Cauca. Una populosa ciudad vaccea en las campiñas ...

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●Autor/es Juan Francisco Blanco García ●Título «Cauca. Una populosa ciudad vaccea en las campiñas meridionales del Duero» ●N.º Vaccea Anuario 2 ●Año 2009 ●Páginas 21-25 ●ISBN 978-84-7359-544-5 ●URL https://pintiavaccea.es/download.php?file=225.pdf

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●Autor/es Juan Francisco Blanco García

●Título «Cauca. Una populosa ciudad vaccea en las campiñas meridionales del Duero»

●N.º Vaccea Anuario 2

●Año 2009

●Páginas 21-25

●ISBN 978-84-7359-544-5

●URL https://pintiavaccea.es/download.php?file=225.pdf

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PINTIA - CAMPAÑA XIXEXCAVACIONES ARQUEOLÓGICASEN LA NECRÓPOLIS DE LAS RUEDAS

LOS VETTONESNUESTROS ANCESTROS

CAUCACIUDADES VACCEAS

GONZALO RUIZ ZAPATEROFIRMA INVITADA

PREMIOS VACCEAEDICIÓN 2008

JOYAS DE BARROPIEZA VACCEA DEL AÑO

Distribución gratuita paracolaboradores del Proyecto Pintia1 €www.pintiavaccea.es

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EDITACentro de Estudios Vacceos “Federico Wattenberg”de la Universidad de Valladolid

DIRECTORESCarlos Sanz MínguezFernando Romero Carnicero

COLABORADORESAna Isabel Garrido BlázquezCristina Górriz GañánRoberto de Pablo Martínez

ILUSTRACIONESCentro de Estudios Vacceos “Federico Wattenberg”,Jesús Álvarez-Sanchís (pp. 15 a 19), Juan FranciscoBlanco García (pp. 21 a 25), Gonzalo Ruiz Zapatero(pp. 27 y 28), familia Wattenberg (pp. 31 a 33),Museo de León (p. 56), Julio del Olmo (pp. 64, abajoizquierda y 67, arriba derecha) y otros, especificadosen su caso.

DISEÑOCentro de Estudios Vacceos “Federico Wattenberg”

MAQUETACIÓNEva Laguna Escudero

PORTADANecrópolis de Las Ruedas de Pintia

REDACCIÓN, ADMINISTRACIÓN Y PUBLICIDADCentro de Estudios Vacceos “Federico Wattenberg”y Asociación Cultural Pintia

IMPRESIÓNOchoa Impresores

TIRADA20.000 ejemplares

DEPÓSITO LEGAL: VA-524/2008

ISBN: 978-84-7359-544-5

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VACCEA ANUARIO

tienen un valor añadido: consu publicidad están

contribuyendoa la salvaguarda delPatrimonio Cultural

a través de la consolidación delProyecto Pintia

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PROYECTO PINTIA

Equipo de investigación 2008

Directores:Prof. Dr. D. Carlos Sanz Mínguez, Profesor Titular de Prehistoria, Universidad de ValladolidProf. Dr. D. Fernando Romero Carnicero, Catedrático de Prehistoria, Universidad de Valladolid

Codirectores Excavación Arqueológica:Ana Isabel Garrido BlázquezCristina Górriz GañánErnesto Diezhandino Couceiro

CoordinadoraMaría Luisa García Mínguez, Presidenta de la Asociación Cultural Pintia

Becarios adscritos al Proyecto Pintia:Diego Revilla SecoRoberto de Pablo MartínezNoelia Lerma LluchEster García García

Personal contratadoEva Laguna EscuderoFrancisca Maldonado Requena

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Alumnos participantes en la campaña de excavación XIX:

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01 Excavaciones en Pintia. Campaña XIX de

excavaciones arqueológicas en Pintia (Padilla de Duero/Peñafiel)

02 Nuestros ancestros. Los vettones

03 Ciudades vacceas. Una populosa ciudad vaccea en las

campiñas meridionales del Duero. Cauca.

