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DOCUMENTOS CEN 1990 1.- COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA ANTE LA EMBOSCADA DEL DÍA 1 DE ENERO DE 1990 (3 de enero de 1990) Queridos hermanos: Mientras celebrábamos la Jornada Mundial por la Paz, al iniciar el año 1990, nos hemos visto sorprendidos desagradablemente ante un nuevo acto de violencia, como es la emboscada perpetrada en la zona de Zelaya Norte, en la carretera Siuna-Rosita, en el punto llamado «Ojo de agua», cercano al río Coperna. En esta dolorosa circunstancia perecieron las Hermanas Religiosas de Santa Inés: Maureen Courtney, de nacionalidad norteamericana y Teresita Rosales, nicaragüense de origen miskito. Además fueron heridos de gravedad: Mons. Pablo Schmitz, Obispo Auxiliar del Vicariato de Bluefields y Francisca Colomer, también Religiosa de Santa Inés. No tenemos palabras para expresar nuestra honda pena ante tales actos de violencia, y sólo surgen de nuestros labios, al igual que de los del protomártir San Esteban, estas palabras: «Señor, no les tomes en cuenta este pecado» (Hechos 7, 60). Por este medio queremos agradecer a todas las personas tantos civiles como militares y hospitalarias, que de una u otra forma nos han brindado la ayuda necesaria para aliviar el sufrimiento de nuestro Hermano en el Episcopado Mons. Pablo y las Hermanas que lo acompañaban. Que nuestras Hermanas que ya habitan junto al Señor en el Cielo, intercedan ante Dios, apoyando el esfuerzo de tantos Misioneros y Agentes de Pastoral que trabajan en el Vicariato

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DOCUMENTOS CEN

1990 1.- COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA ANTE LA EMBOSCADA DEL DÍA 1 DE ENERO DE 1990 (3 de enero de 1990)

Queridos hermanos:

Mientras celebrábamos la Jornada Mundial por la Paz, al iniciar el año 1990, nos hemos visto sorprendidos desagradablemente ante un nuevo acto de violencia, como es la emboscada perpetrada en la zona de Zelaya Norte, en la carretera Siuna-Rosita, en el punto llamado «Ojo de agua», cercano al río Coperna.

En esta dolorosa circunstancia perecieron las Hermanas Religiosas de Santa Inés: Maureen Courtney, de nacionalidad norteamericana y Teresita Rosales, nicaragüense de origen miskito. Además fueron heridos de gravedad: Mons. Pablo Schmitz, Obispo Auxiliar del Vicariato de Bluefields y Francisca Colomer, también Religiosa de Santa Inés.

No tenemos palabras para expresar nuestra honda pena ante tales actos de violencia, y sólo surgen de nuestros labios, al igual que de los del protomártir San Esteban, estas palabras: «Señor, no les tomes en cuenta este pecado» (Hechos 7, 60).

Por este medio queremos agradecer a todas las personas tantos civiles como militares y hospitalarias, que de una u otra forma nos han brindado la ayuda necesaria para aliviar el sufrimiento de nuestro Hermano en el Episcopado Mons. Pablo y las Hermanas que lo acompañaban.

Que nuestras Hermanas que ya habitan junto al Señor en el Cielo, intercedan ante Dios, apoyando el esfuerzo de tantos Misioneros y Agentes de Pastoral que trabajan en el Vicariato de Bluefields y en todo el territorio nacional, para que reine la paz en todos los corazones y en nuestra patria.

Dado en la Ciudad de Managua, a los tres días del mes de enero de mil novecientos noventa.

CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA

+ Mons. Salvador Schlaefer

Obispo de Bluefields

Presidente de la Conferencia Episcopal

+ Mons. Bosco Vivas Robelo

Obispo Auxiliar de Managua

Secretario de la Conferencia Episcopal

2.- ORIENTACIONES DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA CON MOTIVO DE LAS ELECCIONES DEL 25 DE FEBRERO DE 1990 (15 de febrero de 1990)

«Paz y Bendición a todos»

Queridos hermanos:

En una hora tan importante para nuestra Patria, cuando se aproximan las elecciones, que tiene despierto el interés nacional, los Obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua nos dirigimos a nuestros fieles católicos y a todos los hombres de buena voluntad del País para invitarles a tener presente, que lo fundamental en este momento es el destino del País, su futuro y que, por lo tanto:

1.- Se debe ejercer el derecho al voto, teniendo presente que el cristiano no debe apoyar ideologías que se sustentan en el odio y que proporcionan actitudes de inmoralidad y violencia, que van en contra de la fe cristiana.

2.- Todo el pueblo nicaragüense debe esforzarse por cultivar y mantener en estos días y después de las elecciones, un espíritu de serenidad, respeto y cordura.

3.- Cada uno deberá votar en conciencia, sin temores ni presiones mirando el bien común, más que sus interese particulares. Habrá que recordar que se elige solamente haciendo uso de la libertad ciudadana que es la que hace efectiva la soberanía de la Nación.

4.- Todos deben ayudar a que el proceso sea digno, limpio y transparente. El apasionamiento de la campaña electoral no debe llevar a acciones violentas ni a destruir la unidad de las familias, romper antiguas amistades y fomentar el odio.

5.- Si las elecciones se efectúan con honestidad y limpieza, se debe aceptar el veredicto de las urnas con nobleza, conscientes, quienes sean elegidos, de que están «llamados a servir y no a ser servidos», como dice Jesucristo, y quienes resulten perdedores asumiendo con responsabilidad y sin resentimiento su papel de legítima oposición.

6.- Convencidos de que, «si el Señor no construye la casa en vano se cansan los albañiles» y de acuerdo a la costumbre eclesial de acudir a la ayuda divina en los momentos trascendentales de la vida humana, exhortamos a todos nuestros fieles a mantenerse en actitud de oración, implorando al Señor por medio de su Madre, la Purísima Virgen María, Reina de la Paz, que dé a los nicaragüenses la gracia de ser constructores de una auténtica civilización del amor en nuestra Nación. Recordamos encarecidamente, que en todos nuestros templos parroquiales y capillas se realicen, durante la semana comprendida entre el 18 al 25 de febrero, solemnes actos litúrgicos, Horas Santas, vigilias, rezo del Santo Rosario y actos penitenciales, con el fin de alcanzar para Nicaragua una nueva era en armonía y desarrollo.

Managua, quince de febrero de mil novecientos noventa.

CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA.

+ Mons. Salvador Schlaefer B.

