Carrer entrevista a personas llegadas en diferentes oleadas … · 2009. 3. 8. · CARRER110 febrer...

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CARRER110 FEBRER 2009 CARRERS 26 La fórmula de la felicidad ¿Hasta cuándo un inmigrante deja de ser inmigrante? Carrer entrevista a personas llegadas en diferentes oleadas migratorias. Son ciudadanos, son barceloneses, y cada cual aprende su oficio y con él brega JESÚS MARTÍNEZ De Leonardo Acho. Mexicano. In- geniero en electrónica en la Uni- versitat Polictècnica de Catalunya (UPC), “comparable a Princeton, Harvard o Georgetown”. Su azaro- sa vida se condensa en una fórmu- la. La ecuación de la Vida Plena en la que 10 es la Satisfacción Llegó al mundo en 1967, en la azte- ca Tlalneplantla, cerca del Distrito Federal. Vivió en Chiapas, en la frontera sur con Guatemala, donde nació una guerrilla que, por luchar exclusivamente por los derechos de los indígenas, perdió el favor de los depauperados de las ciudades: “El EZLN es un movimiento aislado circunscrito a los campesinos”. Un hermano gemelo, Fernando, “un clon mío que anda por ahí”, a quien le duele la misma hache: el hambre: la palidez extrema de los niños descalzos, la molicie de los curas salvadores y la enteca inep- titud como don generalizado. en la que D es el Dinero “En México, el efecto de la crisis se ha de multiplicar por mil.” 108 millones de ciudadanos. Cáustico polvo. Crecimiento inversamente proporcional a la generación de riqueza. Desigualdades. Dos op- ciones. Primera opción, labrarse un fu- turo. “La pobreza extrema te em- puja a dar el salto.” Cada minuto de cada hora de cada sol que ama- nece triste, los indocumentados, los espaldas mojadas, intentan cru- zar por algún punto de los 3.326 km de frontera con los Estados Unidos. Los sin papeles pagan 1.000 dólares a los polleros, los guías que les con- ducen por sendas ocultas hacia el otro lado. Una vez en territorio es- tadounidense, han de caminar por la estufa de antracita del desierto de Arizona, donde la mayoría muere de sed, por insolación o por la pica- dura de una serpiente de cascabel. El muro de Tijuana se ha convertido en un cementerio al que no paran de llegar cortejos fúnebres sin la tonada de los caramillos. Segunda opción, robar. “Te aga- rra un delincuente y te grita: “Va- cíate lo que tengas”. Si te resistes, te dejas la vida.” Te encañonan en la cabeza. La legalidad es una falacia. La corrupción campa a sus anchas. Las denuncias escasean. Se teme, más que a las balaceras de los agresores, a la policía, que chantajea. “Ahorita a mí me roba- ron en mi propia casa, estéreos y una espada de Innsbruck que no sé para qué querían. Y me roba- ron dos carros, primero un Nissan Tsuru y luego un Chrysler Intre- pid, que utilizaron para traficar con personas como si estas fueran mercancía.” Ni Vicente Fox ni Rudolph Giu- liani han podido parar la degolli- na de las matanzas. Los narcos se llevan por delante a dios y la virgen. “Nos faltan hombres con valor moral. Durante 30 años he- mos escuchado que México es un país pendiente de desarrollo, pero nunca se desarrolla.” en la que S es la Salud “Me sorprendió la calidad de vida en España, y su sistema sanitario, con hospitales limpios, repletos de obras de arte y... medicinas.” Leonardo tenía una prima, Lorena. Se rompió la tercera vértebra de la columna vertebral. Tardó en llegar la ambulancia, una carraca del año de la Quica. Condujo por carrete- ras sin asfaltar, llenas de baches. Con cada trompicón se lastimaba. En el Hospital General de Cauhu- titlán no la quisieron atender; el doctor se había ausentado. Se la llevaron a otro hospital. La familia tuvo que hacer guardia las 24 horas a la espera de que la enfermera le comunicara qué medicamentos de- bía comprar para que el cirujano se dispusiera a operar. Lorena falleció como consecuencia de