Medellín, 06 de marzo del 2013

CompañerosComisión PolíticaDr. JUAN FELIPE LEMUS URIBE

Cordial Saludo,

En la actualidad los partidos políticos son imprescindibles para el funcionamiento de la Democracia Representativa, por su importancia, los partidos son organizaciones que crean y sustentan muchas de las instituciones del Estado, desempeñan funciones sociales y políticas imprescindibles en una democracia, al grado de que no hay en este momento entidades capaces de sustituirlos; sin embargo, cuando no existen los suficientes controles democráticos, algunos partidos pueden apoderarse de las instituciones y constituirse en medios perversos y degenerativos para la misma, la mayor parte de las definiciones de democracia expresan que ésta se basa en un sistema que integra distintos Partidos Políticos que compiten por alcanzar y ejercer el Poder Político, mediante su participación en elecciones universales, directas y secretas, que se realizan periódicamente, en éstas, los ciudadanos delegan su representación en quienes eligen para los distintos cargos públicos, como resultado de la obtención del voto mayoritario, esto con el fin de ejercer las principales funciones de dirección del Estado, ya sea en el Gobierno Central, en el Congreso de la República o en el Gobierno Municipal; durante un período de tiempo previamente establecido en la Constitución Política, es por esta razón que es de todo nuestro agrado, participar activamente en un movimiento o partido que reconozca nuestra validez como líderes de base y fue en esa medida que me la jugué con usted señor Lemus como representante a la cámara y sin hasta la fecha los tres años largos que hace que participe con usted para esa contienda lo he hecho por convicción nunca le he endilgado ni mucho menos le he solicitado de manera mezquina ninguna coima, ninguna ofrenda, ni mucho menos peso alguno usted y yo somos testigos de eso reconózcalo. Ahora me viene con la razoncita vía telefónica ni siquiera como hablan las personas civilizadas, sino victimizado por un chisme de corrillo. Señor Lemus me hubiera gustado tener que agradecerle por los favores recibidos, por toda la entrega que tuvo para con migo, por las veces que le pude llevar a mi familia el sustento diario, pero repito en los tres años largos que he esperado paciente por un reconocimiento a mi liderazgo y a mi entrega en su campaña a la cámara, solo he recibido interrogantes, desidia, Negligencia, falta de cuidado y de interés, indolencia, inercia, y sobre todo desconfianza en mi trabajo desinteresado. Usted sabe que nunca le pedí siquiera un sanduche porque creía en que usted reconocía el liderazgo sin necesidad de ser comprado, creía que usted reconocía el liderazgo de las misma manera en los verdaderos líderes lo reconocen con consciencia, con doctrina y con cierto dejo de relación entre un maestro y un alumno pero usted como maestro, lo único que deja es un gran falso interrogante

Son muchas las razones que me llevan a tomar la decisión de retirarme de su equipo político, sin embargo quiero ser conciso y resumir estas razones en tres valores indispensables, que como luchador de los intereses de mi generación tengo que promover y defender en lo público.

El primero de estos valores es “la responsabilidad”. Como bien nos lo enseñó el paso por diferentes escenarios políticos; siempre tenemos que asumir la responsabilidad de las decisiones que tomamos. Para los que nos interesamos por la política, nuestra primera decisión

es a cuál partido queremos pertenecer. Desde muy pequeño me he interesado por la política y bien por eso me sentí identificado con algunas ideas suyas y las de su equipo; pero en realidad lo único que encontré en él, fueron personas que ven el ejercicio de la política como una forma de obtener poder para suplir sus intereses personales y poco o nada se preocupan por los intereses de la patria. No es responsable con mi generación pertenecer a un partido en donde el 90% de sus miembros se dejan comprar por el clientelismo de este gobierno y que por suplir sus intereses personales conducen a este país de nuevo al fracaso.

El segundo de estos valores es “La Lealtad”, no solo en el ejercicio de la política sino en todas las actividades de la vida uno tiene que ser leal y agradecido con quien bien le ha servido, en mi caso considero que he sido leal con quien bien le he servido a los intereses superiores de la patria que por consecuencia abarca todos los intereses de mi generación, y es a una ideología que defendí durante casi cuatro años a su lado, señor Lemus.

De otro lado, todos los que se han hecho elegir por el partido de la U, entre ellos lo cuento a usted doctor Juan Felipe Lemus, han logrado ganar las elecciones por ser supuestos continuadores de las ideas del presidente Uribe, sin embargo hoy lo traicionan a él y aún más importante traicionan esas ideas que lograron que Colombia pasara del miedo a la confianza y el progreso. Usted se convirtió en la antítesis de todo lo que significa el “ANTIOQUIA SOY YO” y todo su gobierno se ha basado en hacer todo lo contrario no es sino ver la crisis cafetera, un gremio al cual usted debería representar con vehemencia, pasa es que su cercanía con este gobierno de turno le cierra los ojos a la realidad de los campesinos que han hecho de una región como la que usted viene, un verdadero sustento de este país pariendo lideres, políticos, intelectuales y demás ya con su actitud y con su proceder me queda claro porque su persona nunca alcanzó un escaño en la alcaldía de el hermoso municipio de Andes, es que los hijos del pueblo saben a quién elegir y eso lo han aprendido los habitantes del pueblo andino. Mi corporación y los líderes que yo he conquistado, exigen lealtad, y yo no puedo pertenecer a un equipo de desleales.