04 Firma invitada: Gonzalo Ruiz Zapatero, Consumiendo patrimonio

05 Medio siglo de La Región Vaccea

06 A debate. El Aula de Arqueología de Pintia

07 Una feliz alianza. Archaeospain y CEVFW: Cursos

Internacionales Teórico-Prácticos de Arqueología

08 Aprendiendo arqueología en Pintia. Programa Doceo

para niños

09 Programa Aristoi

10 Premios Vaccea

11 Pieza vaccea del año. Joyas de barro

12 Premios recibidos

13 La necrópolis de Las Ruedas

14 La otra mirada: Aderito Pérez Calvo, Poemas

15 Noticiario Vacceo

16 Programa 2009. Todas las actividades en la ZonaArqueológica Pintia

17 Humor Sansón

02

03 05

0807

09 10

1211

Roxanne GardnerAllison GalbariTrevor JordanJennifer Van TilborghSandra GammonWilliam BaumanNienke LarmerisGwendolyn CollacoAlexandra deGraffenreidJamie HendersonBeatriz Olivar LucasItzar García JiménezSara Rodríguez Cifuentes

Ricardo Renedo WilliamsPatriciaGonzálezHernándezTamara Díez MarAnAlexandria WaldropKris@n UhlemeyerKelly AndersonJonathan GloverCaitlin DichterKevin HorngAyelet FirstenbergRachel WalshJessica MehmHugh Wynne

Courtney HofmanAna EscobedoLucy GustavelToby JonesAmador García RivasMª Luz Sanz LarricheSam PalusamyCristy GellingSarah GillHilary BrockmeierCatherine MoonAlix Green

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03 CCiiuuddaaddeess VVaacccceeaass

Con una trayectoria históricaininterrumpida que se iniciaen momentos antiguos de

la Primera Edad del Hierro y llega hastala actualidad, esto es, de casi tres milaños, el solar en el que hoy se levanta elpueblo segoviano de Coca fue una de lasmás populosas ciudades vacceas. La en-tidad demográfica que, sobre todo enlos siglos III-I a. C., llegó a alcanzar, su im-portancia estratégica y la riqueza de susclases pudientes hicieron de ella un ob-jetivo militar para los generales romanosimplicados en la conquista de las tierras

del interior peninsular. Esta es la razónpor la cual las fuentes clásicas la men-cionan en varias ocasiones: en el año151 a. C. con motivo del asalto llevado acabo por L. Licinio Lúculo —vergonzosopara el honor de la República Romana—,en el 134 a. C. para referir cómo P. Cor-nelio Escipión trata de asegurarse laamistad y neutralidad de los caucensesdurante el cerco de Numancia, y ya en74 a. C. para dejar constancia del castigopropiciado por el general Q. Pompeyopor haber apoyado Cauca a Q. Sertorioen su lucha contra el dictador Sila.

Pero la ciudad vaccea de Caucase puede reconocer arqueológicamentecomo tal desde tiempos anteriores a losde la conquista, pues tras una fase for-mativa que discurriría entre pleno sigloVI a. C. y mediados del V —en la que yaestán presentes las sepulturas de inci-neración, los primeros objetos de hierroy las cerámicas torneadas, de importa-ción ibérica—, eclosiona en la segundamitad del siglo V a. C. y comienzos del IV.Las excavaciones arqueológicas realiza-das en los últimos veinte años nos hanproporcionado conocimientos relativosal proceso de crecimiento urbano, a suarquitectura doméstica, a las caracterís-ticas de alguno de sus viales, a los espa-cios de talleres, etc., pero sobre todo loque mejor conocemos es cómo han idoevolucionando físicamente muchos delos útiles y adornos que rodearon la vidade generaciones de vacceos caucenses(recipientes cerámicos, útiles de huesoy de hierro, elementos de adorno perso-

UUNNAA PPOOPPUULLOOSSAACCIIUUDDAADD VVAACCCCEEAA EENNLLAASS CCAAMMPPIIÑÑAASSMMEERRIIDDIIOONNAALLEESS DDEELLDDUUEERROO

CCAAUUCCAA

Vega del Eresma entre Cauca y el castro Cuesta del Mercado.

Mapa de Cauca y Cuesta del Mercado.

