Carta a Ramon Sampedro_ensayo Final

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Carta a Ramón Sampedro He querido con muchas ansias conocerte y me disculpas si te “tuteo”. A este punto no sé si habría alguna diferencia en darle vida a un muerto o haber conocido a un muerto que vivía. No quiero ser irrespetuoso ni tampoco meterme en tus cosas. En este mundo tenemos poder para todo y no eres el primero que te quitas la vida. Así somos, administradores de nuestras capacidades y responsables de una vida que no pedimos. Nada lo hemos provocado y ahora tenemos que ver qué se hace con esto llamado “vida”. Nuestro cuerpo sigue creciendo hasta la vejez pero nosotros con un solo golpe podemos interrumpir todo eso. No tengo idea sinceramente Ramón por lo que has pasado, no voy a decir nada ante tu deseo de morir puesto que tu mayor ansia en la vida era la muerte. Es muy curioso lo que dice un filósofo: “Nacemos siendo muchos hombres y morimos siendo uno sólo. La existencia, este “estar ahí”, es solo un tic toc que se acumula y se acaba. Desde pequeños, y podemos tomar el ejemplo de Isabel (la madre del Bautista), la existencia parece volverse un problema. Lo que era la felicidad por un niño recién nacido se tornó en angustia con la pregunta: “¿Qué será este niño?” 1 . No te equivoques al pensar que porque esta carta la escribe un seminarista tengo la intención de persuadirte. Al contrario, sólo busco conocerte y poder charlar sobre la vida puesto que no conozco una mejor forma para hablar de la vida que en referencia a la muerte. Mi saludo inicial ha sido uno muy sincero por no decir muy abrupto, sin embargo no me disculpo. Creo que prefieres mi sinceridad a una risa nerviosa que se ofusca por caerte bien. Si quieres podemos conocernos y si no, me conformaré con poner en mi expediente que fui rechazado por un cuadripléjico ya que tu nombre sólo sería un adjetivo. Con toda honestidad te digo que me sorprende que te llames a ti mismo Ramón Sampedro. Tu nombre parece no ser necesario puesto que a la pregunta de “¿quién es ese tal Ramón?”, contestarán: “el 1 Evangelio de San Lucas 1:66, Biblia de Jerusalén

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Un ensayo escrito a Ramón Sampedro en su deseo de morir

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  • Carta a Ramn Sampedro

    He querido con muchas ansias conocerte y me disculpas si te tuteo. A este punto no s si habra

    alguna diferencia en darle vida a un muerto o haber conocido a un muerto que viva. No quiero

    ser irrespetuoso ni tampoco meterme en tus cosas. En este mundo tenemos poder para todo y no

    eres el primero que te quitas la vida. As somos, administradores de nuestras capacidades y

    responsables de una vida que no pedimos. Nada lo hemos provocado y ahora tenemos que ver

    qu se hace con esto llamado vida. Nuestro cuerpo sigue creciendo hasta la vejez pero nosotros

    con un solo golpe podemos interrumpir todo eso. No tengo idea sinceramente Ramn por lo que

    has pasado, no voy a decir nada ante tu deseo de morir puesto que tu mayor ansia en la vida era la

    muerte. Es muy curioso lo que dice un filsofo: Nacemos siendo muchos hombres y morimos

    siendo uno slo. La existencia, este estar ah, es solo un tic toc que se acumula y se acaba.

    Desde pequeos, y podemos tomar el ejemplo de Isabel (la madre del Bautista), la existencia

    parece volverse un problema. Lo que era la felicidad por un nio recin nacido se torn en angustia

    con la pregunta: Qu ser este nio?1. No te equivoques al pensar que porque esta carta la

    escribe un seminarista tengo la intencin de persuadirte. Al contrario, slo busco conocerte y

    poder charlar sobre la vida puesto que no conozco una mejor forma para hablar de la vida que en

    referencia a la muerte. Mi saludo inicial ha sido uno muy sincero por no decir muy abrupto, sin

    embargo no me disculpo. Creo que prefieres mi sinceridad a una risa nerviosa que se ofusca por

    caerte bien. Si quieres podemos conocernos y si no, me conformar con poner en mi expediente

    que fui rechazado por un cuadripljico ya que tu nombre slo sera un adjetivo. Con toda

    honestidad te digo que me sorprende que te llames a ti mismo Ramn Sampedro. Tu nombre

    parece no ser necesario puesto que a la pregunta de quin es ese tal Ramn?, contestarn: el

    1 Evangelio de San Lucas 1:66, Biblia de Jerusaln

  • cuadripljico. Hoy da, querido cuadri, han querido tan malamente poner nuestras situaciones,

    enfermedades y problemas como un crisol o como una bendicin. Si Dios quiere bendecirme de

    esa manera prefiero quedarme como cualquier hijo de vecino. Creo que en esto concordamos, o

    no? Aquel que adopta su enfermedad ha definido su vida en base a ella. De ah que los sujetos se

    vuelven categoras con nombres: el cantante ciego, el sacerdote cuadripljico, el mudito que

    vive en la esquina. Todos definidos por su condicin, encerrados en las paredes de su incapacidad

    solo para ser vistos como objetos de caridad o de pena. Y peor es Ramn cuando queriendo

    compensar la incapacidad buscan los sper poderes reservados para algunos. No creo que deba

    buscar ejemplos hipotticos para describrtelo pues la realidad es ms rica que la imaginacin. No

    todos somos Jos Feliciano, no todos somos Stephen Hawking y para muchos, aquel que no

    sobresale termina en el rengln de la compasin, sta compasin que mata el alma poco a poco.

