CHICLAYO Ciudad Difusa

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CHICLAYO, REFERENTE PERUANO DE CIUDAD DIFUSA Par te I CHICLAYO, CIUDAD CAOTICA Miguel García Puémape Ingeniero Sanitario y Ambiental El adjetivo calificativo “caótica” tiene una terminante connotación peyorativa. Y al adjudicárselo a Chiclayo, en su condición conurbada con los distritos J.L. Ortiz y La Victoria, no hay ninguna exageración. El ordenamiento territorial, que sirve como base para controlar la expansión urbana, fomentar la recuperación de la ciudad, la gestión sostenible de los recursos naturales, el manejo ambientalmente adecuado de los residuos sólidos y líquidos, definir la identidad, optimizar la accesibilidad y la eficiencia del transporte colectivo dentro de un enfoque integrado, en Chiclayo brilla por su ausencia. En un plano de objetividad, no puede negarse la dispersión de la llamada “Capital de la Amistad” y su cadena de consecuencias negativas: trama urbana tipificada por una anomia geométrica, tráfico vehicular trabado, proliferación de asentamientos humanos periféricos fuera de control, servicios públicos ineficientes, inexistencia de cohesión social, etc., que se retroalimentan con la ausencia del precitado ordenamiento territorial de la ciudad. Sus repercusiones sobre la expresión territorial y la imagen urbana se observan en la óptica de la expresión televisiva “en vivo y en directo”. La explosión urbana de Chiclayo es de dimensiones considerables. Entre 1940 y 1963, creció desde 100 hectáreas hasta 550 hectáreas (5.5 veces) y entre 1963 y 2003, desde 550 hasta 3997 hectáreas (7 veces) y a la fecha ronda las 5,500 hectáreas. Al suelo ocupado con asentamientos urbanos que arrasaron la tierra agrícola, se ha añadido la desarticulación del débil ecosistema local a causa de la partición del territorio geográfico de llanura fluvial, por las carreteras para el transporte motorizado y la red de acequias de riego y el sistema de drenes agrícolas que cruzan en sentido hacia el mar la extensión superficial de la ciudad. En este panorama cabe esperar un considerable aumento de ésa desarticulación con la 1

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CHICLAYO, REFERENTE PERUANO DE CIUDAD DIFUSA

Parte I

CHICLAYO, CIUDAD CAOTICA Miguel García Puémape Ingeniero Sanitario y Ambiental

El adjetivo calificativo “caótica” tiene una terminante connotación peyorativa. Y al adjudicárselo a Chiclayo, en su condición conurbada con los distritos J.L. Ortiz y La Victoria, no hay ninguna exageración. El ordenamiento territorial, que sirve como base para controlar la expansión urbana, fomentar la recuperación de la ciudad, la gestión sostenible de los recursos naturales, el manejo ambientalmente adecuado de los residuos sólidos y líquidos, definir la identidad, optimizar la accesibilidad y la eficiencia del transporte colectivo dentro de un enfoque integrado, en Chiclayo brilla por su ausencia. En un plano de objetividad, no puede negarse la dispersión de la llamada “Capital de la Amistad” y su cadena de consecuencias negativas: trama urbana tipificada por una anomia geométrica, tráfico vehicular trabado, proliferación de asentamientos humanos periféricos fuera de control, servicios públicos ineficientes, inexistencia de cohesión social, etc., que se retroalimentan con la ausencia del precitado ordenamiento territorial de la ciudad. Sus repercusiones sobre la expresión territorial y la imagen urbana se observan en la óptica de la expresión televisiva “en vivo y en directo”.

La explosión urbana de Chiclayo es de dimensiones considerables. Entre 1940 y 1963, creció desde 100 hectáreas hasta 550 hectáreas (5.5 veces) y entre 1963 y 2003, desde 550 hasta 3997 hectáreas (7 veces) y a la fecha ronda las 5,500 hectáreas. Al suelo ocupado con asentamientos urbanos que arrasaron la tierra agrícola, se ha añadido la desarticulación del débil ecosistema local a causa de la partición del territorio geográfico de llanura fluvial, por las carreteras para el transporte motorizado y la red de acequias de riego y el sistema de drenes agrícolas que cruzan en sentido hacia el mar la extensión superficial de la ciudad. En este panorama cabe esperar un considerable aumento de ésa desarticulación con la construcción recién iniciada de la interconexión vial Ferreñafe-Lambayeque, sobre un singular diseño de vía-canal que incluye parte del cauce de una acequia no inventariada oficialmente, y la concesionada construcción de la Autopista del Sol Trujillo-Sullana cuya ruta deberá pasar por Chiclayo, obras auspiciadas por el Gobierno Regional y el Gobierno Central respectivamente, ambas sin cumplir el requisito legal de sus estudios de impacto ambiental como eficaz herramienta para la toma de decisiones correspondientes a la mitigación de los impactos vial y topográfico que tales infraestructuras conllevan. El cuadro general de Chiclayo, como se ve, es el de una ciudad difusa porque supuestamente tiene de todo, pero disperso y funcionalmente separado : escuelas y colegios por doquier, universidades con campus unas y las otras desprovistas de locales aptos, industrias y comercios ubicados sin un ordenamiento mínimo, zonas residenciales y hospitales colindantes con áreas ambientales degradadas, etc.

