Catalanismo y anarquismo

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  • 7/29/2019 Catalanismo y anarquismo

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    Catalanismo y anarquismoLos promotores del manifiesto "Por una radicalizacin democrtica: Ms all del 25-N" responden al debate sobre elindependentismo en el anarcosindicalismo cataln abierto por un artculo anteriormente publicado en DIAGONAL.

    GERARDO PISARELLO Y JAUME ASENS.07/12/12.URL: https://www.diagonalperiodico.net/la-plaza/catalanismo-y-anarquismo.html

    El crecimiento del soberanismo en Catalunya ha generado un cierto desconcierto entre algunos activistassociales y personas que se consideran de izquierdas o libertarias. Para mucha gente proveniente de estossectores, el independentismo es un invitado incmodo, una invencin artificial que solo puede explicarse apartir de la irresistible capacidad hipntica de la derecha catalana. Una percepcin asentada en ciertostpicos historiogrficos que vinculan el catalanismo exclusivamente con la burguesa. De ah la reaccin,entre paternalista e irritada, cuando alguien sugiere que esta es una alternativa legtima incluso para

    personas que tambin se definen como de izquierdas o libertarias y que estn a favor del internacionalismo y de la solidaridad entre los de abajo. Algo de este enfado, precisamente, puede detectarse en el artculopublicado en DIAGONAL hace unos das por Mauricio Basterra, "seudnimo de un historiador madrileo delanarcosindicalismo".

    En el escrito de marras, el misterioso Basterra denuncia el descaro de algunas posiciones indepentistas onacionalistas la distincin no parece resultarle relevante que no dudaban en "manipular, malversar omalinterpretar" el pasado para "justificar posiciones presentes" El motivo de la acusacin? Una cita, en suopinin descontextualizada, del dirigente anarcosindicalista de Lleida, Salvador Segu, en la que esteaparecera aceptando o simpatizando con el independentismo. Los acusados? David Fernndez, cabeza delista de la independentista Candidatura dUnitat Popular (CUP) por Barcelona y, de manera ms indirecta, los

    autores de estas lneas.

    Segn Basterra, las frases protoindependentistas atribuidas a Segu estaran interesadamente desgajadas deun discurso ms amplio pronunciado por el Noi del Sucre en el Ateneo de Madrid, en octubre de 1919. En l,ste dejara claro que no haba cuestin catalana alguna y que para el proletariado la nica cuestin relevanteera la social, provocada por el capitalismo. En realidad, dice Basterra, el anarcosindicalismo nunca fuepartidario de la independencia, y "poner a Segu o a otros como referentes es meterse en un jardn difcil de

    justificar". Vedada por inverosmil toda raz obrera, Basterra invita a los independentistas a conformarse conalgunas distinguidamente pequeo-burguesas: Companys, Layret, Maci o.... Tarradellas.

    En realidad, la cuestin de los "palabras verdaderas" de Segu no es sencilla de elucidar. Segu no era un unidelogo, era un dirigente popular. Bsicamente expona sus ideas de forma oral o a travs de la prensa. Y lohaca siempre en funcin de la coyuntura, como corresponda a alguien con vocacin organizadora. Deldiscurso que pronunci en el Ateneo de Madrid existen, llamativamente, varias versiones sera interesantesaber de dnde proviene la de nuestro historiador . La cita de David Fernndez se corresponde con lareproducida, en cataln, por Pere Foix, amigo de Segu y militante de la CNT, en su libro Apstols i mercaders,publicado en su exilio montevideano en 1949. All, Segu critica duramente el nacionalismo de la burguesacatalana y sostiene que, de producirse la independencia, esta sera la primera en echarse atrs. A diferencia delos trabajadores, a quien "la independencia de nuestra tierra no nos da miedo, porque con ella ganaramosms de lo que perderamos".

    Se ha dicho que Foix que siendo anarcosindicalista lleg a acercarse en su momento a ERC tenda aexagerar el catalanismo del Segu. Es posible. Pero lo que no puede negarse es que este existiera. En trminos

    historiogrficos, es sabido que Segu, al igual que Foix y otros dirigentes anarcosindicalistas importantescomo Joan Peir el Noi del vidre frecuentaban de manera asidua grupos republicanos y catalanistas. Segu,por ejemplo, se reuna asiduamente con Companys y Layret que fueron abogados de rabassaires y de obreroscenetistas y llegaron a compartir crcel durante la dictadura de Primo de Rivera.

