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3. Categorfas eticas: accion, libertad, conciencia, valor y norma. Tell/a 3.1 La fuerza moral 3.2 Acto/ Actitud 3.3 Libertad 3.4 Conciencia 3.5 Valor moral 3.6 Norma moral A Ilfor 3.1.1 Aranguren 3.2. 1 Vidal 3.3.1 Vidal 3.4.1 Vidal 3.5.1 Vidal 3.6.1 Vidal - Libro => Etica => Diccionario de etica teol6gica => Diccionario de etica teol6gica => Diccionario de etica teol6gica => Diccionario de etica teol6gica => Diccionario de etica teol6gica

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Etica

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  • 3. Categorfas eticas: accion, libertad, conciencia, valor y norma.

    Tell/a

    3.1 La fuerza moral

    3.2 Acto/ Actitud

    3.3 Libertad

    3.4 Conciencia

    3.5 Valor moral

    3.6 Norma moral

    A Ilfor

    3.1.1 Aranguren

    3.2. 1 Vidal

    3.3.1 Vidal

    3.4.1 Vidal

    3.5.1 Vidal

    3.6.1 Vidal

    -

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    de las relaciones morales burgucsas cs ckj'lcio atds por una mo-ral colcctivista socialista. En cambia, valorcs morcles uc\::)itidos r. io largo de sigios -como ]a solidariclad, In

  • '.

    Unidad 3 Categorias elicas basicas 3.1.1 Fuerza moral

    Bibliografia: Sanchez (1981 ). Etica . Paginas (2 10-214). Espana: A lianza.

    Capitulo 10 LA FUERZA MORAL

    l-lcmos trntado de los aetas y hcmos de tratar de los hnbitos (vir-tudes y vieios) como objeto formal de la eticn . Perc entre los lInos y los atras sc cia una tercera clasc de fcn6menos . La vivcncia de un rlmor 0 de lIna esperanza no puede as imilarsc ni a la acci6n de elogiar a alguien ni al habita de decif la verdad .

  • EI objclO de III etica 211

    y en esta mutua interacci6n consistidan los sentimientos. La tcoria moderna de los sentimientos (procedente como se sabe de Tetens y Kant) ha surgido como reaccion justificada contra el sentido univocamente deteriorativo de la teoda de las pasiones, de la que en seguida hablaremos. El presente libto no es una obra de psicologia, pero probablemente, como pensaba la Escohlstica, puede afirmarse que se trata, no de actos simples, sino de fenomenos complejos.

    Estos fen6menos se diferencian de los habitos porque los sentimientos o vivencias no son dados, es decir, no pueden adquirirse voluntaria-mente, 31 menos par modo directo, aunque sr, a veces) suscitando las con-diciones animicas propicias; y adem as no son sostenibles) ni ~propiables, pueden irse 10 mismo que vinieron, Frente a ellos somas lJbres de mlly distinto modo a como somos libres en el ejercicio de los acto~ y en 13 constitucion de los habitos voluntarios.

    La palabra virtud significa, como se sabe, duerza, y verdadcra-mente las virtudes arraigadas en el alma constituyen lIna fuerza de esta para el bien. Perc ~de donde procede primariamente esa fuerza? El hombre no se divide en dos partes), como pen saba la psicologia antigua, una de las cuales gobierna desde fuera a la otra, bien poli{ica, bien desp6ticamente . La unidad del hombre es radical. Es la estructura incon-c1usa de los impulsos que exige la Iibertad, son las ferencias las qLle co-locan en la necesiclacl de la pre-ferenda. Por eso no es que ]a vida sen-sitiva puecia) ser gobernada), sino que inexorablemente tiene que serlo. En el hombre no hay posibilidad de vida -ni siquiera de esa vida que consiste en vivir, como suele clecirse, entregado a las pasiones- sin decision de Ia voluntad; esa misma ent rega a las pasiones es hecha) ne-cesita ser hecha, libremente por el hombre.

    Pero, recfprocamente, la /uerza de la voluntad no la saca esta de 51 misma, sino que procede del psiquismo. Como dice Zubiri, ]a volicion consiste en hacer un poden articulando ferencias y pre-fcrencias y con-duciendo las primeras con la fuerza que de elIas mismas procede. El es-quema psicobiologico circunscribe 10 que me es dado hacer; pero yo puedo formalizar y organizar ese esquema dinamico de un modo 0 de otto.

    Desde esta perspectiva se comprende bien el profundo error del es-toicismo, que pretendfa suprimir las pasiones I sin darse cuenta de que, si de verciad hubiese llevado a cabo esta pretension, en vez de conseguir la felicidad -que negativamente cifraba en clIo y positivamente en la \'irtud, pero entendfa esta como mera negacion de las pasiones, a"uOc;:w. y YipEp.{a, segun dijo ya Arist6teles- 10 que habria hecho es suprimir la fuerza, el impulso de la vida, extinguiendola. Santo Tomas se cia cuenta de clio, como se pone de relieve en el siguiente pasaje:

    Virtus cst homini naturalis secundum quamdam inchoationem: secundum vero n:lturam individui, in quantum ex corporis dispositione aliqui sunt dis-positi vel mclius \.e1 pcius ad quasdam virtutes, prout scilicet vires quaedam

    212 Etica

    serotsitivae actus. sunt. quarum~am partium corporis, ex quarum dispositione a~lUvantl!r vel Jmp~dlUntur. hUlUsf!1odi ~i~es in ~ujs actibus, et per consequens Vlfes ratIonales, qUlbus hUlUsmodl sens!tlvae Vlfes deserviunt 2.