Vista aérea de Cauca

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nal…). A pesar de ello, siempre nos pa-recen insuficientes y ya nos gustaría quetodos esos objetos nos susurraran aloído las historias que en torno a ellosocurrieron y de las que fueron testigos,pero la indagación del pasado conllevala certeza de que a una parte importantedel mismo tenemos absolutamente ve-dado el acceso.

Al margen de esta realidad encierto modo frustrante para el historia-dor, sabemos por las fuentes clásicas(Appiano) que Cauca vaccea estuvo pro-tegida por una muralla, a buen seguroconstruida con adobes, tapial y madera—materiales habituales de las edifica-ciones domésticas caucenses—, cuyosrestos aún están por ser descubiertos.Teniendo en cuenta que las tres cuartaspartes del perímetro urbano de Caucaestuvieron definidas por los tajos labra-dos por los ríos Voltoya y Eresma —queen época vaccea serían menos abruptosque ahora—, la muralla sólo protegeríael flanco más vulnerable, el sur-sureste,que es el que enrasa con la meseta.Sería, por tanto, una muralla parcial, noperimetral. En total, el espacio urbanopudo haber alcanzado las 25 ó 26 hectá-reas en los siglos II-I a. C., pues si biendurante cierto tiempo sostuvimos laidea de que su extensión no excederíalas 18 ó 20 hectáreas, un análisis másajustado de los espacios periféricos delyacimiento que se han perdido porcausa de la erosión, los corrimientos detierras de los que tenemos constanciahistórica y las destrucciones de épocamedieval y moderna nos obliga a propo-ner una extensión mayor de la que su-poníamos. Puesto que en todos esoscortados son visibles restos de construc-ciones vacceas superpuestas que, evi-dentemente, y por seguridad, noestarían al mismo borde de la caída a loscauces fluviales, sino a una distanciaprudencial de los mismos, a la extensiónque hoy se puede medir en los mapastopográficos hemos de añadir entre

Cerámica anaranjada pintada.

Fragmento de caja excisa

Diversos @pos cerámicos.

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cinco y siete hectáreas más. Por ponerun par de ejemplos, sólo en las inmedia-ciones del castillo mudéjar para extraerla arcilla con la que se construyó fueronarrancadas casi dos hectáreas de la ciu-dad vaccea y romana; junto a la torre deSan Nicolás en época reciente se deslizóhacia el cauce del Eresma un volumende tierras de cerca de media hectárea.

A las dimensiones de Caucahemos de añadir las tres hectáreas quellegó a alcanzar el “barrio satélite” exis-tente en la meseta del vecino cerro deCuesta del Mercado, localizado en su ex-tremo occidental concretamente. Y esque al otro lado del Eresma Cauca contócon una aldea aneja que estuvo ocupadade forma permanente desde la PrimeraEdad del Hierro (fase plena de la culturadel Soto) hasta mediados del siglo I a. C.en que se deshabitó. Quienes residieronen este barrio debieron de tener ciertaautonomía respecto al núcleo principal,pues dispuso de sistema propio de pro-tección urbana: un foso que perfecta-mente se reconoce en las fotografíasaéreas e incluso a pie de yacimiento, yes posible que un complemento aéreoconstruido en materia lígnea, una espe-cie de empalizada, aunque esto últimoes una suposición que sólo la excavaciónpodría confirmar o desmentir.

De la trama urbana existente encada uno de estos núcleos, en Cauca yen su barrio satélite, poco es lo que sa-bemos, debido a que en éste nunca se

ha intervenido arqueológicamente y enaquél el terreno excavado hasta ahora esde sólo unos cientos de metros cuadra-dos distribuidos por todo Coca, aunquecontamos también con datos proceden-tes de vaciados de obras. De Cauca sa-bemos que las casas eran de plantarectangular, construidas con adobe, ta-pial, madera y muy poca piedra, teníanuna sola planta, las cubiertas eran de ra-majes sobre estructura de madera, lasparedes interiores estaban enfoscadas ydespués encaladas o pintadas de blanco,unos suelos eran de tierra prensadapero otros de placas de barro cocido, yadisponían de rodapiés de barro de sec-ción en cuarto de círculo y contaban conpequeñas construcciones anejas usadascomo almacén o despensa. Cauca vac-cea era una ciudad de barro y madera,muy vulnerable, por tanto, al fuego, yaque los hogares se situaban dentro delespacio doméstico. En numerosas exca-vaciones hemos podido documentarconstrucciones superpuestas unas aotras y todas ellas destruidas por incen-dio. El único tramo de vial hasta ahoradescubierto, un callejón realmente,tenía unos dos metros de anchura y erade tierra, pero desembocaba en un es-pacio abierto. Cauca vaccea no debió deser un núcleo poblacional de abigarradoy asfixiante caserío, sino que dispuso deespacios sin construir.