El tráfico vehicular/peatonal y la movilidad constituyen la esencia de la crisis ecológica de la ciudad. En primer lugar, el tráfico vehicular aumenta en cantidad y en requerimientos de velocidad, variables ambas asociadas al desarrollo de polos estratégicamente ubicados en la ciudad y en su periferia, lo cual al no estar materializado delata la descoordinación originada en la superposición de las jurisdicciones municipales de Chiclayo, J.L. Ortiz y La Victoria y por exterioridades de índole política, reflejadas en el transporte urbano como

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dificultades que reducen los atractivos propios de una ciudad grande. En segundo lugar, el tráfico vehicular intenso genera contaminación, ruido, consumo excesivo de combustibles y ocupación extensiva de los espacios públicos, vale decir avenidas, calles, parques, áreas comerciales, configurando una red vial desorganizada y obviamente carente de jerarquización. En éste respecto, la influencia de las condiciones de trazado geométrico de la vialidad, la construcción óptima de los pavimentos, la vida útil de éstos junto con el mantenimiento de las calles y avenidas, constituyen consideraciones que se insertan en el contexto de un Estudio Integral de Transporte Urbano, cuya ejecución asume el carácter de impostergable en función de la gobernabilidad de la conurbación antes mencionada.

En el panorama descrito, es pertinente señalar al Casco Histórico de Chiclayo como referente de alta significación en su dinámica expansiva anómica reñida con la SOSTENIBILIDAD URBANA, en tanto ésta implica la búsqueda de un desarrollo que no degrade el entorno y proporcione calidad de vida a los ciudadanos (Informe Brundtland). El cuadro involucrado entonces, exhibe la inexistencia de un “Sistema de Transporte Urbano”, propiciada fundamentalmente por la antes mencionada dispersión urbana, con su cadena de consecuencias negativas para el tráfico vehicular y la circulación peatonal, en desmedro de la viabilidad biológica de sus residentes y visitantes.

En efecto, la trama de las calles comprendidas dentro de su perímetro constituido por las avenidas Pedro Ruiz, Saenz Peña, Bolognesi y S. Luis González suma en sus ejes longitudinales un aproximado de 13,600 metros lineales. Dentro de aquel perímetro hay calles de anchos absolutamente incompatibles con la altura de sus edificaciones, lo cual de hecho representa una alta vulnerabilidad ante los efectos de fenómenos naturales (sismos, inundaciones) o los causados por acciones antropogénicas como lo son la operación/mantenimiento de infraestructuras de servicios públicos, construcción y demolición de edificaciones. Calles representativas de ésta condición anómala son : Elías Aguirre, Colón, A. Lapoint, Daniel Carrión, Juan Cuglievan, Alfonso Ugarte, Leoncio Prado Este, Lora y Cordero, Vicente de la Vega y J. Francisco Cabrera Este, luciendo todas ellas aceras de anchos de 1.00 m y menos, algunas con calzadas de un solo canal de tráfico vehicular de anchos del orden de 2.60 m (Calle Colón), cuya data de existencia se remonta a los años 50 del siglo pasado, construidas varias de ellas rudimentariamente con concreto cuyo agregado grueso era la piedra de canto rodado de tamaño pequeño conocida popularmente como “chungo”; sus fracturas típicas se deben a la presencia dominante de suelos con arcillas expansivas saturados por una napa freática alta. Por aquel tiempo, se desconocían los modernos conceptos de Hidrogeología y Geotecnia, garantes en los días actuales de la durabilidad estructural del concreto. Por cierto, debe destacarse la persistencia anacrónica en Chiclayo del empleo de adoquines de piedra labrada a mano con pesos unitarios del orden de 12 Kg, como superficies de rodadura vehicular obviamente toscas. Todas estas consideraciones, entonces, muestran palmariamente al Casco Histórico de Chiclayo como un conjunto urbano difuminado e ineficiente donde se dan la mano el desapego a los espacios públicos, la ausencia de cohesión social, el aumento de las demandas de movilidad con su consecuente aumento del gasto energético, entre otros desafueros socio-ambientales. A propósito, debe remárcarsele el riesgo sísmico de licuefacción del suelo por sacudidas sísmicas señalado en el Mapa de Riesgos de la Región Lambayeque (Instituto Nacional de Defensa Civil), así como el predominio de las edificaciones antiguas, levantadas hasta en dos niveles sobre muros portantes de adobe y mampostería tipo “ciclópeo”.

