Ccharla
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Las 37 características más
comunes de la dislexia
© 1992 by Ronald D. Davis, Translation by Olga Zambrano
La mayoría de las personas con el estilo disléxico de aprender exhibirán por lo menso 10 de los comportamientos de la siguiente lista. Estas características pueden variar de día a día o minuto a minuto, lo más consistente sobre la dislexia es su inconsistencia.
Generales
Parece brillante, muy inteligente y articulado pero no puede leer, escribir ni tiene buena ortografía para su edad.
Se le etiqueta como "flojo", "tonto", "descuidado", "inmaduro", "no trata lo suficiente" o como "problema de comportamiento".
No esta "tan atrasado" o "tan mal" como para recibir ayuda extra en el colegio.
Alto IQ, pero sus calificaciones en el colegio no lo demuestran. En exámenes orales le va bien, pero no en los escritos.
Se siente tonto, baja autoestima, esconde sus debilidades con estrategias compensatorias ingeniosas; se frustra fácilmente y no le
Escritura y habilidades motoras
Tiene problemas con la escritura y el copiado; la manera de tomar el lápiz es diferente; su escritura varía o es ilegible.
Tosco, poca coordinación, malo para los juegos de pelota o de equipo; dificultades con las habilidades motoras finas y/o gruesas; se marea fácilmente con algunos movimientos.
Puede ser ambidiestro, y muy seguido confunde derecha/izquierda, arriba/abajo.
Matematicas y manemo del tiempo
Batalla para decir la hora, el

gusta el colegio, la lectura o los exámenes.
Talentoso en el arte, música, teatro, deportes, mecánica, ventas, comercio, diseño, construcción o ingeniería.
Parece que sueña despierto muy seguido; se pierde fácilmente o pierde el sentido del tiempo.
Se le dificulta poner atención; parece hiperactivo o soñador.
Aprende más haciendo cosas con las manos, demostraciones, experimentos, observación y con ayudas visuales.
Vision, lectura y ortografia
Se queja de mareos, dolores de cabeza o de estómago cuando lee.
Se confunde con las letras, números, palabras, secuencias, o explicaciones verbales.
Al leer o escribir presenta repeticiones, adiciones, transposiciones, omisiones, substituciones y revierte letras, números y/o palabras.
Se queja de sentir o ver movimiento no existente al leer, escribir o copiar.
Parece tener dificultad con su visión aunque los exámenes de visión resultaron sin problemas.
Extremada agudeza visual y observación, o carece de la percepción profunda y visión periférica.
manejo del tiempo, aprender información o tareas secuenciales, o estar a tiempo.
Depende de contar con los dedos u otros trucos para matemáticas; se sabe las respuestas, pero no puede poner el procedimiento en el papel.
Puede contar, pero se le dificulta contar objetos y manejar el dinero.
Puede con la aritmética, pero batalla con los problemas escritos; batalla con el álgebra o matemáticas avanzadas.
Memoria y cognicion
Excelente memoria a largo plazo para experiencias, lugares y caras.
Mala memoria para secuencias, y para hechos e información que no ha experimentado.
Piensa primariamente con imágenes y sentimiento, no con sonidos y palabras (muy poco diálogo interno).
Comportamiento, salud, desarrollo y personalidad
Extremadamente desordenados u ordenados compulsivos.
El payaso del salón, niño problema o muy callado.
Sus etapas de desarrollo

