Caso Clinico Memoria

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CASO CLINICO SOBRE PROBLEMAS DE MEMORIA NOMBRE: Carol Dayana Jurado Castaño DOCENTE: Sandra Cárdenas. ASIGNATURA: Memoria, Motivación y Emoción. A continuación se presenta un caso clínico obtenido del libro “el hombre que confundió a su mujer con un sombrero” escrito por Oliver Sacks, esta historia es descrita en el primer capítulo del libro, titulado “pérdidas” y pertenece al caso dos. Primero se hará una breve introducción de la historia, posteriormente con el fin de respetar la esencia del libro, se presentará el capítulo textualmente, respetando lo que el autor quiso expresar. En primer lugar se debe mencionar el título de este capítulo, llamado “el marinero perdido”, y hacer hincapié en que la historia se desarrolla alrededor del Síndrome de Korsakov, (un tipo de síndrome de memoria retrógrada) el cual consiste básicamente en la pérdida de la memoria de episodios recientes, sin perder los eventos pasados. Ahora bien, “el marinero perdido” es un hombre de 49 años, quien había pertenecido a la marina en su juventud, pero por causas personales se dedicó al alcoholismo, lo cual lo llevó a un deterioro en su memoria, a tal punto que se quedó estancado

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trabajo académico, en el que se describe un trastorno de la memoria.

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CASO CLINICO SOBRE PROBLEMAS DE MEMORIANOMBRE: Carol Dayana Jurado CastaoDOCENTE: Sandra Crdenas.ASIGNATURA: Memoria, Motivacin y Emocin.

A continuacin se presenta un caso clnico obtenido del libro el hombre que confundi a su mujer con un sombrero escrito por Oliver Sacks, esta historia es descrita en el primer captulo del libro, titulado prdidas y pertenece al caso dos. Primero se har una breve introduccin de la historia, posteriormente con el fin de respetar la esencia del libro, se presentar el captulo textualmente, respetando lo que el autor quiso expresar. En primer lugar se debe mencionar el ttulo de este captulo, llamado el marinero perdido, y hacer hincapi en que la historia se desarrolla alrededor del Sndrome de Korsakov, (un tipo de sndrome de memoria retrgrada) el cual consiste bsicamente en la prdida de la memoria de episodios recientes, sin perder los eventos pasados. Ahora bien, el marinero perdido es un hombre de 49 aos, quien haba pertenecido a la marina en su juventud, pero por causas personales se dedic al alcoholismo, lo cual lo llev a un deterioro en su memoria, a tal punto que se qued estancado en una parte de su pasado, y de ah en adelante no fue capaz de recordar nada ms, a pesar de esto, an guardaba algo de brillantez para muchos otros aspectos de la vida.A continuacin se presenta la historia clnica tal y como la presenta el autor.

El marinero perdido (1)Hay que haber empezado a perder la memoria, aunque sea slo a retazos, para darse cuenta de que esta memoria es lo que constituye toda nuestra vida. Una vida sin memoria no sera vida... Nuestra memoria es nuestra coherencia, nuestra razn, nuestra accin, nuestro sentimiento. Sin ella, no somos nada... (Viene por fin la amnesia retrgrada, que puede borrar toda una vida, como le sucedi a mi madre)LUIS BUUEL

Este fragmento conmovedor y aterrador de las memorias de Buuel plantea interrogantes fundamentales... clnicos, prcticos, existenciales, filosficos: qu gnero de vida (si es que alguno), qu clase de mundo, qu clase de yo se puede preservar en el individuo que ha perdido la mayor parte de la memoria y, con ello, su pasado y sus anclajes en el tiempo? Estas palabras de Buuel me hicieron pensar en un paciente mo en el que se ejemplifican concretamente esos interrogantes: el encantador, inteligente y desmemoriado Jimmie G., que fue admitido en nuestra residencia de ancianos prxima a la ciudad de Nueva York a principios de 1975, con una crptica nota de traslado que deca: Desvalido, demente, confuso y desorientado. Jimmie era un hombre de buen aspecto, con una mata de pelo canoso rizado, cuarenta y nueve aos, de aspecto saludable, bien parecido. Era alegre, cordial, afable. Hola, doctor! dijo. Estupenda maana! Puedo sentarme en esta silla? Era una persona simptica, muy dispuesta a hablar y a contestar cualquier pregunta que le hiciesen. Me dijo su nombre, su fecha de nacimiento y el nombre del pueblecito de Connecticut donde haba nacido. Lo describi con amoroso detalle, lleg incluso a dibujarme un plano. Habl de las casas donde haba vivido su familia... an recordaba sus nmeros de telfono. Habl de la escuela y de su poca de escolar, de los amigos que haba tenido y de su especial aficin a las matemticas y a la ciencia. Habl con entusiasmo de su poca en la Marina, tena diecisiete aos, acababa de terminar el bachiller, cuando lo reclutaron en 1943. Dado su talento para la ingeniera era un candidato natural para la radiofona y la electrnica, y despus de un curso intensivo en Texas pas a ocupar el puesto de operador de radio suplente en un submarino. Recordaba los nombres de varios submarinos en los que haba servido, sus misiones, dnde estaban estacionados, los nombres de sus camaradas de tripulacin. Recordaba el cdigo Morse y an era capaz de manejarlo y de mecanografiar al tacto con fluidez. Una primera parte de la vida plena e interesante, recordada con viveza, con detalle, con cario. Pero sus recuerdos, por alguna razn, se paraban ah. Recordaba, y casi reviva, sus tiempos de guerra y de servicio militar, el final de la guerra, y sus proyectos para el futuro. Haba llegado a gustarle mucho la Marina, pens que podra seguir en ella. Pero con la legislacin de ayuda a los licenciados y el apoyo que poda obtener consider que le interesaba ms ir a la Universidad. Su hermano mayor estaba en una escuela de contabilidad y tena relaciones con una chica, una autntica belleza, de Oregn. Al recordar, al revivir, Jimmie se mostraba lleno de entusiasmo; no pareca hablar del pasado sino del presente, y a m me sorprendi mucho el cambio de tiempo