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CHALMERS, Alan ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Editorial Siglo XXI. Madrid, 1992. RESUMEN EXPLICATIVO En su libro ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? , Chalmers empieza con la frase En la era moderna se siente un gran aprecio por la ciencia . Pero dicha afirmación es modificada por el mismo autor en este libro ya que la ciencia deshumaniza porque no trata como es debido a las personas y a la naturaleza. Si hacemos un balance de los que defienden y los que atacan a la ciencia, encontraremos un elevado número de personas que están en contra. Estas personas consideran que los avances tecnológicos ponen en peligro nuestra sociedad y nos destruyen a nosotros mismos. Sin embargo, existen (aunque en menos número) las personas que le tienen una elevada consideración a la ciencia. A pesar de este claro desagrado hacia la ciencia por parte de la sociedad, muchos filósofos y sociólogos se interesan por ella, ya sea para venerarla o para ridiculizarla. Entre ellos se encuentra Paul Feyerabeud que se opone a la ciencia y lo demuestra de la siguiente manera : ... las actitudes corrientes con respecto a la ciencia equivalen a una ideología que desempeña un papel semejante al que desempeñaba la Cristiandad en la sociedad occidental hace unos cuantos cientos de años y de la que necesitamos liberarnos. 1 Existe una especie de debates entre los que rechazan y los que veneran la ciencia. Entre estos últimos, se encontraban los positivistas lógicos, que defendieron la ciencia y la distinguieron del discurso religioso y metafísico. El objetivo de éstos fue construir una definición general de la ciencia y de sus métodos y criterios. Una vez conseguido esto, pretendían desafiar la pseudociencia, de la que hablaremos más adelante. Esta definición general o concepción general trataba de ser universal y ahistórica. Universal porque intentaba aplicarse a todas las afirmaciones de la ciencia por igual y ahistórica porque se aplicaría tanto a las teorías pasadas como a las presentes y futuras. Estos fueron los rasgos más significativos del positivismo lógico. El positivismo persiste y lo podemos apreciar fijándonos en filósofos de la ciencia tan destacados como Imre Lakatos y Karl Popper. Lakatos consideraba que el problema de la filosofía de la ciencia era establecer las condiciones universales. Actualmente podemos encontrar científicos que están de acuerdo con utilizar una concepción universal del método científico para así, de esta manera, mejorar y defender la ciencia. Chalmers considera que la estrategia positivista está equivocada si lo que pretende en realidad es defender la ciencia. Los positivistas no distinguen entre normas y método universal absoluto, por un lado, y normas y métodos contingentes sujetos a cambio, por otro. Por otra parte, si las normas se hallan implícitas en las prácticas que

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CHALMERS, Alan¿Qué es esa cosa llamada ciencia?

Editorial Siglo XXI. Madrid, 1992.  RESUMEN EXPLICATIVO En su libro ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, Chalmers empieza con la frase En la era moderna se siente un gran aprecio por la ciencia. Pero dicha afirmación es modificada por el mismo autor en este libro ya que la ciencia deshumaniza porque no trata como es debido a las personas y a la naturaleza.Si hacemos un balance de los que defienden y los que atacan a la ciencia, encontraremos un elevado número de personas que están en contra. Estas personas consideran que los avances tecnológicos ponen en peligro nuestra sociedad y nos destruyen a nosotros mismos.Sin embargo, existen (aunque en menos número) las personas que le tienen una elevada consideración a la ciencia.A pesar de este claro desagrado hacia la ciencia por parte de la sociedad, muchos filósofos y sociólogos se interesan por ella, ya sea para venerarla o para ridiculizarla. Entre ellos se encuentra Paul Feyerabeud que se opone a la ciencia y lo demuestra de la siguiente manera :... las actitudes corrientes con respecto a la ciencia equivalen a una ideología que desempeña un papel semejante al que desempeñaba la Cristiandad en la sociedad occidental hace unos cuantos cientos de años y de la que necesitamos liberarnos.1Existe una especie de debates entre los que rechazan y los que veneran la ciencia.Entre estos últimos, se encontraban los positivistas lógicos, que defendieron la ciencia y la distinguieron del discurso religioso y metafísico. El objetivo de éstos fue construir una definición general de la ciencia y de sus métodos y criterios. Una vez conseguido esto, pretendían desafiar la pseudociencia, de la que hablaremos más adelante.Esta definición general o concepción general trataba de ser universal y ahistórica. Universal porque intentaba aplicarse a todas las afirmaciones de la ciencia por igual y ahistórica porque se aplicaría tanto a las teorías pasadas como a las presentes y futuras. Estos fueron los rasgos más significativos del positivismo lógico.El positivismo persiste y lo podemos apreciar fijándonos en filósofos de la ciencia tan destacados como Imre Lakatos y Karl Popper. Lakatos consideraba que el problema de la filosofía de la ciencia era establecer las condiciones universales.Actualmente podemos encontrar científicos que están de acuerdo con utilizar una concepción universal del método científico para así, de esta manera, mejorar y defender la ciencia.Chalmers considera que la estrategia positivista está equivocada si lo que pretende en realidad es defender la ciencia. Los positivistas no distinguen entre normas y método universal absoluto, por un lado, y normas y métodos contingentes sujetos a cambio, por otro.Por otra parte, si las normas se hallan implícitas en las prácticas que tienen éxito, no se puede evaluar dichas prácticas sin aquella. Por ejemplo, si comparamos la física aristotélica y la física galileana, nos damos cuenta que para argumentar cuál de las dos es superior, necesitamos alguna norma superior, ya que las normas aristotélicas nos llevan a adoptar un aposición a favor de la física de Aristóteles, mientras que las otras normas van a favor de Galileo. Esto nos lleva a la necesidad de un método universal.Como dice Chalmers, tenemos normas absolutas o tenemos el relativismo escéptico. Pero esto, en cualquier caso, es cuestión de gusto.Chalmers intenta encontrar un término medio entre el método universal y el relativismo escéptico.Primeramente, hace falta la finalidad de la ciencia, que es establecer teorías y leyes generales aplicables al mundo. Si establecemos estas teorías y leyes de la manera más exigente posible, obtendremos en qué medida son aplicables al mundo y, por tanto, la medida en que son útiles. La finalidad de la ciencia se evalúa según los distintos intereses.Para Chalmers, la física es una empresa objetiva y progresiva. Su argumentación se apoya en lo que ha logrado la física y cómo lo ha conseguido. Todo auténtico conocimiento se ha de conformar a los métodos y normas de la física. De manera que, hay cuestiones que se presentan como científicas porque se supone que han sido construidas con métodos similares a los de ésta.Tales cuestiones son las que son criticadas por Chalmers y llamadas pseudociencia. Chalmers tan sólo evalúa las disciplinas con finalidades y métodos similares a los de la física y deja de lado las demás disciplinas.El ser humano es quien evalúa el conocimiento y para comprender de qué maneras se puede hacer, se debe analizar los aspectos relevantes de la naturaleza humana, que son : la capacidad que tienen los humanos de razonar y de observar el mundo mediante los sentidos.

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Descartes era partidario del primero de los aspectos y, según él, había que liberarse de muchos errores que nos podían confundir y no llegar a entender la naturaleza del conocimiento y sus límites.John Locke explica que es necesario examinar nuestras propias capacidades y ver a qué se puede enfrentar nuestro entendimiento. La más importante de dichas capacidades es la de observar el mundo mediante los sentidos.Tanto las teorías racionalistas como las empiristas padecen serios problemas internos. Así lo argumenta Chalmers :Los racionalistas, que intentan justificar como verdades del mundo las proposiciones a las que llegan a través de la claridad y nitidez del pensamiento, se vieron de hecho obligados a adoptar una noción problemática de autoevidencia. (Merece la pena recordar que la mayor parte de la física de Descartes, que intentaba justificar apelando a su método racionalista, resultó ser totalmente falsa).2 También los empiristas se enfrentaron con sus problemas : la inexactitud y el alcance restringido de los sentidos.Estos problemas son suficientes para desacreditar los intento de basar la teoría de la ciencia en la naturaleza humana. Sin embargo, no se deben rechazar como concepciones adecuadas de la ciencia.Los humanos somos capaces de pensar y sentir. Sin embargo, no se puede justificar la naturaleza del conocimiento científico apelando a la razón, ya que, de esta manera, cambia históricamente pues el razonamiento y la experimentación implicados en la ciencia evolucionan también históricamente.Algunos filósofos deducen que para comprender la ciencia y sus método, debemos centrarnos en la propia ciencia y los métodos que incorpora. Estos filósofos consideran que la física y su historia ilustran la ciencia en todo su esplendor. De manera que, se intenta desarrollar la teoría que más se asimile a la física. Pero nos encontramos con un problema : no disponemos de ninguna teoría adecuada a la ciencia y sus métodos que sea compatible con la historia y la práctica contemporánea de la física. Y así lo señala Feyerabeud en su libro Contra el método. Los sentidos no son un método seguro para identificar la ciencia, pues los enunciados observacionales son contrastables y revisables y, por lo tanto, son modificables. Como bien dicen los positivistas, la ciencia tiene una base observacional, sin embargo, las teorías científicas no pueden ser verificadas por esa base.El principal rival del positivismo es la concepción falsacionista de la ciencia de Popper. Popper dice que las teorías científicas son susceptibles a ser mejoradas o sustituidas. Pero algunos de los criterios falsacionistas tienen problemas semejantes a los del positivismo, pues si los aplicamos, muchas de nuestras teorías más admiradas dentro de la física dejan de quedar calificadas como científicas.Popper no cree que hay que descartar las teorías cuando presentan algunos síntomas de dificultad, pues, según él, si hacemos esto nunca llegaremos a descubrir dónde se halla el auténtico poder de las teorías. El criterio de demarcación popperiano para distinguir lo que es ciencia de lo que no es, se puede dividir en dos partes : una lógica y otra metodológica. La parte lógica reconoce que si una teoría ha de efectuar alguna afirmación sustantiva sobre cómo es el mundo, debe haber formas posibles de reconocer que el mundo es diferente a como afirma la teoría. En este aspecto se nos muestra una falsabilidad, entendida como posibilidad de conflicto entre las predicciones de una teoría y algún resultado observable.El aspecto metodológico está ideado para solucionar la falsabilidad que acaba de aparecer.Tiene que ver con el carácter de la estrategia adecuada que hay que adoptar ante las falsaciones aparentes :hay que someter a crítica las teorías, pero no deben ser modificadas introduciendo supuestos incontrastables para solucionarlas porque este es un método acientífico.Pero aparece un problema : si se formula el criterio de demarcación de Popper lo suficientemente fuerte para que actúe, entonces, la física no puede ser considerada científica, porque nuestras más preciadas teorías físicas se enfrentan a problemas que los físicos solucionan de la manera que el aspecto metodológico critica.A estas dificultades y a las de la estrategia positivista se enfrenta Lakatos con su metodología de los programas de investigación científica. Según Lakatos, un programa es científico si abre vías de investigación y si dicha investigación conduce a algún éxito en forma de predicciones nuevas que se confirman. Por lo tanto, si existe algún conflicto en algún aspecto de una teoría, no debe clasificarse como falsación, sino como anomalía. Pero este programa de investigación tiene también problemas. Uno de ellos es que carece de fuerza normativa porque nunca podrá ser rechazada una teoría, ya que el éxito puede estar siempre muy próximo.Esto nos demuestra que es un método ineficaz para combatir la pseudociencia. Podemos notar que Lakatos y todos los que siguen estrategias similares suponen que todo conocimiento científico debe compartir los métodos y normas de la física.Se podría entender la finalidad de la ciencia como la producción de conocimiento del mundo y, por lo tanto, la finalidad de la física como la producción de conocimiento del mundo físico. Cabe distinguir entre dos tipos de