Obispo de Bluefields

Presidente de la Conferencia Episcopal

+ Mons. Bosco Vivas Robelo

Obispo Auxiliar de Managua

Secretario de la Conferencia Episcopal

3.- ORIENTACIONES DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA EN EL PERÍODO POST-ELECTORAL (1 de marzo de 1990)

Queridos hermanos:

Habiendo pasado ya toda la campaña electoral y habiéndose realizado las elecciones el pasado 25 de febrero, los Obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, invocando la ayuda divina por intercesión de la Virgen María, nos dirigimos a todos nuestros fieles católicos y también a las personas de buena voluntad del País para hacer las reflexiones siguientes:

1.- Reconocemos que, en líneas generales, el proceso electoral y las elecciones se llevaron a cabo de manera honesta, por lo que el resultado de las mismas elecciones debe ser reconocido por todos como la expresión de la libertad y voluntad del pueblo.

2.- Expresamos nuestra satisfacción por la madurez política alcanzada por los nicaragüenses y por la lección de civismo que han dado, depositando su voto en las urnas y demostrando de esta forma la voluntad de buscar la solución de sus problemas por medios cívicos.

3.- Felicitamos a las Autoridades del actual Gobierno por los esfuerzos hechos para que las elecciones se pudieran realizar en orden, como también por su actitud democrática al aceptar el resultado de las mismas. También felicitamos a las Autoridades del nuevo Gobierno, con la esperanza que el respeto mutuo entre la Iglesia y el Estado contribuya al bienestar de los nicaragüenses. Es oportuno recordar a quienes han sido elegidos que «están llamados a servir y no a ser servidos», y a quienes han resultado perdedores «que deben asumir con responsabilidad y sin resentimiento su papel de legítima oposición» (cfr. Orientación de la CEN, con motivo de las elecciones del 25 de febrero de 1990 - Managua, 15 de febrero de 1990).

Es urgente y necesario poner fin a las actividades bélicas. Para ello, exhortamos al Gobierno actual y al Gobierno entrante a que juntamente con la Resistencia armada, busquen la manera de que los miembros de esta misma Resistencia se reintegren a la vida civil.

El Gobierno actual debe entregar todos y cada uno de los Poderes que le corresponden al nuevo Gobierno elegido democráticamente. Todo esto debe hacerse con el deseo sincero de construir definitivamente la paz en Nicaragua y permitir el impostergable desarrollo del País.

5- Censuramos los hechos de violencia protagonizados por algunas personas inconformes con el resultado de las elecciones. A estas personas les hacemos un llamado a la cordura y a poner el bien de Nicaragua por encima de cualquier ideología y partidismo. Es hora de promover la fraternidad y el respeto entre los nicaragüenses y dejar de fomentar el odio.

6.- Siendo este momento de transición tan importante, y habiendo aún problemas por resolver para el traspaso pacífico del Poder, y de esa manera poner las bases de una auténtica reconciliación nacional, invitamos a todos a mantenerse en actitud de oración y a ejercitar obras de caridad y penitencia. Nos ayuda y anima a ello el tiempo cuaresmal en el que nos encontramos como preparación a la Pascua.

Managua, primero de marzo de mil novecientos noventa.

CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA

+Mons. Salvador Schlaefer B.

Obispo de Bluefields

Presidente

+Mons. Carlos Santi

Obispo de Matagalpa

Vicepresidente

+Mons. Bosco Vivas Robelo

Obispo Auxiliar de Managua

Secretario

+Cardenal Miguel Obando B.

Arzobispo de Managua

+Mons. Julián Barni

Obispo de León

+Mons. Pedro L. Vílchez

Obispo de Jinotega

+Mons. Juan Abelardo Mata

Obispo Auxiliar de Managua

+Mons. Leopoldo Brenes

Obispo Auxiliar de Managua

+Mons. Leovigildo López F.

Obispo de Granada

4.- COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA CON MOTIVO DEL PROCESO DE TRANSICIÓN EN EL GOBIERNO DE NICARAGUA (20 de abril de 1990)

A los Sacerdotes y Diáconos de nuestras Diócesis, a los Religiosos y Religiosas, a todos nuestros amados fieles Católicos y a los hombres de buena voluntad,

«No tengan miedo. Ustedes buscan a Jesús Nazareno, el que fue crucificado. No está aquí en el lugar donde lo pusieron. ¡Ha resucitado!» (Marcos 16, 6)

Queridos hermanos:

Con esta alegría pascual, nosotros los Obispos de Nicaragua, estamos llamando a todos los fieles y a todos los hombres de buena voluntad, a promover pacíficamente la transferencia de poderes civiles, militares y políticos, el próximo 25 de abril.

Los nicaragüenses han demostrado su vocación de paz y su voluntad de que exista un gobierno que respete los derechos de los ciudadanos, promueva la auténtica reconciliación y que logre hacer realidad la solidaridad sincera y fraternal en el país y lo conduzca por un camino de progreso y desarrollo. Esta promoción de la paz mediante la reconciliación es un proceso delicado que exige tomas de posición responsables y que ve sobre todo el bien común. Hablamos de una paz auténtica, no basada en la fuerza militar, sino en el espíritu cristiano que forma el sustrato de la cultura y de la religiosidad de los nicaragüenses.

Las esperanzas del pueblo por un cambio manifestadas en el voto, no deben quedar frustradas. Sería muy de lamentar que se ignorara y rechazara esa voluntad de la mayoría del pueblo.

Apreciamos todos los esfuerzos que se están haciendo para la transición de poderes sea pacífica y sin violencia. Al mismo tiempo que apoyamos los acuerdos de paz recientemente suscritos para poner fin a la guerra, creemos que es indispensable que también sean recogidas las armas entregadas a civiles.

Como Pastores, creemos sin embargo, que mientras no haya un auténtico cambio en el corazón del hombre, sacando de él el odio, no habrá autentica y duradera reconciliación.

Confiamos en que la madurez de los empleados públicos se manifestará sobre todo en el mantenimiento de los servicios públicos indispensables para la vida humana.

Ya es hora en que la justicia, el amor y la paz que nos enseña Cristo, sean puestas en práctica por los nicaragüenses, como muestra de su deseo sincero de reconciliación. Además para el cristiano, siempre están en vigor los Diez Mandamientos de Dios: No matar, no mentir, no levantar falsos testimonios, no robar, etc. Ellos están escritos en el corazón del hombre: «…no nos debemos a la carne, ni hemos de guiarnos por ella; de guiarse por la carne, usted irían a la muerte. Si ustedes, en cambio, acaban con las obras de la carne, gracias al Espíritu, vivirán» (Romanos 8, 12 ss).

Para terminar, estamos de nuevo llamando a todos los cristianos a elevar fervorosas oraciones personales y comunitarias, a partir del 21 del corriente, para que haya una transición calma de poderes y que Dios siga guiando a nuestro pueblo, con la intercesión de María, Madre y Patrona de Nicaragua.

