Chiaramonte, J.C. El Federalismo Argentino en La Primera Mitad Del Siglo XIX.

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Materia: Historia Argentina y latinoamericana

Unidad 1: La formación de la Argentina moderna

1.1 Alternativas y proyectos en torno a la configuración de la nación argentina: La generación del 37’. Los proyectos de Alberdi y Sarmiento. La formación del Estado- Nacional.

Chiaramonte J. C: “El federalismo argentino en la primera mitad del siglo XIX”

Preguntas:

¿Por qué se demora tanto tiempo la construcción del Estado-nación? ¿Qué factores intervienen?

¿Por qué se dicta recién en 1852 la constitución federal Argentina?

¿Qué es el federalismo?

Pautas para el análisis del texto:

- Conflicto por la forma de Estado: Unitarios y Federales.

- Conceptos de federalismo.

- Características de la confederación.

-Promesa de Rosas por federalizar.

-Artigas y el proyecto confederal: Respeta autonomías y delega elementos en el estado soberano.

-Conceptos de Nación y Estado. Problema de la legitimidad.

- Relación entre la imposibilidad de proyectos para la organización nacional y la lucha de las provincias para conservar la autonomía y resistir el avasallamiento de Buenos Aires.

-Partida de la organización nacional en 1860: Reconocimiento de la supremacía de Buenos aires. Triunfo de Mitre. Bases de construcción nacional.

- División internacional del trabajo: Determinismo inglés.

- Unificación nacional hacia 1870: Moneda, ejército, frontera.

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INTRODUCCIÓN (DESMALEZANDO)

Entre 1810 y 1853 el conjunto de pueblos que compondrían en el futuro a la República argentina careció de texto constitucional y de estructura estatal permanente (se demoraba en reunir asambleas constituyentes). El llamado “federalismo argentino” era un conjunto de tendencias políticas que lo poco que produjo fue una débil confederación (mera alianza que formalizaba relaciones) entre 1831 y 1853.

Equívoco sobre “federalismo argentino”:

Argentino designaba solamente a los porteños y no al alcance de su territorio actual. Entonces es equivocado hablar de una nacionalidad Argentina ya existente hacia 1810. Además, en ésta época el uso del término Argentina y de la expresión Río de la Plata designaban el primer bosquejo de Estado nacional rioplatense que, generado en los hombres de Buenos Aires, consideraba a todo el territorio del antiguo virreinato como dependencia de esta ciudad (la idea de decisión compartida es un error).

En el concepto de Federalismo no se debe olvidar la distinción entre Confederación y Estado Federal. Para aquellos que pretendían una Confederación y no un Estado Federal debemos considerarlos Estados independientes y soberanos y no provincias de alguna nación o Estado preexistente. El anti-monarquismo y el anti-unitarismo no son excluyentemente Federalismos. El federalismo no debe ser entendido como fenómenos de descentralización sino como procesos de unificación, pero no todas las tendencias a la autonomía son federales.

EL PACTO FEDERAL DE 1831

El momento culminante del federalismo argentino se produce en 1831 cuando se suscribe el Pacto federal, fundamento contractual de la llamada Confederación Argentina, hasta el acuerdo de 1852. Surge como tratado constitutivo de una Liga de las provincias del litoral y luego suscrito por el resto de las provincias argentinas1.

Condicionamientos económicos del federalismo: La Liga del Litoral se enfrenta a la Liga (unitaria) del Interior, y a su vez, Corrientes y Buenos Aires se disputan la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay en tanto decisión política proteccionista en primer lugar o de libre cambio en el segundo2. A pesar de carecer de objeto el Pacto por la desaparición de la Liga del Interior con la muerte del General Paz, el documento sirve para dar una momentánea base de unión a las “provincias” argentinas y abría el avance a una mayor unificación. El pacto reconoce la libertad, soberanía e independencia de las provincias signatarias.

1 Recordar que hay que entender “provincia” como término ambivalente entre estado independiente sin la suficiente afirmación para proponerse como estado con independencia nacional definitiva pero tampoco resueltas a integrarse con sus vecinas al grado de generar un nuevo Estado rioplatense2 Ver página 92 del original o 36 de la fotocopia, segundo párrafo.

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LA GÉNESIS DEL AUTONOMISMO

Se refiere al comienzo del proceso que condiciona la formación del federalismo rioplatense y que llevará a la emergencia de los estados autónomos y soberanos a partir de 1819.

La cuestión de la soberanía

Las autoridades del gobierno del 25 de Mayo invitarán a los “pueblos” del interior, en calidad de nuevos titulares legítimos del poder, a participar de las deliberaciones políticas en Buenos Aires. Allí surge el problema de la legitimidad que respaldará al nuevo poder: ¿Soberanía rioplatense o de los pueblos que reasumen el poder? La doctrina de la reasunción del poder se expresa como correspondiente a “los pueblos3” y no “al pueblo”. Sin embargo, habiendo tantas soberanías como pueblos, se facilitaba una excesiva intromisión en el gobierno central y favorecía la variante de una unión confederal que sería rechazada en noviembre de 1810.

