Catequesis preparatorias jmj (diciembre) 2010

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Diciembre: San Juan Bautista y la Virgen María. 1ª SESIÓN: SAN JUAN BAUTISTA: VOZ QUE CLAMA EN EL DESIERTO Oración: o Señal de la cruz o Padre nuestro o Ave María o Gloria 1. Vídeo explicativo: http://www.youtube.com/watch?v=DYiiKz5OAjA (La vida de San Juan Bautista); http://www.youtube.com/watch?v=yPVUywHkRUE ; (La guerra de los Rose) 1

Transcript of Catequesis preparatorias jmj (diciembre) 2010

Diciembre: San Juan Bautista y la Virgen María.

1ª SESIÓN: SAN JUAN BAUTISTA: VOZ QUE CLAMA EN EL DESIERTO• Oración:

o Señal de la cruzo Padre nuestroo Ave Maríao Gloria

1. Vídeo explicativo: http://www.youtube.com/watch?v=DYiiKz5OAjA (La vida de San Juan Bautista); http://www.youtube.com/watch?v=yPVUywHkRUE; (La guerra de los Rose)

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Cuestiones previas-¿Cuántas veces has dicho “esto no me lo creo”?-¿Con qué se vestía Juan el Bautista? ¿Cuál era su “menú del día”?-¿Por qué fue asesinado? ¿Qué razones dieron para matarle? -¿Cuál fue su misión? ¿Qué dijo Jesús de él? ¿Qué dijo él de Jesús? ¿Se llegaron a

conocer?

2. San Juan Bautista: Nacimiento. (Lc 1, 5-25)

Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista.

5 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote, llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una mujer descendiente de

Aarón, que se llamaba Isabel; 6 los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin tacha en todos los mandamientos y preceptos del

Señor.7 No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos de avanzada edad.

8 Sucedió que, mientras oficiaba delante de

Dios, en el grupo de su turno, 9 le tocó en suerte, según el uso del servicio sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor para quemar

el incienso.10 Toda la multitud del pueblo estaba fuera en oración, a la hora del incienso.

11 Se le apareció el ángel del Señor, de pie, a la

derecha del altar del incienso.12 Al verle Zacarías, se sobresaltó, y el temor se apoderó

de él. 13 El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien pondrás por

nombre Juan; 14 será para ti gozo y alegría y

muchos se gozarán en su nacimiento, 15 porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni

licor; estará lleno de Espíritu Santo ya desde el

seno de su madre, 16 y convertirá al Señor su

Dios a muchos de los hijos de Israel 17 e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien

dispuesto.» 18 Zacarías dijo al ángel: «¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer de

avanzada edad.» 19 El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta

buena noticia. 20 Mira, por no haber creído mis palabras, que se cumplirán a su tiempo, vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día

en que sucedan estas cosas.» 21 El pueblo estaba esperando a Zacarías y se extrañaban

de que se demorara tanto en el Santuario. 22

Cuando salió no podía hablarles, y comprendieron que había tenido una visión en el Santuario; les hablaba por señas y permaneció mudo.

23 Una vez cumplidos los días de su servicio se

fue a su casa. 24 Días después, concibió su mujer Isabel y estuvo durante cinco meses

recluida 25 diciendo: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor en los días en que se dignó quitar mi oprobio entre la gente.»

3. Predicación de San Juan Bautista: (Jn 1, 19-34)

El testimonio de Juan.

19 Y este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y

levitas a preguntarle: «¿Quién eres tú?» 20 Él confesó, y no negó; confesó: «Yo no soy el

Cristo.» 21 Y le preguntaron: «¿Qué pues?; ¿Eres tú Elías?» Él dijo: «No lo soy».» - «¿Eres

tú el profeta?» Respondió: «No.» 22 Entonces le dijeron: «¿Quién eres, pues, para que demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué

dices de ti mismo?» 23 Dijo él: «Yo soy

la voz del que clama en el desierto:

Rectificad el camino del Señor,

como dijo el profeta Isaías». 24 Habían sido

enviados por los fariseos. 25 Y le preguntaron: «¿Por qué, pues, bautizas, si no eres tú el Cristo

ni Elías ni el profeta?» 26 Juan les respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de

vosotros está uno a quien no conocéis 27 que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de

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desatarle la correa de su sandalia.» 28 Esto ocurrió en Bethabara, al otro lado del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

29 Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el cordero de Dios, que quita el

pecado del mundo. 30 Este es por quien yo dije:

Detrás de mí viene un hombre,

que se ha puesto delante de mí,

porque existía antes que yo.