Sirva de modelo la oración que la Liturgia del Viernes Santo pone en labios de la Iglesia: «Dios todopoderoso y eterno, que tienes en tus manos el destino de todos los hombres y los derechos de todos los pueblos; asiste a los que gobiernan para que por tu gracia, se logre en todas las naciones (particularmente en Nicaragua) la paz, el desarrollo y la libertad religiosa de todos los hombres por Jesucristo Nuestro Señor, Amén».

Managua, 20 de abril de 1990.

CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA

+ Mons. Salvador Schlaefer

Obispo de Bluefields

Presidente de la Conferencia Episcopal

+ Mons. Bosco Vivas Robelo

Obispo Auxiliar de Managua

Secretario de la Conferencia Episcopal

5.- COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA SOBRE LAS ACTUACIONES DEL NUEVO GOBIERNO DE NICARAGUA (4 junio de 1990)

Queridos hermanos:

Animados por la presencia del Espíritu Santo, cuya solemnidad litúrgica hemos celebrado, los Obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, manifestamos a los fieles católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, lo siguiente:

1 - Esperamos que las promesas del nuevo Gobierno de instaurar y afianzar una auténtica democracia en Nicaragua, se cumpla cabalmente. Lo contrario, sería una frustración para muchísimos nicaragüenses que dieron su voto con la convicción de ayudar a resolver los problemas graves del país por medios pacíficos.

Creemos también, que deben efectivamente gobernar aquellas personas designadas para ello, por medio del sufragio popular. Igualmente deben derogarse por los cauces legales aquellas leyes que impiden al nuevo Gobierno el establecimiento del bien común.

2 - Vemos como paso positivo la firma de acuerdos entre el Gobierno constitucional de Nicaragua y la Resistencia, y deseamos que, para ayudar a la pacificación de Nicaragua, sea cumplido lo acordado por ambas partes.

3 - Creemos que para tranquilidad de todos, deben ser desarmados, con urgencia, los civiles que en todo el país fueron imprudentemente armados. Por otra parte, tal como lo prometiera el nuevo Gobierno, debe procederse a estudiar y realizar seriamente la reducción del Ejército y su reestructuración, para que se convierta de hecho, en Ejército Nacional.

4 - Respecto a la Reconciliación, aclaramos también, que la Reconciliación Cristiana no es posible sin la conversión del corazón de todos y cada uno, conversión que debe manifestarse en la reparación del mal causado a otros y en la devolución de los bienes mal habidos.

5 - El nuevo Gobierno debe contar con el respaldo decidido de todos, e incluso con el reconocimiento de los pasos positivos dados, por ejemplo en la suspensión de la ley del Servicio Militar, la actitud de diálogo manifestada en varias oportunidades y lugares por funcionarios del Gobierno, etc.

Este apoyo, no quita la libertad para que los ciudadanos señalen al Gobierno aquellas situaciones y actitudes que deben ser corregidas o mejoradas. Los funcionarios del nuevo Gobierno, por su parte, deben actuar con espíritu de servicio a la comunidad y evitar la búsqueda de privilegios y el enriquecimiento personal o familiar.

6 - Constamos una vez más que la situación económica del país es grave. En este sentido debemos comprender que la recuperación económica del país no depende solamente de las ayudas o donaciones extranjeras, sino sobre todo del espíritu de trabajo y de la unidad de propósitos en la línea de la producción nacional y la pacificación del país.

7 - Debe ser una realidad indiscutible que todos los nicaragüenses tienen derecho a organizarse en asociaciones y sindicatos de su libre elección; y que si es el caso de hacer uso del derecho a la huelga, deben hacerlo responsablemente, de tal manera que este legítimo derecho no se convierta en actitud desestabilizadora y contraria al bien común.

8 - Condenamos toda actitud o hechos de violencia, más aún cuando éstos llevan consigo la desaparición o muerte de personas.

Insistimos una vez más, en la necesidad de colaborar a la acción de Dios en Nicaragua, permaneciendo en oración con María, la Madre de Jesús y dando testimonio gozoso de la presencia del Señor en nuestra vida.

Dado en Managua, a los cuatro días del mes de junio de mil novecientos noventa.

CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA

+ Mons. Salvador Schlaefer B.

Obispo de Bluefields

Presidente de la Conferencia Episcopal

+ Mons. Bosco Vivas Robelo

Obispo Auxiliar de Managua

Secretario de la Conferencia Episcopal

6.- MENSAJE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA OFRECIENDO ORIENTACIONES QUE LLEVEN A LOS NICARAGÜENSES A LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR (15 de agosto de 1990)

Queridos hermanos:

En la solemnidad de la Asunción de la Virgen María al Cielo, ponemos la mirada en Ella, modelo de vida del cristiano, para dirigirnos a los fieles católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

El fin de este mensaje es hacer algunas reflexiones y ofrecer orientaciones que lleven a los nicaragüenses a la construcción de la civilización del amor.

1. - AUTORIDAD Y PODER

La autoridad es necesaria en toda sociedad. Para que el ejercicio de esta autoridad no se oponga al Plan de Dios, debe ejercerse según la recta razón y siempre en búsqueda del bien común.

Para preservar y fortalecer la incipiente democracia en Nicaragua, deben gobernar las autoridades de todo el país que el pueblo quiso tener en su votación y debe realizarse el Programa ofrecido.

Sería pecar contra la justicia, impedir que gobiernen los electos por el pueblo o hacer arreglos o pactos que desobedezcan o alteren la voluntad popular.

2. - SITUACIÓN ECONÓMICA

La deteriorada situación económica exige de todos los nicaragüenses un esfuerzo patriótico para que pueda ser superado positivamente. Las dificultades que este esfuerzo conlleve, deben ser compartidas por todos los sectores en proporción a sus capacidades y recursos; los que tienen más, aportarán más y los más desposeídos, aportarán menos.

El bienestar económico sólo se logrará con el aporte consciente y constructivo de todos los ciudadanos en el trabajo creador para aprovechar las riquezas con las que Dios ha bendecido a Nicaragua.

El trabajo es el elemento humano de la economía y el que debiera orientar toda política económica.

3. - SINDICALISMO Y OPORTUNIDAD DE LA HUELGA

a) La libertad sindical es un derecho de los trabajadores de cada empresa, de organizar un sindicato conforme a las leyes del País. Se basa en el derecho natural de todo hombre de asociarse con otros, para una finalidad común: en este caso, para colaborar en garantizar el

ejercicio pleno de los derechos laborales, mediante la acción sindical. El límite de la acción sindical es el laboral.