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finalidades: la de producir conocimiento y la de servir los intereses políticos o económicos de clases y grupos específicos.En las ciencias físicas se han desarrollado técnicas para producir conocimiento que afrontan la finalidad de la ciencia. Un rasgo importante del conocimiento científico es la generalidad. Hay una cierta conexión entre generalidad y utilidad. Aunque ha aumentado la importancia de la ciencia como medio de ofrecer un control ampliado y mejorado sobre la naturaleza, existe una cierta resistencia a aceptar una identificación entre la ciencia y su aplicación práctica. La ciencia busca entendimiento y la mejora tecnológica es un subproducto de este entendimiento ampliado.Si nos aferramos demasiado a la imagen de la ciencia como búsqueda de generalidades teóricas, se pierden importantes características de la ciencia, porque muchos descubrimientos han sido conseguidos de manera experimental y práctica, y no contrastando teorías.Cabe una distinción entre ciencia matemática y ciencia experimental (o baconiana en el siglo XVII). La ciencia matemática conllevaba leyes matemáticas con un elevado grado de generalidad, mientras que la ciencia baconiana implicaba un saber−cómo práctico, basado en el experimento de ensayo−y−error.Existen dos razones por las que la existencia de la ciencia baconiana no valida el hecho de centrar la atención en la generalidad científica. La primera razón responde a la cuestión de cómo se pueden explotar los efectos prácticos fuera de las situaciones en las que han sido creados. La respuesta requiere una comprensión teórica adecuada de la situación. La segunda razón es que las generalizaciones teóricas científicas han constituido el blanco principal del ataque escéptico o relativista, más que su eficacia práctica.Si adoptamos como finalidad de la ciencia, el establecimiento de generalizaciones, nos damos cuenta de que existe un problema: cómo establecer dichas generalizaciones.Las filosofías de Platón y Aristóteles incluían respuestas a este problema. La solución de Platón era suponer que nuestras afirmaciones sólo se aplican con certeza a un mundo ideal. Pero la postura de Platón no aporta una solución al problema, ya que buscamos conocimiento del mundo real.Aristóteles distinguió entre propiedades y comportamiento esencial y accidental. Y tan sólo es posible el conocimiento de lo esencial. Su razonamiento ex suppositionne elude al problema. Sin embargo, siguehabiendo una dificultad básica: el método en que se llega a las explicaciones causales de los hechos.Ni Aristóteles ni sus sucesores disponían de la respuesta a las técnicas que distinguen lo esencial de lo accidental. La experiencia también es incapaz de llegar hasta las causas necesarias para distinguir lo esencial de lo accidental.En la física de Galileo encontramos una nueva solución al problema de cómo validar las generalizaciones científicas. No se puede verificar la teoría de Galileo apelando a la experimentación, pues sus afirmaciones no nacían, por lo general, de la experiencia. Sus teorías y leyes científicas describen las tendencias que tienen los sistemas a comportarse de maneras determinadas. No existe una garantía de que las leyes identificadas en la actividad experimental continúen aplicándose fuera de las situaciones experimentales.La ciencia moderna ha reemplazado la finalidad utópica de la certeza por el requisito de desarrollo o mejora continua. Este desarrollo implica que una buena teoría nos diga algo que antes no se sabía.Los individuos no construimos el conocimiento partiendo de cero, sino que tenemos muchos métodos para producirlo y mejorarlo. Lo que debemos hacer es intentar añadir o mejorar el conocimiento disponible. Las nuevas afirmaciones han de ser juzgadas por la medida en que suponen una mejora de lo que había antes. Los requisitos de la ciencia moderna (desarrollo continuo y novedad cualitativa) son más exigentes que los de los antiguos.Como conclusión de la finalidad de la ciencia podemos decir que las generalizaciones científicas no pueden ser justificadas a priori y que la exigencia de certeza es utópica, mientras que la exigencia de transformar y ampliar continuamente nuestro conocimiento no es utópica. La ciencia puede ser practicada de una manera que sirve, predominantemente, el interés de producción de conocimiento y no otros intereses de clases.Los hechos objetivos están para los observadores (por medio de los sentidos), es decir, las experiencias perceptivas de los individuos no están únicamente determinadas por los rasgos físicos, sino también se ven influenciadas por las expectativas y el marco conceptual del observador, incluyendo la base teórica. Los empiristas suponen que la percepción humana nos proporciona los hechos objetivos sobre el mundo que constituyen los fundamentos de la ciencia. Sin embargo, las percepciones humanas no son objetivas. Se ven influidas y conformadas de una manera importante por la subjetividad de los observadores, su bagaje teórico y cultural y sus expectativas y punto de vista. Los juicios sobre lo que son los hechos observables en una situación determinada variarán de persona a persona, de cultura a cultura y de escuela teórica a escuela teórica. Dada esta relatividad de los hechos observables, la ciencia que se basa en ello es, de modo similar, relativa a las personas, las culturas o las escuelas teóricas.3

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Según Feyerabend, si consideramos la descripción que un observador hace de una situación, podemos distinguir entre sensaciones implicadas y descripción verbal de la situación, aunque, en la práctica las dos etapas van unidas. El proceso ocurre de la siguiente manera: ...cuando un observador se enfrenta a una situación y la describe, conecta automáticamente sensación y descripción, la experiencia mental y la descripción verbal aceptada sobre la base de la sensación.  El hecho de que la percepción tiene elementos subjetivos, no ha escapado de los científicos y se ha creado la necesidad de reemplazar la mera observación por observaciones realizadas en circunstancias normalizadas que siguen procedimientos rutinarios.La adecuación y significado de los enunciados observacionales dependen de supuestos teóricos de diversos tipos y, por lo tanto, son falibles y revisables.Como señala Popper, lo problemático de los enunciados observacionales sobre el mundo es que son susceptibles de resistir diversas pruebas. Lo que nos conduce a la objetividad de los enunciados son los resultados de nuestras prácticas. La aceptabilidad de un enunciado observacional no se ha de atribuir al simple hecho de que los expertos estén de acuerdo, a pesar de que tengan destreza y entrenamiento en la observación, porque lo fundamental es la medida en que el enunciado es capaz de resistir las pruebas objetivas y queconlleven el uso competente de los sentidos.Galileo, con su cambio (el telescopio), supuso una transformación de la base observacional de la astronomía y un cambio en las normas que rigen lo que se considera evidencia apropiada en la ciencia. La observaciones que Galileo hizo con su telescopio, posteriormente publicadas, ayudaron a la defensa de la teoría copernicana.Pero hay que plantearse una cuestión: ¿por qué hay que considerar preferentes los datos del telescopio frente a los de los ojos sin más? Galileo no poseía ninguna teoría del telescopio, pero era bien conocido el hecho de que ciertas lentes podían aumentar el tamaño. Se puede demostrar la veracidad de las observaciones telescópicas de los objetos terrestres en virtud del hecho de que se pueden confrontar los datos telescópicos con la observación del objeto visto sin ayuda.Galileo era consciente de sus posibles errores en lo referente a la observación de los planetas y las estrellas , pues hay una notable diferencia entre observar algo ya conocido, a dirigirse a algo desconocido. Según la concepción filosófica de la percepción sensorial de los opositores a Galileo, los sentidos proporcionan información fiable sobre el mundo, de manera que podemos fiarnos de ellos en condiciones normales. Por el contrario, algunos pensaban que sólo la visión directa tenía el poder de captar la auténtica realidad. La introducción del telescopio de Galileo iba, en efecto, en contra de la percepción sensorial inasistida.Galileo observó los satélites de Júpiter e ideó un procedimiento objetivo para medir la separación de los satélites con respecto a Júpiter y esto le permitió armar una defensa muy fuerte a favor de la veracidad de las observaciones de los satélites mediante el telescopio y de las órbitas que les atribuía. Según la teoría copernicana, la distancia de un planeta a la Tierra debe variar durante el traslado de cada uno de ellos alrededor del Sol. Pero las distancias que se observan con el microscopio no son las mismas que las que se pueden apreciar sin ninguna ayuda instrumenta. Ante esta contradicción, Galileo apeló que el ojo introducía un obstáculo propio al ver fuentes luminosas distantes y pequeñas.Así pues, las observaciones efectuadas por Galileo proporcionan una razón para aceptar los datos del telescopio en el terreno astronómico.La experimentación debe proporcionar fundamentos seguros a la ciencia. Sin embargo, algunos rasgos de la experimentación resultan inapropiados para constituir una base observacional segura. Los resultados experimentales deben ser apropiados y significativos y cuando dejen de serlo, hay que rechazarlos o reemplazarlos.Los enunciados observacionales resultan inapropiados para constituir resultados experimentales significativos para la ciencia.Popper lleva a cabo la elaboración de un componente clave del falsacionismo: la noción de contenido empírico de una teoría. Según él, buscamos en la ciencia teorías con alto contenido empírico y eso equivale a optar por teorías falsables. Popper define el contenido empírico de una teoría como falsadores potenciales, que son los denominados enunciados observacionales que chocan con la teoría.Los falsadores potenciales de una teoría son aquellos resultados experimentales que si ocurren, contradicen la teoría. Sólo es posible falsar una teoría mediante la experimentación controlada. Los experimentos que proporcionan estos falsadores potenciales de una teoría con éxito, en vez de ser incorporados, son rechazados como irrelevantes.Seguidamente trataremos la defensa de la experimentación ante el ataque escéptico. Los resultados experimentales dependen de la teoría. Pero hay quienes extraen conclusiones un tanto escépticas, pues concluyen que los resultados experimentales no pueden constituir la base objetiva de nuestras teorías porque