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Para terminar y orientar al lector en la formación de su personal juicio de valor sobre el tema tratado en éstas líneas, a continuación se detallan los puntos clave para la Sostenibilidad Urbana, contenidos en el documento “Ciudad Sostenible : Desafíos y Propuestas de Gestión Urbana” producido por la Comisión Económica para la América Latina” (CEPAL) en el Seminario celebrado en Santiago de Chile el 17 nov. 2005.

Ocupación racional del territorio Protección de la atmósfera Gestión racional de residuos sólidos y limpieza urbana Aguas Naturaleza, biodiversidad y espacios públicos Prevención de desastres Uso racional de la energía

Chiclayo, Perú, Noviembre 2010

Parte II

CHICLAYO, INVIABLE COMO CIUDAD ECOLOGICA Miguel García Puémape

Ingeniero Sanitario y Ambiental

Una ciudad ecológica, es una CIUDAD SOSTENIBLE en lenguaje de Ingeniería Ambiental.La SOSTENIBILIDAD URBANA, en el ámbito conceptual de la SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL, implica precisamente la expresión “ciudad sostenible”. Desarrollo Sostenible, Ciudad Sostenible y Sostenibilidad Urbana son conceptos asociados y, desde luego, complejos por cuanto pretenden abarcar y equilibrar objetivos de índole distinta.

La “Sostenibilidad Urbana” debe entenderse a partir de la premisa que las ciudades ocupan territorio geográfico y generan residuos sólidos y líquidos con la contaminación ambiental consecuente, erigiéndose como problema crucial para cuya solución se necesitan fundamentalmente innovaciones en el conocimiento, con el propósito de atender a cabalidad las demandas del presente y el futuro. Hacia fines del siglo pasado, la sostenibilidad urbana estuvo representada por los “Planes Reguladores” elaborados en Lima para las ciudades importantes del país, con el propósito de orientar y normar los usos del suelo urbano, bajo el riesgo evidente del desconocimiento del potencial técnico-económico de las comunas locales para planificar sus núcleos urbanos equilibradamente, en función de algún asomo de lo que hoy se entiende como condiciones mínimas de sostenibilidad urbana.

A nivel continental, en el contexto del desarrollo sostenible, las ciudades enfrentan la necesidad de encontrar formas de vida donde la inclusión, el respeto por la vida humana, la modificación del uso de recursos naturales, la orientación de los cambios tecnológicos, el reforzamiento de las instituciones, la coordinación del crecimiento económico con el desarrollo social equilibrado, la preservación ambiental y el mejoramiento de la imagen urbana, eslabonen la cadena del progreso con calidad de vida.

En nuestro Perú, las ciudades padecen los efectos de problemas enraizados en el modelo de gestión y planificación pobre imperantes, evidenciados por la falta de preparación

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técnica e incapacidad económica gubernamental para afrontar las presiones de su crecimiento (que no “desarrollo”), la falta de planificación local adecuada y la politización institucional, el gran obstáculo que impide entender la ciudad a través del enfoque integrado, una metodología moderna orientada a determinar si un proyecto se apega a su conveniencia, factibilidad y a los criterios de sostenibilidad, a través de todas las fases del ciclo del proyecto, Estas condiciones exigen nuevos modelos de vida capaces de responder satisfactoriamente a la acumulación de problemas funcionales, sociales y ambientales, así como a los procesos de transformación en actual desarrollo (globalización de la economía, revolución informática, etc.). En suma, debe haber una visión integral del desarrollo urbano, tanto en las tareas de planificación como en su integración con la gestión urbana, la implantación de los modelos de desarrollo sostenible que convengan a todos los grupos sociales con la participación de ciudadanos capaces de visualizar la ciudad y entender la calidad de su entorno, en particular los espacios públicos.