Si el sindicato se extralimita poniéndose al servicio de los intereses de un partido político, se desautoriza éticamente como interlocutor social válido.

b) La huelga debe ser hecha de acuerdo a las leyes justas del País.

«Admitiendo que es un medio legítimo, se debe subrayar al mismo tiempo que la huelga sigue siendo, en cierto sentido, un medio extremo. No se puede abusar de él especialmente en función de los “juegos políticos”». «…El abuso de la huelga puede conducir a la paralización de toda la vida socioeconómica, y esto es contrario a la exigencias del bien común de la sociedad» (Laborem Exercens, 20).

4. - LA RECONCILIACIÓN

Inspirados en el Evangelio y como Pastores del Pueblo de Dios, hemos insistido en la necesidad de trabajar por alcanzar una auténtica reconciliación de toda la familia nicaragüense.

La reconciliación es un proceso que impone similares obligaciones a todos los sectores por reconciliar y exige el respeto a las leyes del País. Obstaculiza la reconciliación el permitir la impunidad ante el irrespeto a la ley, pues con ello se invita a la anarquía, generándose el desorden, en el cual la confusión impide identificar posiciones, intereses y vías de acercamiento entre los grupos.

La reconciliación nos pide considerar, por una parte, que existe conciencia de que los nicaragüenses formamos una humanidad unida en su suerte por la unidad territorial; pero hay que considerar, por otra parte, que la convicción de esta unidad, en muchos, no se ha elevado aún a una conciencia moral que nos haga mutuamente responsables del destino de cada uno. Esta es una realidad a la que sería peligroso que nos acostumbrásemos como si fuera algo normal y no una urgencia a superar.

5. - OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS POBRES

La situación que atraviesa la mayoría de los nicaragüenses, especialmente los obreros y campesinos, nos obliga, una vez más, a reiterar una opción ciertamente no exclusiva, pero sí, preferencial por ellos. No podemos olvidar como «…la Iglesia abraza con su amor a todos los afligidos por la debilidad humana; más aún, reconoce en los pobres y en los que sufren, la imagen de su Fundador pobre y paciente» (Lumen Gentium, 8).

El Papa Juan Pablo II dijo en Chile: «Los que nada tienen no pueden aguardar un alivio que les llegue por una especie de rebalse de la prosperidad generalizada de la sociedad. ¡Los pobres no pueden esperar!».

No se puede enfocar el problema económico como un asunto de cifras. Tras de cada cifra de desempleados, hay un rostro, un ser humano, una familia.

6. - LA PAZ

La paz no es nunca algo adquirido de una vez para siempre, sino que es preciso irla construyendo y edificando cada día. Como además la voluntad humana es frágil y está herida por el pecado, el mantenimiento de la paz requiere que cada uno se esfuerce constantemente por dominar sus pasiones, y exige de la autoridad legítima una constante vigilancia.

La paz hay que buscarla, hay que hacerla y por ella debemos sacrificarnos. Si hay dificultades hay que tratar de superarlas; si hay riesgos, hay que correrlos. Dios reconoce como sus hijos a estos constructores de la paz.

La paz es como el fruto de aquel orden que el Creador quiso establecer en la sociedad humana y que debe irse perfeccionando sin cesar por medio del esfuerzo de aquellos hombres que aspiran a implementar en el mundo una justicia cada vez más plena.

CONCLUSIÓN

Que la Madre de Jesús, glorificada ya en los cielos en cuerpo y alma, despierte el corazón filial que duerme en cada uno de nosotros; que su mediación maternal haga crecer en nosotros la fraternidad.

A Ella va nuestra plegaria, en su fiesta, puesto que Ella «precede con su luz al peregrinante Pueblo de Dios, como signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el día del Señor» (cf. 2 Pedro 3, 10) (Lumen Gentium, 68).

Dado en Managua, a los quince días del mes de agosto de mil novecientos noventa.

CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA

Doy fe,

+ Mons. Bosco Vivas Robelo

Obispo Auxiliar de Managua

Secretario de la Conferencia Episcopal

7.- MENSAJE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA SOBRE LA ACTUAL SITUACIÓN QUE VIVE EL PAÍS (18 de octubre de 1990)

A todos los Fieles Católicos.

«Gracia y paz de Dios, Nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor».

Hermanos:

En cumplimiento de muestra misión pastoral nos dirigimos a ustedes una vez más para invitarles a reflexionar sobre la actual situación que vive Nicaragua y exhortarles a vivir la fe en Jesucristo de manera encarnada y comprometida.

A seis meses de ejercicio de las responsabilidades del nuevo Gobierno, constatamos lo siguiente:

1. - La crisis económica heredada del anterior gobierno se ha profundizado y está afectando dramáticamente a los sectores más pobres y débiles del país.

Debe hacerse todo lo posible para que los planes económicos que se ponen en marcha con el fin de intentar superar la crisis, no se rijan por esquema o concepciones que coloquen lo económico sobre la dignidad del hombre.

También, como ya lo hemos dicho en otra oportunidad, debe hacerse todo lo posible para que los que sufren mayor pobreza se vean menos afectados a causa de las medidas que hayan de ser tomadas.

2. - Gravísimo es para el país el deterioro moral y social que se hace manifiesto, no sólo en el abuso del alcohol y otras drogas con la destrucción personal y familiar que esto conlleva, sino también por la aparición de fuerzas terrorista, que de no ser detenidas, conducirían a Nicaragua por caminos de mayores sufrimientos y odios. Para dar seguridad a la convivencia social, urge que el poder sea ejercido realmente por quienes fueron elegidos para ello.

3. - Existe una creciente frustración en amplios sectores de la población en lo que respecta al uso y destino que se está dando al voto depositado el 25 de Febrero pasado y a la implementación de medidas y programas diferentes a aquel por el cual votaron.

Contribuye a este sentimiento de frustración el ver que la reconciliación aún no se ha podido producir ni siquiera en el seno de los sectores que ofrecieron al pueblo un gobierno de unidad.

Quienes gobiernan deben estar consciente de las grandes responsabilidades que tienen ante Dios y ante la Patria y ejercer sus funciones limpiamente.

Quienes están en la oposición deben colocarse en una postura seria y responsable, en vista al bien común de un pueblo que ya ha sufrido mucho y al que no es justo cerrarle o retardarle la salida hacia un porvenir de paz y desarrollo.

4. - El incipiente proceso de democratización que vive Nicaragua ha de ir acompañado de toda una serie de prácticas, de usos y de costumbres realmente democráticas.

Los católicos, fortalecidos por nuestra fe en Cristo, por la intercesión maternal de la Virgen María y por la oración y la penitencia, debemos estar dispuestos a trabajar activamente en la construcción de la paz de nuestra Patria.