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en sí mismos implican la teoría. No podemos contrastar teorías, pues esto no sería racional. Es necesario declarar al escéptico, que los informes observacionales están formulados en un lenguaje que depende de la teoría y que la experimentación no consiste en hablar del mundo, sino en actuar sobre él. Los resultados de estos experimentos están determinados por el funcionamiento del mundo en vez de por las opiniones teóricas de los experimentadores.Existen algunas dudas escépticas sobre el papel que desempeña la experimentación en la ciencia. Los sociólogos concluyen que ...hay implicada una circularidad cuando se considera que los experimentos proporcionan la base contrastadora adecuada de los teorías científicas.5Para acabar con la discusión de estos problemas de una manera objetiva, es necesario emplear algunas tácticas no científicas ya que los recursos experimentales solos no son suficientes. Según Collins, para poder considerar un experimento científico, basta con creer en ello. Sin embargo, Chalmers parece no estar de acuerdo con estos sociólogos porque, según él, sus conclusiones no están justificadas ni siquiera por sus propios estudios.Si somos objetivos, las características de los individuos (raza, sexo, clase) que crean una teoría científica no deben ser tenidas en cuenta, pues proceden de influencia sociales. Sin embargo, son muchos los sociólogos que difieren de esta opinión ya que creen que la ciencia no es inmune a la explicación social. David Turnbull lo argumenta diciendo que no hay nada peculiar en el conocimiento científico, pues está sujeto a influjos y determinantes, como el resto de formas de conocimiento.Debemos considerar en qué sentido se dice que la ciencia es susceptible de explicación social. Primeramente, hemos de distinguir entre los aspectos cognitivos de la ciencia, y los no cognitivos. Estos últimos llevan implicada la sociología y poseen un gran dominio legítimo, mientras que los aspectos cognitivos son los conflictivos, pues surgen diversas opiniones al plantearlos. La ciencia puede establecer verdades sobre el mundo natural en forma de leyes universales de la naturaleza, las cuales han sido confirmadas mediante enunciados utilizados para juzgar una teoría no son universales, ya que dependen del contexto y son susceptibles de cambio. La cuestión lógica de que existen infinitos enunciados universales compatibles con un determinado conjunto finito de enunciados observacionales lleva a los filósofos tradicionales de la ciencia a la conclusión de que existen infinitas teorías científicas compatibles con la evidencia dada.6Los sociólogos de la ciencia que quieran argumentar que la ciencia está, en parte, determinada por la sociedad, deben hacer algo más que combatir filosofías de la ciencia extremas.El conocimiento científico tiene en sus orígenes una concepción sociológica. Muchos de los conceptos y prácticas empleados en la ciencia, tienen sus orígenes en el mundo social ajeno a la práctica científica concebida.Hay un debate abierto entre sociólogos del conocimiento científico y sus oponentes sobre si hay que explicar o no las creencias de los científicos. Normalmente, no tenemos la posibilidad de conocer el grado de creencia que el científico tiene sobre la teoría que desarrolla. Así pues, pueden haber científicos trabajando en teorías en las que no creen para desacreditarlas, y, sin esperarlo, contribuir a la demostración de dicha teoría. Estas creencias serán racionales si se forman a partir de buenas razones, e irracionales si son producidas por causas psicológicas y sociológicas.Karin Knorr−Cetina insiste en que resulta inadecuado considerar el desarrollo de la ciencia basándose en las creencias de los científicos. Las explicaciones sociológicas del contenido cognitivo de la ciencia sólo resulta apropiado explicarlas en el caso en que la ciencia se haya equivocado. Sin embargo, si la ciencia ha resultado fructífera, tan sólo hace falta recurrir a una explicación racional para explicar su progreso. Esto es debido a que las explicaciones sociológicas recurre a influencias externas. Sin embargo, Chalmers no comparte esta misma opinión.Según Hamlyn, los modos en que podemos percibir algo se pueden dividir en: modos adecuados y modos erróneos. La manera adecuada de percibir algo no necesita ninguna clase de explicación porque percibir de forma correcta es su propia explicación. De esta manera lo explica Chalmers: Es perfectamente legítimo preguntar cómo es que la percepción humana funciona de la forma en que lo hace, tanto cuando funciona correctamente como cuando nos engaña. Sin embargo, no resulta difícil modificar la postura de Hamlyn de manera que conserve la asimetría, pero evitando la afirmación de que percibir de forma correcta es, de algún modo, su propia explicación. En el contexto en que el mecanismo de percepción se da por sentado, no es necesario invocar ninguna explicación especial de por qué la gente ve lo que ve. En ese contexto, si Macbeth afirma que ve una gada ante sí, no se pide una explicación cuando está la daga presente, mientras que se pide una explicación `externa', quizá acudiendo al estado psicológico de Macbeth, si no hay ninguna daga.7 A continuación, se plantean dos estudios sociológicos.En el primero, Mackenzie defiende que hay una relación entre la ciencia y el contexto en el que se desarrolla.Existen dos versiones: la débil y la fuerte. Según la débil, los influjos sociales pueden distorsionar la ciencia

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alejándola del camino correcto y como resultado se obtiene la mala ciencia. La versión fuerte defiende que dichos influjos sociales pueden afectar al contenido de la buena ciencia.Según explica Mackenzie, a principios del siglo XX, en Gran Bretaña, se distinguía entre los que trabajaban manualmente y los que su trabajo implicaba una actividad mental competente. Estos eran los denominados clase media profesional. La eugenesia fue una teoría social que se desarrolló con el cambio de siglo y que servía a los intereses de la clase profesional. Según esa teoría social, el `mérito cívico', que se identificaba con `capacidad mental', era una característica natural, fijada, legado de cada individuo humano. Sólo aquellos que poseían un elevado grado de esta característica natural podían soportar las exigencias de una preparación profesional. De este modo, se podían considerar que la clase profesional era totalmente superior, no sólo a la clase trabajadora, que se podía percibir como tal de forma natural y apropiada debido a la falta de capacidad mental de sus miembros, sino también a la clase aristocrática y a los comerciantes, ya que la adquisición de riqueza o la herencia de linaje aristocrático no constituían una garantía de capacidad mental. 8Se diseñó un programa social en el que se desalentaba a los pobres, criminales y retrasados mentales para impedir el matrimonio y, al mismo tiempo, se fomentaba la natalidad entre la clase profesional mediante subvenciones familiares. De esta manera, se consiguió acentuar el poder de los profesionales.El segundo estudio sociológico pertenece a Gideon Freudenthal. Hizo una explicación social de algunos aspectos de la física de Newton. Traza el modo preciso en que las relaciones sociales entran en el contenido mismo de la física de Newton. Pretende demostrar que algunos supuestos importantes presentes en los Principia, tienen su origen en las relaciones sociales.El siguiente es el camino que Freudenthal sigue desde las relaciones sociales hasta el contenido de la ciencia de Newton.El objetivo de Freudenthal es la explicación de algunos de los principios de Newton, que resultan problemáticos. En lo que se refiere a la concepción de Newton de espacio absoluto, Freudenthal argumenta que el hecho de que Newton nunca explicitase todos los componentes de su afirmación es devido a que los consideraba evidentes, es decir, asumió sus argumentaciones y una vez asumidas, adquieren sentido. El argumenta de Newton pretendía establecer la concepción de libertad como propiedad esencial de los individuos y la pasividad como propiedad esencial de la materia.Las afirmaciones de conocimiento y la evidencia que se produce son productos sociales y los conforman parte de la ciencia.La concepción del cambio de teorías de Chalmers es la siguiente. Cuando dos teorías se desafían entre ellas, la teoría que proporcione más oportunidades de desarrollo será la que florezca, mientras que la otra quedará paralizada. De forma general, se debe explicar por qué una teoría suplanta a otra rival en términos racionales de los científicos. Una teoría prospera cuando se aprovechan las oportunidades objetivas que ofrece la investigación.La política y los intereses sociales están también implicados en la práctica científica. Sin embargo, El mero hecho de que no se pueda separar la práctica científica de otras prácticas que satisfacen otros intereses no implica por sí mismo que se subvierta la finalidad de la ciencia.9A todos nos gustaría que las cosas fueran de otra manera y que la ciencia se pudiera desarrollar en direcciones más en consonancia con los intereses y necesidades de la gente común. Aunque es importante reconocer que el conocimiento científico constituye una poderosa ayuda para nuestras intervenciones tecnológicas, ingenieriles y medioambientales en el mundo, y para que entendamos sus posibles efectos, reconocer las limitaciones de la ciencia en este sentido es un correctivo necesario para las mistificaciones y exageraciones que acompañan de forma típica las afirmaciones de los tecnócratas.10Como última observación, Chalmers señala la necesidad de captar las limitaciones y el alcance del conocimiento científico.  