una negli- gencia médica. y en la que A es Amor y amistad “Renuncié a una plaza en el Institu- to Politécnico Nacional por la segu- ridad física y el futuro profesional del Primer Mundo.” Cansado de los rituales satánicos de Ciudad Juárez, de los hombres lobo con el tabique nasal perforado por la cocaína y de las acusaciones de pucherazo entre Calderón y López Obrador, Leonardo Acho viajó a Barcelona, en 2007, invitado por la UPC para que participara en un proyecto internacional sobre control de me- canismos de fricción. Vino con su mujer, Delia Olivia, y con sus dos hijos, Allan y Alejandro. Lector. Becado. Profesor del departamento de matemáticas. Egresado del Instituto Tecno- lógico y de Estudios Superiores de Monterrey. La ingeniería le sedu- jo siendo chico. “Desarmando un juguete de radio control, un jeep con mando a distancia. Me fascina- ba saber por qué se movía, todo un misterio.” El niño creció y aparcó los cochecitos para jugar con los robots en la Universidad de Austin (Texas). Se doctoró en control au- tomático, e hizo suya la teoría de la estabilidad de Lyapunov, cuyo enunciado dice, más o menos, así: “Si conoces el modelo de un siste- ma, puedes gobernarlo”. En Barcelona, Leonardo se sen- tó delante del Simulation of Non- linear Systems de su computadora Dell. Se rodeó de eminencias —“in- vestigadores como Faisal, Pozo, Ro- dellar...”— con el mismo propósito que perseguía Antonio Tabucchi en Sostiene Pereira cuando hablaba de la “confederación de las almas”: “Para que algo salga bien ha de ha- ber una conjunción de talentos”. Leonardo cita a Ronald Reagan: “El arma más poderosa del hombres es la voluntad”. Y apega su izquier- dismo a otro halcón republicano: al lado de la foto del Che, en su despacho, ha colgado una foto de Arnold Schwarzenegger: “Es un alemán, hijo de nazis, que emigró a Estados Unidos, que en sus inicios se dedicó al culturismo, que triun- fó en Hollywood y que se pasó a la política. Para mí, su historia es la historia de un éxito personal, a pe- sar de las adversidades”. El sueño platónico de este profesor: ganar el Premio Nobel por haber inventa- do un vehículo que no use combus- tible. La cosa le viene del ovni que supuestamente cayó en Rosswell (Nuevo México), en los cincuenta, y que se guardó bajo llave en el Área 51, en la base militar de la Fuerza Aérea de Nellis (Nevada). “Me sigue intrigando.” Le apasiona tanto como los sistemas dinámicos, la levitación debida a la fuerza de los campos electromagnéticos y las herramientas de cálculo de Isaac Newton, quien, con Galileo Galilei y Alfred Einstein, “es uno de los mosqueteros de la Ciencia”. En Barcelona, digo, no se sien- te inmigrante. “No hay racismo, y sí hay una cultura extendida. En México sólo se hojea la Biblia y las revistas pornográficas. Lo que más me impactó aquí fue ver tantos li- bros en el metro.” La fórmula de la Felicidad de Leonardo es un código ético: “La ecuación de Vida Plena (VP) es la satisfacción por haber nacido (10), que se verá amplificada si la ali- mentas con amor y amistad (A) y la sostienes con salud (S). El dinero (D) la puede destruir”. LA AZAROSA VIDA DE LEONARDO Ingeniero en electrónica, lo que más le impactó de aquí fue ver tantos libros en el metro FOTO: MARC JAVIERRE l Cansado de los rituales satánicos de Ciudad Juárez, Leonardo viajó a Barcelona para participar en un proyecto científico Segons dades del 2007, 19.462 persones que viuen a Barcelona són originàries d’Amèrica Central, el 53,5% dels quals tenen entre 25 i 39 anys. Pel que respecta als mexicans, així com l’any 1996 constava que hi vivien a la ciutat 272, deu anys després les estadístiques ens diuen que són 6.030 i s’han establert principalment al districte de l’Eixample l El sueño platónico de este profesor es ganar el Nobel por haber inventado un vehículo que no use combustible