Cristo Jesús y su Madre Purísima bendigan a Nicaragua.

Dado en Managua, a los dieciocho días del mes de octubre de mil novecientos noventa.

CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA

Doy fe,

+ Mons. Bosco Vivas Robelo

Secretario de la Conferencia Episcopal

8.- COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA CON MOTIVO DE LOS ÚLTIMOS ACONTECIMIENTOS QUE HA VIVIDO EL PAÍS (7 de noviembre de 1990)

Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, comunican a todos los fieles católicos del País y demás personas de buena voluntad lo siguiente:

1 - El día 7 de noviembre del corriente año, los Obispos se reunieron en asamblea extraordinaria en sede de Managua con el fin de evaluar a la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio de la Iglesia, la situación que vive Nicaragua en estos últimos días.

2 - La Excelentísima Señora Presidenta de Nicaragua, Doña Violeta Barrios de Chamorro, comunicó a los Obispos su deseo de visitarlos y dialogar con ellos, lo cual fue aceptado por los Obispos que también tenían mucho interés de comunicarse con ella.

3 - A las 12 del día, la Señora Presidenta llegó acompañada por el Ministro de la Presidencia, Señor Antonio Lacayo, y de los Viceministros: Señor José Pallais y Señor José Adán Guerra.

4 - La Señora Presidenta y sus acompañantes expusieron a los Obispos los puntos de vista del Gobierno acerca de la situación de crisis, sobre todo en la región Atlántico y de la V y VI regiones.

5 - Los Obispos, por su parte, manifestaron respetuosamente y con claridad su criterio de esta manera:

a) Acompañar al pueblo en sus justas reivindicaciones y en el ejercicio de su toma de conciencia y apoyarlo, ha sido siempre la preocupación y práctica de los Obispos, de modo especial durante el período pre-electoral, electoral y post-electoral. Por tanto, hoy también, los Obispos se hacen eco de las preocupaciones de este pueblo, especialmente de los más pobres y necesitados.

b) Se constata una peligrosa y creciente frustración en grandes sectores del pueblo nicaragüense que pusieron mucha esperanza en un cambio que les llevara a una Nicaragua en paz, prosperidad y libre de estructuras opresivas y de actitudes y métodos militares y represivos.

c) Piensan los Obispos que deben cumplirse las promesas hechas a los desmovilizados y que deben repararse las injusticias cometidas. Así como también garantizar la seguridad de los ciudadanos que están cada vez más preocupados por la ola de crímenes y atentados terroristas que muchas veces quedan sin solución.

Los Obispos invitan a todos los católicos del País y a todos los hombres de buena voluntad a unirse en oración para implorar del Señor Jesús por intercesión de su Madre Santísima, el don de la paz y ser instrumentos y constructores de esa paz.

Dado en Managua, a los siete días del mes de noviembre de mil novecientos noventa.

CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA

Doy Fe,

+ Mons. Bosco Vivas Robelo

Obispo Auxiliar de Managua

Secretario de la Conferencia Episcopal

9.- COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA ANTE LA GRAVE SITUACIÓN QUE VIVE ACTUALMENTE EL PAÍS (13 de noviembre de 1990)

Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, ante la grave situación que vive actualmente el País, comunican a todas las personas de buena voluntad de Nicaragua lo siguiente:

1 - Es urgente que en estas difíciles circunstancias se conserve en todos la serenidad. Se debe con madurez teniendo siempre en mente el bien de la Patria.

2 - Es necesario que las fuerzas en conflicto se abstengan de tomar actitudes belicosas y del uso de la violencia, ya que de proceder de esa manera se conduciría al País a situaciones de mayor confusión y sufrimientos.

3 - Es indispensable que las partes involucradas más directamente en el conflicto se reúnan cuanto antes para dialogar y que las personas que participen en este diálogo tengan capacidad de decisión.

4 - Se debe actuar con suma responsabilidad, ya que es sabido que situaciones críticas, como las que vivimos ahora, pueden ser usadas por personas o fuerzas inclinadas a la violencia y promotoras de la división y del odio, para conseguir sus propios objetivos.

5 - Exhortamos al Gobierno a atender de inmediato las justas demandas presentadas por los desalzados en relación a las promesas que se les hicieron, así como también a escuchar en un diálogo franco las exposiciones y reclamos de quienes le apoyaron en las elecciones del 25 de febrero pasado.

6 - De gran importancia para los católicos es tomar conciencia de la necesidad de orar con perseverancia y confianza al Señor Jesús y a su Madre Purísima para que alejen de Nicaragua el azote del hambre y de la guerra.

Dado en Matagalpa, a los trece días del mes de noviembre de mil novecientos noventa.

CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA

+ Mons. Salvador Schlaefer

Obispo de Bluefields

Presidente de la Conferencia Episcopal

+ Mons Bosco Vivas R.

Obispo Auxiliar de Managua

Secretario de la Conferencia Episcopal

10.- CARTA PASTORAL DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA EN EL «AÑO DE LA FAMILIA» (21 de noviembre de 1990)

A los Sacerdotes y Diáconos de nuestras Diócesis, a los Religiosos y Religiosas, a todos nuestros amados fieles Católicos y a los hombres de buena voluntad,

Gracia y paz a todos, de parte de Dios, Nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

INTRODUCCIÓN

Hermanos: La Iglesia muestra particular predilección por la Familia y la hace objeto de una opción preferencial en sus cuidados pastorales. Por esta razón, quisimos que 1990 fuese en nuestra Provincia Eclesiástica el Año de la Familia y, por idénticos motivos, dispusimos que los trabajos de reflexión de este tiempo que nos prepara a la celebración del II Concilio de la Iglesia en Nicaragua, tratase sobre el tema de «la familia nicaragüense».

En nuestra Documentación de los últimos años, hemos ofrecido reflexiones y orientaciones sobre la situación y misión de la Familia (cfr. Cartas Pastorales 22 de octubre de 1980; 8 de agosto de 1987; 29 de junio de 1988; 30 de mayo de 1989). Hoy, al constatar la «creciente frustración de amplios sectores de la población» (Mensaje CEN 18 de octubre de 1990) y conscientes del papel insustituible de la familia en la noble y urgente tarea de reconstruir nuestra Patria, en el contexto del pre-Concilio que vive nuestra Iglesia en Nicaragua y con el ejemplo y protección de la Virgen María, en el misterio de su Inmaculada Concepción, nos dirigimos a todos ustedes para reiterar «que el futuro del mundo y de la Iglesia pasa necesariamente a través de la familia» (cfr. Familiaris Consortio, 75).