Posturas que muestran el trasfondo de las luchas políticas que intervendrán en la formación del Estado nacional:

Federalismo argentino. Soberanía a todas las ciudades americanas (Buenos aires es una más de ellas). Aunque como vimos, autonomía no significa federalismo y en los primeros años de independencia ésta postura no será incompatible con la organización de un Estado unitario (de hecho excepto Córdoba y el Litoral el resto no se resistía al Estado Unitario).

Nuevo Estado “unitario” centralizado en los representantes de Buenos Aires4, con apoyo de las ciudades que pretendían mantener la anterior relación con la capital del territorio. La soberanía deja de estar en los pueblos para corresponder a la “nación”. Se intenta que los diputados no sean apoderados del pueblo que representan.

Las primeras manifestaciones de autonomismo de los “pueblos”

En el marco de la reglamentación sobre el alcance de los gobiernos locales, surgen conflictos entre las juntas provinciales, las cuales daban incipientes manifiestos de autonomía y los cabildos que intentan controlarlas. Es aquí dónde deberían buscarse los comienzos del federalismo rioplatense, ya que el tono del reclamo tiende a eso, sin embargo según Chiaramonte, quien revisa el caso de las demandas de Jujuy en 1811, afirma que éstas solo pueden considerarse pretensiones autonomistas, más aún, Gorriti

3 El concepto pueblo remite a la escisión de la soberanía en cuanto a la jurisdicción municipal del territorio rioplatense.4 Recordar que según Chiaramonte no es preciso identificar excluyentemente unitarismo con porteñismo.

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rechaza explícitamente el federalismo y admite la continuidad de relaciones directas con la “Junta superior de Buenos Aires” en el caso de aprobarse su petitorio.

El autonomismo comunal se amplía a la dimensión provincial

La organización territorial dispuesta por las ordenanzas de intendentes propias del

proceso de desarticulación del espacio virreinal en 1782 (la cual distinguía entre

ciudades capitales de intendencias y ciudades subordinadas) intentó ser conservada por

los primeros gobiernos criollos. Ésta política se estrellaría con las pretensiones políticas

generadas al calor del movimiento independista en el seno de los pueblos rioplatenses.

Las ciudades autonomizadas dan origen a la posterior formación de las 14 provincias

argentinas.

Significado de la soberanía e independencia de los “pueblos” y “provincias”

Los pueblos y provincias que se atribuyeron el carácter de soberanos e independientes

continuaban concibiendo como necesaria la delegación de parte de la soberanía en un

gobierno superior.

Cabe mencionar aquí la división de posturas entre la organización de un Estado unitario

con gobierno superior en Buenos Aires (junto a sus aliados en las ciudades y pueblos

del interior rioplatense) y las propuestas confederales iniciadas por Artigas fogoneadas

por el recelo a las pretensiones hegemónicas de Buenos Aires.

Finalmente la Unión confederal terminó por ser considerada la forma más idónea para

garantizar esos derechos, especialmente frente al amenazante poder de Buenos Aires,

con la paradójica consecuencia de que también terminó por ser preferida en ésta ciudad.

Insistiendo, esas tendencias llamadas “federales” se fundaban en los antiguos derechos

de los “pueblos” al autogobierno. De esta forma, los pueblos que aceptaron el liderazgo

de Artigas, los del litoral e incluso Córdoba, enfrentaron a Buenos Aires uniendo el

trasfondo autonomista a francas demandas confederales.

“Lo que muestra entonces el proceso político de la primera década revolucionaria es la

perduración de las tendencias al autogobierno provenientes del periodo hispano-

colonial, reformuladas en las tendencias autónomas desarrolladas luego de mayo de

1810 sobre la base de la retroversión de la soberanía. Pero la relación entre estas

tendencias y el confederacionismo no es general ni posee un carácter de necesidad.

Será la unión de la prédica “federalista” de una parte de conjunto de autonomías

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rioplatenses, la de los pueblos de la Banda Oriental y del litoral, [...] la que conduzca

al triunfo del “federalismo” hacia 1820 [...] y su victoria definitiva luego de la crisis de

1826-1828. Pero para ello fue necesario que esa tendencia ganara también a la propia

Buenos Aires”.5

“Los lazos que unían al conjunto de los “pueblos” hispanoamericanos se expresaban

en una conciencia de compartir la pertenencia a una misma nación –luego se dirá

nacionalidad- americana o sudamericana, sin que entrañara la necesidad de construir

un estado que la contuviese, mientras que el propósito de organizar

constitucionalmente el nuevo estado rioplatense concernía a otro tipo de problemas

relativos a transacciones políticas, de naturaleza contractual, como las implicadas por

la organización de un organismo estatal basado en el supuesto de la soberanía de los

pueblos”.6

5 Paginas 113 y 114 del original, 45 y 46 del apunte. 6 Páginas 114 y 115 del original, 46 del apunte.