Ciencianueva11

68
Si s Revista de Ciencia y Tecnología N° 11/1971/$ 3.50 ($ 350 m/n.) D. Ribeiro Antropología dialéctica Kastler y el bombeo óptico LA CIENCIA EN CHINA

Transcript of Ciencianueva11

S i

s

Revista de Ciencia y Tecnología N° 11/1971/$ 3.50 ($ 350 m/n.)

D. Ribeiro Antropología dialéctica

Kastler y el bombeo óptico

LA CIENCIA EN CHINA

Calculadora electrónica con impresión

CIFRA 311: Lógica de 3? generación, memoria de 4? generación. CIFRA 311: Mayor potencialidad, diseño expeditivo, costo menor. CIFRA 311: Creada en eí país, es la solución más actualizada a las vertiginosas exigencias de precisión y caudal de cálculo de las empresas modernas. Un producto FATE S.A.I.C.I. División Electrónica

Comercialización y Ventas: Garay 1, Tel. 34-6034/5/6/7/8.

D. Ribeiro Kastler Antropología y el bombeo dialéctica óptico

LA CIENCIA EN CHINA

Revista de ciencia y tecnología

Nuestra portada hace referencia a la nota sobre Investigación y Desarrollo en China, de la página 35. Una explicación de estos símbolos se encuentra en recuadro, en la página (,4.

Alfred Kastler Armand-Jocelin VebeJ

Jorge Sábato

Darcy Ribeiro Murray H. Helfant Mariano N . Castex

Alain Jaubert

Julio Moreno Alain Jaubert

3 4 5

10 12 14 16 2 4 31 35 4 7

5 4 55 59 62 63 64

La inutilidad de las palabras Los artífices de la violencia El bombeo óptico El rayo globular ENIDE: ¿Ingeniería o investigación? El filtro de las noticias La revolución termonuclear Una carta al presidente Las opiniones de Mariano Castex Investigación y desarrollo en China Novedades de Ciencia y Tecnología

1. Una dieta pobre puede ayudar a derrotar el cáncer 2. ¿Cómo se producen las mareas catastróficas? 3. Pesca a grandes profundidades 4. Psicoterapia electroconvulsiva 5. Rayos X para investigaciones químicas y biológicas 6. Bomba de sangre: se usa y se tira 7. Computadoras ayudan a detectar el cáncer 8. Love-story 9. La Universidad Abierta

10. La trascriptasa invertida en el virus del carcinoma mamario 11. Acción carcinogénica de un análogo hormonal Humor nuevo El go, ¿secreto de la estrategia revolucionaria? Cursos y reuniones científicas Comentarios de libros Libros nuevos Correo del lector

De las opiniones expresadas en los artículos firmados son responsables exclusivos sus autores.

1

Año II / N" 1 1 / J u l i o 1971 / B u e n o s Aires

Av. Roque Sácnz Peña 825, 9" piso, Of. 93 - Buenos Aires Tel .: 45-8935

Ricardo A. Ferraro

Héctor Abrales Daniel Goldstein

Ricardo Schwarcz Hernán Bonadeo

Horacio Speratti

Lucía Bonadeo Katia Fischer Ana Tedeschi

Isabel Carballo Fernando Díaz

Julio Moreno

Hebe Mitlag

María Susana Abrales

Caracas: Pascual Llórente Frankfur t : Jan Kovarik

Haifa: Eduardo Fischbein Londres: Eduardo Ortiz

Nueva York: Roberto Lugo París: Jorge Schvarzer

Praga: Jan Rehacek San Pablo: Ricardo Albizuri

Santiago de Chile: J. Pablo Schifini

New Scientist; Sciences; Science et Avenir; Science-Progrés-Découverte; Science et Vie;

Science Journal; Scientific World; Sapere; Cooperation Teclmique; Science Service; Associated Press;

APN; TASS; CTK; A D N ; Agencia D A N ; ICA press.

Es una publicación de Editorial Ciencia Nueva S.R.L., Av. R. Sáenz Peña 825, 9° P., of. 93, Buenos Aires, República Ar-gentina, Tel.: 45-8935. Distribuidores: en la República Argentina Ryela S.A.I.C.I.F. y A., Paraguay 340, Capital Federal, Tel.: 32-6010 al 29; en Capital Federal, Vaccaro Hnos., S.R.L., Solís 585, Capital Federal. Impreso en Talleres Gráficos D I D O T S.C.A., Luca 2223, Buenos Aires. Precio del ejemplar: ley 18.188 $ 3,50 (m$n 350). Suscripciones: Argentina, ley 18.188 $ 4 0 (m$n 4.000) por año; exterior, por vía ordinaria, u$s. 15 anual. Registro de la propiedad intelectual n" 1.049.414. Hecho el depósito de ley. Derechos reservados en castellano y cualquier otro idioma para los trabajos originales, y en castellano para colaboraciones traducidas.

Director

Asesores

Secretario ele redacción

Redacción

Diseño gráfico Dibujo Humor

Producción

Secretaria

Corresponsales

Servicios del exterior

2

La inutilidad de las palabras

Después de cinco años de intervención en la Universi-dad, resulta lamentablemente fácil hacer el balance de los resultados obtenidos: desquicio en los claustros, desorganización en las carreras, falta de planes concre-tos, éxodo constante.

Se ha llegado a esto a través de numerosos cambios —siempre improvisados—, del ir y venir de ministros, rectores y decanos, de la sanción de dos leyes univer-sitarias inaplicables que, en efecto, no fueron aplica-das. . . y de millones de palabras.

Nunca se ha hablado tanto sobre el cambio de es-tructuras, sobre modernización, sobre la urgencia de conocer las existencias y las necesidades en materia de personal científico y técnico de formación superior, so-bre la perentoriedad de frenar el éxodo y repatriat investigadores, incluso sobre la participación estudiantil.

Lástima que haya sido precisamente el acontecer de estos cinco años lo que ha puesto en evidencia con mayor claridad la inutilidad de las palabras cuando falta su concreción en hechos.

No basta engolar la voz y poner adusto el ceño para que lo que uno diga se vuelva serio (Onganía). Ni basta mostrarse preocupado por el éxodo haciendo cen-sos y planillas para modificar las condiciones de ines-tabilidad y desconfianza que son las causas fundamen-tales de la emigración de científicos (COÑACYT-Ta-quini). Ni basta hacer como que se cree que el proble-ma universitario se resolverá creando docenas cíe uni-versidades —aunque sea en lugares sin alumnos po-tenciales ni profesores posibles— cuando no se tiene un proyecto real para hacer funcionar las ya existen-tes de acuerdo a las necesidades reales del país (Taqui-ni, h i jo) . Ni basta tratar de hacer valorar vagos ante-cedentes "anti-liberales" para que pueda concebirse que de ellos han de surgir planes de estructuración de una Universidad, cuando ejerciendo la dirección de la Fa-cultad de Ciencias Exactas y Naturales se ha sido in-

capaz de poner en marcha ningún proyecto fundamen-tal o de revítalizar los destruidos grupos de física o de computación (Quar t ino) . Como no basta haber acre-ditado los más cavernícolas antecedentes en defensa del irracionalismo anticientífico para ser secretario cientí-fico del Consejo Nacional de Investigaciones Científi-cas y Técnicas (Sacheri).

Hace cinco años se produjo en el país un aconteci-miento de enormes consecuencias históricas. Ellas fue-ron exactamente las contrarias de las que esperaron y vaticinaron los ideólogos y ejecutores del 28 de junio de 1966.

No se inició nada nuevo. No se hizo una Revolución. No se unificó ni pacificó al país. No se estabilizó la economía ni se aumentaron las fuerzas de trabajo. No se combatió sino que se reforzó la dependencia del país con el extranjero.

Pero, en cambio, se abrieron los cauces de la real lucha sindical, se radicalizó la juventud, aparecieron en el Ejército hombres conscientes del grave daño inferi-do a la defensa nacional por la falta de una política in-dependiente. La Argentina se fue sintiendo integrada a América Latina y, en muchos hombres —en particu-lar entre los científicos y técnicos, precisamente— se creó la conciencia de que sólo se puede ser útil al pro-greso del país incorporándose a las luchas de los sec-tores con intereses nacionales que, cada día, ven con mayor claridad que salir del subdesarrollo significa ob-tener la independencia política, económica y cultural.

El desquicio provocado por la carencia de proyectos nacionales y de apoyo popular de los gobernantes ha engendrado en el país entero un comienzo de toma de conciencia de la necesidad de iniciar caminos que de verdad sean nuevos.

Es por eso que, en materia educacional, 6 ministros, 3 rectores (sólo en Buenos Aires) y decenas de deca-nos han arado, durante cinco años, en el mar. O

3

Los artífices de la violencia

"La noción de hombre malo es una noción de derecha: es la base de la sociedad represiva, del fortalecimiento de la ley y el orden, de la petrificación de la sociedad. Por el contrario, la noción de hombre bueno es de iz-quierda: tiende a la tolerancia, a la apertura, al levan-tamiento de la rigidez social que lo ahoga y que puede volverlo malo. De acuerdo con la noción de hombre malo se acepta la idea de que una congregación mino-ritaria, de acuerdo con una educación refinada y pro-bablemente no suficiente en una generación, debe cons-treñir al resto de la humanidad para que no la desbor-den los instintos. La noción de hombre bueno preten-de que en el hombre en general, en la masa, reside el bien y la bondad y, por lo tanto, la felicidad en po tencia, pero la élite impide ese desarrollo natural. So-bre estas ideas generales se basan luego las sociedades superrepresivas . . . "

Bien que vulnerables a cierto nivel de análisis, las palabras de Pablo Berben, especialista español en com portamiento humano, alcanzan para identificar las nor-mas de conducta que parecen inspirar a muchos go-biernos y la filosofía simplista que imbuyen en sus or-ganismos de seguridad.

Este _ número de CIENCIA NUEVA incluye la co-laboración de dos hombres malos, iclentificables como tal a través de la violencia que se ha ejercido sobre ellos a través de hechos recientes: Darcy Ribeiro y Alain Jaubert.

En estos días comenzaría en Río de Janeiro un juicio militar en ausencia contra el antropólogo brasileño Dar-cy Ribeiro y otras 43 personas entre las que se incluye a ex presidentes e intelectuales de ese país. A todos ellos se los acusa de presuntas "actividades subversi vas" realizadas en el Instituto Superior de Estudios Brasileños.

Alain Jaubert tiene 31 años; es de talla pequeña. Vive en París y enseña Epistemología de la Biología en la Facultad de Vincennes. Además es redactor de La Recherche y colaborador científico de Le Nouvel Observateur. Está acusado por la justicia francesa de haber atacado y lastimado a tres policías, en el interioi de un furgón celular, al que había subido por propia voluntad para acompañar a un herido. A lo largo de los vejámenes que sufriera a manos de la policía francesa, de su posterior hospitalización en una sala "especial", Jaubert pudo comprobar que era sólo uno de los nu merosos casos de estudiantes, de políticos, de manifes-tantes que diariamente son golpeados hasta el límite de la muerte por la policía parisina. Afortunadamente Jau-bert es periodista y pudo utilizar las páginas de Le Nouvel Observateur (N? 343, junio 7, 1971) para na-rrar detalladamente, con la serenidad que está después del horror (la misma de Helfant en la Carta a Nixon, ver en este mismo número páginas 24 a 29) su terri-ble experiencia.

Otro singular aspecto de la violencia es el que ma-neja el decano de la Facultad de Ingeniería de Buenos Aires, contraalmirante Antonio Marín. Desde 1966 se ha puesto reiteradamente al frente de las fuerzas de seguridad para combatir desórdenes inexistentes, des-órdenes que su propia intervención o ineptitud crean, para oponerse a toda expresión no vertical del queha-cer universitario. Su última "acción de guerra" le per-mitió interrumpir —siempre al frente de sus fuerzas en ropa de combate— la conferencia del doctor Oscar Varsavsky sobre "Perspectiva del técnico y del cientí-fico en la Argentina". Quizá el decano temió que Var-savsky, en su disertación, augurara a los universitarios argentinos la falta de respeto al mérito profesional, la persecución, el secuestro, la cárcel, hitos cotidianos de una realidad que no es necesario esperar. O

4

I

óptico

Alfred Kastler estuvo en liucnos Aires, conversó con CIENCIA NUEVA y en una conferencia en la C. i\. de Estudios 0eo-IIelit> físicos (fue aquí reproducimos„ ex-plicó sus teorías aplicables a la medición de campos magnéticos y de intervalos hi-perfinos.

li 'jj JÍ. O

En la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial era prácticamente imposible dedicarse a la investiga-ción; no había equipos, varios de nuestros colegas habían sido dete-nidos, lo único que podíamos hacer era dedicarnos a la enseñanza de la física y a tratar de formar jóvenes en la disciplina.

En 1941 yo era profesor de la ENS (que es una institución peda-gógica fundada por la Convención en la Revolución Francesa), desti-

nada a formar prolesorcs, funda-mentalmente de enseñanza secun-daria, pero los mejores destinados a la enseñanza universitaria.

Pocas semanas antes de iniciarse la guerra se inauguraron los nuevos laboratorios de Física de la ENS, pero en su transcurso tres directores fueron sucesivamente detenidos, de-portados por la Gestapo y murieron en campos de concentración: El profesor Henr i Abrabatn, que se ha-bía retirado en 1937, autor de im-

portantes trabajos en ondas mag-néticas y que fue deportado cuando tenía 75 años; nunca más tuvimos noticias de él. Mi profesor, Eugenc Bloch, quien junto con su hermano León había creado un pequeño gru-po ele investigación de espectrosco-pia atómica desarrollando la espec-troscopia clel ultravioleta lejano, Bloch fue detenido en 1943, depor-tado y muerto en campo de concen-tración. Mi colega George Bruhat

(Continúa en página 7),

5

Alfred Kastler por Alfred Kastler

Nací en Guebwiller, Alsacia, el 3 de mayo de 1902.

Hice los estudios primarios en la escuela de mi ciudad natal y los continué en la Oberrealschule de Colmar, que se convirtiera en Li-ceo Bartholdi cuando Abacia vol-vió a ser francesa.

Ingresé en la Escuela Normal Superior en 1921. La abandoné en 1926 para ejercer durante cin-co años funciones de profesor su-cesivamente en los liceos de Mul-house, Colmar y Burdeos. Más tarde escalé los peldaños de la Enseñanza Superior: asistente en la Facultad de Ciencias de Bur-deos de 1931 a 1936, Profesor Adjunto de Clermont-Ferrand de 1936 a 1938, Profesor Titular en Burdeos de 1938 a 1941. En 1941, en plena ocupación alema-na, Georges Bruhat me pidió que fuese a París para ayudarlo en la enseñanza de la física en la Es-cuela Normal Superior, puesto in-terino que se regularizaría en 1952 por la atribución de una cá-tedra, a título personal, en la Fa-cultad de Ciencias de París.

Fueron mis profesores de ma-temáticas en el liceo de Colmar, Fróhlicb y Greiner, los que des-pertaron mi gusto por las cien-cias, gusto que se afirmara duran-te las clases de matemáticas espe-ciales de mis profesores Mahuet y Brunold que lograran hacerme in-gresar a la Escuela Normal Su-perior.

En la atmósfera estimulante y fraternal de esta escuela, Eugéne Bloch —nacido en el Alto Rhin y desaparecido en la noche de Auschivitz— nos inició en el áto-mo de Bobr y la física cuántica y nos presentó el "Atombau und Spektrallinien" de Sommerfeld. En este libro encontré el enun-ciado del principio de conserva-ción del momento cinético apli-cado por A. Rubinowicz al inter-cambio de energía entre átomo y radiación, principio que guió mis investigaciones, desde mi trabajo de tesis hasta los más recientes de nuestro equipo parisino.

Fue Pierre Daure, profesor de la Facultad de Ciencias de Bur-

deos quien, al llamarme para que fuese su asistente en 1931, me permitiera dedicar a la investiga-ción todo el tiempo que me de-jaba libre la enseñanza y quien me iniciara asimismo en la espec-troscopia experimental. Durante largos años trabajé en espectros-copia óptica, fundamentalmente en fluorescencia atómica y en es-pectroscopia Raman. A partir de 1937 me interesé en la luminis-cencia del átomo de sodio en la alta atmósfera y, después de ha-ber establecido que la línea D del cielo crepuscular podía absorber-se con vapor de sodio, demostré —con mi colega Jean Bricard en un trabajo hecho en Abisko, don-de los crepúsculos son largos— que esta línea es polarizada, como debe serlo si el mecanismo de emisión es el de la resonancia óp-tica provocada por los rayos so-lares.

Durante los años de la ocupa-ción, los científicos franceses es-taban prácticamente aislados del mundo exterior. Fue una gran suerte para nosotros el poder en-viar, en 1945, nuestros alumnos a los países anglosajones para que se pusieran al tanto del desarro-llo que había tomado la actividad científica. Entre ellos, partió Jean Brossel, que volvió en 1951 en-riquecido con los conocimientos que recogió en el laboratorio de Francis Bitter en el M.I.T.

. En 1949, Bitter sugirió exten-der a los estados excitados de los átomos, los métodos que Rabi, bajo la inspiración de Gorter, ha-bía aplicado a los estados funda-mentales con tanto éxito. Fue en-tonces que, junto con Brossel, propusimos el "método de doble resonancia" que combina la reso-nancia óptica con una resonancia magnética.

Mientras que Brossel hacía de 1949 a 1.951 en el M.I.T., traba-jos de pionero sobre el estado ex-citado del átomo de mercurio, yo completaba este método con la técnica clel "bombeo óptico" que permite aplicar "los métodos óp-ticos de estudio de resonancias de radiofrecuencias" a los esta-

dos fundamentales de los átomos. A partir de 1951 nos asocia-

mos con Jean Brossel para des-arrollar en París estos métodos y encontramos en la Escuela Nor-mal (masculina y femenina) —semillero de élites— los jóve-nes investigadores cuyos trabajos de tesis marcaron las etapas de la obra colectiva coronada por el Premio Nobel en 1966.

He enseñado en la Universidad de Lovaina, en la cátedra Fran-qui durante el año universitario 1953-54, y soy Doctor Honoris Causa de las Universidades de Lovaina (1955), Pisa (1960) y Oxford (1966) y medalla de la Universidad de Lieja. Las socie-dades francesa y polaca de Física y la americana de Optica me han designado miembro de honor. Esta última sociedad me ha atri-buido en 1962 la primera meda-lla Mees con la divisa: "Optics trascends all boundaries". La so-ciedad inglesa de Física me ha dado en 1954 el premio creado a la memoria de Fernsnd Holweck, trágicamente desaparecido en 1941. La Academia real flamen-ca de Bélgica, en 1954 y la Aca-demia de Ciencias de París, en 1964, me han llamado a su seno y el Centro Nacional de la Inves-tigación Científica (CNRS) me entregó, en 1965 y al mismo tiempo que a mi colega y amigo Louis Néel, su medalla de oro.

Me casé en diciembre de 1924 con Elise Cosset, egresada de la Escuela Normal Superior, quien, con su profesorado de historia en la enseñanza secundaria, me per-mitió consagrar a la investigación todo el tiempo que me dejara li-bre mis propias tareas docentes. Hemos tenido tres hijos, Daniel, nacido en 1926, Mireille en 1928 y Claude-Yves en 1936. Todos se han casado y nos han dado 6 nie-tos cuyas edades van de los 19 a los 5 años. Daniel es profesor de Física de la Facultad de Ciencias de Marsella y se ocupa de proble-mas de física teórica que superan mis conocimientos; Mireille es of-talmóloga en París y Claude-Yves profesor de ruso en Grenoble.

(conocido en este país por su "Cur-so de Física") dirigió el laboratorio hasta 1944; fue detenido pocas se-manas antes de finalizar la guerra y también murió en un campo de concentración.

Es decir que al llegar la Libera-ción nos encontrábamos un grupo de jóvenes con un laboratorio acé-falo y con la responsabilidad de la enseñanza y la investigación. En 1945 Yves Rocard, mi colega y ami-go, fue designado Director; se de-dicó a problemas de geofísica, de-sarrollando sismógrafos electromag-néticos muy sensibles que permiten la detección de explosiones nuclea-res.

Rocard inició la radioastronomía en Francia con dos grandes radares que abandonó el ejército alemán y un grupo de jóvenes entusiastas. Estos radares fueron cedidos a nues-tro laboratorio y con ellos se hi-cieron muchas e x p e r i e n c i a s que permitieron desarrollar técnicas de radioastronomía. Más tarde se lo-graron las instalaciones de que dis-ponemos ahora, lejos de París, pero siempre conectadas con nuestro la-boratorio. Estas instalaciones con-sisten en un enorme espejo plano que gira alrededor de un eje hori-zontal, recibe las ondas y las refleja sobre un espejo vertical parabólico que las envía al receptor.

Durante la ocupación alemana me dediqué a continuar los trabajos de Bloch en espectroscopia óptica.

En 1945 rompimos nuestro aisla-miento, pudimos saber qué pasaba en Inglaterra y Estados Unidos y conocimos el nacimiento de la espec-troscopia de radiofrecuencias, debi-da a Rabi, quien también colaboró en el desarrollo de lo que ahora co-nocemos bajo el nombre de "reso-nancia magnética nuclear" (iniciado por Purcell y Félix Bloch) y "reso-nancia electrónica para-magnética" (comenzada por Zabrosky en la Unión Soviética en 1944) .

Nuestro primer objetivo fue el de enviar al extranjero jóvenes gradua-dos para formarlos en estas nuevas técnicas. Uno de los primeros en viajar fue Jean Brossel, quien estu-vo tres años en Gran Bretaña y lue-go otros tres en Cambridge, Massa-chusetts, con Bitter, fallecido hace

pocos años y muy conocido por sus trabajos en magnetismo. Francis Bitter fue el primero que tuvo la idea de extender los métodos de re-sonancia de radiofrecuencias a los estados excitados del átomo, ya que todos los métodos desarrollados hasta entonces se aplicaban al estu-dio del átomo en su estado funda-mental (ground state) pero el áto-mo puede excitarse, ópticamente o por impacto electrónico. Bitter opi-naba que sería interesante hacer re-sonancia magnética en estados de excitación, para lo que propuso un método que el análisis teórico hizo deshechar.

Pero la idea prosperó; Brossel me escribió y, un tiempo después, am-bos tuvimos simultáneamente, la misma idea: tomemos un átomo de mercurio en su estado fundamental (que los espectroscopistas llaman So), su momento magnético es igual a cero, por lo tanto en un campo magnético permanece simple, pero si tomamos la línea de resonancia óptica (2537 Á en el ultravioleta) podemos llevar el átomo al triplete excitado 3 n y en este estado el átomo tiene vector igual a 1.

Sabemos que si excitamos áto-mos de mercurio con luz de una lámpara que contenga esta radiación, los átomos emitirán en todas las di-recciones del espacio (es un experi-mento de resonancia óptica de W o o d ) , pero si colocamos los áto-mos en un campo magnético éstos sufrirán un desdoblamiento (Zee-man splitting) y el estado con J = 1 se divide en tres estados con m = + 1, m = 0 y m = + 1. Y la línea ultravioleta en tres compo-nentes (llamados "componentes de Zeeman") de igual frecuencia pero polarización diferente; una tiene polarización it lineal, con su vec-tor eléctrico paralelo al campo mag-nético, las otras dos con polariza-ción a, con su vector eléctrico per-pendicular al campo magnético y mirando los átomos paralelamente al campo, uno está polarizado cir-cularmente en el sentido de las agu-jas del reloj y el otro en sentido contrario. Usando para la excitación luz polarizada linealmente puede poblarse sólo el nivel de polariza-ción k y tenerse una excitación se-lectiva (m = 0) sin poblar los otros dos estados. La luz reemitída por los átomos en este estado está com-pletamente polarizada jc.

M.Í.T

J - L *

« g 2 5 3 7 * I

< r - f <¡v

K -° 0 GROUND « t a t e

1 A\_tZ -F= J-t 1/2.

253/A A

(jswup

204 • /

- \ „ i

C l j — n — " W k " ^ V ' M . i •Vi mF i Í S 3 7 A v '

i = i _ / T f m ' = - 5 í \ — L _ L . n i i = + i

4m

m m h - r

• • • « M U

7

JjUmjl EKossFL- fctó»

M.Í.T

SROÜND « T A T B

v—"7

Vfc i J

2 5 3 / !

V-

P ^ L - F s J - C - 1

B|

Jü m, \

2 5 3 7 ^ j t

i ' A f c W G fo-r

• m i - H

Lo que ideó Brossel fue aplicar en este estado de excitación de los átomos un campo de radiofrecuen-cia perpendicular al campo que pro-dujo el desdoblamiento anterior, de amplitud H, y frecuencia 0) y con este campo oscilatorio reinducir ra-diación de resonancia magnética del estado central a los otros dos. El campo de radiofrecuencias debe ser de una potencia relativamente alta, ya que el tiempo que el átomo está excitado es relativamente corto: del orden de 1 0 - 7 segundos. La con-secuencia fundamental de esta ex-periencia es que con el campo de radiofrecuencias podemos poblar los estados con m = + 1 y m = — 1 que se encontraban vacíos, es decir que llenamos los niveles de Zee-man. Se produce una transición al estado fundamental y se emite luz con polarización a, de esta forma el fenómeno de resonancia magnética puede controlarse observando la de-polarización de la luz emitida. Este experimento suele llamarse de "do-ble resonancia", ya que se combina la resonancia óptica con la magné-tica. Con este método puede calcu-larse curvas de resonancia, de ellas deducir el momento magnético del átomo y medir con mucha exactitud la vida del átomo en el estado de excitación. Este método se aplicó luego a otros átomos, en particular a los álcalis y sus isótopos y más particularmente a los isótopos del Helio 3 y 4.

Recordemos que este tipo de téc-nicas de resonancia de radiofrecuen-cias en estados excitados pueden aplicarse no sólo al estudio de los niveles de Zeeman sino también a los hiperfinos, para obtener infor-mación del acoplamiento del spin electrónico con el spin nuclear y calcular el momento magnético nu-clear o lo que se llama el "momen-to eléctrico cuadripolar" del núcleo. Por otra parte puede también usar-se en el estudio de los estados fun-damentales de átomos, lo que se ha llamado "bombeo óptico".

Ahora bien, recordemos que el mercurio que utilizamos en las ex-periencias descritas no es una sus-tancia simple sino una mezcla de cinco o seis isótopos; aproximada-mente el 70 por ciento corresponde a cuatro de ellos que tienen pesos atómicos pares (204, 202, 200 y 198) y spin nuclear igual a cero,

mientras que los otros dos tienen peso atómico impar (199 y 201) , el primero con spin igual a un medio y el segundo con spin tres medios, interviniendo respectivamente en el 17 y el 13 por ciento. Estos com-ponentes pueden separarse y pode-mos disponer de isótopos práctica-mente puros, al menos en una pro-porción del 99,5 por ciento.

Veamos ahora nuevamente la fi-gura que habíamos hecho, aplicada al caso de un isótopo en particular: en el estado fundamental no tene-mos spin electrónico y hay sólo spin nuclear, en el estado excitado apa-rece un acoplamiento: surgen dos estados hiperfinos, uno con F = J + i = 3 /2 y el otro con F = J — i = Vá. El intervalo entre am-bos estados es bastante grande en la escala de radiofrecuencias: del orden de 22 Gigaherz.

Es decir que la línea de 2537 A para estos isótopos está formada por dos componentes llamados A y B, fácilmente separables con un interferómetro, pero sucede —un feliz azar de la naturaleza— que la línea A del mercurio 199 coincide con la línea del mercurio 204, es decir que si colocamos en la lám-para de mercurio Hg 204, en el po-zo de resonancia una gota de Hg 199 y enfocando con una lente la luz de la lámpara, obtenemos una excitación selectiva de la compo-nente A y poblamos sólo el nivel A. Pero podemos tener una selec-ción mayor de la excitación agregan-do un nicol para polarizar la luz y una placa 1/4 y un campo magnéti-co Ho. En esas condiciones el esta-do fundamental, que tiene sólo mo-mento magnético nuclear (i = Vi), en el campo magnético se divide (splits) en dos subestados mag-néticos m¡ = + i/2 y m( = — V2, mientras que el estado F = Vi en dos con mr = y2 y mn> = — Vz. Recordemos que la figura no está en escala y el intervalo entre los dos subestados del estado fundamental es del orden de mil veces más chi-co que el intervalo entre los dos subestados del estado excitado; uno se debe al magnetismo nuclear y el otro al magnetismo electrónico.

Ahora bien, la luz (2537 Á) está formada por cuatro componentes de Zeeman:

* la que va de mi =

mp — — 1/2,

* la que va de m¡ = 4 . \/2 a

mp = — y2,

* la que va de m¡ — — i/2 a me — -f- V2 y

* 'a que va de m¡ = -(- \/2 a mi, '= l/2. Estas componentes tie-nen polarizaciones diferentes: dos con x, una con 0-— y la cuarta con fí + • Si la luz incidente es circular-mente polarizada, seleccionamos la excitación y obtenemos sólo uno de estos niveles de Zeeman. Por lo tan-to los átomos que estaban en el es-tado fundamental, al excitarse se distribuyen por partes iguales en los dos niveles superiores, pero óptica-mente podemos excitar sólo el ni-vel con mi i„. •'2, átomos se elevan hasta el nivel con nu- = + V2 y tenemos una transferencia de momento angular ele la luz cir-cularmente polarizada a los átomos y de este estado excitado hay una emisión espontánea y los átomos caen nuevamente en el estado del que iniciaron el proceso pero, ele cada tres átomos que caen del nivel superior, dos vuelven al estado con mi == — 1/2 y u [ 1o al de mi ~f-

'<'*' Es a este proceso que denomi-namos "bombeo óptico", ya que continuando con este proceso ex-traemos átomos de un nivel para llevarlos a otro.

¿Cómo podemos detectar este bombeo? De una forma muy senci-lla ya que sabemos que sólo "los áto-mos en el estado m( = — 1,2 absor-ben la luz con polarización rr~f, o sea que si hay un bombeo y !a can-tidad de átomos que están en ese nivel disminuye, habrá cada vez me-nor absorción. Pero observemos que el intervalo corresponde a una fre-cuencia de resonancia magnética, es decir que si aplicamos un campo magnético Hi de la frecuencia apro-piada, produciremos una resonancia magnética cuyo efecto es igualar las poblaciones; podemos así trazar cur-vas de resonancia magnética (que Cagnac en nuestro laboratorio fue el primero en calcular) y medir exac-tamente el campo magnético que produce la resonancia. Este método permite una medición muy exacta —con precisión del orden de l O " 7 —

'del momento magnético nuclear del Hg 199.

'/2 a Para terminar querría hablar un poco de las aplicaciones prácticas del "bombeo óptico".

l i emos aplicado el bombeo no sólo al mercurio sino también a áto-tomos de álcalis, en los que el es-tado fundamental es un estado S,..„ con momento magnético, es decir que bombeando podemos orientarlo Y obtener una señal de resonancia paramngnética en el estado funda-mental. Si conocemos la frecuencia de resonancia paramagnética (dada por la fórmula <0 yl [ en la que I I es el campo magnético, <0 la pul-sación y y el factor geomagnético) podemos calcular el campo magné-tico, es decir que la medición tic m nos permite medir el campo mag-nético^ y, en particular, el campo magnético terrestre.

I'.n nuestro laboratorio heñios con-cebido 1111 pequeño magnetóincl ro que se ha desarrollado en la indus-tria; es cómodo, relativamente pe-queño y puede colgarse de un cohe-te o con un cable de un avión (no en su interior porque habría inter-ferencias en el campo magnético) y con un equipo así hemos relevado el campo magnético terrestre corres-pondiente al territorio francés,

La segunda aplicación práctica im-portante es la medición no sólo de los intervalos de Zeeman sino tam-bién, como ya he dicho, de los in-tervalos hiperfinos. Por ejemplo en el estado fundamental del rubidio 87 tenemos dos niveles ( F = 1 y p — 2), el spin del Rb es i = •»/.., el in-tervalo entre los dos niveles es del orden de 6 • J 0 : ' megahertz. Como pcxlenios obtener una señal óptica de esta frecuencia y medirla, podemos obtener lo que llamamos "frequen-cy standards". En otras palabras, un reloj atómico. También hemos des-arrollado relojes atómicos muy có-modos y compactos, usados para me-dir frecuencias y como la frecuencia es la inversa del tiempo, medir tiempos.

_ Para terminar quiero decir que si bien he mencionado sólo a dos de mis colaboradores, Jean Brossel y Bernard Cagnac, nuestro equipo es grande y en el laboratorio se han hecho alrededor de veinte trabajos de tesis. Por otra parte trabajamos en contacto continuo con tres labo-ratorios de Alemania, con Oxford y con Estados Unidos. O

Profesor Alfred Kastler

en San Miguel

9

La muerte del físico Raichman en 1753, en Leningrado. ¿Lo habría matado una ilusión óptica?

Armand-Jocelin V e b e l

El rayo globular

Desde los tiempos de Franklin, Lo-monossov y Arago, los físicos han hecho grandes progresos en el estu-dio de los fenómenos eléctricos at-mosféricos. El rayo ordinario, por ejemplo, es hoy en día bien cono-cido. Sin embargo existe un fenó-meno muy particular para el cual no se ha encontrado hasta ahora una interpretación satisfactoria. Se trata del rayo globular o "relámpago esfé-rico" ("ball lightning" en inglés). Varias observaciones han sido des-critas y las características generales de éstas conducen a la siguiente ima-gen: durante una tempestad, se ve aparecer a una distancia de algunos

metros una "bola de fuego" muy luminosa, de algunas decenas de cen-tímetros de diámetro. Esta bola se desplaza lentamente, de manera nor-malmente errática, desapareciendo bruscamente luego de algunos segun-dos. En muchos casos la bola atra-viesa paredes, cortinados, vidrios, sin causar daños. Su desaparición es ge-neralmente acompañada, según los testigos, por un ruido de explosión y un olor "característico" pero no deja ningún rastro material. En algu-nos casos raros, documentados, el rayo globular habría provocado efec-tos devastadores: la muerte de un físico ruso, Raichman, en 1753; la

ebullición total de un barril de agua, etc. Sobre la base de estas observa-ciones se estimaría en varios millones de joule la energía almacenada en una de estas bolas de fuego.

