Carpinello, Alejandro - La democratización del SE o...

9

Click here to load reader

Transcript of Carpinello, Alejandro - La democratización del SE o...

Page 1: Carpinello, Alejandro - La democratización del SE o...

POLÍTICA EDUCATIVA 2007

Democratización del Sistema Educativo o los ascensores y senderos del poder

¿Democracia o democracias?Primer hilada para este tejido, hilada primera o problematización conceptual: ¿de qué hablamos cuándo hablamos de democratización?, mejor para empezar pensemos: ¿democracia o democracias?

La noción de democracia es definida / inducida “masivamente” hoy desde la lógica del poder central, desde la lógica del discurso único - hegemónico.

Así, se ha instalado a modo de sentido común, con plena vigencia y circulación, la idea de qué la democracia es “esta forma de democracia” (con claras limitaciones para los creyentes de que los ideales de libertad e igualdad no tienen fecha de vencimiento).

La forma en que se desarrolla la democracia hoy es idéntica al significado (único) que se le atribuye al concepto. Este es el mayor logro, la identidad entre la forma particular y la unívoca significación, la inmovilidad y rigidez de la fórmula, la “naturalización” de una construcción histórico-social.

Se ha creado una amalgama, amasada a violencias y desigualdades, entre el orden social político y económico en el que vivimos y “La Democracia”, ergo, la democracia, solo es posible bajo esta estructura de Poder.

El método de vinculación es lineal, estático y conservador, como en otros menesteres de lo social se ha naturalizado la relación, intentando despojarla de los aspectos dinámico /conflictivos que la constituyen.

Ahora bien, tal vez no debamos referirnos a la Democracia sino a las democracia(s), tal vez debamos adjetivarla-s como primer modo de comprensión y ruptura política y epistemológica, podríamos comenzar diciendo: democracias reaccionarias o democracias progresistas, democracias conservadoras, neoliberales o, democracias populares, obreras etc., digamos entonces democracias.

¿Cómo significar entonces la democratización desde posiciones opuestas al discurso único?José Tamarit en su texto Poder-Saber y Educación Popular pone en tela de juicio ideas (establecidas como grandes verdades) que rondan en el Sistema Educativo (SE) y el sentido común instituido. El autor manifiesta que

“para el pensamiento crítico nunca puede ser buena una educación que contribuya a mantener al pueblo en estado de sometimiento, una educación que debilite su núcleo de buen sentido; (…) para el pueblo solo es buena la escuela que liberal (…)”1.

¿Qué tipo de democratización le serviría, a los sectores subalternos, al pueblo...? 2 (La cita nos sirve como analogía a la problemática que nos atañe ¿no?)

1 José Tamarit, Poder y Educación Popular, ED Libros del Quirquincho.2 En este ensayo no se avanza sobre qué decimos cuando nos referimos al pueblo. Entiendo que avanzar sobre esta cuestión se vuelve necesario y fundamental.

1

Page 2: Carpinello, Alejandro - La democratización del SE o...

Tamarit carga profundamente de sentido a “la educación” y no quedándose allí, avanza de una manera simple y categórica en el marco de la comprensión de la EP (educación popular) siendo tajante al poner el acento en que el eje “educación/liberación” es lo necesario para el pueblo. , La frase nos enfrenta al par antagónico sometimiento – liberación (aunque no nos de muestra detallada de las características de cómo sería esa “otra educación”) nos coloca en el plano de los intereses en juego, del poder; sin rodeos va al carozo del asunto. ¿No será el mismo “carozo” a escarbar para analizar de qué democratización hablamos?

Nos comprometemos a analizar e intentar abarcar y comprender, en la dialéctica “conceptualización-experiencia”, la democratización, relacionándola con los intereses en pugna, en perspectiva histórico-social, pensando/sintiendo la contienda; debe ser nuestro cometido sin caer ni en los extremos del dogmatismo ni en grises posturas relativistas. Democratización deberá ser proceso que combata la verticalidad del poder, esfuerzo de “despiramizar” las relaciones sociales, ir hacia formas más horizontales, pero una horizontalidad cargada de sentido de participación genuina en planos compartidos -comprensibles de discusión y operatividad, dónde la brecha de conocimientos e información se acorte agrandando las capacidades de intervención concreta de los sujetos.

