s i d o proyectado de manera que los mo-vimientos sean casi iguales que los del brazo normal y su estado ex-per imenta l actual es el resudado de un estudio profundo de la d inámica de la ext remidad na tural .

7 Microbios bomberos

Hoy ya nadie se acuerda cómo empezó en 1884 a a rder la hulla en la mina Hocking Valley. Se olvi-daron los nombres de los dueños que se a r ru inaron a causa de este incendio. Sólo el fuego continúa a r d i e n d o como a n t e s en el subsuelo, a pesar de los millones d e d ó l a r e s i n v e r t i d o s e n dominarlo. La l lama del subsuelo estal lada casi 80 años a t r á s en el estado de Ohio (USA) ha devorado ya 60 millones de toneladas de hulla. La t ierra sobre el foco del incendio —más de 3 mil hec-táreas— se ha convertido en un desierto. Las casas construidas

*

antaño se han de r rumbado y nadie construyó casas nuevas. E n derre-dor mues t ran sus bocas los em-budos de los hundimientos.

Con t ra el i ncend io no e s t á asegurada ni la mina m á s ideal. " E n la mina no existe lugar que se podría descuidar" , previene el li-bro Incendios mineros . Es to se comprende: todo a l rededor es c a r b ó n , e x c e l e n t e c o m b u s t i b l e , predispuesto, además , a la ig-nición espontánea. Es suficiente de ja r abandonado un montón de carbón de volumen adecuado, asegurar la l legada de a i re f resco y en unos 20 días la t empera tu ra en su interior subirá has ta los críticos 50 grados. Con esto te rmina el período incubador de la oxidación. Entonces la reacción se producirá ráp idamente : cada 10 grados de a u m e n t o de la t e m p e r a t u r a d u p l i c a r á n l a v e l o c i d a d d e reacción. E n muy poco tiempo, la t empera tu ra l legará a 300 grados y el carbón empezará a a rde r .

En las minas existen servicios especiales que tienen a su cargo prevenir los incendios. Su t a r ea es simple: impedir la l legada de a i re

a la hulla. Con este objeto son o b t u r a d a s c o n c e m e n t o l a s menores rendi jas .

Otro método es el de sa lp icar las b ó v e d a s con l á t e x , so luc ión acuát ica de caucho ar t i f ic ia l ; lo apl icaron p r imero los mineros checoslovacos.

Las mon tañas es tán sometidas a cambios ; la presión compr ime las c a p a s r o c o s a s . E s i m p o s i b l e observar todos los cambios y, siendo así, la probabil idad de la autoignición es rea l aun cuando se adopten abso lu tamente todas las medidas .

A principios de siglo fueron descubier tas bac te r i as que gustan el sabroso plato de me tano minero. Lo t r an s fo rman en hidrocarburos m á s pesados y, según opinan al-gunos científicos, contr ibuyen a la formación de yacimientos petrolí-feros.

Los especial is tas del Instituto Minero de Moscú prac t ica ron una serie de exper imentos con los microbios an t imetán icos y ob-tuvieron un buen resul tado.

E n el Inst i tuto de Mecánica Minera de la Academia de Cien-

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cias de Georgia s e abordó es te pro-b lema de o t ro modo. Se resolvió no luchar c o n t r a el metano , sino senc i l l amente c e r r a r l e la sal ida de la capa . Y no sólo a l metano , sino t a m b i é n a l o x í g e n o , p r i n c i p a l culpable de la autoignición. P a r a es to no e r a n e c e s a r i o c r i a r mic roorgan i smos m u y voraces , sino encon t r a r t a l es que en las c o n d i c i o n e s m i n e r a s p u d i e r a n f o r m a r en la super f ic ie del carbón y de la roca una película bas tan te g ruesa y f u e r t e , s e m e j a n t e al l á t e x , p e r o v i v a , c a p a z d e desa r ro l l a r se y, c la ro es tá , bas-tante r á p i d a m e n t e .

Hay que s e ñ a l a r que las con-diciones en las m i n a s son favora-bles a l desar ro l lo de las bac t e r i a s : t e m p e r a t u r a algo super ior a 20 grados , g r a n h u m e d a d , hay oxí-geno p a r a r e s p i r a r y me tano pa ra nutr i rse . Todo es to c rea p a r a los microbios un c l ima uni forme, ca lmo. Los expe r imen tos mos-t r a ron que los mic roo rgan i smos se desar ro l lan n o r m a l m e n t e en las pa redes de los t a jo s . E s ve rdad que la r ap idez del desar ro l lo de ja -ba m u c h o que d e s e a r : el período del a c o m o d o l l e g a b a a t r e s s e m a n a s .

P a r a c r i a r la s tockvacuna —-cultivos pu ros de bac t e r i a s con las p r o p i e d a d e s r e q u e r i d a s — los científicos r e c u r r i e r o n a la técnica de s i e m b r e múl t ip le . Su esencia consiste en que p a r a los nuevos exper imentos los microorganis-mos no se t o m a n del museo , o sea el depósito donde se conservan las s tockvacunas p u r a s , protot ípicas, sino de la colonia en la cual se han man i fe s t ado m á s p l e n a m e n t e las propiedades que neces i ta el inves-t igador.

Los resu l t ados supe ra ron lo e spe rado : l as b a t e r í a s de l género Aspergil lus y Bacil lus, después de una s i e m b r a múlt iple , comen-zaron a a d a p t a r s e a las con-diciones de vida m i n e r a en 2 ó 3 días, en vez de s e m a n a s como antes . E s suf ic ien te sa lp ica r la p a r e d ca rbón ica con la solución l íquida poblada d e microbios p a r a que den t ro de un corto t iempo se f o r m e en el la una película densa de var ios mi l íme t ros que no resu l ta fáci l de a t r a v e s a r has ta con el dedo. L a s bac t e r i a s pene-t ran en todas las r e n d i j a s ; la película p a r e c e e c h a r r a í ces en el espesor de la m a s a carbónica . Y el oxígeno ya no l lega m á s allí. Y no habiendo oxígeno, no hay peligro de autoignición d e la hulla. Y no sólo del c a r b ó n : t a m p o c o la p i r i ta

y ot ros mine ra l e s que sue len en-cende r se e sp o n t án eamen te .

El empleo de bac t e r i a s p a r a luchar cont ra la autoignición f u e reconocido como invento. Se le ha inscrito en el Regis t ro Nacional ba jo el n ú m e r o 272243. Sus au to re s no fo cons ideran , n a t u r a l m e n t e , como una panacea cont ra todos los males . Pe ro el invento de los c i e n t í f i c o s s o v i é t i c o s p r e s e n t a muchas v e n t a j a s y es de acción comple t amen te au tomá t i ca . L a s bac te r i as en l iber tad se ded ican a la obra , que es la esencia de s u vi-da : se mul t ip l ican.Toda nueva rendi ja resul ta i n m e d i a t a m e n t e ob tu rada sin la in tervención del hombre .

V. Demídov ("Znanie -S i la" - APN)

8 Pastillas para esterilización

Se han e laborado en Gran B r e t a -ña t r e s tipos de pas t i l las es ter i l iza-doras p a r a los utensi l ios u sados en la a l imentac ión de bebés , la des t rucción de microbios e n el abas t ec imien to de a g u a y p a r a la higiene en genera l . E n el c a so de los utensil ios p a r a bebés , se utili-zan las pas t i l las e f e rve scen t e s después de h a b e r s e l avado los bi-berones con agua y jabón , como es habi tual . P o r cada 2,25 l i t ros de agua se usa una pas t i l la que se disuelve r á p i d a m e n t e , b r i n d an d o la solución es ter i l izador a c o r r e c t a . Los utensil ios s e s u m e r g e n en é s t a du ran te med ia hora , pe ro pueden d e j a r s e en la solución has t a q u e se los necesi te . L a solución d e b e r á r enova r se c a d a 24 ho ras .

La past i l la p a r a la higiene en genera l es de r á p i d a disolución y puede u s a r s e en t a m b o s , hospi-t a l e s y l u g a r e s p ú b l i c o s . Se disuelve una en 23 l i tros de a g u a , que se utiliza p a r a la l impieza y e s t e r i l i z a c i ó n de t a b l e r o s , a r -mar ios y pisos. P u e d e u s a r s e también en e l lavado de im-plementos de l impieza . Con m e d i a pasti l la en el a g u a de e n j u a g u e se esteri l izan la va j i l la y los cubietos .