Tan frecuente como el rayo ordinario

Los físicos dieron libre curso a su imaginación proponiendo numerosas teorías para explicar la fuente de energía interna del "rayo globular". Un modelo electrohidrodinámico asi-milando la bola de fuego a una nube tormentosa en miniatura, objeto de frecuentes relámpagos; modelos quí-

10

micos basados en la combustión del metano, la descomposición del ozono o la oxidación del monóxido de ni-trógeno; modelos magnetohidrodiná-micos describiendo una bola de plas-ma magnéticamente confinada como las que los físicos tratan de realizar en las máquinas de fusión termonu-cleares controladas (son imaginables las ilusiones que los inventores de este modelo albergaban); los mode-los puramente electromagnéticos, co-mo el de Kapitza, en el cual el rayo globular sería una descarga pro-vocada por ondas de radiofrecuencia emitidas durante la tormenta y fo-calizadas por reflexión sobre obs-táculos naturales; un modelo basado sobre la electroluminiscencia de una bola de aire ionizada mantenida por el campo eléctrico atmosférico está-tico; también modelos nucleares, en los cuales los rayos ordinarios ace-lerarían los núcleos atómicos hasta provocar reacciones nucleares genera-trices de isótopos radiactivos cuya desintegración alimentaría en energía la bola de fuego.

Existe inclusive un modelo basado en la hipótesis de la existencia de micrometeoritos de antimateria ( ! ) cuyo aniquilamiento provocaría el fe-nómeno. Algunos de estos modelos, los dos últimos por ejemplo, se pue-den descartar fácilmente. Medidas serias de radiactividad no han reve-lado los flujos de radiación gama intensos, supuestos en el planteo correspondiente. En general, ningu-na de las numerosas explicaciones propuestas satisface simultáneamen-te las diferentes características del fenómeno, tales como la energía que se le atribuye, la estabilidad impre-sionante (varios segundos) y su fre-cuencia.

Este último punto merece quizá una mención especial: se había con-siderado durante largo tiempo el ra-yo globular como un fenómeno raro, mucho menos frecuente que los ra-yos ordinarios. Sin embargo, una encuesta estadística reveló que el número de testimonios oculares del relámpago esférico era comparable al de observaciones de impactos de rayos ordinarios vistos por testigos cercanos. A pesar de que todo el mundo ha visto rayos desde lejos, son pocas las personas que han visto caer un rayo en su cercanía y su número sería comparable al de los testigos oculares del rayo globular. El fenómeno sería finalmente tan frecuente como el del rayo ordinario.

Nació liria duda

Una nueva explicación ha sido propuesta: el rayo globular. . . no existiría. Según E. Argyla se trataría pura y simplemente cíe una ilusión óptica debida a la persistencia de la imagen del impacto de un relámpago cercano en la retina. Este impacto, en efecto, tiene buenas razones para crear en el suelo durante un tiempo muy breve, una zona fundida muy luminosa. La persistencia de esta imagen en la retina sería luego in-terpretada como un fenómeno obje-tivo autónomo. Los argumentos en apoyo de esta tesis son numerosos, ya que ésta explica inmediatamente la duración del fenómeno y su fre-cuencia. Esta teoría explica igual-mente los movimientos de la bola de fuego, que no serían otros que los movimientos del globo ocular ten-tando de perseguir un objeto ficticio: la imagen persistente es debida a los conos de la retina y no puede for-marse en el centro de la retina. El ojo es evidentemente incapaz de cen-trar la imagen que parecerá esca-parse continuamente. Se comprende entonces por qué el rayo globular puede atravesar muros y paredes sin causar daño ni dificultades. Los soni-dos y los olores asociados a la desa-parición del rayo globular serían, según esta hipótesis, puramente ilu-sorias. Se trataría de proyecciones psicológicas ficticias, respondiendo a la anticipación de los testimonios y regidos por sus sistemas de asocia-ción mental. A aquellos a quienes esta última hipótesis dejara escépti-cos, Argyle recuerda que la mayoría de los habitantes del Canadá sep-tentrional pretenden percibir una serie de sonidos asociados a las auro-ras boreales de las cuales son espec-tadores. En vez, todas las observa-ciones serias atestiguan que tales rui-dos no existen. Por otra parte, exis-ten testimonios del rayo globular en los cuales los autores mismos ponen en duda la realidad de sus impresio-nes. Quedarían por analizar los po-cos casos de efectos destructivos causados por ese fenómeno. Estos se pueden descartar completamente o unir a los efectos inmediatos del relámpago inicial, interpretados erró-neamente por los observadores co-mo debido al fenómeno posterior del relámpago esférico (la misma ob-servación se podría aplicar a los fe-nómenos auditivos y oloríficos ya mencionados).

No es la primera vez que existen dudas sobre la realidad física del ra-yo globular. Se puede, por ejemplo, observar que no ha podido realizarse ninguna fotografía conveniente y que los testimonios obtenidos son casi siempre de individuos aislados. Co-rresponde a los partidarios del fenó-meno aportar la prueba o explicación fotografiando, registrando o midien-do esta elusiva y quizás ilusoria bola de fuego. O

Solución a meiegol N° 6 El escocés partirá primero

la manzana horizontalmente por la mitad, con lo que se desprenderán las pepas; lue-go cortará cada mitad en cin-co pedazos haciendo el corte en la forma indicada en la fi-gura, hecho lo cual podrá cortar la cápsula dura sin per-der prácticamente nada de la parte comestible.

i i-

Metegol N9 7 Si se toma en la mano el mo-delo de un cubo en forma que pueda girar alrededor de su eje más largo (es decir, la línea que une dos vértices opuestos) se puede devanar hilo arrollándolo a p r e t a d a -mente alrededor del cubo. ¿Qué porción del cubo que-dará cubierta con el hilo? Y si repetimos lo mismo con los otros tres ejes usando hilo de un color diferente cada vez, por ejemplo, además del negro ya usado, rojo, azul y amarillo, ¿cómo quedará cu-bierto el cubo? ¿Con qué co-lores?

13

E N I D E : ¿Ingeniería o investigación?

La creación de la EN IDE despertó entusiasmos e irritaciones. De estas últimas surgieron confusiones tendientes a combatir la creación de la Empresa Estatal y a distraer sus ver-daderos objetivos. El profesor Jorge Sóbate solicitó a CIENCIA NUEVA la publicación de las siguientes declaraciones que colocan a la ENIDE en su justo lugar y tratan de definir

a los intereses que se le oponen.

— La historia de ENIDE es una verdadera "comedia de equívocos" que se inicia con un malentendido^ acer-ca del nombre: los dos matutinos de mayor prestigio del país —que como todo el mundo sabe son La Nación y La Prensa— publicaron un mismo día, en sus páginas uno, artículos en los que se referían a ENIDE como "Empresa Nacional de Ingeniería y Desarrollo" y en los que se decía que se dedicaría fundamentalmente a realizar trabajos de consultaría y de ingeniería en el campo de proyectos de electrificación.

Ambas informaciones son incorrectas: ENIDE quiere decir Empresa Nacional de Investigación y Desarrollo Eléctrico y no se va a ocupar de la electrificación de diversas zonas del país sino que se va a dedicar a promo-ver la producción de tecnología eléctrica argentina.

Ambos diarios publicaron luego aclaraciones, pero ya no en la primera página, a pesar de que fueron hechas públicamente por el Secretario de Estado de Energía y que la primera información era anónima y había llegado a las redacciones en sobres sin remitente ni responsa-ble. . . a pesar de lo cual se precipitaron a publicarla en primera plana. — ENIDE nace así en medio de una confusion que, como todas, es una mezcla de ignorancia e intereses. Veamos entonces qué es ENIDE, qué no es ENIDE y de ese análisis deduciremos las dosis de ignorancia e intereses que intervienen en esa confusión.

El artículo cuarto del Estatuto de ENIDE establece con toda claridad que ENIDE tiene por objeto "produ-cir, distribuir, vender, comprar, exportar, importar e intercambiar conocimiento técnico-científico en el cam-po de la energía eléctrica". Hay otros aspectos, pero éste es el más importante; es decir que es la primera vez que se trata al conocimiento técnico-científico —lo que los ingleses llaman know-how— como lo que es: una mercancía.

ENIDE es la consecuencia de tratar de manejar el problema de la producción de tecnología en el país no ya como derivado espontáneo de la producción de cono-

12

cimientos, sino como un objetivo específico del sistema económico.

En la Argentina hace mucho tiempo que se discute cómo aumentar la autonomía tecnológica del país, cómo disminuir la dependencia, se ha hablado y escrito mucho, pero tengo la impresión personal que los planes pro-puestos tienden a hacer aumentar la producción de co-nocimientos pero no a mejorar nuestra capacidad tecno-lógica, ya que si bien el conocimiento es un insumo de la tecnología, no es el único. Por lo tanto podemos au-mentar la producción de conocimientos, invirtiendo en becas, laboratorios, etc., pero no la de tecnología.

Hay que darse cuenta que esta mercancía que es la tecnología, debe producirse, manejarse, comercializarse y financiarse como tal. — Ahora bien, si es una mercancía, ¿dónde se produce? En las "fábricas de tecnología" que es el nombre pro-saico que reciben los laboratorios de investigación de las firmas industriales y creo que el mejor ejemplo mundial es el Bell Telephone Laboratory, organizado como labo-ratorio pero con la diferencia que si un laboratorio normal de investigación se dedica sólo a producir cono-cimiento y le interesa el conocimiento per se al B.T.L. le interesa el conocimiento para algo muy preciso: para venderlo. Es decir que el B.T.L. produce conocimiento que a su vez produce dinero (lo que permite aumentar la producción de conocimiento) y, además, Premios Nobel, lo que a pesar de que mucha gente crea lo contrario, no es contradictorio.

Pero no es el único ejemplo, ya que todos los labo-ratorios de investigación de las grandes empresas eu-ropeas o norteamericanas son fábricas de tecnología: Philips (que tiene los laboratorios de investigación más grandes de Europa), Siemens, etc. — La creación de ENIDE lleva a la concreción de la primera empresa del país destinada explícitamente a fabricar tecnología, lo que no quiere decir que no haya otros grupos que ya lo hacen, por ejemplo, el grupo de investigación y desarrollo de FATÉ (que ya desem-

bocó en la producción de una calculadora argentina) o el grupo de metalurgia en la Comisión Nacional de Ener-gía Atómica en lo que se refiere a elementos combus-tibles.

E N I D E tiene dos objetivos: uno, específico, de pro-ducir y comercializar tecnología eléctrica y otro, general, de servir de modelo de demostración, que permita orga-nizar otras fábricas de tecnología en otros sectores. Si los argentinos se dan cuenta que ésta es la forma de entrar en el negocio de la tecnología creo que en los próximos años se darán pasos muy importantes en el camino del desarrollo y la independencia tecnológica. — Se ha querido ver en E N I D E un nuevo laboratorio de investigación: E N I D E podrá tener uno o varios la-boratorios de investigación, ya que como necesita pro-ducir conocimiento si no se lo produce otro, tendrá que hacerlo ella misma, pero fundamentalmente utilizará laboratorios ajenos, ya que usa conocimiento para trans-formarlo en mercancía; es decir, E N I D E no es un labo-ratorio. — Otros han .querido ver en E N I D E una gran empresa estatal de consultoría, que no sólo competiría sino que desplazaría a las empresas consultoras privadas: E N I D E no será una empresa consultora y es fácil entender por qué: como he dicho varias veces E N I D E producirá tec-nología, mientras que las empresas consultoras no gene-ran tecnología, sino que la utilizan, es decir, que E N I D E será el complemento natural de la consultoría privada argentina.

Debemos ver claramente que sin E N I D E — o futuras empresas semejantes— las empresas consultoras no serán más que agentes de comercio de tecnología importada, puesto que como no la producen, y la necesitan, enton-ces 3a importarán. Hay que esperar un feliz matrimonio entre E N I D E y los consultores.

Hay consultores a los que estas explicaciones les pa-recen extrañas e incomprensibles, creo que lo que sucede es que la importación de tecnología se ha convertido en un hábito tan corriente que ya no vemos cómo se pro-duce el proceso. Por otra parte a otra gente le parece utópico que Argentina deje de importarla porque, si bien lo alcanzan a reconocer, en el fondo del alma les cuesta superar un pasado de dependencia. — Decía que ha habido publicaciones confusas sobre ENIDE, debo reconocer que ha habido otras claras (por ejemplo, La Opinión recogió sin deformar la informa-ción), pero lo que es más claro es el total silencio de los científicos, siendo ellos, los productores de conoci-miento, los más indicados para defender la idea. — Me paso la vida leyendo artículos sobre la alienación de los científicos y cómo los científicos deben integrarse al desarrollo nacional; incluso en el número 10 de CIENCIA NUEVA u n grupo muy activo de jóvenes ha publicado un trabajo muy agudo sobre el problema de ciencia dependiente, con una posición muy revoluciona-ria y con una bibliografía muy curiosa: un texto de un físico que no vive en la Argentina desde hace varios años — m e han dicho que ha hecho en el extranjero una carrera muy brillante en física teórica pero parece opinar que en la Argentina no se puede hacer nada, es un exi-liado—. El otro es un matemático brillante que espo-rádicamente vive en la Argentina pero encuentra que ' los organismos internacionales son el mejor lugar para obtener fondos para sus actividades en la Argentina.

La mayor parte de estos artículos parecen escritos fuera de la realidad, ya que cuando surge un proyecto

como el de E N I D E que necesita tanto apoyo, recibe diversos ataques frente a la indiferencia de los cientí-ficos.

_ Tengo bastantes amigos científicos y no he recibido ningún llamado de apoyo, sólo uno de curiosidad de u n físico que en tono casi sarcástico me preguntó en q u é andaba metido ¡"con eso de empresas de tecnología"! L e agradecí el llamado ya que, además de ser la única señal de interés, me demostraba que era falsa mi suposición d e que los físicos argentinos habían desaparecido de la faz de la tierra. Otro físico amigo me aclaró que en real idad los matemáticos, los físicos, en una palabra, aquellos que están destinados a generar el conocimiento q u e E N I D E necesita para poder funcionar, no están en este tipo de problemas, están "en otra cosa" que descuento debe ser muy importante.

Comprendo que hay mucha gente que no tiene con-fianza en soluciones parciales: esperan la Revolución para después, a partir de esa hora cero, recién hacer ciencia, investigación, desarrollo. Es una mala cos tumbre que los argentinos vienen practicando más o menos des-de 1812, desde la muerte de Moreno. — Creo que es muy interesante destacar de quién hemos recibido el único apoyo claro y fervoroso, hecho público por medio de una declaración clara y terminante: de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza; parece que los obreros se dan más cuenta de lo que debe y puede hacerse en ciencia en la Argentina que nuestros colegas.

— Creo que este es un caso más en el que se manifiesta la alienación de la izquierda y la derecha f rente al país. Para la derecha (es decir, los liberales, los importadores de conocimientos, los que creen que el país no p u e d e tener vida propia, por ejemplo, vida cultural) sería u n choque fuer te mostrar dentro de cuatro o cinco años una E N I D E vigorosa, usando talento nacional, produ-ciendo desarrollos novedosos en el campo eléctrico, ven-diendo tecnología nacional. Para ellos sería un choque ya que para ellos no es que el país no deba, sino que "no puede" hacer estas cosas.

Pero la izquierda también se vería contrariada, por otros motivos, pero contrariada al fin: para ellos E N I D E tampoco puede existir ya que en un país colonial y dependiente como el nuestro no puede generarse tecno-logía por definición. Una vez más izquierda y derecha se unen para rogar que no haya E N I D E . — N o es la primera vez que se da esta coincidencia, ya pasó con la central de Atucha. La derecha no quería que hubiese una central nuclear: ¿Para qué necesita el país una central nuclear?; ¿qué es ese disparate de que-rer ser independiente en materia de combustible nu-clear?, y si se la tiene debe ser de uranio enriquecido. A la izquierda también le molestaba la existencia de la central, ya tenerla de uranio natural es una contradicción en términos espantosa. Nosotros no recibimos n ingún apoyo de izquierda o derecha durante la lucha por tener la central, nadie nos felicitó —si felicitaciones merecía-mos—, al conseguirla y ahora todos esperan que Atucha no ande; hay un deseo fervoroso que se rompa, Si se rompiese la derecha diría: "¿no les habíamos dicho?"; y la izquierda: "es lógico, es un país d e p e n d i e n t e . . . " Todo volvería a la normalidad y se podría seguir discu-tiendo en términos abstractos. Lo que pasa es que a la izquierda y a la derecha lo que les molesta es la rea-lidad. O

13

de las noticias

* Un método para procrear varo-nes. Un artículo publicado en The Lancet, una importante revista mé-dica inglesa, declara que las parejas que tienen relaciones sexuales fre-cuentes, cuentan con mayor proba-bilidad de concebir hijos varones. El Dr. William James del Universíty College de Londres, ha llegado a es-ta interesante conclusión luego de analizar los hábitos sexuales de pa-rejas norteamericanas, australianas y finlandesas, así como la estadística de nacimientos durante y después de la guerra en Alemania. Este cientí-fico declara que los niños concebi-dos durante la luna de miel tienen mayor probabilidad de ser varones que los que nacen en cualquier otro período del matrimonio.

El mayor número de varones pa-rece estar asociado también con los padres jóvenes; la edad de las ma-dres no sería tan importante ya que en general es el hombre el que de-cide la frecuencia de la relación se-xual. Otro hecho que sirve para co-rroborar su teoría es el alto porcen-taje de varones en los nacimientos posteriores a la guerra.

El Dr. James es partidario de la vieja creencia que asocia la concep-ción del varón con la parte inicial del período fértil de la mujer y la concepción de mujeres con la parte final de éste. Un argumento en con-tra de esta hipótesis es la existencia de mellizos de diferente sexo. Sin embargo, el Dr. James parece haber determinado que estos casos son muy poco frecuentes.

Aceptando la validez de la vieja teoría, una mujer que tiene frecuen-tes relaciones es probable que conci-ba directamente en el período inicial de fertilidad, procreando así un varón.

14

• Doce cilindros en gran serie. En la actualidad sólo dos fabricantes ofrecen automóviles con motores de doce cilindros en V: Ferrari y Lam-borghini. Ambos son automóviles deportivos, altamente sofisticados, de muy subido precio y producidos en pequeñas cantidades.

Por ello puede sorprender la de-cisión de la fábrica inglesa Jaguar-de cambiar su viejo motor de seis cilindros en línea por un nuevo di-seño de doce cilindros en V. La pro-ducción de Jaguar es unas 30 veces mayor que la de las fábricas italia-nas nombradas y sus precios son con-siderablemente más accesibles.

El viejo motor de carrera larga, cámaras hemisféricas y doble árbol de levas en la cabeza, vio la luz por primera vez en 1949. Ganó cinco ve-ces las 24 Horas de Le Mans y al-canzó, 22 años después, los límites de sus posibilidades ele desarrollo.

Los costos de producción del nue-vo motor —construido en fundición de aluminio con cilindros postizos— han sido cuidadosamente planifica-dos, no sólo en el diseño del motor mismo, sino en el de la línea de pro-ducción que incorpora dos máqui-nas transfer de 42 y 57 estaciones para el mecanizado automático de la tapa de cilindros y del blolc, respec-tivamente, con una capacidad de producción de 50.000 unidades anuales, cincuenta por ciento mayor que la actual producción de Jaguar.

• Rotura de huevos. Uno de los pro-blemas de la producción masiva de huevos, es la elevada pérdida por roturas. En Gran Bretaña se calcu-ló que, sobre una producción anual de 15.000 millones de huevos, se rompen 1.000 millones. El fenóme-

no fue evaluado por el Centro de Es-tudios de Aves de Corral, del Conse-jo de Investigaciones Agropecuarias de Edimburgo, llegando a la con-clusión de que el problema está en la gallina misma.

Al parecer, las gallinas no siempre adoptan la misma posición para po-ner huevos; algunas lo hacen de pie, otras en cuclillas y otras sentadas. Las gallinas que ponen sentadas, causan menor rotura, .porque los huevos no golpean contra el suelo. Por otra parte, las gallinas que po-nen de pie, tienen hijas que tam-bién ponen de pie; en realidad la posición de postura, cualquiera sea, es transmitida a la descendencia como rasgo hereditario. Se reco-mienda entonces a los criadores que tengan en cuenta estas modalidades al seleccionar sus gallinas.

El Dr. J. C. Cárter, del referido centro de estudios, ha sugerido un método de selección natural: alojar las aves sobre pisos de hormigón. Las gallinas que ponen de pie rom-perán inevitablemente sus huevos y de esa manera no tendrán descen-dencia.

• Consecuencias de la bomba. Ha causado sensación la muerte de Jaro-mie Hanush, ingeniero de nacionali-dad checoslovaca, naturalizado nor-teamericano. Este científico habría formado parte del equipo que ejecu-tó el proyecto Manhattan, es decir la fabricación de la primera bomba atómica. Las consecuencias del uso de la bomba, según la agencia espa-ñola Cifra, provocaron una profunda depresión en el ingeniero Hanush que culminó con su suicidio el 10 de febrero último en su quinta cercana a Málaga.

a ftueva ventana al universo. c ; t l í t u ! o s del pasado mes de

c u t r ó en pleno f u n c i o n a -. 0 e l nuevo radiotelescopio d o P o r Instituto Max Planck a c l í o í i s t r o n o n ú a de la Univer-

s o Bonn (República Federal a r i i i ) ' montado en el valle de : e n los montes Eifel, no muy d e I-i ciudad de Bonn. Se trata r a d i o t e l e s c o p i o más grande del c > ? con un alcance de 4.000 í e s de años luz, es decir más j s -veces mayor que el aparato » o t e n t e hasta ahora en servicio.

a n tena de este radio telesco-, T-j paraboloide de 100 metros ¿í m e tro, está sostenida por un : o o especial de nuevo diseño 2 p e r m i t e moverse en todas las i o n e s , manteniendo sin em-

i i n a notable precisión. El peso d e l conjunto es de casi 4.000 i d a s y su construcción cleman-á s c í e dos años de trabajo. El

40 millones de marcos, n e s t e radiotelescopio será po-d e t e c t a r y examinar con deta-s o n d a s largas de radio que

o. la Tierra tanto desde las t a s zonas de la Vía Láctea co-e o t r a s galaxias y objetos as-m i e o s más lejanos (gases in-d a r e s , por ejemplo) penetran-i d i s t a n c i a s nunca alcanzadas

e l presente. e c j o i p o científico estará com-

» p o r 40 radioastrónomos, de a l e s una cuarta parte aproxima-

n t e serán extranjeros. Las ins-o . n e s incluyen también un po-t e ! e scop io óptico, de tipo con-

: > n a l . u b i c a c i ó n en una zona apar-

y F » o c o accesible se explica por i t e r f e r e n c i a s que podría sufrir l i o t e l e scop io por parte de ins-' " » n e s de radar e incluso por r e s eléctricos y automóviles.

m i smas razones, su funcio-i r r t r o será exclusivamente noc-

1 prahlema de prioridad. Todo 1 0 v i lista ha soñado poseer al-v e x , mientras esperaba en un

' s t i o n a m i e n t o interminable del , t o » u n aparato secreto especial o n t r o ] e ] a s ] u c e s a s u p a s o cam-o l a s todas a verde. Para los ' o l o r e s de ambulancias de Bur-

a l g o de este sueño se ha con-í o e n realidad. Cerca del hospi-s l l e g r t i n i existe un cruce de seis

i m p o r t a n t e s donde las ambu-

lancias debían aceptar la larga espe-ra por las luces o cruzar la intersec-ción con grandes riesgos. Ahora han colocado radares detectores en los caminos que llevan al cruce, de ma-nera que puedan recoger la señal transmitida por las ambulancias, in-terrumpiendo la rotación normal de las luces para dejar paso al vehículo.

.Los franceses aceptan el experi-mento y comprenden la importancia ele dar prioridad a las ambulancias, pero temen Jas posibles consecuen-cias de este sistema: no faltará el há-bil ingeniero que proyecte una mo-dificación permitiendo la jerarquiza-ción de prioridades, lo que para el. conductor común significaría una es-liera eterna frente a las luces, dado que junto con los conductores ele ambulancias, los bomberos, Ja poli-cía, los vehículos municipales, el pre-sidente, los diputados, el intendente, los mutilados ele guerra, los inváli-dos civiles, las mujeres embarazadas

y las familias numerosas podrían exi-gir, sucesivamente, su derecho de prioridad de paso.

• Terremotos. Una subsidiaria de la Corporación Científica ele Com-putación propone vender los datos obtenidos en un estudio realizado durante los cinco días posteriores al reciente terremoto de Los Angeles. El análisis detecta cómo los movi-mientos de la tierra afectan los edi-ficios erigidos según las estructuras diversas del suelo. La compañía En-vironmental Research Corporation declara que este estudio debería proveer nueva información, permi-tiendo mejorar los métodos ele elec-ción de los lugares edificables y los diseños ele posibles edificios.

Entre los hituros clientes se con-tarían compañías de servicios públi-cos, empresas de construcción, agen-cias de seguro, etc. O*

Computación de imágenes Siempre se ha considerado que el problema de almacenamiento de imágenes en la memoria de la computadora es delicado y de difícil solución. León D. Harmon, del Laboratorio Bell, ha iniciado un estudio de cuál es la mínima cantidad de información visual que debe guardarse para un fácil reconocimiento de la figura.

Aquí reproducimos un ejemplo en el que la fotografía original se ha reducido a cerca de 200 cuadrados, cada uno de ellos de tonalidad uniforme dentro de una gama de diez posibles, es decir que conociendo el valor y la ubicación de 200 dígitos se reconstruye la imagen original. Si tiene inconveniente en reconocer el personaje, aléjese un par de metros.

15

La revolución termonuclear

Entrevista a Darcy Ribeiro

Estamos en los umbrales de una nueva revolución tecnológica cuyo efecto más notorio será la unificación de las cultu-ras y hasta de las lenguas. La antropolo-gía dialéctica propone nuevas respuestas.

Darcy Ribeiro nació en Minas Gerais en 1922. Estudió antropología, sociología y ciencia política en San Pablo, en donde se graduó en 1945. Pasó diez años con las tribus del Amazonas y el centro del Brasil, más tarde fue profesor de la Universidad de Brasil, en Río de Janeiro y primer Rector de la Universidad de Brasilia, en 1961. En 1962 fue Ministro de Educación y Cultura, en 1964 profesor de antropología en la Universidad de la República (Montevideo) y en 1970 profesor de la Universidad Central de Venezuela. Actualmente se desempeña en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de Santiago de Chile.

16

Ciencia Nueva: ¿Cuál es su interpretación, como antro-pólogo cultural, de la situación actual del mundo, den-tro de un proceso civilizatorio?

Darcy Ribeiro: A mi juicio estamos en los umbrales de una nueva revolución, semejante a la industrial pero de una potencialidad mucho mayor. A esta revolución, a falta de nombre mejor, la llamo Revolución Termo-nuclear dada la importancia de los factores energéticos y de todo lo que es la ciencia y la técnica modernas: los transistores, las computadoras, en fin todo lo que se desarrolló después de la Segunda Guerra Mundial,

Postulo que la acumulación cuantitativa está alcan-zando un nivel en el cual la transformación se hace cua-litativa, es decir, estamos frente a una nueva revolución y no a un desdoblamiento de la Revolución Industrial. Reconozco que es difícil verla y, sobre todo, anticipar sus efectos. Creo que nuestra situación frente a esa revolución es comparable con la de un observador de 1820 con respecto a la Industrial: en 1820 no había motores y una revolución industrial sin motores es in-comprensible, sin embargo hoy cualquier historiador afirma que en 1820 la Revolución Industrial ya estaba desencadenada . . .

Mucha gente piensa que Marx opinaba que el motor de la historia era la lucha de clases y sólo la lucha de clases; creo que es una mala lectura de Marx. Para Marx la historia tiene dos motores: la lucha de clases —que es válida para análisis coyunturales, para cortos espacios de tiempo— y la contradicción entre el des-arrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción, que es primer principio de Marx, para grandes espacios de tiempo.

M u y poca gente sabe que fue Engels el que proba-blemente utilizó por pr imera vez el concepto de Revo-lución Industrial para designar al conjunto de innova-ciones tecnológicas que alteró los medios de producción y provocó una crisis con las precedentes relaciones de producción, causando transformaciones muy profundas en la sociedad.

La Revolución Indust r ia l cambió todo: la patria, la familia , las motivaciones . . . la vida de la gente cambió más durante la Revolución Industrial que en los qui-nientos años precedentes.

Creo que algunos de los efectos de la Revolución Ter-monuclear ya son visibles y entre ellos hay uno que t endrá importancia capital: es el de la superación de la dicotomía fundamental del saber humano.

Desde la aparición de la primera civilización, la cul-tura —es decir: el conjunto de modos de acción, de comprensión, de tradiciones de una sociedad humana—• se dividió en una cultura vulgar, que residía en el pue-blo, y una erudita, reservada a los letrados (en ella incluyo la escri tura).

H o y todavía persiste esa dicotomía entre cultura vulgar y erudita; en part icular, la ciencia es una parcela de esta última, ya que es la par te más responsable del discurso del hombre sobre la naturaleza de las cosas y sus relaciones. Sólo una parcela del saber humano que también involucra la tecnología, la poesía, la filosofía, etcétera.

E s muy probable que uno de los efectos de la Revo-lución Termonuclear sea la de anular las diferencias en t r e ambas culturas y la creación de una nueva cultura que estará impregnada de contenidos y explicaciones científicas y que se comunicará a toda la sociedad.

C. N,: ¿Puede darnos algunos ejemplos que avalen la afirmación de que la cultura tiende a unificarse?

D. R.: En Estados Unidos , en 1965 el 60 por ciento de los jóvenes en edad universitaria concurría a la uni-versidad; seguramente, en el año 2000 prácticamente todos pasarán por aulas de enseñanza superior. Pero cuando la totalidad de la población pasa por la univer-sidad, la diferencia entre cultura vulgar y erudita ne-cesariamente tiene que disminuir. Es decir que puede preverse una homogeneización de la visión del mundo.

H a c e 5.000 ó 6 .000 años la humanidad era mucho más variada: hablaba miles de lenguas ininteligibles en t r e sí y las visiones del mundo que tenía cada grupo eran muy diferentes, de la misma forma que eran disí-miles la historia de cada pueblo, su mitología y la inter-pretación de su propia experiencia. ¿Qué ocurrió desde entonces? La humanidad es mucho más homogénea: más homogéneas las lenguas que habla, más homogéneas las razas que se mezclaron produciendo mestizos y mula-tos , más homogénea la comprensión de las cosas y la explicación que se da de ellas. En casi todo el mundo se conoce y se usa el automóvil o la radio de transis-tores . Creo que la consecuencia fundamental de esta homogeneización creciente será la racionalización de los modos de acción humana y esto involucra amenazas y promesas extraordinarias.

Pas teur , por ejemplo, descubrió hace pocos años, ape-nas un siglo atrás, que había un animalito más pequeño q u e todos los animalitos conocidos que era el agente

causante de las enfermedades . . . hoy llamamos a esos animalitos microbios, conocemos las bacterias y los vi-rus y sabemos sobre ellos muchas cosas más. Esa teoría de Pasteur no se enfrentó con un vacío, preexistía una serie de explicaciones irracionales del origen sobrenatu-ral de las enfermedades, el "mal ele o jo" y otras se-mejantes; sin embargo, la humanidad absorbió rápida-mente la información racional y científica, probablemen-te porque se trataba de enfermedad, dolor o muerte, a pesar de las reacciones que la teoría de Pasteur —y la vacunación— despertaron al principio. Sin embargo, repito, esta idea se difundió rápidamente a pesar de que no era una idea fácil, ya que para la mayor parte de la población un microbio es una entelequia. Es decir que una visión de tipo (racional) tiende a substituir toda otra visión residual que se tenga.

Pero veamos otros ejemplo: hoy en EE.UU. cualquier empresa sabe que es buen negocio hacer publicidad por televisión y que ciertas ideas difundidas así se impo-nen. Sin embargo, nadie pensó en utilizar esta maqui-naria para difundir una nueva actitud del blanco res-pecto del negro. En EE.UU. la actitud blanco-negro y negro-blanco es residual porque la sociedad genera acti-tudes de dos grupos que son socialmente competitivos, que conducen marcas raciales distintas, cargadas emo-cionalmente. Probablemente se lograrían efectos impor-tantes si los mismos esfuerzos que se usan en tratar de vender Coca-Cola se dedicaran a tratar de asociar una idea cordial o simpática con la imagen del negro.

Yo tuve una experiencia interesante cuando organicé en Brasil el Museo del Indio: verificamos que todos identifican el indio con el cazador de cabezas, el salvaje. Mi iclea fue provocar una catarsis al entrar al Museo: lo primero que se veía era una pared de seis metros por siete cubierta de fotos de indios sonriendo . . .

Pese a algunos avances, no hay que olvidar la enorme cantidad de terrenos en los cuales las conductas resi-duales no han sido todavía sustituidas por conductas intencionales: basta con considerar la capacidad diso-ciativa de la sociedad (piensen en la increíble cantidad de enfermos mentales que produce Buenos Aires, como cualquier gran ciudad) y reconocer que es preciso en-contrar una forma de acción racional capaz de com-pensarla.

C. IV.: Es un lugar común afirmar que cada día el tra-bajo y el lenguaje de los especialistas es de más difícil comprensión para el profano, es decir, que contraria-mente a lo que usted afirmó parece que aumentara la distancia entre el saber vulgar y el saber erudito.

D. R.: Hoy el científico ya no es "e l sabio", es un espe-cialista entrenado para trabajar en las fronteras del saber, pero la especialización se hace sobre una visión general del mundo, que es una cultura vulgar.

La Revolución Termonuclear no va a hacer de cada persona un técnico especialista, va a revolucionar la ca-lidad de la información y la visión del mundo que cada hombre recibe. Nuestra visión del mundo se alimenta en parte por aquellas nociones que nos da la escuela, pero una persona llega a la escuela hablando su lengua y con una información básica sobre el mundo y es esta información la que va a transformarse, en un sentido intencional y enriquecedor.

17

Esta visión del mundo no se basará más en mitos, al mirar el cielo no se proyectará una mitología griega o la de los indios matacos. Yo viví muchos años en medio de los indios que trataban de explicarme constelaciones que sólo existen en su mitología. ¿Qué es una conste-lación? Es un ordenamiento artificial.

Cuando los indios del Chaco me mostraban los ojos del ñandú, yo veía la Cruz del S u r . . . y ninguna de las dos cosas es correcta, Ninguna de las dos visiones será transmitida. Se transmitirá una idea del universo side-ral, que será común a todas las sociedades.

C. N.: ¿Qué otro efecto uniformante puede preverse?

D. R.: El desarrollo de una lengua común. Parece pro-fecía de loco, pero creo que es altamente probable que se desarrolle una lengua común, ya que la precariedad del lenguaje es el principal factor de atraso de las socie-dades humanas.

Un lenguaje consiste en atribuir a signos vocales va-lores de significado arbitrario: en cualquier lengua el sonido para "madre" serviría perfectamente para de-signar el cielo . . . sin embargo esa arbitrariedad es una clasificación del mundo.

