CHINA de la revolución a la contrarrevolución

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    CHINA de la revolucin a la contrarrevolucin

    Revolucin proletaria y

    guerra campesina en China (1925-1949)

    Brbara Areal

    Y an as no deja de ser grato el hecho de que las balas de percal de laburguesa inglesa hayan trado en ocho aos al imperio ms antiguo e

    inconmovible del mundo a los umbrales de una revolucin social, revolucinque, en todo caso, tendr importantsimas consecuencias para la civilizacin.

    Carlos Marx1

    Podemos considerar justa la afirmacin de que la fase capitalista de desarrollode la economa nacional es inevitable para los pueblos atrasados que seencuentran en proceso de liberacin y entre los cuales ahora, despus de laguerra, se observa un movimiento en direccin al progreso? Nuestra respuestaha sido negativa. Si el proletariado revolucionario victorioso realiza entre estosueblos una propaganda sistemtica y los gobiernos soviticos les ayudan con

    todos los medios a su alcance, es errneo suponer que la fase capitalista dedesarrollo sea inevitable para los pueblos atrasados () Entre la burguesa delos pases explotadores y la de las colonias se ha producido ciertoacercamiento, debido a lo cual muy a menudo y quizs incluso en la mayorade los casos, la burguesa de los pases oprimidos, pese a prestar su apoyo alos movimientos nacionales, lucha al mismo tiempo de acuerdo con la

    burguesa imperialista, es decir, del lado de ella, contra todos los movimientosrevolucionarios y las clases revolucionarias.V. I. Lenin2

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    La historia moderna de China es la crnica de los incansables y continuosintentos de sus masas desposedas por transformar la sociedad. stassoportaron sobre sus espaldas una cruel combinacin de explotacin feudal yburguesa, perpetrada por una criminal asociacin entre su oligarqua nacional ylos diferentes poderes imperialistas. Las pginas ms temibles de la opresincolonial se escribieron con la sangre de millones de hombres, mujeres y nioschinos, pero de sus espantosas condiciones de vida brot una inagotable fuente

    de energa revolucionaria que les permiti levantarse una y otra vez paravolver a intentar cambiar su realidad.

    A pesar de las limitaciones del programa de quienes asumieron la direccindel movimiento revolucionario, incluyendo a Mao, las masas desposedasconsiguieron arrancar el poder, en la segunda mitad del siglo XX, a susenemigos de siempre: una triple alianza formada por el capitalismo extranjeroy la burguesa y los terratenientes chinos. Semejante epopeya revolucionariales ha otorgado el derecho a ocupar un lugar de honor en la historia de la luchapor la emancipacin de la humanidad al lado de los comuneros del Pars de1871 o el proletariado ruso de 1917. No slo acabaron con el capitalismo y losrestos feudales en el pas ms poblado del planeta, pocos aos despus, en laGuerra de Corea, asestaron la primera derrota militar a la potencia imperialistams poderosa que se ha conocido en la historia.

    Si el pronstico que Marx realiz en 1850 tard tiempo en cumplirse, nadiepuede cuestionar que la lucha de clases china ha sido un factor determinanteen la historia del siglo XX. Hoy, en el umbral de un nuevo siglo, a pesar de lavictoria inicial de la contrarrevolucin capitalista, no albergamos dudas de queproletariado chino, inmensamente ms numeroso y poderoso que en el pasado,retomar sus tradiciones revolucionarias cumpliendo con las palabras escritasen El Manifiesto Comunista: "la burguesa no ha forjado solamente las armasque deben darle muerte; ha producido tambin los hombres que empuarnesas armas: los obreros modernos, los proletarios"3.

    Al margen del indudable inters histrico y acadmico de los acontecimientosacaecidos en China desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX,China supone para los marxistas una inagotable escuela de estrategiarevolucionaria. La experiencia china es, por ejemplo, una contundente condena

    de aquellos que defienden para la revolucin venezolana que no se trasciendanlos lmites de la propiedad capitalista y la "democracia burguesa". Ayer y hoy,en China o en Amrica Latina, se presenta la misma encrucijada, unenfrentamiento irreconciliable entre capitalismo y socialismo. En China, al igualque en la actualidad en Venezuela, no haba un camino intermedio. Cuandoeste se intent recorrer la aventura acab en una cruel derrota. O las masas delos pases sometidos al yugo del imperialismo aplastan al capital, o elcapitalismo aplastar al pueblo revolucionario. Esa es una de las grandeslecciones que nos aporta la historia de la revolucin china. Los trabajadores,campesinos y pobres urbanos que levantan hoy la bandera de la revolucinbolivariana, han demostrado madurez ms que de sobra para transformar lasociedad en lneas socialista. Ahora, la responsabilidad recae sobre los hombrosde la direccin revolucionaria.

    I. El surgimiento del capitalismo en China

    Tradiciones revolucionarias milenarias

    En Occidente hemos sido educados en una visin imperialista de la historia deAsia. Qu joven y trabajador europeo o norteamericano, no tienen una imagenestereotipada del campesino chino, menudo, callado y servil, prcticamente

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    oculto tras un enorme y circular sombrero de paja? Sin embargo esa imagen,interesada y clasista, es engaosa.

    El carcter del pueblo chino est moldeado por las duras condiciones quesiempre soport. Si este pueblo consigui levantar una de las civilizaciones msduraderas y vastas que ha conocido la historia de la humanidad se debi, enuna parte decisiva, al trabajo sacrificado, paciente y colectivo que el campesinochino fue capaz de emprender y soportar. El avance hacia el norte y el oeste,

    que permiti adquirir al imperio unas dimensiones grandiosas, se logr graciasal empeo de los primeros pobladores, que ante unas condiciones naturalesadversas, avanzaron sobre desiertos, bosques y pantanos, permitiendo elflorecimiento de la agricultura.

    Las masas campesinas chinas forjaron su carcter en unas condiciones devida extremadamente difciles, haciendo de la frugalidad, la disciplina y lacolectividad del trabajo sus seas de identidad. Pero, no es menos cierto, queen ellas tambin naci, y desde bien temprano, un profundo e instintivosentimiento de odio contra los ricos y poderosos: "() un puebloverdaderamente grande que sabe no slo llorar su esclavitud secular, no slosoar con la libertad y la igualdad, sino tambin luchar contra los opresoresancestrales de China"4.

    Ya en los albores del siglo VII, campesinos de Shantung, Jopei y otras zonas,

    se levantaron contra sus muchas cargas y la crueldad de los funcionarioscorrompidos. A partir del ao 611 esos levantamientos crecieron hasta abarcara cientos de miles de habitantes en todo el pas, hundiendo finalmente elimperio Sui, en el ao 618.

    En el siglo XI, las tropas mongoles, lideradas por Genghis Khan, penetraronen China. Devastaron implacablemente las zonas ocupadas y exterminaron enmasa a muchos de sus habitantes, pero tambin se enfrentaron a lacombatividad del campesinado, que sostuvo contra el invasor prcticamente unsiglo de lucha sin cuartel. En 1341 estallaron rebeliones en ms de trescientosaldeas de las actuales provincias de Shantung y de Copei, y hacia mediados delsiglo XIV la revuelta comenz a extenderse por todo el pas. Entre los aos1335 y 1359, las fuerzas campesinas llamadas Ejrcito del Turbante Rojo,dirigidas por Liu Fu-tung y Jan Lin-er, barrieron el norte. El curso inferior del ro

    Yangts fue tomado por Chang Shi-chen y Fan Kuo-sen, dos marineros queconducan pequeos botes utilizados para el transporte de la sal. El primero,con 10.000 hombres bajo su mando, fue especialmente severo con los ricos. Enel curso medio del ro, el jefe del levantamiento fue un vendedor ambulante detelas, llamado S Shou-ju que en1358, con la ayuda de Chen Yu-liang, hijo deun pescador, ocup cinco provincias.

    Otra de las ms destacadas revueltas campesinas, se desarroll durante laprimera parte del siglo XVII en la provincia de Shensi. Azotadas por el hambre,las tropas all acantonadas, a quienes se les deban ms de treinta meses desueldo, se levantaron y saquearon la tesorera local. Este suceso, se convirtien ejemplo y provoc el estallido de rebeliones que se extendieron a buenaparte del pas. Dondequiera que llegaban los representantes de la rebelinrecababan el apoyo popular para ejecutar a aristcratas, altos oficiales y

    terratenientes, con el fin de repartir sus propiedades entre los pobres.Finalmente, y tras casi veinte aos de resistencia, la rebelin fue sofocada.

    La penetracin imperialista: opresin y modernidad

    Difcilmente podramos entender la dinmica de la revolucin china, sinconocer antes sus antecedentes histricos. stos marcaron profundamente laconciencia y determinaron el papel en la revolucin de todas sus clases. Noblesy terratenientes perpetuaron el sistema de explotacin feudal de la tierra

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    durante siglos, hasta el punto, que slo fueron definitivamente derrocados amediados del siglo XX. La burguesa nativa fue siempre escasa y dbil,dependiente desde su nacimiento de la tutela del imperialismo, lo que la situ,en los momentos decisivos, al lado de la contrarrevolucin. La gran masa decampesinos pobres, sojuzgada y explotada hasta lmites inhumanos, poseedorade una inagotable energa revolucionaria, constituy, en un pas de baseagraria, uno de los motores fundamentales de la revolucin. Y, por supuesto, el

    proletariado, poco numeroso pero forjado por las ms avanzadas tcnicas deproduccin capitalista introducidas por el imperialismo, desafi al sistemadesde los mismos inicios de su aparicin como clase.

    En los siglos que precedieron la historia contempornea china, los campesinospobres despojaron a los grandes terratenientes en varias ocasiones; sinembargo, invariablemente, fueron vencidos y las tierras volvieron aconcentrase nuevamente en pocas manos. El aislamiento en el que lossucesivos emperadores y dinastas sumergieron a China durante siglos, noimpidi levantamientos y rebeliones campesinas, pero s facilit la perpetuacindel rgimen imperial. El movimiento del campesinado pobre no careca deambiciones revolucionarias, pero por su papel en la produccin no fue capaz dedotarse de un programa poltico acabado para la transformacin social.Intentaron una y otra vez abordar la tarea de destruir el viejo rgimen, pero no

    disponan de una alternativa viable para construir un mundo nuevo.Mientras tras los muros milenarios y aparentemente impenetrables de la GranMuralla china, las relaciones de produccin y, por ende, el conjunto de lasociedad permaneca en un aparente impasse histrico, el resto del mundocambiaba profundamente. El joven capitalismo nacido en Europa desarrollabalas fuerzas productivas a una escala nunca antes conocida en la historia de lahumanidad. En las primeras dcadas del siglo XIX, el nuevo modo deproduccin alcanz tal grado de madurez que se vio obligado a buscar nuevosmercados para sus abundantes y competitivas manufacturas, as como nuevasfuentes de abastecimiento de materias primas. La consolidacin y expansindel capitalismo europeo supuso el principi del fin del sistema imperial.Apoyados en su superioridad econmica, los agentes del capital apostados enAsia, disponan de los instrumentos econmicos, polticos y militares necesarios

    para abrir las puertas de la Gran Muralla.Instintivamente, la corte china siempre mir con recelo y miedo a loscomerciantes europeos. Trat de mantenerlos a distancia a travs de laimposicin de estrictas limitaciones en su actividad econmica. Teman que elcomercio con las potencias extranjeras permitiera el desarrollo de loscomerciantes chinos, alimentando as un poder econmico y polticoindependiente de la aristocracia. Las razones de esta hostilidad fueronplanteadas por Marx: "La primera condicin para la conservacin de la Chinaantigua era el completo aislamiento. Pero al propiciar Inglaterra un fin violentoa este aislamiento, debi seguir la desintegracin, tan seguramente como la decualquier momia cuidadosamente preservada en un fretro hermticamentesellado cuando se la pone en contacto con el aire"5.