Lee y vuelve a leer sin comprensión.
Su ortografía es fonética e inconstante.
Oido y lenguaje
Tiene un oído extendido. Oye cosas que no se dijeron o no son aparentes para los demás. Se distrae muy fácilmente con los sonidos.
Se le dificulta poner los pensamientos en palabras. Habla en frases entrecortadas; deja oraciones incompletas; tartamudea cuando está estresado; no pronuncia bien las palabras largas, o transpone frases, palabras y sílabas cuando habla.
como gatear, caminar y abrocharse los zapatos fueron antes de lo normal o muy tardías.
Muy propenso a infecciones en oído, sensible a ciertas comidas, aditivos y productos químicos.
Puede tener un sueño muy profundo o se despierta muy fácilmente. Sigue mojando la cama.
Muy alta o muy baja tolerancia al dolor.
Fuerte sentido de justicia, emocionalmente sensitivo, busca la perfección.
Los errores y síntomas aumentan dramáticamente cuando experimenta confusión, presión de tiempo, stress emocional o mala salud.
Read more: http://www.dyslexia.com/library/spanish/caracteristicas.htm#ixzz31cHFTNxq
Es la dificultad para aprender a leer de forma fluida a pesar de ser niñas y niños inteligentes, con
motivación y escolarización normales. La lectura les cuesta mucho, es lenta y tienen frecuentes
errores como:
omisiones de letras o silabas (olvidar leer una letra o sílaba)
sustituciones (leer una letra por otra)
inversiones (cambiar el orden de las letras o silabas)
adicciones (añadir letras o silabas)
unión y fragmentación de palabras (unir y separar palabras de forma inadecuada)
rectificaciones, vacilaciones y saltos de línea durante la lectura.

De esta forma, también la comprensión de lo que leen es mala. Es el trastorno específico del
aprendizaje más frecuente en los escolares. Muchas veces es causa de fracaso escolar y
repercute en el desarrollo emocional del niño y de toda la familia.
¿Cuál es su causa?
La causa exacta no se sabe en la actualidad. Sí se puede decir que no se trata de una falta de
esfuerzo o motivación. Según las investigaciones más recientes parece ser un proceso de índole
neurobiológico con una base genética.
Es muy frecuente que haya otros casos en la familia de dificultades con la lectura.
¿Se asocia a otros trastornos?
La dislexia se basa en un déficit fonológico. Es decir, una dificultad para asociar correctamente
cada letra escrita con su correspondiente sonido. Muchas veces se asocia a otros problemas como
son:
trastorno de déficit de atención e hiperactividad
disgrafía (escritura defectuosa sin que presente un importante trastorno neurológico o intelectual)
disortografía (errores de la escritura que afectan a la palabra y no a su trazado o grafía)
discalculia (dificultad innata para el procesamiento de los números, el cálculo aritmético y la
resolución de problemas)
trastorno del desarrollo de la coordinación (torpeza, mala coordinación y facilidad para caerse).
¿Qué puedo hacer para ayudarle?
Es una dificultad importante que perdura a lo largo de la vida. Así pues, se debe empezar pronto
con un tratamiento encaminado a que estas niñas y niños adquieran los conocimientos
fundamentales para conseguir el éxito académico.
El primer paso para ayudar a nuestra hija o hijo, será que todas las personas involucradas en el
aprendizaje sepan el diagnóstico: padres, profesores y la propia niña o niño.
A lo largo de los primeros ciclos de educación, gracias a la gran plasticidad cerebral en esta etapa,
se hará un entrenamiento intensivo para la adquisición de la conciencia fonológica
(correspondencia grafema-fonema).
Para mejorar en la lectura, como en cualquier otra habilidad que queramos acrecentar, la base es
practicar. Hay que tener en cuenta el gran esfuerzo que es para ellos el leer. Hay que hacer fácil
esta tarea sin forzar. Les hace falta leer las palabras más veces que una niña o niño sin dislexia,
para poder reconocerlas.
En los últimos ciclos de primaria y secundaria, la plasticidad cerebral va siendo menor. Por ello, el
tratamiento se basa en buscar estrategias para compensar las dificultades a través de