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CARRER110 febrer 2009 CARRERS 26

La fórmula de la felicidad

¿Hasta cuándo un inmigrante deja de ser inmigrante? Carrer entrevista a personas llegadas en diferentes oleadas migratorias. Son ciudadanos, son barceloneses, y cada cual aprende su oficio y con él brega

jESúS mARtínEz

De Leonardo Acho. Mexicano. In-geniero en electrónica en la Uni-versitat Polictècnica de Catalunya (UPC), “comparable a Princeton, Harvard o Georgetown”. Su azaro-sa vida se condensa en una fórmu-la. La ecuación de la Vida Plena

en la que 10 es la

Satisfacción Llegó al mundo en 1967, en la azte-ca Tlalneplantla, cerca del Distrito Federal. Vivió en Chiapas, en la frontera sur con Guatemala, donde nació una guerrilla que, por luchar exclusivamente por los derechos de los indígenas, perdió el favor de los depauperados de las ciudades: “El EZLN es un movimiento aislado circunscrito a los campesinos”.

Un hermano gemelo, Fernando, “un clon mío que anda por ahí”, a quien le duele la misma hache: el hambre: la palidez extrema de los niños descalzos, la molicie de los curas salvadores y la enteca inep-titud como don generalizado.

en la que D es el

Dinero“En México, el efecto de la crisis se ha de multiplicar por mil.” 108 millones de ciudadanos. Cáustico polvo. Crecimiento inversamente proporcional a la generación de riqueza. Desigualdades. Dos op-ciones.

Primera opción, labrarse un fu-turo. “La pobreza extrema te em-puja a dar el salto.” Cada minuto de cada hora de cada sol que ama-

nece triste, los indocumentados, los espaldas mojadas, intentan cru-zar por algún punto de los 3.326 km de frontera con los Estados Unidos. Los sin papeles pagan 1.000 dólares a los polleros, los guías que les con-ducen por sendas ocultas hacia el otro lado. Una vez en territorio es-tadounidense, han de caminar por la estufa de antracita del desierto de Arizona, donde la mayoría muere de sed, por insolación o por la pica-dura de una serpiente de cascabel. El muro de Tijuana se ha convertido en un cementerio al que no paran de llegar cortejos fúnebres sin la tonada de los caramillos.

Segunda opción, robar. “Te aga-rra un delincuente y te grita: “Va-cíate lo que tengas”. Si te resistes, te dejas la vida.” Te encañonan en la cabeza. La legalidad es una falacia. La corrupción campa a sus anchas. Las denuncias escasean. Se teme, más que a las balaceras de los agresores, a la policía, que chantajea. “Ahorita a mí me roba-

ron en mi propia casa, estéreos y una espada de Innsbruck que no sé para qué querían. Y me roba-ron dos carros, primero un Nissan Tsuru y luego un Chrysler Intre-pid, que utilizaron para traficar con personas como si estas fueran mercancía.”

Ni Vicente Fox ni Rudolph Giu-liani han podido parar la degolli-

na de las matanzas. Los narcos se llevan por delante a dios y la virgen. “Nos faltan hombres con valor moral. Durante 30 años he-mos escuchado que México es un país pendiente de desarrollo, pero nunca se desarrolla.”

en la que S es la

Salud“Me sorprendió la calidad de vida en España, y su sistema sanitario, con hospitales limpios, repletos de obras de arte y... medicinas.” Leonardo tenía una prima, Lorena. Se rompió la tercera vértebra de la columna vertebral. Tardó en llegar la ambulancia, una carraca del año de la Quica. Condujo por carrete-ras sin asfaltar, llenas de baches. Con cada trompicón se lastimaba. En el Hospital General de Cauhu-titlán no la quisieron atender; el doctor se había ausentado. Se la

llevaron a otro hospital. La familia tuvo que hacer guardia las 24 horas a la espera de que la enfermera le comunicara qué medicamentos de-bía comprar para que el cirujano se dispusiera a operar. Lorena falleció como consecuencia de una negli-gencia médica.

y en la que A es

Amor y amistad“Renuncié a una plaza en el Institu-to Politécnico Nacional por la segu-ridad física y el futuro profesional del Primer Mundo.” Cansado de los rituales satánicos de Ciudad Juárez, de los hombres lobo con el tabique nasal perforado por la cocaína y de las acusaciones de pucherazo entre Calderón y López Obrador, Leonardo Acho viajó a Barcelona, en 2007, invitado por la UPC para que participara en un proyecto internacional sobre control de me-canismos de fricción. Vino con su mujer, Delia Olivia, y con sus dos hijos, Allan y Alejandro.