    Frente a todas las resistencias de la corte, mercancas como el t o la seda,

    se erigan como esmeraldas apetecibles a las que los comerciantes europeos nopensaban renunciar. La decisin en los centros del poder econmico de lasmetrpolis europeas estaba tomada: China se abrira al comercio.

    La penetracin del capitalismo jug un papel enormemente progresistaarrastrando a China a la modernidad, no es menos cierto que ello fue posible atravs de mtodos mafiosos y absolutamente crueles, basados en la rapiams despreciable. Los emisarios del capitalismo britnico encontraron en elopio el instrumento principal para su "misin civilizadora". Convirtieron estadroga en una mercanca ms, gracias a la cual pudieron acceder al resto de losproductos y materias primas de China sin tener que recurrir permanentemente

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    al pago en dinero. La corrupcin y degradacin social que este tipo de"transaccin comercial" trajo consigo, aliment el desarroll una gran mafiacontrabandista, dispuesta a superar cualquier barrera arancelaria o disposicinurdica. De casi 300 toneladas a principios del siglo XIX, la importacin de opio

    pas a aproximadamente 3.000 toneladas en 1838.En un intento de detener el crecimiento monstruoso del comercio y consumo

    de opio, fue enviado a Cantn a mediados 1839 en calidad de "comisario

    imperial" Lin Tse-hsu. Para hacer valer su autoridad, nada ms tomar posesindel cargo, requis 1.300 toneladas de opio que hizo quemar durante veinte dasconsecutivos entre manifestaciones populares de jbilo.

    Sin embargo, los comerciantes ingleses no estaban dispuestos a permitir quesu negocio fuera clausurado. Quedaron a la espera de algn incidente quepermitiese justificar el inicio de la guerra contra China, hasta que finalmente loencontraron. El capitn Elliot, que actuaba como representante directo de lareina Victoria de Inglaterra, dio refugio en la sede de los comerciantesbritnicos a un marinero ingls borracho que acababa de asesinar a unvendedor ambulante chino y se neg a entregarlo a las autoridades nativas. Elsiguiente paso de los britnicos fue su traslado a la isla de Honk Kong, ante laexpectativa de un conflicto armado. En otoo comenzaron las hostilidades y, enel verano de 1840, la marina inglesa atac las costas chinas, si bien no

    consiguieron ocupar Cantn gracias a la defensa de la ciudad organizada porLin. La corte imperial, sin embargo, no se senta lo suficientemente fuerte ypropuso un acuerdo a los imperialistas a la vez que licenciaba al heroico Lin,que morira en el exilio.

    Los ingleses, al contrario que la pusilnime aristocracia china, no seconformaron con una compensacin por la destruccin del opio. Apostaron poruna victoria militar incontestable que obligase a las autoridades nativas aconcesiones mayores destinadas a permitir su definitiva conquista econmica.La desigualdad de los contendientes trascenda el mero terreno militar. Setrataba del enfrentamiento entre los representantes de dos modelos desociedad diferentes. El bando imperial estaba encabezado por una clase queasista a la decadencia histrica de su modo de produccin. La bancarrota socialy econmica de su sistema suma a sus defensores en un sentimiento de

    derrota y pesimismo hacia el futuro. Por el contrario, al frente de las fuerzasimperialistas se encontraba una clase en ascenso, capaz de desarrollar lasfuerzas productivas, destinada a controlar el mundo entero.

    En los dos aos siguientes los britnicos ocuparon Shangai, Ningp y lascercanas de Amoy. Finalmente, el 29 de agosto de 1842, la corte firm eltratado de Nankn, el primero de muchos acuerdos en los que se otorgaraninmensas concesiones a los imperialistas. El tratado permiti la apertura alcomercio internacional de los puertos de Cantn, Amoy, Fuchow, Ningp yShangai, la cesin de la isla de Hong Kong a los britnicos y el pago de unaindemnizacin multimillonaria por el opio confiscado. Adems, los ciudadanosbritnicos responsables de delitos ante la justicia china solo podran seruzgados por autoridades consulares.Este tratado cre las condiciones para que el capital extranjero se convirtiese

    en el elemento decisivo de la economa china, gracias a su dominio sobre lasciudades portuarias y la limitacin del uso de aranceles para la proteccin deproductos nativos. Las consecuencias tambin se dejaron sentir en lasambiciones manifestadas por otras potencias, dispuestas a luchar por suporcin en el saqueo. Dos aos despus del tratado de Nankn, sin necesidadde combatir y con la sola amenaza a la dinasta manch, Francia y EEUUconsiguieron los mismos privilegios que Gran Bretaa. China se haba"integrado" en el mercado mundial.

    El final de una poca: la revuelta Taiping6

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    La ltima gran revuelta campesina del siglo XIX, la revolucin Taiping, unaoleada de levantamientos que sacudi China durante veinte aos a partir de1850, tuvo una enorme trascendencia no slo por su profundidad y extensin,sino porque amenaz directamente al dominio colonial. El nuevo papel que lehaba sido impuesto a China se convirti dialcticamente en causa de larebelin, demostrando cmo la irrupcin de las potencias capitalistas lejos de

    acarrear estabilidad, agudiz las contradicciones de la sociedad provocando unmayor sufrimiento a las masas. De hecho, fue la penetracin imperialista en lasltimas dcadas del siglo XIX, la que gest las condiciones objetivas quehicieron del siglo XX chino una poca revolucionaria de difcil parangnhistrico.

    Volviendo a 1850, la sangra financiera provocada por las indemnizaciones deguerra, recay sobre las espaldas de los campesinos y artesanos. Elresentimiento del pueblo contra la dinasta Ching se aliment tanto de losdesorbitados impuestos, como de la actitud cobarde y sumisa de la corte antelos agresores extranjeros. La chispa que hizo brotar la revuelta fue ellevantamiento de la aldea de Chintien, situada en el suroeste. Su dirigente fueel revolucionario e intelectual Hung Hsiu-chuang. No era la primera vez que unintelectual se pona a la cabeza de las revueltas populares, aunque en esta

    ocasin la novedad estribaba en las ideas propuestas por Hung, de clarainfluencia occidente. En un discurso teido de cristianismo, Hung llamaba a lahermandad, la justicia y la igualdad y as, en 1851 en una aldea cerca deKuangtung, proclam el "Celeste Reino de la Gran Paz", traduccin de TaipingTien-kuo. Hung consigui aglutinar decenas de miles de campesinos dispuestosa combatir, gracias a que sus objetivos, a pesar de toda su parafernalia msticay religiosa, eran extremadamente tangibles para los oprimidos: proclam en sureino una ley agraria contra los terratenientes, incluyendo la confiscacin de lastierras de los ricos propietarios y la garanta para cada cultivador de unaparcela de tierra suficiente para vivir. El rgimen Taiping lleg a abarcar uncentenar de millones de personas, reuniendo un ejrcito de un milln dehombres. Las tropas de la corte imperial eran demasiado dbiles para luchacontra el entusiasmo revolucionario de los taiping.

    En un primer momento, los occidentales vieron la revuelta Taiping consimpata, sopesando la posibilidad de convertirlo en un vehculo paracristianizar China, pero rpidamente comprendieron que, dada su base social yobjetivos, este rgimen acabara rechazando la dominacin extranjera. Lainicial neutralidad de los imperialistas se transform en una clara intervencinmilitar a favor de la dinasta, a la que aprovisionaron con armamento moderno.La represin fue inmisericorde, decenas de miles de muertos y la destruccinde numerosas obras hidrulicas para el cultivo. Incluso despus de larevolucin de 1949, se poda reconocer las aldeas reprimidas en esta poca porsu escasa poblacin y miseria.

    Aunque de una forma extremadamente amarga, de esta derrota sedesprendi una valiosa conclusin para el futuro: en su lucha por laemancipacin, el campesinado pobre chino no encontrara en las filas del

    capital extranjero ningn aliado, sino un cruel verdugo. Esta conclusin serigualmente vlida, pero en sentido inverso, para los chinos ricos aristcratas,terratenientes, comerciantes y futuros burgueses. A pesar de las disputasque pudieran mantener con sus "jefes" extranjeros, siempre actuaran unidos aellos ante la amenaza de un movimiento que desafiara su derecho de explotaral pueblo chino.

    Nuevas potencias imperialistas se suman al saqueo

    A pesar del aplastamiento del movimiento Taiping, el desmoronamiento del

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    rgimen imperial segua su curso. El poder central era dbil y se resquebrajaba,alimentando tendencias centrfugas. Por un lado, un sector de la lite chinams prospera se convirti en la agencia local de los imperialistas extranjeros:eran los llamados "compradores" de los blancos. Por otro, comerciantesextranjeros empezaban a detentar facultades anteriormente exclusivas de lasautoridades estatales chinas: reclutaron milicias locales y comenzaron acontrolar las aduanas. A todo ello, haba que sumar el fortalecimiento de una

    vieja y conocida figura de la sociedad china: los seores de la guerra. Grandespropietarios rurales se haban transformado en prepotentes militaristas almando de ejrcitos privados, que vivan a caballo entre la sublevacin contra elpoder central, con quin no queran compartir impuestos ni ninguna clase deriqueza arrancada al pueblo y, la necesidad de reprimir centralizadamente lasgigantescas revueltas campesinas, que ponan en cuestin tanto las prebendasdel poder central como las suyas propias.

    La debilidad de la corte imperial estimulaba a su vez el avance de los poderesimperialistas. stos ltimos provocaron una nueva guerra por sucesosabsolutamente secundarios como el tratamiento recibido por la banderabritnica o el destino de un misionero francs. Fuerzas anglo-francesasocuparon Cantn en 1857 y el puerto de Taku en 1858. Impusieron a ladinasta manch los tratados de Tientsn, que prevean la apertura de otros dos

    puertos y todo el valle de Yangts al comercio, el derecho de las potenciasextranjeras a enviar naves de guerra a los puertos chinos, de los particularesextranjeros a viajar por todo el pas y el de los misioneros a desarrollar tareasde evangelizacin. Tambin Rusia y EEUU obtuvieron tratados beneficiosos.