CHALMERS, AlanLa ciencia y cómo se elabora.

Editorial Siglo XXI. Madrid, 1992.·   1 CHALMERS: obra citada pág. 3Feyerabend ridiculiza la ciencia y se opone a su veneración ya que cree que desempeña la misma función que la Cristiandad y, por lo tanto, opta por liberarse de ella. Según él, la ciencia no posee rasgos que la hagan superior, de manera que es una especie de esclavitud de la que debemos huir.Este es el mismo concepto que tenía Nietzche sobre la ciencia y la sociedad. Una vez asumida la muerte de

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Dios y del Cristianismo, el hombre cree que ya no está ligado a nada pero, en realidad, no es consciente de que se le han establecido otros dioses que desempeñan la misma función. Estos dioses son la ciencia y la sociedad. Por estas palabras, podríamos clasificar a Feyerabend dentro de los nihilistas activos completos ya que éstos intentan cargarse los valores de la ciencia y la sociedad, pues en realidad, lo único que hacen es quitarnos libertad y negarnos la vida.En parte, comparto la opinión de Feyerabend porque yo también creo que la ciencia se ha impuesto de una manera semejante al Cristianismo. Sin embargo, de una manera más hábil, pues detrás de la apariencia que da la ciencia, se esconde una especie de dios tiene unos valores negadores de la vida. 2 CHALMERS: obra citada pág. 15Los racionalistas creen que las ideas a las que llegan a través de sus pensamientos son verdades, pero esto no tiene ninguna base sólida porque el simple hecho de pensar i llegar a unas determinadas ideas no implica que esas proposiciones sean válidas y mucho menos verdades.Esto explica que se vieran obligados a adoptar una noción problemática de autoevidencia, pues algunas de las ideas a las que llegaban, seguramente, se autodestruirían más tarde al darse cuenta de que no eran correctas y, por lo tanto, no eran verdades.Como ejemplo nos nombra a Descartes, que justificaba sus teorías físicas recurriendo a su método racionalista. Pero, sin embargo, estas resultaron no ser verdaderas.Mi opinión acerca de los racionalistas es que no pensaban con detenimiento en lo que creían, porque sino se habrían dado cuenta de que algunas de las que ellos entendían como verdades, pasarían a ser, más tarde, rechazadas como tales. 3 CHALMERS: obra citada pág. 53Los empiristas creen que para tener visiones y hechos objetivos del mundo, basta con apelar a la percepción humana. Sin embargo, como muy bien dice Alan Chalmers, la percepción humana no es objetiva en modo alguno, pues está influida por nuestra subjetividad.La subjetividad de la cada uno de nosotros disponemos es propia, y por lo tanto, los sentimientos, emociones y puntos de vista que tenemos son distintos en cada uno de nosotros, de lo que se podría deducir, que si tuviéramos que llegar a los hechos y visiones objetivos del mundo partiendo de ellos, llegaríamos a hechos que se contradirían los unos a los otros.Esta es la muestra de que la percepción humana no es un medio cuanto menos eficaz para llegar a conocer los hechos de una manera objetiva y veraz.También estoy de acuerdo en que la percepción humana está influida por la cultura de cada uno de los individuos, de manera que podemos decir que los hechos observables son relativos al observador. 4 CHALMERS: obra citada pág. 55Feyerabend nos explica que en el proceso de descripción podemos distinguir entre la situación en la que captamos las sensaciones y la descripción verbal de dicha situación.Primeramente, captamos una sensación que daría lugar a la experiencia mental y, seguidamente, la describimos, aceptándola previamente. Estas dos etapas se conectan automáticamente, de manera que podríamos decir que son una sola.El vínculo entre tener una sensación y aceptar una descripción se puede denominar interpretación natural. Estas interpretaciones naturales están muy estrechamente ligadas a los sentidos y están inculcadas en nosotros desde el nacimiento, pero no es hasta el proceso de aprendizaje del lenguaje cuando podemos conectar el lenguaje con las situaciones observables. 5 CHALMERS: obra citada pág. 93Una supuesta teoría puede intentar demostrarse a través de un experimento. Si esta teoría es constatada, entonces se podría decir que dicho experimento proporciona la base para contrastar y comprobar si una teoría es adecuada o no lo es. Es decir, si la teoría es cierta.Como vemos, existe una implicación mutua entre teoría y experimentación. Esto desata un problema que es denominado `la circularidad del experimentador'.Esta situación de implicación mutua crea una serie de dudas acerca de que papel desempeña la experimentación en la ciencia.Estoy de acuerdo con lo que se dice en esta cita, pues para crear una teoría se necesita la experimentación para la comprobación de las afirmaciones que dicha teoría asegura. Pero, a la vez, la experimentación precisa de unas bases ligeramente sólidas de teoría para que dichos experimentos puedan ser llevados a cabo de una manera eficaz.

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 6 CHALMERS: obra citada pág. 110 Lo que intenta explicar esta cita es que, por una parte, existen infinitos enunciados universales, y por otra, un determinado conjunto finito de enunciados observacionales, que son compatibles entre ellos.A partir de una observación se pueden extraer diversos enunciados observacionables, que en cualquier caso serían finitos. Pero, sin embargo, se pueden crear infinitos enunciados universales.El hecho de que estos enunciados sean compatibles es lo que ha llevado a los filósofos tradicionales de la ciencia a concluir que existen, por lo tanto, infinitas teorías científicas.Sin embargo, yo no estoy de acuerdo con lo que se dice en esta cita, ya que se contradice si comparamos lo que se ha dicho de las teorías científicas con las situaciones que se encuentran en la ciencia real, donde los científicos, muchas veces luchan por encontrar una teoría factible que sea compatible con alguna evidencia problemática. 7 CHALMERS: obra citada pág. 121Es aceptable plantearse por qué la percepción humana funciona de la manera en que lo hace, tanto cuando lo hace de forma correcta como cuando no. Hamlyn afirmó que la explicación a esta cuestión es que simplemente percibe de forma correcta.Chalmers intenta modificar la postura de Hamlyn, pero, precisamente, intentando evitar esta afirmación.Cuando el mecanismo de percepción funciona correctamente, no se precisa de ninguna explicación especial.Como es el caso de algo que podemos tener presente, que no precisamos de ninguna explicación porque es lo que vemos, es decir, lo que nuestra percepción humana a captado.Sin embargo, sí que necesitamos una explicación especial cuando dicha percepción no está presente. En tal caso, se podría acudir al estado psicológico. 8 CHALMERS: obra citada pág. 125Según la eugenesia, todo el mundo posee y hereda una característica natural que se identifica con la capacidad mental. Todos los individuos la tenían ya que era natural, pero, sin embargo, tan sólo aquellos que poseyeran un alto grado de esta característica estaban capacitados, según el texto, para una preparación profesional. Los demás no eran considerados adecuados para dicha preparación, sino que constituían la clase trabajadora.Aquellos con un alto grado de capacidad mental eran superiores, tanto a los trabajadores, como a los aristocráticos y comerciantes. Esto es debido a que ni el poder aristocrático ni el poder económico no eranpruebas con la suficiente garantía porque no aseguraban la capacidad mental del individuo.No estoy de acuerdo con la manera en que se consideraba a los individuos de la sociedad en aquella época.Creo que no es correcto clasificarlos y considerarlos en base a su capacidad mental, pues así como en aquella época y sociedad era la capacidad mental lo que se valoraba, podría haberse dado el caso de que no hubiera sido esta la característica humana elegida, de manera que las consideraciones hubieran cambiado respecto a los individuos de dicha sociedad. 9 CHALMERS: obra citada pág. 156El hecho de que la práctica científica va ligada a otras prácticas que tienen otros intereses diferentes a los de la ciencia no implica que la finalidad de la ciencia cambie de valores.Una persona puede dedicarse a investigar y experimentar con la ciencia sin tener ningún objetivo fuera del evidente: el interés del desarrollo de la ciencia pura. Sin embargo, sin darse cuenta, esa persona se ve implicada en otros intereses sociales, políticos y económicos.Esto se debe a que los individuos que no se dedican a la ciencia pura (en el sentido estricto de la palabra), pero sí están en contacto con ella, tienen unos intereses muy diferentes a los de la finalidad de la ciencia, pues sus intereses son políticos o bien económicos.De modo que, a pesar de que la ciencia tiene intereses honestos, puede que se vea envuelta en asuntos que satisfacen otros intereses.    

¿QUÉ ES ESA COSA LLAMADA CIENCIA?

Alan Chalmers

 

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INTRODUCCION:

 Este libro es de gran utilidad para aquéllos que se introducen en el estudio de la naturaleza de la ciencia. Expresa las diferentes teorías científicas en forma clara y amena, como por ejemplo, El INDUCTIVISMO y el FALSACIONISMO en opinión del autor, dos enfoques simples pero inadecuados; los PARADIGMAS de KUHN, los PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN de LAKATOS, el RELATIVISMO, el OBJETIVISMO y la postura de FEYERABEND, entre otras.