31 «Yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel.» 32 Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo

y se quedaba sobre él. 33 Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo:

`Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con

Espíritu Santo'. 34 Y yo le he visto y doy testimonio de que ése es el Elegido de Dios.»

4. El problema del divorcio en San Juan Bautista: (Lc 3, 1-20)

Predicación de Juan el Bautista.

31 En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y

Lisanias tetrarca de Abilene; 2 en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el

desierto. 3 Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de

conversión para perdón de los pecados, 4 como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:

Voz del que clama en el desierto:

Preparad el camino del Señor,

enderezad sus sendas;

5 todo barranco será rellenado,

todo monte y colina será rebajado,

lo tortuoso se hará recto

y las asperezas serán caminos llanos.

6 Y todos verán la salvación de Dios.

7 Decía, pues, a la gente que acudía para que les bautizara: «Raza de víboras, ¿quién os ha

enseñado a huir de la ira inminente? 8 Dad, pues, frutos dignos de conversión y no andéis diciendo en vuestro interior: `Tenemos por padre a Abrahán'; porque os digo que puede

Dios de estas piedras dar hijos a Abrahán. 9 Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y

todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.»

10 La gente le preguntaba: «Pues ¿qué debemos

hacer?» 11 Y él les respondía: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el

que tenga para comer, que haga lo mismo.» 12

Vinieron también publicanos a bautizarse, que

le dijeron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?» 13

Él les dijo: «No exijáis más de lo que os está

fijado.» 14 Preguntáronle también unos soldados: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?» Él les dijo: «No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas y contentaos con vuestra soldada.»

15 Como el pueblo estaba expectante y andaban todos pensando en sus corazones

acerca de Juan, si no sería él el Cristo, 16

declaró Juan a todos: «Yo os bautizo con agua; pero está a punto de llegar el que es más fuerte que yo, a quien ni siquiera soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os

bautizará en Espíritu Santo y fuego. 17 En su mano tiene el bieldo para bieldar su parva: recogerá el trigo en su granero, pero quemará

la paja con fuego que no se apaga.» 18 Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva.

Prisión de Juan el Bautista.

19 Pero Herodes, el tetrarca, reprendido por él por el asunto de Herodías, la mujer de su hermano, y por todas las malas acciones que

había hecho, 20 añadió a todas ellas la de encerrar a Juan en la cárcel.

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5. Breve explicación:

Juan es asesinado por decir la verdad. En concreto, por denunciar que Herodes vivía con la mujer de su hermano. Hoy, como ayer, muchos cristianos siguen siendo ajusticiados por decir la verdad: Pakistán, Egipto, Irán, China, Arabia, etc. Juan obtuvo el mayor reconocimiento por parte de Jesús (“el mayor de los nacidos de mujer”). Nosotros sabemos que a los que derraman su sangre por confesar a Cristo, por confesar la Verdad, les espera el banquete eterno. Y “la verdad nos hará libres” (Cf. Jn 8, 32).

Cuestiones a reflexionar

-¿Eres libre para decir la verdad? -¿Tienes el coraje de plantar cara a lo que no casa con la verdad y mostrar libremente cuál es

tu postura? -¿Por qué una persona casada por la Iglesia no puede casarse con otra para “rehacer su

vida”? -¿Es “intransigente” la Iglesia? ¿Y si es Cristo mismo el “intransigente”? -¿A qué llamas tú AMOR? ¿El amor “se acaba”?

6. El Catecismo de la Iglesia Católica [CEC 1646-1651]

La fidelidad del amor conyugal

1646 El amor conyugal exige de los esposos, por su misma naturaleza, una fidelidad inviolable. Esto es consecuencia del don de sí mismos que se hacen mutuamente los esposos. El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no algo pasajero. "Esta íntima unión, en cuanto donación mutua de dos personas, como el bien de los hijos exigen la fidelidad de los cónyuges y urgen su indisoluble unidad" (GS 48,1).