    Japn se auto invit al festn, usando mtodos similares. Los expansionistasaponeses penetraron militarmente en Corea, en aquel entonces protectorado

    chino. El 1 de agosto de 1894 estall la guerra, que tuvo previsibles y ruinososresultados para China. El siguiente paso fue la invasin japonesa de Manchuria,que desorganizara la marina china. Finalmente, China sufri la imposicin deun nuevo tratado que sancion el protectorado japons de Corea, la aperturade nuevos puertos a Japn, la cesin de la isla de Formosa y el pago deindemnizaciones equivalente a dos aos de ingresos fiscales.

    El cuerpo vivo de la precaria nacin china se convirti en el botn de la rapia

    imperialista: rusos, franceses, britnicos, japoneses, estadounidenses yalemanes se disputaban las riquezas del pas y sojuzgaban al pueblo chino conabsoluta impunidad. Esta situacin anim a capitalistas extranjeros a realizarnuevas inversiones, aprovechando el bajo precio de la mano de obra y lasmaterias primas, as como la cobertura econmica y jurdica que les garantizanlas bases imperialistas que sus compatriotas haban establecido. Lapusilanimidad y docilidad del rgimen oficial chino hizo que las potenciasextranjeras optaran por l frente a las diferentes fuerzas rebeldes. La clasedirigente nativa, aterrorizada todava por el recuerdo de la sublevacin de losTaiping, prefiri aceptar la presencia de las potencias extranjeras que, aunquela situaba en una posicin de humillacin, garantizaba a la vez sus propiedadeslatifundistas.

    Un capitalismo dbil y dependiente

    No podemos perder de vista el hecho clave de que China se integr en elmercado mundial como colonia de las grandes potencias imperialistas. Esteaspecto marc decisivamente las caractersticas fundamentales y lasperspectivas del capitalismo chino. Su desarrollo no fue el producto de unascondiciones econmicas y sociales locales ya maduras para la transformacinde la sociedad. Por el contrario, el modo de produccin capitalista se fragu enChina de la mano del capital extranjero, no de una ascendente burguesanacional capaz de obtener su poder poltico de su posicin clave en la

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    economa. Como resultado, las diferentes clases poseedoras chinas, feudales oburguesas, estaran condenadas a una dependencia y subordinacin absolutasrespecto a las potencias imperialistas.

    Los representantes del capital extranjero haban asumido el papelpreponderante en todos los aspectos de la vida social china, gracias al controlde los sectores decisivos de la economa, tanto en los ms avanzados de laproduccin (industria, ferrocarriles, minera, textil) como en el comercio. De

    este modo se imposibilit el nacimiento de una burguesa autctonaemprendedora e independiente, dando lugar a una clase incapacitada,prcticamente desde su nacimiento, para dirigir la sociedad. En su mayora, loscapitalistas chinos estaban condenados a ser "compradores", y por tantoobedientes subordinados de las empresas extranjeras. Aunque de su senonaceran demcratas revolucionarios como Sun Yat-sen, su debilidad ydependencia econmica la condenaran a ser mera intermediaria en la opresinejercida por el capital extranjero sobre las masas pobres de su pas.

    Los grandes terratenientes no tuvieron nada que temer, ya que lasamenazantes tradiciones revolucionarias del campesinado chino, combinadascon la debilidad del capitalismo nacional, hicieron que ni los capitalistasextranjeros ni la burguesa local tuvieran la ms mnima intencin demodernizar el campo y llevar a cabo la liquidacin de la propiedad territorial de

    los grandes seores feudales. As, los mtodos de explotacin feudalpervivieron en el campo conviviendo con el desarrollo de la explotacincapitalista en las ciudades.

    Esta dinmica se vio fortalecida por el fracaso estrepitoso de los diferentesintentos de reforma poltica. Inevitablemente, la decadencia y miseria en la queviva el pas anim a una parte de los sectores acomodados, provenientes en sumayora de las capas ilustradas, a intentar aplicar toda una serie de reformasdestinadas a modernizar China. Pero las reformas se enfrentaron a dificultadesque no podan superarse gracias a la voluntad y las buenas intenciones. Losreformistas carecieron tanto del poder econmico como de la valentarevolucionaria necesarios para llevar a la prctica sus ideas de progreso.

    Kang Yu-wei, un cantons ilustrado, se convirti en uno de los primerosexponentes de estos sectores. Sus ambiciones de modernidad influenciaron en

    el emperador Kuang Hsu, consiguiendo que en 1898 se dictaran 40 edictos decorte reformista con el objetivo de garantizar, entre otras cuestiones, laequidad en los exmenes para el acceso al funcionariado estatal, laoccidentalizacin de la educacin, la renovacin del ejrcito o elestablecimiento de una banca central. Pero detrs de este programa no seencontraba una fuerza revolucionaria burguesa como en la Francia del sigloXVIII, ni tampoco las masas oprimidas, a la cuales los reformistas chinosteman y evitaban. El proyecto, que no lleg nunca mucho ms all del papel,finaliz drsticamente con el golpe palaciego de la "emperatriz viuda" Tzu-hsi,quien hizo que todo volviera a la vieja normalidad.

    Sin embargo, esta realidad era tan slo una cara de la moneda. El atraso delcapitalismo chino adems de imprimir un determinado carcter poltico a suclase dirigente, tambin determin la fisonoma de su joven proletariado.

    Trotsky desarroll esta idea en uno de sus discursos a los jvenes estudiantesde la Universidad Comunista de los Trabajadores de Oriente: "(...) A primeravista parece haber una contradiccin histrica en el hecho de que Marx hayanacido en Alemania, el ms atrasado de los grandes pases europeos durante laprimera mitad del siglo XIX, exceptuando desde luego, a Rusia. Por qu, en elsiglo XIX y a principios del siglo XX, Alemania produjo a Marx y Rusia a Lenin?Esto parece ser una anomala evidente! Pero es una anomala que se explicamediante la llamada dialctica del desarrollo histrico. Con la maquinaria y lostextiles ingleses, la historia proporcion el factor de progreso msrevolucionario. Pero esta maquinaria y estos textiles sufrieron un lento proceso

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    de desarrollo en Inglaterra, y, en su conjunto, la mente y la conciencia delhombre son sumamente conservadoras.

    "() Pero cuando las fuerzas productivas de las metrpolis, de un pas decapitalismo clsico, como Inglaterra, tienen acceso a pases ms atrasados,como Alemania en la primera mitad del siglo XIX y XX, y hoy en da en Asia;cuando los factores econmicos explotan de un modo revolucionario,rompiendo el orden antiguo; cuando el desarrollo deja de ser gradual y

    "orgnico" y toma la forma de terribles convulsiones y cambios radicales en lasconcepciones sociales anteriores, entonces es ms fcil que el pensamientocrtico encuentre una expresin revolucionaria, siempre y cuando existanpreviamente los requisitos tericos necesarios en el pas de que se trate.

    "Por eso Marx apareci en Alemania en la primera mitad del siglo XIX; por esoLenin apareci aqu en Rusia y por eso observamos lo que a primera vistaparece una paradoja, que el pas con el capitalismo ms antiguo, msdesarrollado y prspero de Europa me refiero a Inglaterra es la cuna delpartido "laborista" ms conservador.

    "En los pases orientales, el progreso del capitalismo no es ni gradual, nilento, ni de ninguna manera "evolutivo", sino drstico y catastrfico,frecuentemente mucho ms catastrfico que aqu en la antigua Rusia zarista"7.

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    Notas

    1. Artculo publicado en la Neue Rheinische Zeitung en febrero de 1850; incluido en China, fsil viviente otransmisor revolucionario? editado por UNAM, Mxico 1975, pginas 48 y 49.

    2. Informe de la comisin para los problemas nacional y colonial en el II Congreso de la Internacional Comunista,26 de julio de 1920. Recogido en la recopilacin de artculos El despertar de Asia, Editorial Progreso Mosc,1979, pgina 70.

    3. Carlos Marx y Federico Engels, El Manifiesto Comunista, escrito en 1847. Editorial Fundacin Federico Engels,Madrid, 1997, pgina 45.

    4. Lenin, La democracia y el populismo en China, escrito en junio de 1912, recogido en El despertar de Asia,Editorial Progreso Mosc, 1979, pginas 15 y

    5. Marx, La revolucin en China y en Europa, escrito en junio de 1853, incluido en China, fsil viviente otransmisor revolucionario?, pgina 54.

    6. Los hechos histricos reseados en este trabajo han sido obtenidos de diferentes fuentes bibliogrficas que sesealan al final del mismo. Entre ellas cabe destacar el extenso y prolijo libro de Enrica Colloti Pischel, Larevolucin china, Ediciones ERA, Mxico DF 1976, con su abundante documentacin. Hay que sealar, noobstante, que las conclusiones polticas de este texto y las mantenidas por Colloti difieren en aspectossustanciales.

    7. Trotsky, Perspectivas y tareas en el lejano Oriente, Discurso pronunciado el 21 de abril de 1924 con ocasin deltercer aniversario de la Universidad Comunista de los Trabajadores de Oriente, incluido en La segundarevolucin china, Editorial Pluma, Bogot 1976, pginas 12, 13 y 14.

    Revolucin proletaria

    y guerra campesina en China (1925-1949)

    Brbara Areal

    II. La cada del Imperio y la revolucin nacional democrtica

    Rebelin boxer: estalla la lucha antiimperialista

    Tan explosiva era la situacin creada por la convivencia de la vieja opresin feudal y la

    nueva explotacin capitalista, que las masas chinas, ahora tambin impregnadas de unprofundo sentimiento antiimperialista, presentaron batalla a pesar de carecer de unadireccin por parte de su burguesa. El siglo XX nacer marcado por el despertar delconjunto de Asia. En Persia, Turqua o la India, millones de seres humanos fueronsacudidos por el saqueo colonial y lanzados a la insurreccin. Una vez ms, la viejaburguesa europea tuvo la oportunidad de demostrar su carcter reaccionario, situndoseen las barricadas del atraso, el oscurantismo y la opresin feudal.

    Este proceso de rebelda de dimensiones continentales fue protagonizado en China porun levantamiento campesino y antiimperialista surgido en 1900, y que trascendi enOccidente con el nombre de lospugilistas o boxer, calificativo que proceda de unaincorrecta traduccin del trmino chino I-Ho-Tuang, nombre de la sociedad que lider ellevantamiento. Su correcta traduccin al castellano es una verdadera declaracin deintenciones: El puo de justicia y la concordia.