E n los e s t a b l e c i m i e n t o s d e campo, e s t a s pas t i l las son adecua-das p a r a des t ru i r los g é r m e n e s de las e n f e r m e d a d e s d e aves de corra l , des in fec ta r suelos, cana le -tas, comederos de a v e s y cerdos ,

así c o m o p a r a la es te r i l izac ión del a g u a s u m i n i s t r a d a a l g a n a d o y el l avado de huevos.

9 Residuos para purificar el agua

¿ L a s a g u a s s e r v i d a s pueden e m p l e a r s e pa ra p u r i f i c a r el a g u a po tab le? Aunque p a r e z c a m e n t i r a , es as í . E l d e s c u b r i m i e n t o fue pro-ducto de un p royec to d e inves-t igación ausp ic iado po r la Organi-zación Mundia l de la Salud. E l obje t ivo consist ía en ha l l a r una m a n e r a de a u m e n t a r el sumin i s t ro d e a g u a p o t a b l e e n p a í s e s desér t icos . Ahora b ien : en t a l e s reg iones suelen ex i s t i r depósi tos de a g u a s potables s u b t e r r á n e a s , pero a menudo r e s u l t a imposible u t i l i zar las en su e s t ado n a t u r a l p a r a el consumo h u m a n o porque c o n t i e n e n c o n c e n t r a c i o n e s d e m a s i a d o e l evadas de sa l e s de a z u f r e . L o s c i e n t í f i c o s de la Organizac ión Mundia l de la Salud descub r i e ron que l a s sa les d e a z u f r e pueden se r e l i m i n a d a s del a g u a , hac iendo p a s a r a és ta por m a t e r i a o r g á n i c a en e s t ado de p u t r e v a c c i ó n , d a d o q u e l o s g é r m e n e s que viven en es ta m a -te r ia de scomponen d i c h a s sa l e s y las conv ie r t en en anh íd r ido sul-furoso . Lo que no se p u e d e de te r -m i n a r todav ía es si s e m e j a n t e p roceso ha de r e s u l t a r v e r d a -d e r a m e n t e económico d e s d e el punto de v is ta de l a s nac iones en v ías d e desar ro l lo , ya q u e p a r a é s t a s m a t e r i a s o r g á n i c a s en es ta -do d e pu t r e f acc ión sue len consti-tuir un val ioso e l e m e n t o fer t i l izan-te, d e modo que qu izás no les r e s u l t e c o n v e n i e n t e u t i l i z a r l a s c o m o a g e n t e p u r i f i c a d o r d e . las a g u a s . P e r o se puede a s e v e r a r que el d e s c u b r i m i e n t o b e n e f i c i a r á a m u c h a s reg iones i ndus t r i a l i z adas , sob re todo aque l l a s que t ienen f á b r i c a s de papel . E n el p roceso de p roducc ión de pape l h a y u n g r a n e x c e d e n t e de a g u a s s e r v i d a s con al to con ten ido d e su l f a to . A r r o j a n -do s i m p l e m e n t e m a t e r i a l o rgán ico de d e s e c h o en e s a s a g u a s , s e l as p u r i f c a d e su c o n t a m i n a c i ó n s u l f u r o s a y se ob t iene n u e v a m e n t e a g u a p u r a que p u e d e s e r e m p l e a d a p a r a c u a l q u i e r o t ro f in. +

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Foro sobre Política Científica L a U n i v e r s i d a d de la

República (Uruguay) reali-zará un Foro sobre Política de Investigación Científica los d ías 30 y 31 de julio y p r imero y 2 de agosto del año en curso, en la ciudad de Montevideo.

E s t e foro —planeado años a t r á s y postergado en var ias o p o r t u n i d a d e s por ac-cidentes muy comunes a la ag i tada vida universi tar ia la t inoamericana— anal izará los problemas de la ciencia en la a c t i v i d a d uni-vers i ta r ia . Los t emas a t ra-t a r comprenden los pro-b l emas ideológicos de la ciencia; las ciencias básicas, apl icadas y tecnológicas; la f o r m a c i ó n d e i n v e s t i -g a d o r e s , la f i n a n c i a c i ó n de l a c i enc i a , la p lan i -f icación de la ciencia, la a y u d a e x t r a n j e r a y la emigración de científicos. P a r a cada tema se han ela-borado relatos que anali-za rán los integrantes del foro.

Los part icipantes del foro a p a r t e de los re la tores e in tegrantes de comisiones

re lac ionadas con la eiencia —comprenden cinco delega-dos designados por cada Facu l t ad y cinco delegados de cada uno de los t r es órdenes universi tarios. Se ha invitado a las organizaciones nacionales no univers i tar ias , e s t r echamen te vinculadas a la ciencia.

Es te foro nació de la necesidad real de f i j a r cri-terios de distribución de recursos pa ra investigación. Hoy puede decirse que su objetivo principal continúa siendo el mismo. E n los últ imos años la Univers idad de la República (única uni-vers idad del país) ha ex-p e r i m e n t a d o un cons i -d e r a b l e d e t e r i o r o econó-mico. Los sueldos docentes o s c i l a n e n t r e 80 y 200 dólares, pa r a el personal de al ta dedicación; las pa r t i da s de gastos se han reducido y han desaparecido, al punto que está en peligro la ad-qu i s i c ión de b i b l i o g r a f í a , mínimo indispensable p a r a c o n s e r v a r un s i s t e m a científico y técnico en el país. Es t a angust ia eco-nómica coloca a la Uni-

ve rs idad en s i tuación de una racional ización e x t r e m a de sus inversiones. P o r o t ra pa r t e , en los úl t imos tiem-pos, el p rob lema se ha agra -vado por posiciones ideo-lógicas de momento . Las posiciones nihil istas, por un lado, la apar ic ión de grupos u n i v e r s i t a r i o s q u e e x i g e n m á x i m a pr ior idad a la ex-tensión un ivers i t a r i a y el re-juvenecimiento de la doc-t r ina de la ayuda e x t r a n j e r a por otro, ha colocado la f inanciación y las priori-dades de la c iencia en si-tuación de p r i m e r a l ínea. No es aven tu r ado suponer que los dos g r andes polos alre-d e d o r d e lo s c u a l e s se de sa r ro l l a r án los deba tes del foro sean : la a l te rna t iva i n v e s t i g a c i ó n | e x t e n s i ó n (con su a l t e rna t iva deri-vada , ciencia bás ica | ciencia apl icada y la a l te rna t iva asfixia¡ ayuda e x t r a n j e r a . E s posible que el desarrol lo d e e s t a s c o n t r a d i c c i o n e s , v i n c u l a d o a d i f e r e n t e s pos tu ras ideológicas en su fondo, oscurezca algunos de los resu l tados que el foro or ig ina lmente persegu ía . ^

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comentarios de libros

Introducción a la estadística matemática

Erwin Kseyszig Ed. Liniusa-Wiley - 505 páginas

Es te libro está dedicado fun-damenta lmente al estudiante que no tiene ningún conocimiento pre-vio ni de probabilidades ni de esta-dística.

Pe ro nos re fe r imos a aquellos estudiantes o profesionales que gustan de la ma temá t i ca y que han seguido un curso de análisis y de á lgebra clásica.

Si no se tienen problemas con esas ma te r i a s se puede decir que el nivel utilizado es completamen-te elemental .

Algunas pocas formulaciones ma temát i cas re la t ivamente m á s engorrosas son regis t radas como anexo.

P u e d e s e r v i r p e r f e c t a m e n t e como libro de texto pa ra un curso de iniciación, a físicos, matemá-ticos o ingenieros.

Quizás resul te algo dificultoso y pesado pa r a un p r imer curso de-dicado a estudiantes de Ciencias Económicas .

En cambio no sirve para es-tudiantes de otras especialidades como Sociología o Psicología, que en la Argentina no se destacan prec isamente por su simpatía a la matemát ica .

E s t e l i b ro ha s ido e sc r i t o recientemente. La versión inglesa es de 1970. Pero no sigue la tenden-cia de los últimos años de incor-porar a la enseñanza de probabili-dades y estadíst ica cada vez más elementos de á lgebra moderna y a una presentación axiomática de los diferentes t emas (en especial.

el cálculo de probabilidades). En c u a n t o a la p r e s e n t a c i ó n y desarrollo de los temas, no tiene nada de original.

