Cerros sagrados olmecas

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DOSIERcerros sagrados olmecas / 31DOSIERToda montaa, y hasta los ce-rros pequeos, tiene cualida-des sagradas. Sin embargo, en cualquierpaisajeregional ciertas montaas son consideradas ms importantes por los habitantes, ya sea por sus caractersticas fsicas o por su papel en las mitologas de la comunidad. Hubo peregrinacionesparaveneraralgunas montaas en particular, y a veces se les distingui con altares o erigiendo monu-mentos labrados en piedra o alguna ofren-da especial. La categora simblica no se limita a las montaas reales, visibles en el paisaje natural, sino que fue prctica co-mn, en la Mesoamrica prehispnica, integrarlas a los asentamientos por medio de la construccin de pirmides o mon-taas artificiales. En los registros ar-queolgicos hay ejemplos de representa-ciones de montaas a escala; uno de ellos son las efigies de volcanes en los patios de casas excavadas en Tetimpa, Puebla, del Preclsico Tardo, excavados por Ga-briela Uruuela y Patricia Plunket. En Mesoamrica, las creencias respec-to de las montaas y sus espritus podran remontarse, tal vez, a los periodos Pa- leoindio y Arcaico. La evidencia arqueo- lgica irrefutable ms temprana de ve- neracinalasmontaasprovienedel Preclsico. En este artculo nos ocupare-mos de tres tipos y escalas de montaas sagradas en el mundo olmeca: a) monta-as naturales con restos arqueolgicos que indican su importancia sagrada para los olmecas, b) montaas artificiales dentro de los asentamientos olmecas y c) esculturas labradas en piedra que podran representar montaas sagradas. Nuestros ejemplos provienen de San Lorenzo, Ve-racruz; La Venta, Tabasco, y Chalcatzin-go, Morelos, sitios del Preclsico, o de si-tios cercanos a ellos (fig. 9).LAS MONTAAS EN ELPAISAJE DE SAN LORENZOEn la regin de San Lorenzo, Veracruz, el centro olmeca ms importante entre 1150 y 850 a.C., se encuentran varios ejemplos del culto a las montaas. El sitio est situa-do en la cima de una gran meseta que se eleva 50 m sobre las riberas de la cuenca del roCoatzacoalcos.Aunquelamayora de las montaas visibles desde la meseta de San Lorenzo son lejanas, existe evidencia arqueolgica de que los olmecas realizaban peregrinaciones religiosas a dos de ellas. Los Tuxtlas, 50 km al norte de San Lo-renzo, es visible desde el sitio. En 1897, el topgrafo Ismael Loya descubri una gran estatua en el volcn San Martn Pajapan, una de las cimas ms prominentes de los Tuxtlas. Esa estatua, el Monumento 1 de San Martn Pajapan (fig. 1), es considera-da hoy en da una de las obras maestras del 1. En la cima del volcn de San Martn Pajapan, Veracruz, fue encontrada esta escultura, que pesa ms de una tonelada. Tanto la figura como la montaa fueron reverenciadas desde hace mi-les de aos. Monumento 1. San Martn Pajapan. Museo de Atropologa de Xalapa, Veracruz.Foto: raFael doniz / racesCerros sagrados olmecasMOntaaS En la COSMOvISIn MESOaMERICanaDaviD C. Grove2. En un antiguo manantial de las laderas del Ce-rro Manat, los olmecas depositaron como ofren-das hachas de piedra verde, bolas de hule y bus-tos en madera. Probablemente, el manantial era un lugar de paso visitado por los peregrinos que iban a San Lorenzo y a otros lugares que circundaban el Cerro Manat. Escultura 7 y hacha de piedra ver-de. Laguna El Manat. Centro inah Veracruz. Foto: carlos Blanco / racesUno de los ms importantes rasgos de la cosmovisin mesoamericana fue considerar como entes vivos los elementos del paisaje: cuevas, barrancas, manantiales, rboles y montaas, por estar habitados por importantes espritus. de todos los accidentes geo-grficos, las montaas son las ms grandes e imponentes: son el vnculo fsico entre el cielo y el mundo superior con la