Proyectarnos hacia dicha construcción/esperanza de procesos democratizantes en las escuelas (lucha diaria de uno con y contra uno mismo, cargando con nuestras biografías y trayectorias escolares, pensamiento práctico, etc.; docentes que como grupo, o intentando serlo, buscamos el diálogo , encontrarnos abriendo puertas/sueños con la comunidad); también significará estimular escenarios de debate, discusiones y conflictos con la estructura del SE (con sus rasgos verticales, jerarquizantes y su adicción burocrática-sancionante) en sus unidades funcionales, arenas donde se entreveren por un lado voces de esperanza, búsqueda de “otra educación” y un vínculo concreto y respetuoso entre escuela y comunidad, también allí, en el mismo campo de acción, el peso de la historia escolarizante, una cultura institucional estatizante, tradiciones y una maquinaria disciplinante que actúa en forma implícita y explícitamente.

Sería ingenuo no pensar en los procesos contradictorios emergentes de dicha contienda entre prácticas de transformación y estructuras de conservación

Sensaciones encontradas: esperanza, fatalismo, desencanto, utopía, el inédito viable freireano y la contingencia de recaídas (o recaer) ante el miedo a la libertad, “lo imposible”.

Pensar en escuelas que incluyan, donde se democraticen las relaciones sociales y se desmonopolice y desmercantilice el conocimiento, donde el aprender/enseñar sea vivido colectivamente para ser más dignos/as como sujetos y potenciar nuestras capacidades individuales y comunitarias. Que el conocimiento no sea un valor de adquisición individual para la futura batalla por la supervivencia y conquista de un lugar en la estructura laboral de una sociedad desigual y excluyente. Pensar esto es pensar -actuar a contramano del sentido común, de la lógica neoliberal de pensamiento único, de un orden social que día a día ensancha más la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen, obscenidad.

Entonces, escuela resignificada como espacio concreto y simbólico de disputa.

Escuela democrática como ideal posible de construir, de pensar / hacer comunitariamente, escuela pública, popular, dotada de múltiples saberes, con la comunidad, aprendiendo/enseñando, haciendo camino al andar.

2

Page 3: Carpinello, Alejandro - La democratización del SE o...

Democratización del SE, significados y esperanzasSabemos del reclamo histórico de organizaciones sindicales y colectivos docentes en Latinoamérica en torno a la democratización de los SE.

Estados Latinoamericanos y Organismos Internacionales (en el marco de la Globalización neoliberal) han tomado el discurso y lo (re)significaron, basta leer leyes Nacionales de Educación y las recetas magistrales del BM o el BID.

¿Qué intereses y objetivos persigue esta captura y (re)utilización conceptual?, ¿Qué significado profundo permanece en la sombra?

¿No será parte de la misma lógica de PE que apuntan a la Calidad, Equidad y Eficacia en los SE?

¿Qué entienden y proponen como participación?, ¿qué entendemos los que decimos estar del otro lado cómo democratización?

Democratización es, también, nuestra esperanza, con raíces históricas, transformándose, transformándonos.

“Sin un mínimo de esperanza no podemos ni siquiera empezar el embate, pero sin el embate la esperanza, como necesidad antológica, se desordena se tuerce y se convierte en desesperanza que a veces se alarga en trágica desesperación. De ahí que sea necesario educar la esperanza. Y es que tiene tanta importancia en nuestra existencia individual y social, que no debemos experimentarla e forma errada, dejando que resbale hacia la desesperanza y la desesperación (…)3.

No es esperanza incauta, a-política, a-histórica. Esperanza que se debate con su par antagónico la desesperanza, que inmoviliza, estatiza. Esperanza que va al carozo del asunto del que hablábamos antes. Esperanza que se cae y se embarra, y sigue, utopía.

El embate, necesario, motor, es puja, disputa, lucha que sin esperanza sería barco sin faro y, esperanza, que en el marco de esta disertación, es proyecto político de liberación, que sin embate sería ese faro alumbrando a ese barco, esperando que las olas lo empujen, inaccionando.

Los abajos y el Arriba del Sistema EducativoAlgunas prácticas políticas transitan por los ascensores del poder, a grandes y vertiginosas velocidades-violencias, otras prácticas, por escaleras y senderos, van.

