Catequesis para Primaria · Se puede tener como símbolo principal un cuenco donde arda algodón...

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A) Primera parte 1. ¿Qué preparar? En una sala bien ambientada, luz en penumbra. Clima de silencio. Se tienen preparados unos trozos de plastilina para cada uno. Se puede tener como símbolo principal un cuenco donde arda algodón empapado en alcohol, como símbolo de la zarza ardiente; o, en su defecto, una vela con una llama grande. 2. Introducción: Cierren los ojos. Sean consciente de la respiración. Tomen conciencia de los apoyos de su cuerpo sobre el suelo, sobre la silla, la espalda de la silla, el peso de la ropa sobre su cuerpo, el peso de sus manos sobre sus piernas… Ahora, les vamos a vendar los ojos. 3. Fantasía: (hacemos lectura del siguiente relato) Un hombre fue a una barbería a cortarse el cabello y recortarse la barba. Como es cos- tumbre en estos casos, entabló una amena conversación con la persona que le atendía. Hablaban de tantas cosas y tocaron muchos temas. De pronto tocaron el tema de Dios, el barbero dijo: Catequesis para Primaria Los signos de la vocación Día del Seminario 2012 Pasión por el Evangelio

Transcript of Catequesis para Primaria · Se puede tener como símbolo principal un cuenco donde arda algodón...

  • A) Primera parte

    1. ¿Qué preparar?En una sala bien ambientada, luz en penumbra. Clima de silencio. Se tienen preparados unos trozos de plastilina para cada uno. Se puede tener como símbolo principal un cuenco donde arda algodón empapado en alcohol, como símbolo de la zarza ardiente; o, en su defecto, una vela con una llama grande.

    2. Introducción:Cierren los ojos. Sean consciente de la respiración. Tomen conciencia de los apoyos de su cuerpo sobre el suelo, sobre la silla, la espalda de la silla, el peso de la ropa sobre su cuerpo, el peso de sus manos sobre sus piernas… Ahora, les vamos a vendar los ojos.

    3. Fantasía: (hacemos lectura del siguiente relato)

    Un hombre fue a una barbería a cortarse el cabello y recortarse la barba. Como es cos-tumbre en estos casos, entabló una amena conversación con la persona que le atendía.

    Hablaban de tantas cosas y tocaron muchos temas. De pronto tocaron el tema de Dios, el barbero dijo:

    Catequesis para Primaria

    Los signos de la vocación

    Día del Seminario 2012

    Pasión por el Evangelio

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    –Fíjese, caballero, que yo no creo que Dios exista, como usted dice.....

    –¿Pero?, ¿por qué dice usted eso? –preguntó el cliente.

    –Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no existe. O..., dígame, ¿acaso si Dios existiera, habría tantos enfermos, habría niños abandonados, tanta pobreza?

    –Si Dios existiera no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad, yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas –dijo el barbero.

    El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión. El barbero terminó su trabajo y el cliente salió del negocio. Acababa de salir de la barbería cuando vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largo, al parecer hacía mucho tiempo que no se lo cortaba y se le veía muy desarreglado; entre sus manos tenía un cartel que ponía: ¡ayúdame, por favor! Entonces entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero:

    –¿Sabe una cosa? Los barberos no existen.

    –¿Cómo que no existen? –preguntó el barbero– si aquí estoy yo y soy barbero.

    –¡No! –dijo el cliente– no existen, porque si existieran no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre que va por la calle.

    –¡Ah!, los barberos sí existen, lo que pasa es que esas personas no vienen hacia mí.

    –¡Exacto! –dijo el cliente– ese es el punto: Dios sí existe, lo que pasa es que las personas no van hacia Él y no le buscan, por eso hay tanto dolor y miseria.

    Ahora te vamos a entregar un trozo de plastilina. Intenta modelar con él lo que has ima-ginado durante la narración del relato. Sé minucioso, cada detalle de lo que modeles puede decir una cosa, intenta expresar todos los matices de la experiencia.

    ¿Qué señales aparecen en la narración para que el cliente y el barbero hablen de Dios?

    ¿Está Dios presente en nuestra vida? ¿Cómo? ¿Cómo nos comportamos nosotros, clientes o barberos?

    Se les deja tiempo para que terminen de modelar. Se les sugiere que cuando terminen dejen sus modelos en la mesa. Se les pregunta cómo se sienten en ese momento.

    4. Momento para compartir la experiencia:

    Se les invita a que compartan sus respuestas y expliquen qué han modelado con su plastilina.

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    B) Segunda parte

    1. ¿Qué preparar?En una sala con pantalla, está preparada para proyectarse una escena de “El príncipe de Egipto”, en concreto la escena de la zarza ardiente.Tener buscado en la Biblia el relato de la “vocación de Moisés”.

    2. Introducción

    A veces los personajes de la Biblia nos parecen seres extraños, como personajes de un cuento bonito que nunca existió. Y, sin embargo, son personajes que se parecen mucho a nosotros; son como nosotros.