adaptaciones escolares: metodológicas, de evaluación y curriculares (darles más tiempo, uso de
programas informáticos, no contar faltas de ortografía…)
El tratamiento debe ser intensivo, durante mucho tiempo y empezando lo más pronto que se
pueda. Siempre a través de tareas que se basen en la lectura. Hay que huir de otros tratamientos
cuya eficacia no ha sido probada científicamente como son las gafas coloreadas, el entrenamiento
visual, terapias para la “lateralidad cruzada”, suplementos alimenticios,…
¿Qué consecuencias tiene una atención inadecuada?
La incomprensión de los que le rodean (padres, profesores y compañeros). La sensación de
fracaso a pesar del esfuerzo que hacen. La falta de reconocimiento de este esfuerzo. Todo esto
lleva a menudo a estos niños a sufrir ansiedad, depresión, síntomas psicosomáticos y trastornos de
conducta.
Fecha de publicación: 21-11-2011
Tipos de dislexiaRespecto a los tipos de dislexia, en primer lugar se debe distinguir entre dislexia adquirida y dislexia evolutiva. La dislexia adquirida aparece a causa de una lesión cerebral concreta. En la dislexia evolutiva, en cambio, el individuo presenta las dificultades características de la enfermedad, sin una causa concreta que la explique.
Tanto en la dislexia adquirida como en la evolutiva, pueden diferenciarse otros tres tipos de dislexia, clasificados en función de los síntomas predominantes en el paciente:
Dislexia fonológica
El individuo realiza una lectura visual de las palabras. La lectura visual es aquella en la que se observan las palabras de una forma global, deduciendo (más que leyendo) las palabras conocidas, es decir, eso que la mayoría de las personas hacen al echar un vistazo rápido a una nota, o cuando buscan una palabra concreta dentro de un texto. Esto da lugar a dificultades y errores a la hora de comprender una lectura:
Pueden leer correctamente palabras conocidas pero les resulta imposible la lectura de palabras desconocidas y pseudopalabras (palabras inventadas que en muchas ocasiones se emplean para evaluar distintas alteraciones del aprendizaje).
Cometen abundantes errores visuales o errores de lexicalización, por ejemplo leer “casa” en lugar de “casu” o “lobo” en lugar de “lopo”.
Errores morfológicos o derivativos, en los que confunden los sufijos: comía/comiendo, calculadora/calcular.
Dislexia superficial
Este tipo de dislexia es el más habitual en niños; en este caso se emplea de forma predominante la ruta fonológica. Esta ruta es la que permite leer las palabras a partir de los fragmentos más pequeños, las sílabas. Las personas con dislexia superficial tienen dificultad para leer palabras cuya lectura y pronunciación no se corresponden, por ello afecta principalmente a angloparlantes puesto que el inglés es un idioma en el que en muchos casos las palabras no se corresponden de

forma directa con una pronunciación determinada (las letras no tienen un único sonido, sino que este depende de cómo se hallen combinadas las mismas en una palabra).
Por otro lado, las complicaciones derivadas de este tipo de dislexia van asociadas a la complejidad o longitud de las palabras.
Dislexia profunda o mixta
Solo se da en los casos de dislexia evolutiva. Se encuentran dañados los dos procesos de lectura, el fonológico y el visual. Esto supone:
Graves dificultades para descifrar el significado de las palabras. Incapacidad para leer pseudopalabras. Errores visuales y derivativos. Errores semánticos o paralexias, por ejemplo, confundir la palabra “feliz” con “Navidad”. Dificultad para palabras abstractas, verbos y palabras función (palabras sin significado que
funcionan como nexo entre otras palabras “un”, “el”, etc.).
En primer lugar hay que tener claro que dentro de la dislexia hay una gran variación individual a
pesar de que, teóricamente, se presenta una sintomatología común, por tanto podríamos decir que
este síndrome presenta diversas formas según las alteraciones específicas que conlleve.
Normalmente en el ámbito educativo vamos a hablar de dislexia del desarrollo o de dislexia
evolutiva, ya que la dislexia adquirida es aquella provocada tras una lesión cerebral en las áreas
encargadas del procesamiento lectoescritor.
También tenemos que diferenciar lo que es la dislexia del retraso lector, de trastornos
específicos del lenguaje, de un retraso madurativo, del TDAH o de cualquier otra patología o
discapacidad que pueda conllevar dificultades a la hora de adquirir la lectoescritura. En este caso
hay que tener presente que los síntomas de un retraso lector desaparecen por si solos o con una
breve intervención, por lo que en nuestro caso sólo podemos adoptar un diagnóstico veraz de dislexia
evolutiva o del desarrollo, tras observar los efectos de una intervención a corto plazo.
A pesar de que existen numerosas clasificaciones y nomenclaturas, en este caso estableceremos
la clasificación de los tipos de dislexia en función de las rutas de procesamiento o acceso al
léxico que están afectadas, por lo que podemos diferenciar entre:
Esquema adaptado del modelo de lenguaje, lectura y escritura propuesto por Ellis y Young (1998)