 

1. EL INDUCTIVISMO: LA CIENCIA COMO CONOCIMIENTO DERIVADO DE LOS HECHOS DE LA EXPERIENCIA

Para el INDUCTIVISMO INGENUO, la ciencia se inicia con la OBSERVACIÓN. Para ello se requiere que el observador científico tenga los órganos de los sentidos en condiciones normales y esté libre de prejuicios. A los enunciados a los que se llega mediante la observación se los conoce bajo la denominación de enunciados observacionales, de los cuales se derivarán, mediante la generalización, teorías y leyes que constituirán el conocimiento científico.

Podemos distinguir entre dos tipos de enunciados observacionales: (a) los singulares, derivados de la observación de un determinado fenómeno, en un determinado momento y lugar y (b) los generales, que hacen referencia a todos los acontecimientos de un determinado tipo en todos los lugares y en todos los tiempos. Las leyes y teorías que forman el conocimiento científico son enunciados de este tipo, que se llaman universales.

 Las condiciones que deben cumplir los enunciados observacionales singulares para establecer generalizaciones universales son tres y son las siguientes:

a) Que el número de enunciados observacionales sea grande, vale decir, no es lícito establecer una generalización a partir de una sola observación. Se trata de una condición necesaria.

b) Que las observaciones se repitan en una amplia variedad de condiciones.

c) Que ningún enunciado observacional aceptado contradiga la ley universal derivada. Ésta es una condición esencial.

 El tipo de razonamiento que nos permite ir de los enunciados singulares a los universales, es decir, de la parte al todo, se llama RAZONAMIENTO INDUCTIVO, y el proceso, INDUCCIÓN.

Razonamiento Deductivo

Una vez que se disponen de leyes y teorías universales, se podrán extraer de ellas consecuencias varias que servirán de explicaciones y predicciones -características ambas importantes de la ciencia. El razonamiento empleado para obtener estas derivaciones se lo conoce con el nombre de RAZONAMIENTO DEDUCTIVO. La Lógica es la disciplina que estudia este tipo de razonamiento. Cabe recordar que la lógica y la deducción por sí solas NO pueden establecer la verdad de enunciados fácticos, dado que puede haber deducciones válidas donde una de las premisas y la conclusión sean falsas.

 Para el INDUCTIVISMO, la fuente de la verdad de un enunciado NO está en la lógica sino en la experiencia, en la observación. Tras el establecimiento de enunciados mediante la observación y la inducción, se puede deducir de ellos la predicción. El camino sería el siguiente: de la observación, mediante la inducción, se establecen leyes y teorías; de éstas mediante, la deducción, se derivan predicciones y explicaciones.

2. EL PROBLEMA DE LA INDUCCION

La validez y la justificabilidad del principio de inducción pueden ponerse en duda. En relación a la validez, se sostiene que las argumentaciones lógicas válidas se caracterizan por el hecho que si la premisa es verdadera, la conclusión debe ser verdadera. Esto es lo propio en las argumentaciones deductivas. Pero las argumentaciones inductivas no son argumentaciones lógicamente válidas. Podría darse el caso de conclusiones falsas con premisas verdaderas, sin que esto constituya una contradicción. Ejemplo: se observó en repetidas ocasiones y en variadas circunstancias cuervos negros. Pero no hay garantías lógicas que el próximo cuervo que se observe no sea rosa. Si así sucediera, la conclusión “todos los cuervos son negros” sería falsa. Respecto a la justificabilidad, los inductivistas emplean la inducción para justificar la inducción -lo que constituye una definición circular y el denominado “problema de la inducción”-. La inducción no se puede justificar sobre

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bases estrictamente lógicas.

Si bien la inducción funciona en algunas ocasiones, por ejemplo, en las leyes de la óptica y del movimiento planetario, presenta algunas desventajas:

a) Determinar cuánto es “un número de enunciados observacionales grande”.

b) Determinar cuánto es “una amplia variedad de circunstancias”.

 Un modo de atenuar la postura del inductivismo ingenuo consiste en recurrir a la probabilidad: ya no se afirma que las generalizaciones a las que se han arribado mediante la inducción sean perfectamente verdaderas, sino probablemente verdaderas.

Esta concepción sin embargo, mantiene las desventajas ya mencionadas

 

3. LA OBSERVACION DEPENDE DE LA TEORIA

 Se criticará el estatus y el papel que desempeña la propia observación.

El inductivismo ingenuo tiene dos supuestos en relación a la observación, ambos falsos:

1)    La ciencia comienza con la observación.

2)    La observación da una base segura para derivar el conocimiento.

1) Se sabe que dos personas que observen el mismo objeto desde el mismo lugar y en las mismas circunstancias no tienen necesariamente idénticas experiencias visuales aunque las imágenes que se produzcan en sus retinas sean prácticamente idénticas. Lo que un observador ve depende en parte de su cultura (su experiencia, sus expectativas, sus conocimientos) y su estado general. Se suma a esto el hecho de que las teorías preceden a los enunciados observacionales, es decir, los enunciados observacionales se hacen en el lenguaje de alguna teoría. Por lo tanto, es falso que la ciencia comienza con la observación.

2)    Los enunciados observacionales son tan falibles como las teorías que presuponen y por lo tanto el hecho de ser base completamente segura sobre la cual edificar leyes y teorías científicas es erróneo.

Para establecer la validez de un enunciado observacional es necesario apelar a la teoría; las observaciones siempre se realizan a la luz de alguna teoría.

Esta postura es contraria a la que sostienen los inductivistas, que ven en la observación la fuente del conocimiento.

Los inductivistas más modernos establecen una diferencia entre el modo de descubrimiento de una teoría y su modo de justificación. Admiten que las teorías se pueden concebir de distintas maneras, por ejemplo, tras un momento de inspiración, accidentalmente o tras períodos de observaciones.

Se sabe que usualmente las teorías son concebidas antes de hacerse las observaciones que las comprueban. Para los acérrimos defensores del inductivismo, las teorías sólo tienen sentido si se pueden verificar mediante la observación. Pero no se puede mantener esta división tajante entre teoría y observación ya que esta última está influida por la teoría.

4. INTRODUCCION DEL FALSACIONISMO

 Para los falsacionistas, la teoría guía la observación y por lo tanto, la presupone. Conciben a las teorías como suposiciones provisionales, que deberán ser corroboradas por la observación y la experimentación. De no pasar la prueba, habrá que refutarlas y reemplazarlas por otras. Si bien no se puede decir que una teoría sea verdadera, sí se puede afirmar que es la mejor que se dispone. La ciencia avanza en virtud de conjeturas y refutaciones.

La CIENCIA es considerada como un conjunto de hipótesis que deberán ser probadas para explicar o describir aspectos del mundo. Si bien no todas las hipótesis pueden hacerlo, TODAS deben ser FALSABLES, es decir, susceptibles de ser falsadas. No hay que confundir hipótesis falsas con hipótesis falsables. Una hipótesis es falsable si existe un enunciado observacional o un conjunto de ellos lógicamente posibles que sean

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incompatibles con ella, es decir, que en caso de ser verdaderos, falsarían la hipótesis. Ej La afirmación “Los lunes nunca llueve” es falsable porque se puede falsar al observar que un día lunes llueve. Hay enunciados que no son falsables directamente, como por ejemplo el que dice “O llueve o no llueve” dado que ningún enunciado observacional lógicamente posible puede refutarlo.

Karl Popper es un representante del falsacionismo.

Para el falsacionista, las hipótesis científicas deben ser falsables, además de informativas, dando cuenta de cómo el mundo se comporta en ciertas circunstancias y no cómo posiblemente (lógicamente) podría hacerlo pero no lo hace. Cuanto más falsable es una teoría, mejor es.

Una teoría muy buena será aquélla que:

a)    hace afirmaciones de muy amplio alcance,

b)    por lo tanto es sumamente falsable y

c)     que resista la falsación cada vez que se la someta a prueba (es decir, no se la pueda refutar).

Las teorías con alto grado de falsabilidad son preferibles a las menos falsables. Cuanto más falsable sea una teoría, más afirma y mejor será entonces siempre y cuando no sea falsada. Las teorías falsadas deben ser rechazadas terminantemente.

Los falsacionistas exigen que las teorías que se formulen sean sumamente falsables; así, las teorías serán establecidas con claridad. Lo mismo ocurre con la precisión: cuanto más precisamente se formule una teoría, más falsable será.

Para el falsacionismo el PROGRESO DE LA CIENCIA se da ante el planteamiento de problemas. Con el objetivo de solucionar los mismos, se formularán hipótesis falsables. Estas hipótesis deberán ser criticadas y comprobadas. Resultará que algunas de ellas deberán ser eliminadas (dado que fueron falsadas) y otras, puede que resistan las primeras evaluaciones pero deberán seguir sometiéndose a críticas y pruebas cada vez más rigurosas. Aquéllas hipótesis rechazadas o falsadas tras superar varias pruebas rigurosas, vendrán a plantear un nuevo problema el cual está alejado del problema original ya resuelto. Este nuevo problema surgido exige la formulación de nuevas hipótesis que requieren a su vez probarse, y así indefinidamente se da el proceso de construcción de la ciencia.

Si bien nunca se puede decir que una teoría sea verdadera -pese a haber superado múltiples pruebas- sí se puede decir que sea superior a otras, en virtud de haber superado pruebas que las teorías predecesoras falsaron. Se debe tener en cuenta que los problemas que se plantean, siempre se hacen a la luz de alguna teoría, y no de la observación como sostienen los inductivistas.

