Chicas de Flores

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METROPOLI Es la cantidad de turistas que visitaron la ciu- dad de Buenos Aires durante el fin de sema- na largo de Pascuas. De ellos, 110.000 vinie- ron del exterior. Así lo indican los datos de la Secretaría de Desarrollo Económico porteña. yCiudad oculta Patricia Kolesnicov DE LA REDACCION DE CLARIN La galería de las chicas de Flores 342.650 ySin cuartel Sólo la mitad de los tres millones de jubila- dos y pensionados afiliados al PAMI acce- derían a la campaña de vacunación contra la gripe impulsada por el Gobierno, ante la fal- ta de presupuesto y la cotización del dólar. –¿Tiene algo de especial para usted esta plazoleta de Belgrano, en Jura- mento casi Cabildo, pegada a la igle- sia? –Cuando era chica vivía en Olazábal y Amenábar. Iba a un colegio cruzando la plaza. La iglesia era una referencia. Des- pués allí tomé la comunión. Ahora ven- go a tomar café a esta plazoleta. –¿No le molestan las palomas? –A veces son muy fastidiosas. Algún día me van a decir: “Che, dame un poco de café”. ¡Siempre quieren mis brownies! –¿Dónde vive ahora? –En Saavedra, frente al parque. Siempre he vivido por la zona. Creo que éste es mi lugar: todavía se escucha al afilador, al churrero que viene los sábados y do- mingos, también pasa con su altoparlan- te un tipo que vacuna perros. Lo que no se conserva tanto es la costumbre que tenía yo cuando era chica de jugar en la calle. A Bruno, mi hijo, lo tengo que lle- var al Parque Saavedra. –¿Van seguido? –Lo usamos mucho. Desde que lo par- quizaron, la gente sale a correr, a andar en bicicleta, a patinar. Desde hace unos meses hay una feria de artesanos de Saa- vedra. Y los jueves y domingos está la fe- ria para comprar verdura y pescado. El parque tiene vida propia. En estos mo- mentos es lindo ver cómo se reúnen los vecinos. La muni colabora poniendo aros de básquet, las redes para jugar vóley... Ahora, en el parque, podemos hacer otras cosas además de tomar mate. –¿Qué fue lo último que le compró a un artesano? –Compré un juego que es, ehh, bueno, es un hilito, que tenés que sacar, es co- mo un laberinto... –¿No le parece que la engañaron? –(Se ríe.) No, no lo sé explicar, pero es divertido. “En Saavedra todavía se puede escuchar al afilador y al churrero” yNada de evasivas Gabriela Toscano Actriz uEscenas de la city uLa basura y el dólar El número que hablauu Increíble pero...uu ¡! GUSTAVO CHERRO Pasó otra semana con angustiantes re- marcaciones. Y a río revuelto, hubo quienes apelaron a la viveza criolla: algunos quioscos porteños vendieron los cigarrillos con aumento, aun- que las tabacaleras aclararon que no habían ajustado sus precios. El con- sumo cotidiano es, hoy en día, toda una aventura en la Argentina. Las chicas de Flores tienen el pelo fucsia, como las remeras de oferta en las ga- lerías de Rivadavia, y usan pantalones de lycra que les acarician los muslos en un volar de folletos. Las chicas de Flores andan de jean, de remeras negras, de pantalones de vestir- se para ir a atender la marroquinería. Se les van los ojos dulces detrás de las cam- peritas que el negocio con nombre francés acaba de poner en la vidriera y desean fervientemente el par de zapati- llas que comprarán a plazos, con la pre- sentación del DNI. Las chicas de borceguíes por Rivera Indarte son las bisnietas de las que vio Oliverio Girondo “tomadas de los bra- zos, para transmitirse sus estremeci- mientos”. Ella fue una chica de Flores, pero hace treinta años. Un metro y medio de altu- ra, llegaba a pie a capitanear la boutique. Ya era ruidosa la avenida, aunque no tanto como ahora, que casi no escucha a su her- mana que la lleva del brazo. Cruzaba la plaza –la plaza Flores– en diagonal y los hombres le derramaban pa- labras al oído. Pasaron treinta años, ella siente que es la misma que aquella cua- rentona altiva pero los hombres no le ale- tean como mariposas; esta tarde los hom- bres juegan al truco en las mesas de ce- mento y azulejitos. Son más de cincuenta. Sus dos hijos varones montaron alguna vez los caballos de esa calesita. Esta tarde en la que va a visitar a “las chicas” de su galería, los caballos andan livianos y los autitos no tienen conductor. La calesita gi- ra vacía y Manu Chao desde el parlante pregunta: “¿Qué hora son, mi corazón?”. Son las tres. Una mujer que habita en la plaza, otra chica de Flores, prepara dos chorizos en una sartén. La grasa cruje so- bre ese fuego que prendieron las ramas de los árboles que desparraman flores lilas en la plaza. Parece que va a llover y la mujer insulta al cielo. No llega a leer el cartel de la iglesia de enfrente: San José, testigo de la esperanza. Dos caballos arrastran dos carros entre la batalla de colectivos. Ella ahora tiene los huesos blandos, pero se apoya en su her- mana y entra en la galería. Ahí las chicas de Flores –las veinteañeras, las treintañe- ras– se acuerdan de cuando sus nombres figuraban en las listas de casamiento de los bazares del barrio y empujan las mo- chilas rodantes de sus niños. Alguna vendedora queda de las que la conocieron. Quizá las que tuvieron el co- raje “de cortarse el cuerpo a pedacitos y arrojárselo a todos los que les pasan la ve- reda”. w Mientras alguien revolvía la basura, allá enfrente, en el Banco Nación, los coleros ejercitaban un oficio rentado de la crisis: pa- sar la noche para asegurarse los mejores lugares en la fila y des- pués vendérselos a ahorristas ansiosos por comprar dólares. Ocurrió sobre el cierre del fin de semana largo. En los días si- guientes se aplacó tanta vorágine en la city porteña. 52 CLARIN INFORMACION GENERAL DOMINGO 7 DE ABRIL DE 2002 EUGENIO SEMINO DEFENSOR DEL PUEBLO PARA LA TERCERA EDAD. “Quienes no reciban la dosis contra la gripe seguramente requerirán atención médica. Eso representa más gasto, si se lo quiere mirar con óptica economicista.” JOSE CORCHUELO BLASCO INTERVENTOR DEL PAMI. “Si no conseguimos fondos vamos a tener que focalizar la aplicación. Dársela a los que la necesitan. A las personas sanas les recomendaremos cuidarse más.”