Actualmente hay grupos que trabajan en problemas de traducción con computadoras que están en la bús-queda de un lenguaje de carácter analógico que sirva de comodín para la traducción. Es muy probable que esa lengua sea —una vez terminada— tan fácil de co-municar que gran parte de la educación la utilice. Esta lengua será el reflejo de una clasificación del mundo mucho más racional que la actual en la cual el sentido lógico de las oposiciones plantas/animales, vegetales/ minerales o vivo/muerto no tienen conexión con las formas vocales correspondientes. Recordemos que las lenguas son probablemente la cosa más vieja de las que utilizamos actualmente. El tejido es también muy viejo —tiene 14.000 ó 16.000 años— y nosotros seguimos usando la técnica aunque el hilo sea sintético, pero pro-bablemente esta cosa antigua desaparecerá y nos vesti-remos en el futuro con cosas muy distintas. Pero el idioma es mucho más viejo, se desarrolló simultánea-mente con todo el proceso de humanización y esa huma-nización es un proceso de desarrollo que tiene más de un millón de años.

C. 2V.; Si la Revolución Termonuclear va a provocar au-tomáticamente la uniformación de todos los pueblos del mundo, ¿por qué hablar de revolución social? ¿Por qué hablar de esfuerzos políticos para intervenir en el pro-ceso?

D. R,: La Revolución Termonuclear no es la revolución, es una de las revoluciones. Las civilizaciones fueron hechas por una sucesión de revoluciones diferentes, por ejemplo, la Revolución Agrícola por la cual la huma-nidad de dos millones de seres que se alimentaban de lo que encontraban en la faz de la tierra, pasaron a hacer la naturaleza, a cultivar y producir para ellos. Y "el los" llegan a ser 600.000.000 de habitantes. Luego se sucedieron otras revoluciones que, a mi juicio, son ocho.

Repi to que debemos recordar que la Revolución Ter-monuclear es una revolución tecnológica y la carac-

terística común a todas ellas es que las sociedades ac-tivadas por una revolución tecnológica utilizan los beneficios que obtienen de esta revolución para impo-nerse a otras sociedades y no para ser bondadosas y dadivosas.

Cuando una sociedad ingresa en la civilización corres-pondiente a una revolución tecnológica en forma autó-noma, como un pueblo dueño de sí mismo, hace un paso que yo llamo aceleración evolutiva. Antiguamente se pensaba a la historia como una escalera en cuyos peldaños había pueblos diferentes, pero siempre en la misma escalera; hoy sabemos que el subdesarrollo no es la víspera del desarrollo, sino la contrapartida necesaria. Un pueblo puede pasar de una escala evolutiva a otra, por aceleración evolutiva o por actualización histórica. Por ejemplo, los negros africanos traídos a América, no evolucionan por aceleración de la condición tribal a la esclavista, sino que son incorporados como proletariado interno y utilizados como carbón humano por otra so-ciedad, es decir, son actualizados históricamente, lo que es muy distinto a experimentar una eceleración evolu-tiva. Veamos el caso de América latina y Estados Uni-dos: después de la independencia, EE. UU experimentó una aceleración evolutiva, dejando la condición colonial para pasar a la mercantil, mientras que nosotros sufri-mos una incorporación histórica por la cual dejamos de ser colonia ibérica para pasar a la condición neocolo-nial, primero bajo Inglaterra y luego bajo los EE.UU. Y esto pasó porque el proyecto de nuestra clase domi-nante era el de mantenernos como proveedores y este proyecto impedía generalizar la prosperidad del pueblo.

Volviendo a la pregunta, nada nos asegura que la Revolución Termonuclear sea actualizadora, lo que es probable es que tenga posibilidades actualizadoras y tienda a dar ventajas a los pueblos céntricos, mantenien-do las condiciones de dependencia. ¿Cómo se está ini-ciando la Revolución Termonuclear en América latina? A través de las empresas multinacionales. Estas empre-sas no entran solas a un país, sino asociadas a empresas nacionales, y recordemos que el proyecto de nuestra clase dominante es un proyecto de actualización histó-rica, de prosperidad asociada a la de las grandes em-presas extranjeras, particularmente norteamericanas. Si aceptamos esta asociación aceptamos la incorporación histórica. Toda revolución — y en particular la Termo-nuclear— es una promesa de progreso para todos los pueblos del mundo, pero si optamos por modernizarnos como reflejo del progreso ajeno significa que optamos por convertirnos en utilizadores de los frutos de tec-nología ajena y no en poseedores de las semillas del saber nuevo que nos permita utilizarlo en función de intereses nacionales.

Es necesario una ruptura con los intereses comunes de las capas dominantes internas con el mercado mun-dial para poder imponer nuestro proyecto de ordena-miento social que posibilite la utilización de las poten-cialidades de esta nueva revolución tecnológica en el sentido de generalizar la prosperidad y no seguir privi-legiando las capas dominantes internas.

C.N.: Aparentemente, de lo dicho parece deducirse que lo único que justifica la necesidad de una. Revolución, de una inserción en un proceso civilizatorio, es la nece-sidad de "ser actor". Nos gustaría que explicitase si el "ser actor" modifica el camino que lleva hacia esa civi-

¡Qací" na tontnc-c ¿gafe ¿í

«pjbcni

ijKiiecíii-1

¿ríon'if: fildiih ieepE.r¡; tós8BÍ¡" As ¡él! ¡aspé-Í! .Et: ,.: * ¡man)

os, abntn ~ j »

rj'.'.17 ' apaptt po: el «El pitó*!

&ja:i

18

l ías ac ión o si simplemente pasa a engrosarlo cuantitati-v a m e n t e . Concretando, ¿América latina tiene caracte-r í s t i c a s propias que le permitirían cambiar el proceso j;i l lega a "ser actor"?

X>. R.: Un pueblo vive y se expresa en su cultura; una c i v i l i z a c i ó n en los estilos de esa civilización. Los distin-t o s pueblos del mundo estarán atrapados en el fu tu ro p o r una cultura mucho más rica e infinitamente más v a r i a d a que la de hoy, pero tendrá sus estilos, sus formas p r o p i a s de expresión y cada pueblo se expresará dent ro d e ella.

¿ Q u é contribución puede dar un pueblo? Casi ningu-n a contr ibución original si ese pueblo es proletariado de a l g u i e n , de un grupo central que desarrolla tecnología, l a g r a n tecnología; su cultura es intrínsecamente alie-n a d a . Po r ejemplo, América latina durante varios siglos

-hasta hace muy poco— absorbió la visión europea s e g ú n la cual la forma más estética y noble de la figura h u m a n a era la del blanco caucasiano, europeo. Fue a p r e n d i e n d o a tener de su propia figura una idea de i n f e r i o r i d a d , ya que no alcanzaba la imagen ele la divi-n i d a d . En base a esta concepción de diferencias raciales s e explicaba el atraso de América latina. Nuestros pue-b l o s eran de "segunda clase". Y ese es el caso de gran-d e s pensadores argentinos como Alberdi o Sarmiento ( é s t e con su tremenda cara de indio . . .) que tenían u n a especie de resentimiento contra su propio pueblo al c r e e r que no era buena materia prima. Sin embargo, p e n s e m o s en la prueba de lo contrario que tenían: fue-r o n los argentinos originales que hicieron la independen-c i a , abrieron el territorio y crearon la Nación, fueron l o s 800 .000 "originales" los que provocaron el alud de c u a t r o millones que transfiguró la imagen argentina y e n g ran parte esta hafiaza fue promovida y facilitada p o r el concepto de que el pueblo que había hecho el p a í s era de segunda clase.

U n a de las trampas culturales más curiosas de este p r o c e s o es que un argentino hi jo de polacos, italianos o a lemanes aprende a tomar como abuelo dignificado!-

a l M a r t í n Fierro. Es increíble el culto al gaucho, que fue p e r s e g u i d o , cazado y liquidado y que se ha convertido e n imagen dignificación! del nieto del que llegó en el f o n d o de un barco.

E s increíble que no haya, por ejemplo en la litera-t u r a argentina, nada que sea dignificatorio del verdadero a b u e l o de la mayor parte de los argentinos. Es una ab-s o r c i ó n de imagen ajena y es una absorción tramposa. E n cada escuela se comunica la imagen heroica del Mar-t í n Fierro y la verdad es que los Martín Fierro del p a s a d o fueron liquidados y los actuales no sólo ocupan l a s m á s bajas capas sociales sino que siguen siendo opri-m i d o s y despreciados como argentinos, ya que la ten-d e n c i a normal de un argentino cuando ve un morocho e s pensar que es boliviano, o paraguayo . . . o brasileño, c o m o yo.

C . IV..- De todas maneras quedan dudas. ¿El único fac-t o r dinámico dentro del proceso civilizatorio es la tec-n o l o g í a ? Dejando de lado el caso argentino en el que la inmigración alteró la imagen original, tomemos los pue-b l o s africanos, con culturas ancestrales; Europa tiende a ver toda vía civilizatoria que 110 sea la occidental como r é m o r a arcaica o recuerdo de la prehistoria ¿no pueden

(Continúa en página 22)

Revoluciones tecnológicas

Revolución Agrícola

Agricultura Pastoreo Cestería Tejido Cerámica

Revolución Urbana

Arados Vehículos

de rueda Tracción

animal Regadío Ladrillos Cobre-bronce Edificación

en piedra Sellos Veleros

Revolución del Regadío

Compuertas y canales

Abono Caminos Azulejos Porcelana Instrumentos

metálicos Polea, prensa Cabrestantes Pesos y

medidas Arquitectura

monu-mental

Escritura ideográfica

Matemáticas Astronomía Calendarios

Revolución Metalúrgica

Hierro forjado

Acuñación Muela

rotativa Noria, grúa Armas y he-

rramientas de hierro

Acueductos Molinos

hidráulicos Alfabeto Numeración

decimal

Faros ma-rinos

Revolución Pastoril

Caballería Frenos Estribos Herraduras Arnés de

silla Arnés rígido Aparejos hi-

dráulicos Molinos de

viento Alambiques Molinos de

tracción animal

Revolución Mercantil

Veleros oceánicos

Brújula Aparatos

ópticos Timón fijo Mapas Cronómetros Armas de

fuego Papel, im-

prenta Máquinas hi-

dráulicas Tornos Taladros Aleaciones Biela, cardán

Revolución Industrial

Acero, coke Motores de

carbón, eléctricos, de com-bustión interna

Goma Máquinas-he-

rramientas Tornos au-

tomáticos Acido sulfú-

rico, soda Prensas hi-

dráulicas Turbinas,

dínamos

industria textil, quí-mica, me-talúrgica

Locomotoras Buques de

vapor Automóviles Aviones Submarinos

juinas agrícolas

Aparatos eléctricos

Refrigeración Telégrafo,

teléfono Fonógrafo Radiodi-

fusión Fotografía,

cine Televisión Cemento

armado

Revolución Termo-nuclear

Electrónica Transistores Knd.at Helicópteros Retropro-

pulsión Reactor

nuclear Bomba

atómica Batería solar Compu-

tadores Automación Grabación

magnética Luz cohe-

rente Proyectos

espaciales Radioteles-

copio Plásticos Sintéticos:

fertilizan-tes, herbi-cidas, ger-micidas

Desaliniza-ción del agua de mar

Gasificación subterrá-nea del carbón

19

Etapas de la evolución sociocultural Procesos civilizatorios y formaciones socioculturales correspondientes

PUEBLOS TRIBALES

Aldeas Agrícolas Indiferenciadas

Marajoara (1000) Tarmo (—1.500) Fayum (—4500) Tuptnarnbá ( _ 1 6 0 0 ) KwakiutI (—2070) Zuñí Ifugao Dobu Tikopia Maorí Mandinga Ashanti

Hordas Pastoriles Nómades

Mbaya Comanche Chukchi Nuer Sakalave

E T N I A S NACIONALES

Estados Rurales Artesanales

Unik , Ur, Kish (—4000 a —3000) Eridu, Menfis, Tebas (—4000 a —5000) Mohenjo-Daro y Harapa (—2800) Hsia, Yang-Shao (—2000 Tiro, Sidón, Biblos (—3000 a —1000) Micenas (—1700) Minoica (—1400) Urar tu (—1000) Maarib (—700) Khmer (—500) Palestina (—1000) Atenas (—600) Roma (—300) Kushan (—500) Uxmal (—1000) Mamón (—600) Galinazo (—700) Mochica (—200) Chibcha (1000) Rus (1000) Ghana (800) Mali (1300)

CIVILIZACIONES

Imperios Teocráticos de Regadío

Accadia (—2350) Babilonia ( _ 1 7 0 0 ) Egipcia I Egipcia I I (—1750) Sínica (—1122) Chin y Han —220)

Tang (618) Ming (1368) Camboya (600) Maya (—100) Azteca (1200) Chimú (1100) Inca (1300)

Imperios Mercantiles Esclavistas

Asiría (—1171) Aquemenida (—600) Helénica (—400) Cartaginesa (—200) Romana (—27)

REGIONALES

Imperios Despóticos Salvacionistas

Sasánida (—226) Islámica (651) Otomana (1460) Timurida (1530)

Jefaturas Pastoriles Nómades

Hicksos (—1700) Hititas (—1600) Kassitas (—1600) Arios (—1300) Aqueos (—1200) Escitas (—500) Hunos (—200) Sakad (—100) Teutones (300) Arabes (600) Vándalos (400) Visigodos (400) Húngaios (600) Turcos (600) Mongoles (1200) Manchúes (1500)

20

C I V I L I Z A C I O N E S M U N D I A L E S

Imperios Mercantiles Salvacionistas

España (1500) Portugal (1500) Rusia (1500)

Capitalismo Mercantil

Holanda (1600) Inglaterra (1650) Francia (1700)

Colonialismo Esclavista

Amér. Española (1500) Brasil (1550) Antillas Brit. (1650)

Colonialismo Mercantil

Indonesia (1600-1945) India (1876-1945) Angola (desde 1648)

Imperialismo Industrial

Inglaterra (1850) Francia (1880) EE.UU. (1890) Japón (1910)

Neocolonialismo

Brasil Venezuela India

Socialismo Revolucionario

URSS (1917) Europa Oriental (1945) China (1949) Corea N. (1948) Vielnam N. (1954) Cuba (1959)

Socialismo Evolutivo

Suecia (1950) Dinamarca (1950) Inglaterra (1965)

Nacionalismo Modernizado!-

México (1940) Egipto (1953) Argelia (1962)

Colonialismo de Poblamiento

EE.UU. (1650) Canadá (1800) Australia (1850)

N o t a : La relación de sociedades es m e r a m e n t e ejempli-f ica t iva de l pa rad igma de cada fo rmac ión . Las fechas an-te r iores a nues t ra era son indicadas con u n signo negativo. E j e m p l o : — 100 = 100 años antes de Cr is to .

V V

SOCIEDADES FUTURAS

21

considerarse como vías distintas con aspectos que pue-den enriquecer esa civilización futura? o, insistiendo, ¿la única vía dinámica y enriquecedora es la tecnología oc-cidental?

D. R.: La pregunta plantea, por lo menos, cinco proble-mas diferentes. En los análisis de alto alcance histórico resalta la importancia de las revoluciones tecnológicas como ordenadores de la historia humana. Los hombres se distinguen entre antes y después de la revolución agrícola. Pero en los análisis históricos a corto plazo, coyunturaies, resalta la contraposición de intereses de agentes antagónicos entre los componentes de una so-ciedad estratificada en clases. Y el proyecto de una sociedad se define por la condición de prosperidad de su capa dominante. Y esta capa puede tener como pro-yecto de prosperidad gastar anualmente 20.000 negros africanos en cafetales o plantaciones de azúcar. Pero el negro puede mestizar y hacer un pueblo y estar pre-sente en una sociedad que no fue deseada. Sí esta so-ciedad sigue teniendo la misma capa dominante, con los mismos intereses, tiene que " a t r a p a r " esa gente, ya no para quemarla como esclavos sino como asalariados. De donde surge la importancia de la lucha de clases en los análisis de situaciones históricas concretas.

O t r o problema planteado era el de la singularidad. Una de las características fundamenta les de América latina es la homogeneización que logró España, la misma España que nunca pudo asimilar a catalanes o vascos; los idiomas españoles hablados en las américas difieren mucho menos que los hablados en España. Y esa homo-geneización se debe a la inmensa violencia y brutalidad del proceso civilizatorio. Han quedado algunas "pie-d ra s " que no fueron asimiladas como los restos aztecas o incaicos, pero indudablemente nuestro fu tu ro no es el de un mosaico como Gran Bretaña en el cual, por ejemplo, los galeses en algunos casos aparecen atrasa-dos, pero son asimismo una variante que ennoblece el conjunto británico, por tener modos de ser distintos pero conciliables dentro de un ser nacional.

Chile tiene un problema con 600.000 araucanos. Us-tedes no lo tienen porque los asesinaron: cuando Ar-gentina llegó a la independencia había alrededor de 400 .000 araucanos o sea, alrededor de la mitad de la población total. Esta población fue muy miserable por-que maduró muy temprano para la historia, quiso exis-tir como pueblo —como araucanos— en momentos que no había ni Naciones Unidas ni nada de lo que proteje hoy a africanos. Los pueblos que pasan hoy de la con-dición tribal a la nacional, tienen más posibilidades de expresarse que los araucanos, que cuando lo hicieron fue ron cazados, encarcelados y muertos . Aquí y en Chile. Pero en Chile logró sobrevivir un grupo sufi-cientemente grande. Actualmente, en Chile, por pri-mera vez los araucanos tienden a ser aceptados como una forma de ser de los chilenos y Chile será tanto más rico por el hecho de tener más de una cara, mien-tras que la uniformidad de los 94 .000 .000 de brasileños es aplastante, tanto como la de los norteamericanos.

C. N.: ¿Pero esa uniformidad norteamericana no sería diferente sin los negros?

D. R.: H a y dos EE.UU. : uno es el de la construcción de un proyecto de grandes esclavistas (como Brasil o

22

Venezuela) y otro es el de los inmigrantes, que eran el excedente de población que Europa lanzaba. Los dos EE.UU. iniciaron su unidad con una guerra: la de Se-cesión, ¡tan grande era la diferencia! Esas tensiones aún existen y son muy fuertes, pero son tensiones entre dos espacios de la Nación. El gran desafío norteamericano es encontrar un molde en el que fundirse con su con-tinente negro.

C. N.: Nuestra pregunta tendía a conocer su opinión acerca de si el proceso civilizatorio sería el mismo si los actores principales son sólo los pueblos occidentales o si se incorpora, por ejemplo, Asia. ¿Puede haber un cambio cualitativo?

D. R.: Según nuestra percepción tradicional —heredada de la visión europea— el progreso, la civilización indus-trial, el desarrollo humano, es una hazaña del hombre blanco.

La Revolución Mercantil de 1500 es barcos con ti-món, brújula, astrolabio. Lo que nos enseña la antropo-logía moderna es que si la Revolución Mercantil no hubiese ocurrido en Europa, hubiera ocurrido necesaria-mente en el mundo árabe o chino. Digamos que ocurrió ocasionalmente — o precozmente— en Europa, pero podría haber ocurrido en el imperio árabe, mucho más estable y cinco veces mayor que el romano. N o olvide-mos que el timón fijo, la brújula, la vela latina son contribuciones de los árabes que estuvieron 700 años educando y civilizando España. Si la Revolución Mer-cantil hubiese sido china, hubiera impregnado el mundo de características chinas.

Mucha gente identifica de tal forma ciertos avances con Europa que, aunque no lo afirman, piensan que la nafta es occidental y cristiana. Cuando China absorbe la nafta y la tecnología fundada en la naf ta y el motor de explosión, ¿absorbe Europa? No, absorbe tecnología para dinamizar su antigua tradición; en este sentido China va a expresar las potencialidades de su cultura, pero es poco probable que, como sucedió en Europa, tienda a la construcción de cuerpos civilizatorios muy diferenciados.

La tendencia es a que sean más uniformes y lo serán más en la medida en que la comprensión que tengamos del mundo esté afincada en la ciencia.

C. N.: Si la civilización va hacia la uniformidad es que también van hacia ella los hombres, ¿en qué medida hay un proceso de afirmación personal?

D. R.: En los últimos siglos hubo una uniformación lingüística y racial y ambas están en marcha; si agre-gamos una uniformación de la visión del mundo basada en conceptos científicos, la uniformidad será mayor. Sin embargo, esa uniformidad es contradictoria con otro concepto.

Todas las sociedades, en la medida en que se estra-tificaron, fueron terriblemente alienantes; los hombres se tornaron mucho más pobres. Tomemos un ejemplo: un indígena que trenza un cesto o hace una olla pone diez veces más trabajo que el necesario y lo hace porque siente que se expresa caligráficamente. Cualquiera en la tribu que vea la olla reconoce al autor , tal como los

indios con los que viví reconocían al autor de una punta de flecha que yo tenía o recogía.

Los autores se expresan en las cosas que hacen y se empobrecen en la medida que no tiene opor tunidad de expresión, como el obrero que se sienta delante del telar a ejecutar un diseño ajeno.

Es muy probable que en las civilizaciones fu tu ras habrá una separación neta entre la industrialización ma-siva y la valoración de los productos artesanales. Supon-go que el h o m b r e va a devolverse a sí mismo en la medida que tenga más t iempo libre.

C. N.: ¿Qué influencia tendrá la evolución Termonuclear en las relaciones de dependencia entre pueblos centra-les y dependientes?

D. R.: La condición para que nos integremos a la nueva civilización es una revolución social que posibili te un proyecto nacional correspondiente a los intereses de todos y no de algunos. Sabemos que China está ingre-sando en la civilización oriental en forma au tónoma y nosotros, latinoamericanos, no. ¿Quiere decir que t ienen más elementos tecnológicos que nosotros, más automó-viles o computadoras? Sin duda alguna, no. Pe ro fue ron capaces de poner un satélite en órbita y sintet izar la insulina. N o hay tampoco duda que China está experi-mentando una aceleración evolutiva por la cual los 1.800 millones de chinos del año 2000 estarán tan integrados en la situación del año 2000 como los norte-americanos, po rque ambos asumieron el comando.

Los lat inoamericanos, que aparentemente t ienen hoy más que los chinos, están en un nivel subal terno que hace que, aunque en el año 2 0 0 0 tengan muchas más cosas, seguirán estando en la segunda clase . . . a menos que hagan su revolución. Pe ro no nos engañemos. Mu-chos pensaron — o actuaron como si hubiesen pensa-do— que la revolución bolchevique iba a ser la ú l t ima y después sobrevendría la paz total. Probablemente las revoluciones sociales existirán siempre para reordenar las sociedades según tablas de valores vigentes en cada momento. Ninguna de ellas es final, ni la bolchevique, ni la china, ni la que se plantea EE.UU.; son sólo in-termedias. Pero la Revolución Termonuclear es o t ro tipo de revolución: es una revolución tecnológica, y la cosa es mucho más complicada.

Hace mucho que la humanidad tiene todas las con-diciones técnicas para dar prosperidad a todos. N o la da porque la es t ructura social es coartadora. H a y una dinámica permanente entre los medios de producción (eso es tecnología) y las relaciones de producción, que son constrictivas. E l problema permanente es romper esas relaciones. Es decir, no se necesita una revolución tecnológica para que cada argentino tenga un auto y una heladera; es la es t ructura social la que lo impide . Es decir, lo que se necesita es una revolución total.

¿Qué ocurre cuando hay una revolución tecnológica? Aumentan las posibilidades de producción de bienes y con ella la abundancia . . . en una sociedad l ibre. E n una sociedad como la norteamericana la automatización puede representar desempleo y miseria.

C. N.: ¿Cómo asocia la actividad del antropólogo-etnó-logo con la del antropólogo cultural en esta perspectiva civilizatoria?

D. R.: Es complicado. Siempre h u b o antropólogos en las sociedades humanas , ya que la antropología es una exploración de cómo los hombres miran hacia el hori-zonte y de cuáles son los factores de la evolución huma-na. La antropología está impregnada de muchos valores que vienen de las tradiciones, es decir, muy susceptibles de alienación.

Fueron antropólogos Alberdi , Ingenieros y Sarmiento y antropología lo que hicieron cuando explicaron que el factor fundamen ta l del atraso lat inoamericano eran las razas inferiores, o cuando dejaron esas ideas para barajar otras — t a m b i é n científicas— en función de la influencia del clima, que era de segunda calidad.

En ese m o m e n t o existía ot ra explicación — q u e era la de M a r x — que decía que el atraso se debía a la es-t ructura colonial y la explotación clasista, pero eso nun-ca pasó por sus horizontes de percepción. E n ese hori-zonte sólo aparecieron factores inmutables o mutables sólo si se t ransporta toda la población japonesa en sus-t i tución de la anterior . . . proyecto cuya única belleza es su grandeza.

Cualquier argent ino que hoy propusiese esto sería un paranoico, pero aquellos "paranoicos" clel año 80 pro-ponían construir una Nación con una generosidad formidable .

La antropología p r o d u j o eso, como ciencia que era una conciencia — d e f o r m a d a — de la visión europea del m u n d o que nosot ros absorbíamos sin criticar y esa acep-tación era nuestra condena al atraso.

Yo hice antropología toda mi vida, t rabajando con indígenas y viviendo cinco años ent re ellos, haciendo etnología indígena y estudios en poblaciones campesinas. Más t a rde tuve una experiencia muy part icular: fu i l lamado (lo que le ocurre pocas veces a u n científico) a tener funciones en el poder y en ese momento des-cubrí que mi conciencia era doble: la mitad era cientí-fica y, para la o t ra mi tad , las informaciones que tenía sobre la sociedad no eran de' mejor calidad de las que tenía un polí t ico o cualquier charlatán de café. Es decir, me di cuenta que era capaz de hacer investigaciones r igurosas sobre problemas sin relevancia, pero si el pro-blema era impor tan te era tan incapaz como cualquiera. En tonces cambié el enfoque de mi trabajo y este cambio f u e la tenta t iva de fund i r las dos conciencias: ciencia de un lado y marxismo del otro.

Floy t rabajo t r a t ando de contr ibuir a lo que llamo antropología dialéctica, que para mí no es otra cosa que mater ial ismo histórico. Marx quiso ser u n filósofo y hacer ciencia.

¿ Q u é ciencia hizo M a r x ? Marx hizo contribuciones a una ciencia en ciernes, ciencia general del fenómeno h u m a n o , denominador común que permitir ía crear una teoría de lo psíquico, de lo social, de todas las ciencias sociales part iculares. A esa ciencia en ciernes yo la l lamo antropología dialéctica. Y nuestra tarea es llevar adelante esa antropología , to ta lmente distinta de la cul-tural , social o estructural is ta , todas comprometidas con el s ta tu-quo; precisas, rigurosas e irrelevantes.

¿Cómo hacer para t ransformar la sociedad humana en el sent ido de que se impongan los intereses de la mayor ía? Creando una ciencia que sea instrumental : esa ciencia tendría como característica ser una ciencia social fo rmulada como teoría de lo que los hombres llegan a ser, ser por lo tan to una teoría de la evolución. O

23

IT T í * 1 v_J Í13. carta, al p^rcsidcfitc

Después de tíos años de aten-der a heridos norteamerica-nos, mi neurocirujano del Ejército explica a su Coman-dante en Jefe por qué renun-ció a su misión.

La carta de Murray H. Helfant fue publicada en los Estados Unidos por Look y tuvo posteriormente enorme repercusión mundial; esta es la primera vez que se publica en castellano. Las fotografías que ilustran esta nota —las que se enviaron al Presidente Nixon— fueron tomadas por el autor de la misma. La dirección de CIENCIA NUEVA seleccionó de ellas el mínimo necesario para completar el contexto sin provocar el espanto del lector, A este respecto el texto es suficientemente explícito y conmovedor. Idéntica omisión realizó la dirección de Look.

Texto y fotos: © Look Magazine

Boston, Massachusetts Julio de 1970 Estimado Sr. Presidente;

Debo disculparme por no haber escrito antes, pero lo que motivó el retraso de esta carta fue la dificul-tad que tuve en retomar la atención de enfermos civiles. En ocasiones anteriores nunca di término a una comisión sin pasar por la oficina del jefe para informar y despedirme. Sin embargo, creo que esta nota ha de reparar de algún modo lo que usted hubiera podido calificar de descortesía: el renunciar a una mi-sión antes de completar la tarea. No ignoro que usted ha estado muy ocupado y, aunque el invierno pa-sado fui a Washington, no intenté verlo. Confío, en cambio, que estas observaciones y fotografías le trans-mitan mis pensamientos mejor de lo que hubiera podido hacerlo yo, de haber conversado con usted en la Casa Blanca.

Varias veces intenté explicar o describir a otras personas mis últi-mos años, pero nunca quedé satis-fecho con los resultados. Ignoro si lo que entorpece mis sensaciones es la distancia que me separa de allá o quizás el paso del tiempo, pero de-bo admitir que inevitablemente que-dé dolorido y deprimido después de intentar aclarar mi posición.

Aún hoy me despierto de noche a causa de escenas que no pueden ser borradas de mi mente, pero qui-zás algún día se desvanezcan. En realidad ya estoy comenzando a ol-vidar los nombres de algunos de mis pacientes de allá y confío en que dentro de unos pocos años to-das mis reminiscencias sean más débiles. Sin embargo creo que le debo a usted y, por cierto, a los hombres y muchachos que fueron

mis pacientes, el procurar que esta carta le llegue de algún modo. De-seo proporcionarle la visión más di-recta de lo que sucedió y dejaré que algunas fotografías hablen por sí mismas.

Antes de mi misión ejercía la neurocirugía y, por supuesto, supu-se que en breve plazo habría de ir al Vietnam. A veces el ejército pro-cede por extrañas vías y, durante algo menos de dos años, me encon-tré en las afueras de Tokio. Los aviones de transporte C-141 reco-gían a nuestros pacientes en ciertos plintos de Vietnam del Sur en los que había campos de aterrizaje su-ficientemente grandes y seguros, y los transportaban al hospital más próximo de la cadena de evacua-ción. Esto quiere decir: las Filipinas, el Japón, ocasionalmente Okinaiua o los Estados Unidos. Nunca resultó claro por qué procedimiento se de-terminaba la evacuación. Se nos di-jo que una computadora en Saigón controlaba la distribución de los evacuados, pero a veces parecía que los datos eran introducidos en la computadora por el Vietcong. Con todo, en el Hospital General 249 del Japón teníamos el privilegio de atender la mayoría de los pacientes con heridas serias en el sistema ner-vioso central y adquirimos así una buena visión general del estado de la neurocirugía militar en esa época.

Tengo la convicción de que en las guerras anteriores, muchos de nues-tros pacientes hubieran vivido poco tiempo después de ser heridos. Era bastante frecuente que recibiéramos casos con graves lesiones del cere-bro a los que se les había practicado una primera operación en las pri-meras dos horas después de heridos. Es innecesario aclarar que, debido a la situación táctica, a veces un he-

24

rido no podía ser recogido por un helicóptero durante veinticuatro ho-ras o más, pero estas demoras ais-ladas constituían la excepción y no la regla. No tengo muchos informes acerca de cómo manejan los norviet-namitas el problema de sus heridos, pero no creo que su sistema médi-co de evacuación o el primer trata-miento de sus casos serios sea tan refinado ni tan eficiente como el nuestro.

Supongo que usted no conoce el Hospital General 249 donde traba-jé. Está ubicado en Asaka, justo al noroeste de Tokio y es un hospital general de un millar de camas. Ca-da mes recibíamos alrededor de mil heridos y un número ligeramente menor abandonaba el hospital, sea para ser evacuados, sea para retor-nar al frente. Las entradas del hos-pital estaban custodiadas por guar-dias japoneses de seguridad y el hos-pital en su conjunto estaba prote-gido por un alto cercado de alam-bre. Puede ser que me equivoque, pero mientras estuve allí no creo que durante ninguna ele las demos-traciones que tuvieron lugar, ningún japonés logró penetrar en el terre-no o en el hospital mismo. La se-guridad era en efecto excelente, no sólo la que proporcionaban los guar-dias, sino también la que aportaba la policía entrenada contra tumul-tos que, durante las demostraciones más violentas, era destinada al hos-pital. No pude dejar de pensar que hubiéramos podido usar algo de sus conocimientos acá, durante los tu-multos que se están produciendo.

Cada sala del hospital tenía su propia individualidad médica y con una sola mirada podía descubrirse de qué subespecialidad se trataba. El hospital, por supuesto, era comple-to y podíamos hacer en él todo lo imaginable, con excepción natural-mente, de transplantes de corazón. En comparación con nuestros cen-tros de transplante, las cosas esta-ban algo trastrocadas allá: teníamos cantidad de posibles donantes, pero carecíamos de quiénes pudieran re-cibir los órganos.

Las dos salas de neurología tenían entre sesenta y ochenta camas y el sistema de evacuación mantenía nuestra estadística bien alta. Contá-bamos con dos neurocirujanos bien experimentados —yo y un excelen-te muchacho del sudoeste de Wor-cester, Massachusetts. Todos nues-tros pacientes presentaban algún

problema en una u otra parte de su sistema nervioso y, por lo común, les faltaba algo. Generalmente rete-níamos los pacientes entre cinco días y varias semanas pero, en al-gunas oportunidades, el cambio de pacientes podía ser algo rápido. Du-rante épocas de tensión, por ejem-plo en Tet, cuando el enemigo es-taba alcanzando su victoria psicoló-gica, procedíamos a la evacuación de nuestros pacientes hacia los Estados Unidos tan rápidamente como nos era posible. Por lo general yo debía preparar el informe de licencia-miento y traslado al mismo tiempo que el de su admisión e historia clí-nica.

Permítaseme sugerir que, si en esta "no guerra", se produjera otro período semejante al Tet, se podría obtener un gran ahorro de tiempo y esfuerzos si los pacientes fueran enviados directamente a los Estados Unidos desde el sudeste de Asia, en lugar de pasar por el Japón. Es in-negable que éste es un país mara-villoso, de una cidtura fascinante, pero muy pocos de nuestros pacien-tes gozaban realmente de su estada allí. La mayoría quería averiguar por qué habían ido al Japón y qué estaban haciendo en esa parte del mundo. En el período de un año, once meses y 28 días que duró mi servicio activo, nunca pude encon-trar una respuesta real a esa pre-gunta y debo confesar además que nunca recibí ninguna explicación de-masiado razonable de lo que ningún norteamericano estaba haciendo ahí.

Me pregunto si habrá recibido usted ese informe del analista de costos que nos visitó en el Japón. Era una persona encantadora que evidentemente había sido enviado por el Departamento de Defensa. Preparé una lista de los pacientes que ocupaban nuestra sala en esa época y traté de determinar desde un punto de vista médico qué por-centaje de éstos recibía algún bene-ficio real en su tratamiento por ir al Japón, en lugar de viajar cinco o seis horas más y volver directamen-te a los Estados Unidos. Teníamos entonces algo más de sesenta pacien-tes en las dos salas, y pude asegurar con honestidad que dos, o acaso tres de ellos, pudieron haber tenido algún beneficio al no tomar la ruta más directa. No estoy absolutamen-te seguro de la cifra final que se le dio al Pentágono, pero se me dijo que el analista de costos recibió la

afirmación que la estada en el Ja-pón era beneficiosa para un cincuen-ta o un cincuenta y cinco por ciento de nuestros hombres. Es interesan-te ver cómo la evaluación de la si-tuación varia, de acuerdo al eslabón de la cadena desde el cual se la está realizando.

