Carta de un illuminati

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Me llamo Benedictus Sarkobama Botín de Microsoft-Rockefeller von Rothschild de la Jarretera y los Putin (detengo aquí la enumeración de apellidos de mi eximio linaje) y soy uno de los principales mangantes... quiero decir, magnates de este mundo. El motivo de mi presencia aquí es soltaros cuatro verdades de ésas tan subversivas que normalmente sólo las sueltan los medios alternativos a quienes apenas escucháis (y a los que no obstante algún día meteremos en cintura). Escupirlas en vuestra boba y somnolienta cara, sí. Hoy la Élite –nosotros– se siente tan fuerte que puede permitirse estas expansiones tan divertidas. Os lo dijo Gabilondo... Os lo dijo Gabilondo, antaño uno de los mejores entre nuestros siervos, y no le hicisteis ni puñetero caso. Fue en pleno periodo estival, es cierto... Pero la cosa era lo bastante grave como para haber salido por un momento del sopor veraniego. ¿O es que en el fondo os da igual que implantemos una dictadura financiera global y vuestra opinión cuente lo mismo que la de un caniche? Algunos entre vosotros, por cierto, han convocado una huelga general en España para después del verano (han corrido, ¿eh?). El previsible fracaso ya nos hace esbozar sonrisitas que en el día D se tornarán carcajadas. Y es que os tenemos dominados, muchachetes. Todos podéis ser “terroristas” Mientras, seguimos sembrando el terror como herramienta de control social. No contentos con pergeñar espectaculares atentados de bandera falsa, ahora estamos empeñados en convenceros, con nuestro énfasis en las acciones individuales, de que cualquiera de vosotros puede ser el culpable (ver también). Preferentemente, claro, quien ose poner en entredicho nuestro establishment. Pero incluso los más “inocentes” (gente que no se mete en política, p. ej.) pueden sernos útiles como cabeza de turco. Se trata, ya lo he dicho, de sembrar el terror y fabricar chivos expiatorios. Y para ese fin puede servirnos hasta el más anodino espécimen de vuestra plebeya ralea (¿acaso no nos sirvió el pobre Menezes?). Si tan sólo estuvierais un pelín despiertos, mis queridos tontuelos, habríais notado que mientras fabricamos rumores (como ésos del Reino Unido) o amagos (como aquél de Times Square), también parimos documentos legales para perseguir a los “radicales”, término ambigüillo con el que podremos empurar –como mínimo– no sólo a quienes supuestamente participen en fechorías violentas, sino igualmente a los pacíficos que sostengan ideas que nos violenten (somos gente algo delicadita, lo reconozco). De paso, también con la cantinela de la seguridad (¡cómo mola!), controlamos cada vez más vuestras comunicaciones y vuestras páginas web. Es que como se os ve tan pardillines, ¡disfrutamos velando por vosotros! Tenemos oscuros planes... Tenemos oscuros planes, parece mentira que no os deis cuenta. Os enteráis de noticias aisladas, convenientemente dosificadas por nuestros lacayos, pero sois un tanto ineptos para atar cabos.

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Me llamo Benedictus Sarkobama Botín de Microsoft-Rockefeller von Rothschild de la Jarretera y los Putin (detengo aquí la enumeración de apellidos de mi eximio linaje) y soy uno de los principales mangantes... quiero decir, magnates de este mundo.

El motivo de mi presencia aquí es soltaros cuatro verdades de ésas tan subversivas que normalmente sólo las sueltan los medios alternativos a quienes apenas escucháis (y a los que no obstante algún día meteremos en cintura). Escupirlas en vuestra boba y somnolienta cara, sí. Hoy la Élite –nosotros– se siente tan fuerte que puede permitirse estas expansiones tan divertidas.

Os lo dijo Gabilondo...

Os lo dijo Gabilondo, antaño uno de los mejores entre nuestros siervos, y no le hicisteis ni puñetero caso. Fue en pleno periodo estival, es cierto... Pero la cosa era lo bastante grave como para haber salido por un momento del sopor veraniego. ¿O es que en el fondo os da igual que implantemos una dictadura financiera global y vuestra opinión cuente lo mismo que la de un caniche? Algunos entre vosotros, por cierto, han convocado una huelga general en España para después del verano (han corrido, ¿eh?). El previsible fracaso ya nos hace esbozar sonrisitas que en el día D se tornarán carcajadas. Y es que os tenemos dominados, muchachetes.