1647 Su motivo más profundo consiste en la fidelidad de Dios a su alianza, de Cristo a su Iglesia. Por el sacramento del matrimonio los esposos son capacitados para representar y testimoniar esta fidelidad. Por el sacramento, la indisolubilidad del matrimonio adquiere un sentido nuevo y más profundo.

1648 Puede parecer difícil, incluso imposible, atarse para toda la vida a un ser humano. Por ello es tanto más importante anunciar la buena nueva de que Dios nos ama con un amor definitivo e irrevocable, de que los esposos participan de este amor, que les conforta y mantiene, y de que por su fidelidad se convierten en testigos del amor fiel de Dios. Los esposos que, con la gracia de Dios, dan este

testimonio, con frecuencia en condiciones muy difíciles, merecen la gratitud y el apoyo de la comunidad eclesial (cf FC 20).

1649 Existen, sin embargo, situaciones en que la convivencia matrimonial se hace prácticamente imposible por razones muy diversas. En tales casos, la Iglesia admite la separación física de los esposos y el fin de la cohabitación. Los esposos no cesan de ser marido y mujer delante de Dios; ni son libres para contraer una nueva unión. En esta situación difícil, la mejor solución sería, s i es posible, la reconciliación. La comunidad cristiana está llamada a ayudar a estas personas a vivir cristianamente su situación en la fidelidad al vínculo de su matrimonio que

permanece indisoluble (cf FC; 83; ⇒ CIC, can.

1151-1155).

1650 Hoy son numerosos en muchos países los católicos que recurren al divorcio según las leyes civiles y que contraen también civilmente una nueva unión. La Iglesia mantiene, por fidelidad a la palabra de Jesucristo ("Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete

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adulterio": Mc 10,11-12), que no puede reconocer como válida esta nueva unión, si era válido el primer matrimonio. Si los divorciados se vuelven a casar civilmente, se ponen en una situación que contradice objetivamente a la ley de Dios. Por lo cual no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esta situación, y por la misma razón no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales. La reconciliación mediante el sacramento de la penitencia no puede ser concedida más que aquellos que se arrepientan de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo y que se comprometan a vivir en total continencia.

1651 Respecto a los cristianos que viven en esta situación y que con frecuencia conservan la fe y desean educar cristianamente a sus hijos, los sacerdotes y toda la comunidad deben dar prueba de una atenta solicitud, a fin de aquellos no se consideren como separados de la Iglesia, de cuya vida pueden y deben participar en cuanto bautizados:

Se les exhorte a escuchar la Palabra de Dios, a frecuentar el sacrificio de la misa, a perseverar en la oración, a incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad en favor de la justicia, a educar sus hijos en la fe cristiana, a cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios (FC 84).

Cuestiones a reflexionar-¿Conoces algún divorcio? ¿En algún caso es lo mejor?-¿Sabías que Herodes vivía con la mujer de su hermano? Vaya un “cariño” de

hermanos… -¿Cuál fue la trampa de Herodías a San Juan Bautista? ¿Te acuerdas del hecho? (Mc 6,

14-29).-¿Crees que ahora ocurre lo mismo cuando se dice la verdad? ¿Te ha pasado a ti alguna

vez algo parecido en clase o en el trabajo? ¿Hay formas para decir la verdad o la forma de decirla no es importante?

-¿Por qué se le llama a San Juan Bautista “la voz del desierto”?

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2ª SESIÓN: María, Madre de Dios• Oración:

o Señal de la cruzo Padre nuestroo Ave Maríao Gloria

1. Vídeo explicativo: http://www.youtube.com/watch?v=q-I5jYawSZk (La Anunciación)

Cuestiones previas-¿Sabes en qué año fue declarada la María como “MADRE DE DIOS”?-¿Sabes qué es un concilio? ¿Conoces alguno? ¿Has leído algún documento de algún

concilio?-Si María es “MADRE DE DIOS”, entonces, ¿es Madre del Padre? ¿Es Madre del Espíritu

Santo?-¿Cuándo ha sido proclamada María como “MADRE DE LA IGLESIA”?

2. La Sagrada Escritura. (Lc 1, 26-36)

La Anunciación.