Era una ciudad-estado autónomapolítica y militarmente, dirigida por unSenado (Appiano) y una aristocraciaguerrera similar a las existentes en lasciudades de la Celtiberia. Son estas éli-tes gobernantes las que establecieronpactos de amistad con poblaciones veci-nas, las que decidían con quiénes alia-

ban sus fuerzas para obtener un mayorbeneficio económico y seguridad, bajoqué normas se explotaba el agro y conqué prioridades, etc. Su control efectivono sólo se ejercía sobre los ciudadanosde Cauca y sus recursos, sino tambiénsobre un territorium que presumimosamplio pero de cuyos límites apenas sa-bemos nada, aunque sí nos consta cómohubo de tener una baja densidad demo-gráfica. A juzgar por la estructura socialexistente en poblados meseteños coetá-neos en los que se han excavado sus ne-crópolis, la sociedad caucense debió deestar organizada piramidalmente, demanera que la riqueza generada por laclases medias y bajas, por los campesi-nos, artesanos y comerciantes, tendríacomo principales beneficiarios a las éli-tes gobernantes. Parece lógico pensarque los 100 talentos de plata (unos2.600 kg) que Lúculo arrancó a los cau-censes en el año 151 a. C. en conceptode indemnización de guerra salieran delas arcas familiares del grupo de los po-tentados y mercaderes, y fueran el frutode décadas de amasar riqueza. Botínque, con toda seguridad, estaría for-mado por denarios, recipientes, joyas,recortes, pequeños lingotes, etc.

De nuevo los autores clásicos,pero sobre todo la arqueología, de-muestran que los pilares económicos deCauca fueron la agricultura extensiva decereal y la ganadería, pues considerablesson los volúmenes de trigos carboniza-dos y de restos faunísticos que han apa-recido en varias de las excavacionespracticadas. En alguna ocasión hemospodido documentar hasta un estrato deunos 15 cm de potencia formado ínte-gramente por trigo carbonizado que

Fíbula con puente de cabeza de lobo.

Hebilla de dos garfios realizada en plata.

Acequia vaccea excavada junto al alfar del siglo III a. C.

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debió de estar envasado en sacos de es-parto, no en tinajas, y sus restos, lógica-mente, han desaparecido. El tercer pilarviene constituido por un sector artesa-nal que sabemos importante y diversifi-cado gracias a la exhumación deabundantes escorias de hierro (calle Aza-franales, 5) y de bronce, trozos informesde plata, de los restos de un alfar para laproducción semi-industrializada de ce-rámica, de concentraciones de fusayolasy pesas de telar, materias colorantespara teñir, útiles y adornos de hueso ymarfil, etc. De todas las especialidadesartesanales presentes en Cauca brillacon luz propia, por su excepcional cali-dad, la cerámica. Entre los siglos quintoy primero antes de Cristo se estuvieronfabricando y usando diversas especiali-dades: a mano con decoración a peine, atorno anaranjadas (lisas, pintadas mo-nócromas, bícromas y polícromas, im-presas, incisas), grises bruñidas queimitaban prototipos argénteos, etc. Elcatálogo de formas, sobre todo de lasanaranjadas, es extensísimo y las imáge-nes pintadas o grabadas en muchos deesos vasos, de cronología ya tardía(peces, cuadrúpedos, aves, motivos as-trales, etc.) trascienden en ocasiones lopuramente decorativo para instituirse endocumentos iconográficos que nostransportan al mundo de las creencias,las aficiones, las relaciones sociales e in-cluso los miedos de los vacceos caucen-ses. Igualmente en cerámica se fabricóun extenso catálogo de objetos que porsu originalidad denominamos singulares(cajitas excisas, figurillas zoomorfas y al-guna antropomorfa, ralladores, soportesenrejillados quizá para uso de mesa,etc.).

