María de Santos Rubio --- Congreso “La España del XVII”

El conde-duque de Olivares:

Don Gaspar de Guzmán y Pimentel.

Hola. Buenos días señores y señoras. Soy María de Santos Rubio, Catedrática de la Universidad Pública de Valladolid (UVA). En este congreso –“La España del XVII”- hablaré sobre el valido del rey Felipe IV. Un valido, con una personalidad muy característica, y con una idea propia de entender Europa.

Don Gaspar de Guzmán y Pimentel, Ribera y Velasco y Tovar. Este es el nombre completo del conde-duque de Olivares. Fue conde por herencia paterna, y duque de Sanlúcar la Mayor por gracia del rey.

Aquí, se muestra una pintura del conde-duque realizada por Velázquez, que se encuentra expuesta en el museo del Prado.

Nacido en Roma en el año 1587, y fallecido en 1645 en la ciudad de Toro, fue valido de Felipe IV, y soñó con una monarquía centralista.

Sus padres fueron Enrique de Guzmán y María de Pimentel y Fonseca, y fue bisnieto del III duque de Medina-Sidonia. La familia paterna -que eran los Guzmanes- era sevillana; y la familia materna -los Pimentel- era castellana.

Su padre -Enrique de Guzmán- permaneció en tierras italianas durante diez años, a causa de ser embajador de Felipe II, por lo que Don Gaspar de Guzmán permaneció con él hasta los doce años.

Al ser Don Gaspar el tercer hijo de la familia, tuvo que cursar estudios eclesiásticos. En la Universidad de Salamanca cursó estudios superiores, y más tarde fue nombrado rector por sus compañeros de esta institución. ¿Qué hizo apartarle de su carrera eclesiástica? Pues como ha sucedido a lo largo de toda la historia, la muerte de los herederos al mayorazgo paterno -sus dos hermanos mayores, Jerónimo y Oropesa-, por lo que Don Gaspar tuvo que encaminarse hacia la carrera político-administrativa. Tras la muerte sucesiva de sus dos hermanos, Don Gaspar acompañó a su padre –el conde de Olivares- en la corte de Felipe III, en Valladolid y Madrid. Fue nombrado miembro del Consejo de Estado y Contador Mayor de cuentas en 1604. A la muerte de su padre en 1607, heredó el título nobiliario, y se trasladó a Sevilla, para así administrar sus dominios. En Sevilla residiría 8 años, y compraría la jurisdicción de la villa de Bollullos de la Mitación.

A los 20 años –poco antes de la muerte de su padre- se casó con Isabel de Velasco, dama de honor de la reina Margarita –esposa de Felipe III. A causa de esta situación, Don Gaspar comenzó a familiarizarse con los círculos cortesanos. Este matrimonio, fue de conveniencia, pero más tarde acabaría con que Doña Isabel sería la colaboradora y confidente más leal de su marido.

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María de Santos Rubio --- Congreso “La España del XVII”

Tuvieron tres hijos, que murieron a una edad muy temprana. De estas muertes, la que más le afectó, fue la de su hija María, en el 1626. Se sabe que, Don Gaspar, tuvo mínimo, un hijo bastardo, que fue reconocido, con bastante retraso, como Enrique Felípez de Guzmán, marqués de Mairena.

En 1611, la situación económica de Olivares era grave, debido a su ambición por el lujo y el derroche. El duque de Lerma, sabía de esta situación, por lo que le propuso a Olivares un puesto como embajador en Roma, para así apartarle de la Corte. Olivares negó este puesto, y más tarde le negó otra vez cuando el duque de Lerma se le ofreció con segundo intento de alejarle de la Corte, antes de nombrarle gentilhombre del príncipe de Asturias.

En 1615, Olivares consiguió que el duque de Lerma le nombrara gentilhombre del príncipe de Asturias –que sería más tarde Felipe IV- por lo que regresó a la corte. En este cargo –protegido en todo momento por su tío Baltasar de Zúñiga- adquirió poder, mientras observaba “la caída en picado” de la carrera del duque de Lerma. Se ganó la confianza del joven rey, que le encomendó el gobierno tras su entronización en el 1621.