26 Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a

una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la

virgen era María. 28 Y, entrando, le dijo:

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está

contigo.» 29 Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo. 30 El ángel le dijo: «No temas, María, porque

has hallado gracia delante de Dios; 31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a

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quien pondrás por nombre Jesús. 32 Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos

y su reino no tendrá fin.» 34 María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco

varón?» 35 El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te

cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios. 36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el

sexto mes de la que se decía que era estéril, 37

porque no hay nada imposible para Dios.» 38

Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel, dejándola, se fue.

Breve explicaciónLa Virgen María fue proclama solemnemente “Madre de Dios” (en griego Theotokos) en

el tercer Concilio Ecuménico celebrado en Éfeso, en el año 431. María es la “Madre de Dios” por ser la Madre de la persona de Jesucristo, Dios y hombre a la vez. Sin embargo, María no es la “madre” del Padre ni del Espíritu Santo. Tampoco es “madre de la Divinidad”. Sólo es Madre de Cristo, y por tanto, verdadera Madre de Dios.

María fue proclamada “Madre de Dios” por el Concilio Vaticano II en el siglo XX.

Comentario de algunos santos a este pasaje de la Escritura

De las homilías de san Bernardo, abad, sobre las excelencias de la Virgen Madre

“Oíste, Virgen, que concebirás y darás a luz a un hijo; oíste que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda tu respuesta, porque ya es tiempo que se vuelva al Señor que lo envió. También nosotros, los condenados infelizmente a muerte por la divina sentencia, esperamos, Señora, esta palabra de misericordia.

Se pone entre tus manos el precio de nuestra salvación; en seguida seremos librados si consientes. Por la Palabra eterna de Dios fuimos todos creados, y a pesar de eso morimos; mas por tu breve respuesta seremos ahora restablecidos para ser llamados de nuevo a la vida.

Esto te suplican, oh piadosa Virgen, el triste Adán, desterrado del paraíso con toda su miserable posteridad. Esto Abrahán, esto David, con todos los santos antecesores tuyos, que están detenidos en la región de la sombra de la muerte; esto mismo te pide el mundo todo, postrado a tus pies.

Y no sin motivo aguarda con ansia tu respuesta, porque de tu palabra depende el consuelo de los miserables, la redención de los cautivos, la libertad de los condenados, la salvación, finalmente, de todos los hijos de Adán, de todo tu linaje.

Da pronto tu respuesta. Responde presto al ángel, o, por mejor decir, al Señor por medio del ángel; responde una palabra y recibe al que es la Palabra; pronuncia tu palabra y concibe la divina; emite una palabra fugaz y acoge en tu seno a la Palabra eterna.

¿Por qué tardas? ¿Qué recelas? Cree, di que sí y recibe. Que tu humildad se revista de audacia, y tu modestia de confianza. De ningún modo conviene que tu sencillez virginal se olvide aquí de la prudencia. En este asunto no tema, Virgen prudente, la presunción; porque, aunque es buena la modestia en el silencio, más necesaria es ahora la piedad en las palabras.

Abre, Virgen dichosa, el corazón a la fe, los labios al consentimiento, las castas entrañas al Creador. Mira que el deseado de todas las gentes está llamando a tu puerta. Si te demoras en abrirle, pasará adelante, y después volverás con dolor a buscar al amado de tu alma. Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por la devoción, abre por el consentimiento.

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Aquí está -dice la Virgen- la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.

De los sermones de san Anselmo:

“¡Hoy mujer llena de gracia, sobreabundante de gracia, cuya plenitud desborda a la creación entera y la hace reverdecer! ¡Oh Virgen bendita, bendita por encima de todo, por tu bendición queda bendita toda criatura, no sólo la creación por el Creador, sino también el Creador por la criatura!

Dios entregó a María su propio Hijo, el único igual a él, a quien engendra de su corazón como amándose a sí mismo. Valiéndose de María, se hizo Dios un Hijo, no distinto, sino el mismo, para que realmente fuese uno y el mismo el Hijo de Dios y de María. Todo lo que nace es criatura de Dios, y Dios nace de María. Dios creó todas las cosas, se hizo a sí mismo mediante María; y, de este modo, volvió a hacer todo lo que había hecho. El que pudo hacer todas las cosas de la nada no quiso rehacer sin María lo que había sido manchado.