El joven que se ve en la primera fotografía tiene una herida bastante típica. Ha perdido los senos maxi-lares, los dos ojos y las dos partes frontales del cerebro. Tuvimos mu-chos casos de lesiones de este tipo y se trataban muy bien en el Viet-nam. Implicaba la atención combi-nada de oído, nariz, garganta y los servicios de oftalmología y neuro-cirugia. Afortunadamente, la pérdi-da de los dos lóbulos frontales del cerebro mitiga algo las emociones y estos pacientes no estaban tan an-gustiados por su condición como lo hubiera estado un paciente similar sin la lesión adicional al cerebro.

Muchos de nuestros pacientes con el cerebro así lesionado demostra-ban muy poco resentimiento hacia las circunstancias con las que se to-paron en el Vietnam. Naturalmen-te, no era factible entrar a conside-rar la cuestión de los efectos posi-bles de practicar la lobotonúa a un gran número de casos que estaban igualmente heridos, pero que de-mostraban más ira y resentimiento. En cierto sentido, los que tenían le-siones cerebrales más severas tenían la fortuna de tener menos concien-cia de su estado y, con seguridad, experimentaban menos angustia. Pe-ro tengo mis dudas de que esto si-guiera siendo válido para sus fami-lias.

Nunca estuve enteramente satis-fecho con el tratamiento de un tipo de problema algo más severo. En resumen, la dificultad surge porque se destruye una parte muy grande de la nariz, de la porción media de la cara y base del cráneo, al igual que de substancia cerebral. La in-fección y la pérdida continua del líquido espinal eran muy difíciles de manejar. No creo que hayamos encontrado todavía el modo ideal de tratar este tipo de lesión.

En lesiones causadas por minas terrestres, es muy común la pérdida de tejido. Tales heridas son exten-samente desbridadas en Vietnam y después de cinco o siete días de cu-ración o bien son desbridadas nue-vamente de tejido muerto y necró-tico o bien se las sutura. Muchos de

25

Figura 1.

nuestros hombres tenían heridas causadas por fragmentos múltiples de cohetes, minas terrestres, tram-pas explosivas o morteros. Cuando el cerebro o la médula espinal tam-bién estaban lesionados, se los asig-naba a nuestro servicio de neuro-cirugía y teníamos oportunidad de aumentar nuestra experiencia qui-rúrgica al tratar las lesiones asocia-das.

Las lesiones que fotografié en mi sala de' cirugía y otras semejantes son las que en realidad me impul-saron a escribirle esta carta. Lo que en la actualidad pesa sobre mi áni-mo es realmente el recuerdo de pacientes como éstos. Confieso que no me interesan demasiado ni los juegos estratégicos, ni Laos, ni quién está amenazando a quién en Cam-boya o en Tailandia. La política de las potencias o la cultura del sud-este asiático no constituyen mi fuer-te: éste es sólo cuidar a los pacien-tes y tratar de curar a los enfermos. Puedo asegurarle que me ha ofre-cido grandes dificultades el tratar de comprender por qué estos jóve-nes estaban siendo despedazados en Vietnam, si me ponía a pensar que podían estar en nuestro país crecien-do todavía un poco, o con su mu-jer e hijos o con sus padres y ami-gos.

El caso que ilustra la segunda fotografía ha sufrido una herida pe-netrante en el cerebro. Muchos de nuestros pacientes presentaban he-

26

ridas semejantes. Sus historias clí-nicas después de la lesión presenta-ban un espectro muy amplio. Algu-nos morían en las Filipinas o en el Japón y otros lo hacían al regresar a los Estados Unidos. Algunos so-brevivían e ingresaban en un hos-pital de veteranos y algunos se reintegraban a la vida civil. Hay al-gunos hombres con el cerebro le-sionado que volverán a ser algún día el sostén de la familia y even-tualmente, volverán a retomar una vida muy semejante a la que hacían antes de partir a esta no guerra. Estos son los afortunados, los que sólo tendrán unas pocas cicatrices. Sus camaradas, menos afortunados tendrán un miembro paralizado, o dos, o tres, o cuatro. Algunos vol-verán a ser inteligentes y activos, pero otros no podrán hablar, razo-nar, protestar o asentar. Es por ellos, por esa suerte de mayoría si-lenciosa, por lo que le estoy escri-biendo a usted.

Si hubiera visitado nuestra sala, hubiera visto en las camas a los jóvenes soldados en posiciones de decúbito lateral o ventral para no aspirar o introducir en sus pulmo-nes las secreciones sobrantes o vó-mitos que volverían su situación aún más precaria. El aire húmedo es lle-vado por tubos que pasan por agu-jeros pequeños practicados en sus tráqueas y eso facilita al personal aspirar las secreciones y prevenir la neumonía. En un gran número de

casos inconscientes estas mtdid-.i\ redujeron en forma substancKi! !t incidencia de las complicaciones pul-monares. Como usted comprenderá, estos pacientes si están en coma pro-fundo, no pueden toser, ni se </.,•>? cuenta que vacían sus vejigas o eva-cúan los intestinos.

La reciente observación del Vi-cepresidente que si hubiéramos mos-trado más firmeza en la Repúh!i,-:: del Vietnam, hubiéramos ganado !.•: guerra antes, me hizo recordar a un joven a quien traté. En la parte me-dia de su espalda había perdido totalmente la substancia de la me-dula espinal, lo que determinó la consiguiente incapacidad de sentir o mover las piernas. Una pequeña parte de una vértebra asomaba a través de la incisión quirúrgica \ naturalmente ésta se infectó al ign-d que el tejido que la rodeaba. Des-cubrimos que el cuerpo de la vérte-bra, una parte vital de la columna de este muchacho, estaba infectado. Cuando agarré el hueso mismo y tiré de él suavemente, el segmento entero se separó de lo que lo ro deaba. Sobre un cadáver, en la sala de autopsia, ésta es una maniobra muy fácil, pero confieso que nunca la había practicado sobre una per-sona viva ni había oído decir que se hiciera tal cosa.

La Cruz Roja y otras asistentes femeninas fueron de una extraordi-naria utilidad a nuestras tropas cuan-do éstas regresaban de las zonas de combate. En casos como el de este muchacho, por ejemplo, escribirían a los Estados Unidos e informaría>: a su familia cómo la estaba pasando este joven soldado que pronto sería veterano. Por supuesto, su ayuda era invaluable en el caso de los pri-vados de vista, paralizados de los que habían sufrido amputaciones y de los disminuidos mentalmente. En nuestra sala estas chicas prestaban a menudo su ayuda en el caso de pacientes confinados en camas Ciro-Olee trie. Estas camas eran tan úti-les que a menudo, pensé que la Administración de Veteranos debía procurar que todo paciente cuadri• pléjico recibiera una, al regresar junto con los papeles de baja. En nuestro hospital en el Japón, estas camas mecanizadas eran múy útiles pues el personal podía cambiar a un paciente de posición no sólo para su comodidad, sino para curar otras heridas, además de las lesiones pa-ralizantes de la médula espina!. En

Figura 2. Figura 3.

estos casos, como usted comprende-rá, uno de los mayores problemas es que los pacientes, no sólo no pue-den mover sus miembros, sino que sus partes paralizadas carecen tam-bién de sensibilidad y estas áreas pueden romperse, volverse necr ó ti-cas y ser, por lo tanto, bastante di-fíciles de manejar.

Los heridos podían tener mucho cerebro destruido. Quedé impresio-nado por la cantidad de cerebro que se puede perder y, sin embargo, se-guir viviendo de un cierto modo. Estoy seguro que usted no ignora que en muchas personas el cerebro es un órgano muy importante y que cuando se desparraman por la cabe-za fragmentos de obuses o barro o astillas de hueso, es muy difícil que no se produzca alguna lesión bas-tante extensa. Un muchacho, con importantes heridas en la cabeza, estaba tan enfermo al llegar al Ja-pón que con toda evidencia no iba a sobrevivir a un viaje de regreso a los Estados Unidos. Sus padres llegaron para acompañarlo en sus últimos días. Mencionaré tan sólo el problema local de la herida. Vea usted, él había perdido junto con el cuero cabelludo una gran cantidad de pared ósea y de tegumento del cerebro y la herida y el cerebro de-bajo de ella estaban infectados y sometidos a una fuerte hipertensión. Bueno, el caso es que llegó la No-chebuena y los niños de una de las escuelas locales fueron a cantar a las

salas del hospital, mientras los pa-dres del muchacho continuaban su vigilia. Se podía haber esperado que cuando los pequeños llegaran a nuestra sala se produciría algún po-quito de milagro, pero, en cambio, en ese momento el paciente murió. Ese año todos celebramos la Navi-dad de modos diferentes.

Con tristeza debo confesar que observando desde mi ventajosa po-sición no parecía que estuviéramos ganando demasiado. Evidentemente ya hacía un buen tiempo que se nos había dicho que pronto todo termi-naría. Se nos aseguró y se nos vol-vió a asegurar que la victoria estaba casi a la vista. Muy lejos de mí está la presunción ele contradecir a mis superiores militares y ni por un mo-mento pondré en duda las afirma-ciones de los representanes elegidos por el pueblo del Vietnam del Sur o de nuestros comandantes de cam-po y generales de la República del Vietnam. Pero, permítaseme expo-ner con toda humildad que a los muchachos y hombres que estaban a nuestro cuidado, no los conforta-ba el pensar que estábamos ganan-do. Estos muchachos sentían que habían perdido y, por supuesto, con-siderado en una forma muy sim-plista, creo que así había sucedido: habían perdido un brazo, algunas piernas, algo de cerebro, un poco de columna vertebral, un riñon, un pulmón o bazo, quizás algo de hí-gado. Debo hacer notar con triste-

za que, a pesar de nuestras optimis-tas cifras de bajas y de la estadísti-ca según la cual hemos causado en las filas norvietnamitas y del Viet-cottg quince veces más muertes de las que ellos nos han causado a no-sotros, muchos de mi pacientes per-sisten en la creencia de que ellos habían perdido.

Sus intentos de arrancarnos de esa parte del mundo no pueden me-recer más que palabras de elogio. Si pudiera ayudar de alguna mane-ra, sin volver a entrar en la juris-dicción militar, le ruego que no de-je de acudir a mí. Pero volvamos al motivo principal de esta nota.

Me imagino que es difícil que usted no reciba la impresión de que soy una persona antibelicista. Admi-to que antes de usar uniforme no apoyaba con demasiada energía nin-guno de los puntos de vista. Pero realmente me exigió muy poco tiem-po el llegar a la conclusión de que debía haber maneras mejores de mo-rir por su patria que las que ideá-bamos para nuestros hermanos y vecinos más jóvenes. No todos mis pacientes eran conscriptos o recltt-tados por un breve período, ansio-sos de cumplir su cometido y regre-sar; a menudo teníamos en la sala, como pacientes, a soldados de carre-ra e, incluso, a algunos oficiales.

Mi sala era muy característica. Evidentemente, en cualquier sala de cirugía pueden verse pacientes en coma, pero en ésta teníamos una

27

gran cantidad de ellos. El ejército 'proveía a sus pacientes parapléjicos y cuadripléjicos con bastidores Stry-ker y camas CircOlectric que les per-mitían movimientos y cambios de posición que ellos no podían reali-zar por sí mismos. En nuestra sala teníamos cierta dificultad en deci-dir quienes debían continuar la eva-cuación a los Estados Unidos y quienes debían volver al frente. Me alegra saber que actualmente se ha eliminado la necesidad de tomar es-ta decisión y que todos los pacien-tes que llegan al Japón tienen de-recho de regresar a los Estados Unidos. Confieso que lo encuentro razonable. La modalidad anterior tenia algo de cruel: era casi como enviar de nuevo al frente a los hom-bres porque la primera vez no ha-bían recibido heridas lo suficiente-mente importantes.

En los soldados y oficiales, el pro-blema más común que se nos pre-sentaba era el del paciente cuyo ce-rebro, cráneo y cuero cabelludo que lo recubría, había sido desbridado y tratado en el Vietnam. Después de algunos días, si se producía de-masiada tensión en los bordes de la herida, y a veces aunque no fuera así, los bordes comenzaban a sepa-rarse y a supurar sangre, pus o te-jido cerebral a través de la incisión. Hemos tratado muchos de estos problemas reabriendo, limpiando cuidadosamente y volviendo a sutu-

rar. Dejábamos entonces algunos tubos y desagües bajo el cuero ca-belludo y el personal insertaba an-tibióticos a través de ellos en el pe-ríodo postoperatorio. Muchas de estas heridas potencialmente morta-les se curaron gracias a estos reme-dios y a un excelente cuidado.

Me gustaría volver a repetir que no concibo esta carta como una crí-tica o una expresión de desaproba-ción. Qué sentido podría tener tal cosa si usted, durante gran parte del tiempo, no fue mi Comandante en Jefe y al Presidente anterior se le aseguraba continuamente que el fin estaba a la vista, que el enemigo estaba en las últimas, que sólo de-bíamos hacer un último esfuerzo y podríamos ya colgar los trofeos de victoria-

Hace poco tiempo tuve la alegría de leer que el Jefe del Estado Ma-yor del Ejército afirmó que la gue-rra del Vietnam había sido un gran éxito desde el punto de vista tec-nológico. Imagino que se referiría a mejoras del tipo de las unidades MUST. Esta es una Unidad Médica Autosuficiente Transportable (Me-dical Unit Self-contained Transpor-table) y seguramente será muy útil en situaciones en las que se deba erigir rápidamente un hospital pe-queño cerca de un gran área de de-sastre. Si he comprendido bien el concepto, ¡a idea es enviar el hos-pital a un área donde se están pro-

duciendo gran número de acciden-tes. Llegado a este punto se me excusará una pequeña disgresión.

Antes no se me había ocurrido nunca que las personas enfermas o heridas se produjeran. Aprendí este concepto durante mi período de en-trenamiento en Fort Sam Houston en Texas. Usted estará seguramente de acuerdo en que es un modo mo-derno de encarar estos problemas. Por cierto que es más agradable participar en una conferencia y es-cuchar que quinientos o cinco mil accidentes se producen en tina de-terminada situación. Es mucho más agradable imaginarse de ese modo a un número grande de personas, algo así como la electricidad que se produce en una planta de energía. Bueno, sea lo que fuere, nunca pu-de hacerlo, ni fui capaz de obligar-me a pensar en mis pacientes de esa manera, como producidos aquí, almacenados allí, transportados, re-almacenados, etc. Esto explica pro-bablemente mis vacilaciones en ser más explícito con el analista de cos-tos del Pentágono. Lisa y llanamen-te, no podía convencerlo de que estábamos tratando con pacientes y no con paquetes.

Debo confesar que pese a los elo-gios que el país me ha hecho y pese al entusiasta apoyo que usted me ha brindado durante este conflicto, nunca llegué realmente a tener la sensación que el formar parte del

i , : • -: :

f w ^ j

h 'i m

28

ejército colmara mis aspiraciones. Nunca logré entrar en el espíritu ele éste. Quizás debiera encargar usted a alguien del 'Pentágono que planea-ra para los futuros médicos recluta-dos un ejercicio semejante al que usan en la escuela de capellanes militares: algo que introduzca a los hombres en la modalidad. Si mis fuentes de información son correc-tas, y creo que lo son, se espera que en una etapa de su aprendizaje los jóvenes capellanes entonen al uní-sono el canto ritual "¡mala, mata, mata!"

Esta carta superó mucho mi in-tención original de escribir simple-mente una rápida nota, pero si le proporciona a usted alguna infor-mación o un punto de vista algo diferente a los que recibe habitual-mente por medio de canales más co-munes y más ortodoxos, habrá vali-do por cierto la pena. Espero no haberlo fastidiado con mis reflexio-nes o con estas fotografías.

Cuando dejé el servicio activo y regresé a los Estados Unidos vía Oakland, tuve la satisfacción de en-contrar en el corredor un cartel de bienvenida. Sólo pude lamentar que mis pacientes que habían sido eva-cuados por canales médicos, no hu-bieran podido ver esta expresión concreta de la gratitud de su país.

He valorado altamente la opor-tunidad de visitar el Japón y de au-mentar mi experiencia médica du-rante este tiempo. Lamento que hayamos perdidos tantos hombres, no sólo en Vietnam, sino también en nuestros hospitales de ultramar. Algunas de las víctimas se recupe-raban o restablecían con más difi-cultad que otras. El ocuparse de los heridos es, por cierto, un privile-gio, pero nunca pude alcanzar la convicción de que habían sido he-ridos con algún buen fin. Después de ser heridos, y estoy seguro que también antes de serlo, eran los hombres más espléndidos que he conocido. Pero, no puedo evitar el señalar mi sensación de que esta, guerra no era digna de ellos. Deja-ron demasiado en aquel lejano lu-gar al cual tío debimos haberlos enviado.

Sé que usted, quizás por razones diferentes, lamenta este conflicto tanto y tan intensamente como yo. Abrigué esperanzas de que el com-partir con usted estas reflexiones y fotografías, en cierto sentido, sería explicar por qué me sentí obligado

a presentar mi renuncia al ejército, en lugar de extender mi periodo. Por suerte hay un número suficien-te de hombres más jóvenes que con-tinuarán la tradición de la neuroci-rugía, sea en el combate como des-pués de él. Confío en que estén hechos de una materia más fuerte que yo y que su período de servicio no quede grabado en su mente en forma tan indeleble como sucedió conmigo.

Sé cómo funciona el ejército y estoy seguro que ni usted ni sus predecesores han tenido oportuni-dad de ver estas escenas. Nosotros, los que fuimos lo bastante afortuna-dos para ingresar como médicos en el servicio activo durante dos años, naturalmente la hemos tenido. Cuan-do recibimos la baja, las amenazas de que nuestros destinos serían cambiados al Vietnam si no prorro-gábamos nuestra tarea un tercer año, parecían no tener demasiado fundamento. De nuestro grupo, que había sido entrenado en San Anto-nio, nadie se acobardó. Luego las cosas cambiaron evidentemente, pues el año pasado hemos visto aparecer en el Japón a varios hom-bres que habían extendido sus pe-ríodos precisamente por esta causa. Debo admitir que los procedimien-tos personales o la política ele reclu-tamiento del ejército, nunca me impresionó demasiado. Pero, si se permite que esta práctica continúe, sospecho que el ejército habrá en-contrado un método de prolongar una vez y media el período de los antiguos doctores de dos años. Hay que felicitar a los planificadores.

En realidad había pensado enviar-le esta nota mientras estuve en ser-vicio activo, pero la mayor parte del tiempo estábamos ocupados y además mis colegas y superiores me aconsejaron que sería mas conve-niente dejar pasar un intervalo ade-cuado antes de hilvanar estos re-cuerdos para usted. Temo que mu-cho de lo que entonces me parecía importante, se haya quedado en el tintero pero, de todos modos, espe-ro haber podido dar a usted algún vislumbre de lo que estaba ocurrien-do. Se me ha dicho que si esperaba lo suficiente, quizás la guerra ter-minara. Lo he hecho, pero no pare-ce estar terminando en absoluto. Saludo a tisted atentamente

Murray H . Helfant , Mayor (renunciante) del C. Médico Ejército de los Estados Unidos. O

Antes de que surjan LOS INGENIEROS DE VARIAS PIERNAS. Antes de que surjan los muíantes que anuncien cambios genéticos im-previsibles, c o n v i e n e planificar la marcha de toda obra; simplificar sus caminos; impedir, en suma, que haya que dirigirse hacia v a r i o s o b j e t i v o s al mismo t i e m p o . Afortunada-mente, los especialistas en organización indus-trial del país y del ex-terior han perfecciona-do el Método de Ca-mino Crítico: tenemos 15 profesionales y téc-nicos para asesorarlo sobre él. Aval: 90 obras progra-madas, que cubren más de 300.000 m2, y 15 profesionales y técni-cos a su servicio.

Estudio

L S Z Diagonal Norte 846, piso 3?, Oficina 302 - Buenos Aire i

Tel. 4 0 - 6 3 7 5 y <5294

Quápcgibjlidades desarrollo científico en la Argentina de hoy CIENCIA NUEVA es una tribuna permanente donde se discute la problemática de la ciencia y la técnica en la Argentina. Una Mesa Redonda y un ciclo de conferen-cias servirán ahora para hacer más directa esa discusión.

Mesa Redonda Con la participación ele Mariano N. Castex Eduardo De Robertis Rolando García José M. Olavarría Jorge Sábato

Auspiciada por la Municipal i -dad de la Ciudad de Buenos Ai-res (Centro Cul tu ra l General San M a r t í n ) y organizada por C I E N C I A N Ü E V A . El miércoles 4 de agosto, en Sarmiento 551, sala A, a las 19.30. En t rada libre.

Conferencias El Ciclo se iniciará con Manuel Sadosky, el mar tes 31 de agosto, a las 19.

O r g a n i z a d a s p o r C I E N C I A N U E V A en el local del Cen-tro de Estudios de Ciencias, Chile 1481. E n t r a d a libre.

3 0

Las opiniones de Mariano Castex

i

Mariano Narciso Castex Ocarnpo es Doctor en Medicina de las Universidades de la República (Montevideo) y Buenos Aires y Licenciado en Filosofía de la Facultad de Filosofía de San Miguel. Ha sido profesor de física, historia, psicología, ^ geografía, biología, filosofía biológica, físico química y biofilosofía en diversas instituciones de enseñanza secundaria y universitaria. Especializado en el estudio de la raya fluvial (género Potamotrygon), es miembro de las Academias de Ciencias de Buenos Aires y Nueva York y, desde 1969, presidente de la Comisión Nacional de Estudios Geo-Heliofísicos.

Ciencia Nueva: ¿Cómo se creó la Comisión de Estudios Geo-Heliofísicos?

Mariano Castex: E n 1968 fui designado Director del Observa tor io de San Miguel, un ente privado depen-diente de los jesuítas. En muchas ocasiones propicié que se convirt iera en un centro de investigación interuni-versi tario, s iguiendo el esquema creado por la Facultad de Ciencias Exactas de 1963 a 1965 con institutos como el de Biología Mar ina en Mar del Plata o el de Radio-as t ronomía. Es decir, San Miguel debía ser un instituto interuniversi tar io dependiente de las Universidades Ca-tólicas de Buenos Aires y Córdoba y de la del Salvador. Mi proyecto nunca prosperó, fundamenta lmente — l o di je públ icamente en 1 9 5 8 — por falta de mentalidad científica y universi tar ia en las universidades privadas: no t ienen la menor idea de qué es la investigación cien- , tífica. Sólo después de fuer tes embates —como el mío de 1 9 5 8 — están empezando a convencerse de que hay que hacer investigación y afor tunadamente en la del Salvador hay ahora bas tante gente con esa convicción.

Cuando m e hice cargo del Observator io lo encontré en es tado de decrepi tud, sin continuidad, sin buen ins-t rumenta l . Sobre esa base y viendo el vacío creado en Ciencias Exactas, se me ocurrió crear un para-Consejo de Invest igaciones y llenar el vacío. Ese fue el origen de la Comisión de Es tudios Geo-Heliofísicos.

Al concurrir a las reuniones del Sol Quieto me di cuenta que este Comi té había servido para que algunos enjugaran su déficit y otros — l o s menos— hicieran t rabajos en serio. Para otros significó el montaje de cos-tosos ins t rumentos sin haber previsto quién y para qué se iban a utilizar. Cuando me nombraron director decidí acercar a gente que consideraba capacitada: Carlos Var-savsky, el br igadier Bosch — q u e estaba en J I C E F A — y el D r . Jo rge Sahade, a los que integré al Comité Asesor .

Al pasar a dirigir la Comisión de Estudios Geo-Helio-físicos mi principal preocupación f u e acercar gente joven y capaz. Mis conocimientos de física son rudimentarios, pero sí en t i endo de administración científica, ya que dediqué toda mi vida a adminis trar y entender la pro-blemática de los inst i tutos . Repi to, mi inquietud funda-menta l f ue incorporar gente joven, salvar algunos orga-nismos — c o m o el de luminiscencia de San J u a n — y aumentar el presupues to , que era de 125 millones. O t ro problema era el de distribución de ese presupuesto: to-dos se sentaban alrededor de una mesa y nadie objetaba el p lan ajeno, para que nadie le objetara el propio. Si

31

la demanda era grande, se cortaba el queso en porciones menores y todo el mundo se quedaba contento , . . pero, por supuesto, nadie controlaba ni evaluaba nada.

Nosotros tratamos de crear un organismo que fuera ejemplo de planificación científica, con una política a largo plazo y que exigiese resultados. Nuestra preocu-pación dejó de ser la de cumplir la Ley de Contabili1

dad. La experiencia fue positiva; mucha inquietud, mu-cho entusiasmo y sobre todo mucho interés en las investigaciones aplicadas. Poco a poco fuimos estructu-rando lo que hoy es San Miguel: nació la idea del Pro-yecto La Rioja (el Observatorio Nacional Solar), más tarde el Instituto de Física Aplicada, en colaboración con la Universidad ele Tucumán.

En tres años hemos transformado bastante las cosas, se unió gente y se han' hecho los primeros esfuerzos serios por planificar el área de ciencias exactas. Pero siempre fuimos incomprendidos, por ejemplo la gente de geofísica de Córdoba y La Plata criticaron el decre-to de creación de la Comisión de Estudios Geo-Helio-físicos. Muchas de las críticas tienen una base real, vá-lida si viviéramos una real autonomía universitaria y un juego de directores auténticos en el que se integran los capaces. En ese caso las críticas podrían funcionar, pero la historia y la política del país son muy diferentes.

C.N.: ¿La Comisión de Estudios Geo-Heliofísicos tiene una fonna jurídica semejante a la de Energía Atómica? ¿Los fondos son exclusivamente de origen estatal?

M. C.: Es autocrática y sus fondos provienen cien por cien del Estado. Tengo un Comité Asesor chico, de seis miembros, y otro mayor, integrado por cerca de cua-

• renta organismos, al que puedo incorporar personali-dades por invitación.

El Comité Asesor efectivo —al que someto nombra-mientos, planes, etc.— está integrado por gente de nivel: Carlos Varsavsky, Horacio Ghielmetti, Jorge Sa-hade, Carlos Mallmann, Fidel Alsina, Néstor Granelli y Orestes Santochi, más el Dr. Lorenzo Aristarain que es Subdirector Académico.

Creo que el enfoque realmente original que impusi-mos fue el no negar subsidios pero no dar dinero para investigaciones caprichosas sino tratar de fijar objetivos, tratando de hacerlo a largo plazo. Lo importante es que cada uno que presenta un proyecto lo defiende pública-mente ante todos los colegas presentes y un tribunal. Al principio los investigadores se sintieron asustados pero lo concreto es que los planes en curso y los aprobados este año son de gente que se animó a presentarlos y defenderlos ante un tribunal de cuarenta personas y a corregirlos públicamente.

Segundo paso adelante: lo que cada uno hace con los fondos no se mide por la Ley de Contabilidad sino por lo que hacen durante el año y por el informe que pre-sentan cuando se sientan frente al tribunal y exponen sus resultados. Hemos querido romper el sistema del secreto, característico del Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas, que se niega mayestáticamente a dar un subsidio.

C. IV.; ¿Sigue trabajando en investigación?

M. C.: Siempre trabajé en zoología, en peces venenosos. Al entrar a la Orden hice la Licenciatura en Humani-dades y Filosofía en San Miguel, después me dediqué

32

siempre a la investigación y en los últimos años a los problemas de administración científica.

C. N.: Su tema de trabajo tuvo cierta repercusión in-ternacional. . .

AL C.: Efectivamente, cuando los norteamericanos lle-garon a Vietnam se dieron cuenta que las rayas del río Mekong eran bien diferentes a las rayas de mar que conocían, las rayas del río son venenosas. Los asesora-mos porque nuestro grupo estaba especializado en el tema.

Estando en Santa Fe pedí reiteradamente subsidios al CNICT, pero nunca recibí un centavo, mientras que los norteamericanos sí nos dieron. Ultimamente, la Ma-rina de los EE.UU. está publicando una serie de tomos sobre los animales venenosos de mar.

Sinceramente, nunca pude terminar nuestros estudios. En 1966 hice una exposición final al CNICT presentan-do un plan de investigaciones. Por otra parte hay que reconocer que los más interesados a nivel mundial eran los marines norteamericanos, nadie se inquietaba mucho de la suerte de los indios brasileños que se encuentran con rayas en sus ríos . . . quizás algún día volverán a ocuparse los norteamericanos, cuando se arme la gue-rrilla en el Brasil y vengan los marines,

C, N.: ¿El grupo de investigación sigue trabajando?

M, C.: No, se ha dispersado: dos de ellos están en EE.UU., uno pasó a la Facultad de Ciencias, en Núñez; formar gente requiere tiempo y dedicación full-time. Yo ya no vuelvo al laboratorio porque considero que hay un problema fundamental en el desarrollo científico argentino: hace falta gente que se lance a pensar por los demás y se hagan expertos en administración y polí-tica científica. Por otra parte, creo que lo importante es actuar con independencia, tratando de salvar lo que sea injusticia y respetar en lo posible, dándole pie a todo el mundo para que pueda producir. Personalmente, creo que el golpe más grande que se ha dado al país ha sido el golpe a la Facultad de Ciencias Exactas.

Ahora veo la Universidad totalmente distinta de la que vi durante las discusiones de laica-libre. Si tuviera la posibilidad de darle una línea a la Universidad, vol-vería a darle la que tenía durante el rectorado de Julio Olivera o Risieri Frondizi y trataría que se vuelvan a hacer el tipo de cosas que en esa época se hicieron. Hay que ser realista: la mejor forma de impedir la politi-zación es levantar el nivel de docencia y de concienti-zación del estudiante.

Como ejemplo de absurdos piensen en EUDEBA: hasta un tonto ve que EUDEBA pasó a ser de una editorial de alto nivel en algo que ya no va. Esto que digo puede costarme cualquier tipo de acusación. En el colegio, cuando compraba los libros de EUDEBA para los alumnos de literatura de quinto año, me decían que no lo hiciese ya que era subsidiar al comunismo . . . era en 1965 y Olivera era Rector.

Creo que estos años nos han hecho madurar. Perso-nalmente, no sé qué puede pasar ahora, pienso que lo que podría ser interesante es devolverle a la Universi-dad su antigua ley y que volviera a tener el libre juego que siempre tuvo. La experiencia muestra que la Uni-versidad alcanzó entonces un nivel como no tuvo nunca.

(Continúa en página 34)

La Comisión Nacional de Estudios Geo-Heliofísicos

La actividad internacional desarrollada durante los dos primeros años polares (1882-1893 y 1932-1933) , dieron origen en nuestro país al Comité Nacional de la Unión Geodésica y Geofísica Inter-nacional, dependiente del Ins t i tu to Geográfico Militar, que participó en el Año Geofísico Inter-nacional 1957-1958 y, posteriormente, en el Año Internacional del Sol Quieto (1964-1965) .

Al producirse en Madrid, en marzo de 1965, la I I I Asamblea organizada para el estudio del Año Internacional del Sol Calmo, los organismos y científicos participantes sugirieron la idea de proseguir con las actividades iniciadas hasta el próximo período de máxima actividad solar (1968-1969) .

Dado que las instituciones argentinas que par-ticiparon en el programa nacional argentino, ya contaban con los medios indispensables para reali-zar sus tareas, se consideró conveniente proseguir con la labor, muy particularmente debido a la situación geográfica privilegiada de la Argentina. De acuerdo con esta política, mediante el decreto 12306/65 , el Poder Ejecutivo Nacional dispuso la prolongación de las actividades de la Comisión Nacional del Año Internacional del Sol Quieto encargándole arbitrar las medidas para organizar la participación argentina en el Año de Mayor Actividad Solar (1968-1969) .

A la vez que se desarrollaba este programa, los sucesos universitarios de 1966 que significaron la desintegración de numerosos grupos científicos de alto nivel y prestigio, y la consiguiente pérdida de investigadores, docentes y técnicos de enverga-dura, obligaron a reflexionar sobre las posibili-dades de impulsar las áreas cuya historia inter-nacional se ha reseñado a f in de intentar en parte la recuperación de hombres de ciencia y la paula-tina formación e incorporación de jóvenes gra-duados.

Los organismos de promoción existentes habían intentado hasta la fecha el logro de algunos obje-tivos, pero la amplitud de sus metas, y las limi-taciones presupuestarias, habían cercenado grave-mente sus posibilidades.

Por otra parte, la creciente importancia de la geofísica con sus vastas ramas penetrando en te-

mas diversos y trascendentes en los que se im-brican la sismología y la vulcanología, la oceano-grafía física, el geo y paleomagnetismo y el estu-dio de la magnetosfera, entre otros, y la necesidad de intensificar las investigaciones que interrela-cionaran la fenomenología espacial con la geofísica y la biología, orientando el conjunto hacia la inte-gración de numerosas investigaciones básicas, en sí aisladas, pero que vinculadas entre ellas, orien-taban el todo hacia la aplicación y el desarrollo, condujeron a pensar en la conveniencia de esta-blecer por etapas u n organismo de promoción con misión esencial de planificar, coordinar y promo-ver, como así también realizar, estudios, observa-ciones, experimentaciones e investigaciones con espíritu y visión interdisciplinaria.

La ley 18030 de diciembre de 1968 que crea la Comisión Nacional de Estudios Geo-Heliofísi-cos se inspira en estos principios y amplía de este modo los objetivos que tuviera su antecesora, la ex-comisión Nacional del Año Internacional del Sol Quieto.

La nueva orgánica lograda por el decreto 2 5 8 9 / 6 9 , si bien no colmaba las aspiraciones de instituir un organismo ágil y eficiente, acorde con las exigencias científico-técnicas modernas, permi-tió concretar una innovación en el área y significó la ruptura de esquemas científico-técnico peri-midos.

E n setiembre 15 del mismo año sucedió en la presidencia al Ing. Tabanera, el Rvdo. Padre Dr . Mariano N . Castex, quien fue designado por de-creto 5 3 9 4 / 6 9 al encabezar, por unanimidad, la terna elevada el Poder Ejecutivo Nacional.

E n los meses que transcurren entonces hasta concluir el año, se establecieron las bases funda-mentales para organizar y poner en marcha un organismo, orientado esencialmente a promover investigaciones básicas orientadas, e investigacio-nes aplicadas en beneficio del desarrollo nacional, lográndose concretar objetivos que se hallan ex-puestos en los informes del año 1969, incluidos en el presente volumen.1

1 Comisión Nacional de Estudios Geo-Heliofísicos. An-tecedentes - Estructura política y Estrategias. Buenos Aires, 1970.

33

Aplicaciones Computacionales

— Ingeniería civil

— Organizaciones

— Economía y finanzas

— Ingeniería de sistemas

— Modelos matemáticos

— Programación de

aplicaciones científicas

— Sistemas de información

— Centros de cómputo

— Estadística aplicada

ASESORES CIENTIFICO TECNICOS S. A.