superficie de la tierra y el inframundo. en el sistema de creencias de mesoamrica, las montaas son lugares mticos originarios, donde habitan los ancestros y residen los espritus asociados a la tierra, la fertilidad o la lluvia.30 / arqUeologa mexicana32 / arqUeologa mexicanaDOSIERcerros sagrados olmecas / 33DOSIERarte olmeca y su presencia en esa monta-a es una evidencia clara de que el volcn fue muy reverenciado por los olmecas, quienes se tomaron el trabajo de transpor-tar la escultura de 1 200 kg hasta la cima.El arquelogo veracruzano Alfonso Medelln Zenil analiz la escultura en 1968 y descubri que esta gran figura antropo-morfa de piedra estuvo asentada en una pequea plataforma rectangular. En las ex-cavaciones en el interior de la plataforma se descubrieron tepalcates pertenecientes al Preclsico, el Clsico, el Posclsico y de la era moderna, as como cuentas de jade-ta y parafina y cera utilizados en rituales ms recientes. En su artculo El dios ja-guar de San Martn (1968), Medelln Ze-nil afirma: Los indgenas popolucas y na-huas, pobladores del sistema montaoso de Los Tuxtlas, y sobre todo, los ms prxi-mos al cerro de San Martn [...] siempre su-pieron de la existencia de una escultura pre-hispnica a la que nombraban Chane, el chaneque o nuestro padre San Martn[...] es algo que se respeta, se teme, se propicia y se venera. Los restos arqueolgicos de la plataforma en la cima de San Martn Pa-japandemuestranquetantolaestatua como la montaa fueron reverenciadas desde hace miles de aos. Medelln Zenil, preocupado por la conservacin de la es-cultura, la traslad hasta el Museo de Xa-lapa al terminar sus investigaciones. Los Tuxtlas tambin fueron importan-tes para los olmecas por razones ms mun-danas: era de ah de donde traan el basal-to usado por los artesanos para hacer las numerosas esculturas exhibidas y venera-das en San Lorenzo, La Venta, Laguna de los Cerros y Tres Zapotes. Es muy proba-ble que los artesanos supieran que labra-ban material sagrado, puesto que lo traan de esas distantes montaas.Hacia el sur de la meseta de San Loren-zo el paisaje parece estar formado, en su mayora, por un extenso laberinto de lla-nuras anegadas. Sin embargo, se distinguen varias elevaciones en lo que de otra mane-ra sera un terreno plano, como el Cerro Manat, cuya importancia sagrada se de-mostr tras los descubrimientos hechos por los arquelogos Mara del Carmen Ro-drguez y Ponciano Ortiz Ceballos. Estos investigadores excavaron varios restos de ofrendas de rituales olmecas en la base del cerro, donde encontraron hachas de pie-dra verde, bolas de hule y sorprendentes bustos antropomorfos labrados en made-ra (fig. 2). Las ofrendas se colocaban en un antiguo manantial, tal vez durante las pe-regrinaciones de los olmecas de San Lo-renzo Tenochtitln y otros centros de la regin al Cerro Manat. DeacuerdoconlaarquelogaAnn Cyphers, la meseta de San Lorenzo, que es la mayor elevacin del rea, tal vez fue tam-bin una montaa sagrada; as pues, los ol-mecas de San Lorenzo vivan sobre una montaa sagrada y sta fue parte integral de la comunidad. Conforme el asentamien-to olmeca creca y se desarrollaba, a lo lar-go de los siglos, la meseta fue reconstrui-da y remodelada. San Lorenzo fue un gran centro ceremonial y se exhiban all ms de 100 monumentos labrados en piedra. Es muy probable que la gente de otras comu-nidades de la regin hiciera peregrinacio-nes hasta la meseta para participar en los rituales o para contemplar y honrar las es-culturas de piedra. LA VENTA Y LA MONTAA ARTIFICIALLa Venta, en Tabasco, fue un centro olme-ca que floreci entre 900 y 500 a.C., tras la decadencia de San Lorenzo. Este centro y sus construcciones se irguieron a lo largo de la ribera de una isla baja, que sobresale apenas 12 m sobre