Dios es, pues, el padre de las cosas creadas; y María es la madre de las cosas recreadas. Dios es el padre a quien se debe la constitución del mundo; y María es la madre a quien se debe su restauración. Pues Dios engendró a aquel por quien todo fue hecho; y María dio a luz a aquel por quien todo fue salvado. Dios engendró a aquel sin el cual nada existe; y María dio a luz a aquel sin el cual nada subsiste.

¡Verdaderamente el Señor está contigo, puesto que ha hecho que toda criatura te debiera tanto como a él!”

3. El Catecismo de la Iglesia Católica [CEC 484-495]

I Concebido por obra y gracia del Espíritu Santo...

484 La anunciación a María inaugura la plenitud de "los tiempos"(Gal 4, 4), es decir el cumplimiento de las promesas y de los preparativos. María es invitada a concebir a aquel en quien habitará "corporalmente la plenitud de la divinidad" (Col 2, 9). La respuesta divina a su "¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?" (Lc 1, 34) se dio mediante el poder del Espíritu: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti" (Lc 1, 35).

485 La misión del Espíritu Santo está siempre unida y ordenada a la del Hijo (cf. Jn 16, 14-15). El Espíritu Santo fue enviado para santificar el seno de la Virgen

María y fecundarla por obra divina, él que es "el Señor que da la vida", haciendo que ella conciba al Hijo eterno del Padre en una humanidad tomada de la suya.

486 El Hijo único del Padre, al ser concebido como hombre en el seno de la Virgen María es "Cristo", es decir, el ungido por el Espíritu Santo (cf. Mt 1, 20; Lc 1, 35), desde el principio de su existencia humana, aunque su manifestación no tuviera lugar sino progresivamente: a los pastores (cf. Lc 2,8-20), a los magos (cf. Mt 2, 1-12), a Juan Bautista (cf. Jn 1, 31-34), a los discípulos (cf. Jn 2, 11). Por tanto, toda la vida de Jesucristo manifestará "cómo Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder" (Hch 10, 38).

Cuestiones a reflexionar-¿Por qué crees que Dios “pidió permiso” para entrar en la historia?-¿Qué diferencia observas entre Zacarías, el esposo de Isabel y padre de Juan el Bautista,

y María en su relación con el arcángel San Gabriel? -¿Por qué siendo María la “esclava del Señor” es, al mismo tiempo, la mujer más libre de

la historia?

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3ª SESIÓN: María, Virgen.• Oración:

o Señal de la cruzo Padre nuestroo Ave Maríao Gloria

1. Vídeo explicativo: http://www.youtube.com/watch?v=rBHWZNcU06w (Within Temptation, Forgiven)

Cuestiones previas-¿Qué sabes de la vida de José, el esposo de la Virgen? ¿Conoces algunas de sus palabras?-¿Qué son los evangelios “apócrifos”? ¿Conoces alguno? ¿Es verdad que la Iglesia los tiene

“bajo llave” para que no se desvele nada “inoportuno”?-¿Qué tiene que ver que María sea Virgen con Jesucristo? ¿Qué dicen los cristianos

evangélicos al respecto?

A. La Sagrada Escritura: (Mt 1, 18-25)

José asume la paternidad legal de Jesús.

18 El origen de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se

encontró encinta por obra del Espíritu Santo. 19 Su marido José, que era justo, pero no quería infamarla, resolvió repudiarla en

privado.20 Así lo tenía planeado, cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar

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contigo a María tu mujer porque lo engendrado

en ella es del Espíritu Santo.21 Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él

salvará a su pueblo de sus pecados.» 22 Todo esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta:

23 Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo,

y le pondrán por nombre Emmanuel,

que traducido significa: «Dios con nosotros». 24

Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a

su mujer.25 Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús.

7. Breve explicación:

José, el esposo de María, no dice una sola palabra en toda la Sagrada Escritura. Sin embargo, es apodado “el Justo” (cf. Mt 1, 19), es decir, aquél que se fía de Dios y cumple aquello que se le encomienda. José no es un hombre ñoño y anciano. La imagen de José como un hombre anciano con una vara seca en flor es una imagen que nos ha llegado por los escritos apócrifos (Protoevangelio de Santiago 9, 1. B.A.C. 148, MADRID 2003). Los apócrifos no son textos “malditos” que la Iglesia haya tratado de ocultar para que no se desvelen datos “comprometedores”. Son escritos cristianos que intentaron dar razón de los datos de los hechos de la vida de Jesús sobre los que no tenemos información, algunos con relatos que dan lugar a cierta fantasía. Los apócrifos están editados y al alcance de cualquiera (por ejemplo, en la Biblioteca de Autores Cristianos, 148, Madrid 2003).