    El surgimiento de esta rebelin reflejaba todo el odio y el resentimiento de las masaschinas hacia la burguesa imperialista. Las misiones religiosas extranjeras, escondidastras la coartada de una actividad civilizadora y evangelizadora desinteresada, eran enrealidad instrumentos de dominacin cultural, judicial y econmica de las potenciasimperialistas. Pisoteaban sin miramientos los derechos, costumbres y sentimientos delpueblo chino, se apropiaban de la tierra de los campesinos y establecan sus propiostribunales de justicia en las iglesias, interfiriendo en la jurisdiccin china. No es deextraar que el poderoso movimiento antiimperialista de los I-Ho-Tuang empezase comouna revuelta contra los misioneros extranjeros.

    Los imperialistas intentaron ocultar el significado progresista del movimiento, al que

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    calumniaban describindolo como un estallido alimentado por el atraso y un ciego odiohacia todo lo extranjero, particularmente hacia la civilizacin europea.

    En aquellos aos slo algunos marxistas interpretaron correctamente aquellosacontecimientos. Lenin respondi enrgicamente a las mentiras de la propagandaimperialista desde un punto de vista clasista: "S! Es verdad que los chinos odian a loseuropeos pero a qu europeos odian y por qu? Los chinos no odian al pueblo europeo,ams han tenido disputa alguna con l. Odian a los capitalistas europeos y a los

    gobiernos que obedecen a los capitalistas. Cmo pueden los chinos evitar odiar aaquellos que vinieron a China con el nico propsito de obtener provecho; que hanutilizado su cacareada civilizacin con los nicos fines del engao, el saqueo y laviolencia; que han desatado la guerra contra China con el objeto de comerciar con el opiopara envenenar al pueblo; y a aquellos que hipcritamente realizan su poltica de saqueobajo el disfraz de la difusin del cristianismo?"8.

    Este certero anlisis nos permite entender la rpida extensin del movimiento. En todaspartes su llamada a combatir la agresin extranjera encontraba una rpida y calurosarespuesta entre las masas. En mayo y junio de 1900, tres importantes zonas, Jopei,Paoting y Tientsn, cayeron en poder de la I-Ho-Tuang. El movimiento de agitacin lleghasta los suburbios de la capital, Pekn, amenazando el poder poltico de la oligarquadominante.

    La corte empez a sentir terror ante la dimensin alcanzada por la rebelin e intent

    una maniobra de alianza con el movimiento I-Ho-Tuang, con el propsito de controlarloen beneficio de sus intereses particulares. Creyeron que su carcter antiimperialistaservira de contrapeso frente a las insoportables presiones ejercidas por las potenciasextranjeras y que podran mellar su filo revolucionario y antidinstico. La monarquapretendi cambiar el lema original del movimiento, "contra la dinasta, expulsad a losextranjeros", por "viva la dinasta, expulsad a los extranjeros".

    Las potencias extranjeras, preocupadas ante el nuevo panorama, comenzaron areforzar su presencia militar naval y terrestre. Tras su propio lema, "el hombre blancofrente a la barbarie", desembarcaron una fuerza de 20.000 hombres que se dirigi aPekn. La agresin extranjera y la fuerte presin ejercida por los I-Ho-Tuang, obligaron algobierno de la dinasta Ching a declarar la guerra a los imperialistas. Pero a la vez que lohacan, pedan servilmente perdn: "No es que la corte estuviera mal dispuesta paraordenar la eliminacin de estos rebeldes escribi el gobierno a las legaciones

    extranjeras pero se hallaban muy cerca y temamos que de haber actuadoprecipitadamente al respecto, las legaciones no hubieran contado con la proteccinadecuada y que, por ende, se hubieran originado mayores desgracias (...) Esperamosque los pases extranjeros comprendern"9. Interesante confesin, que demostraba cmopor encima de las contradicciones entre los imperialistas y la dinasta Ching, estaba suunidad frente a los explotados. El sector de los supuestos reformistas burgueses llegincluso ms lejos, pidiendo una accin militar conjunta con las fuerzas extranjeras parasofocar la revuelta.

    El 14 de agosto, un cuerpo punitivo unificado de potencias extranjeras encabezado porel general alemn Waldersee, entr en Pekn y la saque salvajemente, convirtiendo estaantigua y hermosa ciudad en un infierno de asesinato, robo, incendios y violaciones.Tropas de nacionalidad alemana, japonesa, inglesa, estadounidense y rusa, repitieronesta criminal actuacin en varias ciudades. Una vez ms, la corte imperial inici

    negociaciones de rendicin y si stas duraron casi un ao, no fue por la capacidad deltrono chino para dilatar el proceso, sino por los desacuerdos entre los ladronesimperialistas en el reparto del botn. Finalmente se firm el llamado "Protocolo de 1901"que incluy una indemnizacin de 450 millones de tales (333 millones de dlares). Paragarantizar dicho pago, las potencias asumieron el control de las aduanas chinas eimpuestos tan importantes como el de la sal. De esta forma, la clase dirigente chinaperdera una fuente fundamental de ingresos, lo que a su vez propici una explotacinan ms inmisericorde del campesinado chino por parte de la oligarqua nativa.

    Nace el movimiento democrtico burgus

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    El abismo social cada vez ms profundo en el que se sumerga la sociedad despert lasensibilidad poltica de un sector de jvenes hijos de familias ms o menos acomodadas.En su mayora intelectuales, soaban con una patria fuerte y moderna, de la que sentirseorgullosos. Algunos tuvieron adems la oportunidad de viajar a Europa y EEUU, dondequedaron profundamente impresionados por el grado de desarrollo social y econmicoalcanzado, convirtiendo estos pases en el espejo al que deba mirar China.

    Entre todos ellos brillar con luz propia Sun Yat-sen. Nacido en 1866, se cri en unafamilia campesina que detestaba los privilegios de la burocracia imperial y despreciaba alos dirigentes que haban llevado al pas a una postracin absoluta frente al imperialismo.Obligado a emigrar, entr en contacto con el desarrollo de la tcnica y la cienciaoccidental, por la cual sentir autntica admiracin, considerndola el instrumento mseficaz para liberar a China de su atraso secular. Su aspiracin era convertir al gigantechino en una nacin moderna y una avanzada democracia. En torno a estas ideas y a sufigura se estableci un primer crculo de intelectuales y jvenes nacionalistas.

    El programa poltico de Sun fue tomando una forma cada vez ms definida. En 1904escribi: "El poder manch es como un edificio que se desmorona. Su estructura estcompletamente podrida. Ninguna fuerza exterior podr impedir su cada"10. En julio de1905, en una conferencia celebrada en Tokio bajo el liderazgo de Sun, se fusionaron losprincipales grupos contrarios a la dinasta manch, bajo el nombre de Tung Meng Jui

    cuya traduccin es Liga Revolucionaria, y lanzaron el famoso manifiesto de los tresprincipios del pueblo: independencia, soberana y bienestar. Desde su perspectiva, lastareas de la revolucin china seran restaurar el Estado nacional, confiando el gobiernosolo a chinos, crear instituciones republicanas con derechos democrticos para todos losciudadanos y mejorar el reparto de la riqueza. En definitiva, un programa democrticoburgus de carcter republicano, sin olvidar y destacar que sus autores explicaban quedicho programa solo podra ser aplicado a travs de una revolucin violenta.

    En su declaracin poltica, los nacionalistas burgueses no dejaban de hacer llamadas ala "revolucin popular", incitando a las masas a levantarse para derrocar el gobiernoChing y establecer un "Estado nacional independiente", un "Estado popular democrtico".Estas consignas conectaron no slo con sectores de la burguesa, especialmente losvenes acomodados y los intelectuales, tambin se convirtieron en un referente polticopara amplias masas populares.

    La monarqua percibi claramente el peligro que implicaba este discurso, que conectabacon el ambiente insurreccional que exista en la sociedad. Los efectos catastrficos de lassanciones derivadas de la derrota en la ltima guerra haban provocado 45 alzamientospopulares en 1903, 90 en 1904, 85 en 1905 y muchos ms en los aos siguientes.

    Las masas derrocan al emperador

    Conocedora del peligro que le acechaba, la dinasta intent una maniobra desesperada.Anunci su propia transformacin en un rgimen constitucional, pero este cambiocosmtico no detuvo el ascenso revolucionario. Una vez comprobada la inutilidad de latreta, la corte imperial opt por volver a una lnea abiertamente reaccionaria. Suaislamiento social aument su dependencia del imperialismo, al que necesitaba contentarpor cualquier medio. Otorg concesiones ferroviarias en toda China a grupos financierosingleses, norteamericanos y japoneses entre otros. Esta maniobra aadi mscombustible incendiario: la nueva humillacin ante los extranjeros desat una ola deprotestas en torno a la campaa en "defensa de los derechos ferroviarios".

    El ambiente social se sigui caldeando. En 1906 hubo 160 revueltas populares, llegandoa 284 en 1910. Si bien la principal fuerza de masas de estos levantamientos fue elcampesinado, tambin los obreros y pequeos comerciantes jugaron un papel destacado.La desautorizacin del aparato estatal de la monarqua aumentaba da a da. Hubo unanegativa popular a pagar impuestos, asaltos a los depsitos de cereales, intentos deexpulsin en las diferentes localidades de los misioneros y destruccin de fbricas y

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    Una revolucin que no cambia nada

    El emperador haba sido derrocado, pero que haba cambiado ms all de los muros dela corte? Si al mando seguan los de siempre, cmo se poda esperar una poltica porparte del nuevo gobierno sustancialmente diferente a la del anterior? Al igual que el

    nuevo presidente, los fieles del antiguo rgimen se desembarazaron con pasmosafacilidad de su anticuado uniforme monrquico, para pasear con ostentacin y orgulloante las masas su nueva chaqueta republicana. Ellos, a diferencia de quienes seagrupaban en torno al programa democrtico burgus de Sun, entendan que elemperador era, en ltima instancia, un factor secundario. Se poda renunciar a l,mientras lo fundamental, es decir, las palancas econmicas y polticas del pas, siguieranen las mismas manos. En resumen, ayer monrquico y hoy republicano pero, siempre,un privilegiado.

    Esta aparente contradiccin entre la procedencia social de un individuo y su actitudfavorable ante el nuevo gobierno republicano, se poda trasladar, aunque en sentidocontrario, a las masas chinas. El odio del pueblo a la dinasta era el reflejo de su rechazoa siglos de explotacin y opresin. Su entusiasmo republicano representaba la expresinde su aspiracin a una vida digna, a una sociedad ms libre, justa e igualitaria. Elproblema se planteara, con toda su crudeza, cuando la nueva repblica burguesademostrara su incapacidad para satisfacer ninguna de estas aspiraciones.

    La eleccin de un parlamento, una de las mayores conquistas que el nuevo rgimenrepublicano deba traer, pronto se vio frustrada. En primer lugar por los requisitosnecesarios para votar: ms de 21 aos cumplidos, habitar no menos de dos aos en lacircunscripcin electoral dada, pagar impuestos directos y poseer bienes por encima deun valor determinado. Adems, no haba posibilidad de eleccin directa: loscompromisarios electos finalmente seran los que elegiran al presidente. En palabras deLenin: "Tal derecho electoral indica ya la alianza del campesinado acomodado y laburguesa, con la ausencia o la impotencia absoluta del proletariado"11.