SAA, Sistema de Análisis Auditivo; SAV, Sistema de Análisis Visual; LIA, Léxico de Input Auditivo
(Almacén Léxico Auditivo) ; LIV, Léxico de Input Visual (Almacén Léxico Visual); SS, Sistema
Semántico; LOH, Léxico de Output de Habla (Almacén de Producción Léxico Fonológico); LOG,
Léxico de Output Grafémico (Almacén de Producción Léxico Ortográfico); CG-F, Conversión
Grafema-Fonema; CF-, Conversión Fonema-Grafema; NF, Nivel Fonémico; NG, Nivel Grafémico;
NA, Nivel Alográfico; PG, Patrones Grafomotores.
Revista Complutense de Educación. Vol.13 Núm 1 (2002)
Dislexia fonológica o indirectaSe corresponde con el mal funcionamiento de la ruta fonológica, es decir, de la vía indirecta que
utiliza la conversión grafema-fonema para acceder al léxico.
Este tipo de dislexia dificulta la lectura de palabras largas y poco frecuentes y de palabras
funcionales e imposibilita la lectura de pseudopalabras, donde suelen cometer muchos errores
visuales que provocan lexicalizaciones, es decir, leen “espada” cuando pone “espaca”.
También presentan numerosos errores morfológicos o derivativos en los que mantienen la raíz
de las palabras pero cambian los morfemas.
Se observan mayor número de errores en la lectura de las palabras función que en palabras de

contenido.
Presenta mejores resultados en la lectura de palabras familiares tanto regulares como irregulares.
Dislexia superficialConlleva el mal funcionamiento de la ruta visual, léxica o directa, por lo que el sujeto no presenta
grandes dificultades en la lectura a través de la conversión grafema-fonema de palabras regulares.
Si tendrá problemas a la hora de leer palabras irregulares, (por ejemplo de la lengua inglesa),
tendiendo a regularizarlas, por lo que normalmente comenten numerosos errores de omisión,
adición o sustitución de letras.
Presentan un nivel mejor en tareas de lectura de pseudopalabras en comparación con los
disléxicos fonológicos.
Tienen mayores problemas con la ortografía arbitraria y suelen confundir las palabras
homófonas, ya que sólo se guían por la información auditiva.
Dislexia mixta o profundaSe caracteriza por presentar déficits en ambas rutas, lo que provoca que se comentan errores
semánticos, es decir, que se lean unas palabras por otras que no tienen ningún parecido visual
pero sí semántico.
A parte de los errores semánticos presentan dificultades para leer pseudopalabras, palabras
función, verbos y palabras poco frecuentes, cometiendo numerosos errores visuales y
derivativos a la hora de leer y presentando dificultades para acceder al significado.
Autores como Wofl (2000) diferencian entre la dislexia cuyo origen es un déficit fonológico, que
sería lo más común, la dislexia provocada por una lenta velocidad de procesamiento y un tipo mixto

que incluye los dos déficits. Esto explicaría las diferencias de éxito del tratamiento en diferentes
individuos disléxicos.
Ajuriaguerra (1977), diferencia dos clases de dislexia en base al hemisferio en el que se
encuentran las alteraciones, por lo que establece una dislexia más motriz y viso-espacial cuando
las lesiones se encuentran en el hemisferio derecho, la cual provocaría confusiones e inversiones
en la escritura, torpeza motriz, escritura en espejo, problemas de orientación o disgrafías y una
dislexia con alteraciones principalmente verbales y de ritmo, provocada por alteraciones en el
hemisferio izquierdo que afectaría principalmente al lenguaje, observándose dislalias, dificultades
de expresión oral y escrita, déficit en fluidez verbal, problemas de comprensión, etc.
En la practica se recomienda no basarse estrictamente en perfiles ni en clasificaciones teóricas,
pues cada disléxico presenta unos síntomas concretos, lo que hace esencial identificar que tareas
están más afectadas en cada caso para adecuar la intervención a esas dificultades concretas.
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Diagnóstico de la dislexiaEn el diagnóstico de la dislexia, es crucial la implicación de los maestros; ellos son los que más oportunidades tienen de detectar cualquier indicio de que el niño presenta una dificultad y, por tanto, de poner sobre aviso a la familia de manera precoz. Una vez que existe la sospecha de que pueda tratarse de un trastorno de este tipo, deberán descartarse otras posibilidades como:
Una visión defectuosa. Una audición deficiente. Lesiones cerebrales no diagnosticadas. Un coeficiente intelectual inferior a lo normal. Trastornos emocionales. Presencia de alguna otra patología que influya en el aprendizaje (dolores o malestar que
disminuyan la capacidad de concentración). Métodos educativos inadecuados. Una entrevista con la familia es también muy recomendable, ya que esto permitirá valorar las
condiciones del entorno del niño y su posible influencia en los síntomas observados: embarazo complicado, nivel socio-cultural, clima afectivo, etc..
Una vez descartada la presencia de otras anomalías, se procederá a evaluar las características de la enfermedad mediante distintos test y pruebas para su diagnóstico. Para ello, conviene que tu pediatra te derive a un logopeda especializado que realice dichas pruebas:
Test de Frostig: se emplea en niños de cuatro a siete años. Este test se realiza para estudiar el desarrollo de la percepción visual. Evalúa la coordinación visio motora, las relaciones espaciales, etcétera.