Que María sea Virgen, es un dato más cristológico que mariológico. Tiene que ver más con quién es concebido en sus entrañas y cómo sucede, que con ella misma directamente. La Iglesia nunca ha dudado de este dato. ¿Por qué? Habría sido más fácil afirmar lo contrario, y, sin embargo, no lo hizo. ¿Por qué ha seguido aseverando la virginidad de María, entonces? Veamos lo que dice el Catecismo de la Iglesia.

B. El Catecismo de la Iglesia Católica [CEC 496-507]

La virginidad de María

496 Desde las primeras formulaciones de la fe (cf. DS 10-64), la Iglesia ha confesado que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso: Jesús fue concebido "absquesemine ex SpirituSancto" (Cc Letrán, año 649; DS 503), esto es, sin elemento humano, por obra del Espíritu Santo. Los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios el que ha venido en una humanidad como la nuestra:

Así, S. Ignacio de Antioquía (comienzos del siglo II): "Estáis firmemente convencidos acerca de que nuestro Señor es verdaderamente de la raza de David según la carne (cf. Rm 1, 3), Hijo de Dios según la voluntad y el poder de Dios (cf. Jn 1, 13), nacido verdaderamente de una virgen, ...Fue verdaderamente clavado por nosotros en su carne bajo Poncio Pilato ... padeció verdaderamente, como también resucitó verdaderamente" (Smyrn. 1-2).

497 Los relatos evangélicos (cf. Mt 1, 18-25; Lc 1, 26-38) presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas (cf. Lc 1, 34): "Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo", dice el ángel a José a propósito de María, su desposada (Mt 1, 20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías: "He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un Hijo" (Is 7, 14 según la traducción griega de Mt 1, 23).

498A veces ha desconcertado el silencio del Evangelio de S. Marcos y de las cartas del Nuevo Testamento sobre la concepción virginal de María. También se ha podido plantear si no se trataría en este caso de leyendas o de construcciones teológicas sin pretensiones históricas. A lo cual hay que responder: La fe en la concepción virginal de Jesús ha encontrado viva oposición, burlas o incomprensión por parte de los no creyentes, judíos y paganos (cf. S. Justino, Dial 99, 7; Orígenes, Cels. 1, 32, 69; entre otros); no ha tenido su origen en la mitología pagana ni en una adaptación de las ideas de su tiempo. El sentido de este misterio no es accesible más que a la fe que lo ve

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en ese "nexo que reúne entre sí los misterios" (DS 3016), dentro del conjunto de los Misterios de Cristo, desde su Encarnación hasta su Pascua. S. Ignacio de Antioquía da ya testimonio de este vínculo: "El príncipe de este mundo ignoró la virginidad de María y su parto, así como la muerte del Señor: tres misterios resonantes que se realizaron en el silencio de Dios" (Eph. 19, 1;cf. 1 Co 2, 8).

María, la "siempre Virgen"

499 La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María (cf. DS 427) incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre (cf. DS 291; 294; 442; 503; 571; 1880). En efecto, el nacimiento de Cristo "lejos de disminuir consagró la integridad virginal" de su madre (LG 57). La liturgia de la Iglesia celebra a María como la "Aeiparthenos", la "siempre-virgen" (cf. LG 52).

500 A esto se objeta a veces que la Escritura menciona unos hermanos y hermanas de Jesús (cf. Mc 3, 31-55; 6, 3; 1 Co 9, 5; Ga 1, 19). La Iglesia siempre ha entendido estos pasajes como no referidos a otros hijos de la Virgen María; en efecto, Santiago y José "hermanos de Jesús" (Mt 13, 55) son los hijos de una María discípula de Cristo (cf. Mt 27, 56) que se designa de manera significativa como "la otra María" (Mt 28, 1). Se trata de parientes próximos de Jesús, según una expresión conocida del Antiguo Testamento (cf. Gn 13, 8; 14, 16;29, 15; etc.).