Nuestras reflexiones y orientaciones, pues, van encaminadas a buscar cómo poner un sólido fundamento para hacer realidad en Nicaragua la Nueva Evangelización anunciada por el Papa Juan Pablo II (cfr. Mensaje CELAM, 9 de marzo de 1983) y acogida por nosotros y propuesta como el Objetivo principal del II Concilio Provincial (cfr. Mensaje CEN 15 de agosto de 1988).

En esta carta trataremos:

I.- Proyecto de Dios sobre el Matrimonio y la Familia.

II.- Situación de la Familia en la Nicaragua de hoy.

III.- Algunas causas de la crisis familiar.

IV.- Orientaciones pastorales.

I.- PROYECTO DE DIOS SOBRE EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA

- COLABORADORES EN LA OBRA CREADORA DE DIOS

El Matrimonio y por tanto la Familia son obra de Dios. Desde el principio Dios quiso al ser humano «Hombre y mujer» (cfr. Génesis, 1, 26-28).

Dios se ha fiado del hombre; le ha confiado las fuentes de la vida; ha llamado al hombre y a la mujer a colaborar en su obra creadora. Ha grabado para siempre en la conciencia humana su deseo de fecundidad en el marco de una unión exclusiva y estable; «por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne» (Génesis 2, 24) (cfr. Juan Pablo II, Homilía en Panamá, 8 de marzo de 1983).

Jesucristo reafirmó claramente este plan divino. Devolvió al matrimonio su primitiva pureza, que a causa del pecado se había empañado (cfr. Mateo 19, 4-8). Resaltó su característica de unidad e indisolubilidad, reafirmando que «lo que Dios ha unido no lo separe el hombre» (Marcos 10, 8-9).

El mismo Cristo elevó el Matrimonio a la dignidad de Sacramento de la Nueva Alianza. Él es el esposo de la Iglesia a la cual ama y por la cual se entrega para hacerla Santa y sin mancha (cfr. Efesios 5, 1-2).

Esta enseñanza del Maestro, recogida por la primera comunidad cristiana, es recibida y vivida por la Iglesia hoy, y por eso considera como un compromiso de fidelidad a su Esposo Cristo, en medio de las desviaciones del mundo, velar, defender y promover la alianza irrevocable de amor que es el Matrimonio cristiano.

- LA FAMILIA HUMANA, IMAGEN DE LA FAMILIA DE DIOS

En toda la Historia de la Salvación, Dios se manifiesta en términos familiares: El es Padre que por amor envía a su Hijo para redimirnos y salvarnos. El Padre y el Hijo nos regalan su Espíritu para hacernos Familia suya en la Iglesia, Esposa de Cristo. Desde la Cruz, Jesús proclama a su Madre como madre de sus discípulos (cfr. Juan 19, 25-27).

Así, pues, como Dios se realiza en el amor recíproco de las tres Personas de la Santísima Trinidad, así también el Matrimonio y la familia deben ser comunidad de amor entre los cónyuges y los hijos (cfr. Juan Pablo II en Colombia, 4 de julio de 1986).

Más admirable es aún el que «en su infinita misericordia, el Padre Eterno nos ha bendecido con toda clase de bendiciones por el Ministerio de la Encarnación en la Persona de Jesucristo, el Hijo del Hombre, que se hace niño, que viene al mundo como un recién nacido, en el seno de una familia. De esta manera, toda familia humana, a ejemplo de la

Sagrada Familia de Belén y Nazareth, está llamada por Dios a ser santa e inmaculada en Cristo Jesús». (Juan Pablo II en Venezuela, 27 de enero de 1985).

- MISIÓN DE LA FAMILIA Y ASECHANZAS CONTRA ELLA

Recibiendo la familia la importantísima misión de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por toda la humanidad y del amor de Jesús a la Iglesia su Esposa (Familiaris Consortio, 17), se ve asediada constantemente por los enemigos del hombre y por los enemigos de la Iglesia.

En nuestra Patria estos ataques han sido sumamente severos en los últimos años y como consecuencia de ello el daño y deterioro que ha sufrido la familia es muy grande y sus efectos devastadores (cfr. Carta Pastoral CEN, 29 de junio de 1989, II, 2, b).

II - SITUACIÓN DE LA FAMILIA EN LA NICARAGUA DE HOY

- VALORIZACIÓN DE LA FAMILIA

Indudablemente que la Familia nicaragüense es una familia acogedora, de puertas abiertas y generalmente dispuesta a compartir con los demás sus propias posibilidades.

El aprecio a la familia está en el corazón de nuestro pueblo, de tal manera, que la mayoría de las personas se sienten profundamente ligadas a su propia familia.

A pesar de las dificultades, no han faltado familias en Nicaragua fieles a su vocación y a su misión; familias que viven a plenitud el sacramento del Matrimonio. Son éstas, auténticas «Iglesias domésticas» donde se dice un «sí» a Dios, al amor, a la vida y a la comunión y respeto mutuo.

En nuestras Diócesis existen además Comisiones o Grupos de apostolado dedicados especialmente al cuidado y atención de la familia.

- DESINTEGRACIÓN DE LA FAMILIA

Todas estas luces y las maravillas que la gracia de Dios realiza en muchos corazones de esposos y en muchos hogares de nuestra Patria, no nos ciegan, sin embargo, para ver y constatar con tristeza, que muchas familias nicaragüenses están desintegradas, no sólo en sus aspectos físicos sino también en sus aspectos morales y espirituales.

III - ALGUNAS CAUSAS DE LA CRISIS FAMILIAR

Por jugarse en la familia el futuro de la humanidad, la institución matrimonial y la familia en general, están siendo acosadas por enemigos que quieren debilitarlas y destruirlas; en todo caso se buscará cómo separar por el egoísmo y la soberbia a los cónyuges y cómo adormecer y empobrecer a la familia misma para que deje de cumplir su función y misión cristianas. Para superar estos peligros y asechanzas es necesario buscar y señalar las causas de estos males y descubrir los métodos usados por estos enemigos.

Sin pretender ser exhaustivos, señalamos las siguientes causas:

- ENFOQUE MATERIALISTA DE LA EDUCACIÓN

Fue promocionado oficialmente en los últimos años (la última década) y minó seriamente los valores que sustentan el matrimonio, la familia y la juventud, ya que favoreció todo aquello que degradara o desprestigiara la moral y la fe católicas.

- EL ABORTO PROVOCADO

Crimen atroz cometido por la propia madre en contra de una persona completamente inocente y totalmente indefensa. La gravedad de esta falta es tal que todas las personas involucradas en la realización de un aborto quedan de hecho excomulgadas de la Iglesia (Cfr. Código de Derecho Canónico, 1398).