El tercero pero no menos importante de estos valores es la “coherencia”, quizás junto a la lealtad el valor más escaso en el ejercicio de la política y el valor que mi grupo de líderes más lucha por recuperar. Yo me considero un hombre de profundas convicciones y desde hace muchos años soy un convencido de que las ideas de “ANTIOQUIA SOY YO” cuando se pongan a la práctica producirán progreso en la región y en el país, y que de tener continuidad estas ideas el país estará en una etapa de progreso acelerado, y como consecuencia se reducirá la pobreza y la brecha de desigualdad. Así pues “ANTIOQUIA SOY YO” está en la obligación de crear una nueva alternativa política, en donde no se cometan los errores del pasado, y podamos tener la Colombia que las nuevas generaciones exigimos.

Existe sí un tema de fondo que tocar y a ello intentaré avocarme dentro de mis limitaciones: cómo reconstruir, de una vez por todas, a una PATRIA en escombros. Considero que los dirigentes históricos de la Patria, han fracasado como generación. Quedarme sin embargo en la diatriba y fustigar a nuestras caras visibles por sus derrotas es tarea simple, es decir que el rey está desnudo.Lo verdaderamente importante es saber a dónde vamos y qué hacemos en adelante. Esa respuesta no la tienen los históricos, tampoco los jóvenes. Es una discusión impostergable que debe darse en el ámbito público y de manera abierta, no en pequeños círculos de amigos o en

tediosos encuentros so pretexto de ser “temas internos”. A fin de cuentas, su planteamiento y respuesta excede largamente al equipo que usted representa.

Las salidas y puestas en práctica tendrán que ser nuevas y distintas. Una de las pocas certezas que tengo es que no podemos seguir ni con el mismo tipo de estructura, pensando en épocas distintas, ni con las mismas formas de relacionarnos con la sociedad. Menos aún con las mismas ideas. La tradición y la herencia no son fuente de inspiración sino pesados lastres que debemos apartar para los nuevos retos que enfrentamos.Por eso también me voy. No podía exigirle a usted señor Lemus, romper con su pasado cuando yo no lo hacía con el mío. Debo irme de la casa y dejar su falsa seguridad. Parafraseando a un guerrillero, nosotros podemos hacer lo que a ustedes les está negado por sus responsabilidades y también por edad. En su lugar continuaría dando mis mejores energías desde donde me encuentro, pero a mis años tengo el tiempo para explorar caminos, inventar salidas y recuperarme de los errores. Dedicarle a estas tareas los mis modestos esfuerzos que ha despreciado usted señor.

Las razones son diversas y de fondo. Haber faltado a su palabra y a los compromisos contraídos con migo. Nuestra opción por una política de cambio en nuestro país fue el eje que presidió nuestro actuar desde que constituimos una amistad, supuestamente basada en la confianza y, luego, cuando fuimos elegidos, digo fuimos porque sentía pertenencia no solo por una campaña que hice mía sino por un periodo de gobierno del cual no he sido participe me he sentido en puro convidado de piedra si digo un cero a la “izquierda”, es mucho decir.

Hoy día los movimientos sociales nos están diciendo que debemos establecer una nueva relación con ellos y juntos iniciar una etapa diferente en esta lucha. Y entonces, esta nueva etapa, de construcción programática, también tiene que ser etapa de construcción de un nuevo instrumento político compartido con el movimiento social y con los movimientos sociales emergentes. En este proceso de construcción de un nuevo instrumento político también tenemos que apoyarnos en la emergencia de los procesos regionales, de sus movimientos políticos y de su rechazo a la vanguardia centralista que pretende dirigir sus destinos desde Bogotá. Debemos apostar por integrar a los nuevos liderazgos locales y regionales, impulsando una verdadera descentralización de las decisiones y de la generación de condiciones para nuevos poderes regionales capaces de asumir la gestión del desarrollo de sus territorios y de apostar por una efectiva democracia participativa. Tenemos pues por delante el reto de diseñar y construir un nuevo instrumento político para el cambio en el país, que no sea un remedo de la “Unidad” de ayer repitiendo sus propuestas y dirigencias, y que partiendo de nuestra realidad, incorpore los aprendizajes que nos deja la experiencia, que asuma nuevas formas de relación con el movimiento social y con los movimientos regionales y locales, por más que quede claro que no tienen la menor intención de renovarse ni ideológicamente, ni programáticamente, ni políticamente, ni éticamente. De la misma manera, la invocación a la unidad no es razón para sacrificar toda apuesta estratégica en aras de la alianza electoral de crecimiento, pero que no ha significado ni renovación programática ni renovación política en perspectiva

Mucha suerte en las decisiones que tome, y sinceramente espero tenga éxito. Dejo en claro que me voy tal como vine: solo y por mi cuenta y sin quitarle ni un centavo a nadie en su movimiento. Esto va mucho más allá de los afectos personales, y espero que quienes se quedan lo entiendan así. He conocido personas de mucha valía al interior del equipo, y me llevo de varios grandes afectos, buenos recuerdos y alguna admiración. Pero eso no basta para hacer

política, con eso no conseguimos los objetivos trazados. Dentro había perdido gran parte del ánimo y la alegría por militar, y eso es peligroso. Es como perder un poco de vida. Ahora, fuera de su casa, siento nuevamente los bríos iníciales: ese calor en el pecho, ese ánimo del nuevo militante. Aunque sin guía, debo buscar nuevos caminos que intuyo serán mucho más fructíferos. Creo que el tiempo me dará la razón. Y recuerde “Antioquia soy yo”

Con esta carta presento mi renuncia.

Un final abrazo,

WILSON CARO TAMARA C.C. 71.XXX.553