5. EL FALSACIONISMO SOFISTICADO, LAS NUEVAS PREDICCIONES Y EL DESARROLLO DE LA CIENCIA

 La concepción falsacionista sofisticada de la ciencia plantea una imagen dinámica de la misma, al ya no preguntarse sobre la posibilidad de una teoría de ser falsable o la medida en que lo es sino al proponer si la teoría recién propuesta -la nueva- puede sustituir a su predecesora. Toda nueva teoría que sea más falsable y que prediga fenómenos que su rival no consideraba, es digna de atención.

 Para el falsacionismo, podemos establecer la falsedad pero no la verdad de las teorías a partir de los enunciados observacionales de que se disponen. Así, una hipótesis podrá ser falsada en este caso deberá ser eliminada- o confirmada -ha pasado la prueba experimental u observacional. Las confirmaciones de nuevas predicciones resultantes de conjeturas audaces son muy importantes en la concepción falsacionista del desarrollo científico.

 “Audaz” y “nuevo” son adjetivos que para el falsacionismo son históricamente relativos y que se emplean para las hipótesis y las predicciones respectivamente. La hipótesis que puede resultar audaz en un momento de la historia de la ciencia y cuya predicción será nueva, no lo será en un momento posterior. Es audaz en la medida en que está en conflicto con las teorías generalmente aceptadas en la época, el conocimiento básico.

Las hipótesis prudentes se refieren a los conocimientos bien establecidos y que no son problemáticos. Por otra parte, la confirmación de conjeturas audaces supondrá la falsación de alguna parte del conocimiento básico con respecto al cual eran audaces las hipótesis.

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 Respecto a la CONFIRMACION, los inductivistas y los falsacionistas tienen concepciones diferentes. Mientras que para los inductivistas el contexto histórico en el que se obtiene la evidencia carece de importancia, dado que las confirmaciones se obtienen por inducción, estableciéndose la probabilidad de la verdad de las teorías, para los falsacionistas las confirmaciones están en estrecha dependencia respecto de su contexto histórico, quien confiere el carácter de audaces a las hipótesis.

 

6. LAS LIMITACIONES DEL FALSACIONISMO

Los falsacionistas, tanto los ingenuos como los más sofisticados, sostienen que si bien las teorías se pueden falsar de modo concluyente acorde a las pruebas correspondientes, no se puede establecer su verdad o la probabilidad respecto a la verdad. Este hecho confiere a las teorías el carácter de ser conocimiento provisional.

Pero los enunciados observacionales dependen de la teoría y son falibles; éste es un inconveniente para el falsacionismo. Puede suceder que un enunciado universal que constituye una teoría choque con algún enunciado observacional, y sea este enunciado observacional el que esté equivocado y no la teoría. O puede suceder que sea un supuesto auxiliar de la teoría el que falle. Por lo tanto, no se puede falsar concluyentemente una teoría porque no se puede determinar que la responsable de una predicción errónea sea alguna parte de la comprobación y no la teoría.

Diversos ejemplos de la ciencia nos muestran que ni el inductivismo ni el falsacionismo constituyeron la concepción de la ciencia es compatible con ellos: hay teorías que no fueron descubiertas por la observación ni por la experimentación ni por la falsación de hipótesis audaces.

 7. LAS TEORIAS COMO ESTRUCTURAS:

1. LOS PROGRAMAS DE INVESTIGACION

 Tanto las concepciones inductivista como falsacionista de la ciencia son, además de muy poco sistemáticas, incapaces de describir adecuadamente teorías complejas. Para dar una idea más adecuada de las teorías, hay que concebirlas como totalidades estructuradas. Esto se debe a tres razones: a) según un estudio de la historia de la ciencia, la evolución y el progreso de las ciencias principales muestran una estructura que ni el inductivismo ni el falsacionismo puede abordar. b) El significado de los conceptos depende de la estructura de la teoría en la que aparecen y la precisión de aquéllos depende de la precisión y el grado de coherencia de ésta. Los conceptos adquieren su significado, en parte del rol que ejercen en una teoría. c) razón que surge de la necesidad de desarrollo de la ciencia, dice que la ciencia avanzará de manera más eficaz si las teorías están estructuradas de modo tal que contengan indicaciones y prescripciones acerca de cómo deben desarrollarse y ampliarse. Así, su estructuración debe contener un programa de investigación.

 Imre Lakatos, con el propósito de mejorar el falsacionismo popperiano y superar las objeciones formuladas a éste, desarrolló su concepción de la ciencia en Programas de Investigación, considerando a las teorías como estructuras organizadas.

 El programa de investigación lakatosiano se define como una estructura cuya utilidad consistirá en guiar, tanto positiva como negativamente, la futura investigación. Los programas de investigación serán “progresistas” si llevan al descubrimiento de fenómenos nuevos; y serán “degeneradores” si no lo hacen.

Los elementos que constituyen este programa son el núcleo central y el cinturón protector, siendo este primer elemento mencionado una característica definitoria de este tipo de programa, además de las heurísticas positiva y negativa.

Entendemos por núcleo central las hipótesis teóricas muy generales que constituyen la base a partir de la cual se desarrolla el programa; cabe aclarar que los núcleos son aceptados e infalsables. Un ejemplo de núcleo central de la astronomía copernicana lo constituye la hipótesis que dice que la Tierra y los planetas giran alrededor de un sol inmóvil y que la Tierra gira una vez al día sobre su eje. Cualquier desajuste habido en la confrontación entre un programa de investigación y los datos observacionales no habrá que atribuírselo al núcleo central sino al cinturón protector, aquella otra parte de la teoría conformada por el conjunto de hipótesis auxiliares, supuestos subyacentes de las condiciones iniciales y enunciados observacionales.

El cinturón protector puede modificar su contenido; no así el núcleo central; de modificarse éste, implicaría apartarse de ese programa de investigación. Para Lakatos, los científicos deben decidir aceptar el núcleo

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central del programa no sólo lo que serían los enunciados singulares como sostendría Popper sino los enunciados universales.

La heurística positiva, aspecto del programa que dice lo que debe hacerse y lo que no, indica cómo debe completarse el núcleo central para explicar y predecir fenómenos varios. Serán las confirmaciones deberá someterse el programa a pruebas observacionales y no las falsaciones quienes tendrán vital importancia. Se pide que al menos, de vez en cuando, el programa resulte exitoso cuando se deban realizar predicciones nuevas que se confirmen.

La heurística negativa indica que no se puede rechazar ni modificar los supuestos básicos subyacentes al programa, que constituye su núcleo central.

 De lo ya dicho se desprenden dos cuestiones fundamentales que hacen a un programa de investigación:

a)    Debe tener un grado de coherencia tal que permita la elaboración de un programa para la futura investigación.

b)    Debe llevar a nuevos descubrimientos, por lo menos de vez en cuando.

Respecto a la METODOLOGÍA dentro de un programa de investigación, la misma debe ser analizada desde dos puntos de vista: 1) dentro de un solo programa, 2) en la comparación entre programas rivales.

 En lo referente al 1er. punto de vista, puede haber expansión y modificación del cinturón protector, mediante la inclusión de nuevas hipótesis. Los requisitos que estas hipótesis deben cumplir son que deben ser comprobables independientemente y que no deben ir contra los postulados del núcleo central.

Gracias al núcleo central y a la heurística positiva es posible mantener el orden. Las comprobaciones experimentales son las que determinan el rechazar o aceptar una hipótesis. Las hipótesis que sobrevivan, serán conservadas en carácter provisional; aquéllas que no lo hagan, deberán ser rechazadas (aunque puede suceder que sean consideradas nuevamente a la luz de alguna otra hipótesis).

Respecto al 2do. punto de vista, los méritos de los diversos programas se deben juzgar por la medida en que dichos programas progresan o degeneran. Si esto último sucede, se da paso a un programa rival más progresista.

Un problema que aquí se plantea hace referencia al tiempo que deberá transcurrir para considerar si un programa de investigación ha degenerado o no, si es capaz de llevar al descubrimiento de nuevos fenómenos o no. Nunca se puede decir que un programa haya degenerado, dado que siempre es posible que una modificación en su cinturón protector lleve a algún descubrimiento y haga que el programa entre así en una fase progresista. Por lo tanto, no se puede establecer de modo absoluto que un programa sea mejor que otro rival; sólo retrospectivamente se podrá establecer la bondad entre programas rivales.

 

8. LAS TEORIAS COMO ESTRUCTURAS:

LOS PARADIGMAS DE KUHN

 Un rasgo característico de su concepción es la importancia dada al carácter revolucionario del progreso científico, donde una revolución implica el abandono de una estructura teórica y su reemplazo por otra, incompatible con la anterior.

Lakatos y Kuhn tienen puntos en común: ambas concepciones filosóficas deben resistir a las críticas basadas en la historia de la ciencia.

Se debe tener en cuenta que la concepción kuhniana es anterior a la lakatosiana.

Por otra parte, la postura kuhniana se diferencia de la lakatosiana en el hincapié que hace el primero en los factores sociológicos.

Razonamiento Deductivo expresa su idea acerca del progreso de la ciencia por medio del siguiente esquema abierto:

 Preciencia - Ciencia Normal - Crisis - Revolución - Nueva Ciencia Normal - Nueva Crisis

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 Introduce la noción de Paradigma, el cual está constituido por supuestos teóricos, leyes y técnicas de aplicación que deberán adoptar los científicos que se mueven dentro de una determinada comunidad científica. Los que trabajan dentro de un paradigma, ponen en práctica la ciencia normal. Es probable que al trabajar en ella, que desarrollará el paradigma en su intento por explicar el comportamiento de aspectos del mundo, resulten dificultades (por ejemplo, se encuentren con aparentes falsaciones). Si estas dificultades se hacen inmanejables, se desarrollará un estado de crisis. Ésta se resolverá con el surgimiento de un paradigma totalmente nuevo, el cual cobrará cada vez mayor adhesión por parte de la comunidad científica, hasta que finalmente se abandone el paradigma original. Este cambio discontinuo entre paradigmas constituye una revolución científica. El nuevo paradigma enmarcará la nueva actividad científica normal, hasta que choque con dificultades y se produzca una nueva crisis y una nueva revolución.