los pantanos que la ro-dean. Como se encuentra en una planicie costera no es visible ninguna montaa na-tural en el horizonte; sin embargo, en La Venta se realiz una construccin que re-presenta una gran pirmide de tierra de 30 m de altura y 120 m de dimetro aproxima-damente (fig. 3). Es una de las pirmides ms antiguas de Mesoamrica y fue parte in-tegral del centro ceremonial de La Venta.Muchas pirmides del Clsico y el Pos-clsico mesoamericanos se identifican cla-ramente como montaas por los elemen-tosiconogrficosquelasadornan. Ejemplos de lo anterior son las cabezas de serpiente del Templo Mayor (el coatpetl) y las caras de la montaa (witz) de las pi-rmides mayas. Las cuatro grandes estelas de La Venta monumentos 25/26, 27, 88 y 89 (fig. 4), erigidas en la base sur de la pirmide, muestran una cara sobrenatural semejante; a mi parecer, estas caras de montaas son el equivalente olmeca de los smbolos witz de las pirmides mayas. Estas enormes caras indican que la pirmi-de es una montaa, y nos muestran que la pirmide-montaa tiene los mismos atri-butos sobrenaturales, cualidades y espri-tus invisibles que una montaa natural. CHALCATZINGO,DONDE EL ARTE NOSREVELA LO INVISIBLEAlgunas de las cualidades implcitas e invi-sibles de las montaas sagradas son visi-bles en Chalcatzingo, Morelos, en el alti-plano central de Mxico, 500 km al oeste de La Venta. En el paisaje de la zona ar-queolgica de Chalcatzingo sobresalen dosmontaasgemelas:elCerroChal- catzingo y el Cerro Delgado (fig. 5). Vi-sualmente, las dos montaas evocan una imagen sagrada, pues las separa una hen-didura en forma de V. La hendidura es un icono muy significativo en el arte olmeca, pues representa un umbral hacia el interior 3. La Venta, Tabasco, est en una planicie coste-ra en la que no hay montaas. Para representar una montaa, los olmecas construyeron una pi-rmide de tierra de 30 m de altura y 120 m de di-metro (Montculo C), aproximadamente. Foto: ignacio gUevara / races4. Al sur del Montculo C de La Venta, los olme-cas colocaron cuatro estelas de piedra que repre-sentan una cara de montaa. De esta manera manifestaron que la pirmide o montaa artifi-cial tena los mismos atributos sobrenaturales, cualidades y espritus que una montaa natural. Monumento 27. La Venta.diBUjo: tomado de james B. Porter, 1992entrelosolmecaspueden encontrarse tres tipos y esca-las de montaas sagradas: montaas naturales con res-tosarqueolgicos,monta-as artificiales dentro de los asentamientos y esculturas labradas en piedra que repre-sentan montaas sagradas. 5. Los cerros Delgado y Chalcatzingo evocan una imagen sagrada, pues la hendidura en forma de V que los separa representaba para los olmecas el umbral de la tierra, que permita la comunica-cin con las fuerzas y espritus del inframundo. Chalcatzingo, Morelos.Foto: jorge Prez de lara / races34 / arqUeologa mexicanaDOSIERcerros sagrados olmecas / 35DOSIERde la tierra y permite la comunicacin con las fuerzas y espritus del inframundo. De manera similar, los dos cerros constituyen una montaa dividida, una montaa sa-grada asociada al lugar donde se origina el maz, de acuerdo con las posteriores mito-logas de mayas y nahuas. As pues, la aldea del Preclsico, al pie de las dos montaas, se localizaba en un lugar muy sagrado.Chalcatzingo fue habitado por primera vez en 1400 a.C., y al cabo de algunos siglos se convirti en uno de los principales cen-tros del Preclsico en el altiplano. El lugar lleg a su apogeo entre 700 y 500 a.C., cuan-do tambin La Venta alcanzaba su cenit. Losdatosarqueolgicosmuestranque hubo interaccin entre las elites de ambos centros, y tambin sabemos que hubo con-tacto porque en Chalcatzingo se hicieron monumentos de piedra con el estilo olme-ca de La Venta. Hasta hoy se han