verbal en sus recuerdos cuando pas de sus das escolares a su perodo en la Marina. Haba estado utilizando el tiempo pasado, pero luego utilizaba el presente... y (a m me pareca) no slo el tiempo presente formal o ficticio del recuerdo, sino el tiempo presente real de la experiencia inmediata. Se apoder de m una sospecha sbita, improbable. En qu ao estamos, seor G. ? pregunt, ocultando mi perplejidad con una actitud despreocupada. En cul vamos a estar, en el cuarenta y cinco. Por qu me lo pregunta? Luego continu: Hemos ganado la guerra, Roosevelt ha muerto, Truman est al timn. Nos aguarda un gran futuro. Y usted, Jimmie qu edad tiene?Su actitud era extraa, insegura, vacil un instante. Pareca estar haciendo clculos. Bueno, creo que diecinueve, doctor. Los prximos que cumpla sern veinte. Al mirar a aquel hombre de pelo canoso que tena ante m, tuve un impulso que nunca me he perdonado... era, o habra sido, el colmo de la crueldad si hubiese habido alguna posibilidad de que Jimmie recordase. Mire dije, y empuj hacia l un espejo. Mrese al espejo y dgame lo que ve. Es ese que lo mira desde el espejo un muchacho de diecinueve aos?Palideci de pronto, se aferr a los lados de la silla. Dios Santo cuchiche. Dios mo, qu es lo que pasa? Qu me ha sucedido? Ser una pesadilla? Estoy loco? Es una broma? Pareca frentico, aterrado. No se preocupe, Jimmie dije tranquilizndolo. Es slo un error. No hay por qu preocuparse. Venga! Lo llev junto a la ventana. Verdad que es un maravilloso da de primavera le dije. Ve aquellos chicos que hay all jugando al bisbol? Recuper el color y empez a sonrer y yo me escabull llevndome aquel espejo odioso. Volv dos minutos despus. Jimmie an segua junto a la ventana, mirando muy contento a los chicos que jugaban al bisbol abajo. Se volvi cuando abr la puerta y su expresin era alegre. Hola, doctor! dijo Bonita maana! Quiere usted hablar conmigo... Me siento en esta silla?No haba indicio alguno de reconocimiento en su expresin franca y abierta.No nos hemos visto antes, seor G. ? pregunt despreocupadamente.No, que yo sepa. Menuda barba que tiene. A usted no lo olvidara, doctor! Por qu me llama doctor? Bueno, lo es usted, no? S, pero si no nos hemos visto antes, cmo sabe que lo soy? Es que usted habla como un mdico. Se ve que es un mdico. Bueno, tiene usted razn, lo soy. Soy el neurlogo de aqu. Neurlogo? Vaya, tengo algn problema nervioso? Y dice usted aqu... dnde estamos? qu es este lugar? Precisamente iba a preguntrselo yo... dnde cree usted que est? Veo esas camas y esos pacientes por todas partes. A m me parece que esto es una especie de hospital. Pero, qu demonios, qu podra estar haciendo yo en un hospital... y con tanta gente mayor, mucho ms vieja que yo. Yo me encuentro bien, estoy fuerte como un toro. A lo mejor trabajo aqu... Trabajo aqu? Cul es mi trabajo?... No, mueve usted la cabeza, veo en sus ojos que no trabajo aqu. Si no trabajo aqu me han metido aqu. Soy un paciente y estoy enfermo y no lo s, doctor? Es una locura, da miedo... Es una broma en realidad? No sabe usted lo que pasa? No lo sabe usted de veras? Se acuerda de que me habl de su infancia, de que se cri en Connecticut, de que trabaj como radiotelegrafista en submarinos? No recuerda que me explic que su hermano tiene relaciones con una chica de Oregn? S, s, tiene usted razn en lo que dice. Pero eso no se lo cont yo, no le haba visto a usted en mi vida. Debe haber ledo cosas de m en mi ficha. Est bien dije. Le contar una historia. Un individuo fue a ver a su mdico quejndose de que tena fallos de memoria. El mdico le hizo unas cuantas preguntas de rutina y luego le dijo: Y esos fallos de la memoria, qu me dice de ellos? Qu fallos?, contest el paciente. As que se es mi problema dijo Jimmie, echndose a rer. Ya me pareca a m. A veces se me olvidan cosas, de vez en cuando... cosas que acaban de pasar. Sin embargo el pasado lo recuerdo claramente. Me permitir usted que le examine, que le haga unas pruebas ?Pues claro dijo afablemente. Lo que usted quiera. El resultado fue excelente en la prueba de inteligencia. Era de ingenio vivo, observador, de mentalidad lgica y no tena dificultades para resolver rompecabezas y problemas complejos... no tena dificultades, claro est, si se podan hacer de prisa. Si exigan mucho tiempo, se olvidaba de lo que estaba haciendo. Era rpido y bueno al tres en raya; a las damas, astuto y agresivo: me gan fcilmente. Pero con el ajedrez se perda... los movimientos eran demasiado lentos. Al examinar su memoria me encontr con una prdida extrema y sorprendente del recuerdo reciente, hasta el punto de que cualquier cosa que se le dijese o se le mostrase se le olvidaba al cabo de unos segundos. Por ejemplo, me quit el reloj, la corbata y las gafas, los puse en la mesa, los tap y le ped que recordase cada uno de estos objetos. Luego, despus de un minuto de charla, le pregunt qu era lo que haba tapado. No recordaba ninguno de los tres objetos... en realidad no se acordaba de que yo le hubiese pedido que recordase. Repet la prueba, en esta ocasin hacindole anotar los nombres de los tres objetos; se olvid de nuevo y cuando le ense el papel con lo que haba escrito l mismo se qued asombrado y dijo que no recordaba haber escrito nada, aunque reconoci que aqulla era su letra y luego capt un vago eco del hecho de que lo haba escrito. A veces retena recuerdos vagos, un confuso eco o sensacin de familiaridad. As, cinco minutos despus de que hubiese jugado al tres en raya con l, recordaba que un mdico haba jugado a aquello con l tiempo atrs... no tena ni idea de si ese tiempo atrs haba sido haca minutos o haca meses. Luego hizo una pausa y dijo: Podra haber sido usted?. Cuando le dije que haba sido yo pareci hacerle gracia. Este humor ligero y esta indiferencia eran muy caractersticos, lo mismo que las cavilaciones relacionadas a las que se entregaba al estar tan desorientado y perdido en el tiempo. Cuando le pregunt en qu poca del ao estbamos, mir a su alrededor buscando alguna clave (tuve la precaucin de