Sigue un e s q u e m a que po-dríamos l lamar clásico en las obras de estadística y que abunda por demás en la bibliografía in-glesa. Pero en castellano, textos de este tipo son todavía muy es-casos, de manera que es útil contar con libros como éste.

Tiene muchos ejemplos y una gran cantidad de problemas con las respuestas de los de número impar .

La traducción ha sido realizada en México y aporta modismos o p a l a b r a s de sconoc idas en la Argentina. Se habla por ejemplo de monedas o dados " legales" (en l u g a r de e q u i l i b r a d o s ) o de "chícharos" amari l los o verdes usados por Mendel en sus estudios genéticos (que se supone que de-ben ser porotos, a rve jas o algo parecido).

Consta de t res par tes : — Estadíst ica Descriptiva (26

páginas) — Teoría de las Probabilidades

(116 páginas) — Inferencia Estadísti a (254

páginas) Aparecen todos los temas que

uno espera encontrar en un libro de estadística general, m á s al-gunos que no s iempre se incluyen como control de calidad, método paramétr ico y elementos de la teoría de decisiones.

Sumario; Capítulo 1. Introduc-ción-Parte I Estadíst ica Descrip-tiva. Capítulo 2. Distribución de f r e c u e n c i a s de una m u e s t r a .

Capítulo 3. Media y variancia de una muestra. P a r t e II Teoría de P r o b a b i l i d a d e s . C a p í t u l o 4. Conceptos fundamentales Capítulo 5. Distribución de probabilida-des. Capítulo 6. Media, variancia y sesgo de una distribución. Capítulo 7. Distribuciones discretas es-peciales. Capítulo 8. Distribución normal. Capítulo 9. Distribuciones de probabilidades de var ias baria-bles aleatorias. Capítulo 10. Distri-buciones usadas en pruebas. Pa r t e I I I I n f e r e n c i a E s t a d í s t i c a . C a p í t u l o 11. E s t i m a c i ó n de parámetros. Capítulo 12. Inter-valos de confianza. Capítulo 13. Pruebas de hipótesis. Capítulo 14. Control de calidad y muestreo de aceptación. Capítulo 15. P ruebas para funciones de distribución (bondad de ajuste) Capítulo 16. Análisis de-variancia. Capítulo 17. Pa re j a s de mediciones. Análisis de represión. Capítulo 18. Análisis de correlación. Capítulo 19. E r ro r e s de medición. Capítulo 20. Métodos no p a r a m é t r i c o s . Cap í tu lo 21. Funciones de decisión. APéndice l : O b s e r v a c i o n e s a d i c i o n a l e s y demos t r ac iones . Apénd ice 2: Respuestas a los problemas de n ú m e r o i m p a r . Apénd ice 3: Referencias. Apéndice 4: Tablas . Indice.

P r o c e s o a la e x p l o t a c i ó n y a la r e p r e s i ó n en la Argen t ina Foro de Buenos Aires por la Vigencia de los Derechos Humanos Buenos Aires, M)7;í

El Foro de Buenos Aires por la V i g e n c i a de l o s D e r e c h o s Humanos, acaba d e editar un libro que corrobora en un acto m á s el

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proyecto de denuncia que propuso desde su creación, en 1971.

En el Proceso a la explotación y a la represión en la Argentina el F o r o s e propuso o r d e n a r y publicar las noticias y los resulta-dos de las tareas de investigación y denunc ia s que n u m e r o s a s agrupaciones políticas y populares d i e r o n a c o n o c e r d e s d e el comienzo de la autodenominada " R e v o l u c i ó n A r g e n t i n a " , i n i c i a n d o e n t o n c e s e s t e PROCESO.

El sumario es el siguiente: Secuestros; Censura contra los m e d i o s d e c o m u n i c a c i ó n ; Vivienda, un derecho negado; La masac re deTrelew; Las cárceles; Carencia y deformaciones en la educación; La salud, privilegio para pocos; La explotación de los t r a b a j a d o r e s ; La legis lación represiva; La represión en las calles; Las villas, vivienda del explotado; La tortura; Las casas de tortura. Cada uno de estos capítulos se complementan con documentos y testimonios vivos de las víctimas del terror, desde los

que vinieron de los que sobrevi-vieron a Trelew hasta los que f o r m u l a r o n los que s u f r i e r o n torturas físicas.

"La experiencia de que se t ra ta —se explica en el Prólogo— es algo así como el descenso a los infier-nos que ha vivido la sociedad a r g e n t i n a los ú l t imos a ñ o s ; marcada por el horror de formas inhumanas de trato y de relación, lo que podemos l lamar la "socie-dad argent ina" se ha contemplado a sí misma con un asombro sin límites y ha tenido que hacerse cargo de una fisonomía que no se puede asumir : la tortura sobre seres humanos, la desaparición de personas, el perfeccionamiento de un aparato represivo que es como el auterreconocimiento que hace un sistema tembloroso y en plena estrategia defensiva y desespera-da" .

Más adelante a f i rma : "Salimos de la lectura de los documentos que dan cuenta del horror conven-cidos de que no podremos volver atrás. Pero también maduros y curtidos. Es necesario que todos

reflexionemos sobre lo que ha pasado y que, de alguna manera , nos hagamos cargo de los tortura-dos, de los muertos, de los que no han dejado de t rás de sí ni siquiera su cadaver , de los que no han podi-do hablar , de los que no podrán tocar más a sus muje res ni a sus hijos, de los que en el instante final de sus vidas tropezaron con una violencia exterminadora de la cual fueron objeto".

El libro Proceso a la explotación y a la represión en la Argentina no se propone solamente most rar las m a r c a s que dejan un sistema social en las cárceles o las mesas de tor turas , el libro constituye t a m b i é n una d e n u n c i a de la opresión: la que se expresa en las villas miserias, en el niño que muere de h a m b r e o el obrero que perece por carencia de normas de seguridad en el t rabajo , etc.

A pesar de que es un "libro n e g r o " — t e r m i n a d ic iendo la presentación— por el hecho mismo de reconocerlo, se c ierra en el momento mismo en que se abre una esperanza para el país.

Libros nuevos

G E N E R A C I O N D E L V A P O R

T o m o II

P r o f . I n g . M a r c e l o M e s n y

Centro d e E s t u d i a n t e s d e Ingen ier ía " L a L í n e a R e c t a " B u e n o s Aires , 1972.

Sumario: Capítulo VII: Hogares d e p e t r ó l e o . C a p í t u l o V I I I : Hogares de gas. Capítulo IX: C a l d e r a s . Capítulo X: Clasi-ficación y descripción de cal-deras. Capítulo XI: Calderas de circulación forzada y especiales. Capítulo XII: El equipo de las calderas.

S I S T E M A N E R V I O S O Y A P R E N D I Z A J E J U A N AZCOAGA

Centro Ed i tor d e A m é r i c a L a t i n a , 1972, 90 páginas.

Sumario: 1. Introducción.2. Méto-do neurofisiológico y exigencias que implica. 3. Contribuciones de Pavlov y su escuela.4. Clasi-ficación de los RC. 5. La inhi-bición.6. El RC instrumental . 7. Investigaciones electrográficas: su importancia.8. Críticas a la doctrina pavloviana: Análisis de éstas. 9. Trascendencia de la

doctrina pavloviana. 10. Inves-t i g a c i o n e s n e u r o f i s i o l ó g i c a s relacionadas con los dispositivos básicos de la act ividad cerebral. 11. R e l a c i o n e s subcó r t i coco r -ticales. 12. Influencias retículocor-ticales. 13. Influencias córticore-ticulares. 14. Sueño: sus fases y t i p o s . 15. H a b i t u a c i ó n . 16. Influencias tálamo-corticales. 17. D ive r sos t ipos de po tenc ia l e s c o r t i c a l e s . 18. Ac t iv idad elec-trográfica en el ser humano. 20. O r i e n t a c i o n e s c o n t e m p o r á n e a s r e l a t i v a s al a p r e n d i z a j e . 21. Algunas escuelas conductistas y

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n e o - c o n d u c t i s t a s . 22. Algunos f e n ó m e n o s p a r t i c u l a r e s en el aprendiza je . 23. La búsqueda de una c o n e x i ó n a r m ó n i c a e n t r e neurofisiología, psicología y pe-dagogía. 24. Glosario. Referencias sobre científicos mencionados en el texto. Referencias bibliográ-ficas.