documen-tado en Chalcatzingo 37 piedras labradas y hay, adems, evidencias de que desde el Pre-clsico, y hasta pocas posteriores, se hicie-ron peregrinaciones a Chalcatzingo para vi-sitar sus monumentos de piedra. Seis de los monumentos son bajorrelie-ves labrados en las paredes rocosas de lo alto del Cerro Chalcatzingo. Estn coloca-dos en grupo, junto a una pequea barran-ca por donde escurre el agua de lluvia; es-tosseisrelievestieneniconografa relacionada con la lluvia y la fertilidad agr-cola. Cinco son pequeos y muestran cria-turas semejantes a lagartos, bajo nubes des-de donde gotea lluvia. Debajo de tres de estos pequeos animales hay plantas de ca-labaza en flor. El sexto bajorrelieve, el Mo-numento 1, es grande (mide casi 3 por 3 m) y es un ejemplo raro en el arte mesoame-ricano, pues ciertas cualidades sagradas in-visibles de la montaa son reveladas en la imagen labrada sobre la montaa misma. El relieve conocido coloquialmente como el Rey representa a un personaje senta-do en un nicho con forma de C (fig. 6). El nicho est formado por un motivo de mon-taa que es tambin la cara estilizada de una serpiente; la boca abierta del animal representa una cueva en la montaa. De la boca de la cueva salen grandes volutas y arriba de la cueva hay nubes desde las cua-les caen gotas de lluvia. Es importante que el tocado y el vestido de el Rey tambin estn decorados con gotas de lluvia. El sim-bolismo de lluvia emanado de este magn-fico relieve es obvio. Ms an, el persona-je antropomorfo asociado directamente a la lluvia y la montaa es parecido a deida-des del Posclsico como Tepeyllotl, co-razn de la montaa, y Tlloc. Algunos rasgos iconogrficos del Mo-numento 1, como el glifo montaa-cueva, indican que el motivo se refiere especfica-mente al Cerro Chalcatzingo, no a cual-quier otra montaa. El gran bajorrelieve nos indica as algunos de los rasgos invisi-bles del Cerro Chalcatzingo: informaba a los peregrinos y otros observadores que los espritus antropomorfos, tal vez ances-tros, habitaban dentro del cerro y que los espritus de esta montaa en particular pro-porcionaban la lluvia, lo que generaba la prosperidad agrcola de los chalcatzincas del Preclsico y del resto de la regin.Adems, en la aldea del Preclsico Me-dio en Chalcatzingo haba un elemento ar-quitectnico relevante,una plataforma de tierra de 70 m de largo y 7 de altura. Aun-que el montculo es rectangular y no pira-midal, los pueblos de Chalcatzingo lo con-sideraronunarepresentacindela montaa sagrada. Sabemos esto porque sobre ella se coloc el Monumento 9 (fig. 7), una representacin de 180 cm de altu-ra de una cara de montaa, que es una representacin frontal de la serpiente-cue-va-montaa que vemos de perfil en el Mo-numento 1, y la cara representa nuevamen-te al Cerro Chalcatzingo. De esta manera, los rituales podan llevarse cabo tanto en el Cerro Chalcatzingo como en la platafor-ma, con una diferencia relevante: la boca de la cara del Monumento 9 est abierta y es hueca, lo cual permite la entrada y sali-da de personas u objetos durante dichos rituales. Fue as como los participantes de los rituales construyeron una contraparte del Cerro Chalcatzingo por la que poda entrarse simblicamente a la montaa a tra-vs de la boca, ya que en ese cerro no hay una cueva con esas caractersticas.MONTAAS EN MINIATURATanto el volcn de San Martn Pajapan como el Cerro Chalcatzingo son monta-as naturales, cuya importancia sagrada queda demostrada por sus monumentos. En menor escala, los montculos de tierra construidos en La Venta y Chalcatzingo tambin representan montaas, y su natu-raleza se reafirma en cada caso mediante la exhibicin en ellas de monumentos con representaciones de caras de montaa. Otras esculturas en piedra hechas por los olmecas