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(NEGRO) - Pub: A_TAPA Doc: 05200D Red: 60% Ed: Primera EDICION Cb: 00 Enviado por: Dia: 07/04/2002 - Hora: 02:08

METROPOLI

Es la cantidad de turistas que visitaron la ciu-dad de Buenos Aires durante el fin de sema-na largo de Pascuas. De ellos, 110.000 vinie-ron del exterior. Así lo indican los datos de laSecretaría de Desarrollo Económico porteña.

yCiudad oculta Patricia Kolesnicov DE LA REDACCION DE CLARIN

La galería de las chicas de Flores

342.650

ySin cuartel

Sólo la mitad de los tres millones de jubila-dos y pensionados afiliados al PAMI acce-derían a la campaña de vacunación contra lagripe impulsada por el Gobierno, ante la fal-ta de presupuesto y la cotización del dólar.

–¿Tiene algo de especial para ustedesta plazoleta de Belgrano, en Jura-mento casi Cabildo, pegada a la igle-sia?–Cuando era chica vivía en Olazábal yAmenábar. Iba a un colegio cruzando laplaza. La iglesia era una referencia. Des-pués allí tomé la comunión. Ahora ven-go a tomar café a esta plazoleta.–¿No le molestan las palomas?–A veces son muy fastidiosas. Algún díame van a decir: “Che, dame un poco decafé”. ¡Siempre quieren mis brownies!–¿Dónde vive ahora?–En Saavedra, frente al parque. Siemprehe vivido por la zona. Creo que éste esmi lugar: todavía se escucha al afilador,al churrero que viene los sábados y do-mingos, también pasa con su altoparlan-te un tipo que vacuna perros. Lo que nose conserva tanto es la costumbre quetenía yo cuando era chica de jugar en lacalle. A Bruno, mi hijo, lo tengo que lle-var al Parque Saavedra.–¿Van seguido?–Lo usamos mucho. Desde que lo par-quizaron, la gente sale a correr, a andaren bicicleta, a patinar. Desde hace unosmeses hay una feria de artesanos de Saa-vedra. Y los jueves y domingos está la fe-ria para comprar verdura y pescado. Elparque tiene vida propia. En estos mo-mentos es lindo ver cómo se reúnen losvecinos. La muni colabora poniendo arosde básquet, las redes para jugar vóley...Ahora, en el parque, podemos hacerotras cosas además de tomar mate.–¿Qué fue lo último que le compró aun artesano?–Compré un juego que es, ehh, bueno,es un hilito, que tenés que sacar, es co-mo un laberinto...–¿No le parece que la engañaron?–(Se ríe.) No, no lo sé explicar, pero esdivertido.