    Experimentaron las mismas dudas, las mismas ilusiones, los mismos fracasos y éxitos que nosotros. Esa es la fuerza que tiene la Biblia, que no cuenta cuentos, sino historias reales que le pueden pasar (y de hecho le pasan) a todo el mundo.

    Yo me pregunto, por ejemplo, si Moisés o Abrahán, o Jesús, hubieran tenido la oportuni-dad de hablar con el barbero de la narración que hemos escuchado antes, qué le hubie-ran respondido a ese señor. ¿Os gustaría saber alguna de sus respuestas?

    Dios busca señales en la vida, acontecimientos y momentos de la vida de las personas para hacerse presente. Vamos a ver una escena de la vida de Moisés, quizá la experiencia más importante que él tuvo.

    3. Proyección (duración del fragmento de vídeo: 10’ 39”)

    4. Explicación:

    Fijaos. Obviamente es una historia real, pero expresada de una manera simbólica. Quie-re decir que, como habéis hecho vosotros con la plastilina, lo más importante no es lo que ocurrió ni como ocurrió, sino cómo lo vivió Moisés.

    Vamos a tratar de analizar un poco la escena para que se comprenda.

    a) Dios suele revelarse en la vida cotidiana en hechos aparentemente intrascendentes, pero que nos revelan algo que no habíamos entendido hasta entonces.

    b) Cuando te acercas y te abres al misterio Dios suele hablar.

    c) Suele llamarte por el nombre, te conoce, sabe quién eres. Te ama tal cual eres, con ternura (percibir la voz femenina que hay debajo de la masculina).

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    d) Se suele presentar como Dios de tus padres, o sea, el Dios que siempre ha estado ahí, que está y que estará para siempre.

    e) Es un Dios que escucha el clamor de los que sufren, que atiende a las súplicas del hombre.

    f) Elige y manda a una misión que es más grande que tus propias fuerzas.

    g) El elegido suele reaccionar con impotencia, miedo, incapacidad.

    h) Dios da el bastón, da su fuerza para realizar sus prodigios. En realidad, es Él el que hace milagros a través de nuestra pobre colaboración, pero nunca sin nosotros.

    i) La experiencia hace ver las cosas de otra manera, provoca admiración y una profunda alegría. Redimensiona la propia vida cotidiana dándole un nuevo horizonte. Moisés era un pastor: tenía una buena vida, esposa, tranquilidad, pero era un pastor. Ahora se con-vertirá en el liberador de Israel.

    5. Oración personal

    Vamos ahora a leer el pasaje del libro del Éxodo donde se narra esta historia. Pero ahora lo que vamos a hacer es ponernos en el pellejo de Moisés. Donde debería aparecer su nombre haremos un silencio para pensar que somos nosotros los que aparecemos en el relato. Imagínate que eres tú el protagonista de esta historia.

    «Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián. Llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar al Horeb, la montaña de Dios.

    El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijo: la zarza ardía sin consumirse. Moisés se dijo: “Voy a acercame a mirar este espectáculo admira-ble, a ver por qué no se quema la zarza”.

    Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: “Moisés, Moi-sés”. Respondió él: “Aquí estoy”. Dijo Dios: “No te acerques, quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado”.

    Y añadió: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”. Moisés se tapó la cara, porque temía ver a Dios.

    El Señor le dijo: “He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas contra los opresores; conozco sus sufrimientos. He bajado a librarlo de los egipcios, a sacarlo de esta tierra, para llevarlo a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel, la tierra de los cananeos, amorreos, perizitas, heveos y jebuseos.

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    El clamor de los hijos de Israel ha llegado a mí y he visto cómo los tiranizan los egipcios. Y ahora marcha, te envió al faraón para que saques a mi pueblo, a los hijos de Israel”.

    Moisés replicó a Dios: “Quién soy yo para acudir al faraón o para sacar a los hijos de Israel de Egipto?”.

    Respondió Dios: “Yo estoy contigo; y esta es la señal de que yo te envío: cuando saques al pueblo de Egipto, daréis culto a Dios en esta montaña”» (Éx 3, 1-12).

    a) ¿Cómo te llamaría Dios?

    b) ¿Qué te pediría?

    c) ¿Quién te puede necesitar hoy? ¿Y en el futuro?

    d) ¿Qué tienes tú para dar?

    e) ¿Qué sentimientos surgen en ti?

    6. Dinámica

    Encima de la mesa encontrarás folios con una palabra escrita en cada uno de ellos. Se trata de distintos sentimientos. Probablemente alguno de ellos coincida con lo que has experimentado cuando has escuchado el relato de la vocación de Moisés.

    Elige aquel sentimiento con el que te sientas identificado. Lee lo que hay escrito detrás de cada folio y sigue las instrucciones.

    Sentimientos

    Detrás de cada uno de estos folios está escrito:

    1. No pasa nada por sentir lo que sientes. Se trata de convertir tu sentimiento en oración. Preséntale este sentimiento a Dios. Ofréceselo. Entabla un diálogo con Él, cuéntale por qué te sientes así, qué te gustaría sentir, cuál es la causa de ese sentimiento.