 Una CIENCIA MADURA se rige por un solo paradigma, quien establece las normas que dan legitimidad al trabajo que se realiza dentro de la ciencia que rige, incluyendo la resolución de problemas que se presentan. Para Kuhn, será justamente la existencia de un paradigma que pueda apoyar una tradición de ciencia normal lo que establecerá la diferencia entre lo que es CIENCIA y lo que no lo es. Carecer de paradigma implica no poseer el estatus de ciencia.

 Los paradigmas están compuestos por: leyes explícitamente establecidas, supuestos teóricos, maneras normales de aplicación de las leyes, instrumental y técnicas instrumentales, prescripciones metodológicas muy generales y como componente adicional, algunos principios metafísicos muy generales.

La CIENCIA NORMAL es descripta por Kuhn como una actividad de resolver problemas gobernada por las reglas del paradigma en cuestión. El paradigma deberá proveer los medios para solucionar los problemas que en él se formulan. Aquellos problemas que no puedan ser solucionados, serán entendidos como anomalías y como fracasos del científico, más que como falsaciones e insuficiencias del paradigma. Kuhn reconoce que todos los paradigmas contienen algunas anomalías y sostiene además que un científico normal no debe criticar el paradigma en el cual se encuentra trabajando.

Lo que diferencia a la CIENCIA NORMAL, madura, de la PRECIENCIA, inmadura, es la falta de acuerdo en lo fundamental. La Preciencia se caracteriza por el total desacuerdo y el constante debate de lo fundamental, llegándose a establecer casi tantas teorías como teóricos haya trabajando.

 La existencia de problemas sin resolver dentro de un paradigma no constituye en sí una crisis. Se sabe que en los paradigmas siempre habrá anomalías. Las anomalías pueden desarrollarse de modo tal que le resten confianza, es decir, que afecte los fundamentos del paradigma. En esta situación estamos ante una crisis. La misma comienza a manifestarse con un período de “inseguridad profesional marcada”: se intentará defender los nuevos argumentos y el descontento respecto al paradigma en el cual se está trabajando aparecerá.

La crisis se agravará si aparece en escena un paradigma rival.

El nuevo paradigma será distinto e incompatible con su predecesor; constituyen ópticas diferentes del mundo y será adoptado no por un solo científico en particular sino por la comunidad científica en su totalidad.

 Para Kuhn, su concepción acerca de la ciencia es una teoría y no una descripción en la medida que explicita las funciones que tienen sus componentes. Reconoce que las funciones de LA CIENCIA NORMAL Y LAS REVOLUCIONES son necesarias: mientras se está en período de Ciencia Normal, se pueden desarrollar los detalles de las teorías, resolver problemas y realizar trabajos teóricos y experimentales. Se requiere que, en cierta medida, la ciencia normal sea acrítica; de lo contrario, se estaría permanentemente discutiendo la licitud de los supuestos y métodos y no se llegaría a realizar trabajos detallados. Las Revoluciones son la oportunidad de pasar de un paradigma a otro mejor. Si se desarrolla una crisis, el pasaje de un paradigma a otro se hace necesario, y este paso es esencial para el progreso de la ciencia. Si no hubiera “revoluciones”, la ciencia quedaría atrapada en un solo paradigma y no se avanzaría más allá de él, lo que constituiría para Kuhn un grave defecto.

9. RACIONALISMO CONTRA RELATIVISMO

 Las posturas de Kuhn y Lakatos son contrarias en cuanto a lo que debe considerarse “ciencia” y “no ciencia”. Se emplearán los conceptos de “Racionalismo” y “Relativismo” respectivamente para dar cuenta de dos concepciones acerca de la valoración, la elección de la teoría y la demarcación entre ciencia y no ciencia.

 Para los RACIONALISTAS, sólo serán científicas aquellas teorías que puedan ser valoradas en términos

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universales y que sobrevivan a la prueba.

 Los RELATIVISTAS sostienen que las teorías son siempre relativas al individuo o a la comunidad científica que las sostienen. Por lo tanto, serán juzgadas en función de los valores que cada individuo o comunidad posea.

 10. OBJETIVISMO

 Esta concepción -contraria al la del individualismo- sostiene que los datos del conocimiento tienen características independientes de las creencias y la conciencia de las personas que los conciben y las aprecian.

El individualismo sostendrá que el conocimiento se entiende en términos de las creencias que los individuos poseen.

Para el objetivismo, el conocimiento es considerado como algo que está afuera de la mente o cerebro de las personas. Las proposiciones tienen propiedades “objetivas”.

Esta postura, adoptada por el autor siguiendo a Musgrave, fue defendida por Popper, Lakatos y Marx. Para Popper, podemos distinguir dos sentidos de conocimiento: a) el conocimiento o pensamiento en sentido subjetivo -que se refiere al estado de la mente o de la conciencia- y b) el conocimiento o pensamiento en sentido objetivo, por el cual el conocimiento no depende de la pretensión de la persona de conocer ni de sus creencias, disposición a afirmar o a actuar. Resulta así, un conocimiento sin conocedor, sin sujeto que conoce. Por su parte, Lakatos se propuso que la metodología de sus programas de investigación fueran una explicación objetivista de la ciencia. El materialismo histórico de Karl Marx plantea una concepción objetivista de la sociedad: los hombres nacen en una estructura social que los preexiste, la cual no eligen y su conciencia se forma por lo que hacen y experimentan en dicha estructura.

 11. UNA CONCEPCION OBJETIVISTA DEL CAMBIO DE TEORIA EN LA FISICA

 En este capítulo se analiza la concepción de cambio de teoría ofrecida por Lakatos que, en opinión del autor, no es tal.

El programa de investigación lakatosiano plantea la existencia de un núcleo central el cual se acepta- y de una heurística positiva -que demarcará aquello a investigar.

Al no dar Lakatos ni Popper prescripciones adecuadas para la elección de teoría, no dan una explicación del cambio de teoría.

 La concepción de cambio de teoría en la física que se pretende dar implica tener en cuenta la noción de oportunidad objetiva. Dada una teoría y su práctica, habrá diversas oportunidades para desarrollarla. El concepto de grado de fertilidad hace referencia al conjunto de oportunidades objetivas presentes en un programa de investigación en algún momento de su desarrollo. Estas oportunidades serán una propiedad objetiva del programa más allá del grado de conciencia que tenga la persona e indican el punto hasta el cual el programa tiene oportunidades de desarrollarse y abrir nuevas vías de investigación. Este concepto difiere del de heurística positiva de Lakatos, el cual implica una política de investigación que el científico adhiere con algún grado de conciencia.

La noción de grado de fertilidad es blanco de objeciones varias.

Una concepción objetivista del cambio de teoría considera no sólo los grados de fertilidad de programas rivales que deberán llevar a nuevas predicciones sino también su éxito en la práctica.

 Esta concepción de cambio de teoría no considera que la ciencia progrese espontáneamente sino que sostiene que el proceso del cambio trasciende las intenciones y decisiones(por ejemplo, metodológicas) conscientes de los físicos.

A corto plazo, el progreso de la física deberá considerar -entre otras cuestiones- la personalidad de los científicos pero a largo plazo, el progreso de la física será según la concepción del cambio de teoría sostenida por el autor.

 12. LA TEORIA ANARQUISTA DEL CONOCIMIENTO DE FEYERABEND

 Feyerabend sostiene que las metodologías de la ciencia a lo largo de la historia no han dado reglas adecuadas

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para guiar las tareas de los científicos. Dada la complejidad de la historia, resultaría poco razonable pretender explicar la ciencia basándose en reglas metodológicas fijas y universales. Si por metodologías se entiende reglas que guían las elecciones y decisiones de los científicos, el autor acuerda con Feyerabend. Por su parte, Lakatos ofrece una metodología que no proporciona reglas para la elección de un programa o teoría sino criterios que ayudan a la persona a evaluar la situación histórica en la que toma sus decisiones.

Para Feyerabend, no es aconsejable que las elecciones y decisiones de los científicos estén obligadas por las metodologías científicas.

Un concepto importante para Feyerabend es el de inconmensurabilidad, el cual hace referencia a la dependencia de los enunciados observacionales de la teoría. Si dos teorías rivales son tan diferentes que no resulta posible compararlas lógicamente, se dice que ambas teorías serán inconmensurables. Las teorías inconmensurables podrán compararse teniendo en cuenta diferentes criterios, por ejemplo, la coherencia. Se destaca que la elección entre criterios es subjetiva, enunciándose asimismo la existencia del elemento subjetivo en la ciencia.

Respecto a la ciencia y otras formas de conocimiento, se destaca la superioridad que suelen atribuirle a la ciencia los defensores de la misma. Feyerabend no reconoce necesariamente la superioridad de la ciencia sobre otras formas de conocimiento. Y defiende una “actitud humanitaria” al reconocer la libertad de los individuos, en por ejemplo, la elección entre ciencia/otras formas de conocimiento o su defensa respecto a la supresión de los imperativos metodológicos ya especificada en párrafos anteriores. Sin embargo, reconoce límites de índole físicos, fisiológicos sociológicos e históricos- a esta libertad.

En opinión de Chalmers, el ideal de sociedad libre de Feyerabend no constituye de ayuda. Pareciera así que todos deberían seguir sus pareceres y hacer lo que quisieran.