    Con el objetivo de participar en el nuevo parlamento, la Liga Revolucionaria setransform en un nuevo partido: el Kuomintang, fundado en 1912. La direccin del nuevopartido nacionalista y la candidatura a las elecciones, sin embargo, no recay sobre SunYat-sen, sino sobre un joven educado en las universidades norteamericanas, Sun Chiao-en, situado polticamente a la derecha de los fundadores de la Liga Revolucionaria.Finalmente, el Kuomintang obtuvo la mayora en las elecciones restringidas de febrero de1913, pero, cuando su candidato se diriga a Pekn para presentar su candidatura a lapresidencia, fue asesinado por los sicarios de Yuan Shih-kai.

    Mientras que cualquier atisbo de participacin democrtica era aplastado, los seoresde la guerra, siniestro legado de la monarqua, lejos de debilitarse se fortalecieron frenteal poder central, convirtindose a su vez en instrumentos cada vez ms perfeccionados alservicio de las diferentes potencias imperialistas. La China encabezada por Yuan estuvoen manos de los gobernadores militares de cada una de las provincias, que cultivaronrelaciones directas con los notables de sus zonas y los capitalistas extranjeros. Losejrcitos de estos militaristas crecieron gracias al reclutamiento de campesinosdesesperados, convertidos en mercenarios dedicados a la rapia contra la poblacinrural. Mientras, en las filas del ejrcito chino cundira la desmoralizacin por la falta de

    paga y vestimenta a resultas de unas arcas estatales vacas.El fortalecimiento de los seores de la guerra dificult a su vez la formacin y desarrollo

    de una burguesa nacional fuerte. Por una parte, los recursos extrados de la explotacindel campo quedaron retenidos en sus manos, imposibilitando su reinversin en laindustria. Por otra, la dbil industria nacional, que a duras penas haca circular susmercancas por la inexistente capacidad de compra de las masas rurales, debi soportarel pago de los impuestos y tributos que cada seor de la guerra impona en "sus"fronteras, sin olvidar la competencia en condiciones de franca inferioridad con lasmercancas producidas por las potencias imperialistas.

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    El balance de las conquistas del rgimen republicano no poda ser ms desolador.Ninguna de las tareas fundamentales de la revolucin democrtico burguesa fue llevada ala prctica con xito. La independencia nacional no slo segua en entredicho debido aque el dominio de los imperialistas permaneci intacto, sino que la propia existencia deChina como unidad nacional se desvaneca por la actuacin cada vez ms desafiante delos seores de la guerra. Cualquier aspiracin de instaurar un sistema deparlamentarismo burgus a imagen y semejanza de Occidente, fue cortada de raz con el

    asesinato del candidato ms votado en el primera convocatoria electoral. La reformaagraria qued totalmente descartada, as lo garantizaron tanto el nuevo presidente, YuanShih-kai, y sus sucesores en el gobierno central, como los seores de la guerra en lasdiferentes regiones, en ambos casos directos beneficiarios de los expolios cometidos porlos terratenientes. Para concluir, no se crearon condiciones econmicas favorables para eldesarrollo de una fuerte burguesa nacional.

    La revolucin de 1911 demostr que las contradicciones irresolubles de la sociedadChina haban preparado el terreno para una transformacin profunda. Sin embargo, nohubo una clase capaz de dirigir la sociedad a un estadio de mayor progreso y desarrollo.La burguesa china, a pesar de su juventud, haba surgido tarde en la escena de lahistoria. Le haba tocado nacer en el perodo de decadencia imperialista del capitalismo,lo cual la despojaba de su capacidad revolucionaria. La direccin de la transformacinsocial debera ser asumida por otra clase. El proletariado ruso se encarg de probar slo

    seis aos despus que, incluso en los pases atrasados donde el capitalismo todava nohaba alcanzado su pleno apogeo, era la nica clase que al frente del conjunto de losoprimidos, y especialmente del campesinado pobre, poda liderar estos cambiosrevolucionarios.

    Aunque en el momento de la cada de la monarqua el proletariado chino estabaempezando a nacer y se encontraba polticamente hurfano de direccin, ya apuntaba unporvenir prometedor: las inversiones del capital extranjero y el contexto de la lucha declases internacional, lo hicieron crecer en nmero y en capacidad revolucionaria.

    Notas

    8. Lenin, La guerra china, publicado en Iskra en diciembre de 1900. Cita recogida en el libro publicado en Internet Brevehistoria de la China contempornea, Editorial Anagrama, Buenos Aires, 1972.

    9. Cita recogida del libro publicado en Internet Breve historia de la China contempornea, Editorial Anagrama, BuenosAires, 1972

    10. Ibd.

    11. Lenin, La China renovada, escrito en noviembre 1912 (en El despertar de Asia, pgina 25

    Revolucin proletaria

    y guerra campesina en China (1925-1949)

    Brbara Areal

    III. La semilla del comunismo germina en China

    China y la Primera Guerra Mundial

    En las ltimas dcadas del siglo XIX, el desarrollo alcanzado por el capitalismo habaempujado a la burguesa de los pases europeos ms desarrollados a la conquista denuevos mercados y proveedores de materias primas en el mundo. Pero el planeta parecano ser lo suficientemente grande para satisfacer su voracidad. El capitalismo alemn, quepor su desarrollo tardo haba llegado con retraso al "reparto" de las colonias, no seconformaba con un papel de segunda fila. Otro tanto poda decirse de Japn. Las

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    contradicciones entre las grandes potencias alcanzaron tal grado de tensin quedesembocaron en un conflicto armado a escala mundial: en 1914 estall la PrimeraGuerra Mundial.

    Durante la primera etapa de la guerra se desencaden una potente ola de chovinismoante la que cedi vergonzosamente la direccin de la Segunda Internacional. Situndoseal lado de los intereses de cada una de sus burguesas nacionales, los dirigentessocialdemcratas asumieron una responsabilidad criminal, justificando la matanza entre

    hermanos de clase. Slo un pequeo puado de revolucionarios resisti. Comprendieronno slo el carcter imperialista de la guerra, tambin previeron que los desfiles jubilososen defensa de la patria seran sucedidos por el despertar revolucionario de la clase obrera.

    Dentro de este reducido grupo destacaron inquebrantables revolucionarios como Lenin,Trotsky y Rosa Luxemburgo. Esta ltima escribi numerosos textos contra la matanzaimperialista, en los que la profundidad terica no estaba reida con el apasionamiento:"Cubierta de vergenza, deshonrada, chapoteando en sangre, nadando en cieno: as seencuentra la sociedad burguesa, as es ella () como peste para la cultura y lahumanidad: as se muestra en su verdadera figura al desnudo () La guerra mundial hatransformado las condiciones de nuestra lucha y, sobre todo a nosotros mismos. No setrata de que las leyes fundamentales del desarrollo capitalista o de la guerra a muerteentre el capital y el trabajo hayan sufrido una desviacin o apaciguamiento () Pero elritmo de desarrollo ha recibido un poderoso impulso con la erupcin del volcn

    imperialista; la violencia de los enfrentamientos en el seno de la sociedad, la magnitud delas tareas que se presentan al proletariado socialista a corto plazo, todo esto haceaparecer como un dulce idilio a todo lo que haba venido ocurriendo hasta ahora en lahistoria del movimiento obrero"12. La Primera Guerra Mundial, partera de la revolucin enRusia y Alemania, abon tambin el terreno para que germinara la semilla del comunismoen tierras asiticas.

    En el tablero de esta guerra, a China le correspondi ser parte de un botn colonial quedespert las ambiciones japonesas. Las potencias que haban asaltado China en primerlugar, Gran Bretaa, Francia y Rusia, estaban empeadas en su enfrentamiento conAlemania, dejando, temporalmente, el campo libre a Japn y EEUU en el continenteasitico. El imperialismo japons despreciando cualquier tipo de pretensin diplomtica,utiliz mtodos expeditivos. El 18 de enero de 1915, Yuan Shih-kai, que por aquelentonces ya haba sido nombrado presidente vitalicio, fue despertado en plena noche por

    el ministro de Guerra japons. ste le present, respaldado por la flota de acorazados delejrcito japons, las llamadas "21 peticiones", demandas destinadas a convertir China enun protectorado del Imperio del Sol Naciente. A pesar del rechazo inicial, las "21peticiones" fueron aceptadas por Yuan el 25 de mayo tras un segundo ultimtum.

    El presidente chino, monrquico convencido hasta que los imperialistas lo colocaron alfrente de la repblica tras la revolucin de 1911, crey llegado el momento de volver alque consideraba el mejor de los gobiernos. En diciembre de 1915, amparndose en laintervencin japonesa, intent restaurar la monarqua dentro de la cual haba reservadopara s el papel de monarca. Pero sus intenciones no resultaron del agrado de un buennmero de republicanos que, si bien evitaron la "resurreccin" de la monarqua,permitieron la continuidad de Yuan como presidente de la repblica hasta su muerte en1916.

    El despertar rojo

    La decepcin provocada por los escasos resultados de la revolucin de 1911, hizo que unsector de la intelectualidad buscara nuevos horizontes revolucionarios. Entre ellos surgila figura extraordinaria de Chen Tu-hsiu, futuro primer secretario general del PartidoComunista de China (PCCh).

    Nacido en 1879 en el seno de una familia de funcionarios empobrecidos, Chen accedi auna buena educacin que le facilit una plaza como profesor en la universidad de Peknas como la posibilidad de viajar. Sus cocimientos acadmicos fueron puestos, desde muy

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    temprano, al servicio del pueblo. Junto a su incansable labor revolucionaria, destac en sulucha por la conversin de la lengua china hablada en lengua escrita, con el objetivo deevitar que los textos fueran patrimonio exclusivo de una lite intelectual.

    Sus primeros pasos en poltica los dio como editor de la revistaJuventud Nueva, queinici su irregular publicacin en 1915. En ella se defendieron ideas tan avanzadas para laChina del momento como la libre aceptacin del matrimonio entre los esposos. A principiode los aos 20, debido a su destacado papel como dirigente revolucionario, se vio

    obligado a exiliarse, siendo Francia uno de sus destinos. Este hecho, hasta cierto puntoaccidental, jug un papel decisivo en su formacin comunista, permitindole acceder a laliteratura socialista y estudiar en profundidad la historia de la lucha de clases francesa.Posteriormente explicara que Francia, por encima de la cuna de Saint-Just y Robespierre,era el pas de la Comuna de 1871 y las jornadas de junio de 1848, la tierra de larevolucin obrera13.