    MIEDO ANGUSTIA ESPERANZA AMORSEGURIDAD FRUSTRACIÓN FUERZA ILUSIÓN

    DECEPCIÓN INDIFERENCIA CONFUSIÓN

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    2. Pídele que te ayude a superarlo o a no defraudarlo.

    3. Agradece su cercanía

    4. ¿Qué puedes hacer tú para consolidar este sentimiento o para superarlo si es negativo?

    C) Tercera parte: celebración

    1. ¿Qué preparar?En la capilla está el cuenco con el algodón empapado en alcohol ardiendo; o, en su defecto, una vela que tenga una llama grande. Todos sentados alrededor de un trozo grande de papel continuo. Debe haber rotuladores preparados. En una mesa habrá un símbolo (cruz, vela, colgante, pulsera o cualquier símbolo institu-cional) para que después se pueda imponer a cada uno y que les recuerde el compromi-so que han hecho en la convivencia.

    2. Canto vocacional Antes de comenzar el rato de oración, podemos empezar cantando.

    3. Lectura: Jn 1, 35-42

    «Al día siguiente, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: “Este es el Cordero de Dios”. Los dos discípu-los oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: “¿Qué buscáis?”. Ellos le contesaron: “Rabí (que significa ‘Maestro’), ¿dónde vives?”. Él les dijo: “Venid y veréis”. Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día: era como la hora décima. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: “Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)”. Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)”».

    (Breve explicación de la lectura)

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    4. Momento para compartir

    Delante de la zarza ardiendo, que nos recuerda que Dios está aquí presente, marcando este momento con su amor y su presencia, vamos a intentar reafirmar de modo simbólico nuestro compromiso.

    Jesús está llamando a la puerta, quiere algo de nosotros pero no sabemos qué es. Es el momento de empezar a dar el primer paso, de empezar a comprometerse siendo su discípulo.

    Os invito a que, libremente, el que crea que tiene que dar el primer paso, salga al centro, ponga su pie en el papel continuo y dibuje la silueta de su planta en el papel. Luego pone su nombre. En ese momento os invitamos a que compartáis una conclusión del trabajo hecho hasta ahora, en forma de oración.

    (Mientras, podemos cantar)

    5. Oración final

    Algo nuevo, Señor, está naciendo en mí.Me siento diferente y vivo una aventura nueva.Siento que la vida brota en mí como un manantial,y una fuerza nueva me corre por las venas.

    Aquí estoy, Señor, lleno de vida, de entusiasmo.Aquí estoy, Señor, con ganas de superarme.Aquí estoy, Señor, y siento que la vida crece en mí.Y que mi corazón busca cosas que están en la cumbre.

    Yo deseo, Señor, la verdad. Quiero ser verdaderoy me molesta la mentira, la trampa, lo que no está claro.Yo deseo, Señor, ser sincero y transparentey no acepto las máscaras, las caretas, el doble juego.

    A veces, Señor, me siento contradictorio. Es verdad.Quiero ser generoso y siento que soy egoísta.Quiero compartir con los demás y me cierro en mí.Quiero ser amigo de todos y me gusta ser yo mismo.

    Señor, yo amo la verdad y la busco con valentía.Señor, yo amo la libertad y quiero ser libre.Señor, yo amo la justicia y me molestan las injusticias.Señor, yo amo el ser amigo y me duelen las traiciones.

    Señor, aquí estoy, ante el mundo de los mayores.A veces me siento abandonado, olvidado, solo.

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    A veces, Señor, desconfío de ellos y me duele.Otras veces, Señor, me margino, me quedo retraído y sufro.

    Yo siento en mí, Señor, ganas de ser puro, limpio.Siento en mí, Señor, ganas de hacer el bien.Yo siento en mí cuándo hago el bien y cuándo el mal.Y me siento incómodo cuando no obro el bien.

    Señor, ante todo, yo busco la amistad. La busco.Ante todo, Señor, yo quiero tener amigos. Lo necesito.Yo busco un amigo, un amigo verdadero y fielcon quien compartir mis cosas, mis ilusiones.

    Señor, yo busco el grupo. Quiero ser como una piña.Señor, yo busco los amigos. Quiero ser como una espiga.Señor, busco la amistad. Quiero ser como un racimo.Señor, quiero dar y recibir la amistad. Quiero ser amigo.

    Jesús, te busco a ti y quiero tu amistad.Jesús, creo que tu amistad es fiel, es verdadera.Jesús, es verdad que el amigo da la vida por el amigo.Jesús, tú has dado la vida por mí como amigo.

    Necesito, Jesús, la amistad de mis padres. La necesito.Necesito, Jesús, la amistad de mis profesores. La necesito.Necesito, Jesús, la amistad de mis compañeros. La necesito.Necesito, Jesús, tu amistad sincera. La necesito.

    Ahora, Jesús, que algo nuevo brota en mí. ¡Estoy cambiando!Ahora, Jesús, que quiero cosas grandes para mi vida.Ahora, Jesús, que necesito apoyo, fuerza de otros a mi lado.Ahora que todo es bello en mi vida, te necesito, amigo!.

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