Lector. Becado. Profesor del departamento de matemáticas.

Egresado del Instituto Tecno-lógico y de Estudios Superiores de

Monterrey. La ingeniería le sedu-jo siendo chico. “Desarmando un juguete de radio control, un jeep con mando a distancia. Me fascina-ba saber por qué se movía, todo un misterio.” El niño creció y aparcó los cochecitos para jugar con los robots en la Universidad de Austin (Texas). Se doctoró en control au-tomático, e hizo suya la teoría de la estabilidad de Lyapunov, cuyo enunciado dice, más o menos, así: “Si conoces el modelo de un siste-ma, puedes gobernarlo”.

En Barcelona, Leonardo se sen-tó delante del Simulation of Non-linear Systems de su computadora Dell. Se rodeó de eminencias —“in-vestigadores como Faisal, Pozo, Ro-dellar...”— con el mismo propósito que perseguía Antonio Tabucchi en Sostiene Pereira cuando hablaba de la “confederación de las almas”: “Para que algo salga bien ha de ha-ber una conjunción de talentos”. Leonardo cita a Ronald Reagan: “El arma más poderosa del hombres es la voluntad”. Y apega su izquier-dismo a otro halcón republicano: al lado de la foto del Che, en su despacho, ha colgado una foto de Arnold Schwarzenegger: “Es un alemán, hijo de nazis, que emigró

a Estados Unidos, que en sus inicios se dedicó al culturismo, que triun-fó en Hollywood y que se pasó a la política. Para mí, su historia es la historia de un éxito personal, a pe-sar de las adversidades”. El sueño platónico de este profesor: ganar el Premio Nobel por haber inventa-do un vehículo que no use combus-tible. La cosa le viene del ovni que supuestamente cayó en Rosswell (Nuevo México), en los cincuenta, y que se guardó bajo llave en el Área 51, en la base militar de la Fuerza Aérea de Nellis (Nevada). “Me sigue intrigando.” Le apasiona tanto como los sistemas dinámicos, la levitación debida a la fuerza de los campos electromagnéticos y las herramientas de cálculo de Isaac Newton, quien, con Galileo Galilei y Alfred Einstein, “es uno de los mosqueteros de la Ciencia”.

En Barcelona, digo, no se sien-te inmigrante. “No hay racismo, y sí hay una cultura extendida. En México sólo se hojea la Biblia y las revistas pornográficas. Lo que más me impactó aquí fue ver tantos li-bros en el metro.”

La fórmula de la Felicidad de Leonardo es un código ético: “La ecuación de Vida Plena (VP) es la satisfacción por haber nacido (10), que se verá amplificada si la ali-mentas con amor y amistad (A) y la sostienes con salud (S). El dinero (D) la puede destruir”.

LA AZAROSA VIDA DE LEONARDO

Ingeniero en electrónica, lo que más le impactó de aquí fue ver tantos libros en el metro

FOtO: mARC jAviERRE

lCansado de los rituales satánicos de Ciudad Juárez, Leonardo viajó a Barcelona para participar en un proyecto científico

Segons dades del 2007, 19.462 persones que viuen a Barcelona són originàries d’Amèrica Central, el 53,5% dels quals tenen entre 25 i 39 anys. Pel que respecta als mexicans, així com l’any 1996 constava que hi vivien a la ciutat 272, deu anys després les estadístiques ens diuen que són 6.030 i s’han establert principalment al districte de l’Eixample

lEl sueño platónico de este profesor es ganar el Nobel por haber inventado un vehículo que no use combustible