C I E N C I A S D E LA C O M P U T A C I O N

V o l u m e n II: L e n g u a j e s , t r a d u c t o r e s y a p l i c a c i o n e s

L e ó n P r e s s e r , A l f o n s o F . C á r d e n a s

y . M i g u e l A. M a r í n

Ed i tor ia l L i m u s a - W i l e y S .A.

M é x i c o 1972, 332 p á g i n a s

Sumar io : Prólogo. 1. Lengua jes de programación . 2. Traducción de lenguajes de programación . 3. L e n g u a j e s f o r m a l e s y s u s au tómatas . 4. Simulación digital. 5. Aplicaciones empresa r ia les . 6. Sis temas gerencia les de infor-mación. 7. Inteligencia art if icial . D i c c i o n a r i o I n g l é s - E s p a ñ o l y español-Inglés. Indice.

I N T E R P R E T A C I O N E S Q U E M A T I C A

D E LA N A T U R A L E Z A

G a s t ó n F o n t e c i l l a G.

S a n t i a g o d e Chi le , 1971, 227 p á g i n a s .

S u m a r i o : C a p í t u l o p r i m e r o : P re l iminares . 1. Modelo pa ra una teoría. 2. P r i m e r a suposición. 3. Segunda suposición. 4. Leyes del mundo físico. Capítulo segundo: Los t res g randes procesos na-turales. 1. Los conjuntos bisubs-tanciales. 2. E lementos de la nomencla tura . 3. Mecánica de los conjuntos bisubstanciaíes . 4. Los s i s t emas en correspondencia . 5. Los procesos de causa l idad en el t i e m p o . 5. La p e r m e a b i l i d a d . Capítulo t e rce ro : La causa l idad en el t iempo. 1. Fundamen tos de explotación. 2. La mecán ica de pe rmutac ión empleada . 3. Los grupos imposibles o de f lechas c ruzadas . 4. Los g rupos heterogé-neos y ortodoxos. 5. La percepción sensorial . (3F) . 6. La significación y el t iempo. 7. E l conocimiento y las coo rdenadas del YO. 8. El c o n o c i m i e n t o c i e n t í f i c o . 9. E l e squema 4F. 10. E l e squema 4M. 11, Las acciones psicofísicas (3M). 12 . L a s c o n f i g u r a c i o n e s unicelulares . Capítulo cuar to : Los grupos homogéneos y ortodoxos,

p r imera par te . Interpretación de los objetos físicos no neuronales. 1. El esquema 2. Hacia un esquema unificado. 3. El espacio del YO. 4. El espacio físico. 5. El espacio del filósofo. 5. La energía. 7. El tiempo. 8. La discontinuidad del tiempo. 9. El e squema unificado. 10. Dos puntos de vista en torno al e squema unificado. 11. Limita-c i o n e s al e s q u e m a u n i f i c a d o . 12. Modificaciones al esquema u n i f i c a d o . 13. La i m p o r t a n c i a de los sucesos aleatorios. Capí-tulo quinto: Los grupos homo-g é n e o s y o r t o d o x o s , s e g u n d a p a r t e . I n t e r p r e t a c i ó n de los conjuntos neureonales . 1. Gene-r a l i d a d e s . 2 E l e m e n t o s de l

Comentarios sobre el modelo. 11. G e n e r a l i z a c i ó n de l m o d e l o . Apéndice.

D I B U J O Y D I S E Ñ O

D E I N G E N I E R I A

Edición y recopilación: C.H. J ensen

T r a d u c t o r e s : Dr. A. G ó m e z D a n i e s ,

Dr. M. Vasquez R e y e s

y G. Sánchez Bolívar.

E d . Me Graw Hill , C o l o m b i a 1973,

754 p á g . S a n t i a g o d e Chile 1971,

2 2 7 p á g i n a s .

nuevo esquema. 3. Las dos inter-pretaciones apl icadas al esquema. 4. La nueva coordenada. 5. El esquema STI. 6. La d inámica STI. 7. La búsqueda de una geometr ía . 8. Vagos antecedentes de geome-tría de mult i tudes. 9. Balance de lo t r a t a d o . 10. L a s c o m p o n e n t e s acen tuadas . Capítulo sexto: Los mecan i smos de la corresponden-cia. 1. Los procesos en correspon-dencia. 2. Correspondencia antoló-g i c a . 3. C o r r e s p o n d e n c i a e m -pírica. 4. In terpretación en niveles de conocimiento. 5. La mecánica de la i n t e r p r e t a c i ó n . 6. L a s t rans formaciones químicas . 7. Las interacciones de la física. 8. Los p r o c e s o s a l e a t o r i o s . 9. L o s procesos re t roal imentados . 10. La ley de constancia configurat iva. 11. E l espacio configurado. 12. La interacción en el espacio con-f i g u r a d o . 13. R e g r e s o a la observación de niveles. Capítulo sépt imo: Los mecanismos de la permeabi l idad. 1. Just if icación de la permeabi l idad. 2. El material is-mo, una recia posición esquemá-tica. 3. El reverso del mater ia l is-mo. 4. E lementos de juicio. 5. El sus t ra to del empi r i smo menta l . 6. Equivalencia entre sus t ra to y depósito cósmico. 7. La búsqueda de una clave. 8. Las coordenadas. 9. El nombre de la nueva coor-denada . 10. Otros elementos. 11. P a n o r a m a general de coordena-das. Capítulo octavo: Modelo para el e m p i r i s m o ps ico lóg ico . 1. Esquema y modelo. 2. El sus t ra to polarizado. 3. Vías de conducción en el sus t ra to . 4. Las vías t ransubs tancia les del sustrato. 5. La degradación del psiquismo. 6. L a a c t i v i d a d p s i c o f í s i c a . 7. Dinámica en circuito abierto. 8. La d inámica en circuito cer rado. 9. E jemplo de act ividad pensante . 10.

S u m a r i o : P R I M E R A P A R T E : Convenciones y métodos de dibujo. Capítulo 1: El lenguaje de la in-dustria. Capítulo 2: Artificios de dibujo y práct icas comunes del departamento de dibujo. Capítulo 3: Geometría aplicada. Capítulo 4: Teoría de la descripción de la f o r m a . Capí tu lo 5: A c o t a d o . Capítulo 6: Secciones y conven-ciones. Capítulo 7: Dibujos de tra-bajo. Capítulo 8: Vistas auxil iares. Capí tu lo 9: D i b u j o p i c t ó r i c o . SEGUNDA P A R T E : dispositivos de sujeción y uniones. Capítulo 10: Sujetadores de roscas . Capítulo 11: Tipos varios de elementos mecánicos de fijación. Capítulo 12: Dibujo y diseño de so ldadura . TERCERA P A R T E : Mater ia les y procesos de conformado. Capítulo 13: M e t a l e s . C a p í t u l o 1 4 : Plásticos. Capítulo 15: Procesos de formado.Capítulo 16: Diseño de dispositivos de tal ler y posiciona-dores. Capítulo 17: diseño de tro-queles o dados. CUARTA P A R T E : Transmisión de potencia. Cap' tulo 18: Correas, cadenas y engrana-jes. Capítulo 19: Acoplamientos, f r e n o s , e j e s f l e x i b l e s , t r a n s -misiones de velocidad regulables , reductores de velocidad. Capítulo 20: Cojinetes, lubr icantes y sellos. Capítulo 21: Levas, ar t iculaciones y actuadores. Capítulo 22: Dibujo de s is temas hidráulicos. QUINTA PARTE: Campos especia les de di-bujo. Capítulo 23: Dibujos eléc-tricos. Capítulo 24: Intersecciones ' y desarrollos. Capítulo 25; Dibujos de tuberías. Capítulo 26: Dibujo es t ructural . Capítulo 27: Dibujo arquitectónico. SEXTA P A R T E : Mecánica de mater ia les . Capítulo 28: Mecánica apl icada. Capítulo 29: Resistencia de ma te r i a l e s . SEPTIMA P A R T E : APéndice . *

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Correo del lector

I Ching y ADN. Probablemente Ud. ha oído ha-

blar en estos últimos tiempos del I Ching porque se ha convertido en una especie de juego adivinatorio de múltiple interés. Yo quiero ha-blarle en esta carta de un aspecto desconocido del I Ching o por lo menos, poco frecuentado. Pero, para ello, debo antes introducirlo en la mecánica del I Ching. Toda la c o m p l e j a e s t r u c t u r a de e s t e ins t rumento, por así l lamarlo, se basa muy s implemente en dos signos " m a d r e " . Los chinos l laman a estos dos signos muy s implemente también, " c l a r o " y "oscuro" . Voy a mantener al p r i nc ip io e s t a t e r m i n o l o g í a a pesar de que podríamos reempla-z a r e s tos dos n o m b r e s por s imilares signos algebraicos.