Test de análisis de lectura y escritura: son distintos test que detectan los métodos de lectura y escritura del niño, así como los mecanismos que no están funcionando correctamente. Los test de lectura se aplican en niños de menor edad que los test de escritura.
Test de comprensión lectora: se utiliza con niños de seis o siete años, para evaluar su nivel de comprensión a la hora de descifrar un texto.
También cabe la posibilidad de evaluar las deficiencias en la capacidad psicomotriz por medio de pruebas como:
Test de estructuras rítmicas de Mira-Stambak: se realiza para diagnosticar la percepción temporal. Consiste en evaluar la capacidad del niño para crear un ritmo de forma espontánea, para reproducir un ritmo creado por otra persona, y para comprender las estructuras y simbolismo del mismo.
Pruebas de dominancia lateral: basadas en estudios de movilidad y flexibilidad de los músculos, pruebas de ejecución de órdenes (enfilar cuentas, repartir cartas, saltar sobre un pie...).
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Tratamiento de la dislexia ››
Para diagnosticar la dislexia es necesario realizar una evaluación previa de todos los procesos,
conductuales y cognitivos, implicados en la lectoescritura, cuyos resultados debencumplir los
criterios establecidos por el DSM-IV, de exclusión, discrepancia y especificidad.
Además, para defender el diagnóstico de dislexia evolutiva, se tendrán en cuenta otros aspectos
importantes como los antecedentes genéticos y el tipo de intervención específica que ha recibido
el sujeto.
El problema de la dislexia es que no se puede diagnosticar a temprana edad, ya que debemos
observar una discrepancia del nivel de lectura de dos años como mínimo, y no es hasta los 8 ó
9 años, cuando esto se puede contrastar. A pesar de ello, el diagnóstico no es tan importante como
la prevención, por lo que desde edades muy tempranas se pueden detectar ciertas peculiaridades
que, aunque no nos den la certeza para establecer el diagnóstico, nos pueden guiar para llevar un
seguimiento y/o intervención preventiva que paliará significativamente los efectos de una posible
dislexia futura o que simplemente beneficiará el desarrollo y aprendizaje de los sujetos. Esto lo
corroboran algunos estudios que destacan la eficacia de la intervención precoz con programas
preventivos ante los primeros signos de dislexia, (Torgensen, Wagner, Rashotte y Conway, 1997).
Tampoco se puede establecer un diagnóstico precoz porque es necesario llegar a los 7 u 8 años
para poder diferenciar si se trataba de un retraso o de una alteración, pues durante los primeros
estadios de la adquisición de la lectura las dificultades mostradas por niños que presentan un
retraso lector y por niños que tienen una alteración en el neurodesarrollo son similares, a pesar de
que en el primer caso sólo existe un enlentecimiento de la maduración cerebral, que le permitirá al
sujeto alcanzar un desarrollo normal pero más tardío, mientras que el término “alteración” implica
una estructuración y/o funcionalidad anómala del desarrollo neurológico que le impedirá al niño
lograr un desarrollo dentro de la normalidad, presentando una desviación del desarrollo.

