Carta abierta sobre uso de espacios y democracia universitaria

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Est ima da Jos efi na Edw ard s, admini str ado ra del Campus San Joa quín, y Comun ida d  universitaria toda, Los est udian tes aba jo fir mantes vemos con preocupació n las deter min aci ones  unila ter ale s de res tri ngi r el uso de espacios den tro de la uni versi dad , comuni cad a al  estudiantado el 5 de mayo. Esta medida se declara como transitoria “vigente para el mes de  mayo” y “co n el obj eto de pro teg er a tod a la comu ni dad y, en esp eci al, a los alu mno s”.   Antes de detenernos en el primer punto, queremos profundizar en el segundo para poder  entregar elementos a la discusión. En efecto, desde finales del 2014 hasta ahora la universidad ha activado una serie  de medidas para restringir y regular tanto el uso de espacios como de consumo de alcohol  en el campus, justificando esto en la seguridad y salud de sus estudiantes. Esto se tradujo  en no poder organizar más de un evento con consumo de alcohol a la vez en el campus, a  la vez que reforzó las rondas de vigilancia de los guardias. Durante este 2016 hemos visto  qu e estas normas se han hecho cada vez más restrictivas, señalando en la última  información recibida que: “ Se admi ten encuentros de meno s de 200 per sonas sin consumo de  alcohol en Casa Central, Campus Oriente y Campus Lo Contador.” y que “ No se autorizarán  actividades de esta naturaleza en el campus San Joaquín” La nue va normativa, impul sad a en bús queda de mayor seg uridad tras di sti ntos  casos de abusos vividos en nuestra comunidad, no hace más que invisibilizar un problema  que va mucho más allá. Tanto el consumo excesivo de alcohol como los abusos sexuales  son realidades que exi ste n mucho antes de cru zar las puert as de la universidad. Una  vigi lanc ia recr udec ida no solu cion a prob lema s que son en su esenci a soci ales , sino que  sólo la sociedad que los vive puede solucionarlos. Por el contrario, el aumento de rondas ha  pro duc ido enf rentamientos en los que los gua rdias, en su may orí a adultos may ore s,  terminan enfre ntán dose a situ acio nes que les son impo sibl es de solu cion ar, terminan do  muchas veces impotentes y humillados por lo que a todas luces son condiciones indignas  de trabajo, con normativas que los fuerzan a realizar labores para las cuales ni la mayor autoridad podría solucionar por sí sola. La pr ohibición establecida no sólo es insufi ciente si no qu e además interfiere  directamente con la formación de comunidad y la organización estudiantil. Desde espacios  de soci aliz ació n hast a opor tuni dade s de fina ncia mien to para los CCEE son quit adas sin  pregunta alguna por ésta medida. Todo lo anterior no hace más que mostrar una forma de  tomar las decisiones: a puertas cerradas y haciendo oídos sordos a la opinión de los demás  miembros de la comunidad. Los estudiantes hemos sido claros: la construcción de nuestra  universi da d debe hacerse entr e todos quienes la conf or man, medi ante es pacios de  dis cus ión vin cul antes. Desde rec tor ía podrá n def ender estas med ida s bajo la dudos a  argumentación de la autonomía universitaria, pero la verdad es que mientras los estudiantes  no po damos ap ortar tanto con nuestr as perspectivas como con nuestr o ac tuar, la  Unive rsi dad Cat óli ca seg ui atr apada def end ien do sus pri vil egios ; mie ntr as el Rector  defiende los logros en calidad de la universidad como excusa para administrar nuestra casa  de estudios sin consultarle a la comunidad, los estudiantes exigimos una apertura real del  diálogo sobre los problemas que enfrenta el país.

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8/16/2019 Carta abierta sobre uso de espacios y democracia universitaria

http://slidepdf.com/reader/full/carta-abierta-sobre-uso-de-espacios-y-democracia-universitaria 1/2

Estimada Josefina Edwards, administradora del Campus San Joaquín, y Comunidad

universitaria toda,

Los estudiantes abajo firmantes vemos con preocupación las determinaciones

unilaterales de restringir el uso de espacios dentro de la universidad, comunicada al

estudiantado el 5 de mayo. Esta medida se declara como transitoria “vigente para el mes de

mayo” y “con el objeto de proteger a toda la comunidad y, en especial, a los alumnos”.

