César Vallejo Heraldos

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César Vallejo LOS HERALDOS NEGROS 2003 - Reservados todos los derechos Permitido el uso sin fines comerciales

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Heraldos negros

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Csar Vallejo LOS HERALDOS NEGROS 2003 - Reservados todos los derechos Permitido el uso sin fines comerciales Csar Vallejo LOS HERALDOS NEGROS

Hay golpes en la vida, tan fuertes Yo no s! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma Yo no s! Son pocos; pero son Abren zanjas oscuras en el rostro ms fiero y en el lomo ms fuerte.Sern talvez los potros de brbaros atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte. Son las cadas hondas de los Cristos del alma, de alguna fe adorable que el Destino blasfema. Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algn pan que en la puerta del horno se nos quema Y el hombre Pobre pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada. Hay golpes en la vida, tan fuertes Yo no s! LOS NUEVE MONSTRUOSI, desgraciadamente, el dolor crece en el mundo a cada rato, crece a treinta minutos por segundo, paso a paso, y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces y la condicin del martirio, carnvora voraz, es el dolor dos veces y la funcin de la yerba pursima, el dolor dos veces y el bien de sr, dolernos doblemente. J ams, hombres humanos, hubo tnto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,en el vaso, en la carnicera, en la arimtica! J ams tnto cario doloroso, jams tan cerca arremeti lo lejos, jams el fuego nunca jug mejor su rol de fro muerto! J ams, seor ministro de salud, fue la salud ms mortal y la migraa extrajo tnta frente de la frente!Y el mueble tuvo en su cajn, dolor, el corazn, en su cajn, dolor, la lagartija, en su cajn, dolor. Crece la desdicha, hermanos hombres, ms pronto que la mquina, a diez mquinas, y crece con la res de Rousseau, con nuestras barbas; crece el mal por razones que ignoramos y es una inundacin con propios lquidos, con propio barro y propia nube slida! Invierte el sufrimiento posiciones, da funcin en que el humor acuoso es vertical al pavimento, el ojo es visto y esta oreja oda, y esta oreja da nueve campanadas a la hora del rayo, y nueve carcajadas a la hora del trigo, y nueve sones hembras a la hora del llanto, y nueve cnticos a la hora del hambre y nueve truenos y nueve ltigos, menos un grito. El dolor nos agarra, hermanos hombres, por detrs de perfl, y nos aloca en los cinemas, nos clava en los gramfonos, nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente a nuestros boletos, a nuestras cartas; y es muy grave sufrir, puede uno orarPues de resultas del dolor, hay algunos que nacen, otros crecen, otros mueren, y otros que nacen y no mueren, otros que sin haber nacido, mueren, y otros que no nacen ni mueren (son los ms) Y tambin de resultas del sufrimiento, estoy triste hasta la cabeza, y ms triste hasta el tobillo, de ver al pan, crucificado, al nabo, ensangrentado, llorando, a la cebolla, al cereal, en general, harina, a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo, al vino, un ecce-homo, tan plida a la nieve, al sol tan ardio! Cmo, hermanos humanos, no deciros que ya no puedo y ya no puedo con tnto cajn, tnto minuto, tnta lagartija y tnta inversin, tanto lejos y tnta sed de sed! Seor Ministro de Salud; qu hacer? !Ah! desgraciadamente, hombres humanos, hay, hermanos, muchsimo que hacer. PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCAMe morir en Pars con aguacero, un da del cual tengo ya el recuerdo. Me morir en Pars -y no me corro- talvez un jueves, como es hoy de otoo. J ueves ser, porque hoy, jueves, que proso estos versos, los hmeros me he puesto a la mala y, jamas como hoy, me he vuelto, con todo mi camino, a verme solo. Csar Vallejo ha muerto, le pegaban todos sin que l les haga nada; le daban duro con un palo y duro tambin con una soga; son testigos los das jueves y los huesos hmeros, la soledad, la lluvia, los caminos MASAAl fin de la batalla, y muerto el combatiente, vino hacia l un hombre y le dijo: No mueras, te amo tanto! Pero el cadver ay! sigui muriendo. Se le acercaron dos y repitironle: No nos dejes! Valor! Vuelve a la vida!Pero el cadver ay! sigui muriendo. Acudieron a l veinte, cien, mil, quinientos mil, clamando: Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!Pero el cadver ay! sigui muriendo. Le rodearon millones de individuos, con un ruego comn: Qudate hermano!Pero el cadver ay! sigui muriendo. Entonces, todos los hombres de la tierra le rodearon; les vi el cadver triste, emocionado;incorporse lentamente, abraz al primer hombre; echse a andar XIVCudate, Espaa, de tu propia Espaa!Cudate de la hoz sin el martillo, cudate del martillo sin la hoz! Cudate de la vctima apesar suyo, del verdugo apesar suyo y del indiferente apesar suyo! Cudate del que, antes de que cante el gallo, negrate tres veces, y del que te neg, despus, tres veces! Cudate de las calaveras sin las tibias, y de las tibias sin las calaberas! Cudate de los nuevos poderosos! Cudate del que come tus cadveres, del que devora muertos a tus vivos! Cudate del leal ciento por ciento! Cudate del cielo ms ac del airey cudate del aire ms all del cielo! Cudate de los que te aman! Cudate de tus hroes! Cudate de tus muertos! Cudate de la Repblica! Cudate del futuro! ESPAA, APARTA DE M ESTE CLIZNios del mundo, si cae Espaa -digo, es un decir- si cae del cielo abajo su antebrazo que asen, en cabestro, dos lminas terrestres; nios, qu edad la de las sienes cncavas!qu temprano en el sol lo que os deca! qu pronto en vuestro pecho el ruido anciano! qu viejo vuestro 2 en el cuaderno! Nios del mundo, est la madre Espaa con su vientre a cuestas; est nuestra maestra con sus frulas, est madre y maestra, cruz y madera, porque os dio la altura, vrtigo y divisin y suma, nios; est con ella, padres procesales! Si cae -digo, es un decir- si cae Espaa, de la tierra para abajo, nios, cmo vais a cesar de crecer! cmo va a castigar el ao al mes! cmo van a quedarse en diez los dientes, en palote el diptngo, la medalla en llanto! Cmo va el corderillo a continuar atado por la pata al gran tintero! Cmo vais a bajar las gradas del alfabeto hasta la letra en que naci la pena! Nios, hijos de los guerreros, entretanto, bajad la voz, que Espaa est ahora mismo repartiendola energa entre el reino animal, las florecillas, los cometas y los hombres. Bajad la voz, que est con su rigor, que es grande, sin saber qu hacer, y est en su mano la calavera hablando y habla y habla, la calavera, aquella de la trenza, la calavera, aquella de la vida! Bajad la voz, os digo; bajad la voz, el canto de las slabas, el llando de la materia y el rumor menor de las pirmides, y aunel de las sienes que andan con dos piedras! Bajad el aliento, y si el antebrazo baja, si las frulas suenan, si es la noche, si el cielo cabe en dos limbos terrestres, si hay ruido en el sonido de las puertas, si tardo, si no veis a nadie, si os asustan los lpices sin punta; si la madre Espaa cae -digo, es un decir- salid, nios del mundo; id a buscarla!

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