quitar el calendario del escritorio) y dedujo aproximadamente la estacin mirando por la ventana. Al parecer no era que no lograse registrar los datos en la memoria sino que las huellas de la memoria eran sumamente fugaces y podan borrarse al cabo de un minuto, menos con frecuencia, sobre todo si concurran estmulos que compitiesen o que lo distrajesen, mientras que sus facultades intelectuales y perceptivas se mantenan y tenan un nivel bastante elevado.Jimmie posea los conocimientos cientficos de un bachiller inteligente, con una especial inclinacin hacia las matemticas y las ciencias. Se le daban muy bien los clculos aritmticos (y tambin algebraicos), pero slo si poda hacerlos a una velocidad vertiginosa. Si exigan varias etapas, demasiado tiempo, se olvidaba de dnde estaba, e incluso de la pregunta. Conoca los elementos, los comparaba, y dibuj la tabla peridica... pero omiti los elementos transurnicos.Est completa? pregunt cuando termin. Est completa y al da, seor, que yo sepa. No conoce ningn elemento que vaya despus del uranio? Bromea usted? Hay noventa y dos elementos, y el uranio es el ltimo.Hice una pausa y pas las hojas de un National Geographic que haba encima de la mesa.Dgame los planetas dije y algo acerca de ellos. Sin vacilar, muy seguro, enumer los planetas, me dijo sus nombres, me habl de su descubrimiento, de la distancia que haba entre cada uno y el sol, su masa aproximada, sus caractersticas, su gravedad.Qu es esto? le pregunt, ensendole una foto de la revista. Es la luna contest.No, no lo es contest. Es una foto de la tierra hecha desde la luna. Me toma usted el pelo, doctor! Tendran que haber subido una Oliver Sacks, cmara all!Pues claro. Demonios! Est usted de broma... Cmo iban a poder hacer algo as?A menos que fuese un actor consumado, un farsante que simulaba un asombro que no senta, esto era una demostracin absolutamente convincente de que an segua en el pasado. Sus palabras, sus sentimientos, su asombro inocente, su lucha por encontrar un sentido a lo que vea, eran sin duda las de un joven inteligente de los aos cuarenta enfrentado al futuro, a lo que an no haba sucedido y era escasamente imaginable. Esto, ms que ninguna otra cosa, escrib en mis notas, me convence de que su corte memorstico hacia 1945 es autntico... Lo que le mostr, y le dije, le produjo el asombro sincero que le habra producido a un joven inteligente de la poca anterior al Sputnik.Busqu otra foto en la revista y se la ense. Esto es un portaaviones dijo. Un modelo ultramoderno, desde luego. Nunca en mi vida he visto uno como ste. Cmo se llama? pregunt. Mir el pie de la foto, pareci sorprenderse muchsimo y dijo: El Nimitz! Pasa algo? Y tanto! contest con viveza. Yo conozco los nombres de todos los portaaviones y no s de ningn Nimitz... Hay un almirante Nimitz, desde luego, pero no tena noticia de que le hubiesen puesto su nombre a un portaaviones. Dej la revista con irritacin. Se notaba ya que estaba cansado, y un poco irritable y nervioso, bajo la presin constante de lo anmalo y lo contradictorio, y sus implicaciones aterradoras, que no poda eludir del todo. Yo le haba asustado ya, imprudentemente, y pens que era hora de poner fin a nuestra sesin. Nos acercamos de nuevo a la ventana y miramos hacia el campo de bisbol baado por el sol; ante aquella escena su expresin se suaviz, se olvid del Nimitz, de la foto del satlite, de los otros horrores y alusiones y se qued contemplando absorto el partido que jugaban los chicos abajo. Luego, lleg del comedor un aroma apetitoso, chasque la lengua, dijo La comida!, me sonri y se fue.Yo me qued all torturado por las emociones... era descorazonador, era absurdo, era profundamente desconcertante, pensar en su vida perdida en el limbo, disolvindose.Est, digamos, escrib en mis notas, aislado en un momento solitario del yo, con un foso o laguna de olvido alrededor... Es un hombre sin pasado (ni futuro), atrapado en un instante sin sentido que cambia sin cesar. Y luego, ms prosaicamente: El resto del examen neurolgico es completamente normal. Impresin: probable sndrome de Korsakov, debido a degeneracin alcohlica de los cuerpos mamilares. Mis notas eran una extraa mezcla de observaciones y datos, cuidadosamente detallados y especificados, con meditaciones irreprimibles sobre lo que podan significar aquellos trastornos, qu y quin era aquel pobre hombre y dnde estaba... si es que en realidad se poda hablar de una existencia, con aquella privacin tan absoluta de memoria o de continuidad. Segu especulando en estas notas y otras posteriores (nada cientficamente) en torno a un alma perdida, y a cmo establecer alguna continuidad, unas races, pues era un hombre sin races o enraizado slo en un pasado lejano.Bastara conectar... pero cmo poda conectar l, y cmo podamos ayudarle nosotros a hacerlo? Me atrevo a afirmar, escribi Hume, que no somos ms que un amasijo o coleccin de sensaciones diversas, que se suceden unas a otras con una rapidez inconcebible y que se hallan en un movimiento y en un flujo perennes. En cierto modo l haba quedado reducido a un yo humano... Yo no poda evitar imaginarme lo fascinado que se habra quedado Hume al ver encarnada en Jimmie su propia quimera filosfica, la tosca reduccin de un hombre a un mero flujo y un mero cambio desconectados, incoherentes. Quizs pudiese hallar orientacin y ayuda en la literatura mdica... una literatura que, por alguna razn, era principalmente rusa, desde la tesis original de Korsakov (Mosc, 1887) sobre este tipo de casos de prdida de memoria, que an se llama sndrome de Korsakov, hasta el libro de Luria Neuropsicologa de la memoria (cuya traduccin al ingls no apareci hasta un ao despus de que tuviese yo mi primer contacto con Jimmie). Korsakov escribi lo siguiente en 1887:Se altera casi exclusivamente el recuerdo de hechos recientes; parece como si las impresiones recientes desapareciesen ms de prisa, mientras que las impresiones de hace mucho se recuerdan correctamente, de manera que el paciente conserva casi intactos el