Tenemos constancia que el aborto es regularmente consentido y hasta promovido por Instituciones estatales y es regularmente efectuado en algunas clínicas y hospitales. Permitir y fomentar la práctica del aborto es violar el derecho más fundamental de todo ser humano: el derecho a la vida.

Lamentable es el silencio de parte de muchos profesionales de la medicina ante la práctica del aborto y peor aún la complicidad y la participación de algunos médicos en estas operaciones antiéticas que contradicen su vocación de salvar vidas.

- LA DIFÍCIL SITUACIÓN SOCIO-ECONÓMICA

Causada principalmente por la política militarista de confortación y guerra, con su secuela de injusticia y pobreza; todo lo cual obligó a muchos a emigrar o a vivir en condiciones de inseguridad afectando negativamente el núcleo familiar.

- LA PROMOCIÓN DE LA INMORALIDAD EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Con pocas excepciones, los Medios de Comunicación contaminan el medio ambiente con programas, publicaciones y campañas amorales e inmorales. Se promueven abiertamente en la televisión y en diarios que entran a los hogares, la pornografía, la promiscuidad, la violencia y el libertinaje, ridiculizando a la vez las sanas costumbres y contribuyendo de esa manera a la ruina moral de la familia y a la corrupción de la juventud y de la niñez.

- LOS ANTICONCEPTIVOS Y SUS PROMOTORES

Al pretender «la cultura antinatalista» una mentalidad egoísta que busca la relación sexual sin responsabilidad, eliminando así el verdadero amor, socava metódicamente el andamiaje social y moral de la familia.

- DESVIADA E INCOMPLETA EDUCACIÓN SEXUAL

En el pasado protestamos por la orientación y objetivos de cierta educación sexual llevada a cabo en algunos colegios y hasta en algunos Medios de Comunicación Social. Estos programas no sólo manipularon maliciosamente a los jóvenes, sino que los perjudicaron, invitándoles a desobedecer la Ley de Dios, induciendo a muchos a las relaciones sexuales pre-matrimoniales y a la búsqueda del placer egoísta.

- EL DIVORCIO Y LOS MATRIMONIOS A PRUEBA

Tanto el divorcio, que ha aumentado pavorosamente en Nicaragua, como los llamados matrimonios a prueba, son verdaderas plagas que arruinan a la familia e inciden negativamente en la educación y en el sano desarrollo de los hijos.

- LA IGNORANCIA RELIGIOSA Y LA FALTA DE PREPARACIÓN AL MATRIMONIO

Esto hace que la dignidad y belleza de la institución matrimonial y familiar no sea conocida suficientemente y apreciada en todo su valor por quienes deciden compartir sus vidas. Estando Dios y su gracia ausentes del hogar, será sumamente difícil, por no decir imposible, superar las dificultades y los riesgos de la vida en común.

IV - ORIENTACIÓNES PASTORALES

Creemos que es posible superar todos estos males y que es imperativo salvar a Nicaragua y fortalecer la Iglesia, salvando y fortaleciendo la familia y santificando los hogares.

Para ayudar a encontrar esos caminos que nos lleven a superar los riesgos y peligro de la familia y a fortalecerla moral y espiritualmente, queremos ofrecerles las siguientes orientaciones pastorales:

- RESTAURAR EL BIEN PRECISO DEL MATRIMONIO

El matrimonio, como todos los sacramentos, es fuente inagotable de gracias y medio eficaz de santificación y de salvación. Los esposos que viven su sacramento auténticamente, poseen las fuerzas y gracias especiales que Cristo les da para vivir castamente su sexualidad, para procrear con generosidad y responsabilidad, para formar y educar a sus hijos, para respetar y defender la vida, para sobreponerse a cualquier dificultad de su estado matrimonial.

- PARTICIPACIÓN EN LA VIDA SACRAMENTAL

Los esposos y todos los miembros de la familia, restaurados a la gracia por la celebración frecuente del sacramento de la Reconciliación o de la Confesión y alimentados por la Eucaristía, no deben temer las dificultades ni desanimarse por la inmensidad del trabajo por hacer, ya que la fuerza viene de Aquel que prometió estar con nosotros hasta el fin de los tiempos y nos garantiza la victoria: No tengan miedo. Yo he vencido al mundo. (Juan 16, 33).

- LA FAMILIA: IGLESIA DOMÉSTICA

Todos nuestros hogares deben ser centros de oración. El rezo del Santo Rosario y la meditación de la Palabra de Dios, así como la participación activa y consciente en la Misa Dominical ayudarán grandemente para mantener la unidad familiar.

Si no se aprende a orar y amar en familia, difícilmente después se podrá superar este vacío. La vida y la fe de los hijos son tesoros incalculables que el Señor ha puesto en las manos de los padres cristianos.

- PRESENCIA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL HOGAR

La Virgen María que está constantemente presente en el Misterio de Cristo y de la Iglesia y que ha estado presente de modo especialísimo en los hogares católicos de Nicaragua desde hace ya casi cinco siglos, debe ser invocada filialmente por todos los fieles para que conserve lo bueno que haya en la familia nicaragüense, aumente la santidad de los esposos y de sus hijos y preserve o levante del mal a las familias asediadas por el pecado o esclavizadas por el desaliento, la división y el vicio.

- PATERNIDAD RESPONSABLE

Para planificar su fecundidad, los esposos deben recurrir a los métodos naturales, cuyas versiones más modernas igualan y hasta superan la eficacia de los artificiales, no causan daño al organismo ni a la persona y respetan el designio de Dios para la sexualidad conyugal. Los esfuerzos que se hacen en el campo de la biogenética han permitido el conocimiento cada vez más exacto del funcionamiento del proceso reproductor humano, lo que facilita a la pareja asumir su fecundidad de manera responsable.

- RECTA EDUCACIÓN SEXUAL

En lo que respecta a la educación sexual, tendremos que decir con toda claridad, que la Iglesia no está en contra de ella. Muy al contrario, pensamos que es necesaria una verdadera e íntegra educación sexual, que no se limite a lo genital sino que enseñe y eduque el control de los instintos y el fortalecimiento de la voluntad, de tal manera que puedan los jóvenes conducirse con ponderación y respeto y puedan hacer del noviazgo una escuela para el verdadero amor.

- EXHORTACIÓN AL GOBIERNO DE NICARAGUA

Es nuestro deber también, prevenir al Gobierno de nuestro País para que no se deje sorprender por Programas de ayuda que se presentan como bien intencionados, pero que esconden una finalidad ulterior que es inmoral. Dentro de estos casos están Clínicas e Instituciones que dicen trabajar por la familia o por la mujer, cuando en realidad su verdadera finalidad es promover los anticonceptivos, distorsionar el concepto de la sexualidad en los jóvenes, socavar la autoridad paterna, y hasta promover y llevar a cabo abortos.