El SE, como subsistema de este sistema de Estado usa “ascensores” y diferentes correas de transmisión, más bien correas de imposición (consenso más, garrote menos o a la inversa), ya que funcionan llevando de arriba hacia abajo. No hay otra forma. Verticalidad, encierro e inmutabilidad son características del SE, sus jerarquías bien establecidas (donde los ascensores van maniobrando y a un alto grado de acatamiento/obediencia a la hora de las órdenes / circulares) y su fama de aparato inmodificable continúa vigente. SE disfuncional o no a los nuevos parámetros productivos del mercado, compartiendo/perdiendo el monopolio de la construcción de subjetividades, desacreditado, desfinanciado, ¿obsoleto?, SE vertical y rutinario, jerarquizado y jerarquizante. Allí las decisiones, El Arriba...

Arriba, bien arriba, y, abajo, bien abajo, son los extremos. Así es el sistema central, burocrático y vertical (insisto) –reforma más, reforma menos, progre más, progre menos- mecánica, orgánica e ideológicamente (nos) opera.

3 Paulo Freire, Pedagogía de la Esperanza, un reencuentro con la pedagogía del oprimido-. Siglo XXI

3

Page 4: Carpinello, Alejandro - La democratización del SE o...

Desde esta lógica, salvo focos de resistencia individuales y/o colectivos, el SE entiende las relaciones de poder, la aplicación de PE (políticas educativas) y los márgenes de participación (más que márgenes, sangrías).

Así, propuestas legislativas han sido y son, en torno a la democratización, una forma sutil, malversación discursiva, solapada, de lograr que algo cambie para que nada cambie, generando espacios, ciertos ámbitos reducidos, que en su mayoría solo han creado el espejismo de la apertura y la participación. Porque participar no es invitar a comunidades, padres a resolver encuestas de tipo: “¿UD quiere una buena educación de calidad o no…?” o las jornadas en la que se “discute todo/no se discute nada” y se llenan papeles que pasan a engrosan las arcas “papelográficas” del ministerio.

En los abajos del poder, comunidades, alumnos, padres y docentes, desarticulados y fragmentados, enfrentados y también, en ocasiones, con esperanza dialogando/resistiendo.

Recuperar el espacio de la escuela con las comunidades, puede ser, junto con reestablecer el diálogo (escuchando/hablando, pensando / accionando), la primera acción en el camino de la democratización. Comenzando por democratizar nuestras prácticas pedagógicas, reflexionando sobre las mismas y las relaciones sociales cotidianas en las aulas, las escuelas. Los docentes deberemos repensar nuestro lugar, pasar de docentes “de” a ser docentes “con”, repensar las relaciones entre conocimientos y poder, reconstruyendo y reconociendo el carácter político de nuestras practicas educativas, convencidos de que podemos ser democráticos y dialógicos sin dejar de ser profesores y desde esos senderos animarnos a, en el marco de los diferentes roles y responsabilidades (adultos/niños/adolescentes) horizontalizar las reacciones de poder, construyendo autoridad democrática y legítima con el conocimiento.

Deberemos aprovechar y expandir cualitativamente los espacios de autonomía que se presentan y/o que se pueden generar en pos de la participación comunitaria, política, social, construyendo, compartiendo en las escuelas, sabiendo decir que no y proponiendo, entendiendo que allí se juega gran parte de las chances de forjar legítimas prácticas democráticas y democratizantes en las relaciones entre los sujetos que intervenimos en el Sistema Educativo.

Todo lo antedicho no significa quedarse aislado en la (propia) micro realidad -dentro de la realidad social-, es una forma más, junto con otras, de construir esperanza embatiendo.

Porque recuperar espacios y, reconstruirlos con una lógica opuesta a individualismo, la competencia y la explotación –característicos de este modo de vida- es una parte pequeña, vital, necesaria de construir “otra democracia”, porque en palabras de Paulo Freire “No tengo duda de que más temprano de lo que muchos piensan, los hombres y mujeres del mundo van a reinventar maneras nuevas de pelear, que ni nos podemos imaginar ahora...”

Para ir terminando la mixtura, quisiera hacer algunas salvedades y remarcar obviedades, a veces no tan obvias.