Todos podéis ser “terroristas”

Mientras, seguimos sembrando el terror como herramienta de control social. No contentos con pergeñar espectaculares atentados de bandera falsa, ahora estamos empeñados en convenceros, con nuestro énfasis en las acciones individuales, de que cualquiera de vosotros puede ser el culpable (ver también). Preferentemente, claro, quien ose poner en entredicho nuestro establishment. Pero incluso los más “inocentes” (gente que no se mete en política, p. ej.) pueden sernos útiles como cabeza de turco. Se trata, ya lo he dicho, de sembrar el terror y fabricar chivos expiatorios. Y para ese fin puede servirnos hasta el más anodino espécimen de vuestra plebeya ralea (¿acaso no nos sirvió el pobre Menezes?).

Si tan sólo estuvierais un pelín despiertos, mis queridos tontuelos, habríais notado que mientras fabricamos rumores (como ésos del Reino Unido) o amagos (como aquél de Times Square), también parimos documentos legales para perseguir a los “radicales”, término ambigüillo con el que podremos empurar –como mínimo– no sólo a quienes supuestamente participen en fechorías violentas, sino igualmente a los pacíficos que sostengan ideas que nos violenten (somos gente algo delicadita, lo reconozco). De paso, también con la cantinela de la seguridad (¡cómo mola!), controlamos cada vez más vuestras comunicaciones y vuestras páginas web. Es que como se os ve tan pardillines, ¡disfrutamos velando por vosotros!

Tenemos oscuros planes...

Tenemos oscuros planes, parece mentira que no os deis cuenta. Os enteráis de noticias aisladas, convenientemente dosificadas por nuestros lacayos, pero sois un tanto ineptos para atar cabos.

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Planes megalomaníacos, sí. Y ya estamos en la fase de ponerlos en práctica, ¡¡¡tatacháaaan...!!! Así ocurre, ya deberíais saberlo, con nuestras guerras (el otro día me tomé unas copas en el Ritz con mi compadre Zbignew Camerkel de Netanyahu, salió el tema y no pudimos evitar echarnos unas risas). En su día coló eso de las “armas de destrucción masiva” iraquíes, que luego resultaron ser falsas (os confieso que lo eran desde el principio, jijijiji...). Y ahora está colando lo del “programa nuclear bélico” iraní, tan veraz como aquéllas. Si es que no aprendéis... ¡parecéis nuevos! Aunque, total, para lo que os importan cuatro “moros” y encima integristas, ¿verdad?

No obstante, por si acaso, estamos echando mano también de otros limpios recursos para acelerar el estallido de esa nueva guerra por petróleo... Ya en su día, para adueñarnos de Afganistán, pusimos mucho énfasis en el burka, la opresión de la mujer y tal y tal y tal. Gracias a ello (y a nuestro querido 11-S, claro), ya han muerto muchas mujeres (niños y hombres) desde la benéfica invasión. Y lo mismo hacemos hoy, agigantando el clamor contra la lapidación en Irán. Algo monstruoso, es cierto, pero que nos ayudará no tardando mucho a masacrar iraníes como quien se saca mocos. ¡Todo sea por acabar con la lapidación! (Por cierto, nueve años después, en Afganistán siguen llevando el burka, qué-le-vamos-a-hacer...). Y con los estados gamberros, claro. ¡No sale gratis plantar cara a la Élite, caramba!

Y hablando de guerras...

Y hablando de guerras, me maravillan vuestras tragaderas si quien las hace es el coleguilla Obama (a menudo lo comento con él y él mismo me reconoce que a veces, de sólo pensarlo, le cuesta contener la risa en público). El tío, con nuestra aprobación (¡y la vuestra!, jeje), está acabando de arrasar Afganistán, se ha metido de lleno en Yemen y Pakistán, sigue acorralando a Irán... ¡pero todo está bien si es el primo Barack quien lo hace! ¡Si es que tiene una pinta de bueno! Que por algo le dimos el Nobel de la Paz (con to' el morro, sí).

Para colmo, ahora los medios (nuestros medios) dicen que, en cumplimiento de su promesa electoral, el primo ha sacado de Irak las tropas de combate y vosotros pánfilamente os lo tragáis... Jo, jo, jo, ¡no os leéis la letra pequeña, capullines! Ha sacado soldados –¡no todos!–, y en su lugar ha llevado mercenarios de empresas privadas. Y tanto éstos como los que quedan de aquéllos, prestos a volver a entrar en combate en cuanto se tercie.

Paralelamente, seguimos mareándoos. En países como España, aún os tenemos discutiendo (o presenciando las discusiones de vuestros próceres) sobre si lo que hacen vuestros (léase nuestros) soldaditos en Afganistán es o no es una guerra. Dado que en general, y salvo traviesas expansiones como la presente, nos interesa “legitimar” todo lo que hacemos, nuestros escribas –que para eso les pagamos– llaman “atentados” y “asesinatos” a lo que siempre se llamó ataques bélicos. A condición, claro, de que los cometan los talibanes, esos sucios barbudos que además de haber perpetrado mil tropelías (burka incluido) osan defender su país de nuestra ocupación benefactora.