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    Ciertamente, Segu nunca hizo de la independencia su principal objetivo poltico como el propio Basterrareconoce, ni siquiera Companys era "independentista" en sentido estricto: cuando proclam la repblicacatalana lo hizo con el propsito de integrarla, en condiciones de igualdad, en una repblica federal espaola . Pero tampoco consideraba, ni mucho menos, que fuera el enemigo a batir. Por el contrario, para Segu, comopara buena parte de los anarcosindicalistas de su tiempo, una Catalunya liberada de la monarqua espaolapoda ser perfectamente amiga de todos los pueblos de la pennsula hispnica no en vano la CNT era una"confederacin" .

    Naturalmente, esto no quiere decir que todo el anarcosindicalismo tuviera vnculos igualmente intensos conel catalanismo, e incluso con algunas de sus expresiones partidarias. Lo tuvieron, de distinta manera,dirigentes que como Segu, Pestaa, Peir o Foix no vean con malos ojos la idea de crear un nuevo partidocon obreros organizados en los sindicatos de espritu bakuninista. Esta visin estratgica, por ejemplo, le

    vali a Segu severas reconvenciones por parte de sectores anarquistas puros. Fue acusado de"desviacionismo" y de "politicismo": una posicin muy criticada, de hecho, durante la hegemona de la FAI.Pero tambin le granje el reconocimiento de socialistas y de comunistas contrarios a Stalin. El catalanistaJordi Arquer, o el tambin dirigente del POUM, Joaqun Maurin, dieron buena muestra de ello. Maurin, dehecho, crea que la hegemona de la derecha catalana en la cuestin nacional sera pasajera, ya que en uncontexto de radicalizacin democrtica acabara pasando a manos de los trabajadores. De ah que fuerapartidario firme del derecho a la autodeterminacin de los pueblos incluida la secesin como condicin

    para cualquier unin posterior, libre y entre iguales.

    Si Basterra criticara a Segu desde posiciones similares a la de muchos anarquistas puros de su tiempo, nohabra nada que objetar. Lo que no es de recibo es hacer pasar al anarcosindicalismo in totum por unmovimiento ajeno a la cuestin nacional y doctrinariamente hostil a la independencia, cualquiera que sean lascircunstancias. Como bien ha sealado Benedict Anderson las relaciones entre anarquismo y luchas deliberacin nacional suelen ser complejas. En la Catalunya de inicios del siglo XX, muchos libertarios y libertarias vieron en la autodeterminacin una reivindicacin a la que no caba entregar, quizs, todas lasenergas pero tampoco oponerse por principio.

    Al igual que Companys y que muchos socialistas o comunistas catalanes, no pocos de ellos consideraban queuna repblica catalana a la que la gran patronal tena fundadas razones para temer poda ser uninstrumento para quitarse de encima a la monarqua y acercar a las clases trabajadoras ibricas. Ms de unsiglo despus, con la segunda restauracin borbnica tocada en su lnea de flotacin por la crisis capitalista,estas tendencias han evolucionado y se han transformado, pero no han desaparecido. Hoy tambin existen, nosolo en Catalunya sino adems en Euskadi o Galiza, personas que se consideran de izquierdas y libertarias. Y que entienden; uno, que la cuestin social y nacional no pueden separarse; y dos, que solo a partir delejercicio del derecho a decidir, en lo poltico y en lo econmico, ser posible articular una autnticasolidaridad entre las y los de abajo. Que algunos lo hagan desde posiciones independentistas, federalistas oconfederalistas, no quiere decir que asuman acrticamente las estructuras de Estado o el tipo de europesmoal que aspiran la derecha. Por el contrario, su punto de partida suele ser la apuesta de una institucionalidadalternativa a la existente, regida por algunos principios internacionalistas innegociables, como el rechazo detodo tipo de racismo, xenofobia y colonialismo.

    Si todo se ciera, como parece sugerir Basterra, a un avieso ejercicio de descontextualizacin de una frasepronunciada en 1919, costara entender que la CUP haya llevado como cabeza de lista por Tarragona a unmilitante de la CGT. Y que Diego Caamero, miembro del Sindicato Andaluz de Trabajadores, haya defendido,como orador en el mitin central de esta formacin en Barcelona, la necesidad de combinar la lucha contra elferoz capitalismo de nuestro tiempo con el respeto a la exigencia democrtica de autodeteminacin. O lapresencia y fuerza social de colectivos anarcoindependentistas como Negres Tempestes. Que esta no sea o nohaya sido histricamente la posicin de todas las corrientes anarcosindicalistas, no autoriza a eliminar lacomplejidad de la cuestin. Lo contrario sera, s, "manipulacin y malversacin" histrica. Ese pecado odiosoque nuestro camarada madrileo atribuye al nacionalismo cataln pero del que nadie, por muy libertario quese defina, est exento.