Av. R. Sáenz Peña 825 - 9° piso - oficina 94

Tel. 45 - 9054 / 6349 - Buenos Aires

C. IV.; A pesar de haber tenido un papel preponderante como asesor del presidente Onganía en la creación del CONACYT, usted es bastante crítico con respecto a los resultados obtenidos.

M. C.: Creo que CONACYT no ha hecho absolutamen-te nada en el tiempo transcurrido desde su creación. Y lo que es peor no sólo no ha cumplido su misión sino que ha desprestigiado la idea de un Consejo Nacional de Ciencias y Técnica; hoy, en el sector político o universi-tario, se ve al CONACYT como una tentativa de poder o superministerio; no hay madurez para captar la ne-cesidad de un organismo de planificación. Además, los organismos ya están hartos de CONACYT y el Dr . Ta-quini parece ser inmune a la idea de darse cuenta que ya hace rato que debía haberse ido.

C. IV.; ¿Usted cree que esa inoperancia se debe a pro-blemas personales o de estructura?

M. C.: Se debe estrictamente a la política del Dr . Ta-quini. Si hubiese sabido acercarse a los técnicos y no hubiese llevado como asesores a hombres superados y obsoletos, el esquema hubiese funcionado, ya que al principio tuvo el apoyo de los organismos existentes. Yo le repetiría al Dr. Taquini lo que una vez ya le dije: "Sólo falta decirle las palabras de Cronwell al Parlamento: vayase, hace demasiado tiempo que usted está ahí sentado por lo poco que ha hecho."

C. IV.: Usted pone un acento particularísimo en el indi-vidualismo en el ambiente científico. "En la bipolaridad individualismo-ordenamiento racional reside el quid del futuro científico nacional."

M. C.: Mi definición de "individualista es el investiga-dor que dice "deme dinero y déjeme hacer, mis resul-tados son asunto mío". Esto sólo lleva a un crecimiento desordenado y sin rendimiento para el desarrollo. Es la teoría que aplicó Houssay. El ha logrado crear una infraestructura biológica estupenda pero sin que esa in-fraestructura incidiera proporcionalmente en el desarro-llo del país.

Los europeos arreglan el problema con 30 por ciento de investigación libre y 70 por ciento planificada. Cuan-do hablo del fu turo científico nacional, mi tesis es que la oposición individualismo-ordenamiento va a regular la actividad científica. Por otra parte, está el problema del imperialismo científico que creo que es el peor de los imperialismos: piensen en el ejemplo de la Comisión del Sol Quieto. Se reúnen una serie de científicos y se dan cuenta que necesitan una serie de datos para sus investigaciones, para lo cual crean un Comité Interna-cional que estudia el tema. Argentina se adhiere, sin que ellos pongan un solo peso en Argentina. Conclu-sión, ¿dónde están todos los datos obtenidos por nos-otros, con nuestro presupuesto? En computadoras rusas y norteamericanas. ¿Es cierto o no que los países sub-desarrollados financiamos las investigaciones de los paí-ses^ desarrollados? ¿Cuánto han contribuido los países asiáticos, africanos y latinoamericanos a la llegada de los norteamericanos a la Luna, no sólo con científicos y técnicos que ahora trabajan en EE.UU., sino con la in-numerable cantidad de datos que hemos financiado con investigaciones locales? O

Investigación y desarrollo en China Alain Jaubert La Recherche

La llegada al poder del Par-tido C o m u n i s t a C h i n o en 1 9 4 9 desencadenó el mayor m o v i m i e n t o de desarrol lo económico del siglo XX. En algunos años la revolución china emprendió la tarea de sacar a un país gigantesco del terrible subdesarrollo en que se estancó hasta enton-ces. No sólo las estructuras feudales de la antigua socie-dad sino también los grandes flagelos que arrasaban China —natalidad, hambrunas, epi-demias, inundaciones— han sido atacados de frente.

Todo esto no se ha realizado sin un cierto número de dificultades y hasta de errores. La industrializa-ción a ultranza en detrimento de la agricultura y el aislamiento econó-mico caracterizan, entre otros, a es-te primer período.

Después de diez años de esfuer-zo, la crisis de 1959-1961 y la par-tida de los técnicos rusos desde 1960, hubieran podido ser fatales para la economía china. Sin embar-go parece que se ha encarrilado rá-pido. Además, se acompañaría con un sacudimiento político sin prece-dentes: la Revolución Cultural.

Si en el plano ideológico la lite-ratura es abundante, la ausencia de estadísticas económicas precisas y el aislamiento en que se mantiene a China, hacen las apreciaciones a ve-ces difíciles. Nos ha parecido sin embargo interesante intentar un ba-lance del desarrollo científico y técnico de China durante y después de la Revolución Cultural utilizan-do, además de la documentación disponible en varias lenguas, los tes-timonios de observadores a los que sus funciones no nos permiten nom-brar.

La selección, tal como se practi-caba en el ingreso a la universidad antes de la Revolución Cultural, tendía a reconstruir una élite inte-lectual que formara una casta. Las tentativas realizadas en 1958 para remediar los defectos del sistema no lo habían logrado, los sostenedores de los métodos clásicos lograron impedir que las primeras experien-cias de reformas se extendieran y a los campesinos, en particular, les costaba enviar sus hijos a la escue-la. El alejamiento, los problemas de las guarderías, los problemas lin-güísticos, los derechos de escolari-

dad, eran invocados a menudo como obstáculos al desarrollo escolar.1

El 25 de mayo de 1966 en la Universidad de Pekín apareció fija-do por primera vez un "datsibao" que denunciaba las actuaciones del rector Lou-Ping. El 6 de junio, los estudiantes reclamaron la abolición del viejo sistema de admisión en las escuelas superiores. El 19 de junio, se abolió el sistema de exámenes. Sin embargo, aprovechando la au-sencia del Presidente Mao Tse-tung de la capital, las autoridades acadé-micas con la cobertura de grupos de trabajo, hicieron reinar un " te r ror blanco" en las universidades. Para contrarrestar la acción de estos gru-pos se crearon, a comienzos de agos-to, las primeras organizaciones de guardias rojos.

La decisión del Comité Central del Partido Comunista, del 8 de agosto de 1966, precisa en su punto décimo, relativo a la reforma de la enseñanza: "Reformar el antiguo sistema de educación, así como tam-bién los antiguos principios y mé-todos de enseñanza, es una tarea de importancia extrema de la Gran Revolución Cultural Proletaria en curso.

"El fenómeno de los intelectua-les burgueses que dominan nuestros establecimientos de enseñanza debe terminar completamente en el curso de esta Gran Revolución Cultural.

1 Pero las mismas autoridades chinas exageraron estos problemas. En 1964 ha-bía 1.220.000 estudiantes repartidos en 439 establecimientos, 800.000 de tiempo completo y el resto en cursos nocturnos o por correspondencia. Sobre este número el 13 por ciento estaban en letras, dere-cho, bellas artes y economía; 43 por cien-to en ciencias y técnicas; 23 por ciento en las escuelas normales; 8 por ciento en agricultura y 12 por ciento en medicina.

35

"En todos los establecimientos de enseñanza hay que aplicar a fondo la política formulada por el camara-da Mao Tse-tung según la cual la educación debe estar al servicio de la política del proletariado y com-binarse con el trabajo productivo, para que todos los que reciben edu-cación puedan desarrollarse moral, intelectual y físicamente para con-vertirse en trabajadores cultivados, dotados de una conciencia socialista.

"La escolaridad debe reducirse. El programa de estudios debe redu-cirse y mejorarse. Las materias de enseñanza deben reformarse radical-mente, algunas de ellas en principio deben ser simplificadas. Consagrán-dose principalmente a los estudios propiamente dichos, los alumnos y

los estudiantes deben aprender ade-más otra cosa."

Los obreros loman <»n sus manos la universidad

El 10 de agosto tuvo lugar un en-cuentro improvisado entre Mao Tse-tung y las masas. En los días si-guientes tuvieron lugar otras gran-des reuniones de guardias rojos. ¡Once millones irán a Pekín, más de cincuenta millones se desplazarán a través de China! Después ele diver-sos episodios, la reforma de la en-señanza que debía ser emprendida en común por los estudiantes y los profesores, va para largo a pesar de las exhortaciones del Gobierno.

En algunos institutos técnicos los

cursos se reanudan en julio, pero gran parte del tiempo se dedica to-davía a la crítica del antiguo siste-ma escolar. Se intentan experiencias para asociar las universidades a las unidades de producción (octubre de 1967), pero la reforma no avan-za. En la Universidad de Pekín, del 20 de abril al 22 de julio de 1968, se enfrentan grupos antagónicos. A partir de ese día, los obreros y los soldados, cansados de las disputas de los estudiantes, empezaron a to-mar en sus manos el control de la universidad. Esta iniciativa es apro-bada por el presidente Mao el 15 de agosto de 1968 y el 25 de agos-to un artículo de Yao Wen-yuan, La dase obrera debe ejercer su di-rección en todo, explica cómo y por-

"La bomba atómica es 1111 tigre de papel" (Mao-Tse-Tung, 1946).

"Tiene un aspecto terrible, pe-ro en los hechos no lo es", agre-gó Mao. "Por supuesto la bomba atómica es un arma que puede hacer inmensas matanzas, pero es el pueblo el que decide el co-mienzo de una guerra y no una o dos armas nuevas". La entre-vista con Anna Louise Strong se realiza un año después de Lliro-shima, tres años antes de la toma definitiva del poder por el Ejér-cito Rojo. El chantaje atómico entre los Estados Unidos y la Unión Soviética ya había empe-zado. No sabemos exactamente cuándo los dirigentes chinos de-cidieron largarse a la construc-ción de la bomba atómica, pero la explosión de la primera bom-ba, el 16 de octubre de 1964, sor-prendió al mundo entero y tras-trocó totalmente "el equilibrio del terror" instaurado por los dos Grandes. Fue seguida por una docena de otras experiencias, entre ellas: el 17 de junio de 1967, la ele la bomba EL El 24 de abril de 1970, al lanzar su primer satélite, China se conver-tía también en una potencia es-pacial.

Al mismo tiempo que anun-ciaba el éxito de su primera ex-periencia atómica, el Gobierno chino, convertido esta vez en un "interlocutor válido", reiteraba

sus proposiciones de desarme general enunciadas en 1960. La política de China en ese campo no varió como lo recordara re-cién el jefe del Gobierno chino, Chou En-lai en una entrevista con Edgar Snow: "El objeto de nuestros tests nucleares es rom-per el monopolio y el chantaje atómico. . . En ninguna circuns-tancia, ya lo hemos dicho, China será la primera en utilizar las ar-mas nucleares. Renovamos nues-tro llamado para una conferen-cia en la cumbre, de todos los países del mundo, grandes o chi-cos". Esta oposición a los dos Grandes es todavía más neta en el editorial de año nuevo publi-cado en el Diario del Pueblo, Bandera Roja y el Diario del Ejército de Liberación. "En el mundo actual, una corriente irre-sistible empuja a la población del globo a oponerse a las políticas de las dos superpotencias. Jamás China se comportará como super-potencia, ni en el presente ni en el porvenir".

China posee boy una vasta in-fraestructura nuclear. Los mine-rales radiactivos son muy abun-dantes en todo su territorio y los yacimientos explotados pare-cen ser numerosos. Los primeros reactores nucleares se construye-ron a partir de 1950 con el apo-

yo de los técnicos soviéticos. Hoy los observadores estiman que China posee una docena. Habría una cincuentena de fábricas de refinación de torio y de uranio, una o dos fábricas de separación isotópica de uranio 235 y alre-dedor de cuarenta centros de estudio. Muchos de los investiga-dores responsables de estos es-pectaculares progresos en las tec-nologías nucleares y espaciales están en una edad bastante avan-zada. En efecto, se formaron an-tes o durante la última guerra en los Estados nidos, en la URSS o en Francia. Uno de los más co-nocidos es Chien San-chiang, quien estudió con Joliot-Curie an-tes de volver a su país y consa-grarse a armar las primeras bom-bas atómicas. Chien H'such-shen, responsable de los cohetes y es-pecialista mundial de la propul-sión a reacción, se formó en el MIT. Fue consultor de la arma-da norteamericana, la que lo en-vió después de la guerra a estu-diar los trabajos de Von Braun a Alemania.

La nueva generación de cientí-ficos ha sido formada sobre todo en China y en la URSS. Estos jó-venes investigadores han contri-buido particularmente a la cons-trucción del primer satélite chino.

36

qué los obreros tendrán el control de las universidades.

En esta época se publica un im-portante estudio relativo al examen del valor de los cuadros de la fábri-ca de máquinas-herramientas N" 1 de Shangai, en función de su capa-cidad de innovación por un lado y de su formación por el otro. Este estudio es señalado por Mao como ejemplo: para hacer la reforma de la enseñanza hay que ver cómo los in-dividuos formados por la universi-dad se adaptan a la empresa. Estas son algunas de sus conclusiones: "Los hechos muestran que los téc-nicos provenientes de la promoción obrera son mejores que los diploma-dos de la universidad". . . "La ense-ñanza no debe formar aristócratas del espíritu y ningún diplomado de-be recibir el título de cuadro antes de que haya probado, por la prácti-ca, que es capaz de serlo". . . "La enseñanza escolar debe estar combi-nada con el trabajo productivo". . . "Los cuadros diplomados que exis-ten serán llevados a hacer mejor la unión teoría-práctica por 'empleo', como obreros, durante un lapso más o menos largo".

Una mieva universidad

La reforma de la universidad se ha-rá, pues, de acuerdo con el esque-ma indicado por el Presidente Mao: "Debemos mantener las universida-des, con esto entiendo principal-mente las universidades técnicas y científicas. Sin embargo hay que re-ducir la duración de los estudios. . .

y tomar el camino seguido por la fábrica de máquinas-herramientas N? 1 de Shangai que forma su per-sonal a partir de los obreros. Los estudiantes deben ser seleccionados entre los obreros y los campesinos experimentados y serán devueltos a la producción después de algunos años de estudio".

En la enseñanza secundaria la evolución ha sido paralela: en ade-lante se intenta hacer tomar con-ciencia a los jóvenes de las realida-des industriales, acoplar las escue-las secundarias y las unidades de producción, llevar a los jóvenes a la fábrica o al campo para que se ini-cien en los problemas que reencon-trarán en la producción. A partir de noviembre de 1968, las escuelas primarias están a cargo de las bri-gadas de producción agrícola. Esto tuvo efectos inmediatos al haber extendiclo considerablemente la es-colaridad en China, hacer más con-creta la enseñanza, más cercana a las realidades locales y liberar impor-tantes créditos que hubieran podido afectar a otras tareas.

El sistema actual obliga a todos los futuros estudiantes a pasar tres años en la producción (de los 14 a los 17 años) antes de llegar a la Universidad. El comienzo que de-bió tener lugar en 1968 se atrasó pues: un plazo de dos o tres años era necesario para la realización del tiempo de prueba en la fábrica o en el campo. En efecto, recién el 21 de setiembre de 1970 el Diario del Pueblo anunció la iniciación de las clases en la universidad.

La industria petrolera china satisface en cantidad y en variedad

las necesidades del país.

Esta iniciación 1970 fue de las más originales. La prensa china la comentó así: "Guiada por la línea revolucionaria proletaria clel Presi-dente Mao, la Universidad de Sing-hua seleccionó cierto número de profesores de tiempo completo o de tiempo parcial entre los obreros que poseen una alta conciencia política y una rica experiencia práctica de la producción y están en primera línea en los tres grandes movimientos re-volucionarios: la lucha de clases, la lucha por la producción y la expe-rimentación científica".2

Así, Hu Yue-lin, miembro del P. C. y obrero de la construcción durante 36 años, que había "con-tribuido a construir numerosas es-cuelas pero no tenía el derecho de frecuentarlas", dio su lección inau-gural sobre el ten™ ¿A quién dehe servir la construcción?

"La escuela jamás fue un ^lugar reservado únicamente para la inicia-ción en los conocimientos librescos —dijo el nuevo obrero-profesor a sus obreros-estudiantes—, sino un campo de batalla donde el proletaria-do y la burguesía luchan para ganar a la joven generación. Antes de la Gran Revolución Cultural Proletaria, los intelectuales burgueses domina-ron nuestras escuelas y trataron de corromper a los estudiantes con ayu-

2 Pekín informa, 18 de enero de 1971.

37

da de la ideología burguesa. Ahora que nosotros, obreros, nos trans-formamos en educadores, debemos considerar como nuestra tarea pri-mordial la formación de dignos con-tinuadores de la causa revoluciona-ria del proletariado."

Por su parte, She Kuei-hen, 60 años, ex-Harvard, uno de los inte-lectuales que siguió la línea de Liu Sbao-shi aceptó ponerse al servicio de los obreros al declarar:

"Yo estaba profundamente in-fluido por la enseñanza feudal. Des-pués de la liberación me creía fuer-te a causa de mi valor intelectual y seguí la línea burguesa. Pero la Revolución Cultural me permitió reeducarme profundamente. El año pasado estuve con un grupo de es-tudiantes en Kiangsi para reeducar-me al lado de los obreros y de los campesinos que antes despreciaba." 3

Contra "la ciencia por la ciencia"

Antes de la Revolución Cultural, la mayoría de los científicos chinos es-taba en los laboratorios, se ocupaba esencialmente de la investigación pura o de la redacción de sus publi-caciones científicas. Salidos, según su edad, ya sea de las universidades occidentales o de las universidades soviéticas, generalmente estaban se-parados de los problemas del desa-rrollo industrial a técnico de su país y proseguían, en los laboratorios de las universidades o en institutos de investigación, los trabajos empeza-dos en su estada en el extranjero.

El trastrocamiento aportado pol-la Revolución Cultural en la actitud de los científicos fue profundo. Pa-ra luchar contra esa concepción abs-tracta de la ciencia, se aconsejó a ios investigadores que leyeran la obra de Mao Tse-tung, que "da va-lor al hombre y despierta su inteli-gencia, opera en él un cambio de actitud hacia las innovaciones téc-nicas y lo alienta para desarrollar la tecnología de una manera revolucio-naria" (25 de enero de 1966). En esta época los editoriales de los dis-tintos diarios reflejan esa tendencia: Si los trabajadores científicos y téc-nicos fueran a la fábrica (30 de ene-r o ) . . . Descender la escalera y salir del instituto (15 de abril). Los cien-tíficos pues, son invitados a mezclar-se con la vida, a no acantonarse en problemas puramente académicos: su horizonte debe sobrepasar el cua-

dro de su laboratorio. El acta de una reunión del Comité del Partido de la Academia de Ciencias se pu-blicó el 3 de junio de 1966. Se pue-den señalar los puntos siguientes:

—La tesis de "la ciencia por la ciencia" debe combatirse.

•—Hay que impedir que los ex-pertos técnicos y científicos se con-viertan en aristócratas del espíritu, manteniéndose por encima de los obreros y campesinos.

—La experimentación científica debe estar estrechamente ligada a la producción agrícola e industrial.

—La investigación de los institu-tos especializados debe estar ligada a las investigaciones efectuadas pol-los obreros y los campesinos.

—Hay que liberarse del culto a las "autoridades" y redoblar los es-fuerzos para preparar a la joven ge-neración.

La nueva orientación dada a la ciencia se precisa en la decisión del Comité Central del P. C. (8 de agos-to de 1966) que en su duodécima resolución trata a los científicos con cierta benevolencia.

A comienzos de octubre de 1966 tuvieron lugar reuniones de científi-cos y técnicos. Los investigadores y los trabajadores de las fábricas de-pendientes de la Academia de Cien-cias declaran haber tomado concien-cia de su pesada responsabilidad en la lucha por la producción y la ex-perimentación científica en ocasión del lanzamiento de un cohete con ojiva nuclear (27 de octubre de 1966). En esta época comienza la campaña por las innovaciones técni-cas. Después de discusiones y críti-cas que duran algunos meses, un Comité Revolucionario se establece en la Academia de Ciencias, en agos-to de 1967.

Las publicaciones científicas, en ese entretiempo, dejaron de apare-cer, ya sea porque los científicos estaban demasiado absorbidos por las discusiones en sus laboratorios como para tener tiempo para redac-tar sus trabajos, o porque la misma concepción de las comunicaciones académicas se juzgara perimida (los investigadores son invitados, en efecto, a ir a hacer conocer sus tra-bajos en los medios industriales pa-ra hallarles aplicación) o porque la publicación masiva de las obras del Presidente Mao en 300 millones de ejemplares hava saturado completa-mente todas las imprentas del país, incluidas las imprentas académicas.4

Los científicos hacen su autocrítica

En la misma época se emprendió una campaña para desacreditar a los cuadros técnicos imbuidos de su im-portancia e inspirarles una actitud más marcada de modestia. Esta cam-paña sobre "la inteligencia de los humildes" consiste en anécdotas que corren por cuenta, muy a menudo, de los científicos faltos de sentido práctico. En algunos institutos de Shangai buscan los métodos a em-plear para efectuar lo reforma. Po-demos leer en Cómo hacer para los medios científicos: "Los camaradas del frente de la industria trabajan noche y día y han realizado milagros en varios dominios. Los camaradas del frente agrícola trabajan para au-mentar la producción de cereales. ¡Pero ustedes, científicos, ustedes se alimentan del arroz de los cam-pesinos y utilizan las vestimentas fabricadas por los obreros, pero no cumplen su tarea profesional! Esto no es correcto".15 En otro artículo se denuncia a hombres de ciencia que derrocharon el dinero del Estado sin obtener resultados porque aban-donaron la vía práctica. El mismo artículo relata una reunión donde se acusó a esos "notables" y a esos "especialistas" que no sólo no obtie-nen resultados sino que también "impiden el trabajo de los jóvenes científicos y estrangulan su espíritu creador".

Como consecuencia de estas dis-cusiones, los científicos y técnicos deciden ir a las fábricas y a los cam-pos a trabajar con los obreros y los campesinos y hacer encuestas para encontrar temas de investigación.

Las primeras autocríticas de los científicos se publican a partir de 1969. Estos son algunos extractos de la del profesor Hua Luo-keng (na-cido en 1910, DSC de la Univer-sidad de Cambridge en 1936):

"Yo tenía la costumbre de hacer la investigación científica a puertas

3 Despacho AFP, 14 de octubre de 1970.

4 Sobre alrededor de 500 revistas chi-nas publicadas antes de la Revolución Cultural, las diferentes ramas se renartían así: matemáticas, física, química, 112; bio-logía, ciencias naturales, 51; ciencias de la tierra, 42; tecnología 137; agricultura, 65; medicina, 57. Estas revistas se publi-caban esoecialmente en Pekín (277), Se-chuan (55), Shangai (41) y Kuang Tung

5 Editorial del "Wen Hui Pao, Shangai, 26 de julio de 1968.

38

cerradas. Encerrado como estaba en mi torre de marfil, no empleaba mis esfuerzos en escalar la "cumbre" de las matemáticas. Estimaba que mi superioridad residía en los pocos que podían comprender mi discipli-na. Me dedicaba a los problemas difíciles. Si llegaba a resolver algu-nos de ellos frente a los cuales retrocedían los otros, concebía por eso una vanidad extrema. Pero por-qué estudiar teorías profundas y resolver problemas difíciles, cómo aplicar el fruto de mis búsquedas y ponerlo al servicio del pueblo, todo esto era la menor de mis preocupa-ciones."

¿La Revolución Cultural habrá obligado a todos los investigadores a reflexionar sobre su papel en la sociedad? Sin embargo, al final de este período, después de trastroca-mientos a veces profundos, la ma-yoría de ellos, aun la casi totalidad vuelven a estar en su lugar. En efec-to, si la línea política es severa para las ideas o las actitudes erróneas es bastante indulgente para los hom-bres.

MM

La experimentación científica debe estar estrechamente ligada a la producción agrícola e industrial.

Segunda revolución en la producción

El punto 14 de la declaración de! 8 de agosto de 1966, Hacer la Revo-lución y promover la producción, precisa que la Revolución Cultural constituye una "poderosa fuerza mo-tora en el desarrollo de las fuerzas productivas". La campaña se inau-gura en las fábricas a comienzos de 1967. Una lucha opone entonces a los obreros y técnicos partidarios de las reformas con los cuadros enveje-cidos y privilegiados. Se producen por otra parte numerosos episodios violentos (barricadas, sabotaje). Una carta del Comité Central del P, C. Chino a los obreros de las em-presas industriales y mineras (18 de marzo de 1967) precisa las orienta-ciones generales de la reforma de las empresas. El punto 5 del pro-grama señala que hay que "desarro-llar las innovaciones técnicas y em-prender una revolución técnica para alcanzar y superar los niveles técni-cos mundiales avanzados". La ad-ministración debe simplificarse, los cuadros deben participar en el tra-bajo productivo y los estimulantes materiales (primas de productivi-dad) se suprimen. La competencia entre fábricas es condenada, porque lleva a "guardar secretos de técnicas

y a disputarse técnicos competen-tes", métodos juzgados inadmisibles.

Campañas por las innovaciones técnicas animan a todas las empre-sas del país. Se procede al cambio de experiencias entre fábricas. Con-ferencias nacionales sobre temas prioritarios tuvieron lugar (abonos químicos, en octubre de 1968; me-talurgia, en noviembre).

Tres principios orientan la investi-gación técnica:

—utilidad de los productos fabri-cados por las masas

—participación de los obreros en la concepción de los productos y en las innovaciones técnicas.

—desarrollo de la confianza en sí mismo.

La prensa técnica se reduce pro-gresivamente, en particular los index de señales y las revistas que publi-can las traducciones de artículos ex-tranjeros. El número de revistas científicas y técnicas pasa de 460 en

1966 a 57 en 1967, y a 10 en 1968, para detenerse completamente en 1969. Los documentos extranjeros sin embargo se reciben siempre, pe-ro ya no son como antes ampliamen-te difundidos en traducciones. Pare-ce que la información fuera seleccio-nada en principio antes de ser puesta en circulación; se hacen ac-tualizaciones colectivas y se compi-lan datos en lugar de dispersar co-mo antes artículos que trataran puntos en detalle.

En lo que concierne a las innova-ciones técnicas, se constituyen gru-pos en las empresas (obreros, técni-cos, ingenieros, cuadros). El papel de los viejos obreros experimenta-dos y de los jóvenes obreros dinámi-cos se pone en primer lugar.

Los obreros, siguiendo el princi-pio del Presidente Mao Tse-tung, "animarse a pensar, animarse a ac-tuar", realizaron mejoras en algunas fábricas compradas por China al ex-

39

tranjero y a veces modificaron am-pliamente el material para aumentar la producción. Según las fuentes chi-nas que sólo presentan datos parcia-les, este aumento alcanzaría a alre-dedor del 20 por ciento cada año, en la mayoría de las ramas o secto-res.

Después de una declinación de la producción en el curso del año 1967, debido sin eluda a los diversos sobresaltos de la Revolución Cultu-ral, se retomó el ritmo en 1969. Numerosos artículos se dedican des-de ese momento al sistema soviéti-co de dirección de las fábricas y le oponen el sistema chino. En octu-bre de 1969 aparece un artículo importante sobre el camino de in-dustrialización socialista de China. Señala nuevamente los grandes prin-cipios de independencia y de auto-nomía pero preconiza también el es-tudio de lo que es "positivo" en el extranjero. Recuerda esta exposición el precepto del Presidente Mao Tse-tung: "Tomar la agricultura como base y la industria como factor do-minante", y pide que los esfuerzos se apliquen en la industria pesada y en la mecanización. En fin, preconi-zan una descentralización de las in-dustrias y una relativa autonomía industrial de las regiones, en previ-sión de una guerra posible.

Médicos de h o y . . .

En el plano sanitario es, por cierto, donde eí desarrollo de China fue más espectacular. Aún antes de la liberación completa del país, se ha-bían lanzado grandes campañas de higiene en las regiones que mante-nía el Ejército Rojo, y desde 1949 el Gobierno chino se dedicó a la erradicación de ciertas enfermedades que hasta entonces arrasaban las zo-nas superpobladas. Campañas para la exterminación de ratas, moscas, mosquitos, después perros y gatos, suplieron en los primeos tiempos la ausencia total de productos quími-cos. Se tomaron medidas estrictas de higiene (prohibición de escupir en las calles, uso de máscaras, des-infección de lugares públicos, etc.) Así desaparecieron en algunos años el cólera, el tifus, la peste y la vi-ruela. En una segunda fase, cuando China pudo fabricar insecticidas y productos farmacéuticos, las campa-ñas de vacunación llegaron a dece-nas de millones de habitantes. La virología y la bacteriología son por

40

otra parte ramas de la investigación biológica extremadamente bien de-sarrolladas en China.

Antes de la Revolución Cultural, la vigilancia médica de la población era muy importante (aunque toda-vía insuficiente): había 150.000 médicos completos y 170.000 agen-tes sanitarios. Hay que agregar un número indeterminado de médicos auxiliares y de médicos tradicio-nales,

El control de la natalidad, des-cuidado en los primeros años del nuevo régimen se practica en gran escala después de la crisis económi-ca de 1959-61. No se le impone pero se le pide a la población por todos los medios de propaganda utilizables en nombre del interés ge-neral. La difusión de todos los tipos de productos anticonceptivos es ge-neral, salvo en las zonas subpobla-das. El aborto es libre pero parece que es bastante poco practicado. Los matrimonios tardíos (entre 27 y 32 años) y la regulación de los nacimientos (la familia de dos hijos es presentada en todos lados como la familia ideal) parecen bastar para regular la tasa de crecimiento de-mográfico. Los chinos son en efecto alrededor de 750 millones y, siendo la tasa de acrecentamiento de la po-blación de 2 por ciento por año, las estructuras económicas del país no le permitirían sin duda hacer frente a un ritmo superior de crecimiento demográfico. Una vigilancia prena-tal y posnatal redujo considerable-mente la mortalidad infantil. En un relato inédito sobre un viaje a Chi-na (1965) el profesor Minkowski subrayaba este extraordinario desa-rrollo de la medicina perinatal:

"A partir de 1956 se han tomado diferentes medidas, que están en vi-gencia en los buenos centros obs-tétricos y de recién nacidos del mun-do occidental; en Francia, deberían tomarse estas medidas pero se las aplican sólo raramente en razón de la poca atención prestada hasta aho-ra a la reanimación neonatal. Re-cordemos sobre este tema que Chi-na no plantea problemas de personal hospitalario o social; donde hay un agente en Francia hay 5 ó 10 en China. Lo más notable es que este personal está correctamente educa-do y los cuidados parecen ser los mismos por la noche y los domingos que a pleno día y en la semana.

"Estas medidas consistieron en cuidados sanitarios mejorados; me-

didas de aislamiento, utilización de leche de mujer, métodos de lavaje, continua observación de los niños en incubadora con ayuda del "score americano de Apgar", mantener per-sonal calificado en las nurseries (mientras que en Francia en la Asis-tencia Pública ese personal a menu-do rota) utilización de la desobs-trucción con laringoscopio (un mé-todo apenas utilizado en Francia) y uso de respiradores. Hay tres pedía-tras especializados en cuidados a los recién nacidos. Se realiza el 95 por ciento ele autopsias.

"Actualmente la mortalidad, gra-cias a este conjunto de medidas cu-ya autenticidad pudimos verificar, habría sido reducida en un 0,75 por ciento para el conjunto de los recién nacidos y en un 7,10 por ciento para los prematuros, lo que repre-senta para las dos estadísticas una reducción de alrededor del 60 por ciento.0

"En los asilos, en las escuelas o en las empresas se encuentra el mis-mo tipo de organización sanitaria. Recientemente se ha visto el resul-tado en considerable esfuerzo de la industria farmacéutica: obtención de antibióticos (kanamicina y kang-dimicina) fabricación de nuevas va-cunas (rubéola, encefalitis B, virue-la, meningitis cerebro-espinal). En tecnología médica se ha aplicado el esfuerzo a la fabricación de mate-rial manual (rayos X y ultravioletas, material quirúrgico). En cirugía se intentaron experiencias audaces (volver a unir miembros secciona-dos, injertos en grandes quemadu-ras, reanimación cardíaca de electro-cutados). Hay que señalar la asisten-cia médica cada vez más importante aportada por China a numerosos países de Africa (Argelia, Tanzania, etc.). Esta asistencia se efectúa por otra parte tanto al nivel de la tecno-logía médica moderna (bloques ope-ratorios, vacunas, antibióticos) co-mo al de la medicina tradicional (equipos de médicos que practican la acupuntura)."

. . .y médicos ele ayer

Lo que más ha impresionado a los observadores extranjeros desde 1949 es el mantenimiento, al lado de las formas más recientes de la medicina occidental, de numerosas prácticas

6 A. Minkowski, La medicina ch la República Popular China, inédito.

El hombre siempre puede transformar y dominar la naturaleza.

Una lección para los llamados pueblos subdesarrolados.

de la medicina tradicional china. Acupuntura, moxas, masajes, dieté-tica, cultura física, balneoterapia, farmacopea antigua son, en efecto, muy practicadas todavía. Este retor-no de la tradición se produce no sin resistencias. La medicina tradicional hacía sonreir a ciertos médicos for-mados a la occidental. Mao Tse-tung mismo los llamó al orden. Al mismo tiempo que se le pedía a centenas de millares de médicos tradicionales iniciarse en la ciencia moderna al lado de médicos de formación "oc-cidental", estos últimos seguían cur-sos de medicina antigua. Por otra parte se operó una selección: varias recetas de la medicina tradicional fueron analizadas científicamente y conservadas, otras fueron rechaza-das. Y se sigue estudiando las dife-

rentes maneras de acoplar la medici-na tradicional china a la medicina occidental. En este campo se obtu-vieron muchos resultados espectacu-lares como el tratamiento por la acu-puntura de algunas sorderas, pará-lisis, asma o la curación de varios casos de ceguera.