13. REALISMO, INSTRUMENTALISMO Y VERDAD

 Respecto a la relación entre las teorías científicas y el mundo al que se las pretende aplicar, existen dos puntos de vista a los que se denomina “Realismo” e “Instrumentalismo”.

Según las posturas realistas, las teorías describen o pretenden describir qué es el mundo. Estas posturas conllevan la idea de verdad, ya que la ciencia aspira a dar descripciones verdaderas de lo que es realmente el mundo. Así, la teoría que describa correctamente algún aspecto del mundo y su modo de comportamiento será verdadera o cierta. En esta concepción, el mundo existe independientemente de nosotros y de nuestro conocimiento teórico de él. De acuerdo a la concepción alternativa, el instrumentalismo, las teorías son instrumentos cuya finalidad es relacionar un conjunto de estados de cosas observables con otros. La idea de verdad es más restringida: las descripciones del mundo observable serán verdaderas o falsas según lo describan o no correctamente. Aquí las teorías no serán evaluadas por su verdad o falsedad sino por su utilidad como instrumentos. Para el instrumentalista ingenuo, a la ciencia no le corresponde establecer lo que puede haber más allá de la observación. La ciencia no nos otorga un medio seguro de llenar el hueco entre lo observable y lo inobservable. Los instrumentalistas comparten así con los inductivistas la postura de no afirmar nada que no sea derivado de la observación.

Acorde al Realismo, la única teoría viable que satisfacería la concepción de verdad es la “Teoría de la Verdad como Correspondencia”. Según la misma, una frase es verdadera si corresponde a los hechos, es decir, si las cosas son como dice la frase que son. Pero sólo se puede hablar de los hechos a los que se refiere una teoría, y a los que se supone que corresponde, empleando los conceptos de la propia teoría. Los hechos no son comprensibles independientemente de nuestras teorías.

Una contribución de Popper a la concepción de la ciencia como búsqueda de la verdad fue la idea de aproximación a la verdad, o verosimilitud. La ciencia progresa acercándose cada vez más a la verdad. Así, la teoría de Newton es mejor que la de Galileo en cuanto a la aproximación a la verdad. Pero la concepción popperiana del progreso como aproximación a la verdad tiene un carácter instrumentalista que choca con las intenciones realistas de Popper, por ejemplo, con la afirmación de que la ciencia intenta describir y explicar la realidad.

 14. REALISMO NO REPRESENTATIVO

 Desde la óptica que el autor desea defender, el mundo físico está constituido de tal forma que nuestras teorías físicas actuales son aplicables a él en algún grado. La finalidad de la física será establecer los límites de

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aplicabilidad de las teorías actuales y desarrollar teorías que sean aplicables al mundo con un mayor grado de aproximación en diversas circunstancias. Este punto de vista será denominado como Realismo No Representativo, el cual es realista en dos sentidos: a) se parte del supuesto de que el mundo físico es como es independientemente de nuestros conocimientos sobre el mismo; b) se parte del supuesto de que, en tanto las teorías son aplicables al mundo, lo son siempre dentro y fuera de las situaciones experimentales. Sin embargo, no es representativo, en tanto no conlleva una teoría de la verdad como correspondencia. No se pueden juzgar las teorías desde el punto de vista de la descripción del mundo tal como realmente es, dado que no hay acceso al mundo independientemente de un cuerpo teórico que permita valorar tales descripciones. Esto choca con las nociones propias del sentido común. Sí se pueden juzgar las teorías desde el punto de vista del grado en que abordan exitosamente algún aspecto del mundo.

El realismo no representativo es más compatible que las tesis realistas habituales con el hecho de que nuestras teorías son productos sociales sujetos a un cambio radical. Nuestras teorías son un tipo especial de producto social, aunque no esté socialmente determinado el grado en que son capaces de abordar el mundo físico que no es un producto social.

La descripción del realismo no representativo en cuanto a la aplicabilidad de las teorías al mundo es, en opinión del autor, vaga. Y aquí radica el punto fuerte de la postura: la forma en que se teoriza acerca del mundo es algo a descubrir y no algo a establecer de antemano mediante argumentos filosóficos.

En opinión del autor, la cuestión que da título a este libro es engañosa y presuntuosa. Presupone que hay una sola categoría de “ciencia” e implica que diversas áreas del conocimiento -física, biología, historia, etc.- entran o no dentro de esta categoría. Los filósofos no tienen recursos que les permitan fijar los criterios que deben ser satisfechos para que un área de conocimiento sea considerada científica. Toda área de conocimiento puede ser analizada por lo que es: investigando sus fines, sus métodos para lograrlos, su grado de éxito en dicha prosecución; y podrá ser criticada al criticarse estos mismo puntos. Desde esta perspectiva, no se necesita la categoría de “ciencia” para que una parcela de conocimiento sea considerada como tal o como no ciencia.

La postura del autor es relativista en tanto niega la existencia de un criterio absoluto con respecto al cual valorar o juzgar las teorías. No hay una categoría general de “ciencia” ni un concepto de verdad que esté a la altura del proyecto de describir a la ciencia como una búsqueda de la verdad. Toda área de conocimiento debe ser juzgada por sus méritos propios, sus fines y grado de alcance de los mismos. A su vez, los juicios acerca de los fines estarán relacionados con la situación social.

El lado objetivista de la postura del autor, en cuanto al conocimiento, hace referencia al hecho de que los individuos se enfrentan a una situación objetiva y a una serie de métodos y materiales teóricos -que están a su disposición- para contribuir a cambiar la situación. Una teoría puede alcanzar ciertos fines mejor que otra.

Para el autor, la función más importante de su investigación radica en combatir la “ideología de la ciencia”, que implica el uso de los dudosos conceptos de ciencia y de verdad. Por ejemplo, se defiende en nombre de la ciencia -entre otras cosas- el tipo de psicología conductista que fomenta el trato de las personas como máquinas. Se defiende en base a que ha sido adquirido a través de un método científico y por lo tanto, debe poseer algún mérito. Las categorías generales de ciencia y método científico son empleados también para descartar áreas de estudio. Por ejemplo, Popper arremete contra el marxismo y la psicología adleriana por no ajustarse a su metodología falsacionista.

En opinión del autor, no hay una concepción intemporal y universal de la ciencia o del método científico que pueda servir a los fines ejemplificados en el párrafo anterior. No es lícito defender o rechazar áreas de conocimiento porque no se ajustan a algún criterio prefabricado de cientificidad.    Tras la lectura del artículo "La observación depende de la teoría" incluido en el libro ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? (1976) de Chalmers, A.F., nos hemos planteado resolver dos preguntas ¿comienza la ciencia con la observación? y ¿proporciona la observación una base segura al conocimiento científico?

Para demostrar que la ciencia no comienza con la observación, puesto que la observación ha de ser posterior a la teoría, Chalmers aporta gran cantidad de ejemplos que nos confirman que las impresiones subjetivas experimentadas por los observadores ante cualquier situación, u objeto, están influidas por su experiencia, por

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su conocimiento, su estado interno, es decir su sexo, su salud, su edad... uno de estos ejemplos sería el siguiente: cuando decimos a un niño no te acerques al fuego, el niño está observando el fuego, pero como no tiene la teoría de que el fuego le puede quemar no se va a quitar hasta que alguien se lo ordene, adquiriendo con el tiempo dicha teoría.

Además para poder apreciar totalmente lo que deseamos ver, en ocasiones debemos saber como hacerlo, es decir, debemos aprender a ver, como Galileo lo hizo para reconocer e interpretar las partes del Universo. Ello nos puede sugerir que entonces varios observadores que ven la misma escena interpretan de diferente modo lo que ven.

Esto es porque no hay una relación directa con lo que vemos. Sino que interviene nuestro córtex central del cerebro que es el que responde ante lo que "ven" nuestros ojos.

Por tanto mencionaré la tesis fundamental; que dice que una teoría debe preceder a todos los enunciados observacionales y que los enunciados observacionales son tan falibles como las teorías que presuponen.

También podemos decir que sin teoría no podemos observar con precisión. Luego si lo unimos a lo anterior ya hemos contestado las dos preguntas que nos llevarán a pensar en las consecuencias que tienen actualmente las afirmaciones de Alan Chalmers, puesto que ya no vemos a la ciencia como una personificación de un Dios; es decir, como una verdad absoluta e irrevocable.

Apoyándonos en que la ciencia es básicamente teoría podemos criticarla y discutirla. A veces necesitaré unos conocimientos, para estar a la altura pero una vez llegado a ese grado veremos que la ciencia, un campo tan multiplicado y considerado imparcial, también se encuentra influenciado por intereses de todo tipo.

Al igual que ocurren hechos a escala mundial (llegan a nosotros por los medios de comunicación) y todos o la mayoría opinamos distinto sobre ellos; cuando se trata de un hecho científico también ocurre lo mismo, sin embargo, en los dos caso sólo se trata de mostrar clara y creíble la opinión o versión que más interesa oír de acuerdo con el momento temporal; como sucedía en la época medieval cuando todo se justificaba a través de Dios.

Ahora todo se explica con ciencia, pero como hemos visto también es falible. Aunque esto sea casi imposible de asimilar por la sociedad en la que vivimos hay que considerarlo para evitar un abuso de manipulación social influido por los intereses creados mundialmente.

Como conclusión de Chalmers, decir " que la ciencia es un objeto de conocimientos que se desarrollan históricamente y que solo se puede apreciar correctamente una teoría si se presta la debida atención a su contexto histórico. Y la apreciación de una teoría está íntimamente vinculada a las circunstancias en las cuales apareció esa teoría por primera vez."

A lo largo de todo el texto has podido comprobar cómo nuestros ojos nos engañan, y ante una misma imagen cada persona puede ver una cosa diferente dependiendo de su experiencia, conocimiento, estado interno... Hay

mucho más de lo que descubre cada ojo.