Es fundamental la intervención precoz a pesar de no haber establecido aún el diagnóstico.
La experiencia de numerosos profesionales y diversos estudios, (Schneider, Ennemoser, Roth y
Küspert, 1999; Sahywitz, 1998), han comprobado que la intervención temprana en habilidades
metalingüísticas, especialmente con programas de entrenamiento fonológico, beneficia
significativamente el desarrollo lectoescritor, tanto de sujetos que se encuentran en riesgo, como
del grupo normativo, por lo que es muy recomendable trabajar ciertas habilidades desde la escuela
infantil.
Además, está probado mediante diversos estudios, (Torgensen et al. 2006), que la intervención
específica en dislexia tiene resultados más positivos si se lleva a cabo antes de los 8 ó 9
años.
Esto nos lleva a pensar que sería fundamental incluir este tipo de programas preventivos durante la
ecuación preescolar, al igual que se han implantado en Estados Unidos con excelentes resultados,
pues a través de la prevención se podrían paliar, en gran medida, las dificultades que pueden
presentar algunos niños disléxicos en años posteriores.
Aunque no se pueda establecer un diagnóstico precoz de la dislexia, si es posible detectar casos
en riesgo gracias a los antecedentes genéticos y a que sabemos que, a pesar de que existe una
gran heterogeneidad entre los perfiles cognitivos de los sujetos diagnosticados con Dislexia, se
estima que el 87% de los sujetos diagnosticados de dislexia presentan un problema a nivel
fonológico, lo que permite detectar sujetos en riesgo de dislexia con test de conciencia
fonológica para la edad preescolar como la “Prueba de Segmentación Lingüística PSL” , incluida
en el libro “Conciencia Fonológica y Aprendizaje de la lectura: Teoría, evaluación e intervención” de
Jiménez, J. y Ortiz, M. .
A nivel psicológico hay que tener en cuenta que el diagnóstico de la dislexia no se debe concebir
como una etiqueta que estigmatice al individuo ni como una excusa para eximir ciertas

responsabilidades, pues en ocasiones, algunos niños/as disléxicos lo utilizan como pretexto para
no realizar determinadas tareas. En cambio, el diagnóstico de la dislexia es una excepcional
herramienta para paliar precozmente las dificultades que este síndrome conlleva, por tanto la
familia y el niño disléxico deben conocer detalladamente qué es la dislexia, qué supone para el
individuo y cómo hay que trabajar para superarla.
Esto hace recomendable explicar “La Dislexia” como una característica personal que dificulta la
realización de determinadas tareas, pero nada más. Por tanto, la dislexia debe tratarse
simplemente como “una mala habilidad en la lectoescritura”, que hace que tengamos que
esforzarnos más y con diferentes métodos para poder superarlo, sin verlo como un hándicap y
resaltando, siempre, las demás habilidades del individuo.
En resumen deducimos que lo más importante
es realizar un diagnóstico detallado y exhaustivo, que nos ofrezca un perfil de rendimiento
específico, con el fin de establecer estrategias de intervención adecuadas a cada niño y llevar a
cabo programas de intervención y prevención lo antes posible. En este caso los resultados serán
mucho más eficaces que si se realiza un abordaje terapéutico sobre el trastorno plenamente
establecido. Igualmente los aspectos emocionales serán menos significativos si se consiguen
evitar las frustraciones derivadas de una mala capacidad lectora durante todo el periodo escolar.
Además el diagnóstico nos dará información sobre el mecanismo responsable del problema
lectoescritor, fundamental para dirigir el tratamiento a la recuperación de dicho mecanismo, pues
como argumentan Cuetos y Valle, (1998), no existen programas de intervención válidos para
todos los sujetos disléxicos.
Por ello en la actualidad existen pruebas y protocolos de evaluación que examinan numerosas
tareas y procesos, teniendo en cuenta los déficits particulares de cada individuo, entre los cuales
destacamos la “Batería Completa para la detección de dificultades específicas de la lectoescritura,
DIS-ESP” de Carrillo, M. y Alegría, J.
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2 Respuestas para “¿Cómo diagnosticar la dislexia?”1. Gloriadice:

mayo 10, 2012 a las 12:56 am
Me gustaria tener mas informaci-on aserca de este tema , me parece muy importante gracia