Todos estos progresos sin embar-go no eran suficientes. Desde junio de 1965 Mao Tse-tung denuncia al Ministerio de Salud, al que le re-procha ser un "ministerio de la Sa-lud de los señores de la ciudad". En efecto, en el curso de los años pre-cedentes y a pesar de los esfuerzos sostenidos en todos los dominios, una gran desproporción se establece entre el encuadre médico de las ciu-dades y del campo. También Mao lanza urt llamado a los trabajadores

de la medicina: "Dirigir el trabajo médico y sanitario sobre las regiones rurales". Con la Revolución Cultu-ral el cuerpo de médicos militares daría el ejemplo del movimiento ha-cia el campo. En algunos meses se establecieron en todas partes redes sanitarias. Se acentuó sobre todo lá formación de los "médicos descal-zos", movimiento lanzado en- 1958 pero que casi no se había desarrolla-do. Millares de trabajadores médi-cos —médicos, enfermeros, médicos para acupuntura— fueron a los cam-

41

pos, a las regiones apartadas o mon-tañosas y se establecieron en ellas/

Al mismo tiempo por medio de la prensa, radio y diarios murales, se lleva a cabo una campaña de se-veras críticas a la ideología médica y al sistema de enseñanza, " 'Cele-bridades' médicas burguesas que se adhieren al punto de vista metafísi-co, consideran su experiencia limi-tada y los escritos médicos como una verdad absoluta e inmutable. A menudo declaran 'incurables' ciertas enfermedades. Por ejemplo, cuando un paciente se quema en más de un 80 por ciento o es alcanzado por quemaduras de tercer grado en más de un 30 por ciento de la superficie del cuerpo, su diagnóstico es 'la muerte inevitable'. Si un miembro está seccionado desde hace más de seis horas dicen que jamás podrá recobrar sus funciones después de ser reimplantado. Afirman también que es 'imposible devolver la vida a un paciente' cuyo corazón ha dejado de latir seis minutos, etc. Para ellos todo esto representa los límites de la medicina". El comentarista agrega: "La dialéctica materialista nos ense-ña que todo está en movimiento y en transformación. . . No existe en-fermedad absolutamente 'incurable'. Enfermedades juzgadas en otra épo-ca como tales pueden hoy ser cura-das, mientras que las que son toda-vía "incurables' podrán ser curadas cuando las hayamos comprendido y cuando hayamos encontrado las le-yes naturales a las que obedecen".8

El rendimiento de las antiguas instituciones, el origen del recluta-miento y el deseo de los diplomados de trabajar en la ciudad fueron ob-jeto de vivos ataques en la prensa.0

La autocrítica de Wei-Neng-shuen, jefe de un grupo de enseñanza y de investigación de otorrinolaringología de la Escuela de Medicina de Wou-han traduce lo que entonces se podía reprochar a esos "nuevos mandari-nes":

"Sin interesarme por el tratamien-to y la prevención de las enfermeda-des corrientes entre las grandes masas de campesinos, tal como la otitis media, me sumergí únicamen-te en investigaciones sobre enferme-"dades raras, como, por ejemplo, la otosclerosis, tomando esto como me-dio para llegar un buen día a reco-ger los laureles. Consagré la mavor parte del personal, del material y de los fondos al estudio del trata-miento de la sordomudez, por la

acupuntura, con métodos electrofi-siológicos experimentados en coba-yos, mientras me negaba a recibir a numerosos pacientes que sufrían esta enfermedad y venían a consul-tarme. Por monopolizar la técnica, consideraba a mi laboratorio como un reino independiente y me cuidaba de que alguien tomara conocimien-to de mi trabajo. No había dudado en dilapidar fondos del Estado para montar tres laboratorios que casi no tenían valor práctico, necesitando ese todo, un gasto equivalente a las rentas anuales de quinientos cam-pesinos . . .

"En busca del renombre personal, con miras a adquirir los fundamen-tos para el diagnóstico precoz de la silicosis y luego redactar tesis y pu-blicarlas, llegué hasta efectuar análi-sis broncoscópicos muy penosos de soportar que no eran totalmente necesarios, a mineros que tenían esta enfermedad. Edificaba pues, mi tro-no de especialista, sobre el sufri-miento de los pacientes." 10

Primeros balancea técnicos de la Revolución Cultural

Frente a esas reformas radicales y a esas múltiples experiencias, con-viene preguntarse si los primeros resultados están a la altura de los proyectos.

Aunque sea demasiado pronto para hacer un juicio definitivo —las primeras fases de la Revolución Cultural sólo datan del verano de 1966— parecería que los primeros balances son, por el momento, neta-mente positivos.

Los progresos espectaculares en los dominios atómicos y espacial son demasiado conocidos para que sea necesario insistir. Actualmente es más difícil saber qué se hace a ni-vel de la investigación fundamental.

Sin embargo es interesante seña-lar que, en ocasión de un congreso de física en Pekín en 1966, se pre-sentó una nueva teoría sobre las partículas elementales (teoría del "straton") que ofrece ciertas analo-gías con la famosa teoría de los quarks. Se hizo llegar un resumen a diversas personalidades científicas y suscitó comentarios diversos pero desgraciadamente no pudo hacerse el examen completo del legajo por-que la suspensión de las revistas científicas impidió su aparición com-pleta.

De manera semejante, en 1965,

un observador francés que visitó China anota: "La síntesis química de la insulina de buey que acaba de ser obtenida por los bioquímicos chinos en estado cristalizado y con la misma actividad específica que el producto natural, es un éxito mayor en un dominio científico particular-mente arduo y competitivo. Esta empresa fue llevada a cabo en co-laboración por tres laboratorios. El Instituto de Química Orgánica de Shangai sintetizó la cadena peptídica A, que implica 21 residuos de ami-no-ácidos, mientras que la cadena B era sintetizada conjuntamente por el Instituto de Bioquímica de Shangai y por un grupo de Pekín. La reu-nión de las dos cadenas, por crea-ción de puentes de disulfuro, la etapa más difícil, fue obtenida pol-la unión de tres equipos. Esta cola-boración de numerosos institutos so-bre un mismo tema bien definido es característico de las tendencias ac-tuales de la organización científica en China".11

La fabricación de instrumentos de medición, aparatos electrónicos (os-ciloscopio de 10 megahertz en 1965, de 30 en 1968 después de 1 giga-hertz en 1969), láser, aparatos ul-trasónicos, calculadores electrónicos, ha sido particularmente estimulada. La computadora que permitió las realizaciones atómicas y espaciales fue presentada en octubre de 1967. Un radio telescopio desarrollado en el observatorio de Pekín entró en funcionamiento en el segundo se-mestre de 1967. El desarrollo del empleo de transistores desencadenó una campaña recientemente corona-da por el éxito (19 de mayo de 1970) por la puesta a punto de hornos de monocristales de silicio. En 1968, la Feria de Primavera de Cantón presentó 875 aparatos cien-tíficos de los cuales el 90 por ciento eran nuevos.

J Uno de los héroes de la Revolución china es Norman Bethune, médico cana-diense que fue a China a alrededor de los 50 años y cuidó durante cerca de dos años _a los enfermos y a los heridos del 8? Ejército. Contrajo una septicemia al hacer una operación de urgencia y murió en Tanghsieti en Hopei en noviembre de 1939. En 1968 una exposición consagrada a él en Pekín recibió más de un millón de visitantes.

8 Pekín informa, 20 de julio de 1970. 8 Pekín informa, 11 de enero de 1971. 10 Pekín informa, 20 de julio de 1970. 1 1 Jacques Senez, Voyage d'étude ef-

fecttié en Chine du 15 octobre au 9 no-vembre 1965, inédito.

42

La síntesis del benceno se realiza en escala industrial desde 1967, la del metanol desde 1968. El descu-brimiento de nuevos catalizadores y la instalación de pequeñas fábricas de productos azoados, permitieron acrecentar rápidamente la produc-ción de abonos; citemos también en-tre las principales realizaciones de la industria química, cuyos grandes centros están en el Norte y en el Noroeste, la preparación de la vita-mina D3 cristalizada (1967) , un nuevo método para producir la es-treptomicina, la producción de king-damicina (1969) , la fabricación de plásticos, de fibras sintéticas, de co-lorantes (en particular para los films fotográficos en colores) y de nue-vos insecticidas.

En el dominio de las ciencias de la tierra también se efectuaron in-vestigaciones. Una expedición cien-tífica que comprendía a más de cien investigadores de una, treintena de especialidades diferentes, exploró en 1966-1967 la región del monte Jol-mo-Lungma (monte Everest) para establecer la historia geológica del macizo, hacer el inventario de los recursos naturales y valorizar esa re-gión. También continuó la prospec-ción geológica de Tsing Hai y se abrieron nuevas minas. Una impor-tante expedición tuvo lugar en Sin-kiang para observar el eclipse total de sol del 22 de setiembre de 1968.

China ostentaría desde 1968 el record mundial de perforación pe-trolera. Después de haber batido su-cesivamente el record s o v i é t i c o (31.241 metros por año) y el nor-teamericano (90.325 metros por año) los 100.101 metros al año ha-brían sido alcanzados por un equipo del Centro de Investigaciones Pe-troleras de Taching. En el curso de los años precedentes este centro, por otra parte, había preparado técnicos en perforación a gran velocidad. . En 1965, la producción petrolera era de 8,5 millones de toneladas. Se desarrollaron las técnicas de refina-miento, la calidad y el número de los productos aumentó. Desde co-mienzos de 1970 el país cubre sus necesidades en petróleo. Hay que se-ñalar, por otra parte, que los inves-tigadores chinos, en especial los del Instituto de Química Orgánica de Shangai, se interesan vivamente en la producción de proteínas alimenti-cias a partir de estos productos pe-troleros.

(Continúa en página 45)

Producción seriada de máquinas impresoras offset en la fábrica de construcciones mecánicas de Pekín.

43

La lucha por el ambiente Los chinos, que se refieren a me-nudo al mensaje del Presidente Nixon sobre la situación de los Estados Unidos, denunciaron va-rias veces la contaminación co-mo "una de las taras más serias del sistema capitalista". ¿Quiere esto decir que su país no conocía esa enfermedad de la civilización?

Al mismo tiempo que elabo-raba ambiciosos sistemas de re-gulación hidrográfica, China mo-derna se dedicaba a otros diver-sos problemas ambientales y esto mucho antes que las naciones al-tamente industrializadas se sin-tieran aludidas por el problema de la contaminación. Lo principal era el mejoramiento de la salud pública. Pero jugaron otros fac-tores. China es, en efecto, un país muy viejo, "gastado" y con-taminado por la presencia duran-te siglos de una población extre-madamente densa (cien años an-tes de nuestra era, el volumen de los Ritos del' Antiguo Tai ya alertaba contra la contamina-ción). Se hizo el desmonte de provincias enteras y éstas fueron arrastradas en el terrible ciclo de erosión hidrográfica p e r i ó d i c a que conocen numerosos países tropicales y semi tropicales.

"Los chinos calcularon que el agua de lluvia necesitaría para arrancarle al suelo una capa de 18 centímetros: 570.000 años en la selva, 80.000 años para una pradera, 46 años en una región cultivada y 18 años solamente en un suelo desnudo", cita con hu-mor un comentarista.12 El repo-blar con montes y el hacer terra-zas en las vertientes eran pues objetivos primordiales. En las re-giones de Loess también el vien-to contribuye, en gran parte, a la erosión. Tanto sobre las orillas del Mar Amarillo y del Mar de China como en el límite de las altas mesetas desiertas del Norte, se emprendió la instalación de cortinas de árboles de varias cen-tenas de kilómetros de ancho. Esta plantación jamás fue exclu-sivamente forestal: al restaurar micro-climas y retener la tierra, los pioneros pudieron introducir

también en provincias antes hos-tiles, árboles frutales y varios otros cultivos. Así se fueron ga-nando poco a poco los desiertos. Las grandes estepas del Norte se transformaron en el gran gra-nero del Norte, exclamó un pe-riodista chino que visitó Manchu-ria y que comenta cierto número de experiencias tan insólitas co-mo interesantes, como el cultivo en gran escala de plantas medici-nales o los vergeles de manzanos hovangtai logrados por un cier-to número de injertos complejos, o también la cría de vastas ma-nadas de ciervos domésticos, "dó-ciles como carneros". la Estas imágenes de tipo idílico donde sin embargo persisten ciertas con-tradicciones que se tratará de vencer, muestran a todos los chi-nos que es realizable un equili-brio natural nuevo hecho por el hombre.

Por otra parte, una intensa contaminación por eliminaciones humanas y animales alcanzaba los lagos, los ríos secundarios y los grandes ríos. Se lanzaron amplias campañas para la recuperación de los mínimos desperdicios do-mésticos y su reutilización, para la construcción de letrinas y las técnicas de diseminación, la ex-pansión de las redes de desagües urbanos y la construcción de es-taciones de purificación. Asimis-mo, las calles de las ciudades son constantemente barridas y arre-gladas. Los pedazos de metal se recuperan cuidadosamente. Las cenizas de los hogares y los ma-teriales ele demolición son uti-lizados para rellenar pantanos. En cada comuna las aguas se dre-nan y limpian. Los deshechos de origen industrial son estudiados atentamente. Mao Tse-tung mis-mo se habría ocupado personal-mente de esto. La gran campaña de la primavera de 1970 puso el acento sobre los "cuatro de-rroches": materiales, agua, gas y calor.

En el movimiento de la Revo-lución Cultural se aportaron so-luciones elegantes: los obreros de ciertas fábricas ajustaron técnicas

de recuperación, tratamiento y reinserción de efluentes en los ciclos naturales o industriales. Parece que en algunos casos ini-ciativas locales permitieron resol-ver problemas que parecían aún insolubles en algunos países oc-cidentales. En las fábricas quími-cas de Dairen que producen áci-do sulfúrico y que emitían vapo-res n o c i v o s , se establecieron sistemas que permiten transfor-mar los efluentes sulfúricos y amoniacales en otros productos químicos. Parece que actualmen-te están en curso investigaciones muy adelantadas sobre los dese-chos. De todas maneras la distri-bución de la población y la im-plantación industrial de China la ponen todavía por largo tiempo al abrigo de las tasas de contami-nación atmosférica de los países altamente industrializados: sólo el 15 por ciento de la población es urbana; el tránsito automovi-lístico es insignificante en las ciudades y si la industria auto-movilística se desarrolla en un futuro próximo, podrá sin duda aprovechar las precedentes inves-tigaciones anticontaminación. En fin, los centros industriales aho-ra están implantados lejos de los centros urbanos y teniendo en cuenta las situaciones meteoroló-gicas locales. Sin embargo las ciu-dades más antiguas como Pekín y Shangai todavía tienen proble-mas de contaminación atmosféri-ca. También la contaminación de las aguas por las industrias es actualmente un gran tema de preocupación. En 1968 se lanzó una campaña en la región de Shangai dedicada al recuento de las fuentes de contaminación. En esa ocasión se descubrió un siste-ma de recuperación económica del fenol.14 Qtras búsquedas sin duda llegarán a buen término: el rechazo sistemático de la auto-satisfacción, la voluntad de con-trolar siempre la técnica y los medios de producción y de ligar estrechamente el desarrollo tec-nológico al desarrollo social, son los rasgos principales de la ética maoísta.15

44

La retirada de los técnicos sovié-ticos a partir de 1960 perturbó con-siderablemente la metalurgia china; en consecuencia se realizó un esfuer-zo especial en ese sector. Las dificul-tades, sin embargo, continuaron hasta 1969.

Además de las famosas acerías de Anchan (4 millones de toneladas por año) otros dos conjuntos indus-triales producen ahora el acero chi-no: Wu-han (3,5 millones), Pao-t'eu (3,3 millones de toneladas) y un cuarto está en curso de construc-ción en Kansu. La producción de aceros especiales es treinta veces su-perior a la de hace cinco años (en esa época representaba el 1 por cien-to de la producción total china de acero).

Actualmente los e s f u e r z o s se orientan más hacia la construcción de material ferroviario, camiones, tractores, chapas para construcción naval.

En 1967 y 1968 se construyeron cargueros de 18.000 y 19.000 tone-ladas y en 1969 dos peroleros de 15.000 toneladas. China ha hecho un esfuerzo notable en el campo de las máquinas-herramientas (fábricas de Shangai y de Elangtcheu). En 1969, demás, se terminaron los pri-meros prototipos de máquinas-herra-mientas enteramente automatizadas. La construcción de un turbo gene-rador de 125.000 kilowatt en abril de 1969 es uno de los acontecimien-tos más notables en el campo de la construcción eléctrica. La industria ferroviaria y la industria automovi-lística —la de los camiones en par-ticular—, continúan muy por debajo de las necesidades. Al término de los acuerdos comerciales con Francia, China justamente pidió camiones (Berliet y Unic) , materiales de tra-bajos públicos y locomotoras.

La Revolución Cultural en el c a m p o

El campo chino ha sido relativamen-te poco tocado por los movimientos de la Revolución Cultural: por ejem-plo, el sistema de comunas popula-res, que data de 1958, no cambió. Sin embargo tuvieron lugar modifi-caciones importantes en el campo en lo que concierne a la organización de la enseñanza primaria (paso de escuelas al control de las comunas que une a menudo la enseñanza con la preparación profesional de los fu-turos agricultores) y la investiga-

ción agronómica (creación de un cuerpo de expertos campesinos, es-pecie de ingenieros agrónomos de formación acelerada). Los grandes trabajos de irrigación y la valoración del suelo prosiguieron. También hay que señalar la utilización ele nuevas semillas (arroz de tallo corto, nue-vas variedades de trigo y de sorgo). Las semillas de trigo albanés se utili-zan desde 1968 en más de 26 millo-nes de hectáreas. En 1970 se difun-dieron nuevas variedades de trigo aún mejor adaptadas. También se obtuvo una mejora del maíz, de la cebada y del mijo.

El empleo siempre creciente de los abonos químicos hizo aumentar los rendimientos, en particular los del algodón y de los cereales. En 1958 empezó una experiencia origi-nal de construcción de pequeñas fá-bricas de abonos nitrogenados; la fábrica de Tanyang sirvió de piloto. En 1963, los gastos de producción y la tecnología de esta fábrica eran comparables a los de las grandes fá-bricas. Si en 1965 las pequeñas fábri-cas recién sólo aseguraban el 10 por ciento de la producción total, hoy asumen la casi totalidad de esta pro-ducción (14 millones de toneladas).

También se desarrolló el cultivo de la papa y se difundiem métodos de lucha contra su degeneración (Congreso Nacional de Yentai, en Shantung, en setiembre de 1968). Un congreso nacional consagrado a las nuevas especies de sorgo híbrido tuvo lugar en el distrito de Sinhsien, en Chansi, en noviembre de 1968. Un congreso nacional sobre el algo-dón se realizó en marzo de 1970.

Se notará que los éxitos anuncia-dos conciernen en general mucho más las realizaciones de incidencia económica y que influyen sobre el volumen de la producción que a re-sultados académicos. No parece sin embargo que se descuide la búsque-da fundamental. Pero en cada inves-tigación los científicos son llevados a reflexionar sobre sus aplicaciones. Una intensa colaboración se instauró entre los laboratorios y empresas y muchos proyectos se realizan en común.

Más allá del sacudimiento político que renovó toda la vida socio-cultu-ral de China Popular, la Revolución Cultural, suscitando una especie de "Gran Salto hacia adelante" ya ha producido resultados importantes.

En todo caso habrá llevado a Chi-na al rango de gran potencia y, por

lo tanto, forzado al resto del mundo a tomar conciencia del hecho de que "un hombre sobre cinco es chino" y que, en adelante, hay que tenerlo en cuenta. O

Bibl iograf ía

C. Bettelheim: La construction du socia-lisme en Chine, Maspero, 1968.

Jean Daubier: Histoire de la Révolution Culturelle Prolétarienne en Chine, Mas-pero, 1970.

R. Dumont, Chine surpeuplée, Tiers Mon-de affamé, Seuil, 1965.

Jean Esmein: La Révolution Culturelle,. Seuil, 1970.

Robert Guillain: Batís trente ans la Chi-ne, Seuil, 1965.

Jacques Guillermaz: Histoire du Partí Comtnuniste chináis (1921-1949), Pa-yot, 1968.

Alberto Jacovieloo: Sei settimane nella repubblica popolare ciñese, serie de ar-tículos aparecidos en la Unitá del 3 al 16 de enero de 1971.

K. S. Karol: la Chine de Mao, Laffont,. 1966.

Guide de la Chine, Nagel, 1967. Jacques Pezeau-Massabuau: La Chine, Ar-

mand Colin, 1970. Edgar Snow: La Chine en marche, Stock-Han Sruyin: La Chine en l'an 2001,

Stock, 1967.

Fuentes actuales

La Chine, edición francesa mensual. La Chine en construcción, edición fran-

cesa mensual. Pekín informa, hebdomadario. Boletín cotidiano de la agencia Nueva-

China, en inglés. La Nouvelle Chine, bimestral, París. La science en Chine depuis 1949. Organisation et developpment de la science

en République popidaire de Chine, Do-cumentación francaise, 3255, 1966.

Chu Yuang Cheng: "Scientific and engine-ering Manpower in Communist China",-1949-1963, National science foundadon, NSF, 65-14.

J. J. Sorel: "La Chine, nouvelle puissance identifique", Atomes, 233, 341, 1966,

J. B. Toussaint: "Chine: Révolution Cul-turelle et progres identifique", Atomes, 249-745, 1967.

Yuan-li Wu y Robert B. Sheeks:_ "The organisation and support of scientifie research and developpment in mailand China", National Science Foundation, Praeger, 1970.

"Développements industriéis et scientiji-ques en Chine", Le progres scientifique,. 140-61, 1970.

1 2 Jacques Pezeau-Massabuau, La Chi-ne, Armand Colin, 1970,

1 8 "La Chine en construction", marzo de 1970.

1 4 Agencia Nueva China, 21 de octu-bre de 1969.

1 5 Ver el artículo de Léo A. Orleans y Richard P. Suttmeier, "The Mao Ethic and environmental Quality" Sdence, 170, 1173, 1970, del que tomamos numerosos; datos.

4 5

r Que haría psted

con unai computadora? \

«„ i . «. a i %

E! problema lo plantea usted, nosotros po-nemos la computadora. Ciencia Nueva y el servicio de Time Sharing Honeywell Bull están interesados en sus ideas. Díganos qué haría si tuviera una com-putadora a su disposición. No nos interesan las aplicaciones standard ni queremos un programa de computación. Sólo estamos buscando ideas originales. Tenemos una computadora para resolver su problema y una revista para publicar los resultados. La computadora y la revista es-tarán a disposición de la mejor ¡dea. Un jurado de expertos elegirá el mejor tra-

bajo en cuatro categorías: Escuelas secundarias (equipos de estu-

diantes y profesores). Estudiantes de temas de computación. Profesionales en computación. Personas cuyos conocimientos y activi-

dades no estén relacionados directamen-te con computación. Los autores de los cuatro trabajos selec-cionados tendrán a su disposic ión gratuita-mente durante un mes, el servicio de com-putación Time Sharing Honeywell Bull. (Incluyendo un curso elemental)

Envié el cupón adjunto. Le enviaremos el reglamento del concurso.

Aceptaremos ideas originales hasta el 1o

de septiembre próximo.

lime Sharing Service

Honeywell Bull

• Sr. Director, CIENCIA NUEVA, Diagonal R. Sáenz Peña 825, ñ 4a piso, of. 43 Buenos Aires.

I I

Por favor, envíeme detal las y reglamento del concurso .

Nombre

J Ocupación

I Dirección

I 1 .

46

Novedades de Ciencia y tecnología

i Una dieta pobre puede ayudar a derrotar el cáncer

Ultimamente se han publicado va-rios trabajos —no todos ellos abso-lutamente creíbles— que sugieren que los cancerosos alimentados con una dieta pobre en proteínas mues-tran alguna mejoría. Las estadísticas de las compañías de seguro indican claramente una mayor incidencia de muertes por cáncer entre los gordos. Dos investigadores de la Universidad de Minnesota, David José y Robert Good, han explorado recientemente la relación que existe entre la mal-nutrición y el cáncer entre los niños aborígenes australianos, así como en su ratas de laboratorio. Los resulta-dos obtenidos, que podrían llegar a ser extremadamente importantes pa-ra la terapia futura del cáncer, indi-can que los mecanismos inmunológi-cos que actúan contra los cánceres, normalmente débiles, son reforzados significativamente en los animales desnutridos.

José y Good estaban convencidos de que la evidencia que relacionaba la malnutrición con una relativa in-frecuencia de cáncer, podría ser to-mada seriamente y encontraron dos pistas que sugerían que estaban en juego mecanismos inmunológicos. La primera provino de sus estudios de niños aborígenes australianos. Mien-tras la mayoría de las pruebas indi-caba que la malnutrición causaba una depresión en sus respuestas in-munológicas (consistente con la clá-sica asociación histórica del hambre

y la pestilencia), algunos casos aisla-dos mostraban un paradojal aumento de la inmunidad mediada por célu-las, es decir, del tipo de fenómenos inmunológicos que se asocian al re-chazo de injertos tísurales y la resis-tencia al cáncer. La segunda pista provenía directamente de su propio laboratorio, donde los ratones defi-citarios en proteínas rechazaban con mayor eficiencia los injertos de piel que sus congéneres bien nutridos.

Fue así como José y Good se de-cidieron a explorar este problema. La inmunidad mediada por células, o inmunidad celular, está ejercida por una clase de glóbulos blancos san-guíneos, los linfocitos; el o t ro tipo de inmunidad, responsable de la li-quidación de las infecciones bacte-rianas, está mediado por los anti-cuerpos, moléculas que nadan libre-mente en el plasma sanguíneo. La inyección de células tumorales en una rata o un ratón estimula la pro-ducción, tanto de linfocitos como de anticuerpos específicos. Ahora bien, mientras que los linfocitos son capa-ces de destruir eficientemente a las células tumorales en un tubo de en-sayo —especialmente si provienen de un animal inmunizado contra ese t u m o r — la mera adición de anti-cuerpos solubles, contenidos en el suero del animal, bloquea completa-mente esta actividad tumoricida. Los anticuerpos que interfieren en la re-acción pueden hacerlo yd sea por afectar los linfocitos o por proteger las células tumorales; pero cualquie-ra fuera el mecanismo, lo cierto es que interfieren.

Cuando los dos investigadores compararon el efecto de sueros pro-venientes de animales malnutridos y animales bien nutridos, sobre la destrucción de células tumorales en el tubo de ensayo, encontraron mar-cadas diferencias. Los anticuerpos

solubles de los roedores malnutridos no interferían para nada en la liqui-dación de las células tumorales por los linfocitos. Mezclas de suero y linfocitos tomados de animales mal-nutridos inmunizados, eran aproxi-madamente diez veces más efectivas para matar células tumorales que el suero y los linfocitos provenientes de animales bien alimentados. Pare-ce ser que al deprimir selectivamen-te la producción de anticuerpos so-lubles, la malnutrición permite que la inmunidad celular tome la cabe-cera. Como señalan José y Good, sería factible que mediante una ade-cuada manipulación dietética se pu-diera hacer operar el mismo proceso en los seres humanos. O

2 ¿Cómo se producen las mareas catastróficas ?

Las inundaciones y huracanes catas-tróficos que se han abatido sobre la costa del Pakistán oriental plan-tean la cuestión de la posibilidad de prevenir la aparición de esas gran-des mareas asoladoras. E n la actua-lidad son posibles ciertas prediccio-nes en relación con el nivel del agua; pero en el caso de la gran marea del golfo de Bengala se trata de un fenómeno relacionado con el oleaje. Su previsión no es aún posi-ble, pero lo será probablemente dentro de unos pocos años, cuando

47

se haya puesto fin a los trabajos que se basan en las teorías del pro-fesor de Geofísica de la Universi-dad de Hamburgo, Klaus Hassel-mann.

En 1954 se formularon casi si-multáneamente dos teorías sobre la transmisión de la energía en la pro-ducción ele los fenómenos del olea-je. El norteamericano Phillipps cree que el cambio entre presión y atrac-ción del viento que sopla sobre la superficie del mar es el proceso de-cisivo de producción del oleaje, mientras que el inglés Miles lo atri-buye a la transmisión de presión de la turbulencia atmosférica a través de una capa límite laminar entre la atmósfera libre y el agua.

En algunos experimentos ha que-dado demostrado que la teoría del cambio de presión y atracción es correcta al menos en lo que se re-fiere a la aparición del oleaje en aguas que antes estaban totalmente en calma, es decir, cuando la fuer-za del oleaje y la cesión de energía por parte del viento coinciden con bastante aproximación. Pero cuan-do aumenta la fuerza del viento, la energía que posee un determinado campo de olas —y por consiguien-te, la altura y la frecuencia de las mismas—, es mucho mayor que la energía cedida en el mismo sector por el viento.

Según explicó recientemente el profesor Hasselmann ello se debe a que casi en ningún punto del mar se da una evolución aislada del olea-je. Una vez producidas, las olas sue-len desplazarse a grandes distancias. En la costa de California pueden re-conocerse, por ejemplo, olas que han tenido su origen en el Océano Indico. El oleaje visible "actual" es un conglomerado de numerosas olas anteriores, cuya superposición en una determinada zona da lugar al oleaje activo. Para conocerlo, no sólo es necesario comprender los procesos físicos que tienen lugar en la gestación de las olas — y que posiblemente los explica la teoría de Phillipps— sino también hay que estar al tanto de las leyes con arre-glo a las cuales se suman o restan las olas de todas las frecuencias. Es-ta influencia mutua, y éste es el des-cubrimiento fundamental del físico hamburgués, no es simplemente "li-neal", de acuerdo con la adición de las energías individuales, sino que se rige por una ley de "interaccio-nes débiles".

En la práctica, estas consideracio-nes teóricas han sido comprobadas en dos experimentos sobre el oleaje llevados a cabo delante de las costas de la isla alemana de Sylt en 1968 y 1969. El segundo se realizó con participación internacional (Repú-blica Federal ele Alemania, Holanda, Inglaterra y los Estados Unidos). Seis institutos con otros tantos bar-cos ocuparon durante varias semanas una "pista de olas" de 160 kilóme-tros de longitud que del lado de tierra había sido marcada con postes y boyas flotantes en un total de 13 puntos de medición. Durante el ex-perimento, un avión llevó a cabo mediciones de los movimientos de las olas con la ayuda de un radar láser.

Este amplio proyecto suministró los datos necesarios para estudiar, con la ayuda de un computador, los procesos eólicos y del oleaje en una zona determinada del mar. Según las indicaciones del profesor Hassel-mann, Ja evaluación de los datos parece confirmar que es cierta la teoría de las "interacciones débiles" y que llena el vacío que impedía captar con exactitud matemática el proceso del oleaje y predecirlo. O

3 Pesca a grandes profundidades

Si bien han sido traídos a la su-perficie ejemplares de los peces que habitan a las mayores profundidades que existen —fosas oceánicas de 10 kilómetros o más de profundidad—• no se los ha podido mantener vivos. El profesor Crossland, de la Queen's University Belfast, Irlanda del Nor-te, acaba de perfeccionar una máqui-na para pescarlos y un acuario espe-cial para mantenerlos vivos y obser-varlos.

No se los ha podido mantener vivos porque viven bajo una enorme presión: a 10 kilómetros de profun-didad la presión es de aproximada-

mente 1 tonelada por centíme cuadrado, lo cual es suficiente p triturar el hormigón. Además, a e profundidades el agua está cerca punto de congelación. Disminuil presión y elevar la temperatura, mo sucede si se utiliza una red, termina esa vida propia de las gi des profundidades.

El profesor Crossland ha const do un cilindro de alta presión al ha fijado una red en forma de buclo. Al ser bajada desde la su] ficie, la red guía cualquier ejemj vivo hacia el interior del cilindt presión. Al cabo de varias horas pesca, cuando puede suponerse se ha capturado algo, los científ deslizan una pesa por la cuerda cierra dos válvulas especiales de presión que apresan al ejemplat el interior del cilindro. Este pu a continuación, ser subido a la perficie, manteniendo sobre el pe presión de las profundidades, aislación térmica impide que aguas cálidas de la superficie di los seres vivos alojados en el lindro.

Una vez fuera del agua, los < tíficos conectan el cilindro a pre con un acuario ele alta presión, sistente en otro cilindro, dotado este caso, de pequeñas lumbrera 7 centímetros de diámetro, he de perspex. Se bombea al int< del acuario la misma presión hay en el cilindro y se lo enfría ta la misma temperatura. Ento pueden abrirse las válvulas y c pasar las misteriosas criaturas abismo al acuario donde se las pi observar. Llegado el caso se si la presión y las criaturas mueren ro sólo después de haber sido ol vadas suficientemente por los tíficos.

El doctor MacDonald, de la versidad de Aberdeen, se pro trasladar el equipo al Caribe, a diados del corriente año, para p' allí a gran profundidad. Hasta a ha traído algunos ejemplares superficie desde sólo 2 ó 3 kil tros de profundidad en el goll Vizcaya durante ensayos con el rato: una masa de animalillo muy diferentes del plankton que en la superficie, un camarón g tesco del tamaño de una lan chica, un singular gusano dotac cerdas y un pez gelatinoso transparente cuerpo estaba atra do por manchas y filamentos de púrpura. O

48

4 Psicoterapia electroconvulsiva

Es sorprendente la falta de conoci-miento que se tiene sobre el efecto y los posibles inconvenientes secun-darios de la terapia electroconvulsi-va (siglas inglesas: E . C . T . ) . Esta es frecuentemente usada en trata-mientos psiquiátricos, especialmente en personas depresivas.

Algunos psiquíatras han declarado que numerosos pacientes se asustan tanto ante el tratamiento que "pre-tenden" estar mejor; otros mantie-nen que una violación tal de la persona tiene que ser contraprodu-cente. Considerando la cantidad de personas tratadas con el E. C. T. y lo brutal de la operación, existe de-masiada ignorancia en torno a este tema, de allí la importancia del re-ciente artículo en la revista inglesa Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry (vol. 33, pág. 705) .

Un grupo dirigido por D. Cronin, del Hospital de Warley en Brent-wood, Essex, investigó los efectos del uso del E. C. T. cuando la co-rriente pasa entre dos electrodos si-tuados a ambos lados de la cabeza y cuando los dos electrodos se aplican de un solo lado de la misma. Cronin y sus colaboradores también exami-naron la diferencia entre el E . C. T. unilateral en la hemisfera dominante y en la no dominante. El grupo de personas estudiados estaba formado por 51 mujeres depresivas entre 21 y 69 años de edad. Estas mujeres recibieron un primer tratamiento de seis E. C. T. y luego dos adicionales. Para evaluar la extensión de su es-tado depresivo y la mejoría obteni-da, los pacientes no fueron juzgados con un diagnóstico sino por los re-sultados obtenidos en tests muy co-nocidos para depresivos mentales. La investigación determinó que el E. C. T. produce confusión en el en-fermo y le afecta la memoria. El tratamiento bilateral pareciera acen-tuar estos efectos. La aplicación del modo unilateral y en el hemisferio no dominante provoca menos tras-tornos en la memoria tanto visual como verbal que el E. C. T. bilateral o unilateral aplicado en la región do-minante. Ambos tratamientos unila-

terales parecen causar menos agi-tación en el paciente. En lo que a mejoras concierne, Cronin encontró que los pacientes con tratamiento unilateral no dominante reacciona-ban mejor pero más lentamente que aquellos a los cuales se trató bila-teralmente. Los pacientes sujetos a aplicaciones dominantes del E. C. T. acusaron pocas mejoras e inclusive en algunos casos empeoraron.