comparten tambin el simbolis-mo de las montaas. En tiempos recientes, varios investigadores han propuesto que los grandes altares-trono de basalto po-dran representar montaas. Cada una de esas esculturas rectangulares se caracteri-za por tener un nicho o cueva frontal con un personaje sentado (fig. 8). El per-sonaje sentado dentro de una cueva-mon-taa representada en dos dimensiones en el arte de Chalcatzingo se muestra en for-ma tridimensional en los altares-trono de San Lorenzo, La Venta, Laguna de los Ce-rros y El Marquesillo. Al erigir estas gran-des esculturas en sus centros polticos, las elites olmecas colocaron en un entorno ms personal y a escala humana a la mon-taa, a las fuerzas y espritus sobrenatura-les asociados a ellas, as como a sus vncu-los con los ancestros. Traduccin: Elisa RamrezDavid C. Grove. Doctor en antropologa por la Universidad de California, Los ngeles. Profesor emrito de antropologa de la Universidad de Illi-nois. Se especializa en la arqueologa del Preclsi-co. Ha dirigido investigaciones en varios sitios, entre ellos Chalcatzingo, Morelos, y la cueva de Oxtotitln, Guerrero.Para leer msCyphers Guilln, Ann, San Lorenzo Tenochtitlan, en John E. Clark (coord.), Los olmecas en Mesoamrica, Citibank/El Equilibrista, Mxico, 1994, pp. 43-67.Gonzlez lauCk, Rebecca, La antigua ciudad olmecaen La Venta, Tabasco,en John E. Clark (coord.), Los olmecas en Mesoamrica, Citibank y El Equilibrista, Mxico, 1994, pp. 93-111.Grove, David C., Chalcatzingo, en John E. Clark (coord.), Los Olmecas en Mesoamrica, Citibank y ElEquilibrista, Mxico, 1994, pp. 164-173. ________ , Public Monuments and Sacred Mountains: Observations on Three Formative Period SacredLandscapes, en David C. Grove y Rosemary Joyce (eds.), Social Patterns in Preclassic Mesoamerica, Dumbar-ton Oaks, Washington, D.C., 1999, pp. 255-299.Medelln zenil, Alfonso, El dios jaguar de San Mar-tn, en Boletn inah, nm. 33, 1968, pp. 9-16.ortiz, Ponciano y Mara del Carmen Rodrguez, Los espacios sagrados olmecas: El Manat, un casoespecial, en John E. Clark (coord.), Los olmecas enMesoamrica, Citibank y El Equilibrista, Mxico, 1994, pp. 69-91.plunket, Patricia, y Gabriela Uruuela, Appeasing the Volcano Gods, Archaeology, vol. 51, nm. 4, 1998, pp. 36-42. 7. Los habitantes del Preclsico Medio de Chalcatzingo construyeron una plataforma de tierra en la que colocaron el Monumento 9, la representacin vista frontalmente de la boca de una serpiente-cueva-montaa. Las fauces abiertas permitan el paso de personas u objetos durante los rituales.ilUstracin: magdalenajUrez / races6. En el relieve llamado el Rey hay un personaje sentado en un nicho dentro de la boca de perfil de la cara de una serpiente estilizada. La boca abierta de la serpiente representa una cueva en la monta-a. De la boca de la cueva emergen grandes volutas y en su cima hay nubes de las que caen gotas de lluvia. Monumento 1. Chalcatzingo, Morelos.Foto: jorge Prez de lara / races8. Los altares-trono de los olmecas representa-ban montaas. Se caracterizan porque tienen un nicho o cueva en donde est un personaje sen-tado. Con los altares-trono, las elites olmecas re-presentaron a escala humana a la montaa, a las fuerzas y espritus sobrenaturales asociados con ellas. Altar 4. Parque-Museo La Venta, Villaher-mosa, Tabasco.Foto: marco antonio Pacheco / racessitios olmecas con representaciones de montaas sagradasCapitalSitio arqueolgiCosi mBol og aGolfo de MxicoCuernavaCaJalapavillahermoSatabascoVeracruzchiapasguerreropueblaoaxacad.f.tlaxcalamorelosChalcatzingoTres ZapotesLaguna de los CerrosLa VentaEl ManatSan LorenzoSan Martn Pajapan9. Los ejemplos de representacines de montaas sagradas provienen de sitios del Preclsico o de fechas cercanas.ilUstracin digital: races