Los chinos sostienen, y con ra-zón, que una imagen vale por mil pa labras de modo que, haciendo gala de un extraordinario poder de síntesis, han graficado estos dos conceptos con la más sencilla de las líneas, la recta :

claro —

oscuro

Así pues, la combinación dos a dos de estos símbolos básicos nos d a r á i n d e f e c t i b l e m e n t e , c u a t r o nuevos símbolos que son la base de la es t ruc tura del I Ching.

P a r a seguir manteniendo la m a n e r a de nomenclatura china, podríamos decir qué el signo " c l a r o " ha dado origen a los signos " m u y c l a ro" y "menos c l a ro" y el signo "oscuro" a "muy oscuro" y "menos oscuro". Por el sencillo expediente de agregar a la pila una nueva línea entera o cor tada a las dos anteriores, ampl iaremos esta ser ie básica de cuatro-signos a ocho que recibirán el nombre de t r i g r a m a s .

Tal vez, en este momento resul te ú t i l r e c o r d a r q u e L e i b n i t z reconoció en el I Ching la fuente de su s is tema de numeración binaria .

La s u p e r p o s i c i ó n de los 8 t r igramas, de dos en dos, nos conduce al total de 64 e x a g r a m a s que, según el I Ching, constituyen la totalidad de las posibilidades que existen, tanto en el cielo como en la t ierra y desde luego, en el hombre. De estos 64 e x a g r a m a s , me apresuro a decirlo, el número de exag ramas perfectos, o sea, los que tienen tres lineas c laras y t r es oscuras, sea cual sea su posición, es de 20.

A esta a l tura de la ca r ta Ud. de-be estar preguntándose a qué conducen todas estas reflexiones. Quiero decir, antes de que la c a r t a vaya al canasto, que si reempla-z a m o s l a n o m e n c l a t u r a " 4 b ig ramas" por "cua t ro bases" si reemplazamos " t r i g r a m a s " por " t r i p l e t a s " , " e x a g r a m a s " p o r "eodones" y "20exagramas perfec-tos" por "20 aminoácidos" proba-blemente Ud. está acercándose a mi intención. En efecto, todo en la es t ruc tura de I Ching apunta a la molécula del ADN.

Y ahora, seguramente ya des-pierto su interés, desear ía ag rega r que el I Ching posee una sólida es t ructura , tanto numera l como espacial, y que esta es t ruc tura nos es conocida. La importancia de esta última af i rmación no es-capará a su criterio.

Por las dudas sobre lo que Ud. piensa de este asunto, quiero recordarle que si Leibnitz hubiese p e n s a d o lo m i s m o , en e s t e momento el hombre no es tar ía en la Luna, mejor dicho, es tar ía en la luna, o bueno, Ud. sabe lo que quiero decir, ref i r iéndome a los s is temas de computación binar ia .

D e s g r a c i a d a m e n t e , m i s conocimientos del ADN y del ARN,

¿ l e , d i j e que en los exag ramas s iempre hay, por lo menos, un b ig rama que se muta en otro cuando t r a smi t e "un m e n s a j e " ? decía que mis conocimientos de biología no son m á s que los de una persona r e l a t ivamen te " leída". Por lo tanto, si alguien estuviese in teresado en ver qué existe de "ap rovechab le" en todo esto, me ofrezco a L E E R en I Ching lo que p u e d a s e r E S C U C H A D O en biólogo.

J u a n José Cussó

Capital.

Psicoanálisis y Construcción

La Dirección de Ciencia Nueva i nv i t a a d i s c u t i r la t écn i ca t e r a p é u t i c a y l a f i l o s o f í a s u b y a c e n t e d e s c r i p t a s e n "Psicoanál is is y repres ión" de la sección Correo del lector del número 23.

Resul ta difícil, a pa r t i r sólo de ese relato, encont ra r los ' términos que posibiliten su discusión desde a b o r d a j e s t é c n i c o s , é t i cos y, fundamen ta lmen te , de la t r ama ideológica subyacente . La dificul-tad reside en la na tura leza de algunos de los hechos anecdóticos re la tados.

Por ello, e n c a r a r é el t ema en dos diferentes niveles: p r imeramente , t r a t a r de de l imi tar las contradic-ciones a p a r e n t e m e n t e implícitas en esos hechos; una vez superado ese obstáculo, t r a t a r de analizar b revemente el sus t ra to ideológico d e d e t e r m i n a d a s a c c i o n e s denominadas te rapéut icas .

I. Aspectos anecdóticos

Hay en el re la to var ios aspectos, en especial dos, que l l aman a re-flexión pese a la adver tenc ia de la Dirección de que no es tá en juego acá la si tuación personal de la lectora .

Se t r a t a dé :

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a ) I n g r e s o a u n g r u p o t e r a p é u t i c o i nc l uyendo en el c o n t r a t o p r ev io , la cond ic ión " a b a n d o n o luego del t e r c e r año...susceptible de denuncia en el ámbito laboral o profesional del paciente. . ."

b) O m i s i ó n d e r e c i b o de honorarios; ausencia de mención de este aspecto en el contrato (erapéutico y /o negativa ulterior del te rapeuta a otorgarlo.

Caben f ren te a estos hechos c o n s i d e r a c i o n e s g e n e r a l e s , con prescindencia del contexto en que puedan haberse dado.

El hecho a) es la negación misma del contrato terapéutico: no hay tal, a menos que el paciente acuda por propia iniciativa y voluntad y que conserve en todo momento el pleno derecho de interrumpir , también por propia iniciativa y voluntad, sean cuales fueren sus motivaciones y sin riesgo de castigo o acción retalia-tiva alguna.

El hecho b) es fáci lmente ubica-ble f rente a la legislación impositi-va vigente, aún en el caso en que estemos en f ranco desacuerdo con la misma y con sus fundamentos (gravación del t r aba jo personal) .

Siendo tan claro e inequívoco el sentido de ambos hechos, cabe preguntarse qué es lo que deter-mina a m á s de un -pac i en t e a aceptarlos inicialmente y luego a prolongar esa aceptación durante años.

Hay en Buenos Aires numerosos p s i q u i a t r a s , p s i c o a n a l i s t a s y psicólogos que, no sólo a t ravés de

' su c o n d u c t a , s i n o p o r s u s publicaciones, conferencias, cáte-dras, etc., dan a conocer clara y p ú b l i c a m e n t e c u á l e s son sus respectivas posiciones sobre los t e m a s f u n d a m e n t a l e s de su quehacer, incluyendo los que acá se consideran y que j a m á s in-currir ían en tales transgresiones, sea cual fuere su orientación doctrinaria.

Habiendo entonces, posibilidad de opción ampl ia (entre varios centenares de te rapeutas) , se plantea un delicado problema de delimitación de responsabilidades de t e rapeu tas y pacientes. E n este caso, la paciente opta por quien le propone un contrato leonino, con posibilidad uni lateral de chan ta je y con ob l igac ión e x p r e s a de complicidad en la infracción a la legislación impositiva.

Un neurótico, pese a sus pa-decimientos, puede y debe plan-tearse la responsabilidad de sus actos, en especial hacia sí mismo. El arduo camino hacia la asunción plena de su ser y de todas sus po-tencialidades, en la medida en que lo permita el contexto, no puede emprenderse si están ausentes:

- deseo y voluntad de cambio ("progreso en su reestructuración psíquica") individual y, correlati-vamente, social.