Podría sintetizarse en la idea de que la democratización será más profunda y genuina no como fenómeno aislado, sino como transformación de conjunto, es decir, si apostamos a un proceso profundo de democratización del SE, el mismo fenómeno, con las particularidades de cada caso, deberá proliferar en otras esferas del campo social (económico, cultural, político, etc.). “No puede haber democracia educativa si no hay democracia en la economía y en la política. De modo que el proyecto educativo deberá tener dos líneas de abordaje: por un lado no podrá plantearse sin un proyecto general

4

Page 5: Carpinello, Alejandro - La democratización del SE o...

de sociedad igualitaria y emancipatoria; pero por otro, y en el “mientras tanto”, habrá que hacer algo para alcanzarlo.”4

Se hace mención a esto ya que no debemos dejarnos caer en posicionamientos que se tildan de “realistas/pragmáticos” que nos inducen a creer que con leves cambios, pequeñas modificaciones sobre la misma estructura podremos llegar a las metas que nos proponemos. Supuestos que van de la mano de la neutralidad política y desestimación del conflicto social, dándole primacía a cuestiones técnicistas “exorcizadas de toda ideología” (No negaremos la necesidad de conocer y desarrollar aspectos técnico –científicos en los planeamientos educativos, pero si respaldados en profundos conocimientos políticos, sociales, humanísticos).

Asimismo es necesario hacer una profunda lectura política sincrónica y diacrónica a la vez (histórica y coyuntural), sabiendo que en la actualidad no asistimos a una aguda situación de crisis estructural y/o de ruptura en donde al decir de Gramsci, se da una situación de crisis cuando lo que debe morir en una institución no termina de hacerlo, al tiempo que lo en ella está germinando no termina de nacer, ni tampoco a una pasajera crisis coyuntural del modelo de dominio. El escenario es otro, sin querer ser desalentador sino intentando realizar un análisis serio y cauto. Por esa razón el trabajo colectivo en pos de procesos democratizantes es y ha sido arduo, con muchísimos más obstáculos y fracasos que victorias, pero convencidos de que esas victorias han sido, y son, importantísimas para que el mundo sea menos peor...

Habrá que aprovechar al máximo las grietas que en el proceso de transmisión-imposición el SE y sus correas van dejando.

Habrá que, comunidades y docentes, (re)conocerse como sujetos políticos, actores fundamentales para llevar adelante procesos de democratización en las escuelas, en las relaciones de poder y saber, en la organización y administración de las mismas.

Habrá que, aprovechando esos resquicios que existen y seguirán existiendo, ensancharlos, operar con otra lógica, hacer “otra política”, sin pensar en los “arribas” del poder. Desde abajo, por los senderos construir la esperanza.

Adjetivemos las palabras que están en disputa, carguémoslas de nuestros sentidos, enfrentemos la/s lucha/s progresando en análisis y poniéndole más palabras-cuerpos, como banderas a nuestros sueños-esperanzas. Podremos ir, adjetivando nomás, porqué, como dijo el poeta: "De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento".5

En el intento de tejido aquí esbozado, en el que se pone en discusión la idea de democratización y su papel en el SE, no encontrarán aquí puntadas finales, solo más preguntas para seguir tejiendo, preguntándonos….

¿Cuáles y cómo pueden ser los espacios de encuentro/diálogo entre docentes y comunidad? ¿Cuáles son los obstáculos presentes? ¿Cuáles las potencialidades para propiciar el diálogo?

¿De qué manera y qué estrategias llevar a cabo para resignificar la escuela como espacio comunitario? ¿Qué actividades desarrollar en que tiempos…?

¿La apertura integración comunidad/escuela qué cambios y/o continuidades podrá traer aparejado en relación a las categorías de autoridad pedagógica, autonomía relativa y

4Extraído de palabras pronunciadas por Pablo Imen durante la ceremonia de imposición del nombre de Paulo Freire al aula magna de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional del Comahue, en Paulo Freire y otros, “El Grito Manso” Siglo XXI5 Frase de José Martí.

5

Page 6: Carpinello, Alejandro - La democratización del SE o...

control social de las prácticas docentes? ¿Qué cambios / continuidades operarían en el rol docente y en particular con los cargos directivos?

¿La tensión/diferenciación público/privado qué papel jugaría al propiciarse estos espacios?

¿Qué nos sucede a los docentes cuando otros actores sociales comienzan a involucrarse en el quehacer escolar? ¿Qué debemos replantarnos?

¿Esta disputa con las tradiciones y estructura del SE que escenarios nos puede presentar? ¿Como abordarlos, enfrentarlos?

Alejandro Carpiniello.Ediciones Nuevas Esperanza

Política Educativa, UNLZ, 2008

6