Antes de detenernos en el primer punto, queremos profundizar en el segundo para poder

entregar elementos a la discusión.

En efecto, desde finales del 2014 hasta ahora la universidad ha activado una serie

de medidas para restringir y regular tanto el uso de espacios como de consumo de alcohol

en el campus, justificando esto en la seguridad y salud de sus estudiantes. Esto se tradujo

en no poder organizar más de un evento con consumo de alcohol a la vez en el campus, a

la vez que reforzó las rondas de vigilancia de los guardias. Durante este 2016 hemos visto

que estas normas se han hecho cada vez más restrictivas, señalando en la última

información recibida que: “Se admiten encuentros de menos de 200 personas sin consumo de

alcohol en Casa Central, Campus Oriente y Campus Lo Contador.” y que “ No se autorizarán

actividades de esta naturaleza en el campus San Joaquín”

La nueva normativa, impulsada en búsqueda de mayor seguridad tras distintos

casos de abusos vividos en nuestra comunidad, no hace más que invisibilizar un problema

que va mucho más allá. Tanto el consumo excesivo de alcohol como los abusos sexuales

son realidades que existen mucho antes de cruzar las puertas de la universidad. Una

vigilancia recrudecida no soluciona problemas que son en su esencia sociales, sino que

sólo la sociedad que los vive puede solucionarlos. Por el contrario, el aumento de rondas ha

producido enfrentamientos en los que los guardias, en su mayoría adultos mayores,

terminan enfrentándose a situaciones que les son imposibles de solucionar, terminando

muchas veces impotentes y humillados por lo que a todas luces son condiciones indignas

de trabajo, con normativas que los fuerzan a realizar labores para las cuales ni la mayor

autoridad podría solucionar por sí sola.

La prohibición establecida no sólo es insuficiente sino que además interfiere

directamente con la formación de comunidad y la organización estudiantil. Desde espacios

de socialización hasta oportunidades de financiamiento para los CCEE son quitadas sin

pregunta alguna por ésta medida. Todo lo anterior no hace más que mostrar una forma de

tomar las decisiones: a puertas cerradas y haciendo oídos sordos a la opinión de los demás

miembros de la comunidad. Los estudiantes hemos sido claros: la construcción de nuestra

universidad debe hacerse entre todos quienes la conforman, mediante espacios de

discusión vinculantes. Desde rectoría podrán defender estas medidas bajo la dudosa

argumentación de la autonomía universitaria, pero la verdad es que mientras los estudiantes

no podamos aportar tanto con nuestras perspectivas como con nuestro actuar, la

Universidad Católica seguirá atrapada defendiendo sus privilegios; mientras el Rector

defiende los logros en calidad de la universidad como excusa para administrar nuestra casa

de estudios sin consultarle a la comunidad, los estudiantes exigimos una apertura real del

diálogo sobre los problemas que enfrenta el país.

8/16/2019 Carta abierta sobre uso de espacios y democracia universitaria

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Como estudiantes preocupados por la construcción de nuestra universidad como

una pública, declaramos plena voluntad en hacernos parte de la solución de los problemas

aquí enunciados. Con convicción afirmamos que el estudiantado debe ser parte

responsable tanto de las discusiones en las que nuestra universidad toma postura política,

como de la administración y cuidado de nuestros espacios. Para asegurar esta

participación, lo mínimo es que, ante la venidera fecha de expiración de la última medida de

restricción, ésta sea derogada. Planteamos, además, la necesidad de que se creen

espacios triestamentales para la elaboración de nuevos protocolos de seguridad, para lo

cual los representantes abajo firmantes manifestamos total disposición. Finalmente, lo único

que nos dará pruebas de que la Universidad está por superar sus problemas, y los de la

educación en general, es el fin a la toma de decisiones unilaterales. Una comunidad

universitaria incapaz de deliberar su quehacer entre todos sus miembros, no merecerá tal

nombre cuando la Universidad católica abandone sus defensas corporativas y se haga parte

de la construcción de un Chile más justo.

Asamblea de Estudiantes Movilizados