    Otro joven, Li Ta-chao jug tambin un papel decisivo en la introduccin del marxismoen China. Se trataba de un intelectual, proveniente de una familia campesinaempobrecida, que se sum al movimiento de laJuventud Nueva. Fue uno de los primerosen levantar la bandera del leninismo al calor del triunfo del Octubre ruso. En su textotitulado Victoria de la gente comn, publicado en noviembre de 1918, predice que "deahora en adelante el mundo se convertir en el mundo del pueblo trabajador" y que "larevolucin rusa de 1917 es la precursora de la revolucin mundial del siglo XX". En La

    victoria bolchevique, publicado ms o menos en la misma poca, describa de formaentusiasta el significado de la revolucin proletaria mundial llamando al pueblo chino aseguir el ejemplo de la "revolucin al estilo ruso", a destruir, mediante accionesrevolucionarias de masas, las fuerzas reaccionarias nacionales y extranjeras que loopriman.

    Chen y Li Ta-chao eran los exponentes ms destacados del proceso de efervescenciaque vivan los estudiantes universitarios. Otras revistas similares aJuventud Nuevasurgieron en diferentes universidades, aglutinando el descontento de la juventudilustrada. Asociaciones juveniles y estudiantiles se propagaron por todo el pas,transformndose en provincias en grupos culturales y polticos. Estas asociaciones fueronla cuna, la primera experiencia poltica, de los futuros fundadores del movimientocomunista chino. En la escuela de la ciudad de Changsha, se constituy tambin unaasociacin de estas caractersticas, cuyo presidente era un joven, todava desconocido,

    llamado Mao Tse-tung.Hasta finales de 1917, las inquietudes revolucionarias de estos jvenes los animaron asostener una valiente actitud de desafo al poder establecido, pero todava carecan de unprograma poltico claro. Saban lo que no queran, sin embargo, an no eran capaces deformular un sistema poltico alternativo. Prueba de ello es que se proclamaban dirigentesde una "revolucin cultural" en lucha por la "ciencia y la democracia".

    La victoria de la Revolucin Rusa, que sacudi la conciencia de millones de hombres ymujeres en todo el mundo, provoc una honda impresin en losjvenes nuevos de China.Al calor de su experiencia, algunos dirigentes de los crculos revolucionarios chinossuperaron la abstraccin y falta de contenido de clase de sus ideas. Se demostraba en laprctica una vieja y valiosa idea del internacionalismo proletario: la victoria de larevolucin social en cualquier pas es una conquista para el conjunto del movimientoobrero mundial. Los efectos de la revolucin trascendieron las fronteras de la antigua

    Rusia zarista. La revolucin rusa no slo gan al programa de la revolucin socialista a lospueblos sometidos por el yugo del zarismo, conquist para las ideas comunistas la mentede millones de personas en todo el mundo. Como a Lenin le gustaba insistir, para lasmasas es ms importante una onza de prctica que una tonelada de teora. Pues bien, yaexista la prueba material, el ejemplo vivo y palpable. Este extraordinario acontecimiento,ug un papel enormemente progresista en el movimiento revolucionario chino. Elcarcter indiscutiblemente clasista y socialista de la revolucin rusa, permiti ladiferenciacin entre los elementos genuinamente revolucionarios y los liberales. Noolvidemos que se trataba de un movimiento compuesto por intelectuales que careca decampesinos u obreros en sus filas. Pronto, el marxismo se convirti en el eje que centr

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    las polmicas de losjvenes nuevos.

    El movimiento 4 de Mayo: los estudiantes y la clase obrera entran en escena

    El injusto tratado impuesto por Japn no slo aliment el sentimiento antiimperialistaentre las masas oprimidas de China, sino el resentimiento contra los dirigentes burgueses

    nativos que demostraban una vez ms su incapacidad manifiesta para defender laindependencia nacional. Los jvenes agrupados en torno a la revista Nueva Juventud,popularizaron el lema "en el exterior luchar por la soberana; en el interior suprimir a lostraidores".

    La gota que colm el vaso de la insatisfaccin lleg con el final de la Primera GuerraMundial. Los mandos aliados, reunidos en la Conferencia de Paz de Pars, iniciaron lasconversaciones destinadas a fijar un nuevo reparto de las colonias que reflejase elresultado de la contienda militar. A pesar de que China se haba situado en su bandodurante la guerra, los aliados decidieron conceder a Japn los derechos sobre Shantungque anteriormente tena la ahora derrotada Alemania. La noticia se recibi con granindignacin, desatando una frentica agitacin en escuelas y universidades.

    El 4 de mayo de 1919, coincidiendo con el momento en que se hizo definitiva la decisinpor parte de los aliados, estudiantes universitarios de Pekn se manifestaron en la Plaza

    de Tiananmen, llamando a la poblacin a movilizarse contra los acuerdos de Versalles yexigiendo el castigo de los traidores projaponeses. En la lista de los colaboracionistas seencontraban altos dignatarios gubernamentales: el ministro de Comunicaciones, Tsao Ru-lin, firmante de las "21 demandas"; el director de la Casa de la Moneda, LuTsung-y,ministro de China en Japn cuando se firmaron las "21 demandas"; y el entoncesembajador de China en Japn, Chang Tsung-siang, que haba entregado numerososderechos ferroviarios a Japn.

    Los estudiantes, no satisfechos con la manifestacin, prendieron fuego a la residencia deTsao Ru-lin y, ese mismo da, propinaron una paliza a Chang Tsung-siang. La policaintervino, golpeando y deteniendo a muchos de los participantes. Pero el movimiento,lejos de amedrentarse, respondi con una nueva demostracin de fuerza: el 20 de mayoorganiz una nueva manifestacin, a la que se sumaron estudiantes de secundaria,maestros y profesores. Japn decidi entonces intervenir directamente. El 21 de mayo elministro japons en Pekn advirti al gobierno chino que si no tena mas eficacia en larepresin del movimiento estudiantil, "provocara serios conflictos entre ambos pases". Larepresin con la que respondieron las amedrentadas autoridades chinas, nuevamente, notuvo otro efecto que el de avivar la movilizacin. En los siguientes das la lucha seextendi a otros 200 centros de estudio fuera de Pekn. En respuesta, el 1 de junio seproclam la ley marcial, y el da 3 ya eran ms de mil los estudiantes detenidos.

    El 5 de junio, al conocerse en Shanghai que el gobierno haba arrestado a cientos deestudiantes, parte de los obreros de cinco hilanderas de algodn, tres de ellas depropiedad japonesa, se declararon en huelga. La burguesa de Shanghai, bajo la fuertepresin de los estudiantes, los obreros y los empleados de comercio, tambin cerr susempresas el 5 de junio. El 6 y el 7, ms obreros se sumaron a la huelga. Shangai, conms de cien mil trabajadores, era la ciudad industrial ms importante de China.

    La participacin del movimiento obrero hizo que la lucha diera un salto cuantitativo y,ms importante si cabe, cualitativo. Era la actividad econmica, el control de laproduccin industrial, lo que ahora estaba en juego. Prueba de ello es que el gobierno sevio obligado a anunciar la libertad de todos los estudiantes arrestados el 7 de junio. Peroeso no fue suficiente para aplacar al movimiento. La huelga continu extendindose, el 10de junio afectaba ya a trabajadores portuarios, ferroviarios y obreros del transporte, conlo que el nmero de huelguistas lleg a los cien mil. Quedaron paralizadas las lneasferroviarias Shanghai-Nankn y Shanghai-Janchov. Britnicos y franceses decidieronentonces que era necesaria su intervencin y enviaron barcos de guerra a Shanghai.Queran estar preparados para una posible intervencin militar si el movimiento iba anms lejos. La burguesa china, si bien haba suspendido la actividad econmica de sus

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    empresas, haca insistencia en la necesidad de una "resistencia moderada", no "violenta",para evitar ofender a los imperialistas.

    Los movimientos huelgusticos se extendieron por todo el pas. Los ferroviarios en lasprovincias de Jopei, Chechiang y Chiangs, abandonaron el trabajo, y los de Tientsn seprepararon para hacerlo. Las huelgas estudiantiles se generalizaron. Los comercios demuchas ciudades cerraron sus puertas.

    Finalmente, la presin de masas oblig al gobierno a forzar la dimisin de de Tsao Ru-lin, Chang Tsung-siang y LuTsung-y. Oblig tambin a la delegacin china en laConferencia de Paz de Pars a negarse a firmar, el 28 de junio, el Tratado de Versalles.

    El movimiento de masas cosech un extraordinario triunfo. Despus de estaincontestable victoria, los obreros y estudiantes volvieron a su rutina habitual. Pero, bajola aparente normalidad con la que se desenvolva su vida, se haba producido un cambioprofundo. Los vertiginosos acontecimientos que se concentraron en dos meses habandejado huella en su conciencia. La clase obrera haba sido sin duda el factor clave paraque el rgimen chino y los imperialistas retrocedieran. El proletariado chino habaexperimentado en la prctica su fuerza, su unidad, su capacidad para paralizar el sistemaproductivo; en definitiva, el inmenso poder que albergaba en su seno.

    La fundacin del Partido Comunista Chino

    El movimiento de los intelectuales renovadores estaba definitivamente escindido. En unsector se encontraban quienes, convencidos de la necesidad de una transformacin radicaldel mundo de la cultura, mantenan una posicin conservadora respecto a la estructura dela sociedad. En el otro, en el ala ms revolucionaria, la revolucin socialista de octubre enRusia y la actividad de la Internacional Comunista, entre 1919 y 1921, provocaron untremendo impacto. Se convencieron de la necesidad de transformar los seminarios deestudio en grupos de militantes polticos sobre los que fundar el Partido Comunista. Estatarea fue estimulada y facilitada adems por el desarrollo industrial de China.

    Las grandes potencias haca tiempo que no se conformaban con el saqueo de lasmaterias primas, queran beneficiarse de las riquezas naturales y de la abundante manode obra barata. Sus inversiones desarrollaron grandes industrias que se concentraron enla cuenca del Yangts, en la ciudad de Shangai, en el rea de Cantn - Hong-Kong, y las

    minas de la zona de Hunn. Las pocas cifras que disponemos de esta poca, hablan deentre 1,5 y 2 millones de obreros. Todos ellos sometidos a una asfixiante y dobleexplotacin por parte de la oligarqua nativa y el capital extranjero.

    En marzo de 1920 llegaron a China los primeros representantes de la InternacionalComunista para establecer contacto con los crculos revolucionarios del pas. En mayo delmismo ao, el crculo Shanghai se transform en la primera agrupacin comunista. Enpoco tiempo, grupos similares se constituyeron en Pekn, Wujan, Changsh, Cantn yChinn. Por fin, el 1 de julio de 1921 se fund el Partido Comunista de China en Shangai.Sus sesiones se celebraron inicialmente en una escuela femenina, vaca es ese momentopor las vacaciones escolares. Acabaron sin embargo, en una barca sobre un lago, nicorefugio que los jvenes comunistas encontraron para escapar de la polica. La cifra exactade delegados no es conocida con exactitud, pero en opinin de algunos de los asistenteshubo 12 14 personas, en representacin de no ms de medio centenar de afiliados.Chen Tu-hsiu fue nombrado secretario general y el Partido decidi orientarse a laactividad sindical entre los obreros.