ingenio, la agudeza mental y la inventiva.A estas parcas pero inteligentes observaciones de Korsakov se ha aadido todo un siglo de investigaciones posteriores, entre las que se destacan, por su profundidad y riqueza, las de Luria. Y, en versin de Luria, la ciencia se convierte en poesa y evoca el elemento pattico de la prdida radical. Estos pacientes presentan siempre graves trastornos en la organizacin de las impresiones de los acontecimientos y su sucesin en el tiempo, escribi. Debido a ello, pierden su experiencia integral del tiempo y empiezan a vivir en un mundo de impresiones aisladas. Ms tarde, como ya indic Luria, la desaparicin de las impresiones (y su desorganizacin) puede ampliarse hacia atrs en el tiempo: en los casos ms graves hasta acontecimientos relativamente lejanos, incluso.La mayora de los pacientes de Luria, tal como ste explica en su libro, tenan tumores cerebrales enormes y graves, que producan los mismos efectos que el sndrome de Korsakov, pero que ms tarde se extendan y solan ser mortales. Luria no incluy ningn caso de sndrome de Korsakov simple, basado en la destruccin autolimitada que describi Korsakov: destruccin neurolgica, causada por el alcohol en los cuerpos mamilares, pequeos pero importantsimos, mantenindose el resto del cerebro en perfecto estado. No haba, pues, un tratamiento complementario a largo plazo de los casos de Luria.A m me haba desconcertado profundamente, me haba llenado de dudas y hasta de recelos, en un principio, aquel corte aparentemente brusco en 1945, un punto, una fecha, que era tambin simblicamente tan determinada y precisa. Escrib la siguiente nota:Hay un gran espacio en blanco. No sabemos lo que pas entonces, o a continuacin... Hemos de rellenar esos aos perdidos, recurriendo a su hermano, o a la Marina, o a los hospitales en los que ha estado... Habr sufrido, quizs, algn enorme trauma en esa poca, algn trauma emotivo o cerebral enorme en el combate, en la guerra, que le haya afectado permanentemente desde entonces?... Fue la guerra su punto culminante, la ltima vez que estuvo realmente vivo, y ha sido su existencia a partir de entonces una larga decadencia? Le hicimos varias pruebas (electroencefalograma, exploraciones cerebrales), y no hallamos el menor rastro de lesin cerebral de gran envergadura, aunque las pruebas realizadas no pudiesen revelar una atrofia de los pequeos cuerpos mamilares. Recibimos informes de la Marina que indicaban que haba permanecido en el cuerpo hasta 1965, y que era por entonces plenamente competente. Luego recibimos un breve y desagradable informe del Bellevue Hospital, fechado en 1971, que deca que el paciente se hallaba totalmente desorientado... con un sndrome cerebral orgnico avanzado, debido al alcohol (se le haba diagnosticado por entonces cirrosis). De Bellevue lo enviaron a una pocilga asquerosa del Village, un supuesto hospital particular del que lo rescat en 1975 nuestra Residencia, sucio y muerto de hambre. Localizamos a su hermano, del que Jimmie deca siempre que estaba en la escuela de contabilidad y comprometido con una chica de Oregn. En realidad se haba casado con la chica de Oregn, se haba convertido en padre y abuelo y llevaba treinta aos trabajando como contable. Habamos albergado la esperanza de que su hermano aportase mucha informacin y apoyo emotivo, pero recibimos una carta suya que, aunque corts, era bastante parca. Se vea claramente leyndola (sobre todo leyendo entre lneas) que los hermanos no se haban visto apenas desde 1943, y haban seguido caminos distintos, en parte por vicisitudes de ubicacin y profesin y en parte por diferencias profundas (aunque no distanciadoras) de carcter. Al parecer Jimmie nunca haba sentado la cabeza, era un viva la Virgen y no dejaba de beber. En opinin de su hermano la Marina le proporcionaba un marco, una vida, y los problemas empezaron cuando la abandon, en 1965. Sin su anclaje y su marco habituales Jimmie haba dejado de trabajar, se haba desmoronado y haba empezado a beber en exceso. Haba sufrido luego cierto trastorno de la memoria, del tipo Korsakov, a mediados y sobre todo a finales de la dcada de los sesenta, aunque no tan grave no pudiese arreglrselas a su manera despreocupada. Pero el consumo de alcohol aument aun ms en 1970.Por las Navidades de ese ao, segn las informaciones de que dispona su hermano, haba perdido el control de una forma sbita y se haba hundido en un delirio dominado por la confusin y la angustia. Fue entonces cuando lo ingresaron en Bellevue. La agitacin y el delirio desaparecieron al cabo de un mes, pero le quedaron profundas y extraas lagunas en la memoria, o dficits, utilizando la jerga mdica. Su hermano lo visit por entonces (haca veinte aos que no se vean) y se qued horrorizado al ver que Jimmie no slo no lo reconoca sino que le deca: Basta de bromas! T eres tan viejo que podras ser mi padre. Mi hermano es una persona joven, que est estudiando en la escuela de contabilidad.Al recibir esta informacin, me qued an ms perplejo: Por qu no recordaba Jimmie sus ltimos aos en la Marina, por qu no recordaba y ordenaba sus recuerdos hasta 1970? Yo no saba por entonces que los pacientes de este tipo podan tener amnesia retroactiva (ver Postdata). Pienso cada vez ms, escrib por entonces, en la posibilidad de que haya un elemento de amnesia histrica o de fuga, de que est huyendo de algo que le parezca tan horrible que no se sienta capaz de recordarlo, y propuse que lo reconociese nuestra psiquiatra. El informe de sta fue exhaustivo y detallado; la revisin incluy una prueba de amital sdico, destinada a liberar cualquier recuerdo que pudiese estar reprimido. La doctora intent tambin hipnotizar a Jimmie, con la esperanza de evocar recuerdos reprimidos por histeria... esto suele resultar eficaz en casos de amnesia histrica. Pero la tentativa fracas porque a Jimmie no se lo poda hipnotizar, no porque tuviese resistencias, sino debido a su amnesia extremada, que le haca perder el hilo de lo que le deca la hipnotizadora. (El doctor