Hasta la primera mitad del siglo IIa. C. la actividad económica caucense sedesarrolló conforme a unos procedi-mientos seculares arcaicos, pero a par-

tir de esos momentos empezó a haceruso de la moneda, con lo que poco apoco irá entrando en un sistema refe-rencial de valor de corte moderno. Larecuperación de moneda romana repu-blicana, cartaginesa e indígena (ibérica yceltibérica), tanto de plata como debronce, indica que la actividad comercial—y quizá militar— de los vacceos deCauca en estos siglos postreros era muyfluida y estuvo orientada en múltiples di-recciones. Lejos de ser una poblaciónabatida y empobrecida, como pudierapensarse por los golpes recibidos de losgenerales romanos, la Cauca de las cen-turias II y I a. C. fue más rica, dinámica ypopulosa que la de siglos anteriores.

Contrasta enormemente conesto el hecho de que aún desconozca-mos, para esta fase y para los siglos IV yIII a. C., todo lo relativo al mundo fune-rario de los vacceos caucenses. Bien por-que fueron destruidas en época romana,medieval o moderna, o bien porque losrestos parciales que puedan haber lle-gado a nuestros días aún se nos siguenresistiendo a su localización, lo cierto esque no sabemos cuántas necrópolishubo de tener y dónde estuvieron ubi-cadas, aunque estamos convencidos quese situarían al sur y sureste del núcleohabitacional. La localización hace unosaños de tres sepulturas de incineraciónen pleno terrazgo de Los Azafranales, fe-chadas a finales del siglo VI a. C. o yadentro del V, sugiere la posibilidad deque los cementerios antiguos fuesen in-cluso destruidos por los vacceos másmodernos en su proceso de crecimientourbano. Para en cierto modo compensarla situación de Cauca, en su barrio saté-lite situado en el cerro Cuesta del Mer-cado sí nos consta que dispuso de dosespacios funerarios.

Esta carencia de informaciónsobre el mundo funerario de los vacceos

caucenses nos obliga a hacer extensiblesa éstos los conocimientos que emanande otras necrópolis vacceas (por ejem-plo, la de Las Ruedas, de Pintia), perotambién hipoteca seriamente nuestroconocimiento de los elementos especí-ficos, locales, que, sin duda, hubieron deexistir en Cauca. Al mismo tiempo, estasituación merma considerablementenuestras posibilidades de conocer y en-tender cuánto de singular tuvieran lamentalidad religiosa de los caucenses ysus prácticas (ritos, ceremonias, etc.). Esevidente que los caucenses tuvieron quecontar con numerosos espacios destina-dos al culto, tanto rurales como urbanos(santuarios domésticos, quizá comunita-rios o incluso gentilicios), pero ni lasfuentes escritas ni la arqueología noshan posibilitado su conocimiento. Porser la vaccea una etnia con un impor-tante componente cultural de filiacióncéltica, las divinidades a las que rendi-rían culto serían las propias del panteóncelta: Lug, Epona, las Matres, Esus, Cer-nunnos, los Tokoitei o Togoti, etc. Estosúltimos son los únicos que, por cita deAppiano, nos constan en Cauca, aunquede manera elíptica. Si consideramos queeran los dioses garantes de los pactos yque el autor alejandrino refiere cómo loscaucenses los invocaron ante el injustifi-cado ataque de Lúculo del año 151 a. C.,hay que pensar, con toda seguridad, quese refiere a estos dioses que aparecenen numerosas inscripciones de las áreasceltibérica y vettona.*

Juan Francisco Blanco GarcíaUniversidad Autónoma de Madrid

* Este trabajo se ha desarrollado en el marco delProyecto de Investigación de I+D+i (2004-2007)Vacceos: identidad y arqueología de una etnia pre-rromana en el valle del Duero (HUM2006-06527/HIST), de la Dirección General de Investigacióndel Ministerio de Educación y Ciencia.

Excavación de restos arqueoógicos vacceos. Estructuras vacceas.