    Los primeros logros del comunismo chino fueron muy modestos numricamente. Perolas condiciones objetivas del capitalismo corroboraron una de las leyes de la dialcticamenos conocidas, pero enormemente valiosa para quienes asumen la tarea de construirun partido revolucionario. Al igual que de la cantidad surge la calidad, de la calidad surge,llegado el momento adecuado, la cantidad. El PCCh, que en 1921 no contaba con ms de50 afiliados, tendra inicialmente un crecimiento lento: alrededor de 500 militantes en1923 y menos de un par de miles en 1925. Con el estallido de la segunda revolucin seproducir el gran salto, llegando a sumar 60.000 afiliados en 1927. Si es cierto que la

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    historia nunca se repite de la misma manera, estamos ante un valioso ejemplo para losque hoy empeamos nuestros mejores esfuerzos en la construccin de una genuinaorganizacin comunista. Un ncleo de cuadros marxistas con voluntad revolucionaria,fusionado con el movimiento vivo de las masas y capaz de aprovechar las oportunidadesque le brinda el despertar de la revolucin, puede ganar el derecho a formar parte de ladireccin del movimiento, convirtindose en su ala ms consecuente. Si adems,comprende y domina en profundidad la genuina teora marxista, podr conducir a las

    masas a la victoria.

    Luchas sindicales que anticipan una explosin revolucionaria

    Entre el verano de 1921 y la primavera de 1923 se desarroll una enorme agitacinsindical al calor de la explotacin imperialista. El movimiento creci con sorprendenterapidez. El Primero de Mayo de 1922 marcharon 100.000 obreros por las calles deShangai y el doble de esa cantidad lo hicieron en Cantn. Algunos informes en la prensaburguesa destacaron la aparicin de banderas rojas en los barrios obreros de Wuchang,Hanyan y Hankow. En los grandes centros industriales estallaron ms de 100 huelgas enlas que participaron ms de 300.000 obreros. Dentro de este auge huelgustico, destacespecialmente la huelga de dos meses protagonizada por los marineros de Hong Kong.Movilizados por mejoras salariales, consiguieron finalmente obligar a los britnicos areconocer a su sindicato, adems del aumento de sus salarios.

    El Primero de Mayo de 1922 se celebr tambin la primera conferencia nacional de lossindicatos, dirigida por los marineros triunfantes, en representacin 230.000 afiliados. EnShangai, a comienzos de 1923, unos 40.000 obreros estaban organizados en 24sindicatos. En el centro y norte de China la organizacin obrera gir alrededor de losferroviarios que, en 1924, llevaron a cabo su conferencia nacional. La lucha se estabatransformando en organizacin, posibilitando el nacimiento de sindicatos de masas. Loscomunistas jugaron un importante papel en este proceso, situndose a la cabeza deloven proletariado chino. Entre otros, Li Li-san y Liu Shai-chi, inauguraron en Junn elCrculo Obrero de las minas de Anyuan, que dirigi exitosas luchas.

    A principios de 1923 se produjo un dramtico acontecimiento que golpe la concienciade miles de trabajadores. Las circunstancias que acompaaron la fundacin del SindicatoGeneral de Obreros Ferroviarios de la lnea Pekn-Hankow, demostraron el carcter feroz ysangriento de la lucha entre el trabajo asalariado y el capital desde sus ms tempranosinicios. Al tratarse de una va frrea clave por atravesar China de norte a sur, dichaorganizacin sindical se convirti nada ms nacer en un enemigo estratgico para loscapitalistas. Al tener noticia de tal acontecimiento, el seor de la guerra Wu Pei-fu, el mspoderoso en aquel momento, reaccion prohibiendo el sindicato, arrestando a susdirigentes y ocupando las sedes de la organizacin. Los trabajadores contraatacaronaudazmente con una huelga general en toda la lnea. En respuesta, la maana del 7 defebrero, los mercenarios de Wu Pei-fu asesinaron a 35 trabajadores e hirieron a muchosms. El lder del sindicato, Li Hsiang-chien, fue decapitado ante sus compaeros pornegarse a ordenar la vuelta al trabajo. La "masacre del 7 de febrero", con su brutalidad ycrueldad extrema, sumi a los obreros en el terror pero, al mismo tiempo, les ense elautntico rostro del capitalismo en China, acabando con cualquier esperanza de que bajodicho sistema se pudiera acceder a algn tipo de derecho democrtico o justicia social. Se

    preparaban as futuras luchas cargadas de un alto contenido revolucionario.China se acercaba al estallido de una nueva explosin revolucionaria y, a diferencia de

    anteriores ocasiones, el proletariado estaba lo suficientemente maduro para jugar unpapel independiente, incluso como para asumir la direccin revolucionaria. Los dirigentescomunistas chinos contaban, en teora al menos, con la ventaja de haber sido precedidospor la experiencia victoriosa de sus hermanos soviticos. No era indispensable, como si lofue en el Octubre ruso, la genialidad terica de Lenin en sus Tesis de Abril, o laanticipacin brillante de la revolucin permanente de Trotsky. Las lneas generales delprograma de la revolucin china ya haban sido escritas, an ms, demostradas en laprctica, con el triunfo de Octubre.

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    Notas

    12. Rosa Luxemburgo, La crisis de la socialdemocracia, Editorial Fundacin Federico Engels, Madrid 2006,pginas 8 y 12.

    13. Recogido en el libro La revolucin china de Enrica Collotti, Ediciones ERA, Mxico 1976, pgina 144

    Revolucin proletariay guerra campesina en China (1925-1949)

    Brbara Areal

    IV. La naturaleza de clase de la revolucin rusa

    Lecciones de Octubre

    Nuestra teora no es un dogma, sino una gua para la accin, decansiempre Marx y Engels, burlndose con justicia de quienes aprendan

    de memoria y repetan sin haberlas digerido, "frmulas" que, en elme or de los casos, slo podan trazar las tareas generales, que

    necesariamente cambian en correspondencia con la situacineconmica y poltica concreta de cada perodo particular del proceso

    histrico.

    () Segn la frmula antigua resulta que: tras la dominacin de laburguesa puede y debe seguir la dominacin del proletariado y el

    campesinado, su dictadura. Pero en la vida misma ya ha sucedido deotra manera: ha resultado un entrelazamiento de lo uno y lo otro, un

    entrelazamiento extraordinariamente original, nuevo, nunca visto.Lenin, Cartas sobre tctica14

    Este fue el mtodo que permiti a Lenin orientarse en medio de la vorgine

    revolucionaria de 1917. Marx haba planteado que las condiciones idneas para larevolucin socialista haban madurado en los pases capitalistas ms desarrollados.Sin embargo, la Rusia zarista de 1917, en la que se haban constituido los svietsde obreros y soldados, era un pas atrasado. La clase obrera no alcanzaba el 10%de la poblacin total, lo que implicaba que la mayora aplastante de sus habitanteseran campesinos que vivan bajo formas de explotacin semifeudal. Es ms, lasmasas revolucionarias tras derrocar al Zar en febrero de 1917, haban entregado elpoder a los representantes polticos de la burguesa a travs de sus organizacionesmayoritarias en esos momentos, mencheviques y socialistas revolucionarios. Perocomo a Lenin le gustaba repetir parafraseando al Fausto de Goethe: "La teora esgris, amigo mo, pero el rbol de la vida es eternamente verde"15.

    Efectivamente, la revolucin que se haba producido durante el mes de febrero enRusia era una revolucin democrtico-burguesa. Sus objetivos eran elderrocamiento de la monarqua y el establecimiento de una democraciaparlamentaria, la reforma agraria y la resolucin de la cuestin nacional, a lo quehaba que sumar la paz para poner fin a tres aos de carnicera imperialista. Pan,paz y tierra eran las reivindicaciones de las masas que acabaron con el zarismo.

    Pero la burguesa rusa, elevada al poder a pesar de carecer de cualquier mritorevolucionario, demostr rpidamente su absoluta incapacidad para llevar a laprctica las tareas que la historia le haba asignado. Ligada por mil y un lazos

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    econmicos y familiares a los terratenientes, no poda ni pensar en abordar elreparto de la tierra. Dependiente del capital de las grandes potencias imperialistas,careca de la independencia necesaria para retirar las tropas rusas de las trincherasde la guerra imperialista. Acosada por una clase obrera revolucionaria que esperabadel nuevo gobierno salarios dignos, una jornada laboral de 8 horas y que se negabaa ser carne de can en la contienda militar, la burguesa rusa miraba hacia lossectores ms reaccionarios del viejo rgimen zarista en busca de una bota militar

    con la que aplastar al proletariado. A este panorama se sumaba el despertar delcampesino sin tierra, que, atrado por el estmulo de la revolucin en las ciudades,reivindicaba cambios radicales en la propiedad de la tierra y el reparto de la mismaocupando masivamente las haciendas de los terratenientes.

    Los hechos demostraban que la sociedad rusa estaba ya algo ms que madurapara la transformacin social. Sin embargo, la clase a quin histricamentecorresponda asumir la direccin poltica del pas para llevar a cabo lamodernizacin de la sociedad, se negaba a jugar tal papel. A su lado, otra clase, elproletariado, no slo haba entregado el gobierno a la burguesa, tambin habaconstituido sus propios rganos de poder, los sviets de obreros y soldados, cuyasatribuciones, si bien no eran contempladas por la ley y el Estado burgus, eranreconocidas por las amplias masas de la poblacin.

    Qu hacer en semejante situacin? "El quidest en saber si los Sviets deben

    tender a convertirse en organizaciones de Estado () o bien los Sviets no han deseguir esa tendencia, no han de tomar el Poder, no han de convertirse enorganizaciones de Estado, sino que deben seguir siendo organizaciones decombate de una clase (segn dijo Mrtov, adecentando con estos inocentesdeseos el hecho de que, bajo la direccin menchevique, los Sviets eran uninstrumento de subordinacin de los obreros a la burguesa)"16.

    Los mencheviques, es decir, el ala reformista del movimiento obrero ruso, notenan dudas al respecto. Su razonamiento era simple: si el carcter de larevolucin era burgus, no caba otra alternativa ms que dejar la direccin de lamisma en manos de la burguesa. Por tanto, el proletariado deba limitarse a dar unapoyo subordinado a los dictados de sta. Gracias al triunfo de la revolucinburguesa, en un futuro difcil de determinar, una vez alcanzada la madureznecesaria del capitalismo en Rusia, llegara el momento del poder obrero y no

    antes. Cualquier otra alternativa supona, en trminos mencheviques, unadesviacin de la teora marxista. Consecuentemente, los reformistas rusos no slono traspasaron en ningn momento los lmites del marco capitalista, sino quellegado el momento de elegir entre el ascenso revolucionario de las masas o lacontrarrevolucin burguesa, no dudaron en situarse en la barricada del capital. "Lossocialrevolucionarios y mencheviques, esclavos de la burguesa, atados a su dueoy seor, dieron su consentimiento a todo: se prestaron a que fuesen llamadas aPetrogrado tropas reaccionarias, a que se restableciese la pena de muerte, a que sedesarmase a los obreros y a las tropas revolucionarias, a las detenciones, a laspersecuciones, a las suspensiones de peridicos sin mandamiento judicial"17.