El sabio, la Luna, el dedo y los tontos...

Por cierto, ¿conocéis el proverbio, dicen que chino, del sabio que señala a la Luna y los tontos miran al dedo? Seguro que sí, de puro manido que está. Lo evoco a cuento del

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bendito pastor chalado de Florida, Terry Jones, que ha venido amenazando con quemar ejemplares del Corán en su iglesia para conmemorar este año el 11-S. Este buen hombre nos viene de fábula para desviaros la atención. Mientras él queda como un monstruoso enemigo del islam, nosotros –que masacramos musulmanes todos los días– hemos mandado al FBI a hacerle una visita intimidatoria (notad la cursiva, bobines) en la que se le advierte de lo peligroso que puede ser ese gesto. Así quedamos como santos protectores de las buenas gentes islámicas. Hasta nuestro esbirro el general Petraeus, actual jefe directo de las masacres afganas, «teme por las tropas en Afganistán ante la quema de coranes». Bueno, al menos eso dice...

La cosa tiene su gracia, ¿no os dais cuenta? Resulta que lo que les pueda pasar a esas tropas no es culpa tanto de invadir un país ajeno y violentarlo todos los días, como de un pirómano pirado que habla de chamuscar libros sagrados en su iglesita... Aplicando el proverbio, la Luna es lo que pasa realmente en Afganistán, el “sabio” es quien lo denuncia (esos infames “antisistema”, sí), el dedo es el bárbaro acto que se proponía Jones llevar a cabo, y los tontos... ¡vosotros! (A decir verdad, en esta historia hay también unos “listos” muy listos... especialistas en haceros mirar dedos; ¿a que no sabéis quiénes son? Jojojojojojo...). Y con todo esto, además de marearos, hemos realizado un ensayo de control totalitario en vuestras mismas narices (lo que Jones el loco se proponía es plenamente legal en su país; y sólo faltaría que no lo fuera, ahora que hasta los feligreses podrán legalmente llevar armas en los lugares de oración públicos de ese graaaaan país tan liberal y democrático cuyo poder económico, militar y cultural atesoramos).

Os protegemos contra la gripe...

Angelitos míos, ciertamente os “cantó” mucho lo de la pandemia del año pasado (nuestra gripe A[rtificial], vamos), pero seguís sin atar cabos. Y no será porque algunos (malvados) no os alertaran de que aquí había mucho más que negocio farmacéutico (ver 1, 2 y 3). Os limitasteis, mayoritariamente, a absteneros de la vacuna, pero apenas se os pasó por la cabeza exigir responsabilidades políticas y penales. Y eso, a pesar de que aquellos perversos denunciantes os avisaban de la inmunidad legal concedida a las farmacéuticas y a los políticos, del sospechoso cambio de definición de 'pandemia' en la OMS, o de los expertos para quienes el virus sólo podía haber salido de un laboratorio...

El caso es que, a las puertas de la nueva temporada gripera, y en vista de vuestro candor, nosotros seguimos erre que erre: EE UU aconseja vacunar contra la gripe a toda la población. Y, ojo, que países como España (con nuestra Trilateral Jiménez como ministra de Sanidad) no van muy a la zaga. De manera más o menos explícita, estamos coaccionando, en primer lugar, al personal sanitario y luego a toda la población para que se ponga la vacuna.

Entendedme, no se trata de velar por vuestra salud (si acaso, de amenazarla). No es física la gripe que nos preocupa (salvo, llegado el caso, para inoculárosla). ¿No habéis leído La peste? En esa novela, sin duda alegórica, Albert Camus ilustraba brillantemente las enormes posibilidades de control social que permite una pandemia. Al apestado y a los suyos (quizá también contagiados) se los pone en cuarentena para evitar que el mal se extienda...

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Ganar dinero nos importa, por supuesto, pero el lucro no lo es todo. Os queremos proteger de la gripe... de la gripe de la disidencia, claro está. Tened cuidado... Todos, pero sobre todo los radicales, no vaya a ser que contraigan la gripe. O, simplemente, que sospechemos que la han contraído. Así que cuidadín con meter mucho las narices... ¿o es que no conocéis el acoso que viene sufriendo, por hacerlo, la simpática Jane Bürgermeister? (Ver también). [A poca sangre caliente que tuvierais en las venas, la chulería con que os amenazo os haría saltar a todos como un solo hombre para venir a corrernos a gorrazos... pero sabido es que tenéis horchata y no sangre en las venas, jajajajaja.]