M. Homonoff, que trabaj en el pabelln de amnesia del Hospital de Veteranos de Boston, me explica experiencias similares, y me comunica que cree que esto es absolutamente caracterstico de pacientes con sndrome de Korsakov, a diferencia de lo que sucede con pacientes de amnesia histrica.)No tengo sensacin o prueba alguna, escribi la psiquiatra, de dficit histrico o "simulado". El paciente carece de medios y de motivos para fingir. Los dficits de conducta son orgnicos, permanentes e incorregibles, aunque resulte asombroso que se remonten tan atrs.Dado que en su opinin el paciente se mostraba despreocupado... no manifestaba ninguna angustia especial... no planteaba ningn problema de control, nada poda hacer ella, ni poda ver ningn acceso o palanca teraputicos.Entonces yo, convencido como estaba de que se trataba en realidad de un sndrome de Korsakov puro, no complicado por otros factores, emotivos u orgnicos, escrib a Luria y le ped su opinin. En su contestacin me habl de su paciente Bel (3), al que la amnesia le haba borrado de forma retroactiva diez aos. Me deca que no vea motivo alguno por el que una amnesia retroactiva no pudiese retroceder dcadas o toda una vida, casi. Viene luego la amnesia retrgrada, escribe Buuel, la que puede borrar toda una vida. Pero la amnesia de Jimmie haba borrado, por la razn que fuese, el tiempo y el recuerdo, hasta 1945 (ms o menos) y luego se haba parado. De vez en cuando, recordaba algo sucedido mucho despus, pero el recuerdo era fragmentario y estaba desplazado en el tiempo. En una ocasin, al ver la palabra satlite en un titular de prensa, dijo tranquilamente que haba participado en un proyecto de seguimiento de un satlite cuando estaba en el navoChesapeake Bay, un fragmento de recuerdo procedente de principios o mediados de los aos sesenta. Pero su punto de ruptura se hallaba situado, a todos los efectos prcticos, a mediados (o finales) de los aos cuarenta, y todo lo recuperado posteriormente era fragmentario, inconexo.Esto era lo que le pasaba en 1975, y lo que le sigue pasando hoy, nueve aos despus.Qu podamos hacer? Qu debamos hacer? En un caso como ste, me escriba Luria, no hay recetas. Haga lo que su ingenio y su corazn le sugieran. Hay pocas esperanzas, puede que ninguna, de que se produzca una recuperacin de la memoria. Pero un hombre no es slo memoria.Tiene tambin sentimiento, voluntad, sensibilidad, yo moral... son cosas de las que la neuropsicologa no puede hablar. Y es ah, ms all del campo de una psicologa impersonal, donde puede usted hallar medios de conmoverlo y de cambiarlo. Y las circunstancias de su trabajo le facilitan eso especialmente, pues trabaja usted en una Residencia, que es como un pequeo mundo, completamente distinto de las clnicas e instituciones donde trabajo yo. Es poco lo que puede usted hacer neuropsicolgicamente, nada quizs; pero en el campo del Individuo, quizs pueda usted hacer mucho. Luria explicaba que su paciente Kur mostraba una extraa timidez, en la que se mezclaban la desesperanza y una rara ecuanimidad. No tengo ningn recuerdo del presente, deca Kur. No s lo que acabo de hacer ni de dnde vengo en este momento... Puedo recordar muy bien mi pasado pero no tengo ningn recuerdo de mi presente. Cuando le preguntaron si haba visto alguna vez a la persona que estaba examinndolo, dijo: No puedo decir ni que s ni que no, no puedo ni afirmar ni negar que lo haya visto a usted. Esto mismo le suceda a veces a Jimmie; y Jimmie, como Kur, que permaneci varios meses en el mismo hospital, empez a estructurar un sentido de la familiaridad; poco a poco aprendi a desenvolverse por la casa, aprendi la ubicacin del comedor, de su propia habitacin, de los ascensores, de las escaleras, y reconoca, en cierta medida, a algunos de los miembros del personal, aunque los confundiese, y quizs tuviese que hacerlo as, con gente del pasado.Pronto le tom cario a la monja de la Residencia; identificaba su voz, sus pisadas, inmediatamente, pero deca siempre que haba sido condiscpula suya en el Instituto de Secundaria, y le chocaba muchsimo que yo me dirigiese a ella llamndola hermana. Caramba! dijo un da es absolutamente increble. Jams me habra imaginado que acabaras siendo una religiosa, hermana!Desde que ingres en nuestra Residencia (es decir, desde principios de 1975) Jimmie nunca ha sido capaz de identificar coherentemente a nadie de ella. La nica persona a la que verdaderamente identifica es a su hermano, cuando viene de Oregn a visitarlo. Resulta profundamente conmovedor y emotivo presenciar estos encuentros, los nicos contactos verdaderamente emotivos que tiene Jimmie. Quiere a su hermano, lo identifica, pero no puede entender por qu parece tan viejo: Supongo que es que hay personas que envejecen muy de prisa dice. En realidad su hermano aparenta bastantes menos aos de los que tiene, y su cara y su constitucin son de las que cambian poco con los aos. Son verdaderos encuentros, la nica conexin entre pasado y presente con que cuenta Jimmie, pero no le aportan ningn sentido de historia o de continuidad.Si algo ponen de manifiesto (al menos para su hermano y para los dems que los ven juntos) es el hecho de que Jimmie an vive, fosilizado, en el pasado.Todos tenamos al principio grandes esperanzas de poder ayudarle: era tan agradable, tan amable, tan simptico, tan inteligente, costaba creer que fuese un caso perdido. Pero ninguno de nosotros haba visto nunca, ni haba imaginado siquiera, que la amnesia pudiera tener un poder tal, la posibilidad de un pozo en el que todo, todas las experiencias, todos los sucesos, se hundiesen hasta profundidades insondables, un agujero sin fondo en la memoria que se tragase el mundo entero.Yo propuse la primera vez que lo examin que escribiese un diario, pens que haba que animarlo a tomar notas diarias de sus experiencias, sus sentimientos, pensamientos, recuerdos, reflexiones. Tales tentativas se vieron frustradas, al principio, porque perda continuamente el cuaderno: haba que fijarlo a su persona... de alguna manera. Pero