    Tu idea de matarte no es ms que el smbolo externo de lo que ocurri a tu alma el da que te viste

    incapaz de valerte por ti mismo. El ser humano se ha valorizado a s mismo con tantas distintas

    mtricas buscando a toda costa ganar en la competencia. Nos medimos por nuestro xito, por las

    batallas, por nuestro poder, por nuestra influencia, por nuestro conocimiento e incluso por nuestras

    obras y en ningn tiempo nadie ha dicho dejemos de medirnos, el ser humano es importante y

    punto. Aunque pensndolo bien, no creo que sea un tema que pueda hablar contigo. A los

    muertos no les importa nada o me equivoco? Llegar al punto de tener que pedirle al Estado ayuda

    para matarte fue algo muy bajo. Solo alguien con un gran desespero por morir llega a eso. En tu

    situacin parece algo especial puesto que no quieres meterte en la vida de nadie, que es tu decisin

    dices, pero quieres y te vez obligado a que se te reconozca el derecho. Esto es una triste paradoja.

    Quin eres t para venir a juzgarme por no querer aceptar la muerte de otros? Si deseas matarte

    legal o ilegalmente lo hars, yo no puedo prevenirlo pero tampoco debo ni quiero de estar de

  • acuerdo. Al comenzar esta carta quera empezar dicindote que no me juzgaras por ser seminarista

    creyendo que solo soy una oveja ms que no piensa a donde va. Ramn, Ramn! Quiero creer

    que eso no es tu pensamiento. Mi amistad con la muerte no es como la tuya. Mi vida esta llena

    de libertad y la muerte no es remedio ms que se compra en cualquier farmacia. La muerte me

    acerca a la vida. Todo aquello que se vive tiene ms color cuando se ve a travs de la muerte, el

    suave y tierno recordatorio de que la vida no dura mucho. Se siente bien pensar acerca de la muerte

    no como aquel esqueleto con trapos sino como una amiga y en muchos casos como una amante.

    Una vida sin muerte no valdra la pena vivirla. Solo hay que ver a estos personajes de comics

    que al terminar su misin les abruma un sentimiento de aburrimiento y de sin sentido". La vida

    se torna en simples ciclos de bsqueda de sentido y de angustia. Sabes que te me pareces mucho

    al personaje principal de la novela de Camus: El extranjero. Meursault, el personaje principal de

    esta obra, es un hombre liberado de toda atadura de lo que se espera de l. No se rige por ninguna

    expectativa social, moral sino que su vida se mueve segn sus placeres an cuando esto significa

    salirse un poco de la realidad. Busca confort solo en aquellas imgenes que le evocan placer. Es

    una persona autentica aunque esto lo meta en problemas. Cuando habla de la muerte lo hace con

    indiferencia dndole lo mismo morir hoy que morir en veinte aos. Podramos decir que esta

    persona es libre, consiente de su muerte, y dueo de s. Esto no est muy lejos de una mentira. El

    reconocer lo fino de la vida solamente para el placer propio se parece a un preso que aorando

    libertad se va a vivir en el medio del bosque. El esclavo del cuerpo, del gusto y del disgusto no

    controla nada. l es preso de su naturaleza confinada a su existencia en donde la voluntad se abaja

    a las emociones cambiantes del individuo. La indiferencia a la muerte indica el fin de las

    posibilidades o en lenguaje popular, una vida sin esperanza. En eso, t y el se parecen. Tu muerte

    como nos dice Heidegger es tuya, y nosotros solo la asistimos. Cuando la muerte, la enfermedad,

  • las limitaciones, la sociedad o cualquier ente externo define o controla nuestra vida hemos perdido

    ms que un brazo o una pierna, hemos perdido la libertad. La muerte que nos llega por nuestra

    existencia finita es el culmen de seguir siendo alguien, terminando con toda posibilidad. Ser

    que te sientes as? Imposibilitado de tus capacidades, abrazando la muerte como el remedio ms

    pronto al suicidio de lo que pudiste ser. En pocas palabras te limitaste t al decir yo soy tal cosa

    y no puedo ser alguien. S que el sentimiento que engrandece nuestros propios problemas debe

    estar cuestionndote sobre qu podra saber yo de la vida y de tus problemas. Nadie ms que t

    conoce lo enorme de los mismos y son tan grandes que valen ms que tu vida. Creme que esto