—asunción de las responsabili-dades hacia sí mismo que esos cambios implican.

Entiendo que debemos asumir c o l e c t i v a m e n t e —y r e p l a n -t e a r l a s — l a s d e t e r m i n a n t e s s o c i a l e s , f u n d a m e n t a l m e n t e ideológicas, que no sólo neurotizan a los individuos, sino que al mismo tiempo t ransforman a muchos terapeutas en instrumentos de los aparatos represivos.

P e r o t a m b i é n en t iendo que j amás habrá tal asunción y tal replanteo colectivos si, simul-táneamente, cada uno de nosotros no a s u m e su p rop ia h i s to r i a personal y sus propias condiciones de inserción social, incluyendo la inserción en grupos de todo tipo, i n c l u y e n d o los de t r a b a j o , recreación, etc., y también los grupos terapéuticos, tengan éstos dos o m á s miembros.

La denuncia es útil, pues l lama a la reflexión y a veces moviliza factores de toma de conciencia. Pero agreguemos a la denuncia la clara noción de que son los mismos pacientes quienes, al complemen-tarizarse con terapeutas iatrogé-nicos y respondiendo a los mismos condicionanates que estos últimos, consolidan la situación denuncia-da.

Terapeuta y paciente no están en veredas enfrentadas, de un lado el opresor y del otro el oprimido; están en una situación compart ida y la responsabilidad de desmontar los mecanismos de esta situación alcanza a ambos (posiblemente en diferente grado, pero no cabe duda que a ambos) . "Somos todos responsables".

II. In f raes t ruc tura Ideológica

Tra t a ré de resumir fuer temente —hasta el esquematismo— al-gunos conceptos que considero básicos y que requieren, para su correcto desarrollo, extensiones

mucho mayores que la de una bre-ve "car ta de lector".

Se ha señalado re i t e radamente en nuestro medio que las pautas de interacción social y su normación —sistema de legitimidad—, son correlato y consecuencia directa , dentro de un sistema de causali-dad circular, de las es t ruc tu ras de poder, vale decir, de las instancias r e a l e s de d e c i s i ó n s o c i a l .

Ellas generan sus propios ins-trumentos de supervivencia: insti-t u c i o n e s , r e g l a m e n t a c i o n e s , pautas educativas, mensa jes de los medios de comunicación de masas, orientación de la inves-tigación científica, definición del conocimiento científico y de los sectores a los cuales alcanza, etc.

Es ya redundante a f i r m a r que, durante toda la historia de nuestro país, las estructuras de poder se dieron a través de grupos minori-tarios, antagónicos de las grandes mayorías, a las que ubicaron en d e t e r m i n a d a s f u n c i o n e s d e agentes de producción y consumo.

Como generadores de las pautas y valores sociales oficiales, estos grupos de poder, como se dijo, e s t a b l e c i e r o n los " C ó d i g o s " oficiales, escribieron la historia oficial, promovieron la cul tura oficial y, fundamentalmente, esta-tuyeron la ciencia y la técnica oficiales, a través de los entes de enseñanza y de socialización a to-dos los niveles. Se aseguraba así que la gran mayoría de los indivi-duos se socializaran siguiendo pautas que aseguraran la supervi-vencia y afianzamiento de las minorías de poder.

Esta relación diádica de com-plementariedad entre ambos polos —que se da tanto a nivel in-tranacional como entre la Nación y los países centrales, en perfecta r e a l i m e n t a c i ó n d i á l e c t i c a — se mantiene a un costo inmenso: a expensas del quebrantamiento de muchos de los recursos vitales de las mayorías. En ot ras pa lab ras : u n a o r g a n i z a c i ó n s o c i a l programada sobre la base de la relación dominantes-dominados exige que el dominado, mediante la educación no sólo en escuelas, sino en las constancias de las interacciones sociales, sea con-ducido a aceptar pautas que que-b r a n t a n o n e u t r a l i z a n t o d a s aquellas, entre sus potencialida-des, que no sirven a la es t ruc tura

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f f

de poder dominante, por creat ivas que ellas fueren.

Como ello se realiza a un costo individual y social muy .grande, surgen diversas variantes.de "ina-dapa tados" , en mayor o menor grado, a quienes se rotula di-versamente , en función del grado de amenaza que su acción signifi-que para la permanencia del s i s tema; contra ellos se ejercen p e r m a n e n t e m e n t e a c c i o n e s represivas de todo tipo y en una ampl ia g a m a que va desde las muy sutiles 'de ciertos ámbitos famil iares , culturales, científicos, etc., hasta la más brutal represión policíaco-militar, pasando por to-dos los grados intermedios del espectro.

La gran mayoría transige y llega a situaciones de falso equili-brio entre las fuerzas represivas — externas e internal izadas-- y las fuerzas creat ivas y vitales, en lo i n d i v i d u a l y en lo s o c i a l ; t ransacción que permite sobrevi-v i r . Son é s t o s los l l a m a d o s "neurót icos" , con diversos grados de conflictos y con más diversos grados de conciencia de esos conflictos, mal l lamados "enfer-medad menta l " .

Los profesionales psiquiatras, psicoanal is tas y psicólogos no son islas dentro del contexto social. En la mayoría de los casos, su punto de p a r t i d a , al c o m e n z a r su f o m a c i ó n p ro f e s iona l , es en-te ramente semejan te al del resto; t r a b a j a n d o p r o l o n g a d a y duramente sobre sí mismos, y consagrando prolongado tiempo y esfuerzo a la práctica teórica, logran desextr icarse parcialmente de la malla de significaciones que, a nivel fundante, estructura la interacción grupal y social, vale decir, logra percibir las con-diciones de producción de lo que todos c o n s i d e r a m o s ' n a t u r a l " , " inamovible" , "propio de la na-t u r a l e z a h u m a n a " , e tc . , v a l e decir, advier te que se trata de pro-ducciones sociales es t r ic tamente condicionadas que podrían ser como son, o de otra manera .

E s t e t r a b a j o d e a u t o e s -clarecimiento, una vez desenca-d e n a d o , d e b e c o n t i n u a r y ac recen ta rse , durante toda la vi-da, sin interrupción; pero, a par t i r de un cierto estadio, se puede comenzar a oficiar de "pa r t e ros" p a r a que otros individuos, otros grupos , desencadenen ,a su vez, su propio proceso de liberación, a

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"contracorr iente" de las pautas de interacción del medio —famil iar , grupal, social— en el que es tán inmersos.

La aparición e instrumentación de estos procesos ve rdade ramen te terapéuticos ha sido lenta y ha sufrido numerosos vaivenes en la historia. En los últimos años, afor tunadamente , es bien percep-tible una intensificación y un reno-vado vigor en estas corrientes. Los grupos P la ta fo rma y Documento, al separa rse de la Asociación P s i c o a n a l í t i c a A r g e n t i n a , la recientemente creada Coordina-d o r a de S a l u d M e n t a l , l a s Asociaciones de Psicólogos del país, la Federación Argentina de Psiquiatras y otros grupos pro-f e s i o n a l e s , h a n e m i t i d o declaraciones y han iniciado ac-ciones y conductas públicas y pri-vadas que no dejan lugar a duda a lguna sob re sus r e s p e c t i v a s posiciones, ideologías, objetivos y medios de acción.

También hemos sido testigos de la tenaz resistencia de ciertos otros grupos de colegas de los anteriores, e incluso de ot ras pro-fesiones, con fuer te r a igambre en el s istema normativo impuesto por minorías dominantes, que siguen siendo fieles —a veces de muy b u e n a fe— i n s t r u m e n t o s de preservación de tal s is tema. Esto no debe sorprender : el objetivo primordial de todos los s is temas es a s e g u r a r sus cond ic iones de supervivencia y de reproducción; los profesionales, en especial los universitarios y los postgraduados reciben largos años de formación específica a esos fines, con gran esfuerzo de su parte , en especial los que han de t r a b a j a r en el terreno de la salud mental , pero también los de ot ras profesiones Y, al cabo de ese período de capaci-tación, son recompensados con si-tuaciones especiales de privilegio social y económico, a condición de ser fieles a las funciones sociales para las cuales han sido p repara -dos. No debe, entonces, sorprender que esa fidelidad se manif ies te a nivel individual e institucional.