“En Saavedra todavíase puede escuchar alafilador y al churrero”

yNada de evasivas

Gabriela Toscano

Actriz

uEscenas de la city uLa basura y el dólar

El número que hablauuIncreíble pero...uu

¡!

GUSTAVO CHERRO

Pasó otra semana con angustiantes re-marcaciones. Y a río revuelto, hubo quienes apelaron a la viveza criolla:algunos quioscos porteños vendieron los cigarrillos con aumento, aun-que las tabacaleras aclararon que no habían ajustado sus precios. El con-sumo cotidiano es, hoy en día, toda una aventura en la Argentina.

Las chicas de Flores tienen el pelo fucsia,como las remeras de oferta en las ga-lerías de Rivadavia, y usan pantalones delycra que les acarician los muslos en unvolar de folletos.

Las chicas de Flores andan de jean, deremeras negras, de pantalones de vestir-se para ir a atender la marroquinería. Seles van los ojos dulces detrás de las cam-peritas que el negocio con nombrefrancés acaba de poner en la vidriera ydesean fervientemente el par de zapati-llas que comprarán a plazos, con la pre-sentación del DNI.

Las chicas de borceguíes por RiveraIndarte son las bisnietas de las que vioOliverio Girondo “tomadas de los bra-zos, para transmitirse sus estremeci-mientos”.

Ella fue una chica de Flores, pero hacetreinta años. Un metro y medio de altu-

ra, llegaba a pie a capitanear la boutique.Ya era ruidosa la avenida, aunque no tantocomo ahora, que casi no escucha a su her-mana que la lleva del brazo.

Cruzaba la plaza –la plaza Flores– endiagonal y los hombres le derramaban pa-labras al oído. Pasaron treinta años, ellasiente que es la misma que aquella cua-rentona altiva pero los hombres no le ale-tean como mariposas; esta tarde los hom-bres juegan al truco en las mesas de ce-mento y azulejitos. Son más de cincuenta.

Sus dos hijos varones montaron algunavez los caballos de esa calesita. Esta tardeen la que va a visitar a “las chicas” de sugalería, los caballos andan livianos y losautitos no tienen conductor. La calesita gi-ra vacía y Manu Chao desde el parlantepregunta: “¿Qué hora son, mi corazón?”.

Son las tres. Una mujer que habita en laplaza, otra chica de Flores, prepara dos

chorizos en una sartén. La grasa cruje so-bre ese fuego que prendieron las ramas delos árboles que desparraman flores lilas enla plaza. Parece que va a llover y la mujerinsulta al cielo. No llega a leer el cartel dela iglesia de enfrente: San José, testigo dela esperanza.

Dos caballos arrastran dos carros entrela batalla de colectivos. Ella ahora tiene loshuesos blandos, pero se apoya en su her-mana y entra en la galería. Ahí las chicasde Flores –las veinteañeras, las treintañe-ras– se acuerdan de cuando sus nombresfiguraban en las listas de casamiento delos bazares del barrio y empujan las mo-chilas rodantes de sus niños.

Alguna vendedora queda de las que laconocieron. Quizá las que tuvieron el co-raje “de cortarse el cuerpo a pedacitos yarrojárselo a todos los que les pasan la ve-reda”. w

Mientras alguien revolvía la basura, allá enfrente, en el BancoNación, los coleros ejercitaban un oficio rentado de la crisis: pa-sar la noche para asegurarse los mejores lugares en la fila y des-

pués vendérselos a ahorristas ansiosos por comprar dólares.Ocurrió sobre el cierre del fin de semana largo. En los días si-guientes se aplacó tanta vorágine en la city porteña.

52 CLARIN INFORMACION GENERAL DOMINGO 7 DE ABRIL DE 2002

EUGENIO SEMINO DEFENSOR DEL PUEBLOPARA LA TERCERA EDAD. “Quienes no recibanla dosis contra la gripe seguramente requeriránatención médica. Eso representa más gasto, sise lo quiere mirar con óptica economicista.”

JOSE CORCHUELO BLASCOINTERVENTOR DEL PAMI. “Si no conseguimos

fondos vamos a tener que focalizar la aplicación.Dársela a los que la necesitan. A las personas

sanas les recomendaremos cuidarse más.”