Basándose en el análisis anterior pareciera que, si es absolutamente necesaria la aplicación de esta tera-pia, es preferible tratar a los pacien-tes depresivos con el E. C. T. no do-minante unilateral. Causa preocupa-ción pensar que en enero de 1968, o sea cuando el grupo de investigación buscó hospitales interesados en lle-var a cabo el experimento junto con ellos, sólo uno de los doce contac-tados había usado alguna vez el sis-tema unilateral, la mayoría no había oído hablar de él y unos pocos lo habían descartado. Dada la ignoran-cia existente y el peligro potencial que el tratamiento encierra, la única actitud responsable es encontrar el método menos nocivo y peligroso para administrar la terapia electro-convulsiva. O

5 Rayos X para investigaciones químicas y biológicas

El considerable éxito de los gene-radores de difracción de rayos X de ánodo rotativo en el campo de los estudios sobre biología molecular ha decidido a sus fabricantes a desarro-llar dos nuevas cámaras G. D. Searle de difracción de rayos X de bajo ángulo de dispersión como acceso-rios normales de aquel equipo.

Las dos nuevas cámaras, que pue-den ser utilizadas igualmente con otros aparatos de rayos X de alta de-finición, se basan en los trabajos de Wilkins-Elliott y Franks.

Resultan particularmente útiles para la determinación de las estruc-turas de polímeros y para el estudio de macromoléculas biológicas. En-tre los materiales orgánicos a los cuales se han aplicado exitosamente las cámaras figuran macromoléculas

tales como los ácidos nucleicos, las nucleoproteínas, las lipoproteínas, los polipéptidos y formaciones celu-lares y tejidos tales como las mem-branas, los músculos y la retina.

Las cámaras han sido proyectadas de manera tal que puedan cubrir una gama de espacíamientos de rayos X que varía entre 1 y varios centena-res de Angstroms, de acuerdo con la disposición óptica que se utilice. Co-mo emplean ópticas de enfoque, el monocromatismo, la resolución y el tiempo de exposición brindados por estas cámaras son considerablemente superiores, para ángulos de difrac-ción comparables, a los ofrecidos por sistemas de colimación convencio-nales.

El soporte de la cámara ha sido proyectado como banco óptico que permite intercambiar la óptica del enfoque y variar considerablemente la distancia entre el espécimen y la película. El cambio de un sistema óptico a otro, con inclusión de la realineación, puede efectuarse en mi-nutos. Actualmente pueden obtener-se dos tipos de óptica de enfoque de los rayos X: el espejo toroidal Elliott y los dobles espejos Franks. Las cámaras se proveen con uno de estos sistemas ópticos o con ambos.

El sistema óptico toroidal "Wil-kins-Elliott se provee con juegos de aperturas y topes para dos distancias entre espécimen y película. Los re-flejos correspondientes a espacía-mientos de hasta 75 Angstroms son de fácil obtención mediante el em-pleo de la apertura total del toroide; medíante el uso de aperturas adicio-nales adecuadas se han registrado espacíamientos de hasta 230 Ang-stroms.

Como alternativa puede recurrirse a un sistema óptico de dobles espejos Franks provistos de ranuras de guar-da vertical y horizontal. El diseño de la cámara permite obtener una esca-la de distancia entre espécimen y película de 3 a 10 centímetros en condiciones óptimas. Esto puede ser ampliado hasta 16,5 centímetros cuando las condiciones para uno de los espejos son óptimas. Es fácil re-gistrar los reflejos correspondientes a espacíamientos de varios centena-res de Angstroms. El generador de rayos X de alta definición permite obtener fácilmente espacíamientos de 600 Angstroms. El banco óptico puede ser encerrado totalmente en dos cámaras que permiten mantener en su interior un vacío o una atmós-fera de hidrógeno o helio. O

49

Bomba de sangre: se usa y se tira

El inventor de una bomba auxiliar del corazón, sencilla y económica, fabricada de plástico y que se usa una sola vez durante una operación de cirugía para ser descartada, hizo una demostración de su funciona-miento durante la reunión anual de la Asociación Médica de los Estados Unidos, realizada en Chicago.

Para realizar dicho instrumento, el ingeniero Bert C. Prisk, de los laboratorios de investigación de la General Motors en Warren, acopló una bomba para sangre a una am-polla oxigenadora de plástico del ti-po standard, cuya función es reem-plazar a los pulmones durante la operación. El acoplamiento se hizo sellando al calor dos planchas termo-plásticas adicionales en el conducto arterial de retorno del oxigenador. El agregado sirve de cámara de bom-beo, con válvulas en los extremos opuestos para detener el flujo hacia atrás de la sangre. Los impulsos de aire comprimido deprimen las pare-des de la cámara succionando la san-gre en forma rítmica desde la cámara hasta el cuerpo del paciente, en for-ma similar al funcionamiento del co-razón. O

Una de las mayores ventajas del sistema es la reducción del volumen de sangre necesario para cebar una bomba de sangre externa. Además, con el nuevo instrumento se puede fácilmente controlar el volumen y ritmo de bombeo.

En ensayos realizados sobre ani-males en la Universidad del Estado de Michigan, se comprobó que la bomba reduce los daños a las células sanguíneas, siendo también más com-patible con el sistema vascular que las bombas convencionales. O

7 Computadoras ayudan a detectar el cáncer

En el American Oncologic Hospi-tal de Filadelfia, el tratamiento ra-diactivo del cáncer cuenta con el aporte de computadoras e informa-dores de datos. Esta nueva técnica permite suponer que será posible prolongar la vida de los enfermos gracias a un tratamiento más eficaz.

En 1966 el hospital formó, junto con el Instituto de Investigación del Cáncer del hospital Jeanes, el Centro Fox Chase para el Cáncer y Ciencias Médicas, dedicado a la investigación integral del cáncer.

El jefe de terapia radiactiva del American Oncologic Hospital, doc-tor Gunter Seydel, opina que se pue-den obtener óptimos resultados con tratamientos radiactivos, girando e inclinando la fuente de radiación pa-ra lograr un método apropiado en el ataque de tumores profundamente asentados. "Planeando el tratamiento de acuerdo a la computadora, la do-simetría puede ser mejorada antes de aplicarla al paciente", explicó el doctor Seydal.

El primer paso consiste en tomar radiografías para determinar el tama-ño y localización del tumor. Luego se coloca en el área afectada una tira de cinta plástica para delimitar su contorno. A continuación, el ra-diólogo, doctor David Kusner, reco-pila estos datos, junto con la canti-dad de radiación que se necesita, los órganos que se deben evitar y el plan sugerido. La información se perfora

en la tarjeta y se introduce en una Univac 2000, terminal de informa-dora de datos, del Instituto de In-vestigación del Cáncer.

La Univac 2000 utiliza y recibe información a velocidades de 300 ca-racteres por segundo y está integrada por una perforadora de tarjetas, una impresora de alta velocidad, una lec-tora de tarjetas, un control de unidad y una consola de control. La termi-nal entrega los datos en las tarjetas perforadas a razón de 200 tarjetas por minuto. La impresora puede im • primir información procesada a una velocidad de 25 líneas por minuto.

La información se transmite de la DCT 2000, por medio de líneas te-lefónicas, a una computadora Univac 1108 operada por el Servicio de Computadoras Satélites, que es una oficina instalada en el centro de Fi-ladelfia.

La computadora realiza los cálcu-los en tres segundos, mientras que un físico lograría el mismo grado de exactitud trabajando durante 1000 horas.

La Univac 1108 dirige una má-quina de dibujo especial que traza un diagrama del área a tratar. Por ejemplo, si el tumor está en un 90 por ciento de nivel de closaje de ra • diación, la maquina de dibujo graba ese nivel y los niveles adicionales de radiación que hay alrededor.

Una vez recibido el dibujo, el equipo de terapia radiactiva del hos-pital evalúa el resultado de la com-putadora y otros datos del paciente.

Si se indica otro tratamiento, co-mo un desplazamiento del eje de rotación, se transmiten más datos y la computadora satélite traza otro dibujo. O

8 Love-story O cómo se las arreglan los elefantes para perpetuar la especie

Usted, lector, quizás fue este do-mingo o el domingo anterior, al Zoo-

50

lógico. Y por supuesto, le mostró a sus sobrinos, sus hijos o a sus nietos los elefantes. Todo el mundo —us-ted incluido— se asombró una vez más ante el tamaño del animal, pero seguramente no se le ocurrió pensar en las tremendas dificultades que el mastodonte debe tener para perpe-tuar su especie. Afortunadamente, un grupo de zoólogos tomó el pro-blema en sus manos —como usted ve, hay investigadores para todo—, y encontró que el elefante compensa sus problemas de peso con flexibili-dad anatómica y gran pericia quí-mica.

Para compensar la limitada movi-lidad de sus patas traseras y una articulación sacra prácticamente rígi-da —ambas adaptaciones necesarias para soportar el gran peso corpo-ral— el pene del elefante muestra un gran control voluntario: puede ser flexionado, extendido y movido de arriba abajo en el plano vertical. Todo este alarde de gimnástica se-xual explica cómo un animal tan voluminoso puede copular efectiva-mente y tan rápido: el coito dura menos de 30 segundos, garantía de supervivencia para la señora elefan-te, que debe así soportar tanto peso muy poco tiempo.

Pero el elefante macho tiene otro problema y es el de cómo juntar co-raje. Las elefantes andan en mana-das y están protegidas de los ga-lanteos por la hembra más vieja y experimentada del rebaño. Los ele-fantes machos deambulan como al-mas en pena, solitarios, ya que son echados de los rebaños apenas lle-gan a la pubertad. Sólo los elefan-tes machos más viejos y poderosos pueden superar la tutela de la ma-dama del rebaño y desalentar a sus competidores más jóvenes. Eisen-berg, McKay y Jainudeen (Beha-viour 38: 193, 1971) sugieren que el musth, un curioso comporta-miento del macho en celo, tiene que ver con un tipo especial de comuni-cación química.

Durante el mustch, el elefante macho se dedica a restregar por los árboles una gran cantidad de secre-ción que producen sus glándulas temporales. Las elefantes, por su parte, parecen extraordinariamente interesadas por esa secreción, mien-tras que los machos se ponen agre-sivos y poco sumisos a los desplan-tes. Esto no explica cómo se hace la competencia entre los machos, pe-

ro es un buen ejemplo de los exce-sos de la guerra química. O

9 La Universidad Abierta

La Universidad Abierta de Gran Bretaña cumple en estos días un año de existencia. Dada las caracte-rísticas particulares de esta institu-ción, existe gran curiosidad por co-nocer su experiencia inicial. La Uni-versidad Abierta fue creada con el objeto de permitir una enseñanza universitaria a todos aquellos que, debido al sistema británico altamen-te jerarquizado, no han podido con-tinuar sus estudios. Es la única en Gran Bretaña, y quizás en el mun-do, que ofrece una posibilidad de formación independiente de toda ca-lificación anterior o de la posesión de cualquier título.

La Universidad está formada por seis facultades: Ciencias, Matemáti-cas, Tecnología, Ciencias Sociales, Artes y Enseñanza, en las cuales se dictan cursos muy diversos cubrien-do así una amplia gama de intereses. Los alumnos están obligados a cur-sar únicamente dos materias de las cinco básicas (ciencias, tecnología, ciencias sociales, artes y matemáti-cas), pudiendo luego elegir la espe-. cialidad deseada. Es necesario cursar seis materias (tres años normalmen-te) para obtener un B. A. (licencia-tura) y ocho (cuatro años) para un B. A. Honours (licenciatura con es-pecialización).

Cada curso está dividido en trein-ta y seis semanas de diez horas de trabajo cada uno. Los métodos peda-gógicos utilizados son extremada-mente modernos, las diez horas se-manales del curso de ciencia, por ejemplo, están subdivididas del si-guiente modo: cinco horas están con-sagradas al trabajo por correspon-dencia, una hora a la lectura, media hora a la radio, media a la televisión, una hora a los trabajos prácticos a domicilio, una hora para realizar los

tests en la computadora, una hora para las discusiones con el consejero pedagógico, el profesor y los condis-cípulos en algunos de los centros de estudio y observación que se están formando en todo el país.

Para la realización de los trabajos prácticos los alumnos poseen un equipo prestado por la universidad con el material necesario (valor aproximado para el de Ciencias: $ 70.000) .

La aprobación de un curso depen-de además de los siguientes requisi-tos: la participación en una escuela de verano por una semana (en la cual se intensifica el ritmo, especial-mente en la parte experimental) y resultados satisfactorios en los tests periódicos y en el examen final.

En este primer año la Universi-dad tuvo 25.000 inscriptos; 7.000 participaron del curso de ciencias, la cifra más alta jamás alcanzada por un curso en una universidad inglesa.

A pesar del justificado entusias-mo de sus creadores, existen toda-vía muchos problemas por resolver, algunos de ellos graves, La Univer-sidad aceptó 25.000 alumnos pero el número de aspirantes era de 40.000; por razones económicas hubo que li-mitar los candidatos, desautorizando en parte el nombre de "Universidad Abierta". El precio de los cursos es elevado si se considera el tipo de público al cual está dirigido: un cur-so cuesta 50 libras, 50.000 pesos aproximadamente. De los 25.000 es-tudiantes iniciales, sólo 17.500 re-novaron su inscripción antes de la fecha de cierre para el período 1971-1972. Según fuentes autorizadas, esta deserción es menor que la pre-vista, pero, a pesar de ello, no deja de ser alarmante.

Hasta ahora más de cien visitan-tes de treinta países diferentes han llegado a Milton Keynes para infor-marse. El modelo británico parece imponer su influencia. La State Uni-versity of New York, respaldada económicamente por la Fundación Ford y la Fundación Carnegie, abri-rá una universidad libre de dimen-siones mucho más modestas para oc-tubre. Representantes de países de Medio Oriente, Asia, Africa y Amé-rica del Sur parecen estar estudiando el sistema, entusiasmados por el bajo costo relativo de esta "universidad sin paredes". Los pedagogos de Chi-le y de la República Arabe Unida pa-recen tener particular interés en el proyecto. O

51

10 La trascriptasa Invertida en el virus del carcinoma mamario Uno de los puntos centrales de la biología moderna fue el descubri-miento del factor Bittner de la le-che, en 1936, y la demostración de su rol etiológico en el carcinoma de mama del ratón. Si bien existen ce-pas puras de ratones con incidencias altísimas de carcinoma. de mama y otras en las cuales la enfermedad es rara, la incidencia de la neopla-sia depende de la nodriza que ama-manta a las ratonas. Bittner demos-tró que la influencia de la nodri-za reside en que las ratonas de cepas de alta incidencia de carcinoma de mama tienen en la leche un virus que causa el tumor mamario. Traba-jos posteriores han demostrado que su material genético es RNA.

Desde 1969 se hicieron frecuen-tes los hallazgos de partículas aná-logas a los virus tipo B de los car-cinomas de mama de ratones en muestras de leche humana y en cor-tes de carcinomas mamarios hu-manos. Sin embargo, el dato que conmocionó la cancerología provino de una investigación epidemiológica que demostró que el 60 por ciento de las mujeres con historias familia-res de cáncer de mama tienen en su leche partículas virales indistin-guibles de los virus del carcinoma de mama de r a t ó n . E n e l grupo control, formado por mujeres sin historia familiar de carcinoma de mama, solamente un 5 por ciento de^ las leches dieron resultados po-sitivos.

Spiegelman descubre los parsi

Los parsi son una población alta-mente endogámica (una cepa casi pura) de habitantes de Bombay, In-dia, que llegaron allí hace 1.300 años procedentes de Persia y que debido a estrictas reglas religiosas se han venido casando entre sí des-de entonces. Además, las mujeres parsi tienen otra característica pecu-liar: la incidencia de carcinoma de mama entre ellas es 2 a 3 veces ma-yor que en el resto de la población femenina de Bombay. En realidad, el problema de esta secta es graví-simo ya que la mitad de los cán-

52

ceres de las mujeres parsi son carci-nomas de mama.

Los investigadores encontraron recientemente que las leches de las mujeres parsi posee partículas vira-les idénticas al virus del carcinoma mamario del ratón. El paso siguiente lo dieron Spiegelman y colaborado-res (Schlom, Spiegelman v Moore, Nature, 231; 97, 1971) quienes ca-racterizaron a las partículas prove-nientes de 13 leches positivas como típicos virus encogénicos a RNA al demostrar que poseen la actividad enzimática de moda: la "transcripta-sa invertida", es decir, la famosa DNA polimerasa RNA dependiente.

Estas partículas tienen, además, la misma morfología y la misma den-sidad —1,16 a 1,19 g /ml— que los virus de Bittner del ratón y que los virus aislados del carcinoma espon-táneo de mama del mono rhesus.

Cabe señalar que si bien el hecho de poseer una transcriptasa inverti-da no es una prueba definitiva de capacidad oncogénica, los 27 tipos de virus encogénicos aislados hasta ahora poseen esta peculiar enzima. Mús aún, el visna, un virus que cau-sa una enfermedad neurológica de lenta evolución en el ganado ovino y que tiene como ácido nucleico RNA, posee una DNA polimerasa RNA dependiente y es capaz de transformar células de ratón in vitro.

El provirus existe

El problema de la transcriptasa in-vertida, como recordará el lector, reside en cómo reconciliar su fun-ción con el Dogma Central de la biología molecular: el flujo unidi-reccional de información DNA —> RNA Proteína. En el momento actual se supone que un virus enco-génico a RNA se replica utilizando su transcriptasa invertida para hacer una copia de su RNA en DNA, es decir, para fabricar un cromosoma viral, idéntico al original pero de DNA —los virólogos lo llaman pro-virus— que luego sería incorporado al cromosoma de las células infec-tadas. De ser cierto este esquema, experimentos de hibridazión DNA-RNA permitirían aislar el provirus: RNA viral en presencia de DNA de células cancerosas (transformadas en neoplásicas por la acción de ese vi-rus) debería en determinadas con-diciones experimentales formar una doble hélice híbrida. Así lo han de-mostrado finalmente dos investiga-dores ingleses, Baluda y Markham,

que no sólo consiguieron una hibri-dización significativa sino que de-mostraron que el DNA hibridizado al RNA viral tiene la misma com-posición efe bases que este último. Si bien este experimento no prueba que el provirus a DNA está efecti-vamente integrado en el cromosoma celular ni aclara qué papel juega en la replicación del virus oncogénico, es un dato muy importante para apoyar el esquema actual.

11 Acción carcinogénica de un análogo hormonal El carcinoma epidermoide de vagi-na es un raro tumor que clásica-mente ocurre en mujeres de más de 50 años. Sin embargo, el servicio de ginecología del famoso Massachu-setts General Hospital, de Boston, efectuó este diagnóstico en 7 mu-chachas de 15 a 22 años de edad, entre 1966 y 1969. Este insólito agrupamiento de casos de cáncer de vagina en mujeres jóvenes e inex-pertas —una sola de ellas había te-nido relaciones sexuales— estimuló a los clínicos a buscar otras simili-tudes entre ellas. Herbst, Ülfelder y Poskanzer (The New England- Jour-nal of Medicine, 284: 878, 1971) decidieron estudiar a estas pacien-tes y a sus familias y a un grupo control apropiado para intentar des-cubrir la causa determinante de la aparición súbita de estos raros tu-mores en una edad tan temprana.

Y se encontraron con una verda-dera bomba: existe una asociación altamente significativa (menor que 0,00001) entre el tratamiento de las madres con el análogo estrogé-nico dietils tilbes trol y el adenocar-cinoma de vagina en las hijas. En siete de ocho casos examinados, las madres habían tomado dietilstilbes-trol a partir del tercer mes del em-barazo y habían continuado este tra-tamiento hasta el parto,

Este hallazgo de Herbst y colabo-radores reviste la más grandes im-portancia científica y sociológica: por un lado demuestra el rol carci-nogénico de un análogo hormonal y por otro agrega una nueva dimen-sión a un grave problema básico: ¿cuáles son las drogas que pueden darse sin temor a la mujer emba-razada? O

: "¿o

-O '

primera 7

^ *

¿Quién reunió por primera vez la harina y la levadura?.. .Alguien tuvo que investigar Probar Real izar. Hoy, algunos hombres ya están realizando el mundo de mañana. Y SEGBA sabe que» apoyar lo es una buena manera de apoyar el futuro argentino.

P R O G R A M A DE INVESTIGACION Y D E S A R R O L L O

53

Humor Julio Moreno transferencia)

54

El go, ¿secreto de la estrategia revolucionaria?

O

Alain Jaubert La Recherche

En el número 9 de CIENCIA NUEVA se publicaron las reglas y situaciones elementales del antiguo juego táctico oriental. Pero sus posibilidades superan en mucho a las de un simple entretenimiento.

Aunque su nacimiento mítico lo hace originario de China, donde aún se le conoce con el nombre de wei-chi, el juego del go se ha desarrolla-do sobre todo en el Japón: allí es en la actualidad tema de enseñanza y justificación de torneos provincia-les o entre naciones, como lo son el bridge o el ajedrez en otras partes del mundo. Si se exceptúan dos o tres viajeros del Renacimiento que mencionan el juego en el curso de sus relatos de viaje, así como algunos jugadores y matemáticos que estu-dian sus reglas, la introducción del go en Europa se debe principalmen-te a los orientalistas de fines del si-glo xix. El juego se puso de moda primero en Alemania, Austria, In-glaterra, y luego pasó a los Estados Unidos. Desde hace dos años, un grupo de jugadores franceses —cuya asociación acaba de editar un mo-numental Tratado del go—/ trata de que se transforme en su país en un rival del ajedrez.

Es muy importante no confundir el go con el ajedrez chino (90 inter-secciones, un río central y un palacio cuadrado por lado) ni con el ajedrez japonés (81 casillas y 20 piezas para cada jugador, que pueden pasarse al enemigo).

Un juego dialéctico

El tablero y las piezas del go son de hecho totalmente diferentes a los de los otros juegos mencionados. El ma-terial empleado comprende una su-

1 Roger J. Girault, "Traite de jeu du go", L'impensé radical, 1970.

perficie plana de madera, marcada con 19 líneas horizontales y 19 lí-neas verticales, que forman 361 in-tersecciones. Las líneas están ligera-mente más separadas en una de las direcciones, creando así un ligero efecto de asimetría cuando el table-ro está cubierto de piezas. Nueve de las intersecciones están marcadas algo más fuertemente: son los hoshi (estrellas) donde se colocan las pie-zas que se dan como ventaja. Las piezas son "piedras" biconvexas, de dos tipos: una blancas y brillantes (de marfil en los juegos antiguos), y negras y mates (antiguamente de pi-zarra), las otras. El go es un juego de duelo. El jugador que tiene las piezas negras —generalmente el más débil si ambos son de fuerzas dife-rentes— comienza: coloca una pieza en una de las intersecciones. Su ad-versario, que tiene las piezas blan-cas, juega sobre otra intersección y así, alternándose los jugadores, con-tinúa la partida. Las piezas, una vez jugadas, no se tocan más, a menos de ser capturadas. Una pieza posee cuatro "libertades", las cuatro inter-secciones directamente adyacentes (Girault, en su tratado, compara estas piezas al carbono tetravalente). Cuando está en el borde del table-ro, una pieza sólo posee tres liberta-des, y en las esquinas, dos. La colo-cación de piezas enemigas en estas intersecciones adyacentes suprime las libertades. Si a una pieza, negra por ejemplo, sólo le queda una libertad, se dice que está en jaque y si una pieza blanca ocupa esta intersección, la pieza negra es capturada y retira-

da del tablero por el jugador blanco. Pero si, a la inversa, hubiera sido el turno de las negras, la colocación de una pieza negra en la última liber-tad, puede dar hasta tres nuevas li-bertades al grupo negro así formado.

Un grupo al que solo le queda una libertad, también está en jaque y puede ser capturado en la misma forma que una pieza suelta y todas las piezas que lo forman son retira-das del tablero. Es, por lo tanto, esencial tratar de mantener las pro-pias comunicaciones y de cortar las del adversario. Al mismo tiempo que hace conexiones entre sus piezas, cada jugador trata de formar territo-rios. Estos territorios son, en sen-tido estricto, zonas vacantes limita-das por piezas de un mismo color. La partida termina por acuerdo mu-tuo, cuando los adversarios estable-cen que ninguna jugada adicional les permitirá extender más sus posesio-nes. Se cuentan luego las intersec-ciones vacantes en los territorios de cada adversario y es declarado gana-dor aquel jugador que tiene el nú-mero mayor. Así, tan sumariamente definidas, las reglas básicas del jue-go del go no dan sino una muy pá-lida idea de la riqueza de sus combi-naciones y de la complejidad de su estrategia.

Los mister ios del combate callejero

Por ejemplo, la noción dada de te-rritorio no es absoluta. No es impo-sible que las negras puedan formar un territorio dentro del interior de

55

un territorio blanco, o viceversa. El territorio conquistado por uno de los adversarios puede, por lo tanto, volver a ser disputado, excepto si posee dos "ojos", es decir, dos inter-secciones vacantes separadas com-prendidas dentro del grupo de pie-zas (regla de los dos ojos)."

"Como el objeto del juego es ad-quirir territorios, el que lo baga más económicamente tendrá el mayor éxi-to. Cada pieza jugada tiene una zona de influencia a su alrededor, cuya importancia varía según la posición de las piezas vecinas, amigas o ene-migas", comenta R. J. Girault. Los numerosos tipos de conexión y de movimientos tácticos han sido cuida-dosamente estudiados y catalogados desde hace siglos. Sus nombres se toman con mucha frecuencia del vo-cabulario de la estrategia militar. Porque, como el lector sin duda lo habrá observado ya, las situaciones del go no parecen ser solamente si-tuaciones "estratégicas" en un sim-ple nivel metafórico, como lo son, por ejemplo, las del ajedrez. El due-lo en el ajedrez sólo tiene una rela-ción muy lejana con el arte de Ja guerra. Ni la disposición en líneas, ni esos personajes que son el rey, la reina, las torres, los caballos, ni la pequeña infantería de los peones nos deben hacer pensar lo contrario.

Esta falsa jerarquía, cuyo origen histórico puede estudiarse en la mo-numental "Historia del Ajedrez", de H. J. R. Murray,;t no nos introdu-ce sino al reino de los mitos; lo que Lewis Carroll, que fue también un especialista de la lógica, tradujo en forma burlesca y sonriente en la segunda parte de las aventuras de Alicia, titulada "A través del espe-jo".4 Napoleón, apasionado por el ajedrez, como es bien sabido, no fue sin duda, más que un jugador mediano (y mal perdedor, como lo demuestra su reacción ante el pseu-do-autómata de Maelzel), pero ello no le impidió ser un. genial estratega en el campo de batalla. Saber domi-nar la situación, prever todas las ju-gadas, jugar la partida en el pensa-miento, es decir, comportarse como una verdadera pequeña computado-

ra, defender cada una cíe sus piezas y no incurrir en riesgos inútiles, son algunos de los conceptos que cierta-mente podrá aprender el jugador de ajedrez. Si estos conocimientos son necesarios, distan mucho de ser sufi-cientes. Para los teóricos del go, en cambio, este juego concentra en su reducida malla, en la pequeña super-ficie de su tablero, todos los arcanos de la guerra, todas las estrategias imaginarias y reales.

No debe extrañarnos, pues, encon-trar en la obra de Girault designacio-nes como las de "invasión", "ero-sión", "cuerpo a cuerpo"; o capítu-los dedicados a "los misterios del combate de las calles" o a la "vida y muerte de los territorios". Ni tam-poco ver al autor emplear palabras como persuasión-disuación, bluff, chantage, escalada. Todos estos tér-minos nos resultan familiares: for-man parte del vocabulario del co-mentarista político contemporáneo. ¿Estamos también aquí en plena me-táfora? Una curiosa tesis de docto-rado, debida a un universitario ame-ricano, Scott A. Boorman, apareció en los Estados Unidos en 1969. Bajo el título "The protractecl game" (el juego alargado) ,5 el autor estudia el modelo que ofrece el juego del go para la interpretación de la estra-tegia oriental y, más especialmente, la de Mao Tse-tung.

Del Kiang-si a la guerra civil

Se habrá observado que el título "El juego alargado" constituye una alu-sión al ya célebre ensayo "Sobre la guerra alargada"," que retoma una serie de conferencias pronunciadas en el Ye-nan por Mao Tse-tung du-rante la resistencia contra los ja-poneses. Y si Boorman alude así a Mao, es porque éste mismo, en va-rias ocasiones, y particularmente en este ensayo, ha citado el juego del go (o mejor dicho, el del -wei-chi). Así, en el ensayo mencionado, Mao distingue dos tipos de encierros y contraencierros: "Si se considera la guerra en su conjunto, no cabe duda que estamos estratégicamente ence-

rrados, puesto que el enemigo está empeñado en una ofensiva estratégi-ca y puede operar al exterior de las líneas de combate, en tanto que nos-otros estamos a la defensiva estra-tégica y operamos dentro de las lí-neas. Es el primer tipo de encierro de nuestras tropas por las del ene-migo. Pero como, por nuestra paru-, adoptamos —frente a un enemigo que, operando estratégicamente fuera de las líneas, marcha sobre nosotio-, en varias columnas— el principio de operar en la parte exterior de las lí-neas en las campañas y en los com-bates, podemos encerrar una o varia-de esas columnas con fuerzas supe-riores en número. Este el primer tipo de contraencierro del enemigo por nosotros. Por otra parte, si se consideran las bases de apoyo de la guerra de los partidarios situados de tras del enemigo, cada una de esas bases aisladas está rodeada por el enemigo por los cuatro costados, co-mo en la región de Wu-tai-chan, o por tres solamente, como en la del Noroeste de Chan-si. Este es el se-gundo tipo de encierro de nuestras fuerzas por el enemigo. Sin embargo, si se consideran todas las bases de esta guerra de guerrillas en sus rela-ciones mutuas y cada base en su rela-ción con las posiciones que mantiene el ejército regular, se comprueba que un gran número de fuerzas enemigas

2 Esta frase es poco clara en el origi-nal; de acuerdo con las reglas del juego del go, un grupo de piezas conectadas entre sí que comprende dos ojos, no puede ser capturado; pero esto no quiere decir que dentro del territorio que encierra ese gru-po de fichas no pueda, en algunos caso-, establecerse un territorio que correspondí-al enemigo. (N. del T.)

8 "History of chess", 1913; reeditada por Oxford University Press en 1962.

4( Debe consultarse la excelente edición

de "Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas", seguidas de "A través del espejo", que Martin Gardner, el autor di-la sección "Juegos matemáticos" del Scien-tific American, ha efectuado pata Pen-guin Books en 1965,

5 Scott A. Boorman, "The protracted game, a wei-chi interpretation of Maoíst revolutionary strategy", New York, Qx ford University Press, 1969.

« M a o Tse-tung, "Escritos militares", ediciones en idiomas extranjeros, Pekín, 1964.

HB 56

están rodeadas por las nuestras, Por ejemplo, en la provincia de Chan-si, liemos ya rodeado por tres lados (por el Este, el Oeste y el Sur) la línea del ferrocarril de Ta-tong a Pu-cheu y hemos sitiado completa-mente la ciudad de Taiyuan; en las provincias de Ho-pei y de Shantong, se encuentran igualmente un gran número de encierros de esta clase. Este es el segundo tipo de contra-encierro del enemigo por nosotros. Así, estos dos tipos de encierros mutuos nos recuerdan al juego de wei-chi; las campañas y los comba-tes que el enemigo realiza contra nosotros y que realizamos contra él, se asemejan a la captura de pie-zas y los puntos de apoyo del ene-migo (por ejemplo, Taiyuan) y nuestras bases de guerrilleros (por ejemplo, el Wu-tai-chan) se pare-cen a las "ventanas" en el tablero. Si se imagina el juego de wei-chi en una escala mundial, se ve aparecer aún un tercer tipo de encierro mu-tuo: la correlación entre el frente de la agresión y el frente de la paz. Por el primer frente, el enemigo encierra la China, la U.R.S.S., Fran-cia, Checoslovaquia y otros Estados

'y, por el segundo frente, realizamos el contraencierro de Alemania, del Japón y de Italia".

En otro texto de la misma épo-ca, Problemas estratégicos de la guerra de guerrilleros contra el Ja-pón (mayo de 1938), Mao vuelve a tomar esta imagen y diez años más tarde volverá a aludir al juego en sus Directivas para las operacio-nes de la campaña de Peiping-Tient-sin (11 de diciembre de 1948). Pa-ra Boorman no se trata ni de coin-cidencias fortuitas ni de simples alu-siones metafóricas. Ve mucho más. No podría tratarse evidentemente de una correspondencia biunívoca entre cada uno de los componentes del go y la estrategia revoluciona-ria. El juego, por ejemplo, se efectúa entre dos personas, en tanto que la situación política de China durante el período 1927-1949 dista mucho

de ser tan simple: implica varios grupos de protagonistas de los que los principales son los comunistas, los nacionalistas, los japoneses y los diversos señores feudales ("latid lords" o " w a r lo rds") . En su in-terpretación, Boorman extiende las reglas del juego a un sistema de conflicto en t re varios jugadores y concibe más bien esta analogía co-mo "una 'especie de reducción ho-momórfica de una estructura socio-cultural". Cada uno de los cuatro períodos queda así analizado: el de Kiang-si (agosto de 1927 a octu-bre de 1 9 3 4 ) , el de la Gran Mar-cha (octubre de 1934 a octubre de 1935) , el de Ye-nan y la guerra contra los japoneses (octubre de 1935 a agosto de 1945) y, final-mente, el d e la conquista del poder (1945-1949) .

Boorman hace una distinción en-tre los niveles geográfico y socio-político. E l " teatro de las operacio-nes" es el marco geográfico y hu-mano. La red de las intersecciones es el e lemento homólogo de la red de comunicaciones. Cerca del bor-de del tablero los territorios se for-man y defienden con más facilidad. La noción de distancia hasta al bor-de del tablero es fundamental, tan-to en la estrategia como en el jue-go. De hecho varía mucho, según los armamentos, la importancia de la posición y de las unidades mili-tares. C o m o en el juego, los jefes militares jugarán en las esquinas, en los bordes , luego en el centro. El centro lo constituyen los valles, las ciudades, las capitales, las vías fé-rreas, las llanuras agrícolas centra-les. Este centro estaba detentado por el Kuomintang. Por esta razón Mao se apoya, a pesar de los conse-jos de Stalin y de Trotsky, más so-bre los compesinos que sobre el proletariado urbano. El abandono del Kiang-si y la Gran Marcha que llevará el ejército rojo al Chen-si y que le permitirá reagrupar, durante el camino, varias de sus unidades, constituyen dos fases que se pueden

comparar a lo que ocurre en una partida con ventaja cuando el juga-dor más débil elige "desenganchar-se" y defenderse del encierro me-diante un contraencierro. En otras ocasiones el fraccionamiento de las fuerzas operará a favor del ejército rojo (en la estrategia "oriental" la complejidad de la red es una venta-ja para el jugador más experimenta-do j. Otros tipos de ataque y defen-sa se reproducirán con la lucha anti-japonesa y con la guerra civil. La cúspide de la estrategia maoísta es ciertamente la batalla de Huai-hai (noviembre de 1948 a enero de 1949), en que toda una serie de en-cierros y contraencierros para ocu-par los nodos estratégicos, trazarán alrededor de los ejércitos de Chang-Kai-shek el irrompible hilo que pon-drá fin a la guerra. Al terminar su análisis, Boorman resume todas las características estructurales de los dos sistemas y sus correspondencias, y el lector, que hasta ese momento ha estado divertido, aún si se man-tiene reticente se pregunta a dónde quiere llegar el autor.