Una e m i n e n t e p s i q u i a t r a y psicoanalista de la rga t rayector ia profesional y de profundo com-promiso social dijo alguna vez: "un neurótico sabe y puede sufr i r , no sabe ni puede ser verda-deramente creativo, no sabe ni puede ser agente de cambio, no sa-

be ni puede ser revolucionario". Desde esta perspect iva , no es

sorprendente entonces que esos p r o f e s i o n a l e s q u e se t i tu lan " a p o l í t i c o s " o " p r e s c i n d e n t e s " (en consonancia con las respecti-vas a s o c i a c i o n e s c i e n t í f i c a s o g remia les ) conciban la relación terapéut ica de modo peculiar, entendiendo q u e ' " s a l u d " equivale a "adap tac ión" , manteniendo en lo s a c t o s t e r a p é u t i c o s l as . relaciones dominante-dominado y preservando la intangibilidad de las pau tas de interacción social a su en tender inamovibles o poco menos— en los cambios que procuran (o no) en el paciente. P a r a ellos ser ía válido el prover bio f rancés "plus <ja change et plus ca c 'es t la m é m e chose" . No han de cambia r en tanto el contexto social no cambie .

Todo lo dicho precedentemente en fo rma esquemát i ca (y a veces, a p a r e n t e m e n t e a x i o m á t i c : permi t i r ía concluir que la existen-cia de reductos con concepciom terapéut icas pecul iares como h que, a p r imera vista, parecerían ser las que surgen del relato que sirvió de punto de par t ida , son emergen tes inexorables del actual pautamiento de nuestro s is tema de interacciones sociales.

El corolario nos remit i r ía , en-tonces, a la mi sma f rase que concluyó el p á r r a f o I, "Somos to-dos responsables" , agregando:

En el ac tual momento histórico, signado por fue r tes presiones de cambio social e m a n a d a s de la mayor ía del pueblo, la necesidad de acción es perentor ia e ineludi-ble, la posibilidad de su efectivi-d a d se a v i z o r a e n o r m e m e n t e ac recen tada . Llamémonos , enton-ces, a rep lan tear , tanto nuestra es t ructuración individual como n u e s t r a i n s e r c i ó n s o c i a l ; p rocuremos que sea medíanle acciones ORGANIZADAS, y no a i s l a d a s ; a s u m a m o s n u e s t r o s respectivos roles de agentes indi-viduales y colectivos de cambio, pa ra lo cual deberemos comenzar por no acep ta r el Código de las i n s t i t u c i o n e s s o c i a l e s d e la r e a c c i ó n , i n c l u y e n d o l a s " t e r a p é u t i c a s " del tipo descripto, y por c r e a r nuevos Códigos y nue-vas pau tas de interacción social para la Argentina de 1973.

Beatriz Juffé Buenos Aires

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Madurez nacional

En el N°23 de la revis ta "Ciencia Nueva" en la pág. 49 "Novedades de Ciencia y Tecnología" dan cuenta Uds. de un proceso de " m a d u r a c i ó n r á p i d a " del hor-migón a e fec tos de comproba r por analogía su res is tencia a los 28 días, desar ro l lado por el Labora-torio de Invest igaciones, Carre-teras y T ranspor t e de Gran Breta-ña.

No dudo que a esa e s t imada re-vista e m p e ñ a d a en la defensa de lo n a c i o n a l , a s í c o m o a s u s n u m e r o s o s l e c t o r e s , d e b e in-teresar le pa r t i cu l a rmen te saber , ante la publicación de esa noticia, que en la Repúbl ica Argentina, hay tecnólogos pioneros en inves-tigaciones tendientes a es tablecer m é t o d o s d e p r o n ó s t i c o de la resis tencia del hormigón a los 28 días med ian te ensayos a corto plazo.

En efecto, el t ema se investiga en los laborator ios del Instituto Nacional de Tecnología Industr ia l (INTI) desde mediados de 1965. Desde 1971 f igura en los a rance les del Inst i tuto como ensayo de rutina el pronóst ico de la resisten-cia del c emen to en mor t e ro nor-mal IRAM 1622 (Rubro C 02.01.09) por apl icación del único método conocido has ta la fecha, que fue desarro l lado ín tegramente en los laboratorios del INTI.

El proyecto de Norma IRAM lle-va el N" 1614 y se encuen t ra ac-tualmente en proceso de discusión pública has ta noviembre del año en curso.

La apl icación del método al hormigón se encuen t ra aún en período de "pues t a a punto" en c u a n t o a d e t a l l e s , p e r o f u e presentado en noviembre del año pasado en el Simposio sobre A g l o m e r a n t e s H i d r a ú l i c o s del LEMIT y el in forme correspon-diente fue publicado en el N° 1024 de la rev is ta " L a Ingen ie r í a" de dic iembre úl t imo.

Las publicaciones rea l izadas so-bre el pa r t i cu la r por tecnólogos argentinos vinculados a INTI que i n v e s t i g a n el t e m a son l a s siguientes:

K a t s e f f , E . , " E f e c t o de la prolongación del t iempo de curado acelerado y normal en pas t a s p u r a s de c e m e n t o " . S i m p o s i o LEMIT 1966. Katseff E . , " E x a m e n de pas tas p u r a s de cemento por di-fracción de rayos X. Su aplicación

en el e s t u d i o del d e s a r r o l l o ace le rado de res is tenc ia" . Sim-posio LEMIT 1966. Burgoa, G., "Curado ace lerado pa ra predic-ción de la resis tencia del mor tero normal IRAM 1622". Simposio LEMIT 1966. Burgoa , G., "Predic-ción de la resis tencia a 28 días del mor te ro normal RV (IRAM 1622). Simposio LEMIT 1967. Burgoa G., "mé thode de conservation pour la prédiction en 24 heures de la rés is tance a 28 jours du mort ier n o r m a l R i l e m - C e m b u r e a u " . Mater iaux et Constructions N° 9, volume 2, Mai-Juin 1969. (Organo Oficial de la Ri lem) . Burgoa, G., G., Bunge, H.J . , "Pronóst ico de la resis tencia a 28 días en el hor-migón de cemento Por t l and" . XIV J o r n a d a s S u d a m e r i c a n a s d e Ingeniería Es t ruc tu ra l , Buenos a i res , noviembre de 1970. Burgoa, G. Bunge, H.J. "Pronóst ico de la res is tencia del hormigón a los 28 días, por medio del ensayo normal a los 7 d í a s " . Simposio LEMIT 1972, Publ icado en La Ingeniería N° 1024, d ic iembre de 1972.

Considero de interés pa ra sus lectores conocer estos anteceden-tes desarrol lados ín tegramente en el país. La Argentina ha ocupado y ocupa t radic ionalmente un lugar de j e ra rqu ía en el mundo en c u a n t o a i n v e s t i g a c i o n e s y d e s a r r o l l o s de v a n g u a r d i a en construcciones y e s t ruc tu ras de hormigón así como en cementos , mor t e ros y hormigones . Que esto no haya t rascendido m a y o r m e n t e fue ra de los círculos especializa-dos se debe en general al acendra-do espír i tu de ét ica de los inves-t igadores ocupados en t r aba jos como los enumerados , así como a la n a t u r a l m o d e s t i a que es ca rac te r í s t i ca en la profesión de la ingeniería .

Hay innumerables e jemplos en todo el país de es t ruc turas , sobre las que t rans i t amos a diario o con templamos con indiferencia, que en el momen to de su concep-ción const i tuyeron desarrol los de avanzada . Es to es válido tanto pa ra la obra pública como pa ra la p r i v a d a . E l r e g i s t r o de al-gunos sonados f racasos , que sí ocuparon la atención pública en f o r m a p r e d o m i n a n t e en los úl t imos t iempos, puede consi-d e r a r s e f ru to de la irresponsabili-dad de unos pocos profesionales cuest ionados y en nada desvir túan la a f i rmac ión anter ior .

Raúl O. B. 'n irsch Capital

Colonialismo cultural

Quiero hacer algunos comen-tarios sobre el excelente ar t ículo de la AAAS y su reunión en México publicado en el número 23 de CN. de CN.