esto no dio resultado tampoco: escriba un breve diario, pero no era capaz de identificar lo que haba escrito antes en l. Identifica su letra, el estilo, y siempre se queda asombrado al descubrir que ha escrito algo el da anterior.Asombrado, e indiferente, pues era un hombre que, en realidad, no tena da anterior. Sus notas eran inconexas e inconectables y no podan proporcionarle ningn sentido de tiempo o de continuidad. Adems eran triviales (Huevos de desayuno, Vi el partido en la tele) y no rozaban nunca las profundidades. Pero haba profundidades en aquel hombre desmemoriado, profundidades con una continuidad de pensamiento y de sentimiento, o haba quedado reducido a una especie de estupidez humana, una mera sucesin de impresiones y acontecimientos desconectados?Jimmie se daba cuenta y no se la daba a la vez de esta prdida interior trgica y profunda, prdida de s mismo. (Si un hombre ha perdido una pierna o un ojo, sabe que ha perdido una pierna o un ojo; pero si ha perdido el yo, si se ha perdido a s mismo, no puede saberlo, porque no est all ya para saberlo.) As que yo no poda interrogarlo intelectualmente sobre estas cuestiones.Al principio lo haba desconcertado el hecho de verse entre pacientes, siendo as que, segn deca, l no se senta mal. Pero cmo se senta? nos preguntbamos. Tena una constitucin robusta y estaba en buena forma fsica, posea una especie de energa y de fuerza animal, pero mostraba tambin una inercia, una pasividad, y (todos lo subrayaban) una despreocupacin extraas; nos produca a todos una sensacin abrumadora de que faltaba algo, aunque aceptaba esto, si es que se daba cuenta de ello, tambin con una despreocupacin extraa. Un da le ped que me hablase no sobre su memoria o sobre su pasado, sino sobre los sentimientos ms simples y ms elementales: Cmo se siente?Cmo me siento repiti y se rasc la cabeza. No puedo decir que me sienta mal. Pero no puedo decir que me sienta bien. No puedo decir que me sienta de ninguna manera. Es usted desgraciado? continu. No puedo decir que lo sea. Disfruta de la vida? No puedo decir que disfrute... Vacil, con miedo a estar yendo demasiado lejos, a estar desnudando a un hombre hasta dejar al descubierto alguna desesperacin oculta, inadmisible, insoportable. No disfruta usted de la vida repet, un poco titubeante. Cmo se siente usted, entonces, respecto a la vida? No puedo decir que sienta nada. Pero se siente usted vivo? Que si me siento vivo? En realidad no. Hace muchsimo tiempo que no me siento vivo. La expresin era de una resignacin y una tristeza infinitas.Posteriormente, despus de advertir sus aptitudes para los rompecabezas y los juegos rpidos, el placer que le proporcionaban y su capacidad para fijarlo, al menos mientras duraban, y para facilitar, durante un rato, una sensacin de camaradera y de competicin (no se haba quejado de soledad, pero pareca tan solo; nunca expresaba tristeza, pero pareca tan triste) propuse que lo incluyesen en los programas recreativos de la Residencia. Esto funcion mejor... mejor que el diario. Se involucraba intensa y brevemente en los juegos, pero pronto dejaron de significar un reto: resolva todos los rompecabezas, y era capaz de resolverlos fcilmente; y era muchsimo mejor y ms hbil que los dems en los juegos. En cuanto descubri esto, volvi a mostrarse inquieto e irritable y empez a vagar por los pasillos, nervioso, aburrido, con una sensacin de ridculo: los rompecabezas y los juegos eran para nios, una diversin. l quera, clara y apasionadamente, tener algo que hacer: quera hacer, ser, sentir... y no poda; quera sentido, quera una finalidad... en palabras de Freud: Trabajo y amor. Era capaz de hacer un trabajo normal? Segn su hermano se haba desmoronado cuando haba dejado de trabajar en 1965. Haba dos cosas que dominaba con sorprendente perfeccin: el alfabeto morse y la mecanografa al tacto. Nada podamos hacer con el morse, salvo que le inventsemos una utilidad; pero un buen mecangrafo nos vena bien, si era capaz de desplegar su antigua pericia: y esto sera trabajo de veras, no un simple juego. Jimmie recuper enseguida su destreza con la mquina de escribir y lleg a hacerlo muy de prisa (despacio no poda) y hall en ello, en parte, el estmulo y la satisfaccin de un trabajo. Pero an segua siendo una tarea superficial; era algo trivial, no llegaba a las profundidades. Y lo que mecanografiaba, lo mecanografiaba mecnicamente (no poda fijar el pensamiento), las breves frases se sucedan unas a otras en un orden que no tena sentido. Uno tenda a hablarle, instintivamente, como si se tratase de una baja espiritual... un alma perdida: era posible realmente que la enfermedad lo hubiese desalmado? Ustedes creen que tiene alma? les pregunt una vez a las monjas. Se escandalizaron con aquella pregunta, pero entendan muy bien por qu se las haca. Vaya a ver a Jimmie en la capilla, me dijeron, y juzgue usted mismo. Lo hice y qued conmovido, profundamente conmovido e impresionado, porque vi entonces una intensidad y una firmeza de atencin y de concentracin que no haba visto nunca en l y de la que no lo haba credo capaz. Lo observ un rato arrodillado, le vi comulgar y no pude dudar del carcter pleno y total de aquella comunin, la sincronizacin perfecta de su espritu con el espritu de la misa. Plena, intensa, quedamente, en la quietud de la atencin y la concentracin absoluta, entr y particip en la sagrada comunin. Estaba plenamente fijado, absorbido por un sentimiento. No haba olvido, no haba sndrome de Korsakov entonces, ni pareca posible o concebible que lo hubiese; porque no estaba ya a merced de un mecanismo defectuoso y falible (el de las secuencias sin sentido y los vestigios de memoria) sino que estaba absorto en un acto, un acto de todo su ser, que aportaba sentimiento y sentido en una unidad y una continuidad orgnicas, una continuidad y una unidad tan inconstiles que no podan admitir la menor quiebra.Era evidente que Jimmie se encontraba a s mismo, encontraba continuidad y realidad en el carcter absoluto del acto