Porque ya estamos en disposición de hacer lo que nos dé la gana. En vuestra pasividad radica nuestra impunidad, sea en relación con nuestras vacunas, con nuestras guerras, o con las acciones más inconfesables de nuestros confesores.

¿Lo vais captando? ¡Todo encaja, chavales! Pero me temo (¡qué va!, jejeje) que os halláis demasiado dormidos. A fin de cuentas, Nadal ya está en semifinales... Acabaréis siendo incapaces de dar un paso sin que nosotros lo sepamos: todo quedará registrado.

Habéis oído hablar de la “erótica del poder”, ¿verdad? Pues a nosotros, la Élite, nos va el “porno duro”, jijijijiji... Lo otro se lo dejamos a los principiantes: primeros ministros de países de segunda, concejales, presidentes de comunidades de vecinos... Nosotros somos los amos, vuestros amos.

No quiero ser exhaustivo, no vaya a ser que acabéis por despertaros del todo. Además, esto se hace largo y me canso... Sólo os recordaré algunas perlitas más, que ya tendríais bien presentes si vuestro grado de atención no fuera semejante al de una marmota hibernando. Está por ejemplo el asunto del DNI electrónico que tan mansamente habéis aceptado en España y otros países. No sé si os habéis parado a pensar en las posibilidades de control que eso permite. En cualquier caso, avanzamos hacia la Era del Chip que velará vuestros sueños... hasta que vuestra libertad no valga más que la de una patata frita (¿qué, habéis pillado el juego de palabras? No requiere saber mucho inglés, lo prometo).

Y hablando de chips, de los RFID, ya hay almas benévolas que se prestan a facilitarnos las cosas al respecto. Piensan en los niños, no tanto en nosotros, pero es así como nos abren el camino: Una guardería de París pondrá chips a los niños para controlar dónde están. Me parto...

A todo esto se llega porque sin decir ni pío, cuando lo lógico era poner el grito en el cielo, consentisteis vender vuestra libertad a cambio de “seguridad”. Sobre esa base, nos dejasteis intervenir vuestras comunicaciones de todo tipo (¿recordáis el famoso “Identifícate” del amigo Rubalcaba?) e incluso acceder a vuestros ordenadores personales (ver 1 y 2). Madre mía, qué rentables han sido nuestros atentados (11-S, 11-M, 7-J...), no nos podemos quejar.

Estando así de maduritas las cosas, ¿cómo podréis extrañaros de que nos planteemos obligaros a pagar siempre con tarjeta? Sí, es para seguir asegurando el negociete a nuestros bancos... pero pensad también en la valiosa información que esa medida podrá

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proporcionarnos en el futuro: ¡Dispondremos de los datos de todas vuestras compras! Aún más, de este modo nos será fácil, llegado el caso, prohibiros comprar y vender (ver Apocalipsis 13:16-17). Así, cualquiera de vosotros (recordaaaadlo), sobre todo si es un/a chico/a malo/a, podrá poner una jugosa información a nuestro alcance: Pagar en metálico puede resultar sospechoso de terrorismo, según la policía.

A fe que os conviene portaros bien...

¿Contra el Estado del Bienestar? ¡Jamás!

Sois lelos con ansia, perdonad que os lo diga. Ya os he dado una buena ristra de ejemplos, y sin necesidad de revelaros ningún secreto de Bilderberg o de cualquier otro de nuestros exclusivos cenáculos. Me limito a hablaros de lo que todos podíais y debíais saber ya.

Sería de esperar al menos que hubierais sacado las debidas consecuencias de lo referente a eso que (¡necios!) más parece importaros: el bolsillo. Pero el hecho es que, como habéis visto, generamos crisis con nuestros jueguecitos especulativos y aún os pasamos la megafactura después, pagada por Papá Estado (i.e., por vosotros). No contentos con ello, os aumentamos las comisiones bancarias. Vamos, que sois tontos hasta decir “basta”... pero nosotros no pensamos decirlo (jajajaja...)

Eso sí, no penséis que, como dicen algunos deslenguados, nos vamos a cargar el Estado del Bienestar, ¡lo vamos a reforzar! El nuestro, claro. ¡¡¡Vamos a estar de p... madre!!!Una última cosa, mastuercetes. No os dais cuenta de que nosotros (todavía) no somos nadie sin vosotros. Pero, a este paso, cuando os queráis enterar ya será tarde: entonces vosotros sí que no seréis nadie... gracias a nosotros.