    La v~rtud es, ~n cierto modo, incoactivamente natural al hombre. cEn que conslste.ese c!erto modo? Le es natural como disposicion, pero no me-ramente paslVa, smo como fuerza, impLllso, ferencia.

    En un erro! s~mej.a,nte al del estoicismo incide Kant cLlando opone e~ deber a.]a mclmaclOn. Perc si el deber, como hemos clicho, es un bien ~p~~plado y por tant? apropiable, no hay posibilidad psiquica de aprOpJaClOn como no sea utl11zando 1a energia de las inclinaciones aunque sea para derivarlas, ~onduci.end.o1as. por otros derroteros. Incl~so para luchar contra detefl:lmadas mclmaclOnes, es menester siempre movilizar y. fomentar otras, eXlstentes ya en cl alma, al menos incoactivamente. Par eJen:plo) para contrarrestar una tendencia desordenada al placer sexual es precIso apoya~se en Ia inclinaci6n, igualmente natural, a otro genero de go-ces no pecammosos) etc.

    La teoda clasica de las pasiones ha quedado indeleblemente marcada por el uni!ateral influjo del estoicismo. E1 nombre mismo, pasiones) 0 perturbaclOnes~>,. 10 esta diciendo asf. Por si la valoraci6n de las pasiones no quedase suflClentemente declarada con su nombre mismo Santo To-mas preci.s3 que la ~ra~smutaci6n en que ellas consisten m~gis propde habet. ra:lOn~m p~SStOnls cuando se hacc a peor que cuando se hacc a me}or . Sl segull110s 1eyendo y vemos que el arnor, la esperanza, la deleeta/io, el gaudiuIJI so~. estudiados entre elIas, comprendemos aquellas palabra~: EI Doctor Angelico se cia cuenta de que el amor, la esperanza, I,a alegnJ y el placer 110 SOli de suyo pasiones, pero Ja tradicion pesa sabre el y. no se d~Clde a. abancl.o~a.rl a. La psicologi3 tomista, aceptanclo Ia con-

    c~pCl6~ .

  • 1:1 objeto de la etica 211

    el hombre sea movido al bien no solo segun la voluntad, sino tambien segun el apetito sensitivo, de acuerdo con las palabras del Salmo: ({Cor meum et caro mea exultaverunt in Deum vivum .})

    Las pasiones no son, pues, malas, segun Santo Tomas. Es mas, pueden ser buenas siempre que sean moderadas y teguladas POt la tazon. Y pot eso hay una serie de virtu des 6 circa passiones}).

    La etica modema, a partir de los psic610gos ingleses de los si-glos XVII y XVlIl Y Pascal, y culminando en Max Scheler, es, al reves que Ia etica estoica en particular y la antigua en general, moral del senti-miento}) 7. Segun Scheler, Ia percepcion de los valores es de caracter emo-cional. Son los sentimientos intencionales los que nos descubren 10 va-lioso de Ia realidad. Scheler distingue cuatro ordenes de sentimientos : los sensibles, los corporales, los puramente animicos y los espirituales . El sen-timiento intencional eticamentc mas elevado es el amor s. Casi todos los partidarios de la erica de los valores considcran los sentimientos como el modo de aprehension de aquellos, si bien discrepan en su jerarqui2aci6n. ASl, per ejemplo, para Reiner, la esencia de la actitud eticamente buena no consiste tanto en el amor como en 1a donaci6n (

  • Acto

    Unidad 3 Categorias Micas basicas 3.2. 1 Acto/actitud

    Bibliografi a Vidal (2000). Diccionario de etica teol6gica. Espana: Verbo Divino.

    I . Precisiolles, EI acto moral es la cxprcsi6n concrcta )' pan.:i::d de Ia actitud (---+) y, median te esra, de Ia opcion !11JIc!amental (---+) .

    Es preciso comenzar consratando Ia existeneia de diversidad de aews, seglm su mayor 0 mcnor profundidad. En la vida del ?ombrc cxiste,~ : a) actos insrimivos" (

  • Actitud En torno a la Figura de actitud cncontramos distinros conceptos y usos

    que cOl1viene deslindar y pre-cisar. l ntroducid~ en 1a mor~1 desdc e!.:ampo de la psicolocria y de la sociologia, vicne a supbr con VCt1:JJ:s Ia [unclon que

    dcscmpeiiab~ en la moral tradicional d concepto de ,hab/to . H~blafC1~1Os, pues: de la noci6n gencrica de actirud; de la aC(J[U.d c~ pS,lcoiog':l )' sociologia; de la acritud moral y su cstructura; de sus nnphcacJOTlcs en la moral crisriana.