y de la atencin espiritual. Las monjas tenan razn: all hallaba su alma. Y la tena Luria, cuyas palabras record entonces: Un hombre no es slo memoria. Tiene sentimiento, voluntad, sensibilidad, yo moral... Es ah... donde puede usted conmoverlo y producir un cambio profundo. La memoria, la actividad mental, la mente slo, no poda fijarlo; pero la accin y la atencin moral podan fijarlo plenamente.Pero quizs moral sea un trmino demasiado limitado... porque en aquello se incluan tambin lo esttico y lo dramtico. Ver a Jimmie en la capilla me abri los ojos a otros campos donde se convoca al alma y se la fija y apacigua en atencin y comunin. La msica y el arte provocaban la misma intensidad de atencin y de absorcin: comprob que l no tena ningn problema para seguir la msica o piezas dramticas sencillas, porque cada instante de msica y arte contiene otros instantes, remite a ellos. Le gustaba la jardinera, y se haba hecho cargo de algunas tareas en nuestro jardn. Al principio el jardn le pareca nuevo todos los das, pero por alguna razn acab hacindosele ms familiar que el interior de la Residencia. Ya no se senta perdido o desorientado en el jardn casi nunca; yo creo que lo estructuraba basndose en otros jardines amados y recordados de su juventud en Connecticut. Jimmie, tan perdido en el tiempo espacial extensional, estaba perfectamente organizado en el tiempo intencional bergsoniano; lo fugaz, insostenible como estructura formal, era perfectamente estable, se sostena perfectamente, como arte o voluntad. Adems haba algo que persista y que sobreviva. Si bien lo fijaba brevemente una tarea o un rompecabezas, un juego o un clculo, por el estmulo puramente mental, se desmoronaba en cuanto terminaba esa tarea, en el abismo de su nada, su amnesia. Pero si se trataba de una atencin emotiva y espiritual (la contemplacin de la naturaleza o el arte, or msica, asistir a misa en la capilla) la atencin, su talante, su sosiego, persista un rato, as como una introspeccin y una paz que raras veces mostr por lo dems en su perodo de estancia en la Residencia, quizs ninguna. Hace ya nueve aos que conozco a Jimmie y neurolgicamente no ha cambiado en absoluto. An tiene un sndrome de Korsakov gravsimo, devastador, es incapaz de recordar cosas aisladas ms de unos segundos y tiene una profunda amnesia que se remonta hasta 1945. Pero humana y espiritualmente es a veces un hombre completamente distinto, no se siente ya agitado, inquieto, aburrido, perdido, se muestra profundamente atento a la belleza y al alma del mundo, sensible a todas las categoras estticas, a lo moral, lo religioso, lo dramtico. La primera vez que le vi me pregunt si no estara condenado a una especie de espuma humana, una agitacin carente de sentido sobre la superficie de la vida, y si habra algn medio de trascender la incoherencia de su enfermedad humeana. La ciencia emprica me deca que no... pero la ciencia emprica, el empirismo, no tiene en cuenta al alma, no tiene en cuenta lo que constituye y determina el yo personal. Quizs haya aqu una enseanza filosfica adems de una enseanza clnica: que en el sndrome de Korsakov o en la demencia o en otras catstrofes similares, por muy grandes que sean la lesin orgnica y la disolucin humeana, persiste la posibilidad sin merma de reintegracin por el arte, por la comunin, por la posibilidad de estimular el espritu humano: Y ste puede mantenerse en lo que parece, en principio, un estado de devastacin neurolgica sin esperanza.

PostdataAhora s ya que la amnesia retroactiva es, hasta cierto punto, muy comn, quizs universal, en casos de sndrome de Korsakov. El sndrome de Korsakov clsico (una devastacin de la memoria profunda y permanente pero pura, debida a destruccin alcohlica de los cuerpos mamilares) es rara, incluso entre bebedores inveterados. Se puede detectar, por supuesto, el sndrome de Korsakov con otras patologas, como en los pacientes con tumores de Luria. Un caso especialmente fascinante de un sndrome de Korsakov agudo (y por fortuna pasajero) apareci bien descrito hace muy poco en la llamada Amnesia Global Transitoria (AGT), asociada con jaquecas, lesiones en la cabeza o riego sanguneo deficiente del cerebro. En este caso puede producirse, durante unos minutos o durante horas, una amnesia grave y singular, aunque el paciente pueda seguir conduciendo un coche o incluso desempeando sus tareas como mdico o como editor, de un modo mecnico. Pero bajo esta fluidez aparente hay una amnesia profunda, de tal modo que cada frase que se dice se olvida en cuanto se dice, se olvida todo a los pocos minutos de verlo, aunque puedan conservarse perfectamente rutinas y recuerdos bien asentados. (El doctor John Hodges, de Oxford, ha hecho recientemente, en 1986, unos videos muy notables de pacientes durante ataques de AGT.)Adems, puede haber en estos casos una amnesia retroactiva profunda. Mi colega el doctor Len Protass me explic un caso del que fue testigo recientemente: un hombre muy inteligente que fue incapaz durante varias horas de recordar a su mujer y a sus hijos, de recordar que tena esposa e hijos. Perdi, en realidad, treinta aos de su vida... aunque, por fortuna, slo por unas horas. La recuperacin es rpida y completa en estos ataques... pero los pequeos ataques son, en cierto modo, ms horribles porque pueden anular o borrar del todo dcadas de vida vivida intensamente, muy fructfera, muy bien memorizada. Lo peculiar es que el horror slo lo sienten los dems: el paciente, inconsciente, amnsico a su amnesia, puede seguir con lo que est haciendo, tan tranquilo, y no descubrir hasta despus que perdi no slo un da (como es frecuente en los apagones alcohlicos normales), sino media vida, y que no se dio cuenta. El hecho de que uno pueda perder la mayor parte de la vida causa un extrao horror.En la edad adulta, la vida, la vida superior, puede terminar prematuramente por ataques, senilidad, heridas o lesiones cerebrales, etctera, pero suele conservarse la conciencia de la vida vivida, del propio pasado. Esto suele considerarse