Las primeras acciones de Olivares consistieron en destituir de sus cargos a los validos del anterior rey, Felipe III. Los casos que más llaman la atención son los del duque de Lerma, el duque de Uceda y Rodrigo Calderón. Una vez conseguido este propósito, acumuló cargos y dignidades como sumiller de corps en 1621, caballerizo mayor en 1622, y en 1623, ya es oficialmente valido. Para asegurar su poder y control político, se apoyó en las grandes casas aristocráticas.

Durante su mandato, Olivares dio más importancia a la política exterior que a los asuntos internos del reino. Acusó a los gobiernos anteriores de haber dado una imagen débil del poderío español, y pretendió restaurar el prestigio exterior del país. Olivares se encaminó a recuperar la hegemonía de España, con una política agresiva:

- Guerras con los Países Bajos, cuya lucha empezó favorable para España, pero la situación empeoro cuando entró en combate Francia.

- La Guerra de los Treinta Años. El cardenal Richelieu y el conde-duque de Olivares, enfrentaban dos modelos diferentes de entender Europa: Richelieu defendía una Europa integrada por naciones independientes, en mutuo equilibrio, mientras que Olivares y la monarquía defendían la idea de una Europa sometida al Imperio y al Papado.

- El levantamiento de Cataluña tuvo su origen en el deseo de Olivares de liberar a Castilla del excesivo peso que tenía en las guerras de la Corona e involucrar al resto de los reinos. El valido pretendió extender a los demás reinos peninsulares la carga económica que soportaba Castilla. En las Cortes de 1626, Olivares expuso el proyecto llamado “Unión de Armas”, apoyando esta situación.

- La independencia de Portugal. Una de las causas de esta sublevación fue la protesta frente a la política centralista de Olivares y su exigencia de hombres y dinero para hacer frente a las guerras de la Corona.

El proyecto de uniformización de la monarquía fracasó y la separación de 1640 fue su primera consecuencia. “Malditos sean las naciones y malditos sean los hombres nacionales” dijo Olivares a causa de esta situación.

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María de Santos Rubio --- Congreso “La España del XVII”

Olivares consiguió manejar a Felipe IV, y le apartó del resto de la nobleza. En contra, conspiraron el duque de Medina Sidonia, la duquesa de Mantua, la monja sor María de Ágreda, y la reina Isabel. En Enero de 1643 el conde-duque de Olivares fue destituido de sus cargos por Felipe IV y obligado a salir de Madrid, ante el fracaso de su política y el descontento creado a su alrededor. Después de que Felipe IV le echara de Madrid, fue a Loeches, donde se consideraba que aún era demasiado cerca y le desterraron a Toro, dónde sería procesado por la Inquisición en 1644, y moriría en 1645.

El valido fue un gran amante de la literatura y el arte. Su biblioteca contaba de hasta 2700 libros y 1500 manuscritos. En la etapa en la que residió en Sevilla fue mecenas de muchos artistas. Desde que tuvo poder, no dudó en ningún solo momento de vivir como las grandes familias aristocráticas. Esta fue una de las causas de su grave situación económica en el 1611.

Olivares fue un intelectual de la época, con una personalidad bastante peculiar. Inquieto e hiperactivo, tuvo rasgos de muchos reyes: cazador apasionado como Felipe IV y papelero como Felipe II. Muy frecuentes fueron los momentos en los que su situación era eufórica o de depresión. Posiblemente fue el autor de “El Nicandro”.

Algunas frases famosas de Olivares fueron “ahora todo es mío” de 1621 y “Dios es español y está de parte de la nación estos días” de 1625.

Actualmente se encuentra sepultado en un convento fundado por él en Loeches.

En esta fotografía se muestra el lugar donde se encuentra sepultado Don Gaspar.

Con esto concluyo mi exposición sobre el conde-duque de Olivares.Valido astuto, que consiguió dominar al rey en cierto modo, y que finalmente, fracasó.

Buenos días, señores y señoras, y muchas gracias por su atención.

María de Santos Rubio, 2º B.

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