    1. Noeion generica. Del bajo btin ~(titlfdo y con resonancia d~l agere latino, el tennino castellano actilltd deslgna cl ~ se construye a partir de la psicologi:1, y b sociologia, Aparece como Figura nueva en b renova-cion de la erica) sllst itll ),cndo con \'t"nt,ljas a la clasica de los habilOS. de tan rica tradicion escolaslica, La nue\'J categorfa de aClilud pone mejor de relieve los aspectos e1110tiyos )' dt" ejecllcion, 13 dimen.!.ion de

  • Unidad 3 Categorias eticas basicas 3.3.1 Libertad

    Bibl iog rafia Vidal (2000). Diccionario de etica teol6gica. Espana: Verbo Divino.

    Libertad I. La tibertad: realidad fel lSional y dialectica. La libertad humana esti

    const ituida por elementos tensionales . Sc destaca la triple tension siguien-te:

    _ Se fiene libertac/ y sc es libre. No es 10 principal cl rener libertades; 10 decisivo es ser libn..'. La libcnad es, ante todo, un modo de scr (es la elegancia de la exisrctlcia hUfll:lna ; es el estilo.') del vi"ir hUn1.ano) . Sin embargo, el hecho de ser libre pos tula el tener hbcrrades (rehglo.sas, morales, estcticas, economicas, politicas, etc.); de otro modo, eI s

  • libertad I 353

    libertad que brinda la posibilidad de nuevos vinellios (Rom 6, 16-23). La libcrtad encra en funcion de otro valor mas grande: ]a caridad. Hermanos, habeis sido Ilamados a Ia libertad; pero cuidado con tomar]a libcrtad como pretexto para servir a Ia carne, antes servios unos a otros par la caridad, por cI amor (Gal 5, 13).

    La libertad cristiana consiste en com'crtirse en esda\"os por los dc-mas. Porque toda la ley se resume en este unico precepto : "Amads a ttl projimo como a tJ mlsmo.

    - Los cscritos de Juan tienen tambien una teologia profunda sobre ia libcrtad. "La verdad os had.libres (8, 33) . [n este dialogo de Jesus con los judios, e1 cvangelista afirma que la pretendida libertad de los judios no cs yerdadera; llnicamente es autentica la libenad que Olorga Cristo. Para conseguir est a libertad, es prerequisiro eseneial el que se crea en Cristo (8, 31). Al que reconoee esta verdad) (sc abre a b revelacion), a esc justamente Ie had libre la verdad (8, 32).

    EI pecado de Ia incredulidad (8, 24) les impidc a los judios llegar a scr libres; permanecen en Ia escbvitud (8, 34). A tra\cs de este pecado de incredulidad, se demucstran hijos del diab lo y nacidos en escla\itud . 50lamcnte Cristo puede ororgar la libertad. 5i cl Hijo os haec libres, sere is en realidad libm, (8, 36).

    - En fa carta de Santiago se habla de]a ,dc)" perfcctJ de libertad) (1, 2j; 2, 12). Con esta expn:sion se des igna cl estada en que St' e~cuentra el creyente que vive seglln cl evangelio. En 1 Pe 2, 16 se llama hbres a los fieles; pero ]a libertad no es un vclo que oculta h mald

  • Nostridad I 419

    inmediatO (visceral 0 premeditado), de descalificaci6n global 0 de enfrenta-miento continuo. Tampoco es correcta la relaci6n de una sumisa y acrltica obediencia.

    EI cristiano maduro aeepta la existencia de formulaciones normarins en la comunidad cristiana; sabe distinguir emre unas r orras por razon de su contexte historico y cultural, por Stl mayor 0 menor CCfeanla a la verdad rewlada, por b mayor 0 menor inteneion de vincular b coneieneia; analiza las razones r cohereneias que apoyan b normariv,l prOplleS[:l; busea el intercambio de opiniones y la correeta interpretacion en el dialogo comu-nira rio 0 interpersonal. Si realiza esee proeeso, de seguro eneontr,ml la relacion justa con las normas morales cfistianas. En cualquier caso, las normas morales quedan relativizadas para el cristiano desde la realidad de 1a ley interior (--+) 0 ley rllle1.Ja.

    BIBlIOGRAFIA: E. Perez, \ 'jda crijtimM Y 1I01'lll(lS hicas: EscrlfOs d ... 1 \ 'edat 1 (1972) 257-308; Percepejon de los va/ores y normatj.;.!(l erlC,I: Concllium n. 120 (1976); j. R. Flccha. Reflexion sabre las norm,:i morales: Salmantlcensis 27 (1980) 19;-210.

    Escanear0001.jpgEscanear0002.jpgEscanear0003.jpgEscanear0004.jpgEscanear0005.jpgEscanear0006.jpgEscanear0007.jpgEscanear0008.jpgEscanear0009.jpgEscanear0010.jpg