como una compensacin: Al menos viv plenamente, saboreando la vida en su plenitud, antes de sufrir el ataque, la lesin cerebral, etctera. Este sentido de la vida vivida antes, que puede ser un consuelo o un tormento, es precisamente lo que desaparece en la amnesia retroactiva. La amnesia retroactiva, que puede borrar toda una vida, de que hablaba Buuel, puede llegar, quizs, con una demencia irreversible, pero no, segn mi experiencia, sbitamente, como consecuencia de un ataque. Hay sin embargo un tipo de amnesia diferente, aunque comparable, que puede producirse de sbito... diferente porque no es global sino de modalidad especfica.As, en el caso de un paciente que estaba a mi cuidado, una trombosis repentina de la circulacin posterior del cerebro produjo la muerte inmediata de las zonas visuales del cerebro. Debido a ello el paciente se qued completamente ciego... pero no lo saba. Pareca ciego... pero no formulaba ninguna queja. Las preguntas y pruebas, mostraron, de modo irrefutable, que no slo estaba central o corticalmente ciego, sino que haba perdido todos los recuerdos e imgenes visuales, los haba perdido completamente... sin embargo no tena sensacin de haber perdido nada.En realidad, haba perdido la idea misma de ver... y no slo era incapaz de describir visualmente sino que se quedaba perplejo cuando yo utilizaba palabras como ver y luz. Se haba convertido, en resumen, en un ser no visual. Le haba sido arrebatada, en realidad, toda su vida de visin, de visualidad. Haba quedado borrada toda su existencia visual... y borrada de modo permanente desde el mismo momento del ataque. Esta amnesia visual y, digamos, ceguera a la ceguera, amnesia a la amnesia, es en realidad un sndrome de Korsakov total limitado a lo visual. Una amnesia an ms limitada, pero no menos total, es la que puede aparecer en relacin con determinadas formas de percepcin, como en el captulo anterior, El hombre que confundi a su mujer con un sombrero.Haba en ese caso una prosopagnosia, o agnosia a las caras, absoluta.Este paciente no slo era incapaz de identificar caras, sino tambin de imaginarlas o recordarlas... en realidad haba perdido la idea misma de cara, lo mismo que ese otro paciente mo ms afectado an haba perdido las ideas mismas de ver y de luz. Antn describi estos sndromes en la dcada de 1980. Pero lo que implican estos sndromes (el de Korsakov y el de Antn), lo que entraan y deben entraar para el mundo, las vidas, las identidades de los pacientes afectados, eso apenas si ha sido abordado, ni siquiera hoy en da.En el caso de Jimmie, nos habamos preguntado a veces cmo reaccionara si regresaba a su pueblo natal (en realidad, a su etapa pre amnsica) pero el pueblecito de Connecticut se haba convertido con los aos en una activa ciudad. Ms tarde tuve ocasin de ver lo que poda suceder en tales circunstancias, si bien con otro paciente con el sndrome de Korsakov, Stephen R., que se haba puesto gravemente enfermo en 1980 y cuya amnesia retroactiva slo abarcaba unos dos aos. Con este paciente, que tena tambin ataques graves, espasmos y otros problemas que exigieron internacin, las raras visitas de fin de semana a su casa revelaron una situacin pattica. En el hospital no poda reconocer a nadie ni reconocer nada, y se hallaba sumido en un frenes casi incesante de desorientacin. Pero cuando su esposa se lo llev a casa, a su casa que era en realidad una cpsula temporal de su poca pre amnsica, se sinti instantneamente en el hogar. Lo reconoci todo, dio unas palmaditas al barmetro, comprob el termostato, ocup su butaca favorita como sola hacer. Hablaba del barrio, de las tiendas, del bar de la calle, de un cine prximo, tal como haban sido a mediados de los aos setenta. Le incomodaba y le desconcertaba que se hubiesen introducido cambios en su casa, aunque fuesen mnimos. (Has cambiado las cortinas hoy!, dijo una vez enfadado a su esposa. Cmo es eso? As, de golpe. Esta maana eran verdes. (Pero no haban sido verdes desde 1978. ) Identificaba la mayora de las casas y tiendas del barrio, que haban cambiado poco entre 1978 y 1983, pero le desconcertaba la reubicacin del cinema (cmo pudieron echarlo abajo y levantar un supermercado de la noche a la maana?). Identificaba a amigos y vecinos, pero le chocaba encontrarlos ms viejos de lo que esperaba (Hay que ver, Fulanito! Cmo se le nota la edad. Nunca me haba fijado. Cmo es posible que se le note tanto la edad a todo el mundo hoy?). Pero lo verdaderamente conmovedor, el horror, se produca cuando su esposa lo traa de nuevo... lo traa, de un modo fantstico e inexplicable (eso senta l), a una casa extraa, que l no haba visto nunca, llena de desconocidos, y lo dejaba all. Pero qu hacen ustedes?, gritaba aterrado y confuso. Qu es este lugar? Qu pasa aqu? Estas escenas resultaban casi insoportables, y al paciente deban parecerle una locura o una pesadilla. Afortunadamente las olvidaba a los dos minutos. Estos pacientes, fosilizados en el pasado, slo pueden sentirse cmodos, orientados, en el pasado. Para ellos el tiempo se ha detenido.Oigo a Stephen R. chillando lleno de terror y de confusin cuando regresa... pidiendo a gritos un pasado que no existe ya. Qu podemos hacer? Crear una cpsula del tiempo, una ficcin? Nunca he visto un paciente tan asaltado, tan atormentado por el anacronismo, salvo quizs la Rose R. de Awakenings (ver Nostalgia incontinente, captulo diecisis).Jimmie ha alcanzado una especie de calma; William (captulo doce) confabula continuamente; pero Stephen padece una herida abismal en el tiempo, un calvario que nunca curar (Sacks, s.f)

De lo anterior cabe resaltar la importancia que tienen todos los aspectos de la vida de un ser humano, as por ejemplo, aunque exista un sndrome que imposibilitaba el recuerdo de episodios recientes, el paciente pudo encontrar emotividad en la espiritualidad y darle un sentido a su vida, lo que hace pensar que el ser humano es mucho ms que un proceso cognitivo.

REFERENCIASSacks, O (s.f) el hombre que confundi a su mujer con un sombrero.