    En lo que respecta a los bolcheviques, las cosas no estuvieron claras desde elprimer momento, a pesar de la falsificacin monstruosa que la propagandaestalinista hizo de aquel periodo posteriormente.

    Lo cierto es que con una parte fundamental de su direccin en el exilio, losdirigentes bolcheviques que permanecan dentro de Rusia liderados desde mediadosdel mes de marzo por Kmenev y Stalin, no supieron reaccionar correctamente. Enla edicin de Pravda del 7 de marzo se poda leer: "Por supuesto, no noscuestionamos la cada del dominio del capital, sino solamente la cada del dominiode la autocracia y del feudalismo"18. Difcil apreciar en estas declaracionesdiferencias de fondo entre el menchevismo y la postura de aquellos querepresentaban la direccin del bolchevismo dentro de Rusia.

    Lenin, a pesar de que su obligado exilio suizo, lo separaba miles de kilmetros delepicentro de la accin, fue capaz de comprender la naturaleza de aquellos

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    acontecimientos revolucionarios de una manera mucho ms profunda y certera.Partiendo de un punto de vista marxista a la hora de analizar el papel de cada claseen la revolucin, lleg a elaborar una lnea de actuacin para el Partido que poco onada tena que ver con la defendida por Kmenev y Stalin.

    El innegable papel jugado por Lenin en 1917 es una brillante y contundenterespuesta a aquellos sectarios que, utilizando prejuicios provincianos, exigen quelos revolucionarios se encuentren fsicamente presentes en la revolucin para tener

    derecho a opinar. Lenin no llegara a Rusia hasta abril de 1917, despus de onceaos de ausencia y, sin embargo, su estudio concienzudo de los acontecimientos ysu genialidad poltica le permitieron jugar un papel absolutamente clave para eltriunfo de la revolucin. Desde el primer momento no alberg la menor confianzaen el gobierno burgus surgido del triunfo en febrero. Tan pronto como el 4 demarzo escribi: "El nuevo Gobierno no puede dar a los pueblos de Rusia ni la paz,ni el pan, ni la plena libertad. Y por eso, la clase obrera debe continuar su lucha porel socialismo y por la paz, debe aprovechar para ello la nueva situacin yexplicrsela a las ms amplias masas populares. El nuevo gobierno no puede dar lapaz porque representa a los capitalistas y terratenientes y porque est atado pormedio de tratados y compromisos financieros a los capitalistas de Inglaterra yFrancia. La socialdemocracia de Rusia, mantenindose fiel al internacionalismo,deber por ello, ante todo y sobre todo, explicar a las masas del pueblo, que

    anhelan la paz, la imposibilidad de conseguirla con el Gobierno actual"19

    . El 6 demarzo telegrafi desde Estocolmo: "Nuestra tctica: absoluta desconfianza; ningnapoyo al nuevo gobierno; sospechemos especialmente de Kerensky; armar alproletariado es la nica garanta; elecciones inmediatas a la Duma de Petrogrado;ningn acercamiento a los dems partidos. Telegrafen esto a Petrogrado"20. Sinembargo, bajo la direccin de Kmenev y Stalin, los delegados bolcheviques en elSviet aplicaban la poltica contraria. Votaron en ms de una ocasin con losmencheviques. As fue por ejemplo en el caso del manifiesto menchevique tituladoA los pueblos del mundo, sobre el que Lenin comentara: "El manifiesto del Svietde Diputados Obreros no contiene una sola palabra imbuida de conciencia de clase.Todo es hablar! Hablar y adular al pueblo revolucionario es lo que siempre haarruinado las revoluciones"21.

    Al calor del debate que sobre estas diferencias se abrieron en el seno del Partido,

    es fcil de entender la actitud extremadamente crtica de Lenin contra los dirigentesde su propio partido. "Contesto: las consignas y las ideas bolcheviques han sido engeneral, plenamente confirmadas por la historia, pero concretamente las cosas hansucedido de modo distinto a lo que (quienquiera que fuese) poda esperarse; hansucedido de modo ms original, ms peculiar, ms variado. Ignorar, olvidar estehecho sera parecerse a aquellos viejos bolcheviques que ms de una vez jugaronya un triste papel en la historia de nuestro Partido, repitiendo sin sentido unafrmula aprendida de memoria, en lugar de estudiar la peculiaridad de la nuevasituacin, de la realidad viva"22.

    Exactamente igual ocurri respecto a la actitud ante la guerra imperialista. Staliny Kmenev defendan en Pravda una posicin abiertamente conciliadora con elGobierno Provisional, muy alejada de la de Lenin: "Nuestra consigna no debe ser unAbajo la guerra! sin contenido. Nuestra consigna debe ser: Ejercer presin sobreel Gobierno Provisional con el fin de obligarle (...) a tantear la disposicin de lospases beligerantes respecto a la posibilidad de entablar negociacionesinmediatamente (...). Entretanto, todo el mundo debe permanecer en su puesto decombate"23.

    Lenin contest debidamente a esta capitulacin: "El punto central es la actitudante la guerra. Cuando lees sobre Rusia, lo que destaca es el triunfo deldefensismo, la victoria de los traidores del socialismo, el engao de las masas porla burguesa (...). Nuestra actitud hacia la guerra no se puede permitir la msmnima concesin al defensismo, incluso con el nuevo gobierno, que continasiendo imperialista (...). Hasta nuestros bolcheviques demuestran cierta confianza

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    en el gobierno. Esto slo se explica por la intoxicacin de la revolucin. Es lamuerte del socialismo. Compaeros, vosotros tenis una actitud confiada hacia elgobierno. Si eso es as, nuestros caminos se separan. Prefiero permanecer enminora ()"24.

    Afortunadamente, el Partido Bolchevique no era slo su direccin; su basemilitante, genuinamente proletaria, tena mucho que decir. De hecho, para teneruna visin completa de la situacin, es necesario conocer qu opinaban los obreros

    del Partido. Despus de unos das de confusin inicial empezaron a recuperar unsano instinto de independencia de clase expresando, en el momento decisivo, losaos de paciente formacin poltica durante el perodo previo al estallidorevolucionario. Si bien es cierto que Lenin nunca haba negado el carcter burgusde la revolucin que estaba por venir en Rusia, no lo es menos que haba educadoal Partido en la desconfianza ms absoluta hacia la burguesa y en la necesidadimperiosa de mantener siempre la independencia poltica y organizativa de la claseobrera. Y esa educacin poltica no tard en aflorar.

    El propio Comit de Redaccin de Pravda no tuvo ms remedio que publicar unaenrgica protesta de los obreros bolcheviques de base ante la lnea editorial: "Si elperidico no quiere perder la confianza de los barrios obreros, debe sostener laantorcha de la conciencia revolucionaria, por mucho que moleste a la vista de laslechuzas burguesas"25.

    Las aspiraciones expresadas por los obreros bolcheviques de barriadas comoVyborg, divergan de las ideas defendidas por la direccin con la que convivan en lamisma ciudad, mientras convergan con las posturas que Lenin expresaba a milesde kilmetros de Rusia. Como demostraran posteriormente las revoluciones china oespaola, las masas se encontraban mucho ms a la izquierda que su direccin,tanto en su proceder como en sus demandas.

    De hecho, sern los obreros, el latir de las fbricas dentro del Partido Bolchevique,los que dando su apoyo a Lenin permitirn la reorientacin poltica del Partido. Sinla participacin consciente de la vanguardia obrera, un partido revolucionario sealeja del sentir de las masas proletarias, renuncia a impregnarse de su disciplina,de su conciencia de clase, de sus tradiciones. Sin un programa correcto no sehubiera podido tomar el poder, pero sin los obreros bolcheviques Lenin no hubierapodido dotar al Partido de dicho programa.

    La escuela de historiadores estalinista, en su necesidad de establecer una imagende la direccin semejante a la de un orculo infalible en el que se puede y, sobretodo, se debe depositar una fe ciega, nunca ha tenido mucho inters en explicareste captulo de la historia de la Revolucin Rusa.

    Todo el poder a los Sviets!

    Cuando a principios del mes abril Lenin lleg por fin a Rusia y defendi suprograma para la revolucin, se qued en minora de uno dentro del comit central.Llegaba la hora de sus Tesis de Abril, de "explicar a las masas que los Sviets dediputados obreros son la nica forma posible de gobierno revolucionario y que, porello, mientras este gobierno se someta a la influencia de la burguesa, nuestramisin slo puede consistir en explicar los errores de su tctica de un modopaciente, sistemtico y tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prcticasde las masas. () Mientras estemos en minora, desarrollaremos una labor decrtica y esclarecimiento de los errores, propugnando al mismo tiempo la necesidadde que todo el Poder del Estado pase a los Sviets de diputados obreros, a fin deque, sobre la base de la experiencia, las masas corrijan sus errores"26.

    Fuera del partido, ex marxistas como Plejnov calificaron pblicamente el discursode Lenin como "delirante". Dentro de l, mejor dicho, en su direccin, la reaccinno fue mucho mejor: "Las tesis de Lenin fueron publicadas exclusivamente comoobra suya. Los organismos centrales del partido las acogieron con una hostilidad

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    slo velada por la perplejidad. Nadie, ni una organizacin, ni un grupo, ni unapersona, estamp su firma al pie de ese documento. Incluso Zinviev, que haballegado con Lenin del extranjero, donde su pensamiento se haba formado durantediez aos bajo la influencia directa y cotidiana del maestro, se apartsilenciosamente a un lado"27.

    Los revolucionarios no pueden elegir ni el lugar, ni el momento, ni la forma en laque se producen los estallidos revolucionarios, slo pueden prepararse

    conscientemente para ellos. Las contradicciones que lentamente se vanacumulando en el seno de la sociedad, llegado el momento preciso estallan, sinpararse a mirar si cumplen o no los requisitos preestablecidos en un manual. En1917 el capitalismo se rompa por su eslabn ms dbil. Lejos del escenario clsicoprevisto por los grandes escritos marxistas, los bolcheviques se enfrentaban a larealidad concreta de una revolucin en un pas atrasado. Y era, precisamente en elatraso de Rusia, donde resida tanto el carcter peculiar como la clave de larevolucin. Lenin supo comprenderlo.

    El desarrollo del capitalismo en Rusia, en una poca de decadencia imperialista,haba permitido el crecimiento de una clase obrera que, aunque joven ynumricamente limitada, demos