    no lo hablara de esta manera a alguien que se quiere matar. Lo hablo contigo porque ya ests

    muerto. Lo difcil de verse cercano a la muerte y el temor al sufrimiento puede que cualquiera

    tome una decisin equivocada. Antes que juzgarte te veo con misericordia aunque no est de

    acuerdo con lo que hiciste. Pero dime, no te da curiosidad saber cmo s que te sentas un tal

    cosa y no un alguien. Cuando alguien se quita a s mismo la capacidad de amar se ha dejado

    de ver como una persona. No quiero sonar potico, no soy el primero que habla del amor el cual

    parece siempre una palabra tan mal gastada. La existencia puede verse desde dos mbitos: el

    primero un tanto angustioso y depresivo, se trata de una experiencia enfocada en una existencia

    dada, con la angustia de la dominacin exterior, con el sin sentido de la vida arrojada como un

    objeto en donde toca vivir por vivir y ya que estoy vivo aprovecho lo ms que puedo esta

    experiencia. La segunda forma, como la oportunidad de vivir emociones inigualables, de

    participaron en la co-creacin, construccin y unificacin del mundo y a m discresin con las

    ligas del amor que requiere un respeto propio y un respeto por el otro. En esta segunda postura la

    vida no se ve insignificante, no soy definido ni por la historia, ni por el poder sino que soy dueo

    de m para otros. En esta visin mis cualidades, mis capacidades, mi vida y existencia encuentra

  • al otro con el cual me relaciono en libertad. Creo firmemente en la individualidad de la persona

    mas no en un individualismo egosta. Yo no aparezco en el mundo como uno ms, sin percepcin

    alguna del otro que tambin aparece en el mundo. Yo no construyo la realidad y la misma me

    precede. Querer construir mi realidad seria limitar las cosas tal cual se me presentan sin tomar en

    cuenta que aparecen y desaparecen, que son cambiantes. Construir la realidad no tiene mucha

    diferencia en decir que puedo construir un mundo Disney, vivir en sus parques y nada de lo que

    pase afuera me perturba. Mi realidad construida no se aleja del mundo mgico de quienes

    sonren cuando estn on-stage y se aborrecen tras vestidores. Por tanto mi existencia exige el

    abrazar la realidad y formar parte de ella. Cualquier parecido entre lo que acabo de decir y hablarte

    en chino es pura coincidencia. En palabras sencillas este ltimo egosmo en donde la persona

    construye su realidad sin tener en cuenta aquello que no desea ver le falta a una realidad que le

    precede y a su misma existencia que se da para otros. As es la vida, hecha para gastarse y

    repartirse como el rbol que bota el fruto para seguir dando o la flor que busca ser polinizada.

    Ciertamente, ante aquel que busca la muerte y que lo habla en trminos de derechos para los

    individuos y no para el comn esto le ser difcil de digerir. Sin embargo Ramn, y quiero llamarte

    Ramn porque nunca podra reducirte a tu enfermedad, la muerte es mucho ms difcil para

    defender que la vida. La vida se defiende a s misma en el curso normal.

    Para despedirme, te dejo con la imagen del guila viejo. El guila para perpetuar su vida unos aos

    mas debe pasar por el proceso doloroso de rasparse las garras y destrozarse el pico. Vivir con

    sufrimiento es algo que nadie quiere pero cunto vale vivir. Ves Ramn cmo la muerte rinde a

    la vida? El saber que me voy a morir me hace vivir al mximo cada momento de mi vida,

    repartiendo lo bueno que tengo, construyendo y sanando. A veces la vida no nos juega la mejor

    jugada pero como dice el refrn: No hay mal que dure cien aos Hasta Pronto!

  • De hecho yo vivo en una poca en donde los grandes amantes de la vida no son los artistas sino

    los mdicos que cada da en la bsqueda de perpetuar la vida siguen inventando tecnologas nuevas

    para retrasar la muerte.

  • Una persona ante el evento de una enfermedad o condicin que les traiga sufrimiento, no creo que

    estn capacitados para optar por la muerte. No es crueldad, no es insensibilidad sino amor a la

    vida. Un minuto mas de vida vale mas que la muerte y esa posibilidad la has arrebatado.

    Sinceramente s que hay muchos que sufren ante la muerte, que matemticamente uno quisiera

    arrebatarse todo ese sufrimiento para no vivir ms y no sufrir ms. Cuando digo, aunque de una

    forma simblica recuerdo la reflexin del guila adulta la cual para sobrevivir debe de rasgar las

    garras encorvadas por los aos y somatarse el pico contra la piedra para ser capaz de casar y vivir

    otros 10 aos ms. Vivir con sufrimiento es algo que nadie quiere pero cunto vale vivir. Cunto

    vale un momento de la presencia de nosotros para nuestros seres queridos! Ves querido Ramon

    cmo la muerte rinde a la vida? El saber que me voy a morir no me hace desear la muerte mas

    pronto, solo me hace vivir con ms

    La vida est definida para la muerte pero no por la muerte.