501 Jesús es el Hijo único de María. Pero la maternidad espiritual de María se extiende (cf. Jn 19, 26-27; Ap 12, 17) a todos los hombres a los cuales, El vino a salvar: "Dio a luz al Hijo, al que Dios constituyó el mayor de muchos hermanos (Rom 8,29), es decir, de los creyentes, a cuyo nacimiento y educación colabora con amor de madre" (LG 63).

La maternidad virginal de María en el designio de Dios

502 La mirada de la fe, unida al conjunto de la Revelación, puede descubrir las razones misteriosas por las que Dios, en su designio salvífico, quiso que su Hijo naciera de una virgen. Estas razones se refieren tanto a la persona y a la misión redentora de Cristo como a la aceptación por María de esta misión para con los hombres.

503 La virginidad de María manifiesta la iniciativa absoluta de Dios en la Encarnación. Jesús no tiene como Padre más que a Dios (cf. Lc 2, 48-49). "La naturaleza humana que ha tomado no le ha alejado jamás de su Padre ...; consubstancial con su Padre en la divinidad, consubstancial con su Madre en nuestras humanidad, pero propiamente Hijo de Dios en sus dos naturalezas" (Cc. Friul en el año 796: DS 619).

504 Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María porque El es el Nuevo Adán (cf. 1 Co 15, 45) que inaugura la nueva creación: "El primer hombre, salido de la tierra, es terreno; el segundo viene del cielo" (1 Co 15, 47). La humanidad de Cristo, desde su concepción, está llena del Espíritu Santo porque Dios "le da el Espíritu sin medida" (Jn 3, 34). De "su plenitud", cabeza de la humanidad redimida (cf Col 1, 18), "hemos recibido todos gracia por gracia" (Jn 1, 16).

505 Jesús, el nuevo Adán, inaugura por su concepción virginal el nuevo nacimiento de los hijos de adopción en el Espíritu Santo por la fe "¿Cómo será eso?" (Lc 1, 34;cf. Jn 3, 9). La participación en la vida divina no nace "de la sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino de Dios" (Jn 1, 13). La acogida de esta vida es virginal porque toda ella es dada al hombre por el Espíritu. El sentido esponsal de la vocación humana con relación a Dios (cf. 2 Co 11, 2) se lleva a cabo perfectamente en la maternidad virginal de María.

506 María es virgen porque su virginidad es el signo de su fe "no adulterada por duda alguna" (LG 63) y de su entrega total a la voluntad de Dios (cf. 1 Co 7, 34-35). Su fe es la que le hace llegar a ser la madre del Salvador: "Beatiorest Maria percipiendofidem Christi quamconcipiendocarnem Christi" ("Más bienaventurada es María al recibir a Cristo por la fe que al concebir en su seno la carne de Cristo" (S. Agustín, virg. 3).

507 María es a la vez virgen y madre porque ella es la figura y la más perfecta realización de la Iglesia (cf. LG 63): "La Iglesia se convierte en Madre por la palabra de Dios acogida con fe, ya que, por la predicación y el bautismo, engendra para una vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios. También ella es virgen que guarda íntegra y pura la fidelidad prometida al Esposo" (LG 64).

Cuestiones a reflexionar-¿Es complicado explicarle a alguien que María es Virgen? ¿Es complicado entenderlo

uno mismo?-¿Conocías lo que dice el Catecismo? Si no lo has leído mejor que no digas nada…-¿Conoces algún dogma referido a la Virgen María? ¿Cuál ha sido el último? (Una pista:

fue en el año 1950 y lo proclamó el Papa Pío XII).

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4ª SESIÓN. ORACIÓN

• Exposición del Santísimo (siempre que se pueda).

• Canción: Ven, ven, Señor, no tardes (u otra similar de adoración)

• 1ª Lectura: Anuncio (Lc 1, 5-25). Predicación (Jn 1, 19-34; Lc 3, 1-20)

o Breve explicación

o Silencio

o Canción

• 2ª Lectura: La Anunciación (Lc 1, 26-36)

o Breve explicación

o Silencio

o Canción

• 3ª Lectura: La Concepción Virginal de María (Mt 1, 18-25)

o Breve explicación

o Silencio

o Canción

Puesta en común: es deseable que se deje un tiempo para poner en común todo lo reflexionado durante las cuatro sesiones.

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