Las claves del Pentágono

Se podría desde ya formular una primera observación: que esta for-ma de análisis, aún si se demostra-ra que es enteramente justificada, no da sino resultados muy pobres y engañosos. Decir que la estrate-gia revolucionaria se parece al jue-go del go, o viceversa, no significa, en el fondo, más que decir que ambos están construidos sobre las mismas bases lógicas. ¡Resultado un poco tautológico!

Además, resulta difícil tomar en serio la utilización de un concepto tal como el de "estrategia oriental" (que parece ser el lógico corolario del de "mentalidad asiática"). Tan-to más cuanto que, en este preciso caso, si bien la estrategia revolucio-naria de Mao tiene aspectos origina-les, no ha nacido de la nada. Toda una genealogía la precede: Clause-witz 7 o Lenin, occidentales, no tie-nen para Mao menos importancia que la tradición china.

De hecho, este tipo de interpre-tación no es raro. Hay, aún en los Estados Unidos (y tal vez, también, en Francia), organismos que se ocu-

7 Karl von Clausewitz, "De la guerre", Editions de Mínuit.

57

^•¡y iv H < > , í ¡ v i

pan únicamente en construir este tipo de novelas. Encontrar explica-ciones, simular modelas, escribir es-cenarios, he ahí el papel de una buena cantidad de oficinas militares o para-militares.

Ello no impide por otra parte que se busque e innove en otras vías: los manuales de "contrague-rrilla" del ejército norteamericano son actualmente gruesas notas téc-nicas que se refieren a toda clase de armas costosas, a métodos de intervención rápida y a una tecno-logía extraordinariamente refinada.8

En resumen, Boorman nos revela el sentido de su obra en un breve capítulo final. Comprender el se-creto de la estrategia revolucionaria gracias a un modelo analógico, lo más universal posible, es encontrar un medio de contrarrestar esa estra-tegia. Sobre todos los "tableros" del mundo, de hecho, se están apli-cando los principios de la guerra revolucionaria. He ahí la urgencia de la t a r e a . . ,

Desde hace años, los expertos del Pentágono creen que la estra-tegia revolucionaria debe su "éxi-to" a su "eficacia". Esta idea fija es sin duda la causa de los sonados fracasos de los militares y agentes secretos occidentales en diversos teatros de operaciones desde 1945. Creer que basta leer a Mao o adop-tar la estrategia "revolucionaria" del adversario para poseer su "se-creto", o su "clave", empleando la palabra de Boorman, y así poder oponerse eficazmente a su acción, es una ilusión muy difundida que no tiene para nada en cuenta los motivos profundos y la lógica mis-ma de la guerra revolucionaria. En la obra que ha consagrado a su "discurso de la guerra", obra que va bien más allá de su propósito aparente, A. Glucksmann sitúa .mu-cho más exactamente las relaciones entre la disuasión, la teoría de los juegos y la guerra prolongada:

"Mao Tse-tung ha justificado su estrategia por su teoría de la con-tradicción y ha ilustrado ésta me-

diante aquélla. Para investigar la coherencia de su pensamiento, no basta analizar su estrategia: es ne-cesario examinar su generalización y su ubicación en una doctrina de la contradicción o de la lucha univer-sal. Esta última se apoya, a su vez, sobre una teoría de la verdad o de la lengua. Así el ciclo se cierra. Mao Tse-tung funda sobre el privilegio de la defensa —transformado en el de "guerra del pueblo"— una es-trategia tipo Clausewitz generaliza-da; al elevarla a la altura de una doctrina de la lucha universal se en-cuentra, a través de Lenin, con He-gel. El pensamiento de Mao Tse-tung, como la disuasión, trata de definir una estrategia de la lucha a muerte. Las fuentes son comunes, las consecuencias inversas que tie-nen al arma nuclear, unas como premisas de orden universal, las otras como ilusión universal, como tigre de papel." 9

A pesar de todos los fracasos, los expertos continúan y continuarán buscando soluciones. Para Boorman el juego es una solución. Está dis-puesto aún a preparar programas para jugar al go. Las computadoras aprenderán a contrarrestar la guerra revolucionaria. En esta perspectiva, Dien-Bien-Phu es para nuestro au-tor el ejemplo mismo de las debili-dades de la estrategia "oriental". Todas las fuerzas amontonadas en un mismo lugar en la maniobra de asedio, he ahí una situación que, se-gún Boorman, hubiera permitido al ejército francés aniquilar al adver-

sario de un solo golpe, Solament le habría faltado un sostén lógici de mayor importancia.

Se podrá sonreír de estas receta-y de esta manera de reescribir la historia. La mayor parte de los es-cenarios inventados por los funcio-narios autores de cienciaficción son a menudo más infantiles. No tradu cen, de hecho, sino una búsqueda perdida del "secreto". Que éste si pueda encontrar en otro lugar qui-no sea la estrategia misma, por so fisticada que sea, escapa totalmente a los expertos, a los matemáticos y a las computadoras. Sin duda a esta búsqueda del secreto se refería el señor Pham Van-dong recientemen-te al declarar: "Estimamos que esta guerra sigue una lógica implacable, pero que nos sirve admirablemente. Desde hace años, hemos hecho lo imposible para ver claro en este pro ceso lógico y poder edificar sobre él nuestra estrategia: la guerra de lar ga duración, la guerra popular, la estrategia militar y política y, desde algunos años, la estrategia diplomá-tica. Nos sentimos tranquilos con esta lógica porque poseemos su se-creto que el señor Nixon, la Casa Blanca y el Pentágono no pueden comprender".10 O

8 Ver el artículo de Nguyen Dang Tam, "La guerra química", CIENCIA NUE-VA N* 9, abril de 1971. '

9 André Glucksmann, "Le Discouts dt la Guerre", Editions de l'Herne, 1967.

1 0 Declaración hecha al diario "Le Monde", 2 de diciembre de 1970.

58

Cursos y reuniones científicas

Reunión de la Asociación Física Argentina

Entre el 26 y el 28 de mayo pasa-dos se realizó en San Luis la 55-reunión de la Asociación Física Ar-gentina que fue además, la primera conjunta con la Sociedad Chilena de Física.

El programa científico compren-dió varias sesiones simultáneas sobre estado sólido, física nuclear, física atómica y molecular, campos y par-tículas, física aplicada y una sesión conjunta sobre enseñanza de la física.

Conjuntamente se realizó la Asam-blea General Ordinaria de la A.F.A.

Memoria de la C. D. y debate Se aprobó el informe de la C. D.

de la A.F.A. por unanimidad. Du-rante un breve debate que se suscitó mientras se discutía aquél, se retomó el análisis de un problema tratado muchas veces antes por la A.F.A.: la posibilidad o conveniencia de fun-dar una revista periódica de física en América latina que pueda tener ca-lidad y difusión internacionales. Se vinculó la situación actual del cien-tífico de América latina con la de-pendencia económica y cultural de nuestros países y se estableció que la dificultad esencial para crear una re-vista en nuestro continente es que el mecanismo de promoción y de evaluación curricular de los científi-cos de América latina se basa en las publicaciones realizadas en revistas científicas del hemisferio Norte, tra-dicionales hitos de lo que se define como calidad científica, donde los trabajos son juzgados por científicos de Europa o Estados Unidos.

Uno de los asistentes a la reunión planteó con mucha claridad que cual-quiera que tuviera un trabajo listo para publicar, no podría darse el lujo de desperdiciarlo, desde el pun-to de vista de su curriculum, no publicándolo en una revista "inter-nacional" —las que se editan en al-gunas de las metrópolis de la cien-cia— ya que el trabajo sería automá-ticamente juzgado como de segunda categoría por cualquier comisión ase-sora o jurado del país, sin entrar si-

quiera a discutir su contenido o calidad reales.

La preocupación general de los asistentes por la vigencia de la de-pendencia científica, llevó a que se nombrada una comisión, integrada por los doctores Perazzo, DAlessio (h.) y Majlis, para que estudie los problemas mencionados y su relación con las publicaciones presentes y potencíales de la A.F.A. y para que eleve un informe a la C. D. sobre la factibilidad de la publicación de una revista de física, además de ha-cer una evaluación general de las co-municaciones e informes que consti-tuyen el material científico de las reuniones de la A.F.A. y discutir la posibilidad de establecer un meca-nismo editorial de la misma, con mi-ras a la futura concreción de una publicación periódica estable.

II Congreso Latinoamericano de Física

El primer congreso se realizó en México a continuación de la Escuela Latinoamericana de Física (ELAF) en 1969. En el mismo, se fijó la conveniencia de que el segundo con-greso no distara del primero más de cuatro años.

En consecuencia, se puso a consi-deración de la Asamblea de la A. F.A. la posibilidad o conveniencia de que Argentina fuera la sede del I I Congreso en 1972 o 73. Como surgieran dudas de algunos delegados en cuanto a la posible interferencia política oficial en la organización del congreso en las actuales condiciones, el problema se giró para su análisis a las secretarías locales.

Reuniones sobre polít ica científica

Pese a su carácter improvisado se pudo advertir un elevado nivel de conciencia entre los presentes sobre los acuciantes problemas de los in-vestigadores.

1) Dependencia económica de la Argentina y sus consecuencias: im-posibilidad de un desarrollo tecnoló-gico nacional debido a que las em-

presas con mayor incidencia de tec-nología avanzada, con la cual se vincula más directamente la investi-gación científica, es extranjera (es-pecialmente norteamericana) e im-porta tecnología ya elaborada.

Fue señalado el importante papel que la tecnología propia puede tener para acumulación de capital, ya que por la tecnología importada ("know-how") América latina debe pagar un oneroso arriendo en forma de regalías y comisiones u otros dere-chos que drenan considerablemente la capacidad de ahorro nacional.

Se insistió en la capacidad poten-cial que encierran, para la generación de tecnología, las empresas estata-les, tanto por su volumen como por su característica nacional.

2) Dependencia cultural, y en par-ticular científica, ya señalada a raíz de la discusión arriba mencionada sobre la revista de Física

En vista de las ideas expresadas en la reunión, el secretario general de la A.F.A., doctor Bonfiglioli, propuso llevar a la C. D. de la mis-ma la recomendación de hacer una sesión conjunta en la próxima reu-nión de la A.F.A., programada en Rosario para noviembre de este año, sobre el tema de política científica y proponer para la misma, tentativa-mente, el siguiente temario:

1. Situación actual de la ciencia. -Po l í t i ca del CNICT. — Previsiones del Plan de Desarro-

llo y Seguridad, CONADE y CO-NACYT.

- Situación de las empresas esta-tales.

— Ciencia e industria privada. 2. Posibles aportes elaborativos

de la A.F.A. a) En el nivel económico-social. — Análisis de la condición de asa-

lariamiento del científico. -Dependencia tecnológica y rela-

ción con dependencia económica. b) En el nivel ideológico. - Papel del científico en la forma-

ción de cuadros medios para las em-presas privadas y estatales.

- Situación de las Universidades y de la enseñanza primaria y media.

59

XVI Reunión de la Sociedad Argentina de Investigación Clínica

Del 26 al 30 de noviembre se reali-zará en Chapadmalal la XVI Reu-nión Científica de la SAIC y un Simposio sobre péptidos vasoactivos. Para la presentación de los trabajos se han establecidos las siguientes normas:

1. El trabajo debe ser inédito a la fecha del envío del resumen co-rrespondiente al Consejo Directivo.

Estos resúmenes, de no más de 400 palabras, estarán escritos a má-quina, con espacio entre las líneas y margen amplio, y por duplicado. Contendrán un título breve con o sin subtítulo, el nombre de los au-tores y el lugar donde se realizó el trabajo. Además: una dirección pos-tal y un número telefónico donde se pueda eventualmente formular al-guna consulta. N o podrán contener subtítulos en su texto, cuadros, fi-guras ni referencias al pie de página o citas bibliográficas al final. Con-viene que el número de coautores no sea excesivo ni se separe artificial-mente un mismo estudio en varias comunicaciones sucesivas.

Las fórmulas matemáticas irán to-das en línea aparte, independiente del resto del texto. Las medidas, abreviaturas y símbolos se atendrán a las exigencias del reglamento de publicaciones de la revista Medicina.

El resumen no deberá limitarse a ser el "sumario" con que normal-mente se terminan las publicaciones de las revistas médicas, sino que con-tendrá una corta explicación general del problema, destacando los aspec-tos originales cuya solución justificó la realización del estudio. Los resul-tados estarán expresados cuantitati-vamente, sin hacer referencia a los métodos empleados si estos fueran procedimientos de rutina. El texto no podrá incluir inferencias o consi-deraciones de carácter general o no demostradas que no surjan de los datos obtenidos en el estudio. Si éste se refiriera al perfeccionamiento de un método, deberán citarse, aunque en forma muy escueta, los preceden-tes existentes sobre el mismo. Las repeticiones simples de métodos ya conocidos, por complejos que ellos sean, no serán aceptadas, y lo mis-mo ocurrirá con el relato de casos clínicos aislados cuyo único signifi-cado sea la rara observación.

2 Describir una i n v e s t i g a c i ó n

60

original en el campo de la clínica o disciplinas conexas. Se entiende por investigación la adquisición de ideas nuevas mediante métodos científica-mente correctos y reproducibles.

3. No haber sido presentado ante otra Sociedad Médica Argentina, ni en Congresos Nacionales.

4. Ser presentado a la Sociedad por uno de sus a u t o r e s , s in ex-cepción.

Recuérdese lo establecido por el Artículo 3, inc. i) ele los Estatutos, que dice: "Cada miembro titular podrá invitar a un investigador no miembros a presentar un trabajo".

Los resúmenes s e r á n aceptados hasta el 30 de septiembre de 1971 y deben ser enviados a la Secretaría de ¡a Sociedad: Instituto de Investiga-c i o n e s M é d i c a s , Donato Alvarez 3000, Buenos Aires.

Juego del go para ingenieros

El ingeniero Hilario Fernández Long dictará cuatro clases sobre el juego de go en el Centro Argentino de In-genieros, Cerrito 1250, Buenos Ai-res, los sábados de 10 a 12, a partir del 14 de agosto. La inscripción pue-de realizarse telefónicamente a 42-9520 y 41-3630.

Las clases se desarrollarán según el siguiente temario: 1. Reglas de juego. Captura de fichas. Forma-ción de territorios. " K o " y "Seki". Cómputo final. El juego con handi-cap. 2. Grupos seguros y grupos muertos. Dobles ojos. Falsos ojos. Problemas de vida y muerte de gru-pos. 3. Tácticas elementales. Cone-xiones y cortes. Escalera. Proverbios tradicionales japoneses sobre go. 4. Teoría de aperturas. Finales. Térmi-nos técnicos japoneses.

Cursos del Bouwcentrum

Desde agosto a noviembre en el Bouwcentrum Argentina, Maipú 171, Buenos Aires, se dictará un cur-so sobre Industrialización de la Cons-trucción, que comprenderá aspectos relacionados con la aplicación de las técnicas de programación en serie en la construcción de barrios de vivien-da^ (tipo plan VEA) ; se tratará tam-bién sobre la utilización de técnicas de prefabricación, estudios técnico-económicos de los problemas de las instalaciones termomecánicas y otros

temas de especial interés relaciona-dos con el uso de tuberías de cobre en las instalaciones sanitarias, el uso del plástico, etc. El curso se comple-mentará con proyección de diapositi-vas y películas. Se prevén entrega de notas de clase y de información bibliográfica.

Continuando con la política de colaboración y asesoramiento a ins-tituciones del interior del país, se dictará durante octubre un cursillo sobre programación en serie de ba-rrios de vivienda, a pedido de la Uni-versidad Católica de Córdoba para su Centro Experimental de la Vi-vienda. El cursillo estará a cargo de de Investigaciones y Asesoramiento personal técnico del Departamento Técnico de Bouwcentrum. O

Jornadas de didáctica

El 27 de mayo próximo pasado se inició un ciclo denominado "Jor-nadas Estrada sobre didácticas reno-vadas", organizado por la editorial del mismo nombre, en su sede de Bolívar 462, Buenos Airees.

Restan aún por realizarse en este ciclo, las jornadas que se detallan a continuación: 29 de julio, "El enfo-que regional en la enseñanza de la geografía"; 12 de agosto, "La ense-ñanza de la filosofía en la escuela media"; 15 de octubre, "Evaluación de la enseñanza". En el teléfono 33-6521, interno 30, puede obtener-se información adicional. O

Coloquio internacional RILEM 1971

Del 13 al 18 de setiembre se reali-zará en Buenos Aires un coloquio so-bre análisis experimental de proble-mas de inestabilidad en modelos re-ducidos y en escala natural. El colo-quio es auspiciado por la Reunión Internacional de Laboratorios de En-sayos e Investigaciones sobre Mate-riales y Estructuras (RILEM) y pa-trocinado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial de la Ar-gentina ( I N T I ) .

El encuentro tendrá lugar en el Consejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires. Los interesados en obtener información adicional pue-den dirigirse a la Secretaría del Co-loquio, en el Instituto Nacional de T e c n o l o g í a Industrial, L i b e r t a d 1235, 3r. piso, Buenos Aires.

NUEVAS TECNICAS PARA TIEMPOS NUEVOS

CIENCIA NUEVA y BCEOM de París, una de las más importantes firmas consultoras del mundo, especial izada en estudios y proyectos de grandes obras públicas, han convenido publ icar en la Argentina la edic ión castellana de la colección técnica francesa BCEOM. Las obras que aparecerán están dir igidas a ingenieros, economistas, funcionar ios y estudiosos preocupados por las múltiples cuestiones que plantea el equipamiento material de los países en crecimiento.

En ellas se recoge la experiencia vivida por expertos de prestigio internacional que, tanto desde sus cargos de altos funcionarios, como en e! sit io mismo de las obras, han debido afrontar los complejos y novedosos problemas del desarrollo económico y social del Tercer Mundo.

Esa experiencia y la versación de ¡os autores destacan la importancia de la nueva colección, llamada a prestar val iosos servicios a técnicos y profesionales de nuestro país

CAMINOS DE TIERRA - Estructura y mantenimiento por Gérard Meliier

ADMINISTRACION Y EXPLOTACION PORTUARIAS por Jean Georges Baudelaire

PROBLEMAS DE DESALINEACION DEL AGUA DE MAR Y DE LAS AGUAS SALOBRES por J. R. Vaillant

y más títulos sobre temas viales, portuarios, de economía, de transportes, etc.

Bureau Central d'Etudes pour les Equipements d'Outre-Mer - PARIS

Editorial ciencia nueva S.R.L. BUENOS AIRES

61

Comentarios de libros

Maur¡ce P. Crosland

Science in Frunce in the Revolutionary Era described by Tbomas Bugge T h e MIT Press, Cambridge, Massachusetts. 1 9 6 9 , XIV, 2 4 0 páginas

A comienzos de 1798 Talleyrand, ministro de relaciones exteriores de Francia, se dirige a los países amigos y neutrales (Francia estaba en gue-rra) invitándolos a participar en una reunión en la que se informaría acer-ca de los trabajos realizados, en vir-tud de lo resuelto por la Asamblea nacional en 1790, en el sentido de adoptar un sistema métrico decimal y asimismo a intervenir en la deci-sión final al respecto.

Esta invitación —que nueve es-tados aceptaron— a una reunión científica de carácter internacional, abrigaba sin duda la segunda inten-ción de mostrar al mundo cómo la nueva Francia, aun en épocas difíci-les, se interesaba por cuestiones de utilidad general.

Entre los países invitados figura-ba Dinamarca que envió como de-legado a uno de sus científicos más eminentes: Thomas Bugge, director del Observatorio real de Copenha-gue. Después de tres semanas de via-je, Bugge llegó a París, donde per-maneció unos seis meses, lapso en el cual evidentemente no perdió el tiempo, pues a su regreso compuso con sus notas un libro de más de 600 páginas en danés que publicó en 1800: Viaje a París en los años 1798 y 1799. El año siguiente apa-reció la versión alemana y una se-lección en inglés. No obstante el tí-tulo, sólo una mínima parte del li-bro se dedica al viaje en sí; la mayor parte está consagrada a sus tareas oficiales, y a visitas a científicos e

62

Science in France in the Revolutionary Era descr ibed by Thomas Bugge edited by Maurice P. Crosland

A

instituciones durante su estada en París.

El interés que aún hoy despiertan estas descripciones, en especial a la luz que en ellas proyecta la atmós-fera revolucionaria de la época, ha inducido al MIT a proponer una nueva selección del libro de Bugge, para incluirlo en la colección de mo-nografías sobre historia de la tecno-logía y de la cultura que publica juntamente con la Sociedad de His-toria de la Tecnología de Londres, encomendando la tarea a M. P. Cros-land, profesor de Historia de la Cien-cia en la Universidad de Leeds.

En este libro los aportes de Cros-land son tan importantes como las informaciones de Bugge, pues ade-más de dar una adecuada distribu-ción al material seleccionado que confiere unidad al libro y agregar: Prefacio, Introducción, Glosario,, Bi-bliografía e Indices, ha intercalado, entre los textos de Bugge un abun-

dante material propio con datos his-tóricos y comentarios de viajeros y escritores de la época revolucionaria. Con ese material Crosland muestra los efectos del cambio provocado por la Revolución en la educación y en la ciencia; mientras en el antiguo régimen la educación tendía a for-mar hombres de corte, juristas y mé-dicos, en el nuevo régimen el estado se torna responsable de la educación, cuya misión es formar ciudadanos que comprendan el mundo en que viven; si en el antiguo régimen la ciencia seguía siendo en gran medida una actividad individual, en el nuevo régimen cuenta con gran apoyo ofi-cial, se crean nuevas escuelas técni-cas y hasta se llama a hombres de ciencia a colaborar en el gobierno.

En definitiva puede decirse que Crosland convierte un informe de un científico inteligente del siglo XVIII en un cabal escrito de Historia de la Ciencia del siglo xx.

El primer capítulo: Educación y Ciencia, se ocupa de las escuelas e instituciones científicas visitadas por Bugge, y a las preexistentes, seña-lando los cambios introducidos por el nuevo régimen: drásticos unos, otros a veces sólo de nombre; ya las creaciones revolucionarias, como la célebre Escuela Politécnica de 179.5.

El segundo capítulo se refiere al Instituto Nacional de 1794, creado en reemplazo de las academias su-primidas el año anterior, con su di-visión en tres clases: matemática y física; ciencias morales y políticas, literatura y bellas artes; cada una con secciones de un número limitado de miembros.

El tercer capítulo, más técnico, se dedica a los observatorios oficíales y privados destacándose la visita de Bugge al Observatorio Nacional, en plena etapa de mejoras en esos tiem-pos. Agrega Crosland que ese Ob-

servatorio era muy visitado por ser, como más tarde la Torre Eiffel, un punto elevado desde el cual podía contemplarse toda la ciudad.

En el cuarto capítulo Crosland reunió todo lo concerniente a la tec-nología: la primera exposición indus-trial, que Bugge tuvo ocasión de vi-sitar, de escaso éxito aunque sirvió de aliciente a las futuras exposicio-nes; las máquinas ele vapor existen-tes entonces en París; las visitas a la escuela aerostática militar y a las

fábricas de cañones y ele pólvora; y la visita al Conservatorio de Artes y Oficios, cuya descripción Crosland sustituye por la de otro visitante por ser más informativa. Respecto de la tecnología francesa Crosland no deja de anotar que si la revolución polí-tica fue francesa, la revolución in-dustrial fue británica.

El quinto capítulo aporta el de-talle del presupuesto del ministerio del interior que muestra la elevada contribución del estado a la educa-

ción y a la ciencia; se agregan algu-nas iniciativas privadas en materia científica y una visita a fabricantes de instrumentos.

El sexto capítulo alude a la lite-ratura y bellas artes con la visita al Louvre y a la Biblioteca Nacional, mientras, el último capítulo se con-sagra al sistema métrico, con una historia de la cuestión por Crosland y las opiniones de Bugge al res-pecto. O

J. Babini

Libro s nuevos Identidad, Juventud y Crisis E. II. Erikson

Traducción de l or ig inal inglés: Margarita Galeano Editorial Paidós , Buenos Aires, 1 9 7 1 , 2 6 0 páginas.

Sumario: I. Prólogo. I I . Bases para la observación clínica. I I I . El ciclo vital: Epigénesis de la identidad. IV. La confusión de identidad en la his-toria de vida y en la historia de ca-sos. V. Intervalo teórico. VI. Hacia problemas contemporáneos: La ju-ventud. VIL El sexo femenino y el espacio interior. V I I I . La raza y la identidad global. O

La Enfermedad Como Conflicto - I

Ensayos sobre medicina psicosomátiea

A. Mitsclierlicli

Traducción d e l original a l emán: H. A. Murena y D . J. V o g e l m a n n . Editorial S U R , S. A. Buenos Aires, 1 9 7 1 , 1 8 8 páginas.

Sumario: I . El acceso psicológico a la enfermedad. I I . Un modelo psico-somático. Etapas de la investigación. III . Condiciones de la cronificación de enfermedades psicosomáticas. La defensa bifásica. IV. R e p a s o I : Anotaciones psicoanalíticas a propó-sito de la patogénesis psicosomática.

V. Repaso I I : Apuntes sobre el pa-decimiento de úlcera y sobre el con-cepto de transferencia. VI . Repaso I I I : Reflexiones suplementarias so-bre la cronificación de las enferme-dades psicosomáticas. V I L Sobre el tratamiento de enfermedades psico-somáticas. VI I I . La investigación so-ciológica y la psicoanalítica como aliados naturales. Documentación/ Referencias. O

Información técnica del INTI

El Instituto Nacional de Tecnología Industrial ( I N T I ) anuncia que ha firmado un convenio con el Patro-nato de Investigación Científica y Técnica "Juan de la Cierva", de Es-paña, para reeditar y distribuir en ia Argentina los fascículos de su Ser-vicio de Resúmenes de Artículos Científicos y Técnicos.

Destinados tanto a los investiga-dores y científicos como a los indus-triales y hombres de empresa, estos fascículos publican mensualmente resúmenes de los trabajos científicos y técnicos aparecidos en unas 2.700 revistas de 30 países, repertorio que se amplía en forma constante. En la actualidad se publican quince fas-cículos distribuidos en cinco series, que constituyen un conjunto aproxi-mado de 50.000 artículos anuales y abarcan todos los campos de la cien-cia y la técnica que presentan interés

para la actividad industrial y eco-nómica.

La distribución temática de los re-súmenes es la siguiente: Química industrial: Ingeniería e In-dustria Química; Productos Farma-céuticos, Productos Alimenticios, Químico Textil, Plásticos y Caucho. Otros materiales no metálicos (vi-drio, cerámica, materiales de cons-trucción, tintas, pinturas, barnices, adhesivos, colorantes, madera, cue-ro y papel). Física Aplicada: Energía, Electro-tecnia, Telecomunicaciones, Ciber-nética, Metrotecnia, Registro (soni-do e imagen), Electrónica. Metalurgia: Hierro y Acero, Metales no férreos, Transformación y manu-factura de metales I (fundición, pulvimetalurgia, tratamientos térmi-cos, soldadura, acabados); Transfor-mación y manufactura de metales I I (hechurado, máquinas-herramientas, mecanizado). Tecnologías varias: Ingeniería Ru-ral, Maquinaria Agrícola, Fertilizan-tes, Pesticidas, Aplicaciones de la Técnica en Medios Rurales; Técni-cas de Envase y Embalaje. Economía de la empresa: Economía de la Empresa.

Los interesados pueden dirigirse al Centro de Investigación Docu-mentaría ( C I D ) , Avda. Gral. Paz entre Albarellos y Constituyentes, Migúele te, T. E. 755-3660/6161/ 6212 de 9 a 16; o a la sede central de I N T I , Libertad 1235, 3er. piso (Oficina de Prensa) , Capital, T. E. 44-0011/16 de 10 a 17 horas.

63

Correo del lector

Go í o r ever

Sr. Director: Lindo es ver el artículo de H.

Fernández Long sobre "El juego del GO", juego bastante desconocido to-davía en nuestro medio. Al comen-tario editorial y bibliográfico que incluyeran al final de este artículo quisiera agregar unos datos:

1) Tengo un juego (por otra par-te el tablero y las fichas son muy fáciles de hacer a mano por cual-quiera, o comprar separadamente) comprado en EE.UU., de la Cía. E. S. Lowe Co. Inc. - New York, NY. "GO".

2) Acompañando a éste, a manera de "instrucciones" vino un folleto muy interesante y fácil de entender (parecido al artículo de Fernández Long) que fue preparado por Lester 3* Elizabeth Morris, "publicado bajo los auspicios de la American GO Association" (1951).

3) En este librito¡folleto citan un libro que fue el que me hizo descu-brir el juego, también de Edivard Lasker, llamado "Modern Chess Strategy" donde, recuerdo, Lasker habla la mitad del libro sobre el aje-drez, estrategia, etc., y la segunda mitad sobre el GO, diciendo que lo ha descubierto y que lo considera muy superior al ajedrez. Personal-mente no he llegado a esta conclu-sión todavía, pero estimo que ju-gándolo más a fondo, es muy posible.

4) Tengo otro libro, muy comple-to, en inglés, llamado: "The game of GO, the national game of Japan" por Arthur Smith, publicado por la Charles E. Tuttle Company, Edito-ra, de Rutland, Vermon & Tokyo, Japan, impreso en 1962, pero publi-cado originalmente en 1908. Eviden-temente este juego, con una anti-güedad de más de 4.000 años, no ha tenido la difusión debida, por no sé qué motivos, pues parece intere-sante, fácil, adaptable a niños (ver-sión con tablero menor) y permite jugar con handicap, lo que en ajedrez no se puede, oficialmente al menos.

5) Finalmente, es interesante el párrafo de L. y E. Morris, que dice: "un partido lleva generalmente de 30 minutos a una hora cuando es

jugado por amateurs para diversión, pero los juegos de Campeonato en-tre maestros pueden llevar hasta 40 horas.

Francamente, un juego para orien-tales, pero. .. ¡qué falta les hace a los occidentales!

E! emperador Shurs (2255 a. C.)

Agradecemos la información del lector que complementa la publicada en este mismo número y en el nú-mero 9 de C I E N C I A NUEVA. A pesar de los cuidados caracteres ideográficos manuscritos a manera de firma al pie de la carta, nos per-mitimos dudar acerca de la verdadera identidad del lector. De cualquier manera, publicamos la carta por considerar la eluda puramente for-mal y la información suficientemente seria.

Invas ión W a n k e i

Sr. Director: En los números 9 y 10 de CIEN-

CIA NUEVA leí interesante infor-mación sobre el motor Wankei. ¿Po-drían informarme si los automóviles que se producen actualmente son su-ficientemente confiables y si los es-pecialistas de la industria consideran que el motor Wankei puede llegar a reemplazar al motor alternativo con-vencional?

Ariel Amat Montevideo

El único problema que aún requie-re desarrollo en el motor de pistones rotativos, es el sellado entre el pistón y las cámaras. Sin embargo mucho se ha avanzado en ese camino y los fa-bricantes japoneses aseguran que sus motores pueden durar 80.000 kiló-metros, una cifra considerable, aún siendo 20 a 30 por ciento menor que la de un motor convencional de potencia equivalente. Algunos espe-cialistas consideran que el motor Wankei tendrá predominante prefe-rencia en la industria automotriz hacia 1980. E n los Estados Unidos, General Motors ha adquirido 100 motores a Toyo Kogyo para realizar pruebas exhaustivas sobre su funcio-

namiento. Se considera que en este proyecto están trabajando aproxima-damente 1.000 ingenieros de la em-presa con el objetivo de ofrecer, en 1974, un modelo de Chevrolet im-pulsado por motor Wankei . Actual-mente hay en el mundo 19 empresas autorizadas a utilizar las patentes de Wankei. O

Nuestra portada

Los c a r a c t e r e s chinos que se reproducen en la portada integran la expresión "revo-lución cultural".

El primero está compuesto por dos signos. U n o es una representación e s q u e m á t i c a del hombre de pie, en posi-ción normal. El otro es una variante del anterior, pero invertido. La inversión de este signo denota la idea con-traria a la de normalidad, y sirve para expresar el concep-to de transformación. Los dos juntos sugieren las nociones de hombre y transformación asociadas. Una t r a d u c c i ó n plausible sería "transforma-ción del hombre".

El otro pictograma es una combinación de tres signos que representa: a) el macho cabrío; b ) las manos del hom-bre, que lo matan y desuellan y trabajan el cuero; c) los maderos que se emplean para estaquearlo. Es te signo tiene dos sentidos fundamentales. Uno es el de "cambio total", el de cosa que se vuelve de lado, que se "resuelve" (re-volución), como el cuero del animal cuando se lo tiene que trabajar; otro es el de "cue-ro", simplemente, y por ex-tensión el de "calzado".

Cor

reo

A

rgen

tino

C

entr

a!

(B)

TARIFA REDUCIDA Concesión N9 9165

Cor

reo

A

rgen

tino

C

entr

a!

(B)

FRANQUEO PAGADO Concesión N? 3689

64

números encuadernados Una valiosa colección que siempre tendrá vigencia: Los diez primeros números de CIENCIA NUEVA, encuadernados en tela, con índice com-pleto por materia y por autores: $ 3 6 . -

Entregando en canje los diez números de la revista, en buen estado: $4.— En el caso de canjear colecciones incompletas se cobrará $ 4 . — m á s el precio de los ejemplares fallantes.

En venta en: Av. R. Sáenz Peña 825, 9» piso, oficina 93. Envíos por correo contra cheque o giro a la orden de CIENCIA NUEVA S. R. L.

iss i r -i

• I » i

PKÍLW M U vv» ¡¿ 'i ,

1 8

En el próximo número: Jorge Sábato analiza 15 años de metalurgia en la C. N. de E. Atómica. Informe especial de Jacques Taxi sobre el sistema ner-vioso. Rolando García hace un estudio critico sobre la universidad argentina.

Revista de ciencia y tecnología Diagonal Roque S. Peña 825 " - Of. 93 • Buenos Aires