La Sostenibilidad Urbana y el Factor Socio-culturalUna “ciudad” es en sí misma, un ecosistema, porque en ella interactúan con su ambiente organismos vivos, sus poblaciones. Las ciudades son sistemas abiertos, supeditadas a un aprovisionamiento material, energético y de información externa, con la finalidad última de mantener su estructura y vitalidad. Una ciudad digna de tal nombre, tiene capacidad para asimilar, seleccionar y procesar la información del medio y evolucionar hacia estadios superiores de progreso y bienestar, configurada por una estructura social bien tejida, palabras mayores que se intenta interpretar a continuación sobre la base del significado de la palabra CIUDADANIA, como derivación lexicológica de CIUDAD.

La palabra “ciudad” sirve por lo común para designar una determinada entidad político-administrativa urbanizada, en donde se dan en sentido epistemológico relaciones de contacto, regulación, intercambio y comunicación. La forma de producir la ciudad en todas sus manifestaciones, es secundaria en relación con la interacción entre los ciudadanos y sus actividades e instituciones. Tras ésta corta disquisición, aparece clara la interpretación de CIUDADANIA con el sentido de pertenencia. En cuanto a concepto, ciudadanía es la aptitud básica y la condición jurídica para el ejercicio de los derechos políticos. En éste contexto, la sostenibilidad urbana es una responsabilidad compartida que exige un aprendizaje progresivo para que todos los ciudadanos participen en su gestión adecuada, lo cual supone sensibilizarlos con la sostenibilidad y el medio ambiente, a los efectos de cambiar las muchas inercias en su comportamiento y respuestas conductuales colectivas.

Como un ejemplo que ilustra lo dicho, cabe citar el cortoplacismo tan distintivo de las ejecutorias gubernamentales de los niveles nacional, regional y municipal peruanos, como una consecuencia de la notoriamente mayoritaria ausencia de espíritu cívico. Perturba la sostenibilidad urbana, generando el aumento crítico de los problemas de sus ciudades y el consecuente mayor empobrecimiento de la calidad de vida. Las autoridades, entonces, para asumir a plenitud su responsabilidad institucional en el tema, requieren del apoyo de instituciones fuertes de rango superior para trazar las líneas de base direccionadas hacia la protección de los ecosistemas de los sectores críticos para el consumo de recursos o la generación de residuos.

Desde luego, bajo la premisa que el Urbanismo actual ya integra en sus acciones la variable ambiental en oposición a la marcada tendencia de producción rápida de suelo urbano, infraestructura y productos inmobiliarios, se impone un importante cambio de lógica orientado fundamentalmente en favor de la participación mas decidida de la

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ciudadanía en los procesos de planificación, de manera tal que permita emplear la inteligencia colectiva como herramienta robusta para modificar su relación con el ambiente. No hay mejor manera de lograr que la planificación estratégica sea el elemento clave para imponer en nuestro medio la cultura urbanística basada en criterios de sostenibilidad aplicados al planeamiento urbano. Chiclayo, Perú, Enero 2011

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CASCO HISTORICO DE CHICLAYO

Imagen satelital Google Earth Año 2012. En caracteres color blancoaparecen identificadas, desde arriba y girando en el sentido de las agujas del reloj, las avenidas Pedro Ruiz, Saenz Peña, Bolognesi yLuis González. Extensión superficial de Ia imagen: Long. 660m, Alt.830m.

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SECTOR RESALTADO POR OVALO AMARILLO EN LA IMAGEN SATELITAL : CATEDRAL Y PLAZA MAYOR

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PALACIO MUNICIPAL DE CHICLAYO

Ubicación : Calle San José, lado norte de la Catedral, frente a la Plaza Mayor.

Foto tomada por el autor en Febrero 2012.

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CHICLAYO ANTIGUO 1920

PLAZA MAYOR

Fotografía en sepia recuperada con programa Photoshop.La vista está orientada en sentido opuesto al de la foto en

la página 7.

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CALLE TIPICA DEL CASCO HISTORICOAlfredo Lapoint sur, cuadra próxima a Calle

Elías Aguirre.

El ancho de la calzada de adoquines de piedra labrada a mano, puede deducirse observando el diámetro 1.50m de la losa de tapade la cámara de registro del alcantarillado sanitario, casi al centrode la foto, tomada por el autor en septiembre de 2012.

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TRAMA VIAL SIN ARTICULACION GEOMETRICA

Imagen satelital Google Earth 2012. Extensión superficial:Long. 2 Km, Alt. 1.5 Km

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