Consideremos igualmente violatorias de nuestra dignidad humana las ayudas que puedan ser ofrecidas condicionalmente por Organismo Internacionales a cambio de que se implementen determinados programas que lesionan a la persona humana.

- IMPORTANCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Los Medios de Comunicación Social pueden y deben jugar un papel importantísimo para lograr devolver al matrimonio a «su principio» de santidad y presentar a la familia como la fuente de toda reconciliación y felicidad humana. No deben olvidar todos los Medios de Comunicación que están al servicio de un pueblo mayoritariamente cristiano que merece ser respetado en su fe y en sus valores culturales más bellos y profundos, entre los cuales está sin duda alguna el aprecio y respeto a la familia.

Usar estos Medios de Comunicación, a los que la Iglesia aprecia y valora grandemente, para pervertir y destruir la familia es hacerse responsable ante Dios y ante la misma sociedad nacional de los males que de allí se deriven.

- AMOR DE LA IGLESIA A FAMILIAS EN SITUACIÓN IRREGULAR

Cumplimos con nuestra función pastoral, recordando a los que se divorcian y se vuelven a casar que no pueden ser admitidos a la Comunión Eucarística, dado que su estado y situación de vida contradice objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía.

No obstante reconocemos que muchas de estas parejas han rehecho sus vidas, se conducen con madurez y dignidad y están sedientas de un acercamiento a la vida espiritual. Les decimos a estas personas que no se sientan excluidas de la Iglesia, que es Madre y quiere a todos sus hijos; los animamos a permanecer en la oración, a meditar la Palabra de Dios que tiene repuestas y consuelo para toda situación, asistir asiduamente a la Santa Misa y a hacer obras de misericordia; prácticas todas estas que reclaman la gracia de Cristo, que vino a rescatar lo que estaba perdido.

- EXHORTACIÓN A LOS SACERDOTES Y RELIGIOSOS

Queremos recordar a nuestros hermanos Sacerdotes, tanto del Clero secular como regular, y a los Religiosos y Religiosas, que es una opción preferencial de la Iglesia en Nicaragua el trabajo a favor de la familia, y por ello les pedimos que dediquen a esta labor pastoral lo mejor de sus esfuerzos y tiempo. Que busquen modos de ayudar a los jóvenes a prepararse a la vocación matrimonial y familiar y también se preocupen de encontrar la manera de acompañarles después de la unión sacramental con una Pastoral cercana y apropiada.

No está de más recordar a los Párrocos que además de lo dicho, deben cumplir todos los requisitos establecidos por la legislación eclesiástica, para la realización del Sacramento del Matrimonio; nos referimos al levantamiento del expediente, amonestaciones, anotación en los libros parroquiales, avisos a los Párrocos de Bautismo de los contrayentes, etc.

- DEFENSA DE LA FAMILIA

Los profesionales católicos (médicos, juristas, psicólogos, maestros, asistentes sociales, enfermeros, etc.), deben denunciar con valentía todo lo que atenta contra la vida y contra la dignidad del matrimonio y deben unir sus esfuerzos para hacer prevalecer el plan de Dios en la familia. De hacerse así, Nicaragua estaría encaminándose a las grandes soluciones que anhelamos todos.

CONCLUSIÓN

«Se celebraba un boda… y estaba allí la Madre de Jesús» (Juan, 2, 1 -12).

Esta presencia de la Virgen María en un banquete de Bodas donde también estaba presente su Hijo Jesús, no es un hecho casual en la Historia evangélica. Representa un momento trascendental y de profunda significación para los hijos de la Iglesia de todos los tiempos.

María, la Madre está presente en todo hogar cristiano y allí ejerce una misión humilde pero indispensable: acercar la familia a Jesús e invitarla a «Hacer lo que Él diga», y presentar a su vez a Cristo las necesidades y esperanzas de cada uno de los miembros de la familia.

Como en Caná de Galilea, como en todo el mundo y en todos los siglos cristianos, así también en Nicaragua, hoy, en cada hogar, la Virgen María será la Madre Mediadora que manifestará la gloria de Jesucristo en los hogares y conseguirá a la familia no sólo los bienes necesarios para la vida humana sino también el aumento de fe y obras de amor en el corazón de los padres y de los hijos.

La celebración de la Purísima de este Año de la Familia, tendrá que ser sobre todo fiesta hogareña.

Si hay mucho mal y bastante confusión en Nicaragua, si la falta de trabajo y consecuentemente la falta de alimento y de vestido, es una realidad en muchísimas familias del campo y de la ciudad, la presencia amorosa de la Purísima será como una corriente de bondad y de pureza que hará florecer el bien, comenzando en los propios corazones, mediante una sincera conversión.

En una familia desunida como tantas que existen hoy en la Nación, el primer paso hacia la reconciliación deberá hacerse recurriendo a la Madre, poniéndonos todos como hijos a su alrededor para cantarle, alegrarnos con Ella y para aprender de Ella a no ser pasivos, sino diligentes para el bien y comprometidos en la construcción de una nueva Nicaragua, libres de temores, inseguridades y traiciones y libres para glorificar al Señor junto con Ella, de generación en generación (Lucas 1, 46-56).

Este tiempo del Pre-Concilio y de trabajo en pro de la familia en Nicaragua, queremos decirlo claramente, es «…la hora de María, tiempo de un nuevo Pentecostés que Ella preside con su oración, cuando bajo el influjo del Espíritu Santo, inicia la Iglesia un nuevo tramo en su peregrinar» (Puebla, 303).

Alabado sea Jesucristo y su Madre Inmaculada. Amén.

Dado en Managua, a los veintiún días del mes de noviembre de mil novecientos noventa, Fiesta de la Presentación de Nuestra Señora en el Templo.

(Léase y publíquese en la forma acostumbrada)

CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA

+Mons. Salvador Schlaefer

Obispo de Bluefields

Presidente

+Mons. Carlos Santi

Obispo de Matagalpa

Vicepresidente

+Mons. Bosco Vivas R.

Obispo Auxiliar de Managua

Secretario

+Cardenal Miguel Obando B.

Arzobispo de Managua

+Mons. Julián Barni

Obispo de León

+Mons. Leovigildo López F.

Obispo de Granada

+Mons. Pablo Antonio Vega

Obispo de Juigalpa

+Mons. Juan Abelardo Mata

Obispo de Estelí

+Mons. Leopoldo Brenes

Obispo Auxiliar de Managua

+Mons. Pedro L. Vílchez

Obispo de Jinotega

+Mons. Pablo Schmitz

Obispo Auxiliar de Bluefields