La fuerza propagandís t ica de la AAAS no se debe menosprec ia r . Su meeting anual dura una s e m a n a entera y la mayor par te de las actividades son televisadas a todo el país. No me sorprender ía pues que la próxima reunión de México fuera televisada en las capi ta les l a t i n o a m e r i c a n a s u t i l i z a n d o el s istema de satél i tes descri to en Agresión en el Espacio, l ibro de A. Mat te lar t que CN incluyó muy o p o r t u n a m e n t e en su s e c c i ó n Libros Nuevos.

Desde las en t rañas del mons t ruo es claro que la ofensiva del imperio va a basa r se en el fu tu ro en t á c t i c a s c u l t u r a l e s y d e "comunicación de m a s a " con el mismo nivel de apoyo tecnológico que usó antes para la agres ión tecnológica pura en Vietnam.

En la selección de oradores y de temas para la reunión de México, se puede apreciar el nivel de sofis-t i cad ón de la AAAS en el dis imulo p a r a i m p o n e r u n e s t i l o d e desarrollo sin mencionar nunca las motivaciones políticas implíci-tas. Los portavoces del desarrol lo a L ' A m e r i c a i n e , s o n t o d o s presentados como especia l is tas científicos y la desapar ic ión de cualquier consideración de tipo social o ideológico es tá ga ran t i za -da por la apariencia p u r a m e n t e técnica de los t emas elegidos. La AAAS no ha sido s i empre tan re-finada en sus táct icas de pene-tración cultural. E n 1971 invitó a William Bundy, el especial is ta en Vietnam del Depa r t amen to de Estado durante la pres idencia de Lyndon Johnson. E l t ema de su c h a r l a f u e : " S i t u a c i o n e s de conflicto: Vietnam- La fa l ta de conocimientos", con lo que se estableció toda una línea ideoló-gica para el t r a b a j o de los cien-tíficos.

Así, desde la t r ibuna de la AAAS el hombre que inició la guerrc aé rea total sobre Vie tnam, difun-dió la ideología imper ia l i s ta por medio de un l engua j e apa ren -temente científico.

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Esta técnica que consiste en usar p a l a b r a s que suenan cien-t íf icas, es una her ramienta del c i e n t i f i c i s m o en su m e t a de des lumbramien to y opresión in-telectual . Es el a r m a preferida de los dueños de la ciencia que presentó CN en el cuadro "Quién es quién en la AAAS". Además de organizar interna tiona 1 nieetings es ta gente publica libros para di-f u n d i r su ideo log ía . H a r r i s o n B r o w n pub l i có en 1957 Los próximos cien años y en 1967 Los próximos 90 años, 'ambos libros s u b t i t u l a d o s " d e s t i n a d o a los l í d e r e s de la i ndus t r i a nor-t e a m e r i c a n a " . En el pr imero se puede leer en el capítulo: Sobre el pronóstico del futuro, este profun-do teorema: "los pronósticos de este estudio se basan en par te en la premisa de que cualquier avance tecnológico es posible s iempre que no se violen las leyes físicas y b io lóg i ca s f u n d a m e n t a l e s que rigen el mundo en que vivimos. Ello significa, por ejemplo, que se desca r t a el movimiento perpe-tuo". En el últ imo libro editado por Roger Revelle, La licuación de la Superviviencia, se enumeran los cri ter ios pa ra distribuir alimentos nor teamer icanos cuando llegue la hambruna mundial pronosticada por Harr ison Brown; uno de estos cr i ter ios propuesto con la sólida lógica del imperial ismo es "fa-vorecer a naciones que tienen mate r i a p r ima necesaria para la e c o n o m í a n o r t e a m e r i c a n a y mundia l" . Por último, en los discursos publicados de Glenn Seaborg, se revela la ansiedad de este Dr. Strangelóve cientificista. E n su conferencia titulada Ciencia y b i e n e s t a r g e n e r a l en una democrac ia dijo: " las posibilida-des de la ingeniería genética, junto con los problemas urgentes de la e x p l o s i ó n d e m o g r á f i c a , nos fuerzan a considerar la cuestión fundamen ta l : ¿para qué sirven los h o m b r e s ? " .

Creo que puede interesar a sus lectores conocer algunas anécdo-tas sobre la forma en que los científicos de izquierda de los Es tados Unidos han enfrentado duran te los tres últimos años a la AAAS. Mientras se televisaba una cha r l a de Hubert Humphrey, éste fue sometido a un bombardeo de f lechas de papel con los colores de la bandera vietnamita; ante su indignación se le preguntó si esta act i tud le resul taba más "ofensi-v a " que los B-52 para el pueblo de

Vietnam. Cuando Glenn Seaborg o Edward Teller clan conferencias en n i ee t i ngs de a s o c i a c i o n e s científicas, los colegas de izquier-da se apropian del micrófono p a r a presentar el orador al público con su curr iculum político completo, ubicándolo en el famoso complejo m i l i t a r - u n i v e r s i t a r i o - i n d u s t r i a l . La sección de Nueva York de SESPA, por su par te , ha piquetea-do dos días por semana duran te dos años el Riverside ínst i tute del cual William Golden es uno de los directores.

Pero si nosotros dentro de los Estados Unidos hemos podido a veces saca r la m á s c a r a a los c i en t í f i cos del P e n t á g o n o , e s importante darse cuenta de que la estrategia imperial es usar los intermediarios locales de América latina para hacer el t r aba jo de control tanto económico como cultural e ideológico de sus pue-blos. Se podría investigar cómo funciona este imperial ismo cul-tural en la Argentina, analizando por e jemplo la relación existente entre los investigadores nativos que publican mas ivamente sobre el control biológico del apa ra to • reproductivo del hombre y el Population Council o los maes t ro s del control de la natal idad como el nuevo presidente de las AAAS, Roger Revelle, que dirige el C e n t r o d e E s t u d i o s s o b r e Población en la Universidad de Harvard .

Y, si me permiten, debo seña la r que este imperial ismo cul tural p e n e t r a h a s t a d e n t r o de l a s propias páginas de CN. E n su número 21 los doctores Daniel Sánchez y Dante Ramos, recién re-gresados del moldeado académi-co de la Universidad de Rutgers , nos hablan de los descubrimientos de tres premios Nobel de la física de la superconductividad y de la generosidad del Depar tamento de Física de esa universidad que regaló un equipo científico de 20.000 dólares a la Facul tad de Ciencias Exac tas de la UNBA. El tono del artículo es tal que sólo puede provocar en el lector no especializado una actitud de ad-miración pasiva hacia los cien-t í f i cos c a p a c e s de t a l e s des -cubrimientos. Por otro lado, el apa ra to en cuestión fue construido por uno de los autores del ar t ículo para hacer su tesis de Phys ica l Doctor en la Universidad de Rutgers y seguir utilizándolo aquí .

Esto p lantea a lgunas dudas so-bre la independencia en la elección de t emas de investigación y su utilidad local. Habr ía sido tal vez más impor tan te p a r a la liberación cultural y la desmíst i f icación del papel del científico, hab la r sobre estos premios Nobel que de hecho son cr imina les de gue r ra , o buscar la relación en t re el transistor inventado por el p remio Nobel Willian Schockley y sus teorías rac is tas "Cient í f icas" . Es te es t a m b i é n u n o d e l o s t e m a s "neu t ro s " de la física del estado sólido que mis colegas presentan como una ciencia pura . Quisiera a c l a r a r que no t ra to aquí de for-mular un a taque personal a dos ex a lumnos de mi propia universidad, sino de e jempl i f i ca r la forma en que un científico puede verse envuelto en las t r a m a s sutiles del imper ia l i smo cul tura l .

Maur ice Bazin SESPA y Rutgers University

Metegol N° 18

M U J E R E S I N F I E L E S

En una población á r a b e de n habi tantes se sabe que hay m u j e r e s infieles.

C a d a m a r i d o c o n o c e l as m u j e r e s infieles de los demás , pero ignora si la suya es fiel o infiel.

El cal ifa emi te una orden de que el mar ido que sepa que su m u j e r es infiel, debe ma ta r l a .

Se supone que todos los mar i -dos razonan lógicamente .

Un dato ext ra que los mar idos ignoran es que hay exac tamen-te cua ren ta m u j e r e s infieles.

El p r i m e r día no pasa nada. El segundo tampoco.

Llega el día cuaren